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Gracia a Vosotros :: desatando la verdad de Dios, un versículo a la vez

Justicia final: El regreso de Cristo, 1ª Parte


Scripture: Apocalipsis 19:1-10
Code: GAV-81-83

Antes de que de hecho veamos juntos la Palabra de Dios, quiero hablarles de mi lugar a una
congregación de personas conforme pastoreas. Mi preocupación por los asuntos raciales, actuales y
la justicia social y todo lo que se ha desarrollado en esa esfera, de hecho, comenzó dos años atrás.
Fue en el 2018 cuando hice la afirmación de que este asunto en particular, de la justicia social y
acusaciones de racismo, tenían el potencial de hacer más daño al movimiento evangélico que
cualquier otra cosa que he visto en mi vida.

Y eso ha resultado ser verdad. Y en los últimos dos años me he esforzado por dirigirme a esto en
varias maneras en una serie extendida de Ezequiel capítulo 18, una serie de artículos de blog en el
blog de Gracia a Vosotros, en algunos eventos Preguntas y Respuestas, algunos prolongados, uno
está disponible en Gracia a Vosotros, sermones de “La Unidad de la Iglesia”, de Filipenses,
sermones de las protestas, sermones de nuestra responsabilidad y otras cosas. Pedí una lista de
todos los recursos que han sido dirigidos a este asunto y las personas de Gracia a Vosotros me
mandaron una lista muy larga de artículos, blogs, videos cortos, sermones.

Finalmente hemos llegado al punto en el que es momento para que nosotros avancemos. Pero hay
algo muy importante que debe ser dicho, si yo fuera un profeta – y no lo soy – pero si yo fuera un
profeta en Israel, y la iglesia evangélica fuera Israel, yo declararía que la iglesia se ha ido tras Baal.
Yo declararía lo que los profetas del Antiguo Testamento declararon acerca de Israel, que habían
sido seducidos por dioses falsos, porque eso es exactamente lo que le ha pasado a la iglesia
evangélica. Ha sido seducida por un dios falso y una religión falsa. La evidencia de eso es que se
ha despedazado de manera total la unidad de la iglesia.

La iglesia se ha ido tras Baal, se ha ido tras la religión terrenal, temporal, sociológica, y solo se
preocupa por asuntos sociales. La iglesia ha sido tan seducida por esto que se ha vuelto presa al
punto en el que se ve exactamente como una organización política y social, en lugar del reino de
Dios confrontando al mundo. El Nuevo Testamento va a decir esto: “Os ruego, por tanto, hermanos,
por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo y agradable
a Dios que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de
la renovación de nuestro entendimiento para que comprobéis cual es la buena voluntad de Dios,
agradable y perfecta.”

La iglesia evangélica ha sido seducida por el mundo, ha creído esa seducción. En una traducción
dice usted: “El mundo ha empujado a la iglesia a su propio molde.” Colosenses 3, Pablo dice: “No
amen al mundo porque han trascendido más allá de eso. Poned la mira en las cosas de arriba y no
sobre la tierra.” Pertenecen a un reino celestial. Juan dice esencialmente lo mismo, “No améis al
mundo, y todo lo que está en el mundo está pasando.” La iglesia ha sido seducida, se ha ido tras un
dios falso, un Baal, una religión falsa construida por personas impías, sin Cristo. Y la plática es
siempre acerca de justicia. Bueno, quiero hablar de eso.
La justicia para todo, ciertamente es un ideal magnifico y noble, quizás, la justicia es el mérito más
noble humano que puede alcanzar el ser humano si puede ser alcanzado. Por noble que sea la
justicia, no obstante, en este mundo caído es extremadamente difícil verla. Incluso es difícil definirla,
y más difícil implementarla. Incluso es confuso ver a la gente demandando justicia al violar las leyes.
La justicia perfecta reside con Dios únicamente. Y la humanidad lucha por entender ese tipo de
justicia, por respetarla, por honrarla, y para ejecutarla. Y en el mundo en dónde la luz es oscuridad,
y la oscuridad es luz; y lo malo es bueno, y lo bueno es malo; y lo amargo es dulce y lo dulce es
amargo, la justicia encuentra dificultad al emerger.

Hay muchos intentos por definir la justicia, y solo llevan a la injusticia porque reflejan la perversión
del corazón humano. Podemos tener Departamentos de Justicia al infinito, y realmente nunca
alcanzar la verdadera justicia que abarca todo. Ha habido una medida de justicia en nuestra nación
en base a moralidad bíblica que nos estabilizó por doscientos años. Eso se acabó, ahora, para tratar
de definir la justicia sin una revelación trascendente, hacer eso es virtualmente imposible, la Biblia
se adelanta a esto.

Fue hace dos semanas atrás que vimos el libro de Eclesiastés y yo simplemente le recuerdo un par
de versículos ahí. Capítulo 4, versículo 1: “Y después vi de nuevo todos los actos de opresión que
estaban siendo cometidos debajo del cielo – esto es en la tierra – y he aquí vi las lágrimas de los
oprimidos y que no tenían a nadie que los consolara, y la fuerza estaba en las manos de sus
opresores, y para ellos no había consolador. Y alabé yo a los finados.” Estaban los oprimidos y los
opresores y no parecía de haber alguna manera de enfrentar eso de manera justa.

Capítulo 5 de Eclesiastés, versículo 8: “Si opresión de pobres y perversión de derecho y de justicia


vieres en la provincia, o en la región, no te maravilles de ello.” ¿Por qué? Porque es un mundo
caído. “Porque sobre el alto vigila otro más alto, y uno más alto está sobre ellos. En otras palabras,
admitimos que hay injusticia en el mundo, no nos sorprende esto. Esta es la razón por la que
tenemos que apilar a oficial por encima de oficial, por encima de oficial, para tratar de hacer lo mejor
que podemos y tener cortes de apelaciones que van más y más y más alto hasta llegar a tribunales.

Y después hay un comentario ahí en final del versículo 8, “Además el provecho de la tierra es para
todos, el rey mismo está sujeto a los campos.” Lo mejor que puedes tener para crear justicia es
tener a un líder que crea trabajos para que tengas algo debajo del sol. Un líder que no se entregue a
la guerra, sino que se entrega al trabajo. En Habacuc, el profeta comienza en el capítulo 1, el
oráculo que vino a él de Jehová: “¿Hasta cuándo Jehová clamaré y no oirás y daré voces a ti a
causa de la violencia y no salvarás? ¿Por qué me haces ver iniquidad y haces que vea molestia?
Destrucción y violencia están delante de mí, pleito y contienda se levantan. Por lo cual la ley es
debilitada y el juicio no sale según la verdad; por cuanto el impío asedia al justo, por eso sale torcida
la justicia.”

Hay demasiados impíos que están rodeando los justos, ¿cómo llegas a asumir que todo mundo va a
ser juzgado? Y Dios ha ordenado, como vemos visto algunos refrenos contra esto en la conciencia
humana, en la familia, el gobierno, y la policía. Con todo esto, este enfoque a la justicia y la equidad
es muy difícil. Hice una pequeña investigación en una fuente de una página del gobierno. Hice la
pregunta: ¿Cuantas leyes hay en este país? Y la respuesta fue: Nadie sabe. Pero sabemos que, si
alguien pasara su vida entera contándolas, no podría contarlas. Y procedió a decir que hay veinte
mil leyes con respecto a propiedad y uso de un arma. Hay cincuenta y cuatro categorías de leyes,
nadie ni siquiera sabe cuántas leyes hay; para implementar la ley hay un millón de policías.
Hay todo tipo de amenazas en todos lados desde multas a ejecución, y diferentes puntos en medio
de estos extremos. Hay cortes, las cortes en nuestro país enfrentan cien mil millones de casos al
año. Tratar de litigar con la ley, cuatrocientas mil cortes federales se reúnen al año con casos. Hay
más de treinta mil jueces. Hay dos y medio millones de personas que están en la cárcel. Millones de
personales, trillones de dólares para tratar de refrenar a los hombres. Y todos los que están tratando
de refrenar tienen corrupción en su propio corazón, porque “no hay justo ni aun uno.” El que es
impío va a ser lo que quiera hacer si se lo deja sin refreno. Y para tratar de refrenarlo tenemos
innumerables leyes, millones de casos en los que se litiga, un millón de policías pasando trillones de
dólares y encima de esto está el Departamento de Justicia en el que no confiamos, porque está
lleno del mismo tipo de mentalidad como los criminales del otro lado del sistema.

Entonces, simplemente una pequeña pista, si usted está tratando de conseguir justicia en el mundo,
esa es la búsqueda de un necio. Hacemos lo mejor que podemos. Muy por encima de esto está
Dios, quien es justicia perfecta y rectitud perfecta, Deuteronomio 32:4 dice: “Porque yo proclamé el
nombre de Jehová, dad grandeza a nuestro Dios, la roca. Su obra es perfecta porque todos sus
caminos son justos, Dios de verdad y sin mentira. Justo y verdadero es él.” ¿Quiere usted justicia?
Solo hay una manera de encontrarla y eso es directamente acudiendo a un Dios justo y recto.

Romanos 9:14 dice: “No hay injusticia en Dios. No. Jamás.” Jamás. Escuche el Salmo 111, “Alabad
a Jehová, dadle gracias a Jehová con todo mi corazón, en compañía de los rectos, en la asamblea
grande son las obras de Jehová. Son estudiadas por todos los que se deleitan en él. Espléndida y
maravillosa es su obra, y su justicia permanece para siempre. Él ha hecho sus maravillas que sean
recordadas. Jehová es lleno de gracia y compasivo. Él ha dado alimento a aquellos que le teman. Él
va a recordar su pacto para siempre. Él ha dado a conocer a su pueblo el poder de sus obras al
darles la heredad de las naciones. La obra de sus manos son verdad y justicia, todos sus preceptos
son seguros, son mantenidos en alto para siempre. Son cumplidos en verdad y rectitud. Él ha
enviado redención a su pueblo, Él ha ordenado su pacto para siempre. Santo y asombroso es su
nombre. El temor de Jehová es el principio de la sabiduría. Buen entendimiento, tienen todos
aquellos que hacen sus mandamientos; su alabanza permanece para siempre.”

La única esperanza que usted jamás tendrá para justicia es conocer a Dios. Él es la corte final y el
Dios justo y recto. El profeta Sofonías dijo: “Jehová es justo, él no hará injusticia.” De regreso a
Levítico, y esto es a manera de recordatorio, de regreso en Levítico, tenemos la afirmación conocida
de que debemos amar, en el capítulo 19, eso aparece en el Nuevo Testamento de amar a tu prójimo
como a ti mismo. Pero esa es una porción tan maravillosa de la Escritura, quiero recordársela.
Levítico 19, comenzaremos en el versículo 15: “No harás injusticia en el juicio, no serás parcial hacia
los pobres, ni complaciendo al grande. Con justicia juzgarás a tu prójimo. No andarás chismeando
entre tu pueblo. No atentarás contra la vida de tu prójimo. Yo Jehová. No aborrecerás a tu hermano
en tu corazón. Razonarás con tu prójimo para que no participes de su pecado. No te vengarás, ni
guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jehová.”

El profeta Miqueas dijo: ¿Qué demanda Jehová de ti, sino hacer justicia, amar, bondad, y andar
humildemente ante tu Dios? ¿Qué demanda Jehová de ti? Hacer justicia, amar, misericordia y andar
humilde delante de tu Dios. Sé que estoy leyendo mucho de la Palabra, pero no tengo manera de
mejorar esto. Oiga la Palabra del Señor, una vez más del Salmo 82. “Dios está en la reunión de los
dioses; en medio de los dioses juzga. ¿Hasta cuándo juzgareis injustamente, y aceptaréis las
personas de los impíos?
Defended al débil y al huérfano; haced justicia al afligido y el menesteroso. Librad al afligido y al
necesitado; libradlo de manos de los impíos. No saben, no entienden, andan en tinieblas; tiemblan
todos los cimientos de la tierra. Yo dije: vosotros sois dioses, y todos vosotros hijos del Altísimo;
pero como hombres moriréis, y como cualquiera de los príncipes caeréis. Levántate, oh Dios, juzga
la tierra; porque tú heredarás todas las naciones.” Todos jueces humanos son ineptos. Todos van a
morir, solo Dios puede juzgar de manera justa.

Entonces, la pregunta es: ¿acaso la justicia llegará en algún momento, llegará algún día? Bueno, el
Antiguo Testamento promete que sí, y quiero mostrarle algunas de esas promesas. El profeta
Jeremías es un buen lugar en dónde comenzar. Jeremías capítulo 23, y vamos a comenzar al
principio de ese capítulo, unos cuantos versículos, Jeremías 23. Esta es una condenación de líderes
injustos, no rectos. “!!Ay de los pastores que destruyen y dispersan las ovejas de mi rebaño! Dice
Jehová. Por tanto, así ha dicho Jehová Dios de Israel a los pastores que apacientan mi pueblo:”
estos eran reyes y sacerdotes, “vosotros dispersasteis mis ovejas y las espantasteis y no las habéis
cuidado, he aquí que yo castigo la maldad de vuestras obras, dice Jehová. Y yo mismo recogeré el
remanente de mis ovejas de todas las tierras de dónde las eché, y las haré volver a sus moradas; y
crecerán y se multiplicarán.”

Esa es una promesa de Dios de restauración futura de la nación de Israel que han sido maltratadas
a lo largo de la historia. “Y pondré sobre ellos pastores que las apacienten; y no temerán más, ni se
amedrentarán, ni serán menoscabadas, dice Jehová.” Y esto incluso, ve a la restauración de Israel
de la cautividad babilónica, regresarían a su tierra; eso fue un cumplimiento histórico y tendrían
jueces sobre ellos, que serían fieles. Esos jueces, ellos los conocían, esos jueces estuvieron ahí
cuando regresaron de la cautividad, pero ve más allá de eso a la restauración, versículo 5, “He aquí
que vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David, renuevo justo,” el renuevo justo es el
Mesías, “y reinará como rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra. En sus días
será salvo Judá, e Israel habitará confiado, y este será su nombre con el cual le llamarán: Jehová,
justicia nuestra.”

Aquí está la promesa del profeta Jeremías, no solo de una restauración temporal, histórica, de Israel
de la cautividad, conforme algunos pastores fieles los iban a pastorear en ese entonces, sino que
los días están por venir cuando el Mesías vendrá, y va a reinar como rey y va a hacer justicia y
rectitud en la tierra y en ese sentido, en la tierra completa.

En el capítulo 33 de Jeremías, también, hace esta promesa. Jeremías 33, podemos ver el versículo
14: “Y aquí vienen días, dice Jehová, en que yo confirmaré la buena palabra que he hablado a la
casa de Israel y a la casa de Judá. En aquellos días, y en aquel tiempo, haré brotar a David un
renuevo de justicia y hará juicio y justicia en la tierra. En aquellos días Judá será salvo, y Jerusalén
habitará segura, y se le llamará Jehová justicia nuestra.” Hijo de David, Mesías, vendrá y Él va a
reinar con justicia y rectitud.

Antes leí el Salmo 96, versículo 13 dice esto: “Jehová viene para juzgar a la tierra. Él juzgará al
mundo en justicia y a las naciones en su fidelidad.” Salmo 97 dice: “Jehová reina. En justicia y
rectitud. Justicia y juicio son el cimiento de su trono.” Cómo leí del Salmo 98, versículo 9, “El viene a
juzgar la tierra, juzgará al mundo con justicia y a los pueblos con rectitud.” Esa promesa no está
reservada únicamente para el Antiguo Testamento. Vaya al libro de los Hechos por un momento, y
en el capítulo 10 de Hechos, el Mesías vino, pero vino la primera vez no a juzgar, sino a ser juzgado
por Dios en nuestro lugar.

Él vino a morir bajo la sentencia que nos pertenecía, pero ahora, Pedro está predicando que Él va a
regresar, en el décimo capítulo de Hechos puede comenzar en el versículo 38: “Cómo Dios ungió
con el Espíritu Santo a Jesús Nazareno, y con poder, y cómo éste anduvo haciendo bienes y
sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él. Y nosotros somos testigos
de todas las cosas que Jesús hizo en la tierra de Judea, y en Jerusalén, a quien mataron colgándole
en un madero, a este levantó Dios al tercer e hizo que se manifestase, no ha todo el pueblo sino a
los testigos que Dios había ordenado de antemano, a nosotros que comimos y bebimos con él,
después que resucitó de los muertos, y nos mandó que predicásemos al pueblo, y testificásemos
que él es el que Dios ha puesto por juez de vivos y muertos. De este dan testimonio todos los
profetas.”

¿De quién estaba hablando Jeremías? ¿Quién es este renuevo de David? No es ningún otro que
Jesucristo quien vino y murió y resucitó, y nuestra responsabilidad es predicarle al pueblo que este
va a regresar como el Juez de vivos y muertos.

El capítulo 17 del libro de los Hechos, en el versículo 30: “Pero Dios habiendo pasado por alto los
tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar que se arrepientan,”
este es el gran sermón de Pablo en Atenas, “que todos los hombres en todo lugar se arrepientan,”
¿por qué? “por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel
varón al que designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos.” Más vale que se
arrepientan porque el Juez está por venir. He oído suficiente de tratar de arreglar este mundo,
¿usted no? Suficiente con la insensatez, suficiente con la adoración evangélica del dios falso, de
Baal, de nuestra época. Es momento de concentrarnos en el Rey de justicia.

Y con eso en mente, quiero que vaya a Apocalipsis capítulo 19. Y ahora puede empezar a contar el
tiempo porque este es el sermón oficial. Apocalipsis 19, versículo 1: “Después de esto oí una gran
voz, de gran multitud en el cielo, que decía: Aleluya, salvación y honra, y gloria y poder son del
Señor Dios nuestro, porque sus juicios son verdaderos y justos. Pues ha juzgado a la gran ramera
que ha corrompido a la tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre de sus siervos de la mano
de ella. Otra vez dijeron aleluya y el humo de ella sube por los siglos de los siglos. Y los veinticuatro
ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron en tierra y adoraron a Dios que estaba sentado en
el trono, y decían: Amén, Aleluya. Y salió del trono una voz que decía: Alabad a nuestro Dios todos
sus siervos, y los que les teméis, así pequeños como grandes, y oí como la voz de una gran
multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decían:
Aleluya, porque el Señor nuestro Dios todopoderoso reina.”

Al llegar al capítulo 19 de Apocalipsis es momento de alabanza. Es momento para que el coro


definitivo aleluya, cante. Jesucristo está a punto de regresar, el regreso en sí comienza a ser
descrito en el versículo 11. Vamos a llegar ahí la próxima vez, pero cuando llegamos al capítulo 19,
hemos pasado por algo increíble de la historia futura, algo que nunca haremos históricamente
porque seremos sacados antes de los acontecimientos de la tribulación, pero que no estaremos ahí
históricamente, podemos ver ese período proféticamente.

Podemos al leer el libro de Apocalipsis, pasar por las furias fascinantes del tiempo venidero de la
tribulación. Hemos visto a Jesucristo, el Cordero digno, tomar el rollo, el título de propiedad del
universo de la mano del Padre, en el cielo y ha comenzado a desenrollar el rollo para retomar el
universo que el usurpador Satanás ha gobernado. Y conforme el desenrolla el rollo, Él desata juicios
intensos, sello por sello. El rollo ha sido desenrollado, siete juicios diferentes son desempacados.
Del séptimo juicio vienen siete juicios más descritos como juicios de trompetas rápidamente, y de la
séptima trompeta vienen siete juicios más llamados los juicios de las copas que vienen rápidamente.

Y entonces, siete sellos y siete trompetas y siete copas secuencialmente incrementan y aumentan la
furia de Dios conforme sus juicios son desatados sobre el mundo. Y durante esa época, como La
Tribulación, así se llama, y durante ese tiempo el evangelio de gracia será predicado, la iglesia
habrá sido arrebatada, pero será predicado el evangelio por ciento cuarenta y cuatro mil, doce mil
de cada tribu de Israel serán convertidos, va a ser predicado por dos testigos vivos, va a ser
predicado por seres angelicales desde el cielo, y todo eso es presentado en los capítulos anteriores
a este. A lo largo de todo el tiempo del juicio de Dios, Dios está también salvando a aquellos que
vienen a Él. Después de la última copa, la cual es la última fase de la séptima trompeta, la cual es la
última etapa del último sello, del séptimo sello, todo el juicio se ha acabado, y es momento para que
Cristo regrese y juzgue y establezca Su reino.

Su venida es descrita en el capítulo 19, versículos 11 en adelante y Su reino es descrito, el reino


milenial, en el capítulo 20, y vamos a ver todo eso en los días venideros. Creo que todos hemos
oído ya suficiente de lo que está pasando en la tierra, queremos ver lo que el Señor ha planeado
desde el cielo. ¿Por qué hay tanto regocijo en el capítulo 19? ¿Por qué se están regocijando? La
destrucción del sistema malo del mundo, el juicio de los pecadores incrédulos, y el establecimiento
del reino victorioso y gloria de Jesucristo. Este es el momento que ha estado esperando toda la
historia humana, este es el momento que todo el cielo ha estado esperando.

De hecho, hay un tema recurrente en el libro de Apocalipsis. Si usted regresa al capítulo 4, en


Apocalipsis, usted ve el versículo 8. Esta es una perspectiva del cielo: “Y, los cuatro seres vivientes
tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos, y no cesaban día y noche
de decir: Santo, Santo, Santo es el Señor Dios todopoderoso, el que era, el que es y el que ha de
venir. Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está
sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro ancianos que
representan a la iglesia se postran delante del que está sentado en el trono y adoran al que vive por
los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono diciendo: Señor, digno eres de recibir
la gloria y la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas y por tu voluntad existen y fueron
creadas.”

Capítulo 5, más alabanza celestial. “Y miré, versículo 6, y vi en medio del trono y de los cuatro seres
vivientes y en medio de los ancianos estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete
cuernos y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra. Y vino y
tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono. Y cuando hubo tomado el libro,
los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero, todos tenían
arpas y copas de oro llenas de incienso que son las oraciones de los santos.

Y cantaron un nuevo cántico diciendo: “Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque tú
fuiste inmolado y tu sangre nos ha redimido para Dios de todo linaje y lengua, pueblo y nación. Y
nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes y reinaremos sobre la tierra.” Y después todos
estos seres están diciendo en el versículo 12: “El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el
poder, la riqueza, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. Y a todo lo creado que
está en el cielo, y sobre la tierra y debajo de la tierra y en el mar y a todas las cosas que en ellos
hay. Y oí decir al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea alabanza, la honra, la gloria y el
poder por los siglos de los siglos, los cuatro seres vivientes decían. Amén. Y los veinticuatro
ancianos se postraron sobre sus rostros, y adoraron.”

Esta es toda la alabanza del cielo, incrementándose conforme se acerca al regreso de Cristo.

Ángeles santos, santos triunfales, congregados en el cielo, esperando esta culminación increíble del
regreso de Jesucristo. Capítulo 18, termina con la destrucción del sistema del mundo entero. El
capítulo 17 de Apocalipsis es la destrucción de la religión falsa del mundo. El capítulo 18 es la
destrucción del sistema económico final del mundo. Entonces, tiene la destrucción del sistema
religioso, una religión en el mundo, capítulo 17, y la destrucción del sistema global económico en el
capítulo 18. Capítulo 18, versículo 9: “Cuando esto venga los reyes de la tierra que han fornicado
con ella y con ella han vivido en deleites,” esto es con el sistema de ramera, el sistema es visto
como una ramera, porque lo adoraron en lugar de adorar a Dios.

“Los reyes de la tierra que han fornicado con ella y con ella han vivido en deleites, llorarán y harán
lamentación sobre ella cuando vean el humo de su incendio, parándose lejos por el temor de su
tormento diciendo: Ay, ay de la gran ciudad de Babilonia, la ciudad fuerte; porque en una hora vino
tu juicio. Y los mercaderes de la tierra lloran, y hacen lamentación sobre ella.” Y sigue a hablar de
los productos, este mercado global que va a ser destruido, versículo 16: “Ay, ay de la gran ciudad.”
Babilonia habla del sistema global económicamente. “Estaba vestida de lino fino, de púrpura y de
escarlata y estaba adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas, porque en una hora han sido
consumidas tantas riquezas.” Incluso la transportación es afectada.

Y mientras que hay un “Ay, ay” otra vez en el versículo 19, “de la gran ciudad en la cual todos los
que tenían naves en el mar se habían enriquecido, de sus riquezas, pues en una hora ha sido
desolada. La destrucción del sistema del mundo entero, religiosa y económicamente. Una actitud
diferente viene del cielo, versículo 20: “Alégrate sobre ello, cielo, y vosotros santos apóstoles y
profetas, porque Dios os ha hecho justicia en ella.” Hombre, Dios ha pronunciado juicio sobre el
mundo pecaminoso, su religión y su economía. ¿Por qué? Por causa de nosotros. Versículo 24,
“Porque en ella se halló la sangre de los profetas y de los santos, y de todos los que han sido
muertos en la tierra.” Han estado matando a los santos, este es el fin de eso. Este es el fin de eso.
Por cierto, más cristianos están siendo perseguidos y matados en la actualidad que en cualquier
otro momento en la historia.

Entonces, hemos cubierto el libro de Apocalipsis, como el cielo se comienza a regocijar, conforme el
Señor comienza a retomar el universo, y el desarrollo de esos juicios va del capítulo 6 al hasta el
capítulo 18, una serie de sellos y trompetas y copas en juicio. Y después colectivamente vemos a la
religión falsa, es destruida completamente y la economía del mundo es destruida completamente. Lo
único que pueden decir los líderes del mundo es: “Ay, ay, ay, Babilonia.” Llenos de lágrimas y temor
por el colapso de todo aquello sobre lo que han colocado sus manos. Babilonia, esa gran ciudad,
hablando de la economía del mundo. De todo trono en la tierra, de todo poder debajo de ese trono,
de todo líder, todo gobernante, de todo lugar de comercio, de todo negocio, todo lugar dónde la
gente está empleada para producir, distribuir y vender, todo continente, toda isla, toda ciudad, todo
mar, todo barco, viene la voz de lloro, conforme el sistema entero cae bajo el juicio de Dios.

Pero mientras que la tierra está exhalando en su último aliento, el cielo está regocijándose.
Versículo 20: “Alégrate sobre ella, cielo.” Y después irrumpe en aleluyas, conforme comenzamos el
capítulo 19. Y no es lo mismo, como el versículo 20 del capítulo 18, eso fue por la destrucción de
aquellos que persiguieron a los santos. El capítulo 19, el gozo viene debido a que el Rey viene.
¿Acaso esto se oye extraño para usted que va a haber gozo por esto, que va a haber gozo por el
juicio? ¿Acaso esto no es falta de amor? ¿Acaso esto no es desconsiderado? ¿Acaso esto no es
insensible? No. La gente ha tenido oportunidad de arrepentirse una y otra, y otra vez. En particular a
lo largo de todos los juicios de la época de la tribulación.

Si usted regresa al capítulo16, y regresa al juicio, a la copa final, versículo 17 del capítulo 16: “El
séptimo ángel derramó su copa,” versículo 17 del capítulo 16, “por el aire. Y salió una gran voz del
templo del cielo, del trono, diciendo: Hecho está. Entonces, hubo relámpagos y voces y truenos y un
gran temblor de tierra, un terremoto tan grande cual no lo hubo jamás desde que los hombres han
estado sobre la tierra.” Recuerde, el evangelio ha sido predicado de maneras sobrenaturales a lo
largo de este tiempo, y ahora usted tiene un terremoto cual no lo hubo jamás en la historia de la
tierra.

“Y la gran ciudad fue dividida en tres partes, y las ciudades de las naciones cayeron, y la gran
Babilonia,” de nuevo el término unificado para el sistema global, “vino en memoria delante de Dios
para darle el cáliz del vino del ardor de su ira. Y toda isla oyó, y los montes no fueron hallados, y
cayó del cielo sobre los hombres un enorme granizo como del peso de un talento.” Y observe esto:
“Y los hombres blasfemaron contra Dios por la plaga del granizo, porque su plaga fue sobremanera
grande.” Durante siete años han estado oyendo el evangelio, durante siete años ha habido una
proclamación de ese evangelio que ha cubierto el globo, incluso cuando los juicios que están
atravesando son tan severos que la tierra entera y los cuerpos celestes están colapsándose,
blasfeman a Dios.

El mundo siempre va a honrar a un falso profeta, pero a los Elías, y a los Eliseos, y a los Jeremías, y
a los Danieles, y a los Estaban, y a los Pablos y los otros predicadores fieles que predican el
evangelio y predican el reino, siempre han sido los parias. Jesús mismo contó la historia de cómo
los profetas eran matados. Incluso matarían al Hijo cuando el Padre lo envió. Y eso es lo que
hicieron. El libro de Hebreos dice que aquellos que eran de Dios fueron objeto de burla y
apedreados y aserrados, y matados por la espada, y clavados a una cruz y arrojados a animales
salvajes, y fueron muertos a filo de espada. Pobres, angustiados, maltratados, pero al fin viene su
vindicación. Al fin viene justicia para ellos.

En el capítulo 10 de Mateo, el Señor hizo una promesa, versículo 16. “He aquí yo os envío como
ovejas en medio de lobos, se pues prudentes como serpientes y sencillos como palomas. Y
guardaos de los hombres porque os entregarán a los concilios, y en sus sinagogas os azotarán. Y
aun ante gobernadores y reyes seréis llevados por causa de mí, para testimonio a ellos y a los
gentiles. Más cuando os entreguen no os preocupéis por cómo o que hablaréis, porque en aquella
hora os será dado lo que habéis de hablar, porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu
de vuestro Padre que habla en vosotros. El hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al
hijo, y los hijos se levantarán contra los padres, y los harán morir. Y seréis aborrecidos de todos por
causa de mi nombre, más el que persevere hasta el fin este será salvo. Cuando os persigan en esta
ciudad huid a la otra, porque de cierto os digo que no acabareis de recorrer todas las ciudades de
Israel antes que venga el Hijo del Hombre.”

Simplemente antes de eso, Jesús dice, antes de que venga a establecer Su reino, la persecución va
a incrementarse a un nivel muy alto. Los gritos de gozo, entonces, deben esperarse, ¿no es cierto?
Se esperan a lo largo del libro de Apocalipsis, capítulo 4, capítulo 5, capítulo 7, capítulo 15, capítulo
16, usted tiene los gritos de los santos, regocijándose por la venida de Cristo. ¿Necesito ser obvio y
decir que aquí es en dónde nuestras mentes deben estar, aquí es dónde nuestros pensamientos
deben estar? Aquellos que han prostituido la función de la iglesia en el mundo, predican el evangelio
para tratar de arreglar al mundo, y como dije antes siguen la religión falsa.

Conforme llegamos al capítulo 19, por séptima vez tenemos una visión del cielo en Apocalipsis. Y lo
que oímos es lo que siempre oímos: “Aleluya.” Versículo 1: “Aleluya”; versículo 3: “Aleluya”;
versículo 4: “Aleluya”; versículo 6: “Aleluya”. ¿Por qué todos los aleluyas? Hay varias razones. Una
razón para comenzar, es porque ha venido la salvación, la salvación ha venido. En segundo lugar,
la justicia ha venido. En tercer lugar, la rebelión se ha acabado. En cuarto lugar, Dios reina. Y, en
quinto lugar, la iglesia, la novia, se ha unido al Novio, Cristo.

Antes de que veamos esas razones para gozarse, vea el versículo 1: “Después de esto.” Eso cubre
mucho, ¿no es cierto? Después de esto, hace un puente entre la tribulación y el reino milenial.
Después de la destrucción del sistema falso religioso, que se describe en el capítulo 17, después de
la destrucción de la economía global, capítulo 18, después de que los demonios han guiado a los
ejércitos del infierno a la planicie de Armagedón, después de todo eso el Señor regresa.
Simplemente para recordarle que el capítulo 16, versículo 13: “Y vi salir de la boca del dragón y de
la boca de la bestia, Satanás y sus agentes, y de la boca del falso profeta, tres espíritus inmundos a
manera de ranas, pues son espíritus de demonios que hacen señales y van a los reyes de la tierra
en todo el mundo para reunirlos a la batalla de aquel gran día de Dios todopoderoso. He aquí yo
vengo como ladrón, bienaventurado el que vela y guarda sus ropas para que no ande desnudo y
vean su vergüenza. Y los reunió en el lugar que en el hebreo se llama Armagedón.”

Los demonios congregaron a las fuerzas a la planicie de Armagedón, que está en la parte norte de
Israel, para pelear contra el Cristo que regresa. Esa batalla está a punto de comenzar. Esa batalla
va a terminar con el tiempo de la tribulación, estamos en el preludio a eso, y todo el cielo está
regocijándose.

Ahora, veamos las razones especificas del porqué. Y no vamos a poder prestarle mucha atención,
puede hacerlo por usted mismo. La primera razón es porque ha venido plena salvación. “Después
de esto oí una gran voz, de gran multitud en el cielo, que decía: “Aleluya. Salvación, y honra y gloria
y poder son del Señor Dios nuestro.”” Aquí está el himno de liberación plena del pecado. “Oí una
gran voz de gran multitud en el cielo.” Las grandes huestes espirituales junto con los santos
uniéndose es una gran voz, es una gran multitud, santos y ángeles. Por cierto, hay millones y
millones de ángeles santos. Hay doscientos millones de demonios mencionados en el capítulo 9,
doscientos millones de demonios y solo la tercera parte de ángeles caídos.

Entonces, usted duplica eso y usted tiene a cientos de millones de ángeles santos cantando,
gritando, y añádale a eso a los santos. ¿Y que están diciendo? “Aleluya.” Esa palabra no aparece en
el Nuevo Testamento en ningún otro lugar más que en este capítulo. Aparece unas veinte y tantas
veces, veinticuatro, veinticinco veces en el Antiguo Testamento, nunca aparece en el Nuevo
Testamento. Está reservada para este capítulo. “¡Aleluya!, ¡Aleluya!” Pero incluso en el Antiguo
Testamento estaba conectada a la liberación del pueblo de Dios de la impiedad. Salmo 104:35,
“Sean consumidos de la tierra los pecadores, y los impíos dejen de ser. Bendice alma mía a Jehová.
¡Aleluya!”
Aleluya incluso cuando los impíos son destruidos. La palabra esencialmente significa: “Alaben al
Señor.” Es una transliteración, “Alaben al Señor”. Y de esas veinticuatro, veinticinco veces están en
el Antiguo Testamento. Y de esas veinticuatro, veinticinco veces en el Antiguo Testamento todos
están en los Salmos, comienza y termina quince salmos. Particularmente aquellos que están en el
Gran Hallel; Salmos 104 al 109; y el Hallel de Egipto, 113 al 118.

Y todos celebran la liberación de los impíos. Está asociado con el juicio de Dios sobre los opresores
impíos sobre Su pueblo, y su rescate glorioso para Su pueblo. Aleluya está reservado para el gozo
de la liberación de los impíos. Alaben al Señor, la salvación y gloria y poder son del Señor. El mundo
nunca va a estar bien hasta que esté bajo el control de Dios. Ese será el día de Su gloria, ese será
el día de Su poder, ese será el día de Su gobierno soberano. Su gloria, Su poder y todo le
pertenecerá a Él. La primera causa de alabanza gozosa es porque el Señor va a traer salvación
final, plena, de toda la impiedad.

En segundo lugar, la justicia será impuesta. Versículo 2, “Porque sus juicios son verdaderos y
justos.” Por primera vez en la historia humana desde la caída, sus juicios son verdaderos y justos.
Aquí está el gozo del juicio cumplido. ¿Sabe lo que tenemos que estarle diciendo a este mundo?
Tenemos que estarle diciendo a este mundo: “Olvídense de los asuntos de la justicia, y dense
cuenta de que ustedes van a enfrentar la justicia de Dios.”

Ese es el mensaje, y ésta será una justicia que no vas a querer si has rechazado a Su Hijo. Todos
ustedes que están trabajando por la justicia a nivel humano, necesitan estar mucho más
preocupados por la justicia verdadera cuando sea impuesta por Dios. Sus juicios serán verdaderos,
Sus juicios serán justos. Los santos anhelan esto porque no tenemos nada que temer. Si usted no
está en Cristo, usted podría pensar que usted quiere justiciad, pero usted no va a querer la justicia
que usted recibirá por rechazar al Hijo de Dios. Claro que queremos un mundo de justicia, eso es lo
que los creyentes desean. Buenas noticias: está por venir, está por venir. Cuando el Señor
establezca Su reino, va a ser un reino de justicia perfecta, pronta y perfecta será esa justicia.

Versículo 15 de este capítulo 19, un pequeño adelanto de lo que está por venir, “Va a reinar con
vara de hierro. Juicio inmediato, doloroso, si es necesario, imparable, una justicia imparable,
inmediata y pronta. Sus juicios son verdaderos y justos, sabemos eso porque Él ha juzgado a la
gran ramera que ha corrompido a la tierra con su fornicación; y Él ha vengado la sangre de sus
siervos de la mano de ella. Para cuando llegamos a estos aleluyas, Dios ya ha juzgado a la gran
ramera, ese es el sistema religioso falso en el capítulo 17, y también ha juzgado al sistema
babilonia, que es otra parte de esa Babilonia que ha corrompido a la tierra con su maldad. La
ramera tuvo su día, no hubo juicio, pero el juicio vendrá. El anticristo satánico, anti-Dios, el sistema
anti-Dios, se está permitiendo que siga en la actualidad bajo el control de Satanás para seducir,
engañar y corromper al mundo, y abominaciones que únicamente se van a incrementar y van a
empeorar y empeorar más, y el juicio va a venir.

Aquellos que están clamando por justicia hoy día, no van a querer la justicia que merecen. Los
caminos de Dios son absolutamente justos. Este lenguaje es tomado de Deuteronomio 32, “Sus
juicios son verdaderos y justos.” Aquellos que en este mundo han causado la ruina moral de tantos,
ellos mismos van a ser destruidos. Y los que mataron a los santos, ellos mismos serán matados. La
salvación plena para los redimidos y justicia para los que rechazan a Cristo. Y los aleluyas
celestiales son desatados porque es momento para la verdad y la justicia y el juicio.
Hay un tercer componente en esta alabanza, versículo 3: “Porque ha finalizado la rebelión.” Otra vez
dijeron: “Aleluya.” Y el humo de ella sube por los siglos de los siglos. El sistema entero del mundo
está produciendo humo. Oí a alguien en las noticias hoy diciendo que si no obtenemos lo que
queremos vamos a quemar al sistema. Eso es exactamente lo que el Señor va a hacer. Él va a
quemarlo. Y el humo, nunca será olvidado. Este es el final de toda la rebelión. Esa es la razón por la
que todos los ayes, en el capítulo 18, son pronunciados conforme el sistema cae bajo el juicio
divino. El humo es debido al fuego, el fuego es el fuego de juicio.

Ahí atrás en el versículo 18: “Vieron el humo porque estaba siendo quemada” conforme el Señor
quema al sistema del mundo. La destrucción es muy parecida a la destrucción de Sodoma y
Gomorra, ahí atrás en Génesis 19, incluso la destrucción de Edom, de la que habla Isaías en Isaías
34. El fuego vendrá, va a quemar, y se va a enfriar la llama y va a llevarse el viento a las cenizas.
Habrá un fuego eterno para aquellos que rechazan a Cristo, que nunca morirá, todo se acabó aquí,
la persecución se acabó, la religión falsa se acabó, el materialismo se acabó, la evolución, la
injusticia, la impiedad, la inmoralidad, todo terminará en las llamas finales.

El fin del mundo, entre comillas, que avanza, el mundo, desastre global, conforme Dios quema a
toda institución humana, religiosa y económica. Y la rebelión que comenzó con Adán y Eva en el
huerto, finalmente ha sido juzgada. No es sorprendente que el cielo responde con aleluya. ¡Aleluya!
la salvación ha venido. ¡Aleluya! la justicia ha venido. ¡Aleluya! la rebelión ha finalizado.

En cuarto lugar, ¡Aleluya! Porque Dios reina. Versículo 4: “Y los veinticuatro ancianos y los cuatro
seres vivientes,” descritos antes en el libro como ángeles, “se postraron en tierra y adoraron a Dios,
que estaba sentado en el trono. Y decían: Amén. Aleluya.” La alabanza siempre le pertenece a Dios,
pero le fue negada a Él. Y ahora, los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes, estos son los
santos y los ángeles, se postran y adoran a Dios que estaba sentado en el trono. El grupo de
ancianos, Él siempre ha estado en el trono rodeado por ellos en el cielo, pero Él ahora establece Su
trono en la tierra, y en Su creación. Amén. Aleluya. Esa combinación viene del Salmo 106:48, para
cerrar la doxología al final del libro cuatro del Salterio. Un himno que afirma la alabanza, “Alaben al
Señor. Amén.” Amén significa: así sea, que suceda.

El volumen va a incrementarse. “Y salió del trono una voz que decía alabar a nuestro Dios, todos
sus siervos, sus esclavos, y los que les teméis así pequeños como grandes. Y oí como la voz de
una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos que
decía: Aleluya, porque el Señor nuestro Dios todopoderoso reina.” El volumen se incrementa, una
voz viene del trono, sin duda alguna un ángel notable diciendo: “Alaben a Dios,” imperativo
presente. “Sigan alabando a Dios, no se detengan,” todos sus siervos, se refiere a los creyentes,
todos aquellos que estaban en el cielo.

“Y los que le teméis, pequeños como grandes.” En el cielo todos están al mismo nivel, todas las
capacidades intelectuales, niveles sociales, todos los méritos, todos los niveles de progreso en la
vida, todas las distinciones, todos los rangos, todos se disipan en la nada, y todos nos volvemos uno
en esa comunidad que adora en la gloria. Durante siglos hemos estado diciendo: “Venga tu reino;
hágase tu voluntad como en el cielo así también en la tierra.” Y cuando lleguemos ahí podemos
decir: Ha sido hecha. Los redimidos a lo largo de la historia responden inmediatamente al mandato
de dar alabanza, y una gran multitud y millones de millones, de millones de voces a su máxima
capacidad glorificada, celestial, están gritando y haciendo ruido que solo puede ser descrito en
términos del versículo 6, “Como el estruendo de muchas aguas, como la voz de grandes truenos.”
Simplemente imagínese el trueno más fuerte que jamás ha oído en su cabeza, y que eso lo oiga
usted al pie de las Cataratas del Niágara. Y eso le da una idea de cómo va a ser. Añadiendo a la
alabanza de los ángeles, está la alabanza de los santos. ¡Aleluya! Porque el Señor nuestro Dios
todopoderoso reina. Él es Rey. Esa es otra referencia al Hallel en el Salmo 113 a 118. Los Salmos
cierran 146 al 150, de hecho, con una celebración de la gloria de Dios.

Daniel describió este momento cuando él dijo: “Vi en las visiones de la noche uno semejante al Hijo
del Hombre, traído al Anciano de días, y le fue dado dominio y gloria, y un reino para que todas las
naciones y lenguas le sirvan.” Y cuando Gabriel anunció a María el niño que nacería, ¿recuerda lo
que dijo? “Él será grande y será llamado el Hijo del Altísimo, y el Señor le dará el trono de su padre
David, y Él reinará.” Y Jesús dijo en Mateo 25: “Porque el Hijo del Hombre vendrá en su gloria, y
todos los ángeles santos con Él. Entonces, Él se sentará en el trono de Su gloria.”

Tiranos, déspotas, gobernantes superficiales, gobiernos impíos, ya no se existirán. La guerra ya no


existirá, la iniquidad no existirá. La justicia y la rectitud va a gobernar sobre la tierra, el Señor va a
ejecutar eso con una vara de hierro. La verdad, la paz, justicia, rectitud, la salvación dominará el
reino de Cristo. Aquí es en dónde necesitamos tener nuestras mentes y pensamientos. La
insensatez de tratar de arreglar un mundo caído, se ve aún más torpe cuando es comparado con
esto. Habrá un día de justicia, un día de salvación, un día en que toda la rebelión se acabará cuando
Dios reine.

Y hay una cosa final que decir: el regocijo también es una expresión del gozo de la unión de los
creyentes con el Señor. Vea el versículo 7, únicamente voy a leerlo y hacer uno o dos comentarios.
“Gocémonos, y alegrémonos y démosle gloria, porque han llegado las bodas del Cordero, y su
esposa se ha preparado. Y a ella será concedido que se vista de lino fino, limpio, resplandeciente.
Porque lino fino es las acciones justas de los santos.”

Y el ángel me dijo: “Escribe. Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del
Cordero.” Y me dijo: “Estas son palabras verdaderas de Dios.” Yo me postré a sus pies para
adorarle. Y él me dijo: Mira, no lo hagas,” porque era un ángel, “Yo soy consiervo tuyo y tus
hermanos, que retienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios, porque el testimonio de Jesús es el
espíritu de la profecía.” Tan importante. Los santos alaban porque finalmente se han unido a su
salvador. Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria. Estas son las palabras verdaderas de Dios,
las bodas del Cordero han llegado, y nos unimos a nuestro novio el Cordero, que murió por
nosotros.

La última afirmación: “El testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.” ¿Qué queda para
nosotros hacer hasta este tiempo? Predicar a Jesús. La adoración es nuestra vida. El testimonio de
Jesús es nuestro mensaje.

Padre, te damos gracias por Tú Palabra, te damos gracias por la realidad que acabamos de ver.
Esto no es especulación, esto es historia pre-registrada, esta es la verdad. Así como todo lo que fue
profetizado acerca de Jesucristo en relación a Su primera venida se cumplió a detalle, así todo lo
que se ha profetizado con respecto a Su segunda venida. Nos regocijamos porque vino la primera
vez, no para juzgar sino para ser juzgado en nuestro lugar; para llevar nuestros pecados en Su
propio cuerpo en la cruz. Pero viene la segunda vez, como Juez, y después habrá justicia.
Señor, cambia los corazones y las mentes de Tu pueblo, y llévalos de regreso al evangelio, de
regreso al regreso de Cristo, de regreso al mensaje de salvación en Él. Y, que proclamemos el
testimonio de Jesús, y el testimonio de Jesús es que el cielo espera a aquellos que lo abrazan, y el
infierno espera a aquellos que lo rechazan. Protege a Tu iglesia de enredarse con la adoración de
Baal de este día, y que prediquemos nada más que el testimonio de Jesús para que los hombres se
preparen para la justicia definitiva que Tú vas a implementar un día.

Cómo veremos, conforme pasamos por el resto de esta profecía increíble de Apocalipsis, la justicia
será implementada y será final, será definitiva, y será devastadora, por los siglos de los siglos, el
castigo consciente para aquellos que rechazan a Tu Hijo. No hay manera en la que podamos ser
fieles a Ti, y no hacer de eso el mensaje. Que clamemos a los pecadores que piensan que quieren
justicia y van a recibir justicia, pero para la mayoría de ellos, no será algo que ellos quieren. Y
Señor, para todos nosotros te agradecemos porque nos das no justicia, sino misericordia; que Tú
nos muestras misericordia, compasión. Que Tú nos amaste a tal punto que enviaste a Tu Hijo, para
que todo aquel que en Él cree no se pierda más tenga vida eterna.

Queremos misericordia, y anhelamos el día en el que recibiremos salvación, misericordia, aquellos


de nosotros que hemos recibido el perdón en la salvación. Anhelamos el día en el que Jesús sea
glorificado y establezca Su reino de justicia y rectitud, pero al anhelar eso entendemos también que
este mundo será atrapado en un juicio irreversible, y nuestra responsabilidad antes de que eso pase
es proclamar las glorias del evangelio y perdón mediante Cristo para que nunca conozcamos esa
justicia final, sino que conoceremos gracia eterna y misericordia, mediante Cristo oramos. Amén.

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