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ESCLAVOS A LA PERFECCIÓN

Observación
“La gran consulta”
Se debe simular unas elecciones donde se debe hacer una consulta a la
siguiente declaración:
“Si quieres alcanzar el éxito y la felicidad en tu vida, debes esforzarte al máximo y
evitar errores, a la final la excelencia se conquista con la perfección”
Nota: Tener papeles disponibles para que las personas elijan el SI o el NO y
depositarlo en una caja, donde se realizará el conteo una vez todos hayan
depositado sus respuestas.

Vinculación
Proyectar el video de la canción: “En guerra”1 de Sebastián Yatra y pedir
al final algunas reflexiones del mismo.

Concientización
ESCLAVOS A LA PERFECCIÓN
Introducción
¿Por qué debemos luchar para alcanzar la perfección así obtener el amor, aprecio,
valor y admiración de los demás si en Jesucristo ya somos amados, aceptados e
inclusive de grande estima?
1. La esclavitud a la perfección surge desde la niñez
La esclavitud a la perfección tiene su inicio en la niñez, cuando en un intento
frustrado de “hacer algo para agradar a sus padres” los niños intentan hacerlo todo
perfecto para ser amados y aceptados y se instaura silenciosamente y de manera
implícita el amar según el proceder, donde las mejores sonrisas y las expresiones
de amor surgen después de un resultado perfecto.
La perfección es el peor camino para alcanzar la admiración, el amor y la
aceptación, pues por mucho que nos esforcemos y dediquemos, la naturaleza de la
vida, los diversos procesos que vivimos con sus variables innumerables y nosotros
mismos que somos tan susceptibles al error tendremos momentos donde erramos,
donde fallamos, donde nos descuidamos y las cosas no nos salgan tan perfectas
como las hemos idealizado.

1
https://www.youtube.com/watch?v=KAANzS240rM
amó Isaac a Esaú, porque comía de su caza; mas Rebeca amaba a Jacob.
(Génesis 25:28)
Podemos evidenciar en este pasaje, como el amor está asociado a lo que hacemos,
y sin lugar a duda cuando amamos, queremos agradar y honrar a esa persona, pero
lo que debemos analizar es ¿Qué sucede cuando nos equivocamos? ¿Qué pasa
cuando en lugar de darle una caza a nuestro padre le damos la noticia que no
logramos cazar nada? El amor nunca debe estar en cuestionamiento, no debe ser
condicionado jamás.
2. Libres viviendo como esclavos
El perfeccionista es un juez inclemente consigo mismo y por supuesto con los
demás; siempre listo a sancionar el más mínimo error, a reprobar toda acción que
no sea impecable, a censurar lo dicho, a criticar viendo lo negativo en todo.
En su afán de cumplir su juicio interno, trata de ser perfecto, asumiendo los
siguientes comportamientos que paradójicamente, producen el efecto contrario; se
siente más culpable. El perfeccionismo también se refleja muchas veces en:
2.1 Necesidad del control y el orden
2.2 Miedo al fracaso
2.3 Miedo a cometer errores
2.4 Procrastinación
2.5 Muy exigente conmigo mismo
2.6 Altas expectativas
2.7 Rechazar opiniones o las formas de hacer de otros
2.8 No disfruta los resultados
2.9 Lento en la ejecución por revisar repetitivamente cada paso de un proceso.
Cuando los resultados no son los esperados, el perfeccionista, actuando como su
juez, dicta el fallo condenatorio, provocando más angustia por no ser perfecto;
instituyendo la condición de esclavitud a esfuerzos fallidos, quitándose a sí mismo
la oportunidad de ser libres para percibirse a si mismos, como personas en proceso
de crecimiento. Hace muchísimos años se abolió la esclavitud en el mundo, Haití
fue el primer país en 1803 y el ultimo fue Mauritania en el año 1981, sin embargo,
el hombre continúa esclavizado por, por los tiránicos patrones de perfección
impuestos por sí mismo.
3. El valor y el amor no están en la perfección
Cuando comprendemos el origen de nuestra perfección, lograremos vencer la
neurosis perfeccionista, que nos lleva a experimentar dudas atormentadoras y el
miedo permanente ante la posibilidad del error.
El reconocimiento al esfuerzo, dedicación, entrega, competencia, habilidades, entre
otras más, nos lleva de manera indirecta a relacionar nuestro valor a las
capacidades, de tal manera de que si queremos ser más valorados debemos hacer
más, si queremos recibir más amor y reconocimiento debemos donarnos más, y esa
actitud se convierte en las cadenas que nos esclavizan a la perfección.
Que libertador es saber que nuestro valor y amor no están en nuestra performance,
no está en nuestras competencias y sí en esa sublime gracia con la que Dios nos
amó, no se trata de nosotros ser perfectos y si de ese perfecto amor de Dios, que
quiere llevarnos a un proceso de restauración, crecimiento y mejoramiento en amor.
En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el
temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el
amor. (1Juan 4:18)
Aplicación teoterápica
La misericordia de Dios es innegable y su misericordia se antepone a la justicia, Él
se acuerda de que somos polvo (Salmo 103:14) y su amor, compasión y gracia, son
una dadiva inmerecida, tomemos la decisión de ser guiados por el Espíritu Santo
para identificar los propósitos de nuestras debilidades, que Él nos permita identificar
los detalles para crecer y madurar como sus hijos amados y no para ser amados,
pues su amor es eterno, es inmerecido, es inagotable, nunca falla, nunca deja de
ser.

Determinación

Haga una lista de las actitudes y acciones que ha cultivado en su vida para ganar
amor, aprobación, aceptación y admiración de Dios y de los demás, luego escriba
la siguiente frase en grande debajo de esa lista.
“Tu amor por mí no depende de mí perfección, es tu perfecto amor que te hace
amarme tal como soy”

Consagración

Tiempo especial de oración. Se sugiere ambientar con la canción: “Tal como


soy” de Jesús Adrián Romero. Haciendo especial énfasis en agradecimiento a Dios
por su perfección y por perfeccionarnos día a día.

Reproducción

En su entorno familiar o social, cuente una situación en la que falló o se


equivocó y después converse sobre su aprendizaje de este tema.

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