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Fui predestinado para ser parte de la herencia de Cristo y soy salvo por la palabra
de verdad, el evangelio de salvación, gracias al sacrificio de Jesús. También
gracias al Espíritu Santo fui sellado y tengo las arras de la herencia para esperar
con esperanza el regreso de nuestro Señor Jesucristo.
Gracias a Dios también hemos sido librados de nuestros deseos de la carne, de nuestra
naturaleza como hijos de ira, lo grandioso también es saber que la rica misericordia de
Dios y su gran amor cuando estaba muerto en mis pecados nos dio una nueva vida en
Cristo, para estar juntamente con el resucitado y sentado en los lugares celestiales con él,
y mostrar las riquezas de la bondad en Cristo Jesús.
Porque por gracia somos salvos, por fe recibimos ese maravilloso regalo de Dios, que
nadie puede comprar ni puede acceder por sus propias obras, para que nadie se crea
merecedor de ello. Somos una maravillosa creación de Dios, creados en Cristo para
mostrar las buenas obras de Dios que preparo desde el principio de los tiempos para que
las hagamos y mostremos la grandeza de Dios.
Por la grandeza de Dios también hemos dejado de ser incircuncisos por la llamada
circuncisión de la carne, hemos dejado de vivir sin Dios, sin esperanza, ahora gracias a
Cristo Jesús accedemos a la ciudadanía de Israel, accedemos a los pactos de la
promesa, tenemos esperanza, tenemos Dios, el es nuestra paz ahora, en el se hizo de 2
pueblos uno solo, siendo la iglesia ese nuevo pueblo, con su sacrificio derribo la pared
que nos separa de Dios, llevando en su cuerpo los pecados del mundo, para crear a
través de el un nuevo hombre, logrando mediante la cruz la reconciliación entre los
hombre y Dios, y nos dio la responsabilidad de anunciar las buenas nuevas de paz a los
que estábamos lejos y a los que están cerca. Y todas esas buenas nuevas edificadas en
el los fundamentos de los apóstoles y los profetas, pero siendo la piedra central de toda la
predicación Cristo Jesús, la piedra del ángulo, en quien el templo santo del Señor crece y
se edifica, para que todos seamos edificados como la morada de Dios en Espiritu,