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TRABAJO AUTÓNOMO 2

1. Datos Informativos.

a. Docente: Dr. Celio García.

b. Estudiante: Erick David López Poveda

c. Asignatura: Lenguaje y comunicación.

d. Periodo: 2023- 1S

e. Semestre: Primero

f. Tema: Redacción de una anécdota

2. Desarrollo de la actividad:

Caminata a Baños

Hace unas pocas semanas atrás, se realizó la caminata a Baños de Agua Santa, en la que, los

feligreses demuestran su fe y devoción. La caminata recorre lugares como: Pelileo, Salasaca,

Totoras y Sanjaloma, en los cuales, el comercio es lo que más resalta.

Aproximadamente a las 8:00 p.m. inició la caminata en la ciudad de Ambato y con el grupo

calculamos llegar a las 6:00 a.m. a Baños de Agua Santa, es decir, que caminaríamos durante

10 horas.

Para esta caminata era importante tener en cuenta los distintos factores climáticos, por ello,

preparamos ropa de repuesto en caso de mojarnos, una gran idea, pero olvidamos algo mucho

más importante, el dinero para el pasaje de regreso, comida o algo para tomar, esto en la

mitad del camino donde no sabíamos si regresar o continuar.


Paramos a descansar en Pelileo y pensamos en una solución rápida, solo debíamos pedir un

retiro sin tarjeta en los cajeros y retiramos suficiente dinero para acabar la caminata. Fue un

alivio seguir la caminata con los recursos necesarios para resistir el cansancio.

Ya estábamos a la mitad de camino y aun no se notaba signos de cansancio, pero ya estaba

aburrido y no parecía que avancemos mucho, no fue hasta que se mostró a lo lejos la gran

frase “BAÑOS OS SALUDA”; el puente de las juntas fue un lugar de concentración masiva,

muchos se culminaban su camino ahí, no obstante, debíamos cumplir nuestra promesa, no

rendirnos y seguir adelante.

El dolor era unos de los primeros signos de que estábamos cerca, era apenas soportable y nos

impulsaba a seguir adelante. Con cada paso, el cansancio se hacía más evidente, pero

llevábamos con nosotros los recursos necesarios para resistirlo. Nuestras mochilas estaban

llenas de agua, alimentos energéticos y algunas herramientas básicas. Estábamos preparados

para enfrentar cualquier desafío que se interpusiera en nuestro camino.

A medida que nos acercábamos a la frase "BAÑOS OS SALUDA" en el puente de las juntas,

podíamos sentir la emoción creciendo en nuestro interior. Sabíamos que muchos viajeros

optaban por descansar allí, pero teníamos una promesa que cumplir y no nos rendiríamos

fácilmente. Nos habíamos comprometido a llegar hasta el final de nuestro recorrido, sin

importar los obstáculos que se presentaran.

El dolor se intensificaba a medida que avanzábamos, pero nos repetíamos a nosotros mismos

que el dolor era temporal y que nuestra determinación era más fuerte. Cada paso que

dábamos nos acercaba un poco más a nuestra meta y eso nos daba fuerzas para seguir

adelante.

Finalmente, llegamos al puente de las juntas. Era un lugar bullicioso, lleno de gente que

celebraba el final de su caminata. Algunos se relajaban en los bancos cercanos, mientras que
otros se aventuraban a sumergirse en las aguas del río que fluía debajo del puente. Sin

embargo, no nos detuvimos allí. Nos tomamos un breve descanso para recargar energías,

hidratarnos y comer algo. Observamos a nuestro alrededor, admirando la belleza del lugar y

la alegría que irradiaba de aquellos que habían cumplido su objetivo. Pero no dejamos que la

distracción nos alejara de nuestro propósito.

Después de unos minutos de descanso, nos levantamos y nos despedimos del puente de las

juntas. Nuestro camino aún no había terminado y teníamos que continuar. Sabíamos que los

últimos kilómetros serían los más difíciles, pero nuestra determinación no flaqueaba. Con el

dolor aún presente en nuestros cuerpos, nos adentramos en el sendero una vez más. Cada

paso era un desafío, pero estábamos dispuestos a superarlo. Nos alentábamos mutuamente,

recordando la razón por la que habíamos emprendido esta caminata en primer lugar.

El esfuerzo y perseverancia, llegamos a nuestro destino. La sensación de logro y satisfacción

llenó nuestros corazones. Habíamos resistido el cansancio, superado el dolor y cumplido

nuestra promesa. La vista desde la cima de la montaña era impresionante, y nos quedamos

allí, en silencio, disfrutando de la majestuosidad del paisaje.

Esa caminata fue más que una simple travesía física. Fue una prueba de nuestra fortaleza

mental y determinación. Nos demostramos a nosotros mismos que podíamos superar

cualquier obstáculo si manteníamos la fe en nuestros corazones y los recursos necesarios a

nuestro alcance. Desde aquel día, recordamos esa experiencia como un símbolo de nuestro

poder interior y nuestra capacidad para alcanzar nuestras metas. Nunca olvidamos la lección

aprendida durante esa caminata: no rendirse, resistir el cansancio y seguir adelante, incluso

cuando parece que el camino es interminable.

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