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HORA TERCIA SALMODIA Ant 2.

 El Señor guarda tus entradas


INVOCACIÓN INICIAL y salidas.
V. Dios mío, ven en mi auxilio Ant 1. Llamé, y él me respondió.
R. Señor, date prisa en socorrerme. Salmo 120 - EL GUARDIÁN DEL
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Salmo 119 - DESEO DE LA PAZ PUEBLO.
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y En mi aflicción llamé al Señor, Levanto mis ojos a los montes:
siempre, por los siglos de los siglos. y él me respondió. ¿de dónde me vendrá el auxilio?
Amén. Aleluya. Líbrame, Señor, de los labios El auxilio me viene del Señor,
mentirosos, que hizo el cielo y la tierra.
Himno: EL TRABAJO, SEÑOR, DE de la lengua traidora.
CADA DÍA No permitirá que resbale tu pie,
¿Qué te va a dar o a mandar Dios, tu guardián no duerme;
El trabajo, Señor, de cada día lengua traidora? no duerme ni reposa
nos sea por tu amor santificado, Flechas de arquero, afiladas el guardián de Israel.
convierte su dolor en alegría con ascuas de retama.
de amor, que para dar tú nos has El Señor te guarda a su sombra,
dado. ¡Ay de mí, desterrado en Masac, está a tu derecha;
acampado en Cadar! de día el sol no te hará daño,
Paciente y larga es nuestra tarea Demasiado llevo viviendo ni la luna de noche.
en la noche oscura del amor que con los que odian la paz;
espera; cuando yo digo: «Paz», El Señor te guarda de todo mal,
dulce huésped del alma, al que ellos dicen: «Guerra». él guarda tu alma;
flaquea el Señor guarda tus entradas y
dale tu luz, tu fuerza que aligera. Gloria al Padre, y al Hijo, y al salidas,
Espíritu Santo. ahora y por siempre.
En el alto gozoso del camino, Como era en el principio, ahora y
demos gracias a Dios, que nos siempre, por los siglos de los siglos. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
concede Amén. Espíritu Santo.
la esperanza sin fin del don divino; Como era en el principio, ahora y
todo lo puede en él quien nada Ant. Llamé, y él me respondió. siempre, por los siglos de los siglos.
puede. Amén. Amén.
voy a decir: «La paz contigo.» ORACIÓN
Ant. El Señor guarda tus entradas y Por la casa del Señor, nuestro Dios, OREMOS,
salidas. te deseo todo bien. Señor Jesucristo, tú que en la hora
de tercia fuiste llevado al suplicio de
Ant 3. Me he alegrado por lo que me Gloria al Padre, y al Hijo, y al la cruz por la salvación del mundo;
dijeron. Espíritu Santo. ayúdanos a llorar nuestros pecados y
Como era en el principio, ahora y a evitar las faltas en lo porvenir. Tú
Salmo 121 LA CIUDAD SANTA DE siempre, por los siglos de los siglos. que vives y reinas por los siglos de
JERUSALÉN Amén. los siglos.
Amén.
¡Qué alegría cuando me dijeron: Ant. Me he alegrado por lo que me
«Vamos a la casa del Señor»! dijeron. CONCLUSIÓN
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén. LECTURA BREVE   Rm 1, 16b-17 V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
Jerusalén está fundada El Evangelio es poder de Dios para
como ciudad bien compacta. salvación de todo el que crea. Pues
Allá suben las tribus, la justicia de Dios se revela en él de
las tribus del Señor, fe a fe, según está escrito: «El justo
vivirá de la fe.»
según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor; V. Con Dios se alegra nuestro
en ella están los tribunales de corazón.
justicia R. En su santo nombre confiamos.
en el palacio de David.

Desead la paz a Jerusalén:


«Vivan seguros los que te aman,
haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios.»

Por mis hermanos y compañeros,

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