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Freddy Rodríguez, conocido en el barrio atlántico sur como

“Chaguaro” hombre de piel morena, de aproximadamente cincuenta


y tres años, 1.75 de estatura y con un peso normal de 78
kilogramos, ojos marrones, nariz ancha, el corte de pelo crespo
mediano, la barba y la cara no son compatibles entre sí, ha
invertido poco en el cuidado de su piel, boca mediana, frente
mediana, el vello de las orejas siempre destaca, como también no le
es atractivo los vellos de la nariz, ni de los del entrecejo grueso.
Treinta años de albañil en su haber, por sus manos rigurosas han
pasado miles de mezclas d cementos intactos para construcción de
casas en varias regiones a lo largo de tres décadas. El popular
Chaguaro, está casado desde hace justamente 29 años con
Mercedes Dolores Lozano, una simpática, bella y noble mujer del
hogar, de cuarenta y nueve años, de piel trigueña, de
aproximadamente 1.65 de estatura con un peso físico de 60 kilos,
ojos color café, la dimensión de su boca es pequeña y fina, su nariz
de raíz estrecha, cejas altas y curvas, frente con arrugas leves.
Veintinueve años casados, con dos hijos Suecia Valentina de
veintiocho años y Freddy Alejandro, este ultimo un adolescente de
diecisiete años arropado con condiciones especiales, es decir, en
situación de discapacidad.

Suecia valentina, pertenece a la categoría de esos enternecedores


que se dan una sola vez en un millón de veces, en cuya mirada
hermosa, picaresca, cordial y a veces angelical se revive la
constancia de sus padres. Agraciadamente hermosa, su alto talle
perfecto de cualquier miss, le dan un aire única e inolvidable por
donde pasa. Semejanza que tiene de su madre, quien infinitamente
tiene aspecto de de mujer bella universal. Sus magníficos cabellos
de un negro muy brillante, sus grandes ojos expresivos café de
aspecto glacial, piel trigueña cautivadora e irrepetible por su
suavidad, sus labios finos sin malicia alguna que parecen
coloreados con pincel que dibujan divinas sonrisas. Veintiocho años
de miseria, de andanzas, de desesperación económica, las rosas
marchitas de la adolescencia de penurias fueron cruelmente
deshojadas en el negro pilar del melancólico jardín de sus sueños
en el frente de su hogar.

Recién graduada en licenciatura en administración de empresas en


la universidad “Héctor Arismendi” una de las universidades más
costosas de la ciudad, gracias a los sacrificios de sus padres, pero
sobre todo a la ayuda económica y espiritual de su tío Jesús
Alejandro ( Hermano mayor de su mamá), quien labora desde hace
veintiún años para el estado y de los cuales los últimos quince años
en los Órganos de Control Fiscal como Contralor, un cargo de
colosal responsabilidad, el cual resulta al fin y al cabo inútil para los
gobiernos municipales y estadales de turno, cosas que luego
explicaré. Suecia Valentina es una mujer decidida a seguir sus
sueños, esa concepción trivial que señala “la imaginación es la
riqueza de los pobres” no comulga con su forma resuelta de
afrontar las circunstancias y en el cual el futuro a corto plazo le
prepara algo superior a lo que ella siempre había soñado. Suecia
cuenta con un performance que cautivó a toda la universidad, es
directa y va al grano, de humor inteligente, sarcástica, calculadora,
pero a veces se deja llevar por sentimientos oscuros y depredadora
del don de mentiras.

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