PDF Secreto Dorado Uno de Tantos Mas para Todos Ustedes

thiagocosta2002@hotmail.
com 30 Mar 2023
HOLA DORADO.
En este PDF te compartiré algunos escritos que ha
decir verdad no me pertenecen, puede que sepas de
quienes son e incluso que ya los hayas leído, sin
embargo, considero de mucho valor el poder refrescar
ALGUNAS COSAS nuevamente estas ideas, para tomar perspectiva de

las cosas. Y en caso de que no hayas leído nada de lo
que estas a punto de leer, felicidades, abriremos tu
QUE CONSIDERO
mente a límites insospechados.
César Castillo Guerra.

Un PDF más.
DEBERÍAS LEER.
Dios Ultra Supremo Del Capitalismo.
thiagocosta2002@hotmail.com 30 Mar 2023
Yo Soy Riqueza. Yo Soy Abundancia. Yo Soy Alegría.
Hola dorado, como ya sabéis no me gustan las introducciones, así que vayamos directamente con
los escritos que deseo compartir contigo.
CUANDO TODO SALE MAL / WHEN EVERYTHING GOES WRONG.
La vida es bastante curiosa y hay momentos en que pareciera ser que todo lo que puede salir mal,
termina saliendo siempre mal.
En mi caso, desde hace un mes largo, eso es lo que ha estado sucediendo en mi vida. Todos y cada
uno de los días, las cosas que pueden salir mal, han salido mal sin ningún descanso. Problemas
empresariales, laborales, familiares, de salud, de dinero, con el gobierno, y así un largo etcétera.
Podría guardar silencio y no comentar nada acerca de esto, pero no me interesa hacerles creer
que vivo “una vida perfecta”. De nada serviría hacer eso, porque entonces terminaría siendo como
un sacerdote católico que da consejos sobre el matrimonio sin estar casado, da consejos sobre la
crianza de los hijos sin tener hijos, da consejos sobre cómo administrar un negocio sin tener
ningún negocio y obviamente me refiero a aquellos sacerdotes que no engañan a sus fieles
seguidores, sino que realmente ni son casados ni tienen hijos ni tienen negocios.
En mi caso, estoy enfrentando un gran volumen de dificultades y a veces la situación se vuelve

apremiante, asfixiante, llegando a un punto en que comienzan a aparecer miedos e inseguridades
que uno creía que ya se habían desaparecido por completo.
Ahora, ¿qué se hace ante una situación como esta? Lo primero, es poner en práctica lo que he
tratado durante años de compartir con ustedes. En primer lugar, preguntarme de todo eso que
sucede, ¿cuál es la enseñanza?, ¿qué es lo que debo aprender? En segundo lugar, relajarme,
mantener la calma, la sangre fría y no dejarme llevar por las circunstancias.
Lo tercero y esto es algo muy importante, es reconocer que nada de eso que sucede en mi vida soy
yo. Nada de eso es real. Todo es una ilusión, pero una muy convincente como diría Albert Einstein.
Lo cuarto y esto es tan importante como todo lo demás, es darme cuenta que todo esto que
sucede, ya pasó, ya sucedió, ya se ha ido y no regresará.
Yo Soy Abundancia. Yo Soy Riqueza. Yo Soy Alegría.

Lo quinto, nunca perder la sonrisa, ni el buen humor. En el momento en que perdemos la

estabilidad interna, las cosas escalan su nivel y dejamos de ver la salida de las situaciones que nos
apremian.
Y, por último, rendirse, entregarse a la energía creadora que ha hecho todo lo que vemos y lo que
no podemos ver. Cuando humanamente dejamos de tener el control de las situaciones, soltar,
reconocer la pequeñez que se tiene y entregarse confiadamente al proceso que se vive, da la
salida, abre las puertas.
Ahora, no me refiero a no hacer nada. Me refiero a hacer lo que se debe hacer, pero confiando en
que todo está siempre bien por más enredada que pueda verse cada situación.
Cuando se logra enfocarse de esa manera, las soluciones comienzan a emerger. Es un proceso
lento, pero si uno confía en el proceso la salida aparece y se hace brillante y se puede ver con
claridad la forma de solucionar cada inconveniente.
En mi caso estoy aprendiendo al igual que ustedes y no se aprende muy bien cuando todo sale
bien. En realidad, el verdadero aprendizaje se da cuando la vida nos pone a prueba y nos
confronta con los miedos, con las adversidades.
Por otra parte, recuerden que no existen las adversidades, lo que en realidad existe, son las
oportunidades. Si cambiamos la programación y vemos la dificultad como una plataforma para
impulsarnos, entonces simplemente crecemos un poco más.
¿Se preguntarán ustedes, para qué los tropiezos y las dificultades? Pues bien, solo cuando la vida
nos pone a prueba, es cuando podemos ver en realidad de qué estamos hechos, de que estamos
hechas. Acá en este mundo estamos en la parte más baja de la montaña. Hay más niveles por
escalar y si este nivel nos queda grande, con mayor razón nos quedará aún más grande lo que hay
por encima de cada uno de nosotros.
Sin embargo, la vida continúa y todo está siempre muy bien, cada vez mejor, mejor y mejor.
Un buen día para todos.

¿POR QUÉ NO CONSIGO LO QUE QUIERO?, POR QUÉ NO SOY CAPAZ DE CONVERTIR MIS SUEÑOS
EN UNA REALIDAD?
Son preguntas que muchas personas se hacen a diario, cuando ven que las cosas que sueñan y
desean para sus vidas, no se materializan de la manera en que desearían que se materializaran.
Para poder entender el por qué esto es así, debemos primero entender que no todo aquello que
deseamos para nosotros mismos, es lo que más nos conviene para nuestro proceso de vida.
Si nos fijamos detenidamente, todas y cada una de las personas en este planeta, de una u otra
manera, basan todos sus sueños en vivir “una vida de película”. Dinero, poder, viajes, lujos,
hombres, mujeres, excesos, gozar, disfrutar, amor, conquistas, logro, éxitos, juventud, vitalidad,
vida eterna, etc., son tan solo parte del listado de las exigencias que las personas promedio, le
hacen a la vida.
Nuestra vida está llena de exigencias que, en su inmensa mayoría y con muy contadas
excepciones, provienen de nuestro ego. Son muy pocas, por no decir ningunas, las exigencias que
provienen de nuestro ser, de nuestra esencia, de lo que es realmente importante para cada uno
de nosotros.
A modo de ejemplo, alguien gravemente enfermo, que tiene sus días contados, no piensa en exigir
o pedir nada de la mayoría de cosas en las que normalmente piensa una persona que goza de
buena salud. Una persona gravemente enferma, estaría dispuesta a cambiar absolutamente todo
por la simple posibilidad de que la salud retornara a su cuerpo físico.
Ahora bien, cuando nos dejamos llevar por las exigencias de nuestro ego, debemos preguntarnos,
¿qué estamos haciendo para lograr que nuestros sueños se hagan realidad?, ¿estamos dando los
pasos adecuados para que aquello que nuestro ego demanda, pueda convertirse en algo tangible
en nuestra vida?
“Quiero ser millonario”, pero ¿cómo?, de qué manera?, ¿me he preparado para serlo?, ¿me he
esforzado para serlo?
Imaginemos por un momento que todo aquello que deseamos para nuestra vida, se encuentra al
otro lado de un abismo, al otro lado de un precipicio. Nosotros estamos en una parte, y todo lo

que queremos para nuestra vida, está en el otro extremo. Un profundo abismo separa nuestros
sueños, de nosotros mismos.
Pero en el lado en el que estamos, están todos los elementos que nos permitirían construir un
puente que nos daría la posibilidad de conectarnos con todo aquello que vemos tan lejos, al otro
lado de ese profundo abismo.
Para algunas personas, el abismo no es tan profundo, para otras personas, el abismo es mucho
más grande. Sin embargo, quien está frente al abismo más pequeño, normalmente tiene menos
materiales y herramientas para poder construir el puente, que aquellas personas que están frente
al abismo más grande. Y curiosamente, quienes tienen más materiales y herramientas para
construir el puente, tienen menos conocimiento, deseo y fortaleza de usar las herramientas, que
aquellas personas que cuentan con menos herramientas para crear ese puente.
Suena curioso, pero en la inmensa mayoría de los casos, es tal cual de esta forma y casi que nunca,
se da una excepción a esta regla.
No existen en verdad personas más o menos afortunadas. Lo que existen en verdad son personas
más enfocadas que otras.
Cuando logro enfocarme en lo que quiero, es cuando comienzo a hacer lo que sé que tengo que
hacer para que el puente que necesito construir, se pueda construir de la forma más rápida
posible.
Es aquí entonces, cuando aquello que se llama “merecimiento”, aparece en la escena. Qué has
hecho, ¿qué haces, y qué harás, para merecer tener todo aquello que deseas conseguir?
“Trabajo como un burro de sol a sol y no tengo nada”. Bueno, muy seguramente el día que dejes
de trabajar como un burro y comiences a trabajar como un ser pensante, inteligente, que hace los
esfuerzos correctos en la dirección correcta, entonces ese día comenzarás a conseguir lo que en
realidad te mereces por el trabajo que realizas.
Tenemos la falsa creencia de que, de alguna manera, sin esfuerzo, la vida nos recompensará y,
lastimosamente, esa no es nada más que eso, una falsa creencia.

La vida solo premia a aquellos que han hecho los movimientos correctos en el momento correcto,
orientados hacia la dirección donde se encuentran las metas, los objetivos planteados y
propuestos.
Debemos de alguna manera sacar de nuestra mente la idea de que “la vida es injusta”. La vida es
el equilibrio más perfecto que puede existir, así nuestra limitada visión nos haga creer
exactamente todo lo contrario.
Tú estás en donde debes estar y en donde sea que estés, estás en el punto en donde se
encuentran las herramientas y los materiales necesarios para construir el puente que te puede
llevar desde tu vida actual llena de sueños por cumplir que parecen inalcanzables, hasta ese otro
estado de tu vida en donde la plenitud de todo aquello que deseas, se convierte en una realidad.
Y cuando seas capaz de interiorizar estas ideas y logres cumplir tus objetivos, cuando seas capaz
de darte cuenta de que todo cuanto deseas conseguir no es nada más que la voz manifiesta de tu
ego hablándote al oído, podrás preguntarte, “muy bien, ¿y ahora qué sigue?”, y cuando llegue ese
momento, entonces verás lo que hay más allá y que, por ahora, no tiene importancia que lo sepas.
POR QUE SOY RICO(A), POR QUE SOY POBRE.
El día de hoy, alguien acá en Patreon me ha escrito preguntándome respecto al por qué algunas
personas “malvadas”, ¿logran tener dinero y privilegios materiales?
"Casualmente" había estado trabajando en este escrito que quiero presentar el día de hoy, como
siempre, con mi opinión personal respecto al por qué algunas personas son “ricas” y otras
personas son “pobres”.
El dinero, tal y como lo he mencionado en muchas ocasiones, es una energía más de las muchas
energías que componen esta realidad. Y al igual que todas las energías con las cuales coexistimos,
el dinero es una energía neutral.

Nunca se podrá afirmar que el dinero es bueno o es malo. Sin embargo, entre el imaginario
colectivo, esa es justamente la creencia que se tiene, y que no se debería tener.
El dinero solo toma su carácter de bondad o de maldad, dependiendo de las manos en las que
caiga. Si el dinero cae en buenas manos, siempre servirá para cosas buenas. Si cae en malas
manos, siempre servirá para cosas malas.
E incluso esto último, nunca es 100% cierto. Una persona de muy buen corazón, puede
eventualmente usar el dinero para algo malo y, de igual forma, una persona de mal corazón,
puede eventualmente usar el dinero para algo bueno.
Pero entonces, por qué algunas personas atraen tanto al dinero a sus vidas, mientras que hay
tantas personas a las que pareciera ser que el dinero rechaza por completo.
A decir verdad, es justamente a la inversa. El dinero no acepta ni rechaza a nadie. Son las personas
quienes deciden aceptar o rechazar el dinero, la inmensa mayoría de las veces, de forma
completamente inconsciente.
Por otra parte, el dinero no tiene nada que ver con la religión. No por que vayas a la iglesia
cristiana o católica o budista o judía o islámica, etc., vas a lograr tener más o menos dinero que
otras personas.
Lamentablemente, las religiones – cada una a su manera – desde siempre han utilizado el dinero
para manipular a sus fieles, para manejar a la masa humana.
Entonces vemos que, en la historia de cualquier familia, siempre ha existido una creencia
particular frente al dinero. Cada persona, cada familia, se relaciona de cierta manera con el dinero.
Por tal motivo se puede ver que hay familias en las que todas sus generaciones siempre tienen
dinero, y de igual forma, hay familias en las que en todas sus generaciones siempre ha escaseado
el dinero.
Cuando una persona tiene dificultades para conseguir dinero, para atraer el dinero a su vida, debe
preguntarse seriamente, ¿cómo se relaciona con el dinero?

A muchos se nos enseña desde niños que tener dinero es malo, es desagradable a los ojos de Dios,
que solo los pobres irán al reino de los cielos, y un sinfín de ideas similares que, en los oídos de un
niño, causan estragos de por vida.
De igual forma, hay niños que crecen escuchando a sus padres decir, “somos pobres”, “es mejor
ser pobre pero honrado”, “por lo menos tenemos una casita”, “por lo menos tenemos un carrito,
un cochecito”, “por lo menos tenemos algo que comer”, y así con una interminable lista de todas
las cosas materiales de la vida, vistas en diminutivo, como un reflejo de escasez pura.
Esos niños, son los que llegan a adultos y se estrellan con la vida tratando de atraer el dinero. No
se puede atraer el dinero cuando se tiene una programación tan nefasta y tan fuerte respecto al
mismo, guardada en lo más profundo de cada uno de nosotros.
Nos falta el dinero y lo primero que hacemos es voltear la cabeza hacia el cielo y preguntarle a
aquello que llamamos Dios, ¿“por qué me haces esto?, por qué no me das dinero?, tú que eres el
dueño del oro y de la plata, ¿por qué me tienes viviendo en esta escasez?”. Y ese Dios, que no está
en el cielo, ni vive sentado en una nube, tan solo nos mira sin juzgarnos y sin esperar nada de
ninguno de nosotros.
La culpa de la escasez o de la abundancia, no proviene de Dios o del diablo, del bien o del mal.
Todo se resume al último audio que he publicado en este lugar, la programación que habita
adentro de cada uno de nosotros.
El gran problema es que somos tan ciegos de nosotros mismos, que darnos cuenta de esto, nos
cuesta demasiado.
Si nos observáramos con la misma capacidad con que acostumbramos a observar a las demás
personas, a aquellas personas a las que solemos cuestionar o criticar, entonces comenzaríamos a
ver toda la basura que guardamos adentro de nosotros mismos y que nos impide relacionarnos
correctamente con el dinero, y en esencia, con absolutamente todo lo demás.
Aquel que es rico, vive como rico, piensa como rico, actúa como rico. Incluso aquel que hoy en día
es rico, antes de serlo, de igual forma vivía como rico, pensaba como rico, actuaba como rico.

Aquel que es pobre, vive como pobre, piensa como pobre, actúa como pobre, porque siempre
duda, siempre tiene miedo porque cree que si se gasta el dinero que escasea en sus bolsillos, no
podrá hacer nada para conseguir más dinero.
Es tan limitada nuestra capacidad, que creemos que somos nosotros los que producimos el dinero.
De igual forma creemos que el dinero proviene de un ser misterioso al que llamamos Dios, que es
“el dueño del oro y de la plata”, pero que, de forma caprichosa, les da más dinero a unas personas
que a otras, e incluso, le da dinero a los malos y escasez a los buenos.
Y he aquí entonces que, en nuestro interior, se forma una gran paradoja. No queremos dinero,
pero creemos que queremos dinero. No queremos prosperidad, pero creemos que queremos
prosperidad, no nos sentimos merecedores del dinero, pero creemos que somos merecedores del
dinero.
Existe un miedo enorme en las personas respecto al dinero. “Voy a comprar la lotería, pero si llego
a ganarla, ¿qué hago?” y una voz inaudible allá en nuestro interior nos dice, “mejor es que no te
ganes la lotería”.
¿Sabemos que esto es así?, por supuesto que no. Nunca lo hemos vivido en carne propia. Lo
hemos leído como ahora, pero leer no significa comprender. Solo se comprende aquello que se
vive. Entonces, si en verdad supiéramos esto, comprendiéramos esto, comenzaríamos a tomar los
correctivos necesarios para que la situación pudiera cambiar.
Sumado a todo lo anterior, está el hecho de que, en un par de horas, tal vez mañana, o en un par
de días, la mayoría de quienes lean esto, ya lo habrán olvidado por completo y serán atrapados de
nuevo por sus viejos hábitos de vida, que los colocarán una vez más, en las mismas condiciones en
que siempre han estado frente al dinero.
Entonces, ¿cómo escapar de esta situación?
Solo existe una salida y es la salida del esfuerzo. Quién de ustedes es capaz de comenzar a pensar
siempre como millonario, así no lo sea?, quién de ustedes es capaz de actuar siempre como
millonario, así no lo sea?, quién de ustedes es capaz de mantenerse a cada segundo de su vida en
esta condición, así hoy no tengan un pan sobre la mesa para poder comer?, quién de ustedes es
capaz de ir a comprarse aquello que siempre ha querido comprar, así sepa que se quedará sin un
centavo para comer el día de mañana?

Piensa un poco en lo siguiente. Vamos a suponer que tienes 40 años de edad. Desde niño viviste
como los ejemplos que he puesto al inicio de este texto. Tus padres siempre te hablaron de
pobreza cuando tú ni siquiera sabías que había una diferencia entre ser rico o ser pobre. Creciste
viviendo como pobre, pensando como pobre, actuando como pobre. Han pasado 40 años de eso
mismo siempre. Hoy, a tus 40 años, te encuentras con este texto, y qué esperas, ¿qué toda esa
programación de 40 años sin parar, se va a detener el día de hoy, o tal vez, el día de mañana?
No funciona de esa forma.
Sin embargo, tampoco necesitas otros 40 años para deshacerte de esa programación. Un par de
meses de esfuerzo constante y decidido, son más que suficientes para que todo comience a
cambiar.
Comienza por alejarte de aquellas personas que te dicen que no se puede, que es costoso, que
somos pobres, que te invitan a fiestas de pobres, que visten como pobres, se ven como pobres y
actúan como pobres. No importa si debes quedarte sin familia o sin amigos. Es que, si no haces un
cambio radical “de vida o muerte” en tu propia vida, nada diferente va a poder suceder.
No importa si hoy debas separarte de “tu raza”, “tus panas”, “tu banda”, “tus amigos”, etc. Si no lo
haces, nunca vas a poder llegar a tenderles algún día la mano para ayudarlos a salir de donde
están.
Y no porque ser pobre sea algo malo. Es porque simplemente no hay razón para que exista la
pobreza y, sin embargo, el mundo entero la ha amado y atesorado mucho más que a la riqueza.
Lo siguiente que debes hacer, es comenzar a hablar siempre en positivo, hablar sobre la
abundancia y lo más importante de todo, comenzar a creerte eso que hablas. No digas “algún día
seré rico, algún día seré millonario”. Habla siempre en tiempo presente, “yo soy rico, yo soy
millonario”, así no lo seas. Una mentira repetida mil veces, termina convirtiéndose en una verdad.
Si no crees posible ser rico, nunca lo serás. Si no crees que puedes, nunca podrás. Es tan simple y
sencillo como eso.
No hables tampoco en tiempo futuro ni mucho menos en tiempo pasado, porque el pasado ya se
fue y el futuro aún no llega. Lo único que existe, es este instante, es este segundo, este tiempo
presente. No hay nada más.

Y, por último, si tu trabajo que haces no te permite ganar más de lo que ganas, entonces comienza
1.) a pensar muy seriamente en la forma de optimizar lo que haces para generar más ingresos,
suponiendo que esto sea posible de hacer, o 2.) comienza a pensar muy seriamente en cambiar de
trabajo, en dedicarte a algo diferente, lo cual, es lo que personalmente más aconsejo. Sal de la
comodidad en que vives tu vida, así esa comodidad solo te represente vivir de manera incómoda.
Si te sientes muy adulto(a), muy mayor, y eres de los(as) que piensa, ¿“pero a esta edad cómo
hago para aprender algo diferente?”, entonces quédate como estás, quédate donde estás. La edad
al igual que la riqueza o la pobreza, es tan solo estado mental. Pero son estados mentales en los
que creemos tan ciegamente, que es por ello que vivimos como ciegos que no podemos ver nada
diferente.
POR QUE SOY RICO(A), POR QUE SOY POBRE (PARTE 2).
A continuación, trataré de ampliar un poco – desde mi perspectiva por supuesto –, un par de

conceptos relacionados con la última publicación hecha acá en Patreon.
¿Por qué a las personas “malvadas” suele “irles tan bien”?
Cuando uno se sienta a hablar con alguien que puede considerarse “malvado(a)”, cosa que he
podido hacer en muchas oportunidades a lo largo de mi vida, empieza uno a descubrir muchas
cosas que diferencian enormemente la manera de pensar de ese alguien “malvado(a)” y de
alguien a quien podríamos considerar “bondadoso(a)”.
La primera diferencia importante entre cada una de estas clases de personas, es que, aquellos que
consideramos malvados, son personas que, sin importar si lo que hacen está bien o mal hecho, por
lo general, 1.) se esfuerzan mucho más en lo que hacen, de lo que normalmente se esfuerza una
persona “de buenas costumbres”. 2.) Creen ciegamente en su causa, creen ciegamente en lo que
hacen. 3.) No padecen de remordimientos religiosos, morales, éticos, etc. Carecen de estas
barreras mentales que tanto frenan a los hombres. 4.) Sienten un verdadero amor por el dinero,
el lujo, el confort, los viajes, el buen vestir, la buena comida, etc. Sueñan con ello
permanentemente. El dinero es el dios de su mundo y por simple ley de correspondencia, el

dinero se hace una realidad en la vida de estas personas, sin importar, lo repito una vez más, si la
forma como estas personas obtienen el dinero, es la más correcta o la más equivocada.
Respecto a lo anterior, debo mencionar que una vez tuve la oportunidad de conocer de cerca, a un
asaltante, carterista profesional (no sé cómo le llamen en tu país). Alguien que te desocupaba los
bolsillos sin que pudieras darte cuenta. Robaba carteras, bolsos, bolsillos, maletas, abría
automóviles, no había una cerradura que se le resistiera. Era “un genio” en lo que hacía y
diariamente podía ganarse con esa actividad, 2 mil o 3 mil dólares. Cuando lo conocí, llevaba más
de 15 años sin que las autoridades siquiera sospecharan de él. Había entrado una sola vez a la
cárcel, pero por un motivo que nada tenía que ver con su actividad. Sin embargo, ninguna de esas
habilidades que poseía le fueron gratuitas. No le llegaron del cielo. Ese alguien había comenzado a
entrenar desde niño. Y sin falta, cada día practicaba sus movimientos durante 3 o 4 horas para ser
cada vez más perfecto, indetectable. No sentía ninguna clase de remordimiento en lo que hacía.
No mataba a nadie, no hería a nadie. Robaba a la vista de todo el mundo sin ser descubierto. Para
él, ese era su trabajo. Era lo que amaba hacer, lo que sabía hacer y le había entregado su vida y su
capacidad a esa profesión. ¿Cuántos de ustedes que están leyendo esto, pueden afirmar que han
amado la profesión con la que se ganan la vida, de esta misma manera como la persona de este
ejemplo lo ha hecho?, y cuántos de ustedes que están leyendo esto, ¿pueden afirmar que se han
esforzado más allá de sus propios límites para poder llegar a ser los mejores en lo que sea que
hagan para poder ganarse un lugar en esta vida?
Por otra parte, esas personas malvadas, cuando tienen alguna clase de fe, es decir, cuando creen
en la existencia de aquello que llamamos “Dios”, creen ciegamente en que ese Dios, les va a
ayudar en lo que hacen. Ellos no se sientan a creer en que Dios los va a castigar, o les va a negar su
ayuda. Para nada. Esas personas, en medio de su situación de ignorancia, se acercan demasiado a
“creer sin dudar” en aquello que hacen, en aquello a lo que han decidido entregar su vida.
En otras palabras, el concepto del ”Dios castigador” que lo único que causa es males y desgracias a
su creación, es decir, a los seres humanos, no existe casi nunca para esa clase de personas. ¿Y por
qué?, porque efectivamente aquello que llamamos Dios, no castiga al hombre. No existe un Dios
enviando males y castigos a cada persona en este planeta. Todo lo malo que ocurre en la vida de
cada persona es, casi que, sin excepción, el resultado de la contraprestación que recibimos a
cambio de nuestras acciones, creencias, ideas, maneras de pensar.
Librarnos de la idea del “castigo divino” tan fuertemente arraigada en nuestras vidas, es uno de los
pasos que debemos dar para poder comenzar a conectarnos con la abundancia de este Universo
en el cual estamos inmersos.

Ahora bien, ¿estoy escribiendo entonces que la mejor manera de ganar dinero es convirtiéndose
en una persona malvada?, por supuesto que no, muy a pesar de que solo en apariencia, una
persona malvada es una persona diferente a una persona bondadosa. Más adentro, más allá de la
apariencia, tanto la persona malvada (el asesino, ladrón) como la persona bondadosa (el religioso,
creyente), son exactamente iguales, aunque eso será – tal vez – tema para otro escrito.
Todo en esta vida se trata de causa y efecto. Si le robo algo a alguien lo que obtuvo con su
esfuerzo y su trabajo, la vida me quitará en algún momento, de alguna manera, el equivalente de
lo que yo le haya podido quitar a otras personas.
Y esto es una ley que aplica tanto para las personas malvadas, como para las personas
bondadosas. Entonces por un razonamiento básico, es muy fácil deducir, que es mucho mejor
mantenerse alejado de esa ley de causa y efecto. Sobre todo, cuando se sabe bien que a través del
enfoque mental correcto y del esfuerzo indicado, se puede obtener riqueza, dinero en abundancia,
y en general, todo cuanto se desea conseguir en esta vida material.
Aunque, sin embargo, esta ley de causa y efecto tiene un punto de quiebre. Cuando somos
capaces de ir más alto, más arriba de la misma creencia de la ley de causa y efecto, podemos
hacernos de cierta forma “inmunes” a esa ley. Y esto es un concepto que han perfeccionado – sin
saberlo por supuesto –, los más grandes delincuentes de la historia que en muchas ocasiones,
viven largas vidas colmados de abundancia para ellos y para toda su descendencia. Para no ir muy
lejos, mira la vida de cualquier político que conozcas. La mayoría de ellos están “manchados” por
los desmanes que cometen a lo largo de su vida y, sin embargo, la mayoría de ellos de igual forma,
pasan por esta vida sin verse sometidos (al menos de la manera en que el común de las personas
lo quisiera), a esa ley de causa y efecto.
De lo anterior se desprende que la riqueza, la abundancia, lo repito una vez más, no tiene nada
que ver con el número de horas que pases en una iglesia orando. Personas exitosas que nunca en
la vida pisan una iglesia, se cuentan por miles. De igual forma, personas que no salen de las
iglesias, de los templos, y que viven en situación de extrema pobreza, de igual manera se cuentan
por miles.
No es la religión, ni la mal llamada “fe”, la que puede convertir a una persona pobre en millonaria.
Es el acervo de pensamientos, creencias, ideas, enfoque, modo y manera de actuar, lo que en
realidad transforma a una persona que no tiene absolutamente nada, en alguien que puede llegar
a tenerlo absolutamente todo.

¿Significa esto entonces que tener una creencia religiosa, no sirve para nada?, desde mi punto de
vista, esto solo es útil, dependiendo de la manera cómo te aproximas a ese creer, a esa creencia.
Si esa aproximación es errada, más te valdrá no creer en absolutamente nada que esté
relacionado con alguna clase de religión.
Pero por ahora, dejemos todo hasta aquí.
ESTE HOMBRE ESTÁ COMPLETAMENTE LOCO.
Hace muchos años conocí a alguien (cuyo nombre y nacionalidad me reservaré) que lo había
perdido absolutamente todo por culpa de los vicios y las malas decisiones que se toman en la vida.
Esta persona era alguien que había caído en el mundo de las drogas (marihuana, cocaína, heroína,
etc.), del alcohol, y que además había sufrido problemas de obsesión sexual, fue apostador y
comprador compulsivo, y poco a poco y durante un cierto tiempo, había acabado con lo poco que
tenía. Acabó con su familia, con sus amigos, con todo.
Como todas las personas que caen en el mundo del vicio, esta persona comenzó probando la
marihuana “por curiosidad”, se consideraba un “bebedor social”, y creía que tenía el control sobre
lo que hacía. “Yo controlo mis vicios” era algo que se le solía escuchar decir cuando se le
preguntaba por sus adicciones.
Pues para su mala fortuna y su imaginación desbordada, este pobre hombre no controlaba “ni
siquiera sus esfínteres”. No controlaba absolutamente nada de lo que sucedía en su vida, y como
todos los que caen y tocan el fondo, comenzó, como ya lo mencioné, probando “por curiosidad”
todos los vicios existentes, y terminó enganchado en la mayoría de ellos hasta que se fue de
cabeza contra el mundo.
Vivió en las calles durante más de una década, en un infierno de drogas, alcohol, prostitución, del
que, en realidad, muy pero muy pocas personas logran escapar.

Sin embargo, esta persona tenía algo a su favor y es que, a pesar de lo que tuvo que vivir, era un
buen hombre en todo el sentido literal de la palabra. Era alguien con un buen corazón que
simplemente se había dejado arrastrar por la corriente de la vida que lo envolvió con fuerza y lo
sumergió hasta casi lograr ahogarlo por completo.
Pues bien, un buen día a esta persona le llegó un mensaje similar al que ustedes recibieron en el
audio anterior. Le llegó la noticia de que cada persona es quien construye su propia realidad, y que
cada uno de nosotros es finalmente el artífice de sus éxitos o de sus fracasos.
En medio de su locura, sus borracheras, esta persona comenzó a preguntarse si lo que estaba
viviendo, en realidad era lo que él deseaba vivir. Comenzó a preguntarse si su vida tendría que ser
lo que era desde hacía más de 10 años, o si simplemente todo podría cambiarse para comenzar de
nuevo desde ceros.
Al comenzar a hacerse estas preguntas, comenzó un proceso incipiente de dar gracias porque
estaba completamente libre de todos sus vicios. La frase que esta persona comenzó a decir y a
visualizar en ese entonces era, “gracias Dios porque estoy libre de las drogas, libre del alcohol,
libre del sexo y la prostitución. Gracias Dios porque soy un hombre completamente sano,
completamente libre y completamente nuevo”.
Tengan en cuenta que esta persona comenzó a decir y a visualizar esta frase cada día, cada vez
que le era posible recordarla, mientras en una mano llevaba una botella de alcohol al 70% o más
mezclado con alguna otra bebida, y mientras se inyectaba heroína o aspiraba cocaína o fumaba
marihuana, o mientras estaba encima de alguna prostituta de las más baratas y decadentes que
ustedes puedan imaginar.
En medio de esa vorágine, esta persona vivía cada uno de sus días sumergido en la más completa y
profunda oscuridad. Cada día era tan solo drogas, alcohol, prostitución, hambre, miseria, dolor,
peleas, heridas, etc. Muchas veces estuvo a punto de morir por verse envuelto en riñas callejeras,
propias de ese mundo oscuro y sórdido.
Luego de tal vez un año de estar esta persona en esa repetición constante de las ideas de la vida
que él había comenzado a desear para sí mismo, una mañana cualquiera, esta persona despertó
sintiendo asco de todo lo que era, de la droga, del alcohol, de la prostitución. Durante horas
vomitó sin cesar incluso lo que ya no tenía en el estómago, casi hasta sentir que se moría por
completo.

Su cuerpo comenzó a expulsar por la fuerza y por cada uno de sus agujeros, todo el veneno que
este hombre le había obligado a consumir durante tantos y tantos años.
Pasada esta experiencia de limpieza que no fue solamente física, este hombre se vio
completamente libre de todas y cada una de sus adicciones. Aquello por lo que había agradecido
durante más o menos un año sin cesar y, como ya lo mencioné, en medio de la droga, el alcohol y
la prostitución, se había hecho realidad de un día para el otro. Es decir, hoy era un esclavo de sus
vicios sin ninguna clase de vida, y a la mañana siguiente era un hombre completamente libre.
Cuando esta persona salió de esa situación, lo primero que pensó fue “y ahora cómo comeré,
¿dónde viviré, ¿cómo me vestiré, ¿quién confiará en mí?”.
No tenía amigos ni familiares a los cuales acudir. Lo único que tenía y que a la final era lo más
valioso de todo, era su capacidad para creer en que todo era realmente posible.
Con esto en mente, comenzó a cuidar automóviles y motocicletas en la calle. Él era un habitante
de la calle, un marginal de la sociedad, pero era alguien que había tenido la oportunidad de
estudiar, luego se expresaba correctamente y aún conservaba algo de su inteligencia, y lo más
importante de todo, aún conservaba su buen corazón.
Poco a poco, comenzó a ganarse unas cuantas monedas cada día. Primero para comer, luego para
pagar una habitación en un hotel “de mala muerte” donde ya, por lo menos, tenía una cama y
podía asearse diariamente. De igual forma, poco a poco, algunas de las personas a las que les
cuidaba su automóvil o su motocicleta, comenzaron a regalarle ropa usada pero limpia.
Entonces este hombre que había llegado a ser casi un despojo humano, ahora se veía al menos
limpio y había comenzado a aumentar de peso. Su vida había comenzado una transformación
profunda.
A medida que pasaban los días, esta persona fue ganando nuevos amigos. Personas humildes que
trabajaban también en la calle, pero que ya no eran aquellas amistades del bajo mundo de las
drogas y demás.

Un buen día, esta persona comenzó a preguntarse si sería posible lograr tener una buena casa,
una empresa, un automóvil, una esposa, unos hijos, todo aquello que había perdido e incluso
mucho más.
Con esto en mente, comenzó a agradecer cada día a cada segundo de su existencia, de la siguiente
manera, “gracias Dios por la hermosa casa en la que vivo. Gracias Dios por el maravilloso trabajo
que tengo y por todo el dinero abundante que recibo cada día. Gracias Dios por este hermoso
automóvil en el cual viajo a todas partes. Gracias Dios por mi amada y bella esposa y por mis
amados y bellos hijos. Gracias Dios por tanto y tanto que me das cada uno de mis días”.
No contento con esto, esta persona comenzó a invitar a sus amigos para que vieran su hermosa
casa, su bella esposa, sus maravillosos hijos, su automóvil último modelo, etc. Lo gracioso de todo
esto, es que esta persona no tenía absolutamente nada de las cosas que afirmaba tener.
Algunos de sus amigos lo acompañaban hasta el lugar donde vivía porque lo escuchaban hablar
con tanta convicción que creían que tal vez era alguien excéntrico que en verdad era millonario y
que había decidido vivir una experiencia en la calle por algún tiempo. Sin embargo, cuando cada
uno de ellos llegaba a la casa de este buen hombre, que no era nada más que un cuarto de hotel
viejo, mohoso, sin más que una vieja cama con un viejo colchón, todos y cada uno de ellos decían
y pensaban, “este hombre está completamente loco”.
Algunos de ellos le decían, “oye, ¿pero acaso estás loco?, de qué casa hablas, de qué esposa
hablas, de que hijos hablas, de qué automóvil hablas, ¿si no tienes absolutamente nada?”, y este
hombre les contestaba, “todo lo que les he dicho, ya lo tengo, ya me pertenece, es solo que
ninguno de ustedes es capaz de verlo”.
Luego de esto, la sensación que quedaba en las personas respecto a que estaban hablando con
alguien loco de remate, se acrecentaba aún más.
Pues bien, no pasaron 4 años desde el momento en que esta persona fijó todo aquello que quería
para su vida, en su mente y en su corazón, hasta que llegó el día en que todo y aún mucho más de
lo que esta persona deseaba, se hizo completa y absoluta realidad.
El proceso para llegar a ello no lo pienso detallar porque no viene al caso. Lo único cierto es que en
un poco menos de 4 años, un año para salir de las drogas, el alcohol, la prostitución, y un poco
menos de 3 años para crear una empresa, hacerla crecer, conseguir una buena esposa, tener su

primer hijo, comprar una casa enorme, un automóvil de lujo, viajar por el mundo, etc., se hicieron
realidad.
Todo y mucho más de lo que esta persona atesoró en su corazón, se hizo una realidad palpable,
tangible. Esta persona fue hasta el infierno y regresó para brillar con luz propia.
Ahora bien, ¿cuántos de ustedes, que ni siquiera han experimentado una situación medianamente
parecida, serían capaces de hacer algo mucho mayor que esto?
La duda mata. La duda es el peor veneno que alguien pueda tomar para sí. Quienes creen en
aquello que se suele llamar “Dios”, suelen decir cosas como que “es el dueño del oro y de la
plata”, “es alguien que todo lo puede”, “es nuestro padre celestial”, y así con un cúmulo más de
frases que las personas suelen utilizar, incluso para hablar de las maravillas de ese Dios a otras
personas.
Lo triste de esto, es que la mayoría de personas que hablan acerca de tanta belleza y bondad, no
tienen ni remota idea en sus propias vidas, todo lo que esta energía creadora puede darle a cada
persona que sea capaz de creer de verdad.
A lo largo de mi vida, he conocido muchos casos muy similares a este que hoy traigo como
ejemplo. Personas que llegan a lo más profundo del infierno y logran salir de allí para transformar
sus vidas, teniendo absolutamente todo en contra. Y de igual manera, he conocido muchos casos
de muchas personas que, teniendo todo a su favor, lo único que hacen es hundirse cada día un
poco más porque simplemente creen en todo aquello en lo que no deberían creer.
Menos de 4 años tomó transformar la vida de alguien que no tenía nada, en la vida de alguien que
hoy en día es uno de los ejemplos más impactantes de éxito que una persona pueda llegar a
conocer.
Sin embargo, sé muy bien que acá en Patreon y en Dailymotion o en Youtube, las personas
esperan que todo les suceda mágicamente “en 8 días” y ojalá, sin tener que hacer absolutamente
nada para conseguir aquello que desean conseguir.
Todo es posible para quien es capaz de creer y para quien es capaz de esforzarse sin importar el
tiempo que tome llegar hasta donde se desea llegar.

Quienes asimilen esta idea en su mente y en su corazón y la pongan en práctica, con seguridad
llegarán a donde deseen llegar. Quienes no la asimilen, simplemente estarán perdiendo los $5
dólares que pagan cada mes por estar en este lugar. Piensen bien en ello.
¿PORQUE NO TENGO DINERO? ¿PORQUE NO CONSIGO LO QUE QUIERO?
En esencia, estas son las dos preguntas que las personas más a menudo suelen formular. ¿Por qué
no tengo dinero, por qué no consigo lo que quiero?
Para comenzar y desde mi punto de vista humano, sujeto a toda clase de error y de equivocación,
debo escribir que hay muchas cosas que acontecen en nuestra vida de las que no somos siquiera
remotamente conscientes. Entre tantas de esas cosas que suceden, se encuentra algo en cada uno
de nosotros que se llama pereza o pasividad.
Vivimos soñando con lograr, tener, conseguir, alcanzar, pero rara vez nos aplicamos de manera
seria y decidida al desarrollo de una tarea que nos permita conseguir aquello que deseamos
alcanzar.
Siempre que pensamos por ejemplo en el dinero, solemos expresar frases como, “es que no
consigo empleo”, “es que nadie me ofrece un trabajo”, “la situación en mi país está muy dura y no
hay trabajo para todos”, y así con un interminable listado de justificaciones que se esgrimen
simplemente para evitar reconocer que los únicos culpables de nuestra propia situación y
condición, somos nosotros mismos y nadie más.
En el caso específico del dinero, la mentalidad de empleados de la mayoría de las personas, es lo

que hace justamente que la riqueza se siga siempre distribuyendo y quedando en las manos de
unas pocas personas y que la pobreza, por el contrario, se distribuya en las manos de millones de
personas a lo largo y ancho de este mundo.

Buscar empleo es algo extremadamente fácil de hacer. Generar empleo es algo muy complejo que
demanda esfuerzo, sacrificio, trabajo, dedicación, y como buenos seres humanos que somos,
proclives a la ley del menor esfuerzo, nos agrada mucho más buscar que alguien nos sirva todo en
bandeja de plata, que nos pague quincenal o mensualmente una suma de dinero por nuestro
trabajo y que, de esa manera, todos nuestros problemas relacionados con la consecución del
dinero y del sustento diario para vivir, sean resueltos gracias a terceras personas.
Sumado a lo anterior, solemos ver al dueño de la empresa, a nuestro jefe, como el peor jefe del
mundo, como un desgraciado, un avaro, un oligarca que vive como millonario a costa de explotar a
sus trabajadores.
Sin embargo, pensamos que, pensando de esa forma, es decir, pensando en buscar empleo para
luego denigrar de nuestros empleadores, estamos haciendo todo de la mejor manera posible en
que podemos hacerlo.
La inmensa mayoría de las personas reniega de sus empleos, de sus jefes, de la oportunidad de
trabajar cuando tienen un trabajo, pero ninguna de esas personas se anima de manera alguna a
ponerse en los zapatos de su empleador para crear una empresa con 1 o 10 o 100 o 1000 o 10 mil
trabajadores que, en esencia, son en su gran mayoría enemigos del empleador, que ha pasado con
seguridad por pruebas y situaciones muy difíciles para poder crear una empresa que genere
empleo y por consiguiente dinero, poco o mucho no importa, que le sirva a muchas personas para
llevar al menos un pedazo de pan a la mesa de sus hogares.
En lo personal e independientemente de lo buenos o malos que sean los empresarios, los admiro
por encima de lo que puedo admirar a los empleados, porque es gracias a esas personas que
tienen los pantalones puestos en su lugar, que la economía de los países puede moverse de
manera activa para que las personas pueden tener recursos monetarios que de otra manera no
serían capaces de conseguir.
Y no significa esto que no aprecie a los empleados o que los empresarios sean maravillosas
personas de mejor calidad que los empleados. Para nada significa algo semejante. Sin los
empleados no podrían existir los empresarios. Lo que sí significa, es que hay muchos malos
empleados, al igual que malos empresarios, que se quejan diariamente de su vida y de su
situación, y que nunca o casi nunca hacen nada de verdad por salirse de ese círculo en el cual
están atrapados a causa de su limitada forma de ver la realidad.

Volviendo entonces al inicio de este tema, la falta de dinero en nuestros bolsillos, es directamente
proporcional a la pasividad y a la pereza que habita en cada uno de nosotros. A mayor pereza y
pasividad, mayor escasez hay en nuestras vidas.
Ahora bien, con seguridad habrá personas que afirmen, “no es cierto, trabajo como esclavo cada
día y a duras penas consigo dinero para comer”. Frente a esto siempre suelo escribir algunas
cosas. Quien afirma que trabaja como esclavo, pues finalmente vive como tal. ¿Por otra parte,
como es el trabajo que desarrollas? ¿De qué manera lo haces? ¿Trabajas en algo que amas hacer,
o simplemente trabajas en lo que te toca hacer porque no sabes hacer nada más y tampoco te
atreves a intentar hacer nada diferente?
No existen víctimas ni victimarios, y esto es una frase que muchos de ustedes han leído desde
cuando comenzaron a seguir los audios que publicaba en YouTube.
Nadie más aparte de mí, es culpable de mi propia situación. No hay a quien decirle, “por tu culpa”.
Ese “por tu culpa” que solemos usar, es la manera más fácil y efectiva de negar nuestra propia
pasividad, pereza, negligencia, incapacidad e inhabilidad.
Hace un tiempo alguien me escribió un mensaje privado quejándose acerca de su situación

económica. Le pregunté a esta persona sobre cuál era su trabajo y qué sabía hacer, y esta persona
me respondió que toda su vida había hecho algo que hoy en día ya estaba pasado de moda y nadie
usaba. Obviamente ese alguien aún no se había dado cuenta de ello. Le escribí haciéndole caer en
cuenta de esta situación, pero haciéndole ver de igual manera que, si hacía unos pequeños ajustes
y si estudiaba un poco para actualizar lo que sabía hacer, todo mejoraría de inmediato. La
respuesta de esta persona con 45 años de edad, palabras más, palabras menos, fue, “ya estoy muy
viejo para estudiar y para aprender”. Conclusión de la historia, esta persona esperaba un audio
“mágico y milagroso“ que le arreglara la vida, aparte de que solo soñaba con ganarse la lotería
para salir de su pobreza. Al poco tiempo de hacerle ver toda esta situación, esta persona se retiró
de Patreon y nunca más regresó.
Podría poner otros muchos ejemplos como el de tantas personas que sueñan con volar, levitar,
tener super poderes, pero para quienes es una tarea impensable sentarse siquiera a leer un escrito
como estos.
Somos como el perro que pone una pata sobre un clavo, que llora y se lamenta por el dolor, pero
que es incapaz de moverse de allí para alejarse de ese clavo que le está ocasionando ese dolor.

Ahora, si tomamos todo lo anterior y lo llevamos a cualquier otra área de nuestra vida, veremos
que la situación es exactamente igual.
Nunca conseguimos lo que queremos porque, en primer lugar, no sabemos bien qué es lo que
queremos. En segundo lugar, no sabemos bien cómo querer. En tercer lugar, poco o nada
hacemos de verdad para conseguir lo que queremos y, en cuarto lugar, soñamos con que todo
suceda de manera mágica y milagrosa, sin esfuerzo, sin sufrimiento, sin lágrimas y en esencia, sin
haber hecho méritos suficientes para que las cosas sucedan de tal manera. Respecto a esto último,
la idea del facilismo que existe en todas partes, sobre todo en Internet donde a las personas se le
vende a la idea de “cambiar la vida por completo en solo dos horas” y cosas semejantes, es un
flagelo que ha contaminado la mente de muchos y que ha incrementado el facilismo en la vida
hasta límites impensables.
Pero entonces, hay que esforzarse, hay que sufrir, ¿hay que llorar? La mayoría de las veces, y
muchas veces en sentido figurado, sí. Ve a un gimnasio a entrenar como nunca jamás has
entrenado. Te esforzarás, sufrirás levantando pesos con los que no puedes lidiar y, por último,
llorarás del dolor por el cansancio, los calambres, el dolor muscular. Si las personas suelen hacer
esto a diario en algo como ejercitar su cuerpo, ¿cuál es el temor de pasar por esa misma situación
para conseguir todo aquello que desean conseguir para sus vidas?
“Y qué hay de todo eso que has escrito respecto a que no hay que esforzarse, no hay que sufrir,
¿no hay que llorar?”. Pues bien, siempre que he escrito algo como esto (si alguna vez lo he
escrito), me he referido sin ninguna excepción, al sufrimiento y a las lágrimas absurdas, sin sentido
y que no llevan a ninguna parte, aquellas que solo surgen de la queja frente a las exigencias de la
vida, y eso es algo muy diferente del proceso de sufrimiento y de dolor que puede experimentarse
cuando se hace un verdadero esfuerzo para obtener todo aquello que la vida tiene para
ofrecernos a cada uno de nosotros.
Si bien el facilismo en la vida existe hasta cierto punto, este solo aparece luego de que las
personas se han esforzado lo suficiente para hacerlo aparecer. Soy yo quien debo hacer andar la
rueda y no la rueda la que debe hacerme andar a mí.
Eso es todo por hoy. Espero que algunos de ustedes puedan sentarse a meditar un poco al
respecto, no para que se queden meditando y elucubrando, sino para que comiencen a tomar
cartas en cada asunto de sus propias vidas que merezca de atención.

IMAGEN PROHIBIDA.
A veces explicar no sirve de nada. Simplemente en estos momentos difíciles, dediquen como
mínimo 5 minutos del día a mirar en silencio esta imagen. No imaginen nada ni traten de buscar
explicaciones porque de mi parte no pienso darlas. Tampoco hagan “un altar” para esto, ni lo
conviertan en un amuleto o nada parecido.
Respiren lenta y profundamente y concentren su atención en la imagen. Intenten entrar en la

imagen, aunque no sepan lo que eso significa. Traten de mirar la imagen de derecha a izquierda,
de izquierda a derecha, de arriba a abajo, de abajo a arriba, despacio, sin prisa, tantas veces como
puedan. ¿Qué pasará al hacer esto? Quizás no pase nada. Quizás pasen muchas cosas.
Simplemente traten de sentir más que de imaginar. Imaginar es fácil, sentir no lo es tanto.
Lo que sea que sientan o no sientan, guárdenlo para ustedes. No compartan nada de lo que
suceda, si es que algo sucede, ni en este lugar ni en ninguna otra parte. Ni siquiera comenten nada
de esto entre ustedes mismos. Intenten hacer ese pequeño esfuerzo.
Cada quien reciba lo que deba recibir.


EL SOL SIEMPRE SALE BRILLANDO PARA TODOS.
POR FAVOR LEAN CON CALMA, SIN PRISA, LAS VECES QUE SEA NECESARIO PARA QUE TODO SE
ENTIENDA CON CLARIDAD.
El sol siempre está brillando, pero a veces, las nubes lo ocultan y dejamos de ver su resplandor. Sin
embargo, aunque no lo veamos, el sol siempre está ahí, brillante, fulgurante y nunca se apaga.
En nuestra vida sucede de forma similar. A veces “las dificultades, los problemas” son como las
nubes oscuras que tapan al sol y nos impiden ver su luz. Pero pese a ello, eso no significa que la luz
se haya apagado o que haya dejado de brillar. Lo único que significa, es que la luz se ha perdido de
vista momentáneamente.
Hace unos días compartí con ustedes lo que mi vida ha sido en los últimos meses. Pese a lo oscuro
del panorama, la buena noticia es que la luz ha vuelto a aparecer y poco a poco todo se ha ido
colocando en el lugar que le corresponde.
No ha sido fácil. Han sido días y semanas de toda clase de dificultades, de problemas de todo tipo,
de momentos de angustia y depresión. Sin embargo, en medio de todo, he hecho lo que tengo que
hacer y hoy voy a compartir con ustedes lo que he hecho en estos momentos en que he perdido
de vista la luz, que sé que nunca me ha abandonado y que nunca ha dejado de brillar.
Si bien esto que voy a escribir a continuación es algo que he hecho durante casi toda mi vida, en
estas últimas semanas, he intensificado la práctica más allá incluso de lo que me es posible.
PASO 1
Al despertar en la mañana, me levanto una hora antes de lo acostumbrado, voy al baño para
orinar, y luego me siento en un lugar tranquilo, en silencio, con mi espalda recta sin tensión, sin
forzar la posición del cuerpo. Cierro mis ojos y durante media hora, comienzo simplemente a
respirar de manera consciente, dándome cuenta de mi respiración, sintiendo como entra y como
sale el aire de mi cuerpo que no es nada más y nada menos que la vida misma, ya que, si me
faltará el aire tan solo por un par de minutos, mi vida física dejaría de existir.

Así en ese estado, comienzo a ralentizar los pensamientos. Comienzo a soltar todas las tensiones
del cuerpo y comienzo a dejar de prestar atención a las voces temerosas que me dicen que no se
puede, que es imposible, que no hay solución. Dejo de escuchar esas voces y comienzo a
centrarme en un silencio interior. Un espacio en donde no hay voces, no hay pensamientos, no
hay nada.
A medida que entro en ese espacio, la calma y la tranquilidad lo cubren absolutamente todo y lo
que parecía ser un monstruo enorme a punto de devorarme, se transforma en un pequeño
cachorrito incapaz de hacerme ninguna clase de daño.
En la noche una hora antes de ir a dormir, hago exactamente lo mismo que hago en la mañana al
despertar.
Luego de que he pasado esa media hora en ese estado, bien sea en la mañana o en la noche, y
luego de que he logrado relajarme y ponerme en calma, dedico la siguiente media hora más de
tiempo, a ver lo que quiero que sea mi vida. Con mis ojos cerrados y allá en la pantalla de mi
mente, comienzo a proyectar lo que deseo para mi vida, lo que quiero que mi vida sea. Allí me veo
como una persona exitosa, saludable, triunfadora, llena de amor, salud, prosperidad, abundancia,
riqueza, inteligencia, sabiduría y todas las cualidades que sea capaz de imaginar para mí.
Durante esa media hora, me veo pasando por encima de todo obstáculo o adversidad. Me siento
como si fuera encima de un poderoso gigante que puede pasar por encima de todo sin que nada lo
frene o lo detenga.
Terminado esto, me alisto para trabajar en las tareas de cada uno de mis días y hago lo que debo
hacer, lo que tengo que hacer, sin esperar en una silla a que un milagro me caiga del cielo y me
solucione la vida.
PASO 2
La siguiente actividad a la que le dedico una hora diariamente cada vez que me es posible,
descansando solo una vez por semana, es a practicar algún deporte. Esto es algo que he hecho
desde la infancia, desde que tenía tan solo 7 u 8 años. En muy pocas ocasiones me he alejado del
deporte, salvo que por motivos de trabajo el tiempo no me sea suficiente para hacer ejercicio y

cuando esto sucede, al menos intento caminar durante 15 minutos a la mayor velocidad que mis
piernas lo permiten.
¿Por qué es importante esto?, porque cuando el cuerpo es sometido al estrés del ejercicio, libera
ciertas hormonas y sustancias en el torrente sanguíneo que se conocen como las “hormonas de la
felicidad”. Una vez esas sustancias están en la sangre, el cuerpo se siente justamente feliz, ligero,
alegre, lleno de vida.
Esto es muy importante porque el cuerpo es la nave más avanzada que existe y en la cual viajamos
por esta aventura llamada vida. Necesitamos una buena nave que responda a los retos y que
tenga la capacidad de lidiar con el estrés que provocan los obstáculos que la vida nos pone por
delante.
PASO 3
Otra cosa que acostumbro a hacer es escuchar música que me guste, que me haga parar de la silla
y saltar o bailar. Eso sí, trato de seleccionar la música. Si te gusta el heavy metal, el trash metal, el
reguetón de “te lo meto y te lo saco” y esa clase de música, entonces trata de buscar otra música
diferente. No olvides que la música, el sonido, es vibración y tiene la particularidad de que nos
hace entrar en otros estados de ánimo. No toda la música es apropiada, hay que buscar y elegir
tan bien como se pueda.
De igual forma, suelo sentarme a ver videos que me hagan reír, pero no con vulgaridades o cosas
que vayan en contra de las demás personas. No suelo reírme viendo videos donde las personas se
caen aparatosamente y tampoco suelo reírme escuchando chistes o cuentos vulgares. Trato de
buscar un humor más fino. Hacer reír con lo ordinario es muy fácil de hacer. Hacer reír sin lo
ordinario es algo que demanda otra clase de energía y esa energía es la que suelo buscar para mí.
¿Cuánto tiempo dedico a esta actividad? Todo el que pueda, sobre todo cuando las situaciones
están muy tensas y cuando pareciera ser que el mundo está a punto de caerse encima de mi
cabeza.
PASO 4
Algo más que suelo hacer, es tomarme una buena taza de café o de té negro o verde caliente, pero
solo cuando me siento en calma, en paz. El café y el té son poderosos estimulantes, y si se toman

cuando se siente nerviosismo o intranquilidad, simplemente potencian ese nerviosismo y esa

intranquilidad. Por el contrario, cuando se está en calma, en paz, el café y el té son un poderoso
activador que nos hace ver todo de una manera diferente.
Quien quiera puede tomar otra bebida como el mate, por ejemplo. Eso sí, evítense las bebidas
carbonatadas (gaseosas) y las bebidas energizantes como el Red Bull, Monster y todas las demás
de ese tipo porque generan efectos diferentes.
Lo ideal es no tomar más de una taza normal al día, quizás un máximo de dos, cada día por medio
y descansando cada 15 días durante una semana para evitar la dependencia. En la dosis justa,
estas bebidas ayudan bastante a mejorar el estado de ánimo. En dosis que se exceden, provocan
justamente lo contrario, un efecto depresivo, así que no hay que abusar.
PASO 5
Sumado a lo anterior, nunca puede faltar un baño de agua fría sin importar si es verano o invierno.
El agua fría limpia y activa los centros de energía, sobre todo cuando se puede tomar en un río o
en un lago. Si bien esto no siempre es posible, una ducha en casa cumplirá casi la misma función.
PASO 6
Algo más que agrego a mi vida, es agradecer cada cosa que sucede en ella. Desde lo más simple y
sencillo hasta lo más extraordinario. Doy gracias porque tengo un lugar donde dormir, alimento
para comer, gracias porque puedo ver, escuchar, saborear, respirar, sentir, caminar, saltar, correr,
orinar, defecar, reír, llorar, trabajar, pensar, soñar, etc. Gracias doy por todo lo que he vivido
desde el día en que nací hasta este momento en que escribo estas líneas y de igual forma doy
gracias por todo aquello que aún me queda por vivir sin importar cuánto tiempo me quede por
vivir.
Nunca hay que dar nada por hecho ni por sentado. Hoy podemos estar caminando y mañana
podemos estar en una silla de ruedas. Nunca den nada por seguro ni por hecho. Dar gracias por lo
que se tiene e incluso por aquello que creemos que nos hace falta, nos abre la puerta para poder
recibir cada vez más y más.
Si hoy en día no tengo una bicicleta, ni una motocicleta, ni un automóvil, ni un yate, ni un avión,
agradezco entonces porque tengo dos piernas y dos pies que me llevan a todas partes. El día que

aprenda a agradecer por ello de verdad, la bicicleta aparecerá, y luego la motocicleta y así
sucesivamente.
PASO 7
Para terminar, mantengo siempre la mirada puesta sobre los pensamientos que ocupan mi mente
y tan pronto detecto algún pensamiento que intente llevarme hacia abajo, que desee hundirme en
el fango de la negatividad, automáticamente hago algo que me saque de esa situación. No me
quedo pensando en lo que no deseo pensar y mucho menos en lo que no me ayuda ni me sirve
para nada. Si voy a dejar que mi mente se llene de basura, al menos haré lo posible para que sea
una “basura de calidad”.
En resumen, esto es lo que hago cada uno de mis días y es lo que me permite desde hace muchos
años, sobreponerme y sonreír frente a cualquier adversidad.
Y que es finalmente todo esto?, esto no es nada más que aquello que se conoce como “elevar la
vibración”, sin misterios, sin trucos, sin palabras rebuscadas.
Cuando elevamos la vibración, cuando entramos en otra frecuencia, “doblamos la realidad”, es

decir, la realidad se comporta de una manera diferente.
Ahora bien, por favor, no crean en nada de esto y mucho menos se queden tan solo con la lectura.
Si están pasando por momentos o situaciones difíciles en sus vidas o incluso, si todo les está
marchando a las mil maravillas, simplemente pongan en práctica esto que han leído. Si no son
capaces de sentarse durante media hora a relajarse y luego media hora más a visualizar, al menos
intenten comenzar con 5 minutos para cada actividad.
Les puedo asegurar que si siguen estas simples instrucciones, la vida comienza a marchar de una
manera completamente diferente.
La advertencia final que nunca puede faltar. Nunca esperen ver resultados de un día para el otro.
Entréguense con el alma misma a la tarea de llevar sus vidas a otro nivel, sin importar el tiempo
que transcurra y entonces los resultados comenzarán a hacerse manifiestos.
De corazón, todos mis mejores deseos para cada uno de ustedes y de sus seres queridos.

P.D.: Aparte de las actividades que hago al despertar y al acostarme, todas las demás no tienen un
orden u horario específico y cada quien puede ajustarlas a su propia disponibilidad de tiempo.
Fin.
FIN.

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thiagocosta2002@hotmail.

com 30 Mar 2023

ALGUNAS COSAS nuevamente estas ideas, para tomar perspectiva de

César Castillo Guerra.

Yo Soy Riqueza. Yo Soy Abundancia. Yo Soy Alegría.

CUANDO TODO SALE MAL / WHEN EVERYTHING GOES WRONG.

En mi caso, estoy enfrentando un gran volumen de dificultades y a veces la situación se vuelve

Yo Soy Abundancia. Yo Soy Riqueza. Yo Soy Alegría.

Yo Soy Riqueza. Yo Soy Abundancia. Yo Soy Alegría.

Lo quinto, nunca perder la sonrisa, ni el buen humor. En el momento en que perdemos la

Un buen día para todos.

Yo Soy Abundancia. Yo Soy Riqueza. Yo Soy Alegría.

Yo Soy Riqueza. Yo Soy Abundancia. Yo Soy Alegría.

Yo Soy Abundancia. Yo Soy Riqueza. Yo Soy Alegría.

Yo Soy Riqueza. Yo Soy Abundancia. Yo Soy Alegría.

Yo Soy Abundancia. Yo Soy Riqueza. Yo Soy Alegría.

Yo Soy Riqueza. Yo Soy Abundancia. Yo Soy Alegría.

Un buen día para todos.

POR QUE SOY RICO(A), POR QUE SOY POBRE.

Yo Soy Abundancia. Yo Soy Riqueza. Yo Soy Alegría.

Yo Soy Riqueza. Yo Soy Abundancia. Yo Soy Alegría.

Yo Soy Abundancia. Yo Soy Riqueza. Yo Soy Alegría.

Yo Soy Riqueza. Yo Soy Abundancia. Yo Soy Alegría.

Yo Soy Abundancia. Yo Soy Riqueza. Yo Soy Alegría.

Yo Soy Riqueza. Yo Soy Abundancia. Yo Soy Alegría.

Entonces, ¿cómo escapar de esta situación?

Yo Soy Abundancia. Yo Soy Riqueza. Yo Soy Alegría.

Yo Soy Riqueza. Yo Soy Abundancia. Yo Soy Alegría.

No funciona de esa forma.

Yo Soy Abundancia. Yo Soy Riqueza. Yo Soy Alegría.

Yo Soy Riqueza. Yo Soy Abundancia. Yo Soy Alegría.

A continuación, trataré de ampliar un poco – desde mi perspectiva por supuesto –, un par de

¿Por qué a las personas “malvadas” suele “irles tan bien”?

Yo Soy Abundancia. Yo Soy Riqueza. Yo Soy Alegría.

Yo Soy Riqueza. Yo Soy Abundancia. Yo Soy Alegría.

Yo Soy Abundancia. Yo Soy Riqueza. Yo Soy Alegría.

Yo Soy Riqueza. Yo Soy Abundancia. Yo Soy Alegría.

Yo Soy Abundancia. Yo Soy Riqueza. Yo Soy Alegría.

Yo Soy Riqueza. Yo Soy Abundancia. Yo Soy Alegría.

Pero por ahora, dejemos todo hasta aquí.

Un buen día para todos.

ESTE HOMBRE ESTÁ COMPLETAMENTE LOCO.

Yo Soy Abundancia. Yo Soy Riqueza. Yo Soy Alegría.

Yo Soy Riqueza. Yo Soy Abundancia. Yo Soy Alegría.

Yo Soy Abundancia. Yo Soy Riqueza. Yo Soy Alegría.

Yo Soy Riqueza. Yo Soy Abundancia. Yo Soy Alegría.

Yo Soy Abundancia. Yo Soy Riqueza. Yo Soy Alegría.

Yo Soy Riqueza. Yo Soy Abundancia. Yo Soy Alegría.

Yo Soy Abundancia. Yo Soy Riqueza. Yo Soy Alegría.

Yo Soy Riqueza. Yo Soy Abundancia. Yo Soy Alegría.

Yo Soy Abundancia. Yo Soy Riqueza. Yo Soy Alegría.

Yo Soy Riqueza. Yo Soy Abundancia. Yo Soy Alegría.

Un buen día para todos.

¿PORQUE NO TENGO DINERO? ¿PORQUE NO CONSIGO LO QUE QUIERO?

En el caso específico del dinero, la mentalidad de empleados de la mayoría de las personas, es lo

Yo Soy Abundancia. Yo Soy Riqueza. Yo Soy Alegría.

Yo Soy Riqueza. Yo Soy Abundancia. Yo Soy Alegría.

Yo Soy Abundancia. Yo Soy Riqueza. Yo Soy Alegría.

Yo Soy Riqueza. Yo Soy Abundancia. Yo Soy Alegría.

Hace un tiempo alguien me escribió un mensaje privado quejándose acerca de su situación

Yo Soy Abundancia. Yo Soy Riqueza. Yo Soy Alegría.

Yo Soy Riqueza. Yo Soy Abundancia. Yo Soy Alegría.

Un buen día para todos.