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Título de la obra: “Nehru en Samaria”

6 personajes:

1. Nehru: un niño de 9 o 10 años, vivaz, inteligente.


2. El sabio del desierto: un hombre muy anciano, de larga barba y vestido con una
túnica de colores ocre y terracota
3. Azafrán: un perro (puede ser un perro real o un muñeco)
4. Osmar: un filósofo
5. Un sacerdote
6. Un gerente
ESCENA I

Nehru camina por el desierto arrastrando una bicicleta con la rueda pinchada. A su lado camina un
perro.
Nehru: (al perro) dicen que los pájaros no vuelan, sino que flotan en el cielo y el aire se mueve a su
alrededor, crees tú que es cierto?
El perro lo mira y camina
No digas eso Azafrán, jajaja, no sé por qué se me ocurrió que Azafrán podía ser un buen nombre
para un perro, qué opinas Azafrán, ¿no preferirías llamarte Orégano?, o Newton….
Se detiene
¿Dónde estará esa flor?
Según los adivinadores debería preguntarle al gran sabio del desierto, es el único que sabe dónde
encontrarla, pero aquí no veo a nadie
El perro se sienta
Nehru: sí, Azafrán ya sé que es lo único que va a curar a mi padre de su enfermedad, por eso la
estamos buscando
(señala a lo lejos) Mira allí hay alguien
ESCENA II

A lo lejos se ve una figura sentada y cubierta de pies a cabeza


Nehru va a subirse en la bicicleta, cuando es rebasado a toda velocidad por Osmar, que va en
patines
Nehru: ¡ey!, cuidado
Osmar sigue sin mirarlo y llega cerca de la figura sentada. Se detiene. Nehru mira desde lejos.
Osmar: permiso está usted interrumpiendo el camino
Le figura se descubre con lentitud, es un hombre viejo, trata de moverse, pero se desvanece.
Osmar: entiendo que no te puedas mover, con este calor. Soy Osmar, el filósofo
El viejo se desploma. Al mismo tiempo llega Nehru.
Osmar: (a Nehru) ese hombre es mi padre, le dije mil veces que no se sentara en el desierto, pero él
quería ver la luna
Nehru: ¿la luna?
Osmar: la luna del desierto, yo venía a lo mismo, porque me llama la atención la luna, es un cuerpo
celeste que recuerda los orígenes de la locura, tú me entiendes
Nehru: tu padre necesita agua
Osmar: no, no, no, lo que necesita es una lección y la vida le está dando una lección de humildad
Nehru: pero necesita agua
Osmar: no, no, las cosas tienen su ciclo, si ese ciclo debe cumplirse lloverá y él tendrá agua. Me voy
Nehru: ¿antes una pregunta, sabe usted dónde encontrar la flor que lo cura todo?
Osmar: ninguna flor lo cura todo
Osmar se aleja y Nehru comienza a buscar su cantimplora. Desde atrás entra un sacerdote en
patineta.
Sacerdote: (llegando junto al hombre desvanecido) qué haces muchacho?
Nehru: busco mi cantimplora, este hombre necesita agua
El perro lo mira
Nehru: el sol es abrasador, creo que está muriendo
Sacerdote: espera, te dijo Dios en un sueño que debes darle agua
Nehru: no, pero…
Sacerdote: entonces no puedes interrumpir el plan de Dios para ese hombre (saca un enorme
recipiente y toma un largo trago de agua) si Dios decide que se salve, se salvará, deja que obre la
providencia.
Nehru: pero….
Sacerdote: la providencia, hijo, la providencia….
Nehru: pero….
Sacerdote: ¿pretendes saber más que Dios?
Nehru: no, claro que no, pero y si la providencia decidió que yo era el destinado a salvar a este
hombre
Sacerdote: mmmm, interesante perspectiva, preguntaré en el concilio, mientras tanto no muevas
un músculo… bueno, tal vez solo uno: el corazón, pero ningún otro
Nehru: ¿antes una pregunta, sabe usted dónde encontrar la flor que lo cura todo?
Sacerdote: ninguna flor lo cura todo
Se va
El perro mira a Nehru, Nehru mira al perro
Saca su cantimplora y se agacha dispuesto a darle un sorbo de agua al viejo
Gerente: (entrando) espera, qué vas a hacer
Nehru: le doy agua a este hombre
Gerente: sí algo así sabía, pero debes esperar, el agua es un recurso no renovable que debe
conservarse… y pagarse
Nehru: pero, el agua está ahí, para todos
Gerente: así es, pero todo eso ha sido un lamentable error que ya hemos solucionado, desde ayer,
el agua de este desierto es mía
Nehru: ¿cómo?
Gerente: tengo propiedad sobre ella, mira (saca un enorme papel) y lo muestra, la he comprado,
tiene todas las firmas.
Nehru: pero este hombre necesita beber agua
Gerente: sí, claro, con todo gusto, tenga usted (le extiende al viejo una botellita) son dos monedas
El perro aúlla
Nehru: pero… pero
Gerente: pero, pero, pero, nada. Dos monedas es un precio justo, puede diferirlo
Nehru: pero… pero, de donde va a sacar dos monedas
Gerente: no hay problema, yo se las doy, pero como no sería justo que tenga toda el agua, yo
tomaré un poco (se toma casi toda la botella) dado que yo le estoy prestando, ¿no es cierto?
Nehru: supongo que sí
Gerente: sí, exacto, entonces ahora tiene menos agua, pero tiene las dos monedas, ten, tú serás el
albacea, toma las dos monedas, y el agua. Firma aquí
Nehru: (firmando) ¿qué es esto?
Gerente: ah, es una constancia, yo le di dos monedas, él obtuvo su agua gracias a mí y cuando
pase el plazo establecido me pagará las dos monedas y media
Nehru: eran dos monedas
Gerente: claro, pero hay intereses
Nehru: claro
Gerente: qué tienes en esa cantimplora
Nehru: comida
Gerente: ah, qué bueno, porque en este desierto solo se puede tener mi agua. Adiós, fue un placer
hacer negocios con ustedes
Nehru: antes una pregunta, ¿sabe usted dónde encontrar la flor que lo cura todo?
Gerente: ninguna flor lo cura todo
El Gerente se va

ESCENA III

El perro ladra
Nehru: ¿qué hacemos Azafrán? Tal vez deberíamos esperar para saber cómo se resuelven las cosas
Se sube en su bicicleta y avanza unos centímetros, enseguida vuelve la mirada hacia el anciano
Nehru: Azafrán, no sé de naturalezas, providencias o negocios, pero si alguien tiene sed, hay que
darle de beber, ¿no es así? De lo contrario, morirá
Regresa y le da de beber al viejo, le limpia la cara, lo refresca y lo levanta
Nehru: vamos hombre, suba a la bicicleta, lo voy a llevar conmigo
Viejo: gracias hijo mío, ¿cómo te llamas?
Nehru: Nehru, y este es mi perro Azafrán
Viejo: ¿Azafrán?, que raro, tiene cara de Orégano
Nehru: sí, es lo que he pensado
Viejo: gracias, me has salvado la vida
Nehru: lamento no tener nada más, estoy de viaje y busco algo importante
Viejo: ¿y qué es eso?
Nehru: la flor que lo cura todo, pero nadie sabe dónde está.
Viejo: (empieza a reír a carcajadas) yo sé
Nehru: no, no, no, solo el gran sabio del desierto sabe dónde está
Viejo: ríe a carcajadas
Nehru: (asombrado) ¿usted? … ¿usted? ¿usted es el gran sabio del desierto?
Viejo: (ríe a carcajadas) tal vez lo soy, tal vez, no lo soy
Nehru: lo encontramos, Azafrán, lo encontramos
Suben a la bicicleta y se alejan por el desierto riendo
El perro se queda en el escenario y aúlla.
Apagón

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