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La región del azúcar: Tucumán, Salta y Jujuy (1850-1940) por Daniel Campi, Daniel Moyano y Ana

Teruel

El texto presenta a la producción fabril de azúcar en el NOA y la vinicultura cuyana como las
principales manifestaciones de la industria moderna en el interior del país. En un primer momento
se propone explicar la dinámica interna del azúcar entre el ‘40 y el ‘50 y caracterizar el paisaje
agrario y el paisaje social de la época que favoreció la expansión del cultivo de caña de azúcar. Da
una mirada a cómo es la constitución de las unidades productivas en Salta-Jujuy (grandes
haciendas auto abastecedoras donde había para cultivar caña, ingenios, se producían cítricos,
madera, alimento para el ganado) y en Tucumán, (pequeños y heterogéneos pedazos de tierra).
Hay un crecimiento demográfico desde la segunda mitad del siglo XIX en los mercados centrales,
Buenos aires, Santa fe y Córdoba, debido a que crece la producción, la vinculación con los
mercados internacionales y hay demandas de otros productos, como agropecuarios. Así también
por gente que viene de Europa. Se explicitan las relaciones existentes entre empresarios y
trabajadores, que eran de grupos diversos y trabajaban bajo condiciones de explotación. Surge la
figura del “conchabador”, que presionaba a los campesinos, extorsionándolos con deudas
contraídas. Hay un gran mercado que demanda bienes de consumo cotidiano, como el azúcar y el
vino Se analiza el auge productivo, pero también las crisis: En un momento se produce tanto que
hay una crisis de producción. Luego describe también el crecimiento en medio de esta
inestabilidad. El azúcar que se consumía en la época era azúcar importada de Brasil, El Caribe,
África. Entonces entra en juego el mercado mundial, donde el objetivo es producir a mejor costo
tal o cual producto. Como el azúcar es muy demandado en el Litoral, se transforman las
condiciones de producción y comercialización del mismo. El Estado apoya, subsidia, a los
empresarios azucareros del norte para que puedan acceder a créditos para mejorar la
infraestructura, la maquinaria, el aparato productivo y cuestiones industriales. Esta modernización
permite producir más azúcar en menor tiempo, por lo que se abarata el costo. La otra condición es
la comercialización. El Estado expande la red ferroviaria hacia el norte argentino. Gran parte del
costo de un producto tiene que ver con su transporte. No es lo mismo mandar carretas con azúcar,
con un gran tiempo de viaje, y animales que hay que alimentar, etc., que ponerlo en un tren, con
mayor velocidad y capacidad de carga. Un tercer factor es la cuestión impositiva, aun con estas
mejoras no es competitivo el precio, por lo que se aplican tarifas aduaneras para productos del
extranjero, para que las industrias locales pudieran vender su azúcar en el mercado nacional. El
problema es que el azúcar es un bien de primera necesidad, entonces al costo de sostener esta
política de estímulo para que las clases dominantes regionales del NOA puedan vender su azúcar
en el mercado nacional, lo termina pagando toda la población, terminan pagando más caro el
azúcar para que esta diferencia pueda convertirse en ganancias para estas clases dominantes, lo
que a su vez reafirma su rol como clase dominante regional, que se alía con partidos de Buenos
Aires para formar el PAN, que gana numerosas elecciones después (clase dominante de alcance
nacional). Pasa algo similar con los vinos de Mendoza. Se da como resultado una articulación
político económica que permite constituir el Estado Nacional.

También se consideran los latifundios que crearon zonas en las que el dominio de las empresas era
total, las políticas tanto del Estado Nacional como de los estados provinciales para con el azúcar, el
del desarrollo científico en torno al azúcar, el nacimiento de la Universidad Nacional de Tucumán y
la creación de la Escuela de Arboricultura y Sacarotecnia, con una gran inquietud por la
investigación científica en como producir mejor y más azúcar.

Estado y sociedad en la Argentina del siglo XIX por Waldo Ansaldi

Con la ruptura colonial generada entre 1806 y 1810 se desencadenan tres movimientos de larga
duración: la creación de la Nación, la creación del mercado interno y la formación del Estado
Nacional. Estos tres movimientos se articulaban también con el proceso de creación de una clase
dirigente/dominante de alcance nacional, y se ven acompañados de una crisis de dirección política
y orgánica en el marco de un proceso de acumulación originaria del capitalismo dependiente.
Desde la revolución de 1810 se desencadenan contradicciones internas, en las que tienden a
confundirse movimientos orgánicos/estructurales con movimientos coyunturales, y donde se
enfrentan las tendencias al centralismo y al fraccionalismo. Por lo tanto, las contradicciones se
resumen en: contradicciones interregionales, contradicciones de clases y contradicciones campo
vs. ciudad. Estas contradicciones presentan una transición interna conflictiva debido a distintos
modos de producción e ideas de constitución del estado. El capitalismo influye en dos ejes:
Externo (mercado mundial) e Interno (Sector productivo rural). También se da una transición
externa del capitalismo de libre competencia al capitalismo monopólico imperialista.

Se conforman dos grandes bloques regionales: El litoral, que es homogéneo y en el que predomina
el capitalismo agrario, por lo que su economía se articula al mercado mundial. En cambio, el
Interior es heterogéneo y tiene dificultades para adaptarse al nuevo contexto ya que es
predominantemente precapitalista, lo que explica el peso de los comerciantes, que funcionan
como nexo entre las economías centrales y los mercados regionales locales. Los conflictos
regionales se expresan como: 1) las clases dominantes vs. las clases subalternas y 2) entre clases
dominantes regionales.

Con la ruptura colonial se pone en debate la relación entre la cuestión nacional, el conflicto social
y la lucha política. La razón de que se sucedan gobiernos centrales y confederales se debe a que en
las guerras de la independencia no hay conciencia nacional, por lo que se debe construir un
“Estado Central”. Centralizar el poder y hacer desaparecen las más pequeñas unidades de
integración social (los cabildos). En cuanto a la conformación del mercado interno, se presentan
dificultades: mantenimiento de las aduanas, impuesto a la circulación de las mercancías, trabas a
la libre circulación de personas, ausencia de vías de comunicación, escasa renovación tecnológica,
bajo grado de división social del trabajo, confusión en los medios de pago.

Por el lado del proceso de acumulación originaria, éste se produce a partir de la articulación del
capital ganadero del litoral platense y el litoral fluvial en el marco de la articulación con el sistema
capitalista mundial en relación de dependencia, proceso que permite explicar la desigual
conformación de las clases en distintas regiones, el difícil camino de la burguesía nacional y el
tortuoso proceso de formación del estado nacional. La acumulación originaria comprende dos
aspectos: la concentración de la propiedad mediante la presión económica, el monopolio, la usura
o la expropiación efectiva, y el consecuente despojo de los antiguos propietarios. Pasa a explicar
las formas en las que acumula riquezas la burguesía. El mercado exterior es controlado por los
comerciantes británicos residentes en el país. Los ingleses controlan el comercio marítimo y los
argentinos el comercio fluvial.
En el interior, lo sectores del comercio empiezan a establecer alianzas con la burguesía del litoral y
los comerciantes porteños. La burguesía del NOA se aboca a la agroindustria azucarera y la
burguesía cordobesa desplaza a los sectores tradicionales.

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