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La Carta de Ottawa reitera que “La salud no concierne exclusivamente a un sector sanitario no

se puede separar la salud de otros objetivos, la participación debe ser activa, ya que una fuerte
alianza a favor de la salud puede implicar mejores resultados”.

La Carta de Ottawa identifica tres estrategias básicas para la promoción de la salud, asimismo la
Declaración de Yakarta realizada en Indonesia (1997) identifica cinco prioridades para la
promoción de salud en el siglo XXI:

(a) promover la responsabilidad social para la salud

(b) incrementar las inversiones para el desarrollo de la salud

(c) expandir la colaboración para la promoción de la salud

(d) incrementar la capacidad de la comunidad

(e) el empoderamiento de los individuos, garantizar una infraestructura para la promoción de la


salud.

La conferencia de México en el 2000 nuevamente retoma los campos de acción que se habían
discutido en Ottawa.

La conferencia de Bangkok realizada en Tailandia, resalta compromisos.

La conferencia de Nairobi celebrada en Kenia en el 2009. con su llamado a la acción para cerrar
la brecha de implementación en la promoción de la salud.

En el 2013, la Conferencia de Helsinki requiere el desarrollo de políticas que generen un


enfoque de trabajo intersectorial, se observa que la promoción no es tomada en cuenta por parte
de los gobiernos y el sector privado; si bien es cierto el enfoque de la promoción y prevención
vis-avis requiere de un mayor compromiso, asimismo la gente aprenderá a tomar decisiones más
saludables para evitar el desarrollo de enfermedades crónicas que puedan ser mortales y
costosas. La educación es importante para la salud ya que ha sido definida en centrar sus
esfuerzos en enseñar a las personas y las comunidades sobre temas de salud para que puedan
realizar promoción de la salud y de esta manera evitar enfermedades en el futuro.

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