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UTILIZACIÓN DEL AGUA

INTRODUCCIÓN. La técnica mediante la utilización del agua, es utilizada


generalmente en la época de verano mediante el fenómeno de la evaporación. Esta
técnica sencilla de aplicar se la realiza en climas generalmente calurosos y secos y
cuando se dispone de agua suficiente para este uso.

Para lograr el enfriamiento o refrigeración de un edificio en la época de verano, se


pueden utilizar varias alternativas o técnicas bioclimáticas que permitirán los efectos deseados de climatización.

Para lograr la eficacia de la técnica, se debe utilizar al máximo el enfriamiento


del lugar por evaporación. El fenómeno de enfriamiento por evaporación
permite crear confort durante el verano en los espacios exteriores.

Además, los espacios interiores se climatizarán más fácilmente si se logra


rebajar la temperatura del aire que rodea al edificio.

Al restringir las necesidades de climatización artificial, el enfriamiento por


ventilación se convierte en una solución interesante y rentable.

Como ya sabemos, el aire frio, más denso que el caliente, tiende a descender a
las zonas bajas. Una solución para almacenar el aire humidificado es construir en
el exterior una gran caja abierta.

En los países calurosos se encuentra esta solución en la vivienda


tradicional con patio frecuentemente provisto de manantiales, fuentes,
cascadas o piscinas (espejos de agua).

Las casas pequeñas con patio pueden generar una zona de agua en los jardines y patios.

Para reducir la temperatura de los espacios interiores de la


edificación, una técnica bioclimática muy usual es mediante el
colocado de puntos de agua al interior de la edificación.
Otra solución económica consiste en crear un
muro húmedo instalando un tubo de riego
perforado en la parte superior de una pared de
cerramiento, los chorros de agua pulverizada
enfrían tanto el aire como la superficie del muro,
lo que permite bajar la temperatura ambiental.

Otra técnica eficaz es mediante la utilización de pulverizadores de agua o


aspersores para obtener un enfriamiento por evaporación.

Pueden ser utilizados en muros, superficies exteriores, jardines y cubiertas. Son fácilmente acoplables a
casi la totalidad de las casas tradicionales.

La existencia de algunas paredes exteriores del edificio expuestas al sol admite la puesta en práctica de
distintas técnicas de enfriamiento por evaporación.

En comercios especializados se expenden unos modelos de aparatos de riego por pulverización


capaces de enfriar casi instantáneamente una gran masa de aire.

EFECTOS DE LOS PULVERIZADORES DE CUBIERTA

La función básica de los pulverizadores de cubierta es reducir las


aportaciones de calor solar en la superficie de la misma haciendo
que disminuya considerablemente la temperatura ambiente. Este
dispositivo es muy eficaz en las cubiertas y en caso de que se
hayan previsto espacios habitables debajo de la cubierta.

EFICACIA DE LOS PULVERIZADORES DE CUBIERTA

En una instalación muy buena es posible eliminar el 90% del calor solar. Una temperatura de
40ºC se la puede bajar a 20 o 25ºC. Se ha observado que en regiones calurosas y secas, los
pulverizadores de cubierta son capaces de crear durante el día una temperatura superficial
inferior a la del aire ambiental y contrarrestar por completo las aportaciones de la radiación
solar.

Las casas construidas con espacios de ventilación bajo cubierta sacarán escaso provecho de
este sistema porque el calor transmitido por la cubierta se disipará en gran medida por la
ventilación.

Si la cubierta está bien aislada, no habrá impedimento para que


descienda la temperatura superficial de la cubierta. A la inversa,
los edificios con cubierta sin ventilación o mal aislada serán los
primeros beneficiarios de dichas técnicas.
Este sistema, junto al descenso de la temperatura superficial de la cubierta, crea
una cortina de aire frío que baja por los muros del edificio, permite evitar los
abombamientos de la pintura en cubierta por efectos del calor y mejora la
durabilidad de los revestimientos asfálticos.

SISTEMA DE PULVERIZADORES DE CUBIERTA

Una manguera agujereada o un aspersor de riego son aptos


para hacer un pulverizador de cubierta.

La eficacia de estos sistemas es relativa y su instalación no ofrece dificultad si la


cubierta tiene poca pendiente. La pulverización de la cubierta sirve para mantenerla a
temperatura superficial constante, reducir los fenómenos de contracción- dilatación,
reducir el envejecimiento de las mismas y tiene la ventaja de utilizarse sólo cuando es
necesario.

Se tienen en los comercios sistemas completos de control compuestos por una sonda de
temperatura superficial, un mecanismo automático para la pulverización intermitente (a fin
de evitar el derroche de agua), válvulas y conductos de pulverización que se limpian por si
mismos.

Estos sistemas entran en funcionamiento durante 10 a 15 segundos cada diez minutos o


a partir del instante en que la temperatura superficial excede en el termostato los 30ºC o
la temperatura programada. Consumen muy poca agua y electricidad.

El interés de la pulverización de la cubierta está en su sencillez y efectividad en climas muy


variados, además de que se acomodan por igual a edificios nuevos como existentes.

No obstante, una de sus limitaciones es la cuestión de la disponibilidad de agua en ciertas


regiones o lugares.

Generalmente se los recomiendan en aquellas regiones donde las temperaturas reales


sobrepasan los 35º. Y si la cubierta es ligera y poco aislada. Para instalarlos se necesitan dos
cosas: Una toma de agua bien situada y una cubierta de poca pendiente.

DEPÓSITOS DE CUBIERTA PARA OBTENER UN ENFRIAMIENTO POR EVAPORACIÓN

Los depósitos de cubiertas deberán preverse como parte integrante de la estructura del
edificio. Los depósitos de cubierta prestarán, como los pulverizadores, un efecto de
enfriamiento por evaporación, pero además ofrecen la ventaja de proveer de una masa
térmica apta para almacenar cierta cantidad de calor (o de frío).
Estos sistemas se han empleado en muy pocas ocasiones debido al costo de construcción de la estructura necesaria
para soportar el peso del agua (250Kg/m2) y por problemas de estanqueidad.

UTILIZACIÓN DE LOS ESPACIOS INTERIORES Y EXTERIORES

Introducción.

Otra forma de climatizar los espacios arquitectónicos, es mediante la utilización de


los espacios interiores y exteriores de la construcción. Las técnicas mediante el uso
de espacios interiores y exteriores se pueden realizar tanto en la época de invierno
como en la época de verano.

Técnicas Bioclimáticas. Una de las técnicas eficaces mediante el uso de los espacios
interiores y exteriores es previendo zonas exteriores semiprotegidas para moderar el
clima circundante durante todo el año.

Otras técnicas sencillas y fáciles de desarrollar son


mediante el uso de patios, porches, garajes y cualquier
otro espacio exterior protegido que pueden contribuir al
confort de los espacios interiores mientras proporcionan
también unas zonas habitables gratas.

En verano, los porches y patios cubiertos arrojan sombra


sobre los muros y accesos del edificio, la temperatura del aire
exterior será localmente más baja ofreciendo a la vez una
reducción de la transmisión de calor a través de los muros y la
posibilidad de climatizar mediante la ventilación natural.

Existen numerosos dispositivos creadores de sombras, pero a la hora de escoger se


vigilará que no bloqueen las aberturas al paso de las brisas de verano artífices de la
ventilación natural.

Los patios ajardinados y dotados de fuentes o mecanismos de pulverización de agua


producen un efecto de enfriamiento por evaporación, fenómeno que atenúa también la
temperatura del aire exterior.

Los espacios bioclimáticos exteriores son, por si mismos, un atractivo y un vehículo


para crear las condiciones propicias a un mejor confort interior.

Los espacios exteriores pueden ser igualmente benéficos en invierno: La envoltura del edificio puede concebirse para
que forme bolsas de sol que aprovechen el sol de invierno con el objeto de caldear zonas exteriores cercanas al
edificio.
La ventaja que se saca es doble: la posibilidad de aumentar el tiempo de utilización de
las zonas exteriores y la creación de microclimas más templados próximos a la envoltura
con la consiguiente reducción de las pérdidas de calor del interior.

Otros elementos que colaboran a caldear los accesos a una casa, son la
vegetación, los aleros de la cubierta, los muros y algunas otras
construcciones auxiliares.

Otra técnica bioclimática se la realiza mediante la previsión de una zona interior orientada
al sol para aumentar las ganancias solares en invierno. La creación de espacios tope con
orientación a medio día, tales como invernaderos adosados a la casa, atrios (con
claraboyas), estancias con amplio acristalamiento, o solariums, son de utilidad para
aprovechar el calentamiento solar pasivo.

Este tipo de espacios no son apropiados para alojar dormitorios o cocinas, pero son
ideales para zonas de juego o descanso y desde luego para invernaderos o espacios
donde exista vegetación. El calor de estos espacios se puede extraer por convección
natural o con ayuda de ventiladores a veces provistos de termostatos.

El acristalamiento, aunque sea doble, significa una fuente de derroche térmico, notable en
climas fríos, que existe la precisión de dispositivos de aislamiento nocturno.

En climas suaves, los solariums pueden construirse con acristalamiento simple.


Actualmente se ensayan nuevos sistemas de acristalamiento con los espacios de calor.
Estos productos deben ser buenos transmisores de la radiación solar y buenos
reflectores de calor irradiado al interior del edificio, permitiendo así crear un súper
efecto invernadero.

Los espacios exteriores se conciben para proteger el sol de verano y para


captar el sol de invierno con ayuda de paneles acristalados desmontables o
de películas plásticas.

Respecto a los invernaderos adosados al edificio hay que hacer una advertencia:
la mayoría de los invernaderos gozan de un bajo poder aislante, su ganancia
térmica neta es más bien reducida, la contribución térmica de un invernadero
adosado será inferior a la de una abertura acristalada.
La principal ventaja de un solárium separado del resto
de la casa se explica por el hecho de que, durante los
días soleados, la temperatura de su interior puede
subir más allá de los límites de confort térmico,
sobrecalentamiento que permite almacenar una
apreciable cantidad de calor en los materiales que
entran en su construcción, en las paredes y,
eventualmente, en algunos materiales de almacenaje
térmico (rocas, muros, depósitos de agua, etc.).

Otra forma de manejar la técnica del


uso de espacios interiores y
exteriores es mediante la distribución
de las dependencias o las funciones
del edificio de acuerdo a su
orientación solar. Cualquier cosa
puede hacerse enérgicamente más
económica distribuyendo en planta las diferentes funciones según la trayectoria del sol. Esta técnica es
complementaria de otras técnicas bioclimáticas, consistente en dividir el interior del edificio en zonas separadas de
calefacción o climatización.

El cuidado que se ponga en orientar las dependencias permitirá


controlar las aportaciones solares y se traducirá en una reducción de las
necesidades de climatización.

El fundamento de los sistemas pasivos de


ganancia directa consiste en orientar el máximo
de estancias habitables hacia el norte a fin de
no perder la radiación solar, pero de todas
maneras las orientaciones más favorables son:
Las ventanas para los primeros rayos del sol de
invierno al este, las salas de estar tendrían que
orientarse a medio día o norte, se deberá
controlar la orientación oeste a fin de evitar sobrecalentamiento de poniente.

Orientaciones Aconsejables para distintos espacios Arquitectónicos.

Las orientaciones aconsejables y preferibles dependerán del clima del lugar donde sea emplazada la construcción, de
la dirección de los vientos de invierno como de las brisas de verano.

Ambientes N NE E SE S SO O NO
Dormitorio * * *
Baño * * * *
Cocina * * * *
Comedor * * * * * *
Estar * * * *
Sala de juego * * * *
Lavanderías * * * * *
Estudio * * * * * *
Depósito * * * *
Garaje * * * * *
Porche * * * *
LA UTILIZACIÓN DEL SUELO

Introducción:

La técnica mediante la utilización


del suelo nos muestra cómo es
posible sacar partido del mismo
mediante la transmisión de calor
logrando obtener ganancias o
pérdidas de calor dentro de la edificación. Esta técnica se la puede realizar tanto en la
época de invierno como en verano.

Aprovechamiento climático del suelo.

- La diferencia de temperatura del suelo y el exterior, permite el aprovechamiento de ésta


en el interior.
 Verano: el suelo es más frio que el exterior.
 Invierno: el suelo es más caliente que el exterior.
- Mediante mecanismos de transmisión térmica, se lleva esta temperatura al interior de la
construcción.

Técnicas mediante el uso del suelo.

Una manera de desarrollar esta técnica es situando el edificio por debajo del suelo o bien
elevado este para hacer un terraplén de protección.

Las construcciones que se encuentran por encima de la superficie del suelo, afrontan
directamente todas las agresiones climatológicas: grandes oscilaciones de
temperatura, incesantes cambios en el grado de humedad, rápidas dilataciones o
contracciones térmicas debidas a variaciones en la radiación solar y por supuesto, la
lluvia, la helada, los vientos, etc.

Gran parte de estas agresiones desaparecen o se atenúan mucho al descender bajo la


superficie del suelo.

El sótano de una edificación representa una forma natural de construcción enterrada. Las
construcciones enterradas responden muy bien a las exigencias de climas varios.

Las construcciones enterradas procuran mejor control térmico. Protección del viento,
estabilización de los efectos sobre los materiales por variación de humedad, protección
contra cataclismos, incendios, ciclones e incluso contra ruido.

También es útil prever la construcción de un forjado en contacto directo con el terreno para
favorecer los intercambios entre el edificio y el suelo.

Un forjado colocado directamente sobre el suelo presenta dos zonas


distintas de transmisión térmica: la zona periférica, que experimenta
pérdidas y ganancias de calor según sean las condiciones exteriores y la zona central,
sometida a un intercambio térmico relativamente constante con el suelo.

Intercambio de calor en la zona periférica:

El flujo de calor entre un forjado caliente y la superficie fría del suelo exterior
seguirá recorridos casi circulares y concéntricos hasta salir a la superficie. Los
forjados pueden comportarse como el suelo circundante.
Dado que el recorrido del calor en el suelo es circular. En invierno o en zonas frías, puede
colocarse un aislamiento horizontal bajo el forjado o vertical contra la pared exterior de la
cimentación. El aislamiento vertical impide que el frío llegue a la cimentación. El aislamiento
horizontal el forjado del frio del suelo.

Intercambio de calor en la zona central:

La zona central intercambia calor con el suelo en profundidad. Debido a la enorme masa
térmica de la tierra, se observa una estabilidad en la distribución de temperatura entre el
forjado y el suelo.

En climas fríos en invierno, las temperaturas medias del suelo implican ciertas pérdidas
térmicas en el caso de que el forjado no este aislado, no obstante, su magnitud es a veces
despreciable y no justifica la colocación de un material aislante a no ser que la construcción se
encuentre en una región muy húmeda.

Otra técnica se puede realizar mediante el enterrado de tubos en el suelo que permitan aprovechar la
temperatura del mismo (cuanto más profundos mejor), de tal manera que este aire acaba teniendo la
temperatura del suelo. Se puede introducir en la casa bombeándolo con ventiladores o por
convección.

Comportamiento térmico del subsuelo.

Se supone que la temperatura de equilibrio del suelo (a gran profundidad) es


igual en todas partes (10°C a 15°C), pero la realidad es otra, pues varía mucho
según las zonas climáticas y las condiciones del suelo.

En climas fríos se observan temperaturas del orden de 5°C y en los días calurosos de 25°C. Esta
temperatura se puede registrar fácilmente en un lugar determinado si se toma la temperatura del
agua en el fondo de un pozo con un termómetro corriente.

Transferencias de calor en el suelo.

El suelo no es un buen aislante térmico. Para conseguir un


poder de aislamiento equivalente a 2cm de espuma de
poliestireno, se precisa más de un metro de tierra. La
resistencia del suelo como aislante térmico, aumenta con
la profundidad, observándose que el calor procedente de
un muro de cimentación sigue recorridos casi circulares
para llegar a la superficie.

Durante el invierno, estas pérdidas son generalmente pequeñas (por las


reducidas diferencias de temperatura), pero en verano las superficies del
edificio que mantienen contacto con el suelo serán una fuente agradable de
climatización (sótanos), sobre todo si no están aisladas. En climas húmedos es
aconsejable realizar un buen aislamiento.

Orientación solar

Si la orientación y el terreno se prestan, es posible sacar partido de la radiación solar. La


importante masa térmica de una construcción enterrada constituye un depósito de calor
si la construcción está bien orientada con respecto al sol.

Almacenamiento del calor solar.

La masa de tierra que se encuentra bajo un forjado sin aislar disfruta de una
capacidad importante de almacenamiento de energía solar por ganancia directa.
Para conservar el calor almacenado es necesario pensar en un aislamiento
periférico de los muros de cimentación superior al normal.
Costos de construcción

El costo es mucho más elevado que una construcción tradicional, pues, necesitan
soportar las cargas del terreno y las presiones hidrostáticas del suelo. Dicho costo se
aminora si se toma en cuenta la partida de acabados exteriores.

Otra técnica muy utilizada es el uso de césped en la cubierta, pues este constituye un sistema
térmico complejo, capaz de rendir beneficios climatológicos tanto en verano como en
invierno.

Ventajas de las cubiertas con césped.

La hiedra absorbe la mayor parte de la radiación solar. La radiación reflejada representa la


radiación reflejada representa del 20 al 30% del incidente, el resto corresponde a la
absorción de las hojas. La superficie del suelo, bajo las hojas, queda en sombra casi por
completo.

La hiedra corta y bien regada puede disipar por evaporación de 10 a 12 megajulios por
metro cuadrado durante un día soleado de verano, es decir hasta un 80% de la energía
solar recibida. Gracias al efecto de la evaporación, el suelo estará muy protegido del calor.

Este tipo de cubierta tiene muchas menos pérdidas de calor en invierno y menos ganancias de
calor en verano. Las necesidades de calefacción o climatización se reducirán. En lugares fríos se
verán reducidas las exigencias de aislamiento de la construcción.

La cubierta de césped se recubrirá en otoño de hojas secas, paja y demás residuos


vegetales, con el consiguiente aumento del aislamiento térmico.

Otra ventaja del uso de este tipo de cubiertas es su resistencia a la acción


de los vientos predominantes, aspecto que las hace de interés en regiones muy expuestas a los
vientos.

Desventajas por el uso de césped en cubiertas.

Una de las principales desventajas es que son caras. Se deben realizar estructuras y
cimentación previsibles para resistir la carga. El mantenimiento de cubiertas verdes suele
ser muy dificultoso.

Los materiales idóneos para impermeabilización pocas veces son encontrados en los
mercados.

Se debe prever un sistema de riego especial con un sistema de estanqueidad de total


garantía.

Detalle constructivo del césped en cubierta.

Otra técnica útil es mediante el uso de muros acumuladores y colectores de cubierta en las superficies orientadas al
norte. Igualmente son útiles los acristalamientos ubicados a medio
día.

La capacidad térmica de los materiales usuales de construcción es de


1 a 2 Kj/Kg°c, se debe considerar masas considerables para acumular
bastante calor. Podemos encontrar materiales bastante económicos y
que tengan fácil colocación en obra. El ladrillo y el hormigón son los más
utilizados. Otros materiales con mayor capacidad de almacenamiento térmico son las piedras (5.14 Kj/Kg°c), el agua
(4.18 Kj/Kg, el adobe (4.06 Kj/Kg°c).

Utilización de técnicas

Para lograr efectividad del suelo y de las superficies exteriores del edificio pondremos a las
ventanas orientadas al sol de invierno.

En el transcurso de los días soleados de invierno, se observa con frecuencia el


sobrecalentamiento de algunas dependencias dotadas de grandes ventanales. Es posible sacar
ventajas de ello, colocando algunos materiales que sean buenos almacenadores de calor,
estos materiales tendrán una capacidad térmica suficiente recibiendo
directamente la radiación solar, haciendo que durante la noche
continúe la edificación con temperatura confortable.

A excepción de los espejos o de los metales pulimentados, casi todos los materiales
proporcionan una reflexión difusa: La luz sale reflejada en todas direcciones y no solo en
una.

La radiación solar transmitida por las ventanas de una construcción puede ser de tres
tipos: La radiación directa, La radiación difusa y la radiación reflejada por las
superficies exteriores. Estas superficies son el suelo y los materiales próximos a las
aberturas.

La orientación óptima es completamente al norte o a medio día. En


algunos casos puede haber mejoras en el rendimiento orientando la
fachada ligeramente hacia el oeste. La temperatura de la tarde es mayor
que la matinal.

Otra técnica muy útil es aumentar el acristalamiento con orientación


norte. Las claraboyas o lucernarios ubicados en una cubierta inclinada.
Transmitirán tanto la radiación solar de invierno como la del verano, en
cambio los acristalamientos verticales van a favor del sol de invierno y no
así del de verano. Es preferible optar por los acristalamientos de mucha
radiación solar en invierno y de muy poca en verano.

UTILIZACIÓN DE VENTANAS Y MUROS ACUMULADORES

Introducción: Las técnicas mediante la utilización de las ventanas y muros


acumuladores de calor, se las realiza en la época de invierno donde es
necesario lograr ambientes cálidos y confortables para el normal
desarrollo de las actividades diarias de ser humano.

UTILIZACIÓN DE TÉCNICAS

Para lograr efectividad en la técnica, es importante aumentar la reflectividad del suelo y de las superficies exteriores
del edificio próximas a las ventanas orientadas al sol de invierno.

El aumento de la reflectividad (coeficiente de reflexión) de dichas superficies, facilita el aumento de radiación que
penetra en el interior. Por ejemplo, los colores blancos o la nieve, asegura una reflectividad excelente en un periodo
del año en que se aspira a aprovechar al máximo el calor del sol.
La regla con la que se determina la óptima inclinación de una superficie
de captación para la calefacción en invierno es la siguiente:

INCLINACIÓN= Latitud del lugar+15°

Se puede llegar a ángulos del orden de 60° y en latitudes medias 45°

La trayectoria del sol de invierno


es más baja y corta que la del sol
de verano, por lo tanto, la
fachada oriental y occidental
reciben, en este periodo, una
fracción relativamente pequeña
de radiación solar, mientras que
en verano sucederá lo contrario.

REFLECTIVIDAD DE DIFERENTES MATERIALES EN EL SUELO


MATERIALES REFLECTIVIDAD EN %
CAPA DE NIEVE RECIENTE 75-95
CAPA DE NIEVE ANTIGUA 40-70
HIERBA SECA 32-35
ARENA BLANCA 30-60
CIMIENTO 30-50
HOJAS VERDES 25-35
MOSAICO 24-55
LADRILLO 23-48
MADERA 23-48
ARENA AMARILLA 20-50
CÉSPED 20-30
TIERRA ARENOSA 15-40
CUBIERTA ASFÁLTICA 10-15
TIERRA OSCURA 7-10
PIZARRA OSCURA 7-10
ARBOLEDA 5-20
AGUA 3-10
Otra técnica útil es prever la forma y la orientación de la construcción para alcanzar la máxima
exposición al sol de invierno.

DIMENSIONES ÓPTIMAS DE LAS SUPERFICIES ACRISTALADAS

La superficie óptima es aquella que permita la mejor


contribución de la radiación solar al calentamiento de
la casa sin perjudicar las condiciones de confort de los
espacios habitables. La superficie óptima se supedita a
los tamaños relativos de las estancias, al aislamiento de
la envoltura, a la capacidad de almacenamiento
térmico de los materiales y por ultimo al clima local.

TIPOS DE GANANCIA SOLAR

Existen teres tipos de ganancia solar:


La ganancia directa:

Es cuando los materiales se encuentran expuestos directamente a la


radiación solar, Los sistemas solares de ganancia directa se basan en
materiales de gran masa térmica expuestos, sobre todo a medio día. Por
ejemplo, los pavimentos acumuladores pueden ser de piedra, ladrillo u
hormigón, también con útiles la tierra y la arena, pero en menor grado.
Se deben evitar las alfombras o los aislantes para suelo.

GANANCIA INDIRECTA.

Se basa en situar los espacios habitables detrás de


materiales que tengan buena capacidad de
almacenamiento en muros como cubiertas. Los muros
gruesos con acristalamiento tienen la propiedad de
acomodar las funciones de captación y almacenamiento
del calor solar. La superficie acristalada es igual a la de
almacenamiento. Es aconsejable prever muros gruesos:
30cm para hormigón, 35cm para ladrillo y 45 cm para
adobe.

La capacidad térmica no es el único criterio selectivo de un material de almacenamiento, la buena conductividad


térmica será otro factor a considerar que permitirá al calor acceder rápidamente al interior del material.

Dentro de las técnicas del manejo de


muros captadores de energía térmica, se
encuentran los muros trombe. Esta
técnica se basa en la captación solar
directa y la circulación de aire que se
produce por la diferencia de temperaturas. Estrega calor en los meses fríos y
permite mejorar la refrigeración durante los meses cálidos a través de una
ventilación cruzada.

El muro trombe es un sistema de captación solar pasivo que no tiene partes


móviles y que no necesita casi ningún mantenimiento. Esta alternativa propone
potenciar la energía solar que recibe un muro y así convertirlo en un sencillo sistema de calefacción. Su componente
principal es un muro orientado hacia la posición del sol más favorable a lo largo del día.

La forma y tamaño del edificio mantienen su importancia como factores


emparejados en virtud a la localización y tamaño de las ventanas que captan la
radiación solar.

Es preferible utilizar dispositivos temporales para ampliar la calidad de radiación reflejada durante ciertas estaciones
y no instalar dispositivos fijos que escapan al control del edificio o del entorno inmediato.
La sombra proyectada en verano sobre las superficies es un medio natural de control de la
radiación solar incidente y de la reflejada.
Para aplicar esta solución, utilizamos en la fachada sur un muro de grosor considerable y le superponemos un vidrio
en su cara exterior, además en su parte inferior y superior se realizarán orificios que favorezcan las corrientes por
convección, este sistema se conoce como muro Trombe.

GANANCIA SEPARADA.

Se realiza mediante el almacenamiento de un sistema de


ganancia indirecta con la canalización del excedente de calor
hacia un depósito de almacenamiento separado de los
elementos de captación y que puede ser por ejemplo un
lecho de roca o de grava. También puede ser un invernadero adosado a la
fachada que actúa como elemento de captación solar. De acuerdo a como esté
dispuesto el invernadero, actuará en ganancia directa, indirecta o separada.

Las cubiertas en pendiente tienen la ventaja de ofrecer


superficies más libres de obstáculos (arbolado,
edificaciones vecinas, etc.) que los muros verticales.

Así mismo, es útil utilizar materiales de elevada capacidad térmica para


almacenar las ganancias de calor solar.

La solución más correcta en orientar al norte la fachada principal del edificio y


situar en ella las superficies acristaladas de mayor dimensión.

Por otra parte, los espejos o superficies pulimentadas que logran mejor
rendimiento que las difusas tienen riesgos de sobrecalentamiento en la época de
verano.

Una buena orientación de las superficies de los muros y de las cubiertas permitirá la instalación de colectores
solares. Los captadores pueden colocarse en el curso de la construcción o reservando superficies adecuadas a la
espera de instalar en el futuro un sistema solar.

LA CONCEPCIÓN TÉRMICA DE LA ENVOLTURA DE LA EDIFICACIÓN

Introducción: las técnicas bioclimáticas que se realizan tomando en cuenta la concepción


térmica de la edificación se la efectúa sobre todo para lograr el confort térmico durante la
época de invierno, tratando de reducir las pérdidas de calor de una edificación.
DESARROLLO DE TÉCNICAS

Una técnica que se puede realizar es reducir las superficies de los muros exteriores y
de la cubierta. Sabemos que las pérdidas térmicas de una construcción son
proporcionales a la superficie de su envoltura, por lo tanto,
cuando más compacta sea una construcción, menor será la
pérdida de calor.

Se debe tomar en cuenta que la superficie exterior, es la más expuesta a las variaciones de
temperatura y a los vientos.

El volumen de una construcción mide el potencial térmico de una envoltura, por lo


tanto, se deben buscar formas geométricas compactas y evitar alturas libres
demasiado elevadas.

Al reducirse el volumen, también se reducirán las cubiertas, se admite que la forma de la


cubierta plana, a dos aguas, etc, no afecta el potencial térmico, porque el …………… calentado
se “para” en el techo de la última.

Otra técnica práctica es mediante la utilización del desván como espacio-tope entre el exterior y el interior de la
construcción. Los desvanes o los vacíos bajo cubierta, son espacios de
transición entre la zona de temperatura controlada del interior de la
casa y el sector de la envoltura (la cubierta), sujeta en verano e
invierno a las máximas tensiones térmicas.

LA VENTILACIÓN MECÁNICA

Se la efectúa mediante un ventilador, pero no es rentable a excepción de climas muy calurosos y


de cubiertas mal aisladas.

LA VENTILACIÓN POR EFECTO CHIMENEA

Se necesita una salida de aire en el punto más alto de la cubierta y unas


entradas de aires situadas lo más bajo posible con el objeto de lograr diferencia de
temperaturas. Se mejora el rendimiento mediante la utilización de una cúpula, una torre
pequeña o una chimenea más alta que la cumbrera.

Otra técnica práctica es mediante la utilización de un sótano como espacio-tope entre


el interior y el suelo. Este espacio actúa como zona de transición y debe
necesariamente aislarse este o no calefaccionado.

Se resuelve este problema, aislándola zona periférica, es decir, los muros del sótano en la parte
alta y especialmente en la franja que queda por debajo del nivel del terreno. La eficiencia
dependerá del grado de aislamiento a las infiltraciones de aire que tenga el espacio y a la
ventilación para evacuar la humedad.

CLASIFICACIÓN DE LOS SISTEMAS DE RECUPERACIÓN DE CALOR

Los sistemas de recuperación de calor se clasifican en:

Recuperación del calor de espacios interiores

Recuperación del calor en su origen.

Recuperación del calor mediante el almacenamiento estacional.


Otra técnica es prever conductos de aire para la recuperación natural o mecánica de las ganancias internas de calor.
Los sistemas solares pasivos permiten el almacenamiento de aire sobrecalentado durante ciertos periodos del día
con objeto de crear condiciones de confort térmico.

Las pérdidas de calor más importantes se producen en lo alto de los muros de cimentación y
sobre todo en la parte que queda inmediatamente debajo del nivel del suelo, por lo que es
recomendable prever un buen drenaje del suelo para reducir su humedad.

RECUPERACIÓN DEL CALOR DE ESPACIOS INTERIORES

En vez de extraer el aire caliente dentro a afuera de la construcción, se lo conduce


hacia un espacio de almacenamiento (sótano), en forma de lecho de rocas o de
grava. Un espacio central abierto, como una escalera permite la canalización
natural del aire caliente hacia arriba y evita un exceso de calefacción en las
estaciones habitables.

RECUPERACIÓN DEL CALOR EN ORIGEN

Los aparatos de calefacción, de cocción, las


chimeneas y las estufas de leña, son aparatos que
tienen bajo rendimiento porque parte del calor
producido se expulsa al exterior (generalmente por
la campana de la cocina o la chimenea). Se puede
recuperar ese calor colocando un sistema de
circulación de agua en contacto con el conducto de
la chimenea y transportarlo a un depósito de almacenamiento.

Cuando se utiliza fuentes de calor como cocinas a leña, aparatos de calefacción, cocinas a gas,
neveras, microondas, etc, se recomienda en el muro donde esté ubicado el
aparato, el uso de paneles reflectantes de metal pulimentado que reflejen y
devuelvan el calor hacia el interior y reduzcan las pérdidas térmicas por
conducción a través del muro.

Otra técnica es centralizar todas las fuentes de calor en el interior del


edificio. En el hábitat rural, las cocinas a leña han vuelto a ser en muchas
casas el principal medio de calefacción.

ALMACENAMIENTO ESTACIONAL

Consiste en acumular en la profundidad del suelo una cantidad de calor de aire en el


periodo de estío. Así es posible en invierno temperaturas suaves en la superficie del suelo.

Una técnica práctica es utilizar en cada entrada un vestíbulo o un apantalla protectora contra
el viento.

Las ventajas de los vestíbulos es que controlan las entradas de aire mejor
que la doble puerta, e impiden el contacto directo del aire interior con el
aire exterior. El vestíbulo permite reducir las entradas de aire de 25 a
15 m3 en cada apertura de puerta.

Las pérdidas de calor por infiltración, sucede cuando las puertas se abren y cierran con
frecuencia. La eficacia del vestíbulo depende primordialmente de la posibilidad de cerrar la
primera puerta antes de abrir la segunda en acceso expuesto al viento, por lo que lo ideal
en este campo es prever entradas al abrigo del viento.

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