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Génesis 1 - Comentario Bíblico de Matthew Henry

Vv. 1, 2.El primer versículo de la Biblia nos da un relato satisfactorio y útil del
origen de la tierra y de los cielos. La fe del cristiano humilde entiende esto mejor
que la fantasía de los hombres más doctos . De lo que vemos del cielo y la tierra
aprendemos el poder del gran Creador. Que el hecho de ser creados y nuestro
lugar como hombres, nos recuerden nuestro deber cristiano de mantener
siempre el cielo a la vista y la tierra bajo nuestros pies. El Hijo de Dios, uno con el
Padre, estaba con Él cuando éste hizo el mundo; mejor dicho, a menudo se nos
dice que el mundo fue hecho por Él y que sin Él nada fue hecho. ¡Oh, qué
elevados pensamientos debiera haber en nuestra mente hacia el gran Dios que
adoramos, y hacia ese gran Mediador en cuyo nombre oramos! Aquí, en el
principio mismo del texto sagrado, leemos de ese Espíritu Divino cuya obra en el
corazón del hombre se menciona tan a menudo en otras partes de la Biblia.
Observe que, al principio nada deseable había para ver, pues el mundo estaba
informe y vacío; era confusión y desolación . En manera similar, la obra de la
gracia en el alma es una nueva creación: y en un alma sin gracia, que no ha
nacido de nuevo, hay desorden, confusión y toda mala obra: está vacía de todo
bien porque está sin Dios; es oscura, es las tinieblas mismas : este es nuestro
estado por naturaleza, hasta que la gracia del Todopoderoso efectúa en nosotros
un cambio .

Vv. 3-5.Dijo Dios: Sea la luz; Él la quiso, e inmediatamente hubo luz. ¡Qué poder el
de la palabra de Dios! En la nueva creación, lo primero que se lleva al alma es la
luz: el bendito Espíritu obra en la voluntad y en los afectos iluminando el
entendimiento . Quienes por el pecado eran tinieblas , por gracia se convierten en
luz en el Señor. Las tinieblas hubieran estado siempre sobre el hombre caído si el
Hijo de Dios no hubiera venido para darnos entendimiento , 1 Juan v. 20. La luz
que Dios quiso, la aprobó. Dios separó la luz de las tinieblas , pues, ¿qué
comunión tiene la luz con las tinieblas ? En los cielos hay perfecta luz y ningunas
tinieblas ; en el infierno, la oscuridad es absoluta y no hay un rayo de luz. El día y
la noche son del Señor; usemos ambos para su honra: cada día en el trabajo para
Él y descansando en Él cada noche. Meditando día y noche en su ley.
Vv. 6-13.La tierra estaba desolada, pero por una palabra se llenó de las riquezas
de Dios, que todavía son suyas. Aunque se permite al hombre su uso, son de
Dios y para su servicio y honor deben usarse. La tierra, a su mandato , produce
pasto, hierbas y frutos . Dios debe tener la gloria de todo el provecho que
recibimos del producto de la tierra. Si tenemos interés en Él, que es la Fuente, por
la gracia, nos regocijaríamos en Él cuando se secan los arroyos temporales de la
misericordia .

Vv. 14-19.El cuarto día de trabajo da cuenta de la creación del sol, la luna y las
estrellas. Todo es obra de Dios. Se habla de las estrellas tal como aparecen
antes nuestros ojos, sin decir su cantidad , naturaleza, lugar, tamaño o
movimientos ; las Escrituras no fueron hechas para satisfacer la curiosidad ni
para hacernos astrónomos , sino para conducirnos a Dios y hacernos santos. Las
luces del cielo fueron hechas para servirle a Él; lo hacen fielmente y brillan a su
tiempo sin faltar. Nosotros estamos como luces en este mundo para servir a
Dios; pero, ¿respondemos en manera similar a la finalidad para la que fuimos
creados? No: nuestra luz no resplandece ante Dios como sus luces brillan ante
nosotros . Hacemos uso de la creación de nuestro Amo, pero nos importa poco la
obra de nuestro Amo.

Vv. 20-25.Dios mandó que se hicieran los peces y las aves. Él mismo ejecutó esta
orden. Los insectos , que son más numerosos que las aves y las bestias, y tan
curiosos , parecen haber sido parte de la obra de este día. La sabiduría y el poder
del Creador son admirables tanto en una hormiga como en un elefante. El poder
de la providencia de Dios preserva todas las cosas y la feracidad es el efecto de
su bendición.

Vv. 26-28.El hombre fue hecho después de todas las criaturas: esto era tanto un
honor como un favor para él. Sin embargo, el hombre fue hecho el mismo día que
las bestias; su cuerpo fue hecho de la misma tierra que el de ellas; y mientras él
está en el cuerpo, habita en la misma tierra con ellas. ¡No permita Dios que
dándole gusto al cuerpo y a sus deseos, nos hagamos como las bestias que
perecen! El hombre fue hecho para ser una criatura diferente de todas las que
habían sido hechas hasta entonces. En él tenían que unirse la carne y el espíritu,
el cielo y la tierra. Dios dijo: “Hagamos al hombre”. El hombre, cuando fue hecho,
fue creado para glorificar al Padre, Hijo y Espíritu Santo. En ese gran nombre
fue creado para glorificar al Padre, Hijo y Espíritu Santo. En ese gran nombre
somos bautizados pues a ese gran nombre debemos nuestro ser. Es el alma del
hombre la que lleva especialmente la imagen de Dios. El hombre fue hecho recto,
Eclesiastés vii. 29. Su entendimiento veía clara y verdaderamente las cosas
divinas; no había yerros ni equivocaciones en su conocimiento ; su voluntad
consentía de inmediato a la voluntad de Dios en todas las cosas. Sus afectos
eran normales y no tenía malos deseos ni pasiones desordenadas. Sus
pensamientos eran fácilmente llevados a temas sublimes y quedaban fijos en
ellos. Así de santos, así de felices , eran nuestros primeros padres cuando tenían
la imagen de Dios en ellos. ¡Pero cuán desfigurada está la imagen de Dios en el
hombre! ¡Quiera el Señor renovarla en nuestra alma por su gracia!

Vv. 29, 30.Las hierbas y las frutas deben ser la comida del hombre, incluido el
maíz y todos los productos de la tierra. Que el pueblo de Dios ponga sobre Él su
carga y no se afane por qué comerán ni qué beberán. El que alimenta las aves del
cielo no permitirá que sus hijitos pasen hambre.

V. 31.Cuando nos ponemos a pensar en nuestras obras hallamos , para vergüenza


nuestra, que en gran parte han sido muy malas; pero cuando Dios vio su obra,
todo era muy bueno. Bueno pues todo era cabalmente como el Creador quería
que fuera. Todas sus obras, en todos los lugares de su señorío le bendicen y, por
tanto , bendice, alma mía, al Señor. Bendigamos a Dios por el evangelio de Cristo
y, al considerar su omnipotencia , huyamos nosotros , los pecadores, de la ira
venidera. Si somos creados de nuevo conforme a la imagen de Dios en santidad,
finalmente entraremos en los “cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la
justicia ”.

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