Movimiento Apostolado de la
por las pobres almas del purgatorio y
Divina Misericordia
Retiro del mes de Julio 2023 – No. 214
Dedicado a la Preciosísima
Sangre de Jesús
*CONVOCATORIA* a todos los hijos
de María
Queridos hermanos en Cristo:
Nos acercamos al mes de julio,
dedicado en honor a la Preciosísima Sangre
de Cristo, y queremos dar un gran consuelo
a los Corazones Unidos de Jesús y María en
el Gran DÍA de ORACIÓN por el triunfo del
Corazón Inmaculado de María en
Marpingen, que realizaremos, Dios
mediante, el próximo sábado 19 de agosto.
Así mismo, previamente nos estaremos
preparando en oración para rogar por la
salvación de muchísimas almas.
Por lo tanto, invito cordialmente a
todos a rezar una oración muy eficaz (la
anexo a continuación) por lo menos una
vez al día y si es posible cuatro veces
diarias, hasta el 19 de agosto, ¡para que
este día sea un gran éxito para el Cielo!
Queremos llegar a tantas personas
como sea posible, tal vez completando las
mil personas. Depende de nosotros si
apoyamos juntos esta importante iniciativa
de oración, difundiéndola lo más posible,
así como lo hemos hecho todos los años.
A todos los que quieran participar en
esta iniciativa de oración:
1) Incluiré sus intenciones en mis
Misas diarias hasta el 19 de agosto.
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2) ¡Santa Gertrudis hizo tal oración
recibió la respuesta de Jesús de que 1000
pobres almas serían liberadas cada vez!
3) Santa Sor Faustina también ofreció
una oración similar a Dios por la salvación
de los moribundos, ¡y recibió la respuesta
de que se había salvado 1000 almas por
medio de esa oración que había elevado a
Dios! (Diario 1783).
*IMPORTANTE*:
Conforme las personas se vayan
sumando a esta iniciativa de oración, les
pedimos de favor nos reporten el número
de personas que han invitado y se
comprometen a seguirla enviando el total al
siguiente email:
drarosariomadrigal@gmail.com
poniendo atención de que no hayan sido
contadas todavía en el grupo whatsapp
destinado a este motivo!, para así llevar un
conteo aproximado del número de
personas, tratando de llegar o sobrepasar
las 1000 personas.
¡Atencion! La oración será más eficaz por
cuanto más esté hecha con amor, silencio y
concentración interior; pero, sobre todo,
habiendo hecho una buena confesión de
vida para vivir en plena comunión con
Dios!
¡Muchas gracias en anticipación!
*ORACIÓN*
Padre Eterno, Padre de infinita bondad,
por las manos de María Santisima,
Corredentora de la humanidad, te ofrezco
todas las Sagradas Llagas y la Preciosa
Sangre, que tu amado Hijo Jesucristo
derramó en su Pasión, unida con la sangre
de todos los mártires y todas las Santas
Misas celebradas hoy en el mundo
entero, por el Papa Francisco y todos los
obispos y sacerdotes, para que puedan
proteger y defender con firmeza el
depósito de la fe y el carácter sacrificial de
la Santa Misa; por la protección y
liberación de los niños y jóvenes y por la
salvación de las pobres almas del
Purgatorio y de los moribundos en este día;
por la paz en el mundo y para que el
triunfo del Inmaculado Corazón de María
se realice desde Marpingen y los países de
idioma alemán, (en mi propio
país…. N…) y en el mundo entero.
Santísima Virgen María, te pedimos que
perfecciones esta ofrenda con tus méritos
maternales y la multipliques tantas veces
haya habitantes sobre la tierra y benditas
almas en el Purgatorio.
I) LA PRECIOSÍSIMA SANGRE DE
CRISTO
(Escrito por San Gaspar del Búfalo, Santo
Fundador de la Congregación de los Misioneros
de la Preciosa Sangre)
El abuso de hoy en día, mostrado
hacia el precio de nuestra Redención invita
con urgencia a las almas a hacer una
continua reparación al Divino Redentor por
todas las ingratitudes demostrada por las
personas, esto exige también que los
amantes y devotos de Jesús se ocupen en la
promoción de la perpetua adoración a la
Preciosísima Sangre de nuestro Salvador.
Mis queridas almas, la adoración a la
Preciosísima Sangre de Jesús, precio de
nuestra Redención, es el más cariñoso
obsequio que podemos ofrecerle a Dios. A
través de esta adoración, nos convertimos
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en receptores de los tesoros de Sabiduría y
Santificación. A través de ella, somos
liberados de las penas del infierno en
proporción a nuestro Amor de Jesús. A
través de ella, tomamos posesión de la
Santa Gloria del Cielo: ¡en virtud de la
Divina Sangre! Por lo tanto, almas queridas,
es muy justo que, por la ingratitud de tantas
otras almas, consagrar el presente mes a la
Adoración de la Divina Sangre y de esta
manera restablecer la Ternura y Amor
Divino en nuestros corazones.
Gracias a la aplicación de este precio
incalculable que nos redimió, las almas
pecadoras descubrirán en nuestra sagrada
Religión la motivación para tener esperanza
en la Infinita Misericordia y el perdón. El
penitente encontrará en ella un estímulo
para crecer en la virtud y la santidad. Por
último, los justos serán transportados a un
ardiente entusiasmo por salvar el mayor
número de almas para el Señor.
Mientras que el demonio, enemigo
de todos los buenos, trata de hacer que la
gente siga teniendo lejano el recuerdo del
Amor de Dios, la devoción a la Divina Sangre
nos pondrá cerca de su Divino Corazón. Si
nuestra mente está siempre ocupada con el
pensamiento de los misterios de su Amor,
nuestros corazones podrán estar deseosos
de aplicar este Amor, y lograr así que
nuestros sentimientos corporales estén
conscientes de nuestra propia santificación
y la de los demás. Con este recuerdo del
incalculable Precio de la Sangre de Jesús,
por la cual hemos sido redimidos,
permanecerá esta Sangre Preciosísima
como sello imborrable en nosotros.
 El mundo ha olvidado El Evangelio, la
Buena Noticia; está demasiado ocupado
con otras cosas como para pensar en Dios!
Y sin embargo todo va con la
velocidad del viento. Todo es nada que no
dura para siempre. Trabaja para la
eternidad, oren, amen, sufran, trabajen,
escriban, lean sobre todo lo que se refiere a
la vida eterna, esa vida eterna que estamos
por adquirir con nuestras obras, que unimos
a las suyas con la ayuda de la gracia.
II) Fruto de la Preciosa
Sangre: La Santa Misa
El centro del culto cristiano es
La Santa Misa.
Demasiados cristianos asisten a la
Santa Misa como si fuera una simple
oración dominical colectiva, sin darse
cuenta de que es fuente de vida, ofrenda
eterna del Divino Cordero inmolado, único
sacrificio por medio del cual Dios puede
redimir una culpa indeleble.
Sacerdote sacrificial y ofrenda es el
Hijo de Dios que se ofrece a sí mismo,
aunque sin derramamiento
sangre. Malaquías 1,11: “Porque desde
donde nace el sol hasta donde se pone,
grande es mi nombre entre las naciones. En
todo lugar se ofrece incienso y ofrendas
puras a mi nombre, porque grande es mi
nombre entre las naciones —dice el SEÑOR
de los Ejércitos”. Cada instante del día y de
la noche sube de la tierra al cielo una hostia
que aparentemente contiene pan, un cáliz
que aparentemente contiene vino,
¡verdadero misterio de la fe! No es otra
cosa que el Cuerpo y la Sangre de Jesús que
el sacerdote ofrece al Padre por la salvación
del mundo.
Cuanto más profunda sea nuestra
unión Con Jesús más provechoso será para
nosotros y para los demás el sacrificio de la
Misa. Cómo desearía Dios que todos los
que asisten al Sacrificio Divino formen una
gran unidad Con Él, entonces el sacrificio
sería completo, porque con su sacrificio el
pueblo colmará lo que todavía falta en Su
sufrimiento (Col. 1,24).
Nunca pienses que estás solo cuando
asistes al Santo Sacrificio. Por el contrario,
hay que traer en nuestro espíritu y en
nuestro corazón a todas las personas de la
tierra. Ofrezcamos a Él el amor del que son
capaces sus corazones, las penas en las que
gime la humanidad.
Ofrezcamos todo lo que es hermoso
en el mundo: la inocencia de los niños, la
pureza de las vírgenes, la santidad de los
santos, porque santos ha habido y habrá
santos en todos los tiempos y en todos los
ámbitos de la vida.
Presentemos las necesidades de
todos, porque la Santa Misa no es sólo
acción de gracias, no es sólo reparación del
de
mal, no es sólo para apaciguamiento del
Padre y para su adoración, es también para
implorar aquella ayuda que con tanta
desesperación necesitamos tener.
Hemos de ofrecer nuestra Misa con
Jesús todos los días, uniendo nuestra
ofrenda a la suya, y tendremos por seguro
que a través de esta ofrenda nuestra vida
será santificada y que ayudarás a tus
hermanos de la manera más eficaz.
Sin embargo, su Misa no debe
limitarse a la pequeña cantidad de tiempo
que pasas en la iglesia junto al altar y al
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sacerdote. La Santa Misa de
Jesús tampoco termina ahí, sino que es
ininterrumpida. ¡Ay del mundo si fuera
interrumpido! Por lo tanto, tu Misa, así
como la suya, no debe ser interrumpida. Tu
ofrenda debe ascender continuamente al
Padre por todos.
El cristiano no debe trabajar como
individuo, sino como miembro de una
comunidad en unión con Jesús. Él ha
escogido el pan y el vino como materia de
sacrificio para simbolizar esta unidad.
El pan y el vino
El pan está hecho de muchos
pequeños granos de trigo y el vino de
muchas uvas. Jesús es el pan vivo bajado
del cielo y en la Santa Misa se ofrece al
Padre, no solo, sino con toda su Iglesia, con
todos sus hijos en la tierra.
El sacerdote es sólo el instrumento
de esta ofrenda; él puede y debe participar
en el sacrificio como tú. Asistid, pues, con
mucha fe y amor a lo que no es una simple
ceremonia sino una realidad, una
actualización permanente del Sacrificio de
la Cruz en el Calvario.
Durante el sacrificio recibes la Santa
Comunión que hace más íntima tu unión
con Jesús y Su Cuerpo Místico.
Recuerda que ninguna oración es más
efectiva que la de la Santa Misa donde
Jesús reza por nosotros y con nosotros.
Si quieres ayudar a conocidos más
cercanos o más lejanos, ofrece una
Santa Misa para ellos. Si quieres librar
almas del purgatorio, ofrece para ellos la
Santa Misa. Si quieres gracia y ayuda, nada
es más efectivo que asistir a la Santa Misa,
siempre que estas gracias sean realmente
para nuestro bien; entonces estemos
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seguros de que nos será concedido, porque
Dios no nos lo puede negar si lo pedimos
por medio de Su Hijo.
Se nos recomienda una sola cosa:
procuremos asistir al Santo Sacrificio en
estado de gracia, porque es por la gracia
que en nosotros pulsa la Vida Divina. Si
esto falta, eres enemigo de Dios. ¿Cómo,
pues, puedes entonces reclamar gracias y
favores? ¿Cómo puedes unirte a Él en tu
devoción?
Se nos da una última recomendación:
nadie asistió a la primera Misa con más
devoción que su madre, con mayor amor y
con tanto dolor. Ella, la Corredentora del
género humano, no puede mantenerse
alejada de estos grandes misterios ni
siquiera ahora.
Pues cuando estés asistiendo a la
Santa Misa, pide su apoyo, une tus
sentimientos a los suyos y verás cuán eficaz
será para ti y para todos.
Como enseña el Concilio de Trento, la
Misa es la re-presentación del mismo
sacrificio de la Cruz renovado místicamente
bajo las apariencias del pan y del vino que
se convierten en el Cuerpo y la Sangre de
Jesucristo, por el ministerio del
Sacerdote. Este Sacrificio de la alianza
nueva y eterna fue instituido y celebrado
con anticipación durante la Última Cena y
realizado de manera cruenta en el
Calvario. Misa y Calvario son, pues, el
mismo sacrificio, porque el mismo
Sacerdote ofrece la misma Víctima en
ambos casos. Si en el Calvario Nuestro
Señor adquirió los méritos y las gracias para
la salvación de la humanidad, es en la Misa
que los distribuye y aplica; y si en la Cruz se
ofreció a sí mismo sin instrumentos, en la
Misa se sirve del Sacerdote humano como
su ministro. Esta institución del Sacerdocio,
por la que los hombres participan del
Sacerdocio del Hijo de Dios encarnado, es
contemporánea de la institución del
Sacrificio, ya que en la Última Cena Cristo
transmitió este don a sus Apóstoles con el
mandato "Haced esto en memoria de mí
mismo". La Misa es la renovación de aquel
Sacrificio de la Cruz, y por eso mismo
conmemora los sufrimientos soportados
por el ya glorioso Cristo en aquel Viernes
Santo.
Cuatro son los fines del Sacrificio de la
Cruz, y por tanto del de la Misa: latría o
adoración, es decir, el acto de sumisión a
Dios y reconocimiento de su soberanía
absoluta; la acción de gracias por los
beneficios recibidos; la propiciación, es
decir, la súplica para obtener el perdón de
los pecados también en cuanto a las penas
que de ellos derivan, tanto para nosotros
como para los difuntos; y la impetración, es
decir, la petición de gracias y ayuda. El
Sacrificio se ofrece sólo a Dios, aunque
puede celebrarse en honor de los Santos y
pidiendo su intercesión.
III) Última reflexión sobre la
Preciosa Sangre de Jesús
¡Qué grande era el deseo que Jesús
tenía a lo largo de su vida mortal por
derramar su Sangre por la Redención del
mundo! Igualmente fue de ardiente el
deseo de que todos se beneficiaran de Ella,
que cada alma participara de sus infinitos
Dones. Por lo tanto, nos invitó a esta Fuente
de la Misericordia, diciendo: “Beban de este
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Cáliz”. El abrió para nosotros en su Sagrado
Corazón herido cuatro fuentes, como dice
San Bernardo: una fuente de la
Misericordia, una fuente de la Paz, una
fuente de Devoción y una fuente del Amor y
llama a todas las almas a saciar su sed allí.
“Si alguno tiene sed, venga a Mí y beba”
(Cfr. Jn 7,37). Que, de hecho, fue la razón
por la que instituyó los sacramentos que
son los canales por los que las riquezas de la
Preciosísima Sangre se comunican a
nosotros. Esa es la razón por la que
continuamente se ofrece a su Eterno Padre
arriba en el Cielo. Esa es la razón por la que
desea que cada día lo busquemos sin cesar.
¿Por qué Jesús ha despertado en los
corazones de muchos de los fieles de
nuestro tiempo esta devoción? Es sin duda
por la única razón de que su Corazón,
profundamente consumido por el Amor de
las almas, quiere llevarlas a las Fuentes
sagradas de sus Heridas y recibir allí, a
través de su Sangre, las aguas de su Gracia.
¿Quién podrá contar todos los planes
que el Corazón de Jesús tuvo el
derramamiento de su adorabilísima Sangre?
A través de Ella, tenía la intención de:
aplacar la Divina Justicia para reconciliar a
las almas con su Padre, limpiar el alma de
cada pecado para que cada alma obtenga la
poderosa ayuda de su Gracia; abrir para
nosotros una entrada y un lugar de estancia
en el bendito Cielo.
Bienaventurados a los que se les
concede beber un poco de gota de ese Cáliz
amargo, que bebió Jesús por amor de
nosotros hasta la última gota. La
recompensa para nosotros en el Cielo es
grande, la vida es muy corta. Por eso, en la
elevación del Cáliz, le recomendamos
nuestras almas al Padre Eterno. No IV) PASAJES BÍBLICOS que nos
debemos dejar de ofrecer el precio de enseñan el don inestimable
nuestra Redención por la Santa Iglesia y de nuestra Redención
para la salvación eterna de nuestras almas.
Si las personas se arrojaran a los
Mateo 26:17-30
brazos de la Infinita Misericordia de Dios,
El primer {día de la fiesta} de los panes sin
todo lo demás se colocaría fácilmente en su
levadura, se acercaron los discípulos a
lugar, pues una vez que se enderezan las
Jesús, diciendo: ¿Dónde quieres que te
conciencias, también lo harán todos los
hagamos los preparativos para comer la
problemas y se encontrará fácilmente una
Pascua? Y El respondió: Id a la ciudad, a
solución para ellos.
cierto {hombre}, y decidle: ``El Maestro
¡Oh almas, vengan y límpiense en la
dice: `Mi tiempo está cerca; {quiero}
Sangre del Cordero! Y tú, alma que esto
celebrar la Pascua en tu casa con mis
lees, ora e intercede por los pecadores, y
discípulos.'" Entonces los discípulos hicieron
ten siempre valor por los méritos de la
como Jesús les había mandado, y
Sangre Preciosísima de Jesucristo, nuestro
prepararon la Pascua.
Señor.
Invito a todas las almas a que, con
Marcos 14:22-24
entusiasmo, llenen todas las horas del año
Y mientras comían, tomó pan, y habiendo
en adoraciones a los misterios de la Sangre
{lo} bendecido {lo} partió, se {lo} dio a ellos,
de Jesucristo, uniendo a estas devociones,
y dijo: Tomad, esto es mi cuerpo. Y
la reparación por los muchos pecados
tomando una copa, después de dar gracias,
cometidos en contra de Jesús, en partículas,
se {la} dio a ellos, y todos bebieron de ella. Y
las blasfemias, las indiferencias a su Amor,
les dijo: Esto es mi sangre del nuevo pacto,
etc. El tiempo de oración se puede realizar
que es derramada por muchos.
tanto en el hogar o en la Iglesia, arrodillado
o sentado. Cuanto más se propague esta
Lucas 22:19-20
devoción, más abundantes serán las
Y habiendo tomado pan, después de haber
bendiciones de Dios.
dado gracias, {lo} partió, y les dio, diciendo:
Sí, la Sangre de Jesucristo debe
Esto es mi cuerpo que por vosotros es dado;
limpiar el mundo. Si insistimos en la
haced esto en memoria de mí. De la misma
propagación de la devoción a su
manera {tomó} la copa después de haber
Preciosísima Sangre, vamos a ser santos.
cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo
Hay que continuar alimentando una gran
pacto en mi sangre, que es derramada por
confianza en Quien es la fuente de todo
vosotros.
Bien. ¡Cuánto le debemos a Jesús, que nos
ha redimido con su Sangre!
Juan 6:35
Jesús les dijo: Yo soy el pan de la vida; el
que viene a mí no tendrá hambre, y el que

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cree en mí nunca tendrá sed.
Juan 6:51
Yo soy el pan vivo que descendió del cielo;
si alguno come de este pan, vivirá para
siempre; y el pan que yo también daré por
la vida del mundo es mi carne.
Juan 6:53-57
Entonces Jesús les dijo: En verdad, en
verdad os digo: si no coméis la carne del
Hijo del Hombre y bebéis su sangre, no
tenéis vida en vosotros. El que come mi
carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y
yo lo resucitaré en el día final. Porque mi
carne es verdadera comida, y mi sangre es
verdadera bebida.
. un cuerpo; pues todos participamos de
Juan 13:1-4
Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo
Jesús que su hora había llegado para pasar
de este mundo al Padre, habiendo amado a
los suyos que estaban en el mundo, los amó
hasta el fin. Y durante la cena, como ya el
diablo había puesto en el corazón de Judas
Iscariote, {hijo} de Simón, el que lo
entregara, {Jesús,} sabiendo que el Padre
había puesto todas las cosas en sus manos,
y que de Dios había salido y a Dios volvía,
Hechos 2:42
Y se dedicaban continuamente a las
enseñanzas de los apóstoles, a la comunión,
al partimiento del pan y a la oración.
Hechos 2:46-47
Día tras día continuaban unánimes en el
templo y partiendo el pan en los hogares,
comían juntos con alegría y sencillez de
corazón, alabando a Dios y hallando favor
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con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada
día al número de ellos los que iban siendo
salvos.
Hechos 20:7
Y el primer {día} de la semana, cuando
estábamos reunidos para partir el pan,
Pablo les hablaba, pensando partir al día
siguiente, y prolongó su discurso hasta la
medianoche.
1 Corintios 10:16-17
La copa de bendición que bendecimos, ¿no
es la participación en la sangre de Cristo? El
pan que partimos, ¿no es la participación en
el cuerpo de Cristo? Puesto que el pan es
uno, nosotros, que somos muchos, somos
aquel mismo pan.
1 Corintios 10:21-22
No podéis beber la copa del Señor y la copa
de los demonios; no podéis participar de la
mesa del Señor y de la mesa de los
demonios. ¿O provocaremos a celos al
Señor? ¿Somos, acaso, más fuertes que El?
1 Corintios 11:20-34
Por tanto, cuando os reunís, esto {ya} no es
comer la cena del Señor, porque al comer,
cada uno toma primero su propia cena; y
uno pasa hambre y otro se embriaga. ¿Qué?
¿No tenéis casas para comer y beber? ¿O
menospreciáis la iglesia de Dios y
avergonzáis a los que nada tienen? ¿Qué os
diré? ¿Os alabaré? En esto no os alabaré.
1 Pe. I, 17-19
"Vivid con temor todo el tiempo de vuestra
peregrinación, considerando que habéis
sido rescatados de vuestro vano vivir no con
plata y oro, corruptibles, sino con la sangre
preciosa de Cristo, como cordero sin
defecto ni mancha!"
[1 Cor. 6,20].
"Habéis sido comprados a gran precio.
Glorificad, pues, a Dios en vuestro
cuerpo"
V) Pensamientos y reflexiones
para vivir en conformidad
al Don de Dios
a) Confiar en la Providencia
Debemos de ser conscientes de que
Jesús esta cerca de ti, siempre dispuesto a
ayudarte en cada necesidad. Sí, El es más
cerca de ti que cualquier ser creado, más
preocupado por ti de lo que lo estaría el
padre más cariñoso. Así que abre tu
corazón a la confianza y la esperanza.
Confía en la providencia de Dios, que
lleva todo a su fin con bondad, sabiduría y
justicia infinita. Déjate guiar, estás en los
brazos de Dios como un niño tierno en los
brazos de su madre. El niño no teme a
nada, se siente seguro, no llora, sabe que
está siendo protegido y defendido.
Pasa tus días así en los brazos de Dios
que te ama inmensamente y estarás en paz.
Confía en la Providencia aún cuando te
parezca que las cosas van mal y no como
quieres, porque el Señor sabe hasta del mal
traer el bien.
No te enfades, no te enfades por la
maldad de la gente, que muchas veces no
es más que debilidad, que muchas veces en
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realidad no ofende a Dios porque la
intención no es mala.
Si todo salió siempre de acuerdo a tus
deseos, ¿cómo podría recompensarte con el
Paraíso? ¿Qué mérito tendría entonces?
b) Preservar y aumentar la gracia
Hablamos del celo que debes tener
para guardar la gracia en tu alma y seguir
acrecentándola, huyendo del pecado y de
toda imperfección que te la disminuye, para
poseer así la gracia que tanto agrada a Dios.
Cuanto mayor es la gracia de Dios en
nosotros, tanto más deleitamos el corazón
de Dios, que nos ama con amor infinito.
Teme al pecado, en cualquier forma
que se te presente, y combátelo
venciéndote a ti mismo, refrenando tus
malas tendencias y venciendo al maligno
que continuamente busca dañar tu vida
espiritual, ya que es su trabajo y su deseo es
derrumbarte.
Encomiéndate continuamente a la
Madre de la Divina Gracia para que te
ayude a permanecer sin pecado, conservar
y aumentar la gracia, y nunca dudar en
alcanzar la meta.
No asumas demasiado, pero sé fiel a
lo que asumes. Sé sencillo y ejemplar en tu
vida para que todos puedan imitarte.
Da testimonio de El dondequiera que
estés, para que los demás, imitándote a ti,
imiten también a Jesús de quien todos
debemos ser imagen.
c) Valor del sufrimiento
Si conociéramos el valor del
sufrimiento, se lo pediríamos como le
pedimos el pan de cada día.
 Los Santos dijeron que la preferían a
las mayores alegrías y que sabían vivir sólo
en el sufrimiento.
Imitémoslos, aceptemos el
sufrimiento como un regalo de cualquier
lado que te venga y ofrezcámoslo en unión
con Su sufrimiento. Es el mejor regalo que
le podemos dar a Dios.
d) Toma la vida como es
Acepta la vida tal como es, con sus
desilusiones, sus adversidades, sus
penalidades.
No puedes invertir el curso de las
estrellas, y no puedes cambiar los eventos
que acompañan tu existencia. Todo
contribuye al bien, incluso lo que te parece
inexplicable.
Mantén la calma, una disposición feliz
y la paz.
¿No ves cómo cambia la gente y
cómo cambia el corazón? ¿No ves tú mismo
la inconstancia de tus sentimientos? Las
preocupaciones, los compromisos laborales,
la repentina incursión de los
acontecimientos, ¡cuántas cosas
cambian! Así es para todas las personas en
la tierra.
e) Volverse humilde
Vuélvete cada vez más humilde para
agradar al Sagrado Corazón.
Pidamos cada día la virtud de la
humildad, porque El la concede a quien con
perseverancia se la pide; imita a Jesús que
nos ha dado el ejemplo de vivir una vida
llena de humildad y humillación.
Muy a menudo crees que tienes la
virtud de la humildad porque sabes ser
humilde en ciertas ocasiones; pero la
humildad es algo diferente.
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La baja opinión de uno mismo y el
respeto por el prójimo es a veces sólo una
ilusión. Es muy fácil decirle al Señor que
uno es nada y nada capaz, que uno es sólo
miseria y pecado, hasta que nadie confirma
esta verdad. Pero ¡ay de si un superior, o
un igual, o incluso un inferior se atreviera a
decir lo que ustedes mismos dicen! ¡cuánto
cambiarían las cosas!... Cuánta indignación,
cuánta sensibilidad, cuánta lucha suscitaría
tan poca humildad.
La Puerta del Paraíso es muy baja y
sólo los pequeños pueden entrar por
ella. ¿Recuerdas al fariseo y al publicano en
el evangelio? Más vale un pecador humilde
y penitente que un justo orgulloso, porque
la justicia y la santidad son incompatibles
con la soberbia, o mejor dicho, no hay
verdaderos justos, ni verdaderos santos que
sean orgullosos.
La humildad es la base de la santidad
y su triunfo. Si quieres ser santo, hazte
pequeño.
Imitad a la Santa Madre, que
siempre sólo quiso ser la esclava del Señor.
Era conocida como la novia del
carpintero y madre de un malhechor que,
tras incitar al pueblo, murió en la cruz entre
dos atracadores. Y, sin embargo, Ella
hubiera podido haberse levantado, Ella que
era Nuestra Señora.
La humildad es la virtud que nos hará
aceptables ante Dios y ante los
hombres; nos permitirá de cumplir bien el
servicio de nuestra misión y ayudarnos a la
vida eterna.
f) Dar testimonio de Jesús
Da testimonio de Jesús en la tierra si
quieres que un día te presente al Padre a Su
verdadera semejanza. Da testimonio de
Jesús a través de tu vida viviendo su
Evangelio intacto. Realicemos las obras de
misericordia que tanto nos recomendó y
que nos ha enseñado. Acordémonos que
los discípulos que fueron con Jesús a Emaús
lo reconocieron al partir el pan. Así tu
prójimo te reconocerá como su discípulo si
nuestras obras son similares a las suyas.
"No todo el que dice 'Señor, Señor', sino el
que lleva a cabo las obras del Padre,
haciendo Su voluntad entrará en el Reino de
los cielos".
g) Conquistarte a ti mismo
Cada lucha por vencerte a ti mismo te
hace más fuerte. La vida es una dura lucha
de la que nadie puede escapar. Sólo los
fuertes ganan.
Jesús dijo que había venido a traer la
guerra. Pero debemos comprenderlo bien:
no se trata de aquél en que se combate con
armas; El mal, la malicia y el egoísmo
humano quieren esto, y a veces Dios lo
permite como castigo.
La guerra que Jesús ha venido a traer al
mundo es contra las pasiones, las malas
tendencias, el diablo y el mundo.
Así que primero tienes que saber
vencerte a ti mismo, porque en esta batalla
fortaleces tu voluntad para luego poder
ganar las demás batallas. La primera batalla
tiene lugar adentro, las otras afuera.
Sin embargo, el mal influye en tu
pensamiento, tus sentimientos, tus
apegos. Te ataca por los lados débiles. Él te
conoce de adentro hacia afuera
Ten mucho cuidado de no ser víctima
de ningún engaño. Mantente alerta para
discernir si lo que está sucediendo dentro
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de ti mismo es la voluntad de Dios o la obra
del enemigo. Está siempre listo para luchar,
incluso cuando sea difícil. Jesús está a tu
lado y lucha contigo.
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(Procuremos rezarla diariamente durante el
mes de julio)
Letanía de la Preciosa Sangre de Jesús
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo óyenos.
Cristo escúchanos.
*Dios Padre celestial, ten misericordia de
nosotros.
*Dios Hijo, Redentor del mundo, ten
misericordia de nosotros.
*Dios Espíritu Santo, ten misericordia de
nosotros.
*Santa Trinidad, un solo Dios, ten
misericordia de nosotros.
(Se repite después cada invocación)
R/ SÁLVANOS
*Sangre de Cristo, Hijo Único del Padre
Eterno,
*Sangre de Cristo, Verbo encarnado,
*Sangre de Cristo, Nuevo y Antiguo
*Testamento, Sangre de Cristo, derramada
sobre la tierra durante su agonía,
*Sangre de Cristo, vertida en la flagelación,
*Sangre de Cristo, que emanó de la corona
de espinas,
*Sangre de Cristo, derramada sobre la Cruz,
*Sangre de Cristo, precio de nuestra
salvación,
*Sangre de Cristo, sin la cual no puede
haber remisión,
*Sangre de Cristo, alimento eucarístico y él sobre la tierra contra los males de esta
purificación de las almas, vida, recojamos la recompensa eterna en el
*Sangre de Cristo, manantial de Cielo. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén
misericordia,
*Sangre de Cristo, victoria sobre los
demonios, Sangre de Cristo, fuerza de los
Mártires,
*Sangre de Cristo, virtud de los confesores,
*Sangre de Cristo, fuente de virginidad,
*Sangre de Cristo sostén de los que están
en peligro, Sangre de Cristo, alivio de los
que sufren,
*Sangre de Cristo, consolación en las penas,
*Sangre de Cristo, espíritu de los
penitentes,
*Sangre de Cristo, auxilio de los
moribundos,
*Sangre de Cristo, paz y dulzura de los
corazones, Sangre de Cristo, prenda de la
vida eterna,
*Sangre de Cristo que libera a las Almas del
Purgatorio,
*Sangre de Cristo, digna de todo honor y de
toda gloria,

*Cordero de Dios que quitas los pecados del

mundo, perdónanos Señor.
*Cordero de Dios que quitas los pecados del
mundo, escúchanos Señor.
*Cordero de Dios que quitas los pecados del
mundo, ten piedad de nosotros.

V. Nos rescataste, Señor, por tu Sangre.

R. E hiciste nuestro el Reino de los Cielos.

Oremos. Dios Eterno y Todopoderoso que

constituiste a tu Hijo único Redentor del
mundo, y que quisiste ser apaciguado por
su sangre, haz que venerando el precio de
nuestra salvación y estando protegidos por
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