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BATERIAS Y SUPERCAPACITORES

Que son las baterías


Las baterías son los elementos indispensables para generar corriente eléctrica de forma
portátil. Estos elementos que actúan de acumuladores de energía nos permiten la utilización
de todo tipo de dispositivos sin estar necesariamente conectados a una toma de corriente
eléctrica.

¿Cómo funcionan las baterías?


Encontramos en el mercado multitud de modelos y tipos de baterías, pero en todas ellas el
funcionamiento suele ser similar. El principio básico de las baterías se fundamenta en una
reacción electroquímica que produce electrones. Estos electrones se desplazarán del polo
negativo de la batería hacia el polo positivo y para que esto se produzca el circuito debe
cerrarse. Por este motivo cuando nuestro teléfono está apagado la batería no pierde carga,
o del mismo modo, cuando utilizamos un circuito simple con un interruptor y una bombilla,
solo descargará la batería cuando el circuito esté cerrado.
Habitualmente las baterías son formadas de un cubrimiento exterior metálico o en plástico,
que contiene el terminal o borne positivo y el negativo. En el interior una membrana separa
el llamado cátodo o polo positivo y el ánodo o polo negativo mientras que los electrólitos del
interior permiten la circulación de los electrones que generan la corriente eléctrica.

El principio de funcionamiento de esta reacción química para generar energía se basa


en la reacción del ánodo o polo negativo para generar electrones mientras que el cátodo
o polo positivo los absorbe, principio conocido cómo reducción-oxidación. Mientras el
circuito permanezca cerrado la batería generará esta reacción química, y por lo
consecuente, corriente eléctrica hasta que su sustancia se termine.

TIPOS DE BATERIAS

Acumuladores desechables o recargables


Las baterías principalmente se dividen en desechables y recargables, también conocidas
como primarias y secundarias. Las baterías o acumuladores desechables son de único uso,
luego se vuelven inservibles ya que la reacción química interior se ha agotado. Las más
comunes de este tipo serían las de zinc carbono o las alcalinas, las primeras de menor
rendimiento que las segundas. Las utilizamos en todo tipo de objetos cómo mandos a
distancia, juguetes, o luces portátiles. Las baterías o acumuladores recargables ofrecen la
ventaja de volver a ser cargadas para su nueva utilización cuando han sido descargadas.
Las más convencionales son las de plomo-ácido, o conocidas cómo baterías húmedas, han
sido las utilizadas hasta ahora en coches o motos, por ejemplo. Las recargables de mayor
rendimiento hasta ahora han sido las de iones de litio mucho más pequeñas y ligeras, con
un rendimiento superior y una carga más rápida. Estas son las utilizadas en dispositivos
móviles portátiles, como tabletas o smartphones.

CLASES DE BATERIAS
En esta sección presentaremos los principales tipos de acumuladores de energía existentes
en el mercado, con sus principales usos, ventajas e inconvenientes.

Baterías o pilas alcalinas


Estos acumuladores son habitualmente desechables y usan hidróxido de potasio como
su electrólito, así como una reacción química entre el zinc y el dióxido de magnesio para
generar la corriente eléctrica. Las pilas alcalinas destacan por una corriente de gran
estabilidad, usada en la mayoría de juguetes para niños, las linternas convencionales o
los mandos a distancia.
Las pilas alcalinas han avanzado para eliminar el contaminante mercurio que se
producía en su interior, de todos modos, siempre debemos tirarlas en puntos de
recogida de reciclaje, ya que siguen siendo altamente contaminantes para el medio
ambiente.
Hay que tomar precauciones con las pilas alcalinas en desuso, en especial con los
niños, ya que pueden generar fugas de hidróxido de potasio, visualmente una espuma
blanquinosa fuera de la pila, que es altamente contaminante y puede generar
irritaciones en la piel, las vías respiratorias o los ojos. Es siempre aconsejable no
mezclar pilas de distintos tipos, reemplazar todas las pilas cuando una se agota, y
guardarlas en un lugar seco cuando no usamos el dispositivo.

Baterías de ácido plomo


Son los acumuladores más comunes hasta ahora utilizadas en coches, motos o barcos,
entre muchos otros usos. Estas baterías son formadas por dos electrodos de
plomo, durante el proceso de carga el sulfato de plomo del interior pierde electrones y se
reduce así en plomo metal en su polo negativo mientras que en el polo positivo se forma el
óxido de plomo. Del mismo modo, durante el proceso de descarga se invierte el proceso y
será el momento en el que el óxido de plomo formado en el polo positivo se transforme otra
vez en sulfato de plomo, así como el plomo elemental del polo negativo se oxidará para
convertirse igualmente en sulfato de plomo. Este proceso genera el intercambio de
electrones que aprovechamos para generar energía eléctrica mediante un circuito eléctrico.

La principal ventaja de las baterías de ácido plomo es su bajo coste, así como una sencilla
fabricación en serie. En contra, son baterías que no se pueden someter a sobrecargas o
descargas intensas, son extremadamente contaminantes, no se caracterizan por una
densidad de energía demasiado alta y son muy pesadas.
Debemos saber que los acumuladores de ácido plomo no duran toda la vida, estas baterías
forman cristales y será entonces cuando los procesos de carga y descarga dejen de actuar
correctamente. Cuando esto ocurre no tendremos otro remedio que reemplazar la batería, y
se conoce como una batería sulfatada.
Baterías de níquel
La mayoría de estas baterías tienen los primeros orígenes, utilizadas en la industria y para
máquinas. Las baterías de níquel destacan por su bajo coste, pero en su contra, por su bajo
rendimiento.

Baterías de níquel hierro (NI-FE)


Unos acumuladores formados por unos tubos finos enrollados por láminas de acero
niquelado formaban estas baterías. En el interior de los tubos se utilizaba hidróxido de
níquel y como electrólito una mezcla de potasa cáustica en agua destilada. Estos
acumuladores podían cargar y descargar perfectamente sin efecto memoria ya que formaba
cristales de hierro que conservaba los electrodos en los procesos. Unas baterías inventadas
por Waldemar Jungner y patentadas y desarrolladas por el gran Thomas Edison a principios
del siglo XX.
Los acumuladores de níquel hierro eran fáciles de fabricar y a bajo precio. Además, son
mucho menos contaminantes que el resto de acumuladores, se les estima una vida útil de
más de 80 años y pueden funcionar en cualquier temperatura encima de la corteza de la
tierra. Su principal inconveniente es un rendimiento de solo el 65%. Actualmente aún
podemos encontrar algunas funcionando, para almacenar energía generada por placas
solares o turbinas eólicas.
Por sus similitudes, se dice que las baterías de grafeno han resucitado este tipo de baterías
de níquel hierro, aunque eso sí, mejorando su inconveniente del rendimiento.

Baterías de níquel cadmio (NI-CD)


Una clase de baterías que utilizan el ánodo de cadmio y el cátodo de hidróxido de níquel,
con hidróxido de potasio como electrolito. Los acumuladores de níquel cadmio son
perfectamente recargables, aunque su principal inconveniente es su baja densidad
energética de solo 50Wh/kg.

En su favor, son acumuladores que admiten un rango de temperaturas de funcionamiento


muy amplio y no les pasa nada con las sobrecargas. Frente su densidad baja de energía y
un efecto memoria muy elevado en su contra.

Baterías de níquel hidruro (Ni-MH)


Acumuladores que emplean un ánodo de hidróxido de níquel, mientras que el cátodo es
formado por una aleación de hidruro metálico. Unos acumuladores en los que no preocupan
tanto su carga por el efecto memoria ya que lo aguantan mejor que los anteriores. En su
contra, no pueden ser utilizadas a bajas temperaturas ya que pierden mucho rendimiento.
Esta clase de acumuladores de níquel-metal hidruro son perfectamente recargables y han
sido las pioneras en la utilización de vehículos eléctricos. También en la electrónica de gran
consumo en forma de pila recargable, que requerirá un cargador específico.

Baterías de litio
Los acumuladores de litio son conocidos actualmente como los de mayor rendimiento. La
principal competencia para las nuevas baterías de grafeno. Son los utilizados en la
electrónica de gran consumo como tabletas y móviles inteligentes, por sus pequeñas
dimensiones, reducido peso y excelente rendimiento hasta ahora comprobado con el resto
de baterías de mercado.

Baterías de iones de litio (LI-ION)


Los acumuladores de iones de litio se han convertido en los más utilizados para pequeños
dispositivos electrónicos. Gracias a su sal de litio usada como electrolito genera la reacción
química para hacer corriente eléctrica. Las baterías de iones de litio destacan por su alta
densidad energética, acumuladores pequeños y ligeros con elevada unidad de carga, y por
un mínimo efecto memoria, es decir, permiten múltiples cargas y descargas sin verse
afectado el rendimiento del acumulador.

De todos modos, en esta clase de baterías no todo son ventajas. Su vida se considera


media, no se estima que aguanten más de tres años aproximadamente, y su duración en las
principales aplicaciones de electrónica no es superior a un día por lo habitual. Un gran
inconveniente que puede mejorar el grafeno. El número de cargas y descargas estimado
también es limitado, se estima que a partir de las 1000 cargas la batería puede ya haber
perdido mucho rendimiento. Al utilizar materiales inflamables, al sobrecalentarse pueden
llegar a explotar, del mismo modo, a muy bajas temperaturas pueden perder rendimiento.
Por último, su fabricación es costosa y la salida de corriente es bastante inestable, por
este motivo se usan convertidores para estabilizar la tensión.

Baterías de polímero de litio (LIPo)


Los acumuladores de polímero de litio son una variación de las anteriores. Con una
densidad energética superior y mejoras en la tasa de descarga. A pesar de ser una
clase de baterías que mejoran las de iones de litio su principal inconveniente es
que quedan prácticamente inútiles si se descargan por debajo de su mínimo de tres
voltios.

Baterías de grafeno
Esta es una de las grandes aplicaciones de este nuevo material y por la que
encontrarás mucha información en esta página web, así como los últimos productos que
aparecen en el mercado.

Baterías de Grafeno para Coches


Las baterías de grafeno para coches son el bombazo más esperado para aumentar el
rendimiento principalmente de vehículos eléctricos. Estas se podrán aprovechar también
para coches convencionales de gasolina, aunque su principal aplicativo está en las energías
renovables, gracias al aumento de su autonomía. En coches convencionales pierde interés
ya que el precio comparativamente se dispara, en definitiva, la usaríamos solo para
mantener el aire acondicionado encendido mientras permanecemos con el motor apagado.
Eso sí, puede ser una buena alternativa para quienes les gusta viajar en furgoneta o
caravana.
En este artículo extenderemos toda la información y características del uso de baterías de
grafeno en los coches, y los principales beneficios que estas nos aportan. Si tienes interés
en comprar una batería de grafeno para coche, puedes dejarnos tu correo electrónico y te
mandaremos los precios en breve.

Baterías de grafeno para coche vs baterías de litio


¿Cuáles son las diferencias y los beneficios del grafeno en las baterías para coche?
Una de las limitaciones actuales de los vehículos eléctricos es su autonomía, y gracias
a los nuevos modelos de batería de grafeno esta limitación puede mejorar
sustancialmente.
Las primeras baterías con grafeno desarrolladas consiguen una densidad energética
mucho mayor de 1000 Wh/kg, mientras que las de litio no superan los 200 Wh/kg.
Según los informes de las organizaciones independientes TÜV y Dekra, estas nuevas
baterías no explotan, a diferencia de las de litio. Hay que añadir también que las baterías de
grafeno pueden ser cortocircuitadas y siguen funcionando, eso sí, pierden hasta un 50% de
su rendimiento en estos casos.
Las nuevas baterías de grafeno no sufren el demoledor efecto memoria y su velocidad de
carga es de 100C, algo que nos permite recargar la batería al 100% en menos de 10
minutos, mientras que la velocidad de carga de las baterías de litio es inferior a 5C.

Super capacitores
También conocidos como capacitores electrolíticos de camada doble, los super capacitores
son dispositivos que posibilitan almacenar grandes cantidades de energía millares de veces
más comparados con los capacitores normales.

Algunos pueden llegar hasta 3.000 faradios (los normales suelen almacenar del orden de
microfaradios). Tienen un gran rendimiento (el 98% de la carga se devuelve); almacenan
mucha energía en relación a su peso (4Wh/kg), aunque no tanto como un batería; no
presentan efecto memoria y tienen una gran capacidad de carga y descarga rápida
(5kW/kg). 

Capacitores de todos los tipos

Enumeramos algunas de sus múltiples ventajas:

 Elevada capacidad de potencia: permiten realizar cargas y descargas con altas


intensidades sin sufrir degradación o deterioro prematura de las baterías. Es posible
completar la carga en cuestión de segundos
 Vida útil más prolongada: son componentes electrónicos de gran durabilidad. Caso
sean mantenidos en condiciones adecuadas de temperatura de trabajo pueden
realizar millones de ciclos de carga y descarga.
 Proceso de carga simple: no exigen una determinada curva de carga y no existe
riesgo de sobrecarga, al contrario de las baterías de plomo ácido.
 Seguridad: no existe posibilidad de degradación ni incendio por sobrecarga o
sobrecarga de los capacitores.
 No necesitan de mantenimiento.
 Excelente desempleo a baja temperatura: los super capacitores sufren una
perdida mínima en su desempeño y no se degradan cuando trabajan a baja
temperatura; de hecho, sucede lo contrario una vez que se prolonga su vida útil.

Apesar disso, possuem certas limitações:

 Baixa energia específica: os supercapacitores podem armazenar uma quantidade elevada de


energia, embora nem tanto como as baterias tradicionais de mesmo tamanho e peso.
 Taxa de autodescarga moderada: sofrem um maior processo de descarga espontânea de
energia elétrica.
 Elevado custo por watts-hora: o custo inicial dos supercapacitores é maior do que o das
baterias tradicionais. No entanto, esse fator é compensado pela sua longa duração.

Entendendo a diferença

As baterias mais populares utilizadas ultimamente em dispositivos móveis são


as feitas de íons de lítio (lithium-ion). Elas substituíram as baterias de hidreto
metálico de níquel e as de níquel cádmio por armazenarem do dobro ao triplo
de energia que elas e por não sofrerem com o efeito memória, que exigia que
carregássemos as pilhas até o total de sua capacidade e as descarregássemos
até o fim para que não ficassem “viciadas”.

Um capacitor com energia suficiente para alimentar um iPhone teria que ser


transportado por uma caminhonete

As baterias de íons de lítio possuem alta densidade de energia e, por isso,


podem armazenar muita carga em uma unidade pequena e leve, o que as
tornam ideais para celulares e tablets, por exemplo.
Ao contrário dessas baterias, capacitores carregam e descarregam muito mais
rapidamente e armazenam pouca energia proporcional ao seu tamanho. Para
se ter uma ideia, um capacitor com energia suficiente para alimentar um
iPhone teria que ser transportado por uma caminhonete. Esse é o motivo básico
pelo qual usamos baterias em vez de capacitores para dar vida aos nossos
dispositivos.

Bateria de íons de lítio de um smartphone

Entra o supercapacitor

O que pode mudar toda essa história é o desenvolvimento de uma nova


tecnologia que trabalha em cima da lógica de funcionamento dos capacitores: o
supercapacitor. Também conhecidos como ultracapacitores, esses
componentes também variam de tamanho e forma, assim como baterias e
capacitores, e podem ser classificados em um ponto intermediário entre
ambos.

Com um supercapacitor teríamos uma bateria que fornece menos energia, mas
que pode ser carregada em segundos e vai funcionar como se estivesse nova
por anos a fio

A grande sacada de um supercapacitor é que ele pode conter cerca de 100 vezes
mais energia do que um capacitor comum do mesmo tamanho, apesar de ainda
assim estar longe do que uma bateria pode armazenar. As vantagens? Ele pode
ser carregado de maneira extremamente veloz, suporta temperaturas altíssimas
(fator que afeta o desempenho e a vida útil de baterias comuns) e sua
degradação é extremamente lenta.

Ou seja: com um supercapacitor teríamos uma bateria que fornece menos


energia, mas pode ser carregada em segundos e vai funcionar como se estivesse
nova por anos a fio.

Diversos tipos de super capacitores

Olho no futuro

Apesar das boas notícias e do panorama animador nesse campo, atualmente


ainda não existem supercapacitores capazes de alimentar adequadamente os
dispositivos móveis que usamos, mas a tendência é de que isso aconteça em
médio prazo com o avanço dessa tecnologia. Assim, não espere ver um iPhone
8 ou um Samsung Galaxy S8 no ano que vem funcionando com
supercapacitores.

Os esforços de diversas instituições que desenvolvem esse tipo de tecnologia


têm como foco descobrir como aumentar a capacidade de armazenamento de
energia desses componentes

Segundo os pesquisadores da área, deve demorar ainda pouco mais de uma


década para vermos dispositivos comercialmente viáveis usando
supercapacitores como fonte de energia. Os esforços de diversas instituições
que desenvolvem esse tipo de tecnologia têm como foco descobrir como
aumentar a capacidade de armazenamento de energia desses componentes
para que, assim, eles possam alimentar devidamente dispositivos que exigem
cada vez mais energia.
Supercapacitor flexível
desenvolvido pela Universidade da Flórida Central

Novidades e desafios na área

Uma equipe de pesquisadores da Universidade da Flórida Central tem


apresentado progressos animadores nesse campo. O uso de nanomateriais para
armazenar e conduzir carga permitiu a criação de supercapacitores mais
poderosos do que os que já existem. Além disso, eles são flexíveis e podem
suportar até 30 mil recargas.

Segundo afirmou um dos responsáveis pelo projeto, o pós-doutor Nitin


Choudhary, “se fossem substituir as baterias por esses supercapacitores, você
poderia carregar o seu celular em alguns segundos e não seria necessário
recarregá-lo por mais de uma semana”.

Nos aproximamos cada vez mais da realidade em que a carga de baterias não
vai mais ser um motivo de preocupação para ninguém

É claro que ainda existem alguns desafios a serem enfrentados pelos


pesquisadores, como segurança, o fornecimento de energia altíssimo
necessário para carregar os supercapacitores em ultravelocidade e, claro, o
custo para o desenvolvimento e a produção. Conforme esses obstáculos forem
sendo ultrapassados com a melhoria da tecnologia envolvida, nos
aproximamos cada vez mais da realidade em que a carga de baterias não vai
mais ser um motivo de preocupação para ninguém.

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