Estimados pastores de Europa,

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Saludos en Cristo,

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Estamos en un periodo de tiempo crítico en relación con la avalancha de refugiados a sus países. Tienen
una oportunidad de oro: o la aprovechan o la pierden y pierden a Europa para siempre.

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Las familias que están llegando a sus costas están abatidas, heridas y necesitadas. Una cálida bienvenida
podría llegar a cambiar sus perspectivas y creencias en muy poco tiempo. Están huyendo de la tiranía del
Islam y están pasando por un gran conflicto en cuanto a sus convicciones. Crecieron con la mentalidad de
que eran la mejor nación y religión jamás creada en la tierra y se les ha lavado el cerebro con la idea de
que todos los demás están perdidos. Nunca se les ha permitido pensar o dudar. Todo venía de Dios.

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Este es el tiempo de actuar. Es hora de despertar y llevar a cabo una nueva campaña con las armas
verdaderas. Utilice la oración, la fe, el evangelismo, la ayuda social y mucho amor. Los musulmanes son
las víctimas del Islam y necesitan que alguien les abra los ojos y los libere. Ya no requiere el envío de más
misioneros. Están a las puertas de sus casas. Establezcan relación con ellos, una familia a la vez, no en
grupos grandes.

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Déjenles ver la autentica cara del cristianismo. El cristianismo de adoración a Dios en espíritu, no el
cristianismo de los ídolos. El cristianismo de familias dedicadas a Dios, no el cristianismo de valores
inmorales. El cristianismo del poder comprobado del Espíritu Santo, no el cristianismo de iglesias tibias.
El cristianismo de la vieja Europa avivada, no la Europa del ateísmo. Nuestro Dios sigue sentado en el
trono.

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Nunca subestimen el pequeño porcentaje que está llegando a sus países en este tiempo. Muy pronto se
convertirán en mayoría. No tienen que predicar el Islam. No tienen que luchar. La mayoría de sus familias
tienen un hijo y un perro. Las de ellos tienen seis o siete hijos. Es una estrategia. Tengan cuidado porque
el enemigo es muy retorcido. Uno de nuestro antiguos y famosos poetas escribió una vez: “si ve los
dientes de un león, ni se le ocurra pensar que está sonriendo”.

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Los musulmanes no son nuestro enemigos. Son nuestros queridos hermanos en la gran familia humana,
con muchas y maravillosas costumbres de Oriente Medio. Son muy hospitalarios, misericordiosos con los
pobres y están emocionalmente ligados a sus familias y comunidades. Dense prisa y cuídenlos antes de
que vuelvan a sumergirse en el Islam.

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Su historia atestiguará un día que Dios en su sabiduría le envió al hambriento para que le den carne, al
sediento para que le den de beber, un extranjero al que acoger en casa y un desnudo para cubrirlo. ¿Cómo
responderán? Algunos seguro a que se aprovecharán de ustedes, pero otros se enamorarán de su Dios.

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Rompan las barreras lingüísticas y utilicen a cristianos de sus países que estén consagrados y hablen
árabe. Rompan laa barreras culturales e intenten entender la mente de un musulmán. Rompan las barreras
de larga distancia y pida la ayuda de algunos equipos evangelísticos del mundo árabe para que vengan y
hagan viajes misioneros de corta duración. Tienen una oportunidad maravillosa. Les ruego que abran los
ojos antes de que sea demasiado tarde.

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Un pastor del Medio Oriente con carga.