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Trastornos de la Personalidad y

Trastornos de la Conducta Alimentaria


Dr. Julio César Nacianceno Simental

Una de las preguntas principales que se hacen al abordar el tema de los Trastornos de la
Conducta Alimentaria es ¿qué tanto afecta la personalidad en la aparición, pronóstico y tratamiento
de estas enfermedades? Primero, una breve definición de lo que es personalidad. Aunque hay varias
definiciones, una de las más completas es la de Eysenck: una suma total de los patrones de
comportamiento, que están determinados por herencia y el ambiente. Dentro de estos
comportamientos interaccionan cuatro elementos principales: la inteligencia, el carácter, el
temperamento y la constitución física de la persona.

Ahora bien, un Trastorno de la Personalidad se establece cuando estos patrones de


comportamiento y de sentimientos internos de la persona no se adaptan a lo que la sociedad
considera normal, lo que produce malestar en los pacientes y quienes los rodean. Normalmente los
Trastornos de la Personalidad se dividen en 3 grandes grupos o “clúster” denominados A, B y C. En
el clúster A tenemos a las personalidades que se caracterizan por ser introvertidos o “raros”, en el
clúster B a aquellas personalidades cuyas características principales son la extroversión e
inestabilidad, y en el clúster C tenemos a aquellas personalidades caracterizadas por ser ansiosas y
obsesivas.

Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) podemos definirlos como Alteraciones


específicas y severas en la ingesta de los alimentos, observadas en personas que presentan patrones
distorsionados en el acto de comer. A pesar de que hay múltiples TCA, para fines prácticos de este
artículo los separaremos en dos grupos principales: los trastornos restrictivos (que dejan de ingerir
alimentos) y los purgativos (que realizan alguna acción voluntaria para eliminar mayores cantidades
de alimentos, casi siempre acompañados de atracones – ingesta de grandes cantidades de comida
en un periodo corto de tiempo).

Entonces, ¿qué es primero? ¿el Trastorno de la Personalidad o el TCA? Debido a que la


personalidad se va originando desde el nacimiento, es mas aceptado el concepto de que un
Trastorno de la Personalidad predispone la aparición de un TCA. Los Trastornos de la Personalidad
suelen estar presentes en alrededor del 10% de la población general, mientras que en pacientes con
TCA llegan a estar presentes en un 50-70% (en algunos estudios llegan a presentarse hasta en el
100%).

La importancia de definir la presencia de un Trastorno de la Personalidad en los pacientes


con TCA radica en que el primero va a predisponer o moldear al segundo. Hay dos rasgos de
personalidad principales que regulan esto: el Perfeccionismo y la Impulsividad. El Perfeccionismo
podemos verlo más predominantemente en personalidades del clúster C (ansiosos y obsesivos),
mientras que la Impulsividad es más característica en personalidades del clúster B (extrovertidos e
inestables). Los pacientes con rasgos de Perfeccionismo serán más propensos a conductas
restrictivas y por lo tanto es más frecuente encontrar estas personalidades (clúster C) en pacientes
con Anorexia Nerviosa. Por otro lado, los pacientes con rasgos de Impulsividad tienen más
frecuentemente conductas purgativas y de atracones, y es por ello que las personalidades con esta
cualidad (clúster B) se observan más comúnmente en pacientes con Bulimia Nerviosa o Trastorno
por Atracón.

En cuanto al tratamiento psicoterapéutico, esto tiene particular importancia debido a que


la diferencia en las personalidades implica mejor respuesta a métodos particulares de terapia. Por
ejemplo, se ha demostrado que pacientes con rasgos perfeccionistas responden de mejor manera
a la Terapia Cognitivo Conductual enfocada en Alimentación (CBT-E), mientras que pacientes con
rasgos impulsivos tenían mejor respuesta a la Terapia Dialéctica Conductual (DBT) y a la Terapia
Integrativa Cognitivo-Afectiva (ICAT).

Otras evaluaciones de la personalidad (como el Big Five) buscan encontrar otros rasgos que
sean de interés pronóstico para los TCA. Por ejemplo, aquellos que puntúan alto para una escala de
Neuroticismo tienen mayor probabilidad de virar de un trastorno restrictivo a uno purgativo o
viceversa.

En conclusión, tenemos que los Trastornos de la Personalidad pueden establecer las bases
o moldear un TCA, por lo que siempre se deben de evaluar en pacientes con estas patologías, ya
que pueden modificar el abordaje terapéutico, así como el pronóstico. Igualmente, en pacientes con
Trastornos de la Personalidad se debe de evaluar constantemente y prevenir la aparición de un TCA,
o tratarlo de manera temprana en caso de que esto suceda.

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