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ESCUELA SUPERIOR POLITÉCNICA DEL LITORAL

FCNM – DCQA – OFICINA DE ADMISIONES


QUÍMICA (ING)

Tema 4: Bases del lenguaje químico


Lectura 4.2: Ecuaciones Químicas

En el capítulo sobre formulación, vimos que podemos representar las sustancias con sus fórmulas
químicas. Aunque las fórmulas químicas siempre son más cortas que los nombres químicos, no son
meras abreviaturas, en cada una se ha codificado importante información cuantitativa acerca de las
sustancias que representa.
En la vida diaria, en la naturaleza (fotosíntesis, ver figura 1) o en nuestro cuerpo (el metabolismo), se
realizan una serie de cambios o transformaciones en las que ciertas sustancias desaparecen y otras se
producen cumpliendo con la ley de la transformación de la materia, proceso conocido como
reacciones químicas. Una reacción química, también llamada cambio químico o fenómeno químico,
es todo proceso termodinámico en el que una sustancia (o sustancias) cambian para formar una o
más sustancias nuevas [1], transforman su estructura molecular sus enlaces químicos entre
átomos se rompen y se forman nuevos enlaces. En este proceso intervienen dos tipos de sustancias:
las que tenemos inicialmente y conocemos como reactivos o reactantes y las que se obtienen después
de la reacción química, llamadas productos.

Figura 1. Reacción química natural


Con el objeto de comunicarse entre sí, con respecto a las reacciones químicas, los especialistas en la
materia han desarrollado una forma estándar para representarlas por medio de ecuaciones químicas.
Una ecuación química es un enunciado que utiliza símbolos o fórmulas químicas para describir las
identidades y cantidades relativas de los reactivos y productos involucrados en una reacción química,
es decir, las ecuaciones químicas sirven para representar, de forma simbólica, lo que ocurre durante
la reacción. Estudiaremos como se escriben, tipos y como se hace el balance de ecuaciones químicas.
[2]

PARTES DE UNA ECUACIÓN QUÍMICA.

En la ecuación química entre el aluminio y el cloro, leemos el signo + como “reacciona con”, y la
flecha como “produce”. Las fórmulas químicas a la izquierda de la flecha representan las sustancias
de inicio, designadas como reactivos. Las fórmulas químicas a la derecha de la flecha representan las
sustancias producidas en la reacción, denominadas productos. Los números que preceden a las
fórmulas, los coeficientes indican el número relativo de moléculas de cada tipo implicadas en la
reacción. (Al igual que en las ecuaciones algebraicas, el coeficiente 1 generalmente se omite), puesto
que los átomos no se crean ni se destruyen en ninguna reacción. [3]
La ecuación química se puede escribir con palabras; sin embargo, la ecuación escrita con fórmulas
químicas proporciona mucha más información. Los subíndices indican la cantidad de cada uno de los
elementos en moles. Además, se indica el estado de agregación de cada una de las sustancias que
intervienen en la reacción: si es un gas (g); un líquido (l), sólido (s) o la sustancia está en estado
acuoso (ac).

En ciertos casos se agrega una sustancia para acelerar una reacción que de otra manera se llevaría a
cabo con lentitud, o que incluso podría no ocurrir. Esta sustancia, llamada catalizador, se muestra
encima de la flecha, y no se consume durante la reacción. Las enzimas son catalizadores especiales
que el cuerpo humano elabora y utiliza en todas y cada una de las reacciones que se llevan a cabo
durante el metabolismo. [2]
En una reacción química ningún átomo se gana ni se pierde; la materia se conserva. Por tanto, en una
ecuación química balanceada el número de átomos de cada elemento representados como reactivos y
como productos debe ser el mismo [2]. Si se satisface esta condición, se dice que la ecuación está
balanceada.

Por ejemplo, en la figura de la ecuación química entre el aluminio y el cloro, analicemos cuáles son
las sustancias participantes a lo largo de la ecuación:
2Al + 3Cl2 → 2AlCl3
Reactivos Productos
2 átomo de aluminio 2 átomo de aluminio
6 átomos de cloro 6 átomos de cloro
8 átomos totales 8 átomos totales
Si realizamos la suma de los átomos totales que participan del lado de reactivos, así como los
átomos totales de los productos es igual a 8 átomos.
Como podemos observar, en una ecuación química, es obligatorio escribir correctamente las fórmulas
y símbolos de las sustancias participantes, así como las cantidades de sus moléculas, con el fin de
poder representar de manera fiel lo que ocurre durante la reacción química y al mismo tiempo
constatar que todas las ecuaciones químicas se ajustan a lo que establece la Ley de conservación de
la materia: la suma de las masas de los reactivos es igual a la suma de la masa de los productos, es
decir, “La materia no se crea ni se destruye, solo se transforma”.
“Una ecuación química no está completa en tanto no esté balanceada” [2]

TIPOS DE REACCIONES QUÍMICAS


Para clasificar las reacciones químicas podemos atender a los mecanismos de intercambio
que se producen. Así distinguimos los siguientes tipos:

1. Reacción de Síntesis o Combinación (adición o formación): Son aquellas reacciones en las


que dos o más sustancias reaccionan para formar un producto. [3]. Representada en la siguiente
ecuación general:

Ejemplo: 2H2(g) + O2(g) → 2H2O(l)


2. Reacción de Descomposición o análisis: cuando un solo compuesto se descompone en dos o
más sustancias más simples. [2]. Como se indica mediante la siguiente ecuación general.

Ejemplo: descomposición electrolítica del agua:


2H2O(l) → 2H2(g) + O2(g)
Descomposición del clorato de potasio por acción del calor:
2KClO3(s) → 2KCl(s) + 3O2(g)

3. Reacción de Desplazamiento o Sustitución simple: Son aquellas en las que un ion (o


átomo) de un compuesto se reemplaza por un ion (o átomo) de otro elemento: la mayoría de
las reacciones de desplazamiento en una de 3 categorías: desplazamiento de hidrógeno,
desplazamiento de metal o desplazamiento de halógeno. [1]
Ecuación general:

a) Desplazamiento de hidrógeno: los metales más reactivos (alcalinos y alcalinotérreos)


desplazan al hidrógeno del agua de acuerdo a la Tabla 1 de la Serie de Actividad de los
métales. [1]
Ejemplo: 2Na(s) + 2H2O(l) → 2NaOH(ac) + H2(g)
El sodio desplaza al hidrógeno del agua y lo libera dejando al hidrógeno libre, de acuerdo
a la tabla.
Tabla 1: Serie de actividad para metales

b) Desplazamiento del metal: un metal de un compuesto también puede ser desplazado por
otro metal en estado libre (aplica también tabla 1). [1]
Ejemplo: El sodio desplaza al aluminio por ser más reactivo en una solución de cloruro de
aluminio y lo libera en forma de aluminio metálico.
3Na + AlCl3 → 3NaCl + Al

c) Desplazamiento del halógeno: el comportamiento de los halógenos en las reacciones de


desplazamiento de halógeno se puede resumir en otra serie de reactividad: F2, Cl2, Br2, I2.
[1]
Ejemplo: Cl2(g) + KBr(ac) → 2KCl(ac) + Br2(l)

4. Reacción de Doble Desplazamiento o Doble Sustitución o Intercambio (Metátesis): Son


aquellas en las que los átomos o iones componentes de dos sustancias reaccionan
intercambiando su posición en dichas sustancias.

Ejemplo: 2NaCl + H2SO4 → Na2SO4 + 2HCl


5. Reacción de Neutralización: es una reacción entre un ácido y una base [1]. Generalmente,
ocurre en las reacciones acuosas ácido-base se forman agua y una sal, como se observa en la
figura 2.

A estas reacciones las denominamos reacciones de neutralización y se producen porque los


iones H+ procedentes del ácido y los iones OH- procedente de la base, se combinan entre sí para
formar moléculas covalentes estables de agua.

6. Reacción de Combustión: La combustión es la reacción de una sustancia, llamada


combustible, con el oxígeno, al que llamamos comburente, en la que se desprende una gran
cantidad de energía en forma de luz y calor.
En toda reacción de combustión completa es necesario el combustible que es un hidrocarburo
y la presencia del oxígeno, ambos como reactivos, se obtienen dos productos el dióxido de
carbono, vapor de agua y al mismo tiempo que genera gran cantidad de energía química en
forma de calor y luz.

Combustible Comburente productos


oxidante

Reacciones por intercambio de energía:

En toda reacción, la ruptura de unos enlaces y la formación de otros nuevos lleva consigo el
intercambio de energía entre las sustancias que intervienen y el medio en que estas se hallan.

• La ruptura de los enlaces de los reactivos requiere consumo de energía.


• La formación de nuevos enlaces en los productos libera energía.

Según sea el resultado del balance entre estos dos procesos, las reacciones pueden clasificarse en
endotérmicas y exotérmicas.
1. Reacciones endotérmicas: Son aquellas en las que la energía que se consume en la ruptura de
los enlaces es mayor que la que se libera en la formación de los productos. En estas reacciones
se produce absorción de energía. Por ejemplo, la descomposición electrolítica del agua necesita
el aporte de 285,8 kJ por cada mol de agua. Si la energía que se absorbe tiene otra forma, la
reacción es endergónica. [2]
2. Reacciones exotérmicas: Son reacciones en las que la energía consumida en la ruptura de los
enlaces es menor que la liberada en la formación de los productos. Tienen lugar, por tanto, con
desprendimiento de energía en forma de luz y/o calor. Si se libera otras formas de energía, la
reacción es exergónica. [2]

BALANCE DE ECUACIONES

Una vez que conocemos las fórmulas químicas de los reactivos y de los productos de una reacción, podremos
escribir la ecuación química no balanceada. Después balanceamos la ecuación determinando los
coeficientes que producen números iguales de cada tipo de átomo en cada miembro de la ecuación.
Para casi todas las aplicaciones, una ecuación balanceada deberá tener los coeficientes enteros más
bajos posibles. Para balancear ecuaciones, es necesario comprender la diferencia entre un coeficiente antepuesto a
una fórmula y un subíndice de una fórmula. [3]
Cuando se ajusta una ecuación no se modifica el subíndice de una fórmula, por ejemplo: de H2O
a H2O2 cambia la identidad de la sustancia. La sustancia H2O2, peróxido de hidrógeno, es muy
diferente del agua. Por lo tanto, nunca deben modificarse los subíndices al balancear una
ecuación.
En contraste, si colocamos un coeficiente antes de una fórmula lo único que cambiamos es la
cantidad y no la identidad de la sustancia; 2H2O significa que hay dos moléculas de agua, 3H2O
significa que hay tres moléculas de agua, etcétera.
En general, el balanceo el balanceo de una ecuación química, lo verificamos mediante los siguientes
pasos:

Primer miembro: reactivos Segundo miembro: productos

1. Se identifican todos los reactivos y productos, y se escriben sus fórmulas correctas del lado
izquierdo y derecho de la ecuación respectivamente.
2. El balanceo de la ecuación se inicia probando diferentes coeficientes para igualar el número de
átomos de cada elemento en ambos lados de la ecuación. Podemos cambiar los coeficientes (los
números que preceden a las fórmulas), pero no los subíndices (los números que forman parte de
las fórmulas). Si cambiamos los subíndices, cambiamos la identidad de la sustancia.
3. Primero se buscan los elementos que aparecen una sola vez en cada lado de la ecuación y con igual
número de átomos: las fórmulas que contengan estos elementos deben tener el mismo coeficiente.
Por tanto, no es necesario ajustar los coeficientes de dichos elementos en este momento. A
continuación, se buscan los elementos que aparecen una sola vez en cada lado de la ecuación, pero
con diferentes números de átomos. Se balancean estos elementos. Por último, se balancean los
elementos que aparecen en dos o más fórmulas del mismo lado de la ecuación.
4. Se verifica la ecuación balanceada para asegurarse de que hay el mismo total de cada tipo de
átomos en ambos lados de la ecuación. [1]

MÉTODO DE AJUSTES DE ECUACIONES


Método de Tanteo: Consiste en un ajuste visual matemática que equipara las cantidades de
átomos que conforman los compuestos.
La ecuación química también debe expresar las cantidades relativas de las sustancias que
intervienen. Si escribimos la reacción de descomposición del clorato de potasio:
Observamos que el número de átomos de oxígeno que intervienen en la reacción no es el mismo en los
reactivos que en los productos. El problema se resuelve si colocamos, por ejemplo, el coeficiente
fraccionario 3/2 delante de la fórmula del oxígeno:

Hay más de una manera de ajustar una ecuación química. Para transformar un ajuste en otro, basta
con multiplicar todos los coeficientes por un mismo número. En general, es conveniente asignar
los coeficientes enteros más pequeños. Así, si multiplicamos por 2 todos los coeficientes de la
ecuación anterior, obtenemos:

MÉTODO DE BALANCEO DE ÓXIDO–REDUCCIÓN O REDOX

Las reacciones de oxido-reducción, o reacción Redox, se consideran como reacciones de


transferencias de electrones. El tema reacción de oxidación se refiere a la semireacción que implica
la pérdida de electrones. Una reacción de reducción es una semireacción que implica una ganancia
de electrones. [1]

Hay oxidación cuando el número de oxidación aumenta.


Hay reducción cuando el número de oxidación disminuye. [2]

1. Asignamos el número de oxidación de todos los elementos presentes en la reacción y


reconocemos los elementos que se oxidan y reducen.
Nota: Todo elemento libre tiene número de oxidación cero.

2. Escribimos las semirreacciones de oxidación y reducción con los electrones de intercambio.

3. Balanceamos el número de átomos en ambos lados de las semirreacciones. En este caso están
balanceados.
4. Igualamos el número de electrones ganados y cedidos.

Nota: El número de electrones ganados debe ser igual al número de electrones cedidos.
Colocamos los coeficientes encontrados en la ecuación original donde verificamos el cambio
del número de oxidación.

5. Completamos el balanceo ajustando el número de átomos en ambos lados de la reacción.

Método de Balanceo Ion Electrón

1. Escribir la ecuación completa.

2. Determinar el número de oxidación de todos los elementos.

0 +1+5-2 +1+5-2 +2-1 +1-2

3. Si la ecuación está en forma molecular la pasamos a forma iónica. Aquí debemos tener en cuenta
que los elementos libres, los óxidos, el H2O y el H2O2 no se disocian, solo se disocian los
electrolitos (ácidos, bases y sales). Ilustraremos todos los pasos con el siguiente ejemplo:

4. Escribimos por separado el esqueleto de las ecuaciones iónicas parciales del agente oxidante y
el agente reductor.
“Agente oxidante contiene el elemento que se reduce. Agente reductor contiene el elemento que
se oxida” [2]
5. Igualamos los átomos de oxígenos agregando moléculas de H2O para balancear los oxígenos.

6. Igualamos los átomos de hidrógenos H+ (iones hidrógenos) donde falta hidrógeno.

7. Contamos la carga total en ambos lados de cada ecuación parcial y agregamos e- (electrones) en
el miembro deficiente en carga negativa (-) o que tenga exceso de carga positiva (+).

8. Igualamos la ecuación con el número de e- tanto perdidos como ganados. Después multiplicamos
las ecuaciones parciales por los números mínimos necesarios.

9. Sumamos las dos medias reacciones cancelando cualquier cantidad de iones H +, OH- o H2O
que aparezca en ambos lados, con lo cual obtendremos la ecuación finalmente balanceada.

Sumamos:
Si la ecuación fue dada originalmente en forma iónica, esta es la respuesta del problema:

Si la ecuación fue dada originalmente en forma molecular, trasladamos estos coeficientes a la


ecuación molecular e inspeccionamos el balanceo de la ecuación:
Referencias

[1] R. Chang, Química, México: Mc Graw Hill, 2013.

[2] R. A. Burns, Fundamentos de Química, México: Pearson Educación, 2011.

[3] T. L. Brown, Química. La Ciencia Central, México: Pearson Educación, 2014.

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