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El Hospital de la Venerable Orden Tercera Seglar de Penitencia de Nuestro Padre San Francisco se fundó en Madrid en 1679 como enfermería para atender a los hermanos pobres de la Orden Tercera de San Francisco. El edificio original tenía 8 salas dedicadas a santos franciscanos y 200 camas alrededor de un patio central. A lo largo de su historia, el hospital ha tratado enfermedades como la tuberculosis y ha sido pionero en radioterapia.
Descripción original:
Descripción del Hospital de la Venerable Orden Tercera en Madrid.
El Hospital de la Venerable Orden Tercera Seglar de Penitencia de Nuestro Padre San Francisco se fundó en Madrid en 1679 como enfermería para atender a los hermanos pobres de la Orden Tercera de San Francisco. El edificio original tenía 8 salas dedicadas a santos franciscanos y 200 camas alrededor de un patio central. A lo largo de su historia, el hospital ha tratado enfermedades como la tuberculosis y ha sido pionero en radioterapia.
El Hospital de la Venerable Orden Tercera Seglar de Penitencia de Nuestro Padre San Francisco se fundó en Madrid en 1679 como enfermería para atender a los hermanos pobres de la Orden Tercera de San Francisco. El edificio original tenía 8 salas dedicadas a santos franciscanos y 200 camas alrededor de un patio central. A lo largo de su historia, el hospital ha tratado enfermedades como la tuberculosis y ha sido pionero en radioterapia.
En San Bernabé 13, está en funcionamiento desde el siglo XVII el Hospital de
la Venerable Orden Tercera Seglar de Penitencia de Nuestro Padre San
Francisco, conocida, la Orden como, Venerable Orden Tercera de San Francisco, es, como su nombre indica, seglar, y fue fundada en 1221 para dar cabida a aquellos que sin entrar en una orden religiosa querían dedicar su vida a los demás. Al lado de cada residencia de la Primera orden surgía habitualmente un movimiento de la Tercera, así llamada por ser la tercera orden creada después de los Franciscanos y las Clarisas. En 1608 se fundó la Fraternidad de la Orden Tercera de Madrid a la que pertenecieron Cervantes, Lope de Vega, Quevedo, Calderón y el mismo Felipe III arrastrando a buena parte de la Corte. Entre 1679 y 1697 levantaron una enfermería al lado del convento de San Francisco, junto a la iglesia del mismo nombre, por Luis Román, Marcos López y Bartolomé Hurtado, continuada a la muerte de Román por sus hijos Diego y Matías, a fin de atender a los hermanos pobres de la Orden. El edificio tenía 8 salas cada una dedicada a un santo franciscano, con 200 camas entorno a un patio central que daba luminosidad a todo el edificio. Tiene a lo largo de su historia el haber sido uno de los primeros hospitales en haber tratado la tuberculosis con pabellón independiente, tener uno de los mejores quirófanos de Madrid y ser pionero en radioterapia. Las primeras enfermeras fueron hermanas viudas de la Orden Seglar, posteriormente Hijas de la Caridad de San Vicente Paul y desde 1919 las Hermanas Franciscanas misioneras de la Madre del Divino Pastor. Durante la Guerra de la Independencia atendió tanto a franceses como españoles y en la Guerra Civil fueron confiscados sus bienes por la Agrupación Socialista Madrileña, cambiándose el nombre por Hospital Municipal de Cirugía. Con su equipo y mobiliario se formó el hospital de sangre en el Hotel Ritz, meses después se traslada a Arganda y pasado un año a Loeches. En los años 50 se transforman los pabellones en habitaciones más pequeñas incluso individuales, siendo declarado en 1995 Bien de Interés Cultural. La visita es libre destacando la escalera de doble rampa, los pasillos alrededor del patio y la capilla, pudiéndose contemplar, en todo el recorrido, obras de Ardemans, Carreño de Miranda, Antonio de Pereda y un Van Dyck. La botica, que no es visitable, cuenta con un rico y extenso botamen desde el siglo XVII.