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Cualquier trabajo humano tiene una dimensión técnica y otra ética

Se puede trabajar bien técnicamente hablando, pero con una intensión torcida o viceversa.
El resultado de un trabajo puede ser técnicamente malo y éticamente y moralmente bueno
El trabajo sin ética se convertiría en actividad alienante

Estas dos técnicas se convierten en desarrollo personal porque se trabaja desde la ética pero
técnicamente desarrollando una actividad.

El profesional que no evalúa las posibles consecuencias de su trabajo para bien o mal puede estar
cometiendo atropellos

Todas las personas son libres de obrar como quieran y por ello existe la responsabilidad de cada uno
de sus actos

Sin las normas que existen y sus diferentes políticas el comportamiento pasaría a ser animal o
maquinal.

Cuando falta la ética en el diseño de trabajo se emplean expresiones como nos tratan como
maquinas o simples animales.

A la medida que se tiene mayor libertad en la hora de trabajar cabe mayor oportunidad para el
crecimiento personal no solo en lo técnico si no en lo ético y el trabajo se hace más humano trabajar
sin presión se hace mas eficiente.

Elementos cuadro

Claramente se refleja que la profesionalidad en el trabajo implica técnica y ética pues son
inseparables para realizar un buen trabajo y separados estos dos implica un comportamiento no
ético.

Toda acción humana implica un efecto externo que puede ser la cosa producida o interno que es el
mejoramiento o empeoramiento personal
Niveles intermedios

No se trata de alguien que está siendo supervisado continuamente, sino de aquella persona con
responsabilidades de mando, con poder legítimo, que a su vez dará cuentas a sus superiores con
mayor o menor frecuencia.

Canal
Cuando se obedece de modo inteligente, utilizando la información correctamente, analizándola y
haciéndola llegar a quien tiene derecho a conocerla, se genera confianza, se construye organización.
El trabajo es ocasión de desarrollo del bien personal y organizacional.

La obediencia inteligente es necesaria pero no se puede reducir a actuar como buen «embalse», no
es suficiente, se requiere la transmisión, el mando inteligente propio del que es a su vez buen
«canal». Esta responsabilidad del mando intermedio, puesta en juego, le permite su desarrollo
personal, y el desarrollo del tejido organizativo. Se convierte en elemento de unidad para la
organización

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