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PARÁBOLA

DEL HIJO PRÓDIGO

(Los campesinos están trabajando en el campo)

CAMPESINO 1 ¡Qué buen día hace! Hoy nos va a cundir mucho el trabajo en el campo.

CAMPESINO 2 Nuestro amo va a ponerse contento cuando le digamos que hoy se quedará
sembrado todo el campo.

CAMPESINO 3 ¡Qué bueno es nuestro amo!¡Da alegría ser un trabajador suyo¡

CAMPESINO 1 Sí. Tenemos mucho trabajo, pero nos paga muy bien.

CAMPESINO 2 Además siempre se preocupa por nuestra familia, si alguien se pone enfermo,
nos ayuda.

CAMPESINO 3 Bueno, sigamos con la siembra, que tenemos que terminar hoy.

(Los hermanos trabajando en el campo. El menor se para, se seca el


sudor de la frente con el dorso de la mano y suelta la herramienta que estaba
usando.)

HIJO MAYOR ¿Qué te pasa?

HIJO MENOR Ya estoy harto de esta vida. Tuve un sueño maravilloso y me vi paseando el
caballo más elegante por la ciudad. Todo el mundo me miraba, se fijaba en mí,
era alguien apuesto, importante y también millonario. ¡No pienso seguir con
esto!

(Se marcha y va a buscar a su padre que está en otro sitio. El padre se ve


sentado con su administrador, en una mesa, llevando el libro de cuentas y con
el dinero en la mesa)

PADRE ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Qué ocurre?

HIJO MENOR Padre, tengo que hablar contigo pues me quiero ir a recorrer el mundo, quiero
ir a países lejanos, cambiar de vida. Dame la parte de la herencia que me
corresponde.

PADRE ¿Acaso aquí te falta algo? Tienes todo lo que necesitas. Vivimos bien, tenemos
tierras y criados. No te vayas, lo puedes pasar mal. ¿No eres feliz aquí?

HIJO MENOR Sí, padre, pero quiero serlo aún más. Quiero la libertad.

PADRE ¿La libertad? ¿Acaso aquí no eres libre?

HIJO No, me quiero ir, ya está decidido, dame lo que me corresponde y me voy.

PADRE No es de mi agrado tu decisión y sé que te arrepentirás de haberla tomado.


Igual que Dios nos ha hecho libres hasta para que nos equivoquemos, yo

también respeto tu libertad y te voy a dar tu parte de la herencia. Pero


siempre tú serás mi hijo y yo tu padre, por muy lejos que quieras marchar.

(El padre coge una parte del dinero que está sobre la mesa y se lo da al hijo. Se
queda solo en el escenario, triste, y comenta incrédulo)

PADRE Se ha ido y no me ha dado ni un abrazo. Lo único que anhelaba era mi dinero.


Se acaba de ir y ya lo echo de menos.

(Entra el hijo mayor y se dirige al padre)

HIJO MAYOR ¿Qué ha ocurrido, padre?

PADRE Tu hermano nos ha abandonado.

(El hijo le echa al padre el brazo por encima y salen del escenario)

(Entran cuatro criadas, el administrador recoge el dinero y se marcha. Dos


criadas se acercan al micro a comentar, mientras las otras dos limpian las
mesas)

CRIADA 1 ¿Te has enterado que Benjamín, el hijo pequeño del señor, se ha marchado?

CRIADA 2 Ya se veía venir. Es un vividor, gastará su fortuna en fiestas, en juergas y en


vino. Se rodeará de gente interesada y llevará una mala vida.

CRIADA 1 El señor no se merece esto. Mira que hemos tenido jefes, pero el señor
Joaquín es el mejor que pudiéramos tener.

(Se ponen a limpiar alguna mesa también y salen del escenario junto con las
otras dos criadas)

(Entra el hijo menor con los “amigos” tocando la flauta, la pandereta, riendo,
comiendo y bebiendo)

HIJO MENOR ¡Mesonero! Trae vino y comida para mí y mis amigos.

MESONERO Ahora lo traigo, pero antes tendrás que pagarme.

(El hijo menor abre la bolsa del dinero y ve que no le queda ya ni una moneda)

HIJO MENOR ¡Oh! Ya no tengo dinero, pero sírvenos comida, tenemos hambre.

MESONERO Sin dinero no hay comida ni vino. Ahora mismo os vais todos de mi posada.

HIJO MENOR Amigos, pagad al mesonero. Yo os he convidado siempre hasta hoy.

AMIGO 1 Qué va, nosotros nos tenemos que ir.

AMIGO 2 Si no tienes dinero, para qué te queremos como amigo.

HIJO MENOR ¿Me abandonáis ahora que no os puedo dar nada? ¡Qué ingratitud!

Mesonero, ¿qué puedo hacer para no morir de hambre?

MESONERO Yo tengo un amigo que es el dueño de una granja, tiene cerdos y quizás te
pueda dar trabajo allí. Después de la gran sequía que ha habido no hay trabajo
para nadie, la gente cada vez es más pobre.

HIJO MENOR Gracias, iré a pedirle trabajo de tu parte.

DUEÑO ¿Qué quieres?

HIJO MENOR Quiero el trabajo, el que tengas.

DUEÑO Puedes quedarte a guardar mis cerdos. Allí hay un pastor que te dirá lo que
tienes que hacer.

(El hijo menor se acerca hasta donde están los cerdos y se encuentra allí con el
pastor)

PASTOR ¿Tú eres el nuevo? Tus ropas están viejas, pero se ve que eran de buena
calidad, no pareces un pastor.

HIJO MENOR Algún día te contaré mi historia. Tengo hambre, le quitaré un mendrugo de
pan a este cerdo.

(Mete la mano y coge un trozo de pan del que están comiendo los cerdos)

PASTOR Cuéntame tu historia, quiero conocerla.

HIJO MENOR Yo soy el hijo de un hombre importante de un país lejano, siempre he tenido
comida en abundancia, buenas ropas y hasta criados. Pero un día quise irme a
recorrer mundo y mira cómo me veo. Me gasté toda mi fortuna y ahora soy
muy desgraciado. Los criados de la casa de mi padre tienen comida en
abundancia y mírame a mí aquí muerto de hambre.

PASTOR ¿Y no has pensado en volver?

HIJO MENOR No sé, ¿tú crees que me recibirá después de lo que hice?

PASTOR Estoy seguro de que tu padre estará deseando que vuelvas y te perdonará. No
pierdas más tiempo.

HIJO MENOR Eso es, me pondré en camino enseguida, iré a donde está mi padre y le diré:
Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu
hijo, trátame como a uno de tus jornaleros.

(Se le ve caminando despacio, cansado, hambriento, es un camino largo)

(El padre lo ve desde lejos y sale a su encuentro)

PADRE ¡Hijo mío! ¡Mi hijo querido! Por fin, ya estás aquí.

HIJO MENOR Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu
hijo.

(Aparecen unos criados que se sitúan cerca del padre)

PADRE ¡Calla! ¡Levántate! Estoy muy contento de que hayas venido. (A los
criados)Traed ropas.

CRIADO 1 Aquí tenéis el mejor vestido.

PADRE Traed zapatos.

CRIADO 2 Aquí tenéis los zapatos más lujosos que hay en la casa.

PADRE Traedle un anillo.

CRIADO 3 Aquí lo tenéis, señor.

PADRE (Poniéndoselo en el dedo) Toma hijo mío, llévalo siempre contigo. (A los
criados) Y ahora, coged el becerro más gordo que haya, cocinarlo y haremos
una fiesta con comida abundante y música, porque este es mi hijo que estaba
perdido y ha sido hallado. Alegraos todos.

(Fiesta y música) (Aparece el hermano mayor, viene del campo de estar


trabajando. Al oír la música llama a los criados)

HIJO MAYOR ¡Eh, vosotros! ¿Por qué hay música en la casa de mi padre?

CRIADO 4 Tu hermano Benjamín ha vuelto, tu padre está muy contento y ha querido


hacer una fiesta.

CRIADO 5 Además nos ha ordenado que le vistamos y le calcemos y que cocinemos para
él. Tu padre está feliz porque tu hermano ha vuelto sano y arrepentido. Entra y
comparte su alegría.

HIJO MAYOR ¡No puede ser! ¡Yo no entro! No hay derecho, no es justo.

PADRE ¡Hijo!, ¿por qué no entras? Está aquí tu hermano, hoy es un día feliz. Estamos
celebrándolo.

HIJO MAYOR Yo estoy enfadado, Padre, porque yo estoy aquí siempre contigo, trabajo en
tus tierras, organizo tu casa, nunca te he dado ningún disgusto, siempre me he
portado bien, y tú nunca has mandado hacer una fiesta para mí y mis amigos. Y
viene este hijo tuyo que ha derrochado todo el dinero que le diste, que se ha
portado mal, y le das lo mejor que tienes. No me parece justo.

PADRE Hijo, tú siempre has estado aquí conmigo y todo lo que tengo lo he compartido
contigo, todas mis cosas son tuyas, pero ahora era necesario hacer esta fiesta
para que nos alegremos todos, porque tu hermano estaba muerto y ha
revivido, se había perdido y ha sido encontrado.

(Los dos hermanos se abrazan).

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