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Establece metas realistas: Comienza estableciendo metas alcanzables y

realistas. No te presiones demasiado al principio. A medida que vayas


progresando, puedes ir aumentando la intensidad y duración de tus
entrenamientos.
Empieza despacio y aumenta gradualmente: Si eres principiante, es
importante que comiences con ejercicios de baja intensidad y vayas
aumentando la dificultad poco a poco. Esto te ayudará a evitar lesiones y
a adaptarte gradualmente al ejercicio.

Elige actividades que te gusten: Encuentra actividades físicas que disfrutes.


Ya sea correr, nadar, bailar o hacer yoga, elegir algo que te divierta hará
que sea más probable que te mantengas motivado y constante en tu rutina
de ejercicio.
Escucha a tu cuerpo: Aprende a escuchar las señales de tu cuerpo. Si sientes
dolor intenso o malestar durante el ejercicio, detente y descansa. Es normal
sentir cierta incomodidad al principio, pero no debes ignorar el dolor agudo.
Incorpora ejercicios de fuerza y cardio: Combina ejercicios de fuerza (como
levantamiento de pesas o ejercicios corporales) con ejercicios
cardiovasculares (como correr o andar en bicicleta). Esto te ayudará a
mejorar tu resistencia, fuerza muscular y salud cardiovascular.

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