PROTESTA,

DESCONTENTO Y
DEMOCRACIA EN
AMERICA
LATINA.
VICTORI
A
MURILLO

Ayala, Agustina. C.I 5.343.339-7

Casal, Matilde C.I 1.943.999-7
Erba, Abril C.I 5.404.100-0
Fernandez, Mathias C.I 4.517.139-9 202
Rochón, Eugenia C.I 5.451.322-5
2
ACTIVIDAD INTEGRATIVA
¿Cuál es el tema de fondo que se trabaja?:

El tema tratado es la relación entre la desigualdad y la democracia en

América Latina durante la crisis sanitaria. Como la pandemia empeoró una crisis
que se avecinaba amenazando la región a raíz de la finalización del boom de la
exportación de las materias primas en 2014. Terminando con los procesos de
distribución de riquezas y cierre de brechas y desigualdades que se dieron durante
ese auge económico avalado por los gobiernos no tradicionales. Y en general,
relaciona estas problemáticas económicas y sociales, con la democracia y su
alcance en Latinoamérica.

¿Cuál/es es/son la/s propuesta/s que realiza el autor?:

Lo propuesto por Victoria Murillo en su artículo es la de 3 distintos

escenarios. Esta autora introduce la idea explicando la existencia de movimientos
sociales en Latinoamérica, los cuales se agudizaron durante y luego de la
pandemia, debido al aumento de sus causas. Estos escenarios planteados son las
distintas formas en las que se manifiestan a lo largo de América Latina; el primero,
son movimientos que se manifiestan a lo largo de las calles; el segundo, como una
polarización en lo político, formándose una división entre los partidos tradicionales y
los nuevos partidos; por último, el tercer escenario, similar al primero, un
descontento de parte de la ciudadanía, pero manifestado en el ámbito político, en
lugar de en las calles.

¿Reconozco el planteo de algún autor que haya estudiado en SyD o CP?:

La autora menciona a las élites políticas, este tema fue trabajado a través de
los autores Neoelitistas o neomaquiavelistas, como Mosca, Pareta, Michells o Mills.
También podemos vincularlo con el pensamiento de Sartori; que el sistema
político funciona a base de polos opuestos, mientras más diferencias de opiniones,
más distanciadas son las polarizaciones. Esto se relaciona al segundo escenario
que plantea Murillo.
RESUMEN:

En Latinoamérica se daban protestas y movilizaciones en descontento con la

situación decadente política y económica de la región. En 2019, llegamos a una
crisis social y económica producto de la finalización del auge de exportaciones.
Aunque, durante y después de la crisis sanitaria, estos estallidos y protestas se
agudizaron, al igual que las causantes de estas. No se centralizan en situaciones
específicas, sino más bien en la globalización de la desigualdad, y la relación de
ésta con la democracia. La pandemia afectó varios ámbitos, tales como el
educativo, laboral, y sanitario, marcando más la brecha en los sectores sociales. El
ámbito educativo se vio afectado por la falta de recursos tecnológicos por parte de
ciertas familias; la escasez laboral se agudizó, dejando más expuestos a las
personas con trabajos informales que viven el día a día; y en relación al ámbito
sanitario, se visualizó la falta de recursos y preparación para afrontar la situación
acaecida. La suma de estos y otros factores, trae como consecuencia la decadencia
de la democracia, la precarización de la situación en la región genera un acceso
limitado al ejercicio de esta. Dejando mayormente este ejercicio en manos de las
élites políticas, que en gran parte no tienen empatía por esta situación angustiante y
compleja. Y es aquí, donde los estallidos y las causas de estos, se reproducen.
Murillo menciona tres posibles escenarios de las trayectorias de los países
dentro de este marco político y social.
El primer escenario se visualiza en países donde las élites políticas son
poderosas, donde la estabilidad macroeconómica se mantiene, y la redistribución es
sostenida aunque no de forma amplia. Este escenario se ve representado en la
desestructuración política por causa de las movilizaciones populares vistas en las
calles producto del descontento social frente a las élites políticas. Grupo reducido de
personas que se diferencian de los demás por sus aptitudes y tienen el monopolio
de ejercicio del poder.
Un claro ejemplo que ilustra este escenario, es lo ocurrido en Chile en 2019.
El denominado «octubre chileno» movilizó a un 20% de la población a las calles,
forzando la celebración de un plebiscito donde la ciudadanía iba a tener la
posibilidad de expresar su necesidad de redactar o no una nueva Constitución.
 El segundo escenario, manifestado en la continuidad de la polarización. Se
dio una brecha política entre los partidos tradicionales existentes, y los nuevos
liderazgos surgidos en los años 90. Estos nuevos gobiernos de izquierda con
nuevas propuestas aprovecharon el boom de las materias primas para beneficiarse
del posterior crecimiento económico y redistribuir los recursos de forma más
equitativa, y acortando las brechas, compensando los resultados generados por los
gobiernos anteriores. La organización de los sectores populares y la polarización
social y política son claves para entender la protesta, aunque con la pandemia
puedan verse modificados los patrones de la polarización. Como ejemplo de este
escenario de democracias con continuidad de la polarización, encontramos países
como Bolivia, Ecuador, Argentina, y Uruguay, aunque este último sin liderazgos
personalistas.
Y el tercer escenario, que se ve representado en los liderazgos
reestructuradores del sistema político, que, de forma similar al primer escenario,
posee un descontento de parte de la ciudadanía ante los partidos políticos
tradicionales, pero, que, a diferencia de éste, en lugar de volcarse a las calles, se
encuentra alrededor de un liderazgo electoral, formándose nuevos partidos,
presentados como renovadores, buscando reestructurar al sistema político. La
pandemia abrió una nueva incertidumbre a la lógica de la movilización democrática
que puja por cambios políticos inciertos, ya que responde a ciclos de protesta y a la
variedad de los involucrados. Esta incertidumbre social en la protesta se vio por
ejemplo en las movilizaciones de Brasil en 2013 contra el aumento en las tarifas de
transporte donde la presidenta Dilma Rousseff vio afectada su reelección en 2014 y
no pudo evitar el juicio político. Aquí es donde Jair Bolsonaro se posiciona en una
renovación política, llegando al poder en alianza con partidos tradicionales. Pero
como vimos reflejado el domingo pasado en las elecciones de este país todo puede
cambiar; con la liberación del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, se logró el
triunfo de este último en una de las elecciones más reñidas desde el regreso a la
democracia.
Finalmente, como consecuencia de esta relación entre democracia y
desigualdad, agravada por el descontento y en efecto, el surgimiento de distintas
movilizaciones populares se llega a estos tres escenarios planteados. Estos
escenarios definen equilibrios inestables. La ciudadanía insatisfecha en sus
necesidades e intereses, demanda ser escuchada por las élites políticas, por esto
se dan las movilizaciones. No están interesados en la limitación de la política
pública, se centran más en la legitimidad democrática, y no de forma aislada, sino
acompañada de una esperanza depositada para consagrar un mayor bienestar
futuro.
COMENTARIO CRÍTICO:

La autora trata temas interesantes, actuales, y no ajenos a nosotros;

desarrollándolos, sabiendo esquematizar su planteo, teniendo una estructura clara y
concisa. No es una lectura carente de contenido de calidad; argumenta
correctamente, brindando la información necesaria para comprender el tema que
quiere tratar. Sin embargo, se enfoca demasiado en la introducción, habiendo un
exceso en su extensión; en el uso de ejemplos y datos; perdiendo el foco en el
planteo que realiza posteriormente, perdiendo la idea general de democracia. Como
consecuencia de esta introducción, la lectura se vuelve densa y monótona.

REFLEXIÓN FINAL: Conclusión.

1- conclusión de murillo
conclusión del oral
la pregunta de qué ¿significan las manifestaciones de la ciudadanía en medio de
una crisis sanitaria y económica y qué nos dice su ausencia?.