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Puzolana
Origen e historia[editar]
Recibe su nombre de la población de Pozzuoli, en las faldas del Vesubio, donde
ya en tiempos romanos era explotada para la fabricación de cemento puzolánico.
Después el término fue extendiéndose a todos aquellos materiales que por sus
propiedades similares a la Puzolana de origen natural pueden tener usos
sustitutivos.
La civilización romana fue la que descubrió todo el potencial que estos materiales
podían ofrecer. De esta forma uno de los mejores exponentes que podemos
encontrar es el Panteón de Roma. Construido en el año 123, fue durante 1500
años la mayor cúpula construida, y con sus 43,3 metros de diámetro aún mantiene
records, como el de ser la mayor construcción de hormigón no armado que existe
en el mundo. Para su construcción se mezcló cal, puzolana y agua; añadiendo en
las partes inferiores ladrillos rotos a modo de los actuales áridos, aligerando el
peso en las capas superiores usando materiales más ligeros como piedra pómez y
puzolana no triturada.
Propiedades de la puzolana[editar]
Las propiedades de las puzolanas dependen de la composición química y la
estructura interna. Se prefiere puzolanas con composición química tal que la
presencia de los tres principales óxidos (SiO2, Al2O3, Fe2O3) sea mayor del 70 %.
Se trata que la puzolana tenga una estructura amorfa.
En el caso de las puzolanas obtenidas como desechos de la agricultura (cenizas
de la caña de azúcar y el arroz), la forma más viable de mejorar sus propiedades
es realizar una quema controlada en incineradores rústicos, donde se controla la
temperatura de combustión, y el tiempo de residencia del material.
Si la temperatura de combustión está en el rango entre 400-760 °C, hay garantía
de que la sílice se forma en fases amorfas, de mucha reactividad. Para
temperaturas superiores comienzan a formarse fases cristalinas de sílice, poco
reactivas a temperatura ambiente.