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1 – Índice
2 – Introducción
6 – La psiquis
7 – El autoconocimiento
8 – La introspección
9 – Ambiente y entorno
11 – Reflexiones finales
INTRODUCCION
Este trabajo sobre sí mismo, debe ser personal. En esto consiste el método
iniciático. Debe ser el propio Hermano el que se convierta en un auténtico
Iniciado, en un verdadero Masón, desde un punto de vista iniciático. Como
se comprende, se trata de un método de auto formación. A partir de él, el
nuevo adepto debe aspirar a su elevación espiritual.
Dicho procedimiento de autoformación es denominado Arte Real y es el
motivo del presente trabajo.
Este trabajo pretende esparcir algo de luz acerca del mismo, colaborando
con la muy difícil labor que todo Iniciado tenemos para con nosotros
mismos y para con el mundo en el que vivimos.
El término Arte Real era utilizado por nuestros antecesores, los Masones
Operativos, para referirse al arte en la construcción que utilizaban al
levantar monasterios, iglesias y abadías, verdaderas obras de arte que,
cuando viajamos, admiramos por su perfección, justeza y belleza.
Estos Hermanos nos precedieron sin ninguna duda. Formaron las antiguas
corporaciones de obreros medievales de la construcción. Fueron las
corporaciones más importantes de aquél entonces, tanto por su
estructura compleja como por su proyección histórica en lo concerniente a
nuestros orígenes.
Los Masones Aceptados, que habían sido admitidos en las cofradías sin ser
obreros manuales, conservaron los términos técnicos que se utilizaron en
el pasado para la construcción, adaptándolos a su nuevos objetivos
filosóficos y morales. El Arte Real ya nada tenía que ver con erigir aquellas
bellas construcciones del pasado, sino que comenzó a ser utilizado para
referirse a la construcción de una nueva arquitectura psíquica en cada
Hermano y también en la sociedad en la que se vivía. En este sentido
utilizamos esa expresión actualmente.
CONCEPTO DE ARTE REAL
Es cierto que cada vez hay más literatura sobre masonería. También lo es
el hecho de que en internet se revelan por completo los rituales de cada
Grado, los signos, palabras misteriosas, toques, vestimenta, características
de nuestros Templos, etc., etc. Pero lo que sentimos en el interior de
nuestros Templos solo es comprendido cabalmente por los que tenemos
el privilegio de ingresar a ellos, y por lo tanto, es absolutamente
incomprensible para los profanos. Por más literatura que se lea al
respecto, el profano no termina comprendiendo la esencia de la
Masonería. Es imposible acceder a ella a través del conocimiento que
pretenden ofrecernos los libros o las páginas de internet. La Masonería es
vivencial y, por ende, también lo es el Arte Real. El concurrir a las Tenidas
regularmente es imprescindible para que en los Hermanos ocurran los
cambios deseados, para convertirnos en verdaderos Iniciados. Solo la
permanencia en nuestros Templos de misterios puede ofrecernos el
ambiente necesario para que el Arte Real opere en cada uno de nosotros.
Ahora bien, sería inocente e ilusorio de nuestra parte, pensar que por solo
atribuirles un significado altruista a los símbolos vamos a mejorar
espiritualmente. Se necesita mucho más que esto. Se necesita, en primer
lugar una firme voluntad de cambio, y en segundo lugar, un intenso y
prolongado trabajo interior.
Dentro del mencionado trabajo interior que cada uno de nosotros debe
realizar, el autoconocimiento cobra especial importancia.
LA PSIQUIS
Freud pensaba que la lucha entre estas tres fuerzas, a veces puede
originar la aparición de psicopatologías. Según este científico, los
trastornos mentales, lejos de ser la excepción serían la norma. Es decir, los
desajustes serían tan frecuentes que la totalidad de los seres humanos
tendríamos conflictos no resueltos, fundamentalmente inconscientes. En
situaciones más extremas, si el superyó predomina, la represión de
pensamientos y emociones sería tan severa que se producirían crisis
nerviosas (como ocurre en la histeria). Si es el ello el predominante, podría
dar paso a la sociopatía, poniendo en peligro al que lo padece como a los
demás, esto desde el momento en que la prioridad absoluta es satisfacer
necesidades con urgencia. Debe entender claramente el lector que la
teoría psicoanalítica ha sido y es objeto de múltiples críticas. Entre los
numerosos científicos que conforman esta lista de detractores, se
encuentra Karl Popper, con una visión sobre el psiquismo en general muy
diferente al que tenía Freud. Pero también se debe comprender, que no
es mi objetivo exponer el tema desde un punto de vista de la psicología de
manera exhaustiva y extensa, sino simplemente, brindarle al Hermano una
idea, un punto de partida sencillo de comprender, práctico y útil para
abordar los temas que siguen, es decir, el autoconocimiento, el alcance y
forma de utilización del método introspectivo, así como sus limitaciones.
Para terminar este capítulo, quiero resaltar una vez más la importancia del
inconsciente, concepto clave, lugar desconocido, de difícil acceso, repleto
de contenidos reprimidos, y que incide en el comportamiento y aún en el
destino de los seres humanos. Normalmente, se dice que el hombre es el
arquitecto de su propio destino. Esta frase la escuchamos frecuentemente
en las Tenidas. Podríamos preguntarnos si esto realmente es tan así. En mi
opinión en un concepto falso. Somos artífices de nuestro destino sólo
hasta cierto punto. En buena parte el destino del ser humano queda
determinado por su inconsciente. Sé que esta afirmación es difícil de
aceptar para muchos Hermanos. Pero es así. Invito a que se investigue al
respecto, a que se lea sobre el tema o bien a asesorarse con especialistas
en esto, que afortunadamente existen en nuestra Institución. Si lo que
estoy expresando es correcto, y estamos convencidos que sí lo es, invita a
reflexionar profundamente al respecto y a reformularnos una serie de
preguntas que parecían tener una clara respuesta y no es así.
EL AUTOCONOCIMIENTO
El vocablo consta del prefijo auto, que se traduce como “propio” o “por
uno mismo” y el sustantivo conocimiento, que significa la comprensión
por medio de la razón. Implica, en esencia, proceso reflexivo mediante,
adquirir noción de nuestro yo, de sus cualidades, defectos, limitaciones,
temores y necesidades. Es bien clara la trascendencia que lo dicho posee
para nosotros, cuya finalidad es la construcción de un Templo interior,
altruista y masónico. Si pretendemos adornar al mismo del mayor número
posible de virtudes y desvestirlo de asperezas e imperfecciones, el
conocimiento de nuestro interior es un paso capital, imprescindible en
nuestro sendero hacia la Luz.
LA INTROSPECCION
Ahora bien, el lector puede preguntarse cómo se hace todo lo dicho hasta
el momento, como se penetra en uno mismo, en qué momento, qué lugar
escogemos, etc.
Otra cosa que puede ser muy conveniente, es recurrir a personas cercanas
a nosotros, que nos conozcan profundamente y pedirles opinión sobre
diferentes aspectos relacionados con nuestra persona. Se deben elegir
cuidadosamente. No cualquier opinión termina siendo beneficiosa. Lo
ideal es que se trate de individuos bien intencionados, agudos, que
pensemos que poseen especial capacidad de penetración en los demás,
dotados de buen espíritu crítico. Y luego, reflexionar sobre sus
comentarios, es decir, sin aceptarlos en un principio, estar abiertos a
considerarlos y a meditar acerca de ellos.
Todo lo dicho pretende ser sólo algunas directivas generales sobre algunos
aspectos para facilitar nuestro trabajo interior. Seguramente deben existir
muchos más que cada Hermano irá descubriendo en su difícil labor de
construir una nueva arquitectura psíquica acorde a los valores que se
hayan priorizado, valores éstos que cada Hermano habrá vinculado con los
símbolos que la Orden va desplegando delante de nosotros.
Ahora bien, es necesario señalar que el método introspectivo posee
limitaciones importantes. De esto prácticamente no se habla, al menos yo
nunca escuché nada al respecto.
El Arte Real cuenta con dos aliados más que, en este trabajo, he
convenido denominar como ambiente y entorno.
AMBIENTE Y ENTORNO
Idéntico mensaje se nos transmite desde el momento que los tres viajes se
efectúan pisando baldosas blancas y negras. Estos viajes, son los viajes de
la vida del Hermano, masónica y profana. Son, esencialmente, viajes
interiores que transcurren entre nuestras baldosas blancas y negras
intrapsíquicas, entre nuestras zonas de luz y de penumbras, entre
nuestros sentimientos nobles y otros que no lo son.
Tal vez, una diferencia entre nosotros, los masones, y muchas personas, es
que cada uno de los integrantes de nuestra Institución está dispuesto a
reconsiderar una y mil veces el camino elegido y no dudamos en
cambiarlo si esto implica un mejor proceder.
Tal vez, una diferencia entre nosotros, los masones, y otras personas, es
que estamos dispuestos a utilizar nuestra vida entera a vestir nuestro
Templo Interior del mayor número posible de virtudes, de baldosas
blancas, y a desvestirlo de la mayor cantidad de imperfecciones, vale
decir, de baldosas negras.