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CAPITULO III- CRISIS DE LA VIDA MORAL- ESQUEMA

I. TESTIMONIO DE UNA CRISIS: INTRODUCCIÓN: Se considera la crisis que


sufre la vida moral, fundamentalmente, en las viejas naciones cristianas. Esta
crisis va acompañada de una falsa interpretación de la doctrina. En nuestro tema
se mencionan solamente algunos testimonios magisteriales: 1. Pablo VI pone el
énfasis en que la crisis afecta a los principios mismos de la vida moral, al
oscurecimiento de la moral objetiva frente a una actitud ética subjetiva y a la
pérdida de la conciencia moral (habló de cultura “babélica”).
2. Juan Pablo II insiste en la pérdida del sentido del pecado, afirma que se da un
vuelco en la apreciación de los valores éticos y subraya que la crisis afecta a los
fundamentos y a los criterios que comporta toda actitud moral.
“¿No vive el hombre contemporáneo bajo la amenaza de un eclipse de la
conciencia, de una deformación de la conciencia, de un entorpecimiento o de una
"anestesia" de la conciencia?". Muchas señales indican que en nuestro tiempo
existe este eclipse, que es tanto más inquietante, en cuanto esta conciencia, está
definida en el Concilio como el "núcleo más secreto y el sagrario del hombre... Por
esto la conciencia, de modo principal se encuentra en la base de la dignidad
interior del hombre y, a la vez, de su relación con Dios". Por lo tanto, es inevitable
que en esta situación quede oscurecida también el sentido del pecado que está
íntimamente unido a la conciencia moral, a la búsqueda de la verdad, a la voluntad
de hacer un uso responsable de la libertad. Junto a la conciencia queda también
oscurecido el sentido de Dios, y entonces, perdido este decisivo punto de
referencia interior, se pierde el sentido del pecado. He aquí por qué mi predecesor
Pío XII, con una frase que ha llegado a ser casi proverbial, pudo aclarar en una
ocasión que "el pecado del siglo es la pérdida del sentido del pecado".
3. En relación a España, la Conferencia Episcopal denuncia los males morales de
la sociedad española, que afectan por igual a la ética personal y a la moralidad
pública (Los obispos hablan de "alarmante y progresiva decadencia moral" y
escriben que la "relajación moral" se refleja en hechos…)
4. Sin embargo, los términos "ética" y "moral" son invocados continuamente por
los hombres de nuestro tiempo. Pero su uso se sustrae de la conducta individual
para trasladarlo a la política o a las ideologías. Esto supone una inflación en el
uso, que contribuye a confundir su verdadero sentido.
Es evidente que en la historia del pensamiento y de la vida humana, el término
"moral" ensalzaba el comportamiento que merecía alabanza y elogio porque se
conducía conforme a unos imperativos éticos. Por el contrario, "in—moral" era el
calificativo que merecían conductas desarregladas que desdecían de una vida
digna del hombre. De ordinario, tales imperativos eran religiosos y, en ambientes
de Occidente, casi siempre estaban inspirados en la ética cristiana.
5. Se enumeran una serie de consecuencias. La exposición no pretende ser
exhaustiva. Bien puede ser objeto de diálogo en la clase de Teología Moral. Esta
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aportación será siempre valiosa, pues, además de ayudar a tomar conciencia de la
crisis, estimularía a asumir compromisos para superarla. A) Existe una mutación
de valores ( lo que eran certezas morales, ahora son negadas). B) Conduce a una
involución de valores. C) Se clasifican los valores en función de su utilidad o al
disfrute de placer (moral hedonista / consumista). Deja de ser el bien / mal por la
que satisface apetitos y tendencias humanas. D) En amplios sectores se
desprecian las normas (permisivismo ético). E) Alteración de valores, y negación
de la capacidad de realizar un juicio moral (el utilitarismo sustituye a los
imperativos morales). F) Se modifica la doctrina de los fines (ya no es el fin último,
sino el inmediato de alcanzar placer). G) En lugar de las “preguntas esenciales”,
se formulan preguntas inmediatas (se busca la utilidad). H) Ya no cabe hablar del
deber – ser, sino el capricho y utilidad de cada individuo. “Se trata de una crisis
estructural en el sentido más profundo del término. De una crisis, que tiene la raíz
en el corazón de la persona humana: en el pecado, en la decisión de no
fundamentarse más en Dios…”
Es evidente que la historia humana ha coincidido con los anales de las debilidades
del hombre y que todas las épocas históricas han lamentado el bajo nivel de la
vida moral de su tiempo. Pero se da una diferencia cualitativa notable, pues tales
situaciones eran juzgadas como pecaminosas e inmorales a partir de unas normas
que se consideraban por todos como universalmente válidas.

II. CAUSAS DE LA CRISIS. Se trata de analizar las causas que han motivado la
crisis, tanto de la vida como de la doctrina moral. Se señalan algunas más
destacadas. Pero cabe una aportación en el Aula que enriquezca la lectura de la
situación actual de la moral, tal como se entiende en el texto (Una crisis tan
universal y compleja debe tener también en su origen un conjunto muy amplio de
razones. Algunas de ellas son claras, pero otras se ocultan o están al menos
latentes. No obstante, el estudio e interpretación de las causas facilitaría encontrar
los oportunos remedios. De aquí la necesidad de detenerse en el análisis de este
proceso).
1. Se señalan en primer lugar algunos factores ajenos al cristianismo. Se
mencionan los siguientes:
a) La crítica marxista a tres niveles: la influencia en la descristianización, la crítica
de ciertos ambientes culturales a la religión católica y la acusación de su ineficacia
en orden a conseguir la justicia social en la época moderna (Lenin: El cristianismo
es el opio de los pueblos. El marxismo ha defendido siempre una ética, pero ha
puesto el mismo empeño en negar la moral cristiana. “Por el contrario, nuestra
moral está enteramente subordinada al interés del proletariado y a las exigencias
de la lucha de clases. Nosotros decimos que la moral es lo que sirve para destruir
la antigua sociedad de explotación y a agrupar a todos los trabajadores en torno al

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proletariado para la creación de la nueva sociedad comunista... La moral es lo que
agrupa a todos los trabajadores contra toda clase de explotación”).
b) La psicología naturalista, en su versión freudiana, refuta la moral cristiana y la
acusa de ocasionar ciertos traumatismos al insistir en el tema del pecado y porque
no presta atención al subconsciente humano. Esta teoría ha sido superada por la
crítica a que ha sido sometida. A este propósito, los estudios de Víctor Frankl son
especialmente útiles para la moral católica (“…Esta especie de "fe" inconsciente
en el hombre, que aquí se nos revela significaría que hay siempre en nosotros una
tendencia inconsciente pero intencional a Dios Y precisamente por ello hablamos
de la presencia ignorada de Dios… el hombre es una esencia en busca de
sentido… Son cada vez más numerosos los pacientes que acuden a nosotros, los
psiquiatras, aquejados de un complejo de vacuidad. Este complejo ha llegado a
convertirse en neurosis masiva. Hoy ya no sufre el hombre (tanto como en tiempo
de Freud) bajo la frustración sexual, sino bajo la frustración existencial. Hoy no le
aflige tanto como en la época de Alfred Adler el complejo de inferioridad, sino más
bien un complejo de falta de sentido, acompañado de un sentido de vacuidad, de
un vacío existencial. Si me preguntan cómo explico la génesis de este complejo de
vacuidad, sólo puedo decir que, a diferencia del animal, al hombre no le dicta
ningún instinto lo que tiene que ser y, a diferencia de los animales de épocas
pasadas, tampoco tiene tradiciones que le enseñan lo qué debe ser. Al parecer, ya
ni siquiera sabe lo que quiere ser. Y ocurre así que o bien sólo quiere lo que los
otros hacen, y entonces nos hallamos ante el conformismo, o bien sólo hace lo
que los otros quieren de él, y entonces nos enfrentamos con el totalitarismo").
c) La filosofía existencialista atea ha contribuido a crear la crisis debido —además
de su crítica a la religión católica— a que niega la naturaleza del hombre, al cual
reduce a pura existencia, y, en consecuencia, porque sobrevalora las
circunstancias. De ella deriva la "ética de situación". El impacto del existencialismo
sobre la moral católica consistió, principalmente, en la valoración desmedida de la
circunstancia y, en consecuencia, en limitar extraordinariamente la moral basada
en la naturaleza del hombre y en la obligación de cumplir las normas objetivas y
universales. Todos estos factores cabría resumirlos en uno solo: la filosofía
existencialista ha supuesto el trasvase desde la moral objetiva, asentada
fundamentalmente en el cumplimiento de unas normas, hacia la existencia moral
concreta en la cual lo que determina la acción —y, en consecuencia, los
conceptos de "bien" y de "mal"— son las condiciones personales y las
circunstancias del momento histórico de cada individuo.
d) Casi todas las causas antes apuntadas han conducido a la cultura actual a un
relativismo exagerado, lo cual da lugar a un pluralismo ilegítimo, que trata de
conciliar la moral con cualquier forma de vida relativizando los conceptos de "bien"
y de "mal" morales (nunca Occidente fue tan plural, en lo intelectual, cultural,
religioso, ideológico y ético, como en este tiempo). Esta doble actitud existía ya en
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el siglo V antes de Cristo, de forma que la ciencia ética se originó en Grecia
precisamente para dar respuesta a este problema: ¿El bien y el mal dependen de
la cultura de cada época y de cada pueblo? ¿El hombre puede conducirse
espontáneamente o, por el contrario, “ser hombre" exige un comportamiento
adecuado? Los filósofos griegos, desde Sócrates encuentran una medida de la
conducta humana y la denominaron "physis"; o sea, el "bien" y el "mal" se
corresponden con la naturaleza del hombre: no son conceptos arbitrarios, sino
pautas fijas que hacen que el hombre viva de acuerdo con lo que realmente es. La
unidad de la moral cristiana se funda sobre principios constantes, contenidos en
las Escrituras…
2. Otra serie de causas de la crisis moral tiene su origen en problemas intra-
eclesiales. Se apuntan algunos que parece que han contribuido más
decididamente:
a) La necesidad sentida por amplios sectores de reformar los estudios y
planteamientos de la ética teológica. Pero la reforma se entorpeció a causa de la
precipitación y el apasionamiento entre algunos sectores de la Iglesia.
b) La necesidad de una exposición bíblica de la doctrina moral tropezó con
algunas exégesis que se separan de las enseñanzas permanentes respecto de la
vida moral. En ocasiones, algunas exégesis van al margen —cuando no en
contra— de la doctrina moral expresada por el Magisterio.
c) La situación sociocultural de nuestro tiempo, tan pluralista, encuentra
dificultades a la hora de aceptar unas normas universalmente válidas. Esto ha
provocado una situación en contra del valor y aceptación de las normas y
preceptos morales.
d) Uno de los temas más debatidos en el estudio de la ética teológica es la
relación entre conciencia y norma moral. Si en alguna época se subrayó la
importancia de las normas, hoy algunos defienden el interés exclusivo por la
conciencia, en contraposición a la norma (y esto relativiza los principios morales).
La moral cristiana acentúa por igual la norma y la conciencia.
e) Se señala una causa en la que confluyen todas las anteriores: la secularización
de la vida, que se presenta como ajena a cualquier instancia religiosa. El
secularismo imperante en amplios sectores de la cultura actual, tiene diversas
manifestaciones, todas ellas opuestas a la moral cristiana.
"La actitud radicalizada de la secularización o secularismo ético expresa la
conducta del hombre secular al margen de la fe. El secularismo es la actitud de
quien exalta las posibilidades de la razón sobre la fe, la ciencia sobre la
revelación, la ética sobre la Teología Moral, la vocación terrena sobre la vocación
escatológica, el esfuerzo humano sobre el auxilio de Dios, la independencia del
hombre sobre la soberanía divina, al hombre sobre Dios".

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III. SUPERACIÓN DE LA CRISIS. La tercera parte del Capítulo está dedicada a
explicar cómo se debe superar la crisis. Es el apartado más decisivo del tema. La
teología moral de nuestros días padece un grave desprestigio y es necesario
remontarlo con el fin de orientar la presentación de la doctrina moral católica.
Como en las dos partes anteriores, el tema ofrece una excelente oportunidad para
el diálogo enriquecedor en el Aula, de forma que se tome conciencia y se ideen
proyectos que ayuden a superar la crisis de la vida y de la doctrina moral. De
"crisis" se ha hablado siempre y todas las épocas se han caracterizado por un
pesimismo moral. A su vez, la historia muestra que la moral baja y sube, crece y
decrece, aumenta y disminuye (formación de curvas)… Parece que la solución no
es un simple volver a planteamientos éticos de un pasado inmediato. Los cambios
habidos en la sociedad y en la sensibilidad de los hombres de nuestro tiempo no
son todos negativos. Ante la persistente afirmación de la "crisis moral", no
conviene poner excesivo énfasis en formular ese juicio. En ocasiones, el estado de
crisis significa que una serie de valores han perdido vigencia y deben ser
sustituidos por otros… Prestar atención a las objeciones… La crisis de la moral se
agrava por la falta de testimonio de los cristianos. Por eso, en la superación de la
crisis moral de nuestro tiempo jugará un papel decisivo la actitud moral de los
creyentes.
"Una ética como ésta los cristianos no tienen que predicarla, sino ante todo tienen
que vivir conforme a ella (Mt 7,21—27; Rom 2,13; Sant 1,22; Lc 4,16—19; Mt
25,31—46). Su existencia se convierte entonces en una real provocación, porque
sin demandar nada suscitarán en el corazón de sus contemporáneos una
adhesión o un rechazo, a través de los cuales se manifestará que algo vibra
necesariamente en el corazón del hombre ante los valores cristianos, cuando
estos son vividos en plenitud y ofrecidos en gratitud".
CONCLUSIÓN: Quiere ser una evaluación realista de la situación actual. Pretende
no caer en el catastrofismo, pero no oculta lo grave de la crisis moral de nuestro
tiempo y la urgencia de presentar en su totalidad el programa ético cristiano.
Häring: "Muchas de las personas que viven actualmente no son contemporáneas
de los demás. Hay quienes acosados por el complejo de seguridad, viven
totalmente en el pasado. Existen también personas que desean con impaciencia
anticipar el futuro desenraizándolo totalmente del pasado y sin trabajar
pacientemente en favor de un cambio orgánico…” (tensión entre tradicionalistas o
conservadores y progresistas o anti tradicionalistas)... Las costumbres y la
tradición han sucumbido a las modas pasajeras y al legalismo presente. Esto
indica que existen demasiadas personas que ni disciernen las tradiciones pasadas
ni las modas presentes. Simplemente aceptan como bueno lo que las leyes
actuales prohíben. Discípulos: 1 Juan 2:6; 1 Pedro 2:21. “andar como Él anduvo” y
“Seguir sus pisadas” (dejó ejemplo). Gal 2:20

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Consignas:

1) ¿Es lo mismo hablar de la moral humana en general, que de la ética


profesional? Dar un ejemplo.

2) ¿Qué expresaba el Papa Juan Pablo II sobre la crisis moral de su época? ¿Cuál
es tu opinión al respecto?

3) ¿Cómo participó la crítica marxista en la crisis moral de los últimos tiempos?

4) ¿Qué aportó Víctor Frankl a la discusión de la moral humana?

5) ¿De qué manera la secularización colaboró con esta crisis moral?

6) ¿Qué impacto tuvo el existencialismo sobre la moral?

7)- Realizar una apreciación personal acerca de la superación de la crisis

8)- proponer y ELABORAR una discusión entre el tema, realizando: introducción,


inicio, desarrollo y conclusión (No copio y pego) de entre 1 a 2 carillas

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