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NOMBRE: Moran Aragundi Karen Gabriela

FECHA:19/06/2023

CURSO: 1”I”

ASIGNARUTA: Lengua y Literatura

TEMA: Ensayó Argumentativo

LA EXPERIMENTACIÓN ANIMAL
Según informes de noticias, un mono que podría haber estado infectado con un
peligroso patógeno, escapó de una jaula en un laboratorio donde los animales estaban
infectados con el virus del Ébola, ántrax y otras enfermedades letales. A una empleada
que lo reportó, presuntamente se le dijo que guardara silencio y que no fuera con los
funcionarios federales. Después del escape de un conejo infectado, la empleada, una
vez más, intentó denunciarlo, y eventualmente fue despedida. Ahora ha interpuesto
una demanda por despido injustificado.

Estos no son los primeros animales encerrados que escapan de los laboratorios de la
Universidad de Pittsburgh. Tal y como lo documentó un testigo de PETA, un mono
llamado Gimli escapó de una jaula. Cuando Gimli caminó por encima de las jaulas, los
empleados trataron sin éxito de convencerlo con comida y juguetes para que entrara
en una jaula. Mientras unos empleados miraban boquiabiertos, otros le gritaban a
Gimli desde otra habitación, haciendo que el mono les enseñara sus dientes e hiciera
ademanes agresivos. El personal tardó tres horas en atrapar a Gimli con una red y
devolverlo a la jaula.
Lo siguiente fue publicado originalmente el 9 de marzo del 2017:
Extremidades dobladas quirúrgicamente en posiciones antinaturales. Una herida sin
suturar tan profunda que exponía los tendones. Experimentos diseñados para matar
lenta y dolorosamente. Estos son solo algunos de los horrores documentados en las
imágenes filmadas por el testigo de PETA en los laboratorios ocultos del escrutinio
público en la Universidad de Pittsburgh.

Pitt, como se le conoce a la universidad, utiliza miles de animales, incluyendo perros,


gatos, monos, conejos, ratones y ratas en experimentos crueles. Este mundo de
sufrimiento era mantenido en secreto hasta que PETA entró y puso al descubierto lo
que los contribuyentes estadounidenses están financiando allí. Pitt recaudó más de
$475 millones en subvenciones federales para investigación tan solo en el 2016, y
mucho de ello fue desperdiciado en experimentos con animales.

Esto es lo que encontramos: los experimentadores, no los veterinarios, a menudo


dieron las órdenes referentes al cuidado de los animales, y los experimentos, los
cuales eran horriblemente crueles y aparentemente inútiles, fueron aprobados tanto
por la universidad como por los organismos federales que los financian.

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