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COORDENADAS CELESTES

Alejandro Toro
Equipo de Astronomía Centro ÁBACO
Escuela de Ingeniería de Materiales
aotoro@unalmed.edu.co

INTRODUCCIÓN

Cuando usted se encuentra en un lugar despejado, durante una noche de verano y tal vez con
algún instrumento óptico útil para observar el cielo, tiene la sensación de estar bajo una gran
cantidad de puntos brillantes que envían hacia usted su luz desde todas las direcciones sobre su
horizonte, como si estuvieran colocados sobre un manto oscuro muy lejano. La imposibilidad de
establecer a simple vista las características estructurales de estos puntos y de determinar si se
encuentran todos a la misma distancia de nosotros o no, probablemente condujo a nuestros
antepasados a suponer una forma esférica para ese manto oscuro, hipotético y etéreo,
responsable de sostener el cielo sobre nosotros.

El conocimiento actual de la estructura del Universo, sustentado en el impulso de la mecánica


clásica y en la visión cosmológica de la física del siglo XX, exige un desprendimiento de la idea
de que el hombre ocupa una posición privilegiada en el centro de alguna esfera hipotética.
Términos como galaxia, cúmulo estelar, super-gigante roja o enana blanca hacen ya parte del
léxico común en prácticamente todas las culturas, y eso mismo constituye una nueva visión
acerca de las formas, distancias y tamaños en el Universo.

No obstante lo anterior, si se desea observar el cielo y describir con precisión las posiciones y los
movimientos aparentes de los puntos brillantes distribuidos sobre el firmamento, es sorprendente
descubrir que basta simplemente con usar la vieja hipótesis de una esfera, en cuyo centro nos
encontramos en todo momento. Esa esfera, la Esfera Celeste, constituye la idea central de la
Astronomía de Posición, y su estudio provee no sólo la información necesaria para caracterizar
los movimientos aparentes de los astros y sus regularidades en el tiempo, sino también una
fuente inagotable de situaciones de interés matemático, enmarcadas en el campo de la
trigonometría esférica.

CONSTRUCCIÓN DE LA ESFERA CELESTE

La esfera celeste es una superficie esférica ideal cuyo radio es lo suficientemente grande como
para que las dimensiones de la tierra y del mismo sistema solar completo puedan ser
consideradas irrelevantes. Su construcción parte de la percepción subjetiva de cada observador
en su ubicación sobre la Tierra, y los elementos que la constituyen tienen origen en la geografía y
en el cielo mismo. La figura 1 ilustra la forma como se construye una esfera celeste para un
observador en algún lugar del hemisferio norte, por ejemplo en la ciudad de Medellín.

Note que existen dos componentes en la esfera determinados directamente por la fuerza de la
gravedad en la superficie de la Tierra; son ellos: LA VERTICAL, que es la línea que indica la
dirección en la que actúa el peso de los cuerpos cercanos a la superficie, y EL PLANO DEL
HORIZONTE, que es el plano perpendicular a la vertical y tangente a la superficie de la Tierra en
el lugar de observación. La vertical corta a la esfera celeste en dos puntos: EL ZENIT (Z) y EL
NADIR (N), que corresponden al punto más alto y más bajo respectivamente en la esfera
celeste. Sobre el plano del horizonte se definen LOS PUNTOS CARDINALES, establecidos de
acuerdo a las convenciones de uso común en la geografía.

Figura 1. Construcción de la esfera celeste para un observador ubicado en Medellín.


Latitud: φ = 6°16´ Norte.

Con este panorama inicial, usted está preparado para observar los objetos que aparecerán
sobre su horizonte. La primera cuestión a resolver es si puede identificarse algún movimiento
(individual o colectivo) de esos objetos durante una noche, y es conveniente además saber
cómo cambiará el panorama cuando se observa el cielo desde un mismo sitio en diferentes
épocas del año, o en una misma fecha desde diferentes sitios.

Estas preguntas deben resolverse a partir del estudio de los movimientos de la rotación y
traslación terrestre, que son los directos responsables del movimiento aparente de los astros en
la bóveda celeste para un observador sobre la superficie de la tierra. En primer lugar, durante
una noche los cuerpos celestes se mueven alrededor de un eje ideal que es la extensión del eje
de rotación terrestre hacia la esfera celeste; de esta manera, cuando la tierra rota sobre su eje,
el efecto aparente para un observador en la superficie es que todo el cascarón esférico que lo
rodea rota en el sentido contrario.
El tiempo que la Tierra tarda en realizar una revolución completa sobre su eje es de 23 horas, 56
minutos y 4 segundos, cantidad que suele llamarse "día sideral". Por consiguiente, ese tiempo es
el que un astro tomaría en regresar a un mismo punto en el cielo luego de que un observador lo
ha identificado. Sin embargo, el hecho de que la Tierra toda se traslade alrededor del sol
simultáneamente con su rotación, hace que realmente un astro no vuelva a ocupar la misma
posición en el cielo sino hasta que ha girado una cantidad conveniente sobre su eje y ha girado
alrededor del sol una vuelta completa. Estrictamente hablando no son sólo la rotación y la
traslación los responsables del movimiento aparente de los astros; pueden identificarse otros
movimientos como la precesión del eje de rotación, nutación, precesión del perihelio,
movimiento compartido con la galaxia y otros, cuya trascendencia para las observaciones de
un astrónomo aficionado no es significativa.

En la figura 1 puede verse que si se conoce la ubicación del observador sobre la Tierra, puede
definirse en su esfera celeste cuál es la ubicación del eje respecto al cual verá rotar todos los
astros durante cada noche. En el caso particular de un habitante del hemisferio norte, es claro
que la línea CN es paralela a la línea OP, y ambas, al cotejar las dimensiones terrestres con las
de la esfera celeste, coinciden en una misma línea llamada el eje del mundo, que indica
precisamente el eje respecto al cual todos los astros parecen rotar. Note además que la línea
NcSc es perpendicular a la línea CO (la tangente a la superficie de la tierra es perpendicular a su
radio), de tal manera que el ángulo ECO (La LATITUD DEL LUGAR, comúnmente denotada φ) es
congruente con el ángulo NcOP. Al punto P, que es la prolongación del polo norte terrestre en
la esfera celeste se le llama POLO NORTE CELESTE (P), y si se hace un razonamiento sencillo es
fácil concluir que no presenta movimiento aparente sobre la esfera celeste.

Una conclusión interesante es que un habitante del hemisferio Norte ubicará con facilidad el
Polo Norte Celeste en su propia esfera, simplemente encontrando el Norte Cardinal y
desplazándose hacia el Zenit una cantidad angular igual a la latitud del lugar en el que se
encuentra (note que la separación angular entre P y Z es de 90°). La línea diametral que pasa
por el polo norte celeste (y por consiguiente por el polo sur celeste P´) se llama EJE DEL MUNDO,
e indica el eje respecto al cual cada observador verá rotar los cuerpos celestes durante una
noche. La figura 2 presenta una esfera celeste construida para un observador en Medellín.

En este punto es necesario introducir otro elemento en la esfera, y es la proyección en ella del
Ecuador terrestre. A este círculo se le llama ECUADOR CELESTE, y el plano que lo contiene es el
PLANO DEL ECUADOR, que es siempre perpendicular al eje del mundo. Lo anterior implica que
así como la ubicación del eje del mundo varía con la latitud de observación, la posición del
Ecuador celeste también lo hace y en la misma proporción. La latitud puede expresarse como
la separación angular entre P y Nc (ó P´ y Sc si se trata del hemisferio sur) o como la separación
angular entre el Zenit y el Ecuador Celeste.

No debe perderse de vista el hecho de que pueden construirse los elementos principales de la
esfera celeste para un habitante del hemisferio sur de manera análoga a un observador en el
hemisferio norte, con la diferencia de que para el primero el polo celeste que se encuentra sobre
su horizonte es el sur (P´). Esto implica que este observador encontrará la ubicación de P´
llegando hasta el sur cardinal Sc y desplazándose hacia el zenit Z una cantidad angular igual a
su latitud.
Figura 2. Esfera Celeste para un observador en Medellín

CINEMÁTICA DE LA ESFERA CELESTE

Inicialmente es necesario identificar las trayectorias seguidas por los astros en la esfera celeste ya
construida para cada observador, y para tal efecto hay que notar que cada objeto celeste
tiene un movimiento aparente alrededor del eje del mundo; por tal razón, la trayectoria de
cada astro es una circunferencia paralela al Ecuador Celeste, cuyo centro se encuentra en el eje
del mundo.

A la trayectoria de cada astro en la esfera celeste se le llama PARALELO CELESTE, siendo el


Ecuador Celeste el paralelo de mayor diámetro de la esfera. Un observador percibe que cada
objeto celeste recorre su paralelo con una rapidez que depende la rapidez angular de la tierra
alrededor de su eje, y de la visual establecida entre el observador y el objeto. En la situación en
la que el astro pasa por el punto más alto de su trayectoria respecto al observador, se dice que
el astro se encuentra en el MERIDIANO DEL OBSERVADOR, que es la línea que une los puntos P, Z
y P´ (figura 3).
La rapidez aparente del astro A cuando pasa por el meridiano del observador es en
consecuencia
V= ω r (1)

donde r = R Sen α , siendo α el ángulo subtendido entre el eje del mundo y la línea OA y ω la
velocidad angular de rotación de la esfera celeste. La relación entre las rapideces de 2 astros A1
y A2 ubicados en dos diferentes visuales α1 y α 2 puede establecerse entonces como sigue:

V1 / V2 = ω R Sen α 1 / ω R Sen α2 (2)

V1 / V2 = Sen α 1 / Sen α 2 (3)

Esta es la razón por la cual las constelaciones parecen rotar sobre sí mismas mientras pasan
sobre nosotros en la esfera celeste. Las distancias aparentes entre las estrellas que las conforman
no varían, pero sus rapideces aparentes sí son diferentes, lo que produce un efecto cinemático
similar al de un cuerpo rígido con movimientos combinados de rotación y traslación.

Figura 3. Movimiento aparente de las estrellas sobre sus paralelos

Cuando el astro no se encuentra sobre el meridiano del observador debe definirse su


MERIDIANO ZENITAL, que es la línea que pasa por Z, por la estrella y por N. Puede mostrarse sin
problemas que en ese caso la relación de velocidades es la misma indicada en la ecuación (3),
ya que el radio de la circunferencia de la trayectoria del astro es invariable. Es importante
aclarar que el ángulo α que hemos definido no es de uso extendido en astronomía, y se emplea
con mayor frecuencia el ángulo h medido entre la visual OA y la línea OA´ trazada desde el
observador hasta el punto donde el meridiano zenital corta al plano del horizonte. El ángulo h
es llamado ALTURA SOBRE EL HORIZONTE del astro, y en la sección siguiente entraremos en
detalles acerca de él.

SISTEMAS DE COORDENADAS CELESTES

Identificadas ya las trayectorias de los astros en la esfera celeste, es necesario establecer una
estructura matemática que permita normalizar la medida de sus posiciones aparentes para un
observador en una fecha, hora y ubicación geográfica dadas.

El punto de partida para la definición de un sistema de coordenadas astronómicas es entender


que los objetos a ubicar se encuentran sobre una superficie, y por tanto están involucradas dos
dimensiones independientes en el problema. Adicionalmente, la superficie de estudio es la de
una esfera, y sobre ella deben definirse las variables a relacionar. A continuación presentamos
tres de los sistemas coordenados más usados en astronomía, haciendo referencia a algunas de
sus propiedades, ventajas e inconvenientes.

Sistema Altazimutal

En este sistema se usa como referencia el plano del horizonte, tal como se ilustra en la figura 4.
Un astro A tiene coordenadas Altazimutales llamadas ALTURA SOBRE EL HORIZONTE (h) y AZIMUT
(Az), definidas de la siguiente forma: El Azimut es el ángulo medido sobre el horizonte, a partir
del sur cardinal y en dirección oeste, hasta el punto A’ que es donde el meridiano zenital del
astro intercepta al horizonte. La altura sobre el horizonte es el ángulo medido sobre el
meridiano zenital, entre el punto de intersección A’ y la posición del astro.

Una inspección rápida de la geometría de la esfera celeste permite concluir que las
coordenadas Altazimutales de un astro no permanecen constantes en el tiempo para un
observador cualquiera, y que tampoco son equivalentes en un mismo instante para dos
observadores en diferentes lugares de la tierra. La razón de que las coordenadas altazimutales
de un objeto no permanezcan constantes para un mismo observador estriba
fundamentalmente en que mientras el astro se mueve por su paralelo, continuamente cambia
de meridiano zenital; por otro lado dos observadores en lugares distintos de la tierra tendrán,
respecto a las estrellas lejanas, diferentes orientaciones de su horizonte y zenit y por tanto los
puntos de referencia no serán comparables.

Sistema Ecuatorial

A partir de las limitaciones de las coordenadas altazimutales, el sistema ecuatorial usa como
referencia el plano del Ecuador en vez del plano del Horizonte. Puede notarse en la figura 5 que
la separación angular entre el paralelo del astro y el Ecuador Celeste (que es una cantidad
constante) es realmente una referencia fija, y el sistema Ecuatorial tiene eso en cuenta al
definirla como una de sus coordenadas: LA DECLINACIÓN (δ), que tiene un valor de 0 para un
astro en el Ecuador Celeste, de 90° en el Polo Norte Celeste (La estrella polar) y de –90° en el
Polo sur Celeste. La otra coordenada que usa el sistema Ecuatorial es EL ÁNGULO HORARIO (H),
medido como la separación angular entre el meridiano del observador y la línea que une al
Polo Norte celeste, el Astro y el Polo Sur Celeste. Esta última línea se conoce como EL
MERIDIANO POLAR DEL ASTRO, ó simplemente el Meridiano del astro. El ángulo horario se mide
sobre el Ecuador Celeste en sentido horario si se observa desde el polo norte celeste (o sea que
crece en la dirección en que se ven mover las estrellas durante una noche) y toma valores entre
0 y 24 horas; cada hora corresponde a 15 minutos de separación angular en la visual del
observador.
Figura 4. Coordenadas del sistema Altazimutal

Figura 5. Coordenadas del sistema Ecuatorial


Por la forma como está definida la declinación de un astro, es claro que para un mismo
observador ésta no variará a pesar de que transcurra una noche, o incluso aunque pasen
muchas noches. El ángulo horario, en cambio, sí experimenta variación bajo esta circunstancia
debido a que todos los astros (excepto los que se encuentren exactamente en P y P´) se mueven
respecto al meridiano del observador durante una noche.

Sistema Equinoccial

En este sistema se usa, al igual que en el Ecuatorial, LA DECLINACIÓN para medir la separación
entre el paralelo del astro y el Ecuador Celeste, lo que indica que también se usa como
referencia el plano del Ecuador. La diferencia es establecida aquí en la forma de ubicar el astro
sobre su paralelo, ya que en vez de usar como referencia el meridiano del observador (que
naturalmente depende de cada observador) se recurre a un punto que se mueve en el cielo
junto con todos los astros, tal y como el meridiano de Greenwich se mueve con todos los
puntos de la superficie terrestre cuando ésta realiza su rotación. La consecuencia más
importante de esta convención es que el punto de referencia para medir la posición de un astro
sobre su meridiano es el mismo para cualquier observador y en cualquier instante, de manera
que la coordenada que se defina a partir de ese punto será invariable para cada astro,
independiente de la ubicación del observador.

La coordenada que acompaña a la declinación en las coordenadas Equinocciales se llama


ASCENSION RECTA (A.R.= α), y el punto de referencia en la esfera celeste (donde la A.R. = 0) se
llama PUNTO ARIES o PUNTO VERNAL, denotado con el símbolo γ. La figura 6 presenta las
coordenadas del sistema Equinoccial.

Figura 6. Coordenadas del sistema Equinoccial


El punto Aries recibe este nombre de acuerdo a la forma como fue definido hace más de 2000
años: es el lugar en el cielo directamente opuesto al sol el día del equinoccio de primavera en
el hemisferio norte. Realmente en la actualidad la proyección de la línea Tierra-Sol ya no apunta
hacia Aries el 21 de Marzo sino hacia Piscis (el día del equinoccio de primavera en el norte)
debido a la precesión del perihelio de la órbita terrestre, sin embargo el nombre de Punto Aries
ha permanecido por su importancia histórica y su significado.

El sistema Equinoccial de coordenadas es no sin razón el más ampliamente usado por los
astrónomos en todo el mundo, y todos los catálogos estelares que se distribuyen entre
aficionados y profesionales contienen la información de la ascensión recta y la declinación de
miles de astros, corregidas generalmente cada cincuenta años. En conclusión, cada estrelle
tiene unas coordenadas asociadas A.R. y α que no dependen ni del lugar, ni la fecha ni la hora
de observación, lo cual es altamente ventajoso.

EL TRIÁNGULO ASTRONÓMICO

A pesar de que el sistema Equinoccial es el sistema “natural” para hacer astronomía de


posición, en muchas circunstancias los equipos de observación no tienen los mecanismos
correctos para encontrar el eje del mundo y el plano del ecuador, y el aficionado debe
conformarse con el plano del horizonte y la vertical que son mucho más fáciles de percibir y
calibrar; en estas circunstancias puede también hacerse una buena observación y establecerse
contacto con otros astrónomos en otros lugares ó a distintas horas, aún cuando las
coordenadas altazimutales y el ángulo horario no coincidan. La forma de lograr esto es usar las
propiedades geométricas de la esfera celeste para relacionar las coordenadas de los diferentes
sistemas entre sí. La figura 7 ilustra la situación en una esfera celeste para Medellín.

Figura 7. Relaciones entre sistemas de coordenadas: el triángulo astronómico

Puede notarse en la figura 7 que el triángulo esférico PEZ contiene información acerca de las
coordenadas de los tres sistemas estudiados, entonces bastará con establecer relaciones
trigonométricas entre los lados y ángulos de dicho triángulo para tener la posibilidad de
convertir unas coordenadas en otras. El triángulo PEZ se llama EL TRIÁNGULO ASTRONÓMICO, y
es de capital importancia en la astronomía de posición.
En este punto es importante discutir algunos aspectos de la geometría de la esfera celeste,
como sigue:

• Los círculos correspondientes a los Meridianos polares y zenitales, el Ecuador Celeste, el


Horizonte y el Meridiano del observador se llaman Círculos Máximos, y tienen la propiedad de
tener como centro el centro mismo de la esfera y como radio el radio de la esfera (cosa que
no sucede con los paralelos).

• La magnitud del radio de la esfera Celeste, como ya se dijo, es mucho mayor que cualquiera
de las dimensiones comparables con la tierra o el sistema solar mismo; numéricamente
hablando, le asignaremos el valor de la unidad. Esta convención tiene un significado más
profundo de lo que podría pensarse inicialmente, porque implica que una medición angular
que un observador realiza con vértice en él mismo, tiene el mismo valor numérico que la
separación entre dos objetos “sobre” la esfera celeste. En otras palabras, cuando un
observador mide el ángulo de declinación de una estrella, o de Azimut, o cualquiera de las
coordenadas ya mencionadas, está midiendo también un arco sobre la esfera celeste, el
cual recibe el mismo nombre y valor numérico que la coordenada angular.

• De acuerdo a lo anterior, es claro que los lados del triángulo astronómico son arcos de
círculos máximos, cuya magnitud es S = Rθ , pero como R=1, entonces S = θ .

Figura 8. El triángulo esférico

En un triángulo esférico como el de la figura 8, donde cada lado es un arco de círculo máximo,
pueden establecerse relaciones fundamentales como la ley de senos y la ley de cosenos, cuya
demostración puede encontrarse en AYRES, F. (1954). Usando estas dos leyes puede un
astrónomo convertir coordenadas entre los tres sistemas principales estudiados con bastante
facilidad, de tal manera que puede combinar sus observaciones con el manejo de información
estandarizada.

La ley de senos se escribe como sigue:

Sen a / Sen A = Sen b / Sen B = Sen c / Sen C (4)

Y la ley de cosenos puede desarrollarse para cada lado del triángulo ó para cada ángulo, así:
Cos a = Cosb Cosc + Sen b Sen c Cos A (5)
Cos b = Cosa Cosc + Sen a Sen c Cos B (6)
Cos c = Cosa Cosb + Sen a Sen b Cos C (7)

Cos A = -CosB CosC + Sen B Sen C Cos a (8)


Cos B = -CosA CosC + Sen A Sen C Cos b (9)
Cos C = -CosA CosB + Sen A Sen B Cos c (10)

Cuando se alcanza un conocimiento global acerca de la mecánica de la esfera celeste se está


preparado para realizar observaciones sistemáticas y registros detallados, y esto implica el
desarrollo de técnicas de CARTOGRAFÍA CELESTE. Esta área de la astronomía permite escudriñar
la esfera celeste en busca de objetos interesantes (estelares o no) y usa las herramientas de la
geometría esférica que hemos estudiado aquí. El desarrollo específico de la cartografía celeste
se discutirá en el capítulo siguiente.

REFERENCIAS

BRIEVA, E., Introducción a la Astronomía, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 1986.

AYRES, F., Plane and Spherical Trigonometry, Schaum Publishing Co., New York, 1954.

PASACHOFF-KUTNER, University Astronomy, Saunders Golden Sunburst Series, Washington, 1978.

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