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Maraca

(instrumento
de percusión)
Las maracas son un
instrumento musical cuyo
origen y presencia se
confirman en África y
América Latina. En Cuba
participa en diferentes
expresiones de la música
folklórico-popular.

Definición
Según Pedro José Ramírez Sendoya (sacerdote e investigador colombiano, especialmente dedicado
al estudio de las culturas indígenas originarias del departamento de Tolima, en Colombia), la
maracas son un sonajero de las orquestas indias. La palabra es de origen taíno-caribe: maraka, que
significa ‘campana’. En idioma arawuka se dice malaka. En idioma tupí, ta-maraca significa
‘campanario’.
Las maracas en fueron usadas desde tiempos precolombinos en América. Las maracas se han
desarrollado como uno de los instrumentos de percusión más importantes porque proveen ritmo en
el espectro de frecuencia alto.

Según Gumilla, «la maraca es una calabaza llena de piedrecillas, que el piache sacude sin cesar
mientras trata con el diablo».

Se toca en pareja, en la que «una suena más grave que la otra, aunque a veces la diferencia es poco
apreciable. A la maraca grave se le llama macho y hembra a la aguda». También se puede construir
de madera o de cuero. A veces suele ser pintada de varios colores y simplemente se cubre con una
capa de barniz.

Descripción
Las maracas están hechas de la fruta del árbol de la güira. La fruta debe ser redonda y pequeña.
Después del sacar la pulpa a la güira a través de dos agujeros perforados en la cáscara seca,
pequeños guijarros son introducidos en ella. Entonces se le encaja una manija a la cáscara de la fruta
seca. Se usa una cantidad desigual de guijarros en el par que constituye las maracas, para producir
su sonido distintivo.

Es un idiófono de golpe indirecto. Sonaja en forma de vaso o recipiente, por lo general esférica, con
percutores internos. Se emplea comúnmente por pares, una diferenciada de la otra por el tamaño o
el peso, en relación con las características y la cantidad de los percutientes y el tamaño del
recipiente, lo que determina la diferencia tímbrica y de altura entre ellas. Poseen mango de sujeción.

Función musical
Las maracas se emplean tanto en manifestaciones religiosas como laicas de la música
folklóricopopular cubana, aunque debe destacarse que su presencia y funciones más importantes
son inherentes al conjunto instrumental del son. En el son, las maracas integran todos los conjuntos
del complejo instrumental de este género: changüí, melcocha, órgano oriental, son montuno y
sucusucu, así como las agrupaciones soneras con una tipología instrumental de sexteto, septeto,
estudiantina y otras que, siguiendo el tipo de agrupamiento sonero, presentan una integración libre
contemporánea.

Es decir, las maracas permanecen tanto en los conjuntos de son más tradicionales, como en los
actuales que han incorporado instrumentos electrificados. Dentro del repertorio sonero —
tradicional y contemporáneo—, las maracas forman parte de la franja ''rítmico-métrica del conjunto,
actúan como línea complementaria de la línea conductora que establecen las claves. esta franja se
complementa con las ejecuciones del bongó y el cencerro.

En este tipo de Agrupamiento rítmico-tímbrico tradicional, junto con los elementos que mantienen la
mayor regularidad —claves y bongó—, las maracas efectúan diseños rítmicos complementarios. Los
grupos rítmicos básicos de las maracas en el son, también constituyen la base de otros géneros que
interpretan estas agrupaciones, como la guaracha. En el bolero y la guajira, el diseño rítmico de las
maracas se asemeja, aunque en la interpretación pueden realizarse trémolos y toques
“corridos” con cierta amortiguación de la sonoridad, al hacer el maraquero el agarre de la güira y el
mango. Este toque guarda una relación estrecha con los grupos rítmicos que se ejecutan en las
tumbadoras y en el bongó.

Las maracas también participan cuando los conjuntos de son interpretan el punto cubano y el punto
guajiro. Para acompañar el punto, las maracas realizan un ritmo estable en complementación a la
línea conductora de las claves. Para ello muchos tocadores prefieren que ambas maracas sean
pequeñas, con pocas municiones para conseguir un timbre agudo, pero no muy brillante. La
presencia de un par de maracas es eventual y circunstancial en algunos conjuntos instrumentales
vinculados con las religiones populares cubanas. Ejemplo de ello es la atención su empleo en las
manifestaciones de ascendencia bantú —yuka y pal— y en la rumba, género muy apegado a esta
vertiente etnocultural.

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