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SENTENCIA.
Resolución número VEINTIUNO.-
Huanca Sancos, treinta de mayo de dos mil veintitrés.-
VISTOS: Puesto los autos a Despacho, de autos se tiene que por escrito de fojas
dieciséis a veintisiete, doña Constantina Zócima Ponce De León Huamaní,
interpone demanda contra Epifania Huamaní Polonio, Clemencia Huamaní
Polonia, Donatilida Delia Quichua Pillhuamán y Nicolás Gómez Gómez,
demanda de Nulidad de Acto Jurídico, en la vía de proceso de Conocimiento.
CONSIDERANDO:
Primero: FINES DEL PROCESO: conforme se establece en el artículo III del Título
Preliminar del Código Procesal Civil, el Juez debe atender a que la finalidad concreta
del proceso es resolver un conflicto de intereses o eliminar una incertidumbre, ambas
con relevancia jurídica, haciendo efectivos los derechos sustanciales, y que su finalidad
abstracta es lograr la paz social en Justicia. Asimismo, el inciso 3) del Artículo 139° de
la Constitución Política del Perú, regula la institución denominada debido proceso, que
se constituye como la primera de las Garantías Constitucionales de la Administración
de Justicia al permitir el acceso libre e irrestricto a los Tribunales de Justicia a todo
ciudadano sin restricción alguna; y en el caso concreto se advierte que el Órgano
Jurisdiccional ha cumplido con lo impuesto por la Carta Magna.
Cuarto: Que, el artículo 219° inciso 3) del Código Civil hace referencia a una de las
causales de nulidad del acto jurídico, cuando su objeto es física o jurídicamente
imposible o cuando sea indeterminable. Cuando la prestación consiste en la
transmisión de un derecho real, la cosa sobre la cual recae el derecho que va ser
transferido al acreedor, debe reunir los siguientes requisitos: la cosa debe existir, debe
estar en el comercio de los hombres y debe estar determinada o ser determinable en
cuanto a su especie y cantidad1.
Quinto: Que, por otro lado, el artículo 219° inciso 4) donde precisa que el acto jurídico
es nulo cuando su fin sea ilícito, la jurisprudencia ha señalado: “(la) finalidad ilícita de
un acto jurídico se evidencia cuando las partes persiguen, mediante su celebración, una
finalidad contraria a ley, es decir, cuando se persigue un propósito que ella o cuando
ella es contraria al orden público, entendida este como el conjunto de principios éticos,
económicos y jurídicos que la sociedad considera esenciales para mantener la
organización social”, (Casación Nº 939-2006-Santa, en El Peruano, Lima 2.Jul.2007,
15376), así también, al respecto Aníbal Torres Vásquez ha señalado: “(…..) por
consiguiente cuando falta la causa fin el acto jurídico es nulo, pensemos, por ejemplo,
en el otorgamiento de una garantía por un crédito inexistente, la aseguración contra
incendio de un bien que al momento del contrato ha dejado de existir, la compraventa
de un bien que pertenecía ya al comprador;(…...). La causa se identifica con la función
social y/o económica que debe cumplir el acto jurídico y que el derecho reconoce
relevante para sus fines”2.
1
TABOADA CORDOVA, Lizandro, La Nulidad del Acto Jurídico, Segunda Edición 2002, Editorial Grijley pág. 148-149.
2
TORRES VASQUEZ, Aníbal, Acto Jurídico, Tercera Edición 2007, Editorial Idemsa pág. 787-788
Sexto: En tanto que la causal contenida en el inciso 8) del artículo 219º del Código
acotado hace referencia a las nulidades virtuales, por cuanto, dispone que es nulo el
acto jurídico en el caso del artículo V del Título Preliminar, esto es, el acto jurídico
contrario al orden público, las buenas costumbres o una o varias normas imperativas.
En estos casos la nulidad viene impuesta no expresamente por la norma legal, sino por
el hecho de que el negocio jurídico contraviene uno de los fundamentos o pilares del
sistema jurídico; es así que la “nulidad virtual es aquella que sin venir declarada
directamente por el supuesto de hecho de una norma jurídica, se deduce o infiere del
contenido de un acto jurídico, por contravenir el mismo al orden público, las buenas
costumbres o una o varias normas imperativas, (...), en consecuencia la nulidad virtual
es aquella que se encuentra tácitamente contenida en las normas jurídicas y que se hace
evidente cuando un acto jurídico en particular tiene un contenido ilícito no solo por
contravenir las normas imperativas, sino también por contravenir un principio de
orden público o las buenas costumbres”3.
Séptimo.- Con relación a los puntos controvertidos: “1) Determinar si
corresponde o no declarar la nulidad de contrato de compra venta de fecha
27 de junio de 2011, por el cual la demandada Epifania Huamaní Polonio
atribuyéndose la condición de propietaria y posesionaria transfiere un
cuarto de yugada compuesto por un andén del sector de Ccaypampa
(Ccahualado) a favor de los señores Donatilda Delia Quihua Pillhuamán y
Nicolás Gómez Gómez. Predio ubicado en el distrito de Carapo – Huanca
Sancos. 2) Determinar si corresponde o no declarar la nulidad de la carta
poder simple de fecha 20 de junio de 2014, por el cual las demandadas
Epifania Huamaní Polonio y Clemencia Huamaní Polonia, atribuyéndose
de propietarias y posesionaria otorgan poder amplio y suficiente para que
la señora Donatilda Delia Quichua Pillhuamán, en nombre y
representación de aquéllas cuiden el terreno rústico denominado
Ccahualado Pampa”. Que, respecto a los puntos controvertidos, así como para
entender si se da los supuestos contenidos en los incisos inciso 3), 4) y 8) del artículo
219° del Código Civil, se debe tener presente que los actos jurídicos cuestionados no es
suficiente con señalar que el acto jurídico en cuestión adolecen de causales de nulidad,
sino es necesario además que ello deba ser probado; bajo dicha premisa si partimos del
propio documento, en el primer caso concerniente al documento de compra
venta efectuada por la Demandada Epifania Huamaní Polonio a favor de
sus codemandados Donatilda Delia Quichua Pillhuamán ante Juez de Paz
de Carapo, de una cuarta yugada consistente en un Andén del predio denominado
Jahualado; en tal sentido, la parte actora primeramente debe demostrar
fehacientemente la titularidad del predio materia de compra venta en el primer caso;
con lo cual el Juzgado llegará al convencimiento de que si se trata de una propiedad
privada o no; sin embargo, a pesar de las causales invocadas por las que solicita la
nulidad del referido contrato y en concordancia con los puntos controvertidos fijado; la
actora no ha demostrado de manera fehaciente tener la titularidad del predio
denominado Jahualado o Ccahualado y por ende la porción de terreno denominado
Andén de aproximadamente un cuarto de yugada; el hecho de haberse precisado en la
sucesión de declaratoria de herederos de su extinta progenitora Aurelia Huamaní Oré,
tal como se tiene en la cuarta cláusula ni siquiera ha indicando cual si fueran de su
propiedad, sino se hace atingencia como “BIEN CONOCIDO DEL CAUSANTE”,
diversos bienes inmueble, donde también figura el de Ccanaypampa y no Ccahualado;
sin embargo, no está respaldado de algún título de propiedad; de tal suerte estamos
ante la existencia de terrenos comunales que en esencia, en tanto no haya transferido a
título de compraventa o transferencia a favor de uno de sus comuneros, siguen siendo
de dominio de la Comunidad Campesina de Carapo; sobre el particular es menester
3
TABOADA CORDOVA, Lizardo, La Nulidad del Acto Jurídico, Segunda Edición 2002, Editorial Grijley pág.
97-98
citar los aspectos relativos contemplados en la Ley General de Comunidades
Campesinas –Ley N° 24656-, cuando en sus artículos 7° y 23° prevén en el siguiente
detalle:
“Artículo 7°. Las tierras de las Comunidades Campesinas son las que señala la Ley de
Deslinde y Titulación y son inembargables e imprescriptibles. También son
inalienables. Por excepción podrán ser enajenadas, previa acuerdo de por 10 menos dos
tercios de los miembros calificados de la Comunidad, reunidos en Asamblea General
convocada expresa y únicamente con tal finalidad. Dicho acuerdo deberá ser aprobado
por ley fundada en el interés de la Comunidad y deberá pagarse el precio en dinero por
adelantado.
Artículo 23°. Son bienes de las Comunidades Campesinas:
a) El territorio comunal cuyo dominio ejercen, así como las tierras rústicas y
urbanas que se les adjudiquen o adquieran por cualquier título;
(…)”
A todo ello se debe acotar que la actora, tal cual lo ha demostrado con el propio
documento que corre en el anexo de folios trece, otorgado por el Presidente de la
Directiva Comunal, con fecha 03 de febrero de 2018, tiene la condición de Comunera
Pasiva; por lo que ni siquiera le alcanza los aspectos contemplados en el Artículo 25º
del Reglamento de la Ley General de Comunidades Campesinas, aprobado por el D.S.
Nº 008-91-TR.; consiguientemente, en la presente acción intentada por la recurrente
doña Constantina Zócima Ponce de León Huamaní, al encontrarnos en una
transacción de un predio que sería del dominio y propiedad de la Comunidad
Campesina de Carapo, carece de toda legitimidad para impugnar su nulidad; siendo el
llamado o titular del derecho a reclamar de manera legítima e incoar cualquier acción
de dicha naturaleza es el representante legal de la citada comunidad, en este caso el
Presidente de la Junta Directiva Comunal de Carapo; bajo dicho entendido, este
Juzgado de oficio podría acoger una acción que compete o se ejerce a instancia de parte
que debe pedirlo; por cuanto más ni siquiera se ha solicitado la intervención
litisconsorcial de ser el caso; por lo que, debe desestimarse la demanda incoada.