Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
net/publication/318379358
CITATIONS READS
8 14,328
1 author:
Cintia Celsi
Azara Foundation
27 PUBLICATIONS 139 CITATIONS
SEE PROFILE
Some of the authors of this publication are also working on these related projects:
Proyecto Reserva Natural Provincial "Centinela del Mar" (Partidos de General Alvarado y Lobería, Provincia de Buenos Aires, Argentina) View project
All content following this page was uploaded by Cintia Celsi on 12 July 2017.
ANTECEDENTES
forma acotada principalmente en costas protegidas y bajas. Por ello, la región Pam-
peana, puede considerarse el exponente principal de los sistemas de dunas costero-
marinas en Argentina (Figura 2).
El interés ecológico-florístico de las dunas pampeanas fue reconocido tempranamen-
te. Las mayores contribuciones históricas al conocimiento de la vegetación de las du-
nas costeras en Buenos Aires fueron sin dudas las de Ángel L. Cabrera, a través de sus
obras publicadas sobre las dunas de Juancho (Cabrera, 1936), la vegetación de las du-
nas de Miramar (Cabrera, 1940) y su ensayo del año 1941 que resume las observacio-
nes y notas a cerca de las comunidades vegetales, resultantes de sus numerosos viajes
de estudio a la costa bonaerense. Este último trabajo, es el compendio más completo
que se conoce sobre la vegetación dunícola bonaerense. También otros autores, como
Verettoni (1964) y Parodi (1940) han contribuido a los primeros conocimientos de la
vegetación psamófila (“afín a la arena”) de la región. Posteriormente, Eskuche (1973,
1992), entre sus diversas investigaciones botánicas en nuestro país, incursiona en el
estudio de la vegetación de dunas y playas arenosas de Buenos Aires, integrándolo
en el contexto de las dunas marítimas de América Latina. Este último investigador, en
su artículo del año 1992 destaca el interés científico de las biocenosis de las dunas
costeras, y señala la urgencia de crear reservas para protegerlas (Eskuche, 1992). En las
últimas décadas, varios investigadores han ampliado los estudios ecológicos y fitoso-
ciológicos en las dunas y playas pampeanas, mayormente concentrándose en el norte
de la región (Faggi y Cagnoni, 1991; Faggi y Dadon, 2010).
Figura 3. Número de especies vegetales clasificadas en función de tres formas de vida: hierbas, arbustos y subar-
bustos, en las distintas ubicaciones geomorfológicas reconocidas en las dunas de Coronel Dorrego. Tomado de
Celsi y Monserrat, 2008a.
La época de máxima floración se estima que ocurre entre los meses de octubre y di-
ciembre, periodo en el cual se han obtenido los mayores valores en el registro polínico
(Fontana, 2003).
La composición de tipos biológicos, en relación a las estrategias adoptadas por las
especies vegetales para afrontar las condiciones adversas del clima durante la estación
desfavorable (bajas temperaturas invernales y reducción estacional en el volumen de
lluvias) fue estudiada en las dunas de Coronel Dorrego, hallándose diferencias en la
constitución del espectro biológico entre las distintas unidades de vegetación (Celsi,
2009a). En los sitios bajos con presencia de hunquillares y pastizales dominan los
tipos biológicos que priorizan el mantenimiento de órganos subterráneos con posi-
ble pérdida y/o deterioro de partes aéreas durante la estación desfavorable (geófitas
y hemicriptófitas sensu Raunkiaer, 1934), mientras que las formas arbustivas o subar-
bustivas bajas, que mantienen sus estructuras aéreas durante todo el año (caméfitas)
predominan en los sectores de dunas activas.
Las fuertes variaciones topográficas y edáficas que caracterizan a los sistemas de dunas
son acompañadas por cambios notorios en la cobertura vegetal y la composición de la flora.
Puede encontrarse una diversa gama de ambientes, desde aquellos xéricos con es-
caso desarrollo vegetal y compuestos por especies de hábitos típicamente psamófilos,
como ocurre en las crestas y laderas de las grandes dunas activas, hasta ambientes ane-
gados por largos periodos de tiempo, cubiertos por densos estratos de plantas higrófilas,
como sucede en los sectores interdunales. Estas transiciones ocurren en forma abrupta,
tanto en el espacio como en el tiempo dando a las dunas la característica de ecosiste-
mas altamente dinámicos y diversos, desde el punto de vista ecológico (Figura 4).
Figura 4. Mosaico de ambientes. Al frente abajo, pastizal de Schizachyrium spicatum y Aristida spegazzinii, en el
centro pastizal de Cortaderia selloana en un bajo, rodeando un montículo con matorral de Discaria americana. Al
fondo, duna activa con matas de Senecio bergii. Foto: C. E. Celsi.
UNIDADES DE VEGETACION
La vegetación terrestre en las playas marinas arenosas aparece en el sector de playa
distal, porción alta de la playa, alcanzada esporádicamente por el mar durante las
tormentas. Entre este sector y el mar, la acción diaria de las mareas no permite el
desarrollo de la vida vegetal. La playa distal es afectada directamente por los fuertes
Figura 5. Perfiles topográficos de tres localidades representativas de las dunas pampeanas: Faro Querandí (Celsi, da-
tos no publ.), Arenas Verdes (tomado de Celsi, 2009b), Coronel Dorrego (Celsi, datos no publ.). Se indican las especies
vegetales dominantes en cada ubicación geomorfológica. El eje vertical no está en escala. B: bajo interdunal, Da:
dunas activas, Df: dunas fijas, Dsf: dunas semifijas, Msf: montículos semifijos, Pd: playa distal, Pi: planicie inundable.
vientos y las inundaciones periódicas con agua marina. Sólo unas pocas especies se
encuentran adaptadas a dichas condiciones ambientales y logran prosperar, como la
espartina Sporobolus coarctatus (=Spartina ciliata), planta robusta de la familia de las
gramíneas (“pastos”) común en las playas arenosas de toda la provincia. Esta gramínea
puede superar 1,60 m de altura en las condiciones más favorables. La espartina forma
matas compactas y aisladas que, dentro de un ambiente tan dinámico como la playa,
propician la acumulación de los sedimentos transportados por el viento, contribuyen-
do a la contención de arena a su alrededor.
Hacia el continente, y por detrás de la playa, aparecen comúnmente montículos de
arena y dunas activas, caracterizadas por un escaso desarrollo vegetal. El movimiento
del sustrato en estos sectores a causa del viento es intenso, y la alta permeabilidad
del suelo arenoso determina una fácil infiltración del agua de lluvia. Ambos factores,
actúan como fuerzas reguladoras sobre la composición florística, originando comuni-
dades de escasas especies de fuerte hábito psamófilo, con adaptaciones particulares. El
desarrollo de un sistema radicular extenso y profundo, que permita afianzar a la planta
a un sustrato móvil y a su vez, alcanzar las capas húmedas inferiores, es una estrategia
común en las plantas de estos ambientes. Además, resultan indispensables las adapta-
ciones morfológicas y estructurales para mitigar los efectos de la intensa radiación so-
lar y evitar la desecación, como tejidos carnosos almacenadores de agua, pelos lano-
sos en hojas y tallos y cutículas gruesas. Sobre las dunas y montículos activos frontales
-aquellos expuestos directamente al mar- predominan ampliamente dos gramíneas ri-
zomatosas del género Panicum, comúnmente conocidas como “tupe”, con una buena
respuesta a la acumulación de arena; P. racemosum es común en la costa norte y resul-
ta progresivamente reemplazada por P. urvilleanum hacia las dunas australes. Ambas
son especies pioneras en la colonización de las arenas en movimiento, participando
naturalmente en las primeras fases de formación y estabilización de dunas. Calycera
crassifolia (Figura 6), hierba suculenta y cosmopolita en las playas bonaerenses, se
presenta como un elemento frecuente en estas unidades. La oruga de mar (Cakile
maritima) –procedente de Europa-, y la campanilla de las dunas (Calystegia soldanella)
aparecen como acompañantes principalmente en las dunas del norte. En los sistemas
de dunas australes, el junquillo (Sporobolus rigens), y el subarbusto endémico Senecio
bergii componen estas unidades (Celsi y Monserrat, 2008b). El tipo de vegetación que
conforman estas especies es de baja a mediana estatura (rondando en general entre
0,8 y 1,50 m) y abierto, dejando amplios espacios de suelo desnudo entre las plantas,
en los cuales la arena continúa bajo la acción eólica. En tanto, en las grandes dunas
activas más continentales de la costa sur suelen prosperar pintorescos ejemplares de
romero amarillo (Senecio subulatus), un gracioso arbusto con hojas lineales color verde
brillante, junto a Polygala stenophylla, una herbácea de diminutas pero hermosas flores
apendiculadas y matas de olivillo (Hyalis argentea, Figura 7), con su destacado follaje
verde-grisáceo. El olivillo, habita la porción más extrema de las dunas australes, donde
es un elemento común y abundante de la flora, y desparece progresivamente hacia el
noreste, registrándose como ausente ya para las dunas de San Cayetano (Celsi, 2011).
A sus raíces se asocia la flor de tierra (Prosopanche bonacinae), una planta parásita de
aspecto leñoso, que vive completamente enterrada bajo la arena a excepción de su
estructura floral, que asoma a la superficie durante primavera y verano.
El retamo o pichanilla (Neosparton ephedroides, véase “Endemismos y rarezas…”)
posee una población relictual en las dunas de Pehuen-co, hallándose los individuos
más robustos y de gran porte (llegando a superar los 3 m de altura) sobre las dunas ac-
tivas cercanas al mar. En el campo activo al oeste de Coronel Dorrego se ha reportado
otra rareza y endemismo, la gramínea Poa schizantha (Celsi y Giussani, 2013), confor-
mando manchones de pastizal en los bajos húmedos entre grandes dunas activas, en
asociación a las otras especies ya mencionadas para las dunas australes.
A medida que progresa el desarrollo de la cobertura vegetal sobre la superficie de las
dunas, estas adquieren grados más avanzados de estabilización, lo cual se encuentra
asociado a un aumento en la riqueza de especies. Comúnmente, las dunas fijas y se-
mifijas, se ubican relativamente apartadas del mar, y la vegetación que las caracteriza
adopta la fisonomía de pastizales bajos y matorrales psamófilos, con alta diversidad de
formas de vida. Entre los pastizales, predominan gramíneas como el chajapé (Imperata
brasiliensis, Figura 8) y el pasto hebra (Poa lanuginosa), abundantes y frecuentes en las
dunas pampeanas en toda su extensión, conformando un estrato que ronda los 60 cm
de altura y supera normalmente el 60% de cobertura. P. urvilleanum y P. racemosum
continúan presentes aunque en menor grado de dominancia, junto con la brea (Tessa-
ria absinthioides), un pintoresco subarbusto de flores rosa intenso, que suele perder sus
partes aéreas durante el invierno, y la marcela (Achyrocline satureioides). Herbáceas
como la altamisa (Ambrosia tenuifolia), el plumerillo negro (Oxypetalum solanoides),
el don Diego de noche (Oenothera mollissima), la iridacea Sisyrinchium platense y la
leguminosa rastrera Adesmia incana son componentes acompañantes en las dunas
fijas y semifijas, frecuentes y de amplia distribución. En las dunas del norte, aparece
la margarita de las dunas (Senecio crassiflorus, Figura 9), de vistosas flores amarillas,
junto con la polygala (Polygala cyparissias, Figura 10), el arbustito Baccharis genistifolia
y el junco de copo (Androtrichum tryginum), y se han hallado ejemplares aislados de
Baccharis trimera en Faro Querandí (Celsi, datos no publ.).
En las dunas australes se encuentran gramíneas como la saetilla y el pasto esco-
ba (Aristida spegazzinii y Schizachyrium spicatum respect.), y hierbas tales como el
llantén peludo (Plantago patagonica) y la yerba de la víbora (Asclepias mellodora),
junto a ejemplares dispersos de los arbustitos Senecio filaginoides, Stevia satureiifolia
y la endémica Baccharis divaricata. El oruzú (Glycyrrhiza astragalina, Figura 11), un
Figura 9. Senecio crassiflorus. Foto: C. E. Celsi Figura 10. Polygala cyparissias. Foto: C. E. Celsi
Figura 11. Glycyrrhiza astragalina. Foto: C. E. Celsi Figura 12. Schinus johnstonii. Foto: C. E. Celsi
altura. Los suelos presentan agua en superficie o cerca de ella durante la mayor parte
del año, y la acumulación de materia orgánica y hojarasca es importante. Predomi-
nan ampliamente las totoras (especies del género Typha), dando la impresión a simple
vista, de generar stands monoespecíficos, aunque observando en detalle, aparece un
variado elenco de especies higrófilas acompañantes. Entre estas últimas abundan las
monocotiledóneas como las ciperáceas Schoenoplectus californicus, S. americanus, Ca-
rex vixdentata, Scirpus giganteus y Eleocharis macrostachya, algunas juncáceas (Juncus
pallescens) y la vistosa orquídea Habenaria gourlieana, cuya floración ocurre a partir
de mediados de verano. En la costa norte aparece la cola de caballo (Equisetum gi-
Figura 16. Laguna temporaria con Juncus acutus y Azolla filiculoides, en dunas de Coronel Dorrego. Foto: C. E. Celsi
con un fuerte carácter halófilo (Celsi, 2013; Faggi y Cagnoni, 1991), siendo la compo-
sición de estas unidades muy similar entre la costa norte y la costa austral. Ocasional-
mente, y en asociación a menores grados de salinidad, pueden hallarse ejemplares de
la margarita de bañado (Senecio bonariensis) y llantén (Plantago australis).
La cortadera (Cortaderia selloana), gramínea emblemática de las pampas, se dispone
en los bordes de los hunquillares y también suele conformar amplios pastizales altos
en las planicies interdunales o incluso manchones en laderas de dunas activas.
Temporariamente, o bien en ciertos casos durante largos periodos, cuando el apor-
te de agua es importante, ocurre la formación de verdaderas lagunas interdunales.
En Coronel Dorrego se han registrado vastas lagunas estables entre los pastizales de
dunas durante años consecutivos (Celsi, obs. pers.), con formación de matas flotantes
del helechito de agua (Azolla filiculoides) y hierbas palustres como Polygonum sp. En
Pehuen-co se realizó el seguimiento temporal de una laguna interdunal conformada
inicialmente por un amplio espejo de agua que resultó completamente cubierta por un
denso pastizal de Typha spp., Schoenoplectus californicus y Phragmites australis, con
cobertura del 100% al cabo de 2 años (Celsi, 2013).
Por el contrario, donde el nivel freático se encuentra a gran profundidad, las comu-
nidades higrófilas están ausentes, como se registró para las dunas aledañas a Arenas
Verdes (Celsi, 2009b).
Entre Punta Rasa y la laguna de Mar Chiquita, no se observan cuerpos fluviales que
atraviesen las dunas, siendo todos tributarios de la citada laguna. Sin embargo, hacia
el sur, son numerosos los ríos y arroyos que logran atravesar la franja de dunas y des-
cargar sus aguas en el mar. Se destacan los arroyos Claromecó, Zabala y los Gauchos,
entre otros, y los ríos Quequén Grande, Quequén Salado y Sauce Grande. Al atravesar
las dunas, pueden formar barrancas de distinta altura en sus márgenes, y planicies de
inundación de sustratos finos como limo y arcilla. En estas planicies, aparece una ve-
getación marcadamente halófila, afín a los ambientes de baja energía y alta salinidad.
Entre las plantas de estas unidades, la más común es el jume (Sarcocornia perennis),
que ocupa el sector más cercano al agua y permanece sumergida temporariamente du-
rante las mareas altas, muchas veces conformando los típicos “cangrejales”. Es acom-
pañada por la ciperácea Schoenoplectus americanus y el esparto (Spartina densiflora)
en sectores un poco más altos. Además, aparecen la verdolaga del salitral (Sesuvium
portulacastrum), el heliotropo (Heliotropium curassavicum), y el guaycurú (Limonium
brasiliense), entre otros representantes de la comunidad halófila.
Una especie endémica es aquella cuya distribución natural está restringida a una
determinada área geográfica, por lo tanto el concepto es relativo y depende de la
escala espacial bajo consideración (localidad, biotopo, región, provincia, continente,
etc.). La rareza, puede ser definida en función de distintas características de la especie,
como tamaño poblacional, rango geográfico y especificidad de hábitat. Ambos con-
ceptos tienen implicancias ecológicas, y frecuentemente son utilizados como criterios
para identificar prioridades de conservación (Hawksworth y Kalin-Arroyo, 1995).
Algunas de las rarezas y endemismos más sobresalientes de las dunas, presentes en
la costa austral de Buenos Aires se describen a continuación.
ción y pérdida del hábitat natural de esta planta, que podrían comprometer en el futuro
su conservación. Teniendo en cuenta esto último y la reducida área de ocupación de la
especie, Montes et al. (2013) proponen categorizarla como “Casi Amenazada”, mien-
tras que Delucchi (2006) le asigna el estatus de “Vulnerable”.
Figura 20. Izq.: bajo interdunal húmedo vegetado con Poa schizantha y al fondo, montículos con Panicum urvillea-
num y Sporobolus rigens. Der.: detalle de mata (arriba) y flor femenina con lema bilobada (abajo) de Poa schizantha.
Fotos: C. E. Celsi
Figura 21. Sendero abierto por el paso de vehículos sobre dunas costeras. Nótese la erradicación total de la vege-
tación a lo largo de la huella, dejando al descubierto el sustrato arenoso. Foto: C. E. Celsi
Figura 22. Forestación sobre pastizales de dunas; nótese a la izquierda el pastizal nativo de cortaderas, y a la
derecha la ausencia de cobertura nativa bajo la forestación de pinos y la carpeta de hojarasca. Foto: C. E. Celsi
tra en la costa marina de Buenos Aires (Natale et al., 2008). Las alteraciones ambien-
tales relacionadas con la invasión de tamariscos incluyen cambios en la composición
de especies y reducción de la disponibilidad de agua subterránea y superficial, entre
otras.
Modificaciones en las características físico-químicas del suelo, alteración de los pro-
cesos de transporte eólico y depósito de arena (Marcomini et al., 2011), disminución
de la calidad de hábitat para la fauna nativa local, entre otros efectos, se suman a los
impactos ocasionados al reemplazar los diversos pastizales y matorrales nativos por
plantaciones forestales muchas veces monoespecíficas (Figura 22).
Existen además, otras fuentes de ingreso de especies exóticas en las comunidades
nativas de dunas, como los cultivos y jardines aledaños, de donde ciertas especies “es-
capan” y logran establecerse en las áreas naturales vecinas o la dispersión de semillas
por el ganado doméstico; sin embargo, su magnitud y consecuencias aún no han sido
evaluadas. Entre las exóticas de distinto origen se encuentran varias herbáceas como
el pasto cola de liebre (Lagurus ovatus), la oruga de mar (Cakile marítima), el cardo
ruso (Salsola kali), las leguminosas forrajeras Melilotus albus y M. indicus, el senecio
amarillo (Senecio madagascariensis) y las anuales Centaurium pulchellum, Blackstonia
perfoliata y Silene spp.
CONSIDERACIONES FINALES
La vegetación nativa de las dunas costeras pampeanas es diversa y participa dentro
de un equilibrio dinámico de los procesos ambientales que regulan la estructura y el
funcionamiento del ecosistema costero.
Las plantas nativas brindan espacios y recursos para la fauna autóctona, conforman
comunidades que contribuyen con el mantenimiento del balance sedimentario, permi-
ten un eficaz intercambio de arena entre la las dunas y las playas, mitigan la erosión y
actúan como reguladoras del escurrimiento superficial, entre otros procesos.
Resulta necesario reconocer los riesgos asociados a la pérdida de la vegetación na-
tiva y en especial aquellos relacionados a la introducción de especies exóticas poten-
cialmente invasoras en los ambientes de dunas, con el fin de evitar alteraciones no
deseadas sobre los ecosistemas y pérdida de biodiversidad. Algunas de las medidas
más recomendadas para contribuir a la conservación de la flora nativa, consisten en
fomentar el uso de especies nativas dentro de los espacios urbanos (por ejemplo para
la ornamentación de jardines y veredas), evitar el uso de plantas exóticas con alta
capacidad de auto-regeneración, mantener áreas de dunas que contengan muestras
representativas de las comunidades nativas entre los núcleos urbanos, restaurar los
sitios afectados y especialmente, establecer áreas protegidas donde las características
ecológicas sean de mayor relevancia.
AGRADECIMIENTOS
A Mariel Rodríguez por la lectura crítica del manuscrito y el aporte de valiosas
sugerencias que ayudaron a mejorar la presentación del texto. Al Dr. Villamil (UNS)
y la Dra. Giussani (IBODA) por la colaboración con Poa schizantha.
A los colaboradores que participaron de las tareas de campo del Proyecto Costas
Bonaerenses. A la Fundación Félix de Azara por el apoyo institucional, a Rufford
Small Grants Foundation y la Municipalidad de Villa Gesell por aportar los fondos y
recursos que permitieron recolectar parte de los datos para este trabajo.
BIBLIOGRAFÍA
Cabrera, A. L. 1936. Apuntes sobre la vegetación de las dunas de Juancho. Notas del Museo de
La Plata, Bot. 8: 207-236.
Cabrera, A. L. 1940. La vegetación espontánea de las dunas de Miramar. Boletín de Agricultura,
Ganadería e Industrias, (1-4): 5-17.
Cabrera, A. L. 1941. Las comunidades vegetales de las dunas costaneras de la Provincia de Bue-
nos Aires. D.A.G.I. Publicaciones técnicas, 1(2):5-44.
Cabrera, A. L. 1963. Flora de la Provincia de Buenos Aires. Parte VI Compuestas. INTA, Buenos
Aires.
Cabrera, A. L. 1971. Fitogeografía de la República Argentina. Bol. Soc. Arg. Bot., 14(1-2).
Cabrera, A. L. y E. M. Zardini. 1980. Sinopsis preliminar de las especies argentinas del género
Senecio (Compositae). Darwiniana, 22(4): 427-492.
Celsi, C. E. y A. L. Monserrat. 2008a. La vegetación dunícola en el frente costero de la Pampa
Austral (Partido de Coronel Dorrego, Buenos Aires). Multequina, 17: 73-92.
Celsi, C. E. y A. L. Monserrat. 2008b. Vascular plants, coastal dunes between Pehuen-có and
Monte Hermoso, Buenos Aires, Argentina. Checklist, 4(1):37-46.
Celsi, C. E. 2009a. Vegetación estival y formas de vida en ambientes de dunas del frente costero-
marino de la Pampa Austral (Partido de Coronel Dorrego, Buenos Aires). Actas de las VII
Jornadas Nacionales de Ciencias del Mar. Bahía Blanca, Buenos Aires.
Celsi, C. E. 2009b. Estructura vegetal y composición florística en el sistema de dunas costeras
aledaño al balneario Arenas Verdes (Lobería, Buenos Aires). Actas de las VII Jornadas Nacio-
nales de Ciencias del Mar. Bahía Blanca, Buenos Aires.
Celsi, C. E. 2011. Dune ecosystems of the southern pampean coast (Argentina): an insight into
floristic diversity, ecology and conservation. En: Galvin, C. D. (ed.). Sand Dunes: Ecology,
Geology and Conservation. Nova Publishers, pp. 1-22.
Celsi, C. E. 2013. Cambios estacionales en la vegetación nativa de dunas costeras de la Pampa
Austral (Coronel Dorrego, Buenos Aires). Historia Natural, 3(1): 31-46.
Celsi, C. E. y L. M. Giussani. 2013. Presencia de Poa schizantha, una especie endémica en las
dunas de Coronel Dorrego (Buenos Aires). Bol. Soc. Arg. Bot.,48 (Supl.): 59.
Cowles, H. C. 1899. The ecological relations of the vegetation on the sand dunes of lake Mi-
chigan. Part I. Geographical relations of the dune floras. Botanical Gazzette, 27(2): 95-117.
Delucchi, G. 2006. Las especies vegetales amenazadas de la Provincia de Buenos Aires: Una
actualización. APRONA Bol. Cient., 39: 19-31.
Eskuche, U. 1973. Pflanzengesellschaften der Küstendünen von Argentinien, Uruguay und Süd-
brasilien. Vegetatio, 28: 201-250.
Eskuche, U. 1992. La vegetación de las dunas marítimas de América Latina. Bosque, 13 (1):
23-28.
Faggi, A. M. y M. Cagnoni. 1991. La vegetación de Punta Rasa (Provincia de Buenos Aires, Ar-
gentina). Parodiana, 6(2):363-374.
Faggi, A. M. y J. Dadon. 2010. Vegetation changes associated to coastal tourist urbanizations.
Multequina, 19: 53-76.
Fontana, S. L. 2003. Pollen deposition in coastal dunes, south Buenos Aires province, Argentina.
Review of Palaeobotany & Palynology, 126: 17-37.
Giussani, L. M. 2000. Phenetic similarity patterns of dioecious species of Poa from Argentina and
neighboring countries. Ann. Mssouri Bot. Gard., 87: 203-233.
Hermann, P. M., A. C. Curino y P. Geddes. 2002. Comparative vegetative anatomy of Neospar-
ton darwinii and N. ephedroides (Verbenaceae). Bol. Soc. Arg. Bot., 37 (1-2): 63-70.
Hawksworth, D. L. y M. T. Kalin-Arroyo. 1995. Magnitude and distribution of biodiversity. En:
Heywood, V. H. (ed.). Global biodiveristy assessment. Cambridge University Press. 107-191
pp.
Lecanda, J., Y. A. Cuevas y S. M. Zalba. 2013. Aspectos biológicos de Acacia longifolia, una
especie exótica potencialmente invasora de pastizales psamófilos. Revista de la Facultad de
Agronomía, 22(2): 99-104.
Long M. A. 2002. Senecio quequensis, nuevo sinónimo de Senecio bergii (Asteraceae, Senecio-
neae). Hickenia, (33): 125-127.
Marcomini, S., R. López, P. Picca, N. Madanes y L. Bertolín. 2011. Cambios en la vegetación en
costas de dunas y su influencia en el balance sedimentario. En: López, R. A. y S. C. Marco-
mini (comps.). Problemática de los ambientes costeros. Sur de Brasil, Uruguay y Argentina.
Editorial Croquis, Buenos Aires, 193-205 pp.
Miller, T. E., E. S. Gornish y H. L. Buckley. 2010. Climate and coastal dune vegetation: disturban-
ce, recovery, and succession. Plant Ecology, 206: 97–104.
Monserrat, A. L., C. E. Celsi y S. L. Fontana. 2012. Coastal dune vegetation of the southern Pam-
pas (Buenos Aires, Argentina) and its value for conservation. Journal of Coastal Research,
28(1): 23-35.
Montes, B., A. Long y D. Testoni. 2013. Estimación de los parámetros de distribución geográfica
de Senecio bergii (Asteraceae) para la categorización de su grado de amenaza siguiendo
los criterios de las Listas Rojas de la UICN. V Reunión Binacional de Ecología. Puerto Varas,
Chile.
Moreno-Casasola, P. 1986. Sand movement as a factor in the distribution of plant communities
in a coastal dune system. Vegetatio, 65: 67-76.
Natale, E. S., J. Gaskin, S. M. Zalba, M. Ceballos y H. E. Reinoso. 2008. Especies del género
Tamarix (Tamaricaceae) invadiendo ambientes naturales y seminaturales en Argentina. Bol.
Soc. Arg. Bot. 43(1-2): 137-145.
Parodi, L. R. 1940. Una nueva especie de la flora argentina. Notas del Museo de La Plata, Bot.
5(31): 325-330.
PlanEAr. 2014. Plantas Endémicas de la Argentina. www.lista-planear.org (consultado 31.01.14).
Raunkiaer, C. 1934. Life forms of plants and statistical plant geography. Clarendon Press, Oxford.
Seeliger, U. 1997. Relationships and functions of coastal and marine environments. The fore-du-
ne system. En: Seeliger, U., C. Odebrecht y J. P. Castello (eds.). Subtropical Convergence En-
vironments. The Coast and Sea in the Southwestern Atlantic. Springer-Verlag, pp. 161-166.
Sýkora, K. V., J. C. J. M van den Bogert y F. Berendse. 2004. Changes in soil and vegetation during
dune slack succession. Journal of Vegetation Science, 15: 209-218.
Troncoso, N. S. 1957. El género Neosparton (Verbenaceae). Darwiniana, 11: 163-192.
Verettoni, H. N. 1964. Contribución al conocimiento de la vegetación psamófila de la región de
Bahía Blanca. Diestra producciones, Bahía Blanca.
Zalba, S. M. y A. J. Nebbia. 1999. Neosparton darwinii (Verbenaceae), a restricted endemic
species. Is it also endangered?. Biodiversity and Conservation, 8: 1585–1593.
Zavaro, C. A. (ed.). 2000. Catalogo ilustrado de las compuestas ( = Asteraceae) de la provincia
de Buenos Aires, Argentina. Sistemática, ecología y usos. Secretaría de Política Ambiental.
Buenos Aires.