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- Piedras Blandas.
Este tipo de piedras se utilizaban en la Península Itálica (Lacio), y destacan dos clases
principalmente:
Hay que destacar el uso de la piedra local en todos los rincones del imperio.
- Ladrillo
El ladrillo es otra novedad de trascendencia extraordinaria para el futuro. El ladrillo
romano fue de dos clases:
Otros tipos:
Tégula: o teja plana con ceja o pestaña para encajes, de algo más de dos pies de
longitud y pie y medio de anchura. Su distintivo principal era el reborde o ceja
en los lados largos. La tegula es poli o multifuncional.
Imbrex: similar a nuestras tejas curvas.
Laterculi: pequeñas dimensiones para pavimentos.
- Hormigón.
Es el gran invento de la época romana. El hormigón puede ser interpretado como
material o como una técnica constructiva (opus). Está realizado con una mezcla de cal,
arena y fragmentos de piedra volcánica (tufo). Se empleó por primera vez en Campania
durante los siglo IV-III a.C. Posteriormente pasó a Roma, donde a comienzos del siglo
II a.C. ya será habitual en las fábricas de muros tanto fuera como dentro de la urbs.
Los romanos procedían a extender primero una capa de guijos machacados, después
echaban encima la lechada liquida de cal, la cual penetraba en las capas de guijarros
solidificándose con ellos.
Aparejos:
Poligonal y ciclópeo.
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Funcionalidad y estabilidad de la arquitectura romana. Opus: Obra. Sin desbastar: Sin trabajar las
piedras. Intersticios: son huecos que quedan entre las piedras. A hueso: Sin mortero o aglutinante.
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Hiladas: Filas de sillares.
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Quadratum con anatyrosis: almohadillado. Acabado en relieve, finalidad estética y de mayor prestancia
en apariencia.
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Fistucae: Instrumento de construcción para apisonar el mortero.
El ejemplo seguro del empleo de arcos es en el 241 a.C. en la ciudad de Falerii Novi,
ciudad construida por los romanos para recoger a la destruida Falerii Vetera. En la
nueva ciudad aparece el arco de medio punto.
En resumen, no existen pruebas del empleo del arco por los etruscos o los empleos son
posteriores a la segunda mitad del Siglo III a.C. Entonces ¿Dónde debemos buscar el
origen del arco que los romanos, desde luego, no inventaron. Séneca lo atribuye a
Demócrito de Abdera. En la ciudad de Posidonia (que después se llamará Paestum), al
instalarse allí una colonia latina en el 273 a.C., existirá allí un arco en la muralla de la
ciudad: la puerta de la Sirena. En Velia (antigua Elea) se encuentra la Porta Rossa. En
ambos casos serían construcciones de la mitad del Siglo III a.C.
- Bóvedas y cúpulas.
Es un error extendido el confundir ambas. La bóveda es una obra de fábrica que cubre
de forma arqueada un espacio entre muros, pilares o columnas. Suele estar construida de
sillares expresamente labrados o ladrillos. En ambos casos se vale de unas cimbras.
Éstos tienen dos funciones: evitar que tenga mucho peso la cúpula ya que el disminuir
hacia el interior hace que el peso de la cúpula sea menor y, en segundo lugar, por ser un
procedimiento estético. También se emplea el sistema de nervios (que no es un invento
gótico). Así, por ejemplo, el Templo de la Minerva Médica con sus nervios de ladrillo.
Mecanismo para el transporte y posición de los sillares en estas obras de gran envergadura.
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La invasión de los galos en la primera mitad del siglo IV a. C., obligó a los romanos a la
construcción de un perímetro murado, muro serviano. Es una obra de sillares
paralelepípedos en filas alternantes a soga y tizón. También hacia el 300 a.C. el censor
Appius Claudius trazó la Via Appia y el acueducto Aqua Appia.
- SIGLOS II Y I A.C.
Aunque no se conserva ninguno en este momento, se encuentran referencias a Arcos de
Triunfo. El tráfico diario entre las orillas del Tíber obligó al empleo de arcos en los
puentes, como el Pons Sublicius que fue el primer puente, aunque el primero de piedra
fue el Pons Aemilius. En estas obras hidráulicas y de ingeniería se fue creando y
perfeccionando la arquitectura romana sin la influencia etrusca y griega.
Pero el conjunto de templos más importantes de este momento son los cuatro templos
de largo Argentina, uno de ellos de planta circular. Otro edificio singular de la obra de
Sila fue el Santuario de la Fortuna Primigenia en Praeneste, construido sobre una serie
13 de terrazas. Entre otras obras atribuidas a Sila fuera de Roma destaca el templo de Vesta
en Tívoli, de planta circular, rodeado de una columnata exenta de orden corintio y un
friso decorado con guirnaldas pendientes de cabezas de bueyes, todo ello alzado sobre
alto podio; se cubría con un tejado cónico. También en Tívoli sobresale el Santuario de
Entre las obras del siglo I a.C. merece citarse el Teatro de Pompeyo. El teatro romano es
de origen griego. El conjunto constaba de dos partes, el teatro propiamente dicho, un
edificio semicircular, y el doble pórtico rectangular que estaba adosado al edificio del
teatro por la escena. Un tercer elemento de no menor importancia es el templo
consagrado a Venus Victrix en la parte central de arco descrito por el graderío. De este
mismo momento es el primer anfiteatro de Roma, mandado a construir por G. Scribonio
Curio, donde se realizaron los espectáculos de gladiadores, que gozaban de gran
popularidad y que hasta este momento se habían realizado en foros y plazas. Se
construyeron también los primeros puentes de piedra que atravesaban el Tiber, como el
Pons Fabricius y el Pons Cestius.
En tiempos de Nerón es decisivo el incendio de Roma del año 64 d.C., que dañó
gravemente a Roma, y el plan de este emperador para su remodelación. De todo este
plan sólo pudo realizarse su palacio, la Domus Aurea. Se limitó también la altura de los
edificios, se mandó construir porches en los frentes de las manzanas, se prohibió el uso
de vigas de madera, y recomendó que cada casa tuviera sus propias paredes.
- LOS FLAVIOS.
El edificio más emblemático de época Flavia es el Amphitheatrum Flavium,
tradicionalmente conocido como Coloseum o coliseo. Se cree que este nombre deriva de
la colosal estatua de Nerón que se encontraba en sus alrededores. La obra se inició en
los comienzos del reinado de Vespasiano y no se terminaría hasta tiempos de su hijo
Tito. Se construyó según la norma de superposición de los tres órdenes iniciada en el
Tabularium. Al proyecto original le añadiría Tito un cuarto cuerpo con ventanas
cuadrangulares, abiertas cada dos intercolumnios.
La Domus Flavia sería también terminada por Domiciano, y se la conoce también como
Palacio de los Flavios por el lugar donde estaba ubicada, el Palatino. Era de planta
rectangular, dividida en tres partes, las salas para el ceremonial de la corte, un peristilo
con habitaciones privadas y estancias termales. Junto al palacio se construyó el Stadium
de Domitiani, con planta similar a un circo, pero rodeado de un pórtico en doble piso
presidido por una gran exedra.
- LOS ANTONINOS.
En este momento sobresalen las construcciones en Oriente más que las de la propia
Roma. En Roma, aun así, se construyeron monumentos de gran porte como el
Hadrianeum, obra de Antonio Pío en honra de Adriano. A este emperador se le debe
también el Templum de Antonino y Faustina, próstilo hexástilo sobre podio.
La obra edilicia fue importante en África, donde destacan los Capitolios de Tugga y
Sufetula.
Iniciaría también las Termas Antoninianas o termas de Caracalla, que sigue el esquema
de las termas de Trajano, un gran patio cuadrado con habitaciones y pistas para los
juegos gimnásticos y en el centro el balneario. Leptis Manga, lugar de origen de
Septimio Severo, se vio particularmente beneficiada por él y sus sucesores. En ella
construyó Septimio, el Forum Novum Severianun, con basílica, templo y arco triunfal.
De este momento data también el plano sobre losa de mármol conocido como Forma
Urbis Severiana. Este plano tuvo origen en el realizado por Augusto a la vez que el del
mundo.
- ANARQUÍA MILITAR.
La arquitectura romana del siglo III d.C. está caracterizad por la predilección de los
edificios de planta centrada de organización radial, que fueron una consecuencia directa
del empleo sistemático de la bóveda hemisférica y cuyos precedentes nacieron en la
época de Adriano.
Entre estos edificios merece destacarse la Villa de Gordianus, y en ella la sala de las
termas, de planta octogonal y cúpula sostenida por un pilón central. Cerca de la villa, en
el denominado Mausoleo de Gordianus, se empleó este mismo sistema en la cripta, de
planta circular y pilar central.
De tiempo de Aurelianus se destacan el Templus Solis Aureliani (Templo del Sol), del
que sólo nos han llegado algunas noticias históricas.
- LA TETRARQUÍA.
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De estos tiempos se conservan tres grandes monumentos, el Palacio de Diocleciano en
Spalato, y las termas de Diocleciano, y Basílica de Majencio en Roma. El Palacio de
Diocleciano es un gran rectángulo amurallado con torres cuadradas en sus ángulos. El
- DE CONSTANTINO A TEODOSIO.
El sistema de la Tetrarquía trajo consigo la pérdida de la capitalidad de Roma, y los
cuatro emperadores eligieron como sede otras capitales. Con Constantino se acabó el
sistema de gobierno tetrárquico y buscó una nueva ciudad para capital del imperio,
eligiendo Bizancio, que refundó con el nombre de Constantinopolis. El foro de la nueva
ciudad desechó el tradicional modelo rectangular y adoptó una forma circular de
influencia griega. Se construyeron santuarios cristianos, como la Basílica de los Santos
Apóstoles, y la Iglesia de Santa Sofía y Santa Irene y algunos templos paganos, como
los templos de Castor y Pólux, Magna Mater y Fortuna.
En Roma sobresalen entre sus edificios el Arco de Constantino, de tres vanos y cuatro
columnas exentas sobre plinto, y ático con inscripción conmemorativa.
Una ciudad adquirió importancia en estos momentos fue Tréveris, donde construyó las
Termas Imperiales, que no llegaron a terminarse y fueron aprovechadas para otros usos.
Si se conservan el Aula Imperial, de forma basílica de una sola nave, pórtico transversal
a sus pies, y otros dos pórticos en sus lados mayores.
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Tertuliano.
1. Ritos de fundación.
“Nada se hacía, ni relativo a la guerra ni a la vida civil, sin tomar antes los augurios”.
Existían unos motivos religiosos de origen etrusco que se basaba en los augurios, es
decir, seleccionaban el día más propicio para la fundación de la ciudad, y lo hacían
mediante animales. Así cualquier ciudad debía de ser construida o fundada bajo un
augurio positivo.
Cuando los actos de los Augures terminaban, se colocaba en lo que sería el centro de la
ciudad una arqueta con tierra de la ciudad de origen, de esta manera los colonos de esta
nueva ciudad simbolizaban traerse sus dioses con ellos, sobre esta arqueta se edificaría
un altar.
Una vez realizado esto se marcaba el perímetro de la ciudad con un arado arrastrado por
reses blancas que nunca hubieran llevado anteriormente el yugo. Un macho en su
exterior simbolizando la guerra y una hembra por su interior simbolizando el hogar. El
surco era inviolable, como así debían ser las murallas que se construirían encima, por lo
que saltar encima de él era considerado un sacrilegio. Esta superstición tiene sus
principios en la leyenda de la fundación de Roma, cuando Remo saltó sobre el surco de
la fundación de la ciudad y Rómulo lo mató a espada para que los dioses permitieran
que en el futuro la muralla fuera inviolable.
Para dejar la entrada a la ciudad se levantaba el arado, este acto de llevar levantado el
arado se llamaba Portare, que da nombre a la palabra puerta. El recinto fijado era
conocido como Pomoerium y marcaba el límite sagrado de la ciudad.
Los cipos son diámetros entre los 29 y 34 cm., tienen grabada una inscripción en su cara
superior que se corresponde con las divinidades y signa favorables o adversos.
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- Limitatio: hay que establecer una serie de ejes perpendiculares para que
quedase una forma ortogonal a través de la groma.
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- Momentos fundacionales.
- Consolidación: grandes construcciones públicas.
- Estabilización s. II.
- Crisis. Siglo III, transformación/desaparición.
- S.s. IV-V estabilización y continuidad.
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- Calles y calzadas:
o Importancia en la planificación de la ciudad: de ellas depende el éxito del
programa urbano.
o Bajo ellas discurre el alcantarillado.
o Componentes: calzada, bordillos, aceras y pórticos.
o Pavimentación: realizada con grandes piedras (lastrae): enlastrado forma
convexa para la evacuación de agua.
o Dimensiones variables. Calles principales entre 8 y 12 m.
o Otras peculiaridades:
Resaltes de piedra en los cruces (Mérida).
Protecciones de piedra en esquinas de edificios (Mérida).
Badenes para disminuir la velocidad (Mérida).
Surtidores de agua (Itálica).
o Tipos de calles:
Vicus: estrecha.
Semitas: tortuosa.
Clivus: empinada.
Angiporticus: con pórticos laterales.
Plateae: anchas, rectilíneas, porticadas.
- Murallas y puertas:
La defensa de las ciudades ha sido uno de los principales asuntos con que las distintas
culturas se enfrentaban para asegurar el porvenir, no solo de sus habitantes y
pertenencias, sino también de su cultura y forma de vida. Los romanos fueron los que
perfeccionaron los distintos métodos de defensa mediante murallas. En España tenemos
múltiples ejemplos, casi todos de los primeros años de dominación -S.I y S.II a.C.- y
muchos de ellos restaurados o remodelados, que atestiguan la importancia que estas
edificaciones tenían en el mundo romano. Con la "Pax Augusta", como es lógico, se
redujeron las edificaciones de murallas, volviendo a reactivarse en el S.III por la presión
de los pueblos bárbaros.
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Por lo general, consistían en dos paramentos paralelos de sillería -opus quadratum- de
tamaño variable, y entre ellos un relleno de mortero, piedras e incluso de hormigón
- Foro:
El foro (Forum) nació en Roma como espacio abierto, lugar de reunión y comercio,
donde se realizaban las asambleas y se convocaba a la multitud, se administraba justicia,
y se situaban los principales templos de la ciudad; también fue lugar de entrenamiento
público donde se realizaron espectáculos de gladiadores hasta el final de la época
republicana.
Por ello el foro no es un edificio, sino un conjunto de edificios situados de una forma
coherente alrededor de una plaza. Según Vitrubio la longitud de esta plaza debería ser
de una relación de 3/2 con respecto a su anchura. Es el lugar donde se encuentran todos
los edificios relacionados con el estatuto jurídico de colonia o municipio, los edificios
religiosos y administrativos, los monumentos conmemorativos, las inscripciones
honoríficas, etc.
En época imperial pueden encontrarse también en los foros los Aedes Augusti, una
exedra absidiada en el lado opuesto de la entrada, donde se colocaba la efigie del
emperador, síntoma de la importancia que adquiere este conjunto de edificios en
relación con el culto al emperador.
Además de este tipo de foros (Forum Civilis), en Roma los foros también cumplieron
misiones de mercado, como el Forum Boarium, donde se vendía la carne del ganado
mayor, el Forum Suarium, dedicado a la carne de ganado menor, Forum Holitorium,
de las verduras, Forum Piscatorium, del pescado, Forum Vinarium, del vino, Forum
Coquinum, de los cocineros, y Forum Cuppidinis, de los pasteles.
En los foros y en lugar visible se encontraban también las tablas de bronce donde se
grababan las leyes municipales, las normas de regulación de las comunidades. En
Hispania se conocen algunos ejemplares (Lex Irnitana, Lex Salpensa, Lex Malacitana,
Lex Ursonensis, Tabula Contrebienses, y Tabula Siarensis). Otras leyes grabadas en
bronce son las que regían el distrito minero de Aljustrel en Portugal (Lex Vicus
Metallum Vipascensis).
Sobre los monumentos de carácter público, tanto en los foros como fuera de ellos, iban
colocadas inscripciones a fin de conservar la memoria del personaje que lo erigió o
restauró, como los templos, acueductos, puentes, vías, miliarios, hitos terminales, etc.
En este tipo de inscripciones fueron muy empleadas las letras de bronce.
En las inscripciones sobre edificios y construcciones las fórmulas más antiguas suelen
ser breves, indicándose sólo el personaje que hizo construir o restaurar el monumento en
25 nominativo y el verbo que indicaba el tipo de obra (hizo, restauró, cuidó, etc.). Durante
la etapa imperial se hicieron más extensas, y se añadirían otras fórmulas relativas al
motivo de la construcción, la fecha de la obra, nombre y títulos del personaje que hace
la obra, indicación del coste de la obra, procedencia del dinero, etc.
- Plaza Porticada.
Los pórticos podían ser de dos tipos: dúplex y triplex, la primera era de 2 hiladas de
columnas y la otra de 3 lados. El pórtico es un elemento de fachada que define el
espacio foral en el esquema urbano de la ciudad, adquirió la misma importancia que el
resto de edificios públicos.
Además está formado por un ambulatio que es un espacio por el que se discurre, y por
el quatriporticus, que es un pórtico de cuatro lados.
Se trata de un edificio abierto por medio de una columnata, una especie de plaza
porticada. Son construcciones en las que la longitud sobrepasa a la anchura y la entrada
podía realizarse por medio de puertas situadas en el muro del fondo.
El espacio cubierto del pórtico puede ser de una sola nave, de una sola columnata, por
dos columnatas que forman dos naves (porticus dúplex) o por tres columnatas que
forman tres naves (porticus triplex). Los pasillos entre las columnas (ambulatio)
permiten caminar a cubierto.
Cuando están cerrados en sus cuatro lados se les denomina también quatriporticus, los
perystilia quadrata en expresión de Vitrubio.
De forma general se entiende también por pórtico una galería columnada que Vitrubio
recomendaba para la parte posterior de los teatros (Porticus postscaenam), la fachada de
una basílica o cualquier monumento con columnata, como las columnatas periféricas de
los templos (perístasis), de los gimnasios, la galería que corona los teatros, etc.
Vitrubio nos establece que la altura del orden jónico interno será de 6/5 en relación al
orden dórico externo, y que la anchura de las naves se correspondería a la altura de este
mismo orden; la altura del orden interno será de 15 módulos, y los intercolumnios de 7
módulos; y que en el orden interno las vigas de la techumbre descansarán sobre el ábaco
del capitel jónico, mientras en el orden exterior llevarían su correspondiente friso y
cornisa.
Los pórticos podían aparecer también en los laterales de calles rectilíneas (viae
porticatae o plateae), también de influencia oriental, cuyo ejemplo más antiguo fue la
vía que Herodes hizo construir en Antioquia en tiempos de Augusto.
Uno de los edificios más representativos del foro es la Basílica (Basílica forensis),
donde se llevaban a cabo la administración de justicia y las transacciones comerciales.
Uno de los elementos más característicos de ellas es el Tribunal, una especie de podio
elevado destinado a los jueces o a los representantes de los poderes locales; no es, sin
embargo, un elemento obligatorio y su posición podía variar mucho.
A lo largo del siglo I a.C. comienzan a aparecer basílicas cerradas, rodeadas de muros
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en sus cuatro lados, y con división interior en naves por medio de columnatas; la central
más alta que las laterales (columna parastatica), y en época imperial podían contener en
las naves laterales los Aedes Augusti, pequeñas habitaciones consagradas al emperador
En ocasiones las basílicas podían incorporar pórticos laterales, o seguir con el viejo
esquema de techumbre a dos aguas en nave central y terrazas en las laterales.
Con la Basílica Ulpia, erigida por Trajano en los Foros Imperiales de Roma, se
introdujo un nuevo esquema que incorporaba dos ábsides en sus lados menores, y una
nueva situación con respecto al foro, pues se construyó transversalmente a uno de los
lados menores de éste.
- Curia:
COMITIUM (ágora arcaica; lugar de reunión de comicios y debates jurídicos).
Forma arcaica circular (s. III a.C.): unión de ambos elementos = concentración de
funciones electorales, legislativas y judiciales en el Comitium bajo control de la
oligarquía senatorial.
Curia Iulia
Según Varrón las Curiae podían ser de dos tipos, unas dedicadas a los asuntos religiosos
y otras que se dedicaban a las reuniones del Senado. Conocidas ya desde el siglo VI
a.C., su nombre deriva de la división del pueblo romano en curias.
El Comitium adoptó a partir del siglo IV a.C. una forma circular provista de graderío
también circular que derivaba de modelos griegos de la Magna Grecia. Pero en el
Forum Iulium, el foro de César, la curia construida por César y terminada por Augusto,
adoptó forma rectangular con el graderío en los lados mayores. El proceso de
29 municipalización de Italia en el siglo I a.C., obligó a que la mayor parte de los
municipios se dotasen de la Curia donde se reuniera el senado local (ordo decurionum),
y la mayor parte de ellas adoptaron la forma de aula rectangular. Se le irían
incorporando dependencias anexas, como el archivo, la prisión y el tesoro. En otros
- Templos:
Dentro de los templos se pueden distinguir una serie de espacios, el pronaos, vestíbulo
antes de entrar en el templo propiamente dicho, y la cella, la nave donde se encontraba
el lugar de culto con la estatua del dios al que estaba dedicado.
En templo de tipo toscano según Vitrubio era un templo provisto de tres cellae según la
tradición etrusco‐latina. Son también llamados Capitolium por estar dedicados a las
triada capitolina, Júpiter, Juno y Minerva, o a la triada infernal, Ceres, Liber y Libera.
Vitrubio nos describe también que el espacio anterior a ella, el pronaos o pars antica,
debería ser igual a las cellae o pars postica, y una relación de 4/3 para la cella central
con respecto a las laterales.
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Dentro de este tipo de templos también se encuentran las denominadas Alae, la
prolongación de los muros laterales más allá del cuerpo de la cellae, y a diferencia de
los griegos se alzaban sobre un podio (podium) al que se accedía por una escalera
Dentro de ellos se clasifican como In Antis cuando existe columnata entre las alae, y
dystilo in antis cuando las columnas son dos. Otra forma de los templos etrusco‐itálicos
son los llamados por Vitrubio Perípteros sine postico, en los que el templo está
porticado en su fachada y sus muros laterales, mientras la parte trasera carece de ellos.
Inicialmente este tipo de templos tenían un frontón abierto sin tímpano, pero estaban
adornados en lo alto de su fachada con placas de cerámica sobre las vigas maestras de la
fachada y la parte trasera.
Muchos de estos templos están enmarcados en el conjunto del foro por pórticos
columnados (ambulacrum), que resaltan el carácter religioso de éste. Existen también
templos de plantas circulares, con o sin cella, denominados erróneamente templos de
Vesta. Poco numerosos son los templos que han conservado restos de su decoración
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pintada.
o Templo de Rómulo.
Fue identificado durante mucho tiempo como el templo dedicado a Valerio Rómulo,
hijo divinizado de Majencio. Hoy se tiende a pensar que es de época constantiniana y
que debía estar consagrado a los Penates. El templo original podría haber estado en el
área ocupada por la Basílica de Majencio, al construirse ésta,
el templo antiguo se emplazó en la vecindad, donde ahora está.
En el siglo VI el templo pasó a ser el atrio de la iglesia de los Santos Cosme y Damián,
que se levantó en buena parte de lo que era el Foro de la Paz.
o Templo de Saturno.
Según las fuentes, la estatua del dios en su interior, cubierta y provista de con una
guadaña, era de madera y se rellenaba de aceite. Las piernas se cubrían con tallos de
lino que sólo se retiraban el 17 de diciembre, día de la Saturnalia.
El derrumbe gradual no ha dejado más que los restos del pórtico frontal en pie, pero las
ocho columnas supervivientes y el frontón parcialmente intacto (con la inscripción
Senatus Populusque Romanus incendio consumptum restituit, ‘El Senado y el Pueblo de
Roma restauró lo que el fuego había consumido’).
Eugenio, entre 392 y 394. Fue destruido por un incendio a principios en el siglo IX y
convertido en una iglesia, Santa María Nova, por el papa León IV en 850. En 1615
sufrió otra restauración y pasó a llamarse Santa Francesca Romana.
145 metros de longitud y 100 metros de ancho. El templo consistía en dos celas
principales que contenían, respectivamente, a cada una de las dos diosas a las que este
templo está dedicado. La estatua de Roma, dirigida al oeste y la de Venus al este. A la
entrada de cada cela se situaban cuatro columnas.
El lado oeste y el lado este poseían diez columnas (decástilo) y el lado norte y el sur
poseían dieciocho columnas, todas ellas de 1,8 metros de ancho y corintias.
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Adriano introdujo unas inscripciones nombrando a las respectivas deidades, en la que
destaca la palabra amor, ya que Venus era la diosa del amor y amor es Roma escrito al
revés produciendo un efecto simétrico.
o Templo de Adriano.
o Templo de Vesta.
El templo, circular se eleva sobre un podio de unos 15 metros de diámetro, la cella está
rodeada por veinte columnas corintias embebidas. El techo era cónico y tenía una
abertura para permitir la salida del humo. Dentro de la cella no se encontraba la estatua
de culto, sino solo el fuego sagrado. Una cavidad trapezoidal que se abre en el podio y a
la que se accedía solo desde la cella parece ser la ubicación del penus Vestae, donde se
conservaban los objetos que Eneas trajo de Troya: el Paladio (imagen de madera de
Minerva) y las imágenes de los Penates. El templo fue clausurado por Teodosio en el
394.
o Panteón de Roma.
Allí aparecieron los cimientos de cuatro templos (A, B, C y D) situados uno al lado de
otro y datados entre los siglo III y II a. C, lo que nos permiten reconstruir la historia de
los templos romanos para estos dos siglos. Tres de ellos son rectangulares y el otro es
un tholos, lo que demuestra que este modelo hizo su aparición en Roma muy pronto. De
los templos rectangulares dos carecían de columnas en la parte trasera. Todos ellos se
levantaban sobre un podium y estaban construidos en toba y travertino. Las influencias
etruscas y griegas conviven en Roma.
Los cuatro templos daban a una calle pavimentada, que fue reconstruida en la época
imperial, después del incendio del año 80. La zona estaba delineada al norte por el
Hecatostylum (porche de cien columnas) y las Termas de Agripa, y al sur por los
edificios asociados al Circus Flaminius, al oeste por la gran plaza porticada de Porticus
Minucia Frumentaria, y al oeste por el Teatro de Pompeyo.
El Templo B, un templo circular con seis columnas en pie, fue construido por Quinto
Lutacio Catulo Cesar en 101 a.C. para conmemorar su victoria sobre los cimbrios; fue
Aedes Fortunae Huiusce Diei, un templo dedicado a la «Suerte del día de hoy». La
estatua colosal encontrada durante las excavaciones y actualmente conservada en los
Museos Capitolinos era la estatua de la propia diosa. Sólo la cabeza, los brazos y las
piernas eran de mármol: las otras partes, cubiertas por el vestido, eran de bronce.
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- Monumentos conmemorativos.
Entre los monumentos conmemorativos romanos los más conocidos son los Arcos de
Triunfo y las Columnae Rostratae.
Sobre el origen de los Arcos de Triunfo Plinio en su obra Naturalis Historia nos aclara
38 que las columnas eran el símbolo de un mayor poderío sobre el resto de los mortales, y
este mismo sentido tienen los Arcos de Triunfo, cuya invención era reciente. Los arcos
pudieron nacer del pedestal soportado por una doble columna, que se conocían en el
mundo helenístico.
Se comenzaron a erigir a fines del siglo III y los inicios del siglo II a.C. por generales
influidos por las prácticas arquitectónicas helenísticas, y desde un primer momento está
ligado a las campañas victoriosas, como remedo de la Porta Triumphalis de Roma, por
donde entraban los generales victoriosos a los que el senado había concedido los
honores del triunfo. Antes de Augusto los textos mencionan algunos de estos arcos
levantados por los generales victoriosos (viri triumphales), como Escipión Africano.
El cónsul mandó arrancar los rostra (espolones) de los barcos enemigos para trasladarlos
a Roma y colocarlos en el muro de la tribuna de oradores del Foro. Desde entonces esta
Junto a la tribuna se encontraban el miliarium aureum erigido por Augusto, que era el
punto de partida supuesto de todas las carreteras del Imperio, situado del lado que linda
con el templo de Saturno y el umbilicus urbis, al extremo norte de la tribuna, algo más
tardío. En el otro extremo del foro y formando parte del podio del templo de César se
encontraba una segunda tribuna, los rostra divi Iuli, decorados con espolones de los
barcos egipcios apresados en la batalla de Actium. Una tercera tribuna se piensa que
estaba emplazada frente al templo de Cástor, ya que las fuentes hablan de los Rostra
Tria.
- Foros Hispánicos.
o TARRACO: Forum de la Colonia.
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El foro colonial de Corduba es hoy por hoy poco conocido. Uno de los escasos
elementos documentados son las losas que pavimentaban la gran plaza que se extendía
por una superficie, que por los datos conocidos se aproxima a los 7.000 m2. En sus
alrededores se localizaban la basílica, de la que no hay datos definitivos, al menos un
templo, que se cree bajo la actual iglesia de San Miguel y varios edificios
administrativos no localizados en ningún caso.
o SEGOBRIGA.
Basílica. Excavada en su mitad E, se supone que ocuparía toda la anchura del Foro,
comunica con la plaza, a través de tantas puertas como intercolumnios, es un edificio de
tres naves, en la central se situaría el tribunal. En el lado N se adosan a la Basílica el
Aedes Augusti y una serie de habitaciones de imprecisa función.
Templo. Situado en el extremo S del eje del Foro, se conservan las hiladas inferiores,
basamentos y molduras de su fachada, tiene planta rectangular absidiada en su parte
posterior. El acceso a la parte superior del podio se realizaba por ambos lados de la
fachada desde atrás.
Tabernae. Por el momento solo se conocen las de la parte oriental del Foro, por delante
de ellas discurría un gran pórtico columnado.
Templo Tripartito. Ocupa el espacio de tres tabernae. Las paredes estaban recubiertas de
placas de mármol y estucos pintados. En su interior, se han encontrado numerosos
fragmentos de esculturas.
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Fundada sobre un antiguo poblado celtíbero destruido por Pompeyo en el año 70 a.C.,
Clunia nacía como población ex novo en tiempos del emperador Tiberio (14-37 d.C.).
En algún momento no determinado entre los imperios de Tiberio y Claudio se convirtió
en capital del Conventus Iuridicus Cluniensium, dentro de la Hispania Citerior
Tarraconensis. Clunia adquirió el rango de colonia con la autoproclamación en ella del
emperador Sulpicio Galba, como consecuencia de la crisis producida tras la muerte de
Nerón. Por ello recibió el epíteto de Sulpicia.
o SAGUNTO.
En el año 214 a.C. la ibérica Arse es conquistada por Cneo y Publio Escipión y
restaurada por Publio Cornelio Escipión. Durante el reinado de Augusto, Saguntum
conocerá una etapa de esplendor, resultando favorecida por el amplio programa
urbanístico puesto en marcha por el emperador romano. Así, la ciudad se amplía, se
dota de nuevas y mejores infraestructuras y recibe el título de municipium de
ciudadanos romanos. La nueva ciudad es planificada integrando en su perímetro al río
Palancia, gracias a la construcción de un puente en sentido norte-sur que articula a todo
el conjunto urbano y une Saguntum con la Vía Augusta. Hoy en día sólo se conservan
dos pilares de este puente.
o Carthago Nova.
o Caesar Augusta.
Sobre esta nivelación se construyó un gran conjunto de unos 33.000 m2, del que
actualmente se conservan parte de los dos pórticos y tabernas que cerraban el conjunto
por el lado oeste, un gran edificio, en el ángulo sur occidental, posiblemente un aula de
planta basilical, así como un edificio monumental en la esquina noreste, que ponía en
comunicación el foro con las instalaciones portuarias.
o VALENTIA.
Fue fundada durante el consulado de Junio Bruto (138 a. C.), tal como narra Tito Livio
y su categoría jurídica debió ser la de colonia latina. El desarrollo de esta primera urbe
se vio truncado por la guerra civil de Sertorio, que supuso su destrucción a manos de
Pompeyo.
Sólo volvió a ser reconstruida a fines del reinado de Augusto, aunque hasta la época de
43 los Flavios no experimentó un auténtico desarrollo, probablemente ligado a la
instalación de la colonia romana, gente nueva que complementaría a los pobladores de
la etapa de Augusto. Esta doble llegada de habitantes debe estar en el origen de las dos
Plaza rectangular porticada orientada con su eje mayor norte-sur, pavimentada con
grandes losas de caliza azulada. Se encuentra debajo de la Basílica de los Desamparados
y de la plaza de la Virgen. Estaba rodeada por un pórtico del que en l’Almoina se
conserva parte de su lado oriental, con ocho columnas de 5,80 m de alto, coronadas por
capiteles estucados de orden corintio.
o CAPARRA.
Plaza rectangular porticada orientada con su eje mayor norte-sur, pavimentada con
grandes losas de caliza azulada. Se encuentra debajo de la Basílica de los Desamparados
y de la plaza de la Virgen. Estaba rodeada por un pórtico del que en l’Almoina se
conserva parte de su lado oriental, con ocho columnas de 5,80 m de alto, coronadas por
capiteles estucados de orden corintio.
Tuvo origen en un castro celta de la tribu de los Conii, a finales de la Edad de Hierro.
Fue ocupada por los romanos desde 139 a.C En el s. II la ciudad conoció su máximo
esplendor cuando se construyeron las termas públicas y el Foro.
Con la decadencia del Imperio, a finales del s. IV, se construyó la muralla defensiva, lo
que no impidió el asalto de la ciudad por los suevos, en 468. La ciudad de Conímbriga,
como el resto de ciudades con la crisis fue abandonada y poco a poco se fue
desertificando. Los habitantes que quedaron se trasladaron a Condeixa aVelha, más al
norte.
o MIROBRIGA.
- Santuarios.
Entre los Santuarios más conocidos es el Santuario de la Fortuna primigenia en
Palestrina.
- Caserío.
Casas: de una o más plantas (insulae). Insulae: también casas de alquiler, donde el
arrendatario (Dominus insulae) podía alquilar casas (contignationes) y cuartos
(Cenacula) a los inquilinos (inquilini). Mansiones de lujo (Palatia), en el Palatinum.
- Otros edificios.
o Extra Moenia: locución latina que significa fuera de los muros de la
ciudad.
o Suburbiae5:
Necrópolis: (tema 7, la muerte en Roma).
Edificios públicos de espectáculos (tema 4: los edificios lúdicos).
Áreas industriales: alfares.
Santuarios.
o Ager:
Villae: explotaciones rurales.
Rutiscae: recursos agropecuarios.
Metalla: recursos mineros.
Maritimae. Recursos pesqueros.
46
5
Suburbiae: “sub urbe” Área inmediata tras los muros de la ciudad.
Arqueología | Griselia C. Vizuete Linares
Tema 4: Los edificios lúdicos.
“Este pueblo no se preocupa de la política…se queda quieto y solo ansia dos cosas,
pan y espectáculos circenses”.
Juvenal, Sátiras.
Los edificios lúdicos se suelen situar estratégicamente en las ciudades, en las afueras
principalmente. Como podemos observar en este plano de Tarraco, donde varios
edificios lúdicos se sitúan fuera, una de las causas esenciales de este ubicación, es el
alboroto que se puede producir después de la celebración de estos entretenimientos. Así,
el ejército podía intervenir sin romper la sacralidad del pomerium.
1. Munera (anfiteatro).
Los anfiteatros eran lugares en los que se realizaban
muchas representaciones de diferentes temáticas:
47
S.III a.C. Juegos gladiatorios en los foros relacionados con la muerte de alguien
(fúnebres). Se pensó juntar los teatros formando una estructura donde los gladiadores
estuviesen en el centro.
Formalmente, el anfiteatro es un doble teatro de planta elíptica, rodeado por todas partes
de graderíos (cavea) para los espectadores. El espectáculo tiene lugar en la parte central
o arena, bajo la cual existen numerosos corredores, cámaras y escotillones para la
tramoya de la representación y la salida de fieras, gladiadores y actores.
Además existían dos puertas principales, la porta triumphalis al este para los
vencedores, y la porta livetinensis para los que perdían. La entrada principal, por el este,
la Porta triumphalis estaba cubierta por una galería abovedada y pavimentada con losas
rectangulares. Precisamente es estas losas se pueden ver esculpidas esquemas de juegos
realizados en por los habitantes en el exterior del recinto. A los lados de esta entrada, ya
en el interior, se abren unas estancias de culto llamadas Sacellum.
Adaptar las estructuras a otros lugares aterrazados o de laderas para poder encajar el
graderío y van a ser muy sencillos pues no tienen problemas de cimentación ni de
edificación.
Grandes carteles con dibujos anunciaban los espectáculos que se iban a representar en el
circo. Este acontecimiento constituía el tema preferido de todas las conversaciones. Ese
era el objetivo del magistrado que los organizaba: despreocupar y divertir al pueblo. El
erario público subvencionaba parte de estos juegos, pero como los magistrados querían
dar la mayor grandiosidad y atracción, ponían de su propia fortuna el resto. Los magni
ludi romani llegaron a costar 760 000 sestercios.
Los días en que se celebraban juegos, acudían al Circo Máximo de 150000 a 200000
personas. En otras ocasiones, los espectadores lucían pañuelos con colores de su equipo
50 favorito. Se iniciaban los juegos con un desfile de carácter religioso, que partía del
Capitolio y recorría en procesión el Foro y las principales calles de Roma, portando
numerosas estatuas de los dioses.
Este lateral no era perpendicular a los dos alzados laterales, sino que estaba ligeramente
inclinado -en planta- para así equilibrar la salida de los participantes y ajustar las
distancias que cada uno recorre. Habitualmente, sobre él, se situaba el "pulvinar" o
palco presidencial.
Por último, en las fachadas laterales se abrían las puertas para el acceso del público a las
gradas, a las que se accedía por pasillos abovedados y escaleras que comunicaban con
los "vomitorium". Las fachadas se decoraban con pilastras y arcos ciegos.
o La arena.
La Spina.
Los juegos no deben ser vistos sólo como un fenómeno lúdico: celebrados a la vez ante
dioses y hombres, representaban un espacio de comunicación social en el que se
inscribían formas de relación del romano con el mundo. Integradas en ese ritual, las
representaciones teatrales no eran simplemente una actividad artística, sino una
expresión de la vida cívico-religiosa, y como tales eran precedidas siempre de
sacrificios rituales. Ese aspecto religioso permaneció siempre en mayor o menor
medida, y es precisamente su relación con los cultos tradicionales romanos lo que
impulsaría a los primeros padres de la Iglesia cristiana a condenar a los que asistían a
espectáculos teatrales y circenses, no sólo por verlos como ámbitos de corrupción
moral, sino sobre todo por considerarlos idólatras (Tertuliano, Sobre espectáculos, 7-9).
Los juegos comenzaban con una solemne procesión (pompa), que abría las ceremonias.
Durante los días de fiesta se alternaban actos de diverso género: juegos circenses, juegos
gladiatorios en el anfiteatro y espectáculos escénicos en el teatro, que se insertaron
cronológicamente entre la pompa y las carreras en el circo. Contaban con
representaciones teatrales de comedia, tragedia, mimo y pantomimo, en proporción que
fue variando con el tiempo en función de los gustos del público.
Había diversos juegos públicos oficiales. Los más relevantes eran los que se celebraban
en honor de Júpiter Óptimo Máximo, el dios supremo del panteón romano: los Juegos
Romanos (Ludi Romani), los primeros en instaurarse y anuales desde el año 366 a.C., y
los Juegos Plebeyos (Ludi Plebeii), programados cada año desde el final del siglo III
a.C. Junto a éstos, existían otros juegos celebrados regularmente: los Seculares, que
conmemoraban el final de un siglo y el comienzo del nuevo; y los que honraban a
diferentes divinidades: Flora, Apolo, Cibeles y Ceres. En todos ellos, durante la época
republicana, predominaron los espectáculos escénicos sobre los circenses.
De esta manera, el número de días dedicados anualmente a los juegos fue creciendo
considerablemente, y dentro de ellos las jornadas dedicadas a las representaciones
escénicas.
Si al final del siglo III a. E. no debía de ser superior a doce, al comienzo del Principado,
de los setenta y siete días programados en la ciudad de Roma para la celebración de
juegos públicos, cincuenta y seis estaban dedicados a funciones teatrales. Desde
entonces el teatro hubo de hacer frente a la competencia creciente del anfiteatro y, sobre
todo, del circo, de modo que, mientras el número de días de juegos públicos fue
aumentando, el porcentaje de los dedicados a espectáculos teatrales disminuyó.
Del mismo modo que la religión estaba en Roma dirigida por la aristocracia, también el
contenido y el desarrollo de los juegos estaban sometidos a su control. En consecuencia,
todas las obras teatrales que eran representadas en público -basadas con frecuencia en
los mismos mitos que formaban parte de las creencias religiosas o referidas a episodios
históricos, o supuestamente históricos, que se remontaban al mismo origen de Roma-
debían ser autorizadas por los magistrados que organizaban los juegos y, en última
instancia, por el senado. De ello se encargaron durante la mayor parte del período
republicano los ediles.
Si bien buena parte de la financiación corría a cargo de fondos públicos, era habitual
que los ediles, que estaban al comienzo de su carrera política, añadieran dinero propio
para asegurar la brillantez de los juegos y agradar así a sus potenciales votantes en
futuras elecciones. Desde el año 22 a.C., Augusto encargó la organización de los juegos
públicos a los pretores. Sin embargo, desde entonces fueron por lo general los mismos
emperadores los patrocinadores de unos juegos cuya celebración estaba cada vez más
relacionada con la exaltación de su figura en el contexto del culto imperial. Puesto que
cada emperador se esforzaba por superar a sus antecesores, los costes en la organización
de los juegos llegaron a ser inmensos.
En general los actores eran vistos como personajes vulgares y moralmente repudiables,
hasta el punto de que fueron tratados por la ley romana como infames y su profesión
como ignominiosa. Sin embargo, existieron notables excepciones. Se conocen en época
tardorrepublicana actores como Roscio Galo y Clodio Esopo que llegaron a ser famosos
en su época, convertidos en estrellas capaces de reunir grandes fortunas y bien vistos
incluso entre los círculos aristocráticos.
Durante el Principado, sobre todo durante el siglo II, los actores de mayor éxito fueron
los pantomimos de la familia Caesaris, quienes, al servicio del emperador, no sólo
actuaban en Roma, sino que realizaban giras por Italia y por las provincias occidentales
del Imperio. Algunos de ellos llegaron a recibir honores municipales e inscripciones
honoríficas en lugares públicos en ciudades provinciales. Grafitos de Pompeya muestran
hasta qué punto el público podía entusiasmarse por los actores, llegando incluso a crear
grupos de partidarios de uno u otro.
Durante casi todo el periodo republicano, las puestas en escena teatrales utilizaban
55 como escenario unas estructuras de tablas montadas para la ocasión (Dupont, pág. 33;
Bieber, pág. 148) y que se desmantelaban tras la representación. El historiador Tácito en
sus Annales (XIX, 20,2) afirma que los espectáculos se ofrecían sobre escenarios
erigidos para la ocasión, con graderíos montados en el momento y que el pueblo asistía
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a las representaciones de pie. Por otra parte, Plauto señala que el pueblo podía estar
sentado (Bieber, pp. 167 Y ss.) posiblemente sobre bancos o graderíos de madera.
Los actores llevaban máscaras, atuendos y calzado alto de estilo griego, salvo en la
fábula praetexta, tragedia de argumento nacional, y en la fábula Togata, comedia de
argumento romano (que no debe confundirse con la fábula palliata, comedia de
argumento griego). Puesto que llevaban máscaras, tenían que exteriorizar sus
sentimientos mediante los movimientos y los gestos, especialmente de las manos. El
espectáculo solía ir acompañado por instrumentos musicales; había piezas cantadas
(cantica) que se intercalaban entre los diálogos (diverbia), intervalos de danza (embolia)
y farsas finales (exodia).
No fue hasta los últimos años de la República cuando empezaron a edificarse teatros
estables de piedra siguiendo el modelo de los teatros griegos del periodo helenístico. El
primero fue el que erigió Pompeyo en Roma en el Campo de Marte en el 55 a.C.
(Bieber, pp. 181 Y ss.) que impresionó al pueblo por su imponente despliegue escénico,
como afirma Cicerón (Epistulae familiares VII, 1 de principios de octubre del mismo
año); se emplearon seiscientos mulos en la representación de Clytaemnestra de Accio,
tres mil copas en Equos Troianus de Livio Andrónico o de Nevio, soldados de caballería
y de infantería con muchas armas (en obras como el Clastidium de Nevio o los
Aeneadae sive Decius de Accio). Con ocasión de los «Ludi» organizados por Pompeyo
se representaron también comedias y tragedias griegas además de farsas atelanas, como
asevera una vez más Cicerón. A partir de este momento se multiplicó en Italia y en las
provincias la construcción de teatros de piedra (Bieber, pp. 190-226).
¿Cuáles son las características del teatro romano y de su puesta en escena durante el
periodo del Imperio? Sabemos que se cultivó la tragedia, la comedia, el mimo, el
pantomimo, la citarodia y la farsa atelana. Estos géneros subsistieron hasta el final del
Imperio, sin embargo, los que alcanzaron más éxito fueron el mimo y el pantomimo.
Mientras los géneros más nobles, la tragedia y la comedia con las citarodias y el
pantomimo fueron desapareciendo a la llegada de la Edad Media, el mimo, que había
englobado la farsa atelana, se perpetuó en Bizancio, donde continuó sien- do el
espectáculo estrella (Hunger, 11, pp. 142-143).
Desde el Imperio Bizantino se difundieron por todo el Occidente latino, dando vida en
época Renacentista a la denominada Comedia del Arte y, consiguientemente, al teatro
moderno. De este modo, el arte de los antiguos actores no se perdió sino que constituyó
un fértil substrato para el renacimiento del teatro en el mundo moderno.
56
De un periodo posterior a la muerte del emperador parece ser la tragedia Octavia, que,
aunque completa, no puede atribuirse a ningún autor. A partir del siglo I, las fuentes
literarias no revelan representaciones de tragedias clásicas completas. Puede ser casual,
como cree algún crítico (Jocelyn, pág. 49); sin embargo, es muy posible deducir que la
tragedia clásica había sido suplantada por otro género de espectáculo, el pantomimo,
que dominó la escena del periodo imperial junto con el mimo. No obstante, hay muchas
fuentes figurativas: esculturas, bajorrelieves, mosaicos (como por ejemplo el del
sacrificio de Ifigenia de Emporiae, presente en la exposición), pinturas, que retratan a
personajes de la tragedia; todo esto confirma que se emplearon argumentos trágicos,
tratados por los pantomimos y no sólo por los actores de tragedia propiamente dicha.
Las tragedias de Séneca (Córdoba 4 a.C. – Roma 65 d.C.) son las únicas de toda la
producción dramática latina que han llegado hasta nosotros. Son nueve, una de las
cuales, Hércules en el monte Eta, es de dudosa autenticidad por cuestiones de contenido
y de estructura.
Algunas de ellas han alcanzado fama en todo el mundo moderno y han sido muy
imitadas: Medea, Edipo, Hércules Furioso, Fedra, Tiestes, Agamenón. Las mismas se
presentan de manera completamente distinta a la de los modelos griegos de Esquilo,
Sófocles y Eurípides. Para la crítica moderna eran poco teatrales, demasiado enfáticas y
fueron juzgadas negativamente a partir de A. W. Schlegel en adelante.
Comedia.
Lo que más va a gustar a Roma es el mimo con un texto brevísimo, muy del gusto del
pueblo, porque se puede llevar a cabo actitudes soeces entre comillas. Son siempre
hombres, salvo en el caso de mimo pantomimo que puede ser una mujer. La catarsis que
no se realiza en la tragedia, se lleva a cabo en el mimo.
En este caso el actor debía emplear unas pausas que indicasen incertidumbre,
modulaciones vocales, profusos movimientos de las manos y una variedad de gestos».
También se representaban comedias en griego, como la de Germánico que fue mandada
representar y premiar por parte del jurado de Nápoles, por su hermano, el emperador
Claudio (Suetonio, Divus Claudius, XII 2).
Los actores llevaban máscaras y trajes cómicos. Las máscaras en este caso eran
indispensables: Mercurio se disfraza de Sosia y Zeus de Anfitrión. El mimo, que
generalmente no utilizaba máscaras, para poder representar la divertida farsa, debía
hacer una excepción para que el juego de equívocos resultase más creíble. La mímica
por sí misma en este caso no era suficiente.
a) Frente de la escena.
b) Representación.
c) Graderío, con un espacio de orquesta.
Ahora iremos parándonos en cada parte concreta por la CAVEA, que es el graderío del
teatro, es decir, el lugar destinado para los espectadores. Esta cavea, a su vez esta
subdividida por varios sectores que dividen a la población según su clase social. En lo
más bajo de la cavea, nos encontramos una primera fila de preferencia donde se
situaban los caballeros, seguida de esta fila, estaba la IMA CAVEA es la zona situada
más abajo, la más cercana al escenario. El público de esta zona es de la alta sociedad de
la época y por lo general solo hombres. Seguida de esta, está la MEDIA CAVEA, está
dedicada al público en general, situada a continuación de la imma cavea. Normalmente
por ciudadanos romanos nacidos libres. Más arriba nos encontramos, la SUMMA
CAVEA, situada en la parte superior del graderío, donde se encontraban los pobres,
libertos, no ciudadanos.
Posterior a esta summa cavea, había una pequeña franja en la que se encontraban los
59
esclavos y seguida de esta, en el PÓRTICUS, se encontraban arriba del todo, las
mujeres. Como podemos ver en la siguiente distribución de la población en la cavea.
Así, las mujeres no se podían sentar junto con los hombres, sólo las vestras o las
60 mujeres de alto rango. Si no, se sitúan en el gallinero (porticus), precedidas por una fila
de esclavos que, normalmente se ponían de pie.
Los espectáculos eran anunciados mediante rótulos pintados en los muros exteriores de
los teatros. Hombres y mujeres de todas las categorías sociales estaban autorizados a
asistir a las representaciones teatrales, pero los espectadores no podían elegir libremente
su asiento. La subdivisión del espacio en el edificio teatral, que suponía la reserva de
lugares determinados según la categoría social, política y jurídica del público, ofrecía
una imagen completa de la población romana, estructurada sobre la base de la existencia
en ella de libres y esclavos, extranjeros y ciudadanos, diferenciando dentro de estos
últimos entre la plebe y los órdenes de los senadores y los caballeros.
Los esclavos debían colocarse en la parte superior de la summa cavea, en la zona más
alta del graderío. Ese es el espacio en el que se situaría también la plebe más humilde
sin toga (pullati), así como las mujeres, aunque es posible que las esposas de caballeros
y senadores pudieran acceder en compañía de sus maridos a las filas más próximas a la
escena.
De acuerdo con Suetonio, las vestales disponían de una ubicación especial frente a la
tribuna del pretor, que presidía la representación. En cuanto a los niños, los pobres
ocuparían como sus padres la summa cavea, pero quienes dispusieran de educadores
privados serían colocados junto con éstos en lugares reservados del teatro. El grueso de
la plebe ocupaba la parte principal de la media cavea, en la porción central del graderío,
justo por encima de las filas de los caballeros. Es posible que hubiera sitios reservados
para militares y tal vez también para veteranos del ejército, así como para los
funcionarios públicos (aparitores) que trabajaban para los magistrados y para el
emperador (escribas, pregoneros, alguaciles, etc.). Los soldados que hubieran sido
condecorados con la corona cívica por su valor disfrutaban del privilegio de sentarse
inmediatamente detrás de los senadores, incluso por delante de los equites.
61 Por lo que respecta a los extranjeros, aquéllos que disfrutaban en Roma de la condición
de huéspedes fueron expulsados por Augusto de la orchestra, donde aparentemente
habían disfrutado del privilegio de sentarse junto a los senadores durante la República
tardía. Sin embargo, algunos embajadores, reyes y príncipes fueron autorizados con
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posterioridad a sentarse en ese lugar destacado (Tácito, Anales XIII 54). En cualquier
caso, tales huéspedes oficiales siguieron disfrutando de asientos suficientemente
honorables, aunque probablemente por detrás de los caballeros.
En cuanto a los senadores, desde el año 194 a. E. se les reservó asientos separados del
resto del pueblo (Livio XXXIV 44). Durante las últimas décadas republicanas debieron
de tener derecho a sentarse en la orchestra, justo bajo el escenario, privilegio que se
recoge en la ley de la colonia hispana de Urso, sin duda redactada a imagen y semejanza
de Roma. Probablemente se acomodaban en sillas movibles, tal vez con los nombres de
sus propietarios pintados sobre ellas. La normativa introducida por Augusto confirmó la
posición de privilegio de los miembros del orden senatorial, al decretar «que siempre
que se diesen espectáculos públicos, la primera fila de asientos quedase reservada para
los senadores».
El TRIBUNAL, era la zona que se encontraba encima del ADITUS MAXIMUS, que
eran unos espacios para espectadores especiales. Y el ADITUS MAXIMUS, eran
62 entradas principales, que a modo de pasillos con trazado diametral, conducen a la
orchestra. Entre la cavea y el pulpitum, suelen estar cubiertos en el teatro romano.
Seguida de esta, nos encontramos con el PROSCAENIUM, era una franja decorada con
motivos vinculados con el teatro, que separaba la orchestra de la escena del teatro.
Siguiendo a este proscaenium, nos encontramos con el PULPITUM, la parte más
cercana a la orchestra, y en ocasiones algo más elevada, su superficie solía estar cubierta
de madera y era el lugar (escenario) en sí donde se situaban los actores. En este
pulpitum, se encontraba la VERSURA, es una puerta que se encuentra situada en la
zona lateral de del proscaenium, que estaba bajo varios pisos.
Ahora nos centramos en la última parte e importante del teatro, la SCAENAE FRONS,
que era el muro monumental que delimitaba el proscaenium en su parte posterior y, sin
duda, elemento más espectacular de la scaenae. Se componía de uno o varios órdenes
superpuestos con sus columnas y entablamentos, coronados con un tejado inclinado con
doble función: de protección y acústica. En él se abrían tres puertas, una central o
VALVA REGIA y dos laterales o VALVA HOSPITLARIUM (HOSPITALIA).
Por último, tenemos las COLUMNATIO, que eran las columnas de diferentes órdenes
que decoraban la scaenae.
63
65
66
Relación directa entre la distribución interna de las casas y las funciones sociales de sus
habitantes: escenas de la vida pública que se materializan en el ámbito privado:
escenografía propagandística.
TIPOLOGÍA:
o Domus: hábitats unifamiliares.
o Insula.
o Palacio.
o Villa Suburbana.
o Villa Rustica.
DISTRIBUCIÓN INTERNA:
Casa de tránsito secuencial: una serie de sucesiones de espacios que se
van dando de una estancia a otra. Un único espacio inicial y a partir de
67 ahí se recorre la casa entera. Casas muy antiguas, tardorepublicano.
Casas de corredor. Aquellas en las que existe uno o varios pasillos que
dan acceso a las diferentes estancias.
Taberna.
Cella.
Cubiculum (dormitorios).
Culina (cocina).
Balneum (baños).
Letrina (bates públicos).
ATRIUM: parte pública de la casa (prestigio), situado en la parte anterior del
68
edificio, cerca de la entrada, primer espacio tras las fauces; conexión con los
antepasados. Parte inicial y delantera de la casa. El prestigio del señor puede
demostrarse por las images maiorum, que son las figuras de los antepasados.
Patio interior que permite la luz, de ventilación y de aguas fluviales, de manera
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que va a verse acompañado de un impluvium: pequeño estanque para recoger
agua de la lluvia; y un compluvium: la disposición del tejado a cuatro aguas pero
convergente hacia el interior.
Un laralium es una representación de los dioses del hogar y se sitúa en el
atrium, son los encargados de mantener la abundancia de la familia.
2. Domus.
La casa romana, la domus, contiene en su organización diferentes niveles de la compleja
vida privada de un miembro destacado de la sociedad republicana o imperial. El espacio
doméstico no se organiza en función de una lógica derivada de necesidades privadas,
sino que es él mismo un producto social. Esta realidad se halla muy presente en la única
reflexión de conjunto sobre la arquitectura que nos ha legado la Antigüedad, el texto de
Vitrubio. En él nos encontramos con la afirmación del vínculo existente entre el plano
de las viviendas y el status social del propietario.
Las dependencias de servicio, cocina, letrina y baño, suelen estar en zona apartadas,
detrás del atrio o al fondo del peristilo. La cocina es muy pequeña y angosta con un
fogón de obra y una pila para lavar, junto a ella está la letrina y el baño, cuando lo hay,
de esta manera se aprovecha el mismo desagüe que va a dar a un pozo negro o a la red
de alcantarillado exterior.
En ocasiones, sobre todo en las domus urbanas, además de las estancias para los
esclavos, podían contar con estancias abiertas al exterior y no comunicadas con el resto
del edificio a modo de
apartamentos que se
alquilaban a gente
trabajadora del propio
edificio o de la zona
para vivir o se
alquilaban como
tabernae para cualquier
tipo de comercio.
70
El atrio es un amplio patio con una abertura rectangular en el techo (compluvium) por la
que penetran el aire, la luz y el agua de la lluvia, que cae a un pequeño estanque central
(impluvium) comunicado con una cisterna subterránea, cuya abertura se protege con un
brocal de pozo. En un rincón de esta estancia se encuentra el lararium o altar doméstico,
donde todos los días el amo de la casa rinde culto a los Lares protectores del hogar y la
familia. El altar suele ser un sencillo nicho o un edículo en forma de templo, donde
aparecen los dos Lares y el Genio familiar.
Tipos de atrio:
En época antigua detrás del atrio existe un pequeño jardín o huerto (hortus), pero en el
siglo II a.C., por influencia helenística, se añade el peristylium, amplio jardín rodeado
por un pórtico de columnas, al que se abren bellas estancias. El jardín se decora con
árboles, plantas y flores, pérgolas, esculturas y fuentes, incluso cuando se dispone d
espacio, se construye un triclinio de obra para comer al aire libre.
71
6
Cartibulum: mesas de mármol donde se come o se puede preparar allí la comida.
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¿Orígenes griegos directos o incorporación por helenización? ¿Evolución directa desde
el hortus trasero? ¿Origen etrusco? Diferencias formales y funcionales entre los
peristilos griegos y romanos
72
Son casas incómodas y ruidosas, frías en invierno y sofocantes en verano. Los pisos
más bajos, con mayor espacio, los ocupan inquilinos acaudalados, en los pisos altos, en
habitaciones pequeñas y míseras, viven los más pobres. La planta baja del edificio está
destinada a tiendas y tabernas y a espacios de uso comunal. El empleo de materiales
baratos, de escasa calidad, la mala construcción, y el frecuente uso de braseros y
hornillos para calentarse y cocinar, provocan frecuentes incendios y hundimientos.
Las insulae generalmente ocupaban una superficie entre 300 y 400 m2 y tenían sus
paredes hechas de ladrillo aparejado o también podían estar hechas con el más barato
opus craticium –un armazón de madera relleno de piedra de machaqueo y mortero-, con
numerosas y amplias puertas y ventanas. La línea de fachada de las tabernae estaba
protegida por unos pórticos; al mismo tiempo en las calles anchas las insulae podían
tener logias o pérgolas – pergulae- que reposaban sobre los pórticos o balcones –
maeniana- de madera, ladrillo, etc.; las pilastras de las logias y balcones se decoraban
73 con plantas y las ventanas con macetas. Los suelos de las insulae más suntuosas se
revestían con baldosas y mosaicos, mientras que sus paredes podían estar cubiertas por
pinturas de colores vivos. Sólo en la planta baja había retretes y quizás agua corriente,
por lo que eran viviendas miserables e insanas. En contrapartida, las insulae solían tener
La desproporción entre la superficie y la altura de las insulae las hacía inseguras, siendo
muy frecuentes sus derrumbamientos; así se legisló sobre el grosor de los muros para
lograr una mayor base de apoyo para los distintos pisos (45 cms. en época de Vitrubio).
Otro problema eran los frecuentes incendios. Las insulae eran construidas con vigas de
madera, pero para cocinar y para calentarse se usaban infiernillos portátiles, velas,
lámparas de aceite, antorchas, etc.; a ello se suma que el suministro de agua rara vez
llegó a las insulae, de modo que los incendios estaban a la orden del día y su
sofocamiento era una tarea bastante ardua, por cuanto se propagaban con gran rapidez a
otros cenacula y a otras insulae.
Las insulae son reguladas por Cesar, pues él vivió durante mucho tiempo en ese tipo de
viviendas, por lo que las intentó modificar. Es la forma habitual de vivir la población en
las ciudades, cuanto más cercanas al centro tendrán mayores comodidades y
abastecimiento de los servicios como el agua, etc.
4. Palacios.
La vivienda de los poderosos llega a su máxima expresión en Roma con la institución
del Imperio. Las domus de la nobleza, quedaron pequeñas para la tarea de
representación del soberano y para albergar la burocracia que administraba el Estado.
El hecho de que Augusto hubiese nacido en la colina Palatina marcó el destino de este
monte y la denominación de la vivienda imperial. El lugar también tenía su simbolismo,
según la leyenda, era donde Rómulo y Remo fueron acogidos por la Loba (Lupercalia) y
donde el primero de los hermanos, el fundador de Roma, instaló su cabaña (de las que
los romanos conservaron restos). Por todo ello, cuando Augusto consiguió el poder
compró al senador Hortensio una domus típica republicana al suroeste de la colina, que
amplió en años sucesivos con otras vecinas. Su idea era que al instalarse allí el nuevo
soberano se recuperara el sitio y el culto a los orígenes del espíritu romano. La casa de
Augusto fue, por tanto, un modesto recinto residencial ampliado en medio de un barrio
aristocrático. Sus sucesores también eligieron este lugar para su vivienda por legitimar
su poder, pero además lo ampliaron considerablemente hasta hacerse con la totalidad de
la colina, creando los verdaderos palacios imperiales.
74
La Domus Transitoria fue diseñada como parte previa del majestuoso proyecto de la
Domus Áurea. Fue destruida, como gran parte de la ciudad, por el gran incendio que
arrasó Roma el año 64 d. C. Era ya un conjunto que unía la Domus Tiberina con el
monte Esquilino a través de jardines, columnatas y pabellones.
La Domus Áurea.
Del sector este son otras habitaciones cuyo principal interés es una sala octogonal
cubierta con una cúpula de hormigón y óculo central, que precede temporalmente a la
Después del gran incendio del 80 d. C., Domiciano encargo al arquitecto Rabirius
realizase sobre la cima sur de la colina Palatina, junto a la Domus de Augusto y de
Tiberio, un nuevo complejo para servir como residencia imperial y lugar de dirección
gubernamental. La concepción es totalmente nueva puesto que se crea dos edificios
paralelos y a la vez unidos: la Domus Flavia, al Norte, como palacio representativo y
público, y la Domus Augustana, al sur, como palacio residencial. Ambos se construyen
según el principio del peristilo.
a) El ala este debió ser espectacular. Se componía de tres salas: el Aula Regia un
espacio sin compartimentar de 30 metros de ancho, ideal para los actos oficiales,
con magnífica decoración de nichos con estatuas y columnas de mármol
Pauonazzetto contra los muros laterales y en el fondo un amplio ábside para el
trono. En el lado derecho tendría la basílica del palacio destinada a las
audiencias y al Consejo de Domiciano de nuevo un ábside servía para delimitar
el espacio del soberano y que la atención arquitectónica se centrara en este lugar.
En el lado izquierdo estaría el Lararium o capilla donde se da culto a los dioses
de la casa imperial.
b) El ala oeste se levantaba la gran sala de banquetes, la Coenatio Jovis, entre dos
patios con fuentes o ninfeos. Era un triclinio dotado de un hipocaustum bajo el
suelo que calentaba la habitación en invierno.
c) De las dos alas de comunicación, la septentrional servía para dar entrada a la
zona pública de la antigua domus de Augusto (templos y bibliotecas), y la
meridional era el acceso al peristilo de la Domus Agustana o residencial.
Septimio Severo ampliará el palacio hacia la fachada del Circo Máximo con termas y el
famoso Septizodium, que era un fachada ninfea de unos 90 metros de largo con varios
niveles sobre la vía Apia. Este edificio aún se conservaba en parte en el siglo XVI,
momento en que fue demolido por orden de Sixto V par emplear los materiales
recuperados para diversas obras.
El palacio de Domiciano permanecerá como centro oficial del Imperio hasta la reforma
de Diocleciano en 293/297.
5. Villas suburbanas.
La villa suburbana, situada a las
afueras de la ciudad, obedece sobre
todo a una moda aristocrática. Horacio
y Virgilio habían cantado los de la
vida campestre, a la que las clases
acomodadas se habían lanzado con
entusiasmo. Uno tipos de
construcciones de villa suburbana es
la villa de pórtico, formada por un
edificio rectangular precedido de
pórticos y flanqueado por dos pabellones salientes. La villa Adriana, construida
emperador Adriano en Tívoli, cerca de Roma, la domus Aurea de Nerón, de
dimensiones y suntuosidad asiáticas, y las más modestas domus Flavia y domus
Augustana, la villa de Tiberio en Capri y el palacio fortificado de Diocleciano en
Spalato son algunos ejemplos.
TIPOS DE MOSAICOS:
TEMÁTICA:
- Mitológica.
- Vida cotidiana.
- Escenas de caza.
- Representaciones marinas.
- Naturaleza.
- Motivos geométricos.
- Pasajes cristianos.
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7.2. Vajilla.
Las piezas de vajillas, tanto la mesa como la de cocina, son muy variadas. Sus formas y
materiales se adaptan a su función. La vajilla de mesa generalmente es de bronce o
cerámica. Integran el servicio: copas, platos, fuentes, cráteras y coladores para el vino,
cucharones, saleros y pimenteros, hueveras y diferentes tipos de cucharas. En la cocina
se utilizan recipientes de bronce y de cerámica común: ollas, cazuelas, sartenes,
morteros, cucharones y espumaderas. En vidrio se fabrican jarras y vasos para el
servicio de mesa, de diferentes formas y tonalidad y tarros para conservar alimentos.
83
“Si alguien reflexiona sobre la abundancia del agua…deberá confesar que no existe
sobre la tierra nada tan extraordinario”. Plinio. N.H. 36, 123
“Compara si te atreves estas moles tan numerosas y necesarias con las inútiles
pirámides o las superfluas aunque famosas, construcciones de los griegos”. Frontino.
De aquaeductus urbis Romae, XVI.
La gestión del agua es pública, y existen unos funcionarios que organizan las
reparaciones, remodelaciones de las estructuras del agua. Hay un interés importante por
parte del Estado de mantener decente las estructuras.
El año 9 antes de Cristo ya Augusto proclama una ley sobre el agua específica que
penaliza a todo aquel que dañe a los acueductos: que roben agua. Augusto tiene que
hacer una regularización del agua. Se establecen unas distancias mínimas para poder
aprovechar un territorio cercano a estas construcciones.
De ahí la importancia del agua en Roma por lo que organiza toda una jurisprudencia en
torno a ella y sus estructuras. En el 44 a.C. existe la Lex Ursonensis, tienen cinco
capítulos dedicados al cuidado de las obras públicas. Esto quiere decir que existían
usuarios que se aprovechaban de los acueductos. Es el Estado a través del César el que
concede el permiso de tener agua corriente a cada ciudad y a cada ciudadano.
Distribución de los permisos:
Se establece el caudal que recibe cada uno por el grosor de las tuberías. El agua
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sobrante es el que no va a los baños, ni a las zonas industriales, esta sirve para el
regadío, para las fuentes. Los baños son concesiones estatales, por lo que los ciudadanos
tienen que pagar un canon.
Acueducto: dos partes diferenciadas: specum (el lugar por donde discurre el agua) y
arcuationes (un sistema de arquería que tiene la misión de salvar grandes niveles a lo
largo del recorrido). Si no se necesita no tiene por qué construirse. El specum siempre
discurre libremente el agua por la parte superior o en una tubería también por la parte
superior.
No tiene por qué ser siempre así siempre la conducción del agua, se construye un canal
de caementicium que va a ir de forma subterránea (cubierto o provisto de una tubería) o
puede ir en fragmentos de acueductos este y a su vez de sifones.
El agua se ha trasladado y llega a las puertas de la ciudad, hay que juntarla de nuevo
para redistribuirla, se construye un castellum aquae que va a tener más o menos
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compartimentos dependiendo la distribución del agua. Tuberías que van a ir
desplazando el agua hacia donde se necesite. Normalmente es de piedra o ladrillo,
Canalis structilis: segundo tipo de acueducto de circulación libre por canal, que Vitrubio
aconseja cubrirlos para conservar mejor sus propiedades. La conducción del agua puede
ser subterránea a través de grandes pozos que van acumulando el agua y se llaman
cuniculi. Oculi es la apertura de pozo del cuniculi.
Tubuli fictile, son tuberías de diferentes tamaños dependiendo del derecho que tiene los
particulares de recibir agua. Normalmente suelen ser de plomo, fistula plúmbea.
Arqueta de distribución: de una tubería hace una especie de empalme que hace que
provea a dos tuberías. Estas se ven completadas con grifos y llaves de paso. Controla la
distribución del agua desde una fuente de distribución.
Incluso nos podemos encontrar coladores que van a permitir una decantación de agua
bien particular o bien pública. Los filtros son láminas de plomo que están clavadas
frente a los tubos de cerámica. Para salvar las salubridades del agua destinada al baño.
Los Calix son instrumentos que aseguran que en principio se respete el caudal de agua
que le llegue a cada uno, están fijados a la pared y fijan el caudal de agua que
corresponde. Aquí podemos saber hasta qué punto estaba regulada este sistema para
hacer frente a la picaresca en este mundo de la distribución del agua.
Con las fontes se conseguía llegar el agua a cualquier rincón de la ciudad de una forma
controlada. En estas fontes existían los grifos de hierro y plomo.
ELIMINACION DE LAS AGUAS: Evacuación. Por debajo de las aceras discurre unas
cloacas que las que van a permitir la eliminación de las aguas y la salubridad de la
ciudad.
86
La recogida del agua de lluvia fue uno de los sistemas más empleados en época
prerromana para la captación y suministro de agua, y siguió en uso en época romana.
Vitrubio recomendaba el uso de cisternas (opera signina) cuando no existían fuentes
próximas o cuando el terreno no era apto para la construcción de pozos (putei). La
cisterna más corriente tenía forma de bañera, de planta rectangular con los lados
menores curvados, y estaban recubiertas con mortero hidráulico (opus signinum). Sus
orígenes se encuentran en el mundo helenístico, y siguió en uso en el mundo púnico y
en el romano.
Cuando no existían fuentes podía derivarse el caudal de los ríos y arroyos por medio de
presas, como los grandes embalses de Proserpina y Cornalvo que abastecían a Mérida.
La conducción del agua se realizaba por los acueductos (aquae ductus), que incluía
diversas soluciones técnicas para la conducción. Podía hacerse por un canal sobre muro
(canalis structilis), y mediante tuberías de plomo (fistulae plumbeae) o de cerámica
(tubuli fictili). Los canales podían estar soterrados (riui subterranei), sobre muros
(substructiones), o elevados por medio de arquerías (arcuationes). Lo normal era que el
canal vaya revestido de opus signinum para impermeabilizarlo. Las tuberías de plomo
pueden contener marcas en la que se indican el nombre del propietario en genitivo, la
colonia, municipio o el propio emperador, el nombre del curator aquarum en las
tuberías públicas, y el nombre del fabricante (officinator) o de la localidad que las
mandó fabricar.
88
La topografía es siempre la que determina el tipo de soporte sobre el que discurre el
canal. Cuando hay que salvar un valle o una hondonada los canales apoyan sobre
arquerías (arcuationes, opus arcuatum), a veces con la superposición de varios ordenes
Otro sistema de conducción de agua por presión, cuya finalidad era mantener la presión
en lugares llanos que carecían de inclinación suficiente para que el agua corriera, utiliza
grandes bloques de piedra horadados. Estas piedras se acoplaban mediante
machihembrados, con juntas impermeabilizadas con mortero de cal. Este tipo de
bloques se empleó en el acueducto de Itálica, en el de Gades y en el de Singila Barba.
La estructura más común de una fuente pública (lacus) era la de un pilón cuadrangular
en el que caía el agua constantemente desde un caño, decorado a veces. En las fuentes
monumentales (fontes) podía utilizarse una escultura con algún aditamento desde el que
Con el ciclo del agua hay que relacionar también la evacuación de las mismas una vez
usadas fuera del recinto de las ciudades. Este sistema de evacuación permitía también
eliminar la acumulación de las aguas de lluvia para que no afectara a los edificios
urbanos (drenaje).
La eliminación del agua se realizaba por medio de una red de cloacas, que se trazaban
siguiendo el plano general de la ciudad. Muchas veces estas cloacas nos sirven de fiel
indicador de la orientación de las calles, como ha ocurrido en Augusta Emerita, donde
se ha podido reconstruir la trama urbana gracias a la cuidadosa exploración de la red de
cloacas. Para su limpieza y mantenimiento se construyeron registros en las
intersecciones, cubiertas con losas cuadradas que podían ser retiradas con facilidad.
Podían construirse de ladrillo con bóveda de opus caementicium como en Itálica, con
cubiertas a doble vertiente, etc.
Otros textos, como la Ley de Osuna, contemplan que la conexión de agua a los
particulares será sólo de agua caduca, la que sobra o rebosa de la red pública. Según
Frontino la conservación del agua pública se efectuaba mediante el pago de una tasa,
como las que se imponían a los baños públicos. Solo en contadas ocasiones las
concesiones se destinaban a las viviendas particulares. Con Augusto la Lex Quinctia
establecía las salvaguardas necesarias para evitar el deterioro y destrucción de las
conducciones de agua; se exigía respetar una franja de 15 pies a cada lado de las obras
de conducción y en torno a las fuentes y edificaciones que se relacionaban con ellas,
pues en esa franja de terreno no se podían hacer construcciones, plantar árboles ni
realizar trabajos agrícolas; tampoco se podía edificar a menos de 5 pies de las
estructuras de los acueductos.
Los edificios dedicados a los baños públicos eran imprescindibles en cualquier ciudad
romana como una de las claves de la vida cotidiana, no sólo como centros dedicados a
la higiene, sino como lugares de esparcimiento y reunión social. Cada núcleo urbano
debió contar con uno o dos establecimientos termales, situados en el centro de la ciudad,
en el área cercana al foro, o en los diferentes barrios.
Estaba rodeada normalmente por una columnata (porticus) y a menudo provista de una
piscina (natatio).
91
El acceso a las termas estaba permitido a ambos sexos, hasta que en época de Adriano
se prohibió el uso conjunto por los frecuentes escándalos que se producían. En las
ciudades que no disponían de más de un establecimiento termal o éste no podía
dividirse en dos, se realizaban turnos y horarios distintos para hombres y mujeres.
En Vipasca también eran objeto de arriendo la zapatería (Oficina Sutoria), las barberías
(Tonstrinum), impidiendo el arriendo a los barberos ambulantes (circitores), y las
tintorerías (Tabernae Fullonicae).
Las letrinas públicas eran conocidas como Forica Necessaria o Latrinae Publicae, y
son edificios que se impusieron en Roma a partir del siglo I d.C. Estaban formadas
generalmente por un banco corrido con lunetos para hacer las necesidades y canales de
desagüe, que estaba adosado sobre los muros
que cerraban el edificio. Podían adoptar
diversas formas, de peristilo, en exedra, etc.
El tipo de peristilo incorporaba un techo para
los usuarios que rodeaba el edificio y dejaba
el centro al aire libre. Algunas letrinas
estuvieron decoradas con mosaicos, pinturas
o placas de mármol.
93
94
Los romanos pensaron de forma mayoritaria que sus muertos seguían viviendo en la
tumba, donde el alma, en forma de sombra, se mantenía en relación directa con el
cuerpo, habitando para siempre la que estaba a destinada a ser su morada para el resto
de eternidad. Esto no evitó, ocasionalmente, cierto escepticismo provocado por la
tristeza y la desesperación ante el fallecimiento de seres particularmente queridos, que
suele reflejar muy bien la epigrafía.
Además de llevar una vida virtuosa, al romano le preocupó tener acceso al ritual
funerario mínimo necesario para hacer menos traumático su tránsito de este mundo al
otro, y a una tumba en la que reposar para siempre sus restos. Garantizada esta
preocupación básica, quien disponía de medios para ello se hacía construir el sepulcro
más monumental posible como una forma social y emocionalmente aceptada
autorrepresentación y también de homenaje. La monumentalidad, la originalidad o la
calidad y rareza de los materiales empleados aparecen de esta manera como medidores
visibles del grado de amor por parte de la familia, aparte, como es lógico de erigirse en
elementos efectivísimos de ostentación y prestigio.
95 La referencia al destino, que justifica el carácter universal e inevitable de la muerte, es,
en efecto, uno de los argumentos más empleados en la epigrafía funeraria para buscar
consuelo. Si un individuo no era enterrado conforme mandaba los cánones,
garantizando su regreso a la tierra, su alma se veía condenada a vagar por los siglos de
Tales premisas no implican que el romano temiera a la muerte, o creyera a pies juntillas
en la inmortalidad. En este sentido algunos epígrafes funerarios hispanos de inspiración
epicúrea describen la muerte como un estado de inconsciencia, comparable con la nada,
jactándose sencillamente de haber vivido y haberlo hecho además disfrutando de todos
los placeres.
A pesar de este relativo nihilismo, los romanos como otras muchas culturas antiguas,
enfrentaron su finitud con cierta naturalidad, pensando sin más que los fallecidos
seguían viviendo en la tierra, mientras sus almas escapaban al cielo, o al infierno. De ahí
su afán por reproducir en sus sepulcros y sus contenedores funerarios de la casa, el
interés por decorar el interior de las tumbas monumentales como si fuera el hábitat
disfrutado en la vida, o la rendencia a enterrar a sus muertos en el suelo de las propias
viviendas.
Esto se traslada en la cercanía que hay hacia la muerte y todo lo que tiene que ver con
ella. Un temor de los romanos posicionados sobre todo, era el olvido después de su
muerte. Va a designar a alguien en vida para que no se olviden de él y cuide de su
tumba. Obsesión por permanecer en la memoria de los vivos.
Esto no significa que esta prohibición se cumpla siempre pues hay momentos en los que
se salta esta prohibición. Esta ley se cumple salvo casos puntuales, por lo que se
necesita una autorización.
El lugar para ubicar la necrópolis va a ser las vías de entrada y salida de la ciudad, por
lo que se va a generar una organización funeral entorno a la urbanización de la ciudad.
La necrópolis sirve de delimitación de la ciudad pues hasta ahí llega el urbanismo.
Se regula hasta tanto la propia dimensión de los enterramientos que en los propios
epígrafes podemos encontrar expresiones que hacen referencia a la cantidad de pie que
pueden medir in Fronte pedís: en línea con el camino, y hacia el fondo del camino: In
agro pedís. En función de la capacidad económica. Los tamaños de las tumbas no van a
ser iguales en todo el imperio en función de la capacidad de terreno disponible que
exista.
Normalmente teniendo en cuenta que la ciudad tiene 4 puertas cardinales, pues tiene 4
lugares pero no indica que tengan las cuatro puertas necrópolis. Un ciudadano puede
denunciar a otro que este violando el espacio de una tumba que corresponda a otra
persona, y son multas altas.
En las leyes de las XII Tablas se menciona que estaban prohibidas las inhumaciones e
97 incineraciones dentro de las ciudades. En la tabla numero X que habla sobre lo sagrado,
se da toda una serie de normas referente a los difuntos, así bien, el primer punto de esta
tabla dice:
Esta norma, que impedía enterrar en la ciudad, hizo que las necrópolis romanas se
trasladaran al exterior, principalmente a los lados de las vías, cercanas a las puertas de la
ciudad. Para esta costumbre se pueden encontrar varias razones, primero porque es la
forma más fácil de acceder a las tumbas, y en segundo lugar porque es el lugar más
visible. Pero hay quien prefería levantar sus tumbas en propiedades suyas. Pero las
necrópolis son una imagen de la ciudad de los vivos, en la que se sigue recreando las
posiciones sociales, económicas e ideológicas de los fallecidos, de ahí que las
principales tumbas se situaran inmediatamente al lado de las vías. Y de igual modo,
muchos libertos buscaron en las necrópolis sus propia autorrepresentación social, lo que
se les negaba en vida, mediante monumentos funerarios caros, ostentosos y ricamente
decorados.
La principal distinción que se puede encontrar en muchos lugares entre una élite
98 dirigente y otros que no lo eran, era la elección de la necrópolis allí donde hubiera dos.
Pese a no existir una planificación de las necrópolis, la tendencia a alineas las tumbas
hizo que las necrópolis tiendan a estar organizadas en calles. A partir del siglo I d.C.
habrá una tendencia a la desaparición de éste tipo de necrópolis, con el auge del
La necrópolis, pese al tabú que suponía la muerte, no hay que concebirla como un lugar
apartado y cerrado, sino todo lo contrario, es un lugar abierto y por así decirlo bastante
frecuentado, primero porque al estar al lado de las vías era un lugar de tránsito, y en
segundo lugar porque al cabo del año era usual que las familias de los fallecidos
rindieran cultos a estos en sus tumbas, por lo que nunca faltaría gente en estos lugares.
Incluso cercanas a las necrópolis habría tabernae, o establecimiento parecidos.
3. Legislación y Ceremonial.
- Ubicación de la necrópolis.
- Características de los enterramientos.
- Ceremonias (funus): proceso desde que la persona fallece hasta el luto de su
viuda. Tipos de funus: actos que se desarrollaban entre el momento de la muerte
y la celebración de las últimas ceremonias, posteriores al enterramiento.
o Acerbum: funeral, público o privado, especialmente doloroso y amargo
por la muerte prematura del fallecido.
o Censorium: funeral público, tributado por concesión del emperador, a
ciertos personajes no pertenecientes a la familia imperial…
o Indictivum: correspondía a los personajes de mayor importancia social
(Varrón, De ling. lat. V, 160, y VII, 42).
o Militares (decursio): conjunto de ceremonias y ritos que componían las
exequias de los miembros del ejército muertos en acto de servicio, por lo
general cremados o inhumados de manera colectiva, atendiendo a los
gastos con las cuotas periódicas que se detraían de sus respectivas pagas.
Lógicamente, tales funerales podían adoptar expresiones más o menos
ceremoniales de acuerdo con el caso o la categoría militar de los
fallecidos.
o Publicum: conjunto de ritos y ceremonias -en ocasiones, de
extraordinaria riqueza-, que se celebraban en honor de determinados
difuntos -tanto hombres como mujeres-, merecedores en vida de tal
reconocimiento como benefactores del Estado o la ciudad. Los gastos
podían ser atendidos por el erario público o bien por las familias de los
homenajeados. Tal tipo de funeral es particularmente característico de las
provincias, mientras en Roma se dio sobre todo en época republicana,
quedando reservado en tiempos imperiales casi en exclusividad al
emperador o a los miembros de su familia.
o Imperatorum (apoeteosis, consetratio): conjunto de ceremonias y ritos
99 que se desarrollaban con ocasión de la muerte y sepultura de los
emperadores, o de muy destacados miembros de la familia imperial
(básicamente las emperatrices).
Una vez terminado el proceso, cuando vuelven a su casa tienen que someterse a un
100 proceso de purificación (suffitio): quemar todos aquellos elementos usados durante todo
este proceso, de esta forma que el vivo vuelve al recinto de los vivos, separando muy
bien ambas esferas. Silicrenium es un banquete en la casa del difunto y en la tumba del
difunto. Días0 especiales en los que se conmemora al difunto.
Arqueología | Griselia C. Vizuete Linares
- Parantelias: 13 y 21 de febrero; ofrendas
- Rosalia: abril; ofrendas
- Lemurias: 9, 11, 13 de mayo; banquete.
El urbanismo funerario repite el mismo esquema que la forma urbanística. Existe una
variabilidad enorme dependiendo del lugar donde nos encontremos, el periodo
cronológico y la persona enterrada allí.
Columbario de Ostia.
4. Las Inscripciones.
A partir del cambio de era los romanos van a iniciar el epígrafe utilizando dos letras
DM, el difunto se encomienda a los dioses buenos hacia la otra vida. Así de esta forma
se le añade una S. En las inscripciones funerarias el dedicante va siempre en
nominativo, el dedicado puede ir nominativo, genitivo o dativo.
5. El Ajuar.
Los ajuares son muy variados y se puede dividir
en dos grandes tipos:
Las lucernas son muy habituales y con temas alusivos y de temas eróticos. También
102 podemos encontrar los agus crinalis: agujas de pelos o pasadores de ropa o incluso de
perfumes. Normalmente son de hueso tallado.
- Embalsamamiento: no va a ser
un signo de romanidad.
- Incineración: Una pira funeraria
donde se sitúa al difunto arriba y
se quema. Se considera ustrinum,
lugar donde se lleva a cabo la
cremación. Además este va a ser
el mismo lugar donde van a
quedar sepultados los restos
quemados en la tumba, se
denomina bustum. Un ustrinum
es cuando se quema el cuerpo en una pira y se recoge en un depósito y se
TRASLADA a una tumba con su epígrafe.
103
- Inhumación. Sarcófagos. Va
a ser el otro rito que no
necesariamente tiene que
secundar al primero que
hemos visto, puede ser
primero o coexistente. Pueden
ser tan variadas en forma
como las incineraciones.
Enterramiento en foso de un
cuerpo en cubito supino,
104
acompañado de un ajuar. Tégulas en horizontal son las que cubren la fosa con el
cuerpo.
- Occidental (Latino).
o Relieve continúo.
o Parte posterior lisa.
o Relieves planos en lados menores.
o Tapa plana con acróteras.
- Oriental (Griego).
o Dos Subgrupos :
Ático: Cornisas y zócalos decorados con ovas, perlas, dentículos,
rombos, etc. Cubiertas a doble vertiente. Variante con difunto
echado sobre la tapa.
Asia Menor = Tipo de columnas y guirnaldas. Figuras en nichos
y hornacinas.
Los ajuares van a ir desapareciendo a lo largo del tiempo y sobre todo con la imposición
del cristianismo que decía que los cuerpos no necesitaban nada. Los columbarios no son
siempre par incineración, por lo que se pueden introducir sarcófagos cuyos cuerpos han
sufrido el rito de la inhumación.
Cupas: son enterramientos que se van a cubrir con una sola cúpula. Una caja de ladrillo
cubierta por una cúpula falsa de ladrillos también. En las necrópolis aparece una especie
de señalizaciones de las partes de las necrópolis que son de grandes dimensiones.
105
“Est hoc Monumentum Marcei Vergilei Eurysacis pistoris, redemptoris, apparet”. Esta
es la tumba de Marco Virgilio Eurisace, empresario y proveedor.
Altares
Columbarios
- Sepulcros Tumuliformes.
- Sepulcros Turriformes.
- Sepulcros Hipogeos.
- Sepulcros Templos
- Otros:
o Monumentos Piramidales.
o Cupae.
107
109
7
Calena: tipo dentro de la campaniense A con decoración más rica al representar medallones en
Relieve.
Arqueología | Griselia C. Vizuete Linares
Campaniense B fue fabricada en la Campania y en el Lacio, y en su interior ostentan
círculos concéntricos acanalados, algunas palmetas en sus comienzos, y sobre todo
estrías a la ruedecilla de gran finura.
- Fabricación: Siracusa.
- Pasta: gris.
- Barniz: negro
Las más habituales y estudiadas son las Drag. 24/25, 15/17, 18, 27, 35 y 36.
OTROS:
Sus formas copiaron modelos del repertorio de las Paredes Finas, Sigillatas Itálicas,
Hispánicas y, sobre todo, de la Sudgálica, y en menor cantidad cerámicas comunes y
lucernas. Su cronología se sitúa a partir de época augústea hasta el siglo II d.C.
Entre los tipos más abundantes se encuentran la olla (olla), usadas para cocer los
alimentos, la lámpara (lucerna), el cuenco (caccabus), cuenco trípode, plato (Catillus,
patera, y patena), colador (Colatorium), tapadera (Operculum, obturamentum), embudo
(Infundibulum), sartén (Sartago), lebrillo para mezclar líquidos y sólidos (pelvis), fuente
cuadrada (Lanx), la gran vasija utilizadas para el almacenamiento (Dolium), tinaja
(Lebes), orza (Urceus) y cantarilla (Urceolus), jarra de borde lobulado (Nasiterna),
114 pequeña ánfora (Amphorula), vaso con asas de cesta (Situla), escudilla (Catinus),
mortero con pico vertedor y cuerpo interior estriado para majar los alimentos
(mortarium), taza (Poculum), taza con asas (Pocillum ansatum), y formas especiales,
como los vasos tres recipientes cilíndricos unidos por un mango (Incitega), o el vaso
- Aulae (ollas).
- Caccabi (cazuelas):
- AUXILIARES:
o Servicio de mesa/cocina.
o Multifuncionales.
115
- Mortaria (morteros):
- Urcei/Nasiterna- Urcei/Urceloi:
116
- Lebetes:
117
Como en las sigillatas y los morteros, las ánforas podían llevar estampillas indicando el
contenido, el producto o el comerciante. Algunos de estos epígrafes podían ir pintados
(tituli picti).
118
En el caso de vidrio de base sódica (sílice, caliza y sosa) el vidrio fundía a los 1000º C,
mientras que el de base potásica (sílice, caliza y potasa) fundía a menor temperatura. El
color natural del vidrio es azul verdoso, pero se le puede dar cualquier color añadiendo a
sus ingredientes varios óxidos (verde de cobre, amarillo de antimonio, rojo del hierro,
azul del cobalto, negro del manganeso, etc).
Ya en las tabletas de Asurbanipal de Nínive (siglo VIII a.C.) se encuentran las fórmulas
de su fabricación, los elementos (arena, álcalis y caliza), y los diferentes tipos de vidrio
y sus colores.
Los hornos solían ser de tres pisos, uno para quemar el combustible, otro para la fusión,
y el superior para enfriar lentamente los objetos elaborados. Y entre los instrumentos
característicos para la fabricación se encuentran las cañas de soplar, un tubo de hierro
con cuyo extremo se coge una porción de vidrio fundido para soplarlo, los garfios,
ganchos, pinzas, y tijeras, que le daban la forma definitiva.
Los primeros objetos de vidrio fueron cuentas de collar, que se conocen ya desde inicios
del III milenio a.C. en Mesopotamia, pero los vasos de vidrio no aparecen hasta
mediados del II milenio a.C. en Mesopotamia y Egipto. La técnica empleada era el
moldeado, consistente en prensar una porción de vidrio viscoso dentro de un molde
negativo, o colocando vidrio triturado dentro de un molde y metiéndolo después en el
horno. También podía conseguirse vasos de vidrio tallando en frío bloques de vidrio,
como si se tratara de realizar un vaso de piedra; esta técnica fue muy corriente en la
primera mitad del I milenio a.C. Pero ya en la época helenística se empleó la técnica de
la cera perdida para fabricar vasijas de formas más complicadas. Una vez sacado del
molde, los vasos podían ser pulidos en frío o en caliente, e incluso tallados. Otra técnica
muy común antes de la introducción del vidrio soplado fue la del núcleo de arena; un
montón de arena humedecida y con la forma deseada era envuelta en una funda de
trapo, se introducía en el vidrio fundido, donde el bloque de arena se recubría con una
capa de vidrio, que después se trabajaba para realizarle la base y el borde deseado. Esta
técnica tenía la limitación de que con ella sólo podía conseguirse vasos de boca estrecha
como los ungüentarios y balsamarios.
Las decoraciones en relieve podían obtenerse con la técnica del moldeado (costillas y
nervios) y tallándolo después de frío para crear relieves en hueco con motivos vegetales
y geométricos.
Una técnica que apareció tanto en Egipto como en Mesopotamia fue la del vidrio
mosaico o Millefiori. Su época de florecimiento fue el siglo I a.C. Por medio de vidrio
de diferentes colores y fundidos podían lograrse vasos y otros objetos con diversos tipos
de decoración. Es una técnica de moldeado, pues hay que colocar previamente distintas
clases de vidrio para que resulte la decoración deseada; en los moldes más elaborados se
lograba fundiendo juntas distintas barritas de vidrio de colores diferentes.
El vidrio pintado aparece también a mediados del II milenio a.C. en Egipto, pero no se
convirtió en un producto normal hasta época romana. Los colores se aplicaban al vaso y
121 se fijaban a la superficie volviéndolos a calentar.
A partir de época helenística se hizo corriente el vidrio decorado con oro. Se lograba
aplicando hilos de oro al exterior del vaso y después se recubrían con otra capa de vidrio
La técnica del soplado es la de aparición más tardía. La invención tuvo lugar en la costa
Siria, pues los vidrios de Sidón son los primeros realizados con esta técnica, que se
extendió rápidamente por todo el mundo romano. La extensión de esta técnica supuso
toda una revolución en los niveles de producción, pues permitió la fabricación de
recipientes a gran escala y extendió su uso a todas las clases sociales. Con la
multiplicación del número de fábricas, el conocimiento del vidrio de esta época difiere
de cada región. A fines del siglo I a.C. los dos centros vidrieros más importantes son los
de la costa siria, especialmente Sidón, y Alejandría. Las fábricas de Sidón firmaban sus
vasos con el nombre de Sidonius, y sus principales vidrieros fueron Ennion y Artas. El
mismo Ennio creó una fábrica en el norte de Italia, y a mediados del siglo I d.C.
aparecieron otras fábricas en Lyon (Francia), Vindonissa (Suiza), en el Valle del
Guadalquivir, y en la costa catalana, todas ellas fundadas probablemente por vidrieros
sirios. Se multiplicaron en este momento el número de formas. Los vidrieros sirios que
establecieron sus oficinas en el valle del Po, en Suiza (Vindonissa), y en el Ródano, se
especializaron en vasos de vidrio a molde decorados con escenas de circo y anfiteatro.
Su cronología se ha establecido en el siglo I d.C. Las fábricas de Alejandría siguieron
produciendo en el siglo I d.C. piezas según la técnica de mosaico, el vidrio tallado y el
pulimentado. A partir del siglo II d.C. el soplado era ya corriente. El vidrio alejandrino
se caracterizaba además por su predilección por los contrastes de colores en las piezas y
por el vidrio incoloro, e incluso se utilizó la técnica de soplado sobre vidrios hechos en
dos capas y después tallados. Este vidrio se exportó por todo el mediterráneo y se
establecieron fábricas en Roma y la Campania. Una clase especial de vidrio de estas
fábricas es el vidrio incoloro, producido en los talleres de la Campania a fines del siglo I
d.C., y azul, verde, amarillo, rojo y blanco en la primera mitad del siglo I d.C.
La decoración con gotas de vidrio continuó usándose y en el siglo III d.C. se desarrolló
una nueva modalidad con hilos serpentiformes, y en el siglo IV d.C. se impuso la
decoración de gotas gruesas en forma de discos o cabujones.
De vidrio son también algunos camafeos. Se realizaban formando una pieza con dos
capas de vidrio superpuestas, y se tallaba la superior para formar escenas o dibujos. La
primera capa era de color blanco opaco y la segunda de color oscuro, de tal forma que el
122 relieve realizado en el vidrio blanco contrastara sobre el fondo oscuro. Esta técnica es
propia del siglo I d.C. En época Julio-Claudia se emplea también el vidrio camafeo, que
imita los trabajos en piedras preciosas, y entre los vasos más famosos se encuentra el
Vaso Portland del Museo Británico.
Con técnica de tallado se realizaron también las Diatetras. En primer lugar se fundía en
el molde un vaso en forma de campana con paredes de bastante grosor. A continuación
se marcaba el dibujo de los motivos y se cortaban los espacios vacíos entre ellos.
Después se socavaban los dibujos en relieve independizándolos de la pared del vaso, de
tal manera que se obtuviera un vaso encerrado en los motivos tallados.
Los vidrios adornados con hilos de oro fueron más corrientes en el siglo IV d.C. Las
láminas o hilos de oro se emparedaban entre dos capas de vidrio o bien se aplicaban al
exterior de los vasos protegiéndolos con una capa de barniz.
Los vidrios con decoración pintada, corrientes a mediados del siglo I d.C., se deben a
las fábricas sidonias de Ennion o a sus sucursales, aunque también se realizaron en las
fábricas alejandrinas.
La producción de vidrio en Hispania está confirmada por los testimonios de Plinio y por
los restos de hornos y escorias básico-alcalinas, como la villa de Santa Coloma de
Somoza (León), donde se fabricaron vidrios para ventanas, y Mataró (Ilduro). Se
sospecha incluso de industrias vidrieras de la Bética, donde es abundante el vidrio en la
primera mitad del siglo I d.C., muy influidas por las fábricas del sur de Francia.
Forma característica del siglo I d.C. son los cuencos de costillas verticales, a molde o
soplados; generalmente tienen en el interior del borde una acanaladura profunda que
corre horizontalmente por debajo del borde. Pueden ser de vidrio monocromo (azul
verdoso, verde, ámbar, etc) o policromo (vidrio mosaico). Se inician en época de
Augusto y continúan hasta el siglo II d.C. Pudieron ir decorados con hilos de vidrio
blanco.
Las tazas con pie anular y labio doblado hacia afuera horizontalmente se originaron en
época Flavia y continuaron usándose durante el siglo II d.C.
Otra forma común del siglo I d.C. son los tarros de cuerpo prismático, con o sin asas,
especialmente en época Flavia. De aspecto similar son las botellas de sección
cuadrangular para guardarlas en cajas de madera, muy frecuentes desde mediados del
siglo I d.C. hasta el siglo II d.C. Un tercer tipo son las botellas de cuerpo cilíndrico,
cuello corto y un asa desde los hombros al cuello, comunes desde la segunda mitad del
siglo I d.C. hasta fines del siglo II d.C. Las botellas de cuerpo cónico y cuello cilíndrico
se originaron a mediados del siglo I d.C. y continuaron en uso hasta el siglo II d.C.
Formas características también del siglo I d.C. son las pequeñas ánforas de base anular y
dos asas, las jarras de largo cuello cilíndrico, cuerpo esférico y asa desde el borde al
cuerpo, los vasos de perfil bulboso, y los vasos del tipo denominado Carchesium, de
paredes cóncavas y carenadas, y base sobre peana. Desde el siglo I al III d.C. son
igualmente corrientes los cazos y los embudos.
En el siglo II d.C. se va imponiendo un tipo de jarros esféricos sin base y con boca en
forma de pico lobulado, y los platos de tipo corriente con el labio doblado hacia el
exterior. A lo largo de los siglos III y IV d.C. siguieron funcionando los centros
124 vidrieros ya arraigados, pero el centro más importante estuvo situado en Siria. Las
fábricas egipcias se especializaron en los platos ovalados.
Forma típica del siglo III d.C. son las botellas, sobre todo las de cuerpo ovoide con pie,
originadas a fines del siglo II d.C., muchas de ellas con decoraciones grabadas. Las de
cuello abocinado aparecen en la segunda mitad del siglo III d.C. y se hacen corrientes
en el siglo IV d.C. Entre ellas se destacan las decoradas con paisajes puteolanos. Las
botellas de cuerpo esférico y cuello largo decorado en su parte superior con hilos
aplicados horizontales son productos típicos de Siria y Palestina en los siglos IV y V
d.C.
Otro producto típico de los siglos III y IV d.C. son los vidrios decorados con oro, los
pintados, y los grabados con escenas e inscripciones. Los dorados se fabricarían en
Roma, donde son corrientes en las Catacumbas, y en ellos predominan las escenas
cristianas, judías y paganas. La decoración suele encontrarse en el fondo de la vasija,
razón por la que se les denomina como fondos de oro. Los vidrios tallados son también
abundantes a lo largo del siglo III y IV d.C.
Son también característicos del siglo IV d.C. los cuencos decorados con cabujones,
gotas gruesas aplicadas al exterior de los vasos cuando aún estaban calientes, que
quedan después aplastadas como especies de discos. El vidrio suele ser incoloro y los
cabujones de color fuerte, verde, azul, violeta, rojo, amarillo, y blanco. Son
característicos de las fábricas vidrieras de Colonia.
En el norte de las Galias aparece en esta época un tipo de vasija en forma de barril,
conocidas como Barril de Frontino por el nombre que aparece con más frecuencia en la
base como marca comercial. Son imitación de barriles de madera y servirían para
envase de vino.
125
Tienen el cuerpo cilíndrico dividido en tres partes horizontales, la superior y la inferior
decoradas con círculos horizontales soplados a molde, y la central lisa, y pueden tener
una o dos asas que van desde los hombros a la boca.
En el valle del Rin se produce otro tipo de barril que reposa tumbado sobre cuatro pies
pequeños de vidrio. Su forma es alargada y apuntada en los extremos. La decoración se
reduce a hilos aplicados. Los jarros de cuerpo bulboso con pitorro lateral se originaron a
finales del siglo II d.C. y se extendieron hasta el siglo IV d.C.
Una forma que se inicia en el siglo IV y se extiende hasta finales del siglo VII d.C. son
los vasos de forma cónica. A partir del siglo IV d.C. se van alargando hasta convertirse
en meros conos sin base de sustentación. Algunos de ellos están decorados con
cabujones. Con la invasión germánica no se interrumpió la fabricación de vidrio, y éste
siguió fabricándose conforme a la tradición romana. Las fábricas renanas continuaron
con su producción, pero sus formas se redujeron a cuencos, vasos cónicos, cuernos, y
botellas globulares durante el siglo IV y los principios del siglo V d.C.
4. Metalistería.
Muchos objetos de uso cotidiano eran de
bronce, como las sítulas (cubos), algunas veces
plateadas, es decir pintadas con escenas con
una mezcla de mercurio y plata, que después de
sometida al horno el mercurio desaparecía y la
plata quedaba fijada en forma de decoración,
como la famosa sítula hispana de Dueña, y
estandartes, como el aparecido en Pollentia.
Otros objetos de bronce, como lámparas,
portabandejas, servidores, etc, podían ir
decorados con figuras de rasgos negroides,
reproduciendo en realidad la misma función de
los esclavos traídos de África. En general, el
bronce sustituía en las casas lujosas a los objetos de cerámica o terracota de las casas
más modestas. Pompeya ha aportado multitud de ejemplos de este tipo de objetos,
lampadarios, candelabros, estufas, etc.
126
En la cocina se emplearon también diversos objetos de bronce, coladores, sartenes,
platos para huevos, espumaderas, cacerolas y calderos. En el baño los objetos de bronce
más corrientes eran los balsamarios para contener perfumes, que a veces adoptan las
formas de cabezas femeninas, vasos, espejos, conchas, etc. Muchos utensilios agrícolas
Arqueología | Griselia C. Vizuete Linares
eran también de bronce, arreos y jaeces e caballo, adornos de carro, e instrumentos
labranza, siega, poda, etc.
En época romana los entalles se fabricaban generalmente para ser engarzados en anillos
de oro, de plata o bronce, aunque se han documentado otros usos, como ornato de
vasijas de lujo, muebles, calzado y como sellos para decorar la sigillata.
Su uso era característico del atuendo masculino, y algunos autores refieren que sólo
podían llevarlo personas libres. Lo normal era llevar un solo anillo colocado en el dedo
pulgar de la mano izquierda, pero en época imperial se extendió la costumbre de llevar
muchos anillos como signo de ostentación. Los motivos grabados venían a tener el
significado de una insignia o distintivo individual en relación a hechos de historia de
familia, en las creencias personales del portador, o como amuleto con poderes
profilácticos y propiciatorios. De este modo la marca del anillo en cera o arcilla
constituía la única firma reconocida que daba autenticidad a los compromisos y
127 testimonios, tal como confirma la noticia de que Petronio destruyó su anillo antes de
morir para que no se abusase de él comprometiendo a los demás. Llegaron a tener a
veces tal valor que se emplearon estuches especiales para guardarlos (dactyloteca).
Las amonedaciones de época romana eran realizadas por los magistrados Triumviri
Monetales, aunque en ocasiones extraordinarias se podían realizar emisiones por los
Cuestores urbanos, los Ediles Curules, los Prefectos de la ciudad, los Pretores o los
Cónsules. Los triunviros monetales eran también conocidos como Triumviri aere
argento auro flando feriundo, nombre relacionado con los metales empleados en
monedas (bronce, plata y oro). Esta magistratura comenzó en el 219 a.C., el mismo año
de la creación del bronce libral, y ejercían su cargo por turno.
Los tres factores para la datación de las monedas son las leyendas epigráficas, el peso, y
el estilo. Las leyendas epigráficas hacen relación a los consulados, aclamaciones
imperiales, y a la potestad tribunicia, y la concesión de cargos se conoce con seguridad
por otras fuentes.
La moneda de oro (Aureus) se normalizó a partir de Sila. Sila acuñó moneda de oro con
un peso que era la fracción de una libra, y después de él este valor será el valor en
relación a la libra. Se irá depreciando con el tiempo, 1/30 de libra en tiempos de Sila,
1/42 bajo César, 1/45 bajo Nerón, y 1/60 bajo Diocleciano. El aureus se dividía en dos
quinarius, hasta que la reforma de Constantino instaure una nueva moneda, el Solidus
(1/72 de libra), dividido en dos semis y tres semises. En el siglo IV d.C. se cita también
la Silicua (1/24 del solido), utilizada como moneda de cuenta, pues su bajo peso
impedía su acuñación.
Las monedas de plata comenzaron a partir del 320 a.C. y estuvieron efectuadas en
128 patrones griegos, una de cuyas emisiones, el Quadrigatus, deriva del relieve de la
cuadriga conducida por Júpiter en el reverso con leyenda Roma en el exergo, y una
figura juvenil imberbe en el anverso.
A comienzos de la Guerra Social aparecieron los denarios Serrati, con dientes regulares
como los de una sierra, también conocidos por el tipo de la biga (Bigati). Los denarios
serrados fueron emitidos por los demócratas y marionistas. Esta moneda desapareció
definitivamente hacia el año 50 a.C.
A veces estos denarios eran monedas de cobre forradas de plata (nummi mixti). No eran
amonedaciones debidas a falsos amonedadores, sino por circunstancias de poderosa
necesidad del Estado. La producción de denarios forrados se cree debidas a la política
de sacar un beneficio complementario del derecho de amonedación. Hay autores, sin
embargo, que consideran a estas piezas forradas como falsas.
Caracalla emitió el Antoninianus, doble del denario, pero con una liga de plata del 25%,
hasta que desapareció con la reforma de Diocleciano. Diocleciano instauró un nuevo
nominal de plata, el llamado Argenteus (1/96 de libra), que perduró hasta la época de
Constantino II, cuando se crean el Miliarense y la Silicua, dividida a su vez en media
silicua y un tercio de silicua, frecuentes en época de Constantino y Juliano.
Además de las monedas estos talleres monetarios emitieron medallones de oro, plata y
ciertos bronces. Los medallones de plata y oro tenían mayor formato y peso que la
moneda corriente. Eran ofrecidos a los dignatarios extranjeros, como regalos del Año
Nuevo, como regalos a los generales victoriosos, o emitidos en las solemnidades
extraordinarias. Entre sus temas es muy común el del Adventus, destinados a
conmemorar la llegada del emperador a una ciudad o su regreso de una victoria,
recordadas con escenas de sacrificio imperial como signo de acción de gracias.
Los medallones originales se producían sólo en las cecas de Roma, hasta que a
mediados del siglo III d.C. otras cecas acuñan y se introducen marcas para distinguir las
salidas de las diversas cecas; las marcas aparecen en el exergo y consistían en una serie
de una a cuatro letras.
Los medallones de bronce tenían un carácter monetario y fueron acuñados como piezas
múltiples de la unidad. Sus tipos son los mismos que las monedas ordinarias, y pudieron
ser emitidas tanto por la iniciativa del Emperador como por el Senado. Otros muchos
están relacionados con los juegos de anfiteatro, circo, etc.
Los medallones se hicieron frecuentes desde Trajano, especialmente con Adriano y con
los Antoninos. Los más antiguos son los de Nerón y Domiciano. Se enrarecieron
después para volver a aparecer esporádicamente al final de la caída del Imperio de
Occidente. Su módulo es de 33 milímetros de diámetro.
En el siglo II d.C. aparecieron también las monedas de las minas. Son monedas de
bronce o plomo emitidas en época de Trajano y Adriano, semis y quadrantes para pagar
a los obreros empleados en las minas de Dalmacia, Panonia y Mesia. Habían sido
131 emitidas para hacer frente a las necesidades de monedas pequeñas en las grandes
aglomeraciones de carácter industrial que se habían constituido en las regiones entre el
Danubio y el Adriático.
Desde Tito a Marco Aurelio se crean las monedas de restitución, que reproducen
exactamente tipos y leyendas de antiguas piezas de oro, y para distinguirlas se emplea la
leyenda Restituit o Rest.
entre ellas se distinguen los sellos privados comerciales, empleados para cerrar los
cofres y sacos de mercancías, los bonos para las cajas o tiendas públicas (tesserae
summariae), los bonos concedidos en las distribuciones públicas por los magistrados
(tesserae frumentaria), las téseras de las asociaciones, que llevan el nombre de ellas, las
téseras que dan derecho a tomar parte en los festines ofrecidos por los emperadores al
pueblo (tesserae convidales), las téseras de espectáculos, con cifras y abreviaturas que
indican el lugar del asiento, y las téseras denominadas sprintiae, con figuraciones de
escenas eróticas. Fue costumbre enterrar en las fundaciones
de los monumentos medallas de oro y plata, y el rito estaba
acompañado de la conjuración destinada a expulsar a las
fuerzas maléficas. Otras veces las monedas depositadas
eran de plomo.
Los banqueros eran conocidos en Roma con el término de Argentarii, que tenían el
monopolio del cambio y examen de la moneda, y el servicio de depósito y caja. La caja
pública en manos del senado era el Aerarium y la del emperador el Fiscus.
132
Junto a las monedas oficiales acuñadas por las cecas se emiten otras:
- Consecratio.
133
Pertinax (193).
Didio Juliano (193).
Pescennius Niger (193 – 194).
Clodio Albino (193 - 197).
Septimio Severo (193– 211) - fundador de las dinastía de los Severos.
134 Dinastía de los Severos (193-235 d.C.).
Septimio Severo (193– 211).
Emperadores ilirios.
Claudio II (268 - 270).
Quintilo (270).
Aureliano (270 - 275).
Claudio Tácito (275- 276).
Floriano (276).
Probo (276- 282).
Caro (282 - 284).
Carino (283- 285).
Numeriano (283-284)
Tetrarquía.
Diocleciano (284 - 305) (co-emperador Maximiano (286-305).
Constancio I (305-306) (co-emperador Galerio (305-311).
Galerio y Severo II (306-307).
Constantino I el Grande (306-307) (coemperadores, Galerio, Licinio 311-324,
Maximino Daya 308–313; trono reclamado por Majencio 306-312).
Dinastía Valentiniana
Valentiniano I en Occidente (364 – 375), Valente en Oriente (364 – 378).
Flavio Graciano en Occidente (375 – 383), (co-emperador Valentiniano II 375 –
392, trono reclamado por Magno Máximo 383 – 388).
Casa de Teodosio.
Teodosio I en Oriente (379 – 392, en Occidente 392 – 395).
Honorio (395 – 423).
Gala Placidia (423 - 437).
Valentiniano III (425 – 455).
Varios emperadores
Petronio Máximo (455).
Avito (455 – 456).
Mayoriano (456 – 461).
Libio Severo (461 – 465) o interregno (465 – 467).
Antemio (467 – 472).
Anicio Olibrio (472).
Glicerio (473 – 474).
Julio Nepote (475 – 475).
Rómulo Augustulo (475 – 476 - El último emperador romano de occidente).
136
Tema 4
o Butaca de orquesta, Luneta: Asiento en el patio de un teatro.
o Cávea: Graderío del teatro, lugar destinado a los espectadores.
o Comedia: Poema dramático de desenlace apacible o festivo, y cuyo asunto suele
ser la pintura de las costumbres. Poema dramático de cualquier género que sea.
o Comedia togada: Comedia latina de argumento romano.
o Coro: En el teatro griego y romano, conjunto de personas que, al terminar un
acto, expresaban por medio de cantos los sentimientos que la representación
producía en los ánimos. Parte de una tragedia encomendada a estas personas.
o Coturno: Calzado de suela de corcho muy gruesa, que usaban en las tragedias
los actores antiguos para aparentar mayor estatura.
o Cuneo: Cada uno de los espacios comprendidos entre los vomitorios de los
teatros antiguos.
o Drama: Composición literaria en que se representa una acción de la vida
mediante el dialogo de los personajes imaginados por el autor. Obra teatral de
asunto serio y generalmente triste, que conmueve profundamente el ánimo y
suele tener desenlace funesto.
o Escena: Lugar del teatro separado del público por un telón, que se corre o
levanta y en el cual se ejecutan las representaciones.
o Escenario, tablas: Parte del teatro convenientemente dispuesta para representar
139 o ejecutar las obras dramáticas.
o Escenografía: Arte de pintar decoraciones de teatro.
o Fabula: Suceso o acción ficticia que se narra o se representa para deleitar.