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Consumo de Agua2
Consumo de Agua2
METROPOLITANA DE BARCELONA
Elena Domene Gómez*, David Saurí Pujol**, Xavier Martí Ragué ***, Jordi Molina
Vila ****, Sagrario Huelin *****
RESUMEN
En las zonas urbanas de los países desarrollados la mayor parte del consumo de agua corre a cargo del consumo
doméstico. La forma del crecimiento urbano y su creciente diferenciación entre distintas tipologías de vivienda
influye de manera muy directa en este consumo. Los consumos tienden a ser muy distintos según nos
encontremos ante un urbanismo de alta densidad edificatoria o, por el contrario, ante un urbanismo disperso, de
carácter extensivo con importantes usos exteriores, como por ejemplo, jardines y piscinas. Para ampliar el
conocimiento sobre cómo se distribuyen los consumos en las tipologías edificatorias características de los
diferentes modelos urbanos, se han realizado un total de 634 encuestas en hogares de la Región Metropolitana de
Barcelona. El análisis de los datos realizado permite encontrar relaciones entre los consumos y los ahorros
potenciales, y las diferentes tipologías edificatorias. Por tanto, cualquier política de gestión de la demanda, sobre
todo aquella orientada hacia el ahorro y el uso de recursos alternativos, debe tener en cuenta la existencia no de
un único sino de varios modelos residenciales.
1. Introducción
El consumo de las zonas urbanas consiste principalmente en consumo residencial (o
doméstico), industrial, comercial y de uso público, siendo el primero el más relevante. Por
ejemplo, el consumo doméstico de agua en la Región Metropolitana de Barcelona (RMB)
supone alrededor de un 67% del consumo total de agua que se sitúa en los 500 Hm3 anuales
(ATLL, 1999). Las fuentes de suministro en este área están formadas por recursos
superficiales provenientes del río Llobregat y del río Ter y de recursos subterráneos del
acuífero de los deltas del Llobregat y del Besós, con un total de una 500 Hm3/año disponibles.
En los últimos años ha existido un equilibrio en el balance recursos-demanda en la RMB, sin
embargo, el posible cambio de algunos de los factores que afectan sobre el consumo de agua
en los hogares podría truncar esta estabilidad. Diversos estudios de los países desarrollados
muestran cómo son muchas las variables determinan el consumo doméstico de agua: variables
climáticas como la temperatura y las precipitaciones (Vogel et. al, 1999), variables
económicas como la renta de los hogares ( Katzman, 1977), variables políticas como el precio
del agua (Jones et al., 1984; Gibbs, 1978), variables demográficas como el tamaño de las
familias y de las viviendas y la tipología de vivienda ( Saurí, 2003) y variables tecnológicas
como el tipos de instalaciones.
Por otro lado, los datos de los últimos diez años muestran como en las áreas más densas
propias de la ciudad compacta los consumos domésticos por cápita son menores (por ejemplo
los 132 litros por persona y día en la ciudad de Barcelona, o los 119 de Hospitalet de
Llobregat) que en las áreas de baja densidad (por ejemplo los 311 de Sant Cugat del Vallès, o
los 453 de Matadepera). Diversos autores como Tello (2001), Saurí (2003) y Domene y Saurí
(2003) muestran que en el ámbito de la RMB el consumo de agua es más elevado en las zonas
donde predominan casas unifamiliares. Según Domene y Saurí, el consumo de agua en
viviendas unifamiliares en diversos municipios de la RMB se sitúa entre los 300 lpd y los 400
lpd (variando en función de la renta) para las viviendas que tienen jardines de dimensiones de
más de 200 m2. Alrededor de un 30% del consumo total de agua en este tipo de vivienda está
destinado al riego del jardín. También diversos estudios muestran como los consumos
externos son menos estables en relación a la variaciones estacionales, el nivel de renta, la
tipología de vivienda (Loh y Coghalans, 2003; Syme et alt., 2004) y el precio del agua
diversos (Thomas y Syme, 1988).
Tabla 1: Evolución de la población en la Región Metropolitana de Barcelona. 1981-2001.
1981 1986 1991 1996 2001
Barcelonès 2.511.592 2.376.609 2.302.137 2.131.378 2.105302
Ciudades >50.000 habitantes* 849.064 848.490 885.332 886.198 915.461
Resto de la RMB 878.220 1.004.428 1.076.953 1.210.472 1.369.640
Total RMB 4.238.876 4.229.527 4.264.422 4.228.048 4.390.403
Fuente: Institut d’Estadística de Catalunya (www.idescat.es). * Dato para 1996.
Para las viviendas plurifamiliares intensivas se efectuó una selección de entre los municipios
que forman la comarca del Barcelonés y los municipios de más de 50.000 habitantes, todos
ellos caracterizados por una forma urbana compacta. Para la muestra de viviendas
unifamiliares se tomaron municipios con una proporción de esta misma tipología edificatòria
superior al 70% y se introdujo diversidad en función del valor medio del consumo doméstico
de agua por habitante de cada municipio. Para la tipología de vivienda plurifamiliar semi-
intensiva se escogieron entre los municipios de la RMB donde esta tipología edificatoria es
más frecuente. Una vez calculado el número de encuestas por municipio y por tipología
residencial, tanto los municipios como los hogares encuestados se seleccionaron
aleatoriamente, los segundos, a partir de la guía telefónica. La distribución de los municipios
de la muestra se puede observar en la figura siguiente.
Figura 1: La Región Metropolitana de Barcelona y los municipios de la muestra.
N
▲
Municipios de la muestra
Resto de la RMB
La encuesta está diseñada para obtener información de los consumos realizados en los
diferentes usos en relación con la higiene personal y doméstica, tanto en los consumos
interiores (ducha, inodoro, electrodomésticos, etc.) como exteriores (jardín y piscina).
Aspectos como el tipo de refrigeración o calefacción o como la limpieza del hogar o del
automóvil han quedado fuera del alcance de esta encuesta. Ésta se divide en 7 apartados: 1)
Características de la vivienda; 2) Usos de agua de interior (incluyendo si se dispone de
tecnologías domésticas de ahorro); 3) Hábitos de consumo en el interior; 4) Pérdidas; 5) Usos
exteriores (características de jardines y/o piscinas); 6) Consumos totales de agua según
facturación, y 7) Ingresos familiares. Las encuestas se tramitaron, bien por correo, bien por
teléfono, bien mediante visitas a los domicilios. En los casos de encuesta por correo o
mediante visita al domicilio, la información referente al consumo total según facturación, con
registros bimensuales o trimestrales, corrió a cargo de los encuestados, mientras que en las
encuestas por teléfono, ésta se consiguió en algunos casos a través de las diferentes
compañías suministradoras. Cabe destacar que aunque la instalación de contadores
individuales está implantada en la práctica totalidad de los hogares de la RMB solamente en
un 87% de los casos se obtuvo información referente a esta variable.
La estimación de la distribución de los usos del consumo de agua en las diferentes tipologías
residenciales se ha calculado teniendo en cuenta los siguientes aspectos:
- En usos interiores - Las frecuencias de uso o realización de la actividad y el tiempo
dedicado a cada actividad extraído a través de las encuestas, el supuesto de caudal de
12 l/min. para duchas y grifos, el supuesto de 60 l por lavado en lavadoras y de 30 l en
lavavajillas.
- En usos exteriores - Para el cálculo del consumo de agua por parte del jardín, se utilizó
una simplificación del método de Costello (Costello et alt., 1991), basado en la
Evapotranspiración de las plantas y se supuso que los jardines estaban regados de
acuerdo con las necesidades de las plantas.
Los valores encontrados en la muestra de tipología de vivienda más intensiva son parecidos a
los encontrados en las ciudades más compactas del Barcelonés (L’Hospitalet de Llobregat,
119 lpd; Sant Adrià del Besòs, 119 lpd; Santa Coloma de Gramenet, 117 lpd). Estas viviendas
se concentran principalmente entre las que tienen 50-100 m2, siendo la superficie media de
85,6 ± 30,5 m2, están habitadas por una media de 2,7 ± 1,2 personas por vivienda y tienen un
número total de puntos de consumo (suma de grifos, duchas, cisternas) de 8,7± 2,9. En el otro
extremo, tal y como se puede apreciar en la anterior tabla, las vivienda unifamiliares
presentan superficies medias más elevadas, un mayor número de personas por vivienda y un
total de puntos de consumo de cerca de 14. Por último, la tipología residencial en bloque de
pisos con zona comunitaria de jardín y piscina está a caballo entre las otras dos, con valores
intermedios para todas las variables.
Por lo que se refiere a los usos externos, como el jardín y la piscina, estos son más
característicos de la tipología unifamiliar y obviamente, de la tipología plurifamiliar semi-
intensiva con equipamientos comunitarios. De hecho, en el 92% de los casos, las casas
unifamiliares de la muestra disponen de un jardín privado. Estos son, en un 82,6%, jardines
pequeños de menos de 100 m2. Esto determina sustancialmente las necesidades hídricas del
jardín, que a igual tipología de jardín y clima, forzosamente serán inferiores a las de jardines
de mayores dimensiones. Las especies plantadas también tienen gran influencia sobre las
necesidades del jardín y, en especial, el césped se manifiesta como uno de los grandes
consumidores del jardín, particularmente variedades de césped no propias o no adaptadas a
climas secos y a elevadas temperaturas. En nuestro caso, un 49% de los jardines de casas
unifamiliares no tienen césped (principalmente jardines de menos de 20 m2), un 22% tienen
menos de un 50% de césped y un 29% tienen más de un 50%. Son precisamente los jardines
de pequeñas dimensiones y sin césped los que son regados con la tradicional manguera. En
cambio, el sistema de riego por aspersión y difusión está asociado normalmente a la
plantación de césped (un 79% de los jardines con más de un 50% de césped se riegan con
estos sistemas). En relación al origen de agua de riego del jardín, un 81% de los encuestados
utilizan siempre agua de la red general y un 4% combina este agua con agua de pozo. Un 10%
emplean únicamente agua de pozo y un 4% almacenan agua de la lluvia para estos fines. Las
piscinas, en cambio no están tan presentes como los jardines en las viviendas unifamiliares de
la muestra (24% de los casos). Estas suelen ser piscinas de menos de 100m3 (86%) y con un
circuito cerrado de depuración (75%).
La distribución de los usos que dan lugar a los consumos reseñados también arroja diferencias
importantes según la tipología residencial, sobretodo para la tipología unifamiliar (Ver Figura
2). Así, en la tipología plurifamiliar intensiva, que carece de usos exteriores, el consumo
correspondiente a la higiene personal de ducha-inodoro-lavabo supone un 72% del total del
consumo del hogar. Este porcentaje es muy similar (71 %) en el caso de la tipología
plurifamiliar semi-intensiva (en ésta se destina un 6 % del consumo a jardines comunitarios)
pero disminuye hasta un 45 % en el caso de la tipología unifamiliar. En este último grupo, el
jardín supone un 36% del consumo total del hogar.
En las viviendas unifamiliares de nuestra muestra el valor medio del consumo de agua por
cápita destinado a riego del jardín es de unos 75,0 ± 126,4 lpd. La elevada desviación
estadística se explica por el hecho de que los jardines de la muestra presentan superficies muy
diferentes. Los 75,0 lpd corresponderían a las necesidades hídricas de un jardín de unos 200
m2, con menos de la mitad de césped y regado adecuadamente, tipología de jardín que
representa las características medias de los jardines de la muestra y con la que se trabajará a lo
largo del estudio. Para los jardines comunitarios se supone el gasto de un jardín de unos 300
m2, con más de la mitad de césped y regado adecuadamente.
Figura 2: Distribución de los usos del agua según diferentes tipologías edificatorias.
Plurifamiliar intensivo Plurifamiliar semi-intensivo Unifamiliar
7%
6% Ducha
8% 21%
5% 4% Inodoro (WC)
34% 29%
4% 36% Lavabo
3%
10% Lavadora
9% 13% Cocina
Lavavajillas
5%
18% Otros
22% 20% 11%
21% Jardín
4% 2% 8%
Los datos anteriores muestran como los mayores ahorros potenciales se encuentran, por un
lado, en el ámbito de la higiene personal y, por otro, en el diseño y riego de jardines privados.
A continuación se estima cual puede ser el ahorro con la introducción de diferentes medidas:
Medida de ahorro A:
- En usos interiores: Instalación de dispositivos de ahorro en todos los aparatos: grifos
monomando con limitador de caudal, duchas con temperatura y caudal regulable,
cisternas con dispositivo de doble descarga. Se han utilizado las hipótesis máximas de
ahorro que marcan los fabricantes: 50% en grifos y duchas y 30% en cisternas.
- En usos exteriores – i) Substitución de todo el césped por plantas adaptadas a la
climatología; ii) Disminución del área de césped hasta un máximo del 30% del jardín;
iii) Mantenimiento de la misma tipología del jardín pero con sistemas de riego más
eficientes
Medida de ahorro B:
- Reutilización de agua procedente del lavabo y de la ducha, previamente depurada,
para la cisterna del inodoro. Se consigue que el consumo por parte del inodoro sea
igual a 0.
Medida de ahorro C:
- Combinación de medida de ahorro A y B.
Según nuestros cálculos (Ver Figura 3), el ahorro potencial máximo para la tipología
plurifamiliar intensiva aplicando dispositivos de ahorro en todos los aparatos del hogar
(Medida de ahorro A) se puede establecer aproximadamente en un 23% de los consumos
actuales, pasando a ser de 97 lpd. Para la tipología plurifamiliar semi-intensiva, este ahorro
sería de un 34 %, pasando de 160 lpd a 103 lpd, con los mayores ahorros conseguidos en la
ducha. Para el caso de las viviendas unifamiliares, la medida de ahorro A, variaría en función
sobre todo de la presencia de césped. Si todo el césped se substituyera por especies autóctonas
de menor consumo, y se aplicaran las mismas medidas en los usos interiores que en las otras
tipologías, el ahorro total alcanzaría alrededor de un 32 % de los consumos actuales. Si por el
contrario, se disminuyera la superficie de césped hasta un máximo de un tercio de la
superficie total del jardín, el ahorro potencial sería del 28%, situándose el consumo total en
los 150lpd. En cambio, si se mantuviera el césped y se regara con métodos más eficientes, el
ahorro sobre el consumo del jardín no superaría el 5 %, y éste, junto al resto de medidas sobre
los usos interiores, sería de un 22%.
Figura 3: Comparación del consumo doméstico per cápita con diferentes medidas de ahorro en función de
la tipología residencial.
Plurifamiliar intensivo
Inodoro (WC)
Sin
Lavabo
Lavadora
A
Cocina
Lavavajillas
B
Otros
Jardín
C
Plurifamiliar semi-intensivo
Inodoro (WC)
Sin
Lavabo
Lavadora
A
Cocina
Lavavajillas
B
Otros
Jardín
C
Unifamiliar
Inodoro (WC)
Sin
Lavabo
Lavadora
A
Cocina
Lavavajillas
B
Otros
Jardín
C
Fuente: Elaboración propia. La medida A está calculada para una disminución del área de
césped hasta un máximo del 30% del área del jardín.
5. Conclusiones
Este trabajo ha pretendido aumentar nuestros conocimientos sobre la demanda doméstica de
agua a partir de la diferenciación de esta demanda según tipologías edificatorias. Los
resultados obtenidos confirman la hipótesis ya expresada por muchos autores acerca del
mayor consumo que se produce en las viviendas unifamiliares, especialmente por el peso de
los usos exteriores. El consumo exterior por parte del riego jardín se sitúa alrededor de los 75
lpd en esta tipología edificatoria (valor medio del conjunto de la RMB), pudiendo superar éste
los 90 lpd en viviendas de elevado poder adquisitivo. Si se compara éste con los 4,9 lpd
dedicados a jardinería privada en este ámbito (Parés et al., 2004), el consumo de agua por
parte de la jardinería privada resulta muy elevado. Teniendo en cuenta que este consumo se
dedica a un uso particular y no colectivo y que el aumento del gasto hídrico destinado a
jardinería privada, si se continúa desarrollando el modelo basado en urbanización de baja
densidad, podría desestabilizar el precario equilibrio de la RMB, se hace necesaria la
adopción de medidas que puedan disminuir el consumo de agua en este ámbito. Algunas de
estas medidas podrían ser la continuidad con el modelo de ciudad mediterránea,
tradicionalmente compacta y menos consumidora de recursos sostenible (Muñoz, 2003;
Rueda, 1995) y, a menor escala, la adopción de criterios de xerojardinería ( Burés, 1993) en la
jardinería privada.
El trabajo también ha presentado una estimación de las posibilidades de ahorro de agua según
las distintas tipologías edificatorias, no únicamente en los consumos exteriores sino también
en los interiores. Los resultados muestran que existe un potencial de ahorro no
menospreciable en lo referente al consumo doméstico de agua en nuestras ciudades y
confirman de manera significativa la importancia de actuar sobre la demanda de agua a fin de
reducir los desequilibrios hídricos. Para ello, sin embargo, es necesaria una actitud decidida
por parte de las administraciones públicas, especialmente a la hora de promulgar normativas
que hagan obligatorias estas tecnologías de ahorro y/o reutilización por lo menos en las
nuevas construcciones.
Agradecimientos
El presente estudio resume algunos resultados de la “Encuesta sobre el consumo doméstico de
agua en la Región Metropolitana de Barcelona”. Esta encuesta y el proyecto asociado se
consiguió gracias a un convenio de colaboración entre el Institut de Ciència i Tecnologia
Ambientals de la Universidad Autónoma de Barcelona, la Fundación AGBAR, la Fundación
ABERTIS y el Departament de Medi Ambient i Habitatge de la Generalitat de Catalunya y
fue financiado por la Fundación AGBAR y la Fundación ABERTIS. Muy especialmente
queremos agradecer al Sr. Martí Boada por todo el esfuerzo y la confianza que han depositado
en este proyecto y por sus siempre valiosos comentarios y aportaciones. A Monika Hebeisen
y Naiara Garriga por toda su trabajo en el diseño y la tramitación de la encuesta. Asimismo,
nos gustaría agradecer al Dr. Joan David Tàbara, sociólogo del Institut de Ciencia i
Tecnologia Ambientals por su gran ayuda en el diseño de la misma.
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eport/F