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Personajes:
- Caperucita Roja
- La Abuelita
- El Lobo Feroz
- El Leñador
Narrador: Érase una vez en un pequeño pueblo, vivía una encantadora niña llamada Caperucita Roja.
Caperucita Roja era una niña muy curiosa y siempre llevaba una capa roja brillante que le había regalado
su abuelita. Un día, su madre le pidió que llevara una cesta llena de alimentos a su querida abuelita, que
vivía al otro lado del bosque.
Caperucita Roja: (canturreando) La, la, la, la. ¡Qué día tan maravilloso para visitar a mi abuelita! Voy a
llevarle esta cesta llena de delicias.
Narrador: Caperucita Roja se adentró en el bosque, pero lo que no sabía era que alguien la estaba
observando desde las sombras.
Caperucita Roja: (sorprendida) ¡Oh! ¡Hola, señor Lobo! Voy a visitar a mi abuelita que vive al otro lado
del bosque. Le llevaré esta cesta con comida.
Lobo Feroz: (frotándose las manos) ¡Vaya, vaya! ¿Y dónde vive tu abuelita, querida Caperucita?
Caperucita Roja: Vive al final del sendero, detrás de los tres grandes robles.
Lobo Feroz: (sonriendo maliciosamente) ¡Qué interesante! Caperucita, ¿sabes qué? Si tomas el camino
largo, podré llegar antes que tú y tal vez haga una visita sorpresa a tu abuelita. ¿Qué te parece?
Caperucita Roja: (inocentemente) Oh, eso suena divertido. ¡Seguro que a mi abuelita le encantará verte!
(El Lobo Feroz corre hacia la casa de la Abuelita mientras Caperucita Roja sigue el camino largo)
Narrador: El Lobo Feroz corrió tan rápido como pudo hacia la casa de la Abuelita. Al llegar, golpeó la
puerta con fuerza.
Lobo Feroz: (fingiendo una voz dulce) Querida Abuelita, ¡soy yo, Caperucita Roja! He venido a visitarte y
traigo una cesta llena de delicias.
Abuelita: (desde adentro) ¡Oh, qué sorpresa! Pasa, Caperucita, la puerta está abierta.
Narrador: El lobo entró a la casa de la Abuelita y se puso una bata y una gorra de dormir, intentando
parecerse a ella.
Escena 4: Caperucita Roja llega a casa de la abuelita
Caperucita Roja: (tocando a la puerta) ¡Abuelita, abuelita! ¡Soy yo, Caperucita Roja! He traído una cesta
de alimentos para ti.
Lobo Feroz: (con una voz ronca) Pasa, Caperucita, la puerta está abierta.
Narrador: Caperucita Roja entró en la casa y se sorprendió al ver cómo lucía su abuelita.
Caperucita Roja: (confundida) Abuelita, ¿por qué tienes una nariz tan larga y unas orejas tan grandes?
Lobo Feroz: (mostrando los dientes) ¡Es para poderte comer mejor, Caperucita Roja!
Narrador: El Leñador había escuchado los planes del Lobo Feroz y había seguido a Caperucita Roja hasta
la casa de la Abuelita.
Lobo Feroz: (asustado) ¡Oh, no! ¡El Leñador ha arruinado mis planes!
Leñador: (agarrando al lobo) Has cometido un grave error, lobo feroz. ¡No puedes engañar a Caperucita
Roja ni a su abuelita!
Escena 6: El final feliz
Leñador: (orgulloso) Solo estaba cumpliendo mi deber. Ahora, Caperucita, recuerda no hablar con
extraños en el bosque.
Narrador: Y así, Caperucita Roja, su abuelita y el Leñador vivieron felices y en adelante tuvieron mucho
cuidado al caminar por el bosque. Aprendieron que la prudencia y la astucia son fundamentales para
enfrentar los peligros que pueden aparecer en el camino.
El Lobo Feroz aprendió una valiosa lección sobre la importancia de no engañar ni lastimar a los demás.
Prometió cambiar su forma de ser y se alejó del bosque, buscando enmendar sus malas acciones.
Y así concluye nuestra historia de Caperucita Roja y el lobo feroz, una historia que nos enseña que
debemos ser precavidos y desconfiar de aquellos que pueden querer hacernos daño, pero también nos
recuerda que siempre hay personas valientes dispuestas a protegernos y ayudarnos en momentos
difíciles.
Fin.