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II. INTRODUCCION:
III. CONTENIDO:
Aquí está una verdad alarmante: Miles de millones de personas ni siquiera han
oído el nombre de Jesucristo. Tres mil grupos distintos de personas alrededor
de nuestro mundo incluso no sabrían si ya oyeron el nombre de Jesús
Más de la mitad del mundo – esto es tres mil millones personas — vive con un
presupuesto menor a dos dólares por día. Una sexta parte de la población del
mundo vive en villas miseria. Ésas son estadísticas desgarradoras. Una versión
de Proverbios 28:7 dice, “El hijo entendido se sujeta a la ley; el derrochador
deshonra a su padre..”
Es fácil vivir en una burbuja y pensar que el resto del mundo vive como uno.
Cuando estamos ocupados solo en nuestras vidas diarias, nos olvidamos de
cómo es que la mayor parte del mundo vive, incluso tendemos a juzgar a gente
por ser pobres. Job 12:5 dice “Aquel cuyos pies van a resbalar. Es como una
lámpara despreciada de aquel que está a sus anchas.”
Cómo hablar con los padres de 10 millones de pequeñas muchachas que se
venden a la prostitución en el sur de Asia Oriental. Sus familias viven en tal
pobreza que no ven otra manera para alimentar a sus familias que vender a sus
pequeñas hijas en prostitución. Es una existencia horrible.
Por lo menos mil millones de personas sufren los efectos del hambre y de la
sequía. Tienen hambre y están desamparados. Son indigentes. Debemos hacer
algo sobre eso.
Salmo 38:6 - 11 dice, “Me siento cansado, y totalmente deprimido; todo el día
ando muy triste. Estoy ardiendo en fiebre; nada en mi cuerpo está sano. Estoy
muy débil y adolorido; tengo la mente aturdida. ¡Por eso me quejo! Dios mío,
pongo ante ti mis más grandes deseos;¡no te los puedo esconder! Mi corazón
late con ansias, las fuerzas me abandonan, la vista se me nubla. Mis amigos más
queridos se quedan lejos de mí por causa de mis males; mis parientes cercanos
se mantienen a distancia.”
Hemos visto los efectos de la pobreza mientras hemos viajado. Hemos visto los
efectos de la gente con VIH/SIDA. El estigma es enorme. Sus propias familias
los abandonan. Sus cuerpos pierden peso lentamente, víctimas de ‘infecciones
oportunistas’. Como cristianos, nosotros no podemos ignorar a estas personas.
Más de la mitad del mundo sigue siendo analfabeto. ¿Cómo puede un país
crecer y ser fuerte económicamente cuando sus ciudadanos no saben leer, no
pueden escribir, y no saben los fundamentales de la matemáticas y de la ciencia
que creemos que ya nos ha sido concedida? No es ninguna maravilla que estos
países no sean fuertes. Oseas 4:6a dice, “Mi pueblo es destruido por falta de
conocimiento.” Hay una necesidad desesperada de profesores y escuelas
además de materiales que los ayuden a crecer.
IV. CONCLUSION:
Isaías 53:3–5
3 Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores y
experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue
menospreciado y no lo estimamos.