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REPÚBLICA DE PANAMÁ

ISAE UNIVERSIDAD
SEDE CHANGUINOLA
FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS
LICENCIATURA EN DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

ASIGNATURA:
DERECHOS HUMANOS
TEMA:
DERECHO A LA LIBRE CIRCULACIÓN
PROFESORA:
KATHERINE RIVERA

Integrantes:Luzbeth Sam. C.I.P: 12-710-1501


Erwing González. C.I.P :4-777-2400
Emanuel Abrego. C.I.P: 1-750-860
Jhon Roberts. C.I.P: 1-729-1907
Introducción

El artículo 13 de la Declaración Universal de Derechos Humanos plantea uno de los


derechos que pueden resultar más discutidos, o como mínimo que pueden tener una
interpretación más discutible, según cómo se interprete y sobre todo en qué momento
histórico se haga, tanto desde la perspectiva del Derecho interno de los Estados como desde
la del Derecho internacional público.
El derecho contenido en el artículo 13 de la Declaración hace referencia a cuatro tipos de
subderechos como son:
1. Libertad de circulación o de residencia
2. La libre circulación de personas
3. La libertad de circular entre países sin cambiar de residencia,
4. Libertad de circular entre países con cambio de residencia.
Este artículo 13, sin embargo, no incluye ni ampara el derecho de cualquier persona a entrar
libremente en otro país que no sea el suyo, es decir, que no se reconoce en la Declaración el
derecho de entrada ni el derecho a la inmigración individual ni colectiva.
Esta formulación inicial resulta muy amplia, pero en su aplicación tiende a ser restringida,
debido a que es un derecho que ni los Estados ni su población acaban de tener asumido, y
mucho menos regulado en normas internas o en Derecho internacional.
Los Estados determinan en base a su soberanía territorial el régimen de circulación,
residencia y expulsión, a través de normas internas de aplicación dentro de su ámbito
territorial, y que afectan a los nacionales, pero especialmente a los no-nacionales.
Las limitaciones a la libre circulación de personas van íntimamente ligadas a las políticas
de extranjería, políticas de inmigración, políticas de asilo, así como al concepto de orden
público y soberanía nacional de los Estados.
Algunos estudios distinguen tres tipos básicos de libertad de circulación:

1. Libertad de circulación o de residencia


El artículo 13 de la Declaración Universal de Derechos Humanos reconoce el derecho a la
libre circulación al proclamar que:
“toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio
de un Estado” y que “toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso el propio,
y a regresar a su país”.
El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP)

recoge que este derecho “no podrá ser objeto de restricciones a no ser que éstas se
hallen previstas en la ley, sean necesarias para proteger la seguridad nacional, el orden
público, la salud o la moral públicas o los derechos y libertades de terceros, y sean
compatibles con los demás derechos reconocidos en el presente Pacto” (art. 12.3).
La Convención de Ginebra de 1951 prohíbe a los Estados parte imponer sanciones a las
personas refugiadas que se hayan visto obligadas a entrar de manera ‘ilegal’ en su territorio
y obliga a garantizar su libertad de circulación por el mismo una vez hayan sido
reconocidas como tales (art.31 y art. 26).
Es uno de los DERECHOS HUMANOS DE PRIMERA GENERACIÓN O DERECHOS
CIVILES. Se aplica al derecho a traspasar las fronteras nacionales, y, por tanto, en términos
sociales tiene que ver con la migración internacional.
Derecho humano por el que toda persona puede trasladarse a donde desee sin interferencia
del Estado. Ejemplo: «El mal estado de las carreteras viola el derecho de circulación».
El artículo 13 de la Declaración Universal de Derechos Humanos garantiza la libertad de
movimiento. Todas las personas deberían tener la oportunidad de viajar dentro de su propio
país y escoger dónde vivir.
Sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos: La Corte coincide con lo
indicado por el Comité de Derechos Humanos en su Comentario General No. 27135, en el
sentido de que el derecho de circulación se trata del derecho de toda persona a trasladarse
libremente de un lugar a otro y a establecerse libremente en el lugar de su elección. El
disfrute de este derecho no debe depender de ningún objetivo o motivo en particular de la
persona que desea circular o permanecer en un lugar. Se trata de una condición
indispensable para el libre desarrollo de la persona”. Caso Ricardo Canese Vs. Paraguay.
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 31 de agosto de 2004.
2. La libre circulación de personas
Nadie puede impedir por la fuerza que una persona se desplace dentro de una nación,
excepto en situaciones de fuerza mayor en que su desplazamiento ponga en jaque derechos
fundamentales de los demás, como en caso de epidemias, o de criminales perseguidos por
la justicia.
Los países pueden limitar la libertad de las personas dentro de su propio territorio,
confinándolas por ejemplo en su pueblo durante un brote de Ébola, u obligándolas a dejar
sus hogares si, por ejemplo, se ven amenazadas por un tifón u otros desastres naturales.
A diferencia de las personas obligadas a desplazarse, hay otras a quienes les gustaría poder
viajar libremente dentro de sus países, pero no pueden hacerlo. ONU Mujeres dice que hay
17 países en los que, por ley, las mujeres no pueden moverse fuera de sus hogares de la
misma manera que sus maridos. O bien, se enfrentan a obstáculos relacionados con su
libertad de movimiento, como las normas culturales, a veces disfrazadas de “protección”,
que las pueden mantener dentro de casa y fuera de la escuela desde la infancia.
La situación actual, para muchas mujeres en zonas de conflicto, es una total abolición,
desaparición de este derecho. No pueden circular libremente, encuentran barreras
insalvables, no pueden elegir el lugar donde quieren estar y es evidente que no pueden estar
en zonas de conflicto, de guerra para denominar a las situaciones con mayor realismo.

Salen de sus países con su prole, en la mayor parte de los casos, en condiciones de total
inseguridad, con graves riesgos de su vida y de las de sus descendientes que les acompañan.
Gastan todos sus ahorros en embarcarse en ataúdes flotantes, atraviesan desiertos, cruzan
fronteras, solo para poder escapar de la muerte, del horror de las guerras de las que son
botín y víctimas. Llegan a campamentos insalubres, en pleno invierno, en fin, lo que nos
relatan todos los días los noticieros.
Otras mujeres llegan en avión, dejando sus propias familias en sus países, para mantenerlas
desde lejos con su escaso salario y resolver el cuidado que en sociedades de mayor
bienestar no se resuelve como un derecho. Éstas sí pueden volver, después de ahorrar y
trabajar y trabajar, para encontrarse con hijas e hijos casi adultos a los que, en el mejor de
los casos, han visto una vez al año y que han quedado al cuidado de las abuelas.
Cuando se entenderá que la libertad, que en este artículo se presupone, es papel mojado
ante realidades masivas a las que, al menos en nuestro entorno, solo están atendiendo las
organizaciones no gubernamentales y, en la medida de lo que pueden y les permiten, las
delegaciones de Naciones Unidas en los distintos países.

Que faltará que ocurra para que los Gobiernos de los distintos países que acogen personas
refugiadas hagan algo y apliquen este artículo de la Declaración que comentamos…
Las personas asiladas sólo pueden ejercitar su derecho a ingresar a un país garante y pedir
amparo, por medio de la posibilidad de circular sin limitaciones dentro del mismo, como
señala el acuerdo de la Convención de Ginebra de 1949, cuando condena a los Estados por
sancionar a los individuos refugiados por entrada “ilícita” al territorio. Aun así, los medios
de externalización de los límites instaurados por el Estado español y la agrupación de la
Unión Europea, obstaculizan el traslado de las personas resguardadas hasta un país seguro.
Es responsabilidad de los poderes públicos Estatales, asegurar el derecho de libre
circulación y domicilio de los ciudadanos de su país y legislar sobre los temas que inciden
sobre el derecho de los extranjeros en este mismo asunto; el Estado tiene la competencia,
no sólo de facultar el libre desplazamiento por su territorio, sino que también está sujeto a
proporcionar los medios y condiciones imprescindibles para que se produzca el movimiento
migratorio.
3. La libertad de circular entre países sin cambiar de residencia, Libertad
de circular entre países con cambio de residencia.
Es decir, la libertad de viajar adónde queramos, siempre y cuando sea con intenciones
turísticas o profesionales, y no con ánimos de asentarnos permanentemente en un lugar
ajeno.
Actualidad en Panamá
Estos últimos años podemos observar que en nuestro país se presencian una serie de hechos
protagonizados por distintos sectores, y los mismos han concluido en graves alteraciones
del orden público y en la violación del derecho al libre transito y a la libre circulación de
gran mayoría de la población.

La nación panameña atraviesa por un momento histórico que impone como requisito
necesario, la toma de conciencia de cada uno de los ciudadanos, en el sentido de que el
ejercicio de cada derecho lleva implícito correlativamente un deber. Por ejemplo:
Actualidad en Panamá
Estos últimos años podemos observar que en nuestro país se presencian una serie de hechos
protagonizados por distintos sectores, y los mismos han concluido en graves alteraciones
del orden público y en la violación del derecho al libre tránsito y a la libre circulación de
gran mayoría de la población.
Es destacable este punto como un derecho humano fundamental siempre y cuando se haga
dentro de los parámetros del respeto a la libertad y derecho de los demás. Esto quiere decir
que se le garantiza a cualquier ser humano el derecho a moverse de un país a otro, a residir
en un país, abandonarlo y retornar más adelante, siempre que lo haga dentro de los canales
regulares y legales. Este último punto quiere decir que este derecho no le otorga a
cualquiera el permiso para entrar libremente en un país que no sea el suyo, sino que debe
hacerlo obedeciendo las reglas vigentes en el mismo.
En el segundo caso, por el contrario, el derecho de un país para rechazar la admisión es
mucho más limitado, y se relaciona con la comisión de delitos penales por parte de la
persona que solicita ingresar a un país.
Nadie puede impedirnos abandonar un país legalmente, ni puede impedir que nos
reasentemos legalmente en otro país, de nuevo, siempre y cuando se haga legalmente y no
violentemos los derechos fundamentales ajenos.
En resumidas cuentas, la libertad de circulación se traduce en la libre elección de dónde
queremos estar y adónde queremos vivir y por cuánto tiempo, siempre que dichas
elecciones se tomen en conformidad con lo estipulado en las leyes, o en todo caso
prestando atención y respeto a los derechos humanos fundamentales de los demás.
Constantes cierres en la provincia de bocas del toro
Los constantes cierres de calles en la única vía de acceso terrestre de la provincia, están
dando como resultado mayor exigencia a nuestros gobernantes, por parte de los
transportistas, usuarios y vendedores que se les dé un paro definitivo a estas prácticas para
el bien económico, turístico y de salud en común de la mayoría de la población, pequeños
grupos por muy buenas razones que asumen que tengan no pueden tener secuestrada a toda
una población.
Ya que además de violar el derecho al libre tránsito o a la libertad de circulación, estos
cierres en la provincia tienen a la cámara de comercio muy frustrada ya que generan un
impacto negativo a la economía de la provincia.
Los empresarios aseguran que el tema de los cierres se ha agudizado tanto, que se sienten
frustrados porque no son de algunas horas, sino que los hacen por tiempo indefinido. Hay
lugares en los que tres personas cierran calles y esto los lleva a cuestionarse si en esta
provincia lo que impera es una anarquía.
Características

 Inherentes:
Los derechos humanos son derechos inherentes a todos los seres humanos, sin distinción
alguna de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o étnico, color, religión,
lengua, o cualquier otra condición. Todos tenemos los mismos derechos humanos, sin
discriminación alguna.
 Universales:
Se reconocen a todos los seres humanos sin exclusión alguna y porque si nos privan el
acceso a uno de estos derechos, el resto se verán perjudicados.
 Absolutos inalienables:
Ningún sujeto puede desprenderse o prescindir de ellos, ni siquiera por propia voluntad.
Ejemplo: Desde el momento en el que un individuo nace, se hace acreedor de dichos
derechos y no puede desprenderse de ellos hasta el día de su muerte (es decir que son
innatos).
 Inviolables:
Éstos son: El derecho a la vida. El derecho a la integridad personal y la prohibición de
torturas, penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes. La prohibición de esclavitud y
servidumbre.
 Imprescriptibles:
Son para toda la vida, no tienen fecha de caducidad por ningún motivo. consiguientemente,
un derecho no perderá validez por el transcurso del tiempo.
 Indivisible:
poseen un rango intrínseco a la persona; son inseparables de ella, de tal manera que al
ejercerse uno de ellos, correlativamente se deriva el ejercicio de otros. Se trata de una
interrelación que no es susceptible de separar.
Mecanismo de Protección y Garantías

Dentro del estado:


1. Control administrativo:
Las disposiciones emanadas por el propio gobierno y por la administración, en
su ejercicio de la potestad reglamentaria, que tengan incidencia en el derecho
a la libre circulación y residencia de las personas estarán sometidas al control
judicial ordinario.
2. Procedimientos extrajudiciales de reclamación
La institución del DEFENSOR DEL PUEBLO, en su papel de garante de los
derechos y libertades de los ciudadanos y como supervisor de la actividad de
la administración, puede realizar un seguimiento de aquellos supuestos en los
que exista una posible vulneración del derecho a la libre circulación y
residencia de las personas.
3. Control judicial de la administración
La naturaleza de derecho fundamental, así como su carácter de preceptos
constitucionales, obliga a los Estados a la directa aplicación del derecho a la
libre circulación y de residencia.
En este punto se pueden rescatar los mecanismos de defensa consagrados en la
carta politica como la tutela, el habeas corpus, la acción de cumplimiento entre
otras.
4. Protección Civil y Penal
También en el orden penal la libertad de circulación y residencia mantienen
garantías y un sistema de protección. De este modo, se sancionan aquellos
delitos cometidos por los funcionarios públicos contra el ejercicio de los
derecho de la persona, penas por detenciones ilegales, son castigados también
los destierros indebidos y la mutaciones de domicilios y residencia, así como
las deportaciones y extrañamiento fuera de los casos previstos por la ley
igualmente, existe una protección penal para aquellas conductas que atentan
contra la libertad de circulación y residencia realizadas por los particulares,
como los delitos comunes de detenciones ilegales y los supuestos de
coacciones y amenazas
Garantías internacionales
 Normas y políticas públicas
Desde la ONU es preceptivo señalar la labor de la Agencia de Naciones Unida
para los refugiados (ACNUR), que promociona los acuerdos internacionales
sobre los desplazados a otros territorios extra nacionales por motivo de
conflictos armados o catástrofe. El ACNUR también colabora con los estados
en el establecimiento de estructuras de asilo y actúa en calidad de observador
internacional en relación a los asuntos de los refugiados.
Entre las organizaciones internacionales que se ocupan de realizar un
seguimiento del cumplimiento de los estándares universales del derecho a la
libre circulación y residencia, destaca la organización internacional de
migración (OMS), un organismo intergubernamental creado en 1951 y
consagrado al principio de que la migración en condiciones humanas y de
forma ordenada beneficia a los migrantes y a la sociedad. Organismo
internacionales y regionales promueven y velan por la protección de la libre
movilización y residencia, entre estos se cuenta a la ONU, el sistema
interamericano de protección y el consejo de Europa.
Garantías Internacional

Garantías Nacionales
Conclusión
La formulación del principio general de la libre circulación de las personas tiene dos
vertientes bien diferenciadas:
La estatal o derecho a poder residir y moverse dentro de las fronteras de un
determinado Estado;
La internacional que hace referencia al derecho a poder salir de un Estado del que
no se es nacional, el derecho a volver a él, o el derecho a pedir asilo.
El principio general topa frontalmente con la soberanía de los Estados y especialmente con
su concepción de soberanía absoluta, lo que hace que, en el marco convencional, y
especialmente en el ámbito interno, se limite el derecho de libre circulación y residencia
siempre por razones poco concretas, arbitrarias y mal definidas de «seguridad nacional»,
«interés general», «orden público» y «salud o moral públicas».

Hace falta una redefinición del concepto de libertad de circulación y residencia para poder
delimitar los derechos «soberanos» de los Estados a poner excepciones y que también
comprenda el derecho de toda persona individual o colectivamente a entrar en el territorio
de otro Estado para evitar que la violación de los derechos y libertades en el ejercicio de
este derecho sean la norma y no la excepción.

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