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CORONA DE SAN MIGUEL ARCÁNGEL

Un día, San Miguel Arcángel apareció a la devota Sierva de Dios Antonia D`Astonaco. El
Arcángel le dijo a la Religiosa que él desea, ser honrado mediante la recitación de nueve
salutaciones. Estas nueve plegarias corresponden a los nueve Coros de Angeles. Consiste
la Corona de una Salutación por cada coro un Padrenuestro, tres Ave Marías y un Gloria,
en honor de cada Coro Angelical.

Y estas son las Promesas de San Miguel a los que practican esta devoción en su honor, el
Arcángel promete grandes bendiciones. Promete enviar a un Angel de cada Coro
Angelical, para acompañar a los devotos a la hora de la Santa Comunión.

Además, a los que recitaren estas nueve Salutaciones todos los días, les asegura que
disfrutarán de su asistencia contínua. Es decir, durante esta vida y también después de la
muerte. Aún más, serán acompañados de todos los Angeles; y con todos sus seres queridos,
parientes y familiares serán librados del purgatorio.

REZO DE LA CORONA DE SAN MIGUEL

Se empieza rezando en la medalla de la Camándula, la siguiente invocación:

V:- ¡Oh Dios, ven en mi ayuda!


R:- Apresúrate, Señor a socorrerme.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo...


... como era en un principio ahora y siempre por los siglos, de los siglos. Amén.

Primera Salutación: Por la Intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de los Serafines,
que Dios Nuestro Señor prepare nuestras almas; y así recibir dignamente en nuestros
corazones, el fuego de la Caridad Perfecta. Amén.

Un Padrenuestro,
Tres Ave Marías
Un Gloria al Padre.

Segunda Salutación: Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de los


Querubines, que Dios Nuestro Señor nos conceda la gracia de abandonar los caminos del
pecado; y seguir el camino de la Perfección Cristiana. Amén.

Un Padrenuestro,
Tres Ave Marías
Un Gloria al Padre.

Tercera Salutación: Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de los Tronos,
que Dios Nuestro Señor derrame en nuestros corazones, el verdadero y sincero Espíritu de
Humildad. Amén.
Un Padrenuestro,
Tres Ave Marías
Un Gloria al Padre.

Cuarta Salutación: Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de Dominaciones,


que Dios Nuestro Señor nos conceda la gracia de controlar nuestros sentidos; y así
dominar nuestras pasiones. Amén.

Un Padrenuestro,
Tres Ave Marías
Un Gloria al Padre.

Quinta Salutación: Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de Potestades,


que Dios Nuestro Señor proteja nuestras almas, contra las asechanzas del demonio. Amén.

Un Padrenuestro,
Tres Ave Marías
Un Gloria al Padre.

Sexta Salutación: Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de Todas las
Virtudes, que Dios Nuestro Señor nos conserve de todo mal; y no nos deje caer en la
tentación. Amén.

Un Padrenuestro,
Tres Ave Marías
Un Gloria al Padre.

Séptima Salutación: Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de todos los
Principados, que Dios Nuestro Señor se digne llenar nuestras almas, con el verdadero
espíritu de la obediencia. Amén.

Un Padrenuestro,
Tres Ave Marías
Un Gloria al Padre.

Octavo Salutación: Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de los Arcángeles,
que Dios Nuestro Señor nos conceda la gracia de la perseverancia final en la Fe, y en las
buenas obras; y así nos lleve a la Gloria del Paraíso. Amén.

Un Padrenuestro,
Tres Ave Marías
Un Gloria al Padre.

Novena Salutación: Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de los Ángeles,
que Dios Nuestro Señor nos conceda la gracia de ser protegidos por ellos, durante esta
vida mortal; y que nos guíen a la Gloria Eterna. Amén.
Un Padrenuestro,
Tres Ave Marías
Un Gloria al Padre.

Al final se rezan un Padre Nuestro en honor de cada uno de los siguientes Arcángeles,
como se indica:

En Honor de San Miguel Arcángel:


Oración: Príncipe de los ejércitos celestiales, vencedor del dragón infernal, recibisteis de
Dios la fuerza y el poder de aniquilar, para humanidad la soberbia del príncipe de las
tinieblas. Te suplicamos insistentemente, alcánzanos la verdadera humildad de corazón, la
total fidelidad en el continuo cumplimiento de la voluntad de Dios, la fortaleza en el
sufrimiento y en la necesidad. Socórrenos, para que no desfallezcamos al comparecer ante
el trono de la justicia de Dios. Amén.

Padre Nuestro que estas en los cielos......etc.

En Honor de San Gabriel Arcángel:


Oración: Angel de la Encarnación, fiel mensajero de Dios, abre nuestros oidos, hasta para
las más leves amonestaciones y toques de la gracia del corazón de nuestro Señor.
Permanece siempre con nosotros, te lo suplicamos, para que comprendamos debidamente
la Palabra de Dios, sigamos sus inspiraciones y cumplamos dócilmente lo que Dios quiere
de nosotros, haz que siempre estemos preparados y vigilantes, para que, cuando venga el
Señor, no nos encuentre dormidos. Amén.

Padre Nuestro que estas en los cielos..... etc.

En Honor de San Rafael Arcángel:


Oración: Mensajero del Amor de Dios, hiere nuestro corazón con amor ardiente por Dios
para que cada día en la vida perseveremos siempre en el camino de la caridad y por el
amor seamos victoriosos en todo. Angel del Señor, San Rafael, fuiste encargado de recoger
las oraciones y las lágrimas de los que sufren para presentarlas ante el trono de la Divina
Majestad. Remedia los males de los que te invocan con el aceite santo de la sanación. Mira
las tribulaciones a las que estamos sometidos y cumple tu oficio de medico del cuerpo y del
alma, alcánzanos fortaleza y paz para que pueda contar la misericordia del Señor. Amén.

Padre Nuestro que estas en los cielos.... etc.

En Honor del Angel de la Guarda:


Oración: Tú Angel de Dios, que estas a cargo de mí, desde el querido Padre de la
Misericordia, hasta el Rey Pastor del aprisco de los Santos, haz la ronda alrededor de mí.
Aparta de mí toda tentación y peligro. Rodéame en medio del mar de injusticias, y en todos
los pasos retorcidos y angustiosos, mantén mi barca siempre firme. Sé una llama brillante
delante de mí, sé una estrella que me oriente encima de mí, sé un suave sendero delante de
mí, y sé un benévolo pastor detrás de mí, hoy y siempre. Amén.
Padre Nuestro que estas en los cielos....... etc.

ORACION
¡Oh Glorioso Príncipe, San Miguel! Jefe principal de la Milicia Celestial; Guardián
fidelísimo de las Almas; Vencedor eficaz de los espíritus rebeldes; Fiel Servidor en el
Palacio del Rey Divino, sois nuestro admirable guía y conductor. Vos que brilláis con
excelente resplandor y con virtud sobrehumana libradnos de todo mal. Con plena
confianza recurrimos a Vos. Asistidnos con vuestra afable protección; para que seamos
más y más fieles al servicio de Dios, todos los días de nuestra vida. Rogad por nosotros,
¡Oh Glorioso San Miguel! Príncipe de la Iglesia de Jesucristo. Para que seamos dignos de
alcanzar sus promesas.

Omnipotente y Eterno Dios, os adoramos y bendecimos por vuestra maravillosa bondad


que con el misericordioso deseo de salvar las almas del género humano, habéis escogido al
Glorioso Arcángel San Miguel, como Príncipe de vuestra Iglesia. Humildemente os
suplicamos, Padre Celestial que nos libréis de nuestros enemigos. En la hora de la muerte,
no permitáis que ningún espíritu maligno se nos acerque, para perjudicar nuestras almas.
¡Oh Dios y Señor Nuestro!, guárdanos por medio de este mismo Arcángel. Enviadle que
nos conduzca a la Presencia de Vuestra Excelsa y Divina Majestad. Os lo pedimos por los
méritos de Jesucristo, Nuestro Señor. Amen.

ACTO DE CONSAGRACION A SAN MIGUEL ARCANGEL


Oh Príncipe Noble de las Jerarquías Angelicales, valeroso Guerrero de Dios, amante
celoso de su Gloria, terror de los ángeles rebeldes, amor y delicia de todos los ángeles
justos, mi amado San Miguel, yo deseo ser considerado entre tus numerosos devotos y, hoy
me ofrezco y consagro a ti. Me ofrezco yo mismo, mi trabajo, mi familia, amigos,
hermanos, estudios, acciones espirituales y materiales y todo lo que Yo poseo bajo tu
poderosa protección. Es muy pequeña mi oferta siendo yo un miserable pecador, pero Tú
aprecias el afecto cordial de mi pobre corazón. Recuerda que desde este día, estoy debajo
de tu protección durante el resto de mi vida. Ayúdame a obtener el perdón de mis muchos y
dolorosos pecados, la Gracia para amar con todo corazón a mi Dios, mi estimado
Salvador Jesús, a mi dulce Madre María, y a todos los hombres, mis hermanos amados del
Padre y redimidos por medio del Hijo. Ayúdame a obtener el amparo necesario para
merecer la corona de la gloria.

Defiéndeme de mis enemigos espirituales, particularmente en los últimos momentos de mi


vida. Ven, oh príncipe Glorioso a socorrerme en mi ultima agonía, y con tu arma poderosa
lanza lejos de mí en los abismos infernales a ese ángel orgulloso y embustero que un día tú
postraste en el combate celestial. Preséntame entonces al trono de Dios para cantar
contigo, Oh Glorioso San Miguel Arcángel, con todos los ángeles y Santos, alabanzas,
honor y gloria a aquél que reina por los siglos de los siglos. Amén.

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