Está en la página 1de 21

1

Clasificaciones y categorías
de percepción del habla
2

Introducción

Dentro de las clasificaciones tradicionales de hipoacusias, los 90 dB


marcaron siempre el límite entre aquellos niños que con amplificación
alcanzarían algún nivel de respuesta frente a los sonidos del habla
(hipoacusia severa) y aquellos que aún con equipamiento no
obtendrían beneficio alguno más que el contacto ocasional con los
ruidos ambientales (hipoacusia profunda o sordera).*

Esta concepción se fue modificando con el transcurso del tiempo


debido a dos factores. En primer lugar, los avances tecnológicos nos
permiten contar actualmente con equipos de ayuda auditiva de mejor
calidad, de modo tal que los requerimientos de amplificación pueden
ser cubiertos con eficiacia aún para niños con pérdidas auditivas muy
importantes. En segundo lugar, la aparición de los implantes
cocleares, obligó a los profesionales a crear nuevos criterios
clasificatorios basados en la audición con equipamiento y en los
aspectos cualitativos de la capacidad auditiva.

Independientemente del grado de la hipoacusia, el uso funcional de la


audición depende de una gran cantidad de factores: etiología de la
hipoacusia, momento de detección, edad de equipamiento, tipo de
terapia, entorno familiar, etc.

Los datos cuantitativos que representan los umbrales de audición de


un niño, nos sugieren solamente las posibilidades de detección de
sonidos a nivel liminar. No se puede determinar con tan poca

* Los términos sordera e hipoacusia se emplearán haciendo referencia a los aspectos audiológicos de

lasdeficiencias auditivas. En las clasificaciones de los diferentes autores se respetará la terminología

publicada por los mismos.


3

información cómo los niños van a desarrollar sus habilidades


auditivas, ni la manera en que aprenderán a procesar la información
acerca de los sonidos del habla y el lenguaje.

Al momento del diagnóstico y de los controles audiológicos, es


imprescindible a realizar evaluaciones cualitativas a fin de determinar
la capacidad auditiva de cada niño. Los resultados de dichas pruebas
pueden servir como soporte para las decisiones correspondientes al
tipo de dispositivo de ayuda auditiva que el niño debe usar, si es que
requiere de equipamiento y a su calibración. Del mismo modo ayudan
a determinar la necesidad de un cambio en los dispositivos de ayuda
auditiva que el niño ya esté usando y en este sentido también aportan
información relevante para definir la candidatura de un niño a
implante coclear. Asimismo, ofrecen ayuda a las personas a cargo de
la terapia del niño para el diseño el plan terapéutico específico que
cada niño necesita.

Criterios tradicionales: los 90 dB marcan el


límite

De las propuestas clasificatorias de varios autores de diferentes


países, se puede extraer como conclusión que el límite de los 90 dB
era el considerado por la mayoría de los autores para hablar de
sordera. (Löwe, 1981).

A. van Uden (1963)

Propuso la clasificación que resume el siguiente cuadro:


4

GRADO DE PÉRDIDA PÉRDIDA EN dB HL

Leve menos de 30

Moderada entre 30 y 60

Severa entre 60 y90

Sordera + de 90

Este pedagogo holandés consideraba que los niños con hipoacusias


severas, con un promedio de tonos audibles para las frecuencias de
500, 1000 y 2000 Hz (PTA) entre 60 y 90 dB en el campo de la
palabra, podían percibir los sonidos del habla a través de su audición
mediante una adecuada estimulación auditiva temprana.

Consideraba como zona limítrofe con la sordera aquella comprendida


entre los 75 y los 90 dB y definía sordera a partir de los 90 dB.

H. Davis (1970)

Desarrolló un esquema que considera la categorización en seis grupos


diferentes según el nivel de dificultad frente a los sonidos del lenguaje
hablado.

Describió una zona incierta teniendo un PTA entre los 70 y 90 dB,


dentro de la cual la mayoría de los individuos podrían obtener gran
utilidad del equipamiento con audífonos y reservaba el término de
sordera para pérdidas auditivas mayores a los 90 dB.
5

GRUP GRADO DE DESCRIPCIÓN PTA EN dB HL


O PÉRDIDA

sin dificultades
significativas en la
A Normal menos de 25
comprensión del
lenguaje hablado

con dificultades en la
B Leve comprensión de la entre 25 y 40
voz susurrada

con dificultades en la
C Moderado comprensión del entre 40 y 55
habla normal

con dificultades en la
D Marcado comprensión de la entre 55 y 70
voz intensa

sólo comprende el
E Severo entre 70 y 90
habla reforzada

en general no
Profundo o
F comprende el habla ni más de 90
extremo
siquiera reforzada
.
6

J. G. Clarke (1981)

Esta clasificación es la adoptada por la ASHA (American Speech and


Hearing Association) como la más utilizada en Estados Unidos.

GRADO DE PÉRDIDA PTA EN dB


HL

Mínima entre 15 y 25

Leve entre 25 y 40

Moderada entre 40 y 55

Moderadamente severa entre 55 y 70

Severa entre 70 y 90

Profunda Más de 90

Nuevos criterios: categorización según los


niveles de percepción del habla

Las investigaciones de los años 80' demostraban que el grado de


pérdida auditiva no era el mejor predictor de las habilidades para la
recepción del lenguaje, dado que existía una gran variabilidad de
respuestas entre los niños considerados audiométricamente sordos por
las clasificaciones antiguas. A pesar de ello, seguía siendo la medida
7

más aceptable universalmente del estado de la audición. (Boothroyd,


1984, 1986).

Actualmente no hay discusión acerca de las posibilidades de los niños


clasificados dentro de las hipoacusias severas en lo que respecta a su
capacidad para la utilización efectiva de la audición.

Muchos autores coinciden en que los niños con audición entre los
niveles de 70 y 90 dB HL promedio para las frecuencias de 500, 1000
y 2000 Hz, salvo circunstancias excepcionales, deben ser asumidos
como capaces en cuanto al acceso a todos los contrastes
suprasegmentales y a muchos de los contrastes segmentales y por lo
tanto son capaces de adquirir las habilidades del lenguaje hablado a
través de la audición.(Boothroyd, 1984, 1986, 1988).

A partir de los años 90’ junto con la aprobación de los implantes


cocleares para su uso clínico en niños, se presentaron algunas
tendencias clasificatorias para las deficiencias auditivas más
importantes. El objetivo era proporcionar un criterio que permita
definir, dentro del grupo de niños con hipoacusias más profundas,
quienes eran candidatos a implante desde el punto de vista
audiológico.

M.J. Osberger (1991)

Describió un esquema clasificatorio que dividiía a los niños con


hipoacusias profundas en tres grupos, basándose en el PTA sin y con
equipamiento con audífonos.
8

Este esquema intentaba definir el grupo de niños que posiblemente


obtendría mayores beneficios con un implante coclear que con un
equipamiento convencional con audífonos.

sin equipamiento con equipamiento

GOLD 90 a 100 dB HL 30 a 55 dB HL

SILVER 100 a 110 HL > 55 dB HL

BRONZE > 110 dB HL Insignificante

Los niños que se ubicaban dentro de la categoría "bronze" sin duda se


verían beneficiados con implante coclear, dado que los umbrales de
audición con equipamiento no serían suficientes para percibir la
información espectral necesaria para la discriminación de los sonidos
del habla y el lenguaje. Existían dudas sin embargo para los niños de
la segunda categoría, mientras que los niños englobados en la
categoría "gold" obtenían excelentes beneficios con audífonos y por
lo tanto inicialmente no eran candidatos a implante.

Una categorización posterior, si bien continúa considerando la


audición cuantitativa, subdivide en 4 categorías diferentes a los niños
con audición por debajo de los 90 dB.

Boothroyd (1993)
9

1) Sordera Profunda con Capacidad Auditiva Considerable

En estos casos, la pérdida auditiva se ubicaba en promedio en la zona


de los 90 dB.

Los niños con este tipo de pérdida podían serr provistos relativamente
de la completa audibilidad del habla, tanto de la propia como la de los
otros a través del equipamiento con audífonos.

Habitualmente tenían la suficiente resolución auditiva como para la


percepción del ritmo y la entonación del habla, la mayoría de los
contrastes vocálicos y muchos de los contrastes consonánticos.

Su mayor dificultad se presentaba con la percepción auditiva del


punto de articulación de las consonantes.

2) Sordera Profunda con Capacidad Auditiva Moderada

Las pérdidas auditivas se ubicaban en promedio en la región de los


100 dB.

Con equipamiento, podían oír la mayor parte de los sonidos del habla
propia pero necesitaban un micrófono remoto para escuchar los
sonidos suaves del habla de los otros.

De todos modos, la resolución auditiva era lo suficientemente buena


como para permitir la percepción plena del ritmo del habla,
percepción parcial de la entonación, las vocales y las consonantes.

3) Sordera Profunda con Capacidad Auditiva Mínima


10

Típicamente, las pérdidas auditivas se ubicaban en promedio


alrededor de los 110 dB.

La audición les permitía percibir algunas patrones del ritmo y


entonación pero solo pequeñas diferenciaciones entre vocales y
consonantes.

4) Sordera Profunda sin Capacidad Auditiva

Las pérdidas auditivas se encontraban en la zona de los 120 dB.

Aún con micrófonos remotos, podían detectar solo los sonidos fuertes
del habla.

A medida que los niveles de audición aumentan, la inteligibilidad


decrece. Pero la relación sistemática entre el grado de pérdida
auditiva y la inteligibilidad se rompe cuando los niveles de audición
alcanzan el rango de las pérdidas profundas (Smith, 1975).

Para un determinado grado de pérdida auditiva, las diferencias en la


capacidad auditiva pueden ser considerables (Erber, 1974; Boothroyd,
Geers y Moog, 1991). Es conocido por todos que dos niños con
idénticos audiogramas, manifiestan respuestas diferentes frente a las
señales del habla. Este rango es especialmente amplio para pérdidas
auditivas entre 90 y 110 dB (Erber y Alencewicz, 1976).

La clasificación entre niños hipoacúsicos severos y sordos profundos


debería basarse en la habilidad de dichos niños para comprender el
habla en lugar de tomar como base su habilidad para detectar tonos
puros (Erber, 1974).
11

Los niños con sorderas profundas son aquellos cuyas habilidades para
discriminar las características espectrales del habla son
extremadamente pobres y para quienes las variaciones en los patrones
acústicos de duración e intensidad son las pistas acústicas principales
(Erber, 1979).

Cada niño debe ser evaluado individualmente en función de


determinar cual es su capacidad auditiva. La capacidad auditiva no se
define a priori por los datos cuantitativos que las evaluaciones
auditivas arrojen. Es imprescindible realizar evaluaciones cualitativas
de las posibilidades de recepción de los aspectos acústicos
(suprasegmentales y segmentales) del habla, a fin de determinar las
aptitudes de cada niño con deficiencia auditiva para el acceso a los
elementos sonoros de la lengua (Furmanski, 1993).

La necesidad de definir la candidatura para implante coclear desde el


punto de vista audiológico, impulsó a varios profesionales a intentar
categorizaciones de orden cualitativo, que describan el desempeño de
los niños frente a los sonidos del habla y el lenguaje con mayor
precisión (Furmanski, 1995).

A. Geers - J. Moog (1987 - 1989 - 1994)

Establecieron siete categorías para describir las diferencias en las


respuestas con equipamiento observadas en aquellos niños cuyos
umbrales auditivos se encuentran dentro del rango de las hipoacusias
profundas.

Categoría 0: No Detección del Habla


12

Se encuentran dentro de esta categoría aquellos niños que, aún con


equipamiento no llegan a captar la presencia de la voz a niveles de
conversación normal..

Categoría 1: Detección

En esta categoría se ubican los niños que pueden detectar el habla


amplificada pero tienen imposibilidad de discriminar auditivamente
palabras que difieren en patrones de duración o acentuación.

Categoría 2: Percepción de Patrones


En este nivel se encuentran los niños que son capaces de diferenciar
palabras con patrones temporales o de acentuación diferentes.

Categoría 3: Comienzo de Identificación de Palabras

Se consideran dentro de esta categoría a los niños que demuestran la


habilidad para diferenciar palabras en formato cerrado sobre la base
de la información fonémica. Esta capacidad puede ser demostrada con
palabras de idéntica duración y acentuación pero que contienen
diferencias espectrales múltiples.

Categoría 4: Identificación de Palabras a través del


Reconocimiento de Vocales

Esta categoría incluye a los niños que pueden diferenciar monosílabos


en formato cerrado si se trata de palabras que difieren principalmente
en los sonidos vocálicos.

Categoría 5: Identificación de Palabras a través del


Reconocimiento de Consonantes
13

Esta categoría incluye a niños que logran la identificación de palabras


a través de las consonantes y por lo tanto logran la diferenciación
entre palabras monosilábicas en formato cerrado teniendo todas las
mismas vocales pero cuyas consonantes iniciales y finales son
diferentes.

Categoría 6: Reconocimiento de Palabras en Formato Abierto

En este nivel se ubican los niños que pueden escuchar palabras


presentadas fuera de contexto y que oyen la suficiente información
fonémica como para reconocer las palabras a través de la audición
solamente.

Los implantes cocleares fueron aprobados para su uso clínico en niños


en Junio de 1990. En aquellos comienzos, solo los niños de las
primeras categorías eran considerados candidatos a implante mientras
que si un niño lograba percibir patrones suprasegmentales no era
considerado para ser implantado. Luego y en la medida en que las
evidencias acerca de las habilidades auditivas en los niños con
implante coclear mostraban la superioridad de estos últimos frente a
los niños con pérdidas similares equipados con audífonos, los criterios
se fueron modificando gradualmente. En la actualidad, hasta niños de
categoría 6 , es decir niños que obtienen algún porcentaje de
reconocimiento de palabras en formato abierto, también son
considerados candidatos a implante coclear dado que la ciencia ha
sido contundente en mostrar la supremacía en el desarrollo de las
habilidades para la percepción del habla y en el desarrollo de la
comunicación en los niños con implante coclear. La gran mayoría de
los niños implantados tempranamente logran habilidades auditivas tan
sofisticadas que les permite, en una proporción muy importante,
14

adquirir el lenguaje hablado usando su audición como canal principal


para la recepción de información (Furmanski, 2003)

J. Black ( 2012)

El índice de categorías de funcionamiento auditivo (CAPI) fue


desarrollado con el objetivo de medir el progreso en el desempeño de
los niños con implantes cocleares. Puede aplicarse también a niños
usuarios de audífonos y posiblemente sea útil a futuro como
herramienta para determinar la candidatura de niños para implante.

Categoría 0: No detección o detección limitada de sonidos

Se ubican los niños que no logran detectar los sonidos del habla o
cuyos umbrales con ayuda auditva están en promedio por debajo de
los 65 dB.

Categoría 1: Detección de sonidos

Se incluyen niños que tienen acceso suficiente a la detección de la


mayoría de los sonidos del habla o cuyos umbrales de audición con
ayuda auditiva se ubican dentro del espectro del habla (entre 500 y
4000 Hz.). Los niños de esta categoría consiguen detectar los sonidos
de la prueba de Ling.

Categoría 2: Percepción limitada del habla en formato cerrado

Los niños de esta categoría son capaces de realizar algunas tareas de


percepción del habla a viva voz en ambientes silenciosos con
porcentajes inferiores al 75% en sus respuestas.
15

Categoría 3: Percepción consistente del habla en formato cerrado

Se trata de niños que son capaces de realizar consistentemente tareas


de percepción del habla en formato cerrado a viva voz en ambientes
silenciosos y que obtienen puntajes de percepción del habla a viva
voz o con estímulos grabados de ≥ 75%

Categoría 4: Percepción limitada del habla en formato abierto

Pertenecen a esta categoría niños con capacidad para demostrar algún


nivel de percepción del habla en tareas de formato abierto a viva voz
en ambientes silenciosos, ubicándose a niños cuyos puntajes de
percepción del habla a viva voz en ambientes silenciosos son ≤ 50%

Categoría 5: Percepción consistente del habla en formato abierto

Se inluyen en esta categoría niños que son capaces de demostrar un


nivel significativo de percepción del habla en tareas de formato
abierto en ambientes silenciosos. En este caso se trata de niños que
logran puntajes de percepción del habla a viva voz o con estímulos
grabados en ambientes silenciosos > 50% y < 75%.

Categoría 6: Percepción avanzada del habla en formato abierto


en ambientes silenciosos

Se ubican en esta categoría niños con capacidad de demostrar un


nivel alto de percepción del habla en tareas de formato abierto en
ambientes silenciosos con puntajes de percepción del habla a viva voz
o con estímulos grabados en ambientes silenciosos ≥ 75%

Categoría 7: Percepción avanzada del habla en formato abierto


en ruido + 20 dB
16

Los niños de esta categoría tienen capacidad para demostrar un nivel


alto de percepción del habla en formato abierto con ruido de fondo y
se incluyen niños con puntajes de oraciones con estímulos grabados
con +20db de ruido ≥ 75%.

Categoría 8: Percepción avanzada del habla en formato abierto


en ruido + 10 dB.

En esta categoría, los niños son cpaces de demostrar un nivel alto de


percepción del habla en formato abierto con ruido de fondo y se
incluyen niños con puntajes de oraciones con estímulos grabados con
+10db de ruido ≥ 75%.
17

Percepción avanzada del habla en formato


8 Puntajes de oraciones con estímulos grabados con +10db de ruido ≥ 75%
abierto en ruido

Percepción avanzada del habla en formato


7 Puntajes de oraciones con estímulos grabados con +20db de ruido ≥ 75%
abierto en ruido

Percepción avanzada del habla en formato Puntajes de percepción del habla a viva voz o con estímulos grabados en
6
abierto en ambientes silenciosos ambientes silenciosos ≥ 75%

Percepción consistente del habla en formato Puntajes de percepción del habla a viva voz o con estímulos grabados en
5
abierto ambientes silenciosos > 50% y < 75%

Percepción limitada del habla en formato


4 Puntajes de percepción del habla a viva voz en ambientes silenciosos ≤ 50%
abierto

Percepción consistente del habla en formato Puntajes de percepción del habla a viva voz o con estímulos grabados en
3
cerrado ambientes silenciosos ≥ 75%

Percepción limitada del habla en formato Puntajes de percepción del habla a viva voz en ambientes silenciosos < 75%.
2
cerrado Utilización de versiones más cortas o simplificadas de las pruebas

Umbrales con ayuda auditiva dentro del espectro del habla. Evidencias de
1 Detección de sonidos
detección en tareas de percepción del habla

0 No detección o detección limitada de sonidos Sin respuesta al habla o a sonidos dentro del espectro del habla
18

Durante muchos años, los niños con hipoacusias severas y profundas


fueron considerados como un grupo homogéneo que no podía hacer
uso de su audición aún siendo equipados con audífonos.

En la actualidad, la sofisticación tecnológica en los audífonos y los


avances en cuanto los procedimientos de selección y adaptación han
hecho posible el aprovechamiento de la audición en la mayoría de los
niños con hipoacusias muy importantes.

La aprobación de los implantes cocleares para su uso en niños, ha


desatado una gran preocupación en los profesionales por el estudio
del desarrollo del comportamiento auditivo y la acústica del habla.

Todos los niños con hipoacusias profundas pueden hoy en día,


desarrollar un rango de habilidades auditivas que les permitirá
mejorar su comprensión del lenguaje hablado y enriquecer su
lenguaje expresivo.

Los nuevos criterios clasificatorios dan cuenta de la necesidad de una


evaluación audiológica que comprenda los aspectos acústicos del
lenguaje aún en niños muy pequeños, con lo cual las pruebas de
percepción del habla deben incluirse inevitablemente en las
evaluaciones iniciales y en el seguimiento de niños con pérdidas
auditivas tanto para determinar el tipo de ayuda auditiva que
necesitan así como también para medir su progreso en el desarrollo de
sus habilidades auditivas.
19

Bibliografía

· Black J. (2012) .Defining and evaluating success in paediatric


cochlear implantation. International Journal of Pediatric
Otorhinolaryngology 76, 1317-1326.

· Boothroyd A. (1984) Auditory Perception of Speech Contrasts by


Subjects with Sensorineural Hearing Loss. Journal of Speech and
Hearing Research, 27, 128-134.

· Boothroyd A. (1986) Issues of Pre and Postimplant Evaluation


Regarding Cochlear Implants in Children. Seminars in Hearing, 7,
4, 349-359.

· Boothroyd A. (1988) Hearing Impairments in Young Children,


Washington D.C: , A.G. B. Association for the Deaf.

· Boothroyd A. (1989) Hearing Aids, Cochlear Implants and


Profoundly Deaf Children. In Owens and Kessler (Eds.) Cochlear
Implants in Young Deaf Children, Boston: College Hill Press.

· Boothroyd A. (1993) Profound Deafness. In Tyler R.(Ed.)


Cochlear Implants: audiological foundations, San Diego,
Singular Publishing Group, Inc.

· Boothroyd A., Geers, A.E., Moog J.S. (1991) Practical


Implications of Cochlear Implants in Children. Ear and Hearing,
12, 4 (Suppl) 81S - 89S.
20

· Davis H., Silverman S.R. (1978) Hearing and Deafness (4th.ed),


New York, N.Y.: Holt, Rinehart and Winston.

· Erber, N.P. (1974) Pure-Tone Thresholds and Word-Recognition


Abilities of Hearing-Impaired Children. Journal of Speech and
Hearing Research, 17, 2, 194-202.

· Erber, N.P. (1974) Visual Perception of Speech by Deaf Children:


Recent Developments and Continuing Needs. Journal of Speech
and Hearing Disorders, 39, 2, 178-185.

· Erber, N.P. (1979) Speech Perception by Profoundly Hearing-


Impaired Children. Journal of Speech and Hearing Disorders, 44,
3, 255-270.

· Erber, N.P., Alencewicz C.M. (1976) Journal of Speech and


Hearing Disorders, 41, 2, 256-267.

· Furmanski H.M. (1993) Modalidades de Recepción de la Lengua


Oral , Publicaciones del G.E.S. Nº 3

 Furmanski, H.M. (1995) Hipoacusias Severas y Profundas en los


Niños: Nuevos criterios para su clasificación. Fonoaudiológica,
Tomo 41, Nº 2, pag.: 5-11.

 Furmanski, H.M. (2003). Implantes cocleares en niños:


(Re)habilitación y Terapia Auditiva Verbal. Nexus Ediciones:
Barcelona.
21

· Geers, A.E. (1994) Techniques for Assessing Auditory Speech


Perception and Lipreading Enhancement in Young Deaf Children.
The Volta Review, Vol 96, Nº 5 (monograph) 85-96.

· Geers, A.E., Moog, J.S. (1987) Predicting Spoken Language


Acquisition of Profoundly Hearing-Impaired Children. Journal of
Speech and Hearing Disorders, 52, 1, 84-94.

· Geers, A.E., Moog, J.S. (1989) Evaluating Speech Perception


Skills: Tools for measuring benefits of cochlear implants, tactile
aids and hearing aids. In Owens and Kessler (Eds.) Cochlear
Implants in Young Deaf Children, Boston: College Hill Press.

· Löwe A.,(1981) Audiometría en el Niño: Implicaciones


pedagógicas, Buenos Aires, Editorial Médica Panamericana

· Moog, J.S, Geers A.E. (1991) Educational Management of


Children with Cochlear Implants. AAD,136, 2, 69-76.

· Osberger M.J., Maso M., Sam L.K. (1993) Speech Intelligibility


of Children with Cochlear Implants, Tactile Aids or Hearing Aids.
Journal of Speech and Hearing Research, 36, 186-203.

· Smith, C.R. (1975) Residual Hearing and Speech Production in


Deaf Children. Journal of Speech and Hearing Research, 18, 795-
811

También podría gustarte