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PROMETEO
Prometeo – LOS SIETE RAYOS
ÍNDICE
Pág.
Introducción 3
Conclusiones 45
Bibliografía 50
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Prometeo – LOS SIETE RAYOS
INTRODUCCIÓN
3
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sus estudios e investigaciones debe saber diferenciar las ideas de otros y como
afectan o promueven ideas en uno mismo. Según mi opinión es que las inves-
tigaciones y estudios que podamos hacer dentro de esta escuela o en forma
totalmente independiente, tendrán éxito en la medida que se cumplan tres pa-
sos, a saber:
2. Una vez que tengamos nuestras propias ideas, ver la forma de opera-
cionalizarlas en el medio de desenvolvimiento nuestro. Con esto úl-
timo quiero dar a entender que no solamente se quede en ideas, sino
que tratemos de llevarlas a la práctica en nuestra realidad, en la me-
dida o grado que sea posible.
3. Una vez que hemos actuado con estas “ideas propias”', evaluar los
resultados, lo que naturalmente llevará a perfeccionar nuestras con-
clusiones y postulados, para que nuevamente comencemos con los
punto dos y tres.
Como cada uno de nosotros verá, a medida que se sumerja en este co-
nocimiento de los siete rayos, que estas tres premisas son más válidas que
nunca para realizar un trabajo adecuado y fructífero al respecto, pero también
descubriremos que este conocimiento requiere de una gran preparación previa
antes de comenzar a desarrollarlo y empezar a trabajar con él. De tal forma
que no permitamos que aparezca el desánimo y la apatía si es que pensamos
que el trabajo con los siete rayos está muy lejano, porque en realidad no es
tanto, solamente debemos quemar algunas etapas previas antes de sumergirse
de lleno en él. Pero mientras tanto podemos comenzar a trabajar en algún gra-
do con este conocimiento.
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1
“Tratado sobre los Siete Rayos”. Tomo I Pág.: 39
2
Cfr. “Los Siete Rayos”.
3
Cfr. Op. cit.
6
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“Dentro del triángulo blanco hay tres círculos: azul, rojo y ama-
rillo, respectivamente. Todos los demás colores son simples combina-
ciones de estos tres colores primarios. Estos círculos corresponden a
los tres aspectos de Dios, que no tienen principio y que terminan en
Dios, si bien sólo se exteriorizan durante la manifestación activa.”
4
Cfr Op. cit.
5
“Concepto Rosacruz del Cosmos” de Max Heindel. pág. 220
7
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Este pasaje nos aclara el porqué del nombre de Rayos de Atributo que le
da A Bailey a los tres primeros rayos. Pero Heindel sigue más adelante:
Sea como sea, lo interesante es que al parecer Dios como Ser Creador y
Único se proyecta en Su Creación en forma de siete atributos, tres de los cua-
les son atributos de su aspecto Espíritu, tres lo son de su aspecto Forma y uno
es el mediador o es el reflejo de su aspecto Conciencia. Porque desde ese
mismo momento todo ser o substancia en su creación se cualifica en su ener-
gía de manifestación orientado en una de estos siete rayos.
6
Id Íbid.
8
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Si consideramos que los tres primeros rayos son un reflejo de los atribu-
tos divinos o el Espíritu reinante en toda la Creación, entonces esto se refleja
en forma de rayos de aspecto, los que están orientados a que las personas en-
cuentren a Dios en su interior, un tanto independientes de las formas y del ex-
terior, por ello Wood7 les llama rayos de “independencia e intuición”. Los ra-
yos de atributo según Bailey, son para Wood dos clases distintas, el cuarto por
sí sólo conformaría una especie de nexo entre el primer grupo de tres rayos, y
los otros tres (del quinto al séptimo), y estos últimos corresponderían a los ra-
yos que Wood llama “devocionales”, ya que buscan a la divinidad en la parte
externa, en las apariencias.
“Entonces vi, de pie, en medio del Trono y de los cuatro seres vi-
vientes y en medio de los ancianos, un cordero como degollado; tenía sie-
7
Op. Cit.
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te cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Dios, enviados a toda
la tierra.” 8
“Esos siete son los ojos de Yhaveh: ellos recorren toda la tierra.”9
Los ojos como símbolos divinos constantemente han sido usados como
la manifestación de Dios en la realidad que nosotros vivimos, tan sólo recuer-
do a los que ya sepan y a los que no que investiguen en otros ojos divinos
simbólicos famosos, como son el de Horus, los de Mithra, etc.
8
“Libro del Apocalipsis” Cap. 5 vs 6.
9
“Zacarias” Cap. 4 vs.10
10
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Según Alice Bailey10, toda la creación está hecha en base a estos Siete
Rayos o energías de manifestación, por lo que se determina la primera gran
clasificación, esta corresponde a la creación a nivel universal de los siete Sis-
temas Solares, cada uno de los cuales tiene o está dirigido por una entidad re-
10
Cfr. Op.cit.
11
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gidora o “Dios”, llamado Logos Solar. Cada uno de estos sistemas, está in-
fluenciado por un aspecto de la séptuple energía, clasificando a nuestro siste-
ma como parte del segundo rayo o Rayo de Amor-Sabiduría, y por esto que
este es el rayo principal e ineludible de toda la manifestación de nuestro sis-
tema, nuestro Logos Solar es del segundo rayo.
A partir de esta Gran Conciencia que dirige todos los procesos de nues-
tro sistema, se comienza a desenvolver una cadena jerárquica que llega a con-
trolar todos los aspectos de manifestación. El Logos Solar se apoya en una
cadena jerárquica para desempeñar sus funciones.
11
Cfr. ”Iniciación Humana y Solar”. pág. 54 y 55
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Esto es una visión muy somera y tal vez simplista de lo que la autora
plantea como la jerarquía planetaria y su relación con la solar, pero pienso yo
que es suficiente porque no es la idea sumergirnos en conceptos complicados
y demasiado técnicos especialmente si recién estamos comenzando un camino
de trabajo iniciático. Es importante, según mi opinión que consideremos que
existe la participación consciente e inteligente de toda una vasta jerarquía, y
que de una u otra forma estamos relacionándonos con ella. En todo caso quien
quiera profundizar en este tema le sugiero remitirse a la obra citada.
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Entonces podemos tener tantos puntos de vista de relación como sea po-
sible. Esto podría prestarse al entendimiento que es una simple excusa ante la
posibilidad de no realizar inspiradas o felices relaciones, Sin embargo, va más
allá que eso, más bien es una forma de explicar que no existen las recetas ni
estructuras o clasificaciones milagrosas que nos llevarán, por sí solas, al deve-
lamiento de los misterios de la creación y de la existencia; sino que más bien
esto se logra a través del trabajo constante y las distintas apreciaciones, ya que
mientras más elementos tengamos o seamos capaces de realizar trabajos en
forma adecuada, más cerca estaremos de la realidad absoluta.
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Cfr. “El maravilloso número siete” de Connie Méndez. pp.90 - 93
14
“Tratado de lo Siete Rayos” T. I. pp: 168-169
15
Op. cit.
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Pienso que las personas de este rayo están llamadas a gobernar y cons-
truir en el orden y fortaleza de una firme guía, así como en otros casos están
llamados a destruir lo que ya no sirve y debe eliminarse del contexto a fin de
que ya no siga influyendo negativamente en lo nuevo que deba venir. Por esta
última razón es que debido al inevitable advenimiento de la Nueva Era, debe-
mos pensar que existen muchas almas de este rayo actuando en este sentido
destructor, de eliminación de lo caduco e inservible.
16
“Los Siete Rayos” de Serval p. 6
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Este rayo rojo es de una fuerza y magnitud tan arrasadora que A. Bai-
17
ley plantea que aún no puede manifestarse en forma pura en nuestro planeta,
aún nadie estaría preparado para poder resistirlo en forma total, siempre debe
venir suavizado por algún aspecto del segundo o del tercer rayo.
17
“Tratado de los Siete Rayos” T. I
18
Cfr. “Iniciación Humana y Solar” p. 60
19
Cfr. Op. cit. p. 91
20
Cfr. Rvta. “El Teósofo” Vol 90 Nº 10-12 (1969) pp 18-19
21
“Música inmortal para ángeles y arcángeles”
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este es un país del primer rayo. También pertenecen a este rayo el primer mo-
vimiento de la quinta sinfonía de Beethoven, la “Marcha de los soldados” de
la ópera Fausto de Gounod y “Los vitrales de la Iglesia” de Ottorino Respighi.
Dentro del campo artístico, las personas tocadas por este primer rayo no
están exentas de su participación; es así como A. Bailey22 plantea que en el
terreno de la música si la persona está además afectada por el cuarto, sexto o
séptimo podría ser una gran compositora. En el campo literario son enérgicos
y mordaces y no les preocupa el estilo ni son prolijos.
22
Cfr. “Tratado de los Siete Rayos” T.I. p. 169
23
Id ibíd.
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Si el primer rayo es el reflejo del Dios Padre, este segundo rayo es el re-
flejo del Dios Hijo o del Verbo de la Santísima Trinidad. Por ello es que A.
Bailey dice que el Logos Solar, máxima jerarquía espiritual de nuestro sistema
pertenece intrínsecamente a este rayo. Y que toda otra manifestación de rayo
dentro de los confines del Sistema Solar, corresponde a un subrayo de este
Gran Rayo del sistema.
24
Cfr. Op. cit. pp 93-95
25
Plegaria o Mantram de unificación
24
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divino que está por venir. Clara M. Codd26 plantea que Supuesta imagen de
el arcángel del rayo es Gabriel, aunque C. Méndez 27 “El Tibetano” (Djwal Khul)
pone en esta posición al Arcángel Jofiel. Según Juan A. Muñoz28 la llave tonal
para el director de este rayo sería “EI vuelo de la alondra” de Vaughan Wi-
lliams. También pertenece a este rayo la ópera “Satyagraha” de Phillipe Glass.
26
Cfr. Op. cit. p.19
27
Cfr. Op. cit. p 94
28
Cfr. Op. cit.
29
Cfr. “Tratado de los Siete Rayos” T. I p. 170
26
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nificado. De igual forma en el trabajo literario del ser humano del segundo
rayo el principal objetivo es la educación.
30
Cfr. Id Ibíd
27
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La persona que está inserta dentro de la influencia del tercer rayo es es-
timulada por las ideas arquetípicas o abstractas y con ello incentivan a su vez
el intelecto superior de la humanidad agudizándolo e inspirándolo. Podríamos
decir que capta las ideas o pensamientos de un medio superior y, dado su ca-
31
Cfr. Op. cit. p 94
28
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de que se encuentra muy ocupada y no tiene tiempo para nada ni para nadie,
pero sólo es una ilusión. También puede caer en el error de demasiada precau-
ción, y pierde la ocasión de obrar en forma oportuna, escapándosele las opor-
tunidades.
34
Cfr. Op. cit. pp. 94-95
30
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Las llaves tonales o música que puede guardar relación con esta jerar-
quía invisible del rayo es según Juan A. Muñoz como sigue: Segundo movi-
miento del concierto Nº 1 para piano y orquesta de Chopin. Cuarto movimien-
to de la segunda sinfonía de Jean Sibelius. Solo para soprano de Carmina Bu-
rana de Carl Orff y finalmente “Regina coeli” de Cavalleria Rusticana de Pie-
tro Mascagni.
35
Cfr. Op. cit p 20
36
Cfr. “Tratado de los Siete Rayos” T. I p. 171
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CUARTO RAYO o
RAYO DE LA ARMONÍA A TRAVÉS DEL CONFLICTO
Rayo de color verde, aunque C. Méndez37 una vez más disiente con esta
clasificación y le asigna el color blanco. ES el único rayo que sirve de media-
dor entre la realidad interna y la realidad exteriorizada en las formas. Por esto
es que la cualidad energética característica de este rayo es la de la armonía o
equilibrio dinámico que se debe establecer entre la manifestación superior que
se expresa a través de la vivencia y percepción de lo interno y superior y el
reflejo externo entre las distintas formas que se da de la Divinidad. La armonía
o el equilibrio que debe lograrse en estos dos aspectos, que no son sino dos
aspectos de manifestación de la Deidad, es a través de una constante lucha, en
que la persona, en un momento busca la relación con este Dios personal, a tra-
vés de cualquiera de los tres senderos de los tres rayos antecesores, tales como
la voluntad y el poder, el amor que inspira e intuye lo que transforma en sabi-
duría o bien la captación de los ideales o ideas superiores para hacerlos uno
con su identidad; pero en otro momento busca también a la Divinidad en el
reflejo que de Ella se produce en sus contrapartes de la forma, lo que se da en
los tres rayos que le siguen. Es como un puente o nexo entre los tres primeros
y los tres últimos.
37
Cfr. Op. cit. p 96
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tan de esta forma. Ya que su rayo le impele a esta lucha es que también está
llamado a convertirse en un mediador un armonizador en los distintos planos
en donde él establezca su acción en conciencia.
Por todo lo dicho la persona que participa de este rayo no puede separar
el mundo interno del externo, no existe para él valla divisoria, ni cerca que
delimite donde comienza Dios y donde el ser humano. Estas características le
confieren gran capacidad para el trabajo con los símbolos y por lo tanto con
los aspectos esotéricos operacionales. De hecho Serval38 plantea que a este
rayo pertenece el mago blanco, justamente por esta cualidad de establecer un
nexo entre los interno o subjetivo y lo externo u objetivo, entre los planos su-
periores y los más concretos. Serval expresa al respecto: “…es decir, quien es
capaz ―se refiere al mago blanco― de transformar la naturaleza de acuerdo
a las leyes del Creador y para servicio de la humanidad.”
Por otra parte, si no tiene bien desarrollados los otros rayos o existen
desequilibrios en la expresión de estos, la persona del cuarto rayo puede pre-
sentar el vicio del egocentrismo, o el antropocentrismo; es decir fundir tan
perfectamente la idea de la Divinidad en las formas, que cae en la ilusión de
que estas segundas corresponden exactamente al reflejo o lo que simbolizan.
Otros vicios son la preocupación, la inexactitud, falta de valor moral, indolen-
cia, fuertes pasiones que le arrastran, extravagancia.
38
Cfr. Op. cit. p 17
33
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39
Cfr. “Tratado de los Siete Rayos” T. I p. 173
40
Cfr. Op. cit p. 96
41
Cfr. “Iniciación Humana y Solar” p.65
42
Cfr. Op. cit p 20
34
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Artísticamente este rayo tiene una gran influencia, es más por muchos
autores es justamente catalogado como el rayo del artista. La gente de este ra-
yo centra su vida en el color, ya sea que ellas dominen una técnica de pintura
o no. Las composiciones musicales están plenas de melodía. En el campo lite-
rario, como escritor o poeta, frecuentemente su trabajo será brillante aunque,
según A. Bailey43, muy a menudo sus descripciones serán inexactas y exage-
radas y su estado de ánimo lo llevara al pesimismo.
43
Cfr. “Tratado de los Siete Rayos” T. I. p. 173
35
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44
Cfr. Op. cit. p 97
45
Cfr. Op. cit. p 135
46
Op. cit. p. 136
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el quinto rayo es: “Creo que el mundo es un lugar donde puede hallarse
la verdad. Creo que la mente humana es un instrumento para descubrirla.
Creo que cuando el hombre la descubra será beneficiosa para su vida.”
37
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Según Juan A. Muñoz50 pertenecen a este rayo las llaves tonales del
Ave María de Franz Schubert. Tocata y fuga en Re menor de Bach. Sonata
Claro de Luna de Beethoven, aria “Una furtiva lágrima” de Donizetti. “Un
susurro de esperanza” de Hawthorne.
47
Cfr. Op.cit. p. 97
48
Cfr. “Iniciación Humana y Solar” p. 64
49
Cfr.Op. cit. p. 21
50
Cfr.Op. cit.
51
Cfr. “Tratado de los Siete Rayos” T. I p. 174
52
Íd ibíd..
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La persona que está tocada por este rayo es dirigida principalmente por
la influencia del sentimiento, a diferencia del anterior; y establece como prin-
cipal forma de conocer a Dios el desarrollo dentro de ella de una adhesión y
lealtad a una persona, ideal u objeto que para ella es un reflejo nítido de la
Deidad, no es Dios, pero sirve a esa representación, por congruencia, puede
llegar finalmente a conocer a la misma Divinidad.
53
Cfr. Op. cit p. 98
39
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Las formas de sanación de este rayo como se puede observar por las ca-
racterísticas de él, están enmarcadas en las prácticas de fe, especialmente
orientadas por la plegaria y la oración. La fe y la sensación de contacto y co-
municación con el Dios personal, promueve en esta persona las energías nece-
sarias para establecer un equilibrio en la salud.
54
Cfr. Op. cit p.98
55
Cfr. Op. cit. p. 21
56
Cfr. ”Tratado de los Siete Rayos” T. I p. 175
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Prometeo – LOS SIETE RAYOS
El rayo de color blanco para Serval57 y por ende para nuestra escuela.
Para A. Bailey58 tiene otra tonalidad, la del color índigo. C. Méndez59 plantea
que es el rayo color violeta. La cualidad energética característica es la de la
organización y de la belleza como el resultado de una interacción perfecta y
armónica de las distintas partes que conforman un todo. Por esta razón es el
rayo del ceremonial, o de la magia ceremonial, así como también una energía
que alimenta a los artistas, como personas que buscan en la armonía de un to-
do compuesto por una gran cantidad de partes. Según mi opinión es fácil ver
en este rayo los conceptos de holismo propios de esta Nueva Era.
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Prometeo – LOS SIETE RAYOS
persona del séptimo rayo tiene bien claro que un sistema es algo más que la
suma de las partes, sino que estas partes al actuar e interactuar correctamente
dan origen a algo mucho más hermoso y perfecto que tomando y sumando a
cada uno por separado. La magia ceremonial se basa en este principio, ya que
la realidad resultante de una ceremonia ritual bien hecha es mucho más que la
simple suma de sus partes, la verdad es que multiplican los efectos y mientras
más perfecto se realicen estas distintas interacciones tenemos la posibilidad
cierta de acceder a una realidad plena, superior y totalmente bella en cuanto a
la armonía celestial que en ella existe. El lema de este rayo podría perfecta-
mente ser que en la diversidad y la variedad correctamente integrada se en-
cuentra la verdadera belleza y armonía.
Dado las características de este rayo las personas influenciadas por él,
llegan a ser excelentes organizadores, así también excelentes diplomáticos o
mediadores, así como negociadores. También logrará grandes logros en las
labores de sacerdocio.
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vicio de las superiores, ya que en cada elemento que conforma este ceremonial
o ritual ve el reflejo de una realidad del Macrocosmos, que a su vez se proyec-
ta en su Microcosmos. Podríamos decir que trabaja principalmente con la ley
de analogía y al representar lo que observa en la Creación, logra, la misma
persona, unirse o contactarse con la Fuente de donde todo derivó.
La realidad artística de las personas de este rayo está dada por todo
aquel arte en que esté involucrado las formas y moldes, es decir: escultura,
arquitectura, diseño de cualquier índole. Literariamente, poseerá un riquísimo
y refinado estilo, pero más se preocupará de cómo decir que por el qué decir.
60
Cfr. Op. cit. p. 99
61
Cfr. “Iniciación Humana y Solar” p. 63
62
Cfr. Op. cit. p. 101
63
Cfr. Op. cit. p 22
64
Cfr. “Tratado de los Siete Rayos” T I p. 179
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CONCLUSIONES
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Prometeo – LOS SIETE RAYOS
En el fondo los siete rayos constituyen otra forma para atacar el eterno
problema del ser humano: ¿qué hacer para ser mejor?, ¿qué hacer para sentir-
me más a gusto conmigo mismo?; esto último especialmente para estar mejor
y para ayudar al plan de evolución, en el que las jerarquías están comprometi-
das.
Como trabajo personal A. Bailey65 sugiere cuales son las cualidades que
debe tratar de desarrollar el individuo en cada rayo, pienso que sería interesan-
te detenerse un poco más en esto y hacerlo lo más real posible, pero en forma
organizada y planificada, porque no es un trabajo de corta, ni siquiera de me-
diana duración, sino de larga duración; pero también debemos estar ciertos
65
Cfr. “Tratado de los Siete Rayos” T I pp.: 168 -177
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Prometeo – LOS SIETE RAYOS
Sexto rayo: Las personas de este rayo tienen tendencia a evadirse de las
realidades contingentes, especialmente aquellas demasiado mundanas, por lo
que requieren desarrollar la fortaleza, la disposición al auto-sacrificio, la sere-
nidad y el equilibrio en su vida. También deben practicar la veracidad, la tole-
rancia y el sentido común, a fin de no caer en una estrechez de visión persona-
lista y egoísta.
48
CUADRO COMPARATIVO DE COLORES DE RAYOS SEGÚN DISTINTOS AUTORES
i
: “Los Siete Rayos” e instrucciones en el seno de las Escuelas de la O.T.O.
ii
: “Tratado de los Siete Rayos”. T I. pp. 120-121
iii
: Referido en “Tratado de los Siete Rayos” T I de A, Bailey pp. 322-323
iv
: Referido en “Tratado de los Siete Rayos” T I de A, Bailey pp. 141-142
v
: “El maravilloso número siete”
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA Y REFERIDA
3. Codd, Clara. “Los Siete Rayos”, en Revista “El Teósofo” Vol. 90, Nº
10-12 Julio- Septiembre 1969 pp. 17-22. Editorial Teosófica. Río
Cuarto. Argentina