Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
2DO SEMESTRE.
TEMARIO:
La clave no es el sentirse feliz, sino percibir aquello que nos hace sentir así; percibir aquellas
personas que nos hacen sentir esa felicidad. Cuando uno realmente ve desde afuera las
situaciones de su vida y los momentos, es cuando uno empieza a realmente a ser consciente de
las cosas y de agradecer.
Muchas veces los pensamientos se hacen pasar por sentimientos, el hecho de pensar muchas
veces algo y querer creer que es un sentimiento puede llegar a ser un error grave de crear una
realidad que no existe en nosotros. Los sentimientos generan intimidad, que tiene valor para
mí. El hecho de sentir mucho nos ciega de cierta forma de otras cosas (convicción).
VIDEO - Todo lo que creemos saber de las adicciones está mal.
La adicción se da por el hecho de no poder estas presentes en la vida de uno, o no tener esas
relaciones que nos “llenen” de cierta forma para que nosotros no hagamos esas cosas. La
adicción puede ser por la desconexión entre otros o la desconexión con uno mismo.
A mi parecer y con relación del video las adicciones es lo que le permite a uno a ver la realidad
que desearíamos vivir, muchas veces la sensación momentánea de algo puede hacernos
sentirnos más conectados con la realidad. Mientras más sentimos la conexión con la realidad y
con los que amamos nos permite mantenernos en ese pico de felicidad sin adicciones que nos
lleven a ese punto. Capaz no la realidad verdadera, pero estaríamos mas conectados a la
realidad que querríamos vivir.
Dependiendo del momento del primer acto será, el momento de si comienza o no la adicción.
Primero que claramente varía según si la persona va a tender a adicciones o no (genética),
luego dependerá del momento de vida de la persona, uno puede estar muy feliz y probar algo
que le provoque adicción ya que ese momento lo llevo a un punto mayor de felicidad o luego
relacionara ese objeto adictivo a ese pique o tope de felicidad, aunque también es por el caso
contrario al estar muy tristes probamos algo y nos lleva a sentir momentos de mayor
paz/tranquilidad/felicidad lo cual va a llevar a un circulo vicioso.
Al hablar de genética me refiero y soy creyente de que todo vicio tiene desconexión ya sea con
uno mismo o con el entorno, la desconexión de algún familiar ante pasado puede ser el
causante de la adicción genética (física) de la persona sufriendo la adicción.
Hoy en día muchas veces sucede que con las sensaciones sentidas en lo virtual uno tiende a
creer que creo un sentimiento. Por así decirlo los sentimientos y sensaciones actúan de manera
reciproca, los sentimientos se expresan en sensaciones y esas mismas sensaciones forman
parte de los sentimientos.
Nosotros como ser humanos tenemos la posibilidad de reconocer sensaciones y detectar si son
partes realmente de un sentimiento.
Chain-ver
Uno va desarrollando su sensibilidad hacía las cosas y lo hace desde el aprendizaje afectivo.
Algo fundamental para la convivencia y las relaciones del día a día es conocer la neurociencia y
el funcionamiento del otro. Algo que se debe conocer es el lenguaje afectivo del otro, el
ejemplo de la pareja, el lenguaje afectivo del hombre es hacerle saber las cosas que hace bien
y mediar las acciones. Muchas veces también Es ideal para saber querer y respetar al otro
como
El deseo de alguien o algo es el deseo de la conexión con ese alguien/algo. Uno no puede
forzar las sensaciones ya que sería forzar la realidad. Conectar con la realidad es tratar de
entender y vivirla.
¿Teoría de la relatividad?
-ridículo ¿
- el deber o la responsabilidad
-moral
EJERCICIO.
Una película que me haya dado esas “ganas de vivir” es Mamma Mia y hay muchas razones
por la cual. Al ser un musical, da esa perspectiva de ver la vida con cierto color y con otro oído,
también los paisajes y el concepto de vida que tiene el personaje principal es de aventura, con
mirada positiva en donde sea, en su momento de mayor soledad logro encontrar no sentirse
sola, vive la vida en el momento, conoce, llora y ríe y no se estanca en emociones, sino fluye
con ellas.
Estar atento y activo para no fracasar, “todo depende de uno”. Todo se vuelve relativo se vuelve
precario, quien es predominantemente actor se siento comprometido y que es el encargado de
todo, se adelanta a los acontecimientos, tiene a liderar (soledad del héroe), muchas veces
existe la soledad e inseguridad de si está o no haciendo lo correcto y su modo de luchar es
analizar y enfrentar.
“Ver existencia como espectador, puede ser más sabio y menos dada a la acción, tiende a
esperar y ver la vida desde afuera, no tan activo. Piensa que las cosas no se pueden cambiar”.
Uno no se termina interesar por nada enserio.
Todos buscamos la felicidad. Una felicidad que nos permita tener una vida lograda. La
buscamos siempre y el buscarla “va con nuestro ADN”. La felicidad es nuestro fin último y
estamos orientados hacia ella, aunque el modo de buscarla sea distinto según la persona.
Por otro lado, nuestras acciones son un medio para un fin: deseo obtener algo y alcanzar un
estado de las cosas nuevo, que solo se entiende desde la búsqueda última de felicidad, del
sentido en nuestra vida, de la vida lograda. Actúo con vistas a ser feliz, a tener una vida plena y
lograda; y en mi caminar busco los medios que percibo como adecuados para lograrlo.
En el libro de Llano, el autor explora distintos caminos para llegar a la vida lograda. Primero se
plantea si el dinero nos ayuda; y apunta que el dinero es un medio no un fin. Sirve para otras
cosas, pero la felicidad no puede estar en acumular, en el acopio. El dinero no se puede
convertir en un fin de la vida, porque es un medio.
Luego explora el placer. Se da cuenta de que el placer se puede querer por sí mismo y puede
satisfacer nuestro deseo, nos puede llenar. Pero el placer viene “después”, es un resultado, una
consecuencia, no una acción. No hay acciones que sean “placer” sino que el placer es el
resultado de una acción. Viene de algo que realizas o has conseguido: uno realiza una acción
buena, prueba una comida nueva… y se siente bien. Además, el placer no solo viene “después”
sino que “satura”. Cuando se busca por sí mismo cada vez resulta menos placentero y tiene un
límite. No es irrestricto.
Por último, estudia el poder y la fama. Al igual que el dinero, el poder es un medio para otra
cosa. Un medio que puedo poner a mi servicio o al servicio de los demás. Y respecto a la fama,
esta solo la pueden tener algunos y depende del reconocimiento de los demás. Aquello que
sea la fuente de la vida lograda no puede ser algo que me dan los otros según su parecer y,
sobre todo, tiene que estar al alcance de todos. La fama solo está al alcance de muy pocos.
Dinero y poder son medios que nos deben ayudar para alcanzar la vida lograda, pero tienen
que estar a su servicio, no los podemos convertir en fines. Solo el placer es algo que se puede
querer como fin y, de hecho, dinero y poder se ponen al servicio de los demás o se acaban
poniendo al servicio de la propia satisfacción hedonista. Pero, aunque la felicidad es
placentera, en el placer no puede estar la felicidad, porque el placer viene después, como
consecuencia, y además tiene un límite en el que satura.
Entonces, de lo que hemos visto hasta ahora podemos deducir cuáles son los rasgos propios de
aquello que vaya a constituir la felicidad:
1. Tiene que ser un fin en sí mismo. No es algo que se busca por razón de otra cosa: no
puede ser un medio.
2. Además, tiene que ser completo en sí mismo, que no necesite de algo más.
3. Tiene que ser una forma de vida, un modo de vivir, que se da en la acción, no como
resultado de la acción. Tiene que estar presente, ser actual, no algo que se consigue
más adelante.
4. Por último, tiene que poder desarrollarse sin un tope: no puede ser algo que me canse
y sature, o que tenga un límite.
Además, para conseguir esa vida lograda necesitaré las virtudes, que son las que me capacitan
para conseguir el bien arduo que es necesario para ser feliz. Sin ellas, querría, pero no podría.
Querría como deseo, e incluso podría saber hacia dónde tengo que orientarme y quererlo
voluntariamente, pero no podría realizarlo. Las virtudes son un medio necesario que forma
parte de la vida lograda, pero no constituyen la vida lograda, no son suficientes en sí.
Entonces, ¿que reúne las características antes descritas? Pues básicamente dos acciones: el
conocimiento y el amor. Ambas son un fin en sí mismas, no las busco para otra cosa, no las
busco por su utilidad (aunque sean útiles), sino porque son valiosas en sí, son fines en sí.
Además, son suficientes en sí mismas (no requieren de otra cosa para completarlas), se tienen
en presente (el conocimiento y el amor están en acto) y pueden crecer irrestrictamente (no
tienen un tope).
La diferencia entre una y otra es que el conocimiento parece necesario para el amor, solo se
puede amar lo que se conoce. Si de algo no atisbo un mínimo (por ejemplo, su existencia) no lo
puedo amar. Pero el conocimiento no tiene porqué implicar amor: hay cosas y personas que
puedo conocer, pero no amar. Por otro lado, el conocimiento satisface sobre todo nuestro
intelecto, pero no necesariamente todas las dimensiones de la persona en su conjunto. Por
último, el conocimiento parece que se queda en mí, aunque se puede dar, no es estrictamente
necesario compartirlo.
El amor, por el contrario, requiere necesariamente de otro, de los demás. De este modo,
parece llegar más allá que el conocimiento y por lo tanto ser fuente de mayor plenitud. Apela a
todas las dimensiones de la persona y requiere de interlocutores para que exista: mi amor se
dirige a alguien, por lo menos en su expresión más elevada. Pero ¿qué significa que hay
expresiones más elevadas de amor?
Llano distingue entre cuatro amores que van desde el más básico al más elevado. No son
distintos modos de amar, en el sentido de que el amor más elevado integra adecuadamente a
los tres anteriores. Pero, a la vez, uno puede amar reduciendo a niveles más bajos lo que sería
propio de niveles más altos.
1) El amor más básico es el amor de necesidad. Tenemos necesidades que satisfacer. Este el
amor por la supervivencia, o por los alimentos, o el amor de un niño por sus padres, porque los
necesita. “Quiero algo o a alguien porque necesito lo que me da”. Sea afecto, protección,
satisfacción… En este nivel el deseo y la necesidad son la actividad dominante. Es un deseo que
abunda en la posesión y en este nivel las personas se ven por lo que me pueden dar, por lo que
puedo obtener de ellas. En sí es bueno, pero el peligro es reducir lo que deberían ser amores
más elevados a este nivel, por ejemplo, aplicándolo a las personas, cuando uno ya es
suficientemente libre para amar de maneras más elevadas. Si cultivo el trato de una persona a
través de relaciones amistosas o sentimentales porque deseo conseguir algo de ella, entonces
la cosifico. Por la misma regla de tres me puedo dar cuenta cuando una persona tiene
necesidad de mí, pero no me quiere a mí, sino lo que le puedo dar. Me quiere con amor de
necesidad.
3) El tercer nivel es el amor de reciprocidad. En este amor entrego lo que soy “si tú haces lo
mismo”, es una entrega condicionada a que sea mutua. Yo tengo algo que aportar y a la vez
recibo. En el paso anterior puede haber cierta donación, pero para obtener placer. En este caso
hay una entrega, “yo me doy”, pero es una entrega condicionada, “si tú te das”. Yo me doy y tú
te das. Hay cierta obligación de reciprocidad; y si no hay correspondencia se rompe. Como una
amistad que se desdibuja porque el otro no pone de su parte. Una vez más, este nivel sería
“necesario” para el siguiente, al igual que en este nivel se integran los dos anteriores. Tener
amigos es una necesidad y es placentero, pero no los tengo porque los necesite o porque me lo
hagan pasar bien, sino porque “nos compartimos”. Los quiero por sí mismos. Tener amigos es
bueno en sí.
4) El amor de donación es un querer donde sobre todo lo que me mueve es darme al otro, en
lo que soy y en lo que tengo. Es un darse "sin esperar nada a cambio" aunque siempre se
reciban cosas a cambio. El amor de unos padres a sus hijos es “sin exigencia de reciprocidad”,
aunque esperen o merezcan algún tipo de respuesta adecuada a su donación. Pero esa
respuesta no es exigida, sino que el amor mismo induce a darla. De igual modo, la amistad se
puede vivir como amor de donación y entrega y esto se aprecia, sobre todo, cuando el otro no
está en condiciones de darme nada a cambio y sigo junto a él. El amor de donación integra a
los demás, porque “necesito” amar así, porque proporciona placer y te sientes bien y porque
reclama correspondencia, aunque no la exija. Es un estaré para ti, incluso cuando no puedas
estar para mí. Aquí es donde entran las expresiones de amor más elevadas paterno-filiales,
conyugales, de amistad, religiosas, e incluso sacerdotales.
La presencia del amor de donación se nota cuando permanece a pesar de las dificultades:
aunque haya dificultades se sigue queriendo. Se nota también en la capacidad de agradecer,
perdonar, sacrificarse, reconocer, corregir, tener ternura...
El libro termina con una última cuestión que recopila ideas vistas: ¿cómo es ese tipo de vida
lograda? Y distingue entre dos enfoques vitales:
- Aquel que se regula por el paradigma de la eficiencia, donde se busca sacar el máximo
rendimiento a la propia vida. Desde este paradigma se maximizan los recursos de que
se disponen conforme al estilo de vida que se escoge vivir: ¿Esto para qué me sirve?
¿Me resulta útil o no? ¿Qué saco o qué aprendo con esto? ¿Cómo me beneficia? Busca
sobre todo la planificación de la propia persona y de sus experiencias, teniendo en
cuenta los “recursos”, tanto físicos como personales, de los que dispondría en su
entorno.
La vida que es movida por el amor es la que aporta. El que ama no trata de llenarse a sí mismo,
sino que se llena de la vida de los otros, cuando vive para ellos. La eficiencia de recursos, sin
duda, tiene su valor, pero sobre todo si se entiende como un modo de contribuir más y mejor
al enriquecimiento personal de todos.
Una vida lograda y feliz está guiada por el amor. A veces podemos pensar que la felicidad es
como un término, un lugar al que se llega una vez he conseguido algo, como si estuviese al final
de una serie de acciones. Pero la felicidad no es un lugar que está al final de algo o “después”,
no puede consistir en conseguir determinados objetivos.
Conseguir algo nos da cierta satisfacción pasajera que enseguida se desvanece. Mientras que la
felicidad apela a todo nuestro ser, es un modo de vida. No puede ser un resultado, un producto
que llega al final. La felicidad tiene que estar en el tipo de vida que ya llevamos, una vida que
ya me está llenando. Lo que me haga feliz tiene que ser las acciones que ya realizo. La felicidad
la descubre uno dentro de sí. No es que la busque de modo directo, sino que de repente la
encuentra en sí, si vive adecuadamente, si vive amando. No está en las cosas. La felicidad
aparece dentro cuando todo funciona bien y hay armonía entre todas las dimensiones de
nuestra vida.
Para amar, para entregarme, necesito una mirada contemplativa de personas y circunstancias,
no una mirada cosificadora o utilitarista. La mirada contemplativa es necesaria, porque jamás
sería capaz de darme a alguien que veo como un objeto. Si en la realidad no veo personas, en
cuanto tales, en mi corazón no habrá un amor de donación, porque no me puedo dar a un
objeto. No me puedo dar a algo que miro para ver qué puedo obtener de él. Esto vale para
cualquier tipo de entrega. Tengo que ser capaz de descubrir al otro, si no, no me doy. Y para
que sea autentica donación necesito acoger y recibir al otro en su totalidad, no solo como me
gustaría a mí que fuese o con los dones que quiero que tenga.
Solo se puede ser feliz y alcanzar una vida lograda cuando uno es constante en ese tipo de
amor de donación; y lo impresionante es que alguien pueda sostener ese amor de donación a
lo largo de toda su vida. Esa capacidad de donarse aquí y ahora en plenitud, solo puede ser
completa si engloba el pasado y el futuro: si me entrego con toda mi vida y si acojo la vida que
me viene dada, en su totalidad, con el pasado y el futuro. La libertad mayor, precisamente, es
ser capaz de amar así.
Creer que este modo de amar es posible es el único modo de llevarlo a cabo.
Tema 5.1) ¿Conocimiento o certeza? Toma de decisiones. (Ruth Chang y Uri Alon)
Carol Ryff, psicóloga estadunidense:
i) Autoaceptación
ii) Dominio del entorno
iii) Autonomía (decidir por uno mismo, no desconfiar de uno mismo, poder elegir
por uno mismo.)
iv) Crecimiento personal (que tanto uno le da importancia a su propio desarrollo)
v) Relaciones sociales positivas (saber elegir nuestro entorno, saber que el
crecimiento personal va de la mano a nuestro entorno y la buena elección de el mismo)
vi) Propósito de vida (ponernos objetivos para darle sentido a la vida)