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El documento explora cómo entender la imaginación a nivel neurocientífico, señalando que cuando las personas imaginan objetos o situaciones, sus ojos y movimientos corporales responden de manera similar a como lo harían si estuvieran experimentando realmente esa situación. Además, la imaginación y la percepción están estrechamente relacionadas e implican una fusión, y la percepción ordinaria puede verse como una forma de imaginación limitada por los sentidos.
El documento explora cómo entender la imaginación a nivel neurocientífico, señalando que cuando las personas imaginan objetos o situaciones, sus ojos y movimientos corporales responden de manera similar a como lo harían si estuvieran experimentando realmente esa situación. Además, la imaginación y la percepción están estrechamente relacionadas e implican una fusión, y la percepción ordinaria puede verse como una forma de imaginación limitada por los sentidos.
El documento explora cómo entender la imaginación a nivel neurocientífico, señalando que cuando las personas imaginan objetos o situaciones, sus ojos y movimientos corporales responden de manera similar a como lo harían si estuvieran experimentando realmente esa situación. Además, la imaginación y la percepción están estrechamente relacionadas e implican una fusión, y la percepción ordinaria puede verse como una forma de imaginación limitada por los sentidos.
¿Cómo podemos entender la imaginación a nivel neurocientifico?
Este fragmento resalta la conexión entre la imaginación y la percepción. Se menciona que
cuando una persona visualiza un objeto o una situación, sus ojos y movimientos corporales tienden a responder de manera similar a si estuvieran experimentando realmente esa situación. Neurológicamente, se ha demostrado que imaginar una acción genera actividad eléctrica en los músculos correspondientes, incluso cuando estamos en reposo.
Aunque la imaginación y la percepción son actividades distintas, están estrechamente
relacionadas. Se plantea que existe un continuum entre la imaginación espontánea y la percepción clara de algo presente en nuestro entorno. En muchas ocasiones, la experiencia cotidiana implica una fusión de imaginación y percepción, como cuando vemos formas en las nubes o nos asustamos al confundir una cuerda con una serpiente.
La combinación de imaginación y percepción también se da en ilusiones ópticas y en la
interpretación de la realidad en general. La imaginación nos ayuda a relacionar y dar sentido a lo que percibimos. Según Francisco Varela, científico cognitivo, la percepción ordinaria es una forma de imaginación limitada por la información proporcionada por nuestros sentidos.