Está en la página 1de 1

Como vivo yo los principios de la prosperidad hasta

las últimas consecuencias:


Pese a que no tengo un trabajo, tengo responsabilidades, tales como mis estudios
y el cuidado de mi hogar y de mis hermanos (esto como una forma de apoyarla) lo
más cercano que tengo por el momento a una responsabilidad económica es la
pensión que recibo de mi padre al mes de Q500, podrá nos ser mucho, pero he
aprendido desde ya a manejar esa cantidad de dinero, a saber cómo usarla, decidí
dirigir casi la mitad de la suma al pago de mi tratamiento de ortodoncia, un acto en
el que aplique los siete principios.

Desde que era niña presente múltiples problemas con mi dentadura, más allá de
unos dientes poco estéticos, tenía dificultades para comer y a veces para hablar,
mis padres debido a los problemas económicos que tenían nunca pudieron darme
el tratamiento necesario, por lo que en el primer momento que recibí mi pensión
decidí que mi salud era en ese momento lo más importante; comencé por el
principio de la renuncia, aceptando y comprometiendo a no gastarme ese dinero
en antojitos ni en nada que no fuera realmente necesario para lograr ahorrarlo,
seguí con el principio de la paciencia y el del ahorro, ahorrando durante 2 años
para tener el pago inicial (y el más costoso) del tratamiento, siendo paciente en no
aceptar desde un inicio los pagos mensuales (¡hubiera sido un gasto
millonario!),aplique el principio de la integridad poniendo mis prioridades, en este
caso mi salud dental, en orden y como lo primero, continúe con el principio del
amor y compasión tomando esta decisión para cuidar de mí, evitando tomar el
dinero para gastarlo en cosas que no me fueran de beneficio o no necesitara, y
siempre tuve en mente que si había alguna emergencia en mi familia donde mis
ahorros fueran más útiles los daría, y aplique durante todo el recorrido el dominio
propio, entendiendo el beneficio mayor que suponía el actuar de manera prudente
ante el dinero que estaba en mis manos, actualmente ya voy por mi segundo año
de tratamiento y al fin puedo comer sin dolor, no me arrepiento y sé que manejare
así mi dinero cuando tenga mi propio sueldo.

El conocer estos principios y saber que ya los había aplicado fue algo sumamente
grato.

Por: Natalia de León Colom 3019-22-11424

También podría gustarte