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¡EL SALVADOR QUE DA VIDA!

“Y no queréis venir a mí para que tengáis vida” (Juan 5:40).

La palabra “vida” es una traducción de la palabra griega “zōē”. Es


la vida de Dios. Como dijo Jesús:
“Porque como el Padre tiene vida (zōē) en sí mismo, así también
ha dado al Hijo el tener vida (zōē) en sí mismo” (Juan 5:26).
Jesús vino al mundo para darnos esta vida, para que podamos
vivir. Jesús dijo: “Yo he venido para que tengan vida (zōē)” (Juan
10:10).
Jesús murió en la Cruz para que pudiéramos tener vida. Jesús
derramó Su Sangre preciosa para que pudiéramos tener vída, y
perdón de pecados. Y los que son convertidos tienen esta “vida”.
Jesús dijo: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna, el que cree
en Jesús “la tiene aquí y ahora”
El verdadero Cristianismo es la “unión del alma con Dios, un
verdadero [compartir] de la naturaleza divina” (Ibíd., Pág. 30).
¡En otras palabras, La Vida de Dios en el Alma del Hombre! La
vida de Dios sólo puede entrar en nuestras almas cuando
venimos a El. Pero Jesús dijo:
“Y no queréis venir a mí para que tengáis vida” (Juan 5:40).
o como lo pone una traducción moderna,
“Ustedes no quieren venir a mí para tener esa vida” (NVI).
Jesús dijo esto a hombres que creían en Dios. Él les dijo esto a
hombres que creían cada palabra de las Escrituras. Él les dijo esto
a hombres que ayunaban por lo menos dos días a la semana. Él
le dijo esto a hombres que estaban tratando de ser piadosos. Y
así te dice esto a ti que todavía no eres salvo hoy,
“Y no queréis venir a mí para que tengáis vida” (Juan 5:40).
La única manera de llegar a ser un verdadero Cristiano es tener la
vida de Dios en tu alma. Y la única manera de recibir esa vida en
tu alma es viniendo a Jesús. Sin embargo, el Salvador dice: “Y no
queréis venir a mí para que tengáis vida”. Voy a aplicar este
verso de varias maneras.
“Y no queréis venir a mí para que tengáis vida” (Juan 5:40).
I. Primero, por qué no has venido a Jesús.
Los “Decisionistas” piensan que cualquiera puede venir a Jesús
en cualquier momento. Todo lo que tienen que hacer es levantar
la mano o “pasar al frente” al final de un sermón.
Todo lo que tienen que hacer es decir las palabras de la “oración
del pecador”. Todos estos son actos humanos que cualquiera
puede hacer en cualquier momento. Pero ninguna de estas
“decisiones” salvará tu alma.
Ninguna forma externa puede limpiar, La lepra que dentro está.

“Y no queréis venir a mí para que tengáis vida”. …


Esto quiere decir que ustedes que no son convertidos no tienen
esa vida que habla Jesus. La Biblia dice que son “por naturaleza
hijos de ira” (Efesios 2:3). La Biblia dice que están “muertos en
pecados” (Efesios 2:5). La Biblia dice que están “bajo pecado”
(Romanos 3:9).
“Bajo pecado” – que terrible declaración, pero verdadera.
que significa “Toda la humanidad por naturaleza está bajo la
culpa del pecado, bajo el poder del pecado, y bajo la
contaminación del pecado...Nacemos pecadores, ‘todo bajo
pecado’. Y el término ‘bajo’, creo, nos da la impresión de que
estamos bajo la autoridad, es decir todo la esfera a la que
pertenecemos...porque todos somos descendientes de Adán,
todos hemos nacido bajo pecado...[el pecado de Adán] es lo más
catastrófico y devastador que jamás ha sucedido en el mundo”
(Romanos, Capítulos 2:1-

Continuo diciendo, “Si no aceptas esta descripción de ti


mismo...entonces no hay necesidad de discutir sobre ello,
simplemente no eres un Cristiano...aún no estás convencido y
bajo convicción por el pecado, y no eres un creyente en Jesús,
aunque puedes haber pensado que eras.
Si tú te opones a esto en cualquier manera, automáticamente te
estás poniendo a ti mismo fuera...de la fe Cristiana. Esta
descripción del hombre en el pecado es la simple verdad, la
horrible verdad” (ibid., P. 214).
“Muy lejos de ser sólo una ‘enfermedad’, el pecado que mora en
nosotros es una enfermedad repugnante” (Man’s Total
Depravity, Moody Press, 1981). La enfermedad del pecado tiene
tal poder sobre ti que no quieres venir a Jesús. No vienes a Él,
porque no lo deseas a Él. ¡Eres tan esclavo del pecado que no
quieres tener nada que ver con Jesús!
Tú puedes decir: “Pero yo vengo a la iglesia. ¿No muestra eso
que estoy bien?” ¡No, no es así! Esto demuestra que vienes por
algún motivo egoísta. Seamos sinceros.

No estás aquí porque quieres a Jesús. Estás aquí porque te gusta


estar en una multitud de jóvenes alegres. Te gusta la gente de
aquí, ¡pero no quieres a Jesús! Ahora, te estoy pidiendo que seas
honesto contigo mismo. Eso es verdad, ¿no? Alguien podría
decir: “Sí, eso es cierto. Así que no voy a venir más. Voy a ser
honesto y no voy a venir más”. ¡Pero eso sólo demuestra aún
más lo que he dicho! ¡Esto demuestra aún más que no quieres a
Jesús! Esto demuestra aún más que estás amarrado y
encadenado por el pecado – que el pecado tiene dominio
absoluto sobre ti. Eres dominado por el pecado. Como el Apóstol
Pablo dijo, estás “bajo pecado”. ¡No me extraña que no hayas
venido a Jesús! No es extraño que Jesús te dice: “Y no queréis
venir a mí para que tengáis vida”. No quieres a Jesús. No quieres
vida. Quieres pecado. Jesús dijo: “Los hombres amaron más las
tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas” (Juan 3:19).
Hasta que te admitas eso a ti mismo no hay ninguna esperanza
para ti. Debes ser consciente de ello. Debes decirte a ti mismo:
“Sí, es cierto. Amo las tinieblas más que la luz. Me encanta la
manera que soy, y no quiero ser salvo por Jesús. Incluso si
pudiera cambiar, ¡no quiero! Me gusta ser como soy” ¡No es de
extrañar que no quieres venir a Jesús! No es extraño que Jesús
dice:
“Y no queréis venir a mí para que tengáis vida” (Juan 5:40).
II. Segundo, qué les sucede a los que no vienen a Jesús.
Recuerdo muy bien lo que me pasó. He estado escribiendo mi
autobiografía, así que eso ha estado en mis pensamientos
recientemente.
Al principio pensé que venir a la iglesia era todo lo que
necesitaba. Los vecinos de al lado me llevaron con sus hijos a la
Primera Iglesia Bautista de Huntington Park, California. Yo
continué yendo a la iglesia porque me gustaba estar con esa
gente amigable. No había ninguna otra razón. Me gustó. Eso fue
todo.
Me pregunto si esa no es la razón por la que vienes a la iglesia.
Te gusta la experiencia – nada más. Eso puede durar mucho
tiempo. Pero tarde o temprano eso no va a ser suficiente. Si no
vienes a Jesús, después de un tiempo no estarás satisfecho con la
alegría exterior que encuentras al venir a la iglesia. Algo va a
pasar que te hará insatisfecho con sólo venir a la iglesia.
Algo malo va a pasar en la iglesia. Ya que ninguna iglesia es
perfecta, verás o escucharás algo que te molestará. Empecé
diciendo: “Puede que veas o escuches algo que te moleste”. Pero
lo cambié a: “Verás o escucharás algo que te molesta”. Va a
pasar. Siempre pasa. No hay un hombre en esta plataforma que
no ha sido profundamente turbado por algo que vieron en esta
iglesia. Pero todavía están aquí. Sin embargo otros, que vieron
las mismas cosas, se apartaron y dejaron de venir. Se describen
en la parábola del sembrador,
“Éstos no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo
de la prueba se apartan” (Lucas 8:13).
El Dr. R. C. H. Lenski dijo que “la tentación de alguna forma va a
llegar a todos los creyentes” (nota sobre Lucas 8:13). Pero los
que tienen sus raíces en Jesús no se apartan. Los que no están
arraigados en Jesús se apartarán cuando pasen por alguna
dificultad. ¿Por qué se alejan de la iglesia? ¡Es porque no tienen
la “vida” de Jesús dentro de sus almas!
“Y no queréis venir a mí para que tengáis vida” (Juan 5:40).
lo prueba el hecho de que se van de la iglesia después de un
tiempo.
Conozco gente que fue de una iglesia a otra. Pero nunca fueron
satisfechos. Ellos siempre encontraron alguna falla. Pero nunca
se dieron cuenta de que la falla principal estaba en ellos mismos.

Para ellos Jesús dice:


“Y no queréis venir a mí para que tengáis vida” (Juan 5:40).

III. Tercero, los que sí vienen a Jesús.


Los que vienen a Jesús son los que son atraídos a Él por la gracia
de Dios. ¿Por qué estoy aquí? Ni siquiera vengo de un hogar
Cristiano. ¿Por qué estoy aquí? La única manera que puedo
explicarlo es con una cita de Efesios 1:4, “Según nos escogió en él
antes de la fundación del mundo”. No hubo nada bueno en mí
que me salvó. ¡Fue Dios quien me eligió a mí! ¡Todo fue por la
gracia de Dios!
Sublime gracia que salvó 
Tan vil ser como yo.
Fui ciego mas hoy miro yo, 
Perdido y Él me halló. 
En los peligros o aflicción, 
Que aquí he tenido yo; 
Su gracia siempre me libró, 
Y al cielo llevará. 
(Traducción libre de “Amazing Grace” 
por John Newton, 1725-1807).
Empecé a amar a Jesús antes de confiar en Él.
Al principio pensé que podía salvarme a mí mismo por ser bueno.
Pero no podía ser lo suficientemente bueno. Por último, en un
momento del tiempo, vine a Jesucristo Mismo – o más bien, Él
vino a mí. ¡Él me salvó y me limpió de todo pecado con Su Sangre
preciosa!
Amigo hallé, sí a Él hallé, 
Él me ama a mí por siempre; 
Con Su amor me atrajo a mí, 
Y atado estoy a Él. 
Mi corazón con Él está, 
Nada podrá separarnos, 
Yo soy suyo y mío es Él, 
Por siempre y por siempre. 
Amigo hallé, sí a Él hallé, 
Sangró, murió para salvarme; 
Y no solo el don de vida dio, 
Pero así Mismo se dio; 
Nada que tengo mío es, 
Lo tengo por Él que da; 
Mi corazón, mi fuerza, mi vida, mi todo 
Suyos son, por siempre y por siempre. 
(Traducción libre de “I’ve Found a Friend” por James G. Small,
1817-1888).
Me amaste primero y así te amo yo, 
Y porque en Calvario, me diste perdón; 
Te amo por lo que sufriste por mí; 
Jesús si te amaba, yo te amo más hoy. 
Al morir o en vida, siempre te amaré, 
Y mientras respire a Ti alabaré; 
Y cuando la muerte me quite el dolor, 
Jesús si te amaba, yo te amo más hoy. 
(Traducción libre de “My Jesus, I Love Thee” 
por William R. Featherstone, 1842-1878).
¡Oh, queridos jóvenes, les ruego que amen a mi Salvador, Jesús!
Él derramo su sangre por ti en la Cruz para que seas limpio y apto
para el Cielo. Ven a Jesús y amalo, y confía en Él. ¡Ven a Jesús y Él
te dará vida eterna y gozo eterno! ¡Está vivo! ¡Está vivo! . ¡Está
vivo! Ven a Él. ¡Confía en Él! ¡Él te ama!
Él te ama a ti, Él te ama aún, 
Y más de lo que piensas tú; 
Murió para salvarte del Infierno, 
Al cual hoy te vas tú. 
(Traducción libre de “He Loves You Still” por Dr. John R. Rice,
1895-1980).
Padre, le ruego que alguien aquí hoy venga a Ti, y sea salvo por
siempre y para siempre. Amén.
(FIN DEL SERMÓN)
EL BOSQUEJO DE
¡EL SALVADOR QUE DA VIDA!
“Y no queréis venir a mí para que tengáis vida” (Juan 5:40).
(Juan 5:26; 10:10; 3:36)
I. Primero, por qué no has venido a Jesús, Efesios 2:3, 5; 
Romanos 3:9; Juan 3:19.
II. Segundo, qué les sucede a los que no vienen a Jesús, 
Lucas 8:13.
III. Tercero, los que sí vienen a Jesús, Efesios 1:4.

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