Está en la página 1de 50

MI CUARTO FRÍO

de Joël Pommerat

Traducción de Boris Schoemann y Manuel Ulloa Colonia

PERSONAJES

La hermana en el convento
La madre superiora
Estelle
El hermano de Estelle que trabaja en el hospital
Adeline, jefa de contabilidad
Jean-Pierre, jefe carnicero
Nathalie, cajera
Alain, carnicero auxiliar
Blocq, patron de la tienda
Bertrand, bodeguero
Chi, bodeguero asiático que habla mal el francés
Claudie, cajera, narradora de la historia
El marido de Estelle, policía
El vecino de Estelle
El empleado del rastro
El director del rastro
La enfermera
El inspector de policía 1
El inspector de policía 2
Los monjes
ACTO I

VOZ DE CLAUDIE - No va a ser sencillo reconstruir esta historia y todos estos


sucesos pero aun así lo voy a intentar. Voy a hacer todo lo que pueda. Lo que me
gustaría decir para empezar para arrancar es que en la vida todo es ficción… sí, no sé
cómo expresarlo mejor. Todo es ficción. Con el tiempo cuesta trabajo no perderse en
la masa de realidades. Para ayudarme a avanzar voy a recurrir a mi memoria pero
también a una libreta que una mujer llamada Estelle dejó tras ella y que guardé
conmigo en casa. Hace diez años que esta mujer desapareció. Y nadie ha vuelto a
saber más de ella.
En esta libreta Estelle cuenta muchísimas cosas. Por ejemplo lo que ella había hecho o
mejor dicho lo que le pasó un día cuando era muy joven. Y que desde entonces ya
amaba con pasión el teatro y los disfraces.

1. Estelle se disfraza de hermana

20 años antes. En un convento. Estelle, disfrazada de hermana, reza. Entran la


hermana y la madre superiora.

La hermana (a la madre superiora) - Es ella.

LA MADRE SUPERIORA (a Estelle) -


señorita.

ESTELLE - ¿Sí?

LA MADRE SUPERIORA - ¿Quién es usted?

ESTELLE (muy avergonzada, intimidada) - ¡Soy como ustedes!

LA MADRE SUPERIORA - ¿Qué quiere decir? ¿Cómo se llama?

ESTELLE - Estelle.

LA MADRE SUPERIORA - ¿Estelle?


ESTELLE - Sí, madre.

LA MADRE SUPERIORA - Aquí no conozco a ninguna Estelle, no me diga madre.

LA HERMANA - No la conocemos, señorita.

LA MADRE SUPERIORA - Podría quitarse el velo por favor. (Estelle lo hace) ¿Qué
hace aquí señorita? ¿Cómo le hizo para penetrar hasta aquí?

ESTELLE - …

LA MADRE SUPERIORA - ¿No responde?

LA HERMANA - Parece que hace dos días que está aquí y trata de mezclarse al
grupo.

LA MADRE SUPERIORA - ¿Qué idea se le metió en la cabeza? ¿Qué edad tiene?

ESTELLE - Diecisiete años.

LA MADRE SUPERIORA - ¿Cómo pudo imaginar que podría pasar desapercibida


entre nosotras?

ESTELLE - Como ustedes son muchas pensé que tal vez no todas se conocerían.

LA HERMANA (ofendida) - ¡Dice puras tonterías!

ESTELLE - Y luego como todas se parecen…

LA MADRE SUPERIORA - ¿Cree con mucha fuerza en Jesús y piensa que no puede
vivir sin su presencia esa es su motivación?
ESTELLE - No

LA MADRE SUPERIORA - ¿No qué?

ESTELLE - No, no creo en Dios madre ese es el problema es la razón por la que vine
aquí.

LA MADRE SUPERIORA - ¿Qué está diciendo?

ESTELLE - Es la verdad.

LA HERMANA - ¿No es creyente?

LA MADRE SUPERIORA - ¿Entonces qué hace aquí?

ESTELLE - Quisiera creer en Dios, madre.

LA MADRE SUPERIORA - Dejé de decirme madre. Lo que me dice es


completamente insensato, es una insensata. Le voy a pedir que se quite ese vestido.
Vamos a dejar aquí está conversación y le voy a pedir que se vaya de inmediato. Es
realmente absurdo.

Estelle se desviste.

LA HERMANA - Tiene suerte que no la denunciemos.

ESTELLE - Estoy segura que la vida es mucho más bella cuando se cree en Dios.
Quisiera aprender a mirar mejor para ver mejor. Estoy segura que no sé mirar por eso
Dios me es invisible. Cuando era niña, mi padre se transformó de pies a cabeza
cuando empezó a mirar de verdad alrededor de él.

LA MADRE SUPERIORA - Las personas que entran aquí no lo hacen porque tienen
ganas de creer en Dios sino porque no pueden evitarlo, porque están obligadas a ello
por una fuerza y una fe que las rebasa. Ahora salga de aquí.
ESTELLE (mostrando el vestido) - ¿Qué hago con esto?

LA MADRE SUPERIORA - Déjelo y váyase rápido.

ESTELLE (saliendo) - Adiós. ¡Que tenga buen día!

Oscuro.
2. Los escusados de la tienda

En la actualidad. En la tienda. Estelle está restregando los escusados.

VOZ DE CLAUDIE - A mí no me interesa nada en la vida o casi nada, a Estelle le


interesaban muchísimas cosas. Estelle era particularmente optimista. Para ella no hay
nada fijo en la existencia. En la vida, si se quiere, siempre se puede hacer evolucionar
una situación que no conviene. Para eso hay que saber mirar, eso es todo. Estelle era
muy curiosa. Le interesaban particularmente el cielo y las estrellas… En el verano
escrutaba la noche con un pequeño telescopio. Había aprendido que también el
universo estaba sujeto a transformaciones permanentes. Eso se llama la teoría de la
expansión del universo… En la tienda donde trabajaba conmigo y otros más, Estelle
nos hablaba a menudo de sus cuestionamientos. Decía por ejemplo: ¡me pregunto
dónde van a parar todas estas mercancías que despachamos aquí, una vez consumidas,
digeridas y evacuadas! Son cosas que NO VEMOS realmente suceder ante nuestros
ojos. Son cosas que para nosotros, seres humanos ordinarios, siguen siendo invisibles a
simple vista. Tan invisibles como los planetas más alejados en el cielo finalmente...

Oscuro.
3. Estelle le hace un favor a su hermano y a Nathalie

Al final del día. En los vestidores de la tienda. Los empleados se cambian. Estelle le
da dos bolsas de compras a su hermano que trabaja en el hospital.

EL HERMANO DE ESTELLE - No soy drogadicto. Todo lo que tomo se compra en


una farmacia.

ESTELLE - ¿Ya viste en qué estado vienes?

EL HERMANO DE ESTELLE - Me siento muy bien, controlo integralmente la


actividad de mi cerebro.

ESTELLE - Bueno ya vete.

EL HERMANO DE ESTELLE - Son ustedes los drogadictos. Son dependientes de las


órdenes que les da su cerebro.

ESTELLE - Vete.

EL HERMANO DE ESTELLE - Yo busco las substancias que le vienen mejor a mi


bienestar.

ESTELLE - Todo eso es pura química, no es natural.

EL HERMANO DE ESTELLE - Sí es natural, tú misma eres totalmente química,


Estelle. Eres drogadicta al trabajo.

ESTELLE - No te entiendo.

EL HERMANO DE ESTELLE - Yo tampoco.

Empieza a irse.
ESTELLE - Buen provecho.

EL HERMANO DE ESTELLE - Gracias.

El Hermano de Estelle que trabaja en el hospital sale.

ADELINE (entrando, a Estelle) - ¿Quién es?

ESTELLE - Mi hermano. Le hago las compras, pasa a recogerlas.

ADELINE - A ese nunca lo habíamos visto aquí.

ESTELLE - No. Tengo muchos hermanos… Éramos muchos en mi casa.

JEAN-PIERRE - ¡Eres demasiado buena gente!

Alain y Jean-Pierre, los carniceros, salen.

NATHALIE (a Estelle) - ¿Podrías volverme a prestar la misma cantidad que el mes


pasado? Me comprometo a devolvértela te lo prometo.

ESTELLE - Qué pena no tengo.

NATHALIE - Más que nada es por el niño… Ya no puedo pedir adelantos en la


oficina, ya no me los quieren dar. ¿Tú todavía no has pedido uno este año?

ESTELLE - No.

NATHALIE - ¿No quieres pedir uno?

ESTELLE - ¿Pedir un qué?


NATHALIE - ¡Un adelanto! ¡de tu sueldo! Así podrías prestarme lo mismo que el mes
pasado, ¿crees que podrías hacer eso por mí?

ESTELLE - No sé tal vez…

NATHALIE - Te lo agradezco de veras… ¿No estás enojada conmigo?

ESTELLE - ¡Claro que no! en la vida hay que ayudarse mutuamente, es normal faltaba
más.

NATHALIE - ¿No quieres ir ahorita?

ESTELLE - ¿A dónde?

NATHALIE - A la oficina.

ESTELLE - Ah sí, sí sí claro.

Estelle sale. Oscuro.

VOZ DE CLAUDIE - La gran particularidad de Estelle era su facultad de ponerse en


el lugar de los demás. Casi sin límite. Estelle había empezado como cajera y luego se
volvió polivalente, o sea que podía hacer de todo. En la tienda, esa cualidad era
realmente reconocida y apreciada por todos.

4. Un domingo trabajando

En la tienda. Estelle atraviesa la bodega para irse. Se cruza con Alain y Jean-Pierre.

ESTELLE - Buenas noches. (Se detiene al ver las caras deshechas de Alain y Jean-
Pierre) ¿Qué pasa?

JEAN-PIERRE - Una tragedia.


ESTELLE - ¿¡No me diga?!

JEAN-PIERRE - Vamos a tener que echarnos la limpieza general… Los refris y el


cuarto frío. Tiene que estar para el lunes en la mañana.

ESTELLE - ...

JEAN-PIERRE - Vamos a tener que trabajar el domingo.

ESTELLE - ¡Qué mal!

JEAN-PIERRE - Lo que nos faltaba.

ALAIN - ¿Pero por qué no le dices directamente las cosas Jean-Pierre?

JEAN-PIERRE - ¡¿Qué quieres que le diga?!

ALAIN - Acabamos de hablar de eso… Tú eres el jefe, Jean-Pierre. Tienes que tomar
tu responsabilidad.

JEAN-PIERRE - No podemos venir el domingo... Ni él ni yo. Él tiene compromisos


que no se pueden posponer y lo mío es todavía peor.

ESTELLE - ¿Ah sí? Pero el domingo no puedo trabajar, jefe.

JEAN-PIERRE - ¿Por qué?

ESTELLE - Porque tenía previsto hacer cosas que no puedo hacer los otros días.

JEAN-PIERRE (casi suplicando) - Sabes, sería increíble que pudieras venir aun así…

ESTELLE - ¡Hay cosas ahí dentro que apenas pueden levantar entre los dos!
JEAN-PIERRE - No sé qué responderte… Lo único es que si no nos haces ese favor
no sé cómo le vamos a hacer.

ALAIN - Ahora sí Blocq lo va a poder correr… Si pudiera venir el domingo vendría


pero esta vez no puedo, de veras…

ESTELLE - Bueno, está bien… pero no me viene nada bien, saben.

JEAN-PIERRE - De verdad eres una persona a todo dar, sabes… Uno puede contar
contigo realmente, eso da gusto…

ESTELLE - Hay que apoyarse mutuamente… Entre colegas… Seguro que ustedes
harían lo mismo en mi lugar.

JEAN-PIERRE - Claro.

Los dos carniceros salen, Estelle se sienta para reponerse de la noticia.


Oscuro.
5. Sueño de la fregadora

Vemos a Estelle manejando una enorme fregadora industrial.

Trabajar es cansado, pero Estelle a menudo estaba dos veces más cansada que todo
mundo. Y es muy normal. El sueño ocupaba un lugar muy grande en su vida. Aunque
durmiera poco por falta de tiempo. Estelle lamentaba que los sueños que tenía fueran
banales y aburridos. Soñaba mucho con su trabajo y sus colegas. Durante el día Estelle
nos lo contaba. Un día tuvo un sueño bastante original: soñó que sus condiciones de
trabajo en tienda habían evolucionado considerablemente.

Oscuro.
6. Blocq regaña a Chi

En la bodega de la tienda.

BLOCQ (volteando a ver a la contadora) - ¿En qué dialecto habla éste?

ADELINE - Habla francés, así es su acento. Uno se acostumbra.

BLOCQ - ¿Pero usted entiende lo que dice?

ADELINE - No.

BLOCQ (a Bertrand) - ¿Y usted?

Bertrand hace un gesto ambiguo.

BLOCQ - Ah sí, claro, él de plano sólo habla cuando llueve… Se me olvidaba que es
medio mongol… ¡Puta madre no puede ser! (A Adeline) Bueno, pero ¿cómo le hacen
con el chino? ¿cuánto hace que está aquí para empezar?

ADELINE - En la tienda siete años, creo que hace veinte años que está en Francia

BLOCQ - ¡¿Siete años ?! ¿Y cómo comunican?

ADELINE - Nos las ingeniamos

BLOCQ - ¡¡No puede ser!! ¡Voy a hacer aquí una limpieza a fondo! Desde cuándo lo
ando diciendo… Voy a regresar aquí de tiempo completo, van a ver cómo me voy a
encargar de ustedes… Bueno y ahora ¿qué hago con éste si quiero mi explicación?

ADELINE - Hay que llamar a Estelle.

BLOCQ - ¿Para qué?


ADELINE - Cuando necesitamos comunicar con él llamamos a Estelle.

BLOCQ - ¿Ella habla chino?

ADELINE - No, pero le entiende cuando habla con su acento, es la única en tienda.

BLOCQ - No lo puedo creer… Sería más rápido instalar mi tienda en China de una
vez.

Oscuro.
7. Blocq regaña a Chi (continuación)

BLOCQ - He dicho y repetido no sé cuántas veces que esta puerta al fondo de la


bodega tenía que estar closed… in english… bajo candado, sellada, ¡voy a mandar
hacer un muro en esa puerta si la vuelvo a encontrar así otra vez!… ¿Y cuál es la
explicación de Mao Tse-Tung?

Chi dice algo en un francés incomprensible.

ESTELLE - Dice: “Esta puerta es una salida de emergencia”.

ADELINE - Ahí está, es lo que yo decía, yo había entendido que decía eso.

BLOCQ (a Chi) - ¿Pero a usted eso qué carajo le importa?

Chi dice algo en un francés incomprensible.

ESTELLE - Dice que no es muy prudente si hay un incendio, no quiere ser


responsable de eso.

BLOCQ - ¿Qué prefiere? ¿Volverse un poco irresponsable y regresar a trabajar


mañana, o bien quedarse en casa, inactivo de tiempo completo? Ahora ya no dice
nada… Bien, ya podemos entendernos… Bueno ya estuvo, largo, fuera de aquí todo
mundo… (Dirigiéndose a Chi y a Bertrand) No, esperen. Hace años que son dos
monigotes para hacer el trabajo de una persona normalmente constituida, así que
vamos a hacer esto…
les doy 24 h para pensarlo: mañana van a venir a mi oficina para decirme, según
ustedes, cuál es el menos incompetente de los dos… Eso es, los voy a escuchar
atentamente, y aquél que tenga los mejores argumentos, se queda conmigo, el otro se
va a jugar al arenero con sus juguetes, eso está muy bien, listo ahora fuera de aquí…
Un trabajo hoy en día es un privilegio, y un privilegio se gana con méritos, es lo que
llamamos democracia.

Se empieza a ir.

ESTELLE - ¿Puedo hablar con usted?


BLOCQ - No

Oscuro.

VOZ DE CLAUDIE - Por fortuna, no teníamos al dueño de la tienda todo el tiempo


encima, tenía que encargarse y administrar al mismo tiempo muchas otras empresas
que le pertenecían. Era un hombre de negocios muy orgulloso de su éxito. A sus
empresas las llamaba “sus creaciones”.
8. Jean-Pierre se encerró en el cuarto frío

Escuchamos a lo lejos la voz de Blocq gritando. Frente la puerta del cuarto frío está
Alain, muy mortificado, sentado sobre un taburete. Estelle está de pie a su lado. Entra
Adeline.

ADELINE (alarmada) - ¿Dónde está el jefe?

ALAIN - …

ADELINE - ¿No quiere decirnos dónde está?

ALAIN - Sí, puedo.

ADELINE - ¿Dónde está?

ALAIN - En su cuarto frío.

ADELINE - Hay que dejar de decir “en su cuarto frío” no es SU cuarto es EL cuarto
de la empresa.

VOZ DE JEAN-PIERRE - ¡De todos modos, no salgo!

ADELINE (a Alain) - Tiene que salir. Tenía cita con el señor Blocq, es importante.

ALAIN - Se encerró.

ADELINE - ¡No puede ser!

JEAN-PIERRE - ¡Te das cuenta que no dejas de darme órdenes, Alain!

ALAIN - Pero Jean-Pierre no te doy órdenes… Es que ya no tomas ninguna iniciativa,


¿no te das cuenta? No me queda de otra más que decirte que llames a los proveedores,
tú no lo haces, chillas todo el santo día. Entre el otro que grita y éste que chilla esto es
un infierno, !no puedo más!

ADELINE (a Alain) - ¿A partir de cuánto tiempo es peligroso quedarse ahí dentro?

ALAIN - ¡Acuéstese en el refri de su casa! Ya verá…

ESTELLE (a Jean-Pierre) - ¡Se va a morir, jefe!

ADELINE - Tal vez hay que cortar la refrigeración.

ALAIN - Vamos a perder toda la mercancía.

ESTELLE - Tal vez sea mejor que perder al jefe.

ALAIN - Chilla desde hace dos años. Con el tiempo se ha vuelto insoportable, carajo.

JEAN-PIERRE (hablando de Alain) - ¿Qué es lo que dice ése?

ADELINE - No dice nada, no habla.

ESTELLE - ¡Se preocupa por usted como todos nosotros!

ADELINE - También el jefe tendría que hacerse cargo de sí mismo.

ALAIN - Pues sí, es lo que yo digo.

Oscuro.
9. Blocq humilla a Jean-Pierre en el cuarto frío

Unos instantes después. En el cuarto frío. Blocq, Estelle, Alain y Adeline rodean a
Jean-Pierre, temblando de frío.

BLOCQ - ¿¡Ya vio en qué estado se encuentra este cuarto frío!? ¿Así está su casa,
Jean-Pierre? ¡¿Qué siente al ver este cuarto en este estado?! ¡¿No contesta?! ¡¿No
siente nada?! ¿Su casa está igual de sucia Jean-Pierre? ¿Dígame? ¿Su mujer es igual de
sucia? ¿Es así de dejada? ¿Es por eso que se venga viniendo aquí? Se ha de decir:
“Bueno, mi mujer es sucia, yo ya no puedo más con esto… No tengo fuerzas para
hacerme respetar en mi casa, mejor dejo que me gane la dejadez con Blocq… Me va
hacer bien que me gane la dejadez con Blocq… Me voy a cagar en su cuarto frío. Va a
estar tan sucio, me va a ganar tanto la dejadez… Lo que voy a cagar en su cuarto frío
va ser tan asqueroso que me va a ayudar a olvidar que no tengo fuerzas para hacerme
respetar en casa…” Pero una cosa sí le digo: Blocq no se va a dejar, Jean-Pierre.
¿Quiere que le diga una cosa? Si sigue cagándome la madre así vendo la tienda… Me
echo el dinero a la bolsa… y lo pongo de patitas en la calle, le vendo al primer pendejo
comprador que venga, que bien puede decidir liquidar a todo mundo si se le pega la
gana. ¿Eso es lo que quiere?

Blocq sale. Adeline lo sigue.


Oscuro.
10. Blocq se liga a Estelle

Es tarde por la noche en la tienda. Estelle pasa la aspiradora.

BLOCQ (entrando) - ¿Qué carajos sigue haciendo aquí a estas horas? ¿Me quiere
arruinar con las horas extras?

ESTELLE - Son horas que recupero después… tengo las llaves.

BLOCQ - ¿Le puedo hacer una observación?

ESTELLE - Sí.

BLOCQ - Usted se viste igual de mal cuando trabaja que cuando no trabaja…
¿Por qué?

ESTELLE - No sé, nunca lo había pensado.

BLOCQ - ¿Está casada no?

ESTELLE - Sí.

BLOCQ - ¿A lo mejor a su marido le gustaría tener enfrente algo más que un costal en
la casa?

ESTELLE - …

BLOCQ - Se lo digo por su bien, como un favor. No me gusta la dejadez, la


negligencia física. Y menos en una mujer… Ya sabe que tengo un apartamento al lado
que renté para que sea más práctico cuando vengo aquí. Si quiere darse una vuelta una
tarde, durante el descanso, le mostraré dos o tres cosas, para ayudarle a resolver su
problema. ¿Le parece bien? Ya sabe, es por usted… a mí me da igual… ¿Entonces,
qué?
ESTELLE - Sí, puede ser.

BLOCQ - Usted es la más fea de la tienda, pero hay algo que me irrita: es la única con
la que nunca he tenido tiempo de una entrevista personal para aprender a conocernos
mejor, en casi diez años… ya sabe son cosas que le hacen a uno bien, y en la vida
hacer cosas que le hacen a uno bien me parece que no hace daño… (mete su mano en
su vientre, Estelle se incomoda)… Uy, qué tímida… (se rie)… ¡¿Bueno, hasta mañana
entonces?!… Ahora me tengo que ir, lo siento, tengo una cita de verdad.

Sale.
Oscuro.

11. La teoría de Estelle sobre Blocq

En el vestidor.

ESTELLE (a Bertrand) - ¿Qué fue lo que dijo?

Breve pausa.

BERTRAND - Dijo que si hay alguien aquí que no tiene de qué preocuparse eres tú.

ESTELLE - ¿Y por qué?

BERTRAND - Ya no sé lo qué dijo.

ESTELLE - Dilo, no importa.

BERTRAND - Tú no tienes nada qué temer de su parte… porque te coge todas las
mañanas en los baños… o algo así… ya no sé.

ESTELLE (a Claudie) - ¿Por qué dices eso?

CLAUDIE - ¿Crees que no nos hemos dado cuenta de cómo funcionas con él?
ESTELLE - ¿Ah sí?

CLAUDIE - Eres la única aquí que más o menos la libra. Él te protege, está bien, ya
entendiste cómo lidiar con ese tipo asqueroso.

CHI (en un francés aproximativo) - Ya párale, Estelle no te ha hecho nada.

CLAUDIE (a Chi) - Tú, cierra el hocico, aprende a hablar el francés normal, como los
demás.

Chi dice algo en un francés incomprensible.

CLAUDIE - ¡No me chingues, no se te entiende nada de lo que dices! (A Estelle) ¡Se


coge todo que se le atraviesa, no se complica, nada más te señalo que tú no le importas
un carajo!

ALAIN - ¡Ya estuvo bueno!

CLAUDIE (a Alain) – Esta chava es falsa e hipócrita como la muerte, hace tiempo que
se los digo, algún día van a terminar por darse cuenta.

ALAIN - ¡Ya párale! Estás llena de odio... Eres la única que habla mal de Estelle.

CLAUDIE - Cuando despotricamos de Blocq ella es la única aquí que lo defiende.

ALAIN - ¡Eso sí es un poco cierto!

CLAUDIE - Y eso que ese tipo no tiene nada a su favor, uno apenas puede creer que
exista tanta podredumbre en una sola persona.

Se va.
Chi dice algo en un francés incomprensible.
ALAIN (a Estelle) - ¿Qué dice?

ESTELLE - Dice: “Es muy grosera”

ALAIN - Eso que ni qué.

ESTELLE - La conocí un poco en la secundaria, en ese entonces se reía todo el


tiempo…

ALAIN - ¿Te parece que aquí hay mucho de qué reírse?

ESTELLE - No, pero la gente cambia para bien o para mal.

Adeline entra al vestidor.

NATHALIE (a Adeline) - ¿Qué pasa?

ADELINE (llorando) - …No voy a poder, hasta aquí llegué, no estoy a la altura, está
super claro, por lo menos así ya no hay ninguna ambigüedad… Renuncio… no será
difícil encontrar alguien más competente que yo.

NATHALIE - Te quiere tronar, te trata como a un perro.

ADELINE (llorando) - ¡No soy competente, ese es el problema!

NATHALIE - No es verdad, además eso no es motivo para portarse así contigo…


después de todo lo que has hecho por él, ese pendejo… la verdad es que ese tipo es
una puta… más puta que él no hay… esa es la verdad… (pausa) bueno, Estelle me
está mirando… Estelle no está de acuerdo…

ALAIN (cambiándose) – ¿Y qué dice Estelle?

NATHALIE - Ella tiene una teoría, dísela.


ESTELLE - No.

NATHALIE - Vamos, dísela, está divertida.

ALAIN – ¡Ándale!

ESTELLE - Son sus ideas que tiene en su cabeza las que son malas, no es él el que es
malo…

ALAIN - ¿Cuál es la diferencia?

BLOCQ (entrando) - No se les vaya a olvidar trabajar entre los descansos.

NATHALIE - La tienda está vacía…

BLOCQ - (saliendo) Voy a vaciar también sus salarios…

ALAIN - ¿Cuál es la diferencia?

ESTELLE - Son las ideas de la gente las que no son buenas, no son las personas en sí
las que son malas. Él, son sus ideas las que son malas… no es él.

ADELINE - Tú eres especial, por decir lo menos.

ALAIN - Pero si se comporta como una mierda todo el día.

ESTELLE - Si viera correctamente lo que pasa a su alrededor, entonces no podría


comportarse como lo hace, es por eso que no puede decirse que sea malo.

ADELINE - Estelle es una santa.

ALAIN - ¿Es un pendejo porque no ve bien lo que pasa a su alrededor? Hay que
comprarle otros lentes.
NATHALIE - Es la teoría de Estelle.

ADELINE - Es una santa.

ESTELLE - ¡No creo en Dios, es una lástima!

El marido de Estelle entra al vestidor.

NATHALIE - ¿No será que estás enamorada de él?

ESTELLE - ...

NATHALIE - No contesta… Tiene cierto encanto, ¿no?…

Pausa.
Estelle no se ha dado cuenta de la presencia de su marido.

ADELINE - Es tu marido que te viene a buscar, Estelle.

ESTELLE (a su marido) - Buenas noches, que amable.

EL MARIDO DE ESTELLE (con suavidad) - No te apures, tómate tu tiempo.

Oscuro.

VOZ DE CLAUDIE - Ese día, la gente se rió comparando la amabilidad del marido
de Estelle y su aspecto elegante con los modos vulgares de Blocq. Desde luego, yo
había exagerado con Estelle, pero su generosidad permanente, su indulgencia y su
amabilidad se me habían hecho insoportables. Además había algo que me hacía pensar
que eso era falso, no de verdad. Estelle no era realmente buena en el fondo, estaba
segura. Y quería probarlo. Por el contrario, Estelle decía que había notado en Blocq un
día una señal, un detalle, que demostraba que poseía algo verdaderamente hermoso,
maravilloso, incluso sublime escondido en su interior. Ese algo en el interior de Blocq
era, por el momento, completamente invisible a simple vista, pero sin embargo ahí
estaba, vivo y sobre todo real…
12. Anuncio de la enfermedad de Blocq

En el vestidor. Blocq ha reunido sus empleados.

BLOCQ (gritando) - ¿Quién es el cliente? ¿Han pensado en eso? El cliente es alguien


exactamente como ustedes… Cuando ustedes se comportan como unos tarados con un
cliente es como si se comportaran como unos tarados con ustedes mismos, ¿no son
clientes ustedes mismos?

ALAIN - Sí.

BLOCQ - ¡Ahí está!… Lo único que les pido es que se pongan en el lugar del cliente,
no es complicado, y si hay un cliente que tiene ganas de bromear con ustedes pues
bromean…

ADELINE (pasándole el teléfono a Blocq) - Es para usted.

BLOCQ - Bueno, sí, Blocq. […] ¡Sí, mis resultados! […] Entonces, ¿cuál es la
explicación de esos dolores de cabeza que me tienen hasta la madre? […] Pues
dígamelo que no tengo tiempo que perder… estoy en una reunión… ya me mandará
luego la receta. […] Y entonces, ¡¿se trata de algo grave o qué?! […] (Silencio.)
(Absorto) Sí, aquí estoy… Sí, voy a estar bien… (Cuelga. Silencio. Dirigiéndose a los
demás) Me acaban de decir que me voy a morir…

Pausa.
Chi dice algo en un francés incomprensible.

ESTELLE - Creo que dijo: “Esa sí es una buena broma, bravo”. (Pausa) Perdón,
señor Blocq, pero yo me muero de hambre, estoy despierta desde las cinco de la
mañana.

Pausa.

NATHALIE (a Blocq) - ¿Ya se acabó la reunión sobre las bromas?


Blocq se queda postrado.
Oscuro.
13. Anuncio de la enfermedad de Blocq (continuación)

Algunos momentos después. Blocq sale de la tienda. Estelle lo espera.

ESTELLE - ¿Puedo hablar con usted?

BLOCQ - Puta madre, ¿usted cree que es el momento de venirme a fastidiar? Déjeme
respirar… ¡Tómese unas vacaciones!

Oscuro.

VOZ DE CLAUDIE - Al principio, nadie entendió lo que había pasado realmente. Y


luego, muy pronto, nos empezó a dar pánico. Una vez digerido el hecho de que Blocq
estaba desahuciado… nos empezamos a preguntar qué íbamos a hacer nosotros. Nos
hacíamos cientos de preguntas. Observábamos a Blocq cuando pasaba a la tienda. Lo
escuchábamos gritar al teléfono. Sobre todo, hablaba con su familia, con sus hijos, que
destestaba más que a nada en el mundo… y era un sentimiento recíproco.
14. El testamento de Blocq

En el vestidor. Blocq ha reunido sus empleados.

BLOCQ - Están preocupados por su futuro… y tienen por qué… El mío en cambio ya
está trazado… Todas mis fantasías, todos mis sueños, están ahora enterrados muy
profundo… en el fondo de un hoyo… y voy a reunirme con ellos en unas cuantas
semanas… (pausa, presa de una emoción) Creo que… Les sorprenderá escuchar
esto… (Ligero suspenso) Creo que no me conocen realmente… ¡De hecho, creo que
no saben quién soy! No creo haber desperdiciado mi vida… pero en cambio estoy
seguro que los demás me desperdiciaron a mi… Hoy, a mi alrededor, no siento
ninguna consideración por todo lo que he hecho… Nada. Cero. Y casi podría echarme
a llorar… de lo amargado que estoy… Porque les voy a decir una cosa: lo triste no es
morirse; lo que es aterrador es la falta de consideración que siento a mi alrededor. Si
tuviera tiempo… me gustaría poder decir todo lo que tengo que decir, sí que me
gustaría, en un libro, por ejemplo, como todos esos pendejos que salen en la tele...
decir todo lo que tengo que decir… Pero en fin… no hay tiempo… (pausa) Hablemos
de ustedes y de su futuro… Lo que tengo aquí en mi mano, esto, se llama un contrato...
Y este contrato lo vamos a ir a firmar mañana con el notario. ¿No sé si alguno de
ustedes han tenido que ir con un notario alguna vez en sus vidas? ¡Seguramente no! De
este contrato hay una copia redactada a nombre de cada uno de ustedes… Aquí está
escrito… que yo LES cedo… la casi totalidad de mi patrimonio… Aquí está escrito…
que se convertirán juntos desde mañana en copropietarios de esta tienda… así como de
tres otras sociedades Blocq que he creado gracias a mi trabajo: el rastro, la cementera y
el bar de lujo. A menos que ustedes rechacen semejante oferta, a partir de mañana, se
los estoy anunciando oficialmente, ya no seré más el dueño de estas empresas, serán
suyas, ustedes serán los dueños-accionarios, a partes estrictamente iguales…
(Largo silencio)

BLOCQ - ¿Alguna pregunta?


(Silence) ¿Nadie pregunta nada? ¿Los refrigeraron esta mañana o qué? Hace rato los
oía chismorrear por los pasillos… ¿Ya no dicen nada?

ALAIN - Perdóneme pero no puedo asimilar lo que acaba de decir.

Chi dice algo en un francés incomprensible.

BLOCQ - ¡Ay, puta madre, no puede ser! ¡La única pregunta me la hacen en egipcio!
Nos va a perdonar, señor, ya no me acuerdo de su nombre, perdón se me olvidó, no
tengo previsto un intérprete para la conferencia internacional.

ESTELLE - El señor Chi Duong habla francés, señor Blocq.

BLOCQ - Da lo mismo, ¿qué dijo?

ESTELLE (traduciendo) - “Usted tiene una familia, ¿por qué haría algo así?”

BLOCQ - No, no tengo familia. Cero familia. Si tuvieran una familia como la mía
harían lo mismo que yo… La única manera de impedir que esa gente eche mano a mi
dinero y a mis bienes… La única que encontré… Es que yo me quede pobre en vida.
Como es un hecho que me voy a morir, ustedes son los que se van a convertir en los
pinches ricos en mi lugar, eso es todo… Fuera de eso, y tal vez sea por razones
sentimentales, pero estoy ligado a esta tienda por la simple razón de que aquí fue
donde comenzó todo para mi hace más de treinta años. Por eso estoy ligado a su
personal. Así es, ya sé que es un poco inexplicable, tomando en cuenta la cantidad de
disgustos que ustedes me han provocado en la vida.

ADELINE - Es muy generoso de su parte tener una iniciativa como esta, pero no
estamos lo suficientemente capacitados para asumir una carga tan considerable…
BLOCQ - Pues entonces se las a tener que arreglar como puedan, se las arreglan como
puedan, van a aprender, van a pensar. Van a tomar cursos… Si quieren. Si quieren
salir un poco adelante. En vez de quedarse en las pantuflas de su rutina… Y si no
quieren se quedan en su casa y hasta aquí llegamos… Vendo la tienda… Y ustedes
tendrán encima un nuevo dueño, quizá más odioso que yo… Que los va a liquidar en
tres semanas… Supongamos que no sean tan idiotas como para rechazar la
oportunidad increíble que les ofrezco. Entonces les pediría que piensen en algo muy
importante. ¡Les pediría simplemente que piensen en la manera de darme las gracias!
Porque, de hecho, no tengo la intención de no pedirles nada en compensación de lo
que hoy estoy dándoles… La vida sería demasiado fácil… ¿No? ¿No creen? Bueno…
Pensé que… podríamos estipular en el contrato que van a firmar, y que validará un
notario, la obligación que tendrían ustedes, cada año, de dedicarme un día de su
tiempo, un día para hacer algo en memoria del tipo que les legó todos estos bienes…
Como cuando se celebra la vida de alguien que ha sido generoso y que no se pasó la
vida rascándose la panza… No sé todavía la forma que podría tomar exactamente, voy
a pensar en ello esta tarde y lo voy a agregar al contrato que van a firmar mañana por
la mañana.

ALAIN - ¿Hacer algo delante de quién?

BLOCQ - De preferencia delante de personas, no de pingüinos.

ESTELLE - En ese caso, mejor habría que escribir una obra de teatro.

BLOCQ - ¿Qué está diciendo?

ESTELLE - Hace diez años participé en una obra de teatro sobre la vida de San Luis.
La actuamos cinco años seguidos cada verano, al aire libre, había cientos de personas
cada año. Podríamos escribir bajo la forma de una obra de teatro los momentos de su
vida que usted considera importantes, y cada año la actuaríamos, eso podría interesarle
a la gente… si actuamos bien.

BLOCQ - ¿Pero quién lo haría?

ESTELLE - ¡Pues nosotros, el personal de la tienda! No sería como un trabajo, hasta


podría ser divertido... Nos ayudaría a relajarnos… sería una obra amateur, pero si la
hacemos en serio puede ser interesante…
Oscuro.

ACTO II

1. Firma ante notario

En la oficina del notario. Los empleados entran uno por uno para firmar el contrato
en presencia de Blocq.

VOZ DE CLAUDIE - En mi vida anterior, no había tenido nunca una experiencia


como esa. Fue un poco como un accidente automovilístico en el que, en una fracción
de segundo, tu vida va a dar un vuelco. Se abre un hoyo a tus pies. Después de eso ya
nada volverá a ser como antes. Vas a pasar de un estado anterior a un estado por venir,
pero ese estado te es completamente desconocido. Un hoyo negro. La muerte o quizá
otra cosa distinta, la vida pero tal vez una vida distinta a la que conoces. Recuerdo que
Estelle, que jodía a todo mundo con el teatro y también con las dos o tres cosas que
sabía de astronomía, había mencionado una ley científica. Tenía que ver con una
estrella que explota por el colapso de su corazón de estrella y que libera los gases
acumulados durante su existencia. Esa explosión y esa muerte iban a provocar cambios
dramáticos al otro lado del universo e iban a ser el origen de la creación de muchas
estrellas nuevas. En ese entonces, yo francamente no veía la relación… y eso me
irritaba todavía más con Estelle. No era la única.

2. Primera reunión de los empleados

Algunos días después, unas horas antes de la apertura de la tienda. En la oficina de


Adeline.

NATHALIE - Les digo que firmé, pero no sé qué firmé… Volverme dueña de una
empresa me provoca la misma sensación que volverme dueña de un semi-remolque o
un helicóptero…

ALAIN - ¡Cuatro!

NATHALIE - ¿Cuatro qué?

ALAIN - ¡Dueña de cuatro empresas!


NATHALIE - ¡Cuatro empresas! Ni siquiera tengo para hacerme de comer diario.

ADELINE - Yo… me siento muy mal.

JEAN-PIERRE - De alguna manera nos vieron la cara.

ALAIN - ¿Qué dices?

JEAN-PIERRE - Nos vieron la cara con este asunto…

ALAIN - ¡¿Pero quién nos vio la cara?!

JEAN-PIERRE - ¡Blocq!

ALAIN - ¡No empieces, Jean Pierre! ¡Blocq ya no está, ya no hay que focalizar todo
en él!

JEAN-PIERRE - No me des órdenes, no empieces, todavía soy tu superior te guste o


no. Así que tus órdenes te las guardas. Si no aguantas te desquitas con Estelle, a ella
todo mundo puede darle órdenes.

ALAIN - No vamos a empezar otra vez con los pleitos infantiles, no puede ser… ¡ya
no eres mi superior, Jean Pierre, eres mi socio!

Silence.

ADELINE - Me pregunto si no estaremos cometiendo la pendejada más grande de


toda nuestra vida.

ALAIN (con timidez) - Lo que nos está pasando es una locura, ¡pero tampoco es peor
que estar desempleados! Yo en mi vida nunca he sido dueño, así que perdón pero lo
disfruto… Soy coproprietario de un capital de 50 millones de francos de un día para
otro… Es un sueño… ¿no?
JEAN-PIERRE - Este anda en una nube.

ADELINE - Todavía heredar una tienda, tratar de aprender a manejarla, pero volverte
al mismo tiempo patrón de tres empresas en las que nunca he puesto un pie es algo que
me rebasa y les confieso que me muero de miedo.

ALAIN - A lo mejor no tenemos qué quebrar esas empresas necesariamente, ¿no?

ADELINE - ¿Quien de aquí sabe algo de administración de empresas?

ALAIN - A lo mejor no es tan complicado, perdón pero Blocq no era ningún genio.

JEAN-PIERRE - ¡Miren nada más! ¡Se cree Napoleón! ¡Nada lo detiene!

Chi dice algo en un francés incomprensible.

ESTELLE (traduciendo) - “Abrimos en dos horas, hay que dejar de hablar, hay que
trabajar”.

Breve silencio.

JEAN-PIERRE - Lo que para mi es todavía más extraño es que te den cosas que
pertenecen a alguien que ni siquiera esta muerto todavía… Te sientes un pendejo.

ALAIN - Eres un depresivo, siempre ve a ver una versión completamente deprimente


de las cosas.

JEAN-PIERRE - ¿Qué dijiste?

ALAIN - Dije: “depresivo”. (Silencio) ¡Cuando chillas sobre la carne de los clientes
durante dos años seguidos es porque eres depresivo, vas a ver un doctor!

ADELINE - ¡Ya párenle ustedes dos!


ALAIN (a Jean-Pierre) - Me das lástima…

ADELINE - En todo caso, para empezar, vamos a tener que contratar un director en la
tienda.

JEAN-PIERRE - Alguien que venga a dirigirla… ¿Como Blocq? ¡¿Tal vez podemos
discutirlo!?

ADELINE - No vamos a dejar de discutirlo, Jean Pierre, no se preocupe, prepárese


para discutirlo durante varios días y con sus noches incluso.

NATHALIE - Para mi las reuniones son una tortura, se los advierto.

ADELINE - Pues vas a tener que evolucionar en tus gustos, lo siento… Luego lo que
tenemos que hacer es nombrar un presidente del consejo de administración que va a
tener la firma del banco y…

ALAIN - Usted es la que tiene que hacer eso, ¡¿no?!

ADELINE - ¿Yo? De ninguna manera. ¿Hay alguien al que le interese?

JEAN-PIERRE - Bueno, entonces yo. Si es necesario, puedo hacerles ese favor…

ADELINE - Okey, Jean-Pierre. ¿Alguien más?

CHI - Yo.

ADELINE (sorprendida) - ¡Chi, muy bien! ¿Nadie más?

ALAIN - Yo también me quiero presentar.

ADELINE - Alain… Bueno, empezamos con Chi. ¿Quién vota por Chi? (Chi levanta
la mano) Bueno, pues un voto, muy bien. ¿Ahora Alain? (Todos levantan la mano
menos Chi y Jean-Pierre) Mmm, seis votos entonces. ¿Ahora Jean-Pierre? (Tras un
momento de duda Jean-Pierre levanta la mano) Un voto. Listo. Pues, creo que es
Alain… el que será el primer presidente delegado del consejo de administración de las
antiguas empresas Blocq.

JEAN-PIERRE - Así estamos claros.

CLAUDIE - Bueno, ahora hay que ir a trabajar. Lo único que les digo es que todo esto
me importa un carajo. Yo lo único que quiero es no perder mi trabajo.

ADELINE - ¿Cuándo nos volvemos a ver para seguir hablando y decidiendo que va a
ser de nosotros?

NATHALIE - Les advierto que si ahora soy dueña no es para hacer horas extra sino
para trabajar menos.

Chi dice algo en un francés incomprensible.

JEAN-PIERRE (a Estelle) - ¿Qué dijo?

ESTELLE - “Sin mencionar que tenemos que volver a vernos para esa pendejada de la
obra de teatro”.

Chi dice algo en un francés incomprensible.

ESTELLE - Me habla a mi, de hecho… “Ese día dejaste pasar una buena ocasión para
cerrar el pico, Estelle”.

ALAIN - Seguro.

JEAN-PIERRE - Una obra sobre Blocq, eso es totalmente perverso.

ALAIN - Seguro, no te damos las gracias, Estelle …


NATHALIE - Oye, Estelle… para proponer algo así... ¡¿de hecho debes estar realmen-
te enamorada de él?! ¿No es una broma?

Risas.

JEAN-PIERRE - ¡Cómo creen, Estelle está casada!

Oscuro.

3. Estelle sale de la reunión

Estelle camina por la calle.

VOZ DE CLAUDIE - En los días siguientes en la tienda andábamos todos


completamente perdidos, desorientados. Ya no teníamos de dónde asirnos. Estelle
parecía muy perturbada. Se veía que lo que había pasado la estaba afectando
enormemente.

Oscuro.

4. Sueño de la reunión

Adeline, Jean-Pierre, Chi y Bertrand en una orgía hilarante. Carcajadas. Todo se


vuelve cada vez más sexual.

VOZ DE CLAUDIE - Por la noche decía que soñaba cosas directamente inspiradas en
nuestra situación. Soñaba con nuestras reuniones y con nosotros, sus colegas. Sueños
muy reales. Banales. Cada noche soñaba el contenido del día transcurrido. Lo peor es
que se le metió en la cabeza que nos los tenía que contar, pero por fortuna no la
escuchábamos…
Oscuro.

5. Estelle se cruza con su vecino

VOZ DE CLAUDIE - Una noche que regresaba a casa, Estelle se cruzó en el pasillo
de su edificio con un hombre, un vecino, que suscitaba muchas preguntas en la
colonia. Este hombre vivía recluido en su departamento durante el día y sólo salía por
la noche. Existía el rumor de que trabajaba en una estación de depuración.

Estelle lleva el brazo en cabestrillo, como si se hubiera lastimado.

ESTELLE - Perdón, me gustaría preguntarle en qué consiste el trabajo en una estación


de depuración…

El VECINO - ¿Cómo dice?

ESTELLE - Me gustaría entender en qué consiste exactamente una estación de depura-


ción y para qué sirve finalmente.

El VECINO - Mmh… es muy sencillo… Recuperamos las aguas… muy negras… la


de usted, por ejemplo, que sale del escusado por su canalización. La traemos a la
estación… la tratamos con técnicas especiales… en grandes depósitos, grandes conte-
nedores muy especiales… la dejamos macerar… Y enseguida, cuando esa agua se
limpia de nuevo, se la mandamos de vuelta por sus tubos hasta el fregadero de su
cocina. Esa agua está ahora tan limpia que la puede beber como si fuera agua pura.

ESTELLE - Es fantástico…

El VECINO - Podría hablarle de eso más tiempo otro día pero justamente ahora me
tengo que ir.

ESTELLE - Por supuesto.

El VECINO - ¿Se lastimó?


ESTELLE - Ah, estee sí, choqué con una carcasa que no había visto en mi cuarto frío.

El VECINO - ¡¿No me diga?! ¡Qué raro!

ESTELLE - ¿Qué cosa?

El VECINO - ¡Dijo “mi” cuarto frío!

ESTELLE - ¿Ah, sí? Seguro fue el inconsciente (señalando su cabeza) el que habló…
pero es cierto, se ha vuelto un poco “mi” cuarto frío… de hecho es chistoso. Perdón,
me tengo que ir, mi marido me espera.

El VECINO - Buenas noches.

ESTELLE - Buenas noches.

Estelle entra a su casa y cierra la puerta. El vecino desaparece a su vez por el pasillo.
Se escuchan gritos. El marido de Estelle la ataca violentamente. Le pega. Ruido de
golpes. Gemidos de Estelle. El vecino regresa por el pasillo y escucha la escena.

Oscuro.

6. Primera visita a Blocq al hospital

VOZ DE CLAUDIE - Una semana más tarde fuimos a ver a Blocq al hospital. Parecía
normal ir a visitarlo, lo habían operado del cerebro. Una operación sin esperanza de
cura. Nada más para atenuar el sufrimiento que iba a tener que soportar durante sus
últimas semanas de vida. Estaba durmiendo. Nos quedamos dos horas sin que se
despertara. Para regresar teníamos que tomar el autobús a una hora precisa, era
domingo. Ya nos empezábamos a ir, en ese momento nos sorprendimos al ver que uno
de los muchos hermanos de Estelle, aquel al que surtía en la tienda, trabajaba ahí en
ese hospital, en la farmacia del hospital. Nos íbamos a ir, en ese momento se despertó
Blocq. Tenía en la mano un montón de correos, de cartas que había recibido antes de
que le detecten su enfermedad. Había tarjetas postales y hasta dibujos infantiles. Blocq
se aventó un gran monólogo. Nos dijo: “Esta es la causa de todo lo que me pasa y de
mi enfermedad…” En esas cartas habían escrito algo así como: “Oye, tío ¿cuándo vas
a hacer lo que te pedimos? ¿Cuándo nos vas a obedecer? Si no nos obedeces te vas a
morir, ¿sabías?” ¡Lo tomamos como un delirio! Para ser amables, fingimos interesar-
nos por esa orden de la que hablaban las cartas… Le preguntamos: “¡¿Qué orden es
esa?!” ¡Nos contestó que no sabía! ¡Todo eso era absurdo! Era una broma de los niños
del barrio. No queríamos perder nuestro autobús, pero Blocq no paraba de dar sus
explicaciones. Blocq pensaba que si lograba adivinar esa orden a la que le pedían obe-
decer se salvaría, se curaría. Pensaba en eso obsesivamente desde que le anunciaron su
enfermedad. No podíamos más, perdimos nuestro autobús, regresamos a pie. Blocq
también había conseguido despojarnos de nuestro domingo.
7. Reunión sobre la obra teatral

Noche. Un salón en el estacionamiento. Todos los empleados a la mesa. Botellas,


vasos y ceniceros sobre la mesa. Ambiente de borrachera. Jean-Pierre por poco se
cae de su silla.

ALAIN - Jean Pierre, ¿estás bien?

Silencio.

ADELINE - Hace diez minutos que nadie habla.

Pausa.
Chi dice algo en un francés incomprensible.

ESTELLE - Está hablando de las botellas, dice que no apuntamos lo que tomamos de
las existencias.

ADELINE - Sí es cierto.

Risotadas.
Chi dice algo en un francés incomprensible.

ESTELLE - Dice que no está bien.

Risotadas.
Chi dice algo en un francés incomprensible.

ESTELLE - Dice que vamos a tener que reembolsarlo.

ADELINE - Sí es cierto.

Menos risas.
NATHALIE - ¿Por qué tendría que reembolsar algo si esto me pertenece?

BERTRAND (sorprendido) - Tiene razón, ¿qué vamos a reembolsar?

ADELINE - Pues vamos a pagar lo que tomamos está noche, lo sacamos de las
existencias, es normal.

NATHALIE - ¡Pero si es nuestro! ¡En mi casa, yo no pago lo que saco de mi alacena!

ALAIN - Pobrecita, estás completamente pirada.

ADELINE - ¿Entonces tú te sirves así nomás de las existencias desde que somos
dueños?

NATHALIE - Pues claro, porque es mío.

Chi dice algo en un francés incomprensible.

ESTELLE (traduciendo) - “¡Por qué no traes a tus amigos para que se sirvan ellos
también, si a esas vamos!”

ALAIN - Está loca de atar, (a Nathalie) vas a reembolsarlo… ¡y más te vale que sea
pronto!

NATHALIE - No me des órdenes, no eres mi superior eres mi socio.

Jean-Pierre, aprobando visiblemente el discurso de Nathalie, dice algo incomprensi-


ble, pero nadie le presta atención.
Chi dice algo en un francés incomprensible.

NATHALIE - ¿Qué dijo?


ESTELLE (traduciendo Chi a Nathalie) - “Eres una ladrona”, creo, se ha dado cuenta
que te sirves de la tienda, y Bertrand también.

NATHALIE (a Chi) - Retira eso de “ladrona”, no soy una ladrona, ¡no he robado
nunca en mi vida!

ADELINE - Perdón, discúlpame, pero tiene razón, es como un robo lo que haces.
Piénsalo.

NATHALIE - Nunca he robado, retira eso.

ALAIN - Qué bruta es, no puede ser.

Jean-Pierre defiende a Nathalie diciendo algo incomprensible.

ALAIN - Cállate, ¡ya viste en qué estado te pusiste para una reunión!

Silencio. Tensiones.

ADELINE - Si todo mundo se sirve así todos los días nos estrellamos directo, se los
aseguro y en seis meses estamos en la cárcel por deudas. De por sí las ventas de la
tienda han bajado.

ALAIN - ¡Ah, sí! ¿por qué?

ADELINE - No sé.

Chi dice algo en un francés incomprensible.

ESTELLE (traduciendo) - “Tenemos que hablar de la novela-teatral.”

ALAIN - Sí.
ADELINE - Por supuesto.

Chi dice algo en un francés incomprensible.

ESTELLE - Dice que, en todo caso, si la obra teatral se hace, le gustaría actuar al
señor Blocq.

ADELINE - ¿Quién?

ESTELLE - ¡Pues él!

Risotada general.

ADELINE - Hay que votar.

Risas.

TODOS - ¡Sí!

ADELINE - ¿Quién vota por la proposición de Chi de actuar a Blocq? Es en serio…


Votamos. ¿Quién vota a favor?
(Nada más Chi levanta la mano. Vuelven las carcajadas.)
¿Quién vota en contra?
(Todo mundo levanta la mano menos Estelle y Chi. Todavía más carcajadas. Adeline a
Chi) Lo siento Chi, así es la democracia.

Carcajada.

ALAIN - Ahora, ¿quien vota por que Estelle se encargue de pensar en la novela-teatral
sobre la vida de ese pendejo de Blocq?
(Todo mundo levanta la mano menos Chi)
Bueno pues, ya estuvo, Estelle tu te encargas de esa madre, le piensas y luego nos
dices de qué se trata y vemos…
ESTELLE - Sí me interesa, pero no sé si voy a poder.

ADELINE - ¿Fuiste tú la que tuvo la idea?

ESTELLE - Sí.

ADELINE - Pues entonces te vas a encargar de eso.

Risas.

NATHALIE - ¿Fuiste tú la que se quedó con el cuaderno de Blocq en el que cuenta los
grandes momentos de su vida?

ESTELLE - Sí.

NATHALIE - ¡Pues entonces quédatelo! (Risas) ¡¿Te lo quedas en tu casa, no quere-


mos por nada del mundo leer lo que dice ahí, entiendes?!

ALAIN - Bueno, Estelle, cuéntanos ¿cómo ves lo de la madre esa?

ESTELLE - …Lo que va a estar complicado, creo, va a ser liberar tiempo, porque se
va a necesitar mucho trabajo. Me acuerdo que en lo de San Luis nos tardamos tres
meses y al final ni siquiera estábamos listos…

Claudie sale y va a poner música. El volumen a tope. Regresa. Empieza a bailar.

ADELINE - Ay, no, Claudie, estaba interesante lo que decía Estelle.

Chi va a apagar la música.

ESTELLE (retomando su idea) - En lo de los horarios, hay que ser formales si no no


se puede. Y luego hace falta alguien que dirija… si no nadie hace nada, se los
advierto…
Claudie va a poner música otra vez. Regresa. Baila.
Oscuro.

8. Alain y Jean-Pierre visitan el rastro

Al día siguiente. Un pasillo del rastro. Atmósfera de trabajo muy ruidosa.

ALAIN (alzando la voz) - ¿ Ustedes son cuántos empleados trabajando aquí?

EL DIRECTOR DEL RASTRO - Somos cincuenta empleados fijos, más unos veinte
temporales.

ALAIN - ¿La actividad va bien?

EL EMPLEADO DEL RASTRO - Usted dirá.

ALAIN - ¿Yo diré qué?

EL EMPLEADO DEL RASTRO - Si van a continuar con la actividad o si tienen otros


planes para nosotros…

ALAIN - No tienen de qué preocuparse, no vamos a correr a nadie, no nos vamos a


portar como unos ojetes con obreros como nosotros, no es nuestro objetivo.

EL EMPLEADO DEL RASTRO - ¡Eso dice! Pero a lo mejor piensa todo lo contra-
rio… Ya tiene su plan en la cabeza.

ALAIN - ¿Qué quiere decir?

EL EMPLEADO DEL RASTRO - ¡Yo me entiendo solo!


EL DIRECTOR DEL RASTRO - En todo caso, con respecto a lo que se viene, vamos
a tener que hacer muy pronto una adecuación de las normas reglamentarias… En los
tiempos del señor Blocq siempre se pospuso.

ALAIN - ¿Qué es eso?

EL DIRECTOR DEL RASTRO - Hay que reinvertir entre 4 y 5 millones de francos


para adecuar las instalaciones a las normas reglamentarias de seguridad e higiene.

ALAIN - ¿5 millones? ¿De los de ahora?

EL DIRECTOR DEL RASTRO - Perdón, pero no conocí los francos de antes.

EL EMPLEADO DEL RASTRO - De todos modos ya sabemos que nos van a chin-
gar… Siempre es así en los casos de reanudación de actividades, cualquier pretexto es
bueno…

ALAIN (un poco molesto) – ¡Pero que le pasa! ¿Por qué dice eso? Vamos a estudiar la
situación… pero nos comprometemos a no echar a la gente a la calle… Yo me com-
prometo personalmente.

JEAN-PIERRE - Yo también me comprometo.

EL DIRECTOR DEL RASTRO - ¿Les heredaron todas las otras empresas Blocq?

JEAN-PIERRE - Sí, ustedes son los primeros que vemos.

ALAIN - La cementera y el bar.

EL EMPLEADO DEL RASTRO - ¡El bar de putas!

ALAIN - ¿Cómo?

EL EMPLEADO DEL RASTRO - Sí, el bar de putas.


ALAIN - No creo.

EL EMPLEADO DEL RASTRO - Lo conozco, ya he ido y es un bar de putas…

ALAIN - En fin, no fue lo que nos dijeron.

EL EMPLEADO DEL RASTRO - ¡Pues, está bien! De todos modos van a ir a darse
una vuelta, ya verán… Ustedes ahora son los dueños…

ALAIN - Sí.

EL EMPLEADO DEL RASTRO - Los dueños de un bar de putas.

ALAIN - ¿Cómo?

Oscuro.

9. Primer ensayo teatral

Noche. El salón de ensayos en el estacionamiento. Los empleados están sentados.


Estelle, disfrazada, grita y mima una escena de agonía. Se desploma y se queda en el
suelo un buen rato. Luego se levanta. Silencio y abatimiento de todos los demás que
están hartos.

ESTELLE - ¿Tal vez el final está un poco largo?

Pausa.
NATHALIE - Todos estamos muy cansados.

ESTELLE - Sí, ya lo sé.

ALAIN - No parece.

ADELINE - A veces no sé si te das realmente cuenta.

ESTELLE - Sí, creo. (Silencio) ¿Quieren que les vuelva a explicar un poco?

ALAIN (explotando) - ¡Puta madre! ¡No! ¡No se entiende nada de tus


explicaciones!¿Alguien entendió algo de lo que explicó hace rato? ¡Llevas dos horas
cagándonos la madre no se entiende nada de lo que dices, chingada madre!

Estelle se quita su abrigo y se va a sentar.

NATHALIE - Yo les advierto que tengo un niño y no voy a poder conseguir quien lo
cuide todas las noches.

ESTELLE - Puedo abrir la tienda mañana por la mañana si quieren.

ADELINE (sorprendida) - ¡De todos modos te toca a ti abrir mañana por la mañana!

ESTELLE - ¿Ah, sí?

ALAIN (duramente, a Estelle) - Decidimos que cada vez que hacíamos el teatro de
mierda por la noche te tocaba a ti abrir al día siguiente.

ADELINE - ¿Se te olvidó que lo discutimos?

ESTELLE - ¿Ah, sí? ¿Y por qué?

También podría gustarte