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I

-        Ja, ja, ja, ja, ja….

Estallo Yolanda en una carcajada ante la última animalada de su


amiga Verónica, la pequeña pepona de mejillas sonrojadas, piel
blanca y cabello castaño rizado que siempre la hacía reír desde que
estudiaron juntas ADE. 

-        Venga nena no me digas que no es cierto.

Insistía Verónica en su comentario.

-        Ja, ja, ja, tal vez, tal vez, nena, tal vez, ja, ja, ja, ja.

Contestaba Yolanda sin dejar de reírse estentóreamente.

-        Te repito que lo que lleva Mercedes en la cabeza es pelo del


pubis de su marido, que me lo ha dicho su peluquera, que tan negro
y rizado, no puede ser de otra parte.

Repetía divertida Veró cuchicheando en la terraza de aquel bar.

-        Ja, ja, ja, ja…para, para nena…que me matas de la risa….ja, ja,
ja.

Contestaba Yolanda entre risas que la ahogaban.

-        Bueno, bueno, tienes razón parecen pelo del pubis, pero no lo
digas tanto, que te la va a liar cuando te encuentre, ja, ja,ja.

Respondía Yolanda risueña como siempre.

Yolanda tenía un carácter alegre y jovial, siempre que podía te


regalaba una sonrisa, era muy difícil pillarla de mal humor o con
estado de ánimo decaído, y su sonrisa era uno de sus mejores
atractivos. Una sonrisa perfecta de dientes blancos y brillantes,
perfectamente alineados, amplia y preciosa, una sonrisa entre de
picarona y de mujer inteligente muy consciente de su belleza.

Porque Yolanda era una mujer de bandera, una macizorra, una mujer
alta de 1,71 de altura, había jugado al voleibol en la adolescencia,
pero su cuerpo era más bien voluptuoso, con curvas  firmes donde
derrapaban desde los padres hasta los árbitros.
Era guapa a rabiar, pero fuera de los cánones de las modelos con
caritas de ángel y ojos azules, era una morena mediterránea de
belleza perfecta, que en un país mediterráneo podía pasar
desapercibida, especialmente si no iba maquillada y no te parabas a
mirarla, con un rostro ligeramente ovalado, acabado en una barbilla
redondeada y afilada con un mentón delicioso, unos labios de fresa
perfectos y apetitosos, con esa sonrisa de picara preciosa, dos
pómulos perfectos, una nariz armónica, estrecha en los lados,
redondeada, respingona y pequeñita en la punta, unos ojos marrón
muy oscuros, vivos y brillantes, muy expresivos, unas cejas negras
delgadas y finas, unas pestañas largas y finísimas.

Tenía una melena castaña oscura, que a veces se teñía de negro


intenso, sedosa, suave, brillante, larga, cuyas puntas superaban la
mitad de la espalda, que le salían de una raya al medio en la cabeza
y le caían sobre los hombros y la espalda después de haber hecho
una leve curva sobre la frente, lo tenía liso, brillante y sedoso, pero si
no se lo alisa de forma extra, el cabello era liso en el 80%, pero se
tendía a ondular en las puntas.

Alta y espigada, con unos preciosos pies griegos, perfectamente


cuidados, y encremados, con unas piernas largas de gemelos y
muslos llenos y prietos, un culo natural divino, respingón y redondo
como una diana, que solo con la mano abierta completamente de un
hombre se podía sostener cada nalga, cada turgente, suave y carnosa
nalga, que Yolanda mantenía sin un milímetro de celulitis o piel de
naranja, machacándolo diariamente durante dos horas en la elíptica,
que tenía en casa, cada día hacia quinientas abdominales y los fines
de semana mil, lo que le daba un vientre firme y definido, cuyo
ombligo adornaba de vez en cuando con un piercing. 

Unas maravillosas caderas redondas, perfiladas en una cintura


estrecha, un cuerpo equilibrado, con los brazos bien definidos,
acabados en unas manos delicadas, de dedos finos y preciosos, con
unas uñas más bien cortas, pintadas a juego con su ropa y maquillaje
o con manicura francesa. Y unas perfectas y maravillosas tetas
naturales de talla de copa E, como dos melones de Galia, que caían
en forma de lágrima hacía los lados, dejando en el centro un gran
canalillo, redondas con dos grandes y rugosas areolas oscuras en su
centro y dos enormes pezones morenos, enormes, más grandes de lo
normal, en el izquierdo junto al mismo una minúscula verruguita muy
sexy, unos pezones difícilmente disimulables, incluso con sujetadores
y wonderbras.

Su piel era blanca, pero con un maravilloso tono moreno cetrino, y en


cuanto se ponía a tomar el sol, se bronceaba intensamente, como
buena diosa mediterránea, cuando quería, sabía moverse de una
forma grácil, como una gacela, extremadamente femenina y sexy.
-        ¿Y qué tal, ya dormís separados como un matrimonio de
jubilados, Vicente y tú?

Pregunto Vero con retintín.

-        Pues si, ya te conté que la apnea del sueño, la maquina esa
infernal, es imposible dormir juntos, así que él en su cuarto y yo en el
mío.

Respondió serena y sonriente Yolanda.

-        Hija, ¿y cuando queréis follar, que? como los antiguos reyes, el
señor visita tu alcoba…jajaja.

Cuestiono burlona Verónica.

-        Pues sí, uno de cada cuatro días, viene me babea las tetas y se
corre en menos de un minuto, jadeando como un pez fuera del agua,
y luego yo me corro con un vibrador en la ducha.

Contesto Yolanda, sin dejar de sonreír entre sarcástica y divertida.

-        Joder hija y yo pensaba que estaba mal.

Respondió Verónica escéptica.

-        Bueno no esta tan mal, podría ser peor, vivo en una gran casa,
con piscina, llevo un cochazo, tengo un plan de pensiones
acojonante, una visa oro, no hay capricho que no pueda darme, por
ejemplo, mi gusto por coleccionar lencería o bisutería cara. Qué más
puedo pedir, además quien ha follado más que yo.

Devolvió por respuesta Yolanda, sonriendo con su maravillosa y


seductora sonrisa.

-        Si, si, que me vas a contar, si yo estaba siempre contigo, a


comerme tus migajas…jajaja.

Respondió burlona Verónica.

-        Pero justamente por eso, porque eras la reina de la noche,


jajaja, aun sueño en ocasiones con la cantidad de veces, que lograba
encontrar el coche en el que follabas, por los alaridos que pegabas,
zorra chillona, ja, ja, ja…

Exclamo a continuación entre risas Veró.


-        Ja, ja, ja…que cabrona, como te gusta echármelo en cara mala
pécora…jajajaja.

Respondió divertida entre risas Yolanda, aunque un tono de


melancolía se dibujaba en sus ojos.

La verdad es que Yolanda, había sido una perra cachonda y


promiscua sin control, hasta que se casó con Vicente hacía ya unos 3
años.

Después de pillar a su novio de toda la vida poniéndole los cuernos


una noche, un año después de acabar la carrera, Yolanda había
renegado del amor romántico, pamplinas se dijo. De familia
trabajadora, en una ciudad de provincias de la costa mediterránea, al
acabar la carrera había empezado a trabajar para una compañía de
seguros como vendedora, un trabajo duro, tanto vendes, tanto
ganas.

Así que siempre procuraba tener novios, con buen bolsillo, no le


costaba mucho, era experta en mostrar sus atributos
seductoramente, lo que unido a su simpatía y carácter extrovertido y
abierto, la hacían irresistible. Sus ricos novios complementaban su
sueldo y le permitían pagar sus caprichos.

Pero en cuanto podía, salía con Verónica, su amiga de siempre de la


universidad, sin novio y de moral distraidísima, se bebía un par de
cubatas, y le daba la oportunidad a cualquiera de follar con ella, tenía
un listón bajísimo, solo pedía que le hiciesen reír y que no tuviesen
prejuicios, aunque fuesen los hombres más feos del mundo, así
saliendo con ella descubrió su afición a los tríos, y si podía follar con
cuatro tíos a la vez mejor.

Era una maestra moviendo las caderas durante las penetraciones,


dilatando su culo, le encantaba someter a los hombres a su placer
con sus felaciones largas y detalladas, y con su carácter extrovertido,
divertido y simpático, hacía que los hombres perdieran timidez y se la
follasen sin piedad, devorándole sus tetazas, con su clítoris el punto
más sensible de su cuerpo, no había tío que se resistiese a
amasárselas y mamárselas y hacerse una buena cubana con ellas.

Además, tenía una anomalía física, única y supersexy, si lograbas


excitarle y estimularle las mamazas con labios y manos, se hinchaban
levemente y daban leche dulce y cálida, solo duraba unas veinticuatro
horas y no tenía efectos secundarios o dañinos, pero a Yolanda le
daba un placer espectacular que la ordeñasen y mamasen su leche, y
sus amantes se volvían locos de morbo. 
De esta manera, cuando un novio la dejaba porque estaba harto de
sus excusas, o le pillaba poniéndole los cuernos, buscaba a otro niño
rico y a seguir con el ritmo hedonista.

Pero el tiempo pasaba, y hasta Verónica se había echado un novio


formal, y dejaba de follar como una loca, estaba cerca de la treintena
y aunque estaba más buena y maciza que cuando tenía veinte años,
los niños ricos solteros empezaban a ser demasiado jóvenes y no
picaban.

A ella no le iba mal como agente de seguros, jamás mezclaba el sexo


con el trabajo, algo que lamentaban compañeros y clientes, porque
vestida de traje chaqueta, con faldas de tubo, blusas ajustadas,
camisas de seda, faldas con raja, medias de seda transparentes con
ligeros, y zapatos de tacón, era un espectáculo, si a esto le unías su
sonrisa y su talante simpático, abierto positivo y extrovertido, todos
andaban locos por follarsela. Pero para ella aquello era una frontera
inviolable.

Así estaban las cosas cuando conoció a Vicente, el dueño de una


empresa de motores, con una patente alemana exclusiva para
España, se lo presento uno de sus clientes, y el tal Vicente que le
sacaba más de veinte años, empezó a babear por ella de forma
escandalosa, estaba aún casado, pero Yolanda valoro fría la situación
y se lo follo un mediodía en el lavabo de un restaurante, donde
habían quedado para una comida de trabajo, le hizo la mejor
mamada de su vida, pero no le dejo correrse donde él quiso, ni
metérsela.

El tal Vicente, calvo, desgarbado, y picha estándar, quedo todo loco,


pero Yolanda no le cogió el teléfono en una semana, y cuando se lo
cogió entre lágrimas, le pidió que no volviese a llamarla, que ella se
había enamorado y él estaba casado. Menuda mentirosa, la muy
zorra, simpática y risueña.

El tío siguió insistiendo, que él también estaba enamorado, pero


Yolanda sin dejar de hacer el teatro lo vio una vez más, vestida
espectacular resaltando todas las curvas de su figura, pero no dejo
que le tocase ni un pelo, la única manera de tenerla era
divorciándose y casándose con ella.

Dicho y hecho, divorcio exprés de su mujer arrugada y a final de los


cuarenta, y se plantó a casarse con Yolanda, la cual ya se frotaba las
manos, cuando el día de la boda en el juzgado, el abogado de
Vicente, la obligo a aceptar el régimen de separación de bienes con
un montón de capitulaciones matrimoniales, total si estaba tan
enamorada, eso sería un detalle sin importancia, de esa manera se
ganó un marido que la mantuviese, pero exponiéndose a un divorcio
con una mano atrás y otra adelante, si se divorciaban por una
infidelidad de ella.

Había sido un costoso seguro de vida, sobre todo para el estilo de


vida de Yolanda, y para su desbordado y alegre apetito sexual.  

De ello ya habían pasado más de tres años, desde luego el ridículo


picha floja de Vicente, apenas podía satisfacer a aquella diosa
mediterránea lozana y de curvas imponentes, y eso que al principio
se la follaba día si, día no, porque la tenía loco de deseo, pero nunca
había sido un portento, ahora con más de cincuenta años y con apnea
y otros problemas no aguantaba ni medio asalto.

Yolanda recién había cumplido los treinta y tres, y estaba más buena
que nunca, la naturaleza había sido generosa con ella, a lo que
añadía su gusto por el deporte, así que su cuerpo se mantenía bien,
pero tal vez al rebajar su actividad sexual y al ver pasar las hojas del
calendario, Yoli, empezó a plantearse cuidarse aún más, había
logrado que Vicente renunciase a tener hijos con ella, a ella, no le
interesaba lo más mínimo, y además él ya tenía una hija de su
segunda mujer.

El asunto era, que se había comprado una elíptica que había metido
en su casa con piscina y jardín, y cada día hacia dos horas
religiosamente, además se apuntaba a todas las clases que podía con
Vero, pilates, spinning,  zumba, a lo que añadía sus sesiones de
abdominales diarias y después de tonificar su cuerpo, lo cubría de los
mejores aceites y cremas del mercado, de forma que su piel era
suave y firme como la porcelana, sin un solo pelo en su piernas y un
precioso depilado brasileño en forma de triángulo encima de su raja.

-        Bueno, ya es hora de que vuelvas con tus mellizos, que Luis
seguro que se está volviendo loco. Y yo que vuelva a casa, que hoy
viene la tontita de Belén a pasar esta semana con nosotros.

Dijo con voz neutra Yolanda, haciendo un gesto con sus finos y
delicados dedos al camarero de aquel bar terraza cercano a su casa al
que iba habitualmente con amigas o Vicente.

-        Joder nena, después de más de tres años, aún sigue así
contigo, como se puede ser tan insoportable como esa niña. La
verdad es que eres una santa, te has tragado toda la adolescencia de
la niña, que telitaaaa….y ahora con diecisiete años sigue siendo un
grano en el culo.

Contesto Vero,  resoplando molesta por la vida de su amiga.


-        No pasa nada, cari. Es normal que la niña me eche la culpa de
la ruptura de sus padres, además en su tontería tiene a quien
parecerse, si a eso le sumas, lo niña de papa, que es y lo mimada y
mal criada, no puede ser de otra manera. De cualquiera manera,
ahora tiene novio y aunque sigue siendo igual de insoportable que
siempre, al menos esta menos tiempo con nosotros y más con su
novio.

Respondió Yolanda sin dejar de sonreír.

-        Así que el cachorro de arpía, se ha echado un novio, pobre


desgraciado en manos de esa niña….jajaja.

Exclamo con burla Verónica.

-        Dos cafés y una tónica, tres con setenta y cinco.

Dijo un joven camarero con hoyuelos y el cabello pajizo, acercando la


cuenta.

-        Venga a esta vez, pago yo que te lo debo. Ten un billete de


cinco, quédate con las vueltas, gracias.

Respondió Yolanda echándose su precioso pelo por detrás de la oreja


hacía atrás sensualmente de forma femenina y delicada, sonriéndole
al camarero y alargando con su delicada mano un billete de cinco.

El chico estaba como congelado, sonriendo como un bobalicón, sin


mover un dedo con los ojos fijos en el canalillo de las tetazas de
Yolanda, intentando poder ver más de aquel suculento manjar.

Yolanda iba vestida de forma poco provocativa, pues era a ella a


quien le gustaba elegir en que momentos y de qué manera mostrar
sus atractivos, llevaba un pantalón vaquero normal, no ajustado,
unas zapatillas casual de medio tacón, que realzaban su perfecto y
turgente culazo dibujando sus formas de forma espectacular en los
jeans, en la parte de arriba una camiseta azul añil de algodón, con un
escote redondo que solo dejaba ver la parte de arriba de su canalillo,
sus precioso globazos de talla de copa E estaban realzados en un 
wonderbra de lycra azul añil, evitando que sus extraordinariamente
grandes pezones se marcasen en la camiseta, ni siquiera iba
maquillada, pero su perfecta sonrisa y aquel cuerpazo, seducirían al
mismísimo Zeus.

-        ¡Eh guapito! …. Cógeme el billete o me iré haciendo un “sinpa”,


jajaja….
Respondió risueña y simpática Yolanda como siempre, sin dejar de
sonreír mostrando sus dientes, al tiempo que movía sus hombros
levemente, para provocar al chico con el bamboleo de sus magníficos
melones naturales.

-        Oooohhh…ehhhh.si, si, si…perdón, perdón.

Respondió el chico abriendo los ojos como platos, al tiempo que cogía
el billete y se colocaba tras la mesa con cara de tonto.

-        Jajajaja…

Se reía del chico Verónica.

Mientras Yolanda se levantaba lentamente y caminaba un pie delante


del otro, sensualmente como solo ella sabía, exhibiendo su magnífico
culo redondo al chico.

-        Jajaja…quien tuvo, retuvo…jajaja…esta noche serás el sueño de


las pajas de ese chico…

Se retorcía de risa maléfica, Vero, acompañando a Yolanda al coche.

-        Jajajaja…genio y figura hasta la sepultura…jajajaja

Respondía risueña y alegre Yolanda tirando la cabeza hacia a atrás,


agitando en el aire su preciosa y sensual melena.

Estar con la cría era insoportable. Al principio había sido realmente


terrible, la niña con la patria potestad dividida entre el padre y la
madre, con una semana en cada casa, era una furia, el vaso
comunicante del odio y el rencor de la madre traicionada.

Yolanda lo entendía y su comprensión era extrema, debido a su carga


de conciencia y sentimiento de culpa, pero a esta furia, se unía la
estupidez y mal crianza de la niña, que era el ojito derecho de
Vicente, que le consentía todo.

Así que aquellos años, Yolanda había consentido que la llamase,


“cazafortunas”, “muerta de hambre y hasta “puta”, cuando las cosas
salían de madre y solo tenía trece años.

Pero, aunque había moderado el lenguaje, no así el trato y la falta de


respeto, y hacía tiempo que Yolanda había perdido el sentimiento de
culpa.

-        Esta comida es una mierda, como todo lo que siempre cocinas,
para ser de una familia de criados, cocinas fatal.
Decía la criaja pija sentada a la mesa de su madrastra.

-        Belén cariño, esta comida, no la he cocinado yo, la hemos


encargado por deliveroo, y todas las profesiones son igual de dignas.

Contestaba sin dejar de mostrar su más encantadora sonrisa Yolanda,


colmada de paciencia.

-        Eso no es cierto, como dice mi papa, los pobres son pobres
porque se lo merecen, son una escoria que no merece nada, como la
comida que tu cocinas, es escoria.

Respondía la niña altiva y prepotentemente, llena de odio de clase,


mamado de sus padres conservadores derechones, como no podía ser
de otra manera.

Yolanda prefería no continuar la conversación reía y miraba para otro


lado, mientras Vicente su marido, calvo, feo, viejo y desgarbado,
sonreía embobado a su niña y dejaba que insultara y faltase el
respeto a su mujer, una vez más.

-        Verdad papa.

Preguntaba la niñita pija y caprichosa.

-        Si hija mía, esos rojos de mierda, ensucian España, a pocos se


cargo Franco, debería haber limpiado este país de esa escoria y ahora
estaríamos sin problemas.

Respondía con el mismo odio, el derechón adinerado.

Yolanda nunca perdía su compostura, ni su sonrisa  seductora y


preciosa, hacía ya muchos años que había decidido evitar que las
mierdas de los demás, le amargasen lo más mínimo la vida. Pero
soportar aquella montaña de mierda se le hacía cada vez más
insoportable.

Había logrado que ella y Vicente durmiesen en habitaciones


separadas, entre los ronquidos y una piel grasa y apestosa, la
convivencia en el dormitorio había sido un suplicio para Yolanda, que
había sobrellevado con su buen humor, pero todo tiene un límite,
además de la falta de satisfacción sexual, convivir con Vicente era
repugnante, todo por el cochino estatus.

Eso era lo mejor de aquel matrimonio de conveniencia, tenía una


habitación completa, que hacia servir de ropero. Tenía dos cómodas
de seis cajones cada una, uno de ellos totalmente lleno de bisutería
cara y preciosa, le encantaba llevar pendientes en forma de aro,
llamativos y sexys, anillos, pulseras varias, collares y cadenitas todo
a juego, anillos para los dedos de los pies y cadenitas para los
tobillos. La otra cómoda era completa de lencería sus seis cajones,
era una compradora compulsiva de lencería, solo usaba tangas y
braguitas brasileñas de todos los colores y estampados y arriba sus
wonderbras a juego de talla de copa E , corsés de todo tipo, medias
transparentes, ligueros espectaculares, medias de rejilla, trajes de
lencería erótica, saltos de cama transparentes, un auténtico sueño,
que por desgracia solo podía lucir para el mierda de su marido,
Vicente.

Otro armario era solo de estanterías repletas de zapatos, cuñas


veraniegas, zapatos de tacón verano y de invierno, botas, botines,
sandalias, zapatillas de deporte, zapatos de medio tacón.

En otro armario guardaba sus trajes chaqueta perfectos, sus blusas y


camisas de seda de diferentes colores, elegante y sexy a la vez.

El clima en la costa mediterráneo era muy favorable a vestir ligero,


pero Yolanda era particularmente elegante, solo hasta que llegaba el
extremo calor llevaba medias y ligeros, y en casa, cuando esperaba
visita o pensaba salir, los días de buen tiempo solía ir con preciosos
vestidos de una pieza con la parte de la falda llegándole por encima
de las rodillas de sus preciosas y esculturales largas piernas, vestidos
con preciosos estampados o de un solo color, en el mayor de los
casos de tirantes o de mangas cortas, con escotes redondos, o en
pico, pero siempre conteniendo y realzando sus extraordinarias y
turgentes mamazas de grandes pezones.

Para los días más fríos o para vestir más casual, vaqueros, sueltos o
ajustados, leggings y mallas, bonitas camisetas, e incluso camisas
holgadas y sudaderas.

A Yolanda le gustaba mucho controlar donde y a quien le insinuaba o


mostraba parte de su espectacular y macizo cuerpo de firmes curvas.
Por lo que si quería podía ir vestida de manera que su cuerpo no
insinuase ni provocase en absoluto, disimulando sus espectaculares,
definidas y firmes curvas, en ropas holgadas. 

Su ropa, su cochazo, su cuenta corriente, su piscina climatizada y su


jardín al principio habían parecido suficiente, al principio. Ahora cada
día le costaba más soportar a su marido y a su malcriada hija, a
pesar de que jamás se la veía malhumorada y siempre lucía una
preciosa sonrisa y una palabra amable para todo el mundo, lo que
multiplicaba por cien el deseo que aquella diosa mediterránea
despertaba.
Siempre que podía evitaba a Belén, incluso hablar con ella, algo muy
difícil sobretodo viviendo con ella semana si, semana no. 

Como dos animales que marcan territorio, Belén le había prohibido a


los gritos que entrase en su cuarto o tocase algo de ella, Yolanda
había exigido tal reciprocidad. Llevaba más de tres años esperando
que Vicente, llamase la atención a aquella criaja, pero al revés
siempre era ella la que se llevaba la reprimenda, el asunto era fácil
para Vicente, ella era su única hija, y Yolanda nunca había querido
tener hijos con él, y de hecho Yoli tomaba todos los anticonceptivos
preceptivos. Y con aquel argumento veía su dignidad
sistemáticamente arrastrada por el lodo, por aquella criaja
adolescente.

Para el talante alegre, simpático, risueño y positivo de Yolanda, odiar


le era casi imposible, pero a la niña la detestaba, y a Vicente su
marido solo lo soportaba.

Con la llegada de aquel “novio”, Yolanda había creído que las cosas se
relajarían, o que al menos Belén pasaría más tiempo con el chico, o
que maduraría o vete tú a saber.

Pero seguía insultando y faltando el respeto a Yolanda en cualquier


circunstancia o lugar, incluso delante del chico, el cual siempre
intentaba conciliar, sonriendo como un bobalicón y tratando de quitar
importancia a los comentarios de la repulsiva criaja.

El chico tenía diecinueve años para veinte, a Yolanda no le importaba,


ni como, ni donde, ni cuando su hijastra, lo había conocido. Se
llamaba Sergio, era un niño pijo, que se las quería dar de malo, con
un pendiente y un tatuaje, cursaba primero de derecho, aunque
presumía de no haber aprobado ninguna, y también presumía de
tener mucha experiencia sexual. 

Todas estas bravatas no las hacía delante del marido de Yolanda.


Vicente se había puesto de muy mal humor cuando había conocido al
chico, hasta que supo que su familia tenía alguna clase de negocio, a
pesar de ello, había puesto unas reglas muy severas para la relación.
Belén tenía que estar en casa a las doce de la noche, nada de alcohol
para Belén y siempre localizables, Vicente prefería que, si tenían que
pasar rato juntos, que lo hicieran en su casa o en casa de su madre,
cuando Belén estaba allí, con la habitación de Belén siempre abierta,
eso por supuesto... (En eso su ex estaba de acuerdo con Vicente).

En realidad, a Vicente le parecía que Sergio era mayor, para Belén,


Yolanda confiando que el novio, la haría madurar, había defendido la
relación desde el principio, luego al ver que pasaban los meses y
Belén seguía igual de detestable, no había hecho el más mínimo
esfuerzo a favor de la misma, pero Vicente ya parecía conformado. 

Así que el chico pasaba muchos ratos de ocio con ellos, sobre todo el
fin de semana.

Como era algo que tenía que ver con Belén, había evitado
relacionarse con el chico lo más mínimo, el chico no despertaba en
ella interés alguno, todo eran bravatas de adolescente, aquel chico de
rostro vulgar, piernas esmirriadas y cuerpo fofisano, sin habilidades
sociales aparentes era de todo menos atractivo, pero no podía evitar
compartir con ellos algunos espacios de la casa, la cocina, los livings
con sofá y televisión, la piscina con la terraza y el jardín.

Por lo que, a las pocas semanas, de que su insoportable hijastra lo


trajera a casa, Yoli se dio cuenta de que el chico la miraba, de forma
hambrienta.

Ella claro al principio no se había percatado. Llegaba a casa


enfundada en sus trajes de trabajo, con sus faldas de tubo con raja al
borde de las rodillas, sus minifaldas ajustadas de ejecutiva dejando la
mitad de sus firmes y esculturales muslos a la vista, ajustadas
dibujando su perfecto culo respingón, alta muy alta, culo realzado por
sus perfectos tacones a juego, las medias de seda transparentes
vistiendo sus larguísimas y perfectas piernas, sus wonderbras
realzando sus redondas tetazas , a través de los escotes redondos o
en pico de sus camisas de tirantes de seda, sus blusas blancas y sus
chaquetitas cortas de tres botones, y perfecta e irresistiblemente
maquillada, con preciosos pendientes, pulseras , anillos, cadenitas, y
su sonrisa maravillosa siempre en su boca, y el chico creía que estaba
delante de una aparición, una diosa mediterránea del playboy, una
superstar porno.

Después ella se ponía sus elegantes vestidos de una pieza para estar
por casa, con medios tacones cómodos que seguían realzando sus
magníficos y turgentes glúteos, juntando sus melonazos y
exaltándolos, como ofreciéndolos. Era tan coqueta, que nunca se
desmaquillaba hasta que se duchaba antes de acostarse (solía
ducharse antes de dormir y cuando se levantaba por la mañana) si
había que salir o recibir a alguien quería estar siempre estupenda,
colorete en las mejillas, pestañas rizadas y perfectas, rectas y largas
de rímel, la raya de los ojos sin un defecto, sombras oscuras
difuminadas en los ojos y un húmedo y brillante pintalabios rojo o
rosa magenta. Una aparición sexy y descomunal a la vista de
cualquier macho sano y con el apetito sexual activo

Desde el primer día que el chaval la había visto así y le lanzaba


esquivas miradas de deseo cuando su joven novia no le veía hacerlo,
observando con deseo las curvas de Yolanda e intentando descubrir
con ansiedad más de aquel cuerpazo que insinuaba la madrastra de
su novia.

Debido a sus extraordinariamente grandes y erectos pezones,


Yolanda solía llevar algodón u otro tipo de arreglo con el fin de
disimularlos, pues ni los wonderbras lo lograban y eran visibles para
todo el mundo, algo que Yolanda era muy escrupulosa controlándolo.

Aquel día había un cielo gris, húmedo y algo frio, no había previsto
recibir a nadie, ni salir a ningún sitio, así que Yolanda se puso
cómoda, se recogió su preciosa, brillante y larga melena castaño
oscura doblándola y cogiéndosela con una pinza del pelo, se puso
unas sandalias havaianas rojas en sus delicados pies de uñas
pintadas de rojo, con un sexy anillo de plata en cada uno de los
segundos dedos de los mismos , unas mallas rojas ajustadas a juego
y una camiseta ajustada gris de rizo de mangas cortas, sin pensarlo
mucho se quitó su wonderbra, dejando sus grandes, esféricos,
turgentes y erectos pechos naturales que caían hacia los lados en
forma de lágrima entallados en su camiseta, con sus extra grandes
pezones apuntando hacia adelante como dos puntas de flecha.

En un momento dado de la tarde fue al salón con una revista, los dos
chicos estaban sobre unos pufs en un lado del salón mirando la
televisión, Yolanda los saludo brevemente, y se sentó en el sofá  a su
derecha, sentándose con sus piernas dobladas encima del sofá,
endiabladamente sexy, estirando y contrayendo sus largas y
esculturales piernas, colocándose su pelo de forma
arrebatadoramente sensual, con sus finos y delicados dedos de uñas
cortas, cuidadas y pintadas de rojo, y con sus enormes y maravillosos
globazos, erectos dibujando de forma insinuante y clara sus enormes
pezones extra grandes.

El chico era bueno disimulando, a Yolanda le costó más de diez


minutos darse cuenta, de la ansiedad que le provocaba y como este
esgrimía todo tipo de excusas, para levantarse, dejar a su novia
adolescente, pequeñaja, pecho plano y piel rosada, y moverse por el
salón, con los ojos fijos en los pezones de Yolanda, unos ojos que
parecían se le iban a salir de la cara.

Yolanda se sonrió y constato las sospechas que tenía al respecto,


había pillado al chico alguna que otra vez mirándole, sobre todo,
cuando ella se giraba de espaldas, le miraba el culo y las piernas
claro, pero las tetas lo hacía con más disimulo, el chico era bueno,
pues la tonta de la niña malcriada y estúpida de Belén, no sé había
percatado.
A Yolanda le satisfizo mucho, no tenía forma de neutralizar la
influencia de Belén en su marido Vicente, ni de castigarla por su
insolencia y los ataques a su dignidad, por lo que poder juguetear con
aquel mocoso de dieciocho años, pijo bravucón, que iba de malote,
ponerlo ansioso y robarle la atención de su novia adolescente,
convirtiéndose en el eje del deseo sexual del chaval, le encantaba, le
entusiasmaba, era una forma de castigar a aquella niñata. 

Pero tenía que ser prudente, el chaval sabía mirarla de forma


disimulada, pero ella también tenía que exhibirse ante él sin que se
notase.

Para empezar, la semana que la niñata estaba en su casa, se


maquillaba de forma perfectamente sexy y elegante, se vestía con los
trajes chaquetas más sexys que tenía, siempre con medias de seda y
ligeros, tacones perfectos, que elevaban su altura y su cuerpazo de
mujer de bandera. Minifaldas y faldas de tubo con raja en el medio
ajustadísimas resaltando su perfecto y turgente culo y dibujando sus
caderas, americanas y chaquetitas cortitas, primando las camisas de
tirantes  ajustadas tanto de seda, como de encaje, cuando no
chaquetitas cruzadas tipo blazer que se cerraban por arriba dejando
un triángulo por donde ver la parte alta del canalillo, sin nada más
debajo, que sus exuberantes wonderbras de talla de copa E, se ponía
aquellos, que los fabricantes hacían más ajustados, que realzaban sus
mamazas como si fueran a explotar dentro de su ropa y marcaban la
redondez de sus tetazas.

En la oficina intentaba disimular mostrándose comedida y no


mostrando demasiado, tan simpática como siempre, pero sin otorgar
confianzas.

Pero al llegar a casa, si detectaba la presencia de los chicos se


desabrochaba la americana o chaquetilla, si eran del tipo blazers se
abría un par de botones de manera, que se le veía tres cuartas partes
del canalillo y toda la redondez de sus globazos turgentes y erectos. Y
se movía por la casa haciendo sonar sus tacones, como una señal de
aviso de su presencia, después disimuladamente se dejaba caer por
donde estaban ellos.

Si se tropezaba casualmente con Sergio, le esbozaba su mejor y más


arrebatadora sonrisa, la que derretía a todos los hombres, aquella
belleza morena, con ojos oscuros y brillantes, aquel pelo sedoso
negro como la noche, aquellos dientes, aquellos labios, aquellos
pómulos, una diosa que te sonreía diciéndote, devórame. El chico se
quedaba loco.

Si iban juntos saludaba neutramente a la niñata malcriada, y diciendo


su nombre lanzaba una sonrisa pícara y lasciva a Sergio, en el justo
momento en que la niñata apartaba la vista con desagrado, el chico
tragaba saliva, pero solo hacía que buscar la ocasión de encontrarse
con Yolanda.

Ella de forma muy disimulaba los merodeaba, vestida de ejecutiva


sexy, estaba un rato en una parte de la casa, y luego se aproximaba
dónde estaban los chicos, si estaban sentados, se sentaba cerca,
ojeando una revista o mirando su móvil como si estuviese en otra
cosa, y como cruzaba las piernas, largas y vestidas con medias de
seda, acabadas en preciosos tacones de aguja, mostrándole al chico
sus firmes muslos, así como la goma de las medias y el principio del
ligero.

O de forma muy calculada movía los brazos y los hombros de forma


insistente pero disimulada, realzando el ajuste de sus tetazas de talla
de copa E, que dibujan curvas lascivas en el aire, y que el muchacho
devoraba hambriento de más, fijando sus ojos en ellas y explorando
sus escotes.

O cuando llevaba las chaquetitas blazers cruzadas con solo ropa


interior, y se las desabrochaba dos botones, sin dejar de sonreír
preciosamente y recogiéndose la preciosa melena de forma femenina
y sensual, dejaba caer cosas a propósito y a la vista de la parejita,
para arrodillarse después como si ellos no estuvieran, mostrando con
este gesto por instantes sus redondas y turgentes mamazas
contenidas en sus maravillosos wonderbras.    

A Sergio cada vez le costaba más disimular, sobre todo cuando se


quedaba congelado como un bobo con la boca abierta y la mirada fija
en ella, cuando la excitación llegaba a esos límites, Yoli, solía
desaparecer por un rato.

Después aparecía enfundada en sus vestidos casual de una pieza,


casi siempre de tirantes o con los hombros libres,  ajustados en la
parte de arriba realzando sus apetitosos melones, y cortos por la
falda, se acomodaba cerca de ellos en sofás, sillones, pufs,
recogiendo las  piernas de forma tan sexy como podía, moviéndose
de forma que el chico pudiera verle por momentos hasta el color de
los tangas o las bragas brasileñas que usaba, sin dejar de recogerse
el pelo, o acomodárselo con pinzas, o coletas muy femeninas.

Y los días de peor tiempo, los leggings más ajustados que tenía,
negros, rojos y azules, con camisetas de punto o ajustadas de lycra,
moviéndose de un lado hacia otro alrededor de los chicos, como
quien no quiere la cosa, siempre con zapatillas de deporte de medio
tacón, midiendo los momentos pero mostrándole al chico sus
magníficas nalgas, moviéndose sensualmente, sin exagerar, pero una
nalga arriba, una nalga abajo, una nalga abajo, una nalga arriba, su
vientre plano, natural y relajado con el piercing marcado y sus tetas
embutidas como si fueran a explotar. 

Cuando veía que el chico ya no podía disimular y solo tenía ojos para
ella, desaparecía de la escena, dejando al chico como una moto.
Mordiéndose el labio y sonriendo de placer, como le encantaba
calentar al novio de su detestable hijastra.

Y como estallaba esa euforia dentro de ella, cuando el chico en


algunas ocasiones con excusas muy peregrinas, dejaba a su novia
para atender una urgencia en el baño. Yolanda traviesa se acercaba
sigilosa a la puerta del baño que había ocupado el chico, para
regocijarse con una enorme sonrisa de satisfacción, cuando al poner
la oreja en la puerta lo oía jadear, masturbándose pensando en ella. 

A las pocas semanas, no tenía que molestarse en mostrarse mucho,


el chico la buscaba por la casa, disimulando esa búsqueda, y ella
seguía calentándolo.

Al observar que muchos días Yolanda hacia ejercicios con la elíptica o


yoga o pilates, en el cuarto gimnasio que había habilitado junto a la
piscina. Sergio acabo por convencer a Belén con aprovechar aquel
espacio para hacer algo de ejercicio a la vaga niñata.

El único objetivo del chico era ver a Yolanda, examinar ansioso su


perfecto y esférico culo ajustado en los short y mallas  deportivas que
gastaba para hacer ejercicio, devorar con los ojos sus esculturales y
largas piernas de porcelana bronceada, analizar el movimiento de sus
firmes caderas, aguardar el momento y el movimiento preciso para
observar más de sus redondas y turgentes mamazas, agitándose en
el aire como dos esféricas y perfectas montañas de firme gelatina y
sobretodo grabar en su retina aquellos pezones enormes, que se
marcaban erectos en los tops elásticos deportivos de tirantes que
usaba Yolanda, pues no los ocultaba cuando hacia deporte, la cual al
empezar a  ver aparecer a los chicos y sabiendo  el motivo, se
refrescaba los extra grandes pezones con hielo, para que erectos
como dos puntas de lanza, provocasen lujuria salvaje en el joven
novio de su repugnante hijastra.

El chico no albergaba ninguna esperanza de ser objeto de una


seducción, Yolanda era una experta calienta pollas, sin que se le
notase absolutamente nada, y como sus miradas lujuriosas y sus
sonrisas picaras y preciosas no pasaban del saludo inicial,
consideraba todo lo que estaba pasando una casualidad que le
permitía observar de cerca una diosa morena, mediterránea con un
cuerpo de pornostar y una cara preciosa.
Y esa ansiedad y deseo salvaje de llamar la atención de tan tremenda
hembra, le llevo a mantener conversaciones con Yolanda, algo que
podía explotarles a los dos en las manos, sobre todo con la niñata
malcriada, por allí.

Pero el chico sabía escoger los momentos en los que Belén estaba
ocupada, mientras estaba en el baño, mientras se cambiaba, si le
decía a una hora llegaba un poco antes para tener que esperar que
ella acabase lo que estuviese haciendo y aprovechar para conversar
con Yolanda, intentando flirtear con ella como un pobre novato,
ridículo.

-        Hola Yolanda, ¿Qué tal?

Preguntaba Sergio, esbozando media sonrisa chulesca de pobre


novato.

-        Jajaja…muy bien Sergio.

Respondía Yolanda riendo dulce y femeninamente, mirándolo


fijamente con sus brillantes ojos negros, echándose atrás su preciosa
melena morena con sus finos y delicados dedos, irradiando su
irresistible simpatía.

-        No hace falta que lo digas, ya lo sé.

Contestaba el chico, esbozando una torpe sonrisa retraída de


inexperimentado jovenzuelo.

-        Ja, ja, ja,…Muchas gracias Sergio…pero yo soy una mujer…


digamos que mayor para ti…seguro que estas todo el día rodeado de
jóvenes bellezas, como Belén, ¿Verdad? No hace falta que te burles
de una mujer que ya no es una jovencita.

Le vacilaba Yolanda sin dejar de sonreír picaronamente, con su bello


rostro, cruzándose las piernas, acariciándose los muslos como si
cualquier cosa, o moviéndose grácil pero disimuladamente, mientras
exhibía ante el chico sus majestuosas caderas, su firme y respingón
culo perfecto o sus enormes globazos a través del escote.

El chico tragaba saliva, con los ojos dándole vueltas, sin saber donde
posarse, casi mudo incapaz de responder a aquella superhembra,
aquella diosa morena con cuerpo de playmate.

-        No pasa nada Sergio, de verdad es muy zalamero y muy


amable por tu parte, pero seguro que, entre las jóvenes chicas de tu
edad, hay bellezas mucho mejores que yo, vamos seguro, ¿verdad?
Volvía a interrogar sonriendo cordial y conciliadoramente Yolanda,
adoptando una cálida postura, con la que conseguía dar seguridad
siempre a los hombres a los que tenía embobados.

-        Pues, pues, pues…la verdad, es que yo nunca he visto una


mujer más guapa que tú, Yolanda. Eres más alta que la media de las
mujeres, especialmente las morenas, sabías.

Cambiaba de tema dubitativo el fiasco de Don Juan.

-        ¿Si, eso crees? ¿Cuánto crees que mido, venga dime algo?

Decía Yolanda poniéndose de pie en toda su longitud y estirándose,


sin dejar de mostrar su sonrisa al chico, en actitud amistosa de niña
traviesa, relajando el ambiente y generando un ambiente de juego.

-        Pues, pues no sé. ¿Uno sesenta y ocho, uno sesenta y nueve?

Contestaba el chico más relajado, contagiándose del ambiente lúdico


y amistoso que transmitía Yolanda.

-        Meeeccc…casi, casi, uno setenta y uno, pero gracias por jugar
caballero. Ja, ja,ja.

Decía graciosa, risueña y simpática Yolanda, tocando al chico con


complicidad, enfundada en sus sexys vestidos de ejecutiva, en sus
vestidos casual de estar por casa, en sus mallas y tops ajustados,
frotándose con el chico casualmente como si fueran amigos de toda la
vida, como si cualquier cosa. Ante lo que Sergio quedaba petrificado,
y Yolanda se excusaba con su preciosa y amistosa sonrisa y se
marchaba a ocuparse de alguna tarea que le esperaba, dejando al
chico caliente como un volcán.

Se daban en muchas ocasiones estos jueguecitos zalameros y torpes


por parte de Sergio y llevados de esta manera magistral por Yolanda,
su actitud amistosa y cercana, sus tocamientos y sonrisas, volvían
loco al chico, que creía que había atraído en algo a aquella preciosa y
maravillosa hembra, aunque luego desechaba la idea.

En otras ocasiones las conversaciones giraban en torno a cosas más


rutinarias, pero Yolanda no dejaba de darle confianza y de mostrarse
amistosa, risueña y simpática con el muchacho, alimentando sus
fantasías, y distrayéndolo en su relación con su hijastra.

-        ¿Ah, entonces estudias derecho, Sergio?

Preguntaba Yolanda, con las piernas dobladas encima del sofá y el


tronco erguido en una postura muy sexy y femenina, enseñando la
mitad de los muslos, inclinándose levemente como quien no quiere la
cosa, para mostrar por el escote redondo de su vestido de tirantes, la
esfericidad turgente y grandiosa de sus tetazas turgentes en forma
de inmensa gota de lluvia que se desborda por los lados. Preguntando
como si estuviera sinceramente interesada, consiguiendo que el
pobre estúpido del chico, se hinchara como un pavo y muy seguro de
sí mismo, conversara con ella.

-        Si, si, si estudio derecho, pero no apruebo muchas, je, je, je,
me va demasiado la fiesta…tú ya me entiendes. Tengo entendido que
tú también has estudiado ¿No?

Respondía Sergio, esperando la respuesta a la vez que ponía los ojos


locos, recorriendo las curvas del cuerpazo macizo y suave de Yolanda,
al tiempo que sin dejar de mirarla, abría la boca como un estúpido.

-        Si, estudie ADE.

Respondía Yolanda, sin dejar de sonreír cordial y amistosamente y en


ocasiones alargando, alguno de sus brazos, para tocar con sus
perfectos y delicados dedos el brazo o los hombros del chico,
haciendo como que no se percataba de como el chico la devoraba con
los ojos.

-        Y, y,y, y…el, el, el padre de Belén.

Se trababa con la lengua mientras tragaba saliva y abría mucho la


boca, al tiempo que Yolanda no paraba de moverse con disimulo,
mostrándole más de sus voluptuosas curvas, y acercaba su deseado
cuerpo, al niñato bravucón y torpe.

-        Vicente, compro un título en una universidad privada, así que


no sé si decir, que estudio o no…decídelo tú…jajaja

Contestaba Yolanda, bromista y desvergonzadamente entre risas


cómplices, que encandilaban e hipnotizaban, a aquel Casanova de
pacotilla.

Se oía la voz de Belén o unos pasos, y Yolanda se separaba del chico,


que estaba duro y embobado y se iba de la habitación sin dejar de
sonreír a Sergio, excusando que tenía que ir a hacer algo.

Yolanda sabía que jugaba con fuego, y notaba que el chico cada vez
le costaba disimular más, se ponía con Belén a hacer ejercicios en la
sala gimnasio y siempre encontraba la forma de ver como las
perfectas y redondas nalgas de Yolanda subían y bajaban, bajaban y
subían, mientras hacía elíptica, y cuando Belén no miraba, Yolanda le
lanzaba su más sinuosa y atractiva sonrisa, aumentando el ritmo de
la elíptica moviendo los hombros, para que además de sus nalgas,
sus tetas se balancearan visiblemente arriba y abajo, abajo y arriba.

Si Belén los pillase en alguna de aquellas ocasiones, sin pasar nada


se podría montar la de San Quintín, sobre todo con el carácter
malcriado de aquella niñata.

Pero la actitud de Belén, no disminuía, en público o en privado,


desplantaba a Yolanda, la denigraba, sin control o recriminación
alguna paterna, Vicente besaba por donde pisaba su niña.

Todo esto hacía que el deseo, de volver loco al novio cretino, criajo y
bravucón de Belén, no aflojase en Yolanda.

La actitud del chico, cada vez más deseoso de ver a Yolanda, e


intentar interactuar con ella, para llamar su atención y flirtear
torpemente, ayudaba mucho a Yolanda.

Una mañana de fin de semana, muy temprano, Sergio apareció en la


casa. Estaban los tres en la cocina, cuando estaba Vicente delante, el
niñato pijo, se quedaba petrificado de miedo.

Pero quien fue a abrir la puerta principal cuando llamo, fue Yolanda.
La preciosidad morena le abrió, y le regalo su más hermosa y
seductora sonrisa, con su oscura y brillante melena suelta haciendo
una leve curva desde la raya del medio, para caer hasta la mitad de
su espalda.

Calzaba unas sandalias havaianas, que dejaban a la vista sus


preciosos y cuidados pies, de uñas pintadas, con un dedo en cada pie
ensortijado y una pulserita de plata alrededor del tobillo derecho y
arriba llevaba un precioso batín de seda rosado, que  le llegaba
cuatro dedos  por encima de las rodillas , cruzado y atado por un
nudo, donde sus maravillosas tetazas naturales en forma de gota de
lluvia separadas como si cayesen por los lados se dibujaban a través
del batín, marcando sus formas en él, y en el centro de ellos sus
extra grandes pezones, apretados apuntando hacia adelante.

-        Hola Sergio, cariño, que pronto vienes, ¿No?. Estamos


desayunando, acompáñame a la cocina.

Hacía algunos días que cuando estaba a solas con él, le decía cosas
como cariño, querido, tesoro, nene. Sabiendo que eso aumentaba la
confianza, del chico en estar haciendo progresos sobre ella.

-        Si, si, si….


Contesto el chico con los ojos como platos, siguiéndola como un
perrito faldero, mientras Yolanda caminaba a través de la casa
contoneando sus caderas femenina y sensualmente mostrando el final
de la curva de sus glúteos por la parte inferior de la bata, al tiempo
que se aflojaba un poco el nudo del batín de seda rosa.

-        Sergio, tesoro, en la cocina esta Vicente. Te lo digo para que


no te muestres muy “cómodo” ya sabes que, a él, no acaba de
gustarle, que te sientas como en casa.

Dijo esto Yolanda, mirando con sus oscuros ojos con su precioso
rostro de diosa mediterránea morena al chico, al tiempo que le
mostraba con el escote abierto, todo el lateral redondo de sus
enormes tetazas, que escapaban del body que llevaba puesto, que
bajaba con un escote de pico hasta el ombligo, y que al estar tan
abierto dejo a la vista del chico el principio del monte de Venus de la
pornostar morena, permitiéndole ver su cuidada línea de pelo púbico
que escoltaba su raja.

El chico se puso blanco, y ojiplático, siguió a Yolanda hasta la cocina


como hipnotizado, mientras esta volvía a ajustarse el batín de seda
rosa, esbozando una enorme y preciosa sonrisa de victoria.

Más tarde aquella mañana, cuando Vicente estaba fuera, de forma


inocente el chico saco el tema de dormir con pijama, estaba como
chuleando con la niñata pija y repugnante, pero detrás estaba
sentada con las piernas dobladas encima del sofá muy sexy, Yolanda,
enfundada en uno de sus vestidos de tirantes.

En un momento dado, Belén se levantó y se fue al baño, entonces


como si hablase sola, Yolanda dijo:

-        Pues, yo siempre duermo con bodys de lencería sexy y saltos


de cama, tanto en invierno como en verano.

Y diciendo esto bajo del sofá, y dirigiéndole una sonrisa seductora y


lasciva al chico se fue de la habitación.

No paso mucho tiempo antes de que Belén le pidió permiso a su


padre para que Sergio pasase alguna noche en la casa, durmiendo en
una habitación de invitados y ella encerrada en la suya, claro, pero
Sergio y ella se despertarían juntos. Claro Yolanda solo pudo estar a
favor de Belén, quitándole hierro ante su padre, que cedió.

Yolanda sabía muy bien, que él chico se moría de ganas de poder


tener la oportunidad de verla con aquella lencería de noche, y se
regocijaba en su interior.
Con la llegada de los días largos, la cosa subió de temperatura,
porque a pesar de no ser verano, el sol lucia lo suficiente para poder
broncearse y uno podía bañarse, a pesar del momento del año, ya
que la piscina era climatizada.

Yoli, como siempre había hecho cuando llegaba este tiempo, después
de llegar a casa y ponerse cómoda, hacia sus ejercicios si no los
había hecho antes en el gimnasio y salía al jardín terraza enfundada
en uno de sus preciosos bikinis, para tomar el sol, apenas un par de
días y su piel adquiría un precioso y brillante tono cetrino, como si
fuera una diosa de bronce.

No podía haber motivación mayor para Sergio, que fingiéndose muy


enamorado de la niñata repugnante, no salía de casa de su novia, y
claro, había que aprovechar la piscina.

Así que allí estaba Sergio con Belén jugueteando en el agua, Yoli,
picarona esperaba que los chicos estuvieran en el agua, y hacia su
entrada, solía llevar chanclas o sandalias planas, pero la semana que
Belén estaba en la casa y con ella Sergio, aparecía en la piscina sobre
cuñas de esparto, enfundada en su mini albornoz blanco que apenas
cubría la parte superior de sus muslos, dejando la mitad de sus
nalgas al aire, sus gafas de sol redondas y grandes, su sonrisa
arrolladora y sus aceites bronceadores, se paseaba por delante de los
chicos saludándolos de pasada, mostrando muy bien sus preciosas,
largas y esculturales piernas y sus gloriosos muslos.

Llegando hasta una hamaca de jardín y muy lentamente se quitaba el


mini albornoz, como si fuera un ritual, se acomodaba sensualmente
su preciosa melena negra como el azabache, y de pie empezaba a
extenderse el aceite bronceador, delicadamente sobre su suave piel
de porcelana, bronceada, en cada pie un anillo de plata adornaba el
segundo dedo, de sus preciosos pies griegos, y en la pierna izquierda
una pulserita decoraba su precioso tobillo. Después se tumbaba y
seguía extendiéndose el aceite sobre su vientre plano y definido, sus
piernas llenas y firmes, sus nalgas esféricas perfectas, sus delicados
pies su canalillo, sus hombros, etc…

El chico hacía lo que podía para poder ver parte de aquel espectáculo,
además los pezones extra grandes de Yolanda estaban erectos,
marcándose fieramente en la parte de arriba del bikini que siempre
cogía de una talla menor copa D, para que recogidas y prietas,
pareciese que sus tetazas, embutidas y realzadas (de forma que
Yolanda parecía un número nueve con cabeza) fueran a explotar
dentro del bikini.

La parte de debajo de sus bikinis no eran tangas, había tenido


sesudas discusiones con Vicente, pero no había habido manera, así
que escogía aquellas partes inferiores que sin ser tanga más
mostrasen de sus circulares y perfectas nalgas, de manera que se
podía ver casi el ochenta por ciento de un gran tatuaje que llevaba en
el centro de su turgente y firme nalga izquierda, un tatuaje de color,
un gran sol de rayos cortos y curvos atravesado por una raíz verde y
coronado por una cornamenta curva, una alegoría medieval de la
infidelidad, que una noche cachonda, borracha e influida por Vero, se
hizo tatuar, pagándole al tatuador, con la mejor mamada- cubana
que iba a recibir en su vida.

Aquella diosa morena, que cuando el novio pijo bravucón patético de


su repugnante hijastra estaba en la piscina, se tostaba al sol sin
desmaquillarse, aquellos ojos negros brillantes, de diosa mora de la
belleza, con sombras de ojos oscuras, el colorete liviano en su
mejillas, el carmín húmedo rojo o rosa en sus labios carnosos, su
sonrisa preciosa y su piel sedosa y bronceada, moviéndose sobre sus
cuñas que realzaban sus curvas de aquí para allá, como si los chicos
no estuvieran, agitando su respingón culo perfecto, sin un milímetro
de celulitis, nalga arriba, nalga abajo, nalga arriba, nalga abajo,
moviendo sus hombros sibilinamente, de manera que sus globos
prietos y juntos se balanceaban arriba y abajo, abajo y arriba, de un
lado a otro.

Se agachaba a coger el aceite o algo que había dejado en el suelo,


una revista o una bebida, o simplemente a ajustarse las cuñas y allí
estaban colgando dentro del bikini, sus enormes melones naturales,
turgentes y erectos embutidos en sus bikinis de talla inferior, con sus
pezones extra grandes marcándose en la tela como si quisieran
romperla, exponiéndolas completamente al novio niñato de su
hijastra.

O se ponía a cuatro patas con su magnífico culo mirando hacia la


piscina, moviéndose lentamente, permaneciendo así para que el chico
se diera un buen banquete de su divino culo.  O se extendía el aceite
bronceador por todo su cuerpo, muyyyy lentamente, dedicándole
mucho tiempo a sus muslos, sus gemelos, sus pies, sus tobillos,
empeine y cada uno de sus dedos, y en especial sus nalgas.

No había ni un solo día de piscina en la que Sergio no tuviera que ir


dos o tres veces al baño, tardando ostensiblemente. Yolanda se
regocijaba en su interior.

Todo parecía bajo control. Desde que había empezado la temporada


de piscina, las conversaciones entre Yolanda y Sergio, donde el
probaba de impresionarle torpemente, se habían reducido bastante,
Yolanda se había dado cuenta que Belén empezaba a darse cuenta
que su maravilloso novio, por el que bebía los vientos, blancucho,
pecoso, y niñato fofisano que iba de malo, no paraba de mirar a su
odiada madrastra. Así que ella intentaba mostrar total indiferencia en
todo lo que hacía ante ellos, como si no estuvieran.

Pero claro llevaba al chico loco de ansias y de deseo. Cuando Yoli


acababa de hacer ejercicios en la sala de gimnasia, solía masajearse
sus muslos, nalgas y gemelos con body milk, esta sala tenía un
ventanal de cara a la piscina, allí mirándola desde la piscina, pillo
Belén a Sergio un día que Yolanda ni siquiera se había percatado de
la presencia del chico.

Lo que sí pudo oír fueron los gritos de loca histérica de la niñata de su


hijastra, mientras el chico la perseguía pidiendo perdón.

Yolanda se calzo rápidamente e intento alcanzar a los chicos sin ser


vista, ella conocía muy bien su casa.

-        Hijo de puta, estabas viendo a esa zorra de Yolanda, con lo que
tú sabes que la detesto.

Decía Belén llena de furia y odio.

-        Nena, nena, nena…te equivocas de verdad, te equivocas, ha


sido una casualidad estaba solamente mirando las máquinas.

Contestaba Sergio como un pardillo.

-        Venga no me jodas, que ya te veo en la piscina como le lanzas


miradas a su culo y sus tetas, a la muy zorra

Respondía llena de ira y rencor Belén.

-        Ja, ja, ja, pero como se te puede ocurrir, por favor nena, a mí
me gustan las castañas claro como tú, y de piel blanca, y ella tiene el
pelo negro y la piel morena. ¿Además cuantos años tiene, a ver?

Preguntaba con voz de incrédulo sorprendido el niñato bravucón.

-        Treinta y tres años, la vieja zorra, el putón verbenero, y


además esta gorda, no has visto el culazo y las tetazas que se gasta,
la puta gorda.

Respondía algo menos rabiosa la niñata mal criada.

Joder si los había visto, pensaba Sergio, los había visto y se moría
por comérselos.

-        Pues claro, cariño, si es una vieja gorda, como voy a pensar ni
por un segundo en ella, teniéndote a ti.
Contesto el chico, abrazándola y fundiéndose en un beso, con la
niñata adolescente, de piel rosada, metro sesenta y cuatro, con culo
carpeta y más plana que un tablón de madera.

La niñata le correspondió tranquilizada, el chico había salvado un


punto de partido.

Yolanda que lo había escuchado todo, se marchó entre tranquilizada y


molesta, el chico la había negado, eso le picaba en su orgullo, pero
ahora debería reducir mucho el calor con él, antes de volver a subirlo.

Así que las siguientes semanas, evito estar en la piscina cuando


estuvieran los chicos, o pasearse en bata por la casa cuando se
quedaba a dormir Sergio, o compartir la sala de gimnasia con ellos.
Sergio también se distancio un poco, aunque Yolanda aún podía
percibir como los ojos del chico la perseguían por toda la casa cuando
Belén no podía verlo.

Pero una tarde oyó mucho jaleo, mientras acababa de hacer yoga en
la sala de ejercicios, viendo aparecer a Belén y Sergio, con otra
parejita en la piscina.  Al lado del payasín de Sergio con su tatuaje y
su pendiente, había otro chico, con los dos brazos y la espalda algo
musculados, un peinado de cepillo y un tatuaje de un dragón en un
brazo, era aún más bajo que Sergio, el cual era tan alto como
Yolanda, su chica parecía una amiga de Belén del colegio, otra niñata
pija, que se había colgado de otro pijo estúpido que va de malote.

Al haber otro invitado a la fiesta, Yolanda creyó que era un buen


momento para volver a escena y fijar la atención de aquellos dos
jóvenes machos en su voluptuoso cuerpo, de manera que fuera más
disimulable al ser dos.

Las dos parejas chapoteaban jugando cuando apareció Yoli, abriendo


la puerta de la casa que daba a la terraza.

Un batín de satén de seda negro cruzado sobre el pecho, que le caía


hasta mitad de los muslos cubría su cuerpo. Su voluptuoso cuerpo de
firmes y sinuosas curvas estaba realzado sobre dos sandalias de
tacón doradas, que sostenía sus perfectos y cuidados pies griegos de
uñas color rojo pasión con unas leves cintas doradas que le pasaban
por encima y se ataban a su larga y esculpida pierna por unas cintas
doradas que se le enroscaban por encima del tobillo, el derecho de
los cuales llevaba una sexy cadenita de oro. Unos anillos de plata en
cada uno de los segundos dedos de sus pies los adornaban.

Camino hacía su hamaca favorita sin dejar de esbozar su maravillosa


sonrisa mirando al frente, tranquilamente con carencia, adelantando
primero una pierna, y después la otra, dibujando los círculos de sus
caderas en el aire, al tiempo que marcaba el bamboleo de sus nalgas
a través de su bata de seda negra. Los dos chicos empezaron a dejar
de chapotear para sin dejar de hablar con sus parejas, acercarse a la
orilla opuesta y poder deleitarse observando el avance de Yolanda por
la terraza hasta su hamaca favorita.

Cuando Yolanda llego hasta ella, se puso de espaldas a la piscina y


con precisión experta, se quitó el batín de forma lenta, pero no
demasiado, dejando ver el esplendor de su suave espalda sedosa y
bronceada y sobretodo de su perfecto y esférico culo con su sexy
tatuaje.

Llevaba un bikini negro resplandeciente de lycra, que unía la parte


delantera con la trasera de su pieza inferior con dos aros dorados, la
parte superior que sostenía y recogía sus grandes y perfectas tetazas
esféricas también se unía por el canalillo por un aro dorado, a juego
en sus preciosas orejitas llevaba dos aros dorados.

Dejo a un lado el batín de seda y después de mostrar en dirección a


la piscina sus respingonas y realzadas por los tacones, nalgas
perfectas, inclinándose para deleite de los chicos, haciendo como que
acomodaba la toalla en la hamaca, se dio la vuelta. Sus pezones
extra grandes se marcaban con fiereza en a través del bikini. Se
inclinó para desatarse las sandalias, echándose para atrás lenta y
sensualmente su negra y preciosa melena brillante, con total
despreocupación dejando a la vista de los chicos, todo el esplendor de
su dos globazos colgando, balanceándose dentro de su bikini negro.

Los dos chicos seguían hablando con sus parejas, con los ojos
clavados en el cuerpazo de aquella diosa mediterránea. El amigo de
Sergio se relamió y trago saliva. La diosa morena levanto la vista a
ambos muchachos y les sonrió deliciosa y seductoramente, a lo que
los dos chicos respondieron sonriendo como dos bobalicones,
momento en que las chicas se dieron la vuelta. Yolanda ya se había
sentado en la hamaca y dirigía su mirada hacia otro lado, ajena a las
miradas de envidia de las chicas.

La novia del amigo de Sergio le arrojo agua a los ojos y los chicos
salieron de su ensimismamiento, devolviendo la refriega a las chicas,
persiguiéndolas, haciéndoles aguadillas, hasta que las dos niñatas
quedaron agotadas, y salieron de la piscina a tomar el sol, gritándoles
niñerías a sus novios.

Yolanda tumbada boca arriba en la hamaca aguardaba como una


depredadora el momento, y cuando los chicos se quedaron solos en la
piscina y sus flacas, pequeñajas y blancuchas novias se tumbaron
boca abajo en sus hamacas, Sergio le dio un codazo cómplice a su
amigo, y ambos desde el agua miraron en dirección a la diosa
morena de playboy.

Yolanda sin quitarse sus grandes gafas de sol, saco el aceite


bronceador y de forma muy lenta lo fue extendiendo por todos y cada
uno de los dedos de sus perfectos pies inclinándose hacia delante de
forma que sus mamazas firmes, redondas, turgentes y perfectas se
balanceasen a la vista de los chicos, para luego subir lentamente por
sus tobillos, primero el derecho, luego el izquierdo, los muslos
elevando sensualmente una pierna y luego la otra, observando a
través de sus gafas de sol con una sonrisa pícara, como los chicos
con el cuerpo metido en el agua hasta el cuello, no le quitaban ojo de
encima, comentando entre susurros, mirándola fijamente grabando
en su iris cada centímetro del cuerpo de Yolanda. La cual prosiguió
poniéndose aceite sobre su definido y perfecto vientre las manos los
brazos, los hombros, la cara quitándose las gafas de sol, el cuello,
dejando para el final la parte superior del pecho, y el trozo de sus
esplendidas mamazas, que quedaban al descubierto, levantándolas
en un gesto muy lujurioso para extender aceite bronceador por
debajo de estas.

Acabado el espectáculo, se relajó y se tumbó, oyendo como los chicos


entre risitas salían del agua, para primero tumbarse junto a sus
novias criajas, diciéndoles y haciéndoles cualquier estupidez
adolescente, para al poco rato ir uno por uno al baño por turnos,
tardando lo suyo en volver, Yoli se regocijaba como una gata en celo.

Llevarían así unos cuarenta minutos, cuando las chicas dijeron de


entrar para ir al baño y preparar algo para beber y comer, los chicos
en plan machista faltón asistieron. Apenas las chicas entraron en la
casa, los dos muchachos de forma disimulada entraron en la piscina y
se acercaron atravesándola a donde estaba Yolanda, la cual sonreía
como una zorra relamiéndose de gusto.

-        ¿Qué tal Yolanda cómo va?

Dijo tímido y tragando saliva Sergio

-        Maravillosamente, mejor imposible, sol, piscina, relax…


jajajaja….no piensas presentarme a tu amigo.

Respondió Yolanda, esbozando su más cautivadora sonrisa, risueña y


simpática como siempre incorporándose en la hamaca y recogiendo
las piernas entre sus brazos.

-        Si, si, si…este es mi mejor amigo se llama Cesar.


Contesto Sergio, al tiempo que el otro chico con una sonrisa de bobo
llena de satisfacción salía del agua a pulso, tensando sus músculos y
se dirigía a Yolanda, para asombro de Sergio

-        Muacc…muacc.

Le estampo dos besos en las mejillas a Yolanda, aprovechando para


tocar su maravillosa y bronceada piel, mientras ella se reía divertida,
ante el desparpajo y la sinvergüencería del chico, que se daba la
vuelta muy orgulloso de su hazaña y saltaba de nuevo al agua.

-        Encantada, encantada…jajaja…y tú que haces Cesar además de


ser tan echado para adelante, jajaja…

Respondía entre carcajadas de aprobación Yolanda.

-        A mí siempre me han enseñado que hay que saludarse con dos
besos.

Dijo con su sonrisa bobalicona el enano castaño claro con perilla y


músculos definidos de Cesar.

Cesar también tenía diecinueve años para veinte, y era repetidor de


último año de bachillerato, menudos lumbreras ha pescado la criaja
de Belén, pensó Yolanda. Lo habían adoptado una familia rica que no
podía tener hijos, cuando tenía tres años, no se acordaba de sus
padres biológicos, pero sus padres adoptivos estaban podridos en
pasta y rondando los sesenta, eran más sus abuelos, que sus padres,
aunque la amenaza de obligarle a trabajar si no superaba aquel curso
era muy seria para Cesar, que quería gozar de una vida universitaria,
para la que se veía que no tenía capacidad mental.

Después empezó la aburrida bravata de dos machos adolescentes


ante aquella diosa voluptuosa como una pornostar. Que quien había
perdido la virginidad antes, que si el que iba peor era porque estaba
siempre de fiesta, ligándose unas pavas, y toda clase de
fanfarronadas huecas y patéticas que se veían falsas a años luz….
Sobre todo, de dos criajos más bien nada atractivos.

-        ¿Y si tan ligones sois, que hacéis con Belén y Ángela?

Les interrogo Yolanda, con una aviesa sonrisa.

-        Bueno ahora nos interesa, verdad Sergio, pero si no dan la


talla, iremos a por otras hay muchos peces en el mar.

Contesto Cesar…mientras Yolanda sonreía juntando mucho sus labios


pensando, que estos dos no eran capaz de pescar ni en un barril.
Los chicos no habían dejado de tener la mirada fija en su cuerpo y en
especial en su canalillo mientras hablaban, parecía que las chicas
estaban entretenidas, y Yolanda quería aumentar aún más el calor y
el deseo del tonto de Sergio, que Belén le supiese a nada, estaba
picada en su orgullo al haberle oído decir eso de vieja y gorda, ella
que estaba maciza y escultural.

Así que Yolanda se dio la vuelta sobre la hamaca muy lentamente,


mientras los chicos se callaban de golpe y abrían mucho la boca y los
ojos.

-        La verdad es que me viene muy bien que estéis aquí.  ¿Podríais
extenderme aceite bronceador por la espalda y las piernas?
Normalmente las piernas no es problema, pero la espalda me es
bastante complicado.

Dijo Yolanda de forma despreocupada, sin darle la menor


importancia, al tiempo que se agitaba hacia atrás muy sensualmente,
su preciosa y sedosa melena morena, tumbándose boca abajo.

-        Huuuuhh…siii, siii,…

Contestaron los chicos al unísono con voz sorda como dos estúpidos.

Por respuesta Yolanda nada más señalo la botella de bronceador, al


tiempo que los muchachos salían goteando del agua y como dos
tontos autómatas se acercaban cada uno, por un lado, como
escoltando al objeto de su desenfrenado deseo, que hacía que sus
pollas se retorciesen en sus bermudas como dos culebras.

Yolanda se llevó sus delicadas, femeninas y cuidadas manos hacia


atrás y se soltó la parte de arriba el bikini, mientras sonreía
lentamente de satisfacción.

Sergio que había cogido la botella del aceite lanzo un chorro sobre su
morena espalda con la mano temblorosa. Pero el primero que se
atrevió a extendérselo de forma insegura fue Cesar, después Sergio
lanzo otro chorro y se unió a Cesar.

Cuatro manos extendían el aceite bronceador sobre su espalda con


mucha inseguridad.

-        Huuuuummmmm… lo hacéis muy bien…huuuumm

Gemio levemente Yolanda cerrando los ojos, intentando darles


seguridad a los chicos.

-        Si, ¿de verdad?


Pregunto asombrado y dubitativo Cesar.

-        Huuuuummmmmm…si de verdad…huuuummm

Respondió con voz de deleite Yolanda. Consiguiendo el efecto


querido, los chicos cargados de deseo acariciaban y masajeaban su
suave piel de porcelana morena.

-        Huuuummmm…sabéis una cosa… huuuuummm

Interrogo Yolanda cerrando los ojos y gimiendo con fingido deleite.

-        Queeee…queee…

Contesto temblorosamente con la respiración cargada Sergio.

-        Huuuuuummmm…pues que me habéis fastidiado el moreno…si


no estuvieseis aquí con las chicas, habría podido hacer topless…que
es como siempre tomo el sol….huuuummm

Dijo Yolanda sin dejar de fingir deleite.

-        Po, po, por nosotros no te corteeess…hazlo, hazlo….

Respondió trabucándose Cesar.

-        Jajajaja…que granujilla y “echao palante” estas tu hecho…a mi


marido no le gusta que lo haga delante de otras personas…..además
que dirían las chicas, podían quedar en evidencia…..huuuummmm…..
a ver si adivináis que talla de copa de sujetador gasto…huuuummmm

Contesto desafiante Yolanda.

Los dos chicos se miraron sin saber que decir.

-        No sabemos mucho de tallas de sujetador.

Contesto sincera e inocentemente Sergio.

-        ¿Cómo es eso posible en dos triunfadores como vosotros, que


no paráis de tener relaciones con chicas?

Dijo burlonamente Yolanda, los dos chicos pusieron la mirada en


blanco, poniéndose algo rojos.

-        Huuuuummm …No os preocupéis, la mayoría de los hombres


no tienen ni idea de tallas de copa, a ellos solo les dicen un número
por encima de noventa y creen que es una mujer con mucho pecho.
Huuuuuummm….  La talla de la copa indica el tamaño de la
circunferencia del pecho de una mujer, su verdadero volumen, y se
mire por letras, “A” la más pequeña y en adelante en el abecedario
cuanto más grande es, aunque es muy difícil encontrar tallas por
encima de la G o la H. Huuuuuummm… ¿Cual imagináis que es mi
talla, si no es de estas últimas tan grandes?

Expuso Yolanda explicativamente sin dejar de fingir deleite.

Los chicos muy calientes fijaron sus ojos en los laterales del bikini y
en la parte que sobresalía de las tetazas aplastadas sobre la hamaca
de Yolanda.

-        No lo sé son, son, son, inmensas……una D.

Dijo Cesar con voz bobalicona de asombro.

-        No, no, son más grandes seguro que una F.

Replico Sergio, con voz nerviosa.

-        Y naturales chicos, totalmente naturales. Que lastima son talla


E…huuuuummm….si hubieras acertado…..a lo mejor os las hubiera
enseñado….

Dijo con voz dulce y provocativa Yolanda.

-        Ahora se las enseñare a los pájaros la próxima vez que este
sola en la piscina…jajajaja…

Continuo risueña y burlona Yolanda.

Los chicos estaban ojipláticos.

-        Si, si, siii…nos las habrías enseñado….

Dijo Sergio boqueando con un pez, con la boca abierta acercando sus
manos a las costillas de Yolanda y rozando con estas la carne que
sobresalía de sus tetazas, al tiempo que Cesar le imitaba y acariciaba
la teta de su lado

-        Huuuuummmm……se me queman las piernas nenes.

Se quejó Yolanda, moviendo sus piernas muy seximente.

Sergio con la polla tiesa lanzo un chorro de aceite bronceador a la


pierna más cercana a él y otra a la más distante. Los chicos
respirando temblorosamente empezaron a extender el aceite sobre
los gemelos de Yolanda, pero rápidamente empezaron a sobarle los
muslos, con violencia y deseo. Yolanda empezó a calentarse, aquellas
cuatro manos masculinas desprendiendo deseo tan cerca de su culo y
raja, era demasiado estimulante.

-        Huuuuummm….que bien lo hacéis nenes…….os gusta mi


tatuaje…..huuuummm…..

Cuestiono con la voz más sexy y lujuriosa que pudo, ella se estaba
poniendo cachonda pero los dos chicos estaban como motos.

-        Si, si me encanta…me encanta.

Dijo Sergio al tiempo que lanzaba un chorro de aceite bronceador


sobre el tatuaje de la nalga, y empezaba a extenderlo amasando la
parte inferior del perfecto y turgente glúteo de Yolanda.

Entonces se acordó ella de las chicas, cuando sintió como Cesar


empezaba a amasar su otra nalga fibrosa.

Lanzo una mirada y vio como las chicas entre risas se dirigían a la
piscina con una bandeja.

-        Ya está bien chicos…os estoy muy agradecida, ahí vienen


vuestras novias.

Dijo Yolanda retorciéndose en la hamaca, apartando así su cuerpo de


las manos de los chicos, su oscuro objeto del deseo, que movieron la
cabeza como si salieran de una ensoñación y blancos de miedo por la
impresión de oír a las risas de las chicas, corrieron rápidamente
saltando al agua para llegar hasta la otra orilla donde estaban las
toallas.

Cuando las chicas salieron por la puerta corrediza de la casa, los dos
chicos sacaban la cabeza del agua y hacían ver que hablaban entre
ellos. Belén lanzo una mirada sospechosa de odio hacia Yolanda que
seguía tumbada boca abajo, pero pudo sentir aquella maligna mirada
de la criaja.

Durante quince minutos Yolanda oyó, fingiendo indiferencia, las risas


y el jaleo de los chicos, las chicas habían puesto música discotequera,
y querían que sus novios bailasen con ellas, bebiendo los Martinis y
snacks que habían preparado, tirándose de vez en cuando a la piscina
a seguir bailando. Pero ellos ya no querían más que morrearse,
abrazar y restregar sus pollas en sus novias.

-        ¡Pero qué pegajosos estáis!


Se quejaba Ángela intentando sacarse de encima a Cesar.

Yolanda fingía autocontrol, como nunca, que cachonda se había


puesto, y que locura había cometido, si llega a pillarla la odiosa criaja
de Belén, más allá de la escena, a saber que le habría contado al
derechón celoso de su marido, con mucho gusto la niñata pija y
malcriada se habría ofrecido como testigo de infidelidad aunque no
hubiese pasado nada, y Yolanda a la calle con una mano atrás y otra
adelante, se había arriesgado muchísimo, eso no tenía que volver a
pasar.

Pero ahora estaba cachondisima, tan caliente como hacía años,


consecuencia de sus enormes necesidades sin cubrir, sus pezones
duros como piedras clavados contra la hamaca le dolían
terriblemente. Tragando saliva se abrocho la parte de atrás del bikini,
se puso sus enormes gafas de sol, se calzo sus sandalias de tacón y
salió de la piscina entrando en la casa con un forzado rostro de
indiferencia.

Con el corazón agitado, se dirigió a su dormitorio, rebusco en los


cajones hasta encontrar uno de su dildos, uno de silicona con
vibración extra para el clítoris, de fondo se oía el jaleo de la piscina,
antes de cerrar la puerta, su cuarto estaba aislado y las ventanas
eran de climalit.

Se arrancó la parte de abajo del bikini, y se tumbó con las piernas


bien abiertas sobre su cama, su raja era un mar de fluidos, encendió
el dildo vibrador y empezó a introducírselo lentamente adentro y
afuera, afuera y adentro.

-        Oooooohhh…..aaaahhhh….oooohhh

Gemía mientras cerraba los ojos, el recuerdo del tacto de las ansiosas
y deseosas manos masculinas de los chicos estaban tan fresco, que
aún podía sentirlas.

-        Oooooohhh…..aaaahhhh….oooohhh

Jadeaba y gemía sin dejar de meterse y remover el dildo vibrador,


agarrando con su mano libre como podía sus enormes tetazas y
acercando sus extra grandes pezones a su boca para chuparlos y
morderlos, como deseaba que aquel par de enanos cachondos que
estaban afuera con las chicas, estuvieran ahora sobre ella con sus
jóvenes y potentes pollas, vibrando por ella, mientras le devoraban
los enormes pezones y le comían sus enormes melones de talla de
copa E. ¡Dios como lo deseaba!, Pensaba retorciéndose y
penetrándose bestialmente con su dildo vibrador.
-        Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhh……
aaaaaaaaaaaaahhhhhh.

Estallo en un grito de placer chorreando por todas partes por el


orgasmo, hacía mucho tiempo que no tenía uno igual.

Se levantó totalmente desencajada, se recompuso en el baño, se


puso la parte de abajo del bañador y abrió la puerta del dormitorio.
Un extraño silencio invadía la casa.

Moviéndose como un gato se acercó hasta el cuarto de Belén,


poniéndose donde ella sabía que no sería descubierta y podría oír si
sucedía algo.

-        Por favor vamos a follar, estoy muy cachondo.

Se oía la voz de Sergio.

-        No, ahora y aquí, con Yolanda no…ya lo hablamos, si lo


hacemos ha de ser una noche especial y romántica, espera al viaje
del fin del curso…

Contestaba molesta Belén.

-        Joder Belén estoy muy cachondo, hazme una mamada aunque
sea.

Respondía quejumbroso Sergio.

-        Sabes que eres el amor de mi vida, pero eso me da mucho


asco, Sergio.

Decía con voz lamentosa Belén.

-        Joder seguro que Ángela, le está haciendo una mamada a


Cesar en el baño de invitados.

Replicaba Sergio.

-        Ángela que haga lo que quiera…..joooo…yo quiero que todo sea
más romántico, como en las películas.

Contestaba con voz de niñata repipi y malcriada Belén.

-        Que pasa que estas tan cachondo, te ha puesto cachondo ver a
Yolanda, a esa zorra, vieja y gorda ¡Eh!
Recrimino a Sergio con la voz cargada de odio la criaja, haciendo que
el disgusto le subiera a Yolanda hasta la coronilla.

-        Pero que dices, ni me he fijado en ella, estábamos hablando de


deportes y de jugarretas a los profes y esas cosas, Cesar y yo… y ella
ni nos ha dirigido la palabra…además como iba a excitarme esa vieja
gorda, cariño.

Respondió lleno de seguridad Sergio.

-        Bueno te creo

Dijo con voz suspicaz Belén

-         Hazte una paja mientras nos enrollamos, y te corres en mis


pechos, eso es todo.

Propuso Belén con voz conformista.

-        Bien, bien…..

Contesto Sergio. Yolanda estaba negra, no le hacía falta escuchar


nada más, con que vieja y gorda, y si le hubiese dejado le habría
devorado el culo, el mierdecilla bajito y fofisano, esta se la guardaba
con mucho rencor.

-        Ooooohhh…..si que bien la chupaaaasss…..

Se oían los gritos de Cesar desde el cuarto de invitados, sin ningún


disimulo.

Yolanda ya tenía bastante, todos se iban a ser satisfechos por otros


menos ella, se dijo importantemente cabreada y dirigiéndose a la
piscina.

Celebraban con una comida en un restaurante de lujo la renovación


de los contratos de seguro de la empresa de Vicente, como cada año.
Yolanda, Vicente y el jefe de ella, Arturo un hombre de unos sesenta
años, serio respetable conservador y familiar. 

-         Menuda es tu mujer. Pues dormir completamente tranquilo,


jamás he visto a una mujer pararle los pies a un hombre con la
rotundidad con que ella lo hace. No hay nadie más profesional que
ella, es una experta en transmitir simpatía y atención con total
indiferencia y menos un millón de coquetería. 

Explicaba durante los aperitivos Arturo al celoso, derechón, viejo y


deteriorado marido de Yoli.
Hasta dos años después de casarse no había consentido en traspasar
todos los seguros de su empresa a la compañía de Yolanda, con lo
que eso contaba para ella. 

La explicación venía a cuento de un comentario y una mirada de


rayos X de esas que desnudan, que le había lanzado a Yolanda al
entrar en el restaurante un comensal que se iba, algo pasado de vino.
Un comentario sobre lo buenísima que estaba Yolanda, ante lo que
ella había mostrado indiferencia absoluta como si estuviera sorda y
ciega.

Pero entre Arturo y ella habían tenido que convencer a Vicente para
no montar un espectáculo, con una superhembra de bandera como
Yolanda, aquellas situaciones se daban de vez en cuando. Vicente
soportaba iracundo las miradas de deseo que provocaba su mujer,
sobre todo porque ella sabía obviarlas, pero que le dijesen algo, lo
sacaba de sus casillas. 

Daba igual como se vistiese Yolanda, siempre destacaba, su rostro


precioso de diosa morena, de pómulos perfectos, ojos brillantes y
vivos, labios jugosos y apetitosos, con esa sonrisa brillante de
embrujo moro, alta por encima de la media, con esas piernas
laaargaaas y perfectamente esculpidas, de muslos macizos y prietos,
que acababan en un culo grande, de esfericidad perfecta y
respingona, esas caderas gloriosas y esa cintura estrecha con ese
tronco firme de abdomen bien definido, para la ocasión  llevaba una
falda de tubo negra hasta la rodilla, unos tacones de aguja de
ejecutiva azules de suela roja que realzaban su perfecto trasero extra
respingón, una blusa lisa y sedosa azul a juego con los tacones con
volandas en las mangas y el escote, sus pezones perfectamente
disimulados con un protector dentro de su wonderbra, como siempre
que se vestía para trabajar, unas medias transparentes de seda que
se ajustaban a su muslo vestían sus preciosas piernas, llevaba su
sedosa y perfecta melena morena que caía desde la raya central
hacia los lados suelta, con las puntas que le llegaban a la mitad de la
espalda naturalmente onduladas.

En la sala había muchas mujeres atractivas, rubias, castañas, todas


muy atractivas y entre ellas destacaba Yolanda con su arrebatadora
belleza morena y su bronceado cetrino. Mostrándose risueña y alegra
como siempre sin dar importancia a las miradas de admiración y
deseo de los machos cuando pasaban por su lado, tanto clientes
como empleados del restaurante.

-        Muy profesional, super profesional y toda una señora con


mucha clase y elegancia, pero nada de confianzas y ay del que
intente propasarse con ella. ¿Cómo se llamaba aquel tío que
denunciaste tu segundo año en la compañía?
Seguía Arturo con su apología de Yolanda ante los ojos inexpresivos
del inútil desecho físico de su marido, el celoso calvorota de Vicente,
tendiendo sus brazos y sus piernas escuálidas, mientras se agolpaba
sobre la mesa con su panza oronda y redonda.

Las imágenes de la semana pasada con los chicos se agolpaban en la


mente de Yoli, durante el día le daban sudores frio y le provocaba
pánico pensar todo lo que se había jugado, y que hubiera pasado si la
pilla así la criaja de la hija de su marido, para más inri, arriesgarse a
perderlo todo sin que hubiera pasado nada. Pero esos recuerdos
alimentaban sus fantasías y deseos por la noche mientras se
masturbaba con sus juguetitos, dos noches aquella semana, había ido
el fofo e impotente de Vicente a babearla y meterle su churro flácido,
ella había cerrado los ojos intentando imaginar que era uno de los
bajitos y vigorosos chicos, pero la rapidez y la falta de consistencia de
la pollita de Vicente, le había hecho imposible alcanzar el tan deseado
orgasmo.

Mientras esperaban los postres Yolanda se levantó y excusándose fue


al lavabo, se paró un segundo a ver una cristalera del aparador del
restaurante donde había ciertos objetos y fotos de famosos, después
prosiguió hacia el baño sobre sus tacones, un pie delante y otro
detrás moviendo sus perfectas nalgas fibrosas, turgentes y
respingonas, arriba y abajo, abajo y arriba.

-        Hola preciosa.

Le dijo un tipo que parecía que salía o entraba del lavabo, como de
uno ochenta de unos cuarenta y muchos y pelo muy engominado,
ancho de espaldas y nariz puntiaguda, vistiendo un traje gris.

Estaba unas tres mesas más allá de la de Yolanda, comiendo con una
mujer rubia y alta, y con dos niñas, se comportaban como lo que
eran una familia, pero Yolanda por el rabillo del ojo había visto, como
siempre que podía le lanzaba unas terribles y lujuriosas miradas que
ella ignoraba.

-        Hola Padre de familia con dos niñas.

Respondió Yolanda burlona esbozando su mejor y más seductora


sonrisa.

-        Si verdad, has visto las cosas tan bonitas que yo hago.

Contesto el tipo con socarronería y caradura.

-        Por si no te das cuenta, estoy casada, este es mi anillo y aquel


es mi esposo.
Dijo Yolanda mirando fijamente y muy seria al tipo mientras alzaba
su mano y mostraba su alianza de casada.

-        ¡Esa piltrafa humana! No creo que pueda satisfacer a una


superhembra maciza como tú, estas demasiado buena, buenísima,
como para no ir pegando polvos por ahí.

Siguió el tipo en su tono más chulesco y provocador, mientras


Yolanda abría la puerta del baño de mujeres disponiéndose a entrar,
con una cara de total indiferencia fría como el hielo.

-        Espera, topmodel, ten mi teléfono piénsalo y me llamas, algún


día nos podríamos dar un homenaje sin compromiso, solo puro
disfrute.

Dijo el tipo en un tono prepotente y sobrado, acostumbrado como


estaría a las infidelidades con mujeres de bandera como Yolanda.

Yolanda para no darle más coba, cogió el teléfono sin mirarle a la


cara y entro en el baño de mujeres, cerrando la puerta tras de sí,
arrugando el papel con el teléfono y el nombre del tipo y arrojándolo
a la papelera, todas las semanas le pasaba una o dos veces, en
multitud de lugares, y siempre hacia lo mismo, la tentación era muy
grande y era mucho lo que estaba en juego, todo el dinero del cretino
de su marido.

Por fin aquel sábado iba a poder disfrutar de la piscina sin la criaja y
sus niñatas amistades. Se despertó sobre las nueve y media,
desayuno con Vicente en la cocina de la casa, llevando uno de sus
batines de seda que le caían hasta mitad del muslo, mientras este
como era su costumbre leía periódicos de derechas y despotricaba
contra los rojos, para acabar su charla mañanera de sábado auto
alabando su swing que iba a mostrar en el club de golf a sus
amigotes de polo Ralph Lauren y pin del partido de derechas.

Vicente se despidió con dos besos de Yoli, mientras esta iba a la


habitación a cambiarse y prepararse para unos baños de sol en su
magnífica piscina. Rímel, algo de colorete y los labios perfilados con
carmín rosado húmedo, escogió un bikini naranja claro, donde se
trasparentaba casi todo, que tenía escondido, de otras épocas antes
de casarse con Vicente, de tanga de hilo para abajo y de triángulos
sujetatetas arriba, con ellos había hecho estragos en las playas, sus
enormes mamazas esféricas y perfectas, desbordaban en perfecta
redondez los laterales del bikini y su tanga de hilos mostraba
totalmente sus nalgas de ensueño, convirtiéndola en la miel que
atraía todas las miradas en las playas y piscinas. Además, iba a estar
ella sola, y pensaba hacer toples.
Mientras se arreglaba en su dormitorio un extraño y breve resplandor
que procedía del otro lado de la valla de su propiedad le lanzo un par
de destellos, al primero no le dio importancia, pero cuando el tercero
le alcanzo los ojos, se mosqueo.

Fue al despacho de Vicente, donde ella sabía que tenía un telescopio


lleno de polvo, regalo de su hija cuando tenía ocho años, que solo
sacaba a determinadas visitas para fardar, y que sabía manejar
mejor Yolanda que Vicente, porque Vicente despreciaba cualquier
clase de conocimiento o intelectualidad por inútil, así que cada vez
que tenían una visita académica Yoli, le volvía a explicar al zote de su
marido cómo funcionaba el telescopio.

Yolanda lo llevo a su dormitorio, y lo apoyo en la ventana,


enfocándolo para escudriñar el punto del que provenían los reflejos.
Una sonrisa maligna se dibujó en su rostro al descubrir la causa de
esos reflejos.

Desde luego no eran ningunas lumbreras, desde luego que no, el par
de novios enanos y niñatos de la criaja y su amiga, estaban
encaramados en el techo de una furgoneta, que a saber de dónde
habían sacado sus padres, pasta tenía de sobra.

Estaban allí con dos prismáticos, porque la parte de atrás de la casa


de Yolanda con jardín después de la piscina y la valla de 4 metros
quedaba muy lejos de una calle, en principio protegida de todo tipo
de miradas, con una propiedad contigua donde residían una pareja de
ancianos antes de la calle trasera, que hacia subida, por lo que el
techo de una furgoneta estándar en lo más alto de la curva, permitía
ver en la más absoluta lejanía la piscina de la casa de Yolanda, sin
unos prismáticos era casi imposible distinguir a la personas en la casa
de Yolanda, solo se veían individuos sin mucho detalle de sus cuerpos
moverse de aquí, para allá, pero con unos potentes prismáticos la
visión era inmejorable, casi como si estuviesen al borde de la piscina
contemplándola.

Al principio Yoli, pensó en castigarlos dejándolos allí arriba en la


cuesta, por donde casi nunca pasaba nadie, allí asándose como pollos
al sol, aunque solo era primavera a las horas más fuertes de sol,
pegaba duro, pero claro si hacia eso, era ella la que se fastidiaba
renunciando a tomar el sol.

Volvió a ojear y vio a los dos pánfilos, que habían desplegado un


toldo por encima de sus cabezas, y con un cojín acomodaban los
prismáticos probablemente enfocándolos a la terraza junto a la
piscina de Yolanda.
Le fastidiaba sobre manera, aquel par de mocosos mequetrefes,
zafios niñatos que no valían ni medio polvo, y sobre todo el cobarde
rastrero de Sergio que después de babear y temblar al tacto de su
piel, la había llamado gorda y vieja, cuando ni había estado, ni estaría
nunca, ni a un milímetro de una tía tan buena como ella.

Pero si no salía a tomar el sol, también ganaban ellos. Así que decidió
salir y darles un buen espectáculo, iban a ver todo lo que nunca iba a
ser suyo, y que nunca más iban a poder ni rozar.

Se recogió el pelo en un moño sujetándoselo con un palito, se puso


un batín negro, se calzo dos cuñas y poniéndose sus grandes gafas
de sol se dirigió a la terraza con el aceite bronceador, enfundada en
su espectacular bikini transparente color naranja.

Abrió la puerta de la terraza y paso sobre sus cuñas, lentamente


dejando el aceite bronceador junto a una de las hamacas expuestas
al sol junto a la piscina, alzo la vista como mirando al horizonte a
través de las gafas de sol, pudo ver a los dos chicos como un borrón
a lo lejos tumbados bajo el toldo y preparados, los destellos de los
lentes de los prismáticos delataban su posición y que estaban
enfocando hacia ella.

Yolanda con mucha parsimonia se desanudo el batín negro satén,


abriendo primero un lado y luego el otro, descubriendo su
despampanante cuerpo solo cubierto por el minúsculo bikini
transparente de color naranja, solo un triángulo en la parte de abajo
cubría su pubis y a través de él se podía ver claramente la oscuridad
del triángulo de su depilado brasileño, arriba un escaso triangulo en
cada lado sostenían sus enormes tetazas naturales de redondez y
turgencia perfecta e imposible de talla de copa E, que se
desparramaban en una perfecta gota de lluvia hacia los lados
erguidas en su inmensidad desafiando la gravedad, su pezón
extraordinariamente grande se clavaba en la  tela pareciendo que iba
a agujerearla.

Yolanda dejo el batín en la hamaca junto a la que iba a tumbarse y


donde ya estaba el aceite bronceador, echo la vista al frente, y
andando con mucha clase y decidida como si estuviese desfilando en
una pasarela de modelos, bajo las escaleras y moviéndose de forma
decidida, empezó a andar rodeando la piscina, primero un pie luego
el otro, con energía pero con clase, sus enormes melones se
balanceaban arriba y abajo, abajo y arriba, con los enormes pezones
erguidos y erectos como dos puntas de lanza apuntando hacia
delante, cuando dio la vuelta a la piscina su enorme y perfecto culazo
ocupo toda la escena de la vista de los chicos, aquel bikini tanga de
hilo, sus turgentes y perfectos glúteos redondos subiendo y bajando,
bajando y subiendo, a cada paso, sus muslos agitándose fibrosos y
prietos, que espectáculo bestial para los dos chicos aquel divino y
voluptuoso cuerpo moreno exhibiéndose para ellos.

Yolanda llego hasta las hamacas tomo el aceite bronceador y se lo


dejo caer por los hombros y la espalda, extendiéndoselo muy sexy y
sensualmente, de forma lenta por la espalda y la parte trasera de los
muslos, poniéndose de perfil y masajeándose las perfectas nalgas de
forma detenida, como si las amasase, para acabar palmeándoselas y
agitando levemente las caderas como si se tonificase los perfectos
glúteos, que vibraban en toda la perfección de su curva como vibra
un  macizo postre de gelatina al que has agitado,  mientras pensaba “
contemplar, contemplar lo que un día tocasteis y nunca más volveréis
ni a rozar”, después se acercó a la hamaca como una gata se deshizo
de las cuñas y entro en ella muy lentamente a gatas, poniéndose a
cuatro patas y mostrando su perfecto y divino culazo sin rastro de
celulitis, ni piel de naranja, deteniéndose como si arreglase la toalla
en forma de almohada, de rodillas alzando el culo al máximo para
hacerlo, los chicos debían estar dándose un festín y muriéndose de
deseo cachondos como dos demonios en celo.

Finalmente Yolanda se tumbó con el culo en pompa y las piernas


abiertas, dirigiendo sus delicadas y femeninas manos a la parte
trasera se desato el nudo del bikini y se quedó tomando el sol.

Sus firmes y perfectas nalgas expuestas a los niñatos salidos y al sol,


a ver cuánto aguantaban los niñatos asándose al sol ella podía
mucho, les iba a hacer sufrir antes de enseñarles sus enormes y
perfectas mamazas de pezones extragrandes.

Después de cuarenta minutos al sol, en su espalda y sus piernas no


quedaba ni rastro del aceite bronceador, de vez en cuando volteaba
la cabeza como oteando el horizonte a través de sus gafas de sol,
para comprobar el destello inconfundible de los prismáticos de los
criajos. La verdad es que a pesar del toldo, se estarían abrasando allá
arriba en lo alto de la cuesta, y todo por verle las magníficas tetazas
naturales, redondas que caían erguidos en perfecta gota de lluvia,
con sus erectos y puntiagudos pezones extra grandes.

La verdad es que aquella insistencia y resistencia le resultaba


halagadora a Yolanda. Si, los niñatos se lo habían ganado, hasta
Sergio, les daría un espectáculo, que no olvidarían en la vida, iban a
estar pajeandose pensando en ella por los restos.

Yolanda se volvió a atar la parte de atrás del biniki, giró lentamente


sobre la hamaca volviendo palmearse como si se sacudiese polvo de
cada uno de sus circulares y perfectos cachetes respinones del culo al
aire en su tanga bikini de hilo naranja, y se levantó calzándose sus
cuñas, se quitó sus gafas de sol, dejándolas en la hamaca de al lado
y se dirigió al borde de la escalera que desde la terraza bajaba a la
piscina, como colocándose en el centro del escenario. 

Mirando al frente con gesto desafiante volvió a dejarse caer aceite


bronceador por los hombros y la espalda probando de extenderlo
nuevamente por ella, luego hizo lo mismos con los muslos, las
nalgas, los gemelos,  parte a parte de forma muy suave y femenina,
extendiéndolo con sus finos y delicados dedos, doblándose y dejando
una perfecta visión de sus divinos pechos de talla de copa E colgando
dentro del bikini que claramente desbordaban, una visión que su
melena no impedía al estar recogida en un moño con un palito en la
nuca, después se puso más aceite bronceador sobre su vientre plano
y definido, jugando con su ombligo, sobre sus caderas curvas y
divinas, llegando debajo de su tetazas, chorreando más sobre el
canalillo.

Entornaba los ojos porque aquellos idiotas estaban enfocándola tanto


que del destello a veces la cegaba. Siguió extendiéndose el aceite por
los hombros y la parte superior del pecho, la frente sus perfectos
pómulos, su cuello, probando que los chicos perdieran la calma,
desesperados esperando el momento en que se sacase el triangular y
escaso bikini que cubría sus enormes y turgentes melones.

Con mucha parsimonia dirigió sus delicados manos a la parte de atrás


y se desanudo el bikini. Sus mamazas en forma de gota de lluvia se
desprendieron naturalmente del trozo triangular de tela que aún las
cubría, cayendo y subiendo erectas y turgentes a la vez, con la
misma parsimonia, se llevó las femeninas manos de uñas
perfectamente pintadas de rojo detrás de la nuca y se desanudo el
último nudo del bikini, dejando que este cayera al suelo muy
teatralmente.

Dejo caer sobre sus erectos, redondos e inmensos pechos de pezones


extragrandes un buen chorro de aceite bronceador, y sosteniéndolos
a duras manos con sus manos delicadas desde abajo, empezó a
extenderlo primero hacia el centro de sus mamazas, cubriendo su
gran y oscura areola y pellizcando sus pezones erectos como flechas,
en el medio de sus dedos índice y corazón, cada vez que subía para
extender el aceite en toda la circunferencia de sus gloriosas tetazas,
subiendo y bajando, bajando y subiendo , sin parar de sostenerlos y
llevando las manos hacia el centro como si quisiera ordeñarlos,
apretando y haciendo que la oscura areola y el moreno y duro pezón
sobresaliesen y se escapasen de su mano, sin dejar de cerrar los ojos
y pasarse lenta y sensualmente la lengua por los labios, mordiéndose
de vez en cuando el labio inferior, convirtiendo su precioso rostro de
diosa morena en la cara de una perra viciosa y cachonda.
Cuando se hubo amasado suficientemente las mamazas, estiro al
cielo sus perfectos y definidos brazos, tensando todo su cuerpo,
haciendo que sus tetazas se irguieran hacia delante desafiando con
su perfecta exuberante redondez la ley de la gravedad,
parsimoniosamente se llevó las manos al palito del pelo, tensando
aún más su tronco donde se dibujaban sus costillas y su largo
abdomen se dibujaba, y mientras se quitaba el palito de forma
magistral y casi imperceptible movía su hombros a la vez que su
cabeza, para desmadejar su preciosa melena castaño oscuro casi
negra,  haciendo que sus enormes y maravillosas tetazas se agitase
lentamente de derecha a izquierda y de izquierda a derecha.

Los niñatos no podrían masturbarse allí arriba, de vez en cuando


pasaba una moto o un coche, y ya era muy sospechoso que
estuvieran allí subidos al borde de la acera, si se sacaban las pollas y
empezaban a machacárselas algún vecino que pasase podría llamar a
la poli, ellos eran tontos, pero no tanto. Yoli sabía todo esto y por eso
esbozaba una amplia sonrisa de satisfacción, pues los estaba
poniendo calientes como un volcán en erupción sin poder aliviar su
calentura.

Y el espectáculo no había acabado, con su cuerpo brillando y


chorreando aceite por cada milímetro, Yolanda se dio la vuelta,
volviendo a la hamaca agitando sus perfectas nalgas a cada paso,
arriba y abajo, abajo y arriba. Se sentó en la hamaca y subió la parte
delantera del respaldo, para después estirarse boca arriba al sol con
sus piernas estiradas, con sus firmes y redondeados muslos, con sus
enormes tetazas al aire cubiertas de aceite, aún estuvo unos veinte
minutos así con los ojos cerrados y las manos en el lateral, luego
abrió los ojos, el destello de los prismáticos volvieron a deslumbrarle,
así que empezó a humedecerse los labios lenta y sensualmente, sus
manos se deslizaron por su vientre subiendo hasta sus tetazas,
agarrándolas de nuevo desde abajo, masajeándolas y apretándolas
como si quisiera ordeñarlas, sus pezones se pusieron duros como
piedras. La verdad es que Yoli estaba cachonda como una perra en
celo, que morbo le daba todo aquello, su entrepierna ardía, se
convulsionaba lentamente por la calentura retorciéndose en la
hamaca, cerrando los ojos y mordiéndose fuertemente los labios, no
tardo en llevarse las mamazas a la boca y bajar la cabeza para
chupar y morder sus enormes pezones, con el rostro desencajado de
una zorra lujuriosa, durante varios minutos, después su delicada y
femenina mano de uñas rojas se deslizo debajo de su tanga naranja
transparente, y empezó a jugar con el mar de su raja y su clítoris,
frotando cada vez más, con más fuerzas, mientras ella se retorcía de
placer y con la otra mano no dejaba de llevarse alternativamente una
teta y luego la otra a la boca, chupando y mordiendo sus pezones.

-        AAAAAAHHHH……..AAAAAAAHHHH…..AAAAAAAHHHH…….
Estallo gritando a viva voz, algo que no podía evitar siempre que se
corría, al tiempo que convulsionaba por el orgasmo como una
poseída, un enorme chorro de su clítoris había empapado su tanga
bikini naranja.

Dejo que las pulsaciones le bajaran antes de abrir los ojos y volver a
ser deslumbrada por los destellos de los prismáticos, esbozando por
ello su más maliciosa y preciosa sonrisa perfecta, aquellos dos criajos
(que seguramente eran vírgenes) estarían flipando extasiados con las
pollas como mástiles de barco sin poder saciarse.

Vamos a por el último bocado se dijo Yoli, se incorporó, se volvió a


recoger el pelo en un moño en la nuca con el palito, y bajo de la
hamaca al llegar a las escaleras, se quitó muy grácil y
femeninamente el tanga de hilo y de forma decidida, completamente
desnuda mostrando su raja y su depilado triangular brasileño, se
dirigió con una enorme sonrisa de satisfacción a una de las  duchas
de la piscina. 

La piscina tenía dos duchas una en una esquina , la típica ducha de


paredes de ladrillos huecos con senefas de obra y una ducha junto a
la piscina sin muros ni nada que la protegiera, y allí, completamente
desnuda se ducho de cabeza para abajo, dejando caer el jabón por
todo su cuerpo desde los hombros, cubriendo con su espuma, su culo
grande de nalgas perfectas, fibrosas y respingonas, masajeando su
vientre plano y definido, la piel suave y firme de sus muslos cubierta
de espuma, agachándose de espalda a los chicos para darle el mejor
plano de sus glúteos y labios vaginales, deteniéndose
encarecidamente en sus mamazas cubiertas de espuma jabonosa,
pellizcando de nuevo con sus dedos corazón e índice sus pezones.

Después de enjuagarse entro en la piscina desnuda, sin desarmar su


moño, fue y volvió, salió del agua, se dirigió a la hamaca recogiendo
su bikini, dándole siempre la espalda o el perfil de su majestuoso y
voluptuoso cuerpo a los niñatos, mientras se secaba con su toalla, se
calzo sus cuñas de esparto y se puso su batín satén negro que le
llegaba a mitad del muslo, y volvió a entrar en la casa, esbozando
una enorme sonrisa de satisfacción, el espectáculo había terminado
por hoy, ya podéis iros a matar a pajas a gusto pensó, caminando por
el pasillo de la casa a carcajada limpia.

II
El timbre de la puerta sonó repetidas veces. Era lunes, empezaba una
nueva semana y Belén estaba allí de nuevo. Como era habitual en
ella, llegaba a la casa y no saludaba a Yolanda, tratándola como si
fuera una extraña, aunque no lograba su propósito, aquella era su
casa, su castillo, se lo había ganado y se lo ganaba a pulso
soportando ser la esposa del odioso y zafio de Vicente. 

Como nadie iba a abrir, Yoli se dirigió a la puerta.

En cuanto se hizo con la casa, había despedido al " servicio", con


recomendación y todo, pero nada de criados y menos fijos. María
Visitación una mujer de confianza de su amiga Vero, llegaba por las
mañanas de lunes a viernes, sobre las 09:00 limpiaba la casa y
organizaba las tareas domésticas para hacerlas durante la semana,
preparaba comidas y a las 17:00 se iba a casa, era un amor de
mujer, y Yolanda la trataba con cercanía y familiaridad, Vicente
cuando coincidía con ella, ni la miraba a los ojos, aunque la hablase
de usted con frialdad y distancia.

 A aquella hora de la tarde la mujer ya no estaba, así que Yolanda


abrió la puerta. Junto a la misma estaba el repartidor de Amazon de
la zona, Víctor, un hombre en mitad de los cuarenta, ojos verdes,
barba recortada, con entradas y canas en las sienes, fofisano con
chaqueta de motorista. 

- Buenas Yolanda, preciosa, que placer más inmenso es siempre


verte, y que tú me abras la puerta en vez del " avinagrado" de tu
marido. 

Dijo el repartidor esbozando una sincera sonrisa de deleite, mientras


recorría con la mirada el cuerpo de Yolanda de arriba a abajo,
devorándolo con los ojos como siempre que la veía.

 Todos los repartidores de logística y otros repartidores de la zona


conocían la dirección y la diosa morena maciza y exuberante como
una pornostar que vivía en ella, correos, amazon, GLS, Deliveroo,
etc.…En las empresas en las que no había un repartidor fijo asignado
había tortas por hacer esa entrega. 

- Muy buenas Victor, muchisimaass gracias por tus palabras, me


traes algún paquete.

Pregunto amablemente, Yolanda exhibiendo su amplia y perfecta


sonrisa que enamoraba a los dioses y que realzaba sus perfectos
pómulos de piel cetrina bronceada, sus labios carnosos con carmín
magenta, su delicioso y redondeado mentón y sus ojos brillantes de
ensueño, sombreados con una sombra malva y gris, sus pestañas
rizadas, extra largas y realzadas con rímel, aquel rostro que tanto
hombres como mujeres admiraban por su increíble belleza.

-        Muy buena estas tú, Yolanda.

Respondió provocativa y zalameramente el repartidor.

Como hacia habitualmente en esas situaciones obvio el comentario


sin abandonar su simpatía. Situaciones que vivía a menudo, incluido
en su trabajo diario, donde tenía sus admiradores fijos, clientes que
solo pasaban por la compañía de seguros para verla y hablar con ella
para gozar de su contemplación.

-        Sigo esperando el paquete Víctor.

Dijo sin dejar de deslumbrar al repartidor con su sonrisa y talante


risueño y simpático.

-        La dirección es correcta, pero pone que el paquete es para una


tal Belén Díaz Pérez.

Contesto el repartidor manteniendo en su boca la sonrisa de deleite,


sin quitar sus ojos del cuerpo de Yoli.

-        Si, si es aquí es para la hija de Vicente…… Belén, Beleeén….hay


un paquete para ti.

Respondió Yolanda poniéndose de perfil a la puerta, vestía unas


cómodas y entalladas mallas negras mate, que se ajustaban a su
cuerpo como una segunda piel, dibujando la firmeza y lozanía de sus
muslos y la curva perfecta y tonificada de su gran culo divino y
especialmente respingón, que debido a los zuecos de andar por casa
sin parte delantera y de medio tacón realzaban aún más sus gloriosas
nalgas, arriba un jersey de punto de manga larga con escote
redondo, también ajustado de forma que se dibujaba  la
circunferencia semicircular de sus enormes pechos de talla de copa E,
mostrándose en su parte superior por el redondeado escote, alzados
y ofrecidos por el wonderbra como dos jugosos frutos de piel morena,
llevaba su preciosa melena recogida en una cola de caballo.

El repartidor se estaba dando un festín de contemplarla hasta se


relamía, mirando fijamente el culo de Yoli, cuando llego Belén con
cara de pocos amigos. Yolanda estaba de espaldas a Víctor y de cara
a Belén, pero eso no le importo a la niñata, que cuando vio el enorme
deseo que despertaba en el repartidor, transformo su rostro en un
gesto de odio supremo.

-        ¿Belén Díaz Pérez?


Pregunto Víctor sosteniendo el paquete.

-        Si, soy yo dame.

Respondió Belén hecha una fiera.

-        ¡Y ahora largo!

Lanzo tremendo y seco grito Belén al repartidor, cerrando la puerta


violentamente, ante el asombro de este y de Yolanda.

-        Lo siento Víctor, adiós.

Grito Yolanda a través de la puerta sin salir de la estupefacción.

-        Maldita zorra, siempre calentando a los hombres con tu culazo


y tus inmensas tetazas……te odiooo.

Chillo Belén, abandonando la entrada y perdiéndose por el interior de


la casa.

-        Yo también me alegro de verte, Belén.

Dijo con sorna e ironía Yolanda mientras la adolescente se perdía por


el pasillo.

La verdadera bomba estalló en la cena.

-        Papa, este sábado, vienen mis amigos otra vez y no quiero ver
a tu mujer cerca de la piscina, su presencia nos molesta.

Dijo Belén cuando llegaban a los postres, durante todo el día apenas
se había cruzado ni la mirada con Yolanda, a la cual le importaba
absolutamente nada, simplemente obviada a la niñata.

-        ¿Perdona, como, estas limitando mis movimientos en mi casa?

Respondió atónita con voz de incredulidad Yolanda.

-        Si, hija esta también es la casa de Yolanda, aunque no os


llevéis bien.

Dijo en tono neutro Vicente, intentando mostrarse conciliador,


mirando a su niñita con ojos de adoración

-        ¡Su presencia es la causa de toda la infelicidad de mi vida, de


mi infancia y ahora de mi adolescencia!
Grito Belén, atacando el punto débil de Vicente, el cargo de
conciencia sobre lo que había sufrido su niñita.

-        Que pinta ella mientras estoy con mis amigos, allí en medio
como una espina en mi corazón, pavoneándose con su espectacular
cuerpazo.

Seguía a grito pelado con su diatriba Belén.

-        Perdona bonita, pero yo no me pavoneo, ni me expongo ante


nadie, que no sea tu padre.

Respondió calmada Yoli, sin alterar la voz ni el ánimo, consiguiendo


que Vicente afirmase en silencio con la cabeza.

-        No te hace falta, solo tienes que ser tu misma de forma natural
zorra, para que todos los tíos solo tengan ojos para ti, si no de que
un gran hombre como mi padre habría caído en tus redes zorra.

Contesto Belén gritando llena de odio a Yolanda.

-        Cálmate Belén y mide tus palabras, tu padre y yo estamos


enamorados.

Dijo aguantándose la risa como pudo Yolanda.

-        Me da lo mismo todo Papa, no la quiero cerca mío, cuando


estoy con mis amigos, sobre todo cuando estoy en la piscina…NO LA
QUIERO.

Siguió Belén gritando y haciendo aspavientos como una niña mal


criada.

-        Pero esta también es su casa muñequita.

Respondía Vicente con voz meliflua que solo ponía a su niña.

-        Me es igual. Yo no cumplo contigo, no quieres que este fuera


de casa entre semana más allá de las 10:00 y el fin de semana a las
12:00, me concentro en mis estudios y saco buenas notas, que sabes
que el cole es difícil, no bebo alcohol y mucho menos drogas, voy a la
iglesia y a las catequesis, no escucháis ni la más mínima pega de mí,
ni el más mínimo escándalo que pueda avergonzaros…y además
convivo con esta zorra. NO LA QUIERO, NO LA QUIERO, NO LA
QUIERO en la piscina cuando este con mis amigos, o es así, o no
volveré a pisar tu casa, sabes que mama me lo ha pedido muchas
veces, solo hay que ir ante el juez de menores y no vuelvo más, NO
VUELVO MÁS.
Se marchó gritando la criaja mal criada adolescente, dejando a
Vicente con el corazón en un puño, con cara entre de cordero
degollado y perro apaleado, para asombro de Yolanda, ella había
vuelto a perder la partida.

Yolanda no era de las que gritaba o montaba una escena. Pero


Vicente se cerraba en banda, su hija, su única hija era lo primero y
más importante, y en el fondo él lo tenía claro que Yolanda estaba
con él por su pasta y el mundo de lujos y comodidades que podía
darle. No iba a permitir que su hija apoyase a su madre y perdiese la
custodia compartida y no volviera a verla más. Daba igual las
opciones o argumentos que diera Yolanda, la respuesta de Vicente
era siempre la misma, cuando la niña estuviese allí, ella tenía
preferencia en usar la piscina con sus amigos y ella no debía
aparecer.

Limitada en su propia casa, en su propia casa, aquello ya era


demasiado para Yolanda, convivir con aquel zafio hijo de puta,
incapaz en todos los aspectos de la vida, convivir con su hija una
mierda insoportable como el padre, todo por la pasta y los lujos,
renunciando a todo y siendo humillada en su propia casa, en su
propia casa.

Aquello no iba a quedar así, no la conocían a ella, no, no la conocían,


no iba a montar números ni escándalos, ni reacciones violentas o
enfadadas con la niñata, iba a actuar toda la semana como si
estuviera conformada con la decisión de Vicente y la petición de
Belén. Fría como el hielo, calcularía una venganza cruel y despiadada,
que provocase el máximo dolor, humillación y vergüenza tanto a la
criaja, como al miserable de su marido.

Con esa perspectiva se pasó Yolanda toda la semana planificando y


maquinando, su castigo a ambos.  

Al llegar el sábado, Yolanda cogió los bártulos bien temprano y se fue


a visitar a Verónica y a pasar el día con ella, durante toda la semana
había logrado templar el cabreo más grande de su vida, de forma que
su marido lo había olvidado todo y creía que ella se conformaba, y la
criaja le lanzaba miradas entre de burla y de victoria que ella
obviaba, pero por dentro era una fuente inextinguible de odio para los
dos.

La decepción de Cesar y Sergio al saber que Yoli había salido, fue


proporcional a la enorme satisfacción de Belén de ver esa decepción
reflejada en sus rostros, ese sábado eran de ella y de la otra enana
esmirriada culo de carpeta.
Tumbada en una hamaca en el balcón de Verónica, tomando el sol
con su preciosa melena morena recogida con un gancho detrás de la
cabeza con un bikini azul celeste, con Vero tumbada al lado se
desahogaba contándole todo el asunto.

Ya había tenido que enseñarle su alianza de casada con su lacónica y


distante sonrisa a algún vecino, que la había visto llegar enfundada
en un vestido de cuerpo entero, de tirantes finos cuya falda acababa
un palmo por encima de sus rodillas, alcanzando casi el metro
ochenta por su tacones de aguja a juego, con un escote de pico por
donde se escapaban sus realzadas tetazas con el wonderbra de turno,
todos los machos admiraban aquella diosa mediterránea de piel
bronceada, todos la deseaban y algunos se atrevían a probarlos, para
que ella los torease.

-        Joder nena, es muy fuerte, que humillación. Tenerte que ir de


tu propia casa. Madre mía Yoli, con lo que tú has sido y has toreado a
los tíos. Tener que soportar esto y todo por la pasta.

Decía Vero, enfadada y apesadumbrada por su amiga.

-        Por muuuuchaaa pasta, la seguridad absoluta de un futuro de


lujo y de despreocupaciones ….. Huuuummmm. Ya sabes la suerte de
la fea, la guapa la desea.

Respondió templada pero pensativa Yolanda.

-        ¿Te veo muy calmada, nena, no piensas hacer nada? Esto
puede ser el principio de una vida insoportable, de vivir de prestado
en tu propia casa, a los arbitrios de los deseos de esa niñata.

Interrogo sorprendida Vero a Yolanda.

-        Si lo sé, no te preocupes hare algo para que eso no suceda,


demasiado he cedido ya, para al final perder yo.

Contesto Yolanda con voz enigmática.

Si lo tenía bien pensado, llevaba toda la semana planeándolo.


Necesitaba una herramienta, ella no tenía ninguna clase de influencia
en la maldita criaja, así que era casi imposible hacerla caer en
desgracia de forma directa, necesitaba una manera indirecta, valerse
de alguien que pudiera facilitar la humillación, la degradación y la
perdida de favor de la niñata frente a Vicente.

Le había dado muchas vueltas a la idea, era arriesgado en grado


sumo, pero tenía que hacer algo, como decía Vero que sería lo
próximo, en lo que pondría entre la espada y la pared al mierda de
Vicente, además aunque a él le gustaba fardar de superhembra por
mujer, haciéndose el macho machista y de derechas, la verdad es
que para lo que “usaba” a Yolanda, le podría valer cualquiera y entre
su hija y su mujer despampanante, muy probablemente iba a perder
ella siempre, tenía que neutralizar a la criaja totalmente, romper el
hilo umbilical, que Vicente dejase de tener esa consideración
absoluta, sino todo el sacrificio, de antes y durante, por un futuro de
lujo garantizado sin preocupaciones podría irse al garete en los
próximos años, y tal vez solo le quedaría la opción de alguien más
viejo y aún más conservador y asqueroso que Vicente. Estaba
decidido correría el riesgo.

La herramienta solo podía ser Sergio, la expulsión de su propia casa


era debido a los celos brutales e infernales que había provocado la
atención que provocaba Yolanda en Sergio, como si de por si por todo
lo que había pasado Belén no odiase suficientemente a Yolanda.

Pero por cómo había visto que se desarrollaba la relación y la forma


en que se comunicaban los niñatos, Belén estaba profunda y
estúpidamente enamorada del fofo y bajito de Sergio con su ridículo
pendiente y su estúpido tatuaje y su cara vulgar. Esa forma de
enamoramiento adolescente de las féminas, que les hace creer que
ese chico es el amor de su vida, con quien se van a casar y que va a
ser el padre de sus hijos, una estulticia suprema, que hace que estén
dispuestas a hacer lo que haga falta por ellos, aunque el estúpido de
Sergio, como total inexperto, no sé había dado ni cuenta del poder
que tenía, y por eso no forzaba ninguna situación con Belén, Yolanda
le haría forzarlas y sabía cómo.

El riesgo era máximo, era una apuesta total, todo o nada, si salía mal
las capitulaciones y el régimen de separación de bienes y gananciales
dejarían a Yolanda en el lodo, y con más de cuatro años de sacrificios
y abstinencia tirados a la basura. Pero el premio era que su marido
rechazase a su hija hasta donde un padre enamorado de su única hija
podía rechazarla, que lo humillase en sus puntos débiles, que se
enfrentara a él y a sus normas, y atacase su reputación de dinosaurio
conservador católico hipócrita, si lograse que las opiniones, ideas y
sentimientos de la criaja no contasen más para Vicente, entonces sí
que tendría todo el poder sobre él y su dinero y habría merecido la
pena, el riesgo era adecuado con la recompensa.

Sabía muy bien lo que tenía que hacer, utilizaría la lujuria salvaje que
despertaba en todos los machos que la contemplaban, sabía que al
criajo, Belén, paliducha, plana, y culo carpeta poco le importaba,
estaba con ella, porque no podía estar con otra, además ella era su
monedero, el muy gorrón, cualquier cosa que él quisiera ella se lo
pagaba, cualquier fiesta, salida, evento, comida, todo corría por
cuenta de la niñata idiota. Por lo que si Yolanda estaba en lo cierto el
absoluto inexperto debía ser arcilla en manos de la experta
superhembra morena de cuerpo de escándalo como una diosa
pornostar, el primer y más arriesgado paso le diría si estaba en lo
cierto respecto a los sentimientos de Sergio versus Belén.

Llego a la casa después de cenar, los chicos estaban viendo la tele,


sentados en el mismo sofá, pero modositamente separados, con
Vicente sentado en su sillón vigilándolos como un feroz can cerbero.

Yoli paso y saludo brevemente esbozando su más radiante y preciosa


sonrisa, estaba muy cansada. Vicente le pregunto por su día, le
confirmo risueña y alegre que lo había pasado muy bien, el estúpido
de su marido sonrió conformado como si su decisión hubiera sido lo
mejor para todos, que equivocado estaba.

Yoli fue a su dormitorio, se dio una última ducha, dejo caer sobre su
cuello y pechos unas gotas de un potentísimo y carísimo perfume
explota lívido, se puso un salto de cama rosa transparente, sin
ninguna clase de ropa interior debajo y espero.

Su primera intención había sido abordar al chico entrando en el


dormitorio de invitados, pero la frialdad con la que el odio que había
despertado en ella todo lo que estaba sucediendo le había invadido, y
con la que había tomado la determinación de llevar a cabo todas sus
acciones en este asunto, le hizo pensárselo mejor.

Si entraba en el dormitorio y ella lo abordaba, y el chico salía por


alguna deriva inesperada, gritaba, se le echaba encima, o cualquier
otra, ella no tendría forma de justificar su presencia allí, con aquella
prenda que no dejaba absolutamente nada de su voluptuoso cuerpo
para la imaginación.

Así que había comprado una diminuta cámara que había conectado
por Bluetooth a su móvil y cuando se había marchado a su
dormitorio, había sabido ocultarla en un florero frente al cuarto de
baño de invitados de forma que enfocaba y se podía ver quien
entraba y quien salía de él, ya que en los pasillos de la casa durante
la noche había una especie de lámparas de luz auxiliar que
iluminaban tenuemente esquinas, puertas etc…la luz suficiente para
identificar quien entraba o salía del cuarto de baño,

No tenía sueño, la excitación del riesgo tampoco la dejaba dormirse,


sobre las doce de la noche se hizo en silencio total en la casa, ella
seguía con su Tablet, ojeando internet, netflix, youtube y otros
contenidos, pasada la una y media de la mañana, el niñato de Sergio
vistiendo un pantalón de pijama de tela y una camiseta de tirante,
soñoliento se dirigió al cuarto de baño y entro.
Yolanda salto como una gata de su cama, se calzo unos tacones de
aguja rosas y salió al pasillo sigilosamente, mirando en todas
direcciones cerciorándose de que no había nadie más allí, su cuarto
como el cuarto de invitados estaba en el primer piso, mientras el
cuarto de Belén y el de Vicente con la infernal máquina de apnea
estaban en el piso de arriba, lo que facilitaba sus planes.

Yolanda aguardo junto a la puerta, y cuando el enano fofisano y


adormilado salió del baño, se abalanzo sobre él como una loba,
bloqueándole el paso y dejándolo contra la pared.

-        Hola Sergio, cariño, me habéis echado de menos hoy en la


piscina Cesar y tú.

Le pregunto Yolanda con voz sensual, mirándolo fijamente con sus


ojos brillantes, de largas pestañas rizadas de rímel y sombra gris
oscura en los parpados, que realzaba el brillo de sus preciosos ojos,
al tiempo que esboza una maravillosa sonrisa sarcástica y cachonda.

-        Ssssi, si,si…..clarooo….

Respondió Sergio tragando saliva abriendo mucho los ojos, con voz
temblorosa, con los tacones Yoli casi alcanzaba el metro ochenta y le
hablaba al niñato desde una doble superioridad, la de la diosa experta
y la física de la altura.

-        Sabéis, expiar a los mayores está muy mal y os podría


denunciar, tengo unas fotos que tome desde mi habitación con una
cámara profesional con zoom, donde se os ve muy claramente a
Cesar y a ti, estúpidos.

                                       

Susurro Yolanda con firmeza en tono agresivo, mirando fijamente a


los ojos al criajo, que empezaba a jadear de nerviosismo blanco como
la leche.

-        Yo, yo, yo….por favor no, no, no nos denuncies, por favor.

Suplicaba en un gimoteo, temblando por la impresión Sergio.

Entonces Yoli, alargo su fina mano de perfectos dedos cuidados, con


uñas pintadas de rojo y encendió la luz de esa parte del pasillo,
apartándose unos pasos del chico, para que este la contemplase.

Una extrañísima sensación invadió al chico presa de la sorpresa y el


pánico, la contemplación de aquella diosa morena de playboy con
aquel salto de cama rosa totalmente transparente a escasos
centímetros de él, le hizo abrir los ojos y la boca como platos a la vez
que se ponía como una moto, sin abandonar la sensación de terror y
castigo próximo.

Yolanda se abalanzo sobre él empotrándolo sordamente contra la


pared, al tiempo que cogía las mejillas de Sergio entre sus dedos
índice y pulgar.

-        No, no te denunciare, si a cambio haces algo por mí, pero


primero respóndeme unas preguntas con total sinceridad.

Siguió Yolanda susurrando con agresividad contenida y controlada.

-        Shi, si,si….

Respondió el niñato forzando las sujetas mejillas.

-        Tú y Cesar no os coméis una mierda verdad, ligáis lo mismo


que si lo intentaseis en el desierto, ¿no es así?, responde.

Interrogo con fiereza Yolanda.

-        Shi, shiii….uuuuhhh… somos unos mierdas, no nos comemos ni


un colín, solo a las más feas y gordas de la fiesta, si van borrachas y
quieren rollo.

Contesto gimoteando lastimosamente Sergio.

-        Vamos que sois dos vírgenes desgraciaos, que se han liado con
dos quinceañeras, porque ninguna tía buena de vuestra edad os hace
caso, responde.

Proseguía con el interrogatorio Yolanda.

-        Shiii ……una vez Cesar y yo pagamos a una prostituta, para


que nos hiciese una mamada, el primero y yo después, el creo que se
ha follado alguna gorda, y Ángela se la mama, pero yo solo me he
comido unas feas, morreos y toquiteos….aaayyy…me haces daño.

Gimoteaba Sergio al borde del sollozo.

Yolanda aflojo los dedos en las mejillas, y deslizo suavemente su otra


preciosa y delicada mano a la entrepierna del chico, comenzando a
acariciarla levemente y notando así el cálido movimiento de reacción
de su miembro.

-        Y que es para ti Belén, la quieres, ¿estás enamorado de ella?


Pregunto aflojando el tono Yolanda sin dejar de acariciar suavemente
la entrepierna.

-        No, no, ni siquiera me gusta, solo que su padre le da mucha


pasta lo paga todo, y como no me como ni una mierda, al menos
puedo aparentar que tengo novia, aunque no valga nada.

Respondió lleno de sinceridad y al borde de los pucheros Sergio.

Yolanda sin soltarle los mofletes le mostros su más dulce y preciosa


sonrisa.

-        No os voy a denunciar, pero a cambio tu tendrás que hacer


cosas por mí. Te voy a convertir en mi esclavo, y si me haces caso, te
daré recompensas por tu buena labor.

Expuso en un susurro enigmático Yolanda, sin dejar de sonreír con su


maravillosa y seductora sonrisa.

-        ¿Que que que cosas tengo que hacer por por ti?

Pregunto dubitativo y curioso Sergio.

Yolanda había aumentado el ritmo de la fricción sobre la entrepierna


de Sergio, y se inclinó sobre él como si quisiera susurrarle al oído,
clavándole sus extragrandes pezones en el pecho, la polla del chico
ya estaba tiesa, pero aquello le hizo dar un respingo.

-        Tenemos que convertir a Bélen en una niña mala, que


incumpla las normas de sus papas, que los deje en evidencia, que los
avergüence con su conducta, que se hunda en los estudios, hay que
castigarla.

Susurro Yolanda al oído de Sergio con la voz más sensual y cachonda


que había puesto en su vida.

-        Y y y  uuuuuhhh….uuuuhh ….¿cuáles serán mis recompensas?

Pregunto el niñato cerrando los ojos entre gemidos de placer.

-        Dependiendo del grado en que me obedezcas y los avances en


que Belén se convierta en una vergüenza para sus padres, te dejare
jugar conmigo, huuuuummm…podrás mirarme tan cerca como
estamos ahora, huuuuummmm, y si haces todo lo que yo te diga que
hagas con Belén… huuuuummmm…a lo mejor te recompenso
haciéndote hombre….huuuumm….
Contesto Yolanda entre gemidos fingidos, poniendo su cara a
milímetros de la del niñato y mordiéndose lascivamente el labio
inferior tras su última frase. 

Sergio reacciono mirándola con los ojos desencajados y la boca


abierta de placer, aquello era un puto sueño, el argumento de una
peli porno hecho realidad, instintivamente llevo sus manos al culo de
Yolanda.

-        Plaaasshh

Se oyó sonoramente en el silencio de la noche el palmetazo que le


había dado Yoli a la mano del chico.

-        Yo pongo las reglas, entendido, tu actúas, y según lo que


hagas tienes recompensas, te ha quedado claro. ¿Estás de acuerdo?

Volvió a inquirir con agresividad y firmeza Yolanda, dejando


repentinamente de frotar la entrepierna del chico y ajustando de
nuevo sus dedos pulgar e índice a los mofletes del chico.

-        Si,si si…estoy de acuerdo, estoy de acuerdo.

Contesto Sergio con la polla tiesa y voz dolorida.

-        Bien en este mueble de aquí al lado hay un blog deja tu móvil,
descárgate Telegram y espera que te contacte, con una foto de perfil
de un bulldog. Nada de nombres, yo soy Y, tú eres Z y Belén es X, mi
casa es la pecera. ¿Entendido?

Pregunto Yolanda aflojando un poco los dedos.

-        Si, si, si entendido.

Respondió conformado Sergio.

-        Y esto es lo más importante, máximo secreto, repito MÁXIMO


SECRETO, no puedes contarle nada a nadie, sobre todo a Cesar,  a
nadie…recuerda que trabajo en una compañía de seguros, y puedo
encontrar mil excusas para que alguien te espié y me entere de que
estas contando algo a nadie. Yo lo negare todo y os denunciare a la
policía. ¿Está claro?

Insistió con agresividad, violencia y firmeza Yolanda lanzándole una


mirada asesina.

-        Si, si, a nadie, a nadie, a nadie…pero no me denuncies.


Respondía desconcertado el criajo bajito y fofisano después de
tragarse toda esa sarta de mentiras de Yolanda.

Yolanda lo soltó como con desprecio, el con una cara de susto y una
enorme erección se dirigió al bloc escribió su número de teléfono y
como un perro que esta temeroso de recibir un palo se giró, para
contemplar a través de la transparencia del salto de cama las
mamazas erectas y turgentes, las divinas caderas y la raja coronada
de triángulo de depilado brasileño de Yolanda.

Yolanda mirándolo severamente como una diosa castigadora, le


señalo la habitación con un dedo, al tiempo que apagaba la luz del
pasillo, el chico, tembloroso y desconcertado se fue hacia su
habitación. Al tiempo que sonriente de satisfacción Yolanda arrancaba
el número de móvil de Sergio de la libreta y se iba a su dormitorio. Ya
tenía a su herramienta para castigar, ahora a ponerla en marcha.

El lunes a primera hora Yolanda había aprovechado para ir a la


peluquería, con tratamiento había recuperado su natural castaño
oscuro, le gusta alternar entre su color natural, y el moreno más
oscuro, la punta de su sedosa y brillante melena se ondulaba
mientras el resto permanecía liso.

Caminaba por la oficina enfundada en una falda de tubo negra, hasta


las rodillas, medias negras con ligero, arriba una blusa satén color
burdeos de manga larga abrochada hasta arriba con un escote de
pico que no dejaba ver nada, calzaba unos tacones de aguja también
color burdeos a juego, que realzaba sobre manera su ya de por si
natural culo respingón.

Era un espectáculo sexual increíble, al que no se resistía nadie en la


oficina, ocupando los pensamientos de deseo y fantasías compañeros
y clientes, mientras ella se movía por allí sabiendo lo que provocaba,
pero obviándolo todo, caminando de un lado a otro, atendiendo una
llamada, trabajando en su ordenador como si estuviese sola en la
oficina, mientras todos los hombres de forma disimulada la
desnudaban con la mirada.

A media mañana se dirigió sin decir nada a un despacho, se encerró


en él y apoyando su culo en la mesa del despacho, saco su móvil y
empezó a escribir.

-        ¿Estás ahí “Z”?

Escribió al teléfono de Sergio que se había guardado el día anterior,


la foto de un bulldog presidia el perfil de su cuenta de Telegram.
Melisa una amiga informática de sus días libres y golfos, que tenía
problemas para relacionarse con los tíos, y a la que Yoli le preparaba
las “migajas” que no podía comerse para que la chica follase, le había
diseñado y regalado un plugin para Telegram, y un número de
teléfono con una identidad falsa, de una tarjeta de identidad de un
ciudadano de Canadá.

Melisa una friki de cuidado se lo había regalado hacía ya tiempo, ella


lo conservaba sin darle mucha importancia, ya que hasta ahora no le
había visto la utilidad. Gracias al plugin la conversación era
irrastreable, no se podían hacer pantallazos de la misma, y menos
aquellos textos en los que Yoli incluyera un asterisco, el resto se
borraba en cuanto el interlocutor lo leía. En el peor de los casos que
rastreasen la cuenta encriptada de Telegram, al final de la misma
encontrarían una persona en algún lugar recóndito del Canadá que
nada tenía que ver con Yolanda.

-        Sí, sí, estoy Y. ¿Qué tengo que hacer?

Respondió el niñato. Yolanda supuso que estaría ansioso.

-        Bien, tienes que darle argumentos de peso para que nadie la
despierte del sueño estúpido de que eres el amor de su vida.

Escribió Yoli.

-        ¿Y eso como lo hago?

Cuestiono el criajo estúpido. Pobre idiota, pensó sonriendo Yolanda.

-        Tienes que ser especialmente afectuoso y cariñoso con ella,


bésala, abrázala, sobre todo en público, llévala de la mano o
rodeándole la cintura siempre. Dile cosas como “te amo”, “ te quiero”
, “eres el amor o la mujer de mi vida” y luego bésala
apasionadamente, dile que has soñado que vivíais juntos,  pregúntale
como interesado cuantos hijos querría tener, y dile que tú eres de la
misma opinión, en todo….eso si no lo hagas todo de una vez sino
paulatinamente durante la semana, que ella o cualquiera con quien
pueda hablar sobre ti se crea que has sufrido un cambio de
verdadero…..

Escribió Yolanda sonriendo maléficamente.

-        Joder, una cosa es ver a una tía buena como tú, vestida cañón
y ponerse a cien y enrollarme con Belén para bajar la calentura, y
otra cosa es lo que me pides, no me apetece en absoluto, me
repulsa.

Contesto Sergio con fastidio.


-        Pues debes hacerlo, y debe ser muy convincente, repito MUY
CONVINCENTE. Ella ya está loquita por ti, se dejaría pisar, pero
seguro que tiene amigas y quizás parientes de tu edad, que, a la más
mínima duda en su amor adolescente, ante tu actitud explicada a
esas personas pueden hacer resquebrajar ese estúpido amor
adolescente. Necesitamos que este loca y ciegamente apasionada por
ti, para que haga lo que le vamos a pedir más adelante, sin ninguna
duda, teniendo en su cabeza la estúpida idea fija de una vida de amor
y felicidad contigo…y otra cosa, empieza a pagarlo tu todo.

Explico Yolanda.

-        Joder lo primero lo entiendo, aunque me fastidia, pero lo de


pagar todo va a estar complicado, mis padres me aprietan
cortándome el chorro del dinero, por mis malas notas, y lo que tengo
prefiero gastármelo en mí.

Replico Sergio.

-        Gástate tu dinero, paga todo tú y yo te lo reembolsare, no te


preocupes y te daré más dinero en metálico.

Arguyo Yolanda.

-        Joder, que puto fastidio espero que merezca la pena, toda esta
mierda.

Respondió con fastidio Sergio.

-        ¡Eh tranquilo! modera tu lenguaje. Dame pruebas de que haces


todo lo que te digo y yo te demostrare cuanto merece la pena.

Contesto autoritaria Yolanda.

-        Vale, vale te mandare pruebas.

Escribió sumiso Sergio, acabando así la conversación, cinco segundos


después el chat estaba vacío, como si nunca hubiesen hablado.

Durante la semana le fueron entrando audios y videos a diario. La


ansiedad y el deseo por alcanzar su recompensa lujuriosa habían
agudizado la inteligencia del chico, el cual había grabado las
conversaciones de baboso enamorado que cada día mantenía con
ella, o en vivo y en directo o por teléfono, se oía a la criaja estúpida
de Belén suspirar de amor y derretirse ante las caricias y besos del
niñato del pendiente y el tatuaje, esto último sobre todo en los
videos, donde también se incluían videos de él pagando todas las
cuentas y negándose a que la niñata pagase nada, como buen
caballero.

Bien, bien, bien, todo marchaba según lo planeado pensaba Yolanda,


tenía que mantener la calma, porque esto no había hecho más que
empezar y sobretodo la frialdad a pesar de su insatisfacción cuando
“recompensara” al niñato.

Y como era de esperar, el esmirriado de metro setenta fofisano de


pendiente y tatuaje, no pudo esperar más y pregunto por su primera
recompensa en su última comunicación del viernes.

-        ¿Estoy haciendo todo lo que me pides, que hay de mi primera


recompensa y el reembolso de mi pasta?

Decía su mensaje.

-        Ven a las 11:00 del sábado junto a la puerta de servicio


adyacente al garaje con gafas de sol, protégete con el seto que cubre
la puerta para que no te vea nadie, si llegas a las 11:02 minutos no
te abriré.

Respondió tajante y dominante Yolanda.

Vicente era un negado en tecnología, como en muchas otras cosas,


en casi todo en lo que hubiese que usar mucho el cerebro, para lo
que tuviera que ver con el mundo digital, siempre necesitaba que le
ayudase alguien. De esa manera de las aplicaciones de su móvil y del
smartwatch, que le había regalado su “niñita” y del que no se
separaba ni cuando dormía, se ocupaba Yolanda. Así era como un par
de veces semanalmente le revisaba las funciones del móvil y del
smartwatch a Vicente, de esa manera le había instalado y activado de
forma permanente un rastreador de GPS a Vicente sin que este lo
supiera, el cual controlaba Yolanda con su propio móvil, dos puntos
que corrían siempre juntos, y le indicaban a Yolanda donde estaba el
prepotente despreciable y estúpido superforrado derechón de su
marido. 

Aquella mañana de sábado habían desayunado juntos, como siempre


Yolanda fingía felicidad absoluta, llevaba una vida de interpretación
para que le dieran un oscar a diario, su talante, risueño, simpático y
positivo la ayudaba por eso, como cada sábado se iría al club de golf
a fardar de swing ante sus proveedores, que como siempre le
dejarían ganar, porque como en cualquier actividad de la vida, era un
inútil ridículo, solo había tenido la suerte de nacer en una familia rica
y derechona, y eso era todo.
 Yolanda le dijo que tomaría el sol como cada sábado, esbozando su
más hermosa y placida sonrisa. El pobre imbécil creía que había
resuelto una crisis familiar con éxito, no sabía la que se le venía
encima.

Así a las diez y media tan alegre y campante creyéndose el rey del
mambo, Vicente se subió a su coche de lujo y se dirigió al club de
golf, mientras dejaba a su esposa con una enigmática sonrisa en la
casa, apenas cinco minutos después Yolanda abrió la aplicación para
monitorizar a Vicente.

A las once en punto Sergio estaba junto a la puerta adyacente, su


pendiente de cruz se tambaleaba en su oreja derecha, la boca reseca
y tembloroso, con gafas de sol y el cuerpo de perfil casi pegado a la
puerta para que el seto lo ocultase.

A la hora en punto se abrió la puerta de forma automática para el


chico, que desconocía que existía un mecanismo automático para
abrir esa puerta.

-        ¡Pasa!

Se oyó la voz baja firme y serena de Yolanda de fondo.

El chico entro en la casa, mirando hacia los lados de forma temerosa.


En el umbral que daba acceso a la casa enfundada en un chándal
morado de rizo, con el pelo recogido en la nuca con una pinza en
forma de un moño y gafas de sol estaba Yolanda, sobre sus zuecos
de andar por casa sin  parte delantera.

-         Cierra la puerta y sígueme.

Ordeno de forma muy seria y estricta Yolanda, dando la vuelta y


entrando en la casa seguida por el chico, cerró la puerta del garaje y
siguió encorvado y temeroso aquel divino, grande, respingón y firme
culo que avanzaba nalga arriba, nalga abajo, nalga abajo, nalga
arriba delante de él.

-        ¿Qué le has dicho a Belén para estar aquí el sábado en la


mañana y no con ella?

Cuestiono con suspicacia Yolanda.

-        No he tenido que decirle nada, quería ir de compras con su


madre, nos veremos esta tarde, besitos, cariñitos, manitas y
promesas de amor eterno.
Dijo el chico con voz neutra y temerosa, pero con un cierto grado de
reproche.

A través de la casa lo llevo hasta un cuarto en el primer piso, que


Yolanda había habilitado como una pequeña sala de estar con un
sofá, dos sillones, un par de sillas y estanterías llenas de libros, y
preciosos elementos de decoración, Yolanda utilizaba aquella
habitación para ver su Tablet o leer libros completamente aislada del
resto de la casa.

-        Quítate toda la ropa y quédate descalzo y en calzoncillos.

Ordeno de forma tajante Yolanda, sin que cupiera posibilidad de


réplica.

-        Pero, pero, pero….

Dijo dubitativo el criajo fofisano.

-        ¿Quieres la recompensa?

Cuestiono seria Yolanda.

-        Si, si, por supuesto.

Respondió contrariado Sergio.

-        Mi recompensa, mis reglas, se harán las cosas como, cuando y


donde yo diga, ¿está claro?

Contesto con rotundidad Yolanda.

-        Si, si, si.

Afirmo temeroso Sergio.

-        Dame el móvil, reloj, cartera y todo lo que lleves además de la


ropa.

Ordeno Yolanda como un sargento de la guardia civil.

El chico le dio todos los artefactos, y a continuación mirando con


temor a Yolanda, empezó a desvestirse torpemente.

Yolanda examino el móvil, ninguna aplicación de rastreo o de


grabación estaba abierta, apago el móvil completamente, el reloj
normal, y en la cartera tampoco llevaba ningún dispositivo
electrónico.
-        Está bien siéntate en la silla que está ahí en medio.

Dijo con voz neutra Yolanda.

El chico tembloroso y temeroso se sentó en calzoncillos en la silla que


ocupaba el espacio central de la sala de estar, mirando a su alrededor
como un corderito, mientras Yolanda examinaba su ropa, bolsillos del
pantalón, costuras, etc…estaba limpio. En ese momento se quitó las
gafas de sol mostrando su rostro completamente maquillado con
clase y de forma magistral, sus pestañas rizadas negras y
larguísimas, sombra de ojo gris oscuro difuminada sobre sus
parpados, la raya de los ojos perfecta y todo combinado con el
colorete ligero y el pintalabios rojo intenso húmedo con el que había
recibido al chico.

Tomo la ropa y enseres del chico y salió brevemente de la habitación


para dejarlos dentro del baño de invitados, que estaba enfrente de la
sala de estar y cerrar la puerta de este, volviendo al cuarto de estar
con tres cinturones en las manos.

Entro en la sala de estar y se los lanzo al chico.

-        Átate con los cinturones las piernas a las patas de la silla,
venga deprisa.

Ordeno Yolanda.

El chico la miro temeroso e inactivo.

-        Mis recompensas mis reglas, recuerda, espabila se te acaba el


tiempo.

Dijo Yolanda seriamente, cruzando sus brazos y mirando al criajo


fijamente.

Sergio se agacho y empezó a ajustarse los cinturones con las patas


de la mesa, primero a una pierna y luego a la otra.

-        Así es muy ajustado.

Dijo Yolanda con satisfacción sin abandonar su talante serio.

A continuación, se acercó al chico que la miraba entre temeroso y


sorprendido, aquel criajo no entendía nada.

-        ¿Cuál es la mano con la que te masturbas?

Pregunto Yolanda.
-        La derecha.

Dijo con voz entrecortada Sergio.

Yolanda se inclinó sobre el niñato cogió su brazo izquierdo vulgar y


fofisano y ajustándolo al respaldo de la silla, se lo amarro con el
tercer cinturón.

El chico estaba completamente atado e indefenso y miraba a Yolanda


como un corderillo en el matadero.

-        En seguida vuelvo nene y te doy tu “recompensa”.

Sonrió por primera vez Yolanda, esbozando su radiante y preciosa


sonrisa que enamoraba y despertaba un volcán de lascivia a la vez.

A continuación, salió de la sala de estar y se dirigió a su cuarto,


Sergio quedo en gayumbos en medio del silencio de la sala esperando
entre hondas respiraciones de ansiedad.

Al cabo de unos minutos que al criajo le parecieron horas, se oyó la


puerta del dormitorio de Yolanda, y se oyó la carencia de unos pasos
lentos por el pasillo, el característico “toc, toc, toc, toc” de unos
tacones de aguja recorriendo el pasillo.

Yolanda entro en la sala de estar con su más amplia y seductora


sonrisa, con un gesto conciliador en su rostro de belleza
deslumbrante perfectamente maquillado, unos pendientes pequeños,
colgantes de media luna dorada a juego con un collar también
dorado, ajustado a su precioso cuello y su preciosa melena sedosa y
brillante castaño oscura suelta, cayéndole en cascada por los lados,
completamente lisa menos las puntas levemente onduladas.

 Entro alzando los pies enfundados en tacones de aguja negros sin


punta, medias negras de seda transparentes, y un batín cruzado
negro satén más de un palmo por encima de las rodillas, que cubría
su cuerpo, la nube de un profundo y salvaje aroma de perfume de
hembra con feromonas llenaba y envolvía a Yoli.

-        Vaya, vaya, vaya…así me gusta que me hagas caso, si me


haces caso y sigues haciendo todo los que yo te diga, yo seré buena
contigo y te recompensare, como una super hembra como yo sabe
recompensar a los hombres. ¿Por qué, que te parezco?

Pregunto Yolanda que había hablado todo el rato en un tono suave y


lascivo, mirando fijamente a Sergio y entornando los ojos con mirada
de depredadora.
-        Me parece que estas buenísima, eres, eres, eres, la tía más
buena de la que he estado cerca en mi vida.

Dijo con respiración jadeante Sergio, mientras Yolanda daba vueltas a


su alrededor paseándose con su preciosa sonrisa iluminando su
rostro.

-        ¿Y qué te parece mi cuerpo?

Pregunto divertida Yolanda.

-        Solo he visto cuerpos así entre las diosas del porno de internet,
y muy pocas son tan altas como tú, y le ganas a la mayoría en estar
buena.

Contesto con desesperación y hambre de hembra el niñato, tirando el


cuerpo hacia delante con ansiedad como si tratase de tocarla.

Yolanda se detuvo frente a él esbozando una sonrisa maliciosa.

-        Bájate los calzoncillos nene, que te vea disfrutar de este


cuerpo.

Dijo Yolanda, al tiempo que lentamente se desanudaba el batín satén


negro. Los ojos del niñato se abrieron como platos y removiendo el
culo sobre la silla con la mano libre procedió a bajarse los
calzoncillos, llevándolos hasta las rodillas, para dejarlos caer hasta los
tobillos.

Balanceándose como si bailase sobre sus perfectas y largas piernas,


abrió el batín satén de seda negro, moviendo sus caderas y
mostrando el conjunto negro de encaje de wonderbra de talla de copa
E y tanga a juego, ligeros y medias transparentes negras de seda.

Saco de un bolsillo del batín una botella de aceite y de la otra un


dildo con forma de polla, y los apoyo entre los libros en las
estanterías del mueble de la pared. 

Yoli lanzo un vistazo a la verga del criajo, antes de con mucha


teatralidad abriendo mucho el batín acabar de quitárselo. Tamaño
estándar entre trece y quince centímetros, un buen grosor, morcillona
y juguetona mostrando su joven vigorosidad y sus bolas y pubis
cubiertos de pelo.

-        Nene, si quieres que haya más recompensas vas a tener que
depilarte el pubis, el pene y las bolas.

Dijo Yolanda con  voz neutra.


-        Eso duele mucho.

Respondió el chico con voz de fastidio.

-        Con crema depilatoria, si sigues las instrucciones no duele


nada.

Replico Yolanda de forma comprensiva, ante lo que el chico afirmo


con la cabeza mirándola como un bobalicón.

Dejo el batín negro satén sobre una silla, y contoneando todo su


cuerpo dentro de aquel explosivo conjunto de lencería negra de
encaje, se acercó a la estantería y cogió la botella de aceite, para
después ir lenta y sonriendo divertida hacia el chico.

-        A ver nene, muéstrame tu colita  y tu mano que vas a


necesitarlo….jajaja

Rio divertida Yoli, al tiempo que arrojaba sobre la verga y la mano


extendida del niñato dos generosos chorros de aceite.

El chico se estaba extendiendo el aceite sobre su polla, cuando


doblándose como una “L” Yoli se echó sobre él apoyando sus
femeninas manos en los brazos de la silla, colocando su preciosa cara
a milímetros de su cabeza y dejando sus enormes y turgentes tetazas
esféricamente realzadas como a punto de explotar, a la altura de la
cara de Sergio.

-        ¿Dimeee….que te gusta más mis tetas o mi culooooo?

Susurro Yolanda al chico con voz de perra en celo, al tiempo que así
inclinada movía sus hombros sensualmente, balanceado sus enormes
tetazas colgantes a micromilímetros de la cara y la boca del chico,
ahogándolo con su fuerte y sexy perfume de superhembra, al tiempo
que se alejaba, para contemplar al chico con el rostro desencajado,
jadeando  con los ojos enormes, sin dejar de masturbarse abriendo la
boca para alcanzar el fruto prohibido de sus redondos y perfectos
pechos, al tiempo que ella se alejaba.

-        No te oigo, ¿nene, que te gusta más?

Seguía interrogando con la voz más femenina y a la vez la más


lasciva que podía poner.

-        Toooodoooo…toooodooo…me gusta todooo.

Jadeaba desesperado el criajo boqueando como un pez, sin dejar de


masturbarse de forma continua y rítmica, su polla se había hinchado
y enrojecido, y el aroma del sexo masculino inundaba la sala, lo que
alentaba y calentaba a Yolanda.

-        Pues a mí me gusta enseñarte mi culo……¿Te gusta mi culo?

Seguía con el interrogatorio Yolanda con su voz lujuriosa, al tiempo


que alzando primero una pierna y luego la otra se echaba un
generoso chorro de aceite en cada una de sus nalgas, para
poniéndose de perfil entre las piernas de Sergio, empezar a
extenderse el resplandeciente liquido haciendo círculos sobre sus
redondas y grandes nalgas firmes y turgentes, a centímetros de la
cara del niñato,  mostrando primero una nalga y luego dando la
vuelta para mostrar la otra, poniendo su tacón de aguja sobre el
borde de la silla del chico, para masajearse sus perfectos fibrosos y
prietos muslo, primero el de una pierna y luego el de la otra, con sus
preciosas y delicadas manos de dedos perfectamente pintados de
rojo, con finos dedos ,pulseras y anillos en cada mano.

-        Siiii siiiii…..es increíble, grandeee y perfecto.

Respondió Sergio haciendo el amago de tocarla.

-        ¡Mastúrbate!…si me tocas se acabó todo.

Grito ordenando con un pronto de ira Yolanda.

El chico afirmo con la cabeza, muy serio, tragando saliva con los ojos
llenos de terror a que aquello acabase, sin dejar de macharse su
verga, pelándosela, arriba y abajo, abajo y arriba.

Seriamente con mirada de conformidad, Yoli se giró. Mostrándole la


brillante e inmensa esfericidad de su culo perfecto, empezó a mover
las caderas y los brazos al ritmo de una música imaginaria y como si
bailase samba, empezó a agitar sus perfectas nalgas fibrosas, que
vibraban como si fueran un perfecto y robusto postre de gelatina
contenido en unas explosivas curvas morenas.

-        Sabes nene, me encanta follar, me encanta, nadie sabe más de


follar que yo. Me encanta que mi amante me palmetee el culo, que
cuando acabe de follar me duelan las nalgas y estén rojas, como si
las hubiese puesto al fuego… plash, plash, plash,plash….así y más
fuerte, manos de hombre, manos de macho, fuertes violentas,
grandes poseyendo mi culo y castigándolo….plash, plash, plash,
plash.

No dejaba de lanzarse palmazos violentos Yoli a cada una de sus


nalgas, sin dejar de mover sus caderas haciendo twerking con su
culo, haciendo que sus nalgas combinasen así la vibración del baile
con el de los enormes y sexys palmetazos.

-        Ooooohhhh…ooooohh…oooohhhh…

Gemía el criajo, sin dejar de machacársela tirando el cuerpo hacia


adelante instintivamente buscando estar lo más cerca posible de
aquella diosa cachonda.

-        Me encanta que me follen violentamente, que me quiten la


ropa agresivamente, que muerdan y me follen por todos mis
agujeros, y me encanta dar placer a mis machooosss.

Susurraba Yolanda con su voz lasciva, ahora que se había girado y


acercado a Sergio de cuya cara estaba a centímetros, con su mejor
cara de zorra mordiéndose el labio inferior.

-        ¿Y sabes que es lo que más me gusta…sabes?

Pregunto Yolanda, mirando fijamente al niñato con su mirada de


perra en celo sin dejar de pasarse lentamente la lengua por el labio
de arriba.

-        No, no, no lo sé.

Respondió el chico empapado en sudor, desencajado, dando


golpecitos con la silla que se sacudía de tanto machacársela.

-        Me gusta que me coman estas, que las devoren y sobretodo


que muerdan y chupen mis pezones como si quisieran ordeñarlos con
su bocaaaahhh….

Dijo Yoli gimiendo y entornando los ojos como una perra, mientras se
mordía el labio inferior, para a continuación bajarse con las manos
parcialmente las dos copas del wonderbra negro de encaje
permitiendo así que se desbordasen y exponiendo sus pezones extras
grandes y su oscura areola, pezones que apretaba ferozmente frente
al chico con sus dedos pulgar e índice.

-        Que grandeeessss….

Decía el chico abriendo los ojos ante aquellas maravillas de la


naturaleza tan cercanas a él, mientras paralizado por el asombro
reducía la velocidad de la paja.

-        Yo quieroooo …por favoooorrr….yo quieroooo, yo quierooo.


Suplicaba casi gimoteando el niñato con el pendiente de cruz que no
dejaba de balancearse al ritmo de su cabeza, que como todo su
cuerpo temblaba de placer.

Con una inmensa sonrisa burlona, Yolanda se dio la vuelta volviendo


a colocar sus pezones dentro de las copas de su wonderbra de
encaje. 

El criajo había salido resistente, a aquellas alturas del espectáculo


esperaba que el virgen inútil se hubiera corrido, tendría que pasar al
último acto, se acercó a la estantería y cogió el dildo con forma de
polla.

-        ¿Y sabes lo que más me gusta, lo que más adoro, lo que me


pone más cachondaaa?

Inquirió Yolanda, entornando los ojos como una perra y mordiéndose


el labio inferior cada tres palabra.

-        No, no,no,no lo sé…dímelo, dímelo.

Suplicaba el chico con la polla roja e hinchada como una bomba.

-        Me encanta chuparle la polla a mi macho, sobre todo si me


folla bien, y me hace gritar, yo soy muyyy gritoonaaa y me corro muy
rápido…pero si me follan bien, tú crees que podrías follarme bien,
nene, tú crees…

Interrogo Yolanda con voz lasciva y desafiante, con cara de perra


violenta a escasos milímetros del rostro desencajado de Sergio.

-        Si,si, yo, yo, si, si.

Farfullaba el niñato sin sentido abducido por la lujuria y el deseo por


aquella diosa del porno, pálido como un muerto, con toda la sangre
concentrada en su verga.

-        Si ah sí, pues si supieras follarme bien, yo te comería el rabo


así, con mucho cuidado y dedicación.

Respondió Yolanda, colocándose muy femeninamente su sedosa y


brillante melena detrás de las orejas y llevándose el dildo a la boca
enfrente del criajo, sacando mucho la lengua para pasándola con
largos y detenidos lengüetazos, jugar con el prepucio y el glande de
goma del dildo, mientras le miraba fijamente con sus brillantes ojos
marrón muy oscuros de embrujo moro.
-        Sluurrp, sluuuurrppp, así, así, durante diez minutos o más
sluuurrrpp, sluuurrrppp, haciéndole gozaaarr...sluuurrppp, sluuurrpp.

Decía Yolanda sin dejar de mirar fijamente al chico, que miraba


hipnotizado como aquella diosa del porno agarrando con una mano la
base del dildo, con la otra hacia ver que la masturbaba, sin dejar de
ajustar sus labios al glande y al prepucio, lo metía y sacaba de su
boca, adentro y afuera, afuera y adentro, dejando ver el movimiento
de su lengua que chupaba con excelente dedicación.

-        Y se la ensalivaría muuuuchoooo y biennn…sluuurp, sluuurp,


así dejando salir mucha saliva …..sluuuurpp….que empapase todo su
tronco.

Proseguía con su exhibición Yolanda, dejando salir multitud de saliva


de su boca y bañando con ella el dildo, era famosa entre sus amantes
por sus mamadas, pocas mujeres eran capaces de generar tanta
saliva, que facilitaba extraordinariamente un placer indescriptible
mientras te la chupan.

-        ¿Y sabés algo más….sabeeees……. sluurp…sluuurp?

Volvía a insistir con sus preguntas lascivas Yolanda, mirando


fijamente al chico sin dejar de meterse el dildo en su boca y chuparlo,
adentro y afuera, afuera y adentro.

El chico a punto de explotar temblando, sin parar de agitarse por la


acción de la masturbación negó con la cabeza como un autómata.

-        Me encanta dejarles correrse donde quieran, sluuuurppp,


sluuuurrrpp, aaaahhh donde quieran, donde quieran, en mi boca y
me lo trago, sluuurpp, sluuuurpp, aaahhh en mi cara, en mis tetas,
en mi culo….donde quieraaaannnn…sluuurrp, sluuurrp….aaaaahhh.

Provocaba con su voz lasciva Yolanda fingiendo falso gemidos de


placer.

El criajo se quedó rígido y su polla empezó a palpitar ferozmente.

-        Si nene, si nene, si…dámelo todo, dámelo todo…..siiiii…

Exigió Yolanda con su voz lasciva entornando los ojos y haciendo


morritos, al tiempo que sacándose el empapado dildo de su boca lo
acercaba al alcance de la polla enrojecida de Sergio.

-        Aaaaaaaahhhh….aaaahhhhh…..aaahhhh.
Exploto el chico en un orgasmo, la primera ráfaga dio de lleno en el
perfecto y definido vientre plano de Yoli, la segunda cubrió su dildo y
salpico su mano, y la tercera chorreo sobre sus medias negras
transparente.

-        Buuuuufffff….buuuuufff…..buuuuuufff.

Jadeaba con la respiración entre cortada el niñato rendido en la silla


con la polla flácida.

-        ¡Nene!

Llamo la atención Yolanda al chico. Este levanto la cabeza, para ver


como Yolanda se llevaba a la boca su dildo polla de plástico, y como
si fuera un helado lo chupaba completamente cerrando los ojos y
poniendo una lasciva cara de placer extremo.

-        No está mal.

Dijo Yolanda mientras se relamía, pensado…huuuummm cuanto


tiempo sin probar cálido y vigoroso semen joven, provocando una
mirada de éxtasis y satisfacción en el chico.

Acto seguido se giró a la silla y volvió a ponerse el batín negro de


satén, cerrándoselo. Se dirigió al chico que seguía en la silla
recuperando el resuello, y le soltó el  brazo del respaldo de la silla.

-        Bien eso ha sido todo por hoy, cuanto más cerca estemos del
objetivo, de mayor nivel serán las recompensas. Desátate en el
cuarto de invitados esta tu ropa, ya sabes por donde debes irte, si
antes de diez minutos aún sigues aquí se habrá acabado todo. No
digas nada y estate atento al chat de Telegram.

Dijo seria y parsimoniosamente Yolanda como si no hubiera pasado


nada, antes de abandonar la sala de estar y dejar al chico que
cabizbajo y agotado como un corderito, se desataba rápidamente y se
dirigía la baño para marcharse en el tiempo establecido.

Yolanda giro la esquina para entrar en su dormitorio y cerrar la


puerta para abrirse rápidamente el batín negro satén, llevarse la
mano al vientre y recoger lo que quedaba de la corrida del chico,
pensando “ Dios que rico cuanto tiempo que no saboreaba un semen
así”. Cuando oyó los pitidos de la puerta automática, se tumbó en su
cama, se masturbo brutalmente cerrando los ojos y pensando en el
niñato allí en su sala de estar, metiéndose el dildo por su raja y su
culo  salvajemente, adentro y afuera, afuera y adentro hasta alcanzar
varios orgasmos, cuanto le costaba controlar aquello, cuánto.
III
Llevaba el pelo liso hasta las puntas, con su raya al medio dejando
caer la melena castaña oscura, preciosa, sedosa y brillante por los
dos lados de su cabeza como los chorros de una magnifica fuente, su
frente despejada, su piel cetrina brillante, sus cejas  perfectas
perfiladas muy oscuras, sus pestañas de brillante  negro azabache
larguísimas y rizadas, la raya de los ojos profundos y negros de
embrujo, perfectamente trazada una sombra gris oscura difuminada
en sus parpados, un colorete terracota magistralmente difuminado
sobre sus preciosos pómulos, y los labios pintados de carmín rojo
pasión húmedo.

Una blusa de punto blanco mate de mangas cortas que cubría solo la
parte superior del antebrazo, ajustada por el centro y abrochada por
tres botones que cerraban un escote de pico por donde se veía su
canalillo y la parte superior de sus tetazas esféricas, un collar de
cadenitas finas al cuello, y una pulsera a juego en la muñeca
derecha, además de su alianza un par de anillos más, uno en cada
mano, abajo una falda de tubo gris tierra, unas medias transparentes
de seda y unos zapatos de tacón de aguja grises a juego con la falda.

-        Lo realmente impresionante no es lo hermosa que sos, lo


realmente impresionante es la clase y la elegancia que tenés,
princesa mora.

Le decía un compañero de trabajo argentino, Gerardo,  que la miraba


con los ojos llenos de deseo desbordado, a pesar del empalagoso
babeo sobre clase, elegancia, prestancia, y otras lindezas con las que,
desde el día que él entro y se la encontró la embadurnaba, tratando
de seducirla con babosería y apelativos grandilocuentes, pero nada
directo, ni demasiado insinuado, aunque lo había pillado más de una
vez mirándole su culo perfecto, y sus ojos se le salían de la cara,
cada vez que podía meterlos en su escote para radiografiar
milimétricamente sus mamazas inmensas.

Pero  ni le gustaba el tipo, larguirucho, nariz aguileña y melena hasta


la nuca, ni esa clase de empalagamiento, y su regla de oro desde el
primer día, en el trabajo, nada de nada, ni soltera, ni ennoviada, ni
casada.

Sin embargo y a pesar de saber, que el argentino le iba a soltar toda


su batería habitual de palabrería, seguía yendo con él a tomar café
una vez por semana a una cafetería cerca de la oficina, se había
convertido en una tradición, él la agasajaba embadurnándola con
palabrería pegajosa y muchas eses, ella sonreía enigmática mirándolo
con condescendía e ignorándola toda, mientras reconducía la
conversación a asuntos laborales.

-        Y como te movés, con esa cadensia en la sintura, como si


flotases tan larga como sos, mira que sos alta y curvilinea, no sé
cómo lo hases, vuelas como un ángel sobre tus tacones, que finura y
saber estar que tenessss.

Seguía con su verborrea el argentino, mientras Yoli pensaba, que lo


que en realidad le gustaría al rioplatense es saber la clase de diablesa
guarra y morbosa que era en la cama, ay si el supiese la perra
cachonda insaciable, dispuesta y complaciente que podía llegar a ser,
entonces en vez de una vez a la semana, tendría que aguantar aquel
pesado charlatán todos los días.

-        ¿Y la cuenta de los Prado, como va Gerardo? El otro día Arturo


bramaba, por los problemas que está habiendo con las asistencias, y
los cabreos de la directiva y esa es una de tus principales cuentas.

Comento Yolanda sin dejar de mirarle con su maravillosa sonrisa,


enigmática, antes de coger la taza de café de la mesa y llevársela a la
boca, al tiempo que muy femenina y sensual se reclinaba en el
asiento cruzando las piernas.

El tipo cambio de color, su cabeza pendía de un hilo por ese tema,


Yolanda lo sabía y estaba harta de la palabrería melosa y de las
radiografías de su cuerpo, quería ponerlo en un tema apurado.

-        Esto….che bueno…si, esto, es un tema delicado, sabes vos, es


una familia complicada, no se decidieron por hacerse todas las
coberturas, pero ahora si quieren todas las asistencias ante el
siniestro provocado, y don Arturo me culpa a mí de la confusión,
mirá…que se yo, no se puede tener alegre a todo el mundo….y bla,
bla, bla…

Se enrollaba como una persiana el argentino, mientras Yoli sentía


vibrar el teléfono en su chaqueta, cogiéndolo para averiguar que era,
mientras el tipo sudando y amarillo de miedo, seguía con su perorata,
quejándose de todo, mientras hablaba al aire.

Yolanda miro el teléfono era un mensaje de Sergio: “ Tal y como me


dijiste, ya  he convencido a X de que deje de ir a misa y la catequesis
de confirmación,  y me ha costado lo mío, muchos besos, abrazos, y
otros gestos afectivos asquerosos y mucha charla, sobre que si yo no
puedo estar con una chica, a la que todos señalen como una loca
fanáticoreligiosa, etc….hoy es el tercer día que no va a misa, pero hoy
ha ido a darse de baja de la confirmación, sigo trabajando en lo otro
que me dijiste” acababa el mensaje. Una sonrisa de satisfacción se
dibujó en el precioso y divino rostro de Yolanda.

-        Pagamos ya y nos vamos, Gerardo.

Dijo Yolanda apurando el café y levantando su cuerpo de bandera


sobre sus tacones de aguja de ejecutiva grises.

-        Esto…che, si, si claro, pero estaba a mitad de la explicación.

Respondió sorprendido Gerardo.

-        No te preocupes, me lo acabas de explicar camino a la oficina.

Replico Yolanda, esbozando una sonrisa maravillosa de plena


satisfacción, que dejo mudo al argentino que la acompañaba a la
salida de la cafetería como si hubiera visto un ángel.

-        Pues la verdad, tu eres muy católico y todo eso Vicente, cariño,
pero solo vas a misa, cuando te invitan las autoridades y en
celebraciones y entierros, y pare usted de contar.

Le decía Yolanda a su marido, sentada en el sofá, ella vestía un


pantalón cómodo y ancho marrón de algodón y un top rojo de
tirantes anchos, el pelo suelto, descalza con las piernas dobladas
encima del sofá, con sus dedos de los pies enjoyados y una cadenita
de plata en el tobillo derecho,  Vicente enfrente sentado en un sillón,
con pijama y batín, fofo, calvo, barrigón y de cuerpo desgarbado,
parecía un viejo octogenario.

-        Yo soy un hombre muy ocupado, estoy levantando España,


contribuyo para el bien de la nación católica española, eso Dios lo
tiene en cuenta, además ya está mi niña para ir cada día a misa.

Dijo con retintín y con tono de discurso oficial Vicente.

-        Si  Belén cumple por ti, a saber que santos serán hoy y se
habrán nombrado en la misa.  

Respondió con falsa curiosidad Yolanda, que sostenía con sus


preciosas manos de delicados dedos una revista.

-        Ahora mismo te sacara de dudas Belén…. Beléen…tesoro,


ángel…. puedes venir.

La llamo Vicente, Yolanda quería comprobar hasta qué punto la chica


mentiría, y que giro tendría que emprender ella para
desenmascararla.
-        Si papa, ¿qué quieres?

Pregunto Belén haciendo acto de presencia, sin dejar de mirar con


desde y desprecio a Yolanda como era habitual.

-        ¿Dime cariño, cuales son los santos del día?  Seguro que los
recuerdas de la misa de hoy.

Pregunto alegremente Vicente, con sus ojos de enamoramiento pleno


en su niña.

Belén guardo silencio muy seriamente, como si cavilase que


contestar, al final la niña estúpida, creyéndose la dueña de la
situación contesto desafiante.

-        No lo sé Papa, he dejado de ir a misa, llevo yendo a misa todos


los días desde que tome la primera comunión, y ya soy una mujer,
con mucho que hacer, no puedo ir todos los días.

Dijo en tono prepotente la criaja.

-        Pero, pero, pero….. hija mía,  mi cielo, mi tesoro, tu eres mi


billete para la salvación,  además el padre Teodosio, nos lo pidió, que
fueras a diario para que tu confirmación fuera perfecta y libre de
mancha, y nadie era más creyente y comprometida que tú.

Respondió Vicente atónito y sorprendido con la boca abierto y


expresión de no entender nada, sin salir de su asombro.

-        Ya he hablado con el padre Teodosio, de momento dejo el


curso de confirmación, tengo que pensar en muchas cosas.

Contesto Belén con su tradicional aire de suficiencia, antes de dar la


vuelta e irse dejando a su padre con la palabra.

-        Pero, pero, pero Belén, mi ángel que está pasando, que está
pasando…tú te crees, se va, se va dejándome con la palabra en la
boca.

Dijo Vicente con el rostro lívido por la decepción.

-        Bueno tampoco ha dicho que no vaya a confirmarse, solo ha


dicho que ha de pensarlo, es un gesto de madurez, ya es una mujer.

Se expresó en un tono conciliador Yolanda.


-        Pero que madurez, ni que ocho cuartos, mi hija no tiene que
madurar, ni pensar, ha de hacer, lo que se supone que tiene que
hacer una chica de su clase.

Hablaba indignado Vicente.

-        Vicente, mi amor, si vas ahora y le impones que vuelva a misa


y a confirmación lo único que harás es forjar una rebelde, que en
cuanto no esté bajo tu custodia, no volverá a pisar una iglesia, déjala
y veras como vuelve al redil.

Defendía falsamente a la niñata Yolanda. Al tiempo que su marido


con cara de estupefacción y profunda decepción, pero resignado, se
iba al baño rechinando los dientes, mientras Yolanda sonreía de
satisfacción cuando este le dio la espalda. La cosa marcha, pensó
Yolanda.

Las semanas que  Belén las pasaba con ellos no había recompensas,
aunque siguiendo los consejos de Yolanda, el chico había encontrado
excusas para no visitar la casa, y le había instalado en el coco a la
criaja, que cualquier cosa diferente en ella su padre le echarían la
culpa a él, por lo que era mejor que creyeran que estaban
distanciados, si querían seguir gozando de su amor, en libertad, y la
cosa había cuajado, esos fines de semana de momento no había
recompensas, primero porque Belén sola o con amigas estaba por la
casa, y segundo porque a pesar de las peticiones del chico, Yolanda
exigía más pasos,  recordándole lo suculentas que podían ser las
recompensas de su cuerpo.

Y claro el chico acelero la semana que Belén volvió a estar con su


madre.  Una tarde noche en la que Yoli había completado sus
quinientas abdominales y su hora diaria de elíptica, de manera que
salía del cuarto gimnasio, se encontró a Vicente hecho una furia.

Su mujer le había dicho que la niña llevaba tres noches llegando


cerca de las doce, y que no estaba dispuesta a volver a su horario
restrictivo anterior. El criajo se lo había dicho a Yolanda, pero esta no
sabía cómo alertar a su marido, si la madre la protegía o no se daba
cuenta, tendría que esperar a que estuviera en su casa y rompiera las
reglas, pero no había hecho falta. Sergio que apretaba desesperado
por más episodios de recompensas con el cuerpo exuberante y
voluptuoso de Yolanda, había apretado también con lo de las notas,
Yolanda le había indicado que había que hacer que Belén suspendiera
el curso, algo muy complicado la verdad porque era un colegio de
pago de los más fáciles, para que pijas tontas como Belén sacasen
todo buenas notas, pero el chico llevaba ya tiempo erosionando a la
niñata insoportable  “las tías buenas y guays no sacan todo
sobresalientes”  y cosas por el estilo, como un martillo pilón, por una
grabación que le había mandado el chico, sabía que ella muy
orgullosamente le había enseñado las calificaciones de los últimos
tres exámenes y trabajos donde había suspendido, la pobre estúpida,
totalmente conducida a su perdición.

La videollamada sobre el incumplimiento del horario nocturno durante


la semana fue un show, Vicente bramando como un loco, la cría
gritando histérica y agresiva, llamando a su padre, momia,
antigualla,  la madre intentando conciliar, el padre exigiendo como un
dictador inmisericorde que se cumpliesen su ordenes, acusando a
Sergio, donde ella se lanzó como una leona, defendiéndole y además
usando el argumento que le había dicho el chico, ahora se veían
menos, Vicente estaba como loco, ella uso la amenaza infalible su
madre se lo había consentido, si Vicente no accedía, no iría a casa de
su padre. De fondo fuera del alcance visual de la videollamada,
Yolanda se frotaba las manos mentalmente, aquello estaba
funcionando fenomenal.  

Vicente accedió como no, hecho un basilisco cargando contra todas


las mujeres, diciendo idioteces como que con Franco no pasaba,
cuando él solo era un niño cuando murió Franco. Que faltarle el
respeto a él, que quien se había creído esa cría, pero a pesar de la ira
desbordada, aún estaba muy lejos del descredito y el desafecto
necesario versus la cría, él había pasado por el tubo, con la amenaza
de siempre. Yolanda seguía intentando calmarlo como relativizando
todo lo de la cría, que era una adolescente, y esa clase de
argumentos, que parecían estar del lado de la criaja.

Eses mismo jueves, el niñato fofisano de pendiente, tatuaje y polo


lacoste, empujado por la ansiedad, volvió a preguntar por su
recompensa.

-        Esta vez sí verdad, verdad que sí, esta vez me he ganado una
recompensa.

Escribía por el chat de Telegram, transmitiendo una enorme


ansiedad, cinco segundos antes de que se borrase la frase.

Yolanda lo pensaba de vez en cuando, pensaba el enorme riesgo que


corría, ahora ya no había vuelta a atrás, si paraba en seco quien le
garantizaba que el chico, no dejaba tirada Belén contándoselo todo, o
le montaba una escena delante de Vicente, o de alguien que
conociera a Vicente, la lujuria salvaje que había encendido en el
criajo, eres bastante cegadora y enloquecedora, sobre todo a esa
edad y por una hembra morena tan espectacular como Yolanda. El
más mínimo atisbo o sospecha de infidelidad, pondría en marcha la
máquina de divorcio del vengativo, celoso, derechón, miserable y
rencoroso de Vicente, tenía que seguir hasta el final con su plan, un
plan que neutralizaba los peligros al acabar.

Durante la cena, como quien no quiere la cosa Yolanda pregunto a


Vicente por cómo iba su swing de golf, él se regodeo de lo bueno que
era ( aunque era muy consciente que los proveedores le dejaban
ganar para ensanchar su ego y su vanidad), pero que había que
seguir practicando que ese sábado volvería al club de golf, que
aprovechase la piscina ese sábado que era suya, le dijo el muy
cretino con total neutralidad, inconsciente de lo que aquella decisión
suya había provocado y traería.

Después de cenar le escribió al chico.

-        Este sábado mismo sitio misma hora …MISMAS REGLAS.

El sábado el niñato pijo fofisano estaba puntual como un clavo, con


sus gafas de sol, ocultándose de la vista de cualquier viandante.
Yolanda siguió el mismo protocolo que la vez anterior, Vicente hacia
media hora que se había ido, y ella lo monitorizaba con la aplicación
instalada en el pánfilo.

Abrio desde dentro con el mando de apertura, vestida de chándal,


pelo recogido con una goma sobre la cabeza en forma de moño, gafas
de sol grandes, hizo pasar al chico a su sala de estar, esta vez le hizo
desnudarse del todo, reviso su móvil y lo apago, así como reviso
todas sus ropas, comprobando que no llevaba nada, dejo ropa ,
cartera y el resto de cosas en el baño de invitados cerrando la puerta,
mientras el chico con la polla morcillona, se ataba las piernas a las
patas de la silla con los cinturones.

-        ¿Qué excusa das para estar aquí?

Pregunto Yolanda con voz neutra y autoritaria, con mucha seriedad.

-        A Belén pocas, porque casi todas las mañanas de los sábados o
va con su madre de compras, o queda con su amigas, nos vemos por
la tarde noche, aún estoy trabajando lo de que rompa la hora de las
12:00 de la noche el fin de semana…. y a mis amigos les digo que
tengo que ayudar a mis padres en la casa o que tengo que ir con
Belén.

Contesto Sergio con una sonrisa de satisfacción, como esperando la


aprobación de Yolanda y ojos que la miraban llenos de deseo.

Yolanda se abalanzo violentamente sobre el criajo, cogiendo sus


mofletes con fuerza y fiereza entre sus dedos pulgar e índice.
-        Que sepas que te estoy vigilando, niñato, más de cerca de lo
que tú te crees y como le cuentes a alguien lo más mínimo, prepárate
para ir a la cárcel y que te rompan el culo.

Mintió como una bellaca Yolanda, apretando aún más fuerte con sus
femeninos dedos los cachetes del chico con una voz violenta de
agresiva amenaza.

-        No, no, no…no se lo he dicho a nadie Yolanda…de verdad…no,


no, no se lo he dicho, ni se lo diré a nadie… ni a Cesar que se ha
buscado un nuevo grupo de amiguetes, que mueven pastillas y pasa
de mi, porque le avergüenzo y eso…te lo juro, te lo juro, no se lo he
dicho a nadie, ni se lo diré, tus recompensas son lo más importante
en la vida para mí en estos momentos.

Le contesto el niñato entre gemidos. Lo tenía a sus pies,


completamente drogado de lujuria, ella era lo que más deseaba en el
mundo, debía matarse a pajas pensando en ella y muriendo de deseo
por obtener las “recompensas” que ella le ofrece.

-        Está bien...pero recuerda que te estaré vigilando.

Contesto Yolanda sin abandonar el tono autoritario y castigador, al


tiempo que se acercaba a él y le ataba el brazo izquierdo al respaldo
de la silla con el cinturón, observando como le había hecho caso y
llevaba el pubis, el pene y el escroto completamente depilados.

-        Ahora vuelvo…

Dijo esta vez Yolanda con voz más neutra. Saliendo de la habitación.

Al poco rato se oyó el tac, tac, tac, tac….de unos tacones avanzando
por el pasillo.

El chico estaba sentado en la silla que estaba de espaldas a la puerta,


en esta ocasión la silla estaba junto al sofá con el hueco justo para
que cupieran las piernas de Sergio.

-        Hola nene…¿Me estabas esperando?

Entro Yolanda en la sala de estar con voz risueña y conciliadora,


andando, levantando lentamente primero un pie y luego otro más de
lo que era necesario, para que las pisadas de los tacones resonasen
atronadoras.  

El chico estaba girado con todo su cuerpo desde el mismo momento


en que oyó entrar los tacones en la sala de estar, dibujando en su
cara la ansiedad pura y abriendo mucho los ojos, cuando vio entrar a
Yolanda por la puerta en la habitación, esbozando su maravillosa y
perfecta sonrisa, escoltada por sus naturales labios carnosos pintados
de rojo húmedo, su mentón delicioso, sus perfectos pómulos,  sus
cejas finas y negras,  su sombra de ojos color carne difuminada
magistralmente sobre sus parpados y la oscura raya de sus ojos, sus
deliciosas pestañas largas y rizadas, con unos aros dorados en sus
orejitas imitando joyas árabes, con una pulsera a juego en su
muñeca y un anillo también dorado en la mano contraria a la de la
alianza, su pelo castaño muy oscuro suelto y liso hasta las puntas con
la melena lisa y sedosa cayéndole hasta mitad de la espalda.

Avanzo hasta ponerse a la altura del chico, que no paraba de mirarla


de arriba abajo con los ojos y la boca completamente abiertos, vestía
un top rojo ajustado de tirantes anchos en los hombros,
completamente abierto por el centro con un escote que le llegaba
hasta debajo del ombligo, adornado por un piercing de un pequeño
brillante dorado,  por el que sus tetazas enormes y turgentes caían
en forma de gota de lluvia, mostrándose más de la mitad de su
perfecta y turgente redondez, el body se cerraba por abajo en forma
de tanga dejando sus perfectos glúteos firmes y fibrosos de perfecta
circunferencia a la vista.

-        Tatachan….¿qué te parece, nene?...plaaashh

Pregunto Yolanda a la vez que daba una vuelta sobre sí misma, sobre
sus tacones rojos a juego con su body,  exhibiéndose y acabando con
una palmada en una de sus nalgas que vibro lascivamente como una
perfecta y firme curva de sabrosa gelatina.

-        Maravilooooosoooooo

Exclamo el criajo, que ya había empezado a machacársela, con la


cara desencajada por el deseo

Yolanda echo un dildo rosa en el sofá, y colocándose el pelo detrás de


la oreja muy femeninamente, se acercó con una botella de aceite
lubricante, dejando caer un buen chorro sobre la verga del niñato
fofisano.

-        ¿No queremos que te quemes la piel del pene … verdad?


Jajaja…

Dijo riendo Yolanda, mientras se quitaba los tacones y subía al sofá a


gatas, de forma felina y sensual, alzando sus enormes y perfectos
glúteos firmes y turgentes en una curva perfecta, mirando fijamente
al chico con sus ojazos de embrujo moro , mientras se pasaba
lentamente la lengua por sus carnosos labios.
Se movió por el sofá hasta situarse de espaldas a Sergio, de rodillas
sobre el sofá, mostrándole su perfecto culazo, el cual baño en aceite,
primero una nalga prieta, sedosa y fibrosa y luego la otra, apenas
unas decenas de centímetros los separaba.

-        ¿Te gusta mi culo  nene, te gusta…plash, plash, plash plash?

Preguntaba Yolanda con voz de perra lasciva, mordiéndose el labio


inferior sin parar de palmotearse alternativamente primero una nalga
y luego la otra.

-        Si, si, siiii.

Respondía el niñato con desesperación sin dejar de masturbarse,


jadeando y agitando la cabeza de un lado a otro, moviendo así su
pendiente de cruz en el aire estúpidamente.

-        ¿Y te gusta el tatuaje del sol atravesado por una raíz?

Seguía provocando Yoli al chico con su voz sexy y lujuriosa, al tiempo


que levantaba agarrándolas por abajo sus dos perfectas nalgas
bañadas en aceite y dejándolas caer al unísono, una y otra vez, una y
otra vez.

-        Siiiiii…..siiii..

Decía Sergio sin dejar de jadear y de machacársela.

-        Sabes, fue idea de un novio que tuve, un pijo, tonto del culo
con mucha pasta, que creía que era muy guay, él también se hizo
uno igual en su nalga, pero como le dolió tanto, estuvo dos días en
cama, días que aproveché en pagar al tatuador. ¿Sabes cómo le
pague?

Pregunto Yolanda retóricamente poniendo voz de niñita zorra


cachonda.

-        Noooooo….

Respondía el criajo moviéndose impulsivamente hacia adelante para


tratar de alcanzar aquel terrible y perfecto culazo.

-        Le di mi culo…tres veces me follo este culo inmenso y perfecto,


tres veces mientras mi novio estaba en cama….¿te gustaría que te
diera mi culoooo….te gustaría neneeee….?

Insistía en provocar Yolanda, al tiempo que empezaba a agitar su


culo haciendo twerking sobre el sofá al ritmo de una música
imaginaria,  doblando el tronco y acercándose al chico y volviendo a
enderezarse justo cuando estaba a punto de tocarlo. 

-        Siiiiiiiii, siiiiii quieroooo…lo quieeeerooooo….quiero tocarte…


quiero tocarteee…

Clamaba el chicho entre voces de desesperación y gimoteo de


capricho.

-        Aún no nene, aún no, te lo has de ganar.

Respondió Yolanda girándose y mirándole con mirada picante y


lasciva, sin dejar de provocarle sacándo la lengua como si se
relamiera. 

Se sentó en el sofá, abriendo las piernas de forma que no tocaba al


chico, que se inclinaba hacia adelante casi encima del sofá a
centímetros de ella y sin dejar de mirarle con los ojos entornados de
perra cachonda, se sacó una de sus mamazas perfectas, turgentes y
erectas, y empezó a pellizcarse el enorme pezón sin dejar de mirar al
chico y de jugar con sus labios y su lengua.

-        ¿Te gustan mis pezones, nene? A mí me encantan, nene,  son


mi punto débil, mis pezones y todas mis tetas, nene, si sabes
tocármelas me pondrás como un volcán, y podrás follarme siempre
que quieras, y harás que me corra muy rápidamente….y si sabes
chupármelas bien, hasta puede que den leche….siii neneee…¿Te
gustaaaan?

Decía Yolanda, retorciéndose como una zorra con voz suave y sexy
de niña mala, especialmente remarcando la palabra “nene”, sin dejar
de retorcerse su enorme pezón.

-        Sooooon…..sooooonnn enormeeesss…ni en internet los he visto


maaasss grandeeess…..y tan oscuroooossss…. Los quiero chupar,
todas tus tetas….por favoooorr

Suplicaba sin dejar de machacársela el chico.

-        Aún no nene, aún no, te lo has de ganar.

Insistía provocándole con una risita, al tiempo que sacaba su segunda


mamaza y agarrando ambas por abajo como podía con sus delicadas
y féminas manos de dedos con uñas rojas se las llevaba a la boca
alternativamente, devoraba sus enormes pezones, que se inflaron y
endurecieron brutalmente. Mientras el criajo no dejaba de jadear y
salivar, deseando ser él, el que devorase esa deseada e inmensa
fruta esférica.
Después bajo una de sus manos dejando caer su mamaza que reboto
en el aire desafiando la gravedad, y se soltó el body por la
entrepierna dejando expuesta su raja, totalmente depilada salvo por
el triángulo de depilado brasileño de su pubis, el brillo de su humedad
delataba su calentura.

Con la misma mano acerco el dildo, le dejo caer un chorro de aceite


cerrando la botella y lanzándola a la otra punta del sofá, sin dejar de
mirar fija y lascivamente al chico, que se la machacaba brutalmente,
se introdujo lentamente el vibrador.

-        Uuuuhhhh…..oooooohhhh….que placeeeeerrr.

Gimió exageradamente Yoli, haciendo que el criajo agitase la silla


levantandola de ansiedad al tiempo que se masturbaba.

-        Oooooooohhhhhh….

Empezo a jadear Yolanda, al darle al interruptor del vibrador y


empezar este a moverse como si tuviese vida propia.

-        Oooooohhhh neneeeeee……ooooooohhh neneeeee….que


placeeerrr sluuurrp…..te imaginas que fueraaass tuuuu…. Sluuuurrpp
te gustariaaaa ser tuuuuu…… quieeeeereeeess ser tuuuu….quieeeen
este dentro de miiii sluuuurrpp… quierees estar entro de miiii..
aaaaahhhh…..oooooohh.

Aullaba de placer verdadero Yolanda, provocando brutalmente al


niñato, abriendo mucho la boca, con el rostro desencajado por el
placer, con las piernas abiertas, mientras el vibrador en máxima
potencia temblaba en su raja, haciendo vibrar su clítoris, mientras se
llevaba alternativamente los pezones a la boca, mordiéndolos y
chupándolos como si quisiera amamantarse.

-        Siiiiiii…… por favoooooorrrr……siiiiiii quieroooo meteeeeerlaaaa…


quieroooo follarte…..por favooooorrr….por favoooooorrrrr…..

Gritaba desesperado y gimiente el criajo, pataleando y sacudiendo la


silla sin dejar de masturbarse y de alargar el cuerpo instintivamente,
queriendo abalanzarse sobre aquella espectacular hembra, aquella
diosa alta y morena, brutalmente lasciva como la mejor estrella del
porno. 

-        Oooooohhhhhh….. ooooohhhh….nooooo aún…..noooo te lo has


de ganaaaarrr neeeeeneeee……ooooohhhh…..ooooohhh….

Gemía y jadeaba de placer Yoli, alargando sus perfectos pies con el


segundo dedo de cada uno enjoyado con un sexy anillo de plata, para
apoyarse en las rodillas de Sergio y fijarlo así, ya que temía que
poseído por la lujuria se arrojase encima de ella con silla y todo.

-        Aaaaahhhhh……ahhhhh….ahhhh…..

Estallo en un orgasmo clitoriano de júbilo Yolanda, cubriendo al chico


con varias ráfagas de su cálida corrida.

-        Si, si, siiiiii…..quierooooooo……

Grito el chico agitándose él y toda la silla, como si estuviese poseído,


cerrando los ojos y echando su cuerpo hacia adelante en actitud
receptiva de los fluidos de Yolanda.

-        Oooohhhh nene….ha estado geniaaal, jajajaja.

Exclamo de placer Yolanda,  riéndose jovial y simpáticamente,


recuperándose con el rostro desencajado de placer.

-        Ya, ya, ya casi estoy…yaaaa

Gemía el chico convulsionando y cerrando los ojos con la polla


palpitando, tiesa y dura como una porra de acero.

-        Si nene….siiii…dameloooo todooooo…échamelo todo en mi


culo….siiii todo en mi gran culo.

Le pedía Yolanda volviendo a poner su voz más lasciva y perra,


poniéndose de rodillas de espaldas al niñato, doblándose para
apoyarse en el respaldo del sofa y sosteniendo sus perfectos y
enormes glúteos fibrosos de bailarina de samba por abajo con sus
femeninas manos, ofreciendo así sus dos perfectas y curvas nalgas
morenas.

-        Aaaaahhhhh….

Se oyó el gemido sordo de Sergio, justo ante de que Yoli sintiese el


primer impacto de la primera ráfaga de leche cálida del niñato, que
disparaba a la inmensa y perfecta diana expuesta que era el culazo
de Yolanda, una ráfaga tras otra hasta disparar cinco ráfagas.

-Asi, neneee...asiiii…dame toda tu leche calentita…siiiii dámela


todaaaa…

Exigía dulce y a la vez lasciva Yolanda, girando la cabeza y mirando al


chico con una sonrisa pícara, mordiéndose el labio inferior, y
asombrada positivamente de la cantidad tan inmensa de leche que
producía la polla del criajo, que parecía había aumentado de grosor
desde la primera vez.

-        Huuuuuummmm que rica es tu cremitaaaaaa….sluuuurrpp,

Dijo Yolanda, recogiendo las ráfaga que adornaban su culo con sus
finos dedos y llevándose a la boca la semilla del chico para catar toda
la que podía.

-        Ooooooohhhhhh……

Exclamo el chico de asombro y placer, antes de bajar la cabeza, con


el cuerpo rendido en la silla, respirando profunda pero lentamente,
envuelto en un mar de sudor.

Yolanda bajo del sofá se cerró el body, se calzo los tacones, y salió de
la sala de estar, un par de minutos después volvía envuelta en una
larga bata blanca y calzando sus zuecos sin punta de andar por casa.

Con gesto seco desato el brazo del chico del respaldo de la silla y le
indico que se desatase los pies y siguiese el mismo procedimiento
que la última vez, señalándole el baño donde estaban sus cosas.

-        Siiiiiii……como tu quieraaasss….yo solo quiero más.

Dijo el criajo con adoración y obsesión en la voz, sin quitarle el ojo de


encima a Yolanda, a pesar de su cambio de actitud y de su rostro
serio y distante.

-        Si quieres más tendrás que ganártelo…ya sabes tienes diez


minutos para largarte.

Respondió seca y tajante Yolanda mirándole seriamente a los ojos.

-        Me lo ganare … me lo ganare…

Dijo el niñato con una sonrisa bobalicona entrando en el baño.

Yolanda se fue a su dormitorio, espero a oír cerrarse la puerta lateral


del garaje y ver irse desde la ventana al chico para entrar a la ducha
a seguir jugando con su vibrador, como disfrutaba, pero como
disfrutaba torturando y dominando al chico con su deseo por ella.

El siguiente boletín de notas mensual de Belén le llegó el martes al e-


mail a Vicente. Entro en la casa hecho una furia. Llamando a su hija a
gritos lleno de indignación. Yolanda que estaba en su sala de estar
salió extrañada, con una camiseta gris ajustada y unos shorts rojos
deportivos cuatro dedos por encima de la rodilla, y la larga melena
castaño oscura recogida con una pinza en un moño detrás de la
cabeza, muy cómoda, como le gustaba vestir en casa, con sus zuecos
sin punta de andar por casa.

Belén no tardo en presentarse, Yolanda era una mera observadora


silenciosa, mientras se deleitaba por dentro. El viejo estallo y la
chiquilla malcriada y respondona, que siempre tenía la sartén
emocional por el mango, le replico y le plantó cara a los gritos.

Parecía que las notas habían caído en picado, en incluso había un


suspenso, por primera vez en su vida la niñata pija suspendía, en un
colegio, donde solo había que decir el nombre para obtener un
aprobado.

-        Esto no puede volverse a repetir, si no recuperas tus notas de


antes, te castigaremos sin salir, y sin tarjeta visa oro.
CASTIGADAAAA

Bramaba Vicente rojo de ira.

-        Tengo derecho a disfrutar más de la vida, no a vivir encerrada


en mi cuarto ,solo estudiando, tú no lo entiendes porque eres un
viejo….

Le replicaba la criaja con el mismo tono de ira.

-        CASTIGADAAAAA

Gritaba colérico Vicente.

-        Pues si me castigas, me voy con mama y no vuelves a


vermeeeee.

Exploto la cría marchándose y dejándole con la palabra, y con una


expresión confundida de niño perdido, con aquella amenaza, la niñata
lograba siempre neutralizarle.

Por el niñato fofisano y obseso por su cuerpo había averiguado, que


la criaja, creyéndose muy lista, utilizaba la opción deseada por la
madre de quedarse la custodia, para que su madre le dejase hacer
todo lo que quisiera, argumentándole a la madre, que su padre no
consentiría, y cuando ella no aguantara más su intolerancia irían al
juez a pedir la patria potestad solo para la madre y doble de pensión.
Pobre estúpida ignorante, de la clase marioneta que estaba siendo en
las manos de Yolanda, no sabía que se estaba cavando su tumba.
El jueves dijo que se iba al cine, Yolanda estaba rondando por la
cocina ya que daba a la salida y Vicente esperaba el beso de
despedida de su hija como siempre.

Sergio ya había avisado a Yoli por el chat del tema.

“ Joder me ha costado, pero he conseguido que vista, top, minifaldas,


mallas, etc…. Pero si vestida normal esta horrible así, ella que no
tiene culo, ni tetas, es que da lástima…y está viendo tutoriales de
youtube y se maquilla que da miedo, cada vez que la beso me llevo
un kilo de pintura…esto está siendo durísimo, no quiero ni tocarla y tú
sigues insistiendo en que la bese, y me muestre cariñoso de hechos y
palabras…es durísimo después de estar tan cerca de una diosa como
tú”

Le escribía el criajo.

“Se persistente campeón, trágate los prejuicios, y sigue teniéndola en


la palma de tu mano, háblale de amor, hijos, viajes, hazte el romeo y
tomate un protector estomacal antes de enrollarte con ella…si sigues
así tus recompensas, cada vez serán mejores, piensa en tus
recompensas”

Le escribía motivándolo Yolanda.

“Es en lo único que pienso, en ti y en tu cuerpo noche y día”.

Respondía lleno de deseo y desesperación el chico, provocando la


sonrisa de satisfacción en Yolanda.

Así cuando Belén apareció disfrazada de pedorra choni, plana y culo


carpeta con la cara pintada como un loro, Yolanda no se inmuto e
intento contener la risa.

El escándalo se montó, cuando fue a despedirse de su padre, ni beso


ni nada, y aquellas pintas, el viejo monto en cólera, tirando
espumarajos por la boca, llamándola, “pilingi”, que iba vestida de
“putón verbenero”, “que así no salía de casa” y más clásicos del
jurásico.

La niñata malcriada se revolvía como una fiera, que si ya era mayor,


que si iba a la moda, cuando su padre insinuó que todo era culpa del
Sergio, aquel del pendiente, la fiera, se convirtió en monstruo
además de insistir en el argumento de que estaban distanciados, y
que ella vestía como le daba la gana, y que él era un vejestorio
acabado, incluso amenazo a Vicente con ir con su madre al juzgado,
a pedir la patria potestad exclusiva, Vicente se amilano como
siempre, mientras la niñata vestida, que daba ganas de llorar, salía
de la casa con aires de suficiencia, dejando a Vicente hecho una furia.

Yolanda se mantenía en la distancia con un enorme jubilo que la


invadía por dentro, el castillo de naipes se desmontaba lentamente.

El resto de la semana, la escena se repitió cada vez que salía de casa,


Vicente bramaba como un toro apaleado, y la críaja le plantaba unas
frescas y se marchaba ignorándolo.

Yolanda seguía con su papel de falsa conciliadora, diciéndole que todo


eran chiquilladas, que pronto volvería a estudiar más, que no le diera
importancia. Pero el sábado en la noche la rabia contenida de Vicente
lo tenía rojo de ira, tirando espumarajos, y lanzando increpaciones
machistas y trogloditas, sobre el comportamiento correcto de las
mujeres.

Tal era su estado, que Yolanda creyó que le daría un infarto, algo que
destrozaría sus planes. Pero ella sabía cómo solucionarlo, se puso su
lencería color carne ( de abuela, pero la que le gustaba al derechón
católico hipócrita de Vicente) y se abalanzo sobre él ofreciéndole sus
tetazas, después de babeárselas un poco, una brevísima cubana, un
par de lengüetazos en su polla asmática de diez centímetros y se
corrió , se relajó muchísimo, dándole un beso a Yolanda antes de irse
a dormir, ya que por supuesto Yolanda no había ni rozado con sus
labios el semen de Vicente, a él le daba asco besarla después de que
se lo tragase, y a ella no le apetecía nada beberse aquel líquido
demasiado diluido, sin calor ni fuerza de su marido.

La cosa marchaba, su marido no dejaba de darle vueltas a los


cambios de su hija, la semana siguiente sin ella en la casa, cada
noche cuando se encontraban, ella falsamente lo atemperaba, pero
también como quien no quiere la cosa daba causas posibles de los
cambios, y sobre todo incidía en que lo peor no eran los cambios, si
no la actitud con su padre.

 Durante todos los días de aquella semana, el chico le escribía,


pidiéndole una nueva recompensa, y Yolanda jugaba con sus nervios,
diciéndole que aún no sabía los planes de Vicente, que tenía que
tener paciencia, a pesar de saber de sobra que Vicente se iría a
seguir con su rutinaria exhibición de incapacidad golfista, para recibir
su ración de lameculismo colectivo.

De vez en cuando el temor la invadía a ser descubierta, estaba


corriendo un enorme riesgo, sobre todo cuando llevada por la
calentura, sonreía de más a un cliente, que le atraía y tenía que
cortar de raíz, cuando el esperanzado empezaba a tirarle la caña,
entonces se tranquilizaba y recordaba el motivo de todo, si aquella
criaja podía limitar la disponibilidad de su propia casa, la cosa podía ir
a peor, incluso las reacciones de Vicente ante quiebras de pilares
fundamentales de sus reglas para las “mujeres” por parte de su hija,
usando el chantaje emocional, le demostraban hasta qué punto no
podía fiarse de que una exigencia de su hijastra, extremadamente
intolerable acabase con ella divorciada, sin un duro y más vieja.

-        “Z el sábado a la misma hora, mismo procedimiento, mismas


reglas”

Escribió el viernes en la mañana al chico, convencida de la necesidad


de neutralizar la amenaza de la niñata estúpida.

-        “si,si, si….allí estaré”.

Pudo leer Yolanda cinco segundos antes de que el plugin vaciase el


chat, como siempre.

El chico estaba allí como un clavo a la hora indicada, ni un minuto


antes, ni un minuto después como le indicaba Yolanda, media hora
después de que el bobalicón sonriente de Vicente se fuera, pensando
que su mujercita fiel y devota pasaría la mañana en la piscina.

Yolanda procedió como era habitual, le abrió desde dentro con el


mando automático, aunque esta vez lo recibió con sus gafas de sol y
un largo albornoz blanco y sobre unos tacones de aguja rojos. El
chico la acompaño como un corderito con un gesto que combinaba
ansiedad y satisfacción. Se desnudó con presteza con su miembro ya
morcillón, durante el proceso, dejo que Yolanda hiciese la inspección
habitual contemplándola con devoción.

Yolanda dejo sus cosas en el baño de invitados, y manteniendo su


gesto serio, le indico con el dedo índice que la siguiese, saliendo de
su cuarto de estar, el niñato fofisano la seguía desnudo, como un
animalillo sorprendido con su rabo balanceándose, a Yolanda le daba
la sensación que cada semana era más gruesa aquella polla.

El criajo la siguió por toda la casa, hasta entrar en su dormitorio,


entrando los dos en su cuarto de baño privado. En el mismo había
una bañera ovalada separada en una estancia, y una ducha que era
como un pasillo, al fondo del cual estaba la alcachofa etc… junto al
umbral había una barra para las toallas en el lado derecho de la
pared de entrada, allí ato al chico Yolanda por el brazo izquierdo con
uno de sus cinturones. Muy seria sin decir ni palabra, y sin dirigirle la
mirada al chico, a pesar de las miradas de devoción y deseo que le
lanzaba el niñato, las mismas que le dirigían siempre todos los
hombres.
-        Que bien hueles siempre…cierro los ojos y sueño con tu olor…
mientras me pajeo.

Dijo Sergio con voz lastimosa de ansiedad desesperada.

-        Eso es porque uso perfumes muy sensuales y femeninos


cariño, los más caros del mercado.

Respondió Yolanda esbozando una sonrisa y quitándose sus gafas de


sol, para dejar ver sus ojos de pestañas rizadas y negras y la
difuminada sombra de ojos, que resaltaba aún más su mirada de
sultana morena del Mediterráneo.

-        Huuuuummmm…estas haciendo un buen trabajo, pero aún


falta mucho camino por recorrer, así que tienes que seguir siendo el
perfecto enamorado pero exigente de Belén, estamos en el camino,
pero aún no hemos llegado, cuanto más cerca estés del final, mejores
serán las recompensas….. pero ya te has ganado, que haya algo de
contacto…pero atención…yo digo que tocas y cuando.

Dijo con voz susurrante entre autoritaria y lasciva Yolanda mirando


fijamente al criajo, que abrió mucho los ojos como un pasmarote,
justo antes de afirmar varias veces con la cabeza poniendo cara de
idiota.

Lo tenía completamente a su merced y eso le encantaba a Yolanda,


pensaba mientras sonreía, y se sacaba el albornoz, dejándolo sobre
una percha. Sobre sus tacones rojos, sus esplendidas y largas piernas
morenas, perfectas, delgadas y fibrosas, desnudas hasta cuatro
dedos por debajo de su cintura, donde empezaba el short rojo
ajustado que vestía Yolanda como una segunda piel para su culo
perfecto, arriba un top beis de rizo también ajustado y sin mangas,
donde sus melones de talla de copa E perfectamente realzados y
circulares le daban el aspecto de un espléndido número nueve con
cabeza.

Mostrando su deslumbrante y amplia sonrisa perfecta, que pondría de


rodillas al mismísimo Dios por su belleza, Yolanda activo un MP player
adosado a un altavoz, del que empezó a salir música sensual entre
disco y chill out. Se dirigió hacia el chico bailando, lenta y
sensualmente, el chico ya había empezado a masturbarse
lentamente, jadeando y tirándose instintivamente hacia delante para
alcanzar a su diosa deseada. Yolanda daba vueltas sobre sí misma,
moviendo sus caderas con maestría, sus muslos, sus brazos, su culo,
agitando sus divinas tetazas, lanzando al chico miradas de lascivia
total, pasándose la lengua por los labios y mordiéndose el labio
inferior, al tiempo que no dejaba de moverse al ritmo de la música,
subiendo y bajando, bajando y subiendo.
En un momento dado, alargo mucho los brazos para después
dirigirlos a la parte inferior de su top beis de rizo, lentamente sin
dejar de hacer movimientos con sus caderas, como si luchase por
quitarse el top, subiéndolo y bajándolo, bajándolo y subiéndolo, hasta
que acabo por sacárselo por la cabeza, dejando a la vista un precioso
y perfecto wonderbra liso, rosa claro pastel de lycra, y su perfecto y
definido vientre con un precioso piercing de perla, como los
pendientes que adornaban sus orejitas, arrojo el top a una esquina
del baño y prosiguió con el mismo movimiento peleón fingido para
bajarse el short, mientras no dejaba de bailar al ritmo de la música
moviendo sus caderas, dejando al final caer el short y mostrando el
tanga de licra rosa claro pastel, siguió un buen rato bailando sobre
sus tacones de aguja, como una auténtica estríper a  centímetros del
chico, agitando sus nalgas firmes y fibrosas, y botando para que sus
tetas se balanceasen dentro del wonderbra arriba y abajo, abajo y
arriba.

-        Vamos nene, machácatela bien, hoy te dejo que te corras dos
veces, la primera sobre mi cuerpooooo……..vamos neneeee….

Decía con voz sexy y provocativa Yolanda, antes de acercarse al


chico, y con gran parsimonia cogerle la mano derecha separársela de
su polla, acercando su cara a la palma del chico, previamente
recogiéndose muy femeninamente la melena tras las orejas, para
dejar caer en la misma una cantidad extraordinaria de saliva,
volviendo a llevar la mano del chico abajo para que continuase
masturbándose, sin dejar de mirarle fijamente

El chico estaba anonado, era tan, tan, tan hermosa, tan guapa, que
ni comportándose como una puta, perdía clase ni elegancia.

Ella siguió bailando alrededor del chico, agitando y tocándose la


melena, quitándose primero el tanga con mucha parsimonia, ahora sí,
ahora no, ahora sí, ahora no, hasta que al final se lo saco sonriendo
al chico con expresión de victoria, lo mismo sucedió con el
wonderbra, primero se bajó un hombro, daba un par de vueltas bien
cerca del chico, a centímetros de él, ella le hacía al criajo el gesto de
que se masturbase guiñando un ojo con clase y picardía, sin parar de
pasarse la lengua por los labios, y de morderse el inferior al final del
jugueteo, tenía los dos tirantes del wonderbra bajados, y jugueteaba
con que llevaba las manos al cierre de atrás, sin dejar de bailar y
mover las caderas al ritmo de la música, el chico estaba desesperado
machacándosela como un mono loco, porque Yoli le colocaba las tetas
a la altura de la cara y se las retiraba entre risas, al final se llevó las
manos al centro del wonderbra, y lo abrió, ya que era de esos
espectaculares sujetadores que se abren por delante, sus pechos
salieron desbordantes como dos fuentes de néctar turgentes, inertes
y redondos desafiando ferozmente la gravedad en toda su
inmensidad  con dos pezones oscuros tiesos como dos puntas de
lanza.

-        Sigue, sigue machacándotela y córrete, mientras yo me froto


contigo.

Decía con voz de perra lasciva Yolanda, al tiempo que frotaba su culo
perfecto contra las piernas y el costado del criajo, al ritmo de la
música, haciendo que este se tambalease de  placer, para a
continuación darse la vuelta y juntando en el centro con sus preciosas
y femeninas manos sus mamazas, agarrándolas por abajo como
podía ante su gran tamaño y circularidad, frotandolas con fuerza
contra el pecho del chico, mirándole a los ojos y bajando por su
tronco, aplastándole el pecho y le abdomen con sus pezones
extragandes, duros y erectos como dos lanzas, para al alcanzar la
cintura del niñato subir inmediatamente y darse la vuelta bailando
sobre sus tacones, agitando sus enormes y perfectos globos como si
fueran de firme gelatina, grandes y redondos que dibujaban círculos y
curvas perfectas en el aire.

-        Aaaaaaaahhhhh…..ooooohhh

Estallo el chico en una corrida, justo cuando Yoli, se había dado la


vuelta, cubriendo con las ráfagas de su simiente toda su morena y
firme espalda, leche que goteaba hasta la curva perfecta su
espectacular culazo. 

-        Jajajajaja…..así me gustaaaaa…..no has podido resistirlo…..


jajaja…habrá que prepararte para el segundo round….jajaja

Proclamaba entre risas risueñas y divertidas Yolanda.

-        Oooooohhh…..deseeeooooo….te deseeeeooooo…..

Exclama con voz profunda y desesperada el chico, sosteniendo su


pollla que perdía fuerza entre sus manos.

-        Jajajajaja…..ya veoooo….yaaa……vamos a por la segunda


ronda……jajaja.

Yoli estaba disfrutando de ver al criajo, con su tatuaje y su pendiente


en forma de cruz balanceándose en su oreja, tan desesperado y
obsesionado con su cuerpazo de diosa maciza de playboy.

Se giró saltarina y divertida en dirección al espejo del mueble de


aseo, agitando su perfecto y firme culazo, haciendo que su nalgas se
balanceasen deliciosamente, mientras la leche cálida del chico se
deslizaba por ellas.
Se recogió con sus femeninas y perfectas manos, su preciosa y larga
melena castaño oscuro, haciéndose un moño detrás y encima de la
cabeza y sujetándoselo con una pinza para el pelo.

Después se giró sin parar de dar saltitos, que hacían botar sus
enormes melones de perfecta esfericidad con forma de inmensa
gotaza de lluvia, de gran areola y pezón extragrande muy oscuros,
arriba y abajo, abajo y arriba, para deleite del criajo, que continuaba
con la polla flácida.

Se acercó hasta el pasillo de la ducha, se descalzo con gran elegancia


de sus tacones de aguja rojos dejándolos a un lado de la ducha
empujándolos con sus perfectos pies enjoyados y con una pulsera
dorada en el tobillo derecho y se acercó al niñato fofisano que
continuaba atado a la barra de la toalla.

-        Recuerda son mis reglas, MIS REGLAS, tu tocaras lo que yo


diga y cuando yo lo diga, ¿está claro?... a la más mínima vulneración,
esto se acababa.

Le dijo con la mirada fija en sus ojos y su voz seria y reprendedora.

-        Si, si, si….

Dijo el chico conteniendo su voz de deseo extremo, con sus ojos


encendidos de lujuria, con todo su cuerpo temblando ante la
proximidad de aquel cuerpo de super pornostar morena.

Yolanda puso morritos a milímetros de la cara del chico y paso entre


él y el pasillo de la ducha, agitando sus hombros para que los
pezones de sus jugosos melones frotasen el pecho del criajo, que la
miraba atónito.

Sin perder su sonrisa de belleza sin par, se puso debajo de la ducha


encendiéndola, regulando la temperatura, alargando sus preciosos y
gráciles pies para tocar el agua, y cuando encontró el punto se puso
debajo de la alcachofa de la ducha, para que el agua cayera corriendo
por las curvas voluptuosas y sinuosas de su espléndido cuerpo,
evitando mojarse la cabeza en todo el proceso, de fondo se seguía
oyendo la música sensual.

El agua discurría recorriendo el cuerpo de Yolanda, que movía sus


curvas para dejar que esta alcanzase todas las partes de su cuerpo,
sin dejar de mirar al chico, lanzándole miradas de zorra cachonda.
Cuando sintió todo su cuerpo mojado, tomo una botella de champú
de la repisa de la ducha y se echó un chorro del mismo por los
hombros y otro por el pecho, frotándoselo con su femeninas manos
sobre sus mamazas y su vientre, y se acercó al chico.
-        Va a haber que poner esa pistolita de nuevo cargando, no…
nene….

Le susurro lujuriosamente al criajo, que con la boca y los ojos muy


abiertos y sin dejar de jadear rítmicamente la miraba como
hipnotizado, intentando reactivar su verga.

-        Déjame a mi intentarlo, mientras tú me enjabonas, neneeee…

Dijo Yolanda con su voz de perra lasciva, especialmente cuando decía


nene haciendo jugar lentamente a su lengua con sus labios.

-        Ooooohhhh ……siiiiiiiii.

Pronuncio el niñato fofisano, haciendo temblar su barriga blanca y


flácida, alargando su brazo libre y tiritante por la emoción de alcanzar
el fruto tan deseado.

El chico abrió su mano hasta el máximo de su capacidad, intentando


agarrar por debajo  una de aquellas divinas tetazas de redondez
perfecta que desafiaban la ley de la gravedad con su turgencia, pero
era imposible, mucho pero mucho más de la mitad se le escapaban a
pesar de sus intentos, apretándola al máximo entre sus manos,
acariciándola con su palma, cuando por el efecto del tamaño y del
jabón aquel inmenso fruto glorioso se le escapaba de la mano,
refregando su palma sobre su areola y pellizcando aquellos inmensos
pezones entre su dedo índice y pulgar primero de una tetaza y luego
de la otra.

-        Ooooooohhh……siiiiii…..

Empezó a gemir el chico, cuando Yolanda empezó a darle un suave


masaje en el escroto con su mano derecha, mientras con la otra le
pajeaba  de abajo a arriba, de arriba a abajo, estaba segura que
aquella polla había crecido desde la primera vez, además su gran
necesidad sexual, y todo aquel morbo y dominación del niñato, la
estaban poniendo a mil y tenía que controlarse muy mucho las ganas
de meterse aquel rabo, que ahora mismo lo veía divino.

-        Baja la cabeza y sigue enjabonándome.

Ordeno con calma Yolanda al criajo, la proximidad de sus labios ,


suponía una tentación para la cachonda perra que siempre había sido
Yolanda, así que el chico bajo la cabeza titubeante y siguió sobándole
las tetas.

-        Sabes nene…puedo ser muyyyy complacienteee...me encanta


tener a mi amante sometido por el placer que le estoy
dando….huuuuummmm ( decía mordiéndose el labio inferior y
aumentando el ritmo de la masturbación).... me encanta enterrar su
rabo entre mis tetas que desaparezca, mientras le hago una cubana
hasta el final y explotan entre ellas….huuuuummmm (decía volviendo
a morderse el labio inferior y aumentando el ritmo de la
masturbación)…..a ti te gustaría, te gustaría que enterrase tu polla
entre mis tetas….neeeneee…

Provocaba lascivamente al criajo Yoli, sin dejar de masturbarle y


masajearle el escroto.

-        Siiiiii…..siiii por favoooorrrrrr…..

Gemía y sollozaba de placer el niñato, subiendo levemente la mirada,


temeroso de desobedecer la orden de Yolanda.

-        Y me encanta cabalgarlos…huuuuummmmm ( decía ella


volviendo a morderse el labio inferior y aumentando el ritmo de la
masturbación para bajarlo después), montar sobre sus rabos  y
cabalgarlos, hasta que relinchen de placer mientras me amasan y
aprietan mis tetas como si quisieran romperlas…..apretándolas muy
fuerte, muy fuerte…..como a mí me gusta… huuuuuummmm
( volviendo a morderse el labio inferior y aumentando el ritmo de la
masturbación para bajarlo después).

Volvía a provocar Yolanda al chico como una zorra lujuriosa.

-        Si por favor siiiii…yo quieroooo…por favoorrrr….

Gemía lamentable y patéticamente Sergio, al tiempo que apretaba


brutalmente una de las mamazas inmensas de Yolanda, recubiertas
de espuma, la cual se irguió un poco, el chico las estaba apretando
tan bien y con tanta ansia, que Yolanda estaba a punto de explotar.

-        Nene tengo más cuerpo además de mis tetas.

Dijo Yolanda con voz sarcástica. El chico sin levantar la cabeza, bajo
su mano como masajeando su vientre definido, jugando levemente
con su piercing del ombligo, acariciando primero una cadera y luego
la otra, bajando las manos por los costados y acariciando sus muslos.

-        Que piel tienes, es tan suave, tan suave, y que piernas, que
muslos tan firmes y definidos, piernas largas y perfectas…eres
perfecta…te deseoooo… oooohhh

Confesaba el chico lastimosamente entre gemidos de placer, que le


producía la paja que le estaba haciendo Yolanda.
El chico metió la mano por la parte interior de los muslos y después
de pellizcar cada uno provocando un gemido sordo de placer de
Yolanda, dirigió su mano a su raja.

-        Ahí ahora no…nene…te lo has de ganar.

Dijo seria, pero no rigurosa Yolanda, el chico obedeció.

La polla le iba a estallar erecta y dura como una barra de acero. 


Yolanda lo soltó se separó unos escasos centímetros, mirándole y
juntando sus perfectos labios carnosos con un gesto de malicia
lujuriosa, se llevó las manos a la nuca, tensando todo su tronco,
realzando así aún más  la turgencia de sus mamazas con forma de
gota de lluvia inmensa, que se desbordaban en perfecta redondez por
los lados de su pecho, sus pezones duros como el granito apuntaban
erectos como dos flechas en el centro de aquellas divinas tetazas y
sus costillas se dibujaban levemente debajo sobre su vientre definido
de piel morena cetrina.

-        Vamos, nene, amasalaaaasss….

El criajo avanzo su mano suelta esta vez más decidido y empezó a


amasarlas y apretarlas como si sus dedos fueran garras, Yolanda con
los ojos cerrados jugaba con sus labios y lengua y se recreaba en el
tacto salvaje y violento del chico, sus tetas se estaban hinchando y el
chico no paraba de pellizcar con agresividad esos pezones extra
grandes que le había dado la naturaleza.

Sintió que iba a perder la cabeza y en un momento dado que no


podía más se dio la vuelta, ocultando la turbación de su rostro, su
raja era un mar de fluidos. Se tranquilizó tres segundos le dio al chico
la  botella de champú y le indico que le enjabonase la espalda, la
polla del niñato seguía tiesa como el palo de un barco y su barriguita
fofisana temblaba como un flan sobre ella.

El chico enjabono su espalda con delicadeza y devoción, pero en el


culo su mano libre volvió a abrirse de nuevo paso para intentar
abarcar cada perfecta, fibrosa y respigona nalga de esfericidad y
curvatura perfecta, apretándola con fuerza y deseo, Yolanda sintió
que los dedos del criajo eran garras de fuego, como se iba a
masturbar cuando se fuera.

-        Huuuuummmm… golpéalo, vamos dame palmetazoooosss…eso


me encanta me pone a mil, cachonda como una perra en
celo….vamos pégame en el culo….vamos neneeee….

Provocaba Yolanda con su voz lasciva y lujuriosa al niñato.


-        Plash.

Sonó el primer palmetazo, débil y temeroso que había lanzado


Sergio.

-        Vamos, más fuerte….vamosss

Le ordenaba con voz deseosa Yolanda.

-        Plaaaashh.

Golpeo el chico con todas sus ganas y deseo.

-        Aaaaaahhh….siiii…sigueee..

Exigió Yolanda.

-       
Plaaaaash….Plaaaashhh….Plaaaaaashh…..Plaaaaaash….Plaaaaaashh…

Golpeaba el chico sin piedad y sin parar, haciendo vibrar de una


forma espectacular las nalgas de Yolanda, que vibraban y rebotaban
en el aire de una forma espectacularmente sexy.

Yolanda estaba a punto de perder el control, se apartó del alcance del


criajo, sofocada y con las nalgas encendidas se sujetó el pelo, que
cachonda se había puesto, se puso bajo la ducha y se quitó el jabón.

El chico tras ella seguía masturbándose, boquiabierto grabando en su


retina aquel cuerpo divino desnudo bajo la ducha.

Yolanda cerro el grifo de la ducha, se acercó sonriendo al chico, con


el dedo índice, pero con rostro dulce señalo al suelo, el chico bajo la
cabeza, para complacencia de ella, que rozando sus pezonazos con el
cuerpo del niñato paso por su lado.

Ya era hora de acabar. Se situó detrás del chico y le cogió el pelo con
suavidad, subiéndole la cabeza y obligando a mirarla, subió su fina y
femenina mano derecha de uñas perfectas y se la lamio larga y
lentamente, varias veces, era tan guapa, tan preciosa y fina, que
incluso comportándose como una perra cachonda no perdía ni un
ápice de su clase y elegancia.

El chico estaba como petrificado, cuando Yolanda rodeo su polla


inerte con su mano empapada en su saliva y pegando sus tetazas a la
espalda del criajo empezó a masturbarle, al tiempo que lentamente
subía y bajaba su cuerpo frotando sus pezones y sus mamazas
inmensa e hinchadas contra la espalda del niñato.
-        Ooooooooohhhhhhh…..

Emitía un jadeo continuo y sordo de placer al sentir el tacto perfecto


de las manos de porcelana de Yoli, tirando la piel de  su verga hacia
abajo y hacia arriba, hacia arriba y hacia abajo, cerrando los ojos y
abandonándose a las sensaciones que sus sentidos le transmitía el
cuerpo de la  mujer de sus sueños.

El chico aún aguanto cuatro minutos más, entre jadeos continuos y


sordos. Yolanda no se apresuró al principio y le dejo que disfrutase de
todo el conjunto de cosas, luego acelero brutalmente.

-        Aaaaaahhhhh….Oooooohhhh…..aaaahhhh.

Estallo el chico rociando la ducha con cuatro chorros de su cálida


simiente.

Yolanda se retiró sonriente y satisfecha, el criajo estaba rendido como


siempre, pero con una sonrisa de felicidad de oreja a oreja.

Yolanda se lavó las manos, se calzo los tacones rojos, y se puso el


albornoz. Volviendo a su rostro riguroso de piedra, soltó al chicho,
que la miraba con ojos de cordero degollado entre enamorado y
agradecido.

Y con la rigurosidad habitual le dijo al chico:

-        Diez minutos tienes, ya sabes lo que tienes que hacer.

El chico sin abandonar su sonrisa bobalicona salió corriendo por el


pasillo y antes de cinco minutos ya estaba en la calle. Apenas se oyó
la puerta de la calle, Yolanda saco varios dildos y vibradores los tiro
sobre la cama y se pasó la mañana masturbándose hasta inundar su
cama con sus fluidos, había estado muy cerca de perder el control,
ella que era y siempre había sido una zorra cachonda y que al mínimo
que se calentaba, se follaba a cualquiera sin escrúpulos de ninguna
clase, de belleza, edad, o condición…solo quería un pollón fuerte y
vigoroso como  el del niñato fofisano, que la penetrase brutalmente y
la hiciera correrse salvajemente.

IV
Como cada año se celebraba la gala nacional de la compañía de
seguros, el clima ideal de la ciudad en el litoral mediterráneo donde
vivía Yolanda, la convertía en el lugar perfecto para celebrarlo, y por
eso se venía haciendo año tras año en un conocido hotel de la ciudad.

Durante el día en las salas de convenciones del hotel, las diferentes


divisiones iban dando lecturas de sus resultados, luego una comida
en común de todos los representantes y por la noche una cena de
gala y baile en el gran salón del hotel.

Yolanda había tenido siempre unos muy buenos números, pero a esto
se sumaba su imponente presencia de diosa morena mediterránea,
explosiva, exuberante y voluptuosa, esas eran las principales razones
por las que Arturo, el jefe de toda la territorial y jefe de Yolanda,
siempre la había preferido llevar en lugar de su propia esposa, por la
buena imagen que daba a aquella territorial aquel bellezón de
bandera.

Antes de casarse con Vicente, aquella gala había sido el único lugar
donde se había saltado su regla de en él trabajo nada de sexo, en ella
había “cazado” algún “compañero” de alguna delegación distante, que
a pesar de su indiferencia y su negativa había insistido, lo que a ella
le encantaba de un tío, así que discretamente se los había follado,
muy lejos del conocimiento del resto de la compañía.  Total, al día
siguiente volvería a su territorial muy lejos de allí, y lo más probable
es que fuera otro empleado al año siguiente en representación de esa
territorial.

Pero todo eso había cambiado desde que se casó con Vicente, no solo
por su voluntad de evitar todo riesgo de perder todo el dinero que
suponía el zafio derechón machista, sino porque debido a sus celos
patológicos Vicente obligo a Arturo a participar de la cena y el baile
de gala. Estaba allí vestido de smoking vigilando como un cuervo
decrepito, encorvado, viejo y calvo, rondando alrededor de su mujer
como un perro de presa, sobre todo los primeros años, Arturo estuvo
a punto de cambiar de compañera de gala, pero no había ninguna
mujer que ni por objetivos, ni por imagen superase a Yolanda en
aquella territorial, así que tuvo que cargar con el decrépito y
despreciable Vicente.

Los últimos años se había relajado un poco, sobre todo porque los
demás territoriales, le daban conversación y le bailaban el agua, algo
que a aquel pobre imbécil hijo de papa, consciente de su incapacidad
manifiesta le encantaba, así que mientras le subía el ego y le inflaban
la vanidad, Yolanda y Arturo podían hacer aquello a lo que iban,
socializar con los demás elementos más importantes de la compañía,
buscar sinergias, buenos clientes que tuvieran delegaciones en su
territorial, de forma que con la colaboración del ejecutivo de cuentas
de la zona que eran clientes, pudieran colocar productos en la
sucursal de su propia territorial etc…
Dentro de la socialización no solo entraba, la cena y las charlas
amenas con alguna que otra copa, sino también el baile, algo que
ponía muy en guardia al inútil absoluto de Vicente.

La primera discusión siempre era por el vestido que llevase Yolanda.


Para la mayoría de las ocasiones Yolanda había conseguido convencer
al zafio zarrapastroso, que cuanto más sexy y bonita fuera ella,
mayor era el honor que a él le hacía, todos verían cuando caminase a
su lado, se cogieran de la mano etc… Que él era un hombre de éxito
con una mujer de bandera, ese argumento le contentaba de
momento, aunque durante el tiempo que Yoli fuese vestida así, el ser
el objeto del deseo de todos los hombres, lo ponía huraño y
encabritado. Por lo que ella procuraba besarlo, acariciarlo, ir siempre
de su mano, signos inequívocos de que ella era su hembra eso lo
relajaba, pero no mucho.

Pero en la cena de gala y baile como no eran solo miraditas, sino que
también habría contacto físico, el cerdo decrépito, ponía objeciones a
todos sus vestidos de noche más sexys.

Para aquella ocasión llego a mostrarle hasta cinco modelitos de


vestidos ajustados, preciosos de todo tipo de colores y telas, con todo
tipo de escotes, el principal problema es que todos eran mini en la
parte de abajo dejando a la vista tres cuartas partes de los perfectos
y moldeados muslos de sus largas y finas piernas, con ese hueco
sexy natural entre ellos.

Si el problema era que enseñaba sus muslos, eso tenía solución.


Después de enseñarle cinco modelitos para que los aprobase y
averiguar la causa de su negativa, Yolanda le dio a Vicente un
ultimátum, debía aceptar cualquier modelito que escogiera en el que
la parte de la falda llegase a la rodilla, o sino no iría a la gala, le dijo
ella en un tono que no admitía replica. El girando el morro afirmo con
la cabeza.

La treta le había salido redonda a Yolanda, para sofoco y


desesperación de Vicente. En realidad, todo había sido un truco para
poder lucir el vestido que ahora llevaba puesto, sabiendo las
reticencias a las minifaldas de Vicente, Yolanda había lucido varios
vestido minifalda, mostrando que perdía la paciencia para conseguir,
que no pudiese decir que no a aquel vestido.

Un vestido rojo neutro que acababa con su falda dos dedos por
encima de la rodilla, pero que era extremadamente ceñido,
acoplándose a su cuerpo como una segunda piel, dibujando de forma
salvaje todas sus perfectas y exuberantes curvas.
Sus enormes y perfectas tetazas contenidas y a la vez exhibidas en
dos perfectos y recogidos triángulos redondeados que las contenían
como dos cuencos a punto de estallar, que realzaban su perfecta e
inmensa redondez en forma de gota de lluvia, con un escote de pico
redondo que dejaba ver solo la parte superior de su canalillo desde
donde bajaba una raya sobre el vestido hasta el final del mismo,
como una cordillera de la que salían horizontales y armónicos
pliegues, que se movían levísimamente debido a lo ajustado que
estaba el vestido a la piel de bronce cetrino de Yolanda, realzando
sus divinas caderas, su perfecto y definido abdomen, y por atrás su
culo turgente, grande y respingón, especialmente respingón debido a
los zapatos de tacón de baile negro que calzaba y que elevaban su
cuerpo de voluptuosidad extrema, llevaba el pelo suelto con su raya
al medio y su melena lisa y brillante caía por los lados de su cabeza,
hasta que las puntas alcanzaban la mitad de la espalda, pintalabios
rosa húmedo a juego con las uñas de sus manos, pestañas
larguísimas rizadas y con el rímel justo, y la sombra de ojos oscura
difuminada, bajo las cejas perfiladas y oscuras, unas perlas
adornaban sus orejitas, la alianza en una mano y en la otra un anillo
de brillantes.

El vestido se ataba por un fino hilo rojo con un nudo por detrás de la
nuca de Yolanda, dejando toda la espalda desnuda hasta los riñones
donde el vestido se cerraba en una curva sobre sus fibrosas y
turgentes nalgas. Yolanda no podía estar más espectacular y más
sexy.

En la cena y baile de gala había muchas mujeres despampanantes,


todas con sus vestidos sexys de gala, rubias, morenas, castañas,
hasta pelirrojas, no eran la mayoría de las mujeres, pero si había
competencia seria para Yolanda, pero la gran baza de Yolanda era su
carácter de siempre, tan risueña, tan simpática,  tan conciliadora y
juguetona, esgrimiendo a todo el mundo su maravillosa sonrisa
angelical, sincera y seductora, no había hombre que se resistiese a
eso, al contrario que todas los demás, estirados bellezones que solo
le ponían buena cara a los hombres atractivos, y cara de mustia y
helada, sin ninguna gracia a aquellos que claramente los desnudaban
con los ojos, les ponían ojos de cordero degollado,  o caras
bobaliconas de deseo, a todos ellos, girándoles la cara
despreciativamente sin darles ninguna esperanza a la más mínima
señal. Mientras Yolanda les sonreía con sincera cordialidad, y esa
accesibilidad de una diosa tan despampanante, la que la convertía en
una joya única a ojo de todos los hombres, que la deseaban tanto por
su cuerpazo increíble como por su carácter.

Y a la hora de relacionarse hablaba con todos por babosos u


horripilantes que fueran, se tomaba una copa con cualquiera un
agente obeso mórbido o uno que hacia guapo a Quasimodo, con total
naturalidad y conquistando todos los corazones, y tenía que estar
realmente cansada para rechazar un baile (naturalmente el pato
mareado y zambo de Vicente, no bailaba) y si tenía que hacerlo, ante
el desilusionado  peticionario, cuando se recuperaba de nuevo iba a
buscarlo para sacarlo a bailar, siempre con su maravillosa y preciosa
sonrisa iluminando su cara y derritiendo a todos los tíos de la gala.
Cuando Arturo la veía actuar así, sabía que aquella diosa de Playboy
era una mina, gracias a ella las sinergias con todas las territoriales de
la compañía fluían como los ríos al mar. 

La música que tocaba la orquesta eran bailes de salón ligeros y


alguna que otra lenta, y ella bailaba con todos los representantes de
las territoriales, mientras Vicente desde la mesa de la platea donde
solía posicionarse seguía su mujer con la mirada, como un halcón
celoso, como el capitán que controla a los marineros desde el castillo
de proa.

Ella bailaba con unos y con otros, más jóvenes, maduros y viejos,
que le ponían una mano en la cintura y con la otra la guiaban, o que
en las lentas le ponían las dos manos en la cintura, la mayoría de las
veces mirándola desde abajo, porque con los tacones alcanzaba el
metro ochenta y los más bajitos, lo agradecían al tener frente a su
nariz el escote de sus deliciosas y enormes mamazas esféricas.

“Vamos, don Damián, se le ha comido la lengua el gato, jajaja”,


“Uuuuhhh, vaya vuelta me has dado, eres un estupendo bailarín” ,
“Muyyyy bien, así le gusta a una mujer que la lleven bailando”…. No
dejaba de bromear y reír jovial y traviesa Yolanda con todos sus
parejas de baile, sobre todo con los más viejos y los menos
agraciados, que se movían torpemente bailando con ella, abriendo los
ojos  como platos, y metiendo sus miradas por todas las rendijas que
podían mostrarles algo de las curvas enloquecedoras de aquella diosa
morena, muchos con la boca abierta casi babeando, con cara de
entusiasmo, moviendo sus manos lentamente cuando sostenían a
Yolanda durante  sus bailes, como si la frotasen para poder quedar
con algo del tacto de aquella superhembra de talante espectacular.

-        ¿Qué pasa morena, que bailas con todos menos conmigo?

La sala de baile estaba iluminada principalmente en el centro, por lo


que ha Yolanda le costó reconocer al tío que le hablaba.  Era uno de
los representantes de otra territorial mediterránea, que había visto
por primera vez en aquella jornada, por lo visto llevaba menos de un
año en la compañía, pero era un crack, un cuarentón con barba
recortada con algunas canas en la misma y en el abundante pelo
castaño oscuro de la cabeza, de un metro setenta y seis más o menos
y el cuerpo muy normalito, pero con unos ojos verdes preciosos y
muy incisivos.
-        Contigo no bailo porque no me lo has pedido, no te hagas el
importante.

Respondió a la provocación, Yolanda esbozando una sonrisa


maliciosa. Llevaban todo el día así.

Lucio que era como se llamaba el tío, se le había acercado durante el


día, en la exposición de resultados en una de las múltiples pausas
para el café, y la había abordado sin dejar de flirtear y de interesarse
por ella, pero ella como siempre, le había enseñado el anillo y había
aplicado la táctica de la indiferencia, con algunos cortes, pero no
había logrado zafarse de él, que insistía, una y otra vez, en cada
pausa, aunque ella intentaba hablar con otros grupos, él siempre
sabía cómo llegar hasta ella, que no paraba de darle cortes.

Pero no había día que los encuentros con él chico no ocupasen sus
pensamientos, cada día se masturbaba más pensando en ellos, y
cada vez estaba más cachonda y la insistencia de aquel hombre con
formas de lujuria contenida, con aquellos ojazos verdes que la tenían
rendida, la estaba calentando, ojalá fuera una gala de la compañía
donde no estuviera casada con Vicente, se lo follaria hasta dejarlo sin
aliento.

Aquellos pensamientos ocupaban su mente mientras se sentaba al


lado de Arturo durante la exposición de resultados, y al mismo
tiempo el pánico del monstruoso riesgo que supondría y todo lo que
tendría que perder, la paralizaba y borraba aquellas ideas de su
mente, y de nuevo otra pausa para el café, y de nuevo aquellos
ojazos verdes encima de ella, y de nuevo la calentura.

En la sobremesa de la comida, volvieron a hacerse corrillos, Yolanda


no osaba mirar alrededor para que él creyese que estaba buscándolo,
en un momento dado ella se quedó en una esquina, y el apareció
sobre su hombro, Yolanda llevaba una falda de tubo azul marino
cuatro dedos por encima de la rodilla, una blusa satén azul normal
ceñida y abrochada hasta el último botón, y encima una chaquetita
azul marino a juego con la falda que le cerraba hasta la cintura,
medias de seda negra transparentes y tacones de agua azul marino a
juego, en la orejas aritos color plata anchos y planos, con anillos y
pulseras a juego.

-        Sabes nena, he visto muchos culos en mi vida, pero ninguno


tan perfectamente respingón como el tuyo, podría dejar mi copa
sobre él con la seguridad de que no se caería.

Le susurro el cuarentón provocador por encima del hombro, en un


tono de lujuria fatal.
-        No lo sabes tú bien, lo respingón, duro y perfecto que lo tengo.

Respondió Yolanda con voz de zorra cachonda, tirando leña al fuego


provocador del cuarentón.

En cualquier otra circunstancia, si no estuviera tan cachonda por los


episodios con el chico, le habría lanzado una mirada como si le
hablase en otro idioma y se habría marchado dejando al tío con dos
palmos de narices. Ahora también se marchó, pero agitando sus
nalgas arriba y abajo, abajo y arriba provocando al cuarentón.

Encontró a Arturo, respiro hondo e intento olvidar lo ocurrido, se


mezcló con otra gente en otros corrillos, hasta que empezó una
proyección de unos videos promocionales de la compañía.

No sabe cómo sucedió, pues ella no lo vio aparecer, estaba hablando


con otras compañeras, cuando al sentarse de un lado estaban ellas y
del otro el cuarentón con aquellos ojos verdes, que a Yolanda le
pedían a gritos que le arrancase la ropa y se lo follase.

Yolanda no dijo nada, se quedó mirando la película, como si él no


existiese, algo más allá de los cinco minutos, Yolanda sintió como la
mano del cuarentón se posaba en su muslo, ella movió su pierna para
intentar desalojarla sin escándalo, manteniendo su tez seria, pero el
coloco sus dedos en garra y fijo el muslo firme y maravilloso de
Yolanda, que estiro el tronco, la mano del tío empezó, a bajar
lentamente por su muslo.

En todos los demás momentos de su vida laboral incluso cuando no


estaba casada, Yolanda habría bajado su mano levantado la del
cuarentón con fuerza suficiente, y después de retirarla se habría
marchado de aquel asiento, pero ahora era superior a sus fuerzas,
entre lo caliente que estaba por sus encuentros con el chico, que no
dejaba de revivir, y aquellos ojazos verdes persiguiéndola todo el día,
ni el pánico al riesgo que corría y que todo se fuera al carajo, pudo
contenerla.

Se relajó en el asiento y cerró los ojos disfrutando del tacto de la


mano masculina acariciándole el muslo hasta la rodilla, muy suave  y
muy lentamente, metiéndole la mano por debajo de la falda desde la
rodilla, presionando suavemente sobre su muslo vestido por la media
negra transparente con sus dedos pulgar e índice, llegando hasta el
fin de la media y el ligero y jugando con el enganche, Yolanda iba a
empezar a gemir, cuando un grito que salía de la pantalla, le saco de
su sopor, había creído reconocer la voz de Vicente en aquel grito, se
levantó de un golpe con la cara blanca, haciendo que el cuarentón
retirase su mano y su cuerpo, y abandono la sala de proyección, le
dejo un mensaje a Arturo en el whatsapp, diciéndole que se había
mareado, que iba a casa a ver si se recuperaba para la cena, y se
marchó a casa en estado de shock, casi llorando, tenía que
controlarse o todo saldría de madre y todos esos años de  sacrificio se
irían al garete.

Así que repuesta, aunque débil en su voluntad, estaba allí como era
habitual en ella, bailando con el cuarentón de los ojazos verdes, que
le sonreía maliciosamente, aunque los dos hacían ver que aquella
tarde no había pasado nada.

-        Te he visto y bailas muy bien, morena.

Piropeaba seductoramente el cuarentón a Yolanda.

-        Bueno, tu tampoco lo haces mal.

Respondió Yolanda manteniéndole la mirada coqueta, para al


segundo pensar “mierda, porque le he dicho eso, así se dará cuenta
de que lo estaba observando – debía haberle dicho; gracias y ya”.
Dioos…que ganas tenía de follarselo.

El cuarentón, sonrió solicito y acerco un poco más el cuerpo de


Yolanda al suyo. Ponían una lenta la luces estaban un poco rebajadas,
él la agarraba con ambas manos por la cintura y ella rodeaba sus
cuello con sus finas y femeninas manos.

-        Cuando sonríes, el sol se derrite y la luna aúlla.

Susurro el ojazos verdes, sin dejar de mirarla fijamente.

-        Vaya que poeta eres….

Mostro su preciosa e increíble sonrisa Yolanda, semiruborizaba, como


le ponía aquel tío, no era nada del otro jueves, cuerpo normal de
cuarentón, a la misma altura que ella gracias a los tacones, pero su
insistencia, su barbita recortada y sus ojazos verdes, la tenían a mil,
los episodios con el criajo, habían desatado a la zorra cachonda e
insaciable que era y que lograba controlar para obtener su principal
objetivo, gozar de la fortuna del derechón zafio de Vicente, pero
aquel cuarentón la estaba poniendo tan caliente que se dejaría hacer
por él, lo que él quisiera toda la noche.

-        La mujer más guapa de la gala, se merece poesía y mucho


más.

Siguió el cuarentón con su voz melodiosa y seductora.


-        Exageras, aquí hay muchas mujeres jóvenes y espectaculares,
mucho más que yo. Mira por ejemplo Rebecca de la territorial cuatro,
tan rubia y perfecta, parece una top model.

Replico Yolanda, esgrimiendo una sonrisa satisfecha y enigmática.

-        Si la verdad, hay muchas mujeres espectaculares en la


compañía y en la gala, pero todas son unas estúpidas, que se creen
que Dios ha de pedirles permiso para hablar con ellas, y ninguna,
ninguna tiene tu sonrisa.

Contesto el ojazos verdes sin que le templase el pulso. Si no


estuviera Vicente por allí, Yolanda se estaría enrollando con él allí
mismo delante de todos, su entrepierna era un volcán.

-        Muchas gracias, es mi carácter natural, pero creo que ya te he


dicho hoy suficientes veces que estoy casada.

Dijo Yolanda con una sonrisa deliciosa provocando al cuarentón,


queriendo probar hasta donde era capaz de llegar.

-        Y como veras para mí eso no es un problema, sobre todo ante


una diosa como tú tan mal casada.

Contrataco sereno el ojazos verdes, Yolanda era un volcán a punto de


explotar, como la encendía aquel macho insistente.

La noche había ido avanzando y mucha gente se había marchado ya,


y ellos tampoco tardarían en hacerlo. Yolanda ladeo la cabeza y vio a
Vicente ocupado con dos tíos que le hacían la pelota, mientras él se
pavoneaba con ellos, sin mirar a la pista de baile, que en una esquina
tenía una serie de columnas, más decorativas que otra cosa, por
donde divertidas las parejas de baile se colaban y salían bailando
entre las columnas.

El ojazos verdes seguía bailando con ella, sin dejar de mirarla


fijamente, subiendo sus manos lentamente por su espalda desnuda
acariciando su morena piel cetrina y provocándole escalofríos de
placer, Yolanda podía leer el deseo en el tacto de los dedos del
cuarentón, cuanto le gustaba aquel tío, pensó cerrando los ojos y
abandonándose a aquella sensación, dejando que el ojazos verdes la
llevase sin que ella se diera cuenta hasta uno de los grupos de
columnas de las esquinas.

-        ¿Qué ha pasado esta tarde?

Pregunto con voz neutra el cuarentón.


Yolanda abrió los ojos entornándolos con su mirada de perra en celo
y dándose cuenta que estaba en el rincón de las columnas, lejos de
las miradas de todo el mundo, empezando a notar la humedad
ardiente en su raja.

-        Tú ya sabes lo que ha pasado.

Respondió Yolanda susurrando con voz provocadora y lujuriosa. El


ojazos verdes sin dejar de moverse al ritmo de la música, deslizo sus
manos lentamente acariciando toda la desnuda espalda de Yolanda,
hasta que sus dedos se colaron en el pequeñísimo hueco que había
entre su piel y el vestido rojo espectacular de Yolanda empezando a
abrirse camino sobre sus riñones.

-        Y me parece que te ha gustado.

Contesto Lucio el ojazos verdes.

-        Si no estuviera casada iba a dejar que me hicieras de todo.

Exclamo Yolanda mordiéndose el labio inferior, completamente


descontrolada de su libido.

El cuarentón abrió mucho los ojos y metió sus manos con fuerza,
venciendo la resistencia que oponía el ceñidísimo vestido rojo hasta
alcanzar las nalgas del perfecto, redondo y respingón culazo de Yoli,
para empezar a radiografiarlo en sus dedos hincándolos en sus nalgas
como si fueran dos enormes garras, ayudado por el tanga de
Yolanda.

Yolanda no pudo resistirlo más y agarrándolo con sus manos por la


cabeza, manos que estaban colgando en el cuello, lo empotro contra
una de las columnas, y empezó a morrearlo con locura, enroscando
su lengua en la del cuarentón que respondía con fruición, a la vez que
Yolanda empezaba a notar su erección en su muslo. Sin dejar de
morrearse. Cuando el ojazos verdes se sacio de su culo, saco presto
sus manos de la parte baja del vestido, para meterlas por los
laterales, agarrando con sus dedos como garras, los enormes
melones de Yolanda, y apretándolos y amasándolos de forma
enloquecida, de fondo aún se oía la melodía de la canción lenta de
baile.

 Yolanda totalmente fuera de control, se retorcía de placer sintiendo


como el cuarentón jugaba con sus pezones extragrandes,
puntiagudos y graníticos, mientras sentía hincharse sus mamazas
perfectas buscando alcanzar ese punto de lactancia ocasional que le
enloquecía sexualmente.
-        Yolandaaaa

Se oyó a lo lejos la voz de Vicente. El subconsciente de Yolanda la


obvio, quería llegar hasta el final, necesitaba llegar hasta el final, era
demasiado tiempo sin disfrutar del sexo.

-        Yolandaaaaaa

Volvió a oír la voz del imbécil inútil de su marido, pero rico,


llamándola aún a una distancia, prudencialmente lejos.

-        Yolandaaaa

La tercera llamada, despertó en ella, la consciencia del miedo, del


pánico, del control, de todo el esfuerzo para disfrutar de la fortuna
del jodido viejo derechón y patético.

De un golpe se separó del cuarentón, que llevado por la impresión se


fue al suelo, mientras ella se ponía las tetazas inmensas, turgentes y
redondas dentro del vestido, y salía de entre las columnas de forma
briosa hacia el baño, mientras Vicente desorientado seguía
llamándola.

Se refresco un poco, respiro hondo conto hasta veinte y salió del


baño con su sonrisa de siempre y sin rastros de turbación en su
rostro.

-        Vicente cariño estoy aquí, había ido al baño, que estaba un
poco agotada.

Dijo Yolanda a Vicente sonriendo como una niña buena, este ya la


miraba con ojos paranoicos de celoso que sospecha.

-        Sí, creo que ya es hora de irnos, me he despedido en nombre


de los dos de Arturo.

Contesto Vicente, rebajando el aire suspicaz de cuerpo y mirada.

-        Hombre, usted debe ser el famoso Vicente Pérez, el gran


empresario de éxito.

Salió desde detrás de Yolanda el cuarentón de ojazos verdes,


pasando por su lado, obviándola y alargando la mano para
estrechársela a Vicente.

El estúpido engreído e inútil de Vicente sonrió como un bobalicón,


estrechando la mano al cuarentón de ojazos verdes, complacido por
cómo le había bailado el agua aquel desconocido.
-        Muchas gracias, ¿usted es?

Pregunto sin abandonar su sonrisa bobalicona de suficiencia. Mientras


otros asistentes que se iban pasaban junto a ellos.

-        Lucio Sílez, para servirle siempre.

Contesto con el mejor tono de seductor comercial. Este tío es muy


bueno, pensó Yolanda.

-        Es una lástima no poder explicarle mis experiencias


empresariales Lucio, pero mi esposa y yo ya nos íbamos. ¿No sé si la
conoce?

Pregunto Vicente, haciendo el ademán típico de introducción. Al


tiempo que Lucio se giraba hacia ella y ella esbozaba su mejor
sonrisa como si no hubiera pasado nada.

-        A la compañera…huuuummm

Hizo ver el ojazos verdes que no se acordaba de ella.

-        Yolanda.

Respondió ella esbozando esa sonrisa que derretiría el mismo polo


norte, un poco picada en el orgullo, a pesar de saber que todo era
teatro por parte del cuarentón.

-        Además de gran empresario, tiene una mujer bellísima, es


usted un hombre de éxito señor Pérez.

Expreso en el epitome absoluto de la adulación interesada.

-        Jejejeje….ya lo sé, soy un hombre tocado por la fortuna, fruto


del esfuerzo, por supuesto, si nos disculpa voy a por los abrigos y nos
iremos, espero poder hablar con usted en una próxima ocasión, me
ha caído usted francamente bien. Espera Yolanda ahora mismo
vuelvo.

Fortuna y esfuerzo, dijo el cincuentón zafio decrépito, que no había


sudado trabajando en su vida y todo le había caído del cielo, riqueza
fruto de robos, desfalcos y pago de favores a políticos en pasadas
épocas convulsas.

El ojazos verdes miro serena pero lleno de deseo a Yolanda, mientras


esta con esa sonrisa que enamoraría la mismo Dios levantaba su
antebrazo y enseñando la alianza de matrimonio, ponía rostro de
circunstancias.
-        Me debes un polvo preciosa.

Dijo conformado y divertido el cuarentón de ojazos verdes.

-        En otro momento y circunstancias, a lo mejor te lo pago,


cariño.

Respondió Yolanda recomponiéndose y poniendo su pose y rostro de


indiferencia, al tiempo que dejando atrás a Lucio se dirigía risueña a
Vicente, que ya volvía con los abrigos.

Con la excusa de estar cansada, Yolanda volvió todo el camino en


silencio absorta en sus pensamientos. Su parte más racional la estaba
machacando, “que estaba haciendo”, que era esa forma de perder el
control, incluso, normas de oro, que había cumplido incluso sin estar
casada con Vicente, aquel riesgo era intolerable, era estúpida,
imbécil, idiota, solo importaba el status y la pasta de Vicente.

Todo había pasado por culpa de los encuentros con el niñato fofisano,
eso le había hecho perder el equilibrio y la autosatisfacción contenida
de su libido con sus juguetitos. Tendría que terminar con aquellos
encuentros, tenía que pensar como neutralizar al chico y volver al
estado anterior de las cosas, muy insatisfactorio, pero muy seguro.

Pero el asunto era muy complejo, como para parar aquel deseo
obsesivo y patológico que había despertado en el chico, así de golpe,
sin que este montase un número, mandase a la mierda a la criaja, y
se descubriera todo el pastel.

Las cosas estaban así, con Yolanda dándole vueltas a como


deshacerse del camino empezado para destruir a la criaja y su
influencia sobre el imbécil de su marido, cuando empezó  la semana
que Belén les tocaba con ellos.

El niñato cargado de ansiedad y de palabras de deseo hacia ella y su


cuerpo, no paraba de mandarle mensajes, babeándole y explicándole
los avances, y que estaba a punto de conseguir que pudieran salir el
fin de semana hasta el amanecer, y que la criaja estúpida había
empezado a fumar, y había conseguido que llevase siempre un
paquete de tabaco encima, de hecho, había conseguido que se hiciera
adicta muy rápidamente.

Yolanda inmersa como estaba en buscar una salida para librarse del
chico y de la supercalentura sin control que todo aquello le estaba
deparando, habría pasado por alto aquello del tabaco. Pero un par de
fuertes discusiones con la niñata mal criada llamándole desde puta a
chupa pollas, ante la agotada paciencia y contención de Yolanda, e
incluso, rayando en teoría “sin querer” el coche de Yolanda, con
defensa a ultranza de ella, por parte del mierda patético de Vicente,
habían puesto los sentidos vengativos de Yolanda de nuevo en alerta,
así que se decidió a utilizar la información.

La criaja era digna hija de su padre, y la muy estúpida no había


tenido cuidado de ocultar rastros invisibles como el olor, y por eso
olía por toda la casa a tabaco, los últimos días, Yolanda muy
deportista, solo había fumado en su primera adolescencia, al llegar a
los veinte años paro en seco, y empezó a detestar el tabaco y a los
fumadores, y Vicente hacia tres años que había dejado de fumar, la
obesidad, el sedentarismo y el corazón le habían obligado a ello, así
que Yolanda sabía como utilizar aquella información.

Estaban juntos Vicente y ella, en el salón cuando un inconfundible


pestazo a humo de tabaco, invadió la estancia.  Yolanda expreso en
voz alta que olía a tabaco, Vicente también lo reconoció, y Yolanda
monto una escena con lágrimas, y muchos “mi amor, me mientes, y
has vuelto a fumar, quieres dejarme viuda”, y más lagrimas falsas de
actriz de Oscar. El estúpido de Vicente se defendió como un niño
inocente y otra ráfaga de olor a tabaco volvió a llegar al salón.

Entonces Yoli dejo que Vicente lo averiguase el solo. Ante el número


de su mujer, y con su gran alma de inquisidor, consciente de su
absoluta incapacidad, y siempre buscando los defectos de los demás,
se puso a rastrear el olor por la casa hasta que entro en la habitación
de su hija, pillándola con un pitillo en la boca.

Y se montó un escándalo mayúsculo, para satisfacción de Yolanda,


que si era una niña, que si fumar era de putas, y otras lindezas, que
no paraban de subir de tono, uniendo el fumeteo a su pinta de
mamarracha sin curvas y maquillada como una furcia, la niñata no se
contuvo ni un pelo, acusando a su padre de viejo, de hipócrita,
metiendo en la salsa a Yolanda, por la que había abandonado a su
madre solo por la vanidad de pavonearse con una mujer veinte años
más joven, llamándole viejo verde y vicioso, hasta tal punto llego el
grado de violencia en la discusión, que Vicente avanzando cargado de
ira violenta, tomo el paquete de cigarros de la criaja y los destrozo en
su cara, la niñata explotando entre lágrimas se abrió paso y salió
corriendo de la casa dando un portazo, mientras Vicente echaba
espumarajos por la boca.

Durante las siguientes dos horas, Vicente fue mudando su ánimo de


la furia y la cólera, al sincope nervioso y al pavor de haber perdido a
su hija. Mientras Yolanda de forma algo distante, hacia ver que lo
calmaba y apoyaba, considerando intolerante lo de fumar y que
aquello ya era demasiado, pero el pánico se apodero del calvo idiota
e inútil derechón, sobre todo cuando después de llamarla varias
veces, la niñata no contestaba, hasta la quinta vez no cogió el
teléfono, evidentemente estaba en casa de su madre.

-        Y si la pierdo, para siempre Yolanda, es mi niña, mi niña, y aún


no ha hecho nada que me ponga en evidencia.

Decía el cincuentón zafio y decrepito, luchando en voz alta entre el


valor del amor de su hija y su reputación social, y era evidente, que
fumase no era algo que lo manchase socialmente, rompía un poco la
imagen de hija santa, que él iba mostrando por ahí, pero había cosas
peores.

-        Que dices Vicente, cariño, es tu hija, como vas a perderla


siempre estará ahí.

Trataba de calmarlo Yolanda.

-        Es lo más importante del mundo para mí, lo haría todo por ella,
es mi heredera, la continuación de mi familia y su reputación en esta
sociedad.

Exclamaba Vicente mirando al vacío con el rostro blanco.

-        ¿Es más importante para ti, que yo?

Pregunto fríamente Yolanda

-        Por supuesto, mucho más importante que tú, lo que sacrificaría
por ella, nunca lo haría por ti, es una herencia reputacional de
sangre.

Respondió sin ningún miramiento Vicente, antes de levantarse e ir a


buscarla a casa de su exmujer, temblando de miedo, y dejando a
Yolanda enfadada como un toro embravecido, aunque nada de su
expresión lo dejaba traslucir.

Realmente estaba en peligro, se dijo Yolanda, Vicente es imbécil,


pero hasta el más imbécil despierta un día y él sabe muy bien por
mucho amor que le declare en público y en privado, estoy con él por
el dinero, si no logra conseguir que Belén sea motivo de vergüenza
para él, hasta para que la repudie, cualquier día la criaja podía pedir
la cabeza de Yolanda en bandeja, y aquel mierda derechón se la
ofrecería sin dudarlo.

Estos pensamientos ocuparon su mente durante toda aquella noche,


cuando Vicente volvió con su hija de morros y después mientras
trataba de dormirse, no podría acabar con el criajo, tenía que
activarlo con más recompensas, más suculentas y obligarlo a quemar
etapas en la caída a los infiernos de la criaja o neutralizaba a la
niñata pija malcriada o esa espada de Damocles le acabaría cortando
la cabeza.

Así pues, Yolanda empezó a concentrarse en controlar su libido fuera


de los encuentros con el chico, bastante alto era aquel riesgo, como
para descontrolarse y que el riesgo de ser pillada por Vicente aunque
fuera flirteando se disparase.

Si bien Vicente había tragado con el fumeteo de la criaja, no cesaba


de despotricar cada vez que la veía con el cigarrillo en la boca, que
aspecto más ridículo tenía, además eso de tener que ir a casa de su
madre a buscarla había herido el punto más débil e importante de
Vicente, su ego y su vanidad, aquel era un trabajo de acoso y derribo
que había que continuar.

De esa manera Yoli, cedió a las peticiones del chico, y lo convoco


como siempre el sábado cuando Vicente se iba al club de golf, el
chico se había ganado una recompensa que debía incentivarlo a llevar
a la criaja a su propia perdición.

El procedimiento habitual de las veces anteriores se cumplió a la


rajatabla, marcha de Vicente pavoneándose al club de golf, el chico
puntual como un reloj, puerta automática, Yoli recibiéndole con
ademán serio e impasible, en el interior oculta por la segunda puerta,
otra vez con un albornoz blanco largo, y gafas de sol, registro de su
ropa, desnudo del criajo, móvil apagado y con el resto de cosas al
cuarto de baño de invitados.

Esta vez en medio de la sala de estar había una cama hinchable de


las que se usan para las piscinas, Yolanda sin abandonar su talante
serio y sin quitarse las gafas de sol le arrojo al chico dos juegos de
esposas.

-        Ponte unas en los pies y otras en las manos.

Dijo imperativamente Yolanda.

El niñato fofisano con su barriguilla blancuza y su polla morcillona


(cada vez más apetitosa para Yolanda) la miro reverencial y
devocionalmente, pero dudando de qué hacer con las esposas.

-        Vamos espabila, que si se pasa el tiempo te quedas sin


recompensa.

Dijo con voz de suficiencia Yolanda tratándolo de tonto. El chico


reacciono abriendo mucho los ojos, deseoso de su “recompensa” y se
sentó sobre la cama hinchable poniéndose las esposas primero en los
tobillos y luego en sus muñecas, quedándose mirando desde abajo
aquel maravilloso monumento de hembra, alta y voluptuosamente
firme frente a él.

Yolanda se sacó las gafas de sol dejándolas en una estantería,


mostrando esa sonrisa preciosa bajo su perfecta naricita, pequeña,
estrecha y redondita por la punta, esa sonrisa por la que cualquiera
mataría, se tocó levemente el pelo castaño oscuro sedoso y brillante
liso hasta la punta que llevaba recogido en una cola que le caía desde
la nuca, había liberado los dos mechones más cercanos a su frente,
que le caían por ambos lados del rostro como si fueran dos sedosa y
brillantes cortinas recogidas a cada lado de su frente, las largas
pestañas rizadas y con rímel, una simple raya perfecta en sus oscuros
y brillantes ojos de embrujo moro, sin sombra ninguna en los
parpados esta vez, un liviano colorete en sus perfectas y tersas
mejillas, y pintalabios rojo pasión húmedo en su jugosos y apetitosos
labios.

Se desprendió lentamente de su albornoz blanco abriendo primero un


lado y luego el otro, para sacárselo y dejarlo caer sobre el sofá, se
plantó ante el chico con las piernas levemente abiertas sobre unos
tacones de aguja de verano con unas tiras rojas y negras a fantasías,
que le sujetaban los pies por los tobillos y por el empeine dejando a
la vista el resto de sus sensuales pies enjoyados con un anillo de
plata en cada pie y la sexy cadenita en su tobillo derecho, vestía
únicamente una braga brasileña roja de lycra, tan corta por delante
como por detrás, donde sus respingonas, esféricas y perfectas
nalgas, se erguían orgullosas, un top de ganchillo blanco de manga
corta le cubría la parte de arriba justo hasta debajo de sus enormes y
redondas mamazas, dejándole desnudo todo el liso vientre con el
ombligo adornado con el piercing de una deliciosa piedrita de jade.

Sus esféricas y perfectamente circulares tetazas de talla de copa E,


en forma de gota de lluvia que rebosa hacia arriba, erguidas con sus
grandes areolas oscuras y sus pezones extraordinariamente grandes
que apuntaban adelante desde el centro de su circunferencia,
desafiaban la ley de la gravedad, sueltas bajo el top de ganchillo,
centrando toda la atención del chico, que las miraba con adoración.

-        ¿Te gustan mis tetas verdad?

Pregunto suave y afablemente Yolanda al niñato.

-        Son increíbles, increíbles, grandes, redondas, y erectas, muy


turgentes, no se caen como helado al sol, como las tetas de las
viejas, hasta los dos granos que tiene Belén con dieciséis años están
más caídos, que tus tetazas.
Dijo Sergio con los ojos como platos y la voz llena de deseo,
describiendo con veracidad absoluta aquel milagro de la naturaleza
que eran las tetazas de Yolanda.

-        Vaya, vaya, sí que te gustan y sí que te fijas pillín……te has


ganado disfrutar de ellas.

Dijo Yolanda, acercándose al chico con sonrisa divertida y traviesa,


arrodillándose sobre la cama hinchable de piscina y poniéndose a
horcajadas sobre el pubis del chico.

-        Ooooooohhhhh………

Gimió el chico cuando sintió la raja húmeda y ardiente de Yolanda,


empezar a hacer lentísimos movimientos pélvicos frotando su
morcillona verga, al tiempo que Yolanda cogía las manos esposadas
del chico y metiéndolas por debajo del top de ganchillo blanco, las
posaba sobre sus divinas mamazas, notando una sacudida eléctrica
en la espalda, ya que el criajo en cuanto noto el tacto de las
deseadas tetazas, empezó por pellizcarle los pezones y luego a
apretar y amasar las tetazas desde abajo como si quisiera ordeñarlas,
con fruición y desespero.

-        Así, así, nene, lo haces muy bien, muy bien…huuuumm

Acariciaba Yoli a Sergio el pelo mientras este se volvía loco amasando


sus gloriosas tetazas, al tiempo que ella no dejaba de frotar su polla
con su movimiento pélvico, y se abandonaba al placer de la obsesión
del niñato que le había hecho un experto, magreando y amasando las
tetas a Yolanda.

Estuvieron así, un buen rato, Yolanda balanceandose y poniendo la


polla del criajo como una barra de acero mientras disfrutaba de sus
manos sobre sus tetazas, sus melones se hinchaban y sus pezones se
ponían duros como piedras. Aumentando el ritmo de su movimiento
pélvico, dejo de acariciar la cabeza al niñato, se subió el top de
ganchillo y agarro con fuerza sus melonazos, apartando las manos del
chico, y juntándolos fuertemente uno al otro, enderezándose y
ofreciéndoselos al chico a la altura de la boca.

-        Quieres probarlos nene…quieres… quiereeesss…. Dime si


quiereeeesss…huuuumm

Le dijo lanzándole una mirada de zorra promiscua, mientras se


mordía el labio inferior. El criajo no respondió nada y se lanzó a
devorarlos con auténtica locura, lanzando pequeñas dentelladas
instintivas a los durísimos pezones.
-        Aaahhh….oooohh…siiii……neneee …siiiii…..ooooohh…

Gemía Yolanda cerrando los ojos y dando pequeños saltitos a cada


bocadito del niñato fofisano, que pasaba su lengua con desesperación
por sus oscuras y grandes areolas, 

Cuando Yolanda sintió que las babas le chorreaban por toda la


enorme superficie circular de sus tetazas empujo al chico por el pecho
y se levantó de su postura, la polla del chico parecía el mástil de un
barco.

-        Jajajaja…vamos a hacer algo nuevo.

Dijo divertida Yolanda sacándose por la cabeza el top de ganchillo


blanco y dejando sus perfectas, inmensas y redondas mamazas
cubiertas de babas y marcas de dedos y dientes del criajo, flotando
en el aire con toda su turgencia.

Después de pie sobre sus tacones de verano se acercó a la estantería


y cogió una botella de gel lubricante transparente, mientras el chico
la contemplaba tumbado, apoyado sobre sus codos, se dejó caer
desde los hombros una cantidad abundante del gelatinoso líquido,
frotándose con sus preciosas y femeninas manos, por toda la parte
superior del pecho, los hombros, sus mamazas esplendidas, y su
magnífico vientre plano, creando una película transparente y brillante
sobre su bronceada piel.

-        Date la vuelta, nene.

Ordeno simpática, mientras el criajo se daba la vuelta expectante.

Vuelto boca abajo Yolanda se agacho y se echó encima del niñato


como si quisiera aplastarlo, apoyándose por los lados agacho su
cuerpo y presionando con sus mamazas y su pubis, se restregó
lentamente de arriba abajo desde el culo del chico hasta el cuello,
moviéndose lentamente, arriba y abajo, abajo y arriba, resbalando
sobre el cuerpo de Sergio, masajeándole con sus firmes y
maravillosas tetazas.

-        Oooooooohhhh…oooooohhh…

Exclamaba de gusto el criajo.

-        ¿Te gusta eeeh nene?

Decía risueña y complacida Yolanda resbalando con toda la presión de


sus curvas sobre la espalda del niñato.
-        Siiiiii….siiii…siii

Gemía afirmativamente de placer el criajo, de manera que Yolanda


siguió masajeándole de arriba a abajo , de abajo a arriba con sus
perfectos y esféricos globos llegando en ocasiones incluso a los
muslos, durante un buen rato.

-        Está bien date la vuelta.

Le pidió Yolanda gentilmente. El niñato fofisano esposado de pies y


manos se dio la vuelta torpemente con cara de satisfacción y la polla
tiesa.

-        Huuuuuummmmm…..que pollla más tiesaaaaaa…..

Gimió Yolanda con voz de niña traviesa pasándose la lengua por los
labios lujuriosamente antes de empezar a masajearle con sus
mamazas la parte delantera del torso, empezando en sus muslos y
subiendo lentamente resbalando con la piel del chico, rozando con
fuerza los testículos depilados de Sergio y hundiendo entre el canalillo
de sus tetas la verga tiesa del criajo, para luego frotarla con todo su
precioso abdomen.

-        Ooooohhhhh…..ooooooooohhhh….

Gemía Sergio de placer, mientras Yolanda con risa maliciosa subía y


bajaba, bajaba y subía, enterrando la polla tiesa y dura del chico
entre sus tetazas una y otra y otra vez, de arriba abajo, de abajo a
arriba, llegando hasta la altura de sus ojos lanzándole miradas
penetrantes de zorra cachonda, y jugando con su lengua frente al
chico como si fuera a besarlo retirándose rápidamente cuando el
alargaba los labios para alcanzarla.

-        Ooooohhhhh…..ooooooooohhhh….uuuuuhhh….quieroo…
quieeerooo besarte…

Sollozaba lastimosamente el niñato fofisano, lo que provocaba una


sonrisa de satisfacción en Yoli, que aumentaba el ritmo de la fricción
de su masaje contra el cuerpo y en especial la polla del criajo.

Lo que hizo que el calor que desprendía la verga, unida a las


palpitaciones y los jadeos sordos del chico, que se tensaba mucho,
anunciasen a Yolanda que estaba por correrse, de manera que se
enderezo agarro con su preciosa y femenina mano derecha la
palpitante verga del chico y mirándole con ojos de ninfómana empezó
a masturbarle ferozmente, abajo y arriba, arriba y abajo.

-        Vamos nene dámelo todo, dámelo todoooo…


Decía con voz de furcia, cuando sintió como aquella gruesa, vigorosa
y fuerte polla empezaba a  correrse lanzando sus ráfagas hacia
arriba, antes de caer para empapar su delicada  mano con su cálida
semilla, como si la verga fuera una fontana.

-        Oooooooooohhh…..oooooooohhhhhh.

Aullaba de placer el chico tensando mucho el cuerpo y poniendo los


ojos en blanco de placer.

-        Jajajaja…así me gusta te corras bien a gusto… jajajaja.

Yolanda se levantó y sin dejar de mirar al criajo se limpió la parte


principal de su corrida de la mano, pasando su lengua bebiéndose el
semen del chico, que le quedaba entre los dedos mientras le sonreía
maliciosamente, y a este se le salían los ojos de la cara del morbo.

-        ¿Preparado para una segunda ronda, nene?

Pregunto risueñamente Yolanda sin dejar de sonreír con picardía, con


su preciosa sonrisa divina. El chico afirmo con la cabeza jadeando de
cansancio, mientras Yolanda ponía una silla en el medio de la sala de
estar.

Venga siéntate en la silla y ahora vuelvo a por la segunda ronda, dijo


Yolanda saliendo de la habitación con una sonrisa de oreja a oreja,
agitando en el aire sus inmensas mamazas arriba y abajo, abajo y
arriba, mientras agitaba sus caderas y hacia vibrar a cada golpe de
sus tacones sus perfectas nalgas con el tatuaje del sol enraizado en
una de ellas, caminando por el pasillo.

A los cinco minutos volvió, a su braga brasileña roja de licra le había


únido un corse fucsia que realzaban desde abajo sus liberadas y
magnificas tetazas en forma de gota de lluvia, sus pezones
extraordinariamente grandes apuntaban firmes al frente.

El criajo algo agotado, estaba sentado en la silla a la que había


llegado arrastrándose y subiendo torpemente.

Aquella diosa del porno, aquella playmate del año exuberante y


voluptuosa se plantó ante él y con una gracia, feminidad y elegancia
propia de Venus, se soltó la coleta del pelo sacándose la goma que la
sujetaba, y acomodándose los cabellos sueltos con ambas manos,
con su radiante sonrisa, sus ojos brillando como estrellas, y sus
brazos extendidos jugando con sus cabellos, tensionando su torso y
haciendo que sus tetazas increíbles rebotasen en el aire.
Aquella visión basto al niñato fofisano, para que boquiabierto se le
volviera a poner en marcha.

Yolanda sin dejar de sonreírle, conecto su teléfono al MPplayer como


la vez anterior de forma imperceptible para el chico, que solo tenía
ojos para las tetazas increíblemente perfectas de Yolanda, una
música lounge sensual comenzó a sonar.

Yolanda poniendo ojos de loba en celo, saco del estante una pieza
doblada de ropa, eran dos medias negras de seda transparente
combinadas con un dibujo de red en forma de grandes rombos.

Moviéndose al ritmo cadente y lento de la música Yolanda se


aproximó al criajo, fijando su mirada de perra lasciva en él subió
primero la pierna derecha, descalzándola de su tacón de verano, y
apoyo su delicado pie en el saliente de la silla despejado junto a los
testículos y la verga del niñato, que miraba fascinado con la boca
abierta, después de juguetear acariciando con sus delicados y
perfectos pies de uñas rojas los huevos del chico, con su elasticidad
de gimnasta alargo su pierna y procedió a ponerse la media negra
con redecilla integrada, muyyy lentamente calzando primero los
dedos deliciosos, subiendo luego por el tobillo, deslizándola
suavemente por sus gemelos hasta llegar a sus muslos, tensarla y
ajustarla a mitad de su majestuosa y estilizada pantorrilla, todo esto
sin dejar de mirar con sus oscuros y brillantes ojos al chico, que la
observaba como un hambriento mira la comida, volvía a poner su
precioso pie en el tacón de aguja de verano y procedió de igual
manera con la pierna izquierda, muyyyy despacio, sin dejar de mirar
con su miradas de diosa de la lujuria al niñato, marcando cada
detalle, cuando volvió a calzar el tacón izquierdo el chico tenía la
polla tiesa como el palo de una bandera y había empezado a
machacársela.

-        Espera, espera impaciente, ese es trabajo para mis pies...jajaja

Le recrimino Yolanda divertida, ante lo que el criajo soltó su polla


inmediatamente.

Yolanda se acercó a él, recogiendo su preciosa y larga melena


castaño oscuro tras su oreja, con un gesto de extrema feminidad, y
sosteniendo con sus delicadas manos una botella de aceite corporal,
lo inclino para bañar en abundancia, la verga erecta y dura del niñato
fofisano. Luego se sentó en el brazo del sillón más cercano, que
quedaba estratégicamente a la altura y la distancia para que con las
perfectas piernas estiradas de Yoli llegasen con los pies
perfectamente a la polla del chico.
Yolanda desde el sillón, estiro sus piernas y empezó a acariciar las
bolas y el principio del tronco aceitoso, con sus preciosos y delicados
pies enfundados en las rabiosamente sexys medias de seda negra con
rejilla, jugando con ellos, mientras no dejaba de mirar al chico
mezclando sonrisas de malicia, con humedecerse los labios o
mordérselos suavemente, sin dejar de masajear con sus increíbles y
sexys pies los testículos y el principio del tronco del chico.

No tardó mucho en deslizar sus preciosos pies por el tronco hacia


arriba, muy lentamente, moviendo sus bien cuidados dedos, como si
trepasen por la palpitante verga del criajo, que reclinado no dejaba
de jadear sorda y ostentosamente.

Cuando alcanzo el glande y el prepucio del niñato, sosteniendo la


cabeza de la polla como si sus pies fueran dos suaves y maravillosas
pinzas, se asió a cada lado de la misma con sus pies envueltos en
seda negra y rejilla y empezó a frotarlo, subiendo y bajando, bajando
y subiendo la piel, al tiempo que con sus dedos gordos de los pies
frotaba el glande aceitoso.

-        Ooooooohhhh…..oooooohhhhh…..

Empezó a gemir de placer el chico, cerrando los ojos y tirando la


cabeza hacia atrás, mientras Yolanda intensificaba la fricción,
sintiendo el calor y la palpitación de la polla del chico por toda la
superficie de la palma de los pies, mientras el chill out lento y sensual
llenaba el ambiente.

-        Te gustaaaa neneeee….te gustaaaa…. Dimeeee cuanto te


gustaaaa…..huuuummm

Susurraba provocadora y lascivamente Yolanda, poniendo mirada de


zorra cachonda.

-        Siiiii……ooooohhh…….siiiiii….ooooohhh…..

Exclamaba entre gemidos el chico reclinado, con la cara demacrada


de placer cerrando los ojos y agitándose levemente en la silla.

Una, dos, tres canciones de chill out lento y sensual iban sonando, y
Yolanda no dejaba de frotar y pajear con sus dedos enfundados en
aquellas medias negras transparentes con rejilla la verga palpitante
del criajo, que brilla bañada por el aceite y el líquido preseminal,
Yolanda concentro la presión de sus dedos preciosos y aumento el
ritmo de la fricción salvajemente.

-        Oooohh…..aaaahhh…aaahhh…ooohh
Empezó a convulsionarse el chico moviendo todo el cuerpo como si
temblase, justo antes de estallar corriéndose, la primera ráfaga salió
despedida al cielo, como cuando explota un pozo de petróleo,
cayendo sobre la silla y el suelo, las siguientes ráfagas no tan altas,
cayeron todas sobre los pies femeninos y cuidados de Yolanda
cubriendo con su blanca y pegajosa cremosidad las medias negras
transparentes con rejilla.

Yolanda con mucho cuidado de que no cayeses ni una gota de leche


humana, retiro los pies de la polla del niñato que empezaba a perder
fuerza. Mirando fijamente al extasiado y exhausto criajo, haciendo
gala de su espectacular flexibilidad y agilidad atlética, tomo primero
el pie derecho y muy lentamente paso su lengua sobre la media
negra de rejilla, chupando todo el semen del niñato, cuando hubo
acabado bajo lentamente el pie derecho y subió el izquierdo para
repetir la acción a la misma velocidad, tragándose el semen cálido y
dulzón del chico, sin dejar de mirarle fijamente con su mirada más
lujuriosa.

-        Huuuummmm…. Que rica esta tu leche…neneeee…

Pronuncio Yolanda con voz de niña mala ante la estupefacción


devocional del chico, que estaba tan satisfecho y excitado, que volvió
a ponérsele el rabo morcillón.

Después Yolanda bajo del sillón y sin dejar de sonreír se puso el


albornoz blanco y le lanzo al chico las llaves de las esposas.

-        Ya sabes los que tienes que hacer, nene, diez minutos, ni uno
más ni uno menos…por cierto para la próxima recompensa se
admiten, peticiones de fantasías, ropa, etc.., pero yo pongo el límite
y las reglas. ¿Estamos?

Dijo risueña Yolanda mientras salía del cuarto de estar, y el chico


exhausto y con rostro de feliz bobalicón afirmaba con la cabeza.
Como iba a jugar con sus juguetitos, cuando el criajo se hubiera ido,
pensaba Yolanda camino de su dormitorio y su baño.

Yolanda respiraba hondo, se miraba al espejo y se concentraba como


nunca en su vida para controlar su desbordante libido, en el trabajo,
en la calle o en cualquier otra circunstancia que notase el gusanillo,
volvía a controlarse, para mantenerse fría y distante sin abandonar
su natural talante risueño y cordial.

Por otro lado, presionaba al criajo, para que hiciese avances en la


desviación del camino de la niñata mal criada.
“Es muy difícil, no quiere volver a casa más allá de las 01:00 de la
mañana, dice que así ya rompe las reglas, pero que su madre hace la
vista gorda, pero volver al amanecer de fiesta como dices tú….me
está costando, da igual lo que bese, manosee y sea cariñoso con ese
orco de Belén…no cede”

Le escribía el chico.

“Ponle celosa, habla con alguna de sus amigas o conocidas, que sí


que llegue al amanecer a casa, compárala con ellas, y si no así, dile
que ellas te gustan más porque quieren vivir, plantéale sin mucha
agresividad, que no sientes que tú seas lo suficientemente importante
para ella, que todos vuestros sueños pueden volar…”

Le contestaba Yolanda.

“Joder, no es tan fácil, y además yo en casa tengo movidas atómicas,


es el segundo curso en que no apruebo nada, y voy a mi puta bola, el
otro día mi padre me soltó una hostia, y los dos me han amenazado,
que si este año no saco al menos la mitad del curso, me mandaran a
una universidad militar a la otra punta del país….”

Se lamentaba por el chat el niñato fofisano.

“Tus movidas, no son de mi incumbencia, si no mejoras en tus notas


es porque no trabajas, o porque no tienes la capacidad, porque
tiempo tienes de sobra para perderlo en otras cosas. Y que tus
padres no te den suficiente dinero, está solucionado con la pasta que
te doy yo...ya sabes, que si no hay avances no hay recompensas, y
esta vez, tu podrías proponer algo, pero no creo que pase” .

Escribió Yolanda mosqueada.

“Si, si, si…lo lograre, si por favor, que me muero de ganas de volver a
tener una recompensa contigo…quiero follar esa es mi propuesta”

Respondió por el Chat el criajo, provocando una reacción de


desprecio de Yolanda, que básico.

“Lo siento la evolución de actividades sexuales las marco yo, y estas


lejiiiiiiisimoooos de poder tener lo que pides…sin que cambie mucho la
forma en que lo hacemos, puedes proponer cosas como lencería,
roles, no sé…piensa…pero sin avances, NO HAY NADA”

Escribió Yolanda, acabando tajantemente la conversación, algo


enfurecida.
El chico capto el mensaje, siguiendo casi al pie de la letra las
indicaciones de Yolanda, hizo reaccionar a la criaja pecho plano y culo
carpeta. Y la semana que Belén pasaba con ellos, Sergio alerto a
Yolanda que pensaban salir hasta el amanecer y devolverla a casa a
la seis de la mañana, la madrugada del viernes al sábado.

Yolanda tuvo que armar bien un ardid, para que Vicente pillase a su
hija al día siguiente tan temprano, usando su maquillaje con mucha
sutileza, se presentó en el dormitorio de Vicente que parecía una
lavandería gracias al ruido infernal de la máquina de la apnea, a las
cinco y cuarenta y cinco de la mañana, justo cuando por Telegram el
niñato le indicaba que iban a dejarla en la casa, con una cara
demacrada (cuanto una diosa preciosa puede estarlo) por el
maquillaje, le conto a Vicente que algo del marisco de la cena le
sentó mal y estaba toda la noche  de vómitos y mareos y no
mejoraba, que había que ir a urgencias. El pobre idiota derechón se
tragó el anzuelo sin más.

La jugada salió redonda, vestidos y por el pasillo camino del coche, se


abrió la puerta y con mucho sigilo entro Belén, disfrazada con su
nueva ropa de putón verbenero y su cara llena de maquillaje como un
loro, para darse la vuelta con cuidado y encontrarse con el rostro
encendido y colérico de su padre como un Cronos caníbal, que estallo
en gritos como era en él habitual.

Su hija como una puta cualquiera de la noche llegando al amanecer,


ella que tenía prohibido salir más allá de las doce de la noche, como
las chicas decentes, y vestida como una furcia, y maquillada como
una cabaretera, y fumando como una ordinaria, cuanto más gritaba
Vicente, más le replicaba la criaja a los gritos, obligando a Vicente a
contener el impulso de levantar la mano y abofetearla, la cría lo
condujo por los mismos vericuetos de siempre, ya era mayor, todos
lo hacían, su madre la dejaba, él era un vejestorio, un dinosaurio, y
lo dejaba hacerlo o apoyaría a su madre para que tuviera la patria
potestad única, lo dejaba en medio de la furia con la palabra en la
boca y se iba muy ofendida a su cuarto.

Mientras Yolanda, en medio de la discusión había avisado que se iba


al baño, para poder regocijarse en su victoria, al rato de acabada la
discusión Vicente entro en su cuarto pidiendo disculpas ella estaba en
la cama, le dijo que había vuelto a vomitar y que prefería ver si
pasando el día en la cama mejoraría, así que Vicente la dejo allí,
saliendo de la habitación con su cara de volcán a punto de estallar.

Al día siguiente y durante la semana, era Vicente quien no dejaba de


sacar el tema, que si las chicas de hoy, que si las de su época, que si
el respeto al padre, que si su niña no podía exponerse así, que sí que
iban a pensar sus conocidos y amigos en su círculo social de alto
standing, esta vez Yolanda, le daba la razón de forma
despreocupada, pero ayudando a erosionar la imagen de la criaja
ante su padre, y a alertar del peligro de mancha reputacional, lo
único que  en verdad le importaba a Vicente, él no quería a nadie,
nunca lo había hecho, solo se quería a sí mismo, como buen derechón
conservador.

El chico hizo una petición aceptable, quería enrollarse con Yolanda,


con esta vestida de ejecutiva, como iba a trabajar habitualmente, se
lo había imaginado muchas veces, cuando estaba allí con Belén, al
principio de salir con la criaja. Así que Yolanda acepto y lo convoco el
sábado como las veces anteriores, después de aconsejar a Vicente
pasar todo el día en el club de golf para despejarse de las
decepciones y disgustos que le daba su hija.

Se cumplió a la perfección el mismo procedimiento que el de otras


recompensas, salvo porque Yolanda lo recibió envuelta en una
gabardina negra que le llegaba a los tobillos, junto a sus gafas de sol
y su preciosa melena castaño oscura recogida en un moño encima de
la cabeza y sostenida por una pinza para el pelo.

Como siempre Yolanda lo condujo hasta la sala de estar con total


seriedad y rigurosidad en sus gestos y ademanes, allí le registro ropa,
cartera y móvil procediendo a apagarlo y dejarlo todo en el baño de
invitados, no sin antes volver a darle las esposas, para que se
esposase manos y pies.

Después volvió a la sala de estar y le indico que se sentase en el


sofá.

-        Estoy muy contenta con tu trabajo de esta semana, así que
seré generosa dentro de mis límites.

Dijo Yoli sonriendo cordialmente, mientras se quitaba sus gafas de sol


y se abría la gabardina parsimoniosamente para dejarla en el sillón
cercano. Después dirigió muy sensualmente sus delicadas y
femeninas manos a la parte posterior de su cabeza y abrió su pinza
del pelo, agitando su cabeza con un movimiento sexy de su cuello,
dejando que toda su melena, sedosa y brillante alisada hasta las
puntas, cayera de forma natural, recuperando su posición normal,
como dos maravillosas fuentes de cabello que surgían de la raya del
medio de su cabeza cayendo por sus puntas hasta la mitad de su
espalda, sus cejas finas y de arco perfecto, sus pestañas largas y
rizadas, una sombra de ojos gris azulado difuminado, que realzaba el
brillo deslumbrante de sus ojos oscuros y vivos,  sus perfectos y
redondeados pómulos con la brizna justo de colorete, sus jugosos
labios con pintalabios rojo burdeos húmedo y su sonrisa ocultando
con su belleza hasta la luz del sol, sobre aquel delicioso mentón.
Unos pequeños brillantes colgaban de sus preciosas orejitas, un collar
a juego en su cuello, una pulsera en la mano derecha y otra en la
izquierda, un anillo en la mano contraria al de la alianza y todas las
piezas también a juego con los brillantes de las orejas, vestía un falda
de tubo negra cuatro dedos por encima de las rodillas, blusa de seda
saten rojo burdeos y chaqueta a juego con la falda cuyos faldones se
abría por debajo de los riñones, unas medias negras de seda
transparentes (su tipo y color de medias favoritas) y unos zapatos de
tacón de aguja negros con suela roja.

Se adelantó unos pasos hacia el criajo, que la miraba con la boca


abierta y los ojos como platos, una mirada de devoción y obsesivo
deseo.

-        ¿Bueno que te parece?

Pregunto risueña y divertida Yolanda dando una vuelta sobre sí


misma, con su sonrisa divina de oreja a oreja.

-        Espectacular…eres un sueño…un sueño…solo hago que buscar


tías que se te parezcan en internet, pero no encuentro nunca
ninguna, que este más buena que tú…eres una diosaaaaa.

Decía el chico hablando como hipnotizado, sin quitarle la vista de


encima y tocándose su verga morcillona.

-        ¿Bueno que quieres que hagamos?

Pregunto Yolanda adelantándose.

-        Ven aquí, por favor, siéntate a mi lado y déjame que te meta
mano sobre y entre esa ropa de ejecutiva…por favor.

Dijo el niñato Fofisano, temblando de deseo y ansiedad.

Ella jovial y risueña se acercó sonriente hasta que se sentó junto al


chico, sin dejar de sonreír acomodándose el pelo hacia atrás con un
leve movimiento de cabeza.

El criajo respirando profundamente y mirándola fijamente,


completamente desnudo con su piel blancuzca y su vientre flacido, se
abalanzo lentamente sobre ella, que se reclino en el sofá para dejarle
hacer.

Sergio lanzo su boca a su cuello, y por detrás de las orejas, Yoli subió
la barbilla para evitar que él la besara. Las manos del criajo por
debajo de la chaqueta, se aferraban con sus manos a la carne de
Yolanda como dos abrasadoras garras, subiendo desde su cintura,
apretando sus caderas, su precioso y definido abdomen, sus tetazas
perfectas bajo su wonderbra, sin que la cálida y nerviosa lengua del
niñato dejase de lamer todo su cuello, y jugase con la punta de su
lengua con el lóbulo de las orejas de ella.

-        Uuuuuhh….oooohhhh…neneeeee…que hambreee


tieneeeesss……

Disfrutaba Yolanda, abandonándose al deseo insaciable que


despertaba en el criajo, el cual a cuatro patas sobre el sofá, se
abalanzaba sobre su cuerpo intentando saciar su deseo por ella.

Yolanda alargo una de sus femeninas manos y agarro el rabo grueso


e inerte del niñato, empezando a pajearlo acompasadamente,
adelante y atrás, atrás y adelante.

-        Oooooohhh...siiiii…que rica estaaas…..hueles como


Dioooosss….y que piel tienes tan suave y perfecta, ni blanca, ni
demasiado morena….perfectaaaaaa..ooooohhh…. sluurp….sluuurp….

Seguía el chico chupándole el cuello, arrugándole la blusa rojo


burdeos y apretando todas sus firmes curvas por encima de su ropa,
en un momento dado bajo sus manos y las metió bajo su falda entre
la tela y los muslos vestidos con las medias negras transparentes de
seda, apretándolos con todas sus fuerzas con sus dedos  como
garras, jugando con las bandas del ligero mientras remontaba los
muslos, empujando la falda de tubo hacia la cintura.

-        Ooooohh..

Se convulsiono Yolanda, al tiempo que bajo la cabeza y el niñato


aprovecho para morderle el delicioso mentón, chupándolo como si
quisiera absorberlo. Haciendo que Yolanda lo agarrase con la mano
libre y volviera a bajar su cabeza, que cayó sobre lo alto del pecho
que la blusa abotonada hasta arriba dejaba a la vista y sobre el que
el criajo lanzo su cálida y húmeda lengua, mientras sus manos habían
recogido toda la falda de tubo en la cintura de Yolanda, dejando a la
vista su ligero negro y su tanga negro de encaje bordeado por una
banda azul de licra, el niñato empezó a amasar y a apretar con
violencia de deseo las nalgas perfectas, esféricas, morenas y fibrosas
de Yoli, que no dejaba de pajearle acompasadamente adelante y
atrás, atrás y adelante.

-        Oooooohhh….que culo tieeeeneess.., es perfectooo…perfecto…


grande y espectacularmente redondo y respingoooonnn…ereeeeess
perfecta te deseooooo…ooooohhhh.
Gemía y jadeaba el chico, intentando besar a Yolanda en la boca, que
volvía a apartar la cara, aumentando el ritmo de la paja, y
paralizando al criajo en seco que volvía a abrir la boca.

Que bien le estaba amasando el culo y por cuanto rato, subía de la


parte superior del pecho y volvía a chuparle y lamerle todo el cuello,
detrás de las orejas, los lóbulos, Yolanda sin bajar la cara cerraba los
ojos y se abandonaba a aquel placer, sintiendo como lentamente su
raja se empapaba.

Cuando Sergio quedo saciado de su culo, dirigió sus manos de nuevo


a la blusa, mientras Yoli intentaba sacarse la chaqueta, ante la
evidente maniobra del chico, que paro en seco y le impidió sacarse la
chaqueta sin hablar con una mirada suplicante, Yolanda dejo de
intentarlo, y el niñato con las manos temblorosas empezó a
desabotonarle la blusa roja burdeos, solamente hasta que quedo
completamente a la vista su wonderbra negro de encaje con bandas
azules de lycra.

-        Oooooohhhh….

Exclamo con total sinceridad el chico, como quien está ante un


manjar que lleva toda la vida deseando comer.

Dirigió sus temblorosas manos hacia la teta derecha y metiendo una


de ellas entre la tela del wonderbra, la extrajo del mismo abriendo
mucho la mano para apenas poder sostenerla con aquella gran areola
oscura y aquel pezón más grande de lo normal. El criajo se lanzo
sobre ella como un tiburón, agarrando entre sus labios el pezón y
empezando a chuparlo como si estuviese sediento y quisiera mamar
de él hasta saciarse.

-        Huuuuummmm…..oooohhhhh…..

Cerro los ojos Yolanda, convulsionándose lentamente, notando como


los escalofríos de excitación sexual recorrían su espalda y
electrificaban todo el cuerpo, el chico alternativamente lamia y
lanzaba chupetones a toda la superficie perfecta, esférica, suave y
turgente, de aquel melón jugoso de talla de copa E.

El chico paro un momento, volvió a lamer el cuello precioso de


Yolanda, adornado por el collar de brillantes, con las dos manos saco
la mamaza izquierda, de Yolanda, cayendo sobre ella igual que había
caído sobre la derecha, devorándola con deseo salvaje, provocando
en Yolanda oleadas de placer que cerraba los ojos, y notaba su raja
empapada y ardiendo.
-        Ooooooohhhhh…..si neneeee…siiii lo haces muy
bieeeenn….ooooooohhh.

Se retorcía de placer  Yolanda escurrida en el sofá, cerrando los ojos


y notando en su femenina mano palpitar la polla gruesa del criajo, el
cual intentando juntar ambas mamazas para meterse en la boca los
extra grande pezones de Yoli  a la vez, descubrió el cierre delantero
del wonderbra, abriéndolo con gran jubilo y desplazando su tela hacia
los lados, y lanzándose con su lengua a devorar el canalillo,
sosteniendo las mamazas cuanto apenas por el lateral para
enterrarse entre ellas.

-        Jajajaja…..neneeeee…oooooohhhh…

Se rio divertida Yolanda ante la maniobra, antes de gemir de placer,


al notar como el chico había metido a duras penas sus grandes y
graníticos pezones oscuros en su boca y los mordisqueaba con
pasión.

Yoli soltó la polla del criajo, estiro los brazos y se llevó las manos a la
nuca, tensando su pecho  e irguiendo aún más sus inmensas y
perfecta gotas de lluvias, que estaban hinchadísimas,  mientras el
chico con un movimiento pélvico instintivo le golpeaba la raja por
encima del tanga, mientras amasaba, mordisqueaba, chupaba y
mamaba ambas tetas con desesperación y locura.

Un primer calambre aviso a Yolanda, sus tetazas se estaban cargando


de su ocasional liquido lactante, si el niñato lograba ordeñarla, ella ya
no podría contenerse y se lo follaria, al primer latigazo, se sumó una
segundo, un tercero…

-        Vaaaaamoos….vaaamoos…a cambiar de postura nene…corazón.

Pero el chico aferrado a ella y a sus tetazas como un vampiro no


cesaba, ni escuchaba, Yolanda se incorporó empujándole en el pecho,
lo suficiente para que el parase, ella con el rostro demudado por el
placer respiro hondo y se recompuso.

-        Recuerda mis reglas.

Dijo severa, al tiempo que le hacía sentarse  a su lado, se colocaba la


melena, agitando su cuello con aquel gesto tan femenino y grácil.
Sentados uno junto al otro al borde del sofá, llevo las manos del
niñato a sus tetazas, una por el costado y la otra por detrás de la
espalda hasta alcanzar su lateral, mientras ella por el hueco metía su
delicada mano derecha y empezaba a pajearlo con fuerza, adelante y
atrás, atrás y adelante, intentando que se corriera cuanto antes.
Pero nada, el criajo apretaba y pellizcaba con tal fuerza sus perfectas
y circulares mamazas, amasándolas, y las sacudidas de placer no
dejaban a Yolanda pajearlo con la intensidad requerida,
interrumpiendo el ritmo, y la cosa empeoro cuando al rato el niñato
bajaba la cabeza y sosteniéndolas por abajo como podía devoraba
brutalmente, primero una tetaza y luego la otra chupando y
absorbiendo como si quisiera absorberla entera, las descargas que
presagiaban la lactancia ocasional volvieron.

Yolanda tenía que hacer algo, primero le cogió una de las manos y la
metió dentro de su tanga, dirigiendo los dedos del criajo a su
empapada raja.

-        Oooooohhhhhh….que calieeeenteeee……lo hago bien, lo hago


biieeennnn.

Preguntaba el niñato poniendo cara gratamente sorprendido,


metiendo y sacando los dedos en la raja con gran placer.

-        Asiiiiii….asiiiiii…..nene….assiiii…déjame que te enseñeeeee…

Respondió Yolanda guiando con su mano los dedos del criajo, para
que frotase la pared superior de la raja donde estaba el clítoris, al
tiempo que le enseñaba a hundir sus dedos corazón e índice hasta su
segunda falange en su raja empapada y ardiente.

-        Siiiiiii….neneeee….siiiiiiii….sigue asiiiii…no pareeeesss….sigueee


no hagas nadaaaa distintooo….ooooooohhhh

Gemía de placer, cuando consiguió que el chico encontrase el punto


perfecto para masturbarla, aumentando aún más el ritmo de pajearle
con su femenina mano, arriba y abajo, abajo y arriba.

Pero el chico aún tenía libre la otra mano que no dejaba de amasar
con terrible placer sus mamazas y de succionarlas con su boca, la
leche estaba a punto de emerger y ella perdería todo el control.

Con la mano libre agarro al criajo por el pelo y lo subió hasta su boca,
ahogandole en un terrible beso francés, enroscando su lengua con la
del niñato, y mordiéndole los labios, enroscándose tan salvajemente,
que la mano del chico en la raja de Yolanda intensifico el ritmo.

-        Oooohhhhh ……uuuuuhhhh….siiiiiiiii

Aulló de placer Yolanda echándose hacia atrás, empando la mano del


chico, su tanga y el suelo con el chorro de su corrida, sin dejar de
despellejar la polla del criajo, que roja a punto de explotar palpitaba,
mientras la suave mano de Yolanda la pajeaba, adelante y atrás,
atrás y adelante…

-        Me corroooo, me corrooooo….me quiero correeeerrr encimaaa


tuyooo….por favoorrr…..

Grito el chico medio encorvado, mientras Yolanda convulsionada aún


se recuperaba de su propio orgasmo.

Yolanda afirmo con la cabeza entre resoplidos, soltó al chico, que


andando torpemente por las esposas y con la polla en ristre como
una lanza, apunto sobre Yolanda que se sentó al borde del sofá
mostrándose dispuesta a recibir las descargas del chico como era su
fantasía.

El niñato sin dejad de sacudírsela brutalmente agarro su verga,


apuntando a Yolanda como si fuera una manguera.

-        Oooooooooohhhhh….siiiiiii…..ooooohhh…

Estallo de placer al correrse, balanceándose de derecha a izquierda,


regando de lado a lado a Yolanda con sus ráfagas, la cual permanecía
con los brazos abiertos sonriente y divertida recibiendo la simiente
cálida y lechosa del criajo sobre sus tetazas, blusa, chaqueta, falda y
medias, nada que la tintorería no pudiese limpiar.

Al acabar el niñato pidió una segunda ronda, pero de forma muy


tajante y seria, Yolanda se opuso, todo aquello había sido demasiado
intenso, tenía diez minutos para irse como siempre, y debía aplicarse
más, a pesar de sus propios problemas, la cosa con la criaja debía de
volver a subir de nivel, para que así subiesen también sus
recompensas.

Como una serpiente pérfida, Yoli iba deslizando en la mente de


Vicente la idea del peligro de un embarazo adolescente no deseado,
viendo realities con esta temática precisamente cuando se sentaban
en el sofá, sin decirle nada para que el tema entrase solo en su
mente, comentándole alguna noticia de poca sustancia, pero junto a
otra que hablaba del tema, hablando con su amiga Verónica por
teléfono a voz en grito, sobre alguna amiga de la adolescencia que se
quedó preñada en el instituto, etc…Alguien inteligente se habría dado
cuenta, de que eran demasiadas coincidencias y que lo estaban
manipulado, claro, alguien inteligente, ese alguien no era Vicente.

Y cuando su jefe de recursos humanos le planteo, orden que él había


dado al mismo para estos casos, el despido de una mujer cuya hija
adolescente había quedado embarazada sin desearlo y habían
apoyado a la hija para abortar. El pánico despertó en la mente de
Vicente, aquella cría era   un año mayor que Belén.

-        Imagínate, Imagínate, Imagínate, que escándalo, ahora que


sale de noche, si le da por tener sexo, los chicos solo piensan en eso,
como es normal, imagínate que la embarazan, que escándalo, que
bochorno, que mancha, porque desde luego como va a abortar, que
dirán de nosotros, me tirarían de la Iglesia, que escándalo en la
prensa, como iba a quedar mi reputación y forzar al mezquino
responsable a casarse con ella….

Parloteaba pálido y sudoroso en el sofá Vicente sosteniendo un vaso


de agua.

-        Eso sí, sabe quién es el padre…que todo podría ser.

Decía en voz alta Yolanda, como distraída, ojeando una revista con
las piernas dobladas y los pies encima del sofá, en una pose recogida
muy sexy, con unas mallas rosas cómodas y ajustadas.

Vicente la miro aterrorizado, resoplando y marchándose hacia el sofá.


La semilla ya estaba plantada.

“Tienes que tirártela, tenéis que tener sexo y ha de ser aquí, donde
puedan quedar pruebas, pero cuando no estemos nosotros” 

Le escribía Yoli por el chat al niñato.

“Pone mucha resistencia, con sus rollos románticos y lo de hacerlo


por primera vez en un viaje especial y eso, además no me apetece
nada, me da mucho asco, hasta besarla, tengo que cerrar los ojos y
pensar en ti”

Respondía por el chat el criajo, suscitando la sonrisa de vanidosa


aprobación de Yolanda.

“Hazlo como quieras, tienes que tener relaciones con ella, y yo


necesito pruebas, sino no habrá más recompensas…sobre todo ahora
que van a subir de nivel”

Respondía retorcida Yolanda, al tiempo que a los cinco segundos se


borraban los mensajes.
“ Si, si, hare lo que me pidas aunque me repugne…después de estar
contigo, cualquier tía, es nada, eres una diosa maciza y me muero de
ganas de tener mi recompensa”

Leía Yolanda sonriente embebida de su vanidad.

En medio de estas presiones y estos temores de embarazos


indeseados implantados en la mente de Vicente, estallo otra bomba,
Yolanda se frotaba las manos y sonreía de placer por dentro sin
expresar nada, sus planes de derribo de la criaja iban viento en popa.

Como las notas no hacían más que empeorar y los suspensos ya eran
más que los aprobados, en el colegio la habían obligado a ir a la
psicóloga y orientadora del mismo, siguiendo con las instrucciones de
Yolanda, Sergio la había predispuesto contra la misma, y las faltas y
los encontronazos con la psicóloga eran muy fuertes.

Una tarde de aquella semana, en el pub donde quedaban los chicos,


Belén había encontrado a Sergio hablando con una compañera, en
apariencia bastante inocentemente, pero ella se estaba insinuando
claramente.

Cuando Belén apareció, Sergio dejo a la chica con la palabra en la


boca, envolviendo a Belén con sus zalamerías, y sus torpes cortesías,
y baboseos, con el objetivo de conseguir el sexo, que le daba el
billete para disfrutar de Yolanda, el abandono inmediato había
salvado a Sergio, pero no aquella zorra.

Al día siguiente en el elegante y bajo nivel colegio privado, Belén


espero a la chica y le atizo con uno de los palos de golf que le había
comprado su padre años atrás, con los que era tan negada como su
padre, dos fuertes golpes a traición, dentro de las instalaciones,
insultos y gritos de zorra, puta, furcia…loca de ira y de celos, le
rompió a la chica, la nariz y la ropa.

Vicente llego ese día a casa hecho un basilisco, la habían expulsado,


la primera entre los hijos de sus acaudalados e influyentes “”amigos””
que era expulsada del colegio por violencia. Qué pensarían de ella, y
lo que es peor, que pensarían de él, lo más importante y lo único al
fin y al cabo para Vicente.

Por lo visto al principio su ex, la madre había hecho frente común con
Vicente, pero ante la retahíla de insultos, voces, y amenazas
melodramáticas cargadas de retrogrado machismo y el arte
manipulador, que ya conocía tan bien ejercer Belén. La madre se
había puesto de su lado, y la amenaza de la patria potestad había
vuelto a poner a Vicente entre la espada y la pared, hecho una furia
enfurecida del infierno, echando fuego por todos los costados, pero
resignado, aunque las miraditas, y los comentarios en círculos
sociales, restaurante y el golf de ese sábado, empezó a hacer que por
primera vez hablase con desprecio y odio de la niña y sus caprichos,
estaban en el camino, pensó complacida Yolanda.

“ He conseguido que me haga una mamada, ha costado lo suyo y


aunque pensaba todo el rato en ti, me ha dolido, me rascaba con los
dientes”

Le escribió el niñato al día siguiente, provocando la risa risueña de


Yolanda, y las miradas de extrañeza y adoración en la oficina.

“¿Solo una mamada?”

Pregunto maliciosamente Yolanda.

“ Bueno alguna más…pero siempre raspa con los dientes….yo creo


que como insisto tanto en hacerlo, accede a mamármela para que me
relaje y desista….aunque siempre que me la mama, cierro los ojos y
pienso en ti”

Volvió a escribir el criajo.

“Tú no tienes ni idea de lo que sería, que yo te la chupase, ni idea…


seria el máximo placer que has tenido nunca, no te lo puedes ni
imaginar, lo que sería sentir mi gran, cálida y húmeda lengua
masajeando tu glande lentamente, mis suaves labios devorando tu
verga centímetro a centímetro…¿te gustaría sentirlo?”

Respondió cargada de intención Yolanda.

“Si, si, si….por favor si, si, si….”

Contesto el criajo, que despedía la misma ansiedad por escrito que


cuando estaba con la diosa morena de curvas macizas que era
Yolanda.

“Pues aún estas lejos de ese nivel, y creo que nunca llegaras, si no te
la follas y me dejas un condón con pruebas, pringao”

Escribió con sorna Yolanda.

“Joder, es muy difícil, y no solo me da asco tocarla, es que empieza


con sus rollos, románticos, y que, si la primera vez al final de curso
en un viaje y no sé qué, y llora y la lía…no sé qué más hacer”

Respondía quejoso Sergio.


Yolanda se rasco la barbilla, y se le ocurrió algo:

“Está bien dile, que se deje dar por culo, que tú eres un hombre
joven, que tus amigos lo hacen con sus novias y tú no puedes
esperar, tontea con alguna, más mayor que ella, no la vaya a liar,
que te deje al menos una vez con condón que resbala más, con
mucha vaselina, crema y eso y que, si le duele, te esperaras al final a
su desvirgamiento romántico”

Le escribió Yolanda, con gesto serio.

“Si claro, no se deja follar, se va a dejar dar por culo”

Contesto sarcástico Sergio.

“¿Que pasa no te atreves o no sabes?”

Replico Yolanda.

“Sí que sé cómo hacerlo, solo tengo que pensar en ti y se me pone


como una piedra y gorda como un burro, luego mucho lubricante y
empujo…”

Contesto el niñato.

“Pues ya sabes, necesito el envoltorio y un condón lleno con tu


semen en una de las papeleras de casa, y su caja de condones
correspondiente en el cajón de ella…sin ello, no hay más
recompensas, apáñate como quieras, adiós”

Corto estrepitosamente la conversación Yolanda, sin dejar al chico


contestar, cerrando y bloqueando el chat, que se vacío a los pocos
segundos.

Durante un par de días Yolanda temió que el chico no lo consiguiera,


debido a su silencio.

Ya estaban en la semana que Belén pasaba en su casa, cuando una


tarde le comunico que lo había conseguido, la chica se dejaría
penetrar analmente. Yolanda le dio las debidas instrucciones, debían
hacerlo en la casa cuando ellos no estuvieran, dejar la caja de
condones en el cajón de ella y tirar el condón atado y su envoltorio
en la papelera del baño de invitados. El criajo le indico, que lo harían
el jueves por la tarde antes de salir, cuando ellos estuvieran
trabajando, le diría a Belén que él lanzaría el condón usado fuera de
la casa y lo dejaría en la papelera del baño de invitados, dejando el
paquete de condones en la mesita de noche de la criaja. 
“ Joder, joder, joder….como me duele….y ella, ella gritaba como una
loca…y lloraba sin parar, hemos quedado que nunca más, menos mal
que me la ha mamado mucho antes, y a pesar de raspar, como no he
dejado de pensar en ti, he podido correrme a pesar del dolor, pero
como me duele, no sé ni en qué postura ponerme, como me
dueleee….aaaayyyy”

Leía Yolanda entre carcajadas, lo que estaba dispuesto el criajo a


hacer para poder gozar de su cuerpazo, pensaba satisfecha Yolanda
camino de casa, preparada para montar una escena, esto marchaba.

Yolanda entro y Vicente ya estaba en casa, sentado en el sofá del


salón mirando la tele tranquilamente, perfecto, perfecto pensaba
Yolanda, que fue a cambiarse y ponerse cómoda, intercambio algún
comentario con Vicente, yendo de aquí para allá, y cuando considero
el momento adecuado, se dirigió al baño de invitados, con la excusa
de cambiar las bolsas de basura de las papeleras de los sanitarios.

-        ¿Qué significa esto, Vicente?... ¿Qué significa esto?...

Apareció Yolanda con la cara demacrada y el gesto compungido,


llevando en la mano la bolsa de sanitario recogida como mostrando el
contenido, un gesto no demasiado compungido, pues su templanza
habitual era demasiada y una representación demasiado histriónica
no parecería para nada verosímil.

-        De que hablas, Yolanda, no sé de qué me hablas.

Contestaba sinceramente sorprendido Vicente.

-        De esto te hablo...de cómo has traicionado nuestro amor…

Respondía Yolanda, mientras sus falsas lágrimas recorrían sus


mejillas, corriendo su elegante maquillaje y emborronando sus ojos
con el rímel, empezando a gemir al hablar.

-        De que me hablas, yo, yo, yo…. no he hecho nada.

Contestaba estupefacto y asombrado Vicente.

-        Encima de mentirme, me tratas de estúpida……

Decía firmemente Yolanda, mientras sus lágrimas falsas corrían a


cientos por sus mejillas, al tiempo que se acercaba con ademán
violento a Vicente y le mostraba el contenido de la bolsa de plástico
dentro de la papelera sanitaria del cuarto de invitados.
El rostro de Vicente demudo a la estupefacción, tornándose
completamente blanco, con los ojos bailando como buscando excusas
por los rincones.

-        Yo, yo, yo…..eso es un condón usado….pero, pero, pero….yo no


tengo nada que ver, nada que ver….Yolanda, por favor.

Respondía balbuceando el derechón estúpido.

-        Encima continuas, tratándome de estúpida, pensabas queee…


queee…no lo descubririaaaa….destruyendo nuestro
amooor….uuuhhuuuhh

Interpretaba Yolanda el papel de esposa ultrajada.

-        De verdad Yolanda, te lo juro, que yo no te he engañado, ese


preservativo no es mío…

Contestaba sofocado el zafio y arruinado cincuentón.

-        Entonces de quien, ¿de quién es?

Interrogo exigente Yolanda, mostrando los restos del envoltorio


donde podía verse la marca, para después dejar pasar un silencio
desvelador, mirando fijamente a los ojos a su desgraciado esposo,
esperando incentivar así en él su respuesta.

El silencio funciono, el rostro de Vicente, se tornó en una mueca de


horror contenido, levantándose fue directamente a la habitación de
Belén, subiendo las escaleras rápidamente, seguido a la distancia
estratégicamente por Yoli.

No tardó mucho en descubrir en un cajón de la mesita de noche, la


caja de condones, girándose rápidamente a Yolanda para cotejarla,
con los restos del condón usado.

-        Nooooooooooooooooo.

Estallo el retrogrado y decadente viejo derechón en un relincho de


desesperación. Para después bajar a toda prisa maldiciendo todo el
camino, rojo de ira, tirando sapos y culebras, seguido por Yolanda,
que le pedía perdón por haber dudado de él en una estupenda
interpretación, aunque en su mente solo tenía espacio para su hija, la
criaja.

La llamo hasta diez veces seguidas, sin conseguir que le cogiese el


teléfono, a la décima se lo cogió, y entre furiosos gritos le ordeno que
volviese inmediatamente a casa, ella se negó y llego una hora más
tarde.

La escena fue de una ferocidad enorme, gritos sobre gritos, Yolanda


lo observaba todo desde la distancia, deleitándose por dentro, pero
con rostro de sorprendida por fuera.

“Que si ella ya es una mujer, que esta liberada y moderna, y que usa
medidas anticonceptivas, etc…etc…”, ante lo que Vicente enrojece
hasta la erupción, diciéndole que no consentirá que su hija sea una
zorra, que quien es el tío. Ahí Yoli pensó que pasaría lo peor, que
delataría al niñato fofisano, pero ella para defender a Sergio, (hasta
ese punto el criajo podía manipularla a su antojo) dijo que tenía
relaciones con los hombres que quería, que ya tenía dieciséis años y
era legal, lo dijo con tanto arrojo, desparpajo, soberbia y prepotencia,
que el derechón colérico y machista de Vicente le cruzo la cara por
primera vez en su vida.

La cría, vestida como una choni sin curvas y sin gusto, se levantó
entre lágrimas y gritos, corriendo a la puerta de casa sin recoger
nada de su habitación gritándole que se iba para siempre, ante lo que
Vicente, se quedó paralizado, consciente por primera vez de como
había perdido el control.

Yolanda se le acercó para fingir que lo consolaba, pero el pánico a


perder a su criaja volvió a apoderarse de él y apenas media hora
después volvía a coger el camino de casa de su ex, para volver a
rogar que su malcriada e insoportable hija volviera a su casa con él.
Pero como pudo saber Yolanda, esta vez, si bien logro que volviese,
algo se había roto dentro de él y su ex, no hizo frente común con la
criaja, a los cambios para mal se unían ahora las relaciones sexuales,
en teoría descontroladas y eso preocupo también a la madre, parecía
que la criaja había entrado en una espiral autodestructiva en la que
por supuesto, Vicente no quería ver salpicada su reputación. El único
compromiso que sacaron de ella, es que tendría un solo novio,
alguien con cara y ojos, un único compañero sexual, al que poder
fiscalizar, su dependencia de Sergio era tan estúpidamente grande,
que no había manera de que lo traicionara.

Por eso algo se había roto y aunque había logrado que su hija
volviese a su casa, entre mirada y mirada de adoración, se añadían
ahora miradas de temor, como si su hija fuera una amenaza para su
establishment en su sociedad de iglesia y costumbres derechonas.

Durante la semana siguiente, sin la niñata por medio, Yolanda de vez


en cuando como quien no quiere la cosa, como queriendo quitar
importancia a la cosa, recordaba el asunto, pero más de una vez se le
escapo maliciosamente que los condones a veces se rompían,
provocando una expresión de pánico, en el zafio e inútil de su marido,
Vicente.

Por lo visto, la polla ya no le dolía tanto al criajo, que no hacia otra


cosa que insistir pidiendo su recompensa. Yolanda había logrado
alcanzar el equilibrio, de forma que mediante respiración y
meditación controlaba su libido, sobre todo la rebajaba después de
cada encuentro con el niñato, para que cualquier tío que le tirase la
caña, no tuviese todas las de pescarla.

Era justo que el niñato fofisano, recibiese su recompensa, estaban


muy cerca del empujón final al abismo y necesitaba motivarlo
completamente.

Vicente estaba de los nervios, no podía quitarse de la cabeza que la


malcriada y descontrolada de su hija tuviese un embarazo no
deseado, solo el lameculismo del golf del sábado, lograba relajarle y
vaciar la cabeza, por eso Yolanda no tuvo que decir nada, para tener
ese sábado completamente despejado, con la aplicación de
seguimiento del imbécil derechón de Vicente siempre activada, que
zumbaba si su móvil o su smartwatch controlador de su pulso y
corazón estaban a menos de 5 kilómetros de Yolanda o de su casa.

El criajo llevaba toda la semana suplicándole por una recompensa,


hacía ya tres semanas que no disfrutaba del cuerpo de diosa del
porno de Yolanda y andaba desesperadísimo y ansioso, sobre todo
después de haber subido de nivel, y poder gozar de los labios, las
tetazas y el resto del cuerpo de Yolanda.

Yolanda picaronamente le había preguntado si tenía alguna petición


de ropa, lencería o así…el chico le había preguntado si tenía un corsé,
sin especificar color y Yolanda se preparaba para darle un espectáculo
que lo satisficiera y le hiciera aumentar aún más su desbordante
deseo por ella, ahora tenía que aumentar el nivel de descontrol de la
criaja, llevarla casi a delinquir y solo el niñato que la tenía comiendo
en la palma de su mano, podía inducirla a ello, por eso Yolanda
necesitaba que la lujuria del chico fuera tan desenfrenada que
pudiera matar por ella.

Como los sábados anteriores, el criajo llego a la hora, evitando todo


tipo de miradas, entro por la puerta abierta automáticamente, en la
segunda puerta, envuelta en su albornoz blanco le esperaba Yolanda
con gafas de sol y el pelo recogido en un moño. Como siempre con
semblante serio, lo guiaba a su sala de estar, lo desnudaba,
registraba sus dispositivos electrónicos, los dejaba en el baño y en
esta ocasión le obligo a sentarse en el sofá, atándole las piernas a los
extremos de las patas con dos de los cinturones y liberando sus
manos, con su morcillona y vigorosa verga estandar, bailando erecta,
jadeando lentamente esperando que ella volviese a entrar en la sala
de estar.

Antes de irse apago la luz y dejo encendida la luz de una lámpara de


pie, donde había puesto para la ocasión una bombilla de luz roja
difusa, lanzando una sonrisa maliciosa al chico, esa sonrisa preciosa
de diosa mediterránea que enamora al mismo Dios.

Cuando Yolanda volvió, llevaba el pelo suelto, su preciosa melena


castaña oscura con las puntas levemente onduladas, su frente
despejada, y los mechones brillantes y sedosos de su cabello
cayéndole levemente por los lados. Sus cejas perfectas y arqueadas,
sobre una sombra de ojos difuminada purpura, la línea de los ojos
perfecta, sus pestañas largas y rizadas de rímel, sus mejillas
realzadas por un leve toque de colorete y un pintalabios magenta
húmedo decorando sus jugosos y apetitosos labios carnosos, un batín
de satén purpura que le llegaba hasta la mitad de los muslos cubría
su cuerpo, vestía sus preciosos pies con una sexy cadenita dorada
alrededor su tobillo derecho y un anillo plateado en cada pie con dos
tacones de aguja rojo intenso.

Yolanda conecto el reproductor de mp3 de la sala de estar a su móvil


y empezó a sonar una música de rythm&blues sensual tipo Joe
Cocker en nueve semanas y media. Al ritmo de la música empezó a
bailar adelantando primero un pie y luego otro, sin dejar de mirar
fijamente al criajo, con sus brillantes ojos de reina mora, sonriéndole
lujuriosamente, el sueño sexual de cualquier hombre.

Dando vueltas lentamente al ritmo de la música con pasos firmes,


acercándose y alejándose del niñato fofisano, que boqueando como
un pez fuera del agua, trataba de alcanzarla con sus brazos, rozando
con la punta de los dedos cuanto apenas el sedoso satén de su bata
purpura.

Después de varios pasos de baile parecidos, sin dejar de agitar sus


caderas y todas sus curvas, Yolanda se puso frente al chico, esbozo
su divina sonrisa de dientes perfectos y blancos, y de forma lenta y
sensual, combinando sus movimientos subiendo y bajando
lentamente su cuerpo sobre sus largos tacones rojos, se abrió el batín
satén purpura, con sus preciosos y femeninos dedos de uñas pintadas
de magenta y una sortija en cada mano además de su alianza, para
dejar a la vista del chico un magnifico corsé de color burdeos, con dos
rayas negras verticales a cada lado y un lazo negro sobre el escote
que cerraba el cierre de ganchos delanteros, por detrás se ajustaban
por un falso sistema de nudos, un tanga de hilo negro de encaje por
delante completaba su espectacular y sexy lencería, para deleite del
criajo, que la contemplaba boquiabierto, con los ojos desencajados de
deseo y que había empezado a pajearse lentamente, con la mirada
fija en la diosa de piel suave y morena y curvas de ensueño.

Grácilmente moviendo todo su cuerpo al ritmo de la música, y con su


maravillosa y destellante sonrisa risueña y divina, se contoneaba
sensualmente a luz tenue que iluminaba levemente la sala de estar,
agitando grácil y femeninamente el cuello para acomodarse de vez en
cuando su melena sedosa hacia atrás, de esa forma tan femenina y
sexy.

Se acercó paso a paso hasta ponerse entre las piernas del niñato
fofisano, moviéndose muy lentamente arriba y abajo, abajo y arriba,
haciendo subir y bajar todo su voluptuoso cuerpo  agitando sus
curvas imposibles, dejo que las ardientes yemas de los dedos del
criajo magreasen con deseo sus firmes muslos, y acariciasen su raja
con deseo y torpeza.

Sus ejercicios mentales, le habían permitido controlarse y


concentrarse fríamente, debía dominar al criajo de pendiente y
tatuaje, y para eso debía tener bajo control su libido, algo que en
aquel momento requería mucho esfuerzo por su parte, pues era una
perra cachonda como pocas.

Cuando Yoli sintió arder sus largos muslos, con todas las huellas
dactilares del chico sobre ellos, se dio la vuelta al ritmo de la música
sobre sus tacones de aguja rojo intenso, dejando de cara al chico su
magnífico y gran culo, de nalgas firmes y fibrosas, con su precioso
tatuaje de color de un enorme sol en el centro de su nalga izquierda,
completamente expuesto a través de su tanga de hilo negro.

-        Oooooohhhhh…

Exclamo el criajo acercando tembloroso sus manos a la perfección


hecha curva de mujer, comenzando a acariciarlo al tiempo que
Yolanda sin dejar de bailar al ritmo de la música, subía y bajaba
sobre sus piernas, agitando sus nalgas lascivamente haciéndolas
rebotar en el aire, de forma que vibraban en toda su turgencia.

-        Ooooooohhhhhhh……es perfectooooooo……

Gemía el chico, llenándose los ojos de aquel divino culo, con la polla
erecta como un mástil, antes de que Yolanda empezase con un
sensual y leve twerking apoyando sus femeninas manos en sus
perfectas rodillas morenas.

-        Plash….plash…plash..
Sonaban los manotazos que lanzaba el criajo con ambas manos
abiertas al máximo a los perfectos glúteos de Yolanda sin un
miligramo de celulitis, haciendo vibrar su carne morena en el aire
como un firme y perfecto postre de gelatina.

-        Así nene, así, muy bien, sigue asiiii….

Gemía mordiéndose los labios Yolanda, luchando por contener su


libido, cada vez más encendida.

-        Plash…plash…plash…

Seguía el niñato golpeando sus nalgas durante su sensual baile,


combinando manotazos abiertos, con apretujones con sus dedos
como garras intentando contener sus enormes glúteos sin
conseguirlo.

Que cachonda se estaba poniendo Yolanda, se retiró lentamente al


ritmo de la música sin dejar de mover las caderas, para con un giro
sexy sobre sus tacones de aguja, seguir bailando frente al chico, con
el culo y su raja ardiendo.

Se volvía a aproximar y a alejarse de criajo, que sin dejar de gemir


patéticamente alargaba sus brazos tratando de alcanzarla, moviendo
el sofá con su ímpetu por alcanzar aquella diosa de caderas
imposibles.

Con su sonrisa más picara, se acercó lentamente al niñato,


inclinándose a cada paso y ofreciéndole con sus femeninas manos el
final de la punta del lazo del corsé, lanzándose lentamente hacia
atrás en el momento en que el sostuvo la misma, para deshacer
lentamente el nudo que seximente coronaba el escote del corsé.

Después aquella diosa morena mediterránea de metro setenta se


enderezo en toda su altura y con un movimiento sensual al ritmo de
la música, echo su preciosa melena hacia atrás y sin dejar de mover
todas sus curvas  empezó a abrirse los pasadores delanteros del
corsé desde el escote hacia abajo, uno tras otro haciendo pausas,
entre pasador y pasador, para bailar sensualmente, adelante y atrás,
atrás y adelante, peinándose hacia atrás sus sedosa melena con sus
femeninos dedos muy lenta y sensualmente, mirándole fijamente con
mirada de depredadora con esos ojos oscuros de reina mora,
encendiendo al chico como un volcán, que gemía patéticamente
tirando su cuerpo y sus brazos hacia adelante, buscando el objeto de
su deseo.

Cuando llego al pasador suficiente, sin dejar de bailar al ritmo de la


música, amago con mostrar una de sus magníficas y esféricas
tetazas, sin dejar de hacer las pausas, sus pasos de baile, y su
peinado de cabello con miradas salvajes.

El niñato estaba cada vez más desesperado, cuando Yoli saco su


tetaza derecha por encima de la obertura del escote.

-        Oooooohhh siiiiii…..

Gimió el chico abriendo mucho los ojos, tres semanas sin ver y sin
estar cerca de aquellas enormes, esféricas, turgentes y erectas
mamazas, y sobre todo sus extra grandes pezones oscuros como las
preciosas areolas que los circulaban.

Sin dejar de bailar en círculos y adelante y atrás, Yolanda extrajo su


segunda tetaza, la izquierda, al tiempo que se contoneaba, moviendo
como en ondas su estirado tronco de vientre plano natural, haciendo
que sus mamazas se agitasen arriba y abajo, abajo y arriba sobre su
corsé.

Si dejar de dar pases de baile lentos y muy sexys, bajando y


subiendo sobre sus tacones rojos de aguja, sonriendo maliciosa y
picaronamente al criajo, son su gran y perfecta sonrisa, de forma
muy lenta dirigió sus delicados dedos índice y corazón de la mano
derecha a su boca, para metérselos lentamente hasta la segunda
falange, sin dejar de mirar fijamente al niñato fofisano, que la miraba
como hipnotizado, sin dejar de pajearse lentamente su verga tiesa y
dura como el cemento. 

Luego sin abandonar su sonrisa burlona, balanceando levemente su


precioso rostro, llevo sus dedos empapados en su saliva primero a un
pezón, acariciando con sus yemas la morena areola, y luego
pellizcando los pezones al tiempo que sin dejar de mirar fijamente al
chico se mordía lascivamente el labio inferior, sin dejar de masajear
su pezón cubierto por su saliva haciéndolo rodar entre sus dedos
índice y pulgar, hasta que el extra grande pezón alcanzo un tamaño y
una erección espectacular, tieso como una lanza, después hizo lo
mismo con el otro pezón, tomándose su tiempo, sin dejar de
balancearse al ritmo de la música, haciendo que el ímpetu del criajo
por alcanzar sus mamazas le hiciesen mover todo el sofá de forma
inconsciente.

-        Huuuuummmm….te gusta mis tetas….nene…..

Pregunto Yolanda con sonrisa de niña picara realzando sus preciosas


mejillas.

-        Si….si….si….por favorrr siiiii….me encantaaaan.


Respondía el niñato fofisano aumentando el ritmo de la masturbación
con el rostro pálido y desencajado por el deseo.

-        Huuuuuuummmmmm……. no sé…si dejar que las disfrutes….no


sé…..no sé….

Se burlaba Yolanda maliciosamente, dando vueltas sobre sí misma,


poniendo voz dulce y aniñada.

-        Por favor, por favor, por favor…siiiiiii….si por favor….

Rogaba patético el chico.

Yoli fijando su mirada de ensueño de reina mora en el criajo, se


acercó a él lentamente, levantado mucho su pierna hacia atrás a cada
paso, al llegar a su altura antes de que los brazos del chico la
atenazasen como si fuera un cangrejo, le empujo con sus finas y
féminas manos en el fofisano pecho, haciendo que el chico cayese
hacia atrás con su espalda en el respaldo, para a continuación
primero con la pierna derecha y luego con la izquierda ponerse a
horcajadas sobre él, al tiempo que el niñato lanzaba sus manos como
dos redes hambrientas sobre sus perfectas, esféricas e inmensas
mamazas naturales en forma de gota de lluvia, asiéndolas con sus
dedos como garras.

Yolanda se abalanzo sobre él, apoyando sus codos en la parte alta del
sofá, de forma que su pecho quedaba a la altura de la boca del criajo,
que inmediatamente empezó a meterse primero un pezón extra
grande y luego el otro alternativamente en la boca, mordiéndolos y
succionándolos como si quisiera mamar de ellos, provocando
descargas de placer que recorrían el cuerpo de Yolanda que cerraba
los ojos balanceándose levemente arriba y abajo, mientras sentía
como las manos del niñato fofisano, recorrían todas la superficie de
su perfecto culo, tratando de amasarlo, con sus dedos como ardientes
garras.

-        Ohhhhh….oooooohhhh….siiiiii….neneeee….asiiiii…

Abandonaba lentamente al control de su libido Yolanda, al tiempo que


con ambas y femeninas manos cogía la erecta y firme verga del criajo
y la colocaba en su entrepierna, iniciando una lenta pero imparable
fricción adelante y atrás, atrás y adelante.

-        Sluuurrppp….sluuuurrrrppp….sluuuuurrrppp….

Devoraba el niñato sus pezones con desesperación, intentando


alcanzar el resto de la enorme esfericidad de sus tetazas que estaba
contenida en el corsé, con su impaciencia juvenil, no logrando soltar
los pasadores para su desesperación y divertimento de Yolanda, que
cerraba los ojos a cada mordisco o succión del chico en sus
hipersensibles e inmensos pezones, haciendo que una ola de placer
recorriese su cuerpo.

En un momento dado ante la desesperación y los tirones del chico


cegado para abrir el corsé por delante, Yoli recordó que entre los
cojines del sofá había caído un abre cartas afilado, se balanceo hacia
el lado y metiendo sus femeninas manos en el cojín más próximo lo
extrajo, se volcó después sobre el criajo y agarrándole con la mano
suelta de la cara, le lanzo un profundo morreo, que él respondió
entusiasmado, enroscando su lengua con la ardiente de Yolanda,
hasta que esta se liberó y se dirigió a su oído.

-        ¿Te gustaría cortar las cuerdas traseras del corsé? …. Venga
córtalas demuéstrame lo que deseas mis tetas enteras…para ti…
jajaja….

Provoco risueña y maliciosa Yoli al criajo, el cual, mirándola con ojos


de loco, arrebato de su mano el abre cartas afilado y metiéndolo con
torpeza entre las cuerdas, mientras, Yolanda volvía a devorarle la
boca con un tórrido beso francés, interrumpido para morderle los
labios al niñato que como enloquecido tiraba y movía el abrecartas en
movimiento de sierra, apretando con fuerza el corsé al torso definido
de Yolanda.

-        Crack…crack…crack….

Sonó la rotura de los cordones a lo que siguió las manos del criajo
cogiendo por los bordes el corsé y tirándolo violentamente para
abajo, haciendo saltar ante su vista todo el esplendor de las inmensas
turgentes y perfectamente redondas tetazas naturales en forma de
gota de lluvia que se desbordaban por los lados de Yoli.

-        Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii……………

Grito enloquecido el niñato fofisano, al tiempo que sosteniendo por


debajo cada una de las enormes mamazas se lanzaba a devorarlas,
chupando, succionando y lamiendo toda su superficie, mientras
Yolanda se entregaba al placer de aquella boca y aquellos labios
ardientes, acariciando la nuca del chico  y cerrando los ojos, al
tiempo que las descargas de placer inundaban su cuerpo y
humedecían su raja, haciendo que aumentase el ritmo de su fricción
sobre la verga del criajo, adelante y atrás, atrás y adelante.

La señal de la frontera que no estaba dispuesta a cruzar Yolanda no


tardó en llegar, los escalofríos previos y la sensación de la leche
produciéndose y en camino a sus pezones, si eso llegaba al final,
perdería el control completamente, por lo que tomo al chico por el
rostro y apartándole de sus tetazas empezó a morrearle
salvajemente, al tiempo que con su ardiente y empapada raja frotaba
sobre la hirviente verga del chico, adelante y atrás, atrás y adelante,
con total frenesí.

-        Aaaaaahhhhh…aaaaaaahhhhhh…..oooooohhhhhh……

Estallo el criajo lanzando ráfaga tras ráfaga de su cremosa y caliente


corrida, llenando el suelo de la sala de estar con ella.

Yolanda se separó del niñato que permanecía con los ojos cerrados
disfrutando entre jadeos cortos del éxtasis reciente, sonriendo
satisfecha, pero muy consciente de que necesitaba apagar su
calentura para el segundo asalto, no fuera a ser que perdiera el
control, entonces se le ocurrió una malicia.

-        Te gustaría darme placer con tu lengua…aprender a satisfacer


a una superhembra como yo.

Susurro maliciosamente al criajo Yolanda.

-        Si, si, si…me encantaría…

Contesto Sergio con entusiasmo, esbozando una sonrisa boba y con


los ojos de ido.

Para controlar la situación y no estar tumbada a merced del criajo,


aprovechando que estaba atado por los pies, se irguió sobre el sofá y
coloco sus piernas sobre los hombros del chico que la miraba
extasiado, apoyándose en la pared con sus femeninas manos.

-        Vamos retira la tela del tanga y empieza a lamer hacia arriba…
hacia arriba….

El chico aparto la tela del tanga negro de encaje, dejando a la vista


su precioso pubis depilado con un triángulo de depilado brasileño
sobre el monte de venus. Después se asió con fuerza a las preciosas,
grandes y redondas nalgas perfectas de Yolanda poniendo sus manos
en forma de garra al tiempo que empezaba a lamer hacia arriba con
fruición y entusiasmo.

-        Oooooohhhh…. Siiiiii nene…así así…asiiiii…

Gritaba de placer Yolanda balanceando la parte superior del pubis


arriba y abajo contra la lengua del niñato, que pellizcaba con fuerza y
deseo su culazo de nalgas erguidas y fibrosas.
-        Oooooooohhhh…..aaaaaaahhhh…..siiiiii…..siiiiii…maaaasss
arribaaaaa…máaass arribaaaa…concéntrate en lo más altoooooo….

Se retorcía de placer Yolanda jadeando y aumentando el ritmo de su


fricción y balanceo, al borde de llegar al orgasmo, estimulada a la vez
por las manos del criajo, que amasaban sus perfectas nalgas fibrosas
marcando sus huellas dactilares en su piel.

No iba a tardar mucho en correrse, era eso o ahogar al chico con su


raja, la leche había quedado a mitad de camino de llenar sus tetazas,
y una buena corrida la frenaría por hoy.

-        Aaaaaaahhhhhhh……………siiiiiiiiii…

Estallo Yolanda, separándose y salpicando en su orgasmo la barbilla y


el cuello del chico, que sonreía como un estúpido lleno de
satisfacción, mientras ella cerraba los ojos y se retorcía de placer.

-        ¿Lo he hecho bien, lo he hecho bien?

Preguntaba Sergio entusiasmado como un crio.

-        Siiiiii….muy bieeennn nene….muy bieeennn….te has ganado tu


segunda ronda….

Contestaba Yolanda bajando de sus hombros y tomando su rostro por


el mentón para lanzarle un corto morreo, poco antes de levantarse
tambaleándose por el reciente orgasmo, al tiempo que se ponía la
tela del tanga empapado en su sitio de una forma muy fina y sensual.

Camino hacia la estantería, ante la mirada del chico que la miraba


con adoración aquel cuerpo de superhembra de bandera de casi
metro ochenta, debido a sus tacones de aguja, con ese cuerpazo
esbelto y macizo, con esas curvas voluptuosas y espectaculares, tan
caliente y cachonda y con aquel carácter tan risueño y complaciente,
una preciosa diosa mediterránea con aquel cuerpazo y aquella cara
tan bonita, como no iba el criajo a estar obsesionado día y noche, con
aquella diosa superior a muchas playmates.

Yolanda se acercó a la estantería para volver de ella, con una botella


de aceite corporal que había junto a unos libros, acercándose al
niñato cuya polla cada vez le gustaba más, cachonda perdida como
estaba y tan, tan, tan insatisfecha, se acercó a él esgrimiendo una de
sus maravillosas sonrisas, para dejar a un lado el aceite y sentarse en
el sofá junto criajo.

Los dos se engancharon en un arrebatador morreo enlazando sus


lenguas con deseo, Yoli estaba muy agradecida con el reciente
orgasmo, y tenía que contenerse mucho para no follarse al niñato.
Mientras Sergio sin dejar de devorar los labios y la lengua objeto del
deseo, se aferraba con fiereza a las tetazas turgentes y erectas como
dos misiles de Yolanda, pellizcándolas con la mano abiertas, como si
intentase arrancarlas, abriendo su mano para amasarlas.

Yolanda mientras tomo con su fina mano izquierda los testículos del
chico, y con la mano derecha empezó de nuevo a pajearle, tenía la
verga ardiendo, erecta y dura como una piedra. Ya estaba a punto.

Apartándose de él, justo con un último beso, tomo la botella de aceite


corporal y se la ofreció.

-        Bañame bien las tetas con el aceite, extiéndelo por todas
partes sobre todo el canalillo, hoy te voy a hacer una cubana, mucho
mejor que cualquiera que puedas ver en tus canales
porno….muuuucho mejor…jajaja…

Dijo risueña, Yolanda,  riendo pícaramente con su precioso rostro. El


chico abrió mucho los ojos incentivando su expresión de bobo más de
lo que era natural, justo antes de tomar la botella de aceite corporal,
abrirla y comenzar a arrojarlo sobre la parte superior de las mamazas
de Yolanda, que exponía en el máximo de su turgencia tensando su
perfecto torso y colocando sus delicadas y finas manos de mujer en la
nuca, para que sus tetazas de gota de lluvia que se desbordan por los
lados alcanzasen su máxima turgencia, totalmente erguidas
desafiando al vacío.

-        Oooooooohhhhh…..siiiiiii….oooooooohhhh….

Se deleitaba el niñato fofisano extendiendo, amasando y magreando


cada centímetro de aquellas inmensas y esféricas tetas perfectas, con
sus pezones extra grandes, duros como el acero apuntando al centro,
dedicándose con fruición, extendiendo el aceite en grandes
cantidades por cada centímetro de las enormes tetazas de talla de
copa E de Yolanda, cerrando los ojos extasiado, reteniendo cada
segundo del tacto de esos preciosos y suaves globos en sus manos.

Cuando Yoli sintió sus mamazas colmadas de aceite, se separó del


chico cogiendo un cojin, lo dejo caer en el suelo y se arrodillo entre
sus piernas, sonriéndole maliciosamente acerco sus tetazas
sosteniéndolas con sus féminas manos de los costados, para
restregar muy lentamente sus enormes pezones duros de suave y
aceitosa piel, sobre su glande, juntándolos y frotándole con los dos a
la vez, y luego pasándole primero el derecho y luego el izquierdo, de
arriba abajo, de abajo a arriba, haciendo que el líquido preseminal
con todo su olor inundase la sala de estar.
-        Oooooohhhhh….oooooohhhh….siiiiiii….

Gemía el chico, cerrando los  ojos de placer ocasionalmente , pues no


quería perderse el placer de ver a su diosa del porno, haciéndole una
majestuosa cubana. Yoli no dejaba de mirar al chico fijamente,
mezclando su deliciosa y pícara sonrisa, con miradas lascivas,
mientras sacaba su lengua lujuriosamente o mordía su labio inferior
con deseo, sin dejar de frotar sus maravillosos y perfectos pezones
contra el glande del criajo, que se retorcía de placer.

Después sin aumentar el ritmo, con la cadencia justa para que no se


corriese, ajusto la verga estándar, pero joven y vigorosa del niñato
fofisano, entre la parte delantera de sus mamazas que apretaba muy
juntas y siguió frotándola contra ellas, arriba y abajo, abajo y arriba,
sin dejar de mirarlo fijamente provocándole con sus gestos lascivos,
estando así por un buen rato.

-        Ooooooohhhh…..aaaaahhhh….siiiii…siiiii…

Jadeaba y gemía de placer el chico cerrando los ojos y retorciéndose.

-        Vamos nene echa más aceite que viene el final


explosivo….jajajaja

Dijo risueña y maliciosamente Yolanda.

Sergio sin dejar de jadear con el cuerpo tenso, tomo la botella de


aceite corporal y abriéndola la volcó generosamente sobre su polla y
las tetazas de Yolanda, la cual sonriendo daba gracias a haberle
puesto una funda al sofá.

Yolanda pasándose la lengua muy lentamente por el labio superior


como si se relamiese y tomando sus tetazas por el exterior de las
mismas, engullo entre ellas la polla tiesa y ardiente del niñato
fofisano, hasta tenerla sobre la piel de su canalillo, apretándola al
máximo entre sus mamazas, empezó a agitarlas arriba y abajo, abajo
y arriba, mordiéndose el labio inferior y dirigiéndole miradas lascivas
y cachondas al criajo.

-        Oooooooohhhhh…..siiiiiii……ooooohhhhaaaaaaaaaa….

Gemía y jadeaba el chico repanchingado, intentando no cerrar los


ojos de placer, para grabar las miradas de aquella diosa, mientras le
hacia una cubana de otro mundo, aumentado la intensidad, y
bajándola lentamente, pero nunca parando, hasta que Sergio perdió
la noción del tiempo.
Llevaba varios minutos así, y ya era el momento, pensó Yolanda,
apretando al máximo su globazos contra la polla del criajo y
agitándolas arriba y abajo, abajo y arriba con gran velocidad e
intensidad.

-        Oooooooooooohhhh…siiiiiiiiiiii….oooooohhh

Se retorcía de placer el niñato fofisano, echando las manos hacia


atrás, cuando Yolanda sintió el premonitorio palpitar de su verga.

-        Ooooooohhhhh……aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhh.

Estallo en un orgasmo el chico, lanzando desde el canalillo de Yolanda


una primera ráfaga, que baño su cuello hasta su barbilla, el resto de
ráfagas cuatro o cinco más, no pasaron de la base del cuello de Yoli,
que no dejo de pajearlo con sus perfectas tetazas hasta que la polla
del chico dejo de escupir su leche.

Después con una sonrisa de satisfacción, Yolanda se levantó, con el


corsé hecho unos zorros y su canalillo, cuello y pecho superior lleno
de leche, se puso el batín de satén purpura, y soltó los cinturones
primero de una pata del sofá y luego de la otra.

-        Bueno la recompensa ya ha acabado por esta vez. Como


puedes ver estamos subiendo de nivel, para llegar a los grandes
premios. También subirá el nivel de lo que tienes que hacerle hacer a
Belén… ya sabes lo que viene a continuación y el tiempo que tienes
para irte… ya te contactare.

Dijo Yolanda en tono neutro, sonriente y satisfecha antes de


abandonar la sala de estar, dejando al criajo con una sonrisa de oreja
a oreja, pero que no tardó en reaccionar para antes de diez minutos
estar fuera de la casa. 

Que la criaja estuviese de nuevo aquella semana en su casa tenía a


Vicente obsesionado con ella todo el tiempo controlando sin decirlo,
cuando venía, cuando iba, había dicho que volvía a salir y más en
serio con Sergio y se habían presentado una tarde en la casa,
Yolanda había hecho mutis por el foro, pero si antes Vicente miraba
mal a niñato fofisano, ahora le clavaba la mirada cada vez que lo
tenía en su presencia.

Tan obsesionado estaba con su niña y el riesgo de manchar su


reputación, que no se había dado cuenta de las blusa de escote de
pico y los top ajustadísimos con los que iba a la oficina su mujer esa
semana, con su culazo perfecto siempre apretado en sus faldas de
tubo, naturalmente extra respingón realzado al máximo por los
tacones y sus tetazas dibujadas en su perfecta e inmensa redondez,
mostrando un tercio de su divina esfericidad a través de los escotes
de pico de las blusas y de los escotes redondos de los ajustadísimos
tops, compañeros y clientes se habían dado un festín para su vista,
quedándose con unas ganas bestiales de follarsela. Yolanda lo sabía y
le satisfacía, aunque aquella era una línea inquebrantable desde
siempre, alegrar la vista, y hacer que los clientes solo quisieran ser
atendidos por aquella diosa, que sabía moverse grácil e indiferente,
pero mostrando sus curvas espectaculares a los hambrientos ojos de
los clientes, y colateralmente para disfrute de los compañeros, pero
siempre distante, indiferente, y sarcástica a todos los intentos de
sacarle algo.

Allí estaba ella con su piernas cruzadas, acompañando a Arturo su


jefe, con un cliente importante, Yolanda estaba más que nada de
florero, porque el cliente, el señor Bermúdez un empresario de la
madera, barrigón calvo y con papada, no le sacaba el ojo de encima,
hipnotizado por su escote de pico, mientras hablaba de la renovación
de sus seguros industriales con Arturo, Yolanda sentada a la derecha,
levantaba de vez en cuando la cabeza del móvil y sonreía,
removiéndose en su silla para que sus tetazas como dos perfectos
firmes y sabrosos postres de gelatina, vibrasen ante la desbocada
mirada del señor Bermúdez, después volvía al móvil.

“ Tienes que conseguir que fume marihuana, o al menos que la


esconda, en casa, tenemos que pasar a cosas que realmente le hagan
cagarse de miedo a su padre”

Le escribía Yolanda a Sergio por Telegram, cambiando de postura,


cambiando el cruce de piernas leeeeentamente, y provocando que
toda la atención del señor Bermúdez se centrase de nuevo al cien por
cien en ella. Respondiendo las miradas del calvo ceporrón con una de
sus sonrisas divinas que enamorarían al mismísimo Dios.

-        Vaya piernas que tiene señora Pérez, largas, muy largas y bien
cuidadas.

Dijo sonriendo Bermúdez con voz traviesa, llamándola por el apellido


de su marido, ya que conocía muy bien a Vicente.

-        Una parte es gracias a la naturaleza y otra gracias a mi


esfuerzo, señor Bermúdez.

Respondió cortes y afable Yolanda, pero sin dar lugar a nada más,
observando un segundo más con sus preciosos ojos oscuros y
brillantes de sultana mora la sonrisa de fatuo pervertido del barrigón
calvo, muy consciente ella de que solo tendría que silbar para tenerlo
a sus pies. Otro que por poder follarsela vendería su alma al diablo.
Además, sabía por Vicente que era un rival “social”, por ver entre
aquellos mediocres medianos empresarios de la oligarquía provincial
hispana, quien era más “exitoso”. Por eso un par de años antes que
Vicente, Bermúdez se había desecho de la madre de sus tres hijos, y
se había casado con una secretaria rubia veinte años más joven, y le
había pagado unos implantes mamarios, aquella rubia de bote, de
escaso metra sesenta con unas tetas de goma más grandes que su
cabeza, no era rival para Yolanda.

Cuando Vicente apareció con Yolanda como nueva esposa en aquellos


círculos sociales, Bermúdez enloqueció de envidia, Yolanda era una
diosa de playboy, con una belleza y un cuerpazo natural, una
superhembra de bandera y su secretaria rubia y tontita con tetas de
goma era un loro recauchutado.

Fue entonces cuando Bermúdez, que desde siempre había tratado


todos los asuntos solo con Arturo, el jefe supremo de aquella
territorial, al enterarse que Yolanda trabajaba allí, solicitaba su
presencia en toda reunión que tuviese con la compañía de seguros.
Como la miraba, con que deseo desatado y sin rubor, algo que no
podía hacer cuando Yolanda acompañaba a Vicente en algún acto
social, su orgullo se lo impedía, aquellas miradas fijas y aquel deseo
por ella que desbordaban hasta su aura, habría sido el triunfo final a
los ojos de Vicente y el ridículo de Bermúdez ante todos, él era el
mejor, y lo tenía todo mejor ( como creían todos aquellos mediocres
hijos de papa con empresas heredaras que navegaban siempre
rozando el desastre), no podía envidiar a la vista de los demás la
super hembra morena de ensueño de Pérez.

“Lo que me pides es muy jodido, todos los días tengo super movidas
en casa, mis padres ya están haciendo las gestiones para enviarme a
una universidad privada de tipo militar a la otra punta del país, si no
logro aprobar al menos la mitad del curso, me veo a mil kilómetros
de aquí, aprobar un tercio ya sería un milagro…y este asunto de la
maría, si por cualquier cosa sale mal, ya estaré condenado a la
universidad militar, de una...”

Respondía Sergio por el chat del Telegram.

“Hay que subir de nivel, hay que subir de nivel, necesitamos el


paquete completo, que arruine la reputación de Vicente, alcohol, sexo
y drogas…no es necesario que la consuma, ni siquiera hace falta una
cantidad, importante, una piedrita de hachís, con eso basta…que la
tenga ella…hay que conseguir que la guarde, que alguien que
consuma, se la meta en su paquete de tabaco…con eso bastara”.

Contestaba al Telegram Yolanda, al tiempo que sentía como la mirada


de deseo de Bermúdez recorría su cuerpo obsesivamente.
“Necesito tiempo…y a lo mejor algo de dinero, para ganarme un
cómplice, yo solo fumo maria, cuando me invitan, ni siquiera sé a
quién comprarle, necesito tiempo”

Contestaba apesadumbrado el criajo.

“Ya sabes que no subiremos de nivel en las recompensas, si tú no


subes de nivel en tu compromiso por hacerla caer, eso es todo”.

Escribió Yolanda, acabando la conversación.

-        Vaya parece que estabas en una conversación muy animada.

Dijo Bermúdez sin abandonar su mirada de sátiro pervertido,


buceando en el escote y los perfectos globos expuestos de Yolanda.

-        Un cliente con algunos problemas, que no pueden esperar,


señor Bermúdez, pero ya los he resuelto.

Respondió Yolanda, manteniendo la mirada de deseo del barrigón


calvo y sonriéndole con neutralidad indiferente, pero cortes y
agradable, aumento de esta manera su irrefrenable deseo por ella.

La semana continuaba, de vez en cuando Yolanda lanzaba de forma


indirecta, como quien no quiere la cosa, una ráfaga de sal o de
vinagre, a la herida del pánico por el peligro reputacional de una hija
díscola, que como negros nubarrones no abandonaba la mente de
Vicente, más inclusive teniendo a su “niña” por casa, fumando a su
arbitrio por toda la casa, dejando el hedor del tabaco aquí y allá,
saliendo hasta altas horas de la noche, disfrazada de choni sin
curvas, ni reales, ni operadas.

No quedaba ni rastro de aquella niña pijo bien, que pasaba las tardes
encerrada en su cuarto haciendo sus deberes, a pesar de la
insistencia con la que Vicente le recordaba que tenía que hacer sus
tareas, que el curso le iba mal, etc….solo conseguía desaires de la
criaja…para colmo de males o de bienes, según lo mirases, su “novio”
le acompañaba más de una vez, aquel niñato, nuevo rico con
pendiente, que nunca había tragado Vicente,  con aquella obsesión
rondándole la cabeza, las puyitas indirectas y como inocentes de Yoli
hacían su camino.

Yolanda había insistido durante la semana, con el tema de la maria a


Sergio, este no hacía más que pedir tiempo, pero ella no cejaba de
presionar, por escrito y físicamente, paseándose sobre sus tacones de
aguja con sus combinaciones espectaculares, que llevaba para la
oficina, mostrándose ante el criajo tan espectacular como era posible
en su ropa de trabajo, sus tops ajustados con escotes redondos, sus
blusas con escotes de pico, moviéndose de un lado para otro de la
casa en toda su esbelta y perfecta longitud mostrando su explosiva
voluptuosidad, con gesto serio sin mirar siquiera al chico,
contoneando todas sus curvas con la extrema sensualidad que ella
conocía y cuando podía llamar demasiado la atención vestida con su
ropa de trabajo, se ponía cómoda brutalmente sexy, con shorts que
dejaba a la vista un tercio de sus perfectas y fibrosas nalgas,
ajustándose como una segunda piel a ellas, mostrando sus
larguísimas y esculturales piernas de piel sedosa, caminando sobre
sexys zuecos de andar por casa o cuñas, para realzar su culazo
perfecto de por sí ya especialmente respingón, con tops o camisetas
muy ajustadas y en muchas ocasiones sin protección para sus
extragrandes pezones, que se marcaban exageradamente en su
ropa.  Pero siempre mostrándose en la distancia, no demasiado para
despertar las iras de la criaja, y de forma fría e indiferente. Todo para
provocar la excitación brutal del niñato fofisano, y precipitarlo a
cumplir sus exigencias.

Cuando estaban juntos en la casa, ambos actuaban muy normal,


Yolanda especialmente distante, por eso se comunicaban con mucho
disimulo por el chat de Telagram, como aquel sábado, que ambos
pasaban en la casa, Yolanda no usaba la piscina, ni iba donde
estaban los chicos, se refugiaba en su cuarto su sala de estar, su sala
gimnasio.

“Ya he conseguido una cómplice, una tía, una compañera de X, una


que simula ser una de sus amigas, pero se muere de celos y envidia
hacia ella, su familia tiene un par de tiendas de todo a un euro y se
ve que desde siempre X se burla de ella, llamándole “tendera”, a
pesar de considerarla su amiga.”

Yolanda leyó el mensaje dejando un libro que leía sobre el sofá junto
a ella.

“Y que le has contado a esa niñata, para convencerla, sin que sepa
que buscas joder a X”

Respondió Yolanda algo preocupada.

“Que le tiene, inquina y celos, ya lo sabía de algunos comentarios de


ella hacia X, cuando va borracha, comentarios cargados de odio… por
eso la sondee, la idea que le he dado ha sido la de una broma pesada
y que así cuando se descubra la china de hachís en su paquete de
tabaco, y estemos en casa de X, le será más difícil negarse a que me
fume allí unos porritos, porque si se lo pidiese directamente ella se
opondría y bla, bla, bla…todo bien sembrado de lo cortarollos que es
X y otras lindezas que tiene contra ella, pero en plan novio
comprensivo y sufriente”
Leyó Yolanda más relajada, le gustaba el estilo del niñato, su deseo
por el sexo con ella, le había espabilado bastante.

“¿Y se lo ha tragado?”

Cuestiono Yolanda.

“Completamente”

Respondió Sergio

“ ¿Y cuándo será?”

Pregunto Yolanda

“La semana que viene tienen exámenes parciales, luego no se verán


mucho fuera de la escuela, la siguiente cuando vuelva a estar con
vosotros, el martes o el miércoles”

Muy bien pensó Yolanda, leyendo la respuesta el chico se estaba


aplicando, ahora todo tenía que salir bien.

“Esperemos que todo resulte, de eso va a depender una recompensa


con aumento de nivel”

Respondió Yolanda a modo de cierre de la conversación, añadiendo el


emoticono de una cara guiñando un ojo a la frase y saliendo del chat,
sin que el niñato que ya reconocía sus cierres contestase.

La sobremesa parecía tranquila, a pesar de las caras de asco


habituales y los desplantes diarios y rutinarios de la criaja hacia
Yolanda, algo con lo que llevaba años conviviendo, pero que ahora le
servía de acicate para provocar la caída en desgracia de las niñata
malcriada.

Yolanda llevaba el pelo brillante castaño oscuro recogido y enrollado


en la parte alta de la cabeza

 con ayuda de un palito para el pelo, un short de tela ajustado gris


oscuro, ceñido a su espectacular culo, sin rastro de ropa interior pues
llevaba un tanga blanco, dejando sus nalgas ajustarse a la tela, con
un milimétrico dobladillo justo al final de las curvas de sus nalgas,
dejando los espectaculares esbeltos y fibrosos muslos firmes y
morenos de sus largas piernas a la vista, unos zuecos de andar por
casa de tacón ancho, dejando sus perfectos y cuidados dedos de los
pies con un anillo de plata en el segundo dedo de cada pie a la vista,
realzaban su respingón culazo, arriba llevaba una de sus camisetas
favoritas, blanca beis, suelta, de Carolina Herrera, con una C y una H
logo de la firma en pequeñito debajo de un desbocado escote de pico,
que tenía su réplica por la espalda, y que era un recuerdo carísimo,
muy caro, de un viaje a Nueva York con Vicente, las únicas clases de
satisfacciones de estar casada con el zafio y viejo derechón. Llevaba
también un wonderbra blanco liso de tela algo elástica y como estaba
en casa, ninguna medida protectora para sus extra grandes pezones,
que se marcaban hacia delante como dos enormes puntas de flecha.

Como el resto de la semana, se había vestido así por comodidad y


para provocar la excitación del criajo, sobre todo aprovechando la
obsesión de Vicente que le tenía distraído de la ropa salvajemente
sexy que vestía su mujer últimamente.

De momento no habían coincidido mucho juntos, el chico, tal y como


le había indicado Yolanda y le aconsejaba la situación con Belén, solo
le lanzaba miradas, cuando estaba completamente solos o Belén tenía
la mirada fijada en otra parte y miradas fugaces, cargadas de deseo,
pero fugaces.

Así que, en aquella sobremesa de sábado con café con un programa


documental en la tele de fondo, que solo veía con atención Vicente,
con Yolanda ojeando una revista sonriente, con la espalda en el
respaldo del sofá y los pies estirados sobre el avance, nadie esperaba
la tormenta que se iba a desatar.

El fresquito que venía de fuera fue el principal culpable, la brisa que


atravesaba el salón desde el jardín, hizo aumentar la erección de los
pezones extra grandes de Yolanda, que se clavaban en la camiseta a
través del wonderbra de copa E elástica, como dos enormes
espolones a punto de hacer estallar el wonderbra y la camiseta, algo
a lo que habituada como estaba, Yolanda no le dio importancia y
siguió leyendo. Pero el criajo que conocía aquellos pezones y
enloquecía de ganas de volver a devorarlos, no pudo reprimirlo y le
lanzo varias miradas.

En la primera ocasión la niñata mal criada, no le dio importancia,


pero lo cazo un par de veces más con la boca entre abierta, la ira y la
cólera se apodero de ella, de forma que sibilina y en silencio, se
levantó en dirección a la cocina, para volver al rato con un pequeño
vaso lleno de un líquido.

-        Pedazo de puta, que solo has sabido que destrozar la vida de
todos los que quiero, podrías vestirte menos como una zorra guarra,
cuando estés en casa, cacho puta.

Espeto la criaja a voz en grito en medio del salón mirando con ojos
de odio a Yolanda, y provocando el estupor en todos.
-        Pero, pero, pero…que te pasa Belén.

Exclamo asustado Vicente por aquella reacción con ademanes y


lenguaje tan barriobajero de su “niñita”.

-        Tu cállate viejo calzonazos, que piensas con la polla, como


todos los tíos y por eso eres el pelele de esta puta.

Le gritaba fuera de sí a su padre, lanzando escupitajos, descargando


sus celos y su ira porque su novio hubiera sucumbido a Yolanda. En
su irracional pensamiento la culpa no era del criajo del tatuaje y el
pendiente en forma de cruz, él era su amor de ensueño, la culpa era
de su padre que había metido a Yolanda en su casa y en su familia.

-        No, te consiento que me hables así, jovencita, tú no eres una


rata arrabalera, ten más respeto por tu padre y tu familia, pide
perdón inmediatamente, no voy a consentir que una hija mía me falte
así al respeto.

Gritaba Vicente lleno de furia y rojo de ira.

-        Calma, calma…tranquilízate Belén hija, y mide tus palabras un


poquito, si te molesto aquí, no tengo más que marcharme.

Respondió Yolanda, con voz calma tragando sapos y culebras como


siempre, y levantándose para irse y poner paz.

-        Si vete mala puta, guarra, pero vete para siempre…

Le grito la niñata mal criada, al tiempo que le arroja el contenido del


vaso que le cayó por el pecho y mancho de lleno la camiseta, y
gracias a sus reflejos atléticos evito que el líquido salpicado le
entrasen en ojos y boca.

-        Pero, pero, pero…estas loca niña….estas enfermaaaa…

Alzaba por primera vez la voz en todos aquellos años Yolanda, viendo
como los colores del logo de Calorina Herrera era consumidos en su
color por el líquido que le había arrojado la hija de su marido.

-        Esto es lejía, lejía Vicente, si me la tira a la cara podría


haberme abrasado los iris y dejarme ciega.

Gritaba exagerando y sin perder la compostura Yolanda.

-        Ojalá y te dejase ciega furcia de mierda.

Replicaba la niñata sin abandonar su cara de odio fuera de sí.


-        Ya está bien, Belén, a tu cuarto, no grites, no insultes, y suelta
ese vaso.

Vociferaba rojo por la ira Vicente, mientras Sergio, atemorizado se


encogía en el sofá.

-        Como que ya está bien, como que ya está bien Vicente…ha
destrozado esta camiseta, mi favorita, carísima, de Carolina Herrera,
y si no cierro los ojos y por su mala puntería, me hubiera dejado
ciega, con la puta lejía… tu hija está muy mal, muy enferma, no es
socialmente presentable, como que ya está bien, Vicente.

Gritaba Yolanda, mostrando por primera vez su enfado en todos


aquellos años.

-        Bueno, bueno, no exageremos, la camiseta, te comprare las


que quieras  y gracias a Dios no te ha alcanzado con la lejía…pero no
puede actuar así…no puede usar ese lenguaje y faltarnos al respeto,
soy su padre y exijo respeto…

Seguía a su bola Vicente con su discurso de padre conservador


indignado.

-        Vete a la mierda Vicente, a la mierda…

Voceo llena de indignación Yolanda, mientras abandonaba el salón


aguantando las ganas de abofetear a aquella criaja de mierda,
oyendo a sus espaldas como el padre y la hija seguían vociferándose.

Al llegar a su cuarto contuvo un grito de indignación y respiro muy


profundamente, se quitó la ropa y se dio una relajante ducha caliente
sin dejar de respirar profundamente, después saco su esterilla y con
música relajante medito durante una hora, intentando reducir su
enfado al máximo, su objetivo tenía que conseguirse desde la
frialdad, ella era risueña y simpática, muy desenfadada y cordial en
su trato, pero cuando pensaba en hacer daño la mejor manera era
desde la despiadada frialdad.

Una vez transcurrido este tiempo escribió al chico por Telegram.

“Quiero que hagas una cosa por mí y que la hagas hoy mismo”

Transcurridos unos diez minutos el criajo contesto.

“Hola ¿Qué quieres que haga?”

Respondió extrañado el chico.


“Quiero que Belén monte una super escena violenta a su padre, que
le grite, le golpee, que todo se centre en él como si estuviera loca”

Le escribió Yolanda a Sergio.

“¿Y cómo coño hago, que haga eso?”

Contesto dubitativo el niñato fofisano.

“Bien que has sabido hacerla estallar como un volcán mirando mis
pezones, imbécil…tu eres la clave para que ella estalle”

Escribió Yolanda con ira relajada.

“ Si pues por eso, desde que se calmó todo el asunto, ella está
bastante rara conmigo, ahora estamos en la piscina, y al llegar a
aquí, me ha hecho, digamos que no una bronca, pero si un sermón
importante, sobre que si un hombre enamorado no puede mirar a
otra mujer, sobre que si solo pienso con la polla y otras gilipolleces,
con las ganas que tengo de mandarla a la mierda, y el asco que me
da tocarla, llevo más de cuarenta minutos de arrumacos, besos y
otros cariñitos que me dan arcadas… así que no sé qué hacer, que no
seas tú para cabrearla, con todas las movidas que tengo en casa,
estar aquí con este feto sin gracia, encima con cariñitos, sobos y
besos, me tiene más que harto…”

Yolanda leyó en el chico el hartazón de la situación y recordando la


falta de constancia de la juventud se dio cuenta, que necesitaba
motivarlo extra, antes de que lo mandase todo al carajo y la dejase
sin alcanzar su venganza y su control total sobre Vicente, así que se
le ocurrió algo.

“Que te parece lo siguiente; si consigues que le monte hoy una


escena escandalosa de fiera enloquecida con violencia a Vicente, esta
misma noche aquí mientras todos duermen, te hago una mamada,
pero no puedes correrte en la boca, te dejo que escojas donde esa es
mi oferta”

Le escribió Yolanda con talante frio y calculador.

“Pero primero nos enrollamos y me dejas magrearte y chupar todo tu


cuerpo”.

Le contesto el criajo.

Yolanda dejo pasar unos minutos para aumentar la ansiedad del


niñato,
“Vale acepto…pero primero dime dónde quieres correrte”

Pregunto Yolanda sonriendo de satisfacción.

“En la cara, si no puedo correrme en tu boca quiero correrme en tu


cara…pero aún no sé cómo conseguir que ella haga lo que me pides”.

Respondió el ninato del tautaje y el pendiente en forma de cruz.

“Es muy sencillo, intenta pasar de la mano de ella delante de Vicente,


el no tardara en lanzarte esa mirada de desaprobación furibunda,
después de eso le dices a X, que así no puedes continuar, que su
padre te ha estado mirando con desaprobación toda la semana, que
así no pasas ni un minuto más en esta casa, si tu padre no te pide
perdón y que no sabes si continuaras con ella y a continuación vete
de la casa sin más, aunque llore o patalee ni te gires, hasta que te
llame Vicente y vuelves”

Escribió Yolanda.

“Pero que dices, eso es muy fuerte, tú crees que resultara, no veo yo
al señor Pérez, bajándose los pantalones de esa manera, con lo
orgulloso y prepotente que es”

Contesto el criajo.

“Por supuesto que resultara…hazlo y reza para que resulte, sino no


tendrás tu recompensa de hoy”

Escribió Yolanda, cerrando la conversación, con una sonrisa maligna.

Por supuesto que resulto, cuarenta minutos después desde la esquina


del pasillo Yolanda en silencio y ocultándose de la vista de la niñata
malcriada, veía como esta estallaba de furia, contra su padre, por
hacer sentir incomodo a su novio, que si era el amor de su vida, que
si por su culpa cortaban, lo odiaría para siempre, aumentando los
gritos hacia voces histéricas y violentas, que con su voces pidiendo
respeto Vicente no podía superar, por mucho que gritase, hasta que
las voces de la criaja se tornaron empellones a su viejo y zafio padre,
calvo y de flácida barriga que acabo cayendo rodando como un saco
de patatas, incapaz de reaccionar ante la sorpresa de la ira y la
violencia de su “niñita”, que a voces se le echo encima, golpeando en
el pecho sin cesar a Vicente, exigiéndole que llamase a Sergio y se
disculpase, como una loca neurótica, el viejo estaba blanco por el
pánico, incapaz de sacar su orgullo, prepotencia y chulería, cagado de
miedo como buen cobarde ricachón, su hija lo tenía contra las
cuerdas, y él, blanco y tembloroso ante la mirada de furia infernal de
su “niñita”, cogió el móvil y balbuciendo, esgrimió al teléfono una fútil
excusa, y un perdón pidiéndole al criajo que volviese.

Apenas colgó, sudoroso y con la cara pálida por el temor infundido


por la niñata, Yolanda entro en el salón, preguntando por todo aquel
follón, increpando a la cría y poniéndose junto a Vicente en actitud
defensiva, que se aferraba a sus piernas, mientras Yolanda con una
pose de defensa física, hablo con un fuerte y alto tono de voz a la
niñata exigiéndole respeto a su padre y a su esposo, en plan esposa
digna, la muy hipócrita, mientras Vicente como un niño pequeño y
desvalido no le soltaba los muslos y la criaja muy soberbia y segura
de sí misma se revolvía como una cobra, mandándolos a paseo
abandono el salón para ir a la puerta a recibir a su novio.

Todo había salido a pedir de boca, Vicente estaba destrozado,


Yolanda se pasó el resto de la tarde noche consolándolo e incluso lo
saco para que cenasen fuera, y el monotema entre ellos fue de donde
salía aquella violencia irracional y bestial de Belén, Yolanda
aprovecho para sembrar una nueva duda en Vicente, citando algunos
casos de alteración de la personalidad hacia la violencia que había
conocido por el abuso de las drogas, pero rápidamente lo descarto
porque era gente que llevaba mucho tiempo consumiendo, pero el
temor ya estaba sembrado en el atónito y pasmado imbécil de su
marido.

Tal y como le había indicado al niñato dejo en el baño de invitados un


sobre de somnífero relajante, nada peligroso, pero muy efectivo para
que lo vertiese en alguna bebida de la niñata, sin que esta se diera
cuenta, justo después de cenar, para que ella cayese en  un profundo
sueño, ella hizo lo mismo con Vicente y aunque a modo de
compensación para relajarlo le dejo que le mamase y babease las
perfectas y divinas tetazas, a mitad de pajearle para mamarle la
flácida y floja polla, el zafio, viejo, calvo y despreciable imbécil de su
marido cayo redondo. No importaba, su cuerpo tendría acción aquella
noche, había quedado en su habitación una hora y media después de
irse todos a la cama con el criajo.

Yolanda había dejado la puerta entre abierta, el niñato entro con


cuidado, entreabriendo la puerta lo justo para que se colase su
cuerpo.

-        Tshiss…tshisss…Yolanda…estas ahí…

Dijo en voz baja el criajo.

-        Cierra la puerta con cuidado.

Susurro Yolanda con voz dulce y femenina.


El niñato fofisano cerró con un cuidado extremo.

La luz potente de una linterna lo deslumbro.

-        Está bien, no andes más, deja caer la toalla y levanta las
manos abiertas.

El criajo sorprendido y totalmente cegado por la potencia de la


linterna, dejo caer la toalla que le cubría la parte inferior y que era la
única prenda que llevaba, y totalmente desnudo alzo las manos.

-        Date una vuelta lentamente y después con el pie me arrojas la


toalla.

Ordeno con su voz femenina Yolanda, sin transmitir ninguna emoción,


mientras el chico se daba una vuelta muy lenta, completamente ciego
con un aspecto más que patético, justo al acabar la vuelta,
torpemente levanto con el pie la toalla hacia Yolanda, que aparto
durante unos segundos el foco para escudriñarla y comprobar que no
había nada, lanzándola después a los pies de la cama y volviendo a
enfocar al chico.

-        ¿Te has duchado justo antes de venir?

Pregunto con voz severa Yolanda.

-        Llevo veinte minutos bajo la ducha y mis pelotas y mi polla


están completamente depiladas.

Respondió el chico con sonrisa ansiosa con los ojos entornados


levantando su rabo estándar torpemente, al tiempo que balanceaba
levemente sus pelotas.

-        Jajajaja

La escena hizo reír a Yolanda, que apago la luz de la linterna y


encendió la tenue luz de su mesita de noche.

-        Muy bien…estas actuando muy bien…por eso te has ganado


esta recompensa…será más corta de lo habitual…pero muy intensa…y
además subiremos de nivel…si lo de dentro de dos semanas sale
bien…tu recompensa será muy grande…no pierdas la concentración.

Dijo Yolanda susurrando con voz melosa de perra cachonda, antes de


ponerse de pie e indicarle al chico que se sentase en el borde de la
cama.
Se había lavado el pelo castaño oscuro, brillante y sedoso, y se lo
había secado sin alisárselo lo más mínimo, de forma que se le
ondulaba levemente desde la mitad de la melena que llevaba libre
cayendo por ambos lados de su cabeza cubriendo sus hombros y
cuyas puntas llegaban por delante hasta la mitad de la curva
exuberante de sus grandes y maravillosos melones en forma de gota
de lluvia, que se desborda por los lados del tronco para realzarse
turgentes, erguido y desafiantes con la gravedad, un batín de satén
blanco cubría su cuerpo hasta el principio de sus muslos, anudado
suavemente a su divina y curva cadera.

El chico desnudo paso junto a ella para sentarse como ella le


indicaba, mientras Yolanda se levantaba de la cama, arrojando
suavemente la linterna a los pies de la misma, mirándolo desde
arriba, alzada por sus tacones de verano rojo intenso, con solo una
tira sobre su empeine, que le conferían casi un metro ochenta de
altura y se plantaba frente a él, mientras este tomaba asiento como
un pánfilo en el borde de su cama de matrimonio de metro ochenta
de ancho.

Yolanda le sonrió complacida, sin mostrar su perfecta dentadura, esa


sonrisa que deshace los polos y con un gesto, cerrando su mano
derecha, le lanzo una mirada dura y picara a la vez haciendole el
gesto de que se masturbara.

-        Me gusta verte la polla morcillona.

Susurro ella lascivamente.

El chico empezó a masturbarse arriba y abajo, abajo y arriba.


Mientras Yolanda con gestos medidos y pausados deshacía
lentamente el nudo de su batín de satén blanco, apartando primero
una parte y luego la otra, para tomándolo con las dos manos de
ambas partes sacárselo de sus hombros y dejándolo caer por detrás
tras sus pies, dando un paso al frente, sobre sus tacones de verano
rojos, al tiempo que mirando con ojos de depredadora al criajo, se
pasaba las manos abiertas entre su oscura y sedosa melena.

-        Ooooohhhhh…..

Exclamo el criajo al verla vestida con un espectacular picardías o


salto de cama de seda roja  completamente transparente justo
debajo de la curva de tela rojo oscuro que contenía y sostenía apenas
la mitad de sus magníficas mamazas en forma de gota de lluvia de
talla de copa E, confiriéndoles una perfecta redondez y esfericidad,
realzada y ajustada, firmes con un lacito rojo de seda entre esos dos
perfectos e inmensos melones,  dejando en su amplio y redondo
escote de volante a la vista la mitad de sus perfectas y oscuras
areolas, ya que los pezones extra grandes quedaban protegidos con
una gasa roja que lograba disimularlos. El picardías, se sostenía con
dos finísimos tirantes de seda roja, como la del lazo, que colgaban de
sus hombros, después la tela de seda completamente transparente
caía lo justo para tapar su tanga de encaje rojo que estaba
completamente a la vista.

Aquella diosa morena mediterránea de explosivas curvas como la


mejor playmate del año, era un espectáculo del que el niñato nunca
se saciaba de ver, contemplándola con gesto de adoración y todo el
cuerpo ansioso por alcanzar el objeto de su deseo, el cuerpo de super
hembra de Yolanda. 

Yolanda se acercó al criajo y a la cama lentamente, primero daba un


paso con un pie y luego el otro de sus largas, esbeltas y firmes
piernas, hasta llegar a él.

-        ¿Te gusta los que ves?

Susurro Yolanda al niñato fofisano con voz entre melosa y desafiante,


mirándole con sus ojos oscuros y brillantes de reina mora,
entornados y cargados de apetito sexual.

-        Siiiiiiiiiii……….siiiiiiii………..me gustaaaa todo lo que veo….me


gusta como hueeeeleeeesss….ooooohhhh….no solo los super
perfumes caros….tu olor personal…..que impregna toda la casa….me
vuelve locoooo…..y todo tu cuerpoooo….que piernaaasss…que
musloooosss.

Exclamaba Sergio en voz baja lleno de ansiedad y deseo, mientras


magreaba y marcaba con sus huellas dactilares la piel firme, morena
y cetrina de los muslos perfectos de Yolanda, al tiempo que hundía su
rostro con encima de la seda transparente roja en su vientre plano y
definido, como queriendo aspirar su esencia.

-        Muaakkk….sluuurrrppp…muuuuaaakkk…..sluuuuurrrpppp…..que
culo, que culooo…

Mordisqueaba, chupaba, besaba y lanzaba lengüetazos el niñato


fofisano por la cintura, caderas y abdomen perfecto de Yolanda,
mientras esta acariciaba dulcemente el cabello de su cabeza
satisfecha de la desesperación y el deseo del muchacho, que
pellizcaba y amasaba con ferocidad sus perfectas, respingonas y
turgentes nalgas redondas.

Yolanda sin apartar al criajo de su cuerpo fue dando la vuelta,


quitando sensualmente su pelo del rostro, para acabar sentándose
junto él.
-        Oooooohhhhh…..Diooooosssss…que buenaaaa estas….que clase
tienes…..y como te queda la ropa que te pones……..Diooooosssss……
esta lenceriaaaaaa en tu cuerpo de modelo con curvas
explosivas………..

Seguía susurrando lleno de deseo Sergio, antes de rodeándola con los


brazos lanzarse a chuparle y besarle el cuello, los hombros y la parte
alta del pecho con desesperación, mientras Yolanda cerraba los ojos y
se entregaba al placer y el deleite de la lengua, la boca y las manos
hambrientas del criajo. Con lo caliente que era ella, y lo ardiente de
sus caderas, tenía que concentrarse mucho y respirar hondo, para
controlar aquellas oleadas de deseo y no follarse al chico
salvajemente hasta que pidiese que parase por favor.

El niñato fofisano intento bajar los tirantes del picardías para liberar
los enormes frutos redondos y perfectos de las mamazas de Yolanda,
pero esta con expresión divertida, volvía a subírselos.

-        Si quieres lo que hay dentro del salto de cama, deberás


romperlo….vamos demuéstrame lo macho que eres y lo que las
deseas…

Susurro desafiante Yolanda con sonrisa de malvada, separándose


firmemente del criajo.

El cual, con los ojos llenos de desesperación y ansiedad lujuriosa,


agarro el picardías transparente de seda rojo con ambas manos por el
lateral donde se unía el escote a los tirantes y tiro violentamente
hacia ambos lados.

-        Vamos nene…demuéstrame lo macho que eres…

Seguía provocándole Yolanda, entre los vaivenes de su cuerpo que


provocaban los violentos tirones del niñato sobre su picardías. Un
segundo tirón, con fuerza, un tercero, un cuarto…

-        Vamos nene… si no me demuestras lo suficiente que me


deseas…no va a haber nada.

Susurraba maléfica y torturadora Yolanda, fijando su mirada más


lasciva en el criajo, que jadeaba desesperado y empezando a entrar
en pánico, ante la posibilidad de que aquello acabase en nada.

Un quinto tirón, un sexto, un séptimo….

-        Ras, ras, ras, raaaaaasssss….


Sonó la seda haciéndose pedazos ante el ansioso y desesperado
niñato fofisano que rajo el salto de cama de seda rojo transparente
de arriba abajo, haciendo saltar en el vacío las dos enormes,
esféricas y turgentes gotas de lluvia que se desbordaban por los
lados, arrojando violentamente hacia los lados la gasa roja que cubría
sus extra grandes pezones oscuros, que apuntan al centro muy
erguidos y erectos, en punta desafiando la gravedad.

-        Jajajajajaja….jajajaja….así me gusta…

Reía risueña y divertida Yolanda llena de satisfacción al comprobar


hasta qué punto su cuerpo de hembra en la máxima plenitud de su
lozanía y potencia sexual enloquecía y desesperaba al criajo.

-        Oooooohhhh…ooooohhhh….oooohhh…

Contemplaba  extasiado y agotado por la desesperación el chico,


antes de coger cada una de las mamazas de Yolanda por abajo con
sus manos muy abiertas, apretándolas como si quisiera exprimirlas,
para luego lanzarse a devorar alternativamente cada uno de aquellos
fabulosos y enormes pezones morenos.

-        Oooooohhh…siiiii…neneee….siiii….asiiiii…

Cerraba los ojos Yolanda, pasándole sus femeninos y delicados dedos


entre los cabellos al niñato fofisano, cerrando los ojos abandonándose
a las oleadas de placer que aquellos hambrientos labios y lengua
provocaban en sus pezones y areolas.

-       
Sluuurppp.....sluuurrrppp….sluuuurrrpp….muuuuaaakkk….sluuuurrrpp
p…sluuuuurpppp…

Durante más de cinco minutos Sergio se concentró en lamer, chupar,


mamar, succionar, mordisquear aquellos inmensos y perfectos
globazos naturales, hasta cubrirlos con la marca de su lengua, labios,
dientes y saliva.

-        Oooooohhh…siiiii…neneee….siiii….asiiiii…

Seguía disfrutando Yolanda, que empujo la cabeza del chico entre su


canalillo doblando su cuerpo para tumbarse sobre la cama cuando
sintió los primeros latigazos de la lactancia preparándose para
dirigirse hacia sus pezones, empapados y duros como el hormigón.

-         Oooooohhh…siiiii…neneee….siiii….asiiiii…
Seguía disfrutando con los ojos cerrados Yolanda, mientras la lengua
y los labios del criajo, recorrían todo su abdomen, jugaban con el
brillantito que tenía en el piercing y devoraban su ombligo y sus
caderas a base de chupetones.

-        Oooooohhh…siiiii…neneee….siiii….asiiiii…

Se retorcía de placer con la raja empapada y el tanga de encaje


chorreando, mientras el chico seguía devorándole los muslos
centímetro a centímetro, dejando el sello de sus labios y dientes, y el
rastro de su saliva por todo su cuerpo, sin perdonar ni un milímetro
de sus largos y esbeltos muslos, chupándolos y dándole lengüetazos
detrás de las rodillas, saboreando su piel sedosa y suave como la
porcelana de sus esculturales gemelos, devorando sus tobillos y
haciendo que su lengua jugase con su cadenita tobillera.

-        Oooooohhh…siiiii…neneee….siiii….asiiiii…siiiiiiii

Se contorsionaba gimiendo en voz baja Yolanda, cerrando los ojos


mientras el chico tras sacarle cuidadosamente los tacones de verano
rojos, besaba y mordisqueaba su empeine, la planta de sus pies, y
chupaba uno a uno sus preciosos y perfectamente cuidados dedos de
los pies.

-        Oooooohhhhhh….tus pies son perfectos…perfectosss….sin una


dureza, de piel suave y sedosa….sluuuurrppp….sluuuurrrppp….

Seguía el criajo chupándole uno a uno los dedos de los pies, mientras
Yolanda empezaba a respirar profundamente para contener las ganas
locas de follarse al niñato, que le estaban subiendo a la cabeza.

-        Ven, ven, coloca la almohada como respaldo y abre las piernas,
ya te he dicho que no tenemos mucho tiempo.

Dijo Yolanda, con la cara desencajada por el placer recibido, alejando


sus pies y piernas de la boca del niñato, recuperando la compostura
para no acabar follandoselo, contemplando como el niñato obedecía,
colocando la almohada como respaldo se sentaba con las piernas
abiertas y su cada vez más apetitosa verga estándar, verga erecta
como un mástil, vigorosa y dura como el acero. Se puso frente a él
recuperando su más deliciosa y seductora sonrisa, se acercó al chico
que abría mucho las piernas con su polla en ristre

A cuatro patas sobre la cama, se aproximó al criajo como una gata en


celo, con el picardías completamente roto por delante, con sus
enormes mamazas perfectas, turgentes y erectas balanceándose
lentamente adelante y atrás, atrás y adelante, de izquierda a derecha
y de derecha a izquierda, sin que ella apartase ni por un momento su
fija mirada de zorra hambrienta de los ojos del chico.

Lentamente sin dejar de mirarlo llevo su femenina y cuidada mano


derecha de uñas rojas a la base de la verga del chico, mientras con la
izquierda con suavidad y cuidado recogía su escroto, masajeándolo
levemente.

-        Huuuuuuuuummmm…..

Exclamo el criajo de placer, relajándose y cerrando los ojos,


provocando una sonrisa de condescendencia de Yoli.

-        Si me prometes que no vas a tocarme y vas a seguir mis


indicaciones no hago que te esposes.

Dijo divertida jugando con su enorme y cálida lengua Yolanda. El


niñato fofisano de tatuaje y pendiente en forma de cruz, afirmo con la
cabeza de forma compulsiva y ansiosa, al tiempo que mirándolo de
forma traviesa Yolanda llevo la punta de su lengua al glande de la
verga del chico, que ya empezaba a oler a liquido preseminal, y le
lanzo un rápido y lento lengüetazo al glande, al tiempo que empezaba
a masturbar el tronco con su femenina y preciosa mano, arriba y
abajo, abajo y arriba.

-        Ooooooooooooooooooohhhhhhhhhhhh…..

Gimió de placer el criajo tensando todo el cuerpo, al tiempo que


Yolanda se concentraba en lanzarle un lengüetazo detrás de otro,
lentos y precisos a su glande y prepucio, sin dejar de masajearle las
pelotas lenta y suavemente, para estimular la producción de su leche,
alzando su perfecto, grande, respingón y esférico culo, todo lo que
aquella posición le permitía, para darle al chico un perfecta
panorámica de sus dos nalgas fibrosas y turgentes separadas
solamente por el hilo del tanga de encaje rojo.

-        Oooooohhhh…..uuuuuuhhhhh…..siiiii….queeeeee bieeeennnn…


esto es una mamadaaaa….y no la mierda que hace
Beleeeeennn….ooooohhhh

Musitaba el chico retorciéndose de placer, cerrando los ojos de vez en


cuando.

Sin dejar de masajear sus bolas, extendiendo en todo su tamaño su


lengua alternando lengüetazos lentos, con otros rápidos, pasando del
prepucio y el glande a recorrer todo el tronco, de arriba abajo, y de
abajo a arriba, mucho mejor que cualquier profesional.
-        Sluuuurrrpppp….. sluuuurrrpppp….Avísame cuando vayas a
correrte, bajo ninguna circunstancia te corras dentro de mi boca o
esto se habrá acabado para siempre……sluuuurppp…sluuuurrp…

Advirtió seriamente Yolanda sin dejar de chupársela y de masturbar


la verga del chico, que sumido en un inmenso mar de placer, afirmo
obediente, repetida y compulsivamente con la cabeza, justo cuando
Yolanda apoyo sus labios en la punta del prepucio de aquella ardiente
y palpitante verga y concentrándose empezó a producir saliva por
toda la boca, y a dejarla caer por el prepucio al tiempo que ajustando
mucho los labios introducía en su boca la verga del criajo hasta el
prepucio sin dejar de masajear sus bolas, y de pajear su tronco.

-         Oooooohhhh…..uuuuuuhhhhh…..siiiii…. Diiiiiooooooossssss….

Se derretía de placer el niñato fofisano agarrándose a las sabanas con


fuerza para soltar después, cada tres o cuatro bombeos  sobre el
prepucio y el glande.

-        Chuuuuaaappp……
ahhhhhh….Sluuuuuuuuurrrp….sluuuurrrppppp

Yolanda se la tragaba entera hasta la base, bañándola


completamente en su saliva, y sacándola de una vez de su boca
apartándose unos centímetros, abriendo la boca de la que colgaban
hilos de saliva mirando fijamente al chico para elevar su morbo al
máximo, al tiempo que al volver a concentrarse con la boca y la
lengua en el prepucio su mano derecha resbalaba en su inmensa
cantidad de saliva al pajear el tronco del criajo.

-        Oooooohhhh…..uuuuuuhhhhh…..siiiii…. Aaaaaaaaahhhhh….

Gemía en voz baja de puro éxtasis el chico.

-        Sluuuuuuuuurrrp….sluuuurrrppppp…
sluuuuuuuuurrrp….sluuuurrrppppp….

Mientras Yoli se recreaba lentamente, chupando aquella ardiente y


joven polla, sin la más mínima prisa, manteniendo un ritmo medio de
la mamada, para tener al chico completamente sumido en un estado
de placer sexual, que jamás hubiera soñado durante casi diez
minutos, el niñato soñaría con las mamadas de Yolanda el resto de su
vida.

Cuando a Yoli le pareció, mirando fijamente a Sergio con su rostro


más lascivo empezó a bombear sobre el prepucio y el glande a gran
ritmo,  metiéndose la verga del criajo en su ardiente y húmeda boca,
masajeándola con su lengua, adentro y afuera, afuera y adentro.
-        Sluuuuuuuuurrrp….sluuuurrrppppp…
sluuuuuuuuurrrp….sluuuurrrppppp….

El criajo la miraba galopando en el éxtasis de aquellas olas de placer


increíble y no podría creerlo, aquella diosa del porno, con aquel rostro
precioso de diosa latina, sus ojos de largas y rizadas pestañas, con
sus cejas perfectas y arqueadas, con aquella sombra gris difuminada
que aumentaba el misterio de sus ojos de reina mora, con aquellos
pómulos perfectos y sus labios carnosos pintados de rojo, aquella
mujer de bandera, tan preciosa, llevaba un tiempo divino comiéndole
la polla con gusto y devoción y él nunca había estado tan cerca del
paraíso.

-        Oooooohhhhhh…..oooooohhhh….me voy a correeeerrrr.

Aviso el niñato fofisano entre convulsiones de placer. Inmediatamente


Yolanda se sacó su polla de la boca y de un salto bajo de la cama
poniéndose de rodillas frente al borde.

-        ¡Venga ven acaba en mi cara como querías!

Le indico Yolanda gentil pero apremiante, ante lo que el chico


cogiéndose su empapada en saliva verga entre las manos, se acercó
para sentarse al borde frente a Yolanda, con la polla en ristre como
una lanza que apuntaba a Yoli.

Esta de rodillas en el suelo, se irguió levemente y entre la mano


derecha y un movimiento femenino y sensual de su cuello, echo su
preciosa melena castaña levemente ondulada hacia atrás, despejando
su rostro, después con ambas manos sujeto sus dos enormes y
maravillosas mamazas como ofreciéndolas, al tiempo que mirando al
chico y a su polla en ristre, mostraba su maravillosa sonrisa que
enamoraría a Dios, ofreciéndose por completo a la corrida del criajo.

-        Ooooooooohhhh…..oooooohhhhhh….siiiiiiiiii….

Exploto el chico sacudiéndosela brutalmente adelante y atrás, atrás y


adelante su palpitante verga empapada en saliva de Yoli, sumido en
su cumbre del placer por el morbo completo de mirar a los ojos a
aquella super hembra de bandera mientras bañaba su precioso rostro
sonriente con su cálida leche.

-        Siiiiiiiiiiiiiiii………….

Gimió el niñato fofisano, cuando el primer chorro ardiente cruzo la


sonriente y divina cara de Yolanda ,que cerró los ojos
instintivamente, cubriéndola de leche humana de arriba a abajo, una
segunda ráfaga aún más densa y voluminosa descargo sobre la mitad
de su nariz y sus labios carnosos, una tercera cruzo sus mejillas, una
cuarta y una quinta el chico las dirigió a sus ojos y cejas, pero aún se
corrió una sexta y séptima ráfaga, como si no tuviera fin, ráfagas que
lanzo al cuello y que cruzaron las tetazas expuestas de Yolanda.

Bajando de la cama y acercándose el criajo, para exprimir hasta la


última gota sobre la frente y la nariz de Yolanda, la cual se limpió con
las manos como pudo el semen de los ojos cerrados, viendo al chico
acabar de exprimirse la verga y apoyarse en el borde de la cama, se
acercó e inclinándose agarro la polla medio flácida del niñato fofisano,
procediendo a limpiarla con su lengua y boca, sin dejar de mirarlo
pícaramente con el rostro cubierto por todo su semen

-        Slurp….slurp…slurp….slurp….

Dejo bien limpio el rabo de Sergio Yolanda.

-        Que placer nunca había disfrutado tanto, ni me había corrido


tanto…que placeeeerrr….

Exclamo el chico relajando todo su cuerpo.

-        Eso es por el masaje en los testículos cariño…venga, ahora con


mucho cuidado coge la toalla y vuelve al cuarto de invitados, y sigue
con el plan del hachís en marcha, esa recompensa será mejor y más
larga…recuerda.

Dijo pragmática Yolanda levantándose del suelo y dirigiéndose a la


mesita de noche, sobre la que tenía una caja de pañuelos de papel
con los que se limpió de la cara el semen del criajo. Mientras este
cogía la toalla de los pies de la cama para cubrirse con ella y
marcharse

-        ¡Espera!

Dijo Yolanda dirigiéndose a la puerta donde el chico plantado y


sorprendido la esperaba.

-        Muuuuuuaaaaacc.

Le dio un largo morreo al criajo, enroscando su lengua en la del


chico, que aprovechó el momento para clavar sus dedos como zarpas
en las redondas y firmes nalgas de Yolanda,

-        Esto como adelanto, consígueme lo del hachís, y subiremos a


niveles como este o mejores.
Dijo Yolanda, despegándose del chico con un leve y suave empujón
en el pecho que desprendió sus zarpas de sus morenos y perfectos
grandes glúteos, sonriendo como un estúpido, y cubriendo su
renovada erección con la toalla, mientras afirmaba repetidamente con
la cabeza y salía sigilosamente de la habitación, dejando a Yolanda
con una leve sonrisa de satisfacción, lo tenía completamente
comiendo de su mano, para usarlo como ella quisiera.

VI

Vicente ya repuesto del estupor de la violencia de la hasta hacía


pocos meses su querida niña, andaba como un toro enrabietado y
aunque Yolanda tenía que padecer su ira, sus celos y su carácter más
insoportable que nunca, no dejaba de deslizar con disimulo siempre
que podía lo extraño de aquellos ataques violentos de ira, que podría
haberle hecho cambiar tanto el carácter a la niña y a esa edad, que
pasaría si como la paliza que había dado en colegio, aquellos ataques
de ira histéricos se reproducían en otros ámbitos sociales, que
vergüenza, y si estaba enloqueciendo, y si, y si, y si….y así como una
gota que lentamente y sin pausa cae en el mismo sitio, iba Yolanda
haciendo mella en el miedo de Vicente por su reputación.

Mientras seguía por el chat de Telegram, los progresos del criajo, que
había tenido que pagar a la cómplice del dinero que le daba Yolanda,
para que comprase una piedra bien grande de hachís.   

Durante aquel tiempo y debido a la volcánica irascibilidad de Vicente,


Yolanda vestía extremadamente recatada, tanto dentro de casa,
como cuando salían, intentaba disimular al máximo sus
espectaculares curvas, con la clase de ropa que a ella solo le gustaba
para estar en casa cómoda, ya que desde la adolescencia no había
nada que le gustase más que excitar a los hombres con su sola
presencia, no le intimidaba nada que sus voluptuosas curvas fueran
el objeto de todas las miradas masculinas, le encantaba, sobre todo
porque sin adoptar un aire arrogante o prepotente, y sin dejar de
sonreír los obviaba, aumentando así el deseo por ella.

De vez en cuando intentaba rebajar la ira de Vicente, yendo a su


cuarto en lencería, y dejándole que le babease mal, como era
habitual sus tetazas y labios, mientras ella le masturbaba y le
practicaba cubanas que solían ser rápidas debido a su precoz
eyaculación.
Ella había doblado la práctica de Yoga y meditación, pero también
había doblado el uso de dildos y vibradores, se masturbaba hasta el
orgasmo al menos cuatro veces al día, necesitaba estar  muy
concentrada, iba a aumentar el nivel de las recompensas sexuales
con el criajo, por eso debía poder controlar su deseo por una
verdadera polla (y aunque la del niñato no era nada del otro jueves,
al lado de la de Vicente era un tesoro) y que su insatisfacción de
tantos años no le llevase a follarse al chico antes de tiempo, lo
necesitaba completamente implicado y deseoso por el trofeo final,
para que empujase a la niñata mal criada al abismo.

Por fin llego el día del petardazo, en la siguiente semana que Belén
pasaba con ellos.

-        La china está en el paquete de tabaco de X, dentro del


paquete, le quedan como cuatro cigarros y la china, atención.

Tenía que encontrar alguna forma de provocarle un ataque de ira y


ella sabía cómo hacerlo, consciente de este hecho Yolanda se había
mostrado muy cariñosa toda la semana con Vicente, aprovecho que
después de la escuela estaban los tres en el salón, Yolanda empezó a
besar lujuriosamente y con deseo a Vicente, que normalmente
rehusaba los signos de afecto en  público, pero debido al reciente
ataque de su hija y a su estado colérico había estado toda la semana
muy receptivo a los mimos y cariñitos de Yolanda.

Ante aquella perspectiva frente a ella, la criaja explotó, insultando a


los dos, que porque no se iban de su presencia para enrollarse. Los
tradicionales puta, zorra etc… para Yolanda que mantenía su cara de
asombrada resignada de siempre, pero a su padre lo puso de vuelta y
media, y cuando este volvió a exigir respeto, ella envalentonada y
aún más loca volvió a empujarlo sobre el sofá, en ese momento
Yolanda reacciono agarrándola por los brazos con fuerza, para una
persona físicamente en forma, con la musculatura fuerte y a tono
como Yolanda, los brazos huesudos y pálidos de la criaja no eran
rival, esta al sentir la fuerza y firmeza con que Yolanda la sujetaba,
trato de liberarse, a la cuarta vez Yolanda le hizo creer que se había
soltado y se marchó, entre gritos diciendo que volvería a la hora de
cenar.

 Era el momento, pensó Yolanda, la criaja no había llevado el tabaco


al salón y se había ido de la casa hecha una furia sin el mismo.
Tranquilizo a Vicente, con muchos arrumacos y muchos cariños y
después comenzó una conversación sobre el monótema de las
últimas semanas, la actitud violenta de Belén. Yoli no tuvo más que
lanzar alguna que otra indirecta sobre sustancias, para que la
maquina paranoica y suspicaz de sospechas y complejos de Vicente
se pusiera en marcha.
Cinco minutos después estaban en la habitación de la criaja
rebuscando. Yolanda que sabía por Sergio donde solía esta guardar el
tabaco, rebusco en un par de sitios para disimuladamente encontrar
el tabaco a la tercera y pasarle el paquete a Vicente, el cual como un
perro de presa lo husmeo todo. Se oían unos pasos por la escalera,
cuando Vicente extrajo la piedra de hachís del paquete de tabaco y
después de olisquearla como un sabueso, puso unos ojos encendidos
de cólera en un rostro que enrojecía por momentos como un volcán,
en ese preciso momento entro la criaja, que se había dejado el
tabaco y volvía a por él.

Se montó un escándalo mundial, la niñata malcriada, pillada por


sorpresa se achanto de mala manera, aunque no para de negar entre
lágrimas, que ella no consumía drogas, Vicente la amenazo por
primera vez con mandarla a un internado en el extranjero, le cortaría
todas las tarjetas…bramaba como un Júpiter tronante. Yolanda en
silencio respetuoso lo miraba desde una esquina, todo estaba
saliendo a pedir de boca.

Vicente llamo a su exmujer, que al explicarle lo que había pasado se


presentó al instante, la criaja al ver a su madre busco su refugio,
entre lágrimas negándolo todo sin cesar, y a pesar de la ira de
Vicente, o quizás por eso y por la gravedad de que su hija tuviera
ataques violentos, porque consumía drogas o el peligro de que
acabase siendo una drogadicta por todos conocida, que vergüenza,
que vergüenza , que vergüenza, todo ese suflé y la insistencia de la
cría en que no consumía drogas hizo que la madre se pusiera un poco
de su parte.

Ella se comprometió a hacerse un análisis de orina y a ir todos los


días a la psicóloga del colegio, y Vicente creyendo que sin dinero sus
posibilidades de drogarse disminuían, le redujo la asignación de la
tarjeta, su ex transigió en aquello.

El muro del amor y la credibilidad de la criaja en el corazón de su


papi empezaba a desmoronarse y Yolanda siguió los siguientes días
socavando aquel muro, que vergüenza para la familia y para la
reputación de Vicente en aquella sociedad de ricachones si a Belén le
pillaban drogada, lo que hizo que Vicente empezase a sopesar
seriamente lo del internado en el extranjero y empezó a preguntar a
amigos e incluso quedo con su exmujer para comer y con calma
exponérselo, aunque ella muy preocupada por la situación tan
deteriorada de su hija lo rechazo en principio.

“Quiero follar, quiero follar” ….le estuvo pidiendo el criajo loco de


ansiedad toda la semana.
“Ese nivel está cercano, pero aún no has llegado a él” … “Cubanas y
mamadas, acabamos donde tú quieras, me pongo la ropa que tú
quieras, y hacemos lo que más te guste, donde más te guste…esa es
mi única oferta…dime alguna fantasía conmigo que pueda cumplir
esos requisitos”. Respondía Yolanda de forma fría y calculadora como
si estuviese negociando en una reunión.

“ Pues para empezar me gustaría que no me esposases o atases, si


es posible, y tener más tiempo de lo habitual… luego tengo un par de
fantasías que no sé si serían posibles, lo que me gustaría sería
calentarme contigo en una disco, bailando contigo en la pista alguna
canción algo erótica, tú con uno de esos supervestidos de noche
sexys, que luces en contadas ocasiones y te visto llevar con Vicente
en actos del club social, esos cortísimos que te acaban en la curva del
culo, y enrollarme contigo en la pista, metiéndote mano y
magreandote por todas partes y acabar en un reservado donde te
desnudo y tenemos sexo…mi otra fantasía es  bañarme contigo en la
piscina, enrollándome contigo y metiéndote mano dentro del agua,
hasta sacarte desnuda de la piscina y luego amasar todo tu cuerpo
con aceite y acabar con sexo…esas son mis fantasías…pero no sé qué
posibilidades hay”.

Escribió el criajo, ante la sonrisa maliciosa y cachonda de Yolanda,


sorprendida de la imaginación y las fantasías de Sergio, pensando la
de veces que se habría pajeado imaginando vivir esas fantasías con
ella.

“Es bueno que sepa tus fantasías, veré a ver qué puedo hacer por
satisfacerte…seguro que no te decepciono ;) “

Respondió Yoli mandando al final un emoticono de una cara con un


guiño.

“Tú nunca decepcionas, eres una diosa”

Respondió el chico teatralmente, llevado por el deseo.

“Eso espero, el sábado a la misma hora en el mismo sitio, si no te


indico lo contrario, atento a este canal por si hay cambios.”

Cerro Yolanda la conversación.

Yolanda había vuelto a teñirse el pelo de negro oscuro y brillante, en


un tono que lanzaba reflejos cuando el sol le daba de lleno en su
sedosa y voluminosa melena, aumentando su sexapil de forma
salvaje.
Vicente andaba de los nervios, obsesionado con la transformación de
su hija y que su irreflexividad adolescente pudiera provocar un
desastre que manchase su reputación y la de su familia, como iba a
mirar a los demás ricachones derechones, que se burlarían y reirían
de él para siempre.

A los “relajamientos” sexuales Yoli, había añadido infusiones


relajantes y somníferos por la noche. El objetivo era cargarse a la
niñata en la influencia y poder sobre su padre, no que a Vicente le
diera un infarto y todos los privilegios y estatus de riqueza, por el que
tantos sacrificios había hecho Yolanda, se fueran a la tumba con el
zafio imbécil de su marido.

Por ello en una estrategia de:  “una de cal y una de arena”, Yolanda
procuraba que Vicente hiciese cosas que le permitiesen relajarse y no
había nada mejor para que Vicente se inhibiera, que el que le hicieran
la pelota y le lamieran el culo, subiendo su ego al máximo en el club
de golf con sus proveedores, los cuales se dejaban ganar por el inútil
de Vicente, riéndole las gracias además.

Por todo ello Yolanda no tuvo que insistir mucho para que Vicente
volviera al club de golf aquel sábado, llevaba tres semanas sin ir y le
vendría muy bien para desconectar de sus preocupaciones familiares,
Yolanda además le sugirió que invitase a comer en el club de golf a
sus “compañeros” de juegos,  por la noche irían a su restaurante
italiano favorito, un sábado ideal para el simple que Vicente, que
estaba más feliz que unas castañuelas con la perspectiva y tardo
poco en invitar a comer a sus proveedores.

El escenario ideal para Yolanda, que disponía así de toda la casa para
ella y sus recompensas, con todo bajo control, gracias a la app de
localización permanente activada en los dos dispositivos que siempre
llevaba Vicente. 

El chico llego como siempre, a la hora de siempre, con el sigilo


habitual entro por la puerta automática de servicio, Yolanda lo
esperaba dentro, más allá del umbral, envuelta en una gabardina con
el pelo recogido en un moño y con sus grandes gafas de sol.

Como siempre hizo pasar al criajo, que le siguió ansioso y


expectante. Esta vez le había pedido que trajera unos bermudas. Al
llegar a la sala de estar el protocolo habitual, desnudo, Yolanda
comprobó toda su ropa, su móvil, cartera, llevo sus cosas al baño de
invitados y le hizo ponerse los bermudas y una camiseta, así como
unas zapatillas.
-        Ves al salón, veras que está ambientado adecuadamente sobre
la mesa enfrente de la televisión hay bebidas siéntate y sírvete algo…
por cierto y prepárame un gin-tonic a mí, a ver cómo te salen.

Dijo Yolanda con una sonrisa mordaz antes de desaparecer por el


pasillo, mientras el chico caminaba por el mismo, girando la cabeza
sin dejar de lanzarle miradas de deseo.

En el salón las cortinas estaban cerradas, había varias lamparitas y


velas que iluminaban el espacio en una especie de penumbra
confortable, el niñato fofisano se acercó tímido a la mesa junto al
sofá y se preparó un ron cola, al tiempo que preparaba un gin-tonic
no muy cargado para Yolanda.

Apenas había acabado de prepararlo cuando una música de discoteca


ligera empezó a sonar, Sergio se giró para ver entrar a Yolanda desde
el pasillo, que con su móvil en la mano había activado el reproductor
de música MP3, la música y el ambiente le daban al salón el aspecto
de un recogido y familiar disco pub solo para ellos dos.

Yolanda avanzo en todo el esplendor de su belleza, hasta un punto


donde la luz dejaba verla bien.

Espectacular con su suelta melena negra, sedosa y brillante, 


completamente lisa, cayéndole desde la raya en el medio de la
cabeza por los hombros y la espalda hasta alcanzar sus puntas la
mitad de la misma, su frente despejada, sus cejas arqueadas y
perfectamente perfiladas, una difuminada sombra de ojos color carne
oscura sobre sus parpados y debajo de sus cejas, para realzar aún
más sus oscuros y brillantes ojos de diosa mediterránea, la perfecta y
oscura raya de sus ojos, sus pestañas largas y rizadas en rímel, su
naricita perfecta, estrecha, redondeada por la punta y ligeramente
respingona, sobre su boca perfecta de labios carnosos de fresa,
realzados por carmín rosa intenso, efecto húmedo escoltando su
sonrisa de dientes perfectos, una sonrisa que era capaz de derribar
estadios enteros, de una belleza inigualable, sus pómulos redondos y
simétricos con un leve toque de colorete, y aquel mentón delicioso de
piel morena cetrina, una guapura increíble.

Llevaba su cuerpo en forma de ocho con curvas firmes y voluptuosas,


entallado y ceñido como una segunda piel con un minivestido cuya
falda se ajustaba para acabar justo al final de la curva de sus grandes
y perfectos glúteos y por delante apenas cubría su raja, dejando a la
vista el noventa por ciento de sus muslos, vestido de color negro
intenso, tenía tres anchas barras horizontales una de color rosa sobre
sus mamazas, otra verde pistacho sobre la cintura y otra naranja
calabaza sobre lo que debía ser su sexo, con un escote redondo alto,
tanto por delante como por detrás, las cortas mangas negras pegadas
a su cuerpo como una segunda piel le llegaban hasta mitad del
antebrazo, por la espalda desde el escote redondeado, el vestido era
completamente de tela negra transparente, acabando en un arco
justo donde empezaba el culo, dejando a la vista la totalidad de la
piel sedosa de su espalda. Unos tacones negros abiertos por donde se
veían sus preciosos pies de dedos enjoyados y uñas perfectas y rojas,
zapatos de tacón alto pero ancho, completaban aquel atuendo
espectacular que hacía arder la entrepierna a todos los machos que
así la contemplaban.

El criajo se quedó petrificado, con la boca abierta completamente


plasmado, mientras Yolanda avanzaba hacia él con su sonrisa de
diosa de la belleza, moviendo sus caderas con carencia como bailando
lentamente.

-        Vaya nunca te había visto por aquí. ¿Eres nuevo?

Pregunto Yolanda burlona representando un papel.

-        ¿Es para mí supongo?

Dijo Yolanda, tomando de las manos del niñato el gin-tonic, ante la


pasividad de este que permanecía pasmado, desnudándola con la
mirada.

-        Estas, estas, estas…espectacular….

Exclamo completamente hipnotizado el chico, apenas sosteniendo su


bebida, mientras Yolanda se dirigía a la zona despejada,
bamboleando todas sus curvas firmes y divinas al ritmo de la música.

-        Tú tampoco estas mal nene…jajaja

Dijo en voz alta Yolanda riendo risueñamente, mientras no dejaba de


mover sus caderas y sus larguísimas y firmes piernas, agitando en el
aire sus entalladas mamazas, que cuando se estiraba completamente,
le daban el aspecto de un número nueve con cabeza, girando al ritmo
de la música y moviendo sus nalgas con la agitación de sus caderas y
por voluntad propia subiendo y bajando sus fibrosos y turgentes
glúteos. El criajo daba largos sorbos a su cubata con una profusa
erección, paralizado.

-        Vamos nene...ven a bailar….

Provocaba y reclamaba Yoli al niñato fofisano, indicándole que se


acercase a bailar con el dedo índice.
El criajo, torpe y atropelladamente se acercó hacia ella ,que empezó
a bailar sensualmente, acercándose y alejándose de él sin dejar de
mover rítmicamente sus caderas al son de la música, subiendo y
bajando sobre sus tacones, y dando sorbos cortos a su gin-tonic, el
chico trataba de tocarla, de echarle alguna mano encima, pero ella se
escabullía serpenteando divertida, viendo como en los ojos del criajo 
aumentaba el deseo, mientras este bailaba torpemente con los ojos
fijos en el cuerpazo de Yolanda, que sobre sus tacones le miraba
desde arriba, al tiempo que aumentaba el ritmo de su baile y
balanceándose lujuriosamente de una forma brutal, frotaba su culazo
y sus mamazas contra el paquete y el cuerpo del chico, que se
quedaba con los brazos abiertos como petrificado.

Cuando se cansó de jugar con su presa, como una cobra con un


conejo, Yolanda dejo su gin-tonic por la mitad encima de la mesa,
con ayuda de su femenina mano derecha de perfectas uñas rojo
intenso, se tiro el pelo para atrás y clavándole la mirada al chico en
los ojos con agresividad lujuriosa se dirigió a él, rodeándole con sus
manos por el cuello, mientras este instintivamente situaba sus manos
en sus caderas y ella delicadamente le quitaba el cubata casi acabado
de las manos, para dejarlo en la mesa y volver a pegarse al niñato
rodeando su cuello con sus finas y femeninas manos, sintiendo su
fuerte erección entre las piernas y sobre el pubis.

-        Que pasa nene, no era esto lo que querías…¿que no te gusto lo


suficiente? Si aquí te quedas paralizado, como te quedarías en una
discoteca rodeado de extraños.

Provocaba Yoli al criajo, mirándolo fijamente con lascivia absoluta, sin


soltarse de su cuello, frotando su cuerpo por encima del vestido
subiendo y bajando al ritmo de la música.

-        Si, si, si que me gustas….estas buenísima…estas increíble…es


que estoy flipando, de lo buena que estas con ese vestido,
flipandoooo

Respondía el niñato con las manos temblorosas y la voz llena de


ansiedad y deseo.

-        Así me gusta más … pero a mí lo que me gusta, es que los


hombres me demuestren con hechos, todo lo que me desean… que se
apropien de mi cuerpo, que me rompan la ropaaahhh…que me
sometan a sus deseos violentamenteeehh…

Susurraba provocativa y lujuriosamente Yolanda.

-        Si alguna vez te ganas el placer de follar conmigo…tienes que


follarme, poseyendo mi cuerpo forzandomeeee, sujetándome por la
muñeca, sujetándome por las caderas, obligándome a  follar en las
posturas que tú quieras…te gustariaaaa….te gustaría hacerlo,
neeeeenneee……

Provocaba Yolanda susurrándole al criajo con voz lasciva y sibilina al


oído, mientras al ritmo de la música sobaba lentamente con su muslo
la terrible erección

-        Siiiiiii…siiiii…siiii me gustariaaaa...

Contestaba el niñato, aferrándose al cuerpo de Yolanda y


recuperándose de la impresión, deslizando sus dedos sobre el vestido
a la vez que apretaba como si quisiera alcanzar el definido tronco de
aquella diosa de porno de piel morena.

-        A mí cuando me follan, me gusta que me rompan la ropa, que


me den cachetazos en el culo hasta dejármelo rojo mientras me
follan, que me la metan sin piedad embistiéndome salvajemente, por
la boca, por el culo, por el coño, haciéndome aullar de placer,
clavando con fuerza sus garras en mis muslos, en mis tetas, en mi
culo…que se agarren de mis tetas, que me tiren de la melena con
fuerza….te gustariaaa hacermelooo neneeee…si ganas follarme alguna
vez……te gustariaaaaa….te gustariaaaa…..

Encendía Yolanda susurrándole al niñato las más ardientes


provocaciones, al tiempo que se pasaba un labio por la lengua
alternándolo con mordisquitos al labio inferior.

-        Siiiiiiiiiiiiiii………..siiiiiiiiiiiiiiiiii…………
siiiiiiiiiiiiiiii…….quieeeroooooooo…..

Decía Sergio con voz estridente y desesperada, sin poder resistirlo


más y lanzar sus manos abiertas como garras para clavarse cada una
en una de las nalgas firmes y fibrosas de Yolanda, al tiempo que
Yolanda agarraba con fuerza su nuca y el chico en un acto reflejo
enroscaba su lengua con la de su diosa más deseada.

Yolanda trataba de bailar al ritmo de la música disco que aún sonaba,


mientras el criajo la aprisionaba contra si amase con fiereza su
perfecto y gran culo, mientras ambos se devoraban la boca y Yolanda
no dejaba de frotar lentamente su muslo derecho contra la erección
del bermudas del niñato fofisano.

No aguantaron en pie más allá de la siguiente canción, sin dejar de


devorarle la boca Sergio empujo a Yolanda hasta el sofá, sobre el que
cayeron los dos.
Sin dejar de morrearla, como si fuera una fuente de agua y el un
sediento viajero del desierto, saco sus manos de sus nalgas, para
dirigirlas a sus inmensas y perfectamente esféricas mamazas,
aprisionándolas y apretándolas por encima del vestido, para llevado
por el deseo empezar a lamer a aquella reina latina del sexo, sus
mejillas, sus lóbulos de las orejas, su mentón su cuello, frotando con
su rabo adelante y atrás, atrás y adelante sobre el pubis ardiente de
Yolanda, que se retorcía de placer cerrando los ojos y dejándose
devorar, que zorra caliente era, se follaria a cualquiera que la deseara
cinco al veces al día y no tendría bastante, una mujer, tan guapa y
con tanta clase y tan cachonda, promiscua y fácil.

-        Oooooohhhh que bien hueeeeleeeess….que bien sabeeeesss……


tu olor es delicioso, como el de ninguna mujeeeerrr……
sluurrrpp….sluuuurrrrpp…

Gemía y jadeaba Sergio marcando la cetrina y morena piel de Yoli,


con sus labios y lengua hirvientes. 

La ansiedad del criajo le hizo subir la parte inferior del vestido de


Yolanda hasta la cintura, dejando a la vista su tanga rojo de encaje
por la cintura y de tela transparente sobre su monte de Venus y su
raja, acomodando su fogosa erección a los labios de la raja de
Yolanda, sin dejar de frotarse con ellos y con su clítoris arriba y
abajo, abajo y arriba, al tiempo que Yolanda se abandonaba al
disfrute y la excitación, cerrando los ojos y tirando la cabeza para
atrás, al tiempo que con sus delicados dedos de finas y femeninas
manos, acariciaba el cabello del niñato fofisano, y sus piernas con el
reverso de las suyas.

Las manos del chico volvieron a bajar a las perfectas nalgas de


Yolanda, clavando sus dedos como garras, dejando que su tacto se
diese un festín tratando de amasar aquella perfecta y turgente
redondez respingona. Mientras su boca y su lengua intentaban
superar sin éxito la barrera del escote alto, para devorar sus enormes
tetazas.

En su desesperación por alcanzar las codiciadas y deseadas tetazas


de Yoli, subió una mano e intento bajar a la fuerza el escote, dándole
unas sacudidas incomodas a Yolanda.

-        Porque no me demuestras lo macho que eres y lo que de


verdad las deseas…si es que las deseas….rompeme el vestido y
devoralaaaasss…… rompeloooo….rompeloooo.

Provocaba Yolanda al criajo, mirándolo fijamente y mordiéndose el


labio inferior lascivamente mientras hablaba.
El niñato de tatuaje y pendiente en forma de cruz, con ojos de loco
empezó a tirar de la parte superior del vestido de un lado para otro,
levantando y agitando con los movimientos a Yolanda, que sonreía
divertida, esperando el momento en que el chico tirase de los lugares
adecuados de la tela transparente de la espalda, donde ella había
hecho algunos cortes estratégicos para facilitar la rotura.

-        Raaaass….raaaasss…..raaaass.

Abrió mucho los ojos con expresión de triunfo el criajo cuando logro
rasgar la tela transparente de la espalda, tirando ahora si con éxito el
vestido hacia abajo y haciendo saltar hacia afuera violentamente, las
perfectamente redondas tetazas dentro de su wonderbra de talla
copa E de encaje rojo, con una banda naranja brillante en la parte
superior y como banda de cierre a la espalda.

-        Jajajaja…asi me gusta...jajajaja…que me demuestres lo que las


deseas…jajaja

Estallaba de risa Yolanda divertida, dejándose hacer por el niñato


Fofisano que con la cara encendida por el ansia y el deseo, metió
primero su mano derecha entre la tela y la mamaza izquierda de
Yolanda para extraerla torpemente sobre el tejido del wonderbra,
liberando violentamente su extragrande y duro pezón oscuro, como el
centro de una diana de su morena areola, para después hacer lo
mismo con la mamaza derecha y arrojarse entre ellos, enterrando su
cabeza entre aquellas enormes hermosuras gigantes y esféricas, para
pasar despues a lamerlos, morderlos, chuparlos y succionarlos.

-        Sluuuurrrrpppp….sluuuurrrpppp….sluuuurrrppp…sluuuuurrrppp.

Chupaba, mordisqueaba y succionaba desesperadamente el criajo


cada milímetro de ambos perfectos globos inmensos en forma de
gota de lluvia que se juntaban en el centro y se desbordaban por los
lados, provocándole a Yolanda latigazos de placer, junto con
pinchacitos de dolor, a cada mordisco apasionado sobre sus enormes
pezones.

-        Así, así, así  Neneeee, asiiiiii….lo haces muy bieeeennn…

Se retorcía de placer Yolanda, sin dejar de hundir sus finos y


femeninos dedos entre los cabellos del niñato, sosteniendo levemente
su cabeza entre sus tetazas turgentes y erectas, cerrando los ojos y
entregándose al placer salvaje de que fueran devoradas por aquel
joven macho que la deseaba más que a nada en el mundo. Yolanda
perdió la noción del tiempo, mientras los minutos pasaban y los
latigazos de placer que invadían su cuerpo provenían de sus
hinchadas, enrojecidas y cubiertas de saliva tetazas, que se inflaban
y enrojecían debido al gustoso castigo que les infringía el chico.

-        Así, asi, asi  Neneeee, asiiiiii….lo haces muy bieeeennn…


asiiiiii….

Cuando el criajo hubo saciado su boca y su lengua en las mamazas


en forma de gota de lluvia con gran areola y enormes pezones de
Yolanda, subió del pecho a la boca, metiendo su lengua con ansia y
necesidad en la boca de Yolanda, devorando sus labios, mientras
tumbado sobre ella acomodaba nuevamente su erección entre los
labios de su raja, volvía a frotarse contra ellos a un ritmo más alto,
adelante y atrás, atrás y adelante, al tiempo que se asía con ambas
manos a las tetazas de Yolanda, estrujándolas como si quisiera
exprimirlas.

Yolanda entregada al placer, agarrando al chico por la cabeza con sus


femeninas manos, cerrando los ojos, devolvía apasionadamente los
besos y acariciaba con sus gemelos los muslos del chico mientras
este frotaba adelante y atrás, atrás y adelante, su raja era un mar
ardiente, con las ganas que tenía de follar, con la de veces que tenía
que reprimir esas ganas de follar cada día, ella tan preciosa,
femenina y sexy como era no tenía escrúpulos, cuando estaba
caliente cualquier hombre que la deseara le valía, siempre le había
encantado hacer felices a hombres que jamás soñarían con tener  una
oportunidad con ella, lo único que pedía es que se la follasen sin
piedad hasta que ella alcanzase el orgasmo.

Estaba a punto de tumbar al criajo arrancarle los bermudas y ella su


tanga y follarselo sin piedad, de manera que un rayo de luz, le
impulso a apártalo con ambas manos de su cuerpo que ardía como el
hierro al rojo.

-        Huuuummm…Nene déjame que te relaje un


poco….huuuummm….muuuaacc

Musito como una gatita en celo, saliendo de debajo del niñato


fofisano, al tiempo que dándole un beso cogía sus bermudas por los
costados y se los bajaba lentamente dejando a la vista su erecta
verga estándar, tiesa y dura.

-        Parece que el pajarito quiere cantar...jajaja.

Reía risueña y divertida Yolanda, ensimismando al chico con su


preciosa y divina sonrisa, mientras con sus femeninas manos de uñas
rojas se desabrochaba el wonderbra, para dejarlo caer a un lado,
liberando así la perfecta esfericidad de sus enormes melones
turgentes e inertes juntándose en el centro y desbordándose por los
lados, erguidos desafiando a la gravedad.

Con el vestido arrugado en la cintura, las nalgas firmes y respingonas


al aire entre la tela del tanga, especialmente realzadas por los
tacones, Yolanda se arrodillo frente al criajo y alternando su sonrisa
maléfica con pasadas de lengua por los labios como degustándose, se
acercó a gatas al niñato, que la contemplaba extasiado abriendo las
piernas para que aquella diosa morena del porno, agarrase y
devorase su verga como una perra hambrienta.

Yolanda agarro aquella enérgica y vigorosa polla con su femenina


mano de delicados dedos por el tronco, mirando fijamente el prepucio
ya cubierto de líquido preseminal, cerró los ojos y absorbió aquel olor
que le era tan conocido, pero no por ello menos deseado, miró
fijamente al chico con sus negros ojos de sultana brillando, cargados
de lujuria y mordiéndose el labio inferior, contuvo el pensamiento que
le invadía de montarse en aquella verga y galoparla hasta que ambos
se corrieran salvajemente.

Saco lentamente su ardiente lengua al máximo mostrándosela al


criajo, para luego inclinarse sobre su polla y empezar a lamerla con
lengüetazos lentos e intensos desde la mitad del tronco, hacia el
prepucio y el glande al tiempo que con su preciosa mano le
masturbaba, arriba y abajo, abajo y arriba, sin dejar de pajearle
cuando bajaba a lanzarle lengüetazos a sus depilados testículos, los
cuales, Yolanda masajeaba con su húmeda y caliente lengua y sus
carnosos y jugosos labios, como le encanta mamar pollas. Nada
aumentaba más su excitación y su deseo, dejándola preparada para
alcanzar rápidamente el orgasmo, que someter y controlar a su
amante mediante una felación, ver como los hombres se volvían
vulnerables y se entregaban a su merced, completamente sometidos
al placer que ella les provocaba con su lengua y con su boca,
convertía su raja en un volcán húmedo.

-        Ooooooohhhh….aaaahhhh…..oooooohhh….siiiiiii…….

Se deshacía de placer el niñato fofisano repantingado en el sofá,


cerrando los ojos mientras Yoli devoraba su polla, lanzando
lengüetazos desde las bolas, pasando por cada centímetro del tronco
mientras sostenía y movía a su antojo la dura y vigorosa polla del
criajo, con su preciosa mano delicada, hasta llegar al prepucio y el
glande y lamerlos, lamiéndolos en toda la extensión de su lengua,
mirando fijamente al niñato para separarse del tronco de su verga,
mostrándole morbosamente como un hilajo de saliva iba desde la
punta de su tranca a su ancha y cálida lengua y así otra vez volvía a
lamerla toda, lentamente y con dedicación, sin prisas dejando pasar
los minutos.
-        Ooooooooooohhhhhhh…….ooooooohhhhhhh…..

Solo acertaba a gemir el niñato.

La polla y las pelotas del chico brillaban cubiertas por la saliva de


Yolanda, cuando esta empezó a besar el prepucio y el glande para a
continuación sin dejar de pajearle el tronco arriba y abajo, abajo y
arriba, ajustar sus labios a la polla del criajo y empezar a tragársela
lentamente, dentro, fuera, fuera, dentro, sin dejar de masajearle el
glande y el hirviente prepucio.

-        Sluuuuurrrrpppp…sluuuurrppp…..sluuurrrpp…

-        Oooooohhhhh……aaaaaaahh….

Gemía el criajo, cerrando los ojos con el rostro pálido y desencajado


por el placer.

Al poco rato sujetando con su femenina mano derecha la base del


tronco, empezó a bombear sobre la verga del niñato fofisano
tragándose casi la mitad y aumentando de ritmo.

-         Sluuuuurrrrpppp…sluuuurrppp…..sluuurrrpp…

-        Oooooohhhhh……aaaaaaahh….

Jadeaba y gemía el criajo, al tiempo que se enderezaba para


recogerle el cabello a Yolanda con sus manos y sostenerlo, viendo
como aquella diosa morena portada de playboy le devoraba
magistralmente la polla, sin prisa, pero sin pausa.

-         Sluuuuurrrrpppp…sluuuurrppp…..sluuurrrpp…

Seguía chupando placenteramente Yolanda, subiendo la mirada, para


fijar en la cara del niñato sus oscuros y brillantes ojos, realzados aún
más si cabe por las elegantes sombras de ojos oscuras difuminadas.

-        Chup, chup….donde te gustaría acabar nene….chup, chup,


chup…. ¿Donde?

Pregunto Yolanda con voz melosa, dándole sonoros besos con


chupetones al prepucio y el glande.

-        Quieerooooo oooooohhhh….acabaaaaar de formaaaa


naturaaaalll…hasta el finaaaal…..

Gemía el niñato fofisano, sujetándole el cabello con su mano


temblorosa, pálido y desencajado, boqueando como un pez.
-        Chup, chup….pués tendras que demostrármelo…chup, chup…
demuéstrame cuanto lo deseas…chup, chup, chup…

Provocaba Yolanda al criajo, sin dejar de darle sonoros besos con


chupetones en la punta de la verga, justo antes volver a tragársela
hasta la mitad, bombeando sobre ella arriba y abajo, abajo y arriba,
pero más lentamente que antes.

-         Sluuuuurrrrpppp…sluuuurrppp…..sluuurrrpp…

El niñato despido hondo y sosteniendo la negra melena sedosa,


voluminosa y brillante de Yolanda, sin dejar de fijar sus ojos en
aquella mirada de sultana divina, empezó a bombear tímidamente su
polla adentro y afuera, afuera y adentro en la ardiente y cálida boca
de Yolanda, que aumento el ritmo de su bombeo y la velocidad en
que su lengua masajeaba el glande del chico.

Sergio freno en su bombeo dejando que todo lo hiciese Yolanda y


esta volvió a bajar la intensidad, mirando desafiantemente al criajo,
este lo entendió todo de golpe e incorporándose del sofá sin dejar de
tener la mirada fija en los ojos de aquella diosa latina del sexo,
agarro con ambas manos por los lados la cabeza preciosa de Yolanda,
que de rodillas acoplo su definido y firme torso a la posición vertical
del criajo y apoyando sus femeninas manos en los muslos del criajo,
ajusto sus carnosos labios al diámetro de su verga, esperando que
aquel empezase a bombear en su boca.

-        Oooooohhhhh……aaaaaaahh….ooooohhh

Estallo entre gemidos el chico, al tiempo que se follaba salvajemente


la boca de Yolanda, metiéndola y sacándola, sacándola y metiéndola
hasta que la nariz de Yolanda golpeaba en su pubis, balanceándose
adelante y atrás, atrás y adelante, agarrando con fuerza su cabeza
preciosa y atrayéndola hacia él con violencia.

Yolanda  sin parar de segregar saliva ajustaba sus labios al máximo a


la polla del criajo tragándosela toda, como amaba aquella sensación
de ser follada violentamente por la boca, de sentir aquel vigoroso
trozo de carne humana, hasta la garganta provocándole principios de
arcadas, sintiéndolo palpitar sobre su lengua, lo adoraba. Quién lo
diría de aquella guapura de cara preciosa, alta, de cuerpo perfecto y
armónico, elegante y con tanta clase, mostrando sus curvas con
prestancia y gracilidad, pero una perra cachonda y ardiente en el
sexo.

-        Oooooohhhhh……siiiiiii….me corrrrrrrooooo………


Estallo entre gritos de júbilo el niñato fofisano, aferrándose
brutalmente a la cabeza de Yolanda sin dejar de bombear en su boca
balanceándose como un poseído, con su verga palpitando como loca,
antes de que la primera y ardiente ráfaga de su simiente cayese
disparada por la garganta de Yoli, la cual con toda su experiencia,
hizo un poco de resistencia con la cabeza, de forma que la segunda
ráfaga de la corrida más abundante que la primera, y la tercera y la
cuarta, cayeran en gran parte sobre su lengua, pudiendo contener la
leche del chico en su boca, el cual extasiado, soltó la cabeza de
Yolanda.

-        Chup, chup…sluuurrppp…sluuurrppp…chup, chup….sluuuurp…


sluuurp.

Limpiaba de la tranca del criajo hasta la última gota de su cálida


leche con la punta de la lengua y los labios, metiéndosela en la boca

Cuando hubo acabado se separó del chico soltando su verga, se


enderezo y agarrando sus mamazas inmesas en forma de gota de
lluvia que se juntaba por el centro y se desborda por los lados,
empezó a apretarlas y amasarlas, a la vez que fijando su mirada en
el chico abría su boca y le mostraba como jugueteaba con su
abundante corrida en su lengua.

-        Ooooooohhhhh…..

Exclamaba el niñato fofisano con los ojos y la boca muy abiertos en el


éxtasis del placer del morbo que aquella visión le producía, haciendo
que la recién flácida polla se activase.

Yolanda le mostro toda su corrida una última vez, abriendo mucho su


boca y mostrándole su lengua con cuidado de que no cayese la leche
y luego sin dejar de mirarlo a los ojos, selo trago de un golpe,
agitando seximente su cabeza hacia atrás y haciendo volar su
voluminosa y sedosa melena negra, pero de una forma que algunas
gotas de semen le salieron por la comisura de los labios.

Se puso de pie frente al criajo y lanzándole su más encendida mirada


de perra en celo, saco lentamente su lengua por el costado para
chupar esas últimas gotas de su semen, pasándose la lengua por los
labios para relamerse después.

El criajo se puso en pie guiado por un impulso y abalanzándose sobre


Yolanda que no lo esperaba, la rodeo con sus brazos y le lanzo un
morreo largo e intenso, devorándole la lengua, mientras aplastaba su
pecho contra sus mamazas y amasaba sus perfectas nalgas con los
dedos como garras, clavándole las yemas de sus dedos. 
-        Muuuuuaaaacckkkk…….jajajaja….venga sal para fuera a la
piscina que ahora voy yo, que aún queda el segundo asalto…jajajaa…
muy bien hecho nene…

Reía contenta y llena de satisfacción Yolanda, separándose del chico


que quedaba embobado y extasiado a la vez, mirando como ella se
dirigía a su dormitorio contoneándose con elegancia, dibujando en el
aire curvas imposibles con su culazo de bailarina de samba y sus
tetazas inmensas y erguidas.

 A ella le encantaba que su amante no tuviera ascos y escrúpulos,


como ella no los tenía y le devorase la boca justo después de
degustar y beberse su leche, en eso el criajo había ganado puntos.

Yolanda apago la música del reproductor de MP3 desde su móvil y


comprobó en la app de seguimiento que Vicente seguía en el club de
golf, dirigiéndose con la app activa hacia la terraza y la piscina,
llevando un bote de aceite corporal en un bolsillo de su batín satén
azul celeste que solo le cubría solo la mitad de los muslos.

Yolanda abrió la puerta para acceder a la terraza, el chico ya estaba


en la piscina junto a las escaleras y se giró al oír abrirse la puerta.

Yoli avanzo decidida esbozando su maravillosa sonrisa, grande y de


dientes perfectos, capaz de congelar un volcán, con el pelo recogido
en un moño rápido sostenido por una pinza, paso a paso sobre unas
cuñas de esparto con una banda azul sobre el empeine,  envuelta en
su batín de satén azul celeste, elegante, grácil, con clase de top
model, el criajo la miraba embobado aquella diosa morena de la
belleza y el sexo, le estaba satisfaciendo sexualmente, sin lugar a
dudas nunca volvería a tener tanta suerte, pensaba contemplando
como los dos aros dorados, que adornaban las perfectas orejitas
morenas de Yolanda se balanceaban en el aire, de la misma manera
arrebatadora que las curvas de aquella superhembra se dibujaban
insinuantes bajo su batín satén.

-        Espera, espera…espera…no te muevas

Dijo el niñato fofisano saliendo del agua torpemente.

Yolanda sin dejar de sonreírle satisfecha se le quedo mirando y


esperándole estirando su tronco en toda su esbeltez.

-        ¿Puedo, puedo…quitarte yo el batín?

Pregunto el chico tímidamente con las manos temblorosas al llegar


junto a ella.
-        Claro, cariño, estoy a tu completa disposición hasta los límites
marcados, libérate y muéstrame lo mucho que me deseas,
muéstramelo….

Provoco Yolanda al criajo, con su sonrisa más picara y lujuriosa dando


una grácil vuelta sobre sus cuñas de esparto y ofreciéndole su cuerpo
con sus manos, antes de dejar sobre una hamaca el móvil y el aceite
corporal y girarse hacia el niñato fofisano, con su barriguita flácida y
su polla erecta.

Sergio adelanto sus manos temblorosas, desatando lentamente el


nudo del batín de satén azul mientras Yolanda le miraba fijamente
con cara de niña traviesa, mordiéndose el reverso del perfecto dedo
meñique de su mano derecha.

-        Oooooohhhhhh……

Exclamo el chico al abrirlo y descubrir un bikini azul celeste, formado


por tela cubierta de redondas escamitas brillantes también azul
celeste, en la parte de arriba dos triángulos apenas cubrían y
sostenían las enormes mamazas esféricas y turgentes de Yolanda,
dejando ver por los lados un tercio de su oscura areola, abajo otros
dos triángulos cubiertos de brillantes y redondas escamitas azul
celeste cubrían levemente el monte de venus y el culazo magnifico y
extra respingón de Yolanda. La cual se dio una vuelta lenta, para
ayudar al chico a sacarle el batín de satén y dejarlo sobre la hamaca
sin cubrir ni el móvil, ni el aceite bronceador.

Yolanda alzaba las manos contoneando su cuerpo como si bailase,


guiada por una música imaginaria, mientras el criajo recorría con
ambas manos abiertas su cuerpo, sus muslos firmes y prietos, sus
nalgas grandes redondas perfectas, sopesándolas, levantándolas y
dejándolas caer para que rebotasen en el aire desafiando la
gravedad, paso sus manos lentamente por su perfecto y firme vientre
jugueteando levemente con el brillantito piercing que adornaba su
ombligo, recorriendo con su tacto cada milímetro de la piel morena
tersa y firme de aquel torso esbelto y curvo de mujer perfecta,
mientras Yolanda se contoneaba con los brazos en alto, dibujando
levemente sus costillas y frotándose con el cuerpo del niñato fofisano,
que volvía a tener la polla como una piedra, como comprobaba en el
tacto de su suave piel.

El chico recogió por abajo las tetazas de Yolanda con las manos muy
abiertas, solo sosteniéndolas parcialmente, después volvió a pasar las
manos a la espalda sin dejar de gozar del sensual baile fricción de
Yolanda y con su mano derecha abrió la pinza del pelo, ante lo que
Yoli sin dejar de contonearse sensualmente y al ritmo de ese
movimiento, como si fuera una prolongación de sus caderas, agito
lentamente el cuello, para dejar que su negra y brillante melena
recuperase su estado natural, ocupando los dos lados de su cabeza,
pelo oscuro, sedoso, brillante cuyas puntas caían hasta mitad de su
espalda.

Entonces el criajo se pegó a ella, juntando su cuerpo al suyo con


fuerza metiendo sus manos abiertas entre la tela triangular del bikini
y sus mamazas, aprisionándolas violentamente, presionando sobre
todo sus negros y extra grandes pezones entre sus dedos corazón y
anular, frotando su polla contra la raja del culo de Yolanda, mientras
hundía su cabeza en su voluminosa melena.

-        Que bien hueleeesss…que bien hueleeeeesss…eres una


diosaaaa….eres una diosaaaa….sluuuurrrrpppp….sluuuurrrppp…

Susurraba Sergio a Yolanda encendido de pasión, al tiempo que


atravesando sus cabellos lanzaba lengüetazos a su cuello y a los
lóbulos de las orejas. Mientras ella no dejaba de contonearse arriba y
abajo frotándose con el criajo, deleitándose con el tacto ardiente de
su lengua. Hasta que giro la cabeza y se fundio con él en un morreo
francés, largo e intenso.

-        Muuuaccckk…muuuaaaaccckkk….muaaacccckkk…

Concluyo Yolanda separándose de él y liberando asi sus mamazas de


las garras del niñato, a la vez que le tomaba por una de las manos y
guiándole tras ella.

-        Vamos a la piscina nene, a bañarnos y a seguir allí.

Dijo Yoli mirándole con arrobamiento y mordiéndose el labio inferior,


al tiempo que el chico la seguía como un corderito, con la polla erecta
como un mástil.

Al llegar al borde, Yolanda se sacó las cuñas rápidamente, con gran


elegancia y feminidad, entrando en el agua, guiando de la mano al
criajo que la seguía como un perrillo sin amo.

-        Habéis puesto como un toldo en ese muro.

Dijo con voz de sorpresa Sergio, refiriéndose al lado del muro de la


propiedad a través del cual desde la furgoneta alquilada había
espiado a Yolanda en la piscina.

-        Si, un día Vicente llego y me encontró desnuda tomando el sol


y se dio cuenta que desde aquel muro alguien podría vernos aquí, en
especial a mí, se puso hecho una fiera y mando poner ese no sé cómo
llamarlo, paraban, sombrilla, toldo, lo bueno es que así nadie ni
extraños, ni vecinos puede ver lo que hacemos, aquí…tuvisteis
suerte, tú y tu amiguito, que pudisteis verme antes de que Vicente lo
hiciese instalar.

Respondió ella con sonrisa maligna, mostrando su perfecta


dentadura, al tiempo que se hundía en el agua de la piscina hasta el
cuello. El chico más decidido y audaz, se sumergió persiguiéndola
para rodearla con sus brazos y abalanzándose sobre ella morrearla
por sorpresa, a lo que ella se sumó con pasión y entusiasmo.

Que poderoso era el dinero y sus lujos, que le habían hecho resistir
contra su propia naturaleza, ella que siempre se había follado a
cualquier tío sin importarle la edad, aspecto o condición, lo único
importante era que supieran calentarla, si sabían calentarla, ella
difícilmente se resistiría, luego solo tenían que demostrarle que la
deseaban brutalmente, que la devorasen con los ojos, con las manos,
con la boca, y sobre todo que su polla sin importar su tamaño,
estuviera loca por follarsela por todos sus agujeros, así ella se
entregaba siempre.

Aquella diosa, aquella mujer de bandera de firmes y voluptuosas


curvas, tan elegante y con tanta clase, se convertía en la mejor perra
cachonda de sus vidas, en una verdadera puta deseosa de dar y
recibir placer… y había renunciado a ello, conteniendo su salvaje
deseo sexual por el lujo y el dinero del zafio estúpido de Vicente.

Aunque en aquel momento, se abandonase gustosamente al deseo


lascivo del criajo, sujetándole la cabeza por la nuca, enroscando su
lengua en la de él, devorándose los labios, mientras él totalmente
desinhibido, metía sus manos entre la tela de la parte inferior del
bikini, ansioso jugueteando con sus dedos corazón y anular de la
mano derecha con su ardiente raja, mientras con su mano izquierda
abierta sin dejar de  pellizcar y apretar con fuerza las nalgas grandes
y perfectas de Yolanda, al tiempo que lentamente andando dentro del
agua la llevaba hacia uno de los bordes de la piscina, hasta apoyar su
espalda en el mismo.

-        Muuuuaaackkkk….muuuuaaaccckkk…muuuuaaaccckkk…
muuuuuaaaackkk…

No dejaban de morrearse con el agua un palmo por encima del


ombligo en aquella zona.

-        Ooooh…que buena estas, es que estas buenísima, solo al nivel


de las pornostars más ricas de internet…y como sabeesss…..que
sabor y que oloooorr tieneeess……….Dioooossss…..muuuuaaaakk
Exclamo el criajo, separándose un instante para contemplarla de
arriba abajo, mientras Yoli mostraba su preciosa y divina sonrisa de
satisfacción, justo antes de volver a sumergirse en un intenso morreo
con ella, deslizando sus manos entre la tela y sus magníficas
mamazas en forma de gota de lluvia que se desbordaban
magistralmente por los laterales de su torso y se juntaban en el
centro, erectas y redondas, erguidas en su circularidad desafiando a
la gravedad, apretándolas con fuerza con sus dedos como garras,
para  dejar de besar, chupar su delicioso mentón y bajar luego con su
ardiente y pegajosa lengua hasta su cuello sin dejar de apretar y
amasar sus perfectas y grandes tetazas naturales, mientras Yoli
empezaba a acariciar con sus dos delicadas y femeninas manos su
verga por encima del bermudas.

-        Asiiiii….neneeee….assiiiiii…. apretalaaaas más fuerteeee…. más


fuerteeeee….apretalaaaas……..siiii..nene…siiii…

Le animaba Yolanda desafiándole a darle más placer.

-        Muuuaaakkk…muuuaaakkk…muaaaakkk.

El criajo se separó levemente llevando sus manos a la espalda de


ella, alcanzando el nudo de la parte de arriba del bikini azul celeste
de escamas azules brillantes, sin dejar de morrearse con aquella
diosa de piel de bronce y cetrina.

Al mismo tiempo que el niñato fofisano deshacía el nudo de la


espalda, Yoli se sacaba por la cabeza las cintas del cuello, liberando
completamente sus esféricas y turgentes mamazas, con aquella
areola morena y aquellos oscuros pezones extra grandes, duros y
apuntando hacia arriba inertes como dos puntas de lanza.

-        Oooooohhhhh….son perfectas grandes, muy grandes y


redondas, suaves y saben tan bieeenn….sobre todo tus pezones son
tan deliciosooooos…siiiiii

Exclamaba el chico lleno de deseo descontrolado, sosteniéndolas por


abajo con sus manos muy abiertas, y bajando su cabeza, para tomar
primero el pezón izquierdo entre sus labios y dientes y estirarlo,
tirando de él, para repetirlo después con el pezón derecho, para
extasis de Yolanda que echaba la cabeza hacia atrás, cerrando los
ojos y entregándose al placer, para después sin levantar la cabeza
empezar a chupar y succionar las mamazas alternando una y otra sin
cesar.

-        Oh siiiiii…neeeeneeee siiiiii….siiiii..sigue asiiiiiii….asiiiiii…..no


pareeesss…..
Se abandonaba al placer Yolanda cerrando los ojos, pasando sus
femeninos y delicados dedos entre los mechones del criajo, que
volvia a devorar sus mamazas divinas.

-        Sluuuurrpp… sluuuuurrrppp… chuuupp… chuuuuppp…


sluuuurppp … chuuuuppp

Yolanda perdía la noción del tiempo, mientras el niñato de tatuaje y


pendiente en forma de cruz le devoraba y succcionaba sus melones,
nunca estaba suficientemente saciado de sus tetazas, uno de sus
puntos más fuertes y fuente del deseo de todos los machos que la
conocían, y como disfrutaba ella de aquellas bocas y manos
hambrientas de sus mamazas.

En el interior había podido concentrarse y contener aquellos latigazos


de placer precursores de su lactancia ocasional, pero el chico
succionaba y mamaba de manera tan violenta y deliciosa que era
imposible contener aquel placer y la acumulación de sensaciones en
las glándulas mamarias que presagiaban su leche.

Pero Yolanda estaba totalmente entregada a satisfacer su placer


sexual, así que metió sus finos y delicados dedos en su raja y empezó
a masturbarse a sí misma.

-         Oh siiiiii…neeeeneeee siiiiii….siiiii..sigue asiiiiiii….asiiiiii…..no


pareeesss…..

Gemía disfrutando de la ocasión Yolanda, abandonada al deseo,


metiendo y sacando, sacando y metiendo sus dedos índice y corazón
en su raja ardiente.

El criajo se incorporó levemente para ver como Yolanda con los ojos
cerrados se masturbaba.

-        Déjame, déjame a mí…déjame hacértelo yo, quiero aprender…


déjame darte placer.

Le pidió insistentemente el niñato pasando su brazo y su mano sobre


la de ella, intentando alcanzar su raja.

-        Esperaaaa….esperaaa…yo te guiooooo…

Exclamaba Yolanda retorciéndose de placer guiando con sus propios


dedos, los dedos índice y corazón del chico, situándolos en la pared
superior de su vagina y marcándole el ritmo del mete y saca, del saca
y mete.

-        Asiiii…asiiii, neneeee…no los muevas…de ahiiii….siiiiii……


Entornaba, entre gemidos sumida en un gran placer parpadeando,
sus preciosos ojos oscuros con aquellas pestañas rizadas y largas
negras como la noche, realzados con aquella preciosa sombra de ojos
oscura y rojiza difuminada.

-        Ooooohhh.........siiiii…neeeeeneeeee…..siiiiii…..

Tensaba su escultural y perfecto cuerpo, al tiempo que poniéndose de


puntillas se balanceaba adelante y atrás, permitiendo a su pubis
acompasarse en el bombeo que imprimían los dedos del chico, que
con su mano libre se aferraba fieramente a una de las tetazas de
Yolanda, estrujándola como si quisiera exprimirla y pellizcando
brutalmente entre su pulgar y su índice el enorme y graníticamente
duro pezón oscuro de Yolanda, a la que aquello estaba
enloqueciendo, y aquella teta estaba a milímetros de tirar leche.

-        Ooooohhh.........siiiii…neeeeeneeeee…..siiiiii…..aaaaaahhhhh

Se retorcia de placer jadeando y gimiendo Yolanda, con el rostro


desencajando y tirando la cabeza hacia atrás y hacia los lados en
espasmos de gozo.

Una idea se fijo en su cabeza, un deseo brutal, el deseo de que el


criajo se la follara, no podía mas, no podía aguantar más, iba en
contra de sus planes y podía desbarartarlo todo, pero necesitaba
follar, necesitaba follar, ya no aguantaba más.

-        Oooooohhhhhh…..aaaaahhhhh…..oooooohhhhh…….cogemeeee
del peloooo..neneeeee…con fuerza…el pelooooo….

Un rayo de autocontrol, hizo que emitiese aquella petición el niñato,


que soltó su mamazas justo cuando la leche estaba llegando, y con la
mano libre recogiendo desde la nuca la preciosa, brillante,
voluminosa y sedosa melena negra de Yoli, la agarro como si fuera la
goma de una coleta.

-        Oooooohhhhhh…..aaaaahhhhh…..oooooohhhhh…con fuerza…


con fuerza…neneeee

Exigio Yolanda sin dejar de gemir y jadear, el chico rebusco la base


del pelo y aprisionándolo con fuerza tiro hacia atrás.

-        Aaaaaahhhhhhh……siiiiiiiiiiiiiiii

Exclamo de placer en un gran grito Yolanda abriendo mucho la boca,


no pudiendo controlarse y lanzando miradas de ojos enormes, muy
abiertos, ojos suplicando sexo, al tiempo que en su cabeza la idea se
repetía “si me lo pide, me lo follo, si me lo pide, me lo follo,
pídemelo, pídemelo” decían aquellas miradas de perra en celo
salvaje.

Pero el criajo estaba ensimismado concentrado en sus dedos y el


mete saca, lanzando miradas de asombro y éxtasis, ante su
capacidad para dar placer a aquella diosa del sexo, si el supiera que
solo con pedirlo en ese momento, podría follarsela con su verga.

Otro rayo de cordura corono la mente lasciva de Yolanda, tenía que


acabar o perdería el control y esta empezó a galopar brutalmente
sobre los dedos del chico, sobre sus pies en puntillas, moviendo su
pubis adelante y atrás, atrás y adelante a un ritmo trepidante, que
hacía que sus inmensas mamazas de perfecta redondez natural
brillantes por la saliva y el agua de la piscina se balanceasen a ese
ritmo ,arriba y abajo, abajo y arriba, golpeando el aire ferozmente
con sus enormes pezones oscuros duros como piedras y
empitonados.

El niñato le lanzaba miradas con la boca abierta y los ojos fuera de


las orbitas, nunca había visto a una hembra disfrutar tanto, menos a
una que superaba la media de las más buenas que había visto nunca
en internet.

-        Aaaaaaaaaaaaaaaahhh….oooooohhhhh……aaaaaaahhhhhh……
ooooohhhh……

Estallo aullando de placer entre estertores y espasmos Yolanda,


mezclando los fluidos de su orgasmo con el agua de la piscina.

-        Muuuuuaaaakkkk

Se giró rodeando al criajo con su brazo, devorándole la boca en un


beso francés, no sabía el niñato fofisano lo cerca que había estado de
follarsela, si solo lo hubiera pedido.

Yolanda sin dejar de devorar la boca y los labios al chico, lo llevo


contra la pared del bordillo, un poco más allá, donde el agua
alcanzaba a los dos cuatro dedos por encima del ombligo, se separó
de su beso y lanzándole una sonrisa entre picara y divertida,
mirándole fijamente con sus ojos brillantes y preciosos, le bajo de un
solo golpe los bermudas, dejando su erección al descubierto bajo el
agua.

Sin dejar de sonreír Yolanda se sumergió bajo el agua con su


maquillaje waterproof, arrodillándose frente al criajo, agarrándolo del
tronco de su verga, empezó a devorarle el prepucio y el glande bajo
el agua, ajustando sus labios al diámetro de su polla y empezando a
bombear su cabeza, balanceandola adelante y atrás, atrás y adelante
hasta mitad de la verga del niñato.

-        Ooooohhh…..aaaahhhhhh….siiiiiii…..

Gemía el niñato fofisano de piel blanquinosa, pegando su espalda a la


pared de la piscina y tirando la cabeza para atrás de placer.

De repente Yolanda emergía dando un pequeño salto, haciendo que


sus espectaculares mamazas empapadas y brillantes, botasen en el
aire arriba y abajo, abajo y arriba en toda su espectacular curvatura
y voluptuosidad para regocijo y espectáculo del criajo, cogía aire y
volvía a sumergirse para mamársela bajo el agua al criajo, que
apoyado en el borde de la piscina abría los brazos a los lados
apoyándolos en el bordillo y se abandonaba gustoso a la mejor
mamada de su vida, sintiendo como Yolanda no dejaba de bombear
sobre su polla, balanceando su cabeza adelante y atrás, atrás y
adelante, masajeando con sus labios y su húmeda, grande y
juguetona lengua el glande y el prepucio.

-        Ooooohhh…..aaaahhhhhh….ooooohhhh…..

Al menos durante cuatro largo e intensos minutos Yolanda repitió el


proceso de la mamada submarina.

Después salió se acomodó el pelo mojado hacia atrás, sensual y


femeninamente con ambas manos, y sin dejar de sonreír se dirigió al
niñato fofisano.

-        Súbete en el bordillo y abre las piernas…nene… que quiero


verte la cara cuando te corras.

Ordeno Yolanda al criajo entornando los ojos, lanzándole una mirada


de zorra cachonda y mordiéndose el labio inferior.

El criajo salió del agua de espaldas apoyándose con ambas manos en


el bordillo impulsándose así hacia arriba, agitando en el aire arriba y
abajo su polla tiesa y dura, erecta como un mástil, vigorosa y
palpitante, se acomodó en el bordillo y Yoli se acercó a él, agarrando
con su femenina y cuidada mano derecha la verga del chico por el
tronco, mientras con la izquierda le masajeaba los testículos
suavemente.

-        ¿Cómo te gustaría acabar esta vez?

Pregunto Yolanda, sin dejar de mirarlo con los ojos de sultana


oscuros preciosos, llenos de lujuria, al tiempo que pajeaba su verga
arriba y abajo, abajo y arriba.
-        Oooooohhhh….aaaahhh…..quiero acabar iguaaalll, en tu
bocaaaa…pero quiero verlooo…quieroooo ver…..aaaahhhh…como me
corroooo en tu bocaaaaa….

Pedía gimiendo de placer el niñato fofisano agarrándose con los


brazos tensos al bordillo.

-        Tus deseos son ordenes, nene…vamos


allá….jajajaja…..sluuuurrrppp…sluuuurrrpp.

Respondió Yolanda entre risas risueñas, justo antes de agarrando la


polla del criajo con ambas  manos, ajustar sus labios a su diámetro y
tragársela hasta la mitad del tronco, bombeando sobre ella, que
desaparecía y volvía a aparecer, aparecía y volvía a desaparecer
saliendo de su boca sin dejar ver el prepucio y el glande, que seguían
dentro de su boca, masajeados por los lengüetazos constantes e
intensivos de su lengua húmeda, suave y caliente, bombeando sobre
la verga del criajo, adelante y atrás, atrás y adelante a un ritmo
frenético, sin dejar de mirarle a los ojos fijamente, con su ojos de
diosa morena llenos de deseo.

-        Ooooooooooohhhh……..aaaaahhhhhhhh……oooooohhhhh……

Se retorcía de placer aullando de gusto el chico sin dejar de mirar


fijamente los ojos de Yolanda, con todo el morbo que suponía,
grabando aquella escena en su mente para siempre, para no olvidar
nunca que una diosa del sexo más espectacular que cualquier
pornostar se la había chupado hasta el final.

-        Sluuuuurrrrpppp…sluuuurrppp…..sluuurrrpp…

No dejaba de bombear chupando magistralmente Yolanda, adentro y


afuera, afuera y adentro, a un ritmo trepidante que el chico
aguantaba y aguanto aún algunos minutos, pero después Yolanda
maestra de maestras, sintió el palpitar ardiente de la verga del chico
y sabía que venía.

-        Ooooohhhh….me corroooooo…..me corrroooo…

Exclamo el chico a la vez que Yolanda se sacaba su palpitante y


ardiente polla de la boca, abriendo esta mucho sacando la lengua en
todo su tamaño y sin dejar de pajearle velozmente arriba y abajo,
abajo y arriba, colocaba el glande de su verga sobre su lengua como
si esta fuera una alfombra, lanzándole rápidos y concisos lengüetazos
al mismo.

-        Ooooooooooohhhhh…..aaaaahhhhhh…..ooooohhhh…..
Aullaba como loco de placer en pleno orgasmo el criajo, sin dejar de
mirarla fijamente, viendo como las ráfagas de su leche salían una tras
otra, como si su polla fuera una fuente, golpeando el chorro el cielo
de la boca de Yolanda, que con una habilidad única no dejaba de
lamer su glande pero a la vez recogia en su lengua gran cantidad de
su semén, ráfaga tras ráfaga hasta cinco, para después colocándose
con mucha clase el cabello tras las orejitas decoradas con aquellos
aros dorados, volver a ajustar sus labios al diámetro de la verga del
criajo, y sin dejar de chuparle limpiársela hasta la última gota.

-        Sluuuuurrrrpppp…sluuuurrppp…..sluuurrrpp…

-        Ooooooooooooooooohhhh……….siiiiiiiiiiiiiii

Gemía relajándose de éxtasis el niñato, con el rostro pálido y


desencajado por el reciente placer, mirando con devoción a Yolanda,
que soltó su tranca se separó un poco del chico, abrió su boca y
lentamente y con cuidado, mostro su boca llena de su cremosa leche
humana, para a continuación cerrar la boca, echar con cuidado la
cabeza hacia atrás, hacer unas cuantas gárgaras y tragarse el semen
del chico con la cabeza aún hacia atrás, mostrándole como pasaba
por su garganta, para volver a bajar la cabeza y relamerse, pasando
la lengua por su labio superior, mirando fijamente al criajo con 
aquella carita de ángel latina, con mirada traviesa y lasciva.

-        Ooooooohhhh………increibleeeeeee…..

Exclamo de satisfacción el niñato fofisano con su polla ya flácida


contemplando como Yolanda respondía a su expresión con esa
sonrisa suya que haría desmayarse a Dios, ni en sus mejores sueños
Sergio había pensado disfrutar de tanto placer y morbo con una diosa
del sexo tal.

Yolanda giro el cuerpo y se sumergió en el agua, buceando


plácidamente en dirección a las escaleras de obra que se adentraban
en la piscina, mientras el criajo se ponía en pie ágilmente y se metía
la flácida polla dentro de los bermudas, caminando rápidamente en
dirección a las escaleras, para pararse un instante justo a contemplar
como su diosa del sexo emergía de la piscina con sus mamazas
esféricas y perfectamente turgentes cubiertas de agua rebotando en
el aire arriba y abajo, abajo y arriba, mientras con sus perfectas
manos de uñas rojas se colocaba la voluminosa, brillante y sedosa
melena mojada hacia atrás, su espalda recta y larga, de morena piel
bronceada, andando a través del agua con una clase arrasadora como
una venus latina que emerge de las aguas, con cada paso de sus
piernas largas, esbeltas y esculturales, de muslos macizos y
separados que sostenían aquel culo de otro mundo sin un milímetro
de celulitis o piel de naranja especialmente respingón y con aquel
tatuaje de color de un gran sol de rayos cortos y curvos atravesado
por una raíz verde y coronado por una cornamenta curva en el centro
de su perfecta y fibrosa nalga izquierda, que junto con la derecha
subían y bajaban, bajan y subían trazando sus armónicas curvas en
el aire de forma salvajemente sexy. El rabo del criajo volvió a
llenarse de sangre, no se podía estar nunca saciado de una hembra
así.

Estaba en el último escalón cuando el niñato se encontró con Yolanda


rodeándola con su brazo por la cintura acompañándola en el avanzar,
a le vez que pegaba su cuerpo blancucho y fofisano a su piel morena,
con gran contraste, Yolanda sonreía satisfecha al chico, mostrando
todos los blancos y perfectos dientes de su sonrisa, hipnotizándolo
con ella, hasta llegar a sus cuñas de esparto y subirse a ellas sin que
el criajo ni lo notase, para seguir andando con él enganchado
balanceando sus tetazas arriba y abajo, abajo y arriba, hasta la
hamaca donde estaban las toallas enganchado de su cadera.

-        Por favor, por favor…déjame a mí.

Decía el niñato en tono entre de súplica y devoción, aumentando el


tamaño de la sonrisa de satisfacción de Yolanda, que estirando su
escultural cuerpo de voluptuosas curvas, abría los brazos de definidos
bíceps, trazando la línea de las costillas debajo de sus mamazas en
forma de gota de lluvia con aquella oscura areola y aquellos morenos
pezones extra grandes apuntando al cielo en perfecta turgencia,
dejando que el chico pasase la toalla por su cuerpo, su cuello y su
nuca, su perfecta espalda, sus caderas, su vientre plano y definido
con su precioso piercing, secando y apretando a la vez sus tetazas y
su suave canalillo,  repitiendo magreo a través de la toalla en el
círculo perfecto de su respingón y macizo culo, para pasar luego a
grabar sus garras a través de la tela en sus muslos de ensueño.

-        Me gustariaaahh…me gustariaaahhh….masajearte el cuerpo con


aceite…pu, pu, puedo…

Pregunto el criajo con voz patética y temerosa mientras acababa de


secar aquel divino cuerpo de mujer sostenido sobre las dos cuñas de
esparto.

-        Para eso es la botella de aceite corporal de coco, nene.

Respondió con suficiencia Yolanda, esbozando una sonrisa


condescendiente que realzaba sus preciosos pómulos de guapura
absoluta, siendo correspondida por una sonrisa bobalicona y unos
grandes ojos abiertos del criajo.

-        ¿Te pudo quitar el resto del bikini?


Pregunto Sergio con voz llena de ansiedad.

-        Claro cariño.

Contesto Yolanda con voz suave y tierna, dulce y sexy a la vez.

El niñato soltó la toalla con la que había secado a Yolanda lanzándola


a una segunda hamaca, mientras Yoli permanecía de espaldas a él, y
este llevaba las manos temblorosas pero llenas de deseo a los nudos
de los lados de la cadera y cogiendo de un hilo en cada lado tiraba de
ellos desatándolos lentamente y dejando que la gravedad dejase caer
los tos triángulos de tela cubiertos de escamas brillantes azul celeste,
ayudados por Yoli que daba unos pasos y dejaba caer la parte de
abajo del bikini al suelo, agitando sus desnudas nalgas firmes,
respingonas y redondas, arriba y abajo, abajo y arriba.

-        Ooooooooooooooohhhhhhhhhhhh

Exclamo el chico cuyos sentidos nunca tenían bastante de Yolanda.

Yoli camino hasta ponerse junto a la hamaca e inclinarse levemente


dispuesta a tumbarse sobre la hamaca.

-        Uuuuuuhhhh

Exclamo Yolanda dando un respingo al sentir como con la mano


derecha el criajo clavaba sus dedos como zarpas en su nalga
derecha ,mientras lamia y lanzaba chupetones a la nalga izquierda
con deseo incontenible.

-        Muuuuaaacckk….sluuuurrrppp…sluuurrppp…que bien


sabeees….sluuurrppp…muuack… sluurrppp…que bien hueleees … que
bien sabeeess… sluuuurrpp…

Lamia y lanzaba chupetones por toda la superficie de ambas nalgas


grandes perfectas y esféricas, mientras su boca se ocupaba de una
nalga, su mano se ocupaba de las otra amasándola y apretándola con
rudeza.

-        Oooohhhh…neneeee…que boca y que lenguaaa tieneeeesss…


neeeenee…huuuummm

Gemía y se mordía el labio inferior Yolanda, con las manos apoyadas


en el borde opuesto de la hamaca y las rodillas sobre el más cercano
en posición de cuadrupedia, echando la espalda levemente hacia
abajo para realzar aún más el culo y facilitarle las maniobras a
Sergio, tirando la cabeza hacia atrás y cerrando los ojos, disfrutando
de como el criajo le devoraba el culo.
El criajo le iba a dejar la marca de su dentadura por todos sus
glúteos, que gustazo, tener ahí mismo un macho que no se saciaba
nunca de su cuerpazo y que puta lastima, tener que reservar los
polvos para las recompensas finales.

Yolanda cachonda perdida y con la raja como un volcán, dejo caer las
cuñas de esparto, y apartando su cuerpo de la boca del chico que la
estaba llevando de nuevo a un camino sin retorno, incapaz de resistir
sus ganas de follárselo, dejo caer su cuerpo boca abajo sobre la
hamaca.

-        Vamos cariño extiéndeme el aceite y disfruta de todo mi


cuerpo relajándome.

El niñato fofisano tomo la botella de casi un litro de aceite corporal de


coco, se acercó a Yolanda, que permanecía bocabajo con los ojos
cerrados, le aparto el cabello y empezó a dejarle caer aceite corporal
por los hombros, por la línea de la columna vertebral, por los riñones,
elevo la botella para ver como un chorro caía sobre cada nalga, para
dejar la botella a sus pies y empezar a extender el aceite con las
manos abiertas, sobre aquella piel bronceada, especialmente morena
después de tantos baños de sol, aquella piel suave de porcelana,
tersa y firme, sin dejar ni un milímetro de aquella escultural y
definida espaldar sin amasar.

-        Huuuuuummmmm……huuuuuummmm…huuuuummm… siii


nene….huuuuumm

Se deleitaba Yolanda, mientras el criajo con los ojos muy abiertos y


sin dejar de jadear sordamente disfrutaba cada segundo de hacer
suyo el cuerpo perfecto de aquella diosa.

Yoli cerraba los ojos y dejaba pasar los minutos sintiendo como las
manos hambrientas del chico extendían, masajeaban y amasaban su
piel, descendiendo hasta los riñones y concentrándose en su perfecto
culazo de nalgas turgentes y respingonas, deleitándose en su
manejo, subiéndolas a la vez, aprentando sus dedos abiertos para
sostenerlas, y dejándolas caer de una sola vez, para que rebotasen
en su perfección esférica en el aire, tonificadas al masivo, para
clavarles los dedos de ambas manos como las zarpas de un águila
amasandolas con fiereza.

-        Huuuuuummmmm……huuuuuummmm…huuuuummm… siii


nene….huuuuumm

  Disfrutaba ella, entregando sus sentidos a aquellas manos


hambrientas, al tiempo que el niñato fofisano cogía la botella y vertía
aceite sobre los muslos, y volvía a extenderlo sobre sus firmes y
esbeltos gemelos, hincando la yema de sus dedos sobre aquella
deseada y perfecta piel morena de aquellas piernas largas, grabando
sus huellas dactilares sobre ella, para bajar hasta los gemelos y los
tobillos y volver a echar aceite y a extenderlo con fruición y los ojos
llenos de deseo.

Pero su culo obsesionaba al criajo, que volvió a dirigir sus manos


abiertas y temblorosas a sus dos perfectas y curvas nalgas,
amasándolas con fiereza introduciendo sus dedos por todas partes,
rozando su raja húmeda y ardiente y jugando con sus labios
exteriores.

-        Plaaaash…plaaaash…plaaaash…plaaaash…

Lanzaba el niñato palmetazos con ambas manos abiertas a cada una


de las nalgas, lleno de deseo y ansiedad, haciéndolas vibrar en todo
su turgencia y perfección.

-        Oooooohhh…neneeeee…neeeneee….oooohhh…

Se retorcía de gusto Yolanda medio incorporándose y mordiéndose


los labios luchando por contener su propio deseo, que caliente se
estaba poniendo.

-        Plaaaash…plaaaash…plaaaash…plaaaash…

Continuaba lanzando palmetazos a las nalgas, alternándolos con


magreos y apretones con sus dedos como garras, sobre la superficie
enrojecida y ardiente de los grandes glúteos turgentes de Yolanda
haciéndola enloquecer de placer.

-        Aaaaahhoraa….por delante…neneeee…por delanteeee…..

Dijo Yolanda extasiada y agotada de recibir aquel fantástico y


placentero castigo en su maravilloso culo, al tiempo que se daba la
vuelta en la hamaca, quedándose boca arriba con su cuerpo firme y
perfecto de curvas imposibles, con sus tetas erectas como dos
magníficas montañas, cuyos duros pezones extra grandes parecían
dos oscuros picos que apuntaban al cielo.

El criajo empezó por los pies, tomo primero el derecho, más cercano
al borde donde él se sentaba y alzándolo empezó a chupar todos los
perfectos dedos de uñas rojas, deteniéndose en el tercero enjoyado,
jugando con el anillo en su boca, para cuando acabo con los dedos,
empezar a lamer su  planta, mordisquear el talón, chupar el tobillo,
jugueteando con la sexy cadenita de plata y pasar a lamer el
empeine, mientras sostenía la piernas por el perfecto gemelo de
Yolanda, en el que clavaba sus dedos poseyéndolo y masajeándolo a
la vez, cuando acabo con el pie derecho tomo el izquierdo, para
repetir la acción, chupando con deseo uno a uno los dedos perfectos
de aquella superhembra.

-        Sluuuurrrpp ….. sluuuurrppp…que bien sabeees … que bien


hueleeeess…sluuurppp…sluuurrppp

Degustaba los pies de Yolanda el niñato fofisano saciando su deseo


por aquella diosa del porno morena, con la polla marcándole una
pronunciada “tienda de campaña”, mientras Yolanda cerraba los ojos
mirando con el rostro bañado por el sol, abandonándose al placer
máximo que le daba sentirse tan extremadamente deseada por un
macho, nada la calentaba más y a su pesar debía contenerse para no
follarse al criajo todavía.

-        Oooooohhhh……huuuummmm…..

Entornaba los ojos y se mordía el labio inferior Yoli dejándose devorar


por el criajo gustosamente.

El chico dejo caer un chorro de aceite desde el muslo izquierdo por


encima de la rodilla hasta la espinilla, y empezó a masajear muy
lentamente la pierna, deleitándose con el tacto de aquella piel
morena cetrina, que bañada en aceite brillaba como si fuera metal
bruñido, clavando lentamente las huellas de sus yemas en cada
milímetro de la carne firme y tonificada de los gemelos y los muslos
de Yolanda, repitiendo la acción con la pierna derecha, alcanzando
por el lado interior de los muslos los labios exteriores de la raja de
Yolanda,  acariciándolos lentamente, ante el gozo y el deleite de ella.

-        Oooooohhhh……huuuummmm….. huuuuuummmmm…..

Gemía aquella superhembra, disfrutando cada segundo de su


extrema calentura.

El criajo dejo el pubis y la raja de Yolanda para el final y volvió a


verter el aceite corporal de olor y sabor a coco sobre el definido y
plano vientre de Yolanda, extendiéndolo con ambas manos abiertas,
apretando sobre su piel, como si intentase dejar sus huellas
dactilares marcadas en todo el cuerpo de aquella diosa mediterránea,
jugueteando con el brillantito del piercing con sus dedos pulgares,
subiendo y bajando las manos en aquel perfecto y escultural torso de
hembra divina, hasta llegar a la base de las magníficas mamazas
esféricas de Yoli, sosteniéndolas y agitándolas en la abertura de su
índice y su pulgar, como una perfecta montaña circular de firme
gelatina, que se agitaba adelante y atrás, atrás y adelante.
Luego tomo su femenina mano derecha y chupo lentamente uno a
uno sus delicados dedos perfectamente cuidados, de manicura
francesa y uñas rojas, lamiendo su palma y su reverso, provocando la
sonrisa de satisfacción de Yolanda, que le ofreció la otra mano para
que la chupase también, la cual chupo y la lamio el chico dedo por
dedo con ansiedad irrefrenable.

Como calentaba a Yolanda ver aquel desbordante deseo del criajo por
ella, que ganas de follarselo tenía.

El niñato fofisano continuo por uno de sus esculturales brazos,


masajeando el antebrazo, el bíceps, para luego repetirlo con el
siguiente, tomándose su tiempo disfrutando de cada milímetro de
Yolanda bajo el sol que hacia brillar su piel deliciosamente.

El criajo vertió generosamente más aceite sobre sus enormes y


redondas tetazas morenas de gran areola oscura e inmensos
pezones,  relamiéndose  con los ojos fuera de las orbitas empezó a
amasarlos con fuerza, estrujándolos, apretándolos entre sus manos
como si quisiera ordeñarlos, pellizcando y  jugando con sus pezones,
como si quisiera desenroscarlos de sus mamazas, mientras Yolanda
aprovecho un hueco en el camal de sus bermudas para deslizar su
femenina mano, como si de una habilidosa serpiente se tratara y
alcanzo la erecta verga del chico, para pajearlo lentamente mientras
cerraba los ojos y degustaba como él, loco de deseo le amasaba sus
perfectos melones. 

-        Huuuuuummmmm……huuuuuummmm…huuuuummm… siii


nene….huuuuumm

Disfrutaba la Venus morena de voluptuoso cuerpo, sintiendo los


latigazos de placer como descargar eléctricas y el cosquilleo que
preludiaba de nuevo su inicua lactancia, que le hacía perder el control
y follarse a todo macho que estuviera cerca de ella.

Por suerte o por desgracia, según se mirase, el criajo cambio de


objetivo, dejando sus tetazas hinchadas y erectas al máximo,
cubiertas de tanto aceite como nunca lo habían estado en su vida.

El niñato fofisano lanzo otro generoso chorro de aceite sobre su pubis


y su monte de venus, coronado con aquel depilado brasileño
triangular de bello negro rebajado, empezando a extenderlo con
ambas manos abiertas hacia abajo, presionando mucho sobre la piel
y metiendo los dedos pulgares de ambas manos entre los labios de la
raja de Yoli, que dio un respingo de placer, con el clítoris al rojo y la
raja empapada y ardiendo.

-        Oooooohhhh….oooooohhh….oooohhh
Gemía y jadeaba Yolanda, para plena satisfacción del criajo, que no
dejaba de extender y masajear el pubis y la raja ardiente de su diosa,
lenta y ajustadamente provocándole contorsiones de placer.

Al cabo de un rato el chico se giró y se colocó en la hamaca entre las


piernas de Yolanda.

-        Déjame comerte el coño, por favor he visto muchos videos en


internet, ahora sabré hacerlo sin tu ayuda, no como la otra vez…
déjame por favor, déjame….sabes tan bieeenn…

Suplicaba el criajo con voz patética y rostro de pedigüeño con aquella


piel tan lechosa.

-        Vamos nene…demuéstrame…que es…lo que has aprendido…


oooooohhhh….ooooohhh

Estallo en gemidos Yolanda, tensando su torso pues apenas le dio luz


verde, el niñato fofisano bajo con su lengua a devorarla,
concentrando su succión en el clítoris, mientras sus dedos índice y
corazón entraban y salían, salían y entraban descontroladamente de
su raja, y entre convulsiones Yolanda combaba lentamente su
espalda.  

-        Sluuuurrrpppp…..sluuuurrrppppp……sluuuurrrrppp

Chupaba, succionaba y lamia el chico desesperadamente hambriento.

-        ohhh.........siiiii…neeeeeneeeee…..siiiiii…..aaaaaahhhhh

Estaba tan, tan, tan caliente que el ritmo frenético del cunnilingus del
criajo le haría correrse bestialmente en breve.

-        Oooooooohhhhhhhh….neneeeeee….oooooohhhhhhhhhhhhh……
muyyy biiieeennn ….. aaaaaahhhhhh…..me corrroooooooo….

Estallo en aullidos de placer Yolanda, con la espalda completamente


combada, convulsionando, apoyada en sus brazos, con el rostro
demacrado por el orgasmo, lanzando chorros salvajes de sus fluidos
en la cara extasiada y entusiasta del niñato fofisano, que no cabía
dentro de si de la alegría de haberle provocado aquel intenso
orgasmo a una diosa del sexo como Yolanda.

-        Oh, oh, oh,……buuuff, buuufff,buuufff..buuuuuuuuffff

Se recuperaba jadeante Yolanda, medio incorporándose en la hamaca


y respirando profundamente.
-        Lo he hecho bien, lo he hecho bien…

Preguntaba el criajo esperanzado por la aprobación.

-        Muy bien nene…muy pero que muy bien….

Respondía Yolanda esbozando una complacida sonrisa de aprobación,


mientras comprobaba la enorme erección en el bermuda del niñato y
tenía que desechar las voces que en su mente, que le pedían a voces
que se lo follase.

-        Ven cariño, quítate los bermudas y pon tu polla entre mis
tetas, monta sobre mi pecho con cuidado, vamos a darle a tu polla un
último asalto.

Dijo con dulzura sonriendo picaronamente Yoli, volviendo a tumbarse


boca arriba en la hamaca, a la vez que sujetando por los costados
exteriores sus perfectas e inmensas tetazas las agitaba arriba y
abajo, abajo y arriba.

El chico se desnudó y se subió con cuidado a la hamaca, colocándose


a horcajadas sobre el vientre de Yolanda con las piernas dobladas y
su verga dura e inflada como una lanza en ristre, avanzo
cuidadosamente hasta situar su polla en el canalillo aceitoso,
quedando atrapada entre las suaves y enormes tetazas de Yoli que
enterró el rabo del criajo apretándolas desde los costados, haciéndolo
desaparecer de la vista entre las dos enormes masas de carne suave
y circular de sus mamazas y empezó a sacudirlas arriba y abajo,
abajo y arriba, como si sus perfectos globazos en forma de gota de
lluvia fueran dos campanas.

-        Oooooohhhhh….siiiiii…que bieeeennnn……

Disfrutaba el niñato fofisano de la deliciosa fricción de la cubana que


tan bien facilitaba el cuerpo bañado en aceite de Yolanda, irguiendo
su espalda, quieto sobre su diosa.

-        Vamos nene, vamos…..bombeaaa…bombeaaaa…


huuuummm….vamooooss

Le pedía Yolanda provocándole con su más lasciva mirada de perra en


celo, sin dejar de agitar sus mamazas arriba y abajo, abajo y arriba
de piel morena y brillante con un dedo de aceite, con su polla
enterrada entre ellas, apenas sobresaliendo por la punta cada vez
que ella llevaba su tetazas hacia abajo.
El criajo empezó a bombear adelante y atrás, atrás y adelante
balanceando sus caderas, desacompasadamente durante un rato,
hasta que se acoplo al ritmo de Yolanda.

-        Oooooohhhhh….siiiiii…aaaaaaahhhh….ooooohhhh…..siiiii

Gemia y jadear disfrutando mientras Yolanda volvia a calentarse, al


sentir el olor del sexo palpitante de aquel macho joven inundando su
nariz, sintiendo el ardor de su piel sobre su canalillo, pero que
acabase pronto, para poder bajar la calentura, pero el niñato fofisano
aguantaba y aguantaba, balanceándose e inundando el ambiente con
el olor de su liquido preseminal. Yolanda intentando escapar de su
deseo, aumento el ritmo de la cubana, agitando y apretando sus
tetazas arriba y abajo, abajo y arriba, arriba y abajo.

-        Oooooooohhhh….. aaaaaaaaahhhhhhhhhh….


Ooooooooohhhhhhhh……

Exploto el criajo en un terrible orgasmo, mientras los chorros de


leche caliente salían de entre las mamazas de Yolanda salpicándole la
barbilla y la cara de arriba abajo y llenándole el cuello y el canalillo de
su simiente blanca y cremosa.

El chico siguió balanceándose más lentamente hasta, que la última


gota de su corrida quedo sobre el moreno cuerpo de Yolanda en claro
contraste, mientras esta, recogía con sus femeninos dedos parte de la
misma sobre su cara, cuello y canalillo para tragársela chupando los
dedos y relamiéndose, que caliente estaba y que rica aquella leche de
macho vigoroso loco de deseo por ella.

Yolanda tenía que cortar ahí o ya no podría parar, se removió


amablemente en la hamaca ante lo que el niñato fofisano bajo de ella
con su polla flácida, mientras Yoli se incorporaba por el otro lado y
cubría su cuerpo aceitoso con su bata azul satén.

-        Bueno cariño, tienes que irte, te acompaño dentro.

Dijo Yolanda recuperando la compostura, tirándose muy


sensualmente la melena ligeramente ondulada y medio seca hacia
atrás con ambas femeninas manos.

-        ¡Vamos nene!

Apremio Yolanda al criajo, subiendo sobre sus dos cuñas de esparto y


encabezando el camino hacia la casa, disfrutando de no saber cuál
era la sustancia aceitosa que cubría su cuerpo si el aceite corporal o
el semen del chico.
El niñato fofisano la siguió, dentro como un perrillo, ella le dio un
piquito, que él quiso prolongar sin éxito antes de entrar en el baño de
invitados, donde espero a que saliera vestido.

-        Ya hablaremos, porque ahora hay que dar pasos definitivos,


pasos definitivos, grandes recompensas, ya estas llegando a la meta,
nene.

Dijo Yolanda con su majestuosa sonrisa, guiñándole un ojo al criajo al


tiempo que le indicaba la puerta de la casa y este se iba sonriendo
como un bobalicón, sin dejar de lanzar miradas atrás para contemplar
aquella sonrisa que lo derretía y a todos los hombres del universo.

Cuando el chico cerró la puerta y salió de la casa, Yolanda se dirigió


al baño de su dormitorio, tendría que bañarse con sus mejores sales
y geles tonificantes y luego cubrir su piel con sus mejores cremas
revitalizantes, para restaurarla de los mordiscos, amasamiento y
apretones tan deliciosos que le había proporcionado el criajo por
todas sus curvas y tal vez aprovechar para tener su tercer orgasmo
mediante un gran vibrador negro

Era increíble lo que había tenido que contenerse para no follarse al


niñato fofisano de un tatuaje y un pendiente en forma de cruz, sobre
todo viendo que el chico había tenido energía para correrse tres
veces seguidas y porque Yoli lo había tirado de casa, que si no.

Ese era uno de sus grandes poderes, poner a los machos tan a tope
que no se cansasen nunca de tener sexo con ella, una y otra, y otra,
y otra, y otra vez y vuelta a empezar, todo por aquella superhembra

VII

La criaja actuaba cada vez de una forma tal que sacaba de quicio a
Vicente, con su ropa de choni buscona, su maquillaje de loro, sus
maneras respondonas y siempre ese punto de amenaza violenta en el
borde de sus ojos, cuando se enfrentaba a su padre, ya que Yolanda
la evitaba de todas las maneras posibles.

Además, cada día fumaba más, inundando toda la casa con el pestazo
del tabaco, y sus notas y actitud en el colegio era un desastre, si iba
a la psicóloga, pero la escuchaba y luego pasaba de todo, la directora
ya había advertido a su exmujer y a Vicente que existían altas
posibilidades de que tuviese que repetir el curso.
Lo que provocaba los sollozos y las lamentaciones de Vicente, su niña
tan perfecta, tan modosita, con tantas buenas notas, que había
pasado, cuando se había convertido en aquella choni pendón
desorejado.

Yolanda estaba harta, esperaba una reacción más enérgica de castigo


del zafio y desgarbado marido rico que tenía, el derechón, todo el día
diciéndole a todo el que le quería oír, lo que haría con los rojos y a la
hora de la verdad, no sabe ni meter en vereda a la criaja mal
educada de su hija.

Yolanda, como todo aquel tiempo, solo hacía que insinuaciones,


resaltando noticias de jóvenes rebeldes que hacían tal o cual desmán,
inventándose rumores que le habían contado en el trabajo sobre tal
chica o tal otra, que había acabado preñada y casada con un bala
perdida y la vida familiar había sido un infierno…todo muy sutil y en
contextos muy adecuados.

Pero nada, solo conseguía más lamentos y sollozos, sobre cómo había
podido su querida niña cambiar así, pero la determinación de meterla
en vereda y mandarla lejos a un internado para sacársela de en
medio, se había desvanecido como un azucarillo en agua caliente, eso
si, la irritabilidad de Vicente y su carácter cascarrabias se había
multiplicado por cien.

Y a esto se unía lo cachonda que estaba Yolanda, cuanto más


aumentaba el nivel de las recompensas con el criajo, mayor eran las
fantasias y deseos que se agolpaban en su mente, aunque trataba de
rebajarlos con yoga y meditación, cada vez era más difícil.

En el trabajo se contenía de calentar al personal, aunque se volvía


loca de ganas de hacerlo, en su tiempo libre o cuando estaba en
casa, nada de ropa ancha y holgada, vestidos casual ajustados, faldas
cuatro dedos por encima de la rodillas, Shorts de tela por la calle y
dentro de casa minishorts de rizo que dejaban un tercio de sus nalgas
al aire, tops, camisetas de tirantes, blusas todas las prendas
ceñidísimas con anchos escotes redondos o de pico, ofreciendo sus
tetazas realzadas y súper redondeadas en wonderbras  preciosos, con
su gasa sobre sus extra grandes pezones, o libres de sostén y
empitonados cuando se movía por la casa o hacia deporte al aire
libre, balanceando sus mamazas erguidas dentro de la tela con la
cadencia de su andar elegante y femenino, aquellos globazos
agitándose dentro de las prendas a derecha e izquierda a izquierda y
derecha ,rebotando arriba y abajo, abajo y arriba.  

Camareros, jardineros, runners, carteros, limpiapiscinas, mensajeros,


los empleados del supermercado y cualquier macho que se cruzase
con ella vestida así, solo tenía ojos para ella, para su cuerpo esbelto y
escultural de mujer de bandera, sus piernas largas, firmes y fibrosas,
su culo grande, perfecto y respingón, sus mamazas inmensas
turgentes, de protuberante redondez y aquel rostro precioso de
guapura absoluta, con su melena sedosa y negra como la noche  de
hembra divina mediterránea, todos la devoraban con la mirada, y las
broncas con un Vicente extra irascible y neurótico se multiplicaban en
cualquier situación para la ya agotada paciencia de Yolanda con toda
la situación y tantos años de continencia, por aquel fofo estúpido,
pero podrido en dinero.

Por ello presionaba al criajo, para que forzase a Belén a montar un


número casi definitivo, que la desterrase del afecto de su padre, por
la vergüenza y la mancha para la reputación que este supusiese.

Pero el niñato fofisano de Sergio solo sabía que llorarle, sus padres le
habían cortado el chorro del dinero rebajándoselo a 0, ahora su única
fuente de dinero para hacer algo era Belén. Además sus padres ya lo
habían matriculado en la universidad tipo escuela militar en la otra
punta del país y aunque no se lo había dicho a nadie, salvo a Yolanda
en aquellas conversaciones, el próximo año y los siguientes cinco le
tocaría irse a vivir allí en un régimen interno, si bien era mayor de
edad, era eso, o que sus padres le pusieran en la calle y le tocase
ganarse la vida por su cuenta y claro el niñato se había resignado a lo
primero, que iba a hacer él, el desgraciado, sin el paraguas del dinero
de su padres.

Aquel exilio convenía a Yolanda, para romper amarras llegado el


momento, pero el criajo solo lo usaba para llorarle a Yolanda y
desviarse de las exigencias que esta le hacía.

Las cosas estaban así sin ningún avance cuando llego la fecha en la
que anualmente Vicente invitaba a los ejecutivos de la empresa a
cenar con sus respectivas parejas en el club de golf, un día entre
semana haciendo que se cerrase la sala principal y disponiendo del
restaurante solo para ellos, más valdría que pagase a sus empleados
como debía, y menos cenas de autobombo y ostentación era el
pensamiento general de todos sus empleados invitados, pero claro, ni
en el caso de los cargos más altos dejaba de ser una conversación
tabú, susurrada en voz extra baja lejos de los oídos de Vicente.

A Yolanda no le apetecía nada ir, tampoco era una tradición


demasiado larga en la empresa, la cosa había empezado, cuando un
par de mandos se habían ido a la competencia por más dinero, ese
hecho y casarse con Yolanda, le animaron a plantearle a sus mejores
empleados esa velada como una especie de premio en especies y de
paso podía lucir a Yolanda.
A Vicente le gustaba presumir de superhembra, sex simbol en
determinados ambientes (la cena con sus empleados todos más
jóvenes que él, frente a los demás ricachones y empresarios de la
ciudad), siempre y cuando Yolanda no mostrase demasiado, aunque
tampoco hacía falta, Yolanda estaba tan buena, era tan maciza y tan
mujer de bandera que vestida con un saco seguiría destacando entre
las demás mujeres y levantando el deseo de todos los machos que la
contemplasen.

En otras circunstancias con las aguas calmas, a Yolanda le encantaba


participar de aquellos saraos donde a pesar de acabar vistiendo lo
que Vicente quería, ella lucia palmito y se mostraba comedidamente
con el beneplácito de Vicente, pero en aquellas circunstancias de
contención y autosatisfacción de tiempos pasados, calentar a aquellos
machos era suficiente para enceder su libido.

Pero en la actual situación, totalmente caliente como una brasa,


conviviendo con el carácter más insoportable que nunca de Vicente,
en gran parte provocado por sus maniobras, lo último que deseaba
era ser usada por el zafio y fofo de su marido para fardar de hembra,
pero solo la patita, sobre todo, después de los últimos episodios de
celos paranoicos y de estallidos de cólera, porque otros hombres la
devoraban con la mirada ante su ropa de máximo realce de sus
curvas.

Se esperaba tener que vivir episodios similares durante aquella cena,


tener que aguantar a babosos que en otras circunstancias habría
gustado de calentar, y sobre todo el odio visceral de algunas de las
esposas de los empleados de Vicente.

-        De verdad Vicente, no me encuentro muy bien estos días, será


que estará por bajarme la regla, preferiría quedarme en casa en esta
ocasión.

Se excusaba Yolanda poniendo cara de molesta e incómoda.

-        Pero que dices mujer, como voy a aparecer yo solo en la cena
de la que soy anfitrión, si quieres cambio la fecha, hasta que te haya
pasado, lo de la regla…pero tú no puedes faltar.

Respondía de modo inapelable Vicente.

-        Pero Vicente, a lo mejor un cambio no les viene bien a los


demás, ves esta vez sin mí por favor.

Replicaba Yolanda con voz lastimosa y quejumbrosa.


-        Vamos a ver Yolanda, tu eres mi mujer y lo eres por y para
cosas como esta, sino para que quiero una mujer como tú… vendrás
y no se diga más y si estas demasiado indispuesta se cambia la
fecha, pero tú vienes.

Dijo de forma rotunda y completamente pragmática a años luz de


cualquier clase de consideración romántica o afectiva hacia a Yolanda,
que en esas situaciones se le hacía muy patente, que solo era un
objeto para su despreciable marido, un objeto muy muy valioso, pero
un objeto, al fin y al cabo. 

La tarde de la cenita de marras, Yolanda andaba cabreada de esa


manera que ella sabía, sin histrionismos, ni histerismos, con su
sonrisa sarcástica además de verse obligada a participar de aquella
velada soporífera para ser expuesta como un objeto, además debía
pasar el examen de vestuario del zafio vejestorio de su marido.

En las demás ocasiones siempre escogía ella, sabía ser algo


comedida, siempre con mucha clase, a pesar de lo imposible que ello
resultaba por la combinación explosiva de su voluptuosidad y de ropa
eminentemente sexy, si  bien en otras ocasiones se vestía
especialmente espectacular y se pasaba toda la noche agasajando a
Vicente, besuqueándolo y haciéndole cuquimonas, no lograba frenar
sus expresiones de celos e ira, cuando los hombres la devoraban con
la mirada, pero como ella siempre ignoraba a los babosos y solo tenía
ojos para él, eso apagaba el fuego de la paranoia celosa de Vicente al
menos y le permitía vestirse como a ella le diera la gana, en cada
ocasión.

Pero en aquella reunión con sus empleados, sobretodo sus directivos,


Vicente controlaba que se la viera favorecida, pero nada espectacular
ni demasiado llamativo.

A Yolanda le entusiasmaban los vestidos con mini – mini- minifalda,


ceñidos a ella como una segunda piel, donde la tela acababa justo al
final de la curva de su culo grande y perfecto, sobre dos tacones de
aguja mostrando todas sus perfectas, esculpidas y laaargas piernas y
por delante la tela cayendo tapándole apenas el tanga. Y aunque
Yolanda solía comenzar con alguno de ellos, Vicente siempre los
vetaba con su peor cara de perro, se probaba vestidos ajustados de
tirantes y gran escote redondo por delante con un tercio de sus tetas
ofreciéndose y escote por detrás, tampoco. Vestidos de un solo
tirante de un punto con dibujo en bordado que dejaba ver su carne a
través del mismo, tampoco. Vestidos escotados en pico, tampoco.
Todos los vestidos o las faldas que se probaba Yolanda eran
minifaldas, la más larga un palmo por encima de la rodilla, sino más,
y todos con súper escotazos, los de faldas largas, con escote palabra
de honor, o con la espalda desnuda hasta la cintura, no, no, no…
pataleaba negándolo, y cabreando como una fiera a Yolanda, que no
dejaba traslucir nada, pero que en ese momento odiaba a su puto
marido más que a nada en el mundo, por cuantas humillaciones y
control a su libertad tenía que pasar para  disfrutar del puto dinero y
los lujos, que suponía ser la mujer de aquel mierda que no se había
ganado nada en su vida.

-        Bueno Vicente, no quieres que vaya con pantalones, ha de ser


un vestido, pues como no sea un burka que tú me compres, la última
opción que me queda es este vestido.

Era un vestido de una pieza, combinado, arriba una pieza sin


mangas, como un chaleco de rojo intenso de punto con bordados
verticales como de juncos que caían, como rayas rectas de las que
salían ramitas también rectas pero inclinadas en cuarenta y cinco
grados, las minúsculas hojitas de estas ramitas bordadas se hacían
con también minúsculos agujeritos por donde se veía lo que había
debajo, el escote redondo quedaba muy arriba, pero súper ajustado,
ceñido como una segunda piel que redondeaba los abultados, llenos y
perfectamente redondeados melones de talla de copa E de Yolanda,
justo debajo de la curva de sus tetazas empezaba la tela del vestido,
de falda ancha, de fondo rojo intenso y en el centro el dibujo de un
sol blanco étnico  con cenefas blancas a juego geométricamente
alrededor, la falda ancha le caía hasta un dedo por encima de la
rodilla. 

-        Huuuuummmmm….

Dijo Vicente examinando el vestido, mientras Yolanda se daba una


vuelta lentamente sobre si misma ante el estúpido, engreído y
prepotente mierda de su marido, conteniendo la rabia con aquella
mirada complaciente que encerraba un rencor frio y calculador.

-        Me parece bien, el mejor que he visto, pero nada de esos


tacones de aguja roja y por favor tapate los pezones, eres mi mujer,
la esposa más buena y cañón de la empresa como corresponde, pero
no una furcia con esos tacones y esos pezonazos marcados.

Dijo Vicente con suficiencia y chulería, provocando un volcán de odio


controlado pero efervescente en Yolanda, con que ganas le pondría
los cuernos con un centenar de tíos aquella misma noche.

Así que cambio los tacones rojos de aguja a juego, por unos zapatos
blancos de tacón alto pero ancho, descubiertos por la punta,
cubiertos por una tira por el empeine y unidos por una cinta en el
tobillo y desde la base del talón, debajo un conjunto de lencería
granate, los pezones tapados por sus cómodas gasas de algodón,
pero en la parte de abajo un tanga de hilo con un triángulo de encaje
semitransparente en la parte delantera unido desde la cintura y hacia
atrás con un hilo de seda granate, el wonderbra todo de encaje,
media talla más pequeño de copa DD, para que sus tetazas
estuviesen aún más realzadas, juntas y apretadas en una esfericidad
suprema, pero la copa del wonderbra en vez de recoger y cubrir
completamente la exuberante redondez de sus mamazas, solo
recogía la mitad de su circunferencia, cerrándose en forma de medio
arco con bordados de encaje por el borde, cubriendo el pezón en su
límite pero dejando la mitad de la areola fuera del arco, no había
posibilidad de que la vieran en lencería, pero la idea satisfacía
mentalmente las ganas de venganza de Yolanda.

Se maquillo de forma magistral su precioso rostro de hermosura


mediterránea, con su perfecta lisa y voluminosa melena oscura,
negra y brillante como el azabache, sus pestañas rizadas por la
cantidad exacta de rímel, la línea del ojo perfectamente detallada, la
sombra oscura rojiza con clase y elegancia que realza sus ojos
oscuros de sultana, las redondeadas mejillas con el colorete exacto y
sus labios jugosos con el sensual carmín rojo efecto húmedo, las uñas
de las manos perfectamente cuidadas, pintadas de esmalte de uñas
transparente con la punta blanqueada, y las uñas de los pies de
brillante esmalte blanco a juego con los zapatos, con los segundos
dedos de cada pie ensortijados y la sexy cadenita dorada en su tobillo
derecho.

Acicalo la suavísima piel bronceada sus piernas y sus brazos con una
crema especial, que hacía que brillase lanzando reflejos cuando le
daba la luz directamente. Y así de deslumbrante hecho a andar junto
a Vicente, agitando sus curvas con clase y maestría a cada paso, sus
caderas dibujaban esbeltas y perfectas curvas en el aire y sus
mamazas entalladas en el vestido rebotando suave y salvajemente en
la atmosfera, arriba y abajo, abajo y arriba.   

-        Toc – toc –toc -toc…

Se oían los tacones de Yolanda llegando hasta la puerta del club de


golf del brazo fofo de Vicente, con su radiante y divina sonrisa debajo
de su preciosa naricita redonda y respingona, con el cuerpo escultural
y la espalda recta con ese torso largo y firme del que colgaban sus
dos tetazas como dos jugosos frutos maduros inertes, desafiando
ferozmente la gravedad. Las demás parejas concentradas aguardaban
también en la puerta, todos vestidos para la ocasión.

Había más mujeres, algunas más jóvenes que Yolanda, las esposas y
novias de los ejecutivos más jóvenes, en mitad y hacia el final de los
veinte, rubias, castañas, morenas, todas guapas y hermosas con 
preciosos  y femeninos vestidos, pero por más jóvenes y guapas que
fueran, ninguna de ellas era el mujeron espectacular que era
Yolanda, todas por debajo del metro sesenta y ocho,  ninguna con las
curvas explosivas y exuberantes de Yolanda, la que tenía un buen
culo, tenía un pecho regular, la que era tetuda estaba demasiado
pesada o tenia culo carpeta y dos piernas como dos alfileres, muchas
con rostros preciosos, pero cuerpos escuchimizados, sin caderas, sin
culo, sin tetas, ninguna era alta, esbelta, y con curvas explosivas en
todos los puntos, nadie era un diez como Yolanda.

Yolanda se había enterado por casualidad de un comentario de un


ejecutivo que estaba de espaldas en corro y no se había dado cuenta,
que ella estaba allí, el comentario era, que los ejecutivos de Vicente
la llamaban “el cuerpazo” y claro a sus espaldas todo eran
comentarios de los buena que estaba, siempre que cerca no
estuviesen sus parejas o mujeres.

Como era de esperar, todos los ejecutivos de Vicente eran hombres,


era el combo perfecto de derechón, católico hipócrita, inútil
antimeritocrático y machista.

Yolanda, en cuanto llegaba ocupaba siempre el centro de atención,


ella intentaba relacionarse con todos, especialmente con las mujeres,
por las suspicacias de Vicente respecto a los otros hombres, y por la
suspicacia de ellos antes los ojos observadores y paranoicos de su
jefe sobre todo, cuando se relacionaban con su esposa, una mujer
que parecía que se había escapado de la portada de un playboy.

Las mujeres más jóvenes le sonreían falsamente y le daban


conversación sin mucho hilo, las ya mayores también, si no les
quedaba más remedio, por lo general la evitaban en la medida de los
posible, era la esposa del gran jefe, así que tampoco podían hacerle
un feo. Pero todas la miraban de forma contenida, llenas de envidia y
rencor, ese rencor irrefrenable y lesivo que solo las mujeres pueden
tener hacia otra que tiene en su cuerpo, todo lo que ellas desean y
nunca alcanzaran, por lo que, si ella se dirigía a ellas con su
magnífica sonrisa y su femenina elegancia, se veían obligadas a
regañadientes, a darle conversación con cumplidos incluidos en
máxima complacencia y sin dejar traslucir ese rencor y esa envidia.

Solo había una mujer que le hablaba como quería, con miradas de
desprecio y superioridad, dándole cortes enormes y dejándola en
evidencia cuando quería, Victoria la prima de su marido, con un
montón de pisos y plazas de garaje en el centro de la ciudad y la
única otra socia de la empresa de Vicente con una participación
minoritaria del diez por ciento  e igual que pasaba con la criaja,
Vicente se hacía el sueco y dejaba que aquella vieja, un deshecho
físico y moral,  le dijera a Yolanda cualquier fresca que se le
ocurriese, delante de cualquiera, Victoria tres años mayor que
Vicente,pequeña, gorda y arrugada, con el pelo rizado en una melena
a lo Margaret Thatcher y una nariz picuda en una cara redonda y con
papada, de piel rosada como un cerdo, un ser  repelente y
despreciable, al que tenia que aguantar todas aquellas cenas y a la
que Yolanda intentaba evitar.

También daba pena ver como trataba a su marido, Ramón, un


hombre escuálido y pequeño de apenas metro sesenta y ocho, de
cincuenta y cinco años, calvo con pelo por los lados y unas gafas
redondas de intelectual, escurrido de cuerpo, probablemente por el
tormento que suponía convivir con aquella vieja gorda, reina de las
lorzas, panza, caderas y muslos, que no sabía más que despreciarlo y
minusvalorarlo en público, a pesar de que a ella, como a Vicente le
había caído todo del cielo y Ramón era médico, con puesto fijo en las
seguridad social y consulta privada propia , especialista en medicina
del trabajo y todo conseguido con el sudor de su frente, Ramón era
quien se encargaba de todos los temas relativos a la salud laboral en
la empresa de Vicente, otro que también lo despreciaba y
minusvaloraba, por supuesto por complejo de inferioridad, porque a
su lado Vicente, intelectualmente hablando, era un chimpancé
derechón, de esa manera tanto su asquerosa mujer, como su primo
Vicente lo atormentaban en público entre otras cosas, llamándolo
burlonamente “Monchito”.

Yolanda siempre le llamaba Ramón, a ella aquello le repateaba, le


daba pena y le sabía mal como le trataban y como lo despreciaban en
público, a una persona que en todos los sentidos les daba mil patadas
a ambos, pero Ramón se había casado estúpidamente enamorado (en
su juventud donde Victoria debía tener otro aspecto) y tenía dos
hijas, que le adoraban y no podían soportar a su madre, pero era su
madre, seguro que por ellas y por la armonía familiar Ramón no se
había separado. Lo que aún aumentaba más la admiración de Yoli por
Ramón y la empatía por su situación, así como su desprecio y asqueo
por como lo trataban su mujer y el imbécil de Vicente su marido.

Victoria y Vicente  estaban en el centro de los corrillos, hablando con


el jefe de sala, con mucha complicidad de primos niños ricos,
hablando con soberbia, prepotencia, si daban asco por separado,
juntos era digno de verse.

Yolanda se había quedado más atrás en un corrillo, hablando


amistosamente con Ramón, que como era habitual la miraba
embobado con ojos de cordero degollado, una mirada de adoración y
deseo con la que recorría todo su cuerpo de arriba a abajo de
superdiosa del playboy, cuando ni su mujer, ni el esposo de Yolanda
estaban con ellos.

A Yolanda aquel hombre tan intelectual e inteligente, que le miraba


con aquellos ojos llenos de hambre de sexo y afecto, tan manchado
por aquellos dos mierdas, le producía una mezcla de dulzura y candor
y de morbo por follarselo hasta saciar tanta necesidad.

Debido a ello y a la calentura que llevaba aquellas semanas, así como


al profundo rencor y deseo de revancha, que le había provocado
Vicente aquel día, estaba dispuesta a calentar a aquellos machos,
siempre que los ojos paranoicos y celosos de Vicente se lo
consistiesen.

-        Huuuummmm …estoy un poco incomoda…

Dijo Yolanda en medio de la conversación de Ramón y viendo por el


rabillo del ojo, como otros ejecutivos aprovechaban el despiste de sus
parejas para mirarla con deseo, lo que aprovecho para después de
colocarse su preciosa, negra antracita y brillante melena sedosa con
su femenina mano derecha, con mucha elegancia pasar sus delicados
y femeninos dedos pulgares por dentro de los anchos tirantes de su
top de ganchillo rojo, para alcanzar los tirantes de su wonderbra y
tirando de ellos levemente hacia arriba, agitar sus enormes y
perfectamente esféricas tetazas al mismo tiempo, hacia arriba y hacia
abajo, balanceándolas de una forma salvajemente sexy, provocando
que los ojos y la boca de Ramón se abriesen completamente lleno de
asombro y deseo, igual que los ojos de los demás hombres, que
observaban el bamboleo en el wonderbra y el top sensual y lujurioso
de las turgentes e inmensas mamazas de Yolanda, que repitió este
movimiento hasta cinco veces, con total naturalidad, como si no
sucediese nada o estuviese en la intimidad de su cuarto, una de sus
especialidades, provocar de forma brutalmente sexual, como si no
pasara nada, con indiferencia infinita, provocando a niveles máximos
el morbo y el deseo de los que la veían y admiraban, babeando por
sus perfectos y esféricos melones de piel morena cetrina.

Ramón se quedó mudo, boquiabierto y pálido de deseo, al tiempo que


desde la parte superior de las escaleras los dos “tiranos” pedían al
resto que esperasen abajo, por lo visto estaban reparando una fuga
de agua en las tuberías y pintando la reparación en el pasillo principal
de acceso al salón, por lo que para que no hubiera percances, el
grueso de los participantes en la cena debería entrar por la parte de
atrás, por las cocinas y almacenes del club de golf, pero los dos
“tiranos” entrarían a través del pasillo en obras, “para ver el estado
de las mismas”, mientras los demás aguardaban la señal para entrar
por detrás.

Entre treinta y cuarenta segundos después, el jefe de sala indico al


grueso de los participantes en la cena que siguieran a los camareros
que los guiarían por la parte de atrás, Ramón acompañaba a Yolanda
que sobresalía como la más alta de las mujeres, caminando sensual
y  elegantemente sobre sus tacones, con una cadencia perfecta y
grácil, como un cisne, como una top model, por detrás del grueso de
participantes, con un grupo de parejas, donde ellos no hacían más
que mirarla disimuladamente, cuando ellas no les observaban, a
Yolanda aquello le calentaba al máximo y aquel año más que nunca.

Y las circunstancias ayudaron a Yoli como nunca se hubiera


imaginado, justo cuando pasaban por el último módulo de cocinas,
que tenía en el suelo una plancha metálica de firme reja trenzada, de
forma que se podía andar por encima con tacones ,sin miedo a que
quedasen enganchados en aquellos agujeros, ya que por allí era por
donde salían los vapores de las máquinas de la cocina y la lavandería
del club.

En el preciso momento en que el grupo paso por encima de la


plancha una enorme ola de vapor emergió a través de ella, con una
enorme potencia, espantando al grupo, y haciendo que las mujeres
se sujetasen instintivamente las faldas, a pesar de llevar todas
vestidos lo suficientemente ajustados, para no temer que el viento las
levantasen, ya que el aire agitaba y levantaba todas las ropas, pero
Yolanda con su propia rapidez mental se dio cuenta de la situación y
se aprovechó de ello.

Vicente no quería que llevase minivestidos, ni minifaldas, ni vestidos


ceñidos a sus curvas, para no exhibir sus piernas de infarto y su
culazo grande, perfecto y respingón de experta bailarina de samba.
Quería que llevase una falda ancha que evitase todo ello, pues aquí
tenía la falda ancha.

-        Ja, ja, ja, ja, ja, ja, jaaaa….

Mientras todos aligeraron el paso para salir de debajo de la plancha,


Yolanda se quedó en el centro explotando en una fingida y
perfectamente interpretada carcajada divertida, dejando volar su
falda roja de cenefas floridas blancas, que debido a la potencia del
aire de la salida de humos le levantaba las faldas hasta la cintura,
como a Marilyn en la escena de “la tentación vive arriba”, pero
Yolanda aún hacia menos esfuerzos  que la legendaria rubia por
bajarse la falda, sin dejar de reír enloquecidamente divertida con su
precioso rostro de diosa mediterránea y aquel cuerpazo de bandera
de diosa del porno, dando vueltas sobre si misma y mostrando sobre
sus tacones blancos a las otras parejas y a un par de camareros, que
a través de las ventanas veían el espectáculo ojipláticos,  sus
esculturales, esbeltas, largas y perfectas piernas de bronceada y
suave piel cetrina y la totalidad de aquel culazo a través del tanga de
hilo de encaje transparente rojo, aquel trasero perfecto, un circulo
pefecto, sin un milímetro de piel de naranja, ni de celulitis, de
grandes turgentes, fibrosas, inertes y respingonas nalgas perfectas,
agitándose y flotando en el aire con el tatuaje de color del sol con un
rayo verde en la nalga izquierda, con su piel lanzando destellos
preciosos por efecto del aceite que había extendido por todo su
cuerpo, contemplando con deleite como todos los hombres la miraban
boquiabiertos con los ojos llenos de deseo y sus parejas con los ojos
llenos de odio.

-        Jajajajaja....que divertidoooo ...jajajaja…

Exclamo Yolanda entre risas risueñas como si no hubiera pasado


nada, secándose las lágrimas de risa, cuando el aire dejo de salir del
suelo, avanzando hacia Ramón entre los demás del grupo que
seguían contemplándola asombrados, sobre todo los tíos que no solo
salieron de su estado, hasta que sus parejas enfurruñadas les dieron
codazos y manotazos, tirando de ellos.

Yolanda se acercó a Ramón con su sonrisa que enamoraría a Dios y


con la cabeza le indico que siguiesen andando, sonriendo para sus
adentros al ver la enorme erección que Ramón con cara de embobado
probaba de disimular, sin dejar de mirarla con hambre de su cuerpo
de super hembra.

Estaban sentados en mesas redondas en una parte del salón, las


mesas eran para ocho, pero Yolanda, Vicente, Ramón y Victoria se
sentaban solos en una mesa, que ocupaba la posición central objeto
de los ojos de todos.

En la mesa más cercana a la presidencial se encontraban ocho


personas, dos ellos Joaquín y Ernesto, dos lameculos de campeonato,
que hacían competencia por ver quién era más lameculos de Vicente,
el uno divorciado, el otro nunca había estado viviendo en pareja. Eras
los ejecutivos más detestados de la empresa, pero los más valorados
por Vicente, igual de inútiles que él, pero unas comadrejas chivatas y
al servicio en cuerpo y alma del amo.

A la más mínima ocasión se acercaban a la mesa a lamerle el culo a


su amo, de una forma que daba asco a todos, en especial a Yolanda,
pero que a Vicente le encantaba, eras sus perros falderos.

Al igual de los demás hombres no escapaban de la atracción salvaje


que los voluptuosos encantos de Yolanda despertaban en ellos, pero
se guardaban muy mucho de llenarse los ojos de deseo contemplando
a aquella diosa morena de playboy, ante la más mínima presencia o
mirada de Vicente, sabían que era peligro de muerte, pero en cuanto
tenían el campo despejado del amo, babeaban por Yolanda como el
que más. 

Después de los entrantes, todos los hombres habían ido como mínimo
una vez al baño y el baile a lo “tentación vive arriba” de Yoli, estaba
en boca de todos los hombres. Los que habían visto sus magníficas y
bronceadas piernas y su perfecto, grande, respingón y turgente culo
de nalgas perfectas, hablaban y no paraban de lo buenísima que
estaba el “cuerpazo”.

Yolanda aguantando a los dos primos despreciables e insufribles en la


mesa se daba cuenta por el rabillo del ojo como todos los hombres la
miraban más que nunca, sobre todo después de volver del baño,
donde los testigos les ponían al día

Yolanda maestra máxima en el arte de calentar a los hombres sin que


parezca que lo está haciendo, escogía los momentos justos para
retirarse disimuladamente de la mesa y llevarse las manos a los
tobillos, que ya había ido diciendo que le dolían. Cada vez que lo
hacía retiraba la falda un poco más, mostrando parte de sus muslos y
estirando las piernas y mostrándolas a todos los que se sentaban
alrededor, que provocando el odio contenido de sus parejas fijaban
sus miradas en ella.

El aire en la mesa era irrespirable.

- Monchito, macho que eres un blandengue, que tengo que estar


siempre encima de ti, que si no le darías a todos los machacas, la
baja con un simple resfriado.

Decía Vicente lleno de desprecio refiriéndose al pobre Ramón.

-        Monchito, cállate, que como es habitual no tienes ni idea,


menos mal que estoy yo aquí para controlarlo todo que sino.

Le cortaba la foca grasienta de Victoria al pobre Ramón en medio de


cualquier respuesta o conversación, humillándolo y dejándolo en
evidencia.

-        Monchito, menos mal que encontraste a mi prima, que, si no a


saber donde estabas a estas alturas de la vida, viviendo bajo un
puente jajaja…

Añadía Vicente sin dejar de humillar y degradar al pobre Ramón, que


sonreía paciente y tragaba y tragaba, porque aquella humillación era
un no parar, Monchito, Monchito, por aquí y por allá, hablase o no
hablase, durante toda la cena los dos primos zafios, asquerosos e
inútiles, no dejaban de machacar al santo varón de la paciencia que
era Ramón.

De vez en cuando se cruzaba la mirada con Yolanda, que le sonreía


cándida y dulcemente, intentando reconfortarlo, pero, aunque tuviese
mucha lastima, que Ramón fuera el centro de las burlas de su marido
y la prima de esta, permitía a Yolanda desinhibirse muy muy
discretamente, dándose paseos al baño, más de los debidos.

Avanzando entre las mesas con su elegante cuerpo, erguido y macizo


de curvas, pisando con sus tacones blancos, con gracilidad pero con
firmeza, de forma que a cada paso de superclase como una gran top
model sus mamazas magnificas, redondas y grandes de talla de copa
de sujetador E vibraban desafiando la gravedad, arriba y abajo, abajo
y arriba, ella andaba como si flotase con la mirada siempre al frente y
con aquella relajada sonrisa preciosa, que enamoraba al mismo Dios,
contemplando por el rabillo del ojos como era el centro de atención y
del deseo de todos los machos de la celebración, todos los directivos
y cargos intermedios de la empresa de Vicente la devoraban con la
mirada y más después del episodio de las faldas al aire, ni siquiera la
presencia de sus enrabietadas parejas, lograba descender el morbo y
deseo que provocaba Yoli en ellos.

En una de aquellas idas y venidas, se había cruzado con la camarera


que les servía y le había dado veinte euros y prometido otros
cincuenta, si mantenía la copa de Vicente siempre llena de vino. Le
convenía que se pusiera algo pedo, normalmente era como un perro
guardián sobre ella controlándole hasta cada respiración, solo cuando
se ponía algo borracho perdía la capacidad de controlarla,
enzarzándose en alguna discusión absurda, donde ponía de relieve su
estupidez y su ideología derechona, pero mientras despotricaba se
olvidaba de controlar a su  esposa de bandera, aquella diosa del
playboy con cuerpazo de pornostar, al que si fuera por él, le tatuaría
en la frente: “se mira, pero no se toca, mejor ni la mires”.

Joaquín y Ernesto no dejaban de aproximarse a su mesa entre plato y


plato, lamiéndole el culo ostensiblemente y lanzándole miradas de
reojo a Yolanda, que les sonreía complaciente y sibilinamente
tragándose el asco que le daban.

-        “Son una pareja ideal don Vicente, usted y su mujer, no la ha


habido mejor en esta ciudad.”

-        “Es usted un talento para los negocios don Vicente, nunca me
canso de aprender de usted”

-        “Es usted todo un ejemplo de generosidad don Vicente, esta es


una gran fiesta, mejor que la del año pasado, pero peor de la del que
viene”

-        “Somos unos privilegiados por tener un líder como usted, don
Vicente, es usted el mejor profesional del sector”.
Y otras babosidades con las que regalaban los oídos de Vicente cada
vez que se acercaban a la mesa, los dos sujetos mezquinos, para
recibir una mirada benevolente y la sonrisa con la que un amo mira a
sus fieles perros. Mientras Yolanda no dejaba de mirar a la camarera
para que rellenase la copa de Vicente.

Tras el postre empezó la sobremesa, con un disc-jockey del club de


golf, animando la cosa. Vicente estaba suficientemente borracho,
pero no dejaba de fijar su mirada en su espectacular y escultural
esposa, que iba de corrillo de mujeres en corrillo de mujeres y
Yolanda se daba cuenta de la observación marital.

En un momento el disc-jockey empezó a subir la animación, poniendo


música muy bailable, rock ligero, pachanga, música comercial para
animar el cotarro.

Yolanda convenció a un par de mujeres de un corrillo y se unieron a


la docena de personas que bailaban en la pista. Mientras Vicente
parloteaba como dando un discurso de forma muy vehemente, rojo
por la borrachera, rodeado de acólitos, pero sin dejar de lanzar
miradas de control a Yolanda.

Yolanda no tardo en convertirse en el foco de atención de la pista con


su deslumbrante y divina sonrisa, sin dejar de mover su largo cuerpo,
agitando con alegría sus curvas, moviendo sensualmente sus
caderas, y haciendo volar la falda al ritmo de la música. Centrando la
atención de todos los machos de la sala, que la observaban cargados
de deseo, con el morbo rompiendo su techo, una diosa de la lujuria
ante ellos, mostrándose y agitando sus deseadas curvas, pero
inalcanzable para todos.

Lo peor era cuando se acerca a algún tío y bailaba con él, todos
sabían que su jefe estaba allí como un halcón, no podían rechazar la
invitación a bailar con la diosa sensual que era Yolanda, pero tenían
que andarse con mucho cuidado, don Vicente era capaz de
despedirlos si se ponía celoso y luego estaban sus parejas como
tigresas enfurecidas,  Yolanda no dejaba de provocarles, subiendo y
bajando su perfecto tronco, agitando sus caderas, abriendo sus largas
piernas, haciendo twerking con su perfecto, grande y redondo culo
respingón.

Y ellos teniendo que contener su incendiado deseo, tragando saliva y


reprimiendo la voluntad libre que el alcohol les insuflaba. Lo que
tendría que ser un placer era una tortura.

Yolanda iba y venía de la pista, dependiendo de que le gustase la


música o no, Victoria estaba por ahí cotorreando y Ramón apoyado
en una de las barras solo tenía ojos de adoración lujuriosa para
Yolanda. Yolanda se daba cuenta y cada vez que descansaba se
acercaba a la barra y conversaba animadamente con Ramón, al que
se le iluminaba el rostro ante la sola presencia de tal diosa sensual,
eso tranquilizaba al cada vez más borracho Vicente, que descontaba a
Ramón como hombre que supusiese un peligro con Yolanda, tanto por
ser el marido de su prima, como por el grado de humillación al que él
lo sometía desde hacía años, sin saber que para Yolanda, Ramón era
un hombre como otro cualquiera, y por el que sentía una afinidad
especial, debido sobre todo a que lo veía como alguien en la misma
situación que ella.

Mientras Vicente no dejaba de lanzar diatribas a su corte de pelotas,


encabezados por el larguirucho, huesudo, con nariz aguileña y gafas
de repipi de Joaquín (con razón lo había dejado su mujer) y el baboso
y grasiento Ernesto, con su bigote de morsa.

En un momento dado un jefe de producción y un par más se llevaron


a Vicente por un pasillo, el seguía dando gritos y moviendo las manos
y los brazos, y hacia como unos diez minutos que había dejado de
controlar tanto a Yolanda.

Esta fría y serenamente miro a la pista y vio como las dos ratas lame
culos se ponía a bailar, mientras los demás se apartaban haciéndoles
el vacío. Yolanda sabía que, a pesar de la embriaguez, la paranoia
enfermiza y celosa de Vicente era brutal, luego no tardaría ni cinco
minutos en volver a la pista y echarla un vistazo, a ver que hacía, así
que su mente sibilina empezó a maquinar.

Apenas un minuto después, la música le ayudo, sin dejar de sonreír


amorosamente, le dejo su copa a Ramón indicándole que volvía a
bailar a la pista, mientras este la seguía con la mirada de máxima
adoración y deseo.

Se aproximó bailando moviendo todo sus cuerpo, brazos y piernas,


agitando en el aire sus perfectas curvas, sus tetazas arriba y abajo,
abajo y arriba, de izquierda a derecha, y de derecha a izquierda, y se
colocó entre los lameculos mayores del reino, que la devoraban sin
disimulo con los ojos, probablemente los únicos que eran conscientes
en la pista que Vicente no andaba por allí.

Agitándose arriba y abajo, balanceando nalgas y mamazas como una


negra bailarina de samba entre los dos lameculos, que abrían los ojos
como platos y babeaban de deseo, provocando el escándalo de las
mujeres que les rodeaban y el deseo contenido de los otros hombres.

Los ritmos latinos dominaban el ambiente y Yolanda pegaba su


cuerpo voluptuoso y espectacular al de los dos lameculos, que
moviéndose torpemente como dos patos mareados trataban de seguir
el ritmo de aquella diosa mediterránea, con aquella piel brillante de
bronce, tan alta y estilizada y a la vez llena de curvas imposibles.

El más descarado y el que más se refregaba era el larguirucho de


Joaquín recorriendo las piernas de Yolanda a través de las gafas con
sus ojos saltones, que se mostraban a cada giro que esta daba
haciendo volar la falda roja de cenefas blancas, mientras Ernesto
empapado y jadeante, intentaba seguirles el ritmo sin aliento, y el
resto los observaba escandalizadas ellas, celosos ellos.

Una bachata empezó a sonar y Yolanda rodeo por el cuello a Joaquín,


sonriéndole maliciosamente con ojos de loba cachonda, empezó a
menearlo atrayéndolo hacia su cuerpo, mientras este con la mirada
perdida y la boca abierta se dejaba menear siguiéndola torpemente,
para él aquello era un sueño. Aquella hembraza de escándalo, la
mujer de su adorado jefe con aquel rostro precioso de Venus
mediterránea a escasos centímetros de su cara, pegando sus
mamazas y su pubis al suyo, haciendo que el larguirucho con aspecto
de insecto ganase la confianza suficiente para apoyar sus manos en el
costado de las caderas sobre la parte superior de punto rojo bordado,
a micromilímetros de la curva donde empezaba aquel perfecto y
magnífico culo.

Sin dejar de dar vueltas al ritmo de la música, el insecto estaba


hipnotizado por aquellos ojos afilados de zorra en celo, frotando su
cuerpo perfecto contra el suyo, provocándole una erección, que
Yolanda frotaba aposta con sus firmes y cálidos muslos en cada
movimiento estúpido y descoordinado del patan de Joaquín que le
aproximaba al mismo, sin dejar de mirarle fijamente con mirada
desafiante y lasciva.

La mano del patán lameculos del Joaquín se escurría vuelta tras


vuelta, alcanzando la parte de debajo de la cintura de Yolanda, hasta
que guiadas por su instinto y su deseo empezaban a caer hacia sus
nalgas, firmes redondas poderosas, que no dejaban de agitarse en
toda su turgencia arriba y abajo, abajo y arriba, vibrando en el aire,
rebotando fibrosas dibujando semicírculos perfectos, el lameculos
estaba empalmado como el palo de una bandera.

Entonces sucedió, en una vuelta Joaquín salió de su estado hipnótico


y vio a su jefe Vicente, lleno de furia dirigiéndose a la pista.

El pánico fue demasiado poderoso, Yolanda estaba de espalda y solo


puedo sentir como Joaquín subía las manos a la cintura y la
empujaba con una fuerza inesperada para aquel larguirucho
enclenque, separándola violentamente de él, Yolanda supuso lo que
pasaba y para salvarse a sí misma, fingió que se caía y se lanzó al
suelo.
-        Meléndez, que estaba pasando aquí…Meléndez como has
empujado a mi esposa y la has tirado al suelo, Meléndeeeezz…

Se oía gritar hecho una furia a Vicente, mientras el larguirucho con


gafas y ojos saltones con aquel patético aspecto de insecto, se
encogía y empezaba a hacer muecas, como si tuviera un ataque,
pálido por el temor, mientras cerca suyo el grasiento Ernesto se ponía
junto a su jefe y sonreía malévolamente con aspecto de ladino triunfo
y todos los demás disfrutaban del momento de la caída del asqueroso
lameculos.

-        Yo, yo, yoooo…no quería, no quería, no quería…don Vicente ha


sido sin quereeeerr…ha sido todo sin quereeeerr…

Se disculpaba gimoteando como un niño patéticamente Joaquín, al


borde del desplome.

-        Fuera de mi vista, ya se está yendo a casa Meléndez, mañana


hablaremos.

Grito a modo de sentencia categórica señalando con el brazo la


puerta, al tiempo que el lameculos larguirucho huía amarillo de
miedo, caminando desgarbadamente y abandonando la fiesta.

 Ramón había acudido rápidamente junto a Yolanda.

-        ¿Te encuentras bien?

Pregunto dulcemente y con adoración el médico cincuentón.

-        No he caído muy mal, tengo dolores en la cadera, en el tobillo


y en el muslo, y no creo que pueda apoyar bien.

Respondió fingiendo Yolanda.

-        Joder, ¿Puede ser algo grave Monchito?

Pregunto rojo y borracho Vicente, poniendo cara de fastidio.

-        No lo sé Vicente, debería examinarla para saberlo.

Respondió compresivo Ramón.

-        Joder pues examínala, inútil, a ver si se ha roto algo o yo que


sé.

Contesto lleno de desprecio y borracho Vicente, mientras Yolanda


fingía dolor y lo miraba llena de asco y desprecio.
-        Necesitare un lugar más íntimo para examinarle las
articulaciones.

Respondió colmado de paciencia Ramón. La música había parado, y


todos estaban expectantes alrededor.

Como si fuera el dueño del club de golf, Vicente lanzo una voz, el jefe
de sala y una camarera se acercaron, prestos. El jefe de sala se
marchó echando unas voces y entre la camarera y Ramón levantaron
a Yoli, que cojeaba sobre sus tacones blancos de verano.

El jefe de sala les indico donde había un vestuario, en el cual Ramón


podría examinar a Yolanda, mientras Vicente pedía que volviese a
sonar la música…y Victoria desde una esquina con otras mujeres se
reía burlonamente y nada disimuladamente de la escena de Yolanda y
Ramón ayudados por la camarera para acompañarlos al vestuario.

La camarera le dio la llave a Ramón y se marchó, ya que tenía que


seguir trabajando. La habitación era de hecho el botiquín del
vestuario de mujeres, Ramón echo el pestillo y se acercó a Yolanda
que se sentaba sobre la camilla.

Yoli mostrando su preciosa sonrisa, grande y de dientes perfectos,


extendió su larguísima y perfecta pierna sobre la camilla
exponiéndosela a Ramón al tiempo que con sus delicadas y femeninas
manos se colocaba hacía atras su negrísima y brillante melena sedosa
. Ramón abrió muchos los ojos y tragando saliva se dirigió a la
camilla, había atendido en su larga carrera a muchas mujeres muy
atractivas y tan explosivas como Yolanda, pero nunca a alguna a la
que desease tanto y le despertase tanto morbo.

-        Te duele cuando hago esto.

Decía Ramón moviendo con delicadeza el tobillo izquierdo de Yolanda.

-        Me molesta un poco, pero, me duele más la cadera y el muslo.

Fingía poniendo cara de malestar Yolanda y subiéndose la falda


dejando a la vista de Ramón su perfecto y magnifico muslo firme.

El hombre volvía a tragar saliva y con sus manos leve y


temblorosamente recorría la suavísima y bronceada piel del escultural
muslo izquierdo de Yolanda.

Yolanda estaba caliente como una perra, tan cachonda por todos sus
encuentros con el chico y por haber calentado a todos los empleados
del cerdo de su marido y la satisfacción de haber dejado en evidencia
al lameculos, también le ponía, además tampoco había bebido poco y
la posibilidad de calentar al máximo a Ramón compensándolo asi de
tanta humillación también le gustaba, al llegar a casa ella calmaría la
excitación que aún aumentaría más, jugando con sus dildos.

-        El verdadero dolor Ramón está aquí en la cadera.

Dijo Yoli señalándose la cadera poniendo cara y voz de niña dulce e


inocente.

Ramón se separó un momento, jadeando en voz baja de deseo con la


frente sudorosa y los ojos encendidos de deseo, pero conteniéndose
profesionalmente algo paralizado.

-        ¿Tal vez lo mejor sea, que me quite el vestido para que puedas
examinar la cadera, no crees?

Continuaba diciendo Yolanda con su voz dulce e inocente.

-        Si, siii…creo que, que será lo mejor.

Respondía Ramón sin dejar de tragar saliva.

Yolanda se bajó de la camilla, apenas fingiendo la cojera y se dio la


vuelta, moviendo grácilmente la cabeza para apartar su larga y
sedosa melena negro brillante, indicando a Ramón donde estaba la
cremallera en la parte posterior de la parte de arriba de punto rojo en
bordado de ganchillo.

De forma temblorosa Ramón elevo las manos y bajo lentamente la


cremallera, de forma risueña y divertida Yolanda saco los brazos de la
parte de arriba del vestido, juntando las piernas y dejándolo caer a
las mismas, para después de una forma natural y femenina sacar
primero una pierna con su tacón blanco y luego la otra, para recoger
el vestido y dejarlo bien doblado sobre la camilla.

Alta y esculturalmente voluptuosa como la playmate del año, Yolanda


con su prodigiosa sonrisa blanca y brillante, sus ojos de sultana,
divinos en su precioso rostro de diosa se dio una vuelta lentamente
sobre sí misma fingiendo una leve cojera, mostrando a Ramón sus
enormes y perfectas mamazas embutidas en el wonderbra granate de
encaje, cerrado en forma de medio arco con bordados de encaje por
el borde, mostrando la mitad de su enorme y oscura areola y  a
través del triangulo delantero de su tanga de hilo granate
transparente sus depilados labios con el leve triangulo de bello al
estilo brasileño en el monte de Venus, Ramón con los  ojos
asombrosamente abiertos estaba paralizado por el deseo con una
erección de caballo.
-        Vamos Ramón examíname la cadera.

Interpelaba Yolanda con su voz dulce e inocente a Ramón, dándole la


espalda y mostrándole sus perfectas, esféricas y extra respingonas
nalgas, completamente expuestas solo separadas por el hilo del tanga
granate transparente.

La erección de Ramón era brutal, parecía que llevaba una lanza entre
las piernas, eso calentaba a una perra lujuriosa como Yolanda de una
forma salvaje, ojalá aquel cincuentón loco de deseo fuera más
atrevido, porque tal y como estaba ella ahora se lo follaria hasta
dejarlo seco, pensaba Yolanda agitando las caderas ante el contacto
de Ramón.

-        Te, te, te te duelee…aaaquiii…

Decía Ramón colocando sus manos frías y sudorosas sobre las


caderas firmes y espectaculares de Yolanda.

-        No sé Ramón deja que mueva un poco las nalgas, porque


parece que se me está pasando el dolor.

Respondía con aquella endiablada voz, dulce e inocente, al tiempo


que de forma muy lenta agitaba sus nalgas arriba y abajo, abajo y
arriba, rebotando en el aire, mientras Ramón sujetaba la más
próxima a él.

Yolanda se mordía el labio inferior de lo cachonda que estaba,


mientras sentía como el aroma del sexo del cincuentón empapaba el
pequeño cuarto de botiquín, sus pezones extragrandes duros como
piedras empezaron a ponerse tan erectos, que el más cercano a
Ramón se liberó del medio arco wonderbra de talla inferior y de la
gasa de algodón, saltando al aire apuntando al frente.

-        Ooooohhhhhhhhhhh…..que maravillosamente grandeeee

Exclamo Ramón, abriendo las piernas con una tienda de campaña


imposible de disimular entre ellas, retirándose y sentándose en la silla
vencido por el deseo y el morbo, con los ojos fuera de las orbitas.

-        Uppppss perdona Ramón.

Dijo Yolanda mirándolo con su sonrisa deliciosa, diciéndole con los


ojos ven atrévete a follarme. Pero el cincuentón con una erección
monstruosa jadeaba desconcertado, mirando al suelo después de
dejar sus gafas encima de la mesa.
-        Huuuuummm parece que ya no me duele, nada Ramón,
podemos volver a la fiesta.

Expuso Yolanda con una voz neutra, mirando al pobre Ramón


desquiciado por el deseo, pero incapaz de pedirlo.

-        ¿Ramón vamos?

Dijo Yolanda más conciliadora y preocupada aún en ropa interior


poniendo una mano sobre el vestido.

-        Ve, ves, ves tú…yo, yo, yo así, así no puedo ir…tengo que
esperar que se calme o hacer algo para calmarlo o Victoria me
montara una escena o peor…además sabrá, que es por ti y no sabes
lo que te odia…ves tú, yo iré después.

Respondió Ramón con voz entrecortada como si estuviera agotado.


Yolanda se sintió fatal estaba jugando y se había puesto muy
cachonda, pero ahora sentía que formaba parte de los torturadores
de Ramón. Él la había visto antes en bikini, y ella se había dado
cuenta de cómo la deseaba, pero aquello era distinto estaba en
lencería espectacular junto a ella, y la estaba tocando.

-        Victoria es una cerda y una inútil como su primo, Vicente, dos
mierdas inútiles, que, si no fuera por su familia, no valdrían ni para
recoger cartones por la calle. Tú eres un doctor, una persona que lo
ha conseguido todo gracias a su esfuerzo y trabajo y también un gran
padre, ya le gustaría a Vicente ser la mitad de hombre que tú.

Proclamo Yolanda con sinceridad y admiración, consiguiendo una


amplia sonrisa de satisfacción de Ramón.

-        Muchas gracias Yolanda, que una mujer como tú me diga algo
así y de esa manera, me compensa todas las humillaciones de años,
de ese par de zopencos.

Contesto Ramón sonriendo, pero sin que su erección bajase.

-        Venga vuelve a la fiesta, mientras yo me ocupo de esto y así


no tengo que oír a Victoria.

Dijo Ramón señalando su enorme erección.

-        Vaya veo que te gusto bastante.

Expreso Yolanda con voz neutra.

-        Cualquier hombre que no te desee o está ciego o está loco.


Respondió con seguridad Ramón.

Yolanda sonrió satisfecha, se giró hacia la puerta comprobó que esta


estaba cerrada, Vicente estaba como una cuba y consideraba a
Ramón una colilla, un mierdecilla, la última amenaza con la que su
mujer le podría engañar, así que esbozando una amplia sonrisa se
dirigió a un sorprendido Ramón, que no entendía nada.

-        Déjame que yo solucione ese problema, ya que yo lo he


provocado.

Ramón se quedó paralizado y estupefacto, al tiempo que caminando


muy sexy sobre sus tacones blancos Yoli se aproximaba a él, sin
dejar de sonreír, tras colocarse el pelo hacia atrás muy
femeninamente dirigió sus delicadas manos al pantalón de Ramón,
desabrochándolo con gran rapidez y maestría.

-        Ooooohhh……oooohhh….oooohhhh….

Se removió en la silla Ramón, al tiempo que Yoli, le sacaba el


pantalón y los calzoncillos tirando de los lados de ellos, dejando a la
vista una polla tamaño estándar, pero especialmente gorda, más de
lo normal, erecta como una piedra y con una vena que la rodeaba.

-        Vaya, vaya, Ramón, tienes una buena herramienta…jajajaja….

Bromeo risueña Yolanda al tiempo que se inclinaba sobre el


desconcertado Ramón, rodeando con su mano derecha el tronco de
su verga mientras con la izquierda le masajeaba los testículos,
lanzándose con sus turgentes y húmedos labios a morrear al
cincuentón, que sorprendido al principio, reacciono rápidamente
enrollando su lengua en la de la diosa morena mediterránea,
enroscándose mutuamente en un beso francés interminable, mientras
ella pajeaba su extra gorda polla, arriba y abajo, abajo y arriba, a un
ritmo constante y placentero.

-        Oooooohhhhh…..que cuerpoooo tieneeess…muaack..muuaack…


muuuaaack…es el mejor que he visto y tocadooo….oooohhh
diooooss….muuuaaaaccckkk…que culooo es
perfecto…..muuuuaaackkk..

Musitaba lleno de deseo, el cincuentón calvo y desgarbado, entre


beso y beso, mientras aprovechaba la ocasión con lujuria
desbordante, amasando y aprisionando con ambas manos abiertas
como garras las nalgas perfectas y respingonas de Yolanda, clavando
en ellas las yemas de sus dedos, poseyéndolas con toda su perfecta
redondez, bajando sus ardientes manos llenas de deseo del culo a los
firmes y esculturales muslos de Yolanda, dejando en ellos la impronta
de sus huellas digitales  y volviendo a subir, para saciar su insaciable
tacto del culo perfecto de aquella diosa mediterránea.

Yolanda balanceaba lentamente las caderas, degustando el deseo


salvaje del maltratado médico, esposo de la prima de su marido, con
la raja empapada y ardiendo, sin dejar de masturbarle arriba y abajo,
abajo y arriba, sintiendo como su verga entre sus femeninas y
delicadas manos, crecía y latía caliente como una brasa.

-        Que buena polla tienes Ramón muaack..muuaack…muuuaaack


gorda, firme, con ganas de mi… muaack..muuaack…muuuaaack…no
como la del mierda de Vicente, que no vale para nada..
muaack..muuaack…muuuaaack

Exclamaba Yoli con voz de perra en celo, aumentando la autoestima y


el ego de Ramón, sin dejar de morrearlo en aquel beso francés cada
vez más lascivo, embriagada también de lujuria y controlando las
ganas de montarse encima de aquel pollón grueso, ardiente y viril,
galopando sobre él follandoselo brutalmente.

Aunque Yolanda no aflojaba en la paja arriba y abajo, abajo y arriba,


no parecía que el cincuentón fuera a correrse pronto, mientras las
nalgas y los muslos de Yolanda empezaban a estar rojos de tanto
apasionado magreo, los dedos de Ramón eran puro fuego.

-        Huuuuummm….oooohhh…. muaack..muuaack…


muuuaaack…….si cariñooo..siiii

Exclamaba de placer Yolanda sintiendo como aquellos abrasadores


dedos jugaban primero con sus labios vaginales por encima de su
tanga granate transparente, para luego hundir el dedo índice y el
corazón en su húmeda y ardiente raja.

El cincuentón era un maestro, combinación de la experiencia y de su


condición de médico, movía los dos dedos de forma rítmica y
acompasada, ni muy lenta, ni muy rápida, frotando hacia arriba
encendiendo su clítoris.

-        Siiii…Ramoooonnn…siiiiiii……..tu si que sabes tratar a una


mujeeerr…. muaack..muuaack…muuuaaack….no como el mierdaaa de
Vicente…..siiiiiii

Gemía de placer Yolanda dentro del botiquín del vestuario de


mujeres, controlando la voz, cerrando los ojos y entregándose al
placer que le producía, Ramón, sin dejar de masturbarlo y de
enroscarse con su boca y lengua en un beso francés, al tiempo que
agitaba sus caderas balanceándolas en suave carencia adelante y
atrás facilitando la maniobra de Ramón sobre su clítoris.
Ramón dirigió su boca y su lengua locas de deseo a las mejillas, al
mentón, al cuello de Yolanda que retorcía su cuello apartando su
preciosa melena oscura, mostrando y dejando que el cincuentón la
lamiese toda, disfrutando de su bronceada y suave piel de tacto de
porcelana, cerrando los ojos y entregándose a la sensación tan
placentera de sentirse bestialmente deseada por un hombre capaz.

En un momento dado Ramón tomo las finas y femeninas manos de


Yolanda, apartándolas de su polla, con su mano libre, para chuparlas
lentamente, las suaves y cuidadas palmas y cada uno de sus dedos,
dedo por dedo.

-        Oooooohhhh cariñooooooo……..como me pone…que te ponga


asiiii…ooooohhh

Gemía y exclamaba Yolanda, con voz dulce y aniñada, con cara de


zorra en celo, al tiempo que el cincuentón calvo y desgarbado
aumentaba en ritmo de la fricción de sus dedos en su clítoris.

Cuando acabo con las manos de Yolanda, bajo sus labios y su lengua
concentrándose en su tronco, en su firme y suave abdomen
jugueteando con el ombligo y los orificios de su piercing, lanzando
lengüetazos y chupetones por toda su superficie y sobre sus divinas
caderas, a la sombra de sus enormes y perfectas tetazas esféricas en
forma de gota de lluvia, que se desbordaban hacia arriba desafiando
a la gravedad, embutidas en el wonderbra granate de encaje y semi
arco, sin dejar de frotar con sus dedos en la ardiente raja de Yolanda,
que estaba en la gloria.

-        ¿Pu…pu…puedo?

Pregunto temeroso Ramón, señalando con su mano libre a las


mamazas divinas de talla de copa E de Yolanda. La cual sonriendo
abrió completamente la palma de sus femeninas manos, dirigiéndolas
a sus enormes globos, metiéndolas entre la tela del wonderbra
granate y su carne, para sacar por encima primero la derecha y
después la izquierda con mucha parsimonia y sin dejar de sonreír.

-        Oooooohh Dioooosss….son extraordinariaaaasss…y que


pezones son inmensooos, increíbles y anómalos en un cuerpo tan
escultural y esbelto como el tuyo….los había visto a través de la tela
del sujetador del bikini…pero al natural son, son, son…únicos tan
oscurooss y puntiagudos.

A Ramón los ojos se le escapaban de las orbitas de tanto deseo


contenido, sin dejar de pajear con fruición el clítoris de Yoli, al tiempo
que esta se inclinaba y le ofrecía sus enormes mamazas esféricas
recorridas seximente por algunas venas, con sus enormes areolas
morenas y sus inmensos pezones oscuros y puntiagudos, sostenidos
extraerectos por encima del wonderbra sin abrir.

-        Sluuuurrrrppp….sluuuurrppp…sluuuurrrppp…
siiiiiii….siiiii…..Sluuuurrrrppp….sluuuurrpp…sluuuurrrppp

Devoraba ansioso y sediento el cincuentón calvo la superficie de las


mamazas y los pezones de Yolanda, que con su mano izquierda
sostenía y ofrecía su tetaza izquierda, mientras Ramón con su mano
derecha se aferraba a la tetaza derecha de Yolanda, sin dejar con su
mano izquierda de frotar su clitoris aumentando el ritmo poseído por
el deseo salvaje y el morbo.

-        Oooooohhhh…. Si cariñooooo siiiii….

Gemía Yolanda conteniendo los gritos de placer, pajeando a Ramón


de forma discontinua con su mano derecha.

-        Sluuuurrrrppp….sluuuurrppp…
sluuuurrrppp…..Sluuuurrrrppp….sluuuurrpp…sluuuurrrp

El calvo cincuentón estaba loco de deseo por Yolanda y era un


experto, cuando se canso de lanzar lengüetazos y chupetones a la
superficie perfecta y circular de las tetazas de Yolanda, empezó a
succionar sus enormes y preciosos pezones, con una fuerza e
intensidad brutales, alternando uno y otro, duros y suaves a la vez,
ardiendo, clavando las garras de su mano izquierda en aquella
esfericidad perfecta, apretándolos con las yemas de sus dedos como
si quisiera ordeñarlos.

-        Oooooohhhh…. Si cariñooooo siiiii…siiiiiiii ……Ramóooon.

Se retorcía de placer Yolanda, tirando la cabeza hacia atrás, cerrando


los ojos y abriendo las piernas, sintiendo como los latigazos de placer
llevaban hasta sus pezones su volcánica lactancia.

-        Ooooooohhhh….Ramooooonnnn…siiiii…siiii…tu eres un


hooombreeee me corrooooooo…me corrrroooo…..

Se retiró un poco entre espasmos y temblores Yolanda, chorreando


por su clítoris entre el hueco del tanga de hilo arrinconado, al tiempo
que el calvo cincuentón aferraba ambas manos, ahora liberadas, a
cada teta y recibía de cada uno de los pezones una ráfaga de leche
ardiente de Yolanda, para su sorpresa y satisfacción.

-        Oooohhhh….maravillosoooo…maravillosoooo
Exclamaba lleno de morbo Ramón, aferrándose aún más fuerte a las
tetazas de Yolanda y exprimiéndolas para recibir en su boca más
ráfagas de leche de aquella diosa mediterránea, que cerrando los ojos
con la cabeza hacía atrás y mordiéndose los labios inferiores tenía los
últimos espasmos del orgasmo que chorreaba de su raja.

-        Ohhhh…. Si cariño siiiii…siiiiiiii ……Ramóooon…bébete mi


lecheee… tú si eres un hombre…un hombre de verdad….y no el
mierda picha floja de Vicente…

Exclamo Yolanda en una mezcla de deseo, satisfacción y desprecio,


alcanzando la boca de Ramón llena con su leche y enroscándose en
un apasionado morreo.

-        Ahora yo quiero beberme tu leche…Ramón ….quieres que me


beba tu leche…Ramoooon

Pregunto Yolanda llena de vicio, con rostro de zorra en celo, aquel


precioso rostro de diosa mediterránea pidiendo sexo a gritos,
rompiendo todos los techos del morbo.

-        Si, si, si …..por favor…..siiiiiiiiiiiiiiiiiii

Yolanda con sus tetas en ristre aun goteando leche, se apartó el pelo
femeninamente a un lado y se arrodillo frente al médico calvo
cincuentón, que seguía sentado en la silla, cogiendo su verga,
abriendo la boca y sacando la lengua hizo el amago de colocarse la
gorda y gruesa polla sobre la misma, antes de decir:

-        Follame la boca…follate la boca de la mujer de Vicente…el


objeto más valioso de Vicente, del que presume prepotentemente y
que considera solo para él y que nadie más debe no mirarla…disfruta
de lo más sagrado de Vicente, follame la bocaaaa…

Dijo provocativa y violentamente Yolanda, esperando despertar el


rencor de Ramón y que le follase la boca brutalmente, le encantaba
que la follasen por todos sus agujeros violentamente, poseyéndola
con deseo salvaje, eso la volvía loca de excitación.

-        Si, si…hijo de puta, ¡Vicente…cornudo cabrón!

Reacciono Ramón con un susurro lleno de ira y desprecio, irguiéndose


y poniéndose en pie, agarro con firmeza por ambos lados, pero sin
apretar la preciosa cabeza de Yolanda y empezó a bombear dentro de
ella, adentro y afuera, afuera y adentro, mientras Yolanda apoyaba
sus delicadas manos en sus cuádriceps.

-        Gluuuub, gluuub, gluuub, gluuub, gluuub…..


Tragaba entre arcadas Yolanda, moviendo su lengua como la experta
que era, para masajear el glande de Ramón, produciendo mucha
saliva y bañando en ella su polla, sintiendo como aquella gruesa
verga le ensanchaba la boca, disfrutando de aquella dolorosa y
placentera sensación, mientras los testículos colgando del cincuentón
rebotaban en su barbilla, y su tronco se balanceaba al ritmo del
bombeo que imponía el cincuentón, agitando sus mamazas adelante
y atrás, atrás y adelante, a derecha y a izquierda, a izquierda y
derecha, arriba y abajo, abajo y arriba, con aquella turgencia de
perfecta, suave y sólida gelatina, dibujando círculos perfectos en el
aire.

-        Si, si…hijo de puta, ¡Vicente…cornudo cabrón, pedazo de


cabrón, le estoy follando la boca a tu perfecta mujer, que solo es
tuyaaaa…!

Exclamaba como si gritase Ramón, aumentando su propia excitación


y satisfacción, así como el ritmo de la mamada-follada de boca de
Yolanda, que se regocijaba de las palabras de Ramón.

-        Gluuuub, gluuub, gluuub, gluuub, gluuub…..

Tragaba y tragaba, adelante y atrás, atrás y adelante, clavando sus


dedos en los muslos del médico cincuentón, pensando con
satisfacción en como también estaban haciendo cornuda a su esposa,
la asquerosa prima de Vicente, al tiempo que empezó a sentir como
palpitaba caliente y endemoniadamente la verga de Ramón dentro de
su boca

-        Me corrooooo…me cooorroooo….bebetelooo todooo…


bebeteloooo todo siiiiii….

Se arqueaba Ramón, acoplando y fijando su polla en la boca de


Yolanda, que sentía como ráfaga tras ráfaga de abundante y cremosa
leche de Ramón, inundaban su garganta y su boca, ella con maestría
lograba retener algo en la misma y dejaba que el resto cayera
libremente a su estómago.

Yolanda se sacó la polla de Ramón de la boca, al tiempo que este se


dejaba caer en la silla, y poniendo cara de niña mala, lanzo unos
últimos lengüetazos a la punta de su verga, limpiándola y recogiendo
los últimos restos, sin dejar de mirar fijamente a los ojos al alucinado
cincuentón, que estaba gozando de aquella experiencia sexual como
nunca antes en su vida.

Cuando Yolanda hubo recogido los últimos restos, esbozando su


maravillosa sonrisa, abrió la boca enseñándole a Ramón los restos de
su espeso semen, jugueteando por su boca con la semilla del
cincuentón, moviéndola por los carrillos, por la lengua, haciendo
gárgaras muy femeninamente, para deleite morboso de Ramón,
antes de elevar la cara para mostrar bien su cuello y tragarse hasta la
última gota.

-        Aaaaahhhhh….jajajaja

Exclamo Yolanda tras tragárselo todo abriendo mucho la boca y


mostrándola limpia del semen del cincuentón, estallando en una risa
jovial e infantil.

Para acercarse a un felicísimo Ramón e inclinándose sobre él,


apoyando sus manos en los brazos de la silla, lanzarle un apasionado
morreo.

-        Esto ha de ser nuestro secreto, Ramón cariño.

Dijo incorporándose y colocándose las tetazas dentro del wonderbra


de encaje granate, para a continuación coger una toalla que había
sobre la camilla y proceder a secarse un poco la empapada entre
pierna.

-        Si, si… claro…si Victoria se entera estoy muerto, estamos


casados en separación de bienes, y todas las propiedades están a
nombre de ella o de las niñas…

Respondió Ramón risueño y satisfecho con una gran sonrisa en la


cara, mientras acababa de vestirse.

-        Gracias Yolanda, ha sido un sueño hecho realidad.

Dijo a modo de despedida Ramón, mientras Yolanda se daba la vuelta


y le mostraba la espalda para que le ayudase a subirse la cremallera.

-        De nada tesoro, yo también tenía ganas de disfrutar de un


verdadero hombre y de darle una lección a ese par de primos
mierdosos. Venga ves tu primero y luego saldré yo.

Contesto Yolanda guiñándole un ojo a Ramón.

Que humildemente se puso la americana y sin dejar de mirarla con


adoración, abandono el botiquín del vestuario.

Yolanda conto hasta treinta y salió tras él.

Cuando llego a la sala, la mitad de la gente se había ido ya, Ramón


había vuelto a adoptar  ese aire suyo de sumisión y estaba junto a
Victoria, mientras Vicente completamente borracho, rojo como una
bombilla daba un discurso sobre lo buen empresario que era a los
pocos pelotas, que quedaban.

Yolanda se acercó al grupo, y con su atlética fuerza giro al pelele


zafio de su marido, lanzándole un morreo inesperado, solo el morbo
de que Ramón viera como la lengua, los labios y la boca que le
habían comido la polla y se habían bebido su leche, ahora morreaban
a Vicente la motivaban.

-        Vamos a casa Vicente, que ya ha habido bastante fiesta por


hoy, conduzco yo.

Dijo Yolanda cogiendo por las solapas a Vicente y llevándoselo de allí,


al tiempo que lanzaba una mirada de complicidad a Ramón, que
sonreía irónicamente, deshaciéndose de gustó al ver cómo había
humillado al cerdo de Vicente sin que él lo supusiese.

VIII

La resaca le duro hasta el fin de semana al inútil zafio y prepotente


de Vicente. Y a pesar del encuentro con Ramón y de la satisfacción
personal de hacer cornudo a su marido con alguien al que
despreciaba tanto, tanto tiempo de reprimirse a sí misma y los
jueguecitos con el niñato fofisano, tenían cachonda perdida a
Yolanda.

La meditación, el yoga y las sesiones de consoladores y dildos hasta


correrse solo le ayudaban a contenerse en el trabajo y cuando iba con
Vicente. En cada ocasión que podía, vestía sexy,  se movía siempre
atenta a la carencia de sus caderas, disimulando muy bien, como
quien no quiere la cosa, moviendo sus nalgas respingonas arriba y
abajo, abajo y arriba ceñidas en sus faldas de tubo, andando con
clase y sensualidad moviendo sus piernas vestidas con sexys medias
paso a paso, sobre sus perfectos tacones, con su sonrisa que
enamoraría al mismo Dios, agitando y balanceando a la mínima
ocasión sus perfectas e inmensas mamazas, realzadas en sus
wonderbras de ensueño, sintiendo como su sola presencia, en
tiendas, oficinas, restaurantes etc…calentaba el ambiente, poniendo a
los machos tan ardientes como estaba su raja. Lanzando su
incontrolable mirada de perra lasciva y en celo, a conductores con los
que se cruzaba, repartidores, mensajeros, jardineros, tipos de
mantenimiento, solo su mirada y su rostro impasible, con hombres
que sabía que iba a intimidar pero que no se iban a atrever a dar el
paso. Estaba tan caliente que solo relajaba el vestuario y la postura
cuando estaba en casa, y se había masturbado un par de veces.

 Mientras la criaja estaba más imposible que nunca, gritando,


montando escenas histéricas, mostrando más odio hacia Yolanda que
nunca, le había vuelto a arrojar lejía a un par de sus prendas y había
vuelto a tener un ataque histérico agresivo con Vicente, hasta el
punto de que este había salido corriendo del salón, donde su “querida
hija” le estaba arrojando objetos decorativos.

Cuando se quedaba a solas con Yolanda comentando la situación con


la criaja, su actitud era inflexible, ya había tomado una decisión, lo
hablaría con su ex y el año próximo a un internado en Suiza, y ya
veríamos como evolucionaba.  Pero luego cuando estaba con la criaja
delante, esa actitud se relajaba, Yolanda ya conocía muy bien a
Vicente, necesitaría un empujón, un verdadero empujón.

“Estas muy cerca de conseguir la máxima recompensa, Sergio, por


eso hay que apretar la maquina”

Le escribía Yolanda al criajo fofisano por el canal protegido de


Telegram.

“Joder, pero lo que pides es muy delicado, depende de personas,


además ella bebe y se pone pedo, pero se controla para no llegar a
ese punto de borrachera y vómito, así que no sé cuál es su límite, me
puedo pasar o quedar corto”.

Contestaba el niñato poniendo al final del texto el emoticono de la


persona que se encoje hombros.

La verdad es que andaba desmotivado, preocupado y alicaído, aquel


curso lo había perdido completamente y sus padres ya lo habían
matriculado en una universidad privada de carácter militar con
internado, una de las dos únicas de ese tipo en el país, en la otra
punta, en un lugar frio y árido del interior, y no paraba de darle esta
cantinela a Yolanda.

Necesitaría motivarlo, pensó Yoli, al tiempo que se subía la camiseta


ajustada roja de punto que llevaba en aquel momento de relax en
casa, y metiendo toda la palma de su delicada mano, se sacaba de su
wonderbra negro y liso de lycra, primero su tetaza derecha y después
su tetaza izquierda, para coger cada una con ambas manos y
llevárselas primero una y luego la otra a la boca, para chupar con
fruición sus extra grandes y morenos pezones, hasta cubrirlos con su
saliva y pellizcarlos después con sus finos y femeninos dedos indice y
pulgar, hasta que alcanzaron su máximo tamaño y erección, para
después lanzarse un selfie de sus perfectas mamazas sostenidas por
el wonderbra.

“Entonces está claro que no quieres volver a probar a estas”.

Escribió como texto de la foto de sus tetazas que subió al chat, con la
seguridad de que no se podía descargar la foto, ni la aplicación
dejaba hacer screenshots y que a los diez segundos como el resto de
mensajes desaparecería.

“ Woooooooowwww….si, si, si…claro que quieroooo….si, si, si…


wooooooowwwww, pero no sé como hacerlo…pero si que las
quierooo, siiii”

El niñato fofisano volvía a estar motivado.

“Es más fácil de lo que tú te crees, oblígale a mezclar cerveza y vino


durante la cena y que coma mucho pan, la muy estúpida besa por
donde tu pisas, así que lo hará, el vino del barato, del de la casa,
después que se tome un par de cubatas más de los habituales de ron,
ginebra o whisky a ser posible, pero cargaditos así que házselos tú,
controla que los cubatas se los tome cada 30 o 45 minutos. Después
cuando la lleves a casa para en alguna panadería 24 horas o en una
gasolinera, haz que se coma un croissant o alguna pasta grasienta
con la excusa de bajarle el ciego, y lleva una petaca en el coche con
tequila, y cuando te despidas le das un beso pasándole el trago de
tequila de tu boca a la suya, esperemos que tenga el aguante para no
vomitar, cuando salga del coche avísame que yo esté alerta, para
esperarla.”

Explico detalladamente Yolanda.

“Bueno lo del beso del tequila, me da asco, pero todo sea por la
recompensa, que es lo mejor que me pasa últimamente”

Respondió el criajo, provocando una sonrisa de satisfacción en


Yolanda.

Por lo visto todo debía transcurrir tal y como le había indicado


Yolanda, esta permanecía ansiosa en su cama, vistiendo un pijama de
satén y con un batín blanco de algodón cerca, esperando el mensaje
de Telegram del chico, que el indicase que ya había dejado a la
criaja, y que está aún no había vomitado.

“Ya le he pasado el tequila con el beso, que asco, cada vez me da


más asco besarla…no ha vomitado, pero ya va hacia la casa dando
tumbos”
Le escribió Sergio al chat de Telegram, que ilumino la pantalla del
móvil de Yolanda, la cual apenas lo leyó salto de la cama y se puso el
batín blanco, abriendo la puerta de su habitación para observar la
entrada de la casa, donde se oian ruidos en la cerradura.

La puerta se abrió y tambaleándose entro Belén, trato de quitarse los


zapatos para no hacer ruido, vestida de choni y con el maquillaje de
un loro corrido por la mitad de la cara, se cayó un par de veces antes
de acercarse a la escalera, justo en ese momento acudió solicita
Yolanda.

-        Madre mía, como vienes nena.

Dijo Yolanda fingiendo sorpresa.

-        Vencho como me da la ganah, zu no ere mi mare..zorraa…

Contesto completamente borracha e irrespetuosamente Belén


moviéndose torpemente como un muñeco sin hilos.

-        Anda deja que te ayude a subir.

Respondió sibilinamente Yolanda sosteniéndola por el costado


izquierdo, a lo que la criaja se dejó, zarandeándose como una
muñeca de trapo.

A la primera oportunidad, Yolanda con mucho disimulo tiro uno de los


objetos de bronce decorativos de la escalera.

-        PLAAAAAASSSSS

Cayo haciendo un ruido espantoso.

-        Cuidado nena, que se va a despertar tu padre.

Siguió fingiendo Yolanda, que se agitaba de lado a lado, como si no


pudiese llevar con más que suficiencia el cuerpo desgarbado y peso
pluma de la criaja.

-        Siiii...que no se dezpierte.. el viejo…

Dijo con voz de desprecio apestando a alcohol la criaja. Lo que


aprovecho Yolanda para con disimulo, balanceándose como para
sostener a Belén, lanzar otro objeto decorativo de la escalera, que
cayó al vacío, para estrellarse en el suelo.

-        PLASSSSSSSS
Y un tercero que reboto al caer.

-        CLIIIICK…CLAAAACKKK….PLAAAAAASSS

Y un cuarto, un florero de porcelana, que sonó con estruendo.

-        PLAAAAASSSSS

Ya enfilaban el pasillo, cuando Yolanda hizo ver que chocaba con un


gong decorativo de metal de importantes dimensiones, muy cerca de
la puerta de Vicente, donde se oia la máquina de la apnea.

-        GOOOOOOOOOONGGGGGGG

A los 3 segundos Vicente estaba en el pasillo, con cara de pánico y


pelos revueltos de loco.

-        ¿Pero qué coño pasa aquí?

Pregunto mirando a su esposa y su hija en mitad del pasillo.

-        Nada Vicente, la niña que viene un poco mal y yo quería


evitarte el disgusto.

Fingía con cara compungida Yolanda, que se retorcía de placer y


triunfo por dentro.

-        No me defiendas…zorraaa…más que zorraaa…

Gritaba completamente ebria la criaja, empujando a Yolanda, para


deshacerse de sus brazos.

-        Un poco mal…esta completamente borracha…y vestida y


maquillada como una putita barata…por ahí, paseando mi apellido y
haciendo que todos la señalen.

Aullaba histérico Vicente, dirigiéndose a su hija hecho un basilisco,


hasta ponerse a un centímetro de ella.

-        Viejo machistaaaa de mierda…yo soy una mujer joven y libre, y


puedo…puedoj….pue….. buuuuuaaaaajjjjj….buaaajjjj….

Empezó a vomitar como un surtidor sobre su padre, que se quedo


petrificado poniendo cara de asco, muy tieso, recibiendo todo el
vomito rojizo y asqueroso de su niñita…

-        Aaaahhhh…que ascoooo…..guarrraaaaaa…borrrachaaaaaa…


plaaaass…plaaaasss
Grito Vicente antes de cruzarle la cara a la criaja, que anestesiada
por el alcohol se desplomo sin sentir nada.

-        Madre mía, madre mía, madre mía Vicente…como te ha puesto,


como te ha puesto.

Añadía Yolanda, poniéndole más picante a la situación de por si


horrorosa y explosiva, la verdad es que le había salido a pedir de
boca, perfecta situación.

-        Niñata, borracha, guarra vete a tu habitación…ahora…que asco,


que asco…

Gritaba Vicente mientras Belén entre a gatas y arrastras se acercaba


a su habitación.

-        Deja que te ayude mi amor…como te ha puesto, como te ha


puesto.

No dejaba de echar leña al fuego Yolanda, acompañándolo por el


pasillo hacia el baño, haciendo el amago de tocar a Vicente, pero sin
tocarlo, regocijándose por dentro por tan impresionante triunfo.

No le importo tener que limpiarlo todo y al día siguiente, darle al


parte al criajo del magnífico éxito de su plan, cerrando ya con él, una
nueva “recompensa” el siguiente sábado.

Al día siguiente Vicente arrastro a su hija, con una resaca como un


piano y la cabeza cabizbaja y humilde con pose de remordimiento,
hacia casa de su ex, con el semblante serio y disgustado, repitiendo
desde que se había levantado, que no había nada que discutir, que
había que sacarla de aquella vida y meterla en el internado suizo.

Yolanda saltaba de alegría, cuando abandonaron la casa, su objetivo


estaba casi cumplido, cuando la viese camino del internado Suizo, la
confianza de Vicente en que la niñata no manchase su reputación
nunca volvería, porque además, todo su círculo social y empresarial
se enteraría del destierro de la niñata y ella nunca se lo perdonaría a
su padre.

Pero no, al volver a casa Vicente, casi se le pone a llorar a Yolanda, la


criaja había cambiado de táctica , se había echado a llorar como una
desconsolada, desde la humildad y las lágrimas de cocodrilo le había
echado a Vicente la culpa de su cambio de actitud por el divorcio y
por dividir la familia, sin dejar de llorar como una fuente, le había
dicho todo lo que le quería y que no se volvería a repetir, y el flojo de
mierda, y el pusilánime sin una gota de carácter, nada más que para
los que consideraba que podía joder sin que pudieran reaccionar, se
había tragado el sapo y había cedido y eso que su ex estaba de
acuerdo con lo del internado.

Con que esas teníamos, pensó impertérrita e inmisericorde Yolanda, a


ella la reputación y el ego del mierda de Vicente, le importaban un
huevo, si no fuera por su asqueroso dinero y el estatus y seguridad
que le conferían, ni lo miraría al viejo mierdoso que era. Así que la
niñata le obligaba a ir hasta el final para destruirla, ella no iba a dejar
que una niñata pusiera en riesgo, lo que tanto le había costado ganar
y conservar.

La semana sirvió para tranquilizar a Vicente, y animarle a ir al golf,


otro sábado en el club con todo aquellos proveedores haciéndole la
pelota y dejándolo ganar y después de comer a casa, una comida de
tetas y una mamada de su maravillosa mujer, joven y con cuerpo de
diosa del porno y a lo mejor cenar por ahí, un gran plan para el zafio
insulso de Vicente, que permitía a Yolanda disponer del sábado por la
mañana para saciar su ardiente deseo, con el que había luchado toda
la semana, dándole al criajo la primera muestra de lo que le
esperaba, si iba hasta el final del camino en la destrucción de la criaja
asquerosa, la hija de Vicente.

Mientras recogía las cosas del golf, Yolanda activo la app de


seguimiento de GPS del idiota cornudo de Vicente.

A los quince minutos de haberse ido apareció Sergio en la puerta


trasera, tan de incognito, como habitualmente, esperando para recibir
su recompensa.

Yolanda abrió la puerta desde dentro como las veces anteriores,


esperando que el criajo se escabullera dentro, lo que hizo como
habitualmente, en la entrada del pasillo, Yolanda le esperaba con su
gabardina beis clara, el pelo recogido en un moño y sus grandes
gafas de sol.

-        Dame el móvil y pasa al baño de invitados, yo estaré en la


puerta esperando para recoger toda la ropa pieza a pieza, quiero que
te quedes completamente desnudo y te des una ducha.

Dijo Yolanda con voz autoritaria y neutra, que no admitia discusión.

-        Si, si…

Respondió el niñato fofisano, pasando obediente hacia el baño,


después de entregarle el móvil en la deliciosa palma de la mano de
Yolanda.
Poco a poco fue entregándole las prendas de ropa, que Yolanda en la
puerta del baño de invitados iba revisando, para después dejarla toda
de forma ordenada en la salita.

-        Cuando acabes de ducharte coge la toalla, sécate tapate con


ella y dirígete a mi habitación.

Dijo Yolanda tras recibir la última prenda del criajo.

-        Si, si,si…..

Respondió obediente Sergio, dirigiéndose a la ducha, para ducharse


bien, taparse con la toalla y dirigir su cuerpo entre escuálido y graso,
su cuerpo fofisano hasta la habitación de Yolanda.

Entro en ella tímidamente y con cara de asombro. La habitación tenía


las persianas bajadas y solo estaba iluminada ligeramente por una
lamparilla en la mesita de noche y por una lámpara de pie en la
esquina contraria, una esencia aromática a jazmín se extendía por
toda la habitación rebosante en un cuenco con una velita debajo.

-        Cierra la puerta y siéntate en el sillón.

Se oyó decir a la voz más risueña de Yolanda desde el baño de su


habitación. El chico tímidamente se dirigió al sillón que tenía Yolanda
junto a su cama de matrimonio y se sentó.

Yolanda desde el umbral del baño conecto música lounge suave y


sensual al reproductor MP3 de la habitación, y se mostró por primera
vez ante el criajo saliendo de las sombras y plantándose bajo la luz.

Estaba espectacular con su melena negra, lisa y brillante peinada con


raya al medio y cayéndole por los lados hasta mitad de la espalda, las
pestañas rizadas y largas de rímel, la raya del ojo perfecta como una
princesa egipcia, la sombra de los ojos entre morada y gris oscura,
que resaltaba sus ojazos de reina mora, sus mejillas ligeramente
resaltadas por una vaporosa capa de colorete y un carmín rojo pasión
en sus labios turgentes, que escoltaban su deslumbrante y divina
sonrisa que fundía los polos. Un collar ligero de bisutería en el cuello,
a juegos con dos pequeños pendientes en cada preciosa oreja y un
anillo y pulsera en la mano derecha.

Vestía su cuerpo con un minibatín transparente de gasa vaporosa,


que dejaba ver su lencería. Sobre unos tacones de aguja blancos su
esbelto, escultural y voluptuoso cuerpo avanzaba hacia el chico que la
miraba con los ojos abiertos y temblando de emoción y deseo. Su
larguísimas, esculturales y firmes piernas, calzaban unas medías
blancas transparentes con la goma de sujeción de encaje al medio de
sus perfectos y prietos muslos, su vientre plano mostraba un piercing
de brillantes a juego con su collar y demás abalorios y se extendía
extenso y firme sin un micromilímetro de grasa, hasta sus jugosas e
inmensas tetazas esféricas en forma de gota de lluvia, muy erguidas
que se abrían por los lados en su redondez para juntarse en el centro
como una ola en alto, recogidas y resaltadas en un wondrebra blanco
de encaje transparente, con su inmensos pezones extragrandes
erectos y puntiagudos apuntando desafiantes hacia adelante y abajo
un tanga de hilo blanco transparente de encaje en el triangulo frontal,
donde las nalgas esféricas y perfectas de su culazo respingón se
agitaban arriba y abajo, abajo y arriba a cada paso elegante y
sensual que daba, rebotando en el aire, por delante la transparencia
dejaba ver el triángulo de su monte de Venus y sus ardientes y
hambrientos labios vaginales. 

Se movió en dirección al chico, con mirada de cachonda depredadora,


exhibiendo su maravillosa sonrisa, risueña. El chico la contemplaba
lleno de adoración y deseo con los ojos abiertos como platos con las
manos aferradas a los brazos del sillón, jadeando lentamente de
emoción, sin saber si levantarse o permanecer sentado. 

Yolanda se plantó ante el criajo, desato suavemente el batín de gasa


blanco transparente, abriéndolo de par en par y mostrando su
impresionante cuerpo de diosa mediterránea y estrella del porno al
niñato fofisano.

-        Has visto, todo esto es tu recompensa, por el buen trabajo


hecho hasta ahora. ¿Te gustaaaahhh?

Pregunto susurrando Yolanda poniendo morritos, con voz de zorrita


dulce, ondulando sensualmente desde la cadera su voluptuoso y
macizo cuerpazo al ritmo de la música, haciendo que el penetrante y
sexual perfume floral que llevaba, inundase la instancia e hipnotizase
a Sergio.

-        Siiiiiii….oooohhhh…que bien hueeeeleesss.

Exclamaba el criajo flotando en una nube de deseo y lujuria.

-        A ver déjame ver que ganas tienes de mi…jajajaja.

Reía Yolanda picara y traviesa, agarrando la toalla del criajo por una
punta, para sacársela, tirarla al suelo y dejarlo allí completamente
desnudo, con su polla tamaño estándar, erecta como el palo de una
vela, joven, viril y palpitante por el cuerpo de Yolanda, haciendo que
sus ojos brillasen de deseo.

-        Huuuummm parece que está contenta de vermeeee……


Comentaba divertida Yolanda, a la vez que se colocaba entre las
piernas del niñato fofisano, para doblar las rodillas sostenida
gracilmente por sus tacones de aguja y sin dejar de mirarle fijamente
a los ojos con su preciosa sonrisa, agarrarle la verga con su perfecta
y femenina mano derecha, abriendola y cerrándola para apreciar todo
su grosor y vitalidad, a la vez que se mordía el labio inferior, llena de
deseo absorbiendo el olor a sexo que desprendía la polla del criajo.

-        Huuuuuummmmmm….asi me gusta bien depiladito….tanto la


polla como los testículos….huuuummmm….

Exclamaba Yolanda masajeando su escroto depilado y empezando


una paja lentamente, arriba y abajo, abajo y arriba, mientras la
música sensual llenaba el ambiente.

-        Ooooohhh…estas impresionanteeee….ooooohhhh…..eres la tía


más buenaaaa…que he visto nunca….oooooohhhh…en ninguna
parteeee….ni en interneeet…ni en la vida reaaaal….oooohhhh...

Se deleitaba el niñato con la paja de Yolanda, agarrándose con fuerza


a los brazos del sillón y tensionando todo el cuerpo.

-        Vengaaa demuéstramelo…

Provoco Yolanda al criajo poniendo derecho su tronco y ofreciendo


sus perfectos y jugosos melones, deslumbrándole y volviéndole loco
con su amplísima sonrisa, sin dejar de pajearlo arriba y abajo, abajo
y arriba a un ritmo lento y placentero.

-        Ooooohhhh…..siiiii…..son maravillosaaaaas….

Exclamaba el niñato fofisano, extendiendo sus brazos para meter sus


manos dentro del wonderbra de Yolanda, donde su piel bronceada
contrastaba con el blanco del encaje, abriéndolas completamente y
aferrándose a sus mamazas, apretándolas como si sus manos fueran
zarpas y concentrándose con las yemas de sus dedos sobre sus
enormes pezones oscuros y su morena areola.

-        Huuuummm…. Muy biiiennn neneeee…te has vuelto un


expertooooo......abrelooo neneeee….abreloooo, que se abre por
delanteee…..huuuummmm….

Cerraba los ojos Yolanda disfrutando del tacto salvaje de las manos
de Sergio amasando y apretando sus mamazas, estimulada por la
sensualidad de la música, sin dejar de pajearle con sus delicadas y
cuidadas manos femeninas, arriba y abajo, abajo y arriba.
El chico saco las manos lentamente llevándolas al punto de unión de
las dos copas, le costó un poco encontrar el enganche, ante la sonrisa
majestuosa y paciente de Yoli.

-        Oooooooohhhhhhhh……….me encantaaaaannn….oooohhhhh…..

Exclamaba entre jadeos el niñato fofisano ante el espectáculo


increíble de ver a aquellas tetazas perfectas, redondas, inmensas,
turgentes en forma de gota de lluvia, que se desbordan a la vez por
derecha e izquierda, juntándose en el centro, liberadas del
wonderbra, desafiando ferozmente la gravedad en su caída natural
para repuntar muy erguidas, con sus pezones oscuros extra grandes,
erectos apuntando al frente como dos puntas de lanza suaves y
macizas.

-        Huuuuuummmm……siiiii…..neneee…siiii….aprieta
fuerteeee……..huuuuummm

Cerraba Yolanda los ojos tirando levemente la cabeza hacia atrás y


mordiéndose llena de deseo el labio inferior, abandonándose a los
calambres de placer que recorrían su cuerpo, mientras el criajo
hincaba sus dedos en aquellas mamazas perfectas de playmate del
año, apretándolas ciego de deseo, como si quisiera ordeñarlas o
gravar sus huellas dactilares en ellas, llenándose de su suave y
turgente tacto, al tiempo que Yolanda aumentaba el ritmo de la paja
con sus femeninas manos, arriba y abajo, abajo y arriba.

-        Ooooohhh….oooohhh….siiiiii….siiiii.

Jadeaba Sergio con la verga tiesa y caliente, con los ojos cerrados sin
dejar de amasar, apretar y pellizcar las tetazas y pezones
maravillosos de Yolanda, mientras la música sensual no dejaba de
sonar de fondo aumentando la lujuria.

Yolanda soltó la polla del criajo y se subió a horcajadas sobre él


subiendo al sillón, colocando sus perfectas y largas piernas en el
espacio que quedaba entre las piernas del mismo y los brazos del
sillón, ajustando su ardiente y duro rabo entre sus labios vaginales
que habían mojado ya la tela transparente de su tanga blanco, sin
dejar de mirarlo fijamente, lanzándole una mirada encendidamente
lasciva de deseo, con sus ojos muy oscuros resaltados por aquel
arrebatador maquillaje, de pestañas largas y rizadas de rímel y la
sombra gris oscuro con tonos morados, esa mirada de sultana en
celo, en la penumbra del dormitorio y con la música sensual de fondo
subiendo la temperatura del ambiente.

-        Ooooohhh que calieeenteeee estaaa….


Gimió el chico entregándose al placer de sentir como su verga se
acoplaba entre los húmedos y ardientes labios de Yolanda, que
empezaba a curvar su columna arriba y abajo acompañando este
movimiento de otro pendular, lentamente moviendo sus maravillosas
caderas adelante y atrás, atrás y adelante, ajustando la polla del
chico entre sus labios sobre la tela blanca del tanga, como una
salchicha entre dos partes de un bollo, llevándolo al cielo de placer
con la fricción.

-        Oooooohhhhh…..ooooohhhh

Se derretía de gusto gimiendo el criajo, al tiempo que Yolanda,


tomando desde abajo sus perfectas y esféricas tetazas con sus
femeninas manos de uñas pintadas de rojo pasión, se las ofrecía,
acercando sus pezones extra grandes a la boca del niñato fofisano,
que abría la boca como si recibiera un premio, chupándolos y
succionándolos con desesperación y deleite, mientras con sus manos
abiertas como garras, clavaba las yemas sus dedos ardientes en las
nalgas redondas, perfectas y turgentes de aquella diosa mediterránea
del sexo.

-        Siiiii…neneeee…siiiii….cada vez lo haces mejoooor…..oooohhh…


chupaaaa…chupaaaa…

Gemía y se retorcía de placer Yolanda, tirando la cabeza y su sexy


melena negra, sedosa y brillante, hacia atrás, sin dejar de combar el
cuerpo y agitando las caderas cada vez más rápido adelante y atrás,
atrás y adelante sintiendo por la fricción continuada el fuego de la
verga del chico palpitando entre sus labios vaginales. Entregándose a
los chispazos de placer cada vez más intensos, que le producían las
garras del criajo en su perfecto culo y sus desesperados labios y
lengua en sus pezones y areolas.

-        Ooooohhh… sluuuurrrppp…..oooohhhhh… sluuuurrrppp….siiiii…..


sluuurrrp…siiiii 

Jadeaba y gemía de placer Sergio, mientras devoraba las mamazas


perfectas de Yolanda y amasaba desesperado con sus dedos su divino
culazo, grande y respingón, abriendo y cerrando sus manos como dos
garras sobre la suave, tersa y fibrosa piel de sus perfectos gluteos.

Yolanda paro un segundo para alargar su brazo izquierdo y alcanzar


una botella de aceite de mango, que había sobre la mesilla de noche,
para después mirando fijamente al chico, dulce y desafiante a la vez,
mostrar su perfecta y divina sonrisa, al tiempo que abriendo la botella
de aceite, dejar caer varios y abundantes chorros sobre su pecho y
sus magníficas tetazas naturales y perfectas, que Sergio se lanzó a
extender con sus palmas abiertas sobre su perfecta y esférica
superficie, provocando una sonrisa dulce de falsa niña inocente, una
sonrisa de placer y deleite en Yoli.

Luego dejo la botella en la mesilla de noche y volvió a mover sus


caderas y su espalda, como si siguiesen el ritmo de la música sensual
que ocupaba la instancia, frotando entre sus abrasadores labios
vaginales la verga dura y maciza del niñato fofisano, que volvió a
abalanzarse sobre los pezones extragrandes de Yolanda devorándolos
con el frenesí de un hambriento, disfrutando del sabor a mango.

-        Ooooohhh… sluuuurrrppp…..oooohhhhh… sluuuurrrppp….siiiii…..


sluuurrrp…siiiii…son maravillosaaas…maravillosaaas… sluuuurrrppp

Gemía, chupaba y succionaba al mismo tiempo el criajo, sin dejar de


sentir su polla llegando hasta el final por la fricción salvaje, adelante
y atrás, atrás y adelante, que le producía Yolanda con su movimiento
de caderas fijo y fuerte, al ritmo salvaje de la música sensual.

Los calambres y latigazos de placer cada vez eran mayores, durante


un buen rato, los labios, dientes y lengua del niñato fofisano habían
dejado sus marcas en los pezones y tetazas rojizas, erectas y
turgentes de Yolanda, que notaba como el inmenso placer que le
provocaba su lactancia inicua y sexual estaba a punto de estallar y en
ese preciso instante, noto como el criajo convulsionaba y su verga
aceleraba masivamente la palpitación.

-        Ooooohhh….ooooohhh…..oooohhhhhh….

Yolanda con la suma habilidad y agilidad, que le daba aquel cuerpazo


escultural y trabajado deportivamente, bajo rápidamente del sillón,
colocándose de rodillas frente al chico, agarrando con su delicada y
femenina mano derecha la verga erecta y palpitante de Sergio, y sin
dejar de mirar  con sus ojos oscuros de diosa latina y su penetrante
mirada de perra cachonda, abrió la boca saco su grande y húmeda
boca y coloco el capullo tembloroso y ardiente del criajo sobre ella, al
tiempo que se la sacudía y le lamia lentamente el glande.

-        Aaaaaaaaaaaaahhhhhhh...siiiiiiiiiiiiiiiiiiiii…….siiiiiiiii……siiiiiii

Estallo el niñato fofisano de pendiente en una oreja, escurriéndose en


el sillón, con el cuerpo muy tenso, convulsionando y disparando una
ráfaga detrás de otra hasta cinco densas y cálidas de su blanca
simiente en la boca de Yolanda, que las recibía llena de satisfacción,
sin dejar de mirarlo fijamente aumentando al máximo el morbo,
exprimiendo hasta la última gota de la verga del chico, para chuparle
de la punta el último resto y después juguetear con su leche por la
boca, mostrándosela, antes de estirar su escultural tronco y
garganta, para tragárselo todo de un golpe, para entusiasmo del
chico, que vivía en el templo del morbo con aquella superdiosa, con la
luz a media vela y la música sensual llenando la instancia.

Yolanda se puso en pie sobre sus tacones blancos en toda su


extensión y altura de mujer de bandera, piernas larguísimas y firmes,
vientre liso y tronco derecho y escultural, hombros y brazos
definidos,  sonriendo con su mejor y más encantadora sonrisa, se
dirigió a Sergio que se recomponía en el sillón, para volver a ponerse
a horcajadas sobre él, acomodando de nuevo su polla en reposo entre
sus labios vaginales y fundirse con él en un morreo francés salvaje,
enroscando sus lenguas dentro y fuera de la boca, mientras el criajo
recorría su cuerpo moreno con su pálidas manos, hincando sus garras
en sus muslos suaves y firmes, cubiertos por las medias de seda
blanca transparente, parándose de nuevo en sus nalgas redondas,
respingonas y perfectas y en sus espectaculares tetazas inmensas,
turgentes y redondas que erectas desafiaban a la gravedad. 

-        Vamoooosss…machoteee…..sluuuurrrpppp….sluuuurrppp……
demuéstrame cuanto me deseaaasss…..demuestrameloooo……
sluuuuurrrppp…sluuuurrrpppp

Enroscaba Yolanda su lengua con la del niñato fofisano provocándole,


al tiempo que frotaba lenta pero contundentemente de nuevo sus
labios vaginales con su verga ardiente, para que volviera a ponerse
dura y erecta, moviendo su cadera al ritmo de la música sensual
adelante y atrás, atrás y adelante, como una zorra en celo, con sus
mamazas brillando por el aceite de mango .

-        Oooooohhhh….ooooooohhh…siiiiii sluuuuurrrppp …siiiiiii…te


deseooooo sluuuuurrrppp …te deseoooo…

Gemía y enroscaba el criajo su lengua en la de aquella diosa


mediterránea, preciosa de cuerpo de ensueño con firmes y suaves
curvas imposibles, deseando que su polla recuperase su vigor y
fortaleza.

-        Siiiii….asiiiiii…neneee…asi…jejejejee…..

Estallo entre risitas preciosa Yoli, al conseguir que de nuevo la verga


del niñato fofisano se pusiera dura como una barra de acero.

-        Bien, bien, bien…nene…..por fin vas a probar un poco del plato
principal….jejejeje….

Exclamo Yolanda tensionando su magnífico y escultural tronco con el


piercing adornando su ombligo, irguiendo sus enormes y perfectas
mamazas, dos círculos perfectos de turgente y deliciosa carne,
mostrando al criajo sin dejar de sonreírle su pubis y descubriendo en
su empapado tanga blanco transparente de encaje un lacito que
estaba oculto en la parte inferior, con sus finos y femeninos dedos
pulgar e índice de sus delicadas manos tiro del lacito, abriéndolo y
dejando emerger a través de la tela sus ardientes, oscuros y
húmedos labios vaginales.

-        Oooohhh…si neneee…siiiii te lo has ganadoooo….siiiiii……

Decía Yolanda, mientras se mordía lascivamente el labio inferior y


mirando fijamente al criajo con los ojos inyectados de deseo sexual,
agarraba con sus manos delicadas de dedos suaves y perfectos, la
firme verga tiesa y palpitante del criajo y se la introducía lentamente
en su ardiente y húmeda raja.

-        Aaaahhhhh….siiiiiiiiiii….neeeneeee….siiiiiii….

Exclamaba de placer Yolanda, sintiendo como aquel juvenil y vigoroso


instrumento se abría paso en su interior, llenándolo todo como hacía
mucho tiempo que un ardiente trozo de carne natural no lo hacía.

-        Oooooohhhh….que calienteeee….esta


ardiendoooooooooo….ooooohhh…

Gemía de placer Sergio, sintiendo como su polla tiesa era enterrada


en la ardiente y húmeda cueva de Yolanda.

-        Siiiiiiiiiiiiiiiii………………….siiiiiiiiiiiiiiiiiiii

Gritaba entregada al placer Yolanda, irguiéndose y hundiendo hasta


el fondo en su raja la polla joven y vital del criajo, sintiendo cada
milímetro con deleite y placer, abriendo mucho la boca y tirando la
cabeza para atrás, con los ojos cerrados, agitando así su negra y
brillante melena adelante y atrás, para a continuación empezar a
mover lentamente su cadera al ritmo de la música sensual, subiendo
y bajando sus perfectos y torneados muslos, bombeando lenta y
profundamente sobre la polla del niñato fofisano, adentro y afuera,
afuera y adentro, arriba y abajo, abajo y arriba, con sus enormes y
esféricas mamazas agitándose a derecha y a izquierda, arriba y abajo
al ritmo que ella marcaba, con sus manos femeninas apoyadas en el
imberbe pecho del niñato, abalanzándose de vez en cuando para
devorar su boca, enroscándose en un largo beso francés, mientras el
chico le clavaba con fuerza los dedos en la carne turgente y fibrosa
de sus nalgas, que hacían twerking sobre su polla, moviéndose al
ritmo del bombeo y el agitar de sus caderas arriba y abajo, abajo y
arriba.

-        Oooohhhh… sluuuuurrrppp….Oooohh….Oooohhh…..


sluuuuurrrppp
Gemía el criajo cerrando los ojos con el rostro desencajado de placer,
sumergido en el ambiente de sexo, penumbra y música sensual.

-        Si, si, si, si, siiiiii,siiiii

Gritaba cada vez más fuerte Yolanda, entregándose al frenesí de


cabalgar aquella joven y vigorosa polla estándar, que después de
correrse una primera vez, ahora aguantaba más el bombeo arriba y
abajo, abajo y arriba, adelante y atrás, atrás y adelante que le
propinaba desesperada y deseosa Yolanda.

La cual, yendo un paso más allá abrió sus femeninas manos y


sosteniendo sus enormes mamazas se las ofreció, apretándolas y
metiéndole los pezones en la boca al niñato, sin dejar de cabalgarlo,
arriba y abajo, adelante y atrás, mientras el criajo chupaba y
succionaba con desesperación.

-        Siiii…siiii.siiiii…siiiii….aaaaahhhh….ahhhh…aaaaaaaah..

Aullaba de placer Yolanda entregada al cien por cien al placer,


traqueteando el sillón como si fuera a desmontarlo con su bombeo
sobre el chico, haciendo retumbar con sus gritos toda la casa, de
forma que si Vicente llegase podría casi oírla desde el garaje. 

-        Ooooooooooooohhhhhhhhh…neneeeeeeeeeeee……
ooooooohhhhh…..siiii…..siiiii….lo haceeeessss muy
biiiieeennnnn….siiiiii…….aaaaaaaaaaaaahhhhh………aaaaaahhh

Estallo en un pletórico orgasmo Yolanda, chorreando por su raja al


criajo y apretando la verga del chico en su raja, como si quisiera
exprimirla, al tiempo que las primeras ráfagas de leche salían de su
enormes e inflamados pezones oscuros.

-        Ooooohhhhh...como
apretaaas .sluuuuurrrppp….siiii….oooohhh….
sluuuuurrrppp….maravilloso maaaass…ooohhh…
sluuuuurrrppp..maaaas.

Se deleitaba el criajo apretando las mamazas inmensas y perfectas


de Yolanda, ordeñándolas y succionando sus pezones para beberse
cada deliciosa ráfaga de su leche.

-        Aahhhh… siii…neneee…siiiiii…aaaahhh..ahhhh..ahhhh…aaaah…

Gemía y aullaba Yolanda escandalosamente, con la cara desencajada


por lo prolongando e increíble  de su orgasmo sin dejar de correrse,
galopando sobre el niñato fofisano, agitando su cabeza y moviendo
en todas direcciones su maravillosa melena negra y brillante,
traqueteando bestialmente el sillón, que parecía que iba a romperse
en cualquier momento, agitando todo su cuerpo, adelante y atrás,
atrás y adelante, arriba y abajo, abajo  y arriba, sin dejar de ofrecer
sus mamazas, a las  que el chico también se aferraba, como punto de
sujeción y como si quisiera ordeñarlas sin sacárselas de la boca.

-        Ooooooooohhhhhhhhhh……………….ooooooooh

Estallo el niñato fofisano tensionando todo su cuerpo, rellenando con


su cálida y abundante corrida la raja de Yolanda.

-        Siiiiiiiiiiii……….siiiiiiiiiii…..neneeee…llenameee…llenameeeeeeee

Gritaba extasiada Yolanda con los últimos temblores del orgasmo,


sintiéndose por fin llena de cálida y abundante simiente humana y
bien follada por una polla joven y vital en mucho tiempo.

Yoli saco la polla flácida del chico de su interior, sobre sus tacones
blancos de aguja bajo tambaleante del sillón, que había estado a
punto de romperse en pedazos del bestial traqueteo del polvo.

Andando como confusa y desorientada pero muy erguida y con


elegancia, se sacó el wonderbra abierto con un movimiento parejo de
brazos y hombros, de sus pezones extra grandes colgaban dos
diminutas gotas de leche, después se dirigió torpemente a la cama e
hizo los mismo con el tanga de hilo blanco transparente, primero se
lo saco de una pierna y luego de la otra, con un sexapil y una
sensualidad brutal, parte del semen del criajo corría por sus muslos
hacía abajo,  mientras el criajo jadeante seguía recuperándose
esclafado en el sillón.

-        Vamos nene….no quiereesss maaaas de estoooo…..

Dijo Yolanda con voz de perra en celo, mirando fijamente al niñato


fofisano, estirando su perfecto y voluptuoso cuerpo, a la vez que
abría sus larguísimas piernas por cuyos muslos chorreaba algo de la
leche de Sergio, piernas vestidas con las medias blancas
transparentes mientras se mordía el labio inferior, se atusaba la larga
y brillante melena negra con sus femeninas manos colocándosela
bien.

-        Siiiiiiiiii……siiiiiiiiii….por favoooorrr….quiere maaasss….mucho


maaaasss…..quiero hacerlo a cuatro patas, si, a lo perrito, si por
favoooor…

Pedía el chico bañado en sudor y líquidos de Yolanda, levantándose


del sillón como una marioneta sin hilos, pálido por el esfuerzo y el
placer, con tono entre deseoso y suplicante.
-        Aún no nene, aún no…te lo has de ganar aún que yo te haga
todo lo que tú me pidas…anda túmbate boca arriba en la cama nene…

Le contesto Yolanda risueña y alegre, pero autoritaria completamente


desnuda mostrando su escultural cuerpo de curvas explosivas sin
dejar de sonreírle.

El chico obediente y con mirada desilusionada se acercó a la cama, se


subió sobre ella con su pene colgando, tumbándose boca arriba.

-        Así me gusta que seas obediente…jejejeje…

Rio risueña Yolanda, subiendo después del chico a la cama sin


sacarse sus súper sexis tacones blancos de aguja, colocando sus
piernas a ambos lados de las del chico irguió su cuerpo sobre sus
rodillas mordiendo sus labios inferiores, poniendo su cuerpo lo
suficientemente al alcance de las manos del criajo.

-        Ooooohhh…Dioooossss…que buenaaa estaaaasss ..es


increibleeeee…increibleeee…eres perfectaaa, perfectaaa, te harías
millonaria si currases de actriz porno o de modelo de
desnudos…..oooohhh….Diooosss.

Exclamaba el niñato fofisano acariciando con presión la piel de


Yolanda, arrastrando sus manos sobre ella desde los muslos, donde
absorbió el tacto de las medias blancas de seda, parándose a
juguetear un poco con la goma de las mismas, para a continuación
subir por aquellos esculturales y prietos muslos hasta alcanzar sus
curvas y divinas caderas, redondeadas sobre una cintura firme de
talla de avispa y de allí pasar a su perfecto vientre jugueteando con 
sus pulgares sobre el piercing de su ombligo.

Mientras Yolanda había empezado a moverse sensualmente al ritmo


de la música, que aún sonaba, agitando lentamente sus maravillosas
y perfectas mamazas en forma de esférica gota de lluvia desbordada
con dos puntos blancos de leche en los pezones oscuros extra
grandes, agitándolas arriba y abajo, abajo y arriba bamboleándolas
brutalmente sexis, al tiempo que frotaba su desnudos y empapados
labios vaginales sobre la flácida verga del chico, que volvía a llenarse
de sangre lentamente.

-        Oooohhh siiiii nene….siiiiii…asiiiiii……oooohhh

Se estremeció de placer Yolanda, mordiéndose el labio inferior,


cuando el niñato fofisano agarro sus tetazas duras, suaves y
turgentes, apretándolas entre sus garras por donde su inmensidad se
escaba, no sin hacer emerger algunas gotas más de su leche sensual
por sus extragrandes pezones morenos.
Yoli sintió como la erección del criajo estaba volviendo, esbozando su
más amplia y divina sonrisa en su rostro precioso, se deslizo hacia
abajo, tras recogerse el pelo hacia atrás, tomo en su mano derecha la
verga erecta del chico y sin dejar de mirarle y sonreírle, empezó a
lanzarle lengüetazos a su glande y a su punta.

-        Sluuuuurrrppp….. sluuuuurrrppp….. sluuuuurrrppp

Combinaba Yolanda lamidas y lengüetazos del prepucio y el glande,


degustando el sabor combinado de sus propios fluidos y el semen del
chico.

-        Oooooooohhhh……aaaaahhhhhh……oooooohhh…..aaaaaahhh….

Se retorcía de placer gimiendo en voz alta Sergio, mientras cerraba


los ojos, justo en el momento en que Yolanda ajustando sus labios a
su polla tiesa se la tragaba toda, bombeando sobre su pubis fofisano,
cabeza adelante, cabeza atrás, adelante y atrás, tragándose toda la
verga del criajo.

-       
Oooooooooooooooooooooooooooohhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh………..

Gimió durante un rato lanzado largos aullidos.

-        Chup, chup,chup…Jejeje….ahora viene la guinda final…..jejeje

Se incorporó risueña Yolanda, relamiéndose los labios con carita de


niña mala que acaba de degustar un manjar, para situada a
horcajadas sobre el criajo que continuaba con su verga tiesa, deslizar
su mano femenina y suave bajo el almohadón de al lado y extraer
una cadenita brillante como de plata, a juego con los abalorios que
llevaba, la cadena sería de unos treinta centímetros y a ambos
extremos de ellos había una especie de joyita que acababan en unas
pinzas.

Yolanda sin dejar de sonreír con una brillante y resplandeciente


sonrisa perfecta, que rivalizaría con el sol, irguió su perfecto tronco
de vientre plano y piel bronceada, tomando sus manos de perfectos
dedos con uñas pintadas, abrió una pinza y se la ajusto a uno de sus
extragrandes y chorreantes pezones, cerrando los ojos y
abandonándose a una increíble sensación de placer doloroso, para
después hacer los mismo con el otro extremo de la cadena y el otro
pezón, la cadena colgaba con bastante holgura entre los dos pezones
enormes y lactantes de Yolanda.

-        Esto nene son unos pendientes para los pezones, quiero que
tomes la cadena con tu mano derecha y tires de ella mientras te
cabalgo. Al principio poco a poco y luego ves subiendo el ritmo…
vamos a ver si te sabes comportar machote…jejeje….

Explico risueña Yolanda, al tiempo que alzaba una de sus esculturales


piernas y tomaba con sus manos la verga estándar, palpitante y vital
del criajo para introducirla en su húmeda y ardiente cueva.

-        Siiiiiiiiiiii….neeeneee…..siiiiiiii….

Gimió Yolanda sintiendo el mástil firme y caliente del chico entrando


en ella.

-        Ooooooohhhhh…..Diooooossss…….siiiiiii…

Gritaba de placer el criajo, estirando su mano derecha para alcanzar


torpemente la cadena de los pendientes para pezones, al tiempo que
sentía como Yolanda empezaba a cabalgarlo, lentamente, arriba y
abajo, abajo y arriba, adelante y atrás, atrás y adelante,
mordiéndose los labios inferiores y abandonándose al placer del
momento.

Yolanda aumentaba el bombeo lentamente, mientras el criajo pálido y


sudoroso tensionaba todo el cuerpo abriendo mucho la boca,
respirando como un pez fuera del agua, tensando cuanto apenas la
cadena de los pendientes de pezones con su mano derecha, mientras
con la izquierda se apoyaba entre la cintura de avispa y el vientre
plano de Yolanda pasando de vez en cuando algún dedo por el
piercing brillante y precioso de su ombligo. 

  

-        Ooooohhhhh….aaaaaahhhh…..estoyyy en el paraisooooo…..

Gemía como ahogándose de placer el niñato.

-        Vamoooosss…neneeeee…..daleeee placeeeerrrr a tu


hembraaaa…tira y aguanta nene…aguaaannnttaaaaa….

Jadeaba de placer Yolanda, apoyando su cuerpo sobre sus tacones


blancos de aguja que se clavaban y hundían en la cama, al tiempo
que erguía su escultural y firme tronco, empezando a   aumentar el
ritmo del bombeo, agitando sus caderas como una batidora con
curvas perfectas que ondulaban arriba y abajo, abajo y arriba,
apretando el coxis rítmicamente y a la vez con la circunferencia
perfecta de sus nalgas fibrosas y respingonas, aumentando el ritmo
del bombeo de forma frenética, al tiempo que acrobáticamente
hundía sus femeninos dedos en su melena negra y brillante,
revolviéndola y echándola hacia a atrás con frenesí, poniendo cara de
perra en celo

-       
Aaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhh…….ooooooooooooooooooohhhhhh
hhhhh…..

Aullaba de placer el criajo, sintiendo el bombeo salvaje de Yolanda


sobre su verga, arriba y abajo, abajo y arriba, adelante y atrás, atrás
y adelante.

-        Ooooohhh….vamoooosss…neeeeneeee…vamoooosss…
tiraaaaaaa…

Le exigía Yolanda a Sergio a gritos desesperados de  placer, ante lo


que el chico con el rostro desencajado y resoplando de placer,
empezó a lanzar enérgicos tirones de la cadena hacia él, al principio
secos, contundentes y lentos, pero pronto empezó a coger un ritmo y
le daba tirones a la cadena de forma mecánica poseído por el éxtasis
del momento, mientras las turgentes, erectas, firmes y
perfectamente inmensas y redondas mamazas de Yolanda, rebotaban
en su tronco y en el aire bamboleándose en todas direcciones arriba y
abajo, a izquierda y derecha dibujando círculos perfectos, más
erguidas, hinchadas y turgentes que nunca.

-        Siiiiiii…neneeeeeeeee….siiiiii….siiiiiiiiiiii………

Gritaba enloquecida Yolanda, cabalgando a Sergio salvajemente,


cuando las primeras olas de placer la invadieron por todas sus
terminaciones nerviosas y sus enormes pezones oscuros, empezaron
a lanzar ráfagas cortas pero intensas de leche, mientras su clítoris y
sus paredes empezaban a apretar con fuerza la verga del criajo como
si quisieran ordeñarla.

-        Siiiiiii…neneeeeeeeee….siiiiii….siiiiiiiiiiii………
aaaahhhhhhhhhhh……aaaaaahhhhh.

Apagaba Yolanda con sus brutales aullidos, que retumbaban por


todas la casa, los gemidos de placer del chico, sudorosa con la cara
desencajada y sin dejar de agitarse su preciosa melena negra y
brillante como la obsidiana, regando con su ráfagas de leche la cama
y el cuerpo del chico, que no dejaba de tirar espasmódicamente de la
cadena de los pendientes de pezones, que colocados por ella a
conciencias, la ordeñaban  intensamente, entregándola a un coctel de
placer como hacía muchos años que no había experimentado.

-        Siiiiiiiiiii………..siiiiiiiiiiii…………siiiiiiiiiiiiii………neneeeeeeeee……….
No cesaba de gritar Yolanda, al alcanzar un primer orgasmo y salpicar
al niñato fofisano no solo con su leche sino con sus fluidos vaginales.

-        Ooooooooohhhhh…………..

Emitía como un grito sordo el chico, que después de dos corridas,


aguantaba aquella brutal cabalgada de Yolanda, que tras el primer
orgasmo al contrario de lo esperado, había aumentado el ritmo de la
misma, arriba y abajo, abajo y arriba, adelante y atrás, atrás y
adelante, con sus maravillosas e inmensas tetazas rebotando por
doquier y dibujando en el aire inmensos círculos de turgencia infinita,
provocando que Sergio atrapado en la vorágine, no parase de tirar de
la cadena con fuerza y ritmo, provocando el circulo de placer más
viciosos imaginable.

-        Siiiiiiiiiii………..siiiiiiiiiiii…………siiiiiiiiiiiiii………
neneeeeeeeee……….muy biieeeeennnnnn…..

Gritaba Yolanda, haciendo temblar los cimientos de la casa, con los


ojos desencajados y el pelo completamente revuelto, alcanzando su
segundo y maravilloso orgasmo.

-        Ooooooooooooooooooooh…..aaaaaaaaaaaaaaahhhhhhh

Dejo de tirar de la cadena el criajo, tensando todo el cuerpo, pálido


como un muerto y poniendo los ojos en blanco, al tiempo que
Yolanda sentía como la inundaba con su cálida y cremosa simiente, a
borbotones como una fuente las ráfagas del chico llenaban su
húmeda y ardiente cueva, al tiempo que ella bajaba el ritmo de la
cabalgada, sintiendo como lentamente el miembro del chico se
quedaba flácido

-        Muy bien nene….muy bien….lo has hecho muy bien…


muuuaaacc…

Se inclinaba amorosamente Yoli con su preciosa sonrisa en su rostro


descompuesto por el placer para darle un beso en los labios de
premio al criajo, al tiempo que sacaba su miembro relajado de su
interior, y se tumbaba de medio lado junto al chico, apoyada en su
brazo sin dejar de dirigirle una preciosa sonrisa.

-        ¿Te ha gustado, nene?

Le pregunto Yolanda con voz de gata en celo al niñato fofisano,


pasados un par de minutos cuando ambos habían recuperado el
aliento.
-        Me ha encantado, sobre todo el último polvo con los pendientes
de pezones.

Respondió el chico esbozando una sonrisa bobalicona, con el cuerpo


cubierto de una combinación de sudor, leche de Yolanda y fluidos
vaginales de esta.

-        Pues si cumples la próxima tarea que te voy a encargar, la más


difícil, podrás tenerme a tu entera disposición para cumplir todas tus
fantasías.

Dijo Yolanda con la sonrisa entre cortada, mostrando y ofreciendo su


cuerpo, a la vez recorriendo el mismo con su mano derecha como si
se lo enseñase al criajo por primera vez.

-        ¿Harás todo lo que yo te pida? ¿Podre follarte como yo quiera y


tanto como quiera?

Pregunto el criajo, irguiendo su cuerpo en la cama mirando a Yolanda


con los ojos como platos  con voz y rostro de niño al que le prometen
su regalo soñado por navidad.

Al tiempo que, con su perfecta y preciosa sonrisa, mirándole con su


mirada de ojos brillantes de sultana, Yolanda afirmaba lentamente
con la cabeza varias veces.

El niñato fofisano esbozo una estúpida sonrisa de satisfacción


poniendo ojos de bobo.

-        Jajajaja…pero primero has de ganártelo…por hoy, ya es


suficiente…ves al baño de invitados y dúchate yo dejare tus cosas en
la puerta, ya sabes tienes quince minutos para largarte o no habrá
gran premio final…jajajaja…

Reía risueña Yolanda empujando simpática y amablemente al chico,


para que saliese de la cama y se dirigiese al baño.

 Tapada por un albornoz rosa y dispuesta a ir a darse una ducha,


Yolanda observaba tras una cortina como el chico recién duchado,
salía a la calle, caminando por la misma con una bobalicona sonrisa
de satisfacción dibujada en su rostro, imaginándose todo lo que le
haría a aquella diosa mediterránea, guapísima, con el cuerpo de la
playmate el año y la libido de una super porno star. 

Yolanda satisfecha sexualmente como hacía años que no lo estaba, lo


miraba irse calle arriba hacia su coche, con una gélida mirada de
depredadora, mientras observaba en la app que le había instalado a
Vicente, como el inútil e imbécil cornudo de su marido, tanto móvil
como coche seguía en el club de Golf, mientras su esposa, mujer de
bandera se beneficiaba al pringado fofisano de un solo pendiente en
la oreja de novio de su hija.

IX

-        Joder, joder, joder…lo que me pides es muy fuerte, si no tengo


cuidado puedo acabar metido en un lio muy gordo, perder el carnet, o
incluso que me metan en la cárcel.

Respondía el criajo, cuando Yolanda le explicaba por el chat lo que


esperaba de él a cambio de la gran recompensa final, tenerla a su
merced para cumplir todo lo que quisiera, cuantas veces quisiera.

-        Pues ahora estamos hablando de todo o nada, nene, o


conseguimos que Belén salga en los periódicos y tenga que ir a
buscarla su padre a la policía municipal por lo menos o no habrá
ningún tipo de recompensa.

Escribía contundente e impasible en el chat Yolanda.

-        Joder, joder, joder…es que es muy fuerte, es muy fuerte si


pierdo el control, el que puede acabar en el trullo soy yo, joder,
joder, joder, joder.

Seguí quejándose el niñato fofisano transmitiendo gran preocupación.

-        No tiene porque pasar mañana, ni pasado, pero debe pasar, tú


sabrás la prisa que tienes en cobrar tu premio, piensa una manera y
me la dices.

Acabo de escribir y corto abruptamente Yolanda el chat, para


provocar en el chico el deseo necesario para conseguir sus objetivos,
esperando así prontas noticias de él, el curso se acababa y lo que
tuviese que pasar debía pasar antes de que acabase el curso.

Aquella semana Belén no estaba con ellos, había habido novedades


en la familia de Vicente, Ramón, el pobre “Monchito”, se iba dos años
a acompañar a su hija mayor, que también era médico, a una especie
de ONG en un hospital de campaña en la selva de Centroamérica.

Por su puesto su madre, Victoria, la prima sebosa y con papada de


Vicente, había puesto el grito en el cielo, era una madre controladora
e insoportable, por suerte las niñas se parecían a Ramón en carácter
y en lo físico estaban mezcladas, pero a pesar de los veinticuatro
años de su hija, Victoria se oponía y casi lo prohibía, un perro de la
misma casta que Vicente.

Por supuesto Lidia, que era como se llamaba la hija mayor, podía
hacer lo que le diese la gana, pero claro aquello significaría romper
con su madre para siempre, una vergüenza y drama familiar, vamos
las tonterías de los derechones ricos. Así que Ramón había hablado
con su hija, esta había aceptado que él estuviera con ella aquellos
dos años en Centroamérica.

A Victoria prepotente y estúpida, que se creía mejor que su marido y


lo humillaba y menospreciaba, que “Monchito” se fuera dos años, si
era para proteger a su hija, no le importaba, al menos servía para
algo el inútil de su marido, se dignaba de forma asquerosa a
proclamar.

Así que en conclusión Lidia y Ramón estaría dos años fuera,


ejerciendo en un hospital de una ONG en Centroamérica. Ramón se
llevaba muy bien con ambas hijas y la mayor lo adoraba.

Por este motivo habían llegado aquella mañana de sábado, sobre las
nueve de la mañana, Victoria, Ramón y su hija Lidia a despedirse del
nada agradable tío Vicente y de su maravillosa esposa, nada
agradable, pero si un tío forrado en pasta y principal socio de la
empresa de la que tenía algunas participaciones Victoria.

Yolanda los recibió en la puerta, se había levantado a las siete para


hacer cuarenta y cinco minutos de body pump, y después de
ducharse ir a buscar el pan y los bollos para el desayuno con los
invitados, mientras el carcamal, alopécico y fofo se retorcía en la
cama enganchado a su máquina de apnea en la habitación y se
arreglaba para recibir a sus invitados familiares, en aquel soleado día
de primeros de verano.

Yolanda les abrió la puerta con su esplendorosa, brillante y amplia


sonrisa perfecta de preciosa diosa mediterránea,  tan hermosa que
enamoraba al mismo Dios, sus ojos morunos redondos oscuros y
resplandecientes de largas y rizadas pestañas, con la raya negra
alrededor de los mismos y una leve sombra de ojos color carne, sus
cejas oscuras finas y en curva perfecta, su melena azabache larga,
sedosa y lisa con las puntas hasta el final de la espalda, cayéndole a
los lados desde su raya al medio y sus perfectos pómulos en su piel
bronceada.

Vestía unos shorts negros elásticos que dejaban a la vista el cien por
cien de sus perfectos y esculturales muslos de sus largas y perfectas
piernas, ajustados como una segunda piel a su culo perfecto de
nalgas redondas, grandes y respingonas, en la parte de arriba una
camiseta magenta ajustadísima de lycra, cuyas mangas apenas
cubrían el principio de sus antebrazos, y que se ceñía a su largo y
firme abdomen perfecto antes de dar el salto curvo sobre sus
enormes mamazas, realzadas y proyectadas hacia adelante por un
precioso wonderbra cuyo encaje se marcaba y vislumbraba a través
de la camiseta de escote redondo, sus preciosos pies, suaves, y
delicados sin una dureza, a los que le había hecho la pedicura  hacia
dos días, calzaban unos zuecos de verano blancos sin punta y con
algo de talón.

-        Bienvenidos, vamos pasar, pasar… hoy va a ser un gran día.

Invito Yolanda a pasar a Victoria, Lidia y Ramón abriendo la puerta de


su casa de par en par, observando sin mostrar lo que pensaba, la
cara entre de odio y envidia de Victoria, la de sincero agrado de Lidia
y el rostro de adoración contenida y lujuria sometida de Ramón, que
entraba el último para darle un repaso a Yolanda de arriba abajo con
disimulada mirada de cordero degollado.

Se habían encontrado un par de veces desde su encuentro sexual en


la fiesta, en la oficina y por la empresa de Vicente, pero, aunque
Ramón le había lanzado miraditas y susurrado comentarios cuando
los demás no podían verlos, buscando su complicidad. Yolanda lo
había tratado como siempre, como si nunca hubiera pasado nada, sin
dejar de ser simpática y agradable con él, pero con aquella maestría
que tenía ella, para obviar completamente las insinuaciones y cortar
de raíz la posibilidad de que se sobrentendiese absolutamente nada.

De esta manera el desilusionado médico cincuentón de Ramón había


vuelto a la casilla de salida, actuando como antes de aquel encuentro,
mirándola con adoración y lujuria, cuando no lo observaban los
demás, sobre todo su mujer, tratando a Yolanda con cortesía y
educación como si todo hubiera sido un sueño. 

-        Hombre “Monchito” … menos mal que dejas a alguien


competente para hacer tus funciones con mi empresa, aunque eso de
ser más competente que tú, no sea tan difícil…jajaja

Se burlaba Vicente del pobre Ramón alzando la voz a carcajadas,


sentados en la mesa del jardín desayunando los cinco.

-        Perdona tío, pero mi padre es un médico excelente.

Respondía muy seria Lidia defendiendo a su padre.

-        Si claro, Lidita, claro…es solo una chanza, que me llevo con tu
padre desde siempre, ¿verdad Monchito? Que tenga cuidado tu padre
en Panchitolandia, no vaya a ser que lo metan en la cárcel por mala
praxis…jajajaja….

Contestaba con sorna y suficiencia Vicente, quitándole importancia a


la humillación habitual al marido de su prima.

-        Tú, deja que tu padre se defienda a sí mismo, si ya no es


hombre ni tan solo para eso, que espabile, no vaya a ser que lo
cambie por uno más joven y útil… ¿verdad primo? …jajaja

Hundía Victoria el cuchillo en la humillación a su marido,


cuestionando en voz alta su hombría, a la vez que recriminaba a su
hija, que hubiera salido en defensa de su padre ante su primo.

-        Tranquila Lidia cariño, no pasa nada, es solo broma de tu


madre y el tío Vicente, ya estoy acostumbrado… no pasa nada.

Reaccionaba Ramón poniendo su mano derecha sobre el brazo de su


hija, que se erguía iracunda dispuesta a explotar en una gran defensa
de su querido y entrañable padre, de lo que desistió cuando su padre
le miro a los ojos conciliador, diciéndole con ellos que no merecía la
pena, además en tres semanas estarían lejos de allí en
Centroamérica.

-        Eso, eso, Monchito, se un perrito obediente y calma a la díscola


de tu hija…jajaja…mira que iros a Panchitolandia con todos esos
indios mugrosos…hay que estar loca… ¿Verdad?

Se expresaba Vicente lleno de desprecio y reproche.

-        Ya se lo he dicho mil veces. Es que ha salido al tonto de


Monchito su padre. Pero cambiemos de tema y tengamos la fiesta en
paz, primo.

Contestaba zanjando el tema con su habitual cara de culo Victoria,


con su cara redonda y su papada rosada, gorda y oronda como una
patata vieja.

Yolanda lo observaba todo en silencio, desayunando con el rostro y el


cuerpo como si nada transcendiese, pero ardiendo por dentro, aquel
par de cerdos hijos de puta, inútiles, buenos para nada, que todo les
había llovido del cielo, sin el más mínimo esfuerzo, no dejaban de
humillar a aquel buen hombre.

Que lo hiciera el cerdo de su marido Vicente, estaba mal, pero su


propia esposa, delante de su hija y arrastrando la hombría de su
marido, seguramente con una gorda, fea y horrorosa al pobre Ramón
le costaría empalmarse, porque con ella se había portado como un
campeón, pensaba Yolanda.

Yolanda no lo soportaba más, sabía porque Ramón no reaccionaba


violentamente o sagazmente y los dejaba en ridículo, por eso su
empatía con él era enorme.

 Aquel hombre tan inteligente, capaz y tan sacrificado por sus hijas y
la paz en su familia, se tragaba sapos y culebras, aguantando lo
inaguantable, al contrario de lo que podría parecer, aquello
aumentaba su atractivo a los ojos de Yolanda, Ramón era un hombre
de verdad, bien que lo había comprobado en su último encuentro y
no el mierda niño de mama picha floja vejestorio de su marido
Vicente.

Por ello con el disimulo debido, había aumentado el grado de simpatía


y complicidad con Ramón, sobre todo cuando los dos animales de
bellota de los primos no miraban, siempre que se encontraban esos
dos cerdos se enfrascaban en sus chanzas y temas recurrentes,
excluyendo a los demás a su alrededor, se notaba que eran de la
misma piara y se habían criado en la misma cochiquera.

Así con cierto disimulo, ya que estaba Lidia allí, Yolanda se sentaba
cerca de Ramón, sin dejar de sonreírle, hablaba con él, se movía de
forma sexy para sus ojos, sin dejar de mostrarse extremadamente
cómplice, pero extremadamente cuidadosa, y veía como en los ojos
del cincuentón calvo, la adoración por ella se multiplicaba por mil y
una enorme sonrisa entre de felicidad y deseo se dibujaba en su
boca.

En aquel trato tan agradable introducían a Lidia que hablaba con ellos
distendidamente, pasándose el café, el zumo, la comida, mientras
Yolanda les interrogaba interesada en todo lo que iban a hacer
aquellos dos años en Centroamérica.

-        No les animes tanto querida, a ver si se van a quedar allí, para
siempre.

Se acercó a la conversación Victoria recriminándole el aire jovial y


distendido de interés en la experiencia de ONG de Lidia y Ramón.

-        No te caerá esa breva prima, que el impotente de Monchito se


quede con los panchitos…jajaja….

Replico Vicente, volviendo a insultar abiertamente la hombría de


Ramón.
-        Va no creo que tenga tanta suerte… pero cambiando de tema…
ya deben estar preparados el resto de primos y la tía Victoria, por la
que me llamo así, con la que tenemos un montón de historias de la
infancia con ella, nuestra tía soltera y viajera de la familia, un poco
loca pero muy divertida, siempre organizándonos juegos y
excursiones a los jóvenes.  Seguro que están preparados frente al
Skype para hacer multiconferencia…yujuuuu.

Propuso risueña y entusiasmada Victoria.

-        Va a ser genial volver a ver a la tía Victoria, y a todos los


nietos del abuelo y recordar tantas cosas con ella y los demás, como
volver a la infancia.

Dijo con voz bobalicona Vicente con el mismo entusiasmo que


Victoria, una video conferencia con todos los primos cortados por el
mismo patrón, derechones engreídos, hijos de papa, que todo les
había caído por la chimenea y que conscientes de ello, no sabían
hacer otra cosa que intentar humillar a los demás, para sobre salir
ellos, con un enorme complejo de inferioridad a sus espaldas.

-        Mama, esta visita era para despedirnos del tío Vicente y la tía
Yolanda, y pasar el día aquí con ellos gozando de la piscina, etc…para
eso he traído bikini, etc…Además cuando os juntáis todos los primos
la reunión puede ser interminable, solo sabéis hablar de vosotros
durante horas y de lo que hacíais, cuando estabais juntos de niños y
jóvenes, yo no voy a ser vuestro palmero, si queréis hablar con
vuestros primos no contéis conmigo.

Replico con voz de fastidio y reproche Lidia.

-        Bueno, yo y Victoria nos apuntamos, hasta la hora de comer


faltan tres o cuatro horas por lo que hay tiempo de sobra ¿Quién se
apunta?

Contesto Vicente con cara de niño risueño.

-        Pues cariño, si os parece yo me quedo con Lidia y le hago de


anfitriona en la piscina y eso.

Respondió rápida y audaz Yolanda.

-        No Monchito, a ti con nuestros primos no te queremos, verdad


Victoria – se giro Vicente a su prima que negó con la cabeza con
gesto de desprecio hacia su marido – quédate aquí y ocúpate con lo
que sea que hagas, cuando acabemos ya comeremos juntos.
Dijo Vicente con la voz llena de desprecio, dejando a Ramón con la
palabra en la boca y dándole la espalda para agarrar a su prima
pasándole el brazo por el hombro y de forma muy compinchada,
dirigirse a su despacho de la casa, donde tenía el ordenador y un
monitor gigante, altavoces y todo lo necesario para una video
conferencia.

Yolanda sin abandonar su sonrisa de esfinge le lanzo una mirada


brillante de odio a Vicente, menudo cerdo de mierda, tratar así a
Ramón, mientras este disimuladamente resoplaba de alivio, por no
tener que participar de aquella orgia de egos de niños ricos,
envejecidos y cochambrosos y se giraba obviando la situación.
Haciendo que Yolanda se sintiese deseosa de compensar la resiliencia
del primo político de su esposo.

-        Lidia cariño, cámbiate en la habitación de tu prima Belén si


quieres, al fondo del pasillo.

Explico Yolanda a Lidia con su preciosa y risueña sonrisa, en ese tono


encantador y optimista que siempre transmitía y que multiplicaba su
increíble belleza de diosa mediterránea, mientras ella se dirigía a su
habitación a ponerse un bikini, oyendo de fondo el follón del
despacho pues ya había empezado la multiconferencia de primos
babosos.

Yolanda entro en su habitación con la puerta entre abierta, se dirigió


a su ropero y saco un bikini rojo brillante, que dejo sobre su cama y
que se ataba por los lados en su parte inferior, con unos triángulos en
la parte superior, lo justo para sostener y tapar sus maravillosos e
inmensos melones en forma de gota de lluvia que se desborda por los
lados y se juntan por el centro, inertes y erguidos por delante
desafiando la gravedad, con aquella areola del tamaño de una galleta
maría morena y oscura como sus extra grandes pezones.

-        Disculpa Yolanda, en otra ocasión he visto unas novelas en la


estantería del salón, pero ahora no las encuentro. ¿Podrías decirme
dónde están?

Se oyó la voz cortés y amable de Ramón desde el pasillo.

Yolanda, con su precioso y delicado pie femenino abrió la puerta de


su cuarto lentamente para poder ver la figura agradable y genuina
del cincuentón, que la miraba con verdadera adoración y deseo.

-        Huuuummm déjame recordar, Ramón.

Respondió Yolanda poniendo voz dulce y picara, a la vez que


agarraba con sus preciosas manos los extremos inferiores de su
camiseta elástica magenta y subía lentamente la misma, para parar a
la altura de sus tetazas y ajustando la misma a su perfecta
circunferencia, subirla de un único golpe, de forma que rebotasen en
el aire, vibrando arriba y abajo, abajo y arriba, dejando a la vista de
forma salvajemente sexy un wonderbra de encaje purpura oscuro que
contenían sus divinas mamazas.

-        Creo, creo…que están en la sala de descanso junto a la


piscina…espera….

Contesto Yolanda, sacándose la camiseta por la cabeza y sonriendo


lascivamente a un Ramón con los ojos abiertos como platos y el
deseo grabado en su iris.

Después Yolanda, de forma muy lenta con ojos de pícara lujuriosa y


sin dejar de sonreír al paralizado y encantado Ramón, se bajó el short
negro elástico, lentamente recorriendo cada centímetro de sus
larguísimas y perfectas piernas, dejando a la vista del cincuentón
entusiasmado el tanga de encaje, girándose lentamente sobre sus
talones para mostrarle sus perfectos glúteos, turgentes, fibrosos,
llenos, redondos y especialmente respingones.

-        Si, si, seguro que es la sala de descanso, junto a la piscina…

Contesto Yolanda sin dejar de dar vueltas lentas sobre sí misma, en


aquella increíble ropa interior sexy, mostrando todo su escultural
cuerpo de playmate al médico calvo y cincuentón, que estaba frente a
ella mudo y con la mirada fija en sus espectaculares curvas, como
hipnotizado. 

Al fondo se oyó como se cerraba la puerta del cuarto de Belén donde


estaba Lidia, de forma que, Yoli dejo de mostrarse al cincuentón de
Ramón y sin dejar de sonreír pícaramente, alargo su pie para
empujar la puerta de la habitación y juntarla hasta el cierre.

-        Ya estoy Yolanda, te espero en la piscina…papa, que haces hay


plantado.

Se oyó decir por el pasillo a Lidia, observando a su padre hay


plantado, como congelado con los ojos como platos y la boca abierta
como un bobo.

-        Yo, yo, …eehh…vo, vo, voy a buscar un libro.

 Las dos mujeres en bikini tomando el sol tumbadas, cada una en una
hamaca conversaban animosamente sin alzar la voz, oyendo de fondo
el follón de la videoconferencia, mientras Ramón leía un libro sentado
junto a la mesa del desayuno.
Lidia con un cuerpecito juvenil, buena cintura, buen culito, con unos
pechitos más bien pequeños y un rostro agradable, vestía un bikini de
flores. Ambas mujeres llevaban gafas de sol.

-        Es increíble lo que hace la genética Yoli, no quiero menoscabar


tu esfuerzo y disciplina deportiva y nutricional, pero si no estuvieras
predispuesta genéticamente, no tendrías ese cuerpazo perfecto que
tienes.

Decía Lidia con cordial neutralidad, como si hablase con una paciente.

-        Muchas gracias cariño, pero ya no tengo veinte años, para


estar como tú y tengo que trabajar para mantenerme.

Respondía Yolanda, agradecida y sonriente.

-        Pues no trabajes tanto…jajaja…que tienes muertas de celos a


todas las que te conocen…jajaja….todos los hombres se vuelven
literamente locos de deseo con tu cuerpo y además eres tan guapa.

Contestaba sincera y risueña Lidia.

-        Pero tú no me tendrás celos verdad, nena, eres joven y


preciosa y los tíos, pues son tíos, no saben controlarse, yo no hago
nada para provocarlos.

Respondió Yolanda, mirando a través de las gafas de sol de esferas


inmensas a Lidia.

-        No, tranquila yo no tengo celos, Yoli, me caes muy bien… y lo


peor es lo que dices, que tú no haces nada para provocarlos, solo ser
tu misma, pero es que tienes un cuerpo escultural, espectacular y
eres guapísima, así que, aunque te pusieras un saco encima, todos
los tíos se volverían salvajemente atraídos por ti…por eso te tienen
celos y rencor…como mi pobre madre.

Continúo hablando con sinceridad Lidia.

-        Menos mal que no te pareces a tu madre, cariño, menos mal…


buuufff

Resoplo Yolanda.

-        Jajaja…Yo y Silvia nos parecemos a la familia de mi padre,


tanto física como de carácter, menos mal también para nosotras,
aunque seguro que algo tenemos de mi madre…. Es mi madre, pero
ella y su familia son insufribles fanfarrones, sin sustancia ni merito…
por eso se meten tanto con mi padre. Porque él es un hombre de los
pies a la cabeza, todo lo ha conseguido con esfuerzo e inteligencia,
por sus propios esfuerzos y además es un intelectual y ellos unos
zotes…no sé cómo se enamoró de mi madre, ni como sigue con ella.

Dijo muy seria Lidia. Yolanda giro la cabeza y echo un vistazo a


Ramón que, sentado de forma sosegada y con el cuerpo erguido,
seguía con la cabeza en su libro, vestía bermudas y camiseta, pero no
se le veía intención de bañarse, a Yolanda le calentó ver a aquel
hombre, experimentado y activo sexual, al cual sabía muy bien que
ella ponía a cien.

-        Si Lidia, ya sé que se pasan muchos pueblos con tu padre y


que es un gran hombre, con una paciencia de santo…no sé cómo se
enamoró de tu madre, pero si sigue con ella, estoy casi segura que es
por vosotras, por no romper vuestro hogar. Es todo un hombre.

Dijo Yolanda esto último en un tono entre de admiración y deseo.

-        Si, que lo es y se lo merece todo, mira que acompañarme a


Centroamérica dos años, solo quiero que Rafa sea un esposo y padre
como el mío.

Contesto Lidia refiriéndose a su novio.

-        Titutiii..titutitutiiiii

Sonó una notificación del móvil de Lidia, la cual tomo su móvil para
echar un vistazo.

-        Hablando del rey de Roma…jejeje

Dijo Lidia para referirse que había recibido un mensaje de su novio.

-        Buuuffff…se ha liberado de lo que tenía que hacer y tiene dos


horas para estar conmigo…el pobre adelanta trabajo de todas partes,
para poder tener más tiempo conmigo antes de que me vaya…y yo
aquí…que hago…que hago…

Exclamo con ansiedad Lidia.

-        Dos horas, dile a Rafa que venga con el coche por la puerta del
garaje y te vas con él dos horas, estando aquí a la hora de comer
basta…pregúntaselo a tu padre seguro que no le importa.

Contesto Yolanda.

-        ¿Y a ti no te importa Yolanda?


Pregunto inocentemente la joven doctora.

-        Que va cariño, pasa la mayor parte de tiempo que puedas con
tu novio. Ves a preguntar a tu padre.

Respondió Yolanda exhibiendo su mejor sonrisa.

Lidia se levantó de la hamaca y fue hasta su padre, algo nerviosa,


empezó una conversación cómplice con él. Yolanda miraba admirada,
el amor, la empatía, y la comprensión que se respiraba en aquella
relación, porque no podía haber sido Ramón, el ricachón al que
engatuso Yolanda, en vez del mierda de Vicente, Ramón despertaba
en Yolanda una libido profunda y mental, a pesar de haberse
desfogado con el criajo hacia poco, aquel cincuentón, gran hombre,
loco por ella de deseo la estaba poniendo muy cachonda.

Lidia radiante de felicidad se despidió hasta la comida de Yolanda, y


salido sigilosa pero rápida al cuarto, para cambiarse y encontrarse
por aquel par de horas con su novio.  Cuando Lidia salía de la piscina,
Ramón miro a Yolanda con una tímida sonrisa y esta le respondió con
una amplia y pícara sonrisa de niña mala.

El ruido lejano de fondo de la conferencia no cesaba. Yolanda, en la


distancia junto a la piscina con la hamaca puesta en posición paralela
a la puerta de la casa, que daba a la piscina le permitía ver a
cualquiera que accediera a la misma.

Lanzándole miraditas a través de sus grandes gafas de sol al


cincuentón, que seguía enfrascado en su libro en una esquina de la
mesa de la terraza, lanzándole disimuladas miradas de vez en
cuando.

Como le calentaba a Yolanda la idea de ponerle los cuernos


conjuntamente a los dos primos rollizos y rosados como dos cerdos
inútiles. Cuanto más miraba a Ramón más cachonda se ponía.

Durante un rato valoro todos los riesgos, sabiendo como conducir la


acción, dejo que su deseo y su libido morboso la guiase.

Se quedó mirando a Ramón, moviendo los brazos para llamar su


atención, cuando lo logro y Ramón embobado dejo el libro encima de
la mesa, Yolanda reclamo que fuese sin pronunciar palabra, solo
moviendo adelante y atrás el dedo índice de su preciosa y femenina
mano izquierda.

 Ramón dejo el libro sobre la mesa, y se acercó a ella como un


corderito, con los ojos como platos y la sonrisa contenida de deseo,
fijando sus ojos en los enormes pezones extra grandes de Yolanda,
que se marcaban brutalmente en el mínimo triangulo rojo brillante
que los cubría.

-        Ramón cariño, ¿querrías ponerme aceite bronceador en la


espalda…y también agradecería que te quedases un poco conmigo
haciéndome compañía…querrás?

Dijo Yolanda remarcando sensualmente la “s”.

-        Sí, sí, claro...un, un, un placer Yolanda.

Contesto Ramón con la voz temblorosa, tomando la botella del aceite


y acercándola al objeto de su deseo, que tenía tan cerca, era un truco
muy viejo, pero muy efectivo pensó Yoli, mientras se daba la vuelta.

Ramón tragando saliva empezó a extender el aceite por los hombros


y la espalda de Yolanda, clavando con delicadeza sus yemas y palmas
en su morena y sedosa piel, deleitándose en  el tacto de cada
milímetro de ella.

-        Huuummmm ….Ramón cariño desátame el bikini para


extenderme bien el aceite……huuuummm

Dijo Yolanda lanzando gemiditos de gusto.

Ramón trago saliva y dirigió sus manos temblorosas al lazo del nudo
de la espalda de la parte superior del bikini, tirando suavemente de
él, para deshacerlo y a continuación dejar caer los hilos a los lados,
para proseguir extendiendo el aceite por el resto de aquel escultural
cuerpo, hasta llegar a los riñones, pudiendo observar detenidamente
las perfectas turgentes y respingonas nalgas de Yolanda, totalmente
expuestas ambas en el bikini tanga rojo brillante, a escasos
milímetros de sus ansiosos dedos

-        Huuuummmm….Ramón tesoro continua por las piernas…


huuummm

Indicaba Yolanda sin dejar de emitir gemiditos de gusto, al tiempo


que un tembloroso Ramón vertia más aceite bronceador sobre los
muslos perfectos y prietos de Yolanda, extendiéndolo con gusto y
deleite acariciándolos con máximo placer, mientras Yolanda cerraba
los ojos, se humedecía sus turgentes labios con la punta de su
lengua, labios pintados de carmín waterproof rojo pasión, que brillaba
al sol, mientras se dejaba hacer.

Ramón guiado por su deseo empezó a masajear los tobillos, poniendo


especial atención en el derecho de la pequeña y sexy cadenita de oro
que lo adornaba, para bajar al empeine y a la planta y acabar
jugando con los dedos perfectos y cuidados de uñas arregladas y
pintadas de blanco, en cada pie llevaba el segundo dedo con un
pequeño y sexy anillo, era una diosa sensual y femenina de la belleza
y el sexo.

-        Huuuuummm que bien lo haces Ramón…huuuummm

Se deleitaba Yolanda, mientras el médico cincuentón no dejaba de


masajearla jadeando en voz baja de placer.

Ante el asombro de Ramón, Yolanda se dio la vuelta en la hamaca,


con su cuerpo de curvas imposibles bocarriba, con sus enormes y
preciosas tetazas erizadas con los pezones tan tiesos que parecía que
querían romper la escasa tela del bikini que los cubría.

-        Eeeeeehhhh…..

Estaba como petrificado el cincuentón ante el ofrecimiento de su


cuerpazo de aquella superhembra maciza.

-        Vamos Ramón continua de los pies hacia arriba.

Le decía Yolanda con voz a la vez dulce y desafiante, mostrando su


preciosa sonrisa. De manera que Ramón siguió manteniéndole la mira
desafiante y extendiendo el aceite bronceador, primero los pies, luego
el resto de la pierna, lentamente disfrutando sobre todo de los
tonificados y esculturales muslos de Yolanda, que abría las piernas
lenta e insinuantemente como una zorrita en celo. De vez en cuando
el uno y el otro lanzaban miradas a la puerta, y desde el interior les
llegaba el rumor del griterío de la video conferencia.

-        Huuummm….muyyy biennn Ramóooonn….muyyyy biiieennn…

Gemía Yolanda mordiéndose sexy el labio inferior, lanzando el móvil


donde antes de pedirle a Ramón que se acercase había activado la
app de movimiento de Vicente, con una alarma que pitaría si
estuviese a menos de cincuenta metros, es decir en el pasillo a la
piscina.

Con los ojos clavados en las mamazas perfectas y redondas de


Yolanda, Ramón continúo subiendo, echando aceite bronceador sobre
el vientre plano y definido con el precioso piercing en el ombligo,
mientras Yolanda erguía ligeramente la hamaca hacia adelante,
incorporándola lentamente y acercando a los dedos de Ramón a la
curva erguida de sus perfectos senos de talla de copa E, ya que no
dejaba de extender el aceite masajeando su abdomen.
Yolanda se quitó las gafas de sol y se quedó mirando fijamente a
Vicente. Lo que paralizo a este al instante, que le devolvió la fija
mirada sin saber qué hacer. Entonces Yolanda se sentó sobre la
hamaca, dándole la espalda a Ramón que quedaba sentado a la vez a
su lado y detrás de ella, tomo por las muñecas las manos de Ramón y
las llevo por debajo del escaso trinagulo de tela suelta de la parte
superior de su bikini para que sus manos completamente abiertas,
tratasen de sostener sus magníficas, turgentes y redondas tetazas.

-        Huuuummmm…sigueee Ramooooonnn….

Siguió provocándole Yolanda mordiéndose el labio inferior y girándose


a mirarle fijamente con ojos de loba, a lo que Ramón empezó desde
abajo a amasar con fruición y gusto las mamazas de Yolanda,
subiendo para jugar con sus dedos pulgar e índice con sus enormes
pezones oscuros, al tiempo que acercaba su cara a la espalda y cuello
de Yolanda respirando acompasadamente

-        Oooohhhh……ooooohhhh…….

Jadeaba pesadamente Ramón, lanzando miradas a la puerta de la


casa. Apenas enderezando la espalda, cuando sintió como una mano
delicada y femenina de Yolanda se había deslizado por el camal de su
bermuda y acariciaba su erecta polla.

-        Huuuummmmm…que te vuelvo loco, ya lo sé Ramón,


cariñooo……pero me gustaría saber que harías conmigo si pudieras…
dime lo macho que serias conmigo…dimelooooo…

Exigía una respuesta Yolanda con voz de zorra cachonda, empezando


a masturbar muy lentamente el prepucio del cincuentón.

-        Ooooohh…Yolanda…..Yolanda…..no me hagas esto…que te


deseoooo con locuraaa….

Decía el cincuentón con la polla tiesa, los ojos desencajados y la boca


abierta de desesperación.

-        Vamoooosss…Ramóoonn…dimeloooo…dimeloooo…a mí me
gusta que me follen bien fuerte, que me azoten el culo y me penetren
con fuerza, mostrándome toda la pasión y el deseo que despierto…me
deseaaas Ramón…como quieres follarmeeee…comooo…machoteee….

Provocaba Yolanda a Ramón, mordiéndose el labio inferior como una


perra lasciva, que apretaba salvajemente sus mamazas clavándole
los dedos.
-        Quiero comerte las tetas hasta que te duelaaaan y follarte
salvajemente desde atráaaas, apoyándome en tus hombroooos o
tirando de tu pelo, y luego empotrarteeee mientras te como la boca y
las tetaaaas …ooohhhh Yolandaaa…. Yolandaaaa….

Palpitaba el deseo en la garganta de Ramón, a punto de abalanzarse


con todas sus fuerzas sobre aquella hembra con aquel cuerpo
perfecto de diosa del porno. Yolanda se dio cuenta y sin dejar de
girarse a mirar a los ojos a Ramón, se levantó de la hamaca y le
indico que la siguiera.

-        Vamos a la piscina, si nos ponemos en ese ángulo junto al


bordillo donde hace esquina, a nosotros no nos ven, pero nosotros
levantando la cabeza podemos ver y oír todo.

Susurro Yolanda, tomando el camino hacia las escaleras de obra de la


piscina, mientras Ramón ansioso se quitaba la camiseta y la seguía
como un perrillo faldero para entrar en el agua.

Apenas llego a la esquina de la piscina, Yolanda dejo la parte de


arriba del bikini en el bordillo y se dio la vuelta, Ramón que había
acelerado el paso se abalanzo sobre ella arrinconándola aferrando sus
manos a su perfecta cintura de avispa, devorándole la boca en un
beso francés desesperado.

-        Oooooohhhh….oooohhh….Ramóoooonn….siiiii…
chupaaalaaass……siiiii…muuuerdelaass… oooooohhh

Se deshacía de placer Yolanda intentando modular el volumen de sus


gemidos y jadeos, cuando Ramón se lanzó a chupar, succionar y
morder sus enormes tetazas sosteniéndolas con ambas manos para
hundir su rostro en ellas y devorarlas como hambre y deseo sin fin,
mientras Yoli se acomodaba con sus finos dedos su negra y brillante
melena, para colocar sus manos tras su nuca tensando al máximo su
tronco y llevando la perfecta turgencia al máximo de sus enormes
mamazas en forma de gota de lluvia que se desbordaban por los
lados y se juntaban en el centro realzando erguidas la redondez de
las mismas acabando en punta con sus enormes pezones oscuros
extra grandes, para deleite salvaje de los labios y la lengua del
cincuentón.

-        Oooooohhhh….oooohhh….Ramóoooonn….siiiii…
chupaaalaaass……siiiii…babealas….siiiiiii …..muuuerdelaaass…
oooooohhh, Dioooooosss…..que bien lo haceeess cariñooo…siiiii

Cerraba los ojos Yolanda, con las manos en la nuca, empotrada en la


esquina de la piscina echando la cabeza hacia atrás, entregada al
placer absoluto de la boca de Ramón, que devoraba sus mamazas,
mientras las manos del cincuentón grababan sus huellas dactilares en
sus perfectas y redondas nalgas respingonas, amasándolas y
apretándolas brutalmente con las manos como garras.

-       
Ohhhhh….Dioooosss…..Ramóooooonnnn….Ramóooooonnnn…..siiiiiiiiii

Se entregaba Yolanda al placer del deseo salvaje del cincuentón


devorando su espectacular cuerpo de playmate del año, dejando que
Ramón saciase el hambre de su cuerpo, sin prestar atención al
tiempo. Sintiendo como los latigazos de placer alertaban de la llegada
de su lactancia sexual. 

Ramón se empleó a fondo sin contener su deseo, se concentró en


devorar las tetazas de Yolanda, cubriéndolas con su saliva, como si
hubiesen estado todo el tiempo bajo el agua, enrojeciendo y
poniendo como piedras sus extra grandes pezones, dejando la huella
de su dentadura en sus enormes y oscuras areolas.

-        Oooohhhh…Oooohhh…adoro esto….oooohhhh….adorooooo tu


lecheee….

Levanto la cabeza calva Ramón con un gesto entre de euforia y


sorpresa, pasándose la lengua por los labios y recogiendo algunas
gotas de leche de las tetazas de Yolanda.

-        Ooooohhh Ramón…cariñooo…durante el sexo…el verdadero


macho que sabe comerme las tetas…obtiene el premio de mi leche
inocua…dándome un inmenso placer…un verdadero macho como
tuuuuuuuuuuu…siiiiiiiiiiii

Trataba de explicar Yoli retorciéndose de placer, ante el nuevo ataque


del cincuentón a sus esféricas mamazas, las cuales sujetaba y
apretaba exprimiéndolas, ordeñándolas alternativamente mientras se
tragaba el pezón de la tetaza que ordeñaba.

-       
Ohhhhh….Dioooosss…..Ramóooooonnnn….Ramóooooonnnn…..siiiiiiiiii…
…tu si ereeeeess un machoooo y no el cornudoooo de
Vicenteeee….oooohhh…

Cuando Ramón se hubo saciado de la leche y los melones de Yolanda,


agarro violentamente con su mano derecha la melena negra
azabache de aquella mujer alta y de bandera, lanzándole un morreo
con beso francés, que la diosa morena respondió con gusto,
enroscando su lengua con la del cincuentón tanto dentro como fuera
de las bocas.
Sin dejar de morrearse Ramón la saco de la esquina para llevarla a
una zona con menos agua.

-        Arrodíllate y chúpamela, mi puta…chúpamela, como no se la


chupas al cornudo de Vicente.

Dijo firme y autoritariamente Ramón, usando su lisa melena que


tenía cogida para forzar a bajar a Yolanda.

-        Así me gusta mi macho…que me órdenes y me sometas.

Decía Yolanda agachándose sin dejar de mirar fijamente y con


lascivia a Ramón, ambos ajenos al escándalo de la conferencia que
salía de la casa.

Yolanda sumisa y obediente, de rodillas y con el agua casi por los


hombros, tomo por los lados con sus femeninas manos el bermudas
del cincuentón calvo y se lo bajo de un golpe, dejando a la vista su
erecta verga.

Sin dejar de mirarlo directamente con los ojos entornados de vicio y


deseo, agarro la polla de Ramón por la base del tronco y abriendo la
boca, saco su preciosa lengua y empezó a lanzar lengüetazos al
prepucio, al glande, al tronco, extendiendo la lengua completamente
y usando la polla de Ramón a modo de latigo, para golpeársela varias
veces.

-        Ooooohhhh….siiii….oooooohhhh…..siiiiiii.

Se retorcía de placer Ramón, el cual empezó a resoplar y arrastrado


por el deseo y el morbo, agarro con delicadeza, pero con firmeza la
cabeza de Yolanda y empezó a bombear en su boca, brutalmente,
adelante y atrás, atrás y adelante, provocándole arcadas a Yoli, hasta
que se adaptó al bombeo. 

-        Gluuuubbb… gluuuuub ..sluuurppp…


sluuuurrrpppp….sluuuuurrpppp….sluuuuurrppp…..

Tragaba la diosa mediterránea con los finos dedos apoyados en los


muslos del cincuentón.

-        Vicente montóoonnn…de mierdaaaa…me estoy follando la


bocaaaa de tu mujeeerr…oooohhh…ohhh… y a ellaaaa le encanta….le
encantaaa

Exclamaba en voz baja Ramón, mirando con desprecio hacia la casa


de la que salían los ruidos de la video conferencia.
Cuando Ramón tuvo suficiente, paro el bombeo y tomo firme y
decididamente a Yolanda, dándole la vuelta y llevándola hasta la
esquina.

-        Siiiiii…siiiii…Ramóoooonnn…..follameeee…por fin un hombreee


de verdaaaaadd….no como el mierda de Vicenteeee….siiiii

Insuflaba Yolanda el ego del cincuentón con su voz llena de deseo, al


tiempo que apoyaba sus femeninas manos en el bordillo de la piscina
y abría sus piernas alzando su respingón y perfecto culo de bailarina
de samba.

-        Plash, plash, plash, plash.

Resonaron las palmadas, que con la mano abierta Ramón infringía en


las nalgas perfectas, grandes, fibrosas y turgentes de Yolanda.

-        Siiiiiii…..siiiii….asiiii…Ramóooon…..cariñooooo…..follameee…
folllameeee…

Provocaba Yolanda al médico cincuentón, extasiada por el placer con


su raja empapada y ardiendo.

Ramón tomo su polla estándar, tiesa como una barra de acero y la


enfoco a la raja de Yolanda, moviendo su prepucio arriba y abajo,
jugueteando con ella sobre los labios vaginales de la diosa
mediterránea.

-        Ooooohhh siiii…tu eres un machooooo…


Ramoooón….clavamelaaaaaaaa……follameeee

Exigía llena de deseo y lascivia la morena con cuerpo de porno star.

Ramón hundió lentamente su verga erecta y firme en la raja de


Yolanda, apoyándose con su mano izquierda en el hombro escultural
de Yolanda de piel suave como la porcelana, comenzando a bombear
adentro y afuera, afuera y adentro, a la vez que Yolanda se
acompasaba al ritmo moviendo sus caderas adelante y atrás, atrás y
adelante, facilitando el bombeo a Ramón, el cual abrió su mano
derecha completamente y empezó a lanzarle palmetazos firmes y
fuertes en la nalga derecha de Yolanda.

-        Plash, plash, plash, plash….

Sonaba el castigo que le estaba infringiendo Ramón y que enloquecía


a Yolanda, que se mordía con fuerza el labio inferior, echaba para
atrás la cabeza agitando su negra y brillante melena, con sus
mamazas enormes, turgentes, redondas, perfectas, babeadas y con
los pezones extragrandes en punta como dos lanzas, de los que
resbalaban leves gotas de leche, mientras se balanceaban ferozmente
en el aire, de derecha a izquierda, y de izquierda a derecha, adelante
y atrás, atrás y adelante, dibujando curvas imposibles en el aire.

-        Siiiiiiiiiiii……….siiiiiiiiiii…………ooooohhhh….Ramoooooonnn….

Gemía en voz baja Yolanda con su precioso rostro desencajado por el


placer.

-        Ooooohhhh…..aaahhhh…oooohhhh…..plash…plash…
plash….ooooohhh….aaahhh…plash…plash…plash… ooooohhh

Jadeaba en voz baja Ramón, sin dejar de darle tremendas cachetadas


en la nalga derecha a Yolanda, mientras no se dejaba de oír a lo lejos
el bullicio de la videoconferencia.

Ramón, no dejaba de embestir y palmear el culo de Yolanda, adelante


y atrás, atrás y adelante, ella seguía con sus caderas el ritmo de la
penetración agitando sus perfectas, grandes y redondas nalgas, que
vibraban de forma bestialmente sexual rebotando contra su pubis, de
vez en cuando Ramón paraba el bombeo y sacaba casi toda su verga
para clavarla profunda y violentamente de una vez.

-        Ooooohhh ….. oooooohhhh……siiiiiiiiiii…….

Gemía intentando contener la voz Yolanda en esas ocasiones,


cerrando los ojos y echando la cabeza hacia atrás, poseída por el
inmenso placer de la violenta y agresiva completa penetración.

Luego el cincuentón calvo volvía a bombear brutalmente en su


ardiente y húmeda raja, manteniéndose constante, gimiendo con
pronunciados “ooohhss” con el rostro desencajado y enrojecido por el
esfuerzo y el placer, mientras Yoli no dejaba de mover sus caderas de
forma acompasada al bombeo de Ramón, adelante y atrás, atrás y
adelante, haciendo vibrar y rebotar sus enormes y respingones
glúteos.

Yolanda cerraba los ojos y disfrutaba con intensidad del polvo,


perdiendo la noción del tiempo, ni recordaba cuando era la última vez
que se la habían follado tan bien y durante tanto rato.

-        Ooooooohhh….me vuelveesss locooooo…locooooo….eres una


diosaaaa, una diosaaaa y una putaaaaa…..oooohhhhh…plash…plash…
plash…
Gemía extasiado Ramón, provocando con sus palabras que Yolanda
se girara, mostrándole una sonrisa de satisfacción, nada le gustaba
más que ser una preciosa zorra lasciva.

Ramón, dejo de palmear la perfecta nalga derecha de Yolanda, roja


como un tizón al fuego y con sus dos manos recogio la larga y
perfecta melena azabache de la diosa del porno, asiéndose a su mata
de pelo negro azabache brillante.

-        Siiiiii…..siiiiii….siiiii…siiiiiiiiiiiiii

Empezó a jadear Ramón, bombeando fuerte, seca y profundamente a


Yolanda, con ojos enloquecidos por la lujuria, cada vez más rápido y
más violentamente sin dejar de tirarle de su pelo largo y sedoso.

-        Ooooooooooooohhhhhhhhh……
Ramooooooonnnn…..siiiiiiiiiiiiii…..siiiiiiiiiiiiiii……..

Gritaba sordamente Yolanda con los ojos en blanco, cuando esta


sintió como los latigazos de placer le recorrían el cuerpo, empezando
a correrse en un orgasmo salvaje, haciendo que su raja estrujase y
ordeñase la verga inflamada y ardiente del médico cincuentón.

-        Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhh…

Tenso todo el cuerpo Ramón, corriéndose brutalmente dentro de la


mujer del primo de su esposa, aquella diosa de bandera, que durante
un larguísimo rato había sido suya, y que ahora rellenaba con su
simiente, entre estertores de placer.

Ambos relajaron sus cuerpos, Ramón soltó el pelo de Yoli y saco


lentamente su flácido miembro del cuerpo perfecto de la diosa
morena, la cual se dio lentamente la vuelta, para fundirse en un
interminable morreo francés con el calvo cincuentón, mientras de
fondo se seguía escuchando

el escándalo de la videoconferencia de los primos cornudos con su


detestable familia.

Ramón salió de la piscina con el rostro relajado, subiéndose el


bermudas  por las escaleras y extremadamente satisfecho.

El cincuentón calvo se giró para ver  como aquella diosa de cuerpo


escultural, alta con sus piernas largas y con las curvas morenas
explosivas suaves y firmes de figura voluptuosa, se sumergía de pies
y cabeza para emerger levemente junto a las escaleras, echándose
hacia atrás con sus delicadas manos su preciosa melena empapada
negra y brillante, mientras el agua  caía por su sedosa y bronceada
piel haciéndola brillar y sin dejar de sonreír con su perfecta e inmensa
sonrisa de ensueño, se colocaba de forma muy femenina el hilo del
tanga de su bikini, que se había movido para follar con Ramón, al
tiempo que, subía las escaleras con sus perfectas y turgentes
mamazas en forma de gota de lluvia que se deslizan por los lados de
forma inmensa para acabar juntándose en el centro en su redondez,
erguidas desafiando a la gravedad, botando en el aire a cada paso
sensual de la superhembra, arriba y abajo, abajo y arriba, sin dejar
de sonreír mirando picaronamente a Ramón, que volvía a sentir la
sangre bajando a su miembro ante la contemplación de aquella Venus
del sexo saliendo de la piscina.

-        Vamos a la ducha mi machoooohh, que esto solo ha sido el


primer asalto…jejejeje

Sonreía risueña, sexy y sensualmente la diosa morena mediterránea,


tomando de la mano a su paso al médico cincuentón y llevándolo
hacia la ducha cerrada en una esquina de la piscina, el cual la seguía
como un corderito, siguiendo aquel colosal cuerpo de bandera de
hembra alta y escultural con una sonrisa bobalicona y los ojos fuera
de las orbitas.

Yoli giro levemente la cabeza en dirección a la puerta entre abierta de


la casa, oyendo como el bullicio de la video conferencia era aún
mayor que antes, seguramente habrían empezado con la ronda de
chistes entre los primos, una escandalosa, patética e infantil forma de
confrontarse entre ellos, a ver quién era más gracioso, una forma de
decir “quien la tiene más larga”, de la que los dos cornudos de
Vicente y Victoria participaban activamente, la cosa iba para rato,
sonrió satisfecha Yolanda, dándose la vuelta al llegar a la entrada de
la ducha de obra junto a la piscina, rodeándolo con sus brazos y
enroscándose en un apasionado y largo beso francés con el
cincuentón, que en plena erección la miraba con devoción y loco
deseo.

-        Vamos entra, entra…no querías follarme de frente


violentamente vamooosss….

Le hablaba llena de ansiedad Yolanda, empujando al cincuentón


dentro de la ducha al tiempo que se abalanzaba sobre él besándolo,
enroscando su ardiente y húmeda lengua, mientras el médico calvo y
cincuentón ajustaba sus manos como dos garras, apretando con
fiereza y deseo sus enormes tetazas en forma de gota de lluvia,
turgentes y erguidas, perfectamente redondas con sus pezones
extragrandes erectos y duros como el granito.

-        Huuuummmmm…..huuuuummmm…. si Ramooooonnnn….siiiiii


apreta más fuerte….
Pedía Yolanda retorciéndose de placer y cerrando los ojos, mientras
Ramón chupaba y lamia su mentón y su cuello, ciego de deseo, sin
dejar de amasar sus grandes y esféricamente perfectas mamazas.

Yolanda se arrodillo frente al médico cincuentón, tomo con su


femenina mano derecha de perfectas uñas pintadas de rojo la polla
de Ramón por el tronco, introduciéndose su glande y prepucio en la
boca, sin dejar de masajearlos con sus labios turgentes y jugosos,
lanzándole lengüetazos hambrientos, a la punta y los costados.

-        Oooooohhhhhh……siiiiii…..ooooooohhhh….

Tensaba el cuerpo Ramón tirando la cabeza hacia atrás, exclamando


de placer.

-        Sluuurrrpppp……sluuuurrrpppp…..sluuuuurrrpppp…..

Chupaba sin cesar Yolanda la punta y el tronco de la verga del


cincuentón calvo, hasta que sintió como esta palpitaba llena de nuevo
de toda su virilidad, ante lo que se levantó, agitando en el aire todas
sus espectaculares y voluptuosas curvas y sin dejar de responder a
los morreos encendidos de Ramón, aparto de nuevo delicadamente el
tanga de su bikini, dejando a la vista su encendida y húmeda raja, a
la vez que acomodaba sus preciosos pies, con el segundo dedo de
cada uno de ellos ensortijado y su tobillo derecho con una sexy
cadenita, entre las cenefas de piedra que llenaban los cuadrados
ladrillos de los muros de la ducha, aprovechando su flexibilidad
atlética para abrir las piernas lo más posible, al tiempo que con una
mano también se apoyaba en el hueco de las cenefas de los ladrillos
y con la otra se agarraba al cuello de la ducha, ofreciéndose así a 
Ramón.

-        Vamos, vamos, vamos Ramón, mi macho empótrame,


empótrame, empótrame como me has dicho…me vuelvo loca de
deseo, quiero que me empotre un verdadero macho como tú, que me
desea locamente…vamoooosss

Provocaba Yolanda a Ramón con voz de zorra lasciva, mirándole


fijamente con ojos encendidos de lujuria y mordiéndose sexy y
ferozmente el labio inferior.

-        Oooooohhhhh siiiiiiii…..siiiiiii……

Exclamaba Ramón con los ojos encendidos de deseo y la cara


desencajada, como poseído por la lujuria, dirigiéndose hacia Yolanda
con su polla erecta como una lanza.
Al llegar coloco la punta de su verga entre los labios vaginales de la
diosa mediterránea de extraordinaria belleza, con aquel cuerpo de
firmes y voluptuosas curvas, una mujer morena tan guapa y
espectacular a su disposición, nada podía encenderlo más.

-        Follameeee….follllameeee…folllameeee…empotrameeee….siiiiiii

Le exigía Yolanda completamente ciega de deseo, completamente


ajena al gran riesgo que corrían, tan concentrada en saciar sus ganas
de follar, que no podía oír el jaleo de la videoconferencia de primos,
donde los dos cornudos se reían ignorantes del crecimiento de su
cornamenta.

-        Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii…………..

Lanzo un grito sordo Ramón, clavando violentamente su erecta verga


en el interior de Yolanda, al tiempo que se agarraba por abajo,
usándolas de soporte con sus manos en garra, a las grandes
mamazas erguidas y turgentes como dos gotas de lluvia
perfectamente redondas de Yoli, pellizcando rabiosamente con los
dedos índice y pulgar de cada mano los extragrandes pezones de
aquella guapísima diosa del porno.

-        Te gustaaa que te folleee asiii….te gustaaaaa…..te


gustaaaaa……

Increpaba el cincuentón calvo a Yolanda, empotrándola contra la


pared lisa de la ducha, bombeando adelante y atrás, atrás y adelante,
metiendo y sacando de ella su polla violentamente, sin dejar de
apretarle salvajemente sus tetazas y pezones.

-        Ssiiiiiiii……follllaaaameeee…..siiiiiii……..siiiiii……
Ramooooonnnn….siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii

Gritaba Yolanda, a la que, en aquel preciso instante, ya le daba


completamente igual que la pillase su marido y perderlo todo, aquella
polla ardiente y aquellas manos amasando brutalmente sus tetazas,
le estaban dando demasiado placer y su cerebro estaba
completamente cegado por el sexo. Vicente o Victoria solo tendrían
que acercarse a la puerta de la piscina para oírla gritar como una
loca.

-        Oooooooohhh….jamaaaaasss…en miii vidaaaa he estado con


una mujeeeerrrr más espectacular que tuuuuu……, preciosaaaa…..y
que hueeeelee tan bieeenn….y ademaaaaasss eres unaaaa zorraaaaa
sin escrupuloooossss en el sexoooo….Yolaaaandaaaaa….siiiiiiii….
Decía Ramón, embriagado por la lujuria con voz potente y violenta,
lanzando penetraciones lentas y precisas, muy profundas, que
golpeaban el interior de Yolanda, haciéndola abrir la boca y
desencajar el rostro de placer, moviendo todo su torso definido y
fibroso a cada embestida del médico calvo.

-        Siiiiii…..siiiiiiii….Ramooooonnn….soyyyy muyyy putaaaa…me


gustaaa ser muyyy putaaaaaa….soyyyy tu puttaaaaa….aaaahhhh……
siiiii….aaaahhhh…siiiiii…..ooooohhh….

Los latigazos de placer recorrían todo el cuerpo de Yolanda, que se


aferraba como podía para no caer, a los muros y al cuello de la
ducha, recibiendo cada embestida de Ramón adentro y afuera, afuera
y adentro, agitando en una volcánica vibración todo su cuerpo,
sumergida en un inmenso placer durante un tiempo que se alargaba
maravillosamente, sintiendo como de nuevo el brutal masaje de los
dedos de Ramón, grabando sus huellas dactilares en sus tetazas y
sus pezones, hacía que su inicua lactancia se acercase.

-        Ooooooohhh……….oooooohhhhhh……….te voy a rellenaaarrr…mi


maravillosaa putaaa…..mi putaaaaaa…….

Exclamo Ramón entre alaridos de placer, tensando el cuerpo, al


tiempo que Yolanda sentía el ardiente palpitar de su miembro y como
su vagina lo estrujaba, como si quisiera exprimirlo, estallando en un
orgasmo,  llenando a Yolanda con su ardiente y blanquecina simiente,
hasta el punto que parte de ella asomaba por la raja de Yolanda, ya
que Ramón no dejaba de bombear empotrando a aquella diosa
única. 

-        Siiiiiiiiiiiiii…………..aaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhh……………
siiiiiiiiiiiiii…..oooooohhhhhhh

Exploto Yolanda en un orgasmo brutal, echando la cabeza hacia


atrás, cerrando los ojos de su precioso rostro desencajado por el
placer, agitando su negra melena empapada en cada espasmo de
placer, con su plano vientre palpitando de disfrute, mientras las gotas
de leche emergían de sus enormes y duros pezones.

El cincuentón calvo, ceso en su bombeo y acerco sus labios a los


pezones oscuros y majestuosos de Yolanda, chupando sediento
primero un pezón y luego el otro, hasta no dejar nada de leche en
ellos, mientras Yolanda descendía de su posición primero dejándose
succionar los pezones, con rostro exhausto que dio paso a una de sus
divinas y rompedoras sonrisas perfectas, esta vez de gran
satisfacción, para tomar la cara de Ramón entre sus femeninas
manos y subirla para morrearse con él.
-        Ha sido fantástico, es una pena y a la vez una bendición que te
vayas con tu hija a Latinoamérica, podría acostumbrarme a que
hiciésemos esto de vez en cuando….jajajajaa.

Salió de la ducha risueña y entre risitas de niña picara Yolanda,


colocándose de nuevo el tanga del bikini, mientras Ramón con el
pecho henchido de satisfacción se subía los bermudas y salía tras
ella.

-        Hacía años que no me sentía tan bien y décadas que no tenía
sexo con tanta potencia y vigor. Eres una diosa tan espectacular y
una mujer tan risueña, simpática y tan, tan, tan promiscua que el
sexo contigo es, es, es….Dios lo mejor de la vida.

Expuso Ramón en una explosión de sinceridad, con el rostro


iluminado y los brazos abiertos, como dando gracias al cielo, a pesar
de que su cuerpo mostraba signos de agotamiento.

-        Jajajaja…eres un cielo Ramón, un cielo…un hombre como no


hay dos, ya te digo una pena y una bendición que te vayas a
Latinoamérica…ahora metete dentro cariño que, si el cerdo celoso de
Vicente nos encuentra aquí, solos sin tu hija, aunque me vea con
todo el bikini puesto…puede pensar que hemos estado haciendo cosas
raras…jajajajaajajajaja

Estallo en una carcajada Yolanda, caminando hacia la piscina,


mientras el semen de Ramón caía desde su raja sobre sus muslos,
girándose un momento a guiñarle un ojo al médico calvo y cuarentón,
que la volvía a mirar con su adoración habitual, para a continuación
lanzarse a la piscina agitando en el aire todas sus perfectas e
imposibles curvas justo antes de entrar en el agua.

En cuanto volvió Lidia de estar con su novio, Yolanda no se separó de


su lado, juntas recibieron la comida encargada, ambas vestidas con
ropa muy veraniega.

Yolanda llevaba un vestido de cuerpo entero, de gasa de algodón


magenta oscuro, con la falda ancha , que le llegaba hasta los
preciosos tobillos, calzaba unas sandalias planas de cuero marrón con
brillantitos dorados en las tiras de cuero a las que se sujetaban sus
preciosos y cuidados pies, unas sandalias de esas que se sostienen
por el pulgar de los dedos del pie, justo por debajo del pecho la tela
magenta de algodón se apaisaba, formando canalitos y se ajustaba
mucho a las tetazas de Yolanda, dibujando su perfecta e
hiperabundante curvatura,  sosteniéndose el vestido por dos tirantes
muy finos.
Yolanda lo llevaba sin sujetador, contenidos en el vestido, erguidos
naturalemente en su inmensa turgencia, desafiando la gravedad,
rompiendo las reglas de la geometría con su perfecta curvatura y
redondez, que se desbordaba hacia abajo para remontar en el aire de
nuevo, había cubierto sus pezones extragrandes con las gasas que
adheria a su carne suave de porcelana con tiras sanitarias, sino la
forma en que se marcaban en ese vestido serían un escándalo y
aunque el pobre cornudo idiota de Vicente, consideraba a Ramón
alguien inicuo y sin peligro, creía reforzar su autoridad sobre Yolanda
obligándola a disimularlos en cualquier caso.

Estaba más radiante, que cualquier otro día de los últimos cuatro
años, con una sonrisa esplendorosa de una belleza sobrenatural, una
sonrisa de satisfacción infinita, la sonrisa de una hembra bien follada,
que con junto el brillo destellante de sus ojos de reina mora
predicaba a todo el mundo su profunda satisfacción sexual.

Por fin, después de tanto tiempo, habían corrido un gran riesgo y esa
idea no dejaba de torturar a Yolanda, que al principio temía que la
paciencia de Ramón tuviese un límite y una vez llegado ese límite, le
arrojase a la cara al pobre imbécil de Vicente, como le había puesto
los cuernos con su exclusiva mujer de bandera, “la tía más buena del
universo”, una de las maneras con las que prepotentemente Vicente
se refería a Yolanda, para fardar de ella ante terceros.

Porque en cuanto los dos primos cornudos acabaron la


videoconferencia y se volvieron a encontrar con Ramón, volvieron al
martilleo de humillaciones y bromitas de mal gusto, con el Monchito
por aquí, Monchito por allá.

Aquello había acojonado sobre manera a Yolanda, satisfecha y a la


vez arrepentida por los dos maravillosos polvos, que se había metido
con Ramón en la piscina, lo había apostado todo a la discreción y
complicidad de Ramón, todo lo que se decía absolutamente todo,
como podía haber sido tan estúpida.

Pero aquellos miedos se disiparon cuando en vez de callar y otorgar o


bajar la cabeza, de una forma inédita y con gran seguridad en sí
mismo, Ramón entro a responder, siguiéndoles el juego a su mujer y
a su primo, al que había hecho un gran cabrón, siguiéndoles las
bromas sobre sí mismo, sumando más motivos de burla sobre él, sin
dejar de carcajearse y darle golpecitos en la espalda a ambos,
dejándolos completamente desarmados ante aquel giro sarcástico e
inteligente del médico cincuentón.

El resto del día y durante la comida Ramón siguió así, muy seguro de
sí mismo, dejándoles a los primos cornudos con la palabra en la boca
y las ganas de recochineo en el cajón, cambiando las miradas de
adoración hacia Yolanda, por otras de complicidad y muchas de deseo
desatado con precaución y disimulo. 

Miradas a las que, con mucho disimulo y sin dejar de ser la perfecta
pareja de conversación de Lidia, Yolanda contestaba, aquel contexto,
y aquella reacción del médico calvo, no solo habían tranquilizado
sobre manera a Yolanda, sino que habían elevado su libido, le estaba
poniendo cachondisima, ella tenía que mantener el control, lo que
habían hecho a pesar de la oportunidad de la videoconferencia era de
un peligro extremo, solo con que uno hubiera pasado cerca de la
puerta de la piscina en algún momento que hubiese ido al lavabo,
habría oído los gritos de placer de ambos, y lo peor era que ese
morbo de ser descubiertos, había impulsado aún más a Yolanda a
cometer esa auténtica locura.

De manera que Yolanda se había propuesto controlar el resto del día


aquel deseo tan largamente insatisfecho, que momentáneamente
había cubierto el cincuentón de Ramón, a pesar de que el cambio de
actitud en general de Ramón la estaba poniendo otra vez a cien.

-        Plash.

Sonó seco y firme el palmetazo que le dio Ramón el perfecto culazo


de Yolanda, este salía del pasillo después de haber ido al baño y se
encontró a Yolanda, que salía de un cuarto que usaban de alacena
con bebidas etc… llevando unas cuantas, a la mesa, no había nadie
alrededor.

-        ¿Qué haces Ramón? ¿Estas completamente loco?

Le recrimino Yolanda poniendo cara de pánico y relajándola después


por la satisfacción de la palmada.

-        Mira como me tienes…buuuufffff……y me marcho en dos días a


Latinoamérica…buuuufff…si estuviera aquí, te follaría bien follada
todos los días, no como el mierda de Vicente.

Le susurraba Ramón a Yolanda al oído, al tiempo que le rodeaba la


cintura y le refregaba su palpitante erección por la pierna.

-        Para, para, que nos pueden descubrir, Ramón, paraaaaa…..

Repetía Yolanda fingiendo con la voz incomodidad, aunque su rostro y


su sonrisa delataban satisfacción. Ella quería controlarse, pero no
podía, quería con todas sus ganas volver a follarse al médico
cincuentón, que estaba ardiendo por ella.
-        No puedoooo pararrr…ahora que se lo perra cachonda que
ereees…y lo que te puedo hacer disfrutar…me tiene locoooo……

Susurraba con la voz llena de lascivia Ramón, mientras Yolanda sin


dejar de sonreír lujuriosamente aceleraba el paso, con su raja
ardiendo, apartándose del alcance de Ramón.

Durante las comida en la  terraza, junto a la piscina, el lugar de los


hechos, las miradas disimuladas, los cortes a Vicente y Victoria, que
estaban desconcertados de ver como Ramón se unía a sus chanzas
para reírse de sí mismo, las complicidades con su hija, Lidia, que lo
miraba y trataba con adoración, aquello estaba poniendo a Yolanda
cachonda perdida, obligándola a mantener la mirada fija en el plato
algunos minutos, para intentar reconducir su deseo por saltar sobre
el médico cincuentón y volver a follarselo como durante la mañana,
pero muchos esfuerzos.

En lugar de ello, intentaba mostrarse lo más sexy, sensual y


femenina posible, con su sonrisa imposible de belleza divina y con
esa indiferencia, que también sabía disimular, porque era su instinto
sexual, la que le llevaba a mostrarse super atractiva y explosiva
hasta bebiendo agua.

Los dos primos cornudos, que habían rebajado el tono de los


comentarios hacia Ramón, viéndose burlados, seguían enfrascados en
los patéticos recuerdos de su familia de “hijos de papa”, con mucha
complicidad exclusiva a la que intentaban unir a Lidia, que se
mostraba predispuesta y les seguía en la conversación, totalmente
ajenos al juego de miradas indiscretas y de compenetradas sonrisas
entre la diosa de playboy y el cincuentón calvo.

-        ¿Os apetece tomar algo de fruta de postre?

Pregunto Yolanda mostrando su brillante sonrisa.

-        ¿La verdad a mí me encantaría?

Respondió risueña Lidia.

-        Muy bien, pues voy a la cocina a preparar la fruta, la


homenajeada eres tú.

Contesto Yolanda, mientras los primos cornudos asistían con la


cabeza todavía enfrascados en sus temas.

-        ¿Podrás tu sola?

Pregunto cortésmente la muchacha.


-        Tú no te mueves de aquí, que tenemos aún que explicarte
muchos de los dichos sobre comida del abuelo……jajaja… ¿verdad
Vicente?

Replico su madre.

-        Si Victoria, tu quédate aquí con nosotros Lidia, eso es tarea de


la anfitriona y mujer de la casa.

Dijo con aire tiránico y despectivo Vicente, prepotentemente con una


mueca de suficiencia machista.

-        Si quieres, yo puedo ayudarte a pelar y preparar la fruta


Yolanda.

Exclamo Ramón, con voz neutra, pero con un brillo especial en la


mirada.

-        Jajajaja…así me gusta Monchito, que te ofrezcas voluntario


para los trabajos de criada…jajaja…menuda criada más vieja y calva
tienes prima…jajaja…Monchito eres calzonazos hasta para esto…jajaja

Aprovecho Vicente para burlarse ácidamente de Ramón.

-        Jajajaja… tienes razón Vicente, me encanta hacer tareas del


hogar, lo que tu consideras cosas de mujeres…jajaja…si tienes por ahí
un traje de criada, también me lo pondría …jajaja…

Contesto airado y risueño Ramón, dejando nuevamente a Vicente


petrificado, con cara de bobo, cortado y sin saber cómo seguir
humillándolo.

-        Venga tira para la cocina, degenerado, haz algo útil por una
vez y ayuda a Yolanda.

Replico Victoria con la voz algo mosca, por la forma en que Ramón
llevaba replicándoles toda la comida, con desparpajo y seguridad, en
lugar de la habitual sonrisa lacónica y el agachado de orejas.

Yolanda enfilo por el camino, seguida del médico cincuentón calvo,


conteniendo lo que le ponía la forma tan inteligente de burlarse de
aquel par de primos cornudos engreídos.

Desde la cocina podían verse los movimientos de la terraza, mirando


desde una esquina de la barra media de la cocina, pero con dificultad
podía verse lo que sucedía en la cocina desde la terraza, debido a una
columna que obligaba a levantarse y doblar la cabeza.
Afuera seguían con el alboroto de las anécdotas de la familia
derechona y los niños de papa,  Yolanda había sacado la fruta sobre
la barra de la cocina, unas bandejas y se predisponía a pelarla,
trocearla y ponerla en las mismas, cuando Ramón dando la vuelta a
la barra se puso tras Yolanda, que sin dejar de sonreír con su divina
sonrisa erguía su perfecto y definido tronco, intentando mostrarse
inalterable e indiferente.

Ramón coloco sus manos con sus dedos ardientes como garras en las
caderas de la diosa mediterránea de curvas voluptuosas.

-        Huuuuuummmm…que rica estas…como me tienes de


cachondo…estoy pensando realmente en dejar ir sola a Lidia a
Latinoamérica…y quedarme aquí para follarte a menudo….eres la
diosa preciosa más promiscua que jamás he conocidoooo…
huuuummm

Susurraba Ramón a Yolanda, bajando sus ardientes dedos, con la


mano en forma de garra a sus perfectos, turgentes, fibrosos y
respingones glúteos, apretándolos con fuerza, y provocando que un
calambre de placer y deseo recorriese toda la espalda de Yolanda,
que cerraba los ojos y se mordía el labio inferior, intentando
contenerse.

Vaya con la mosquita muerta del calvo médico cincuentón, dos


encuentros sexuales, le habían sacado de su ensimismamiento y del
distanciamiento con adoración y deseo hacia Yolanda, le habían
envalentonado ferozmente para saciarse sexualmente con aquella
diosa con cuerpo de pornostar, lo cual encantaba y volvía loca de
deseo a Yolanda.

-         Ramón estate quietooh, esto es muy peligrosoo, muy


peligrosooo, están ahí mismo… y no se te ocurra dejar a la niña ir
sola a Latinoamérica…ni en sueños pienses que volveríamos a follar si
haces eso… 

Recrimino Yolanda a Ramón con voz temblorosa, moviéndose sin


convicción, como si quisiera sacárselo de encima, cuando en realidad
ella tenía más ganas de follarse al cincuentón, que el médico calvo a
ella, con el “Pepito Grillo” vigilante de su conciencia, gritándole a la
zorra desatada que había vuelto a ser, que acabase con ello, que ni
se le ocurriese dar rienda suelta a su deseo.

-        Están ahí mismooo…que morboooo…y no te preocupes, no


dejare a mi hija sola en Latinoamérica…pero sé que tú te mueres de
ganas de follar y con ellos ahí mismo, más ganas te dan…que
maravillosa perra cachonda eres…maravillosaaaa…huuuummmm
Replicaba Ramón muy seguro de sí mismo, echado para adelante,
apretando por debajo y a través del vestido las mamazas inmensas,
suaves y turgentes de Yoli. Que luchaba salvajemente con el impulso
de darse la vuelta y follarse allí mismo al médico cincuentón, que
había sabido cómo ponerla como un volcán, tenía que hacer algo para
apaciguarlo, no podía volver a correr el riesgo salvaje de follarselo
con los dos cornudos y la chica por ahí, pero tenía que apaciguar a
aquel macho y a la zorra cachonda que era y que estaba
descontrolada, todo se podía ir la mierda en cualquier momento,
tanto esfuerzo y sacrificio para gozar para siempre de la fortuna del
zafio inútil de Vicente se podía ir al garete si la pillaban, pero a la vez
si no calmaba al ex mosquita muerta de Ramón, tal y como se habían
desarrollado los acontecimientos después del polvo de aquella
mañana, este también podría mandarlo todo a la mierda y guiado por
el deseo y los años de humillación de su mujer y el subnormal
cornudo de Vicente, descubrir todo el pastel y arruinarlo todo.

Una idea rápida y lasciva acudió a la mente de Yoli, llevo su delicada


mano derecha hacia atrás y empezó a acariciarle el miembro erecto.

-        ¿Te gustaría que te la chupaseee…huuuumm… como regalo de


despedida y te relajas un poquito, cariñoooo?

Susurro Yolanda con su voz más dulce, zorra y cachonda, con la


mayoría de la fruta ya dispuesta y preparada sobre las bandejas,
lanzando una mirada hacia la terraza y viéndoles muy enfrascados en
su conversación, a la vez que sentía como el médico cincuentón
apretaba con más fuerza sus perfectas y curvas tetazas.

-        Siiiii…que morbazoooo y que gustoooo……que me la mames con


el cornudo imbécil de tu marido ahí mismo…vamooooss
chupamelaaaa…zorraaaa miaa...

Musitaba ente dientes Ramón, dándole la vuelta violentamente a


Yolanda y empujándola por los hombros a arrodillarse, sin llegar a
saber hasta qué punto aquellas palabras despectivas y aquella actitud
de macho dominante excitaban brutalmente a Yolanda.

Yolanda sin dejar de sonreír, con su sonrisa de diosa del amor,


mirando fijamente a Ramón, al tiempo que agudizaba al máximo el
oído, para oír cualquier paso o voz cercana proveniente de la terraza,
empezó a bajar la bragueta de su pantalón corto, para deslizar a
través de ella su derecha mano femenina, suave, fina de uñas
perfectas y rojas, para liberar la verga ardiente y vigorosa del calvo
cincuentón, mientras su raja ardía. 
Yoli saco la punta de su lengua y moviendo su preciosa cabeza
lentamente, arriba y abajo, empezó a darle corto e intensos
lengüetazos al prepucio enrojecido y ardiente del cincuentón calvo.

-        Ooooohhh…..siiiiii…..so puttaaaa llevameee al paraisooooo y


hagamos cornudoooo al subnormal de tu maridooooo….oooohhhh…

Gemía en voz muy baja el cincuentón calvo, en tono despectivo y


lujurioso, aumentando y provocando la libido de Yolanda, que estaba
tan cegada, que el morbo y el deseo habían ahogado a la enloquecida
voz de peligro que gritaba en su cerebro.

Yolanda empezó a engullir la cabeza de la verga de Ramón, sacándola


y metiéndola de su boca, ajustando sus labios perfectos, turgentes y
carnosos, para darle un húmedo y caliente masaje labial, al tiempo
que con su femenina y delicada mano derecha pajeaba el tronco de
su polla, alzando la mirada de sus preciosos ojos de sultana para
deleitar al cincuentón, que se apoyaba en el banco de la cocina con
ambas manos muy tenso, con el rostro pleno de placer, que bajaba
de vez en cuando para contemplar la sumisión y el deseo hambriento
de Yolanda comiéndole la verga.

-        Ooooohhh…oooohhhh…siiiiii…soooo putaaa…mi zooorrraaaa…


siiiii

Gimió en voz baja Ramón, la primera vez que, sin dejar de masajear
sus testículos, Yolanda se tragó completamente su polla hasta el
pubis hundiendo su preciosa y redondita nariz en su abdomen, para
sacársela completamente de la boca y separarse levemente,
mostrando un grueso hilillo de saliva entre la polla tiesa y palpitante
del cincuentón y su boca, mirándolo fijamente con ojos de perra en
celo.

Yolanda sin dejar de pajearle el tronco, coloco su boca sobre el


prepucio de Ramón y de forma lenta y lujuriosa empezó a dejar caer
saliva de su boca en grandes cantidades resbalando por sus carnosos
labios, en lo que era una experta, al tiempo que cogía la verga del
calvo cincuentón con sus dos delicadas y femeninas manos y empezar
a pajearla a dos manos, violentamente, arriba y abajo, abajo y
arriba, extendiendo la inmensa cantidad de saliva que no dejaba de
fluir de su preciosa boca sobre toda la superficie de la polla de
Ramón, abajo y arriba, arriba y abajo.

-        Aaaahhhh….oooohhhh……que putaaaa….que gran putaaa


ereeesss….Vicente pedazoooo de cabroooonnn…..que putaaaa es tu
mujeeerr…
Decía Ramón retorciéndose de placer y cerrando los ojos. Al instante
que, enloquecida y cegada de razón por las palabras del médico
cincuentón, Yolanda apoyaba sus femeninas manos en sus cuádriceps
y se tragaba violentamente su polla, ajustando sus turgentes labios a
su diámetro y agitando su lengua magistralmente sobre el glande del
cincuentón cada vez que su polla entraba en su boca, bombeando
sobre ella, moviendo su cabeza, adelante y atrás, atrás y adelante,
disfrutando de aquel ardiente y palpitante rabo humano que llenaba
su boca.

-        Clip-zis, clip-zis.

Se oyó la puerta de la terraza abrirse y cerrarse en un segundo,


haciendo que Ramón abriera los ojos, lleno de sorpresa y temor.

-        ¿Papa os falta mucho? Es que ahí afuera con esos dos es
insoportable

Era la voz de Lidia que se acercaba levemente de frente hacia el


banco de la cocina, haciendo que Ramón se tensase por la situación y
la repercusión ante su hija.

Aquello embriago completamente las últimas señales de peligro de la


mente de Yolanda, poseída por el morbo y el deseo de la situación,
aumento el ritmo de bombeo sobre la polla de Ramón, adelante y
atrás, atrás y adelante tragándose aquella verga hasta el fondo
violentamente.

-        No, no, no…en seguida salimos…

Contestaba dubitativo y sudando pálido Ramón, intentando contener


un aullido de placer, combinando en su mente una enorme
satisfacción y una terrible vergüenza de encontrarse así ante su hija.

-        ¿Y dónde está Yolanda?

Sonó la voz sorpresiva de la chica. A cada palabra de Lidia el morbo y


el deseo aumentaba brutalmente en Yolanda, la cual bombeaba con
más intensidad aferrándose al calvo cincuentón evitando que se
apartase de ella, adelante y atrás, atrás y adelante, tragándose
brutalmente la polla de Ramón.

-        Eh, eh, está en el baño…Yolanda está en el baño.

Tartamudeaba Ramón, conteniéndose como podía rojo de vergüenza


y derretido por el placer.

-        ¿Estás bien papa?


Pregunto Lidia algo extrañada.

-        Si, si, si…hija es solo un pequeño retortijón, pero nada grave,
a…ahora me tomo una tónica y salimos, ves, ves para afueraaa…que
yaa, ya vamos.

Decía el médico cincuentón y calvo, esbozando su sonrisa más


tranquilizadora, mientras las palabras temblaban en su boca, boca
deseosa de aullar de placer.

La chica puso un gesto de incredulidad y subiendo los hombros se dio


la media vuelta, volviendo a salir a la terraza donde los dos primos
zafios y derechones seguían de escandalera.

-        Clip-zis, clip-zis.

Se oyó tras ella la puerta de la terraza.

-        Oooohhhh….aaaaahhhh…..que pedazoooo de putaaaa


ereeeess….como te poneeee el morbazooooo de que te atrapeeeennn,
eeehhhhh…pero yo no quieroooo esoooo…y menos con mi
hijaaaa….ooooohhhhh…..que pedazoooo de zorrraa tiene
Vicentiiiinnn….oooohhh…..voy a castigarteee…voy a follarte la boca
brutalmeeenteeee…peeerrraaaa….

Cuanto más insultaba Ramón a Yolanda, mayor era su salvaje


excitación, el cincuentón dirigió sus manos nervudas a ambos lados
de su preciosa cabecita y ajustándolas firmemente, empezó a
bombear en su boca brutalmente, balanceando su cuerpo adelante y
atrás, atrás y adelante hasta que la naricita de Yolanda chocaba con
el pubis del médico calvo y sus bolas rebotaban en su barbilla.

-        Sluuurrppp, sluuuuurpp, sluuurrppp, aaarggg, aaarrg,


sluuurrrppp, sluuurrrp.

Se entremezclaban el sonido de la mamada y las arcadas de Yolanda,


que, de rodillas sostenida sobre sus sandalias, había dirigido sus finos
y delicados dedos al volcán de su raja y apartando el tanga se
masturbaba brutalmente.

El ritmo del balanceo de Ramón era infernal adelante y atrás, atrás y


adelante, adelante y atrás.

-         Aaaarggg, aaaarrgg, sluuurrppp, sluuuuurpp, sluuurrppp,


aaarggg, aaarrg, sluuurrrppp, sluuurrrp.

Seguía emitiendo Yoli, mientras sentía palpitar ferozmente la polla del


calvo cincuentón en su boca.
-        Vicenteeee hijo de la gran putaaaaa….mira como me follloooo a
la zorra explosivaaaa de tu mujeeeerrrr….esta putaaaa es
miaaaa….pedazoooo de cornudoooooo…aaaaaahh

Se tensó Ramón con las últimas palabras, descargando su ardiente y


cremosa leche en la boca de Yolanda, que ajustaba aún más sus
preciosos y turgentes labios a la verga palpitante del cincuentón
calvo, para no perder ni una sola de las ráfagas de su semen, al
tiempo que se convulsionaba arrastrada por el propio orgasmo,
provocando un charco en el suelo de la cocina con sus fluidos.

-        Ooooooohhhh…….

Se relajó Ramón sacando lentamente su polla de la boca de Yolanda,


perdida ya su erección.  Mientras ella desde abajo lo miraba con su
precioso rostro de infinita belleza, abriendo la boca y mostrando en
su lengua restos abundantes de la corrida del hombre, jugueteando
con ellos, justo antes de tragárselo y relamerse como un gato,
pasando con mucha clase y femenidad la punta de su lengua por sus
labios superiores, a la vez que recogía con sus finos y delicados dedos
algunos restos de leche y saliva junto a los labios, llevandoselos a la
boca, sin dejar de mirarlo como una perra en celo.

-        Oooooooohhhh….eres una diosa del pornoooo…una zorraaa


increibleee…un sueñooo de hembra.

Exclamaba lleno de satisfacción Ramón, retirándose del banco de la


cocina y metiendo su miembro dentro de sus pantalones cerrando la
bragueta, mientras risueña Yolanda, salía de debajo del banco de la
cocina, para incorporarse junto a un satisfecho y relajado Ramón,
regalándole la mejor de sus sonrisas divinas y cogiendo una de las
bandejas de fruta, para enfilar en dirección a la terraza, mientras
Ramón cogía la otra y la seguía como un perrito faldero y feliz.

-        Madre mía, sí que os ha costado pelar la fruta…aunque estando


allí Monchito, seguramente se ha hecho un lio el pobre desgraciado.

Les dio la bienvenida Vicente con su ademán burlón y despectivo.

-        Si verdad, parece que hubiéramos pelado algo más que la


fruta.

Contesto irónico y mordaz Ramón, dejando planchado al cornudo de


Vicente.

-        Ayyyyy, el impaciente de mi maridito que corte se ha llevado…


muuuuaaaacc
Rodeo Yolanda con su brazo a Vicente, para sorprendiéndole, girarle
el rostro y darle un morreo con su boca, donde recientemente había
estado la polla y la corrida de Ramón, dándole una satisfacción extra.

Para después de besarlo, levantar la cabeza mirar al calvo cincuentón


con su sonrisa más picara y guiñarle un ojo.

El resto de la reunión familiar transcurrió de forma armónica con


Vicente desorientado y sin ganas de hacer más bromas.

El reflejo del gran espejo de pared del baño del dormitorio de Yolanda
devolvía su reflejo con un semblante, que parecía calmado y relajado.
Nada más lejos de la realidad.

Yolanda tenía esa capacidad sobrenatural de transmitir neutralidad e


incluso felicidad con su rostro de sonrisa enigmática, mientras por
dentro estaba a punto de explotar como un volcán.

Y así estaba ahora mismo, con la criaja de nuevo en la casa


enseñoreándose de la misma y con la sensación, de que todos los
avances hechos hasta entonces para desprestigiarla y sacarla de la
preferencia de su cornudo y zafio marido Vicente, habían sido en
vano.

Esto pensaba hecha una furia Yolanda, con su preciosa melena


recogida encima de la cabeza con una pinza, mientras frente al
espejo se extendía una crema reafirmante sobre sus erguidas,
enormes, esféricas y preciosas tetazas en forma de gota de lluvia,
que se desbordaba por los lados y se juntaban en su enorme
redondez en el centro, haciendo círculos sobre ellas con sus delicadas
y femeninas manos, no necesitaba para nada la crema, sus pechos
estaban en el máximo de la turgencia, pero siempre le había gustado
cuidarse de más.

Sus ojos parecían calmados, pero en realidad ocultaban la furia de la


frustración. La criaja había vuelto a llegar un par de veces más
completamente borracha los últimos quince días, con vomitonas,
griterío etc…, ya habían llamado a Vicente y a su ex del colegio para
ricos lerdos, para decirle, que lamentablemente repetiría el curso,
superar tamaña vergüenza y que la pasasen de curso con todo
suspendido, le había costado un pico a Vicente.
Las broncas habían sido monumentales, al principio la criaja se había
puesto violenta enfrentándose a sus padres, incluso con golpes,
Vicente había rehuido el choque violento, lo que le había ganado el
apoyo de su ex, por lo que, hecho un basilisco y con su apoyo, habían
decidido internarla en un colegio privado en Suiza y así se lo habían
dicho a Belén. Ahí la criaja había cambiado la estrategia, gigantescas
ploreras, escenas dramáticas, hasta que había convencido a la
madre, llevándola a la indecisión respecto a lo de Suiza, algo a lo que
seguía determinado Vicente, entonces Belén había dejado de hablar a
su padre, solo le hablaba para jurarle que, si la mandaba a Suiza,
nunca más volvería a dirigirle la palabra, que la perdería para
siempre, ya que la madre no cedía del todo y no podía usar el
chantaje de la patria potestad única.

La mañana del pasado sábado, la situación exploto


desesperadamente, Vicente recibió una llamada de su ex
completamente histérica, estaba en un ambulancia camino del
hospital, con Belén inconsciente, Vicente y Yolanda salieron pitando al
hospital, al llegar Vicente, de la impresión de ver a su hija
inconsciente, se desmorono con un amago de infarto, casi todo el
plan general de Yolanda se va al garete, quedándose viuda
demasiado pronto y según las capitulaciones matrimoniales con una
mano adelante y otra atrás, por muy viuda que fuera.

La criaja se recuperó sin problemas con un lavado de estómago,


según habían dicho los médicos si bien había mezclado pastillas
(ninguna un narcótico), en realidad nunca había estado inconsciente,
sino dormida borracha. Como después alardearía al teléfono con una
amiga (conversación que llena de ira escucharía Yolanda), había
hecho una mezcla de medicamentos inicuos, que con alcohol darían la
apariencia de un intento de suicidio, todo extraído de un foro de
internet.

La maldita criaja había jugado muy fuerte y ahora Vicente se


medicaba diariamente para el corazón y su ex se negaba
rotundamente a mandar a su “pobre niña” al internado de Suiza, así
que Vicente había tenido que bajarse del burro, en estado de shock y
preocupado al máximo por su reputación, que dirían los de su clase
derechona y de iglesia, si su hija se suicidase, en que situación
quedaría la imagen, que él tenía de sí mismo.

Así que, de esta manera, Vicente había renunciado al internado


Suizo, y desorientado como un perro sin amo, jadeaba lleno de
preocupación, y le ponía la cabeza como un bombo a Yolanda, con los
problemas que le estaba provocando su antaño adorada princesita, a
la cual de nuevo le permitía todo, pero lleno del temor, de que
aquella alocada criaja, hiciera algo que manchase su reputación, así
consentía, con su constante fumar, su desaparecer y aparecer a la
hora que quisiera, sus síntomas de embriaguez, su aspecto de choni
y su maquillaje de loro. Su falta de respeto, de modales y su actitud
despótica hacia él, y por supuesto su dejación absoluta de los
estudios.

Los insultos, desprecios y ordenes hacia Yolanda habían alcanzado


grados máximos, ordenándole no aparecer por la piscina, no solo el
sábado, sino todo el tiempo que ella estuviera en la casa y quisiera
disponer de ella, Yolanda era tratada como una criada en su propia
casa, y si expresarlo se subía por las paredes.

Con mucho tacto, remarcaba a Vicente todos los peligros para su


reputación que representaba la vida alocada de su hija, embarazos no
deseados, reputación de fulana borracha, fracaso escolar, del tabaco
saltar a las drogas, pero él lleno de frustración e impotencia repetía
como un mantra “mientras solo sea esto de ahora, hay que
aguantar”. Por supuesto, que podía esperar Yolanda de un mierda
inútil como él, el zafio, calvo, gordo y viejo de Vicente.

Había llegado el momento de forzar las cosas al máximo, el corazón


de Vicente estaba suficientemente reforzado con la medicación y ella
necesitaba provocar en ambos padres una impresión tal, que no
cupiese otra opción que mandar a la criaja a Suiza y sobre todo una
mancha en la reputación de Vicente, que le hiciese cerrar su corazón
a su propia hija, él era así, primero, él, después él, y más tarde él.
Entre su vanidad y su egoísmo y el amor por una persona, incluida su
propia hija, siempre ganaba su vanidad y su egoísmo.

Era hora de que el criajo fofisano, guiase a Belén a la perdición


definitiva, con policía, jueces, periodistas.

“Joder, eso que me pides es muy peligroso, me puedo meter en un lio


enorme, si ella canta, yo acabo en la trena, es muy peligroso, muy
peligroso, ella es menor y si canta, todo puede caer sobre mí, y a ella
su papa la rescatara, a mí el mío me mata, y en la prisión…buuuuffff…
no puede ser, no puede ser…esta vez no”

Escribía por el canal de Telegram Sergio, transmitiendo terror a


cumplir la propuesta de Yolanda.

“Es muy fácil, Sergio, y no tiene tanto riesgo. Ella come de la palma
de tu mano. Te repito, solo tienes que convencerla de que le coja las
llaves del coche a su madre, cogéis el coche cuando la vieja este
durmiendo, tú lo conduces, vais por ahí, la emborrachas y os fumáis
unos canutos a tope de hachís, te pasas toda la noche, besándole,
metiéndole mano y declarándole tu amor para siempre y cuando esté
completamente ciega, pones el freno de mano levemente en el coche
se lo encaras hacia una zona del parking de la discoteca, que no haya
nadie y le pides que conduzca para ti, serán doscientos metros,
estrellara el coche contra otros, empezaran a sonar las alarmas, te he
dado un teléfono prepago y los números de varios periodistas de ecos
de sociedad de la ciudad, para que les escribas un whatsapp
contándoles quien es. Y lo que acaba de pasar, después apagas el
teléfono lo tiras a una alcantarilla y te largas como alma que lleva el
diablo, es muy fácil”

Le escribía Yolanda por tercera vez en pocos días, el criajo fofisano


estaba cagado y se resistía a llevar a cabo el plan.

“Para ti es muy fácil, pero hay demasiadas cosas que pueden salir
mal y si es así, yo acabare delante de un juez y en la trena, tengo
pavor que ella se chive”

Insistía atemorizado Sergio.

“Ella no te va a traicionar, porque para empezar, no se va a acordar


más que de lo mucho, que le has declarado tu amor y va tener
encima un marrón, que no le va a dejar pensar en nada más que en
ti, como único consuelo, después cuando contacte contigo, le cuentas
(como me has dicho a mi) que ya no os queda tiempo, que tus
padres te han metido en un tren camino de la escuela militar, le
prometes que la esperaras, que estas ansioso por volver  a verla y en
un par de meses, cuando ya no haya marcha atrás respecto a lo que
ha sucedido, la bloqueas y dejas de hablarla. CONFIA EN MI,
CUANDO ME HE EQUIVOCADO EN LAS REACCIONES DE BÉLEN,
¿CUANDO?”

Respondía Yolanda impaciente y desesperada.

“No sé, no sé, estoy acojonado ante la perspectiva de hacer esto


solo, a lo mejor necesito algo de ayuda”

Contestaba el criajo fofisano.

Yolanda respiro hondo, si no llegaba hasta el final, no se libraría de la


criaja malcriada y lo que era peor, le tocaría vivir con ella en aquel
estado tirano e insoportable.

“Léeme atentamente, como te las ingenies, no es mi problema. Si


cumples con todo lo que te he dicho, me tendrás desde las 16:00 de
la tarde hasta las 19:00 de alguno de los días siguientes en una
habitación de hotel, me tendrás completamente para cumplir todas
tus fantasías, tú serás el amo y señor, lo haremos como tú quieras,
cuantas veces tú quieras durante ese tiempo. Pero ha de suceder
como muy tarde este fin de semana, la semana que viene tú ya no
estas, es tu última oportunidad de hacerle a la diosa más
espectacular que nunca tendrás, todo lo que quieras durante tres
horas, tú decides”

Yolanda dejo de escribir, el chico no respondía, estuvo así durante un


rato y el mensaje cumpliendo con el algoritmo ya se había borrado,
aún paso un rato más antes de que contestase.

“Dios, Dios, Dios…tres horas y harás todo lo que te pida”.

Contesto el chico con ansiedad.

“Absolutamente todo lo que tú quieras tesoro, tuya completamente


por tres horas. ¿Crees que merece la pena el riesgo?”

Yolanda obviaba el temor que le carcomía desde hacía días, el riesgo


de que el criajo la cagara y la delatara, aunque sería su palabra
contra la de ella, ya que el criajo de pruebas, cero.

“Si, si, si, sí que lo merece…lo voy a hacer, lo voy a hacer si, si, si, si
puedo solo, sino buscare ayuda de confianza…pero lo voy a hacer, si,
si, si, este sábado…lo voy a hacer, lo voy a hacer”

Contesto enérgico Sergio.

“Muy bien cariño, me muero de ganas de entregarme toda a ti


nene….completamente…huuuuummmm….no me defraudeeees”

Inflamo Yolanda la flor salvaje de la lujuria, que había vuelto a


cautivar al criajo. 

El resto de la semana paso con nerviosismo contenido, una oleada de


miedos sacudían a Yolanda, que lograba mantener el gesto ante un
Vicente ausente y más tranquilo, al no tener a su hija por allí, pero en
la oficina y el trabajo Yolanda se mostraba esquiva y más reservada
de los habitual.

Su mente siempre estaba ocupada con los por menores de la


situación, era una apuesta de tal riesgo que, si salía mal, todo por lo
que había sacrificado, el disfrutar de la vida y del sexo, estar con un
hombre que la satisficiera, etc…todo por dinero y si la cosa salía mal,
se podía perder todo y con suerte volver a la casilla de salida…aunque
algunas nubes negras ocupaban su mente alguna vez, viéndose
delante de un juez y en todos los periódicos, si la cosa se torcía con
gente herida o tal.

La verdad es que no podía ni dormir, toda la semana fue de una


ansiedad como no recordaba, pero ahora ya no había vuelta atrás,
era un todo o nada. Así que de vez en cuando mandaba por el
Telegram al niñato fofisano mensajes del tipo: “ Huuummm…
neneeee…que ganas de satisfacerte todooooo” o “ Huuuummmm que
ganas de sentir como me haces darte placeeerrr…..no lo olvides”.
Ante lo que el criajo respondía con ansiosos “si, si, si, lo voy a hacer,
lo voy a hacer”, a lo que Yolanda siempre le quedaba el resquemor.

Llego el sábado por la tarde, a Yoli la cabeza le daba vueltas, aquel


era el día, el chico le había dicho que la tendría informada.

Yolanda paso toda la tarde sin saber dónde meterse, mientras el


imbécil cornudo de su marido pasaba el día en el club de golf, ella se
pasó toda la tarde haciendo ejercicio para quemar adrenalina, más de
tres horas entre fitness y cardio, estaba como un toro, con aquel
cuerpazo lozano, fibroso, flexible y extremadamente voluptuoso.

“Salimos ahora”

Le escribió el chico a las 21:30, apenas había podido dar bocado a


nada, encendió la televisión y se puso a ver una serie en Netflix,
cuando entró Vicente arrastrándose por el cansancio y apestando a
gin-tonic, la saludo, le dijo que había picado algo en el club y que se
iba a la cama, Yolanda lo despidió con una sonrisa comprensiva y
calmada, mientras por dentro hervía de nerviosismo.  Las horas
seguían pasando en el reloj, con una cadencia lentísima.

-        Sabes eres el amor de mi vida, mi compañera, muuuaaccc…


contigo lo comparto todo, todo… muuuaacc…vamos cariño fuma,
fuma conmigo.

Decía Sergio a Belén con fingida pasión.

-        Yo te amooh…maj que a mi vidaaa…lo egeesss todo para


miii...poj ti mataría…dame el porroooo….

Respondía Belén con lengua de borracha, dando una calada profunda


tras otra al porro.

-        Pigeme lo que quiegaaaass mi amoggg….el coche de mi


maje….es tuyoooo…como yoooo…muuuuaaacccc…

Devolvía los besos Belén a Sergio, que los recibía con disimulada cara
de extremo asco.

-        Joder colega, esta pava sí que está colgada por ti, bro, va toda
ciega….jaojaojao….

Se oía la voz de Luis un colgado amigo de Sergio, el que le pasaba el


hachís, con padres divorciados, el padre con cierto nivel de pasta
pasando de su hijo, que nunca lo veía, y la madre por ahí
marchándose con cualquiera que le pagase sus vicios, había hecho
que Luis se criase con su abuela materna en un suburbio urbano,
lejos del circulo de pijos de las urbanizaciones de los más ricos de la
ciudad, pero había mantenido el contacto con algunos de sus
antiguos “””amigos””” del circulo de cierta pasta, ya con veinte años,
llevaba desde los dieciséis buscándose la vida con trapicheos,
vendiendo entre sus antiguos amigos de clase bien, pero un tío más
bien tonto y corto, un pringao a pesar de ser un superviviente, una
herramienta en manos de los grandes camellos y alguien sin
personalidad, ni cerebro, un ingenuo tonto que siempre buscaba
pegarse a alguien, para no ir por ahí solo y marginado con sus
trapicheos.

-        Luis, tu sigue liando porros y el amor me lo dejas a mi…


muuuuaaacc

Volvió a besar apasionadamente, pero con repugnancia máxima a


Belén.

-        Muuuuaaaaccc…mi amooojjj…mi vidaaa…muuuuuaaacccc

Siguieron dentro del coche de la madre de Belén los tres,


encendiendo un porro con el final del anterior, pero sobre todo
haciendo que los fumase Belén y cada tres por dos, le daban un sorbo
largo a cubalitro de ron con naranja.

-        Madre mía tío, tu novia va completamente ciega, madre mía,


madre mía, colega.

Repetía burlona Luis, mientras Sergio le hacía la señal pactada y el


pringao de los trapicheos salía del coche.

-        Cariño puedes conducir por mí el coche de tu madre…hazlo por


mi amor.

Le pedía el criajo fofisano modosa y cariñosamente.

-        Gagajaa…pojjj…tiiii …majooo…majooo

Balbuceaba ininteligiblemente Belén completamente drogada y


borracha, ya hacia algunos días que, con su propio coche, Sergio
había enseñado a la criaja, como encender un coche poner primera y
conducir unos kilómetros, la cría estúpida había creído que era un
gesto más de amor, su amor, su gran novio la enseñaba a conducir,
que romántico todo.
Mientras la criaja se dirigía torpemente a encender el motor, tras la
leve subida del freno de mano por parte de Sergio, lo justo para que
el coche rodase, pero que ofreciese resistencia, Sergio salió del coche
y cerró la puerta, justo en el momento en que de forma duditativa el
coche se ponía en marcha.

A unos ciento cincuenta metros, en aquella parte del parking de la


discoteca, justo enfrente había una hilera de coches aparcados, no
pudieron llegar a contar hasta diez, cuando a unos 20 o 30 km por
hora, Belén estrello el morro del coche de su madre contra ellos.

Tal y como había previsto Yolanda, un enorme jaleo de alarmas de


los coches de los pijos empezaron a montar escándalo, Belén
inconsciente por la borrachera, reposaba la cabeza en el volante,
mientras en la distancia, Sergio mandaba por whatsapp el mismo
mensaje preparado a los ocho periodistas de ecos de sociedad, que le
había indicado Yolanda. Para a continuación con Luis detrás suyo salir
corriendo los dos, a unos diez minutos de la discoteca, apagaron el
móvil de prepago y lo arrojaron a la alcantarilla en una calle desierta.

Eran cerca de las tres de la mañana Yolanda, seguía en el sofá con la


boca reseca hecha un manojo de nervios, cuando la pantalla de su
móvil se ilumino.

“Esta hecho, todo ha salido como tu dijiste, yo hice, todo lo que tú


me dijiste que hiciera”.

Decía el mensaje del criajo fofisano con pendiente en forma de cruz y


tatuaje, una mezcla de euforia y terror se apodero de Yolanda, las
próximas veinticuatro horas serían claves, todo podía ser un éxito
rotundo o venirse todo abajo.

Nunca quedo claro, como hasta cinco periodistas de eco de sociedad


llegaron al parking de la discoteca antes que la policía. Pero allí
estaban y los programas de televisión locales con sus cámaras,
cuando sacaron completamente beoda y drogada a Belén, también
cuando Vicente (al que Yolanda había hecho tomarse dos tilas y doble
medicación para el corazón) totalmente fuera de sí, pero
conteniéndose ante cámaras y micrófonos, llego al hospital con sus
gafas de sol y con su abogado, al día siguiente seria portada de
periódicos y de portales de información locales en internet, el video
de su hija sacada borracha del coche, su ex primero y luego él,
llegando al hospital, etc...

Una vez superadas las doce horas de observación en el hospital,


trasladarían a la niña y a los padres al juzgado, al ser el coche de la
madre y la semana con ella, el 100% de la responsabilidad por daños
y perjuicios recaían en su ex, que estaba como loca fuera de sí y que
había abofeteado a conciencia a la criaja, cuando tras un lavado de
estómago recupero la consciencia.

El tema judicial no iría a mayores, el juez era de la casta, pero la


reputación, el ego y la vanidad de Vicente, habían quedado
manchados para siempre y estaría siendo el hazme reír, durante un
tiempo y señalado por esta historia durante más de una década, el
que no le dirigió la palabra en ningún momento a su hija fue él.
Estaba dispuesto a pagar los daños, si su mujer en aquel mismo
momento firmaba ante su abogado, el traslado de la niña a un
internado suizo, con el contrato del internado suizo, esperaban
obtener del juez el permiso, para trasladarla en menos de cuarenta y
ocho horas, todo ello había sido idea de Yolanda, pues el pánfilo,
estúpido e inútil de Vicente entre sollozos por su reputación y el qué
dirán, no salía del estado de shock cuando le llamo su ex mujer.

Su ex mujer lo firmo todo, con tal de no correr con los gastos de la


juerga de su hija, la cual no decía nada, solo pedía perdón y
comprensión entre sollozos, pero que se entregó a su destino, en el
momento en que su madre la abofeteo, como no lo había hecho
nunca en su vida.

Sergio le conto a Yolanda, que le había mandado algunos mensajes,


de apoyo, mintiéndole y diciéndole que todo sucedió, mientras él
estaba meando en la otra punta del parking, que la amaba, que a él
también le mandaban a un internado esa semana, que fuera fuerte,
que la amaba, que hablaría con ella cuando pudiera, que le esperaría
y otras verduras. La criaja loquita de amor y creyendo que era
protagonista de una imposible historia romántica, le correspondió los
mensajes con declaraciones de fidelidad y amor eterno.

Todo había salido redondo para Yolanda, solo quedaba un punto


suelto para cerrar el círculo y era garantizar el secreto total, sin la
más mínima sospecha, debía cumplir su promesa con el niñato
fofisano de pendiente y tatuaje, darle las tres horas de placer más
grandes que tendría nunca en su vida.

Yolanda rebusco en una pequeña caja de seguridad que tenía en el


habitáculo de su vestidor, oculto a ojos de Vicente.  Allí dentro, de un
sobre extrajo un carnet de identidad falso, donde aparecía ella, rubia
y con otro nombre “Luisa Martín Gómez”, otro regalo de su amiga
friki la informática, la de travesuras que habían hecho con aquel
carnet, dejando cuentas sin pagar en restaurantes de lujo, con
tarjetas falsas aparejadas, etc… si el carnet hablase. Por suerte para
Yolanda aún seguía vigente, casi por los pelos.

Era martes, Vicente estaba encerrado en su casa, sin querer ver a


nadie, ni a nada, no había podido sortear los fotógrafos y las cámaras
a la salida del hospital el domingo en la tarde, ni el lunes por la
mañana en el juzgado, acompañando a su hija y su exmujer, con
Yolanda por detrás a unos diez metros de ellos, vestida muy
discretamente, todos con gafas de sol.

El video de su hija siendo sacada del coche, así como videos y fotos
suyas en el hospital y el juzgado, ocupaban las portadas de todos los
medios de sociedad de la ciudad, así como las redes sociales, memes,
era la mayor humillación de su familia nunca. Vicente tardaría lo suyo
en volver a dejarse ver por el club social o el club de golf, si es que
volvía, no quería volver a ver a la niña, en dos días cogería un avión
y ya pasaría el verano en el internado suizo, para su padre no existía,
ella había arrastrado su reputación, su amado ego y vanidad, nunca
más recuperaría el afecto de su corazón. Le seguiría pagando una
pensión y sus gastos educativos por obligación legal, pero eso sería
todo, esa era la letanía lastimosa, que venía repitiendo Vicente desde
el domingo.

Yolanda totalmente satisfecha del éxito de sus intrigas, lo había


cubierto de mimos, caricias y arrumacos, le había jurado amor
eterno, se había ofrecido a ser el centro de sus afectos, la única
mujer de su vida y le había propuesto, un verano alejado de la
ciudad, alquilando una finca en una cala de las islas baleares y
dándose un homenaje de un mes, solos los dos, esa idea había
animado levemente a Vicente y le había encargado a ella, buscarla y
organizarlo todo, lo cual había hecho en un par de horas.

  Esto solo le había levantado el ánimo levemente, se resistía a mirar


su teléfono o los medios en su ordenador y el martes seguía
encerrado en casa, interesado en nada o poco del mundo.

De esa manera, Yolanda había aprovechado ese desinterés general


por el mundo y esa constante obsesión mental por el autolamento
sobre su reputación perdida, para comentarle que tendría que viajar
aquella tarde, a ver un cliente a una ciudad cercana a unos cien
kilómetros y que volvería algo tarde, a lo que Vicente había
respondido sin mucho interés, como quien oye llover. Yolanda había
indicado en la oficina algunos clientes en la zona de esa ciudad, para
justificar su marcha aquella tarde, había llamado a un hotel de cuatro
estrellas de polígono, cuya cadena conocía de una convención y había
reservado una habitación a nombre del nombre falso de su carnet. En
ese hotel, había convocado al niñato fofisano a las cuatro de la tarde
de aquel martes para darle su recompensa final.

Yolanda se puso un discreto traje pantalón marrón arena,  con una


ancha blusa beis y un conjunto de lencería de wonderbra marrón de
encaje y tanga marrón a juego, a pesar de que el pantalón era ancho,
Yolanda no iba a permitir la ordinariez, de que en algún momento se
marcaran las formas de unas bragas en el traje del pantalón, unas
medias – pantys color carne y medios tacones negros de vestir , la
noche anterior, disimuladamente había llevado un viejo bolso de
mano Louis Vuitton a su coche, al poco rato de irse a dormir Vicente
y había dejado debajo del asiento delantero su peluca rubia, dentro
de una bolsa de nylon negra. 

A las doce y media abandono la oficina, paró en un descampado a


diez minutos en coche de la misma, observo detenidamente sin
sacarse las grandes gafas de sol, que nadie la observaba y saco de
debajo del asiento del copiloto la bolsa negra de nilón, para
acomodarse con mucho estilo la peluca rubia, después de haberse
recogido su sedosa melena morena de forma adecuada, para que no
se notase para nada que llevaba una peluca rubia.

Acto seguido se marchó de aquel solar, para diez minutos después


aparcar a cinco calles de un negocio de alquiler de coches, al que se
dirigió con su traje marrón arena y su bolsa Louis Vuitton. Con su
carnet falso de rubia que se llamaba Luisa, alquilo un coche, nada
que llamase la atención, un utilitario tipo Opel corsa. Y se dirigió a la
ciudad de interior de la provincia, donde había quedado con el criajo.
Llego a la misma veinte minutos antes de las dos del mediodía, comió
una ensalada cesar, en un restaurante de carretera, siempre sin
quitarse las gafas de sol, buscando el lugar más discreto del local y
sobre las tres menos cuarto llegaba al hotel, se registró con el
documento de identidad, el nombre falso con el que había hecho la
reserva y con mucha discreción subió a la habitación.

“Habitación 307 tercera planta, no tardes, que te estoy esperando


nene, para hacer todo lo que deseeeees”

Escribió Yolanda provocadoramente en el chat de Telegram que tenía


con el niñato fofisano.

Después guardo el móvil en un cajón y empezó a prepararse para la


recompensa en la habitación de hotel de cuatro estrellas.    

Yolanda se desnudó lenta, femenina y sensualmente, guardando


cuidadosamente en el armario de la habitación el traje pantalón, la
blusa beis a juego, sus medios tacones, su ropa interior y su peluca
rubia. A continuación, completamente desnuda, cerro todas las
cortinas opacas de la habitación, dejando encendidas solamente las
pequeñas lámparas de la mesita de noche y dos de pie una junto a la
izquierda de un sofá amplio, que había pegado al final de la cama y
otra junto a un sillón también amplio de brazos abiertos.

Desnuda sobre la moqueta de la habitación, como una ninfa perfecta


de cuerpo firme, curvo y piel cetrina, se dirigió al baño agitando con
cadencia y elegancia la voluptuosidad explosiva de sus caderas,
tetazas y culazo respingón, dibujando curvas imposibles en el aire y
llenando con el aroma de su esencia toda la instancia.

Al llegar al baño, dejo un gran neceser Louis Vuitton a juego con la


bolsa sobre la encimera del mismo y sin dejar de contemplar
indiferente en el gran espejo del baño su espectacular cuerpo de
diosa del porno, se recogió su brillante y sedosa melena morena
cuyas puntas le caían hasta mitad de la espalda, se lo recogió
haciéndose un moñito encima de la cabeza con una pinza que saco
del neceser, y se adentró en la ducha, dejando que el agua tibia
resbalase por su perfecta, firme y sedosa piel, frotándose con sus
femeninas y gráciles manos delicadas el jabón, jugando levemente
con el triángulo de depilado brasileño sobre su monte de Venus.

Cuando hubo acabado salió de la ducha con la elegancia de un cisne,


sacando primero una pierna y apoyándola en la toalla que hacía de
alfombra de baño y luego sacando la otra pierna, se secó y atenta y
delicadamente, saco de su neceser una crema hidratante y
tonificadora, dejándola caer desde sus hombros sobre sus enormes
pechos en forma de gota de lluvia, que se desbordan por los lados,
juntándose en el centro, erguidos hacia delante con los pezones extra
grandes en punta, extendiéndosela lenta y cuidadosamente, en
movimientos circulares, que hacían balancearse sus enormes
mamazas, arriba y abajo, abajo y arriba, deslizando las yemas de sus
delicados dedos por su firme tronco y su vientre plano, suave como la
porcelana, con un precioso piercing de brillantes en el ombligo,
dejando caer más crema sobre sus perfectas y esculturales muslos y
gemelos, deslizando la crema de adelante hacia atrás, agitando en
movimientos circulares la crema sobre sus fibrosas y respingonas
nalgas, haciéndolas chocar con el movimiento una contra otra, de
manera que rebotaban y vibraban en la máxima expresión de la
perfección circular y turgente, masajeando después sus esculturales
muslos haciéndolos agitarse de derecha a izquierda y de izquierda a
derecha, para continuar con el resto de sus piernas; los gemelos, los
tobillos, sus preciosos y cuidados pies, con una cadenita de oro en el
tobillo derecho y todos y cada uno de sus dedos, incluidos el segundo
de cada pie con su anillo de plata, finalmente dejo caer crema sobre
sus omóplatos y estirando sus deliciosos y bien definidos brazos,
extendió hasta los riñones y froto la crema sobre la suave y sedosa
piel  con sus femeninas manos, hasta que fue toda absorbida. 

Tranquila y pausadamente saco del neceser sus utensilios de


maquillaje. Llevaba las uñas de los pies y de las manos
perfectamente arregladas y pintadas de rojo pasión. Sabía
maquillarse como una maquilladora profesional, era algo que le
encantaba desde la adolescencia, llegando incluso a participar en
cursos de maquillaje. Con toda la calma y la dedicación empezó
poniéndose  colorete, justo y preciso en sus redondos, perfectos y
realzados pómulos de piel sedosa color moreno cetrino, después
extendió de forma perfecta una sombra de ojos granate terrosa que
no se salió ni un milímetro del lugar correcto, la raya negra de los
ojos fina y perfectamente recta y las largas pestañas rizadas por las
puntas, hacia arriba y pintada de negro azabache en su perfecta y
justa medida con el cepillo del rímel, realzando la mirada de sus ojos
de sultana mediterránea, tan marrón oscuro que parecían negros  y
brillantes como dos estrellas. Se repasó ligeramente con un cepillito
las finas y arqueadas cejas oscuras.  Para finalizar se humedeció con
la punta de la lengua sus carnosos y perfectamente definidos labios,
justo antes de extenderse magistralmente sobre ellos un pintalabios
rojo pasión húmedo. Cuando hubo acabado, se atuso con elegancia y
gusto el cabello con los finos dedos de sus femeninas manos, como
recolocando su oscura, sedosa y brillante melena, que le caía por los
lados por delante y por detrás hasta mitad de la espalda partiendo de
una raya en el medio. 

Guardo sus utensilios de maquillaje en el neceser, con la clase,


elegancia y feminidad que le caracterizaba, se extendió un
desodorante roll on, por sus sedosas y libre de bello alguno axilas, y
después tomo una botella de perfume VIP Rose de Carolina Herrera,
con un aroma extremadamente sensual y lujurioso, con el
vaporizador lo extendió por su cuello, sus antebrazos, su vientre liso
y firme y un poco en cada pierna. Rebusco a continuación en el
neceser y extrajo del mismo un pequeño saquito de lona negro, de él
saco dos pequeños aritos con un brillante en el centro inferior a juego
con el que llevaba en el piercing del ombligo, apartándose el cabello
con máxima feminidad se colocó primero un aro en una oreja y luego
el otro en la otra, después del saquito saco un anillo con otro brillante
y se lo puso en el fino y delicado dedo anular de la mano contraria a
la de la alianza, volvió a meter la mano en el saquito de lona, esta
vez para sacar una pulsera de brillantes, que se colocó en la muñeca
izquierda, volvió a meter la mano en el saquito y saco una goma
negra para el pelo y se la puso en la muñeca derecha, a continuación
volvió a meter una de sus femeninas manos en el saquito de lona
para extraer una cadenita de oro de la que colgaba un corazón con
una “Y” de Yolanda y una “V” de Vicente, mirándola mordazmente y
con recochineo, se la colocó alrededor del cuello y salió desnuda a la
habitación, dejando a su paso un rastro de aroma brutalmente sexy.

 Se acercó a la cama y tomo el tanga de hilo de encaje negro,


rematado en la parte superior con una minicinta amarilla incrustada,
que formaba un microlacito amarillo justo en el centro del pubis, con
su habitual feminidad sensual se puso el tanga, primero una pierna y
luego la otra, ajustándoselo sobre su monte de venus con su
triángulo de depilado brasileño, a continuación tomo dos medias
negras transparentes de seda, acabaras en el mismo dibujo de encaje
que el tanga, sentándose en el borde de la cama, se puso una medía
tras otra, de esa forma tan naturalmente sexy y erótica, doblando
primero una pierna para introducir el pie en la media y a continuación
estriándola con mucha fineza para calzársela hasta la mitad del
muslo, primero una pierna y luego la otra, después se volvió a poner
en pie y tomo la prenda principal, un espectacular corsé con ligero
incorporado. Al final de los enganches para las medias de los ligeros,
podían verse dos lacitos amarillos a juego con el del tanga, que al
engancharlos a las medias quedaban encima de su dibujo de encaje,
tanto por delante como por detrás, los bordes del corsé, que se
cerraba por la espalda estaban punteados de tela amarilla como la de
los lacitos, sobre una tela de minúsculos cuadros blancos y negro que
componían toda la superficie del corsé, excepto por un triángulo con
el dibujo del encaje negro del tanga y las medias, que por la parte
delantera partía desde el ombligo, abriéndose hasta formar las copas
para los senos del corsé, copas de wonderbra, que realzaban
brutalmente las mamazas de Yolanda, cubriéndole los extra grandes
pezones, pero no la gran y morena areola, cuya mitad superior
quedaba a la vista, en el justo medio de las dos copas y en mitad del
estrechado canalillo, otro lacito amarillo decoraba el punto donde se
juntaban las dos mamazas en el corsé.

Yolanda se puso de perfil, mirándose al espejo y con sus delicadas y


bien cuidadas manos, se ajustó uno a uno los pasadores traseros del
corsé, cuando se los hubo atado todos, se acercó a una esquina de la
cama y se calzo unos tacones de aguja de suela roja, levantando
primero el pie izquierdo enjoyado en su segundo dedo y después el
pie derecho, donde se podía ver bajo la tela de seda negra
transparente de las medias, la cadenita dorada del tobillo y su
segundo  dedo enjoyado con un anillo de plata.

Esbozando su maravillosa y de otro reino inmensa sonrisa perfecta,


se miró en el espejo, dando una vuelta sobre sus tacones, agitando
en el aire en suspensión sus perfectos, grandes y respingones
glúteos, dibujando curvas con sus firmes y poderosas caderas,
balanceando dentro del corsé sus enormes tetazas de carencia,
redondez y forma de gota de lluvia perfecta, que parecían iban a
explotar en cualquier momento la tela de encaje, ni el mismísimo dios
de la lujuria, si la hubiera visto en ese instante, hubiera podido
resistirse al aspecto salvajemente sexual de Yolanda, sucumbiendo al
deseo por follarsela.

Sin dejar de sonreír, satisfecha con su aspecto, comprobó que, en la


nevera de la habitación, los del hotel habían puesto dos botellas de
champan y hielo en el congelador, dentro del mueble bar una botella
de whisky, así como copas para el champan y vasos.
Saco de la bolsa Louis Vuitton dos paquetes de condones de veinte
cada uno y una botella de lubricante sexual, ella tomaba la píldora,
pero no estaba aún segura de sí querría hacerlo a pelo con el chico.

Vaporizo por la habitación un poco del fuerte y brutalmente sexual


perfume de Carolina Herrera VIP Rose, muy consciente de como
excitaba salvajemente a los machos aquel aroma, después encendió
la SmartTV, activando en la misma la app de Youtube y seleccionando
un video de imagen fija de unas dos horas de música sensual, que
mezclaba, jazz sexy y música ligera de striptease, sin un segundo de
publicidad, regulo el volumen, para que el sonido quedase como una
melodía de fondo, agradable pero no molesto. Por último, cogió un
mini batín negro transparente de seda con bordado de encaje por los
bordes, se lo puso y se lo anudo, sentándose en el sillón de la
habitación a esperar al niñato fofisano de pendiente en una oreja y
tatuaje, eran las cuatro menos diez.

Faltaban dos minutos para las cuatro, cuando se oyeron unos tímidos
golpes en la puerta, Yolanda se levantó grácil y decidida, caminando
con un garbo maravilloso y sensual se dirigió a la puerta,
balanceando sus caderas suavemente al ritmo de la música que
sonaba.

Miro por la mirilla de la habitación y comprobó, que allí afuera solo


estaba el criajo, con gafas de sol y aspecto confuso, abrió la puerta
protegiéndose tras ella.

-        Pasa cariño, y tal y como quedamos habitualmanet, desnúdate


y deja tu ropa en este banco, que hay aquí mismo a la entrada.

Le hablaba Yolanda desde la penumbra, mientras el muchacho


entraba tímidamente, como un cordero asustado, sin salir de la zona
de penumbra, Yolanda cerró la puerta tras el niñato fofisano, que se
había quitado las gafas de sol y empezaba a desnudarse.

-        No te gires todavía nene, no te gires hasta que estés


completamente desnudo.

Sergio se desnudó completamente, incluyendo los calcetines, con su


piel pálida, sin un pelo en el pecho y su cuerpo destensado y fofisano,
avanzo un poco hacía adelante, acostumbrado a la rutina con
Yolanda, dejo obediente que esta inspeccionase su ropa y sus cosas,
apagando el móvil y comprobando, que no llevaba ningún otro
artefacto entre sus cosas para a continuación dejarlo todo sobre el
banquito muy cerca de la puerta.

-        Pasa, pasa tesoro, sígueme a la habitación del placer.


Sonreía Yolanda, avanzando por el pasillo, larga y escultural sobre
sus tacones de aguja negros que le hacían llegar casi al metro
ochenta, levantando en el aire cada pierna a cada paso,  con
expresión en su rostro de gata en celo traviesa, agitando al ritmo de
la música los gemelos, bamboleando las caderas y agitando sus
divinas nalgas, las cuales seguía el chico boquiabierto, alargando las
manos tímidamente para alcanzarlas, hipnotizado por el tatuaje de
color del sol en la nalga izquierda de Yolanda.

A un metro del sillón, sin dejar de bailar, moviendo levemente las


caderas Yolanda se giró, mostrando su monumental y perfecta
sonrisa, que derretía los polos con su candidez y belleza, el chico la
alcanzo, rodeándola con sus brazos por la cintura, que ella no dejaba
de mover elegante y sensualmente al ritmo de la música de fondo.
Yolanda observo que el niñato llevaba la verga tiesa y dura como un
mástil, sorprendiéndose sonrió de satisfacción de lo supercachondo
que llegaba, ya que apenas la había visto.

-        Mañana al medio día me voy a la academia militar, no volveré


por lo menos en un año.

Dijo lastimosamente el criajo del pendiente en una oreja y el tatuaje,


con cara de perro lastimoso, pegando su cuerpo al de Yolanda y
encendiéndola con su enorme erección. Por fin iba a poder disfrutar
de aquella polla joven y vigorosa, sin que el crio supiese cuanto
deseaba ella follar salvajemente hasta exprimirle la última gota de
sus bolas.

-        Ahora debes sacar de tu mente, todas las cosas negativas


cariño y concentrarte en cuanto vas a disfrutar de mí, que voy a
hacer realidad todas tus peticiones…nene…deberás guardar esto en tu
memoria, porque después nunca volveremos a vernos…
muuuaaakkk….

Beso lujuriosamente al criajo, antes de empujarlo levemente en el


pecho y dejarlo caer sobre el sofá, como un pequeño saco con su
polla tiesa y dura como una barra de acero.

-        Deja que baile para ti cariño, que eso me pone muy
cachondaaa….

Exclamo Yolanda mordiéndose el labio inferior, fijando su mirada en


la palpitante y vigorosa verga del criajo, que tan tiesa y firme la
estaba encandilando.

Una música perfecta para un baile de striptease empezó a sonar,


Yolanda mirando fija y despiadadamente al criajo, empezó a bailar
sobre sí misma, agitando sus hombros lenta pero violentamente,
haciendo que sus enormes y esféricas mamazas de talla de copa E
saltasen en el aire, saliéndose por momentos del corsé, combinando
estas sacudidas con movimientos circulares de sus caderas y un leve
twerking arriba y abajo, para el cual se daba la vuelta mostrándole su
perfecto, esférico y respingón culazo al niñato fofisano, al tiempo que
lentamente se quitaba el batín negro de seda transparente, dejándolo
en el brazo del sofá, no dejaba de agitar sus brazos y todas las
curvas de su cuerpo al ritmo de la música, con una clase y un sexapil
salvaje, bailaba como la diosa del sexo que era. Acercándose y
alejándose del criajo, que respirando con jadeos se incorporaba con
las manos hacia adelante, tratando de alcanzar el cuerpo de aquella
porno star endiablada.

-        Que quieres que te haga, neneeee….que quieeereeess que te


hagaaa…..huuuummmm

Lanzo un gemidito de zorra cachonda al tiempo que se mordía el labio


inferior.

-        Yo soy un rey de pornhub y de Xvideos, tengo muchas ideas,


pero primero ven, acercateeee…. Déjame tener tu culoooo….

Dijo Sergio con desesperación y ansiedad.

Yolanda se acercó al criajo colocándose casi entre sus piernas,


dándole la espalda, coloco sus fibrosas y turgentes nalgas perfectas y
respingonas al total alcance del chico, apoyándose con sus preciosas
manos en sus rodillas, agitando levemente, arriba y abajo, abajo y
arriba sus caderas, a la vez que hacía círculos con ellas. El criajo se
acercó hasta tener el rostro a centímetros de aquel culazo perfecto.

-        Ooooooohhh…..siiiiiii…..oooooohhhhh…….siiiiiiiii, siiiiii, siiiiiii…

Repetía el niñato fofisano, mientras sus manos abiertas como garras


se posaban sobre la sedosa y fina piel moreno cetrino de los glúteos
esféricos y perfectos de Yolanda, apretándolos y pellizcándolos, con
desesperación, mientras Yolanda no dejaba de agitarlos lentamente
haciéndolos vibrar en el aire, dibujando círculos perfectos.

-        Ooooooohhhh….como hueleeeesss…como hueeeeleee la


habitación….como hueleeess tú, oooohhhh, me vuelvo locoooo…..

Exclamo el criajo, completamente poseído por el perfume sexual de


Carolina Herrera de Yolanda, que le hizo abalanzarse con su boca
sobre sus nalgas divinas de bailarina de samba, las cuales besaba,
lamía con su lengua y trataba de morder apasionadamente.
-        Huuuummm…aaaahhh…huuuummm…siiiii…neeneeee…siiii…
devorameeee….aaahhh

Entremezclaba Yolanda gemidos de placer y grititos de placer ante los


mordiscos del criajo.

-        Ooooohhhh  tu sol verde tatuadoooo…me enloquece… me tiene


locoooooo…..voy a hacer que todas las novias que tenga se tatúen
unooooo…..oooooooohhhh….sluuurrppp…..sluuurrrppp….ñaaam,
ñaaam…

Exclamaba poseído por el deseo Sergio, entre lametazos y mordiscos,


dejando la huella de sus dientes y las yemas de sus dedos en toda la
superficie de los grandes, perfectos y redondos glúteos de Yolanda,
los cuales estaba babeando desesperadamente.

Los glúteos de Yolanda rebotaban y vibraban en toda su redondez


entre las manos y la boca del criajo, asi como por efecto del balanceo
del baile.

-        Plaaaaashhhh, plaaaashhh, plaaaassshhh……oh si mueve tu


culooo, siiiii…..plaaaaasshhh, plaaaassshh, plaaaashhh…

Palmeaba Sergio ferozmente, alternativamente primero una y luego


la otra, con ambas manos abiertas las grandes nalgazas turgentes y
fibrosas de Yolanda, a la vez que esta aceleraba el twerking, apoyada
con las manos sobre las rodillas.

-        Oooooooohhh…siiiiii…neneeeeee…siiiii…ooooohhhh…
aaaaaahhhhh

Estallo gritando de placer Yolanda, al sentir la lengua húmeda y


ardiente del criajo alcanzar su raja por detrás, el niñato había
enterrado su cara entre sus prefectos glúteos y tras apartar el hilo del
tanga de encaje negro, deslizaba su lengua como una serpiente
ardiente, lamiendo las humedades de su explosiva raja.

Yolanda estaba en la gloria, gemía con una expresión desencajada,


poniendo los ojos en blanco, abriendo mucho la boca balanceando su
pubis hacia adelante y hacia atrás, facilitándole al niñato fofisano su
trabajo lingual.

-        Ooooooohhhh no pueeedoooo maaaaaassss……te deseoooooo

Exclamo el criajo con voz de loco desesperado, incorporándose de un


salto del sillón y agarrando desde atrás con las manos
completamente abiertas las mamazas encorsetadas de Yolanda, al
tiempo que con arrebatada y poseída pasión se encaramaba de
puntillas para lanzarle un mordisco de deseo en la base del cuello.

-        Aaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhh………..ahhhhhhhhhhh……………
neneeeeeeeeee….siiiiiiiiiii

Gritaba de dolor y de placer Yolanda, cerrando los ojos, entregándose


a aquella sensación que adoraba, ser bestialmente deseada.

Después el chico, con violencia inusitada le dio la vuelta, dejándola


frente a él, agarrándole con ambas manos por las preciosas y
redondeadas mejillas, el criajo le lanzo un morreo al que la diosa
morena, no se pudo resistir, enrollando ambos sus lenguas, Yolanda
estaba ardiendo como un volcán, aquel deseo salvaje que provocaba
en los hombres era el secreto de su lujuria, si un hombre le mostraba
que estaba ciego de deseo por ella, ya la tenía entregada.

El niñato fofisano deslizo las manos pálidas y huesudas hacia abajo,


metiendo ambas entre la copa derecha del corsé, para extraer su
inmensa, turgente y erguida tetaza en forma de gota de lluvia erecta
por la punta, con el oscuro pezón extra grande apuntando al frente
sobre una enorme y jugosa areola morena.

-        Oooooooohhh…siiiiiiiiiiiii…. siiiiiiiiiiiiiiiiiii

Exclamo el criajo poseído por el deseo, sosteniendo completamente


con ambas manos la enorme mamaza, antes de abalanzarse sobre
ella y sin dejar de apretarla y amasarla ferozmente, empezar a
lamerla, chuparla, babear la areola, mordisquear el pezón y
succionarlo como un sediento viajero del desierto.

-        Ooooooohhh….oooooohhh……. siiiiii…neneee….siiii…


neeeneeee….que biiiieeennn…que biiiieeennnn…lo haceeess…

Se retorcía de placer Yolanda entre espasmos de gusto, cerrando los


ojos y echando la cabeza para atrás, agitando su negra y brillante
melena, entregada al placer salvaje de la boca enloquecida del niñato
fofisano del tatuaje y el pendiente.

-        Sluuuurrrppp…sluuuuurrrpppp……
chuuuppp….chuuuupppp….sluuuurrrppp….sluuuurrrpp…..te
deseoooo…te deseeoooo…que bien sabeeeess……como
hueeeleesss….como hueeeelllesss, me vueeelveeesss locooooo…
locoooo Sluuuurrrppp…sluuuuurrrpppp……
chuuuppp….chuuuupppp….sluuuurrrppp….sluuuurrrpppp.

Chupaba, succionaba, mordisqueaba salvajemente el criajo,


provocando brutales embestidas de dolor y placer en Yolanda, que
cerraba los ojos, lanzando aullidos mudos de gusto con la boca
abierta como un pez fuera del agua, con el rostro desencajado de
placer, sintiendo como su raja se convertía en un volcán ante las
muestras de deseo del niñato fofisano, nada encendía más el fuego
de su lujuria, que la deseasen con locura y se lo mostrasen sin
control, sometiéndola violentamente si era necesario, al deseo que
dominaba a su macho amante.

Sergio libero su mano izquierda y agarrando con violencia el borde de


encaje de la copa izquierda tiro de ella hacia abajo, liberando la
enorme tetaza de Yolanda, que reboto en su perfecta esfericidad de
gota de lluvia, haciendo que sus curvas vibrasen en el aire y su
erguido e inmenso pezón apuntase al centro, para que a continuación
él lo agarrase entre sus dedos pulgar e índice de la mano izquierda,
empezando a pellizcarlo y a tirar de él hacia delante con violencia, sin
dejar de chupar, morder y succionar la mamaza derecha que sostenía
con una sola mano.

-        Oooooooohhhh……
aaaaaahhhhh….siiiiiii…..siiiiii….siiiii……..aaaaahhh…neneeee…
neeeeneeee…..neneeee….siiiii….ooooohhh.

Se retorcía de placer aquella diosa mediterránea de portada de


playboy, aullando de placer, erguida en todo su esplendor sobre sus
tacones de aguja, tensando su cuerpo hacia atrás, disfrutando con
locura de ser devorada por el niñato fofisano.

Sergio sostuvo por los exteriores y por abajo, abriendo mucho ambas
manos las dos mamazas de Yolanda, aprisionándolas y juntándolas
en el medio en todo el esplendor de su esfericidad y enorme
volumen.

-        Pon las manos en la nuca, zorraaa……te voy a hacer de


todooo…de todo lo que he visto por internet y máaass….hoy eres mi
zorraaaaaa….mi puttaaaaa….pon las manooss en la nucaaaaa….

Le ordenaba violenta y despectivamente el criajo a Yolanda, la cual se


removía de placer, le encantaba que la insultase y le hablasen
violenta y despectivamente, dominándola desde el deseo, eso la
enloquecía de gusto.

-        Siiiii neneeee…..siiiiii….soy tu zooorrraaa cariñoooo…hoy soy tu


putaaaa….hare todo lo que quieraaass….siiiii…pero no pareeesss….no
pareeeeesss.

Decía Yolanda, con voz modosita y dulce de niña mala, picarona y


cachonda, mordiéndose seximente el labio inferior y llevándose las
manos a la nuca, provocando la máxima turgencia y mostrando sus
divinas y esféricas mamazas lo más erguidas que era posible.

-       
Sluuuuurrppppp….sluuuuurrrrppp….chup….chuuuppp…..chuuuppp….sl
uuuurrppp….sluuuuurrppp.

Devoraba el criajo ambas suaves y firmes tetazas, amasándolas con


fiereza, clavándole los dedos e imprimiendo las yemas de los mismos
en su sedosa superficie, al tiempo que apretaba una junto a la otra,
intentando infructuosamente engullir ambos enormes pezones, para
chuparlos, succionarlos y mordisquearlos, desistiendo
intermitentemente, para concentrarse en uno solo y su areola,
succionando brutalmente y lanzándole chupetones con marca en la
superficie de las inmensas y suavemente rugosas areolas morenas, al
tiempo que empujaba lentamente a Yolanda, hasta hacerla caer de
espaldas al sofá que estaba al borde de la cama y abalanzarse sobre
ella sin soltarle las mamazas, siguiendo devorándoselas.

-        Ooooohhhhh….siiiii neneeeeee…asiiiii…


asiiiii….ooooooohhhh………

Exclamaba Yolanda, con sus voz más melosa y dulce, cerrando los
ojos y entregándose al placer inmenso que le estaba provocando el
niñato, que no se saciaba de los inmensos, sabrosos y suaves globos
de Yolanda, cubriéndolos con su saliva, dejando la impronta de sus
labios, dientes y dedos sobre su superficie, provocándole a Yolanda
oleadas de placer, que presagiaban la llegada de la gustosa lactancia
sexual, cada vez más cerca durante los minutos que pasaban sin que
el criajo se cansase, de mamarle les tetazas, al tiempo que con el
pubis le frotaba su enorme y especialmente ardiente erección entre
sus labios vaginales, balanceándose adelante y atrás, atrás y
adelante.

-        Aaaahhhhh…..aaahhhhhh…..ooooohhh…..neneeeeee…..

Arqueo el cuerpo Yolanda, aullando de gusto, al sentir irrumpir en su


pezón derecho la primera oleada de placer provocada por la leche
emergiendo de él.

-        Siiiiiiiiiiiiii…………siiiiiiiiiiiiiiiiiii…………..siiiiiiiiiiiii……
sluuuuuurrrrppppp…..sluuuuuurrrrrppp……

Exclamo Sergio con expresión de triunfo y rostro de loco, succionando


y mamando con mayor agresividad que antes, al tiempo que con las
manos apretaba las mamazas de Yolanda, como ordeñándolas para
llenarse la boca de la leche de aquella superhembra, de aquella diosa
más buena que cualquier porno star.
-        Ooooooooohhhhh……aaaahhhhhh……
ooooooohhhhhh…..siiiii.siiiiiii….neneeeeeee……

Gemía entre espasmos de placer Yoli, con el rostro completamente


desencajado, tirando la cabeza hacia atrás, cerrando los ojos y
lanzando los brazos hacia arriba, al tiempo que extendía las manos
abiertas, como si tratase de alcanzar algún imaginario lugar donde
agarrarse y la leche emergía violenta de su pezón izquierdo. Estaba
totalmente a merced del criajo, que le estaba dando una ración de
placer como hacía años que no le daban.

El niñato fofisano siguió, succionando y ordeñando a Yolanda, que se


revolcaba en hondonadas de placer absorta en el mismo, inconsciente
del tiempo que no dejaba de pasar, cuando el criajo se hubo saciado
de su leche, un tiempo que a Yolanda le pareció una  maravillosa
eternidad, se levantó levemente de ella,  dejando sus pezones
enrojecidos de los cuales emanaban aún gotas de leche, enrojecidos
como metal al fuego, con autoridad, como si Yolanda fuera de su
propiedad, la tomo de los tobillos con las manos y la volcón del
espaldas sobre el sofá.

-        Oh, oh, oooooooooooooooohhhhhhhh

Exclamo primero de sorpresa Yolanda y luego de placer, cuando sintió


el primer chupetón acompañado de un mordisco que dio el criajo en
sus muslos.

-       
Sluuuuurrppppp….sluuuuurrrrppp….chup….chuuuppp…..chuuuppp….sl
uuuurrppp….sluuuuurrppp.

Empezó a chupar, succionar y mordisquear Sergio ambos muslos por


debajo de la goma de las medias negras transparentes de seda, hasta
que alcanzo los dos perfectos glúteos grandes, respingones, fibrosos
y suaves de piel morena cetrina, empezando a lamerlos
alternativamente, abriendo mucho la boca para lanzarle bocados
donde clavaba sus dientes, empezando por el tatuado sol verde de la
nalga izquierda de Yolanda.

-        Aaaahhhh….aahhhhh…..ahhhhh…siiii…
neneee….aaahhh….siiii….aaahh.

Se sumergía de placer y dolor en el mismo grado Yolanda, su raja era


un ardiente geiser y el tanga estaba completamente empapado. El
tiempo se paró para ella, entregada al enorme placer con los ojos en
blanco, durante unos minutos que parecieron una deliciosa eternidad.
De repente el chico se paró, dejando sus nalgas marcadas con su
dentadura y cubiertas con su saliva, sin soltarle los tobillos,
inmovilizada con la espalda en el asiento del sofá y a merced del
criajo, Yolanda sintió como en un movimiento fugaz como el rayo,
sostuvo sus largas piernas con su mano izquierda y con la mano
derecha aparto la tela de encaje de su tanga para hundirle sus dedos
corazón y índice en su raja llevándolos a la parte superior de la
misma, empezando a frotarle brutalmente.

-        Que zorraaaaa eres Yolandaaa…estas ardiendoooo y


empapadaaaa…muéstrale a tu amo….como te correeesss…..vengaaa…
vengaaaa…correteeeee….mi putaaa….so putaaa…..más que
putaaaa…..

Gritaba despectivamente el niñato fofisano, frotando con sus dos


dedos brutalmente adentro y afuera, afuera y adentro el clítoris y la
pared superior de su raja. Yolanda inmovilizada en aquella postura,
se retorcía de placer entre espasmos, placer en su mente por aquel
trato del chico y en su cuerpo, que estaba preparado para darlo todo.

-        Aaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhh…………
ahhhhhhhhhhh….oooooooohhhhh………

Empezó a aullar la diosa mediterránea, con el rostro completamente


demacrado con su clítoris lanzado ráfagas abundantes de corrida
como una enorme fuente, una detrás de otra, llevando a Yolanda al
paraíso a través del orgasmo.

-        Siiiiiiiiiiiii………….siiiiiiiiiiiii….soy tu
machoooooo…..dimeeeee….que soy tu machoooooo y que te doy
placeeeerrr….

Gritaba exigente el criajo, con cara de loco sádico, sin dejar de frotar
salvajemente a Yolanda, con sus dedos mojándose parcialmente por
las ráfagas de la corrida de aquella diosa morena del porno.

-        Siiiiiiiiiiii………. siiiiiiiii….ereeeeessss mi machooooooooo….mi


machoooooouuuuuu……

No dejaba de aullar de placer Yolanda.

Cuando el niñato fofisano considero adecuado, saco sus dedos,


dándole unos segundos a Yolanda para recuperarse de su orgasmo
entre leves espasmos y jadeos, al tiempo que bajaba sus manos de
los tobillos, acariciando las medias negras transparentes de seda,
hasta situar sus manos justo debajo de las rodillas de ella separando
levemente las piernas.
-        Ooohhh….oooohh….esperaaaa…en el cajooonnn….de la mesita
derecha…esperaaa…hay condoneees…
condoneeeeeeeeeeeeeeesssssssssss……………

Grito de placer, al sentir la palpitante y ardiente polla del criajo


clavándose en su raja y penetrándola violentamente, abriéndola por
dentro aún más que con sus dedos.

-        Soyyyyyy tu machoooo y te voyyyy a folllaaarrr a


pelooooooo……putaaaaa….más que putaaaaa….

Aullaba el criajo, sin abandonar su expresión de loco sádico,


empujando las piernas de Yolanda  hacia adelante desde debajo de
las rodillas, grabando sus huellas dactilares en su piel, rodillas las
cuales, se quedaron a centímetros del rostro desencajado de placer
de la diosa mediterránea, tan atlética y deportiva, con una elasticidad
de gimnasta, que en esa postura tenía su raja completamente
abierta, y permitía las embestidas salvajes del niñato, que le clavaba
la verga hasta el fondo, bombeando sobre ella adelante y atrás, atrás
y adelante, entrechocando los pubis, y con los huevos rebotando en
el cuerpo de Yolanda.

-       
Oooooohhhhhhhh…..buuuuufff……..buuuuuuffffff……..oooooooohhhh…
…buuuuuuuuuffff….ooooooohhh….aaaahhhhh….. neeeeeneeeee……..

Exploto Yolanda en un nuevo orgasmo entre gemidos y bufidos de


placer, apretando con las paredes interiores de su raja, como si
estuviera exprimiendo la verga del criajo, que la estaba
sorprendiendo espectacularmente, pues ella jamás habría esperado
aquella resistencia y maestría en el niñato fofisano. 

Y Sergio no se cansaba, seguía bombeando brutalmente adelante y


atrás, atrás y adelante apretando con fuerza los muslos de Yolanda,
embistiéndola brutalmente y sacudiendo el sofá salvajemente,
llevando el mueble al límite de su resistencia, mientras Yolanda, en
aquella posición con las piernas dobladas y las rodillas casi en el
rostro, no podía parar de retorcerse de placer, empalmando un
orgasmo con otro y aunque los minutos pasaban en aquel bombeo
bestial, el criajo no se corría.

-        Ponte a cuatro patas mi zorra, en postura de perrito, mi


perraaaa, mi putaaaa….miaaaaa….solo miiiiaaaaa….

Seguía hablando el criajo con voz y expresión de loco psicópata,


sacando su polla roja y tiesa como un hierro ardiente.
-        Ooooohhhh…neneee…en el cajoooonnn….los
condoneeess….oooooohhh….neneee……

Jadeaba y hablaba Yolanda con voz dulce y cansada, sorprendida y


sacudida de placer, dándose la vuelta torpemente para ponerse a
cuatro patas sobre el sofá, agotada por aquel primer polvo, y aquello,
no había hecho más que empezar.

-       
Plaaaaaaassssshhhh…..plaaaaaassshhh….plaaaaaaassshhhhhh…..plaa
aaaasshhhh…nada de condoneeesss ….perrrraaaaa….te voy a follarrr
a peloooooooo…..

Palmeaba bestialmente el niñato la nalga derecha de Yolanda,


haciéndola rebotar y vibrar brutalmente, antes que decidida y
agresivamente embistió la raja abierta de Yolanda con su erecta
lanza, al tiempo que, de forma violenta y salvaje, se aferraba con su
mano izquierda a la preciosa y brillante melena negra de Yolanda
tirando de ella hacia él brutalmente y sin piedad.

-       
Aaaaaaaaaahhhhhh……….aaaaaaaahhhhhh…….aaaaaaaaaaahhhhh……
…..aaaaaaahhhh

Gritaba en una mezcla de dolor y placer Yolanda, con la cabeza tirada


hacía atrás la boca y los ojos muy abiertos, sintiéndose llenada por
las embestidas del criajo, adelante y atrás, atrás y adelante,
metiéndosela hasta el fondo, rebotando sus pelotas con sus nalgas.

-        Plaaaaaassh.. plaaaaaaash… plaaaaash… vamoooooss...


zorrrraa quieres que pare y me ponga un condoooonnn..
plaaaaaassshhh…plaaaaassshhh…plaaaaashhh…quieeereees  que
pareee…….dimeee, si quieeereeeess que pareee..

Chillaba como un loco sádico el niñato fofisano, sin parar de castigar


con su mano derecha ferozmente la nalga de Yolanda, y tirándole
bestialmente del pelo, provocándole lágrimas de dolor a Yolanda.

-        Noooooo….aaaahhhh…noooooo….noooooo pareeess……aahhhh

Respondía poseída de placer y dolor Yolanda.

-        Pueeesss mueveeeeteee zorraaaa…mueve las caderaaaaass…


oooohhh….siiii…plaaaashhh….plaaaah…plaaaasshhh…..dime si te
gusta...dimeeloooo…y mueeeeveteeee
putaaaa….plaaaasshhhh….plaaaaassshhh
Seguía aullando el criajo, con su rostro de poseído psicópata,
bombeando adelante y atrás, atrás y adelante, azotando la nalga de
Yolanda y tirándola del pelo brutalmente.

-        Siiiiiiiiiiiiii……meeee gusta…neeneeee…nnoooo…ooooohhh…


buuuuuufff…buuuufff….no pareeesss….neneeeee…folllammeeeeee..

Gemía, jadeaba y lanzaba bufidos Yolanda, con el cuerpo torsionado,


el cuello en máxima tensión y la cabeza hacia atrás, casi mirando el
techo,  con las lágrimas rodándole por las mejillas por los azotes y los
tirones de pelo, con el rostro desencajado y demacrado por el placer,
aferrada con fuerza con ambas manos al brazo del sofá, que se
baqueteaba en todas direcciones al límite de desbaratarse, 
balanceando brutalmente sus caderas adelante y atrás, atrás y
adelante,  aumentando así aún más el efecto de las embestidas del
chico, con su enormes y esféricas mamazas, con dos enormes y
esféricos postres de gelatinas agitándose salvajemente adelante y
atrás, atrás y adelante, a derecha e izquierda, a izquierda y derecha,
dibujando círculos perfectos e imposibles en el aire.

-       
Ooooooooohhhh….siiiiiii….follameeeeeeee…..siiiiiiiiiii….aaaaahhhhhh.

Estallo nuevamente Yolanda en un enorme orgasmo, volviendo a


apretar la polla del criajo como si quisiera exprimirla, sintiendo como
aquella verga la traspasaba como un hierro ardiendo y palpitaba más
que nunca, llevándola al séptimo cielo, aquella polla estándar, estaba
siendo brutalmente vigorosa y le estaba dando un placer que ya no
recordaba, esos pensamientos inundaban su mente en blanco,
cuando sintió la cálida simiente del criajo inundarla por dentro, en
varias ráfagas abundantes.

-        Aaaaaaaaaaaahhhhhhh……
oooooouuuuuhhhh…..aaaaaaaahhhh…ssiiiiiiii

Temblaba el niñato fofisano rojo y sudoroso, corriéndose


profusamente dentro de aquella diosa de playboy, bombeando
lentamente hasta que sintió la última ráfaga de su leche salir de él,
soltando el pelo de Yolanda y tumbándose sobre su suave y sedosa
espalda besándole la nuca, mientras sacaba su verga medio flácida
del interior de ella, mientras Yoli jadeaba cansada a cuatro patas,
palpitando, con los labios de su raja bombeando la leche del chico
hacia fuera y dejándola caer sobre el machacado sofá.

-        Guuuuuaaaauuuuu neneeee…..que polvazo…….

Exclamo Yolanda, alzando la cabeza y atusándose con sus finos y


femeninos dedos la castigada melena negra brillante y sedosa,
mientras el criajo se levantaba de su espalda y bajaba lentamente del
sofá, totalmente sudado con el cuerpo blanco lechoso y el rostro
enrojecido por el esfuerzo.

-        Buuuufff….buuuufff…te ha gustado…te ha gustado…..quiero


hacer contigo todas mis fantasías propias y vistas por internet, pero
sobre todo quiero que tú también disfrutes. ¿Te ha gustado?

Preguntaba Sergio solicito y preocupado.

-        Me ha encantado, todo, todo, todo, como me has devorado,


como has dominado mi cuerpo, como me has hablado y como me has
follado… voy a refrescarme los pezones, que los tengo en carne viva…
como a mí me gusta…jajajaja….muuuuaaacccc….

Respondió Yolanda, entre risas risueñas y lanzándole al chico un


piquito intenso, levantándose del sofá, irguiendo su cuerpazo de
bandera sobre sus tacones de aguja en toda su voluptuosidad, con su
vientre firme, sus caderas de ensueño, su culazo grande, perfecto y
respingón, sus mamazas naturales turgentes y erectas colgantes de
su pecho con los pezones inflamados e inmensos apuntando hacia
arriba en el centro de las redondas areolas, en forma de gota de
lluvia que se desbordaban por los lados y se juntaban por el centro
totalmente erguidas, balanceándolas en el vació brutalmente sexys
arriba y abajo, abajo y arriba, a derecha y a izquierda a izquierda y
derecha, a cada paso con una elegancia y un sexapeal de otro
mundo, solo al alcance de una superhembra,  llenando con el aroma
de su perfume la habitación, camino del baño para refrescarse los
pezones.

Yolanda se mojó los pezones y la areola con agua helada,


inclinándose sobre la pila del baño y apretando sus mamazas, para
juntarlas tomándolas por el lateral de las misma y poner ambos
pezones bajo el chorro del agua helada, dibujando en su rostro una
expresión de alivio y satisfacción, mientras un puntito blanco de leche
aún podía verse en el centro de los mismos, estuvo, así como mínimo
durante cinco minutos, hasta que sintió desinflamarse los pezones y
sentir algo de alivio.  Después cogió una toalla, la mojo también en
agua helada y se la extendió por el resto de sus devoradas mamazas
que seguían por encima del corsé, sintiéndose aliviada, tras eso, se
bajó con mucha feminidad el tanga,  se dirigió al bidé y se lavó la
raja extrayendo los últimos restos de la leche del niñato fofisano,
lavándose también, los restos que le habían caído por la parte
desnuda del muslo antes de la media negra de seda transparente,
colocando sus mortificadas nalgas alternativamente bajo el chorro de
agua helada del bidé, tras lo que volvió a lanzarse un poco de
perfume VIP rose de CH con su vaporizador, con aquel aroma
brutalmente sexual, saiendo de nuevo a la habitación. 
Cuando entro de nuevo en la habitación, se encontró al criajo sentado
en el sillón despatarrado con una nueva enorme erección, su polla
estándar parecía más roja y más gruesa que nunca.

-        Jajaja… ¿eso es por mí?

Rio risueña Yolanda, mostrando su amplia y perfecta sonrisa, que le


daba una belleza sobrenatural a su rostro y que enamoraría al
mismísimo Dios.

El criajo la miro de arriba abajo boquiabierto, contemplando toda su


lozana voluptuosidad, su cuerpo perfectamente esculpido, con firmes
y turgentes curvas, avanzado majestuosamente hacia él con aquella
elegancia y feminidad innata, moviéndose con soltura sobre los
tacones de aguja, tan alta y esbelta.

-        Si, si, si…eres una diosa del sexo… aunque bucee en internet
por horas, jamás encuentro ninguna tía que este más buena que tú.

Contesto el niñato fofisano con la voz llena de deseo y admiración.

-        No será para tanto…me extraña, que prefieras a una “vieja” de


treinta y tantos, a cualquiera de tus compañeras universitarias cañón
de veintipocos.

Respondió Yolanda con voz dulce y picantona, con expresión picarona


en el rostro, provocando al chico

-        Ni una sola tía de la universidad o de cualquier sitio que


conozca, te llega a ti a la suela de los zapatos, eres la mujer más
espectacular que he visto nunca, una diosa incomparable, tu culo, tus
tetas, todo tu cuerpo es sexualmente incomparable, y además eres
simpática, complaciente, abierta, rabiosamente femenina y elegante,
extraordinariamente guapa… eres un puto sueño.

Si antes el chico la había llevado al orgasmo varias veces con su polla


y sus dedos, ahora acababa de llevarla al orgasmo con sus palabras y
por su oído, más radiante que nunca Yolanda camino decidida hacía
el criajo que la contemplaba embelesado con su verga enrojecida en
ristre.

-        Jajaja….ahoraaa que ¿Quieres que hagamos mi tigre?

Le pregunto Yoli resuelta y juguetona.

-        Ven aquí frente a mí, mi zorra.


Dijo el chico retomando su tono agresivo y despectivo de sádico
ansioso.

Yolanda se acercó grácilmente, contoneando todas las curvas de su


cuerpo, que rebotaban en el espacio, moviendo elegantemente su
esbelto y escultórico cuerpo sobre sus tacones de aguja negros,
primero un pie y luego otro, hasta que se puso a la altura del niñato
fofisano, que se aproximó a ella lentamente, rodeándola con sus
brazos por la cintura y dirigiendo su boca al pequeño hueco, que
dejaba el corsé entre este y el tanga, para levantando levemente la
tela ponerse a devorar el piercing del ombligo de Yolanda,
jugueteando con su lengua por la cintura de la diosa mediterránea.

-        Oooooohhhh……..huuuummmm…neneeee…que gustoooo……

Exclamaba de placer Yolanda, echando su cabeza hacia atrás,


retorciendo su cuello y moviendo su preciosa melena, a la vez que
cerraba los ojos, acariciando el cabello del chico con sus finos y
femeninos dedos.

-        Quítate el tanga, por favor.

Le pidió el niñato fofisano.

-        ¿No te gustaría hacerlo a ti mismo cariño? …y nada de por


favores.

Respondió dulce e indulgente Yolanda, al tiempo que el chico la


miraba lleno de deseo y excitación, llevando sus manos a los laterales
de su tanga de hilo, mientras ella le facilitaba la maniobra,
levantando primero una pierna y luego la otra, para que el chico le
sacase lentamente el tanga negro de encaje, antes de lanzarse sobre
su pubis a devorarlo, lamiéndolo, chupándolo, enredando su lengua y
hundiendo su nariz en el triángulo de su depilado brasileño, antes de
subir hasta su piercing de nuevo.

-        Vamooos….vamoooss….vamooos puta, monta sobre mi polla y


cabálgame zorraaaa…

Ordeno el criajo con voz de sádico sátiro, apretando con sus manos
en forma de garras cada una de las nalgas grandes, perfectas y
fibrosas de Yolanda, abriendo y cerrando las manos como si amasase
los suaves glúteos.

-        Ya voy mi potroooo…..ya voy a montarteeee….

Respondió ansiosa y deseosa Yolanda subiendo ágilmente en el sillón,


colocando sus largas piernas en el hueco que quedaba entre los
muslos escuálidos del chico y los brazos del sillón, ubicándose con las
piernas abiertas sobre la verga en punta y palpitante del niñato
fofisano, clavándosela toda en su interior, mientras la miraba
fijamente y se mordía el labio inferior.

-        Ooooooohhhhhh…….ooooohhhhhhh…..

Exclamo de placer Sergio, al sentir como su polla era engullida por la


empapada y ardiente raja de Yolanda, la cual, apoyándose con sus
delicadas manos en el respaldo del sillón, empezó a cabalgar
acompasadamente la verga del criajo, adelante y atrás, atrás y
adelante, arriba y abajo, abajo y arriba.  Ahora sabría aquel niñato lo
que era alcanzar el placer, el la había hecho correrse hasta cinco
veces seguidas, ahora era su turno para dominar la situación,
pensaba Yolanda mientras aumentaba el ritmo del bombeo, bien
aferrada al respaldo del sillón, agitando sus mamazas enormes y
esféricas completamente erguidas, arriba y abajo, abajo y arriba,
rebotando en su tronco y agitándose de derecha a izquierda, de
izquierda a derecha, vibrando en toda su turgencia a escasos
centímetros de la cara del chico.

-        Siiiiiiiiiiiiii……….siiiiiiiiiii……siiiiiiiiii
putaaaaa…..siiiiii….cabalgaaaa….cabalgaaaaaa…..

Jadeaba de placer el chico amasando con violencia feroz los glúteos


de Yolanda, clavándole las yemas de los dedos en la superficie de su
perfecto e inmenso culo, a la vez que reforzaba su bombeo,
ayudando con sus manos a subirlas y bajarlas acompasadamente con
el ritmo de aquella maravillosa diosa del sexo.

-        Oooooooooohhhhh……siiiiiii……siiiiii…putaaaaaa……
ooooohhhh…..cabalgaaa….cabalgaaaa….

Gritaba con voz de loco sádico el criajo, mientras Yolanda aumentaba


aún más el ritmo de su bombeo, saltando sobre sus piernas dobladas
sobre el sillón, adentro y afuera, afuera y adentro, adelante y atrás,
atrás y adelante, amarrada al respaldo del sillón, traqueteando el
mismo violentamente.

El niñato fofisano soltó sus castigadas nalgas, grandes y perfectas,


para lanzar sus manos violentamente a la nuca de la diosa morena
con cuerpo de pornostar, atrayendo su cabeza hacia la propia y
enroscándose con ella en un salvaje beso francés, devorándole sus
perfectos y carnosos labios y enroscando su lengua en la de ella, que
reacciono besando agresivamente, incluso estirando los labios del
chico con sus diente, y enroscándose aún más en su lengua,
aumentando el ritmo del bombeo, destrozando con el violento
movimiento del bombeo las juntas del sillón.
-        Aaaaaahhhhh…..aaahhhhh…
muuuuuaaaacckkkk…….aaaaaaaahhhhh….muuuaaaaaaccc.

Un inmenso placer inundaba a Yolanda que gemía como una perra, el


criajo no se corría y ella estaba cada vez más cerca, cabalgándolo
ferozmente apoyada sobre sus rodillas, bombeando sobre su pubis
adentro y afuera, afuera y adentro, adelante y atrás, atrás y
adelante. Loca de deseo sin dejar de alimentarlo con su lengua y sus
labios, con sus tetazas inmensas y erguidas, turgentes al extremo
dando saltos y vueltas en el aire en todas direcciones, dibujando
círculos perfectos con su perfecta circunferencia, todo en un tiempo
que no parecía tener fin, hipnotizada en la droga del deseo salvaje
por follar que le estaba provocando el niñato fofisano, ahogando el
tiempo en una infinidad de besos franceses, hasta quedarse sin
saliva.

-       
Ooooooooooooooohhhhhhhhhhhh……..ooooooooooooooohhhhhhhhhhh
……….aaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhh…….neeneeeeeeeeeeeeeeeee……
oooooooooooohhhhhhh….

Empezo a aullar de placer Yoli entre espasmos, echando su cuerpo


hacia atrás, sin dejar de galoparlo brutalmente, adentro y afuera,
afuera y adentro, adelante y atrás, atrás y adelante, cuando sintió,
como  el criajo empezaba a embestirla desde el asiento del sillón,
acompasándose al bombeo de ella, clavándole la polla ardiente hasta
el fondo y sacándola al mismo ritmo que ella lo cabalgaba, aquello la
iba a enloquecer, pero por mucho que ella cabalgase a un ritmo
infernal, no conseguía someter al criajo, al revés, era ella la que
volvía a estar camino de otro orgasmo entre oleadas salvajes de
placer.

Yolanda dejo caer los zapatos de tacón y sin dejar de bombear sobre
el pubis del chico, adentro y afuera, afuera y adentro, adelante y
atrás, atrás y adelante, con él taladrándola desde abajo, puso la
planta de sus pies, donde antes estaban sus rodillas, tenía que acabar
con aquello, iba a someter al niñato haciéndole correrse como que se
llamaba Yolanda.

Enderezo su cuerpo agarrándose con sus femeninas manos a la parte


superior del respaldo del sillón y empezó a dejarse caer hasta el
fondo sobre el pubis del criajo, arriba y abajo, abajo y arriba,
adelante y atrás, atrás y adelante, con toda la fuerza de su atlética
cintura, con sus mamazas balanceándose enloquecidas en todas
direcciones, iba a conseguir que se corriese brutalmente, aunque
reventasen el sillón y acabasen en el suelo.
-       
Ooooooooooooooohhhhhhhhhhhh……..ooooooooooooooohhhhhhhhhhh
……….aaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhh…….neeneeeeeeeeeeeeeeeee……
oooooooooooohhhhhhh….neneeeeee…..aaaahhhhhhh……
nnnooooooooooooo…..siiiiiiiiiiiiiiiiiiii……

Sergio aumento el ritmo de su perforación desde el asiento entre


rebufos de esfuerzo, rojo como una antorcha, más rápido e intenso,
que el propio bombeo sobre él de Yolanda, moviendo su cadera arriba
y abajo, abajo y arriba, pero además, lanzo sus manos en garra
sobre las mamazas redondas e inmensas en forma de gota de lluvia
erguidas, que se desbordan por los lados y se juntan por el centro,
que en aquel momento se balanceaban salvaje y sexualmente en
todas direcciones, dibujando círculos de brutal lujuria en el aire frente
a él, y con la experiencia de haberlas disfrutado ya más de una vez,
concentro la fuerza de la yema de sus dedos en la areola y los
enormes pezones de Yolanda, ordeñándola violentamente, haciendo
que las ráfagas de leche volviesen a salir de sus tetazas, como de un
aspersor roto, haciendo relinchar de placer a Yolanda, cada vez que
las estrujaba y la ordeñada, provocándole ráfagas de gustosos
calambres que presagiaban un brutal orgasmo.

-       
Ooooooooooooooooohhhhhhhhhhhhhh………….noooooooooooooooo……
….nooooooooooooooooo……….neneeeeeeeeeeee…………..ooooooohhhhh
hhhh……oooohhhhhh…neneeeeeeeee…..

Estallaba aullando de placer Yolanda, llevando las manos a la parte


delantera de los brazos del sillón para agarrarse firmemente en ellos,
ante la inminente sensación de que se iba a partir, completamente
sometida a las embestidas del criajo y a su hábil manera de
ordeñarle, que la tenía con la boca abierta y el rostro demacrado, los
ojos en blanco, y rebotando ferozmente sobre su pubis arriba y
abajo, abajo y arriba, adelante y atrás, atrás y adelante, en un
movimiento incontrolable y automático poseída por el tremendo
placer sexual con sus mamazas prisioneras de las garras de Sergio,
agitando su cabeza y su cuello hacia atrás, meneando su preciosa
melena brillante, sedosa y negra en todas direcciones.

-       
Ooooooooooooohhhhhhhhhhhhh…..aaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhh
………..oooooooohhhhhh……

Estallo en un orgasmo brutal entre gemidos de placer Yolanda, sin


dejar de galopar sobre el criajo, arriba y abajo, abajo y arriba,
adelante y atrás, atrás y adelante, regándole con los fluidos de su
raja y la leche de sus esféricas y enormes tetazas, enloquecida y
entregada al indescriptible placer, sin que pareciera que él estaba
llegando al clímax.

-        Vamos a la cama quiero follarte desde atrás…vamos zorra….

Le grito el niñato fofisano, sacándosela de encima, mientras ella


torpemente entre espasmos, y chorreando por su raja, se bajaba
tambaleante del machacado sillón, desorientada y demacrada.

-        Aaaaaahhhhh….neneeeeee……..aaaahhhhhhh……

Chillo sorprendida Yolanda al verse arrastrada por el pelo por el


criajo, que le había cogido por la melena doblando el cuello y la
arrastraba a la cama violentamente como un troglodita, arrojándola
sobre ella, provocando en Yolanda el odio y a la vez el deseo por el
macho, que la trataba como un objeto sexual.

-        Ponte de lado y sostén tu pierna abierta, so puta, so


zorraaaaaaa……

Exclamaba rojo y sobreexcitado el niñato fofisano, al tiempo que


agarrado con fuerza por ambos lados del corsé de su espalda lo
desataba brutalmente, casi rompiéndolo.

-        Ooooohhhhh….que brutoooo…ereeess neneeeee…me vuelve


locaaaaa.

Dijo Yolanda, sacudida por el placer del violento deseo que


despertaba en el chico, al tiempo que, mostrando su extraordinaria
flexibilidad, levantaba una pierna, haciendo una ele perfecta con la
que reposaba en la cama, como una bailarina que se estira.

-        Ooooooohhhhh……neneeeeee….aaaahhhh

El criajo se situó tras ella y sin darle tiempo a prepararse, volvió a


penetrarla violentamente, bombeando dentro de ella desde el lado,
adentro y afuera, afuera y adentro, cogiéndola del pelo tirándole de
él, estirando su cabeza para atrás y con la otra mano clavándole las
yemas de los dedos en la inmensa y suave redondez de la tetaza más
próxima.

-        Aaaaaahhhhh….neneeeeee……..aaaahhhhhhh……
siiiiiiiiiiiii………….siiiiiiiiiiiii…….aaaaaaaaaahhh.

Volvía a aullar de placer Yolanda, con el rostro desencajado, los ojos


en blanco, la boca muy abierta brutalmente penetrada, con espasmos
continuos en su abdomen a causa de los orgasmos continuos que le
provocaban las bestiales embestidas del criajo, que le penetraba
hasta golpearle con su pubis, para sacarla toda y volver a metérsela
toda de un golpe en menos de un segundo, con una potencia y
erección que tenían a Yolanda sometida y alucinada a partes iguales,
aquello no era normal, la forma salvaje y feroz, en que Yolanda
desataba la libido del chico, haciéndole aguantar un tiempo que
parecía infinito y que ahogaba a Yolanda en olas de placer sexual
como en sus mejores polvos.

-        Oooooohhhhh siiiiiii mi putaaaaaaa………siiiiiii…..zorraaaaaa me


corrooooooo…me cooooorrroooooo…..

Vocifero de placer y triunfo Sergio, después de un buen rato


perforando ferozmente a Yolanda, al correrse, lanzándole unas
últimas y secas embestidas, sin dejar de tirarle del pelo brutalmente
en cada embestida, mientras ella volvía a sentir como su interior se
llenaba con la simiente cálida y abundante del criajo, manteniendo la
pierna en alto, totalmente sometida y entregada al placer, que le
procuraba aquella polla estándar, que estaba aguantando como
nunca antes en sus encuentros de recompensas.

-        Ah, ah, ah…..buuuuff…..buuuuffff….ah, ah, ah…..buuuufff….

Resoplaba y jadeaba Yolanda, liberado su pelo de la mano del niñato


fofisano y su raja de la tiranía de su viril polla, bajando la pierna y
arrastrándose, con su raja todavía palpitando, para sentarse en el
borde de la cama, intentando reponerse de aquellos dos polvos con el
corsé, con ligero desatado por la parte de atrás y colgándole de la
cintura, recomponiendo el rostro entre espasmos de maravilloso
placer, mientras el semen de Sergio le corría muslos abajo. 

-        Aaahh, aahh,


aahh….joooodeeerr…..neneeee…..jooooodeeeerr…..que polvazos me
estas echando, que ganas me tenías….jajaja…..ves a la nevera y abre
el champán, necesito beber algo me has dejado agotada…jajaja.

Decía Yolanda risueña entre risas divertidas, atusándose el cabello


para recolocarse su preciosa y brillante melena negra, que tropezaba
grácilmente con los aritos de sus preciosas orejas, poniéndose de pie
y acabando de sacarse el corsé, desatando el ligero de las medias de
seda negras transparentes, para dejarlo caer junto a la mesita de
noche más cercana, acercandose al sofá para calzarse de nuevo los
tacones negros de aguja.

Al mismo tiempo el chico con una gran sonrisa de satisfacción,


rodaba por el otro lado de la cama con su verga medio flácida, para
dirigirse a la nevera, abrirla y extraer una botella de champán, para
acto seguido apoyarla en la mesa de la habitación, quitarle el
envoltorio superior y descorcharla con mucha fuerza y rostro de
esfuerzo máximo.

-        ¡Pom!

Sonó seca la botella de champán al abrirse.

-        Corre, corre, corre, coge las copas en el mueble bar….jajajaja..

Apremiaba Yolanda divertida al criajo, que sosteniendo como podía la


botella de champan con su polla estándar dando salto corría hacia el
mueble bar conde se encontró con Yoli, que le facilito la maniobra
abriéndolo y sacando las dos copas, para que el niñato fofisano de
tatuaje y pendiente vertiese el espumoso líquido en las copas,
ofreciéndole la primera a Yolanda, y llenándose una segunda para él.

-        Chin - chin.

Brindo con el chico la diosa mediterránea, totalmente desnuda en el


majestuoso esplendor de sus firmes curvas sobre los altos tacones de
aguja.

Yolanda, dio un profundo sorbo para saciar su sed y cuando bajo la


mirada hacia el criajo, volvió a ver su polla estándar completamente
erecta, roja e inflamada, palpitando en el aire.

-        Esto, esto, esto…no es normal nene llevamos casi una hora
follando salvajemente, y tu polla no aguanta en reposo ni dos
minutos…ya sé que me tienes muchas ganas, pero esto, esto no es
normal.

Exclamo interrogativa Yolanda, examinando al chico de arriba abajo


esperando una explicación.

-        Si te digo que es que me vuelves loco, y que no puedo para de


ponerme palote ¿Cuela?

Respondió el chico entre divertido y avergonzado.

-        Pues claro que no cuela…jajaja

Contesto Yolanda expectante.

El niñato fofisano miro al suelo con semblante algo vergonzoso,


dudando que responder.
-        Huuuummmm…es que…como solo tengo esta oportunidad de
estar contigo…y no quería defraudarte y aprovechar hasta el último
minuto…puuueeess….

Empezó a responder Sergio.

-        ¿Pues qué Sergio? …vamos cariño.

Pidió Yolanda una respuesta mirándolo a los ojos.

-        Pues que hable con una amigo que su padre es médico,
diciéndole que tenía que cumplir muy bien en una super cita sexual y
me consiguió dos pastillas de viagra…

Respondió el criajo sin apartar la mirada del suelo con cara de


avergonzado.

-        Jajajajajajaja……jajajajajaja…jajajaja

Estallo entre risas Yolanda agitando en el aire sus mamazas y


vibrando sus nalgas perfectas, dibujando curvas firmes y perfectas,
mientras le saltaban las lágrimas de la risa, agitando divertida su
cabeza adelante y atrás, al compás de su risa.

El criajo avergonzado, se recogía desnudo sobre sí mismo, sin apartar


la mirada del suelo, recogiendo sus manos sobre su erecta polla, tiesa
como una lanza.

-        Jajajajaja…ay cariño, no te avergüences, menos mal que eres


un veinteañero…jajaja…si no te podría haber dado un ataque al
corazón…jajaja…. glup, glup, glup

Continuaba riendo Yolanda, calmándose levemente para concluir


bebiéndose de un golpe en varios sorbos la copa de Champán.

-        Vamos a tener que hacer algo, para aprovechar el efecto de


esas pastillitas azules…ehhhh…lléname la copa de nuevo venga.

Decía divertida Yolanda, acercándose completamente desnuda al


criajo sobre sus tacones de aguja, alargando su perfecto y definido
brazo de piel sedosa, para mostrarle la copa y que este aún algo
compungido por la vergüenza se la rellenase.

Después con la copa llena se acercó lentamente al chico que apuraba


la suya, mirándolo con un iluminado rostro de picardía sexual,
mientras la música ligera de striptease no deja de sonar y llenar el
fondo del ambiente.
Se plantó frente al chico, que la miraba un poco intimidado, y desde
la superioridad física que le concedían sus altos tacones de aguja, dio
un largo y sonoro trago, para después inclinarse sobre el criajo y
darle un terrible morreo, compartiendo en el beso con el chico el
champán, lo que el recibió gustoso.

Después un segundo trago y un segundo morreo, un tercer trago y


un tercer morreo, un cuarto y un quinto hasta apurar la copa,
compartiendo el espumoso liquido entre morreos, retorciendo sus
lenguas en sus burbujas, disfrutando de cada beso francés, mientras
las manos del niñato fofisano recorrían sus caderas y su perfecto
culazo marcando las yemas de sus dedos en él.

-        Huuuuummmm…..muy bien nene…ves al baño y trae una toalla


grande ya usada, que he colgado yo detrás de la puerta.

El criajo fue obediente al baño, esbozando una sonrisa bobalicona,


para volver con la toalla grande.

-        Vamos tírala aquí delante de mí.

Le indico Yolanda, mostrándole esa sonrisa suya de otro mundo.

El niñato, la abrió como para extenderla y la dejo caer delante de


aquella diosa mediterránea con cuerpazo increíble de pornostar, que,
con mucha clase y elegancia, adelanto primero un pie calzado con sus
tacones de aguja negros y luego el otro para situarse sobre la misma.

-        Huuuuummmm…vamos a ver si te gusta la fantasía que te


propongo…huuuummm.

Dijo Yolanda, mordiéndose lascivamente el labio inferior, al tiempo


que se inclinaba para coger de la mesa la botella de champán con
algo menos de la mitad.

Después, sin dejar de mirar al criajo con mirada de depredadora en


celo y pasándose la lengua por sus labios muy sensualmente, inclino
la boca de la botella lentamente por encima de su pecho y por debajo
de la cadenita con colgante de corazón de su cuello, dejando caer una
leve película de champán que se desplazaba leve y resbaladizamente
sobre su suave piel de porcelana de color moreno cetrino,
deslizándose sobre la perfecta esfericidad de las curvas de sus
enormes mamazas de talla de copa E, en forma de gota de lluvia que
se desborda por los lados y se junta por el centro, con los pezones y
las areolas extremadamente turgentes y erguidos, donde el champan
llegaba y saltaba al vacío,  como si sus extra grandes pezones,
ambos fueran un trampolín de lujuria.
El chico lo entendió al segundo y abriendo sus manos al máximo,
sostuvo aquellos perfectos y circulares globazos por la parte inferior
juntándolos y realzándolos aún más sobre su definido, recto y
estrecho torso, para abrir mucho su boca y acercando sus labios al
centro, donde se hallaban aquellos pezones de locura beberse el
champan que caía desde ellos, como si fueran una fuente,
chupándolos y succionándolos de vez en cuando con entusiasmo, con
su polla erecta en perfecto ángulo recto.

-        Ooooohhhh…..siiiiii….neneeeee…siiiiii….que bien me las


chupas….que bien me succionaaasss los
pezoneeesss….siiiiii….ooooooohhhh…..

Se retorcía de placer gimiendo con voz dulce Yolanda, cerrando los


ojos, sin dejar de verter lentamente el champán desde su pecho
superior sobre las curvas firmes y perfectas de sus tetazas, sintiendo
como el criajo bebía el espumoso líquido, al tiempo que volvía a
devorarle los pezones.

-        Huuuummm….ooooohhhh….te gustaaa neneeee…

Preguntaba Yolanda al niñato fofisano, sin dejar de morderse el labio


inferior y de pasarse lentamente la lengua por los labios, con voz
tierna de zorra jadeante, sin dejar de verter el champan sobre sus
mamazas de esfericidad y voluptuosidad extrema.

-        Glub, glub… me encantaaaa….me encantaaa…glub, glub, glub…


me enloqueceeee…

Respondía el chico sin dejar de devorar los pezones, bebiendo todo el


champan que corría por las curvas balanceantes de sus tetazas,
golpeando los muslos de Yolanda con su verga dura como el acero.

-        Ooooohhh neneeeee….como me has puesto…..y como te he


puesto……huuuummmm ese pollón que nunca se baja es
responsabilidad mía….jejeje….siéntate en el sillón relajado y déjame
que yo me ocupe de tus necesidades…miauuuu….jajaja

Dijo Yolanda maullando divertida, al tiempo que dejaba de verterse


champan sobre las tetazas y le daba la botella al criajo, que con la
polla como una veleta que apunta al frente, camino totalmente
desnudo de forma torpe hasta sentarse en el sillón de forma
espatarrada, con las piernas a ambos lados y la polla en ristre
apuntando al techo. 

Yolanda avanzo en toda la altura de su escultural figura sobre sus


tacones negros de aguja, para a continuación ponerse a cuatro patas
en toda su longitud.
-        Puuurrrr….puuurrr….puuuuurrr….esa pollita es mia…
puuuurrr….puuuurrrr…puuurrr …. Jajaja….

Se acercaba Yolanda divertida, caminando a cuatro patas


ronroneando dulcemente como una gata cachonda.

Al llegar junto al chico, se colocó entre sus piernas, mostrándole su


divina sonrisa, con un reflejo de maldad lasciva, alargo su femenina y
cuidada mano derecha de uñas rojas en su tamaño perfecto, sortijas
y pulserita y agarro por el tronco, la enérgica y ardiente tranca del
criajo.

Después hizo un gesto exagerado, pasándose la lengua por el labio


superior con expresión de ansioso deseo y apartando su preciosa
melena negra brillante de su cara con un leve giro de su cuello, llevo
su boca a la punta del prepucio del niñato, la cual empezó a devorar
con largos e intensos lengüetazos.

-        Sluuuurrrrpp….muuuak….sluuuuurrrpp…muuuuark…
sluuuurrrpp…

Chupaba y cubría Yolanda de largos lengüetazos extra ensalivados la


polla joven, vital y palpitante de Sergio, al tiempo que agitaba su
tronco acompasadamente arriba y abajo, abajo y arriba.

-        Oooooohhhhh….siiiiiiii….ooooohhhh….que
bocaaaa….oooohhh….que lenguaaaa…..oooooohhh…

Gemía disfrutando el criajo espatarrado, cerrando los ojos y pegando


sorbos de vez en cuando a la botella de champan, donde solo
quedaba un culín.

La polla ardía en la boca de Yolanda, que gustosamente, picada en su


orgullo se había propuesto hacerle al niñato una mamada magistral y
definitiva, de forma que le aminorase al máximo el efecto de las
viagras que se había tomado.

Sin soltar el tronco de la verga del chico y sin dejar de pajearlo arriba
y abajo, Yolanda, ajusto sus preciosos labios carnosos de boquita de
fresa y utilizando su lengua como húmeda y ardiente  alfombra,
empezó a bombear sobre la punta de la polla del criajo, su melena le
caía a ambos lado en forma de cortina, mientras ella se concentraba
en salivar brutalmente el glande y el prepucio del criajo, moviendo su
cabeza adelante y atrás, atrás y adelante, engullendo la punta de
aquella ardiente y vital verga.

-        Ooooooohhhh….siiiiiiiiiiii……….eres la máaaasss putaaaaa del


mundooooo….siiiii…aaaahhh……oooooohhh
Se retorcía de placer gimiendo el niñato fofisano, echando la cabeza
para atrás cerrando los ojos y agarrándose firmemente al brazo del
sillón con la mano libre.

Yolanda no hacía sino aumentar la intensidad, adentro y afuera,


afuera y adentro, sin dejar de salivar, hasta que la mano que pajeaba
la parte baja del tronco y todo el tronco estaban empapados, pero a
pesar de la intensidad y el tiempo dedicado, el chico se retorcía de
placer y gemía, pero su palpitación era regular y nada parecía
presagiar que estuviera por correrse.

-        Sluuurrrppp…sluuuurppp….vamos cariño, dame de beber un


poco de champan a través de tu rabito….huuuuummmm

Pidió mimosa Yolanda, poniéndole al criajo ojitos, el cual bajo la


botella de champán lentamente y desde su depilado pubis, dejo
deslizarse por el tronco de su polla un chorro de champán.

-        Sluuurrrppp….sluuuurrrppp….sluuuuurrrppp…que rico y


fresquito……sluuurrpp…sluuuurrppp…sluuuurrpppp….que ricoooo….

Decía y bebía Yolanda con voz de niña dulce e inocente, recogiendo


con la punta de su lengua puesta en cuchara el champan, que saltaba
desde la punta del prepucio, lanzándole a la vez lengüetazos al
mismo, en toda la anchura de su maravillosa y gran lengua, mirando
fijamente al chico, que abría la boca de admiración y adoración por
aquella diosa de playboy con la que estaba cumpliendo muchas de
sus fantasías.

Yolanda aprovecho aquella pequeña tregua para refrescar la


garganta, recuperar líquidos y disponerse a someter al criajo, llevaba
toda la tarde siendo follada y doblegada a orgasmos por aquel criajo,
niñato fofisano experto en las páginas porno de internet, pero no en
la vida real, donde ella era maestra.

 Así que cuando se vacío la botella de champán y el chico la dejo caer


a un lado, Yolanda volvió hundir en su boca el prepucio, bajando con
sus ajustados labios hasta la mitad del tronco, masajeando con un
movimiento rápido y húmedo la verga del criajo, cada vez que bajaba
y subía la cabeza, bajaba y subía la cabeza aumentando el ritmo,
cada vez más rápido, cada vez más rápido. Pero el niñato volvía a
hundirse en el sillón, espatarrado, cerrando los ojos y entregándose
al placer, gimiendo y jadeando como un loco, pero manteniendo el
ritmo de palpitación de su verga.

-        Ooooooohhhh….siiiiiiiii.….siiiii…aaaahhh……oooooohhh….me
vuelveeess locoooo…aaahhhhh
No dejaba de gemir y jadear el chico, con el rostro sudoroso y
desencajado por el placer.

-        Sluuuurrrrpp….chuuupp….sluuuuurrrpp…chuuuupp…
sluuuurrrpp…

Yolanda no dejaba de aumentar la intensidad de su mamada,


devorando con el masaje lingual su glande y todo su prepucio a un
ritmo endiablado, metiendo y sacando de su boca la polla del criajo,
adentro y afuera, afuera y adentro, con su mano y el nabo del niñato
bañado en su propia saliva, suspendiendo sus carnosos y turgentes
labios sobre la punta de la verga del chico, para subir su preciosa
mano y masajear intensamente y con gran maestría con su femenino
pulgar el glande del niñato, mientras los minutos pasaban y pasaban.

-        Ooooooohhhh….siiiiiiiii.….siiiii…aaaahhh……oooooohhh…
aaahhhhh

Seguía retorciéndose el criajo de placer con los ojos en blanco y la


boca muy abierta.

-        Sluuuurrrrpp….chuuupp…. buuufff…sluuuuurrrpp…chuuuupp…


buuuufff…sluuuurrrpp…

Continuaba Yolanda, chupando y lamiendo la verga del niñato,


ajustando sus suaves y cálidos labios, resoplando por el esfuerzo, con
el rostro que empezaba a enrojecérsele, mirando al criajo con cierta
rabia, agitando de vez en cuando la cabeza para apartarse el pelo.
Yolanda empezaba a estar mosqueada y picada en su orgullo, como
era posible, llevaba casi diez minutos haciéndole al niñato fofisano
una de las mejores mamadas que había hecho nunca y ahí
continuaba sin llegar a correrse, sin alcanzar el orgasmo, maldita
viagra combinada con aquella juventud viril.

Pero aquello no iba a quedar así, Yolanda se sacó la polla erecta e


hirviente del criajo de la boca y mirándolo fijamente, con mirada dura
y desafiante, llevo su mano derecha a su muñeca izquierda, donde
tenía una goma para el pelo, sacándola de la muñeca llevo sus manos
atrás y rabiosa, elegante y sensualmente, se recogió el pelo para
hacerse una coleta, que se ajustó con gran clase con la goma,
mientras el chico jadeaba recuperándose.

Con el pelo recogido en una coleta, de rodillas y sin dejar de mirar


con furia sexual al criajo, poso su femeninas y delicadas manos en los
fofos muslos del niñato y ajusto sus labios turgentes y rojos a su
ardiente y erecta polla y sin dejar de mirarlo, empezó a bombear con
todo su cuerpo hacia adelante y hacia atrás , hacia atrás y hacia
adelante, hundiendo su cara sobre el tronco del niñato hasta que su
redondeada, preciosa y respingona naricita golpeaba con su pubis,
tragándose completamente su verga, cada vez más rápido, cada vez
más rápido, adelante y atrás, atrás y adelante, adelante y atrás,
atrás y adelante, con un ritmo increíble, mientras sus magníficas y
redondas inmensas tetazas turgente y erguidas se agitaban adelante
y atrás , atrás y adelante, golpeando las rodillas del criajo.

-        Ooooooohhhh….siiiiiiiii.….siiiii…aaaahhh……oooooohhh…
aaahhhhh…Ooooooohhhh….siiiiiiiii.….siiiii…aaaahhh……oooooohhh…
aaahhhhh…..

Comenzó a aullar Sergio dando relinchos de placer, espatarrado


agarrándose a los brazos del sillón como si fuera a arrancarlos.

-        Ooooooohhhh….siiiiiiiii.….siiiii…aaaahhh……oooooohhh…
aaahhhhh… me quiero correr en tu bocaaaa….quierooo ver….como me
corroooo en tu bocaaa….Ooooooohhhh….siiiiiiiii.….siiiii…aaaahhh……
oooooohhh…aaahhhhh…..

Pedía el criajo entre gemidos y jadeos brutales, con la cara


desencajada, empapado en sudor, tratando de mantener los ojos en
la mirada de aquella diosa mediterránea, de preciosa sultana del
sexo, aquellos ojos de misterio que le miraban con fiereza sexual.

-        Aaaaahhhhhh…..me corrooooo….me cooooorrooooo…..

Empezó a gritar el niñato fofisano, al tiempo que su polla había


empezado a palpitar ferozmente en la boca de Yolanda, la cual en
una habilísima maniobra, paro, se retiró del pubis del criajo, el cual
se incorporó de un salto, rojo como un pimiento, poniendo todo su
fofo cuerpo en tensión, mientras Yolanda estaba de rodillas sin dejar
de mirarlo a la cara, entrecruzando sus miradas, el criajo colocó la
punta de su verga sobre la punta de su lengua, la cual torsiono
levemente en forma de cuchara, a la vez que con su femenina mano
derecha le sacudía ferozmente la polla.

-        Oooooohhhh……siiiiiii……
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhh

Estallo el criajo en un caudaloso orgasmo, la primera ráfaga


abundante y cálida de su leche se disparó ferozmente dentro de la
boca de Yolanda, resbalando sobre su lengua y rebotando en su
paladar, cayendo directamente a través de su esófago, la segunda y
la tercera ya no pasaron del paladar, de forma que Yolanda pudo
recogerlas con su lengua, así como la cuarta, quinta y sexta ráfaga
de la polla del niñato fofisano, que totalmente sofocado disfrutaba de
lo lindo de contemplar a su diosa del sexo conteniendo en su boca su
semen.
-        Chuuup…chuuup…chuuup….chuuuuppp….chuuupp

Acabo de limpiar y lamer hasta la última gota de la empapada verga


del criajo Yolanda.

Yolanda se separó levemente del chico y sin dejar de mirar su


sofocado rostro de satisfacción bobalicón, abrió su boca mostrándole
su semilla, jugueteando con su leche por la boca, para volver a abrir
la boca y mostrarla sobre su lengua en forma de cuchara.

-        Gar-gar-gar….gar-gar-gar-gar- SLUUUP.

Gargajeo con la leche del niñato, justo antes de tragársela toda de un


trago.

-        Huuuummmm…que rica e hidranteeee…..huuuuuummmm

Dijo divertida Yolanda, antes de relamerse como una gata en celo,


pasándose ostentosamente la lengua de un lado a otro por su labio
superior.

-        Ooooooooooohhhhh……me encantaaaaa…….

Dijo con voz profunda y exhausta Sergio, antes de tambaleante


dirigirse a la cama y dejarse caer sobre ella agotado.

-        Jijijji….nene….por fin…por fin….te he dejado algo


agotado….jijijjii….

Se reía risueña y divertida Yolanda, poniéndose en pie y dirigiéndose


con su elegancia natural a la cama, para tumbarse junto al chico en
toda la extensión esbelta y voluptuosa de sus brutalmente sexuales
firmes y perfectas curvas.

-        Huuummmm…es que quiero disfrutar de ti todo lo que pueda…


es mi última vez contigo…quien sabe…si te hago disfrutar los
suficiente a lo mejor…en el futuro…

Musitaba el criajo con voz de suplicante, poniendo ojos de cordero


degollado, mientras Yolanda con rostro paciente movía el cuidado
dedo índice de su mano derecha de izquierda a derecha y de derecha
a izquierda, haciéndole el conocido gesto de la negación, mientras lo
miraba con sus ojos de diosa morena,  oscuros, grandes y brillantes
de preciosa sultana.

-        Ya sabes que no hay futuro, cariño, solo hay, hoy, aquí y
ahora…así que aprovecha.
Le dijo Yolanda poniéndole morritos y ojitos de loba en celo.

El niñato fofisano se conformó y se abalanzo cuidadosamente sobre


Yoli, lanzando sus manos sobre las curvas insuperables del cuerpo
firme y esbelto de Yolanda, absorbiendo su tacto suave y sedoso,
mientras enroscaba sus labios entre los labios de aquella guapísima
diosa del sexo, deleitándose en un beso francés interminable, que ella
devolvía con gusto, entregada al deseo del chico por ella y por su
cuerpo, sintiendo como sus dedos se hundían en su firme y sedosa
piel de moreno cetrino, como si sus yemas estuvieran absorbiendo
cada milímetro de sus curvas, acariciando y arando con sus yemas su
vientre firme y liso, suave como el terciopelo, jugando con el piercing
de su ombligo, recorriendo sus caderas y su espalda lentamente,
mientras abrevababa en los labios carnosos de su boca, besándolos y
enroscándose en la lengua de la diosa morena de forma insaciable.

-        Oooooohhh…neneeee…siiiii….siiiii….devorameeee…..siiiiiiii…

Se retorcía de placer Yolanda, dejando que la lengua y los labios del


criajo descendiesen por su cuello suave de porcelana, sus hombros,
lanzándose a sus antebrazos primero el derecho, luego el izquierdo,
lamiendo todos sus definidos y esculturales brazos, hasta alcanzar
sus perfectas, cuidadas y femeninas manos lamiendo sus palmas,
chupando cada uno de los dedos.

-        Jajajajaja…jijijiji…..huuuummm…sigueeee… neneee…..jajajaja

Se reía divertida Yolanda, cuando el niñato fofisano chupaba sus


perfectos dedos de uñas rojas de perfecta longitud, ni muy largas, ni
cortas, chupándolos de uno en uno, del pulgar al meñique, primero
de una mano y luego de la otra, para al finalizar lanzarse de nuevo a
sus perfectas y redondas mamazas en forma de gota de lluvia,
inmensas turgentes y erguidas, enterrando su cabeza entre ambas,
mientras al estar de costado, dirigir sus manos a las perfectas y
fibrosas nalgas del culo perfecto de Yolanda, sin un milímetro de
celulitis, ni piel de naranja, y empezar a amasarlas con deseo y
ansiedad, clavando en su inmensidad de perfecta circunferencia sus
dedos como garras, haciendo vibrar entre sus manos aquellos glúteos
perfectos y fibrosos.

-        Oooooohhh…neneeee…siiiii….siiiii….chupaaaa…
lameeeee…..siiiiiiii…

Se retorcía de placer Yolanda, cerrando los ojos y estirando sus


brazos mientras la legua del chico recorría la curva perfecta de sus
enormes tetazas, parando un segundo para succionar levemente sus
extra grandes pezones y continuar bajando, devorando el canalillo a
base de lengüetazos. 
-       
Sluuuuurrpppp….chuuuuppp….sluuuurrrpppp….chuuuuuppp…..sluuuur
rppp

Devoraba el criajo con sus labios, moviendo su lengua como una


ardiente y húmeda serpiente nerviosa, recorriendo el perfecto y largo
vientre liso de Yolanda, jugueteando ferozmente con el piercing de su
ombligo, recorriendo con sus besos y lametazos la firme y perfecta
cadera y cintura de avispa Yolanda, de lado a lado.

-        Oooooohhh…neneeee…siiiii….siiii…..siiiiiiii…

Bajaba sus delicadas y cuidadas manos Yolanda, para agarrar entre


ellas los mechones escasos del pelo corto del niñato fofisano, sin
dejar de contonearse lentamente de placer, mientras este devoraba
el depilado brasileño de su monte de Venus, antes de bajar hasta
situarse entre sus piernas y empezar a mordisquear, lamer, chupar,
succionar la piel sedosa y firme de sus muslos llenos y esculturales,
alternativamente primero el izquierdo, luego el derecho.

-       
Sluuuuurrpppp….chuuuuppp….sluuuurrrpppp….chuuuuuppp…..sluuuur
rppp

Yolanda se tensionaba, estirando su cuerpo al máximo, cerrando los


ojos y jadeando de placer con voz dulce y aniñada, con la boca
abierta, llevándose las manos a la cabeza para enterrar sus
femeninos y delicados dedos entre su melena negra y brillante.

-        Oooooohhh…neneeee…siiiii….siiii…..siiiiiiii…neeneeeee

Sergio siguió chupando alternativamente una pierna y otra,


deslizando para ello las medias negras de seda transparente hacia
abajo, elevando las piernas cuando así su deseo de devorar el cuerpo
de perfecta diosa del porno de Yolanda lo requería,  devorando las
rodillas, su parte posterior, sus gemelos, sus espinillas, hasta que
alcanzo los pies, saco primero el tacón negro de aguja izquierdo,
sacándole delicadamente la punta de la media admirando aquellos
perfectos y cuidados pies, levantándolos sin dificultad para Yolanda,
debido a su atlética elasticidad, para devorarle primero los tobillos,
luego los talones, después el empeine, la delicada y saneada suela
del pie y después chuparle uno a uno los dedos, parándose
especialmente en el segundo para juguetear con el anillo de plata que
lo decoraba.

-       
Sluuuuurrpppp….chuuuuppp….sluuuurrrpppp….chuuuuuppp…..sluuuur
rppp
Chupaba, lamia, y besaba el niñato fofisano, para después dejar
cuidadosamente el pie sobre la cama y dirigirse al derecho a repetir
la maniobra, sacando primero delicadamente el tacón de aguja negro
de suela roja, extraerle con dedicación y devoción la última media
transparente de seda negra, pegar su rostro al levantado tobillo
derecho con la cadenita de oro que lo decoraba, y empezar a
devorarlo jugueteando con su lengua con la cadena, repetir luego con
el talón el empeine, la suela y todos y cada uno de los dedos
perfectos y cuidados de preciosas y pintadas uñas rojas,
concentrándose especialmente en el segundo que llevaba el anillo.

-        Oooooohhh…neneeee…siiiii….siiii…..siiiiiiii…
neeneeeee….ooooohhhh…..noooo pareeesss…..

Apenas forzada por su elasticidad, gemía entre espasmos de placer


Yolanda, agarrándose con fuerza a la sabana con sus babeadas
manos femeninas, mordiéndose el labio inferior, cerrando los ojos
retorciendo su preciosa cabecita, disfrutando de lo que más la
excitaba y calentaba, sentir el deseo salvaje e infinito de un hombre
por ella, ser devorada de los pies a la cabeza.

-        Date la vuelta…vamos diosa puta del sexo…date la vuelta…

Exigía con voz agresiva y temblorosa por el deseo el criajo.

 Yolanda poniendo cara de niña traviesa y revoltosa se dio la vuelta,


alzando juguetonamente su respingón y fibroso culo, como un postre
de firme gelatina en forma de inmensa y perfecta circunferencia,
ofrecida al chico, el cual se abalanzo sobre él cuidadosamente,
lamiéndolo, mordisqueándolo y chupándolo, especialmente el tatuaje
del sol de color verde que decoraba la nalga izquierda de Yolanda

-       
Sluuuuurrpppp….chuuuuppp….ñaaammmm….sluuuurrrpppp….chuuuu
uppp…..sluuuurrppp…chuuup… ñaaammmm.

Con la cabeza bocabajo girándola de lado a lado, retorciéndose como


una serpiente cachonda, cerrando los ojos y entregándose al placer
supremo de aquella boca, labios y dientes que la deseaban con
locura, gemía Yolanda

-        Oooooohhh……siiiii….siiii…..siiiiiiii…
neeneeeee….ooooohhhh…..noooo pareeesss…..aaaahhhh….

El niñato estuvo dedicado con su culo, tanto tiempo como el que


había pasado recorriendo todo su cuerpo con su lengua, se notaba
que le enloquecía.
-        Oooooohhh…..ooooohhh…quiero follarte el culoooo…quiero
follarte este maravillosoooo culoooo…

Gemía con desesperación el criajo a cuatro patas tras Yoli, con la


polla otra vez tiesa y enrojecida, balanceándose adelante y atrás y
golpeándole con ella en mitad de sus rajas.

-        Oooooohhh…siiii cariñoooo….. siiiii…coge el aceite lubricante de


la mesita de noche…lubrícate el pene, y también mi ano…lubrícalo
bien…para eso lo he traído…neneee…

Contesto muy melosa Yolanda, señalando a la mesita de noche y a la


botella de aceite lubricante sexual. 

El criajo se acercó a la mesita de noche de rodillas, bordeándola,


mientras ella estiraba su cuerpo, apoyando sus brazos y su tronco
sobre la cama y alzando sobre sus rodillas su maravilloso culazo de
bailarina de samba, poniéndolo en posición ideal para ser penetrado.

Sergio volvió a su posición tras ella, con la botella de aceite y empezó


a echarse cortos chorros por encima de su inerte polla, cubriéndola
completamente de aceite con su mano derecha. Después se quedó un
poco pensativo y parado.

-        ¿Qué pasa nene?

Pregunto Yolanda ante el paso del tiempo sin que sucediese nada.

-        Es que, es que…bueno estoy harto de verlo en internet…


peroooo….no lo he hecho nunca.

Dijo algo ruborizado el niñato fofisano sin saber hacia dónde mirar.

-        Hummm..jejeje…no te preocupes cariño…úntate primero el


dedo índice y a la vez deja caer aceite por mi ano, y me vas metiendo
el dedo índice poquito a poco, haciendo círculos con él, yo tengo
experiencia y te iré ayudando con mi propia dilatación, cuando tu
dedo índice se mueva fácilmente, te cubres de aceite el corazón y me
metes los dos sin dejar de echar aceite en mi ano, cuando ambos se
muevan ya me puedes meter tu colita…cariño jijiji.

Describió dulce y comprensiva Yolanda.

-        Vale entendido.

Contesto el criajo algo dubitativo, cubriendo su dedo índice derecho


de aceite y dirigiéndolo al ano de Yolanda, que alzo aún más la
perfecta redondez de la enorme circunferencia de su culo para
facilitar la maniobra al chico, el cual hundió hasta el fondo el dedo
índice, a la vez que vertía sobre él aceite.

-        Uuuuuuuuhh…..uuuuuhhh….. así neneeee…asiii despacitoooo…

Gemía Yolanda con una terriblemente sexy voz dulce de niña


traviesa.

Mientras el niñato, de una manera inexperta pero curiosa seguía


metiendo y sacando su dedo índice del culo de Yolanda, cada vez más
rápida y violentamente.

-        Uuuuuuuuhh…..uuuuuhhh….. neneeee…despacitoooo…


despacitoooo…

Se empezaba a quejar Yolanda notando la ansiedad y la violenta


penetración del chico.

-        ¿Puedo meter el otro ya…puedo, puedo, puedo…?

Preguntaba el chico ansioso, sin dejar de acariciarse la punta del


capullo con su mano libre.

-        Uuuuuuuuhh…..uuuuuhhh….. siiii…neneeee… siiii…pero …


despacitoooo…despacitoooo…

Contestaba Yolanda con cara de molestias y placer a la vez, ante la


violenta penetración de los dedos del criajo

Este saco el índice, lo junto con el corazón y baño ambos en aceite,


para después ajustarlos en la entrada del ano de Yolanda, que alzo
aún más el culo, facilitando la dilatación.

-        Uuuuuuuuhh…..uuuuuhhh….. asi neneeee…asiii…..uuuuhhhh…


ahora despacitoooo…..

Volvió a gemir de gusto Yolanda, mientras el niñato le dilataba el ano


con cara de ansiedad e impaciencia.

-        Despacitooooo…despacitooooo…despacitoooo…
neneeee….despacitoooo….

Se quejaba Yolanda, ante la violencia y rapidez en que los dedos del


criajo le penetraban el culo.

-        Oooooohhhh…te la quiero meter ya…..¿puedo metértela ya…


puedo?
Preguntaba ansioso y deseo el niñato fofisano, de cuerpo palido y
rostro enrojecido.

-        Nooooo….aún noooo nene…uuuuhhhh…


maaaaass….despaciooo..maaass…despacioooo

Se quejaba Yolanda, del ritmo del bombeo de los dedos del criajo,
que se los metía violentamente en el culo y trazaba círculos dentro de
ella para dilatárselo más rápido.

-        Ya puedo…ya, ya, ya..

Seguía insistiendo impaciente el criajo, metiendo y sacando hasta el


fondo sus dedos violentamente.

-        Aunn..nooooo…. nene..aun nooo..me estoy..uuuuhh…despacio


neneee…me estoy dilatando….

Se quejaba Yolanda, apretando las sabanas entre sus manos por el


dolor, esforzándose por ayudar en la dilatación.

-        Ya puedo…ya, ya, ya, ya, ya…mis dedos bailan dentro de tu


culo…quiero ya, ya, ya…

Exigía impaciente y ansioso el niñato fofisano, con cara y ojos de


loco…

-        Vale…valeeee…intenta meter tu polla…pero lubricala bieeen.

Accedió Yolanda, con gestos de incomodidad y placer, al tiempo que


volvía a tirar las rodillas hacia atrás y colocaba su perfecto y esférico
culo respingón en posición, como una diana para la verga del criajo.

-        Voy, voy,…..uuuuuhhh….aaaaagggg….ooooohhh….entrooooo…

Exclamo Sergio, mientras sentía la enorme presión del culo de


Yolanda envolviendo su polla conforme entraba.

-       
Uuuuuuuhhhh…..aaahhhhh..neeeeeneee..despacitoooooo…..ooooohhh

Gemía entre de placer y dolor Yolanda, cerrando sus perfectos ojos


de largas pestañas, encogiendo sus hombros y apretando por el dolor
las sabanas entre sus perfectas y femeninas manos.

-        Oooooohhhh…..que estrechooooo….ooooohhhh…….


Se quejaba el criajo, echando más aceite sobre su verga sin dejar de
meterla suavemente, bombeando, adentro y afuera, afuera y
adentro, hasta que se sintió lo suficientemente confortable en la
penetración y empezó a bombear brutalmente hasta el fondo,
golpeando con su pubis en las nalgas de Yolanda, apoyando sus
manos pálidas al final de las nalgas y el principio de su espalda ,
junto a los hoyuelitos de los riñones, empujando cada vez más fuerte,
adelante y atrás, atrás y adelante entrando ferozmente en el culo de
Yolanda.

-        Aaaaahhhhhhh….aaaaaaaaaahhhhhhhh……
oooooohhhh….neneeeeeee….aaaaaahhhh…maaaas
despaciooooo…..aaaaaaahhhh….

Aullaba de placer y dolor Yolanda, que se había elevado sobre sus


antebrazos con los codos doblados, poniéndose en posición de
perrito, haciendo fuerza con sus brazos para aguantar las embestidas
del niñato, que se la metía hasta el fondo, sacándola hasta la punta y
volviéndosela a clavar de un golpe, haciendo vibrar con sus
embestidas sus perfectas enormes y fibrosas nalgas respingonas de
bailarina de samba, vibraciones brutales que dibujan círculos
perfectos en el aire uno tras otro, uno tras otro, como las perfectas
vibraciones curvas, que se dibujan en el agua al arrojar en ella una
piedra.

-        Aaaaahhhhhhh….aaaaaaaaaahhhhhhhh……
oooooohhhh….neneeeeeee….aaaaaahhhh…maaaas despaciooooo…..
maaaasss despacioooo….aaaaaaahhhh….aaaahhhh..

Aullaba Yoli, abriendo mucho la boca, sujetándose fuertemente sobre


sus manos clavadas en las sabanas y el colchón de la cama, abriendo
mucho la boca, mientras sus tetazas inmensas y de perfecta
redondez se balanceaban salvajemente adelante y atrás, atrás y
adelante, hasta casi darle en la barbilla.

-        Oooohhh siiiiii…putaaaa…que ereeeees la mejoooor putaaa del


mundooooo…con el mejor culooooo del mundooooooo….que
culooooo…..y es mioooooooooo….siiiiiii…..aaahhhhh

Gemía y gritaba de placer el niñato fofisano, sin dejar de penetrarla


hasta el fondo, adentro y afuera, afuera y adentro, golpeando con su
pubis en aquellos glúteos espectaculares que vibraban salvajemente.

-        Neneeeeee….neeeeeeneeee….aaaaaahhhh…
ooooohhhh….siiiiiiii…siiiiii

Gemía y gritaba Yolanda, con espasmos salvajes de placer anal,


entregada a la penetración tumbada de nuevo con los brazos caídos,
mordiendo ferozmente la almohada con todo el cuerpo sacudido
salvajemente, adelante y atrás, atrás y adelante, al ritmo de la
taladración del criajo.

-        Oooooooooooohhhhhhhhhh………
mmmmmmuuuummmm….aaahhhhh…huuuuumm

No paraba de gemir Yolanda, con el rostro desencajado, los ojos del


revés, la boca muy abierta, mordiendo la almohada, abriendo la boca
y jadeando salvajemente, completamente poseída por el placer anal,
perdida la noción del tiempo.

El criajo se volvió a posicionar, echando las manos hacia atrás,


colocando cada una de sus manos sobre una nalga y clavándole los
dedos, empezando a penetrarla de nuevo brutalmente, sacándola
hasta la punta y clavándola hasta el fondo una y otra vez, adentro y
afuera, afuera y adentro.

-        Me vuelves locooooo….me vuelves locoooooo…oooooooohhhh….

Relinchaba de placer el criajo, clavándole los dedos a Yolanda, hasta


hacerle sangre con sus yemas.

-        Aaaaaahhhhh……
ooooooooouuuuhh…….oooooouuuuhhh….neneeeeeeee……

Aullaba de placer Yolanda, que parecían gritos de dolor estallando en


un orgasmo anal, casi al borde del desmayo, mientras el criajo seguía
penetrándola sin descanso, desde hacía rato.

-        Oooooohhh…ooooohh….oooohhh…..siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii

Sintió Yolanda en su segundo orgasmo anal, como el criajo vertía


todas las ráfagas de su cálida leche dentro de su perfecto y glorioso
culo, dentro de ella entre espasmos y sin dejar de perforarla, por
suerte para ella, empezaba a tener las pelotas vacías y el efecto de la
viagra empezaba a menguar.

XI

Sergio se desacoplo flácido y agotado, totalmente sudado, cayendo


tumbado al lado de Yolanda, recuperando el aliento.
-        Ooohhh…buuuuufff…neneeeee, joder con la
viagra...huuuummmmm….que combinación con tú juventud para mi
bien….jajajajaja…..

Se giró riendo risueña, con su dulce y femenina voz, atusandose los


cabellos de su perfecta melena, mientras sus divinas y perfectas
curvas se ubicaban en toda su perfecta turgencia y firmeza.

-        Vamos nene, recupérate un poco y ves al mueble bar, abre la


botella de Jameson y prepárate y prepárame un whiskito…

Le pidió Yolanda al niñato fofisano, guiñándole el ojo con toda su


simpatía, mientras se acomodaba los almohadones en forma de
respaldo y se sentaba en la cama con el semen del criajo saliéndole
de su culo y sus perfectas tetazas en forma de gota de lluvia erguidas
esplendorosamente sobre su suave, terso y firme vientre.

Este cogió aire y bajo de la cama obediente, pero con claros síntomas
de cansancio, acercándose al mueble bar y a la nevera, sacando la
botella de Jameson y preparando un par de whiskies con hielo.

-        Huuuummmm….Yolanda…tengo algo que contarte……


huuuuummmm

Dijo el criajo con voz dubitativa y preocupada, que puso a la mujer en


guardia. 

-        ¿Si Sergio que has de contarme?

Pregunto Yolanda con la voz fría y a la expectativa.

-        Bueno…veras te acuerdas que te conté…que…huuuummm…


necesite ayuda de un tío, un pringaillo, que pasa costo entre los
estudiantes de la privada, porque cuando era pequeño su familia
tenía pasta y vivía en las urbanizaciones…

Explicaba el criajo con voz temblorosa.

-        ¿Si, me acuerdo y qué?

Respondía Yolanda con voz fría y reservada.

-        Pues, él fue el que me paso el costo y me ayudo a poner a


Belén ciega…y gastamos mucho en costo y del bueno.

Siguió exponiendo el niñato, con un tono justificativo de la voz.

-        Y….no comprendo.


Contesto impaciente y sin comprender Yolanda.

-        Pues que, una cosa es pagarle el costo, pero él me ayudo en


todo lo demás, en mover a Belén, en emborracharla y en jugárnosla a
que nos pillase la policía y nos escapamos con su coche.

Seguía explicando el chico, como si se justificasen las cosas por sí


mismo.

-        ¿Si, si, y qué?

Interrogaba Yolanda al criajo, con los brazos abiertos como


esperando una respuesta definitiva.

-        Pues que, aunque el tío es un tonto del culo, bastante ingenuo
y fácil de engañar, porque siempre va colgao, de esto el tío se dio
cuenta que era todo mucho riesgo y que Belén lo podía acusar a él y
para exculparme a mí, o que nos podía pillar la poli…así que exigió
algo más para ayudarme y para callar la boca.

Seguía hablando el criajo con voz autojustificativa.

-        ¿Y cuanto dinero hay que pagarle?

Respondió Yolanda con voz resignada de reproche.

-        Pues el cabrón alelado no quería dinero, quería algo diferente…


y como tú me has dicho varias veces que te gusta los tríos y a mí me
vuelve loco la idea y el morbo….puesss….

Contesto el niñato sosteniendo los dos vasos de whisky y mirando al


suelo.

-        Queeeee….no me digas….queeee…

Empezo a elevar el tono de la voz Yolanda con gran indignación.

-        Él no tiene ni idea de quién eres y nunca está en nuestros


barrios, urbanizaciones, ni otros lugares que frecuentes, además
como nos estamos viendo en esta ciudad, se cree que eres de aquí,
pues le dije que tendría una ración de sexo salvaje de despedida con
una escort de lujo, aquí en esta ciudad, es un alelao, que va drogado
la mitad del día, dentro de dos días ni se acordara de ti.

Contesto el criajo a toda velocidad en un tono justificativo de voz.

-        No me lo puedo creer…no me lo puedo creer…es un riesgo que


no pienso correr…no lo pienso correr.
Dijo Yolanda con voz rabiosa e irascible.

-        Solo sería la última hora…si no folla con nosotros en trio…ya


dijo que iría a la policía, para asegurarse que no se comía él solo el
marrón, y si me delata…tendré que explicarlo todo.

Respondió el criajo con voz y mirada suplicante.

Yolanda bajo la mirada, ya le parecía a ella que todo había salido


demasiado bien. Se puso a pensar rápidamente, agobiada por el
riesgo máximo, que suponía tanto la entrada de este nuevo jugador,
como el jaque mate que suponía su exclusión.

-        Sí que es tonto y alelao tu “amigo”, si cree que por ir a la poli


él, va a quedar libre de todo esto.

Contesto Yolanda con rabia y retintín.

Sin dejar de pensar, la verdad es que hasta ese momento había


disfrutado como una cerda de aquella salvaje sesión de sexo, como
hacía años no lo hacía y la perspectiva de un trio, la volvía loca de
deseo, le encantaba ver que el criajo no tenía celos a compartirla, al
revés, le gustaba hacerlo, que bien había hecho el porno en internet
en aquel niñato fofisano.

Por otra parte, si se negaba y despedía a aquel alelao, el riesgo era


máximo y todo se podría desmontar como un castillo de naipes.

-        Está bien, pero no vas a decir en ningún momento mi nombre,


vas a presentarme y tratarme siempre como a una puta de lujo y lo
primero que harás cuando llegue, es meterle en el baño y que se
desnude y deje todo allí, incluido el móvil, yo entrare después y
revisare todo, después se duchara antes de unirse a nosotros ¿Esta
claro?

Contesto imperativa e inapelable Yolanda.

-        Si, si….lo hare como tú digas, también le he dicho a Luis, que
se depilase los huevos si quería participar.

Dijo el criajo con el cuerpo y el rostro relajado, esbozando una


sonrisa en su cara, acercándose con los dos vasos de whisky a la
cama.

-        Jajajaja….jajajaja…..sera divertido verle la piel de los huevos


roja y pelada, como una gallina desplumada….jajajajaja….jajajaja…
Decía Yolanda entre carcajadas, más relajada y divertida, al tiempo
que agarraba el vaso de whisky on the rocks, que le traía el criajo a
la cama.

-        Huuuuummm que ganas que tengo de follar en trio contigo…y


de hacerte un sándwich conmigo y con Luis…me muero de ganas,
desde que me decías en mis recompensas que te encantaban los
tríos, no dejaba de ver videos de tríos e imaginarme que la tía eras
tú, aunque estas mucho más buena que cualquier tía de cualquier
video...muuuuuaaakkkk

Beso el niñato fofisano en la boca a Yolanda, previamente a que ella


diera su primer sorbo a la copa de Whisky, mostrando su más
esplendida y divina sonrisa, que derribaría las columnas más altas
por su belleza.

El criajo le dio un largo y profundo sorbo a su copa de whisky y


dejándolo en la mesita de noche  se sentó junto a Yolanda, apoyando
la espalda en el respaldo de la cama y rodeando a aquella
superhembra de playboy por detrás con sus brazos, hasta alcanzar 
con sus manos completamente abiertas sus enormes, turgentes,
redondas, erguidas y esféricas tetazas de enorme areola morena y
pezones extragrande oscuros, para amasarlas y absorber su terso y
sedoso tacto milímetro a milímetro, pellizcando y jugueteando con
sus pezones, para deleite de Yolanda que sonriendo, no dejaba de
darle cortos sorbos a su copa de whisky, abandonándose a las manos
insaciables del criajo, que llevaba toda la tarde llenándola de un
placer, que deseaba sobre todas las cosas y que hacía demasiado
tiempo que no tenía.

-        Oooooohhh….me pasaría el resto de mi vida, acariciándolas,


sobándolas, amasandolaaaasss…..oooohhh……….sluuurrrppp…
sluuurrppp…

No dejaba el niñato fofisano de apretar, amasar y pellizcar, mientras


le chupaba la suave y sedosa piel de la espalda, y Yolanda se
entregaba a su tacto agresivo y hambriento, insaciable, que solo
paraba para volverse y dar un trago largo a su whisky.

A ese ritmo Sergio no tardo en acabarse la copa de whisky, mientras


absorbía por sus yemas toda la espectacular sexualidad de aquellas
exuberantes mamazas, enormes, perfectas, esféricas, lozanas y
desafiantes con la gravedad.

-        Huuuummmm….neneeee vamos …huuuummm ves a darte una


ducha rápida, que hemos sudado mucho, luego iré yo…
huuuummmm…así que deja el albornoz para mi…huuuummm…y
dejale una toalla a tu amiguito…. Huuuummm….
Pedía Yolanda al criajo, removiéndose como una gata caprichosa, con
sus tetas cubiertas por los dígitos de los dedos del chico.

El cual le dio un último beso en el hombro y sonriente, bajo de la


cama y se dirigió al baño de la habitación.

Yolanda continúo sentada en la cama, disfrutando plácidamente del


whisky, cerrando los ojos y degustando el momento, la verdad es que
estaba corriendo un enorme riesgo de que todo se fuera a la mierda,
aunque con lo destrozado que estaba ahora el imbécil de Vicente, si
se enterase de alguna manera, de que era el hombre más cornudo
del universo, le daría un irremediable ataque al corazón, pensaba Yoli
con regusto.

La verdad era que en ese momento era un gatito en sus manos,


completamente humillado y denigrado por la criaja, desengañado de
su falso aprecio por su hija, de la que renegaba completamente,
puesto que, como buen egoísta egocéntrico, nunca había querido,
pues solo representaba una “persona objeto” más de su colección y
de su imagen tradicional de familia derechona, por lo que la
decepción, le justificaba excluirla de cualquier clase de aprecio o de
contrapartida por su parte.

A pesar de ello o precisamente por ello, el cornudo de Vicente, era un


desgraciado débil y dependiente en extremo del reconocimiento y el
afecto de los demás, tan consciente como era de que no se lo
merecía y el hecho de que su reconocimiento hubiera sido arrastrado
por el suelo, lo convertía en arcilla emocional en manos de Yolanda,
la cual ya había conseguido un verano en las islas baleares, en una
gran finca e iba camino de que incluyera su nombre en la propiedad
de la casa, poco a poco en las últimas horas, había logrado que en la
mente de Vicente solo ella figurase como el único ser vivo sobre la
tierra, al que él debía entregar su aprecio y su confianza, el único
respaldo personal y la única merecedora de todos sus privilegios, su
amante, fiel y devota esposa, que le daba a él esa imagen de hombre
de negocios exitoso con una enamorada esposa, que era una
auténtica diosa. Pobre imbécil que equivocado estaba.

Desde aquella perspectiva, los riesgos en aquel momento estaban


bajo mínimos, Yolanda era el único palo al que se agarraba Vicente
en el naufragio de su vida, seguramente cuando pasase el dolor de la
herida y cicatrizase el ego maltrecho, volverían su paranoia y sus
celos enfermizos, por eso también debía aprovechar ahora.

 Además el criajo se marchaba a la otra punta del país a la mañana


siguiente, señalado y castigado por unos padres hartos de él, que no
le permitirían ni una más, delatarla lo pondría en el centro de la diana
y muy seguramente, los padres no se opondrían a que comiese un
poco de cárcel, eso Sergio lo sabía, por lo que disfrutaría de aquel
momento, lo guardaría para siempre y se marcharía a la otra punta
del país durante varios años a empezar una nueva vida y mirar de
recuperar el favor y el dinero de sus papaítos y el tal Luis, era un
veinteañero del extrarradio con el cerebro en el culo, que llevaba
mala vida y que solo se movía por los campus privados para obtener
clientes, no había lugares comunes entre ellos, sería casi imposible
que volviesen a verse nunca más y si lo hacían, por el ritmo de
consumo de hachís diario que debía llevar, no recordaría ni su
aspecto, ni el de nadie con quien hubiese estado horas el día anterior.

Se deleitaba pensando Yolanda, apurando los últimos tragos del vaso


de whisky, mordiéndose el labio inferior y excitándose, ante la
perspectiva de un trio con dos machos jóvenes y vigorosos que la
deseaban enloquecidamente, cuanto tiempo hacía que no se montaba
un trio con dos tios, cuanto tiempo y que ganas, como iba a disfrutar.

-        Siguienteeeee……

Se oyó la voz alegre del criajo, que salía hasta la habitación con el
pelo semimojado y revuelto, su cuerpo pálido y fofisano con una leve
curva en la barriga, cubierto con una toalla en la parte de abajo.

-        Jajaja…es mi turnoooo…jajajaja…

Rio risueña y esplendida Yolanda, en el cenit absoluto de su belleza,


con aquella sonrisa amplia y brillante, dibujada en su precioso y
alegre rostro, bajando de la cama, agitando en el aire toda la
turgencia y firmeza de sus voluptuosas curvas, adheridas a su
escultural cuerpo de diosa mediterránea, para pasar junto al chico,
que no dejaba de mirarla de arriba abajo, con el hambre intacta por
aquel cuerpo de diosa del sexo. 

Entro en el cuarto de baño con el niñato fofisano siguiéndola


lentamente.

-        Cariño, hay cositas que prefiero hacer solita.

Dijo Yolanda con voz dulce, femenina y aniñada.

-        Vale, vale…pero cuando acabes me gustaría ver como te


duchas…por favor.

Respondió el niñato fofisano con voz lastimosa y mirando al suelo.

-        Vaaaaleeee…no te preocupes…te dejare que veas como me


ducho…jijiji…
Contesto Yolanda divertida y complacida por el deseo que despertaba
en el criajo, justo antes de cerrar la puesta tras de sí.

Una vez en el baño orino vaciando su vejiga y aprovecho el bidet para


lavarse en profundidad su vagina y su ano con agua muy fría,
refrescándoselos y reponiéndose de la violenta sesión de sexo de dos
horas, que ya llevaba su cuerpo, poniendo caras de gran satisfacción
y descanso.

Cuando ya se sintió suficientemente repuesta, se levantó se secó y se


dirigió a la puerta.

-        Ya puedes pasar nene.

Dijo Yolanda, dejando la puerta abierta, junto a la cual estaba el


niñato fofisano, como un perro que espera a su amo, sin toalla, ya
completamente desnudo, con la polla de nuevo en ristre.

Sergio entro con los ojos abiertos como platos, sin dejar de admirar
con deseo el cuerpazo esbelto, voluptuoso y escultural de diosa del
porno de Yolanda. Mientras esta sin dejar de sonreír con satisfacción,
se ponía frente al espejo atusándose primero el cabello, a la vez que
movía su elegante cuello y su preciosa cabeza, observando como el
criajo con rostro de loco obseso se colocaba tras ella, llevando sus
manos a las perfectas y curvas caderas de Yolanda, pegando su pubis
a su culo y frotando su erecta y ardiente polla en sus perfectos y
grandes glúteos respingones.

-        Huuuummm…neneeee…pensaba que el efecto de la pastillita


azul empezaba a desaparecer…huuuuummmm…vamooosss
dejameee…que me duche…jejejeje

Decía divertida y remolona Yolanda, que volvía a ponerse cachonda


perdida, solo de sentir el contacto de la ardiente y vigorosa polla
estándar del niñato fofisano. El cual, en lugar de retirarse, subió sus
manos de las caderas a las maravillosas y erguidas tetazas inmensas
y esféricas de Yolanda, para empezar a amasarlas mientras con su
lengua lamia la espalda de la diosa morena.

-        Huuuummmm neneeee……dejameee vamoooss…que yo


también quiero ducharme…huuuuummm…

Se retorcía remolona y placentera Yoli, tomando la goma de su


muñeca izquierda y recogiéndose su preciosa melena sedosa,
brillante y negra, haciendo una especie de moño enrollado en la parte
superior de su perfecta cabecita.
-        Oooooohhhh… no puedo, no puedooo…solo te tengooo hoyyy…y
no puedooo dejar de desearteee….quiero follarte…el tratooo era que
yo podía follarte cuanto y como quieraaa…
muuuaaakkk…..sluuurrrpp….muuuaaakkk….

Respondió el criajo, sin parar de frotar por detrás su verga con los
labios de la raja de Yolanda, mordisqueando y chupando su espalda
sin dejar de amasarle ansiosamente las mamazas.

Yolanda cerraba los ojos y apoyaba con sus preciosas y femeninas


manos en el mármol del baño, entregándose a las embestidas de
placer, que le provocaba en niñato fofisano con su verga y sus
empellones de pubis.

-        Oooooohhh quierooo follarrrteee…sluuuurrrppp…muuuaakkk…


quiero follarteeee…aquí en el bañoooo…frente al espejo para poder
ver mejor todo tu cuerpazo mientras te follo… sluuuurrrppp…
muuuaakkk…sluuuurrppp.

Subía la temperatura con la voz llena de deseo y ansiedad el criajo,


sin dejar de besar y chupar su espalda y su cuello, amasando
salvajemente sus perfectas mamazas, erectas, inmensas y de
perfecta redondez donde sus extragrandes pezones ya estaban
hinchados y duros como una piedra, respondiendo a los pellizcos y
tirones de los dedos blancuchos índice y pulgar del chico.

-        Muuuaaaakkkk…muuuuaaakkk…muuuuaaakkk

Giro Yolanda la cabeza para enroscar su boca con la del niñato


fofisano, así de fácil y de perra cachonda había sido siempre, no
había nada que conseguía calentarla y entregarla al sexo con
cualquier hombre, que sentir su deseo y su ansia por ella, solo con
eso ella estaba dispuesta a follarselo.

-        Huuuummm…intenta metérmela desde atraaaass…


huuuuummmm…vamooosss neneee…

Pidió Yolanda al criajo con voz melosa y lujuriosa, entregada


completamente a su deseo, sacando su respingón culo hacia afuera y
entreabriendo ligeramente las piernas, a la vez que el criajo,
tanteaba con sus manos los labios de su raja y probaba de meterle su
temblorosa y ardiente verga, ajustándola entre sus labios, a la vez
que se asía a sus caderas para usarlas de punto de apoyo para la
penetración.

-        Oooooooohh…
siiiii….neeeneee….oooooooooohhh…..aaaahhhhh….
Exclamo de placer entre gemidos y jadeos Yolanda, cuando se sintió
ensartada por la polla dura y ardiente del niñato, que empezó a
empujar adelante y atrás, atrás y adelante a un ritmo acompasado,
sacudiendo todo su cuerpo y haciendo balancearse sus enormes y
esféricas mamazas adelante y atrás, atrás y delante de una forma
salvajemente sexy.

-        Ooooooohhhh…siiiii…neeeeeneeee…ooooooohhh…vaaas…a
destroooozaaarmmeee…oooohhh…

Aullaba de placer Yolanda, agarrándose como podía a la encimera del


baño, consiguiéndolo a duras penas, sintiendo las embestidas del
criajo cada vez más fuertes, adentro y afuera, afuera y adentro,
clavándole los dedos como garras en las caderas.

-        Aaaaaahhhh……siiiiii…Yolaaaandaaaa…
siiiiiiii……..siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii

Relinchaba de placer el criajo, fijando su rostro desencajado de loco


obseso en el gran espejo frontal, deleitándose con la imagen de
Yolanda, de diosa desatada y entregada al sexo salvaje.

Yolanda no podía sostenerse más con las manos en la encimera del


baño, el niñato fofisano poseído por el deseo y el placer sexual
embestía, más y más, adentro y afuera, afuera y adentro, golpeando
con su pubis en las nalgas fibrosas y respingonas de Yolanda,
haciéndolas vibrar salvajemente en círculos perfectos, mientras sus
pelotas se balanceaban violentamente en el aire. Yolanda se apoyó
con sus manos en el cristal del espejo, adelantando e irguiendo su
cuerpo para soportar mejor las embestidas del criajo, pero
dificultando así la penetración de este que se movía extrañamente
contra su raja.

-        Aaaaaahhhhh…neeeeneee…cuidaaadoooo…ooooohhhh…

Se quejaba Yolanda por la extraña forma de metérsela de Sergio.

-        Aaaahhh ….abreteee


maaaas….aaahhh….abreteee..maaaasss….abreteeee….

Exigía el criajo, sin dejar de gemir y de embestir a Yolanda,


apoyándose en sus divinas caderas, clavándole sus dedos ardientes
en su suave piel, adentro y afuera, afuera y adentro, con un balanceo
infernal, poseído por el desenfreno sexual por Yolanda.

Yolanda aprovechando su formidable forma física y su extraordinaria


elasticidad, subió de forma experta su pierna derecha en toda su
extensión, apoyando la misma y su delicado pie sobre la encimera del
baño, colocando sus piernas en forma de “ELE” invertida y
permitiendo así la feroz penetración del niñato fofisano, el cual
instintivamente se abalanzo sobre ella, agarrándose con su mano
izquierda al hombro izquierdo de Yolanda y con su mano derecha a la
tetaza natural derecha que colgaba erguida y turgente, en forma de
gota de lluvia perfectamente esférica que se desborda por los lados y
se junta en el centro, balanceándose salvajemente arriba y abajo,
abajo y arriba, al ritmo de las embestidas del chico.

-        Siiiiiiiiiiiiiiiii……………siiiiiiiiiiiiiiiiiii…aaaaahhhhh…ooooooooohhhhh

Aullaba de placer el criajo, embistiendo brutalmente con su bombeo a


Yolanda, adelante y atrás, atrás y adelante.

-        Aaaaaaaaaaahhhhhhhh…ooooooohhhh…..aaaaaahhhh…
neneeeeeee….neeeeneeee…

Relinchaba de placer Yolanda, aplastando con todas sus fuerzas el


cristal con sus delicadas manos para no perder el equilibrio, con el
rostro totalmente desencajado por el placer y los ojos en blanco,
completamente entregada al deleite del sexo, perdiendo la noción del
tiempo nuevamente, mientras le daba las gracias a la vida, por la
juventud y el deseo del criajo, unido a la magia de las pastillitas
azules.

-        Oooooohhh…vamooooss a la duchaaaa…quiero follarteee bajo


la duchaaaa…siiiiiiii….

Saco el niñato fofisano a Yolanda de su ensoñación, más allá del


tiempo, con su petición y deseo, arrancándola de su paraíso de placer
en la que lleva un largo rato.

-        Siiii…siiii neneeee…donde tu quieraaasss…pero no dejeees de


follarrmeee…no pareeess…oh, oh, oh, oooohhhh….

Gemía Yolanda, entregada completamente al criajo, el cual la agarro


por el moño curvo de su cabeza tirando de ella y haciéndola bajar de
la encimera del baño, para en toda su altura arrastrarla dentro de la
ducha, la cual el criajo encendió violentamente dejando salir un
chorro templado de agua de la misma, que cayó sobre las tetazas y la
parte delantera del cuerpo de Yolanda, que dio un salto para que no
sé mojara su pelo, ya que el maquillaje era todo waterproof y no
temía por él.

-        Te gustaaaa que te folleeeenn…eeehhh zorraaaa…te gustaaa


que arrastreeeen y te la metaaaan violentamenteee…
eehhh..putaaa….más…que…putaaa…
Le decía excitadísimo el chico, con voz de deseo y de desprecio a la
vez.

-        Siiiiii…siiiii…me encantaaaa…me encantaaaa…folllameeeeee….


Aaagg...muuuuaaakkk…muuuaaakk

Contestaba Yolanda, con voz de zorra poseída por la lascivia, al


tiempo que el niñato fofisano le clavaba con violencia el dedo índice y
pulgar de su mano derecha en sus perfectas, tersas y redondeadas
mejillas y atraía su boca, para enroscarse con ella en un salvaje beso
francés mientras el agua le caía a él por encima.

-        Ahora veraaasss…como te follo…so putaaa…..

Dijo el criajo lleno de ira y deseo, dándole la vuelta en un giro


violento situándola bajo el chorro de la ducha que bañaba su espalda,
aferrándose nuevamente con sus manos a sus firmes caderas, como
si fueran suyas y embocando su verga, como si fuera una lanza en la
raja húmeda y ardiente de Yolanda, la cual, para ayudar en la
penetración, esta vez levanto su pierna izquierda apoyándola en la
mampara de la ducha fijando así su equilibrio, abriéndose
generosamente a la polla del criajo, que apoyándose en sus
generosas, firmes y curvas caderas, la embistió de un solo golpe
metiéndosela hasta el fondo.

-        Ooooooohhhh…..neneeee……ooooohhhh….aaaahhhh…siiiiiiiiii….

Como estaba disfrutando Yolanda, de aquel joven macho, que había


enloquecido por su cuerpo durante meses y que ahora no podía parar
de follarla, cada vez más violenta y más enloquecidamente,
penetrándola de un golpe salvaje hasta el fondo, volviendo a sacarla
completamente, para volver a embestirla hasta el fondo y otra vez y
otra vez, mientras Yolanda era poseída por olas de placer, con su
elegante, dulce y precioso rostro desencajado, con la boca abierta y
gesto de zorra guapísima, sometida a la tiranía de una verga dura y
caliente.

El chico subió sus paliduchas manos a los hombros de Yolanda, se


aferró a ellos y empezó a bombear más acompasadamente, sin
sacarla del todo, aumentando el ritmo, cada vez más rápido y brutal,
mientras Yoli se aferraba al palo de la ducha con ambas manos,
apenas sintiendo el chorro de agua que la mojaba, poniendo los ojos
en blanco sin moverse, aguantando el equilibrio y las brutales
embestidas del criajo, con sus perfectas nalgas fibrosas y
respingonas, vibrando infernalmente por los empellones de la
penetración y sus inmensas mamazas agitándose en todas
direcciones y dibujando perfectos círculos con su perfecta esfericidad.
-        Ooooohhh….aaahhh….siiiii..me vuelves locoooo…siiiiii…siiiii

Gemía y gritaba de placer el chico, sin dejar de embestirla, adentro y


afuera, afuera y adentro.

-        Ooooohhh…neeneeee…siiiii..siiiiiii….ooohhh…aaahhh….aahhhh…
estoyyyyy muy cercaaaa…muy cercaaaaaa….aaaaahhhh

No dejaba de aullar de placer Yolanda, con su femenina voz


entrecortada, sintiendo como los latigazos de placer anunciaban la
llegada del orgasmo, cerrando las paredes de su raja sobre la verga
del criajo como si quisieran ordeñarla, hasta que sus fluidos
reventaron en un enorme orgasmo, otro más, Yolanda había perdido
la cuenta.

-        Oooohhh…aaahhhh…estrechoooo…estrechoooo….aaaaaaahhhh

Se quejaba de placer y dolor a la vez el niñato fofisano, sin dejar de


percutir adentro y afuera, afuera y adentro, como si fuera un martillo
pilón, perforando a Yolanda, a pesar de sentir como sus paredes
interiores se estrechaban aprisionando su polla, como si la estuvieran
exprimiendo.

-        Ooooooohhh…me corrooooooo….me


corrooooooooo……..ooooohhhh……

Estallo el criajo cerrando los ojos, sin dejar de bombear


salvajemente, adentro y afuera, afuera y adentro, a pesar de estar
bajo el chorro de agua templada, que le salpicaba al pecho al rebotar
en la espalda de Yolanda, sin sentir más líquido que su propia
simiente que, como una fuente ráfaga cálida, tras ráfaga cálida,
llenaba el interior de aquella diosa del sexo de la que estaba gozando
por última vez en su vida.

-        Ooooooohhh…….aaahhhhhh…….

Exclamo de descanso el chico, sacando su verga, que aun goteaba su


leche, a la vez que Yolanda daba sus últimos espasmos de placer, con
el vientre de nuevo lleno del semen del chico, bajando su pierna y
soltando la barra de apoyo de la ducha, que por momentos pensó,
que iba a arrancarla de la pared, para girarse hacia el criajo, que aún
jadeaba y rebufaba de cansancio con la polla medio flácida 
apartándose del chorro, como mareado y desorientado, deslumbrado
por la maravillosa sonrisa preciosa de Yolanda, que se acercó
mirándole con ojos de zorra satisfecha y pasándose la punta de la
lengua por el labio superior, se arrodillo para tomar su verga con su
delicada y femenina mano derecha y llevándosela a la boca, sacar su
lengua para beber las últimas gotas y dejarle la polla limpia de semen
y cubierta de la saliva de su lengua.

-        Oooooohhh siiiii…eres la mejooorr…eres únicaaaa….

Dijo el niñato fofisano, extasiado y completamente cautivado por el


morbo y las extraordinarias habilidades sexuales de su diosa perfecta.

-        Gracias cariño, se agradece que a una la aprecien…jajaja…y


ahora sal y cierra la puerta para que pueda ducharme tranquila…
jajaja…venga fieraaa..

Contesto Yolanda risueña y simpática, con ese carácter suyo único e


irrepetible, que la convertían en la más única de las mujeres,
completando el circulo, dejando al chico aún más obsesionado con
ella, sin dejar de contemplarla con ojos de adoración, mientras
cerraba la puerta del baño.

Yolanda puso su cuerpo debajo del chorro de la ducha, con cuidado


de no mojarse el pelo, ni la cara, dejando que el agua discurriese por
las suaves y firmes curvas de su esbelto y escultural cuerpo,
volviendo a limpiarse la entrepierna vaciándola de la semilla del
chico, enjabonándose todo el cuerpo con especial atención a sus
maravillosas mamazas, para desenjabonarse con el agua un poco
más fría, para darle alivio a través de la misma a su atlético cuerpo
de músculos de mujer, firmes y definidos, esbeltos y elegantes,
permaneciendo un poco más bajo el chorro frio del agua. Para salir de
la ducha y coger una de sus toallas y secandose, liberar su preciosa y
brillante melena morena de la goma y el moño, atusándose el cabello
y dejándolo caer liso y sedoso, partiendo de una raya al medio en el
centro de su cabeza, para después de secarse, ponerse desodorante
y volver a vaporizar sobre su cuerpo el brutalmente sexual perfume
212 VIP Rose de Carolina Herrera, tomar el albornoz, taparse y salir a
la habitación.

Apenas salió del baño y se puso frente al criajo llamaron a la puerta,


pasaban diez minutos de las seis y a las siete, cenicienta volvería a
ser cenicienta.

-        Vamos, vamos, abre a este idiota y que pase al baño, se


desnude y se duche.

Le dijo Yolanda al niñato fofisano, pasando a la habitación y


poniéndose a cubierto, en el lateral de la habitación junto a la cama,
oculta de los ojos del nuevo visitante.

-        Pasa coño, pasa…joder tío, llegas diez minutos tarde a las siete
tenemos que irnos.
Le recriminaba Sergio a Luis, haciéndole pasar.

-        Joder colegah…es que no encontraba esto, un hotel de cuatro


estrellas, jamás me lo imaginé en un polígono, así que no hice caso al
google maps y me fui al centro de la ciudad a buscarlo…pero allí no
estaba…jo, jo, jo …jo colega…tenía que haber hecho caso al
googlemaps.

Menudo pedazo de idiota, pensó Yolanda echándose la mano derecha


a la cara.

-        Vale tío, pasa al baño a ducharte y te cuento el resto de las


normas.

Le dijo Sergio con voz paciente y resignada.

-        Ducharme tío, ya vengo duchado colega…que pasaaaahhh….

Contesto Luis con su voz estúpida y alelada, en cuyo tono ya se


notaba que venía fumado.

-        Venga tira para el baño y te voy contando.

Insistió Sergio, empujando suavemente al colgao de su amigo.

-        Vale, vale colega…ya paso, todo por follarse a una escort de
lujo, una vez en la vida…jojojo.

Contesto el alelao de Luis, entrando gustoso en el cuarto de baño con


Sergio detrás.

Yolanda aprovecho, que los dos chicos estaban en el baño, para


dirigirse al armario y sacar el segundo conjuntito de lencería que
traía, así como para recoger sus tacones de aguja de suela roja, sin
quitarse el albornoz para nada.

A los cinco minutos se abrió la puerta del baño, y salieron los dos
muchachos.

-        Joder colega…como duele depilarse las pelotas…ya te digo…


primero lo intente con la maquinilla y menudos cortes, luego con
crema depilatoria, como quemaba…además me la deje puesta veinte
minutos y me queme toda la piel…joder con las condiciones de la puta
de lujo…jojojo

Yolanda se descojonaba en voz baja, escuchando las cagadas del


colgao de Luis.
-        Que se dé la vuelta y cierre los ojos, yo voy ahora al baño,
cuando este dentro que abra los ojos y pasáis a la habitación.

Dijo Yolanda en ese tono de voz exigente, que tenía ella, que no
admitía replica.

-        ¿Joder tía que exigente eres no, colega?

Protesto con su voz pasota y torpe el alelao de Luis.

-        Tú sigue mis reglas y te garantizo, que te hare disfrutar como


nunca lo has hecho, ni nunca lo harás…jajaja.

Dijo risueña y divertida entre risas Yolanda, lo que acabo por


convencer al colgado de Luis.

-        Valeeee…valeee…eso espero…jojojo…

Se reía tontamente el colgado, dándose la vuelta y tapándose los ojos


con las manos, mientras Sergio la miraba con adoración, sonriéndole
como un bobo, al tiempo que ella elegante y con garbo, esbozando su
mejor y más seductora sonrisa de belleza inigualable entraba en el
baño.  

Dejo el conjunto de lencería en un lado seco de la encimera del baño


y se dirigió luego a las prendas y objetos del colgao de Luis,
palpándolas con cierto asco, comprobando que no llevaba ninguna
clase de dispositivos, agarrando su móvil y comprobando que el criajo
había aprendido muy bien de sus recompensas, ya que el móvil
estaba completamente apagado.

A continuación, se lavó las manos y tomo su bolsita de maquillaje, se


retoco ligeramente el colorete sobre sus perfectas y preciosas
pómulos, sus larguísimas y rizadas pestañas retocadas con rímel y
sus labios turgentes y carnosos, realzados con pintalabios de carmín
rojo intenso.

Se sacó el albornoz colgándolo en una percha del baño, se atuso el


cabello, peinando con sus finos y femeninos dedos su preciosa y
sedosa melena negra y brillante, estirándola suavemente. Después
tomo las medías del conjunto de lencería, con una banda de encaje
negro en la goma de las mismas, medias que vestían las piernas
hasta la mitad de muslo y desde la banda de encaje, el resto de las
medias eran de rejilla cuadrada negra.

Se sentó en la tapa del sanitario y se calzo, primero la media derecha


desde los preciosos dedos del pie estirándola con elegancia y
sensualidad pasando por el empeine, el tobillo, los talones, los
esculturales y atléticos gemelos, pasando por la rodilla hasta que la
goma de encaje negra se ajustaba en la mitad del muslo, para a
continuación hacer lo mismo con la pierna izquierda.

Se levantó y se dirigió a la encimera del baño, tomando un precioso


tanga negro transparente de encaje con cenefas de flores en el
triángulo delantero, mientras el resto lo componía un fino hilo de
seda negro, que rodeaba su cintura y separaba sus perfectas y
esféricas nalgas fibrosas y respingonas, con su natural elegancia y
clase de máxima feminidad, se lo puso mientras sus preciosas y
enormes tetazas esféricas y turgentes, se balanceaban de derecha a
izquierda y de izquierda a derecha frente al espejo.

Después, se calzo con total elegancia primero un tacón de aguja y


luego el otro, para finalmente tomar la prenda principal, una especie
de salto de cama ajustadísimo, de encaje transparente con cenefas
de flores a juego con el tanga, de tirantes finos con un escote
redondo de balcón amplio con ligeros volantitos por todo el interior
del amplísimo escote, mientras sus tetazas estaban brutalmente
realzadas en la ajustadísima tela del pecho, que estaba estirada y
ajustada por la espalda en una tira como si fuera un sujetador.
Bajaba la prenda ajustada milímetro a milímetro por debajo de las
mamazas sobre su perfecto y definido vientre, adornado con el
piercing de su ombligo, ajustado como una segunda piel a su
abdomen, sus caderas perfectas su culazo, ajustado por delante y por
detrás, hasta que la tela negra de seda y encaje, quedaba a un
centímetro de la goma de las medias.

Yolanda, lanzo una última mirada al reflejo que le devolvía el gran


espejo del baño, estaba brutalmente sexy como siempre. Se mordió
el labio inferior y se pasó la punta de la lengua por el labio superior,
relamiéndose como una gata en celo, recreándose en la excitación
que crecía en ella, solo de pensar lo que iba a disfrutar de aquel trio
con dos jóvenes vigorosos y ardientemente ansiosos por follarsela.

-        Hola caballeroooosss….que bien que estén ustedes por


aquí….jajaja…

Dijo a modo de entrada en la habitación Yolanda, contoneándose


elegantemente sobre sus tacones de aguja, realzando la longitud
escultural de sus piernas de ensueño, agitando con gracilidad y
sexualidad femenina las rotundas y voluptuosas curvas de su cuerpo.

-        Guuuuuuaaaauuuuuu colegaaaa…que bueeeenaaaa está esta


escoooorrttt…..guuuuuaauuuu esto es una puta de lujooo…..parece
una estrella del pornooo….guuuuaaaauuuu….
Exclamo extasiado el alelao de Luis, embobado en nivel Dios, con la
boca tan abierta como el túnel de un tren, dándole una calada a un
porro que le acababa de pasar el criajo, una leve nube de humo del
porro sobrevolaba la música sensual de fondo de la habitación.

-        Parece que te gusto cariñoooo…jajaja…así que si quieres gozar


de mi…deberás hacer todo lo que yo te diga…entendido, para
empezar, dame ese porrito, que le dé un par de caladas y después
ves al cajón de esa mesita de noche y saca la primera caja de
condones, es de sabores de fruta, no voy a tocarte tu “cosita”, si no
te la cubres bien cubierta con una goma, polvos sin goma, solo para
el cliente principal…jajaja…

Respondió Yolanda risueña y sonriente, mostrando su deliciosa


sonrisa, que pondría de rodillas al mismísimo Dios, a la vez que le
cogía el porro, delicada y femeninamente con sus finos y delicados
dedos, mientras el chico colgado, la miraba de arriba a abajo con ojos
idos y boca de estúpido,para a continuación caminar torpemente
hacia el cajón de la mesilla, dejando caer a su paso su toalla y
dejando a la vista de Yolanda, una polla algo más larga que la de
Sergio y más delgada, totalmente erecta, con un pubis y unos
testículos enrojecidos y con algunas cicatrices por la depilación,
mientras desde otro lado de la habitación, el criajo lo contemplaba
todo sonriente y satisfecho.

Yolanda le dio una profunda calada y después una segunda, mientras


el alelao sacaba los condones de sabores de fruta del cajón, sin dejar
de mirarla de arriba abajo al borde de babear, Yolanda dejaba que el
efecto del hachís inundara su mente, relajándola y poniéndola muy
cachonda a la vez, justo antes de pasarle a Sergio el porro.

-        Acábatelo tú cariño, buuuuuffff menudo subidooonnn…me esta


dandooo…jajajaja….

Reía simpática y entregada Yolanda.

-        Jooooderrrr…colega que buena estaaaasss…se me ha puesto


dura solo de verteeee…..jojojo…

Reía torpe y estúpidamente el aléalo, pajeándose su polla dura y


erecta con su mano derecha, era más alto que el criajo cerca del
metro ochenta, blancuzco, pero no paliducho como el criajo, delgado
saco de huesos desgarbados y la estupidez dibujada en el rostro.

-        Tío, como me estoy poniendo colegaaa….que cachondo


estoy….puedo empezar ya, tío, puedo, puedo, que ganas de meterle
manoooo a esta tiaaa…guuuaauuuu….es como las diosas de internet…
Dijo el alelao, con la boca abierta y los ojos saliéndosele de la cara de
deseo y excitación.

-        Si tranqui Luis, yo…pues ya he tenido un par de sesiones


intensitas…y necesito recuperarme…jejeje…y este es un buen material
para recuperarse…jejeje.

Contesto el criajo, moviendo el brazo libre haciendo el ademán


universal de vía libre, mientras le daba una calada al porro. El alelao
colgao, dejo caer cerca de ellos el paquete de condones y se adelantó
para abalanzarse sobre Yolanda, que seguía gozando en los brazos
del hachís, pero no tan sumida en aquel estupor, como para no ver
llegar al alelao, que le echo sus brazos por la espalda y trato de
estrecharla contra él, dándole un beso.

-        Eh, eh, eh, eh…tranqui nene…nada de besos cariño, el cuerpo


es tuyo, la boquita es mia…jajaja…

Contesto Yoli risueña, poniendo su boca y su cara lejos del alcance de


los labios del colgao, que lanzo sus manos huesudas a sus perfectas y
esféricas mamazas, con forma de inmensa gotaza de lluvia por
encima de la tela ajustada, tomándolas por abajo como si las
sopesase, clavándole las yemas de los dedos y llevando
instintivamente sus dedos índice y pulgar a sus extra grandes y
oscuros pezones, para pellizcarlos y estirarlos mientras con su lengua
y su boca le devoraba el cuello.

Yolanda deslizo su delicada y femenina mano derecha hasta agarrar


la polla erecta del colgao y empezo a masturbarlo, adelante y atrás,
atrás y adelante, al tiempo que el alelao bajaba la cabeza, para
devorar alternativamente ambos enormes pezones, succionando
ferozmente, chupando y lamiendo el resto de las tetazas, por encima
de la tela, mientras sus manos se colaban bajo la misma, para
amasar con sus dedos en garra las nalgas perfectas y respingonas de
Yolanda.

-        Sluuuurrrpppp…chuuuupp….chuuuppp…sluuuuurrpp…
chhuuupp…sluuurrrrpp

Devoraba el colgao alelao las mamazas de Yolanda, con ojos de loco


ido, lleno de deseo, mientras el criajo seguía fumando sin perder
detalle, disfrutando y Yolanda pajeaba al colgao adelante y atrás,
atrás y adelante.

-        Ooooohhhh…siiiiii…neneeee…muyyyy biiiieeennnnn


chupameee..chuuuupameee….ooohhh…muyyy bieeenn…
Se deshacía de placer Yolanda, sintiendo los latigazos de placer que
se le acumulaban en las tetazas y los pezones, cerrando los ojos y
tirando la cabeza hacia atrás de placer.

El colgao empujo levemente a Yolanda, hasta que esta topó sus


piernas con el sofá, mientras bajaba con su lengua y boca por su
canalillo, hasta alcanzar el abdomen bajo los enormes globos de las
tetas.

-        Oooooohhh….queeee tiaaa…sluuuuurrrppp….chuuuuupppp…te


voy a comer todaaa…que tiaaaa…sluuuurrrppp…chuuuuuppp….

Seguía chupando y lamiendo todo su cuerpo el alelao, al tiempo que


la obligaba, primero a sentarse en el sofá y después a tumbarse
sobre él, colocándose entre sus piernas, devorándole sus caderas y
su vientre, jugueteando como loco con su lengua con el piercing de
su ombligo.

-        Sluuuurrrpppp…chuuuupp…chuuuppp…sluuuuurrpp…
chhuuupp…sluuurrrrpp…ostiaaa tía que bien huelees…sluuurrrrppp…
sluuurrrppp…que bien sabeeess…..sluuuurrrpp

Chupaba y lamia el colgao todo el cuerpo de Yolanda, absorbiendo su


delicioso olor y sabor.

-        Ooooohhhh…siiiiii..neneeee….siiiii….ooooohhhh…que hambreee


tieneees de miiiiii….

Exclamaba entre gemidos Yolanda, llevándose las manos a la cabeza,


cerrando los ojos y entregándose al placer de la lengua ardiente,
húmeda y juguetona del alelao. El cual, con sus huesudos dedos,
aparto el triángulo delantero de su tanga, dejando a la vista la
espléndida raja de Yolanda, con el triángulo de depilado brasileño
decorando su pubis.

-        Jodeeerr…tiaaa tienes el coñoooo más bonito que he visto


nunca…ni en vivo, ni en internet…que bonitoooo….jojojo….y con lo
bien que sabes…me lo voy a comer todooo…jojojo…

Exclamo el colgao con los ojos idos completamente y sonrisa de


estúpido pervertido, deseoso de satisfacer sus deseos.

-        Ooooooohhhhh…..oooooooohhhh….nenneeeee…
oooohhh….siiiiii….sigueeee…..aahah.

Empezó a retorcerse de placer Yolanda, cerrando los ojos y estirando


los brazos, moviéndose hacia los lados en el sofá mientras el colgao
con la cabeza entre sus piernas no dejaba de devorarle la raja y el
clítoris, con salvajes lengüetazos, lamidas y succiones, como si
aquello fuera una fuente y el un sediento naufrago.

-        Sluuuurrrpppp…chuuuupp….chuuuppp…sluuuuurrpp…
chhuuupp…sluuurrrrpp

No paraba de chuparle el colgao, mientras Yolanda se entregaba a las


oleadas de placer, multiplicadas por el efecto del hachís y el niñato
fofisano se situaba a un metro escaso de ellos, disfrutando de la
escena con la boca abierta y grabando a aquella superhembra
retorciéndose de placer en su retina, para no olvidarla nunca.

-        Ooooooohhhhh…..oooooooohhhh….nenneeeee…
oooohhh….siiiiii…..aahahhh…aaaahhhhhhh…..siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii

Aullaba de placer Yolanda, llevando sus femeninas manos a la cabeza


del alelao y agarrando con fuerza sus mechones, para impedir que
levantase la cabeza y que siguiese con aquel maravilloso cunnilingus,
que le había hecho perder el control de nuevo, con el rostro
desencajado y poseído por el placer, mostrando su cara de mayor
gozo sexual de perra lasciva, los ojos en blanco, perdiendo la noción
del tiempo, mientras los minutos pasaban y el alelao no dejaba de
chupar y succionar  maravillosamente su raja y su clítoris,
inconsciente de la proximidad de Sergio, que con la boca abierta se
deleitaba, viendo a su diosa sexual en aquella máxima expresión de
lascivia.

-        Aaaaahhhhh….me
corrroooooo..neneeeeee….aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhh

Estallo entre espasmos Yolanda, al tiempo que el colgao levantaba la


cabeza con la boca abierta y recibía la primera ráfaga de su orgasmo
en aquella cara, con aquel rictus de profunda estupidez, para sin
dejar de sonreír recibir una segunda, una tercera, una cuarta…
mientras Yolanda relinchaba de placer, sacudiendo sus caderas entre
espasmos de inmenso placer, agitando sus mamazas y el resto de sus
perfectas curvas, dibujando círculos en sus oleadas de placer.

-        Joder colegaaa…como te has corrido tia…mira como tengo la


polla…como me pone... haberte hecho correr…jojojo…

Exclamaba el colgao con su voz estúpida de alelao, bañado por los


fluidos de Yolanda.

-        Buuuufff…buuuuffff…es mi tuuurnooo de darte placer


nene…..buuuufff..buuuffff…¿ estas disfrutando Sergio?
Se giró Yolanda a preguntar al criajo, pues al final, se había
percatado de su presencia y estaba frente a ellos sin parar de sobarse
la polla, disfrutando del espectáculo.

-        Si mucho, mucho...seguir, seguir…me encanta, es como ver


una peli porno, contigo de protagonista…siiii…seguir.

Decía el niñato fofisano con la voz llena de ansiedad y los ojos de


deseo y placer.

Así que el criajo era también un paliducho voyeur, pensó Yolanda


sonriendo e incorporándose, mientras el colgao alelao se bajaba del
sofá torpemente con su polla al rojo vivo, erecta, dura y palpitante.

Yolanda tomo la caja de condones de sabores a fruta, saco uno de la


caja y sonriendo picaronamente lo abrió con los dientes, después se
puso de rodillas frente al alelao que permanecía de pie con su polla
en ristre y sin perder su sonrisa de niña traviesa, saco el condón de
su funda, era color rosa intenso, puso la punta del condón entre sus
labios, se acercó al colgao, apoyo su delicada y femenina mano en su
pubis, ajustando el círculo del condón alrededor de su verga,
colocándole el condón con la boca, tragándose toda su polla de una
vez, hasta que el condón quedo bien puesto.

Después dirigió su preciosa mano izquierda al escroto del chico y


empezó a masajearlo delicadamente, mientras con su femenina mano
derecha le pajeaba el tronco y con su amplia, húmeda y ardiente
lengua le daba lengüetazos a su glande y su prepucio.

-        Ooooohhh…tiiaaaaa….que buenaaa eresss..tiaaa…colegaaaa…


comooo se nota que es una profesionaaaall…oooohhh…que bieennn…
eres la mejoooorrrr….

Se retorcía de placer el colgao, tensionando su cuerpo y gozando del


principio de mamada de Yolanda.

-        Sluuuurrrpppp…chuuuupp….chuuuppp… sabor a fresa…


huuummm… mi favorito…huuumm…sluuuuurrpp…chhuuupp…
sluuurrrrpp

Seguía chupando Yolanda, relamiéndose como una gata golosa,


bombeando sobre la verga tiesa del alelao, moviendo su cabeza
adelante y atrás, atrás y adelante, metiéndose su polla hasta la mitad
y sacándola de nuevo, para moviendo su cabeza cubrir de
lengüetazos la punta, ensalivando brutalmente la polla del colgao,
para volver a tragársela hasta la mitad de su tronco, bombeando con
su cabeza, adelante y atrás, atrás y adelante.
-        Siéntate y chúpanosla a los dos, zorra…pedazo de puta diosa
del sexo…

Ordeno el niñato fofisano con voz agresiva y autoritaria, llenando de


desprecio las palabras puta y zorra, como sabía que le gustaba a
Yolanda, con su polla de nuevo erecta y dura, excitadísimo al máximo
y no pudiendo resistir, participar de las atenciones de aquella
majestuosa hembra con cuerpo de playmate.

Yolanda sin dejar de pajear al alelao, se sentó en el sofá, sonriendo


maliciosa y lujuriosamente al criajo diciéndole con su mano izquierda
que se acercase.

-        Ooooooohhh….siiiiii….putaaaaa……siiiii…ooooohhhh…ereeees…
únicaaa….oooohhh…la mejooooorr….

Exclamo gimiendo de placer Sergio, cuando sin previo aviso Yolanda,


pajeándole el bajo tronco de su verga, se la trago hasta el centro
enroscando su ardiente, húmeda y experta lengua en su glande, con
sus carnosos labios ajustados a su diámetro, bombeando sobre ella
adelante y atrás, atrás y adelante haciendo desaparecer su parte
delantera dentro de su preciosa boca.

-        Sluuuurrrpppp…chuuuupp….chuuuppp…sluuuuurrpp…
chhuuupp…sluuurrrrpp.

Chupaba Yoli con fruición y dedicación exclusiva, con su raja


empapada con nuevos fluidos y sin dejar de pajear la polla larga y
delgada del colgao.

-        Chuuuupppp….huuuummmm….ahora toca con sabor a


fresa….jajajaja…sluuurrrppp…chuuuuppp….sluuuurrrppp….

Cambio Yolanda al rato de mamársela a Sergio, para continuar


mamándosela al colgao, pajeando firmemente con su fémina mano
izquierda, la verga bañada en su saliva del criajo.

-        Sluuuurrrpppp…chuuuupp…chuuuppp…sluuuuurrpp…
chhuuupp…sluuurrrrpp.

Mamaba sin cesar con máximo gusto y placer Yolanda, cerrando los
ojos y deleitándose con las pollas firmes, vigorosas y palpitantes de
los dos chicos, como le encantaba aquello, mamar pollas disparaba
brutalmente su libido a niveles estratosféricos.

-        Ooooooohhhhh…estaaaa tiaaa es lo mejoooorrr


colegaaaaa….que putadaaa que sea tan caraaaa…sino te pediría su
número, para que me la mamaaaase una vez al meeess…
colegaaaaaaaaaahhh…es la putaaa mejooorrr…aaahhh…

Se fundía de placer el alelao, gimiendo y jadeando con aquella voz de


ido suya, con la boca abierta y los ojos en blanco. Mientras el criajo,
había tirado de su lado del escote del pseudo salto de cama negro
ajustadísimo de Yolanda, haciendo saltar su enorme tetaza turgente,
esférica y erguida, que rebotaba en el aire, hasta que el niñato asió
su mano derecha a la punta de aquel terso y suave globazo inmenso
de carne, pellizcando y tirando de su extragrande pezón oscuro, a la
vez que ajustaba su mano completamente abierta, para amasar en
todo lo que le daba su mano aquella divina mamaza.

-        Chuuuuppp….oooohhhh…neneeee…tu si que sabeeees…


oooohhhh…. sigueee…neneee.

Se deleitó Yolanda, dejando de chupársela al alelao de Luis,


mordiéndose el labio inferior y mirando como una zorra en celo al
criajo.

-        Tu continuaaa chupandooo zorraaaaa…..

Ordeno el niñato fofisano violentamente, agarrando con su mano


suelta por la cabeza a Yolanda y haciendo que se tragase su polla de
un golpe, haciendo que un calambre morboso de placer recorriese
todo el cuerpo de aquella salvaje diosa sexual, a la que le encantaba
aquel trato dominante y violento hacia ella. Al tiempo que el alelao,
imitando a Sergio, tiraba violentamente de su lado del escote,
haciendo saltar al vacío con circulares vibraciones imposibles la otra
tetaza redonda e inmensa, erguida desafiando la gravedad,
empezando a hacerla suya, amasándola, pellizcando su enorme
pezón duro y tieso y amasando todo lo que su mano podía abarcar.

-        Sluuuurrrpppp…chuuuupp…chuuuppp…aaaagg…sluuuuurrpp…
chhuuupp…sluuurrrrpp….aaaaaagggg….

Chupaba Yolanda entre arcadas, pues el criajo había soltado su


mamaza y se aferraba con ambas manos a su cabeza, bombeando en
su boca ferozmente, embistiendo con su pubis y sus nalgas muy
juntas, adentro y afuera, afuera y adentro, clavándole la polla hasta
el fondo de su boca, haciendo rebotar la nariz de Yolanda en su
pubis, lo que más le gustaba a Yolanda, que le follaran violentamente
la boca. Mientras ella a duras penas seguía pajeando con la otra
mano al colgao.

-        Aaaaaaaggg…aaagggg…aaagggg….chuuuuuppp
Estallo entre arcadas Yolanda, cuando el criajo, le soltó la cabeza
despegándola de su tronco y dejando a la vista un gran hilajo de
saliva, que partía de la cabeza de la verga del criajo y se estiraba en
el aire hasta la boca y los labios de la diosa mediterránea.

-        Huuuummmm…. me encanta nene…


sluuuurrrpppp….sluuuuurrrppp…huuuummm…aaaaagggg…
aaagggg..sluuuurrpp

Exclamo Yolanda con voz de zorra dulce y caprichosa, mirando


fijamente al niñato fofisano, que le devolvió la miraba de adoración
máxima, como nunca había expresado, justo antes de girarse para
encontrarse con que el alelao ,con aquella mirada como perdida en el
limbo, que imitando a Sergio, le agarraba por la cabeza con ambas
huesudas manos, haciéndole tragarse su delgada y palpitante polla
de un golpe, bombeando ferozmente, adelante y atrás, atrás y
adelante, follándose su boca, llegando más hondo en su garganta y
provocándole más arcadas que Sergio, a vez que su nariz se clavaba
en su pubis enrojecido y lleno de cicatrices por la depilación, con las
pelotas rebotando en la preciosa barbilla de rostro de sultana
guapísima de las mil y una noches. 

-        ¿No te gustaría follarte ya a esta puta, has visto que guapa es
y que cuerpazo tiene?

Pregunto el criajo al alelao, con voz violenta y de desprecio de sádico


ansioso, tal y como enloquecía de morbo y excitación a Yolanda.

-        Aaaahhhh….ya te digo colegaaaa….es la tía más buenaaa que


he visto en  mi vida….ni en las páginas pornoooo…ooohhh…colegaaa…
como la chupaaaa….

Respondía el colgao con su mirada ida, sin dejar de bombear hasta el


fondo en la boca de Yolanda, que, ajustando sus labios al diámetro de
la verga, no dejaba de lamérsela toda con su juguetona, húmeda y
ardiente lengua.

-        Pues no sabes cómo folla…es mucho mejor…es la zorra más


experta del universo, todo lo que tiene de belleza despampanante lo
tiene de superputa…vamos pruébala y cambiamos de postura.

Incitaba el niñato fofisano al colgao de Luis, que se derretía de gusto,


no tanto como Yolanda, al oír con que desprecio y deseo a la vez la
insultaba Sergio.

-        Siiiii…siiiii…quiero follarmelaaaa…..

Pedía sin dejar de gemir el alelao.


-        Vamos zorra súbete al sofá y dale el culo a mi amigo, para que
te la clave en tu raja, mientras yo continuo follandote la boca…
vamoooss…

Le gritaba con autoridad el criajo, obligándola a darse la vuelta,


tomándola con fuerza del antebrazo de la mano que le pajeaba, muy
consciente de que con ello no peligraba seguir con su disfrute sexual,
sino más bien al contrario, no podía encontrar a Yolanda más
predispuesta, que con la excitación que le producía ser insultada y
sometida.

-        Chuuuuuppp……

Yolanda separo su boca del rabo más largo y delgado del alelao,
dejando entre sus labios y la punta de la verga de este otro un
enorme hilajo de saliva, con ojos de lujuria desbordada se dio la
vuelta, apoyándose con las manos en el respaldo del sofá de la
habitación con su cara mirando hacía la cama, mostrado su perfecto
culazo de bailarina de samba, de glúteos firmes y fibrosos,
respingones y erguidos, separando sus piernas y permitiendo que el
colgao, tirando del hilo del tanga que separaba ambas nalgas, le
bajase el tanga hasta las rodillas, acercándose a ella y embocando su
polla enfundada en el condón de fresa, para clavársela. 

-        Ooooooohhhh….aaahhhhhh….asiiiii…asiiiii…neneeeeeeee….más
duroooo…aaaahh…aaahhhh…aaaahhh…más duroooo.

Empezó a gemir y gritar de placer Yolanda, cuando el alelao la


ensarto en su delgada y algo más larga polla, apoyando sus manos
en sus firmes, anchas y perfectamente redondas caderas, clavando la
yema de sus dedos en las mismas, como si tratase de absorber el
tacto de aquella piel suave, tersa, morena y de aspecto increíble,
balanceando su cuerpo, adelante y atrás, atrás y adelante, metiendo
su verga hasta la mitad y sacándola de nuevo rápidamente.

-        Ooooohhh….tiaaaa…siiiii…oooohh…colegaaaa…que tiaaaaaa…


que buennaaa…eereeess…aaahhhh…

Empezó a aullar de placer el colgao, con sus ojos perdidos de porrero,


uniéndose Yolanda al bombeo, moviendo sus caderas y su perfecto
culo de curva imposible, adelante y atrás, atrás y adelante,
facilitando la penetración del chico y alcanzando así más profundidad
y fricción.

Mientras, el niñato fofisano se había subido a la cama y con la polla


en ristre y cara de sádico pervertido y ansioso, se acercó a Yolanda,
encontrando como esta, abría la boca y sacaba mucho la lengua para
recibir su vigorosa y ardiente polla. El criajo se la agarro por la base
del tronco y empezó a golpear la húmeda y cálida lengua de Yolanda,
como si su rabo fuera un pequeño látigo, haciendo que Yolanda se
deshiciera de placer por el leve castigo, y sus ojos de diosa de belleza
mediterránea se encendieran como el fuego.

Finalmente el criajo, se aferró con sus manos nuevamente a los


laterales de la cabeza preciosa de Yolanda, chafando su fino y liso
pelo negro, sedoso y brillante y empezó a bombear salvajemente en
la boca de Yolanda, balanceándose adelante y atrás, atrás y adelante,
follandose la boca de Yolanda, que ajustaba sus perfectos y carnosos
labios y movía velozmente su lengua con maestría, empapándole y
lamiéndole el glande y el tronco al criajo, que se la clavaba hasta que
sus pelotas rebotaban en su barbilla y su redondita perfecta y
respingona nariz chocaba en el pubis del chico, con las femeninas
manos muy ajustadas en el respaldo del sofá, sin dejar de mover sus
caderas  y culo brutalmente, adelante y atrás, atrás y adelante,
aumentando el placer de la penetración del alelao.

-        Sluuuurrrpppp…chuuuupp…chuuuppp…aaaagg…sluuuuurrpp…
chhuuupp…sluuurrrrpp….aaaaaagggg….

Devoraba la polla del criajo Yoli entre arcadas y chupetones, cerrando


los ojos y entregándose a la violenta forma en que el niñato fofisano
se follaba su boca, le encantaba aquello, le entusiasmaba que le
follasen la boca y más mientras el colgao se la metía violentamente y
sin pausa, Yolanda se estaba ahogando en un océano de placer, como
hacía mucho, mucho tiempo que no hacía.

-        Plaaaasshhhh…plaaaash…plaashhh….aahhhh…colegaaaa..es el
mejor culoooo…que he vistoooo nunca….aaahhhh….oooohhh…es una
expertaaa..tioooo..oooohh…plaaaashhh…plaashhh…plaaaashhh…

Golpeaba alternativamente el alelao, con ambas manos abiertas las


fibrosas, grandes y respingonas nalgas de Yolanda, que rebotaban
contra su pubis dibujando en el aire espectaculares e imposibles
hondas de vibración firme y perfecta, que el colgao prolongaba con
sus salvajes palmetazos, mientras Yolanda con los ojos cerrados y
entregada al placer, volvía a perder la noción del tiempo, sacudida
por infinitas oleadas de placer.

-        Buuuufff…buuuufff…buuuuff…vamos a cambiar…vamos a


cambiar de postura…vamos puta sube a la cama….

Ordeno el criajo, violenta e irasciblemente, sacando su polla de la


boca de Yolanda, cogiéndola del pelo y tirando de él agresivamente
para que subiese a la cama desde el sofá con el conjunto completo de
medias de rejillas negra y tacones.
-        Eehhhh colegaaa….que yo estaba en la gloria y apunto de
corrermeee….

Protesto el alealo, al sentir como Yolanda deja de bombear contra su


bombeo y saltaba a la cama con cara de dolor tirada del pelo por el
criajo.

-        Tu cállate coño, que esto no ha hecho más que empezar y


nunca más en tu vida te vas a follar una tía así y te he invitado yo. -
¡Tu zorra! – Le ordeno a Yolanda que le devolvió una mirada mezcla
de devoción y sumisión lasciva – Túmbate boca arriba con la cabeza
colgando pero apoyada en el borde exterior de la cama, que quiero
follarte la boca como si fuera tu coño. Y tu te montas encima de ella y
te la follas hasta el final.

Ordeno el niñato fofisano sin dar opción a discusión alguna.

-        Si si…colega…..que ganas tengo ya de correrme…jojojo…

Exclamo el alelao, dándole la vuelta a la cama y bajando de la


misma, para desde el lateral donde iba a apoyar ella su cabeza,
follarse a Yolanda.

-        Pues tendrás que aguantar un poco más nene…yo también he


de correrme..jejeje…

Dijo Yolanda risueña y contenta colocándose según la petición del


criajo, tumbada de forma horizontal de lado a lado de la cama con la
cabeza en un lateral y las piernas en el otro, satisfecha al máximo
con aquellos cambios de postura

-        Vamos so puta, que estás aquí para satisfacernos.

Siguió ordenando tiránicamente el criajo, tirando del pelo de Yolanda


hasta arrastrarla a la posición demandada en la cama, con el cuello
descansando en el borde de la cama y la cabeza en cabeza colgando
levemente

-        AAaaahhhh….aaahhhh…neneeee…me mataaaass…

Se quejó de dolor y placer morboso Yolanda, mientras el criajo


avanzo sobre su cuerpo poniéndole las pelotas sobre la boca, a las
que ella empezó instintivamente a lanzar lametazos, mientras el
criajo, agarrando con ambas manos el ajustado salto de cama negro
de encaje transparente por los lados, tiro con fuerza rompiéndolo por
el centro y con gestos de placer lo partió hasta el ombligo de Yolanda,
dejando completamente libres y erguidas sus enormes mamazas, a
las cuales se asió como si fuera dos apoyadores, clavándole las
yemas de sus dedos, especialmente con sus dedos pulgar e índice,
retorciendo sus enormes pezones tan hinchados y duros, que era
imposible retorcerlos, maniobrando con la cadera para poder colocar
su polla dura y erecta dentro de la boca de Yolanda, clavándola hasta
su garganta de forma recta y directa, la cual abrió mucho la misma
permitiendo que el criajo, la acomodase dentro de ella dejando
descansar sus pelotas sobre sus preciosos ojos, a la vez que
levantaba sus esculturales, perfectas, largas y firme piernas,
abriéndolas al máximo en forma de “ V”, como un compás, para que
el colgao, que ya se había subido a la cama, se la clavase hasta el
fondo, cerrando los ojos cuando lo hizo, no pudiendo emitir un
profundo aullido de placer, porque a la vez el criajo empezó a
bombear en su boca, clavándole la polla todo lo profundo que podía,
mientras ella ajustaba sus labios a su verga, tragando entre arcadas,
sintiendo las salvajes embestidas del colgao, adentro y afuera, afuera
y adentro, clavándosela hasta el fondo, como bombeaba el criajo en
su boca, adentro y afuera, afuera y adentro, baqueteando toda la
cama como si fuera una coctelera.

-        Cloq-claaaq..cloqqq…claaaq…clooqq…claaqqq

Estallaba el sonido de la cama por toda la habitación, salvajemente


traqueteada por el bombeo de los dos criajos sobre el cuerpazo firme
y curvo de Yolanda, que era salvajemente sacudido junto con la
cama.

-        Gluuubbb…gluuuubb…aaaaggg…aaggggg…gluuubb…
gluuuubbb….aaaagggg….aaagggg

Se oía tragar y lanzar arcadas a Yolanda, sintiendo la polla del niñato


fofisano clavándosele hasta el esófago, mientras este le apretaba
salvajemente las mamazas en las que se apoyaba y le retorcía lo que
podía, aquellos pezones extragrandes, que estaban duros y erectos
como el acero, por la excitación y el placer sexual, sin parar de
golpear con su pelotas en la perfecta y preciosa barbilla y los ojos
cerrados de Yolanda, la cual había echado atrás sus delicadas y
femeninas manos, para aferrarse a los flojuchos muslos del criajo y
tener así un punto de apoyo en aquel frenético balanceo.

-        Oooooohhh……aaahhhhh…coleeeegaaaa…estoyyyy cercaaa…


estoy cercaaaa…aahhhhh

Gemía entre gritos el alelao, bombeando salvajemente en la raja de


Yolanda adentro y afuera, afuera y adentro, volcado sobre ella,
apoyándose sobre sus manos, con ambos brazos a los lados de aquel
escultural y esbelto cuerpo, estirado en toda su magnífico tamaño,
mientras ella mantenía las piernas vestidas con las medias negras de
rejilla y los pies calzados con sus zapatos de tacón negro,
completamente abiertas en forma de “ V”, como un compás,
deleitándose con el bombeo salvaje del colgao, sintiendo las oleadas
de placer recorriéndole todo el cuerpo y anunciándole el orgasmo
próximo, sin poder gemir, ni jadear de placer, al tener siempre la
boca llena con la polla del criajo.

-        Gluuubbb…gluuuubb…aaaaggg…aaggggg…gluuubb…
gluuuubbb….aaaagggg….aaagggg

Seguía emitiendo la boca de Yolanda con la cabeza bocabajo,


recibiendo las embestidas de la polla del niñato metiéndosela hasta la
garganta.

-        Aaaahhhh…aaahhhh…zorrraaaa…putaaaaa…so putaaaa….me


hacees dañoooo…aaahhhh…aaaahhh…

Empezó a aullar de dolor el criajo, aumentando aún más el bombeo


dentro de la boca de Yolanda, adentro y afuera, afuera y adentro,
dolor al sentir como esta, sacudida y cegada por el placer extremo
que le daba ser sometida y follada de aquella manera, empezó a
clavarle las uñas en sus patéticos muslos.

-         Oooooohhh……aaahhhhh…tioooooo…como aprietaaa…como


aprietaaa…se estrechaaaa…oooooohhhh…

Comenzó a gritar de placer el alelao, con el rostro desencajado a


punto de explotar, con los ojos tan idos como siempre.

-        Gluuubbb…gluuuubb…aaaaggg…aaggggg…gluuubb…
gluuuubbb….aaaagggg….aaagggg

Seguía Yolanda con placer, tragándose la verga del niñato a punto de


explotar en un salvaje orgasmo.

-       
Aaaaaaaaahhhh….zorrrrraaa….aaaaahhhhhh…..ooooohhhh….comoooo
me clavaaass las uñaaassss….aaaahhhhh…..

Estallo en alaridos de dolor el criajo, con gotas de sangre cayéndole


por los muslos, cuando Yolanda alcanzo el orgasmo, tensando todo su
cuerpo y clavándole las uñas brutalmente en sus muslos.

-        Oooooohhhh…coleeegaaaaa….eeeesss increibleeeeee……


oooohhhh…..me corroooooo….me corrrooooo…..colegaaaa….

Bramaba de placer el alelao, al alcanzar el orgasmo y correrse


profusamente.
-        Aaaaahhhh…ooooohhh…tomaaa todoooo…bebeteloooo
todooooooooo…..ooooohhhh….

Exploto el niñato fofisano con voz de sádico loco, hundiendo su verga


en la boca de Yolanda, lanzándole ráfaga tras ráfaga de su simiente
en la garganta de la preciosa diosa mediterranea del sexo.

-        Ooooooohhhh…..ooooohhhhh…….aaaaahhh

Saco lentamente su polla el criajo de la boca de Yolanda, aún


semierecta, golpeándole levemente la punta de su preciosa,
redondeada y perfecta nariz, dejándole algunas gotas de semen aquí
y allá en la nariz y encima de los labios. Mientras el colgado, había
sacado su polla de entre sus piernas y con la misma flácida, vestida
con el condón de fresa lleno, se dejaba caer a su lado en la cama.

-        Huuuuummmm…que ricaaaaa…hasta la última gota…jajajaja…..

Se incorporó Yolanda risueña, grácil y simpática, cerrando las piernas


y apoyándose en sus brazos para levantarse de la cama, llevándose
finalmente sus finos, delicados y femeninos dedos a las partes de su
cara, donde quedaban restos del semen salpicado por el niñato
fofisano y recogiéndolos con los mismos, para llevárselos a la boca
como una niña traviesa con un dulce, para chupar hasta la última
gota de la leche cálida del chico.

-        Jo colega…esta tía es la ostia…es la reina del


morbooo….jojojojo…..

Se reia bobaliconamente el colgao, ante aquella escena y actitud de


zorra diosa del sexo de Yoli, al mismo tiempo que se sacaba el
condón y torpemente, hacía un nudo con el extremo abierto, para
bajar después de la cama y dejarlo sobre la mesilla de noche.

-        Vamos chicos, abramos la otra botella de champán…que nos la


hemos ganado….jajajaja…

Se bajó de la cama Yolanda, entusiasmada y satisfecha con una


enorme sonrisa de felicidad, deshaciéndose de los restos del salto de
cama ajustado negro de encaje, dejándolo resbalar por su firme y
voluptuoso cuerpo, igual que su tanga negro de encaje que lo tenía
por debajo de las rodillas y que acabo en el suelo, sacando primero
su pie derecho enfundado en su tacón de aguja negro y luego su pie
izquierdo. Quedando completamente desnuda en su lozanía, con su
cuerpo largo y esbelto, su vientre definido, su tronco firme del que
colgaban sus dos maravillosas tetazas en forma de gota de lluvia
erguida chocando entre sí, balanceándose de lado a lado, igual que lo
hacían de arriba a abajo sus fibrosas nalgas grandes y respingonas,
mientras ella ocupaba el centro del espacio, delante del sofá con su
amplia, perfecta y divina sonrisa de satisfacción con su esculturales
piernas enfundadas en las medias de rejilla negra y todo aquel
cuerpazo sostenido sobre sus tacones negros de aguja de suela roja.

-        Si, si, si….jajajaaa…champan fresquito….jajajaja…

Reía Yolanda risueña como una niña divertida y simpática, mientras


el criajo se peleaba para abrir la segunda botella de champan y el
colgao sostenía torpemente las copas, con la boca abierta, mirando
con ojos hambrientos el perfecto y voluptuoso cuerpo de Yolanda.

Yolanda se sentó en el sofá y cruzo sexy y femeninamente las


piernas, esperando que los dos chicos abriesen y sirviesen el
champán.

-        Pum….vamos, vamos las copas Luis…vamos, empanao…

Recriminaba el niñato fofisano, tras lograr abrir la botella de champán


al colgao, que con las copas torcidas entre las dos manos no quitaba
ojo al desnudo cuerpazo de bandera de Yolanda,

mientras ella contemplaba la escena con una sonrisa divertida,


lanzándole al aleao lascivas miradas de satisfacción por la adoración
que su cuerpo despertaba en él.

El criajo lleno las tres copas, tomo la suya y junto con el colgao se
dirigieron al sofá, para sentarse a ambos lados de Yolanda, a la cual
el alelao le ofreció una de las copas, sin dejar de mirarle todo el
cuerpo perfecto y sexual, casi cayéndose al sentarse por su torpeza y
enajenación.

-        Chin-chin…

Brindo Yolanda con los chicos, sin dejar de sonreír brillante y


divinamente con su divina sonrisa, para después empezar los tres a
beber.

Los dos criajos bebían y la miraban incómodamente, con ojos llenos


de deseo, con sus pollas semiflacidas volviendo a recuperar su grosor
y contundencia. Que el colgao volviera a estar excitado, era normal
para Yolanda, pero le sorprendía que el niñato fofisano, después de
dos horas y media aún tuviera ganas de guerra, desde luego todos
aquellos meses de recompensas habían obsesionado al criajo con su
cuerpo y quería exprimir aquella oportunidad de follarsela hasta la
última gota, aquello le encantaba a Yolanda, que estaba como un
volcán en erupción toda la tarde.
-        Joder…tiaaa…que buena estas…yo he echado varios polvos…
incluso a cambio de mercancía…pero nunca había estado con una tía
tan buena…es que ni en internet… ni en la playa, donde me se buscar
la vida, para fotografiar a las que están más buenas, haciendo
topples…estas tan tan buena, que no puedo dejar de estar cachondo…
jojojo…

Exclamaba el colgado con su cara de tonto ido y empanado, pero con


los ojos enchufados de lujuria, apurando la primera copa de
champán, a la vez que dejaba caer su mano derecha abierta en garra
sobre el muslo de Yolanda, vestido hasta la mitad con la media negra
de rejilla, acariciándolo con ansiedad, y clavando las yemas de sus
dedos en su tersa y firme piel de porcelana, con su verga ya erecta y
palpitando levemente.

-        Jajaja…rellenale a Luis al copa, que se lo ha ganado…jajaja..

Exclamaba llena de júbilo Yolanda, deleitándose con el magreo del


colgao, como le gustaba que la sobasen llenos de deseo. Sergio le
lleno la copa al colgao, apuro la suya y también largo su zarpa sobre
el muslo firme y escultural de Yolanda más cercano a él, recreándose
en su magreo por encima de la morbosa y sexy media de rejilla
negra, a la vez que se lanzaba al suave y maravilloso cuello de
Yolanda, empezando a besarlo y lamerlo, haciendo que el alelao lo
imitase, mientras Yolanda levantaba la barbilla, moviendo leve y
sensualmente su cuello de un lado a otro, para evitar que la besasen,
mientras se entregaba al magnifico placer de sentir las bocas y las
manos de los criajos devorando su cuerpo.

-        Sluuuurrpppp…y ademaaasss….como hueeeleee…y como


sabeeee…huuuuummm….sluuuurrp..verdad
empanaooo….sluuuurrrpppp….

Expresaba entre lametazos y chupetazos de placer el criajo al colgao,


que solo levantaba la cara del cuerpo de Yolanda para darle un trago
a su copa de champán.

-        Sluuuurrrppp….sluuuurrrpppp….como hueleee…como


hueeeleee…es deliciosaaa….me poneee a mil…a
miiiiiiil…..sluuuuurrrppp…..

Respondía el alelao, devorando su lado del cuello, la oreja y los


hombros de Yolanda, lleno de hambre de aquel cuerpo increíble.

-        Siiiii….siiiii…neeeeneeeesss…lo haceeeissss…muyyyy


biiiieennnn…neeeeneeeess…con más hambreee…con más
hambreeee….siiiiiii….
Se derretía de placer entre las manos y las bocas de los criajos
Yolanda, sintiendo sus lenguas ardientes recorrer su cuerpo y sus
manos subir para sobar su sedoso vientre, subiendo lentamente por
su tronco, amasando sus tetazas y bajando de nuevo por la línea de
su abdomen, para pellizcarle y amasarle sus perfectas nalgazas.

Yolanda apuro su copa de champán dejándola caer en la parte final


de la cama que daba con el sofá,  curvando su tronco llevo sus
delicadas y femeninas manos de perfecta manicura y uñas rojas por
debajo de su perfectos, inmensos, turgentes, erectos y redondos
globazos, sosteniéndolos como en ofrenda para los dos chicos, los
cuales apuraron sus copas dejándolas caer cuidadosamente al suelo y
abriendo sus bocas como dos tiburones, se lanzaron sobre los
enormes y extra granes pezones, duros y erectos como dos puntas de
flecha, mientras sus manos recorrían el cuerpo de Yolanda, que había
abierto las piernas para facilitar, que el hambre ansioso de las
mismas se saciase con la cara interna de sus muslos, con su raja, con
la piel de su cuerpo, con su perfecto y magnifico culo.

-        Sluuuurrrpppp….chuuuupppp…sluuuurrrppp….chuuuuuppp…
sluuuuurrpp….chuuuuppp…sluuuurrrppp…..

Se oía en toda la habitación, como los chicos chupaban, succionaban,


lamían y mordisqueaban las mamazas perfectamente curvas y los
pezones oscuros de Yoli, la reproducción musical de YouTube se había
acabado hacia un instante.

-        Aaaaaahhhh…..aaaahhhhh…siiiiii…neneeesss….siiiiii…aaaahhh…
oooohhh…muyyyy biieeennn….

Gemía y jadeaba de placer Yolanda, completamente insaciable al


placer sexual, totalmente liberada y desencadenada, después de
tantos años de autorepreseión, entregándose a las bocas ardientes y
hambrientas de los dos criajos, sintiendo como su piel y su carne
eran recorridas y poseídas por cuatro manos ansiosas, que querian
disfrutar enloquecidamente de su cuerpo.

-        Sluuuurrrpppp….chuuuupppp…sluuuurrrppp….chuuuuuppp…
sluuuuurrpp….chuuuuppp…sluuuurrrppp…..

Seguían entregándose desesperadamente los dos chicos, a devorar


cada uno la tetaza de Yolanda más cercana al mismo, mientras ella
con el cuerpo arqueado, no dejaba de echar la cabeza hacia atrás
agitando su maravillosa y brillante melena negra, entregada al placer
retorciéndose y cerrando los ojos, a la vez que se mordía
intermitentemente el labio inferior.
En uno de aquellos giros de cabeza, vio la botella de champán con
apenas un tercio del líquido.

-        Oooooohhhh….siiiiiii…Sergiooooo…cariñooo…
ooooohhh….siiiii.siiiiii…aaaaahhh… dame la botellaaa de
champaaaan…..ahhhhh y trae una toallaaaa…traeee una toaaallaaa…

Pidió Yolanda entre jadeos y gemidos de placer, el criajo comprendió


al instante y con la rapidez del rayo fue al baño, volviendo con una de
las toallas usadas, mientras el colgao completamente hipnotizado
seguía comiéndole la tetaza a Yolanda y grabando en el tacto de sus
dedos la sensación de la piel de su cuerpo de super hembra.

Yolanda adelantando levemente el cuerpo, lo suficiente para que no


molestase al alelao, que la estaba devorando de lujo, indico con su
mano libre al criajo que arrojase la toalla a sus pies, después, este le
alcanzo la botella que ella tomo con su mano derecha,  soltó su
tetaza izquierda que se suspendía en la boca del alelao y cuando el
niñato fofisano, ya se hubo ubicado en su sitio, Yoli irguiendo su
tronco y echando su cuerpo hacia adelante,  empezó a dejar caer
desde su pecho una película de champan que recorría la curva
perfecta y erguida de sus mamazas hasta llegar al pezón, como si
esta fuera un trampolín, mientras ella movía la mano, de izquierda a
derecha, derramando el vino espumoso sobre su cuerpo.

-        Oooooohh…colegaaaaa…esto es geniaaaal…


geniaaaall..chuuppp…chuuuuppp…. chuuuupp….geniaaaaaalll

Exclamo lleno de entusiasmo el colgao…chupando hasta la última


gota de champán, que recorría la mamaza inmensa y circular de
Yolanda que le correspondía, con el criajo haciendo lo propio con la
suya.

-        Sluuuurrrpppp….chuuuupppp…sluuuurrrppp….chuuuuuppp…
sluuuuurrpp….chuuuuppp…sluuuurrrppp…..

Los dos chicos empezaron a devorar y sorber el champán con un


rabioso entusiasmo la maniobra les había encantado a los dos, beber
champán de las enormes, turgentes, y perfectas mamazas de aquella
diosa del sexo con cuerpo de porno star, los había enloquecido y
succionaban y chupaban con una intensidad endemoniada, de forma
que los brutales latigazos de placer  se lanzaban hacia las mamazas
de Yolanda, la cual no dejaba de agitarse en pleno éxtasis sintiendo
como la lactancia sexual haría acto de presencia en cualquier
momento.
-       
Aaaaaahhhh…..aaaaahhhhhh…..oooooohhhh…..aaaaahhhhhh…..aaaaa
ahhhhhhhh…….

Aullaba de placer Yolanda con voz dulce y lastimosa, cuando al


mismo tiempo la leche inundo sus mamazas y empezó a emerger por
sus extra grandes pezones, succionada por los dos criajos.

-        Sluuuurrrpppp….chuuuupppp…sluuuurrrppp …. Oooh…


oooh..que es esto colegaaa… que es esto… esto es leche… tio…su
leche … la leche de sus tetaaass … esto es la ostiaaaa…
Sluuuurrrpppp….chuuuupppp…sluuuurrrppp….chuuuuuppp…
sluuuuurrpp….chuuuuppp…sluuuurrrppp…..

Grito el colgao, al principio completamente sorprendido y después


poseído, enloquecido por el morbo de beber la leche de aquella diosa
del sexo, mezclada con el champán, aumentando la voracidad de la
succión y de los lengüetazos, ayudándose instintivamente de la mano
que retorcía la mamaza, como ordeñándola, mirando sorprendido y
de refilón a Sergio, que conocedor del majestuoso y morboso placer
de la leche de su diosa del sexo, no dejaba de ordeñarle la mamaza,
abriendo mucho la boca y recibiendo todas las ráfagas de su cálido
líquido.

-          
Aaaaaahhhh…..aaaaahhhhhh…..oooooohhhh…..aaaaahhhhhh…..aaaaa
ahhhhhhhh… neneeeeeessss….siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii………….

Aullaba de placer Yolanda, entre espasmos retorciéndose, sintiendo


como sus mamazas se llenaban de leche, que salía violentamente por
su negros y duros pezones en cálidas ráfagas que hacían aumentar su
gozo, haciéndole abrir mucho la boca, mientras gritaba de placer
poniendo los ojos en blanco, con el rostro desencajado, al tiempo que
de forma instintiva estiraba y abría sus fantásticas y largas piernas,
enfundadas en las sexys medias de rejilla negras y sus tacones
negros de aguja.

Los criajos de forma automática y como premeditada lanzaron ambos


sus manos derechas a la raja de Yolanda, hundiendo ambos sus
dedos índice y corazón con la mano boca arriba, frotando brutalmente
la pared superior de la misma, donde se encontraba su clítoris, de
forma alternativa, primero uno y luego el otro, empujando metiendo,
a adentro y afuera, afuera y adentro.

-          
Aaaaaahhhh…..aaaaahhhhhh…..oooooohhhh…..aaaaahhhhhh…..aaaaa
ahhhhhhhh… siiiiiiiiiiiii….siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii………….aaaaahhhhhh……
aaaahhhhh….
Relinchaba de placer dejando caer sonoramente a un lado la botella
de champan, lanzando sus manos al respaldo del sofá para aferrarse
a él fuertemente, poseída enloquecidamente por el placer sexual que
le lanzaba salvajes calambrazos a todo su cuerpo, contorsionándolo,
con los ojos en blanco, el rostro pálido y demacrado, la boca abierta,
perdida de nuevo la percepción del tiempo, entregada a aquellas
manos y bocas desesperadas y hambrientas por darle y tomarle
placer sexual.

-        Sluuuurrrpppp….chuuuupppp…sluuuurrrppp….chuuuuuppp…
sluuuuurrpp….chuuuuppp…sluuuurrrppp…..

Seguían los dos criajos, devorándole las tetazas y dejándole las


marcas de sus dientes en la piel tersa y turgente de sus circulares
mamazas.

-        Aaaaaaaahhhhh…. Aaaaaaaaahhhh….. oooooohhhhh……


aaaaaaahhh …..aaaaaaaaaaahhh

Estallo en un sonoro orgasmo Yolanda, agitando su cadera sobre el


sofá violentamente adelante y atrás, atrás y adelante entre
espasmos, haciendo que los criajos sacasen espantados los dedos
ante la presión de sus fluidos, saliendo de su interior como el grifo
desbordado de una fuente.

-        Uuuuuaaauuuuhhh….colegaaaaa…esto es increibleee…es mejor


que una noche de  viaje a base de metanfetaminas…jojojojo….

Exclamo divertido y extremadamente entusiasmada el colgao, con los


ojos más idos que nunca y cara de bobalicón satisfecho, excitado al
máximo con su verga tiesa como una lanza.

-        Huuuummmm….lo habéis hecho muy bien chicos…muyyy


bieeen….jejeje…

Dijo Yolanda con la voz algo tomada, el rostro desencajado con


sonrisa de tonta satisfecha y algo ida, recuperándose de los
espasmos de los terribles orgasmos, probando de recuperar la
compostura.

-        Vamos recupérate…so puta…ahora te follaremos los dos a la


vez, por tus dos agujeros y luego, nos correremos en tu cara de
preciosa diosa del sexo.

Ordeno el niñato fofisano con aquella voz de cabrón sádico ansioso,


que tanto le ponía a Yolanda.
-        Me encantaaaa la ideaaa neeneee….siiiii soy vuestra putaaa…
hoy soy vuestraaaa putaaaa….huuuuummmm

Se levanto moviéndose elegante y lasciva Yolanda, entornado los ojos


como una perra en celo.

-        Vamos a la cama primero, yo abajo y tu me cabalgas… el


empanao entrara después por detrás…

Ordeno Sergio saltando de un golpe del sofá para girarse y subirse a


la cama.

-        Oooooohhh…siiiii…siiiii…colegaaaa…que culoo…quieroooo


follarmeeee…ese culoooo…

Exclamo el colgao con entusiasmo

-        Primero ponte un condón y luego coge el aceite lubricante de la


mesita cariño, me masajeas el ano antes de metérmela y te mojas
también tu pistolita….jajaja…

Dijo Yolanda divertida, mientras subía a la cama con sus sexis medias
de rejilla negras y sus tacones negros de aguja.

-        Venga, venga…mi putaaa…montameeee……montameeee…

Exigía el niñato fofisano, con su polla en ristre dura y palpitante como


una estaca, mientras Yolanda se acercaba a él desde la punta de la
cama, caminando como una gatita cachonda mirándolo fijamente,
pasándose la punta de la lengua por su labio superior y
alternativamente mordiéndose el labio inferior.  Para sin dejar de
mirarle fijamente, colocarse sobre su cuerpo, abrir sus piernas y
agarrando con sus femeninas y deliciosas manos su verga estándar y
palpitante llevarla a su empapada raja, que se la trago toda de un
golpe.

-        Ooooooohhh …siiii…soooo…puuuttaaa…siiiiii….cabalgaaaa……


aaaahhhhh……

Gemía y jadeaba de placer el criajo, mientras Yolanda apoyándose en


la cama a los lados del cuerpo del niñato, lo cabalgaba brutalmente,
moviendo todo su cuerpo adelante y atrás, atrás y adelante,
tragándose su polla hasta rebotar en su pubis, agitando sus mamazas
en el aire, que dibujaban círculos imposibles, mientras sus perfectas y
respingonas nalgazas vibraban pintando circunferencias perfectas en
el aire.
-        Oooooohhh…neeneee…despacitoooo…oooohhh….da vueltas a
los dedos da vueltas…ooohhh

Exclamo Yolanda, cuando el alelao empezó a verter en su ano el


aceite lubricante y a clavarle los dedos dentro.

-        Que culo tieneeesss…es perfecto… grandee, duroo, suave y tan


redondo y respingón… es perfectooooo….

Aullaba de entusiasmo el alelao, con los ojos fuera de las orbitas el


dedo corazón y el índice dentro del ano de Yolanda, dando vueltas
para dilatarlo, mientras con la otra mano, apretaba y palmeaba las
nalgas perfectas de Yolanda, primero una y después la otra.

-       
Aaaaaahhhh…..aaaaahhhhhh…..oooooohhhh…..aaaaahhhhhh…..aaaaa
ahhhhhhhh… ………….aaaaahhhhhh……aaaahhhhh….

Gemía de placer Yolanda con su sexy, dulce y femenina voz,


disfrutando de la polla del niñato fofisano y de los dedos del colgao,
que ayudados por ella habían dilatado suficiente su ano.

El alelao se separó levemente, abrió el condón y se lo calzo de un


golpe, hábil y ansioso, apunto su polla al culo de Yolanda, se lanzó un
chorro de aceite lubricante y dejando caer su peso hacia adelante,
empezó a entrar en su culo, mientras Yolanda se arqueaba sobre
Sergio para facilitar la maniobra

-        Aaaaahhh …cariñooooo….. pocooo…a pocooo… oooohhh.. no


taaaannn..fuertee….ooohh…noooo….tan rapidoooo….ooooooooooohh

Aullaba de dolor y placer Yolanda, porque el alelao cegado por el


deseo y la pasión hambrienta y ansiosa, no escuchaba nada y se la
había clavado de un golpe hasta el fondo, hasta que sus pelotas
rebotaron con sus perfectas nalgas.

-         Aaaaaahhhh…..aaaaahhhhhh…..oooooohhhh…..
aaaaahhhhhh…..aaaaaahhhhhhhh…
siiiiiiiiiiiii….siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii………….aaaaahhhhhh……aaaahhhhh….
buuuuufff… aaaaooohhh…buuuuuuff

Se oía por toda la habitación los jadeos, gemidos y aullidos de placer


de los tres, el criajo percutía con su polla dentro de Yolanda arriba y
abajo, abajo y arriba, clavándosela toda, y el colgao por detrás
penetrándola hasta el fondo, con sus bolas colgantes y voladoras
rebotando en su perfectas nalgas, adentro y afuera, afuera y adentro,
hincándole ferozmente las yemas de los dedos en sus firmes y suaves
glúteos, respingones y perfectos, a la vez que ella agitaba sus
caderas brutalmente, acompasada al ritmo de la doble penetración de
los chicos, moviéndolas adelante y atrás, atrás y adelante,
obteniendo el máximo grado de fricción y penetración posible.

-          
Aaaaaahhhh…..aaaaahhhhhh…..oooooohhhh…..aaaaahhhhhh…..aaaaa
ahhhhhhhh… neneeeeeessss….siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii………….

Se impusieron los aullidos de placer femeninos y desbordados de


Yolanda, que a sabiendas de la insonorización de las habitaciones,
había escogido aquel hotel, pero que ahora por primera vez temía,
que sus aullidos salvajes traspasaran la puerta de la habitación.

Como si le hubiese leído el pensamiento, el criajo la agarro por la


cabeza y la atrajo hacia él para fundirse en un salvaje morreo
francés, la noción del tiempo volvía a desaparecer con su cuerpo
entregado a las sacudidas salvajes de placer del bombeo a tres,
devorándose mutuamente con el criajo, mientras los minutos
pasaban y su multiorgasmo anal y vaginal estaba más cerca.

-        Vamooooss a cambiaaarrr….vamoooss aaa cambiaaarr…


ooooohhh…también quiero su culoooo..

Grito el niñato fofisano, rompiendo la magia del momento, con lo


cerca que estaba Yolanda.

Ambos criajos salieron de su cuerpo, ella aún temblaba entre


espasmos de placer, cuando el alelao se puso debajo y tomándola de
la cadera, la obligo a tragarse su larguirucha y dura tranca, mientras
el niñato fofisano separaba sus perfectas y divinas nalgas, lanzando
su peso hacia adelante y perforándole el culo, hasta que sus pelotas
golpearon sus glúteos, todo había sucedido en un movimiento rápido
y agilísimo y en un abrir y cerrar de ojos, el colgao estaba
penetrándola golpeándole de abajo a arriba y de arriba abajo,
mientras el criajo, como en una tensionada sentadilla, agarrándole de
las caderas le perforaba el culo brutalmente, adentro y afuera, afuera
y adentro.

-        Vamoooosss….putaaaaa…. plaaaaasshh ….vamoooos…so


putaaaa… plaaasshhh …mueveeee las caderaaaasss… plaaaassshhhh

Gritaba encendido en ira y deseo el niñato fofisano, lanzándole


alternativamente palmetazos en sus perfectas nalgas de bailarina de
samba, con las manos todo lo abiertas que podía.

-       
Aaaaaahhhh…..aaaaahhhhhh…..oooooohhhh…..aaaaahhhhhh…..aaaaa
ahhhhhhhh… neneeeeeessss….siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii………….neneeeeessss
Aullaba de placer Yolanda acompasándose a aquel bombeo brutal,
moviendo su cadera adelante y atrás, atrás y adelante, agitando sus
nalgas en vibraciones salvajes que rebotan en las palmadas del
criajo, mientras había adelantado su cuerpo  y se sostenía con ambas
manos a los lados de la cabeza del colgao, ante la cara del cual se
balanceaban salvajemente sus enormes tetazas en forma de gota de
lluvia perfectas y erguidas, agitándose adelante y atrás, atrás y
adelante, a derecha e izquierda, a izquierda y derecha, mientras de
vez en cuando el alelao con la boca abierta, lograba agarrar entre los
dientes los extragrandes y oscuros pezones de Yolanda, chupándolos
y mordisqueándolos.

-        Aaaaaahhhh…..aaaaahhhhhh…..oooooohhhh…..
aaaaahhhhhh…..aaaaaahhhhhhhh…
siiiiiiiiiiiii….siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii………….aaaaahhhhhh……aaaahhhhh….
buuuuufff… aaaaooohhh…buuuuuuff

Volvieron los tres a llenar la habitación con sus gemidos, bramidos y


aullidos de placer, protagonizando un sándwich de en sueño, uno más
en la cuenta de Yolanda, pero que los criajos nunca en su vida
olvidarían.

-       
Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhh………..aaaaaaaaaaaaaa
aaaahhhhhhhhh

Empezó a gritar fuertemente de placer Yolanda, con el rostro pálido y


demacrado, los ojos en blanco, la boca muy abierta y el cuerpo rigido
como petrificado, cuando empezó a recibir los espasmos salvajes
multiorgásmicos de sus orgasmos anales, vaginales y clitorianos…

-        Aaaaahhhh…aaahhhh..que estrechaaa…colegaaaa…me


exprimeeeee….

Se quejaba el alelao, sin dejar de golpear de abajo a arriba, de arriba


abajo.

-        Aaah….aahh … aaah….aahh… aaah….aahh… aaah….aahh…


aaah….aahh… aaah….aahh

Jadeaba como un animal agotado Yolanda, cerrando los ojos sin dejar
de recibir las embestidas de placer de los orgasmos, que se sucedían
uno tras otro, mientras los dos chicos no dejaban de bombear en su
interior como dos animales salvajes y sedientos de su sexo,
indiferentes a su propio cansancio y agotamiento, poseídos por el
enorme placer que obtenían, dejando pasar un minuto tras otro, y
tras otro, como si el tiempo no existiera.
-        Me voy a correeeerrr colegaaa….aaahhh…no aguantoooo
maaass….no aguantooo….

Gritaba el colgao, abriendo mucho la boca y mirando al vacío con los


ojos fuera de las orbitas.

-        Yo taaambieeeennn….to tambieeeennn…


empanaoooo….bajaaa…bajaaaa…zorraaaa…. bajaaaaa… que nos
corramos en tu caraaaa….

Ordeno desesperado y ansioso el criajo, sacando su polla del culazo


de Yolanda y empujándola por las caderas para que dejase de montar
al colgao, lo que hizo Yolanda entre los últimos espasmos de sus
múltiples orgasmos, lanzándose ágil de la cama y situándose en el
lateral de la misma en cuclillas sobre sus tacones negros de aguja
con sus medias negras de rejilla, frente al criajo, que ya había bajado
y seguía pajeándose velozmente, esperando a que el colgao
torpemente se sacara el condón y se acercase rápidamente a Yolanda
y a él mismo.

-        Vengaaaa neneeesss…siiiiii darmeloooo todoooo…


darmeeee ..vuestraaaa lecheee…todaaaa…todaaaa… darmelaaa…

Empezó a provocar Yolanda a los criajos, moviendo su cuello para


echar hacia atrás su preciosa y larga melena negra sedosa y brillante,
mirándolos lascivamente, mordiéndose el labio inferior y agarrando
con sus delicadas y femeninas manos las dos pollas erectas,
palpitantes y ardientes, con los chicos tiesos, con su cuerpos tenso y
ambos con sus manos en su cintura, mientras ella se las sacudía
rápida y violentamente, frotando su piel sobre su glande, adelante y
atrás, atrás y adelante, apuntando con las puntas de ambas a su
precioso y bello rostro, al tiempo que, cuando empezó a sentir el
palpitar que precede al orgasmo en las pollas de los criajos, cerró los
ojos y abrió la boca sacando al máximo la lengua,  como una zorra
lasciva, como si quisiera recibir la simiente caliente de los chicos.

-        Aaaaaahhhh…..aaaaahhhhhh…..oooooohhhh…..
aaaaahhhhhh…..aaaaaahhhhhhhh… ………….aaaaahhhhhh……
aaaahhhhh…. buuuuufff… aaaaooohhh…buuuuuuff…siiiiiii

Gritaban ambos al correrse. Estallo primero el criajo, lanzando una


salvaje ráfaga de semen que cruzo la cara de Yolanda, mojando la
parte de su pelo más cercana a la frente, para a continuación recibir
una brutal ráfaga, densa y abundante del alelao, cruzándole la cara
por la mejilla, la nariz el ojo izquierdo la frente, manchándole el pelo
y una de sus pequeñitas y preciosas orejas.  Yolanda era la que
embocaba las pollas de los criajos a su cara, acercándose más a ellas,
con su puntas casi tocándole la barbilla, con los ojos cerrados sin
dejar de recibir una carga tras otra de semen, cayendo las últimas en
su boca, la cual las expulsaba con su lengua dejándolas caer sobre
sus tetas, ráfagas que bañaban sus labios, su barbilla, sus preciosos
pómulos, sus ojos, sus cejas, su frente y su pelo, hasta seis ráfagas
cada uno, densas y abundantes de la leche de los criajos, sin dejar de
pajearles hasta la última gota, con sus delicadas y femeninas manos,
bañadas parcialmente en los fluidos y el semen de los dos chicos.

-        Jajajajaja…..huuuummm me encantaaaaa….que


sabrosaaaa…..jajajaa….

Se reía escandalosamente Yolanda, recogiendo con los dedos índices


de ambas manos, parte de las cargas de semen de los chicos, que
cubrían su precioso y guapísimo rostro, como una máscara de crema,
para llevarse los dedos a la boca y chupárselos, para continuar
riéndose escandalosamente. Mientras los dos chicos, la contemplaban
admirados y llenos de excitación morbosa y admiración sexual,
boquiabiertos, extenuados y sin palabras, flotando en una nube de
placer sexual satisfecho, en el momento en que en el reloj digital de
la mesita de noche, se podia ver que eran las siete y cinco.

Aquella sesión sexual había sido para Yolanda como volver tiempo
atrás, a antes de casarse con el cornudo imbécil de Vicente,
innumerables habían sido las noches en que había acabado
emparedada por dos pollas, follada sin cesar durante horas ante su
salvaje e insaciable deseo sexual.

-        Bueno nenes, ha estado muy bien, pero ya ha habido bastante


debemos irnos, vosotros primero.

Expuso Yolanda risueña, acercando sus manos a la mesita de noche


cercana, donde se encontraba unos pañuelos de papel, con los que se
limpió su rostro del semén de los chicos, su maquillaje waterproof
permanecía inalterable.

Después se levantó, se bajó de sus tacones de aguja y se dirigió al


baño, los dos criajos agotados y jadeantes permanecían sentados en
la cama.

-        Vamos nenes…seguirme que no tenemos tiempo.

Apremio a los dos chicos, mientras entraba en el baño se cubría con


el albornoz y sacaba la ropa y las cosas del colgao.

-        Bueno Luis, tú serás el primero, vístete rapidito, me voy a


lavar la cara, cuando acabe quiero que estés preparado para
despedirte.
Dijo Yolanda dándose la vuelta y entrando en el baño.

-        Joder tía…estoy fundidooo…jojojo…el mejor polvo de mi vida…


estoy cansaoo…pero más feliz que una perdiz…jajaja…ya me
visto..yaa…

Decía estúpida y bobaliconamente el alelao, con aquellos ojos de ido,


de tanto fumar y meterse otras drogas.

Yolanda entro, se lavó la cara, aunque dejo su pelo lleno de semen


para después, cuando salió el colgado ya estaba vestido y dispuesto a
irse.

-        Ha sido un placer señora…a ver si puedo ayudar otra vez al tío
Sergio y me invita a otro homenaje, que se dé con usted…que usted
cuesta mucha pasta y yo no tengo….jojojo…

Reía jocosa y bobaliconamente Luis. Mientras Yolanda sonriente


asentía, esperando no volver a tropezarse a aquel colgao nunca más
en su vida.

-        Bueno colega, nos vemos en septiembre por el campus…y ya


sabes que, si hay recompensas así, siempre puedes contar conmigo
para que te ayude en lo que quieras…en lo que quieras …bro…..
jojojo…

Dijo a modo de despedida Luis con los ojos idos, rebuscando en los
bolsillos un cigarro, juntando el puño con el de Sergio a modo de
saludo de despedida, sin dejar de darle una última ojeada a Yolanda,
que miraba apoyada en el marco de la puerta del baño con cara
sarcástica.

-        Si tío nos vemos por el campus el próximo curso. Adiós.

Respondió Sergio, justo antes de cerrar la puerta tras el colgao de


Luis, que se le oía marcharse silbando de contento.

-        ¿Cómo que lo vas a ver el próximo curso en el campus? ¿No te


vas a la otra punta del país?

Pregunto curiosa Yolanda.

-        Si, lo que pasa es que no le he dicho nada, seguramente se


pasara el verano metiéndose meta, cristal, fumando a todas horas
hachís y cuando empiece el curso y vaya al campus ni se acordara de
mí, sobre todo si no me ve.
 Ya me ha pasado dos años seguidos, cada comienzo de curso, me
tenía que presentar de nuevo, porque el colgao este ya no se
acordaba de mí, después de los veranos de desfase que se mete,
destruyendo su precaria memoria y en el peor de los casos, mis
padres van a dar de baja mi móvil y me van a dar uno nuevo en la
academia, así que, entre no verme, no acordarse de mí y no tener mi
teléfono, es el fin de mi contacto con Luis.

Expuso Sergio de forma explicativa y segura.

-        Ahora te toco a ti, cariño, cinco minutos.

Respondió Yolanda, entregándole sus cosas y despejándole el baño


para que entrase a cambiarse. El criajo entro cabizbajo y melancólico,
mirándole con ojos de cordero degollado, ya no había ni rastro del
sádico tirano, obsesionado con someterla a su dominio sexual, solo
quedaba el triste niñato fofisano.

Yolanda lo espero relajada, a los tres minutos el criajo de pendiente


de cruz en una oreja y tatuaje salió vestido del baño, continuaba con
su mirada de cordero degollado.

-        Bueno, es el momento de decirnos adiós para siempre, el fin de


nuestro acuerdo, tú has cumplido tu parte y yo he cumplido la mía.

Dijo de una forma muy resuelta y distante Yolanda, con su voz de


gran negociadora y vendedora.

El criajo, cabizbajo, apenas levantaba la mirada con algunos pucheros


asomando en sus ojos.

-        ¿Volveremos a vernos?

Pregunto el niñato fofisano, mirándola a los ojos,

-        No cariño, esto se ha acabado para siempre y no volveremos a


vernos nunca más.

Respondió de forma neutra e inapelable Yolanda.

-        Joder, nunca volveré estar con una bomba sexual como tú.

Dijo el criajo con un punto de rabia y pena.

-        Lo que tienes que hacer nene, es utilizar todo lo que has
aprendido estos meses, para conseguirte una bomba sexual de tu
edad y de tu cercanía. Estoy segura, que con las habilidades que has
desarrollado estos meses conmigo, seguro que te ligas allí en la
ciudad de la academia militar a una tía cañón.

Mentía como una bellaca Yolanda, muy consciente que, si no hubieses


sido por la necesidad de cargarse a la criaja, un mierdecilla del
montón como Sergio, jamás le habría ni rozado la piel y que por
supuesto, a no ser que consiguiese ser multimillonario, no pasaría de
tipitas del montón y tirando a feas como la niñata malcriada.

-        ¿De verdad, tú crees?

Pregunto lleno de esperanza ilusoria el niñato fofisano, con sus ojos


iluminados por la perspectiva.

-        Por supuesto que si Sergio. Además, dentro de diez años,


cuando tu estés en tu plenitud sexual, yo empezare mi decrepitud
física y sexual, seré una vieja camino del final y tu estaras en lo
mejor de tu vida, conquistando las tias más buenas que te
propongas.

Volvió a mentir Yolanda, imprimiéndole un tono burlesco a su


discurso, que tuvo que reprimir pues estaba a punto de reír.

-        Espero que tengas razón, muchas gracias, pero por si quieres
alguna cosa, te mandare mi nuevo teléfono al chat de Telegram.

Yolanda asintió con la cabeza, abriendo la puerta de la habitación,


sonriendo para sus adentros, ya que antes de salir de la habitación,
deshabilitaría aquella cuenta de Telegram para siempre.

-        Adiós.

Dijo el criajo, con los ojos abiertos, enfilando el pasillo de la planta


del hotel hacia el ascensor, al tiempo que Yolanda sonriente cerraba
la habitación sin despedirse.

Cuando ya estuvo sola se dirigió al baño, se sacó las dos medias de


rejilla, rápida, pero femenina y elegantemente, se desmaquillo
rápidamente con el liquido especial y los algodones de desmaquillarse
que saco de su neceser. Y después, se metió bajo el chorro de la
ducha durante más de diez minutos, se ducho larga y tranquilamente,
su culo y su vagina estaba completamente extenuados y
maravillosamente satisfechos, el déficit sexual largamente soportado,
había quedado saciado aquella tarde y le daría para aguantar todo el
verano al lado del inútil y zafio de Vicente, finalmente se lavó el pelo,
salió de la ducha se secó con el albornoz, saco un gran tuvo de crema
hidratante y reparadora, extendiéndola por todo su cuerpo,
especialmente por sus muslos, sus nalgas perfectas y sus mamazas,
que habían sido especialmente castigados por las ansias y el deseo de
los dos chicos, a continuación se secó el pelo con el secador de la
habitación, peinándoselo mientras se lo secaba de forma delicada y
femenina, durante casi diez minutos. Salió desnuda a la habitación,
que estaba hecha un desastre, eran las siete y treinta y cinco.

Saco su bolsa Louis Vuitton y de ella, saco varias bolsas de plástico


donde coloco los conjuntos de lencería que había usado o lo que
quedaba de ellos, metió las bolsas de plástico y los zapatos de tacón
de aguja dentro de su bolsa, tiro los condones usados y las botellas
de champán a cubos de basura de la habitación, recogió el resto de
condones sin usar depositándolos también en el bolso de Louis
Vuitton, miro su móvil que hacía rato, había desconectado la
aplicación de  YouTube con la playlist sensual y de striptease ante la
falta de algún dedo que tocase alguna función del móvil, Yolanda lo
desconecto del televisor de la habitación y lo guardo en el bolso.  

Saco su conjunto marrón arena del armario, su ropa interior marrón y


sus medias pantys, se vistió con su natural elegancia y feminidad,
cuando ya estaba con su blusa beis y su pantalón marrón arena, se
preparó un whisky con hielo y se sentó plácidamente a disfrutarlo en
el sillón, eran las ocho menos diez y en su cuerpo, aún quedaban
rastros en forma de leves calambres de placer de la docena de
orgasmos que había disfrutado esa tarde, cerrando los ojos y
mordiéndose gustosamente el labio inferior entre trago y trago de
whisky, recordando gustosamente la erupción de placer que acababa
de vivir.

Eran las ocho en punto, cuando tras colocarse perfectamente la


peluca rubia, sin dejar ningún atisbo de su melena morena, y con sus
gafas de sol de grandes esferas, ya calzados sus medio tacones
negros, salió de la habitación con su bolsa de Louis Vuitton, donde
también llevaba, lo que quedaba de su botella de whisky, su neceser,
sus tacones de aguja negros y sus conjuntos de lencería.

Bajo por el ascensor, con rostro petrificado sin expresión alguna,


apenas cruzándose con algunos huéspedes y empleados, se acercó al
mostrador y entrego las llaves.

-        Esta todo de su gusto en la habitación, señora Martín.

Pregunto diligentemente el recepcionista sin transmitir emoción.

-        Si todo estaba perfecto, ya he hecho las entrevistas para las


que reserve la habitación, así que se le devuelvo las llaves, no voy a
usarla más.
Respondió Yolanda en el mismo tono neutro, dando base a la mentira
que había usado en la reserva de la habitación, la mentira de ser una
headhunter que iba a pasar entrevistas en aquel hotel.

-        Bien, pero que sepa que la habitación está reservada hasta
mañana a las doce, que es cuando pasara la chica, por si aún la
necesita esta noche, solo tiene que pasar por aquí enseñar su DNI y
uno de nuestros compañeros le entregara las llaves

Contesto robóticamente el recepcionista.

-        Bueno es saberlo, por si la necesito. Adiós buenas tardes.

Dio Yolanda por respuesta, manteniendo el riptus serio, aunque por


dentro sonreía satisfecha de saber, que al día siguiente las
limpiadoras creerían, que el resultado de la habitación había sido una
noche de desenfreno sexual y para nada ellas la vincularían a aquella
tarde. 

Se subió al utilitario alquilado y condujo hacia su ciudad a apenas una


hora de allí, protegida por las gafas de sol de las luces del ocaso,
sintiendo los rastros de las bocas, dientes y manos de los criajos
sobre su piel y su cuerpo, recorriendo lentamente con su lengua la
cavidad de su boca y su carnoso labio superior y mordiéndose el labio
inferior de placer, cuando aquellos recuerdos recientes subían desde
los sentidos de su cuerpo.

Llego al negocio donde había alquilado y pagado en metálico el


utilitario, incluso dejando en metálico una importante fianza, que
recupero cuando el técnico verifico, que el coche estaba impoluto y
con su rictus serio, su melena rubia y sus gafas de sol de esfera
grande, salió del local andando a buen ritmo sobres sus tacones
medios negros con su bolsa Louis Vuitton, se perdió entre las callejas
hasta alcanzar donde había aparcado su coche y emprendió la
marcha a su casa, a medio camino en una zona industrial
relativamente cercana a su casa, en una calle desierta del polígono,
que ella verifico que estaba vacía, se sacó primero la peluca y luego
las gafas de sol que casi la cegaban, pues quedaba ya poca luz. Se
atuso la melena negra y brillante antes de depositar en la bolsa negra
de nylon que había bajo el asiento del copiloto, la peluca rubia y en
un santiamén, reemprendió la conducción a su casa, ya
completamente como Yolanda.

Eran las nueve y media tocadas cuando entro en su casa, un rumor


de televisión se oía por el pasillo.

-        Vicente…mi amooorr…mi vidaaa…ya estoy en casaaaa…


Exclamo a gritos amorosos la falsa zorra adultera, mientras se dirigía
a su habitación con su bolsa Louis Vuitton, que dejo debajo de su
cama para arreglar su contenido al día siguiente. Sacándose a
continuación su chaquetilla marrón arena, abriendo su caja fuerte del
vestidor y depositando allí su DNI falso, se sacó sus medios tacones
negros y calzándose unos zuecos blancos de andar por casa, bajo y
se dirigió al salón donde tirado en el sofá y con cara de niño
apaleado, Vicente miraba al vacío.

-        Me has echado de menos mi amor…mi corazón..muuuaaakkk…


yo a ti si cariño…. No podría vivir sin ti…

Besaba y llenaba de arrumacos la super hembra lasciva al cornudo de


su marido, viejo, zafio e inútil, mientras por dentro se relamía de
saber, lo altos que eran los cuernos que le había plantado en la
cabeza aquella tarde.

-        Si te he echado de menos…ahora eres todo lo que tengo… he


trabajado algo… pero me avergüenzo hasta de ir a la fábrica…todo
serán cuchicheos a mi alrededor… imagínate si viene un proveedor.

Dijo entre pucheros Vicente, como un niño desvalido abrazándose al


cuerpo de la despampanante diosa del sexo que era su mujer, la
emperatriz de las adulteras satisfechas.

-        Venga, venga cariño…tú eres su jefe y su líder, seguro que


todos los empleados están apenados por lo que te ha pasado con
Belén.

 Que buena actriz era, pensó Yoli para sus adentros, a punto de
descojonarse, pues sabía que sus empleados hasta los más
temerosos, estaban descojonándose y disfrutando del malísimo trago
del imbécil de Vicente.

-        A esa persona, ni me la menciones está muerta para mi… ya


tiene que hacer algo para hacer estallar de brillo mi apellido, para
que me digne a mirarla, la desgraciada desagradecida, un premio
nobel por lo menos.

Dijo lleno de ira y desprecio Vicente a Yolanda, que le encantaba


comprobar el efecto que hacía en el pobre y manipulado inútil del
cornudo de Vicente, la sola mención del nombre de su hija, el
ególatra egoísta, que había expulsado a la niña de él y sus afectos de
forma salvaje e inmisericorde.

Yolanda no sabía lo que duraría aquel efecto de rencor y odio infantil


y egoísta, pero ella iba a aprovecharlo al máximo para agarrar a
Vicente bien por los huevos, para empezar aquel mismo jueves irían
al notario en todas las propiedades inmuebles y muebles, menos en
la empresa, figuraría Yolanda como cotitular, del notario al registro
en un solo acto.

Y ya se encargaría ella, de que antes de que la niñata malcriada


volviera a ver a su padre, tres años encerrada en aquel internado
suizo, había sido la sentencia, pues antes de que eso sucediera, el
reto de Yolanda era conseguir la titularidad de la mitad de la
empresa, una vez conseguido todo eso, cualquier reconciliación padre
hija, carecería de importancia, incluso si la pillaba en una infidelidad,
tendría que ver como estaba gestionada la empresa, para tomar la
decisión ella de pedir el divorcio y disfrutar de la mitad de aquella
fortuna sin necesitar al cerdo, inútil y zafio derechón de Vicente.

Pensaba todo esto ladina y calculadoramente Yolanda, mientras falsa


e hipócritamente acariciaba la cabeza de Vicente, que le daba asco,
mientras este gimoteaba sobre su pecho.

-        Bueno, bueno tesoro… ya paso…ya paso…muuuaaak..lo


importante es que lo hayas aclarado todo con Joaquín y con los
demás ejecutivos, muuuuak para que el lunes podamos irnos a pasar
el mes a la finca que he alquilado en Baleares, ya veras, muuuaaakk
con super piscina y acceso directo a cala privada, allí te olvidaras de
todo, tú y el resto del mundo…muuuaak..

Decía con voz falsa y melosa Yolanda, dándole besitos mimosos de


falso cariño, para calmarlo y someterlo aún más a su voluntad.

-        Si, si, ya está todo hablado, una vez al día haremos
teleconferencia durante una hora me pondrán al día de todo y
seguirán con su trabajo, hasta que yo vuelva.

Respondió Vicente con voz menos lastimosa.

-        Ves todo va a ir perfectamente … muuuaaakkk…


perfectamenteee… vamos a disfrutar los dos como nunca en nuestras
vidas…muuuaaakk..y cuando volvamos todos será pasado ….
muuuaaakkk …. y nuestras vidas nuevas … solo voy a tener ojitos
para ti, para ocuparme de ti … muuuaaakkk …cariño mio…
muuuaakkk…

Seguía cubriendo de besos hipócritas y mimosos Yolanda a Vicente,


muy consciente que la vulnerabilidad del viejo zafio, tripón e inútil, lo
hacía maleable a sus deseos, pero que al aferrarse a ella como un
clavo ardiendo, su neurosis y su paranoia celosa seguramente se
dispararía, por lo que tendría que mostrarse lo más conservadora
posible, hasta que alcanzase su objetivo, sacarle al menos la mitad
de su fortuna a aquel mierda inútil derechón del cornudo de Vicente,
ya había arriesgado demasiado aquellos meses, aunque la jugada
había salido perfecta, el riesgo había sido muy elevado.

Así que aquel verano, tendría que evitar miradas e insinuaciones y


mostrarse con la actitud más fría posible con los machos que le
mostrarían su deseo por ella y a los que ella gustosamente satisfaría.
Por suerte aquella tarde de sexo salvaje con los dos criajos, la
saciarían por un largo tiempo y cuando su recuerdo la volviese a
calentar, sus juguetitos le rebajarían la calentura, que pasase más
adelante o si se diesen otras oportunidades de ponerle los cuernos a
Vicente saciando su deseo sexual con una seguridad suficiente de no
ser descubierta, eso sería otra historia. Pensaba Yolanda
relamiéndose mentalmente, poniendo rostro de loba cachonda,
mientras no dejaba de acariciar con asco y desprecio la cabeza medio
calva de su zafio e inútil cornudo marido.

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