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MONICIÓN DE ENTRADA

Buenas tardes, hermanos y hermanas en Cristo, ¡bienvenidos a esta solemne celebración de


la Santa Misa! Hoy nos reunimos en la presencia del Señor para dar gracias por el don del
Espíritu Santo que ha descendido sobre estos jóvenes y adultos que se preparan para recibir
el Sacramento de la Confirmación.

Es un momento de alegría y esperanza, pues en este día especial, estos confirmandos se


comprometen públicamente a seguir a Cristo y a fortalecer su fe. Con profunda gratitud,
acompañemos a nuestros hermanos y hermanas en oración, pidiendo al Espíritu Santo que
los llene con sus dones y los guíe en su camino hacia una vida de amor, servicio y fidelidad a
Dios.

Que esta Eucaristía sea para todos nosotros un encuentro íntimo con Jesús, quien se hace
presente en el pan y el vino consagrados. Que nos conceda la gracia de ser testigos
valientes de su amor en el mundo, mostrando a todos la esperanza que brota de nuestra fe.

Unámonos en el canto y la oración, confiando en que el Espíritu Santo renueve nuestros


corazones y nos fortalezca para vivir como verdaderos discípulos de Cristo. Que esta Misa
sea un momento de encuentro con Dios y con nuestros hermanos en la fe, y que cada
palabra y gesto nos acerque más al amor divino.

Que la Santísima Virgen María, madre y guía de la Iglesia, interceda por nosotros y nos
acompañe en este tiempo de celebración y renovación de nuestro compromiso cristiano.

Pongámonos de pie.
ORACIÓN A LOS FIELES

1. Oremos por estos jóvenes y adultos que hoy se preparan para recibir el Sacramento de la
Confirmación. Que el Espíritu Santo los llene de sabiduría y fortaleza para que, con valentía,
sean testigos de Cristo en medio del mundo y proclamen con alegría su fe. Oremos al Señor.

2. Por la Iglesia universal, para que sea siempre una fuente de esperanza y guía en la vida
de estos confirmandos. Que el Espíritu Santo renueve en cada uno de nosotros el deseo de
vivir el Evangelio y de ser discípulos fieles de Cristo. Oremos al Señor.

3. Por los padres y padrinos de estos jóvenes, para que sean guías sabios y amorosos en la
fe. Que el Espíritu Santo les conceda el don de discernimiento para acompañar a sus
ahijados en su camino de fe y les inspire palabras y acciones que los fortalezcan en su
compromiso cristiano. Oremos al Señor.

4. Oremos por la comunidad parroquial, para que seamos testigos del amor de Dios en
nuestra vida diaria y podamos inspirar a estos jóvenes a vivir su fe con entusiasmo y alegría.
Que el Espíritu Santo nos ayude a ser una comunidad acogedora, solidaria y fraterna, en la
que todos encuentren un lugar donde crecer en su relación con Dios. Oremos al Señor.

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