CLASE 4 cristianos, por los siervos de Dios, por los gobernantes de nuestro
país, étc.
COSAS QUE DEBEMOS HACER
Ya vimos durante nuestras clases, toda la teoría, para ser unos
buenos hijos de Dios, y ahora viene la práctica, si queremos llevar
una vida cristiana conforme a Dios hay varias cosas que tenemos
que hacer.
1. Debemos aprender a ORAR.
La oración es el aliento del alma. Dios escucha y contesta nuestras
oraciones, porque nos hemos identificado con Cristo. Así como un
padre terrenal disfruta hablando de sus hijos, así nuestro padre
celestial se deleita cuando buscamos la comunicación con Él.
En muchos lugares, la biblia menciona que Dios quiere que oremos:
“clama a mí y yo te responderé, y te enseñare cosas grandes y
ocultas que tu no conoces” (Jeremías 33:3).
Existen diferentes condiciones en una oración, por ejemplo, Jesús
prometió “y todo lo que pidieres al padre en mi nombre lo hare,
para que el padre se glorificado en el hijo, si algo pidieres en mi
nombre yo lo haré”. (Juan 14:13-14) Debemos orar conforme a
la voluntad de Dios, y hacerlo en el nombre de Jesús y con fe.
(Marcos 11:24). "Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis
orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá."
Asimismo, debemos entrar en nuestra habitación y orar a solas
(Mateo 6:6) "Más tú, cuando ores, entra en tu aposento, y
cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre
que ve en lo secreto te recompensará en público".
Dios no siempre contesta nuestra oración en la forma o tiempo
exacto que esperamos que lo haga, pero tenemos que seguir
confiando en Él a pesar de que no obtengamos respuesta inmediata
a nuestras peticiones. Recuerda que todo tiene su tiempo.
Cuando oramos, Dios trabaja. Todo nuestro servicio a Él debe estar
precedido por la oración. Debemos traer a Él en oración todas
nuestras cargas y problemas. Orar por nuestros hermanos
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2. Debemos aprender a vivir por fe.
Fuimos justificados por un acto de fe cuando descubrimos que nada
podiamos hacer para salvarnos a nosotros mismos. Abandonamos
cualquier forma de esfuerzo propio y nos dirijimos a Cristo en la cruz
y lo recibimos como el regalo de la vida eterna.
De la misma manera entendemos que es imposible vivir la vida
cristiana con nuestras fuerzas, abandonemos cualquier esfuerzo
propio y recurramos al Espíritu Santo para que nos capacite a vivir
la vida que Cristo nos ha otorgado y por primera vez, empezamos a
vivir la vida cristiana.
La voluntad de Dios es que todos los cristianos permanezcan con los
ojos puestos en Cristo. (Hebreos 12:2). “Puestos los ojos en
Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto
delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó
a la diestra del trono de Dios”.
Sin embargo, el trabajo del diablo es destruir la paz que Dios nos
ha dado, su tarea principal es hacer que desviemos la mirada de
Cristo y utiliza muchos métodos para lograr sus propósitos. Dios
permite que tengamos dificultades para que aprendamos a confiar
en él y para forjar nuestro carácter. Podemos escoger mirar a
nuestros problemas o podemos decidir mirar a Cristo.
Todo cristiano puede testificar que se hunde cada vez que desvía la
mirada de cristo para enfocarla en sus problemas.
3. Debemos rendir cuentas periódicas a Dios.
Muchos cristianos se sienten confundidos cuando siguen pecando al
experimentar la salvación. Satanás se burla de ellos y los convence
que no son hijos de Dios.
Cuando nos hacemos cristianos suceden muchas cosas maravillosas
que podemos entender o decir, pero nuestra vieja naturaleza no
cambia de un día para otro, sigue siendo pecadora como siempre.
Nuestra antigua naturaleza es una fábrica que sigue haciendo
pecado dentro de nosotros. Cuando pecamos no perdemos nuestra
salvación, pero si perdemos el gozo de nuestra salvación.
No perdemos nuestra condición de hijos de Dios, pero si perdemos
la comunión con Él. Por ejemplo, cuando no hablamos con nuestros
padres terrenales perdemos nuestra confianza o nuestra relación
con ellos, pero aun así no dejamos jamás de ser sus hijos, es lo
mismo con Dios.
Cuando pecamos deshonramos a Dios. Si persistimos en pecar, y
no confesamos nuestras faltas él nos castiga (Hebreos 12:6-7)
“Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que
recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a
hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?”
Dios ha permitido en su Gracia que, si confesamos nuestros pecados
Él nos perdona totalmente. (1 Juan 1:9)
Por tal motivo debemos rendir cuentas periódicas a Dios, esto
quiere decir que debemos confesar nuestros pecados al Señor en
cuanto estamos conscientes de haberlo cometido, no permita que
sus pecados se acumulen.
5. Debemos aprender a hacer todas las cosas por Cristo y
el poder del Espíritu Santo.
Cada una de las bendiciones espirituales nos viene por Cristo en
quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecado, según
la riqueza de su gracia
Todo lo que hacemos como cristianos debe hacerse por Cristo y con
el poder del Espíritu Santo (Filipenses 4:13) “Todo lo puedo en
Cristo que me fortalece”).
Si no contamos con la ayuda del Espíritu Santo, si estamos lejos de
Él, no hay mucho que podamos hacer. (Juan 15:5) "Yo soy la vid,
vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste
lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer."
Vivamos la vida cristiana dejando que el Señor Jesús viva su vida,
por y a través de nosotros.
Esta ha sido nuestra ultima clase, y es ahora cuando ya tenemos
armas para enfrentar las armas del enemigo. Recuerde que somos
hijos de Dios, y Él nos llama a crecer y compartir de su palabra.

4. Debemos aprender a resistir a satanás

Puesto que satanás es el enemigo de Dios, también lo es para todos
los hijos de Dios; antes de ser salvos, estábamos bajo el dominio
del diablo. Satanás hace todo lo que está a su alcance para destruir
nuestro testimonio y sus principales ataques van contra la palabra
de Dios, no quiere que sus esclavos conozcan la verdad, porque
saben que la verdad os hará libres es un mentiroso y engañador.
(Génesis 3:1) "Pero la serpiente era astuta, más que todos los
animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a
la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: ¿No comáis de todo árbol
del huerto?" . Debemos afianzarnos del Señor para resistir ante
toda tentación. (Santiago 4:7) “Someteos, pues, a Dios; resistid
al diablo, y huirá de vosotros”.

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