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PROCEDIMIENTO SANCIONADOR
245.1 Las disposiciones del presente Capítulo disciplinan la facultad que se atribu
y e a cualquiera de las entidades para establecer infracciones administrativas
V las consecuentes sanciones a los administrados.
CONCORDANCIAS: C:Art. 40; LPAG: Arts. 2 4 6 a l259; Ley N ° 2 7 9 7 2 : Arts. 46al49;D .S. N° 0 0 3 -2 0 1 5-MTC:
Art. 32.
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ART. 245 C om entarios al T U O de la L ey del P rocedim iento A dm inistrativo G eneral
1 Cfr. MATA COTO, Carlos Alberto. “El principio de tipicidad en el derecho administrativo sancionador
(A la luz de la jurisprudencia constitucional)” . En: Revista ‘‘E l F oro". Edición N° 16, Colegio de
Abogados y Abogadas de Costa Rica, San José de Costa Rica, diciembre 2014, p. 122.
2 La Adm inistración Pública es una realidad evidente, perceptible por cualquier ciudadano, que
necesariam ente se relaciona con ella en la vida cotidiana. La A dm inistración, decían los clásicos,
acom paña al hombre desde la cuna hasta el sepulcro y todavía antes y después de estos linderos
del mundo tiene deberes que cumplir porque nos espera en las puertas de la vida y vela por nuestro
reposo después de la muerte (Colmerio). ESCUSOL BARRA, Eladio y RODRÍGUEZ-ZAPATA
PEREZ, Jorge. Derecho Procesal Administrativo. Tecnos, Madrid, 1995, p. 43.
3 Ibídem.
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Procedim iento sancionador ART. 245
Según se advierte, el poder que tiene el Estado para tipificar infracciones ad
ministrativas, así como para perseguir y sancionar a los administrados, no se ejerce
a simple discreción o voluntad de la administración pública, sino que debe justifi
carse en la existencia de intereses públicos afectados o en peligro de vulneración,
cuya reacción pública tiene que estar embestida de garantías mínimas que eviten
el abuso o violencia sobre otros intereses también públicos (como la restricción de
actividades privadas o empresariales o el constreñimiento al pago de una sanción
económica).
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Finalmente, resulta importante resaltar que por las condiciones especiales que
tiene la relación entre el Estado y sus funcionarios y servidores, como por ejem
plo, la posición de poder de los órganos de la Administración Pública frente a sus
colaboradores, justifican que el legislador considere como prudente establecer la
autonomía de la regulación del ejercicio de la potestad sancionadora disciplinaria;
lo cual no implica autorización legal para alejarse o desconocer aquellas disposi
ciones que resultan de aplicación común a cualquier procedimiento sancionador
como son los principios, garantías y estructura. En tal sentido, la tipicidad en las
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ART. 245 C om entarios al T U O de la L ey del P rocedim iento A dm inistrativo G eneral
REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA
& JURISPRUDENCIA
“ (...) el procedim iento sancionador p o r infracción a las normas de protección al consum idor cons
tituye el mecanismo para canalizar la acción punitiva del Estado frente al incum plim iento de las
obligaciones establecidas para los proveedores de bienes o servicios en el C ódigo” . (Resolución
N° 1170-2017/SPC-lndecopi).
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P rocedim iento sancionador ART. 246
1. Legalidad.- Solo p o r norma con rango de ley cabe atribuir a las entidades la
potestad sancionadora y la consiguiente previsión de las consecuencias admi
nistrativas que a título de sanción son posibles de aplicar a un administrado,
las que en ningún caso habilitarán a disponer la privación de libertad.
2. Debido procedim iento.-N o se pueden imponer sanciones sin que se haya trami
tado el procedimiento respectivo, respetando las garantías del debido procedi
miento. Los procedimientos que regulen el ejercicio de la potestad sancionadora
deben establecer la debida separación entre la fa se instructora y la sancionado
ra, encomendándolas a autoridades distintas.
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Procedim iento sancionador ART. 246
11. Non bis in ídem.- No se podrán imponer sucesiva o simultáneamente una pena
y una sanción administrativa p o r el mismo hecho en los casos en que se aprecie
la identidad del sujeto, hecho y fundamento.
Dicha prohibición se extiende también a las sanciones administrativas, salvo la
concurrencia del supuesto de continuación de infracciones a que se refiere el
inciso 7 ”.
(Texto modificado según el artículo 2 del Decreto Legislativo N° 1272).
CONCORDANCIAS: C: Art. 2 inc. 24.a), 24.b), 24.ú'); LPAG: Art. IV.1.1), IV. 1.15).
Es muy cierto que muchas veces los magistrados, juristas, abogados e, inclu
so, estudiantes de derecho, suelen mencionar, referir y citar diversos principios del
ordenamiento jurídico; no obstante, suele suceder con cierta regularidad que quien
los invoca, aun conociendo su contenido legal o tipificación (en caso hayan sido
positivizados) no comprenden con claridad cuál es su utilidad y funcionalidad en
el sistema jurídico.
1 ESTRADA VELEZ, Sergio. “Los principios jurídicos en Colombia: Algunas recom endaciones para
su incorporación” . En: Diálogos de saberes: investigación y ciencias sociales. Núm. 32, Investiga
ciones Jurídicas de la Universidad de Medellín, Colombia, 2010, p. 161.
ART. 246 C om entarios al T U O de la L ey del Procedim iento A d m inistrativo G eneral
Para algunos, los principios jurídicos no son derecho sino candidatos a normas
jurídicas y, por esta razón, solo desempeñan una función auxiliar, y;
Para otros, son normas jurídicas que determinan el sentido del derecho, no sor.
solo auxiliares, sino que se constituyen en la fuente misma del Derecho.
2 Cfr. VALENCIA RESTREPO, Hernán. Nomoárquica, principialística ju ríd ica o los principio-
generales del derecho. Editorial Temis, Santafé de Bogotá, 1993, p. 192.
3 ESTRADA VELEZ, Sergio. Ob. cit., pp. 162-163.
4 Ver: VECCHIO, Giorgio. Los principios generales del Derecho. Bosch, Barcelona, 1971, pp. U S
OS.
5 Ver: DW ORKIN, Ronald. Los derechos en serio. Ariel, Barcelona, 1984.
6 La pretendida equiparación entre valores y principios ha dado lugar a que las críticas formuladas a
la indeterminación de los valores se hagan extensivas a los principios, dificultando la adopción de
una teoría por principios. El mismo escepticism o frente a la teoría de los valores se extiende a la
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Dentro de esta última posición, existen otras dos: una que defiende que los princi
pios son normas jurídicas que priman sobre las restantes normas del ordenamiento
jurídico, y otras que asumen que los principios son normas jurídicas, pero, en re
lación a las reglas y, en general, a todo el ordenamiento jurídico, desempeñan una
función auxiliar o subsidiaria (sirven para crear, interpretar o integrar el derecho).
teoría de los principios, no obstante que en virtud de su naturaleza norm ativa los principios poseen
mayor posibilidad de concreción y objetividad que los valores, procurando la consecución tanto de
la seguridad jurídica como de ia justicia.
7 STC Exp. N ” 47-2004-AI/TC, fjs. 42.
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8 MATA COTO. Carlos Alberto. Ob. cit., p. 124. En referencia a diversa jurisprudencia administrativa.
9 Todas esas normas jurídicas, derivadas de la Constitución como modelo ideológico, persiguen ni más
ni menos, la realización del fin fundamental de justicia que es el m ayor de los principios que tutela
un Estado de Derecho, en la que se incluyen reglas, principios generales que tienen plena vigencia
y aplicabilidad a los procedimientos administrativos de todo órgano de la Administración.
10 La sanción administrativa, como respuesta del Estado a la inobservancia por parte de los administrados
de las obligaciones, deberes y mandatos generales o específicos que se han ideado para el adecuado
funcionamiento y marcha de la adm inistración entre otros, y consecuencia concreta del poder puni
tivo del Estado, no debe ser ajena a los principios que rigen el derecho al debido proceso. Por tanto,
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P rocedim iento sancionador ART. 246
(,lex scripta), que la ley sea anterior al hecho sancionado (lex praevid), y que la ley
describa un supuesto de hecho estrictamente determinado (lex certa)". Es decir,
el principio de legalidad de las sanciones exige: i) que el señalamiento de la san
ción sea hecho directamente por el legislador; ii) que este señalamiento sea previo
al momento de comisión del ilícito y también al acto que determina la imposición
de la sanción; iii) que la sanción se determine no solo previamente, sino también
plenamente, es decir, que sea determinada y no determinable. Obviamente, esto no
impide que el legislador diseñe mecanismos que permitan la graduación de la san
ción, como el señalamiento de topes máximos o mínimos.
Sobre el particular, Maljar precisa que una conducta, por muy reprobable que
sea en el orden social, moral y ético, no adquiere significado infractor hasta quedar
recogida normativamente como conducta sancionable, penal o administrativamen
te, por reflejarse en una norma que, recogiendo el reproche social que produce, así
lo califique13. En tal sentido, mediante el principio de legalidad se limita el ejer
cicio de potestad punitiva del Estado, la cual solo es posible, si la ley ha previsto
debe responder a criterios que aseguren los derechos de los administrados. En este sentido, se exige,
entonces, que la sanción esté contem plada en una norm a de rango legal -reserva de ley-, sin que
ello sea garantía suficiente, pues, además, la norm a que la contiene debe determ inar con claridad la
sanción, o por lo menos permitir su determinación m ediante criterios que el legislador establezca
para el efecto. Igualmente, ha de ser razonable y proporcional, a efectos de evitar la arbitrariedad y
limitar a su máxima expresión la discrecionalidad de que pueda hacer uso la autoridad administrativa
al momento de su imposición.
11 STC Exp. N° 197-2010-AI/TC, fjs. 2.
12 Ibídem.
13 M ALJAR, Daniel. El Derecho Adm inistrativo Sancionador. AD HOC, Buenos Aires, 2004, p. 196.
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Por ende, constituye una potestad exclusiva del legislador configurar los intere
ses jurídicos protegidos (penales y administrativos), los comportamientos reprensi
bles, el tipo y la cuantía de las sanciones, y la proporción entre las conductas que se
pretenden evitar y las sanciones con las que se intentan disuadir a personas físicas o
jurídicas a no cometer infracciones. De este modo, el principio de legalidad garantiza,
por un lado, el estricto sometimiento a la ley, vedando todo margen a la arbitrariedad
y, por otro, la seguridad jurídica del ciudadano permitiéndole programar su com
portamiento sin temor a posibles sanciones por actos no tipificados previamente1".
En nuestro medio, el numeral 1 del artículo 246 del TUO de la LPAG establece
lo siguiente: “Solo por norma con rango de ley cabe atribuir a las entidades la potes
tad sancionadora y la consiguiente previsión de las consecuencias administrativas
que a título de sanción son posibles de aplicar a un administrado, las que en ningún
caso habilitarán a disponer la privación de libertad”. Según se advierte, el principio
de legalidad tipificado en el TUO de la LPAG, en concordancia con la regulación
Constitucional, asocia su alcance, principalmente, al principio de “reserva de ley”,
el cual implica que solo por norma con rango de ley será posible la tipificación de
14 Ibídem.
15 HERNANZ MA RTÍN. “Las sanciones en la Ley General Tributaria y en el Reglamento Sancionador".
En: Revista de información Fiscal. España. Noviembre - diciembre 2004, pp. 57 y 58.
16 M ALJAR, Daniel. Ob. cit., p. 195.
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P rocedim iento sancionador ART. 246
O bien otorgarle una naturaleza autónoma (es decir, que fuera la propia Admi
nistración la que determinase su alcance y contenido);
En tal sentido, dicho autor precisa que este último ha sido el modelo reconoci
do por España - y también por el Perú-, de tal manera que entre nosotros la potes
tad administrativa sancionadora es una potestad limitada externamente en el senti
do de que solo puede llegar hasta donde la ley lo diga y únicamente puede ejercer
se en los términos formales y materiales que en esta se determine. He aquí, pues,
que la Administración, no obstante, lo formidable de su fuerza coactiva, reserva su
modesta naturaleza y función vicarial20, expresada en el servicio a los ciudadanos
bajo la consigna de satisfacer sus necesidades para promover el efectivo ejerci
cio de la libertad general. Con lo cual el “interés general”, que es un elemento tan
17 La reserva de ley y tipicidad son el núcleo duro del principio de legalidad, siendo la primera de carácter
formal, pues se refiere al rango de la norm a tipificadora, y la segunda de carácter sustancial, por ser
exigencia de determinación norm ativa (en general) de las conductas ilícitas y de sus sanciones.
18 REBOLLO PUIG, Manuel; IZQUIERDO CARRASCO, Manuel; ALARCÓN SOTOMAYOR, Lucía
y M a BUENO ARM IJO, A ntonio .Derecho Administrativo Sancionador. Lex Nova, Valladolid, 2010,
p. 115.
19 Una especial manifestación del carácter vicarial es la estrecha relación entre la Administración y los
ciudadanos.
20 NIETO GARCÍA, Alejandro. Derecho Administrativo Sancionador. Tecnos, M adrid, 2012, p. 161.
ART. 246 C om entarios al T U O de la L ey del P rocedim iento A dm inistrativo G eneral
Cuando la ley en sentido estricto regula por sí sola toda la materia reservada.
Esta es la variedad conceptualmente más lógica, pero apenas si es usada por
la dificultad y rigidez que supone la regulación exclusiva de la ley.
21 Ibídem.
22 GÓM EZ TOM ILLO, Manuel y SANZ RUBIANES, Iñigo. Derecho Administrativo Sancionador.
Parte general. Teoría general y práctica del derecho pen a l administrativo. Thom son Reuters, Pam
plona, 2013, p. 134.
23 De conformidad con los postulados democráticos clásicos, el Parlam ento (solo el Parlam ento) repre
senta a los titulares de la soberanía, esto es, al conjunto de ciudadanos, por lo que solo las disposiciones
emanadas del Parlam ento pueden legítim amente lim itar la libertad y la propiedad de aquellos. Aquí
se encuentra la justificación de que las norm as sancionadoras deban tener rango de ley, tanto en lo
relativo a las infracciones, en la m edida que tienen el efecto de reprim ir determinadas conductas
(lo que supone una limitación a la libertad), como a las sanciones, que necesariam ente habrán de
consistir en un ataque bien a la propiedad (paradigmáticamente, las sanciones pecuniarias o multa)
bien a la libertad (sanciones de pérdida de la capacidad para realizar determinadas actividades, por
ejemplo). Tal es el sentido de la reserva de ley, sin duda rodeado de su peculiar halo de m isticismo
algo ingenuo: perm itir que solo los titulares de la soberanía puedan aprobar normas sancionadoras,
en tanto limitativas de las dos libertades republicanas clásicas, por lo que se exige que sean votadas
en el Parlam ento por sus legítimos representantes. REBOLLO PUIG, Manuel; IZQUIERDO CA
RRASCO, Manuel; ALARCÓN SOTOMAYOR, Lucía y M a BUENO ARM IJO, Antonio. Ob. cit.,
p. 115.
24 NIETO GARCÍA, Alejandro. Ob. cit, p. 223.
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P rocedim iento sancionador ART. 246
Por tanto, la garantía formal implica que la ley debe contener la determina
ción de los elementos esenciales de la conducta antijurídica y al reglamento solo
puede corresponder, en su caso, el desarrollo y precisión de los tipos de infracción
previamente establecidos por la ley27. En ese sentido, en coincidencia con lo esta
blecido por el Tribunal Constitucional español, la ley ha de contener los elementos
esenciales de la conducta antijurídica y la naturaleza y límites de las sanciones a
25 En España, el Tribunal Constitucional ha sentado esta línea de argumentos a través de las siguientes
resoluciones: SSTC 61/1990, de 29 de marzo, fjs. 7; 60/2000, de 2 de marzo, fjs. 3; 25/2002, de 11
de febrero, fjs. 4 y 113/2002, de 9 de mayo, fjs. 3.
26 En la jurisprudencia del Tribunal Constitucional Español, encontramos las siguientes resoluciones
que coinciden con lo expuesto: SSTC 3/1988, de 21 de enero, fjs. 9, y 305/1993, de 25 de octubre,
fjs. 3 y STC 83/1984, de 24 de julio, fjs. 4.
27 REBOLLO PU1G, M anuel; IZQUIERDO CARRA SCO , M anuel; ALARCÓN SOTOMAYOR,
Lucía y M “ BUENO ARM1JO, Antonio. Ob. cit., pp. 122 y 123. Citan las sentencias del Tribunal
Constitucional Español SSTC 242/2005; 42/1987; 341/2003; 132/2001 y 25/2002.
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de la misma, en tanto es ilusorio pensar que la ley sin complemento alguno puede
prever agotadoramente toda hipótesis sancionable31.
Finalmente, el numeral 1 del artículo 246 del TUO de la LPAG prohíbe cual
quier posibilidad de tipificar o imponer infracciones y sanciones administrativas
que priven la libertad de las personas, puesto que, esta atribución solo ha sido con
ferida al sistema de justicia penal. Según se aprecia, la razón de ser de esta exclu
sión radica en la necesidad de protección que ha de otorgarse al derecho a la liber
tad personal, lo que supone que cualquier pena privativa de libertad, en atención a
su gravedad, solo puede ser interpuesta por los órganos jurisdiccionales del orden
penal siguiendo el procedimiento legalmente establecido. Puede afirmarse, por
tanto, que nos encontramos ante un verdadero monopolio jurisdiccional en cuanto
a la imposición de sanciones privativas de libertad34.
31 Ibídem.
32 REBOLLO PUIG, Manuel; IZQUIERDO CARRASCO, Manuel; ALARCÓN SOTOMAYOR, Lucía
y Ma BUENO ARM IJO, Antonio. Ob. cit., p. 130.
33 Ibídem.
34 CANCER MINCHOT, PILAR y otros. “M anual de Derecho Adm inistrativo Sancionador”. En:
A bogacía General del Estado. Dirección del Servicio Jurídico del Estado, M inisterio de Justicia -
Thomson, 2005, p. 251.
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este modo, la relación así sugerida es tan estrecha que la validez y eficacia del ac.
administrativo dependen en gran medida del juicio que de él pueda hacerse a la h a
de la norma del debido proceso35. No obstante, el término “debido proceso” o “de
bido procedimiento” -e n aplicación al Derecho administrativo- corresponde a un
concepto de uso habitual en las argumentaciones jurídicas, pero no existe d a n d i;
respecto a su contenido y extensión. A este respecto, particularmente importante re
sulta el Pacto de San José de Costa Rica, el cual, en su artículo 8 enumera una serie
de garantías judiciales donde se contienen los elementos usualmente empleados en
la conceptualización del debido proceso. De más está decir que el concepto se en
cuentra revestido de una carga valórica político democrático que hace impensable
que alguna autoridad, ya fuere administrativa o judicial, se desprenda de su uso, aun
cuando desconozca el contenido y las implicancias que este conlleva36.
En sentido similar, en la sentencia del Caso Ivcher Bronstein vs. Perú, de fecha
6 de febrero de 2001, la Corte Interamericana destacó que todos los órganos que
ejerzan funciones de naturaleza materialmente jurisdiccional, sean penales o no, tie
nen el deber de adoptar decisiones justas basadas en el respeto pleno a las garantías
del debido proceso establecidas en el artículo 8 de la Convención Americana; ello
debido a que las sanciones administrativas, disciplinarias o de naturaleza análoga
son, como las penales, una expresión del poder punitivo del Estado y que tienen, en
ocasiones, naturaleza similar a la de estas. Asimismo, en la sentencia del Caso Bae-
na Ricardo y otros vs. Panamá, de fecha 2 de febrero de 2001, la Corte Interameri-
cana enfatizó el respeto del debido proceso en sede administrativa sancionatoria, al
precisar que “no puede la administración dictar actos administrativos sancionato-
rios sin otorgar a los sancionados la garantía del debido proceso”, por cuanto “[e]s
un derecho humano el obtener todas las garantías que permitan alcanzar decisiones
justas, no estando la administración excluida de cumplir con este deber”39.
Por lo expuesto aquí, es posible señalar que el debido proceso en sentido am
plio constituye el resguardo por el cual se asegura con mayor efectividad los bie
nes jurídicos tutelados por el Estado, la defensa de la persona humana y el respeto
de su dignidad. Es la garantía de diversos derechos fundamentales, o más precisa
mente, es un derecho fundamental en sí mismo. De esta manera, el debido proceso
se define como la regulación jurídica que de manera previa limita los poderes del
Estado y establece las garantías de protección a los derechos de los administrados.
41 Sentencia C-034/14.
42 STC Exp. N° 3891-2011-PA/TC, Fjs. 12.
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P rocedim iento sancionador ART. 246
Por lo tanto, el debido proceso es aquel que se cumple con arreglo a los proce
dimientos previamente diseñados para preservar las garantías que protegen los de
rechos de quienes están involucrados en la respectiva relación o situación jurídica,
cuando quiera que la autoridad judicial o administrativa deba aplicar la ley en el
juzgamiento de un hecho o una conducta concreta, lo cual conduzca a la creación,
modificación o extinción de un derecho o la imposición de una obligación o san
ción. Según se aprecia, el derecho al debido proceso tiene una connotación de dere
cho humano, por lo que se desprende que su reconocimiento se encuentra previsto
en los distintos instrumentos internacionales en materia de Derechos Humanos44 y
d) La Convención Americana sobre los Derechos Humanos, suscrita en San José de Costa Rica el 22
de diciembre de 1969, en la Conferencia Especializada Interamericana sobre Derechos Humanos, y
aprobada por el Perú mediante Decreto Ley N° 22231 del 11 de julio de 1978; consagra en su artículo
8 “Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable,
por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad a la ley,
en la sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la determinación de
sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter”.
45 En cuanto a la constitucionalización del Derecho Humano al Debido Proceso, podemos hacer refe
rencia a las siguientes Constituciones:
a) Constitución Política del Peni, consagra en el inciso 3 de artículo 139 que “Son principios y dere
chos de la función jurisdiccional: (...) La observancia del debido proceso y la tutela jurisdiccional.
Ninguna persona puede ser desviada de la jurisdicción predeterm inada por la ley, ni sometida a
procedimiento distinto de los previamente establecidos, ni juzgada por órganos jurisdiccionales
de excepción ni por comisiones especiales creadas al efecto, cualquiera sea su denom inación”.
b) Constitución Política de Colombia, reza en el artículo 29 “El debido proceso se aplicará a toda
clase de actuaciones judiciales y administrativas” ; agregando además, “N adie podrá ser juzgado
sino conforme a leyes preexistentes al acto que se le imputa, ante juez o tribunal competente y con
observancia de la plenitud de las formas propias de cada juicio (...) Es nula, de pleno derecho, la
prueba obtenida con violación al debido proceso” .
c) Constitución Política de Ecuador, describe en el inciso 27 del artículo 23 "Sin perjuicio de los
derechos establecidos en esta Constitución y en los instrumentos internacionales vigentes, el Estado
reconocerá y garantizará a las personas los siguientes: (...) El derecho al debido proceso y a una
justicia sin dilaciones” . Asim ism o, el artículo 28 desarrolla un conjunto de garantías básicas para
asegurar la observancia del derecho al debido proceso.
d) Constitución Política de Chile, señala en el inciso 3 del artículo 19 “Constitución asegura a todas
las personas: (...) La igualdad de protección de la ley en el ejercicio de sus derechos. Toda persona
tiene derecho a defensa jurídica en la form a que la ley señale y ninguna autoridad o individuo
podrá impedir, restringir o perturbar la debida intervención del letrado, si hubiera sido requerida
(...) Nadie podrá ser juzgado por comisiones especiales, sino por el tribunal que señalare la ley
y que se hallare establecido por esta con anterioridad a la perpetración del hecho ( ...) ” .
e) Constitución Política de Bolivia, en el inciso II del artículo 115 consagra “El Estado garantiza el
derecho al debido proceso, a la defensa y a una justicia plural, pronta, oportuna, gratuita, trans
parente y sin dilaciones” .
f) Constitución Política de España, en el numeral 2 del artículo 24 regla que “(...) todos tienen
derecho al Juez ordinario predeterm inado por la ley, a la defensa y a la asistencia de letrado, a ser
informados de la acusación form ulada contra ellos, a un proceso público sin dilaciones indebidas
y con todas las garantías, a utilizar los medios de prueba pertinentes para su defensa, a no declarar
contra sí mismos, a no confesarse culpables y a la presunción de inocencia”.
46 STC Exp. N° 3075-2006-PA/TC, Fjs. 4.
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P rocedim iento sancionador ART. 246
Con relación a lo primero, queda claro que dicho atributo desborda la órbita
estrictamente judicial para involucrarse o extenderse en otros campos como el
administrativo, el corporativo particular, el parlamentario, el castrense, entre
muchos otros, dando lugar a que en cada caso o respecto de cada ámbito pue
da hablarse de un debido proceso jurisdiccional, de un debido proceso admi
nistrativo, de un debido proceso corporativo particular, de un debido proceso
parlamentario, etc.
En este contexto, el numeral 2 del artículo 246 del TUO de la LPAG prevé
que no se pueden imponer sanciones sin que se haya tramitado el procedimiento
respectivo, respetando las garantías del debido procedimiento. Sobre el particular,
para Román Cordero el procedimiento administrativo sancionador debe satisfacer
las exigencias de un justo y racional procedimiento, lo que exige que aquel con
sulte una serie de derechos y garantías para el perseguido en dicha sede, insertos
en el concepto de debido proceso, en especial: i) derecho a la defensa jurídica, ii)
derecho a la presunción de inocencia, y iii) de acceso a la justicia48. Asimismo, se
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gún Dougnac Mujica, para la conceptualización positiva de los principios de', be
bido proceso aplicables en sede administrativa, se debe satisfacer los siguie- á r
entenos49:
Asimismo, como parte del debido proceso en sede administrativa, resulta im
portante hacer referencia a los principios que desarrollamos a continuación.
V. Derecho de defensa
En ese sentido, garantiza, entre otras cosas, que una persona sometida a una
investigación, sea esta de orden jurisdiccional o administrativa, y donde se en
cuentren en discusión derechos e intereses suyos, tenga la oportunidad de contra
decir y argumentar en defensa de tales derechos e intereses, para cuyo efecto se le
debe comunicar, previamente y por escrito, los cargos imputados, acompañando
el correspondiente sustento probatorio, y otorgarle un plazo prudencial a efectos
de que -mediante la expresión de los descargos correspondientes- pueda ejercer
cabalmente su legítimo derecho de defensa. Se conculca, por tanto, dicho derecho
cuando los titulares de derechos e intereses legítimos se ven imposibilitados de
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Procedim iento sancionador ART. 246
Finalmente, el numeral 2 del artículo 246 del TUO de la LPAG prevé que los
procedimientos que regulen el ejercicio de la potestad sancionadora deben estable
cer la debida separación entre la fase instructora y la sancionadora, encomendán
dolas a autoridades distintas, cuyas actuaciones se encuentran desarrolladas en el
artículo 253 del TUO de la LPAG.
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Sobre el particular, el numeral 3 del artículo 246 del TUO de la LPAG pre
vé que las autoridades deben prever que la comisión de la conducta sancionaba
no resulte más ventajosa para el infractor que cumplir las normas infringidas c
asumir la sanción. Para Cáncer y otros, en el campo del derecho adm inistrad'.:
sancionador, este principio exige que exista un equilibrio entre los medios uti
lizados y la finalidad perseguida, una correspondencia entre la gravedad de una
conducta y la consecuencia punitiva que se le atribuye al infractor68. En esta lí
nea de argumentos, sostienen Escusol y Rodríguez-Zapata que el principio de
proporcionalidad obedece a la necesidad de que la sanción a imponer, en su
caso, se corresponda, en términos adecuados, con la gravedad y circunstancia?
concurrentes en la infracción cometida®.
Por otra parte, de carácter negativo, que tiene su traducción real en la prohi
bición de la desproporción, del exceso y que sirve de corrector y condicio
nante de las intervenciones estatales restrictivas de los derechos individuales
(es decir, es el mandato de prohibición de la desproporción).
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P rocedim iento sancionador ART. 246
Asimismo, el numeral 3 del artículo 246 del TUO de la LPAG agrega que las
sanciones a ser aplicadas deben ser proporcionales al incumplimiento calificado
como infracción, observando los siguientes criterios que se señalan a efectos de
su graduación:
La gravedad del daño al interés público y/o bien jurídico protegido. Para su
determinación, la autoridad administrativa debe valorar el impacto generado
por la conducta infractora sobre los intereses públicos y/o bien jurídico pro
tegido, de modo tal, que a mayor gravedad mayor es el reproche social sobre
el infractor, lo cual sugiere un tratamiento de la sanción de mayor rigidez o
dureza.
ART. 246 C om entarios al T U O de la L ey del P rocedim iento A dm inistrativo G eneral
El perjuicio económico causado. Este perjuicio económico debe ser real, de
terminándose el impacto que este genera sobre los afectados por la infracción
administrativa cometida a partir de una valoración objetiva y concreta de las
consecuencias económicas de la conducta del infractor.
En el ámbito nacional, el numeral 4 del artículo 246 del TUO de la LPAG es
tablece que solo constituyen conductas sancionables administrativamente las in
fracciones previstas expresamente en normas con rango de ley mediante su tipifi
cación como tales, sin admitir interpretación extensiva o analogía. Las disposicio
nes reglamentarias de desarrollo pueden especificar o graduar aquellas dirigidas a
identificar las conductas o determinar sanciones, sin constituir nuevas conductas
sancionables a las previstas legalmente, salvo los casos en que la ley o decreto le
gislativo permitan tipificar infracciones por norma reglamentaria. Asimismo, se
precisa que a través de la tipificación de infracciones no se puede imponer a los
administrados el cumplimiento de obligaciones que no estén previstas previamen
te en una norma legal o reglamentaria, según corresponda.
76 En la medida en que los elementos norm ativos indeterm inados crean tipos de sanción cuyo supuesto
de hecho no está debidamente determinado, para el ciudadano resulta poco menos que imposible
predecir cuales de sus conductas pueden encajar dentro de un tipo penal concreto, por lo que le re
sulta, a su vez, difícil abstenerse de una conducta que no puede determinar; finalmente, es imposible
prevenir cuando no se dice que es lo que se quiere prevenir.
77 MATA COTO, Carlos Alberto. Ob. cit, p. 129.
78 El principio de tipicidad como desarrollo del de legalidad hace referencia a la obligación que tiene
el legislador de definir con claridad y especificidad el acto, hecho u omisión constitutiva de la con
ducta reprochada por el ordenamiento, de m anera que perm ita a las personas a quienes van dirigidas
las normas, conocer con anterioridad a la comisión de la m isma las implicaciones que acarrea su
transgresión. Conviene precisar que, si bien es cierto que en materia sancionatoria la ley puede hacer
remisiones a los reglamentos, -c o n el fin de complementar el tipo allí descrito-, tam bién lo es que la
remisión se encuentra limitada al núcleo esencial de lo que se ha estipulado en la ley. De allí que la
tipificación para la descripción de la conducta y la sanción corresponde por m andato constitucional
al legislador, mientras que la aplicación de la misma para subsumir el hecho antijurídico al tipo
descrito corresponde a la administración. Ver. Sentencia de la Corte Constitucional de Colombia
C-412 de 2015.
ART. 246 C om entarios al T U O de la L ey del Procedim iento A d m inistrativo G eneral
que al igual que aquel, este se deriva del literal d), inciso 24, artículo 2 de la Cons
titución que señala “Nadie será procesado ni condenado por acto u omisión que al
tiempo de cometerse no esté previamente calificado en la ley, de manera expresa
e inequívoca, como infracción punible; ni sancionado con pena no prevista en la
ley”. Es decir, la Constitución recoge expresamente como derecho fundamental el
principio nullum crimen, milla poena sine lege, como principio de determinación
normativa de las conductas que son sancionables, y a su vez la necesidad de con
cretar dichas conductas en un tipo, siguiendo la terminología de la doctrina ale
mana formulada por Emst Beling en 1906 e incorporada a nuestra terminología
jurídica por Jiménez de Asúa. El principio de tipicidad es garantía de la seguridad
jurídica a la que tiene derecho el ciudadano para conocer en todo momento y con
certeza las conductas que constituyen una infracción administrativa, y a la vez, la
sanción que llevan aparejada. Todo ello debe ponerse en relación con el hecho de
que las sanciones administrativas son actos administrativos restrictivos de dere
chos, ya que son limitativas de la libertad individual79.
El fundamento de tal mandato reside en que la reserva de ley solo puede de
sarrollar toda su eficacia cuando la voluntad del órgano representante del pueblo
se expresa tan claramente que excluye una decisión subjetiva y arbitraria del juez
(en el ámbito penal) o de la Administración (en el procedimiento administrativo
sancionador). En definitiva, se trata de preservar la competencia del legislador a
la hora de determinar qué comportamientos se hacen acreedores de un reproche
sancionatorio, por lo que, en última instancia, a evidentes razones de seguridad, se
suma la idea de separación de poderes80.
79 CUETO PÉREZ, M iriam. “Los principios de la potestad sancionadora de las Adm inistraciones
Públicas. Tipicidad y responsabilidad” . En: Documentación Administrativa. N° 280-281, España.
2008, p. 94.
80 GÓMEZ TOM ILLO, M anuel y SANZ RUBIANES, Iñigo. Ob. cit., p.161.
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P rocedim iento sancionador ART. 246
que sucede en el Derecho penal, suele no establecer una sanción para cada una de las infracciones
adm inistrativas que se presente, sino que se opta por establecer clasificaciones más o menos gene
rales en las que puedan quedar subsumidos los diferentes tipos de infracciones. Para el efecto, d
legislador señala unos criterios que han de ser atendidos por los funcionarios encargados de impoDc
la respectiva sanción, criterios que tocan, entre otros, con la proporcionalidad y razonabilidad < pt
debe presentarse entre la conducta o hecho que se sanciona y la sanción que pueda imponerse. Ic j - e
permite tanto al administrado como al funcionario competente para su imposición, tener un m an »
de referencia cierto para la determinación de la sanción en un caso concreto” .
Asimismo, en la sentencia C-921 de 2001 se indicó: “debe recordarse que las conductas o com
portamientos que constituyen falta administrativa no tienen por qué ser descritos con la m is a s
m inuciosidad y detalle que se exige en materia penal, permitiendo así una m ayor flexibilidad a* ¡a
adecuación típica. // Es así como en algunas ocasiones los anteriores elementos no se enci
previstos en el mismo instrumento normativo, sino que se hace necesario consultar el contenió;:
otras disposiciones para especificar cuál es la conducta ordenada o prohibida o cuál es la
específica aplicable” .
85 CAN CER MINCHOT, Pilar y otros. Ob. cit, p. 195.
86 En cuanto a la posibilidad de que la norm a legal tipifique de form a incompleta una infracció» ¡
rem ita a otra para completar la tipificación, se admite, siempre que la remisión se haga a favor áe
norm a jurídica de rango inferior que aporte elementos que coadyuven a delimitar m ejor l a s c ~ :
infractoras, sin definir nuevos tipos. Lo que no cabe en ningún caso son rem isiones genéricas
impidan identificar las conductas punibles desde la norm a remisora. De hecho, es frecueme
en el ámbito del Derecho Adm inistrativo, más que en el ámbito del Derecho Penal, la tip
se produzca por m edio de la remisión a la vulneración de obligaciones contem pladas en n:
sancionadoras que están llamadas a jugar un papel integrador de las conductas tipificadas.
PÉREZ, Miriam. Ob. cit., p. 104.
87 GALLARDO CASTILLO, M aría Jesús. Ob. cit., p. 92.
Procedim iento sancionador ART. 246
El numeral 4 del artículo 246 del TUO de la LPAG prevé que en la configura
ción de los regímenes sancionadores se evita la tipificación de infracciones con
idéntico supuesto de hecho e idéntico fundamento respecto de aquellos delitos
o faltas ya establecidos en las leyes penales o respecto de aquellas infraccio
nes ya tipificadas en otras normas administrativas sancionadoras. Con ello se
trata de evitar la tipificación de infracciones y delitos con idénticos supuestos
de hecho y fundamento que puedan generar la imposición de doble sanción.
Cabe advertir que esta exigencia recae sobre el legislador, mas no contra el
operador de la norma, que como regla general, está obligado a su aplicación.
Con carácter general, la vigencia formal de las normas, esto es, el periodo que
va desde que entra en vigor hasta que son derogadas, coinciden con el de su vigen
cia material, es decir, el plazo que delimita los hechos a los que resultan aplicables.
Esto es así, para las normas sancionadoras o no. Dada la anterior coincidencia, la
determinación de la norma sancionadora aplicable a cada caso, desde la perspecti
va temporal, debe regirse por el momento en que los hechos se hayan producido9'.
Esta regla es lo que textualmente recoge el numeral 5 del articulo 246 del TUO de
la LPAG, que establece que son aplicables las disposiciones sancionadoras vigen
tes en el momento de incurrir el administrado en la conducta a sancionar, salvo que
las posteriores le sean más favorables, precisando, además, que las disposiciones
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Procedim iento sancionador ART. 246
En tercer lugar, se acude al principio de culpabilidad, puesto que para que pue
da vincular una sanción a un comportamiento es preciso que la acción sea cul
pable, lo que requiere, entre otras cosas, la existencia de conciencia de la an-
tijuricidad. El sujeto debía saber que la acción estaba prohibida, de forma que
pueda calcular las consecuencias jurídicas derivadas de su comportamiento.
Para ello, es preciso que el comportamiento se encuentre previsto en una nor
ma en el momento de la comisión de los hechos.
Por último, si uno de los fines de la sanción es la disuasión, tal fin pierde su
sentido si la conducta no estaba previamente prohibida.
94 GÓMEZ TOM ILLO, M anuel y SANZ RUBIANES, Iñigo. Ob. cit., pp. 182-183.
95 STC Exp. N° 3891-2011-PA/TC, Fjs. 12.
ART. 246 C om entarios al T U O de la L ey del Procedim iento A dm inistrativo G eneral
No obstante, cabe indicar que hay situaciones donde la norma más favora
ble no es la inmediatamente vigente como, por ejemplo: la infracción se concretó
cuando estaba vigente la norma A, luego fue modificada por la norma B, la cual
posteriormente fue modificada por la norma C (siendo esta última la más benefi
ciosa). Asimismo, puede presentarse situaciones donde la norma más favorable es
la norma intermedia (en nuestro ejemplo, sería la norma B). Sobre el particular,
es importante mencionar que en el ámbito penal el Acuerdo Plenario N° 2-2006/
CJ-116, correspondiente al Pleno Jurisdiccional de las Salas Penales Permanente
y Transitorias de la Corte Suprema de Justicia del 13/10/2016, dispone estable
cer como doctrina legal, el principio de combinación de leyes", la cual considera
que, frente a un conflicto de leyes penales en el tiempo, es posible escoger lo más
favorable de una u otra ley, siempre que sea más favorable al reo. En tal sentido,
al trasladarse dicho criterio al procedimiento administrativo sancionador, se tiene
que, en virtud del principio de combinación, respecto de normas precedentes, sub
secuentes, o intermedias, es plenamente posible aplicar la retroactividad benigna
respecto de la norma que resulte más favorable al administrado.
En ¡o que corresponde al numeral 5 del artículo 246 del TUO de la LPAG, di
cha norma es explícita en autorizar que las disposiciones sancionadoras producen
efectos retroactivos en cuanto favorezcan al presunto infractor (durante el trámite
del procedimiento administrativo sancionador) o al infractor (respecto de las san
ciones en ejecución). Bajo dichas consideraciones, en caso de norma posterior más
favorable al administrado, la autoridad administrativa debe preferir este, ante su
comparación con la norma originalmente aplicable (más severa).
El numeral 6 del artículo 246 del TUO de la LPAG establece que cuando una
misma conducta califique como más de una infracción se aplicará la sanción pre
vista para la infracción de mayor gravedad, sin perjuicio que puedan exigirse las
demás responsabilidades que establezcan las leyes. Sobre el particular, en los tér
minos de la norma administrativa, hay concurso de infracciones cuando un sujeto
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ART. 246 C om entarios al T U O de la L ey del P rocedim iento A dm inistrativo G eneral
Hasta aquí los alcances de la norma comentada parecen claros; sin embargo,
es importante resaltar que el legislador al momento de redactar las infracciones
y sanciones tiene que ser muy cuidadoso, ante la posibilidad de tipificar norma.'
que favorezcan que una misma conducta ocasione varias infracciones, pero que
competencia para sancionarlas o procesarlas correspondan a autoridades distintas
Siendo así, podría generarse un serio problema de competencia que haría compli
cado aplicar la regla de “sancionar la infracción más grave” ante la posibilidad que
se decidiese, como solución, que ambas autoridades resuelvan de forma indepen
diente las infracciones para la cual son competentes.
Que hayan transcurrido por lo menos treinta (30) días hábiles desde la fecha
de la imposición de la última sanción, y;
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ART. 246 C om entarios al T U O de la L ey del Procedim iento A d m inistrativo G eneral
Distinto sería el caso si una persona contrata a otra para contaminar un río
con desechos tóxicos, aquí ambos se benefician por una actividad ilegal y, por
ende, siempre que pueda demostrarse que ambos conocían sobre el destino final
de los desechos, la imputación y sanción debería recaer tanto en el ejecutor mate
rial como sobre el autor mediato. En todo caso, más allá de la posición personal
expuesta, será la jurisprudencia administrativa la pertinente para solucionar este
tipo de situaciones.
En el caso de las personas jurídicas, si bien estas actúan a través de sus re
presentantes, quienes en esencia son los autores materiales de la infracción admi
nistrativa, como regla general (como ocurre en el sistema de contrataciones pú
blicas) la imputación y la sanción recae sobre la persona jurídica, sin perjuicio de
otras responsabilidades (como la de naturaleza penal) que puede ser imputada a
sus representantes.
100 La Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano, pieza angular de la revolución francesa,
aprobada por la A sam blea Nacional el 26 de agosto de 1789, es el primer texto legal de naturaleza
constitucional en el que se reconoce literalmente el derecho de todo hombre, y en Francia ciuda
dano, a la presunción de inocencia. Resulta, por tanto, decisivo conocer cuál era el significado que
para los hom bres de 1789 tenían los términos “presunción de inocencia” y cuál era el contenido
que buscaban proteger con este derecho considerado, como el resto, por el propio preám bulo de
Declaración “clave de la felicidad hum ana”, “derecho natural, inalienable y sagrado del hombre, (...
cuya existencia constituye el fin mismo del Estado y de toda institución política”, cuyo fin es reguío:
todo el cuerpo político y cuyo objetivo no es sino constituir las armas de defensa del ciudadano para
controlar al Gobierno.
101 La presunción de inocencia constituye una regla probatoria en el seno del procedimiento administra
tivo sancionador. De todos es sabido que este derecho fundamental impone una serie de requisitos e
exigencias en relación con los medios de prueba practicados; exigencias o requisitos que devienes
necesarios para poder considerar que la presunta inocencia ha sido destruida y que, por tanto, el
imputado es culpable.
102 STC Exp. N° 00156-2012-PHC/TC, Fjs. 42 al 46.
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ART. 246 C om entarios al T U O de la L ey del Procedim iento A dm inistrativo G eneral
Por consiguiente, este principio, en sentido estricto se entiende como una re
gla que afirma que toda persona se presume inocente hasta que no se pruebe lo con
trario; bajo este perspectiva, no es un principio que se aplique solo a las sanciones,
sino es una consecuencia de la aplicación de las reglas básicas sobre la carga de la
prueba, la primera de las cuales es que quien pide la aplicación de una norma (en
este caso, sancionadora) debe acreditar, probar, todos los presupuestos necesarios
para esa aplicación. La presunción de inocencia no es como la culpa, una conse
cuencia del concepto de sanción como medida dirigida únicamente al castigo del
infractor, sino una consecuencia del Estado de Derecho, una garantía que este exi
ge en la aplicación de las medidas estatales que puedan perjudicar seriamente la
esfera jurídica del ciudadano105. Por tanto, su finalidad principal es la exigencia de
considerar a determinada persona como inocente por parte de los poderes públicos,
hasta que se demuestre lo contrario por quien es legalmente competente, impidien
do así que este parta de la idea preconcebida de que aquella es culpable.
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Parte general. Teoría general y práctica del Derecho penal administrativo. Thomson R eu s n
Pamplona, 2013.
105 HUERGO LORA, Alejandro. Las sanciones administrativas, lustel, Madrid, 2007, p. 427.
P rocedim iento sancionador ART. 246
“Las sanciones de tipo administrativo tienen p o r objeto disuadir o desincentivar la comisión de in
fracciones p o r parte de los administrados. Sin embargo, a efectos de graduar la sanción a imponer,
Ley N° 27444, Ley del Procedimiento Administrativo General (en adelante, Ley del Procedimiento
Administrativo General), recoge dentro de los principios de la potestad sancionadora el de razona-
bilidad, según el cual las sanciones a ser aplicadas deberán ser proporcionales al incumplimiento
calificado como infracción". (Resolución A/° 1629-2017/SPC-lndecopi).
"El tratamiento de la tipicidad en sede administrativa tiene características particulares que la dife
rencian de su aplicación en el ámbito penal, como la reserva legal, la protección de los bienes ju
rídicos en cuestión y la gravedad de la sanción en atención a los mismos, así como la rigidez para
la descripción normativa de la conducta infractora. Sobre este último punto, cabe señalar que en
el ámbito del Derecho administrativo sancionador, se permite que la determinación de la infracción
administrativa pueda obtenerse a través de su tipificación indirecta, es decir, de la remisión a más
de una norma cuya aplicación conjunia complete el tipo infractor, con lo cual basta que se cumplan
tres preceptos: i) un mandato o una prohibición determinada para el administrado; ii) el tipo que
advierte que dicho incumplimiento constituye una infracción sancionable; y, iii) la sanción aplicable
al caso". (Resolución N° 0205-2017/SCO-lndecopi).
597
Procedim iento sancionador ART. 252
4. Otorgar a! administrado un plazo de cinco días para form ular sus alega
ciones y utilizar los medios de defensa admitidos po r el ordenamiento ju
rídico conforme al numeral 171.2 del artículo 171, sin que la abstención
del ejercicio de este derecho pueda considerarse elemento de juicio en
contrario a su situación.
CONCORDANCIAS: LPAG: Arts. 64.5), 170.2), 213, 227 al 250, 254, 256; Ley N° 2 7 8 0 6 : Art. 1 y ss.
Considerar que los hechos probados por resoluciones judiciales firmes vincu
lan a las entidades en sus procedimientos sancionadores.
En cuanto a esta regla, los hechos probados en sede judicial y que han sido ma
teria de pronunciamiento mediante la emisión de una resolución firme consti
tuyen una suerte de prueba preconstituida en el procedimiento administrativo
sancionador, toda vez que el sistema jurídico y, por ende, el legislador, consi
dera que, habiendo ya un hecho probado en vía judicial, resulta intrascenden
te o inoficioso indagar sobre una situación con efectos jurídicos que ha sido
materia de aclaración y decisión.
616
P rocedim iento sancionador ART. 252
ifil JURISPRUDENCIA
"Debe tenerse en cuenta que el artículo 234 de la referida norma establece que para ejercer la p o
testad sancionadora, la autoridad administrativa requiere obligatoriamente haber seguido el p ro
cedimiento legal o reglamentariamente establecido. En ese sentido, si bien a efectos de graduar la
sanción a im poner p o r la infracción al artículo 151 del Código, la Comisión utilizó el Aplicativo; lo
cierto es que del expediente se observa que no contaba con los ingresos necesarios del Hotel para
el uso de dicha herramienta, siendo que para la utilización del Aplicativo el referido dato resultaba
indispensable; p o r lo cual, ante tal escenario debió utilizar los criterios establecidos en el articulo
112 del Código. En tal sentido, ha quedado evidenciado que el cálculo realizado p o r la primera ins
tancia para graduar la presente sanción, correspondiente a la conducta infractora relacionada a la
exhibición del aviso del libro de reclamaciones, no se encuentra debidamente motivado". (Resolu
ción N° 1185-2017/SPC-lndecopi).
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ART. 253 C om entarios al T U O de la L ey del P rocedim iento A dm inistrativo G eneral
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P rocedim iento sancionador ART. 253
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ART. 253 C om entarios al T U O de la L ey del P rocedim iento A dm inistrativo G eneral
Según se advierte, más allá de los plazos legales expuestos en el artículo 253
del TUO de la LPAG, las reglas dispuestas para los procedimientos administrativos
sancionadores buscan combinar dos elementos esenciales: i) la eficacia y eficiencia
de las actuaciones administrativas, y; ii) garantizar el derecho de los administrados
a quienes se les imputa responsabilidad administrativa.
¿ ¡i JURISPRUDENCIA
“En ese orden de ideas, debe advertirse que la condición eximente de responsabilidad en virtud de
lo establecido en el literal f) del numeral 1 del artículo 236-A de la Ley N° 2 7444, modificada p o r a
Decreto Legislativo N° 1272, constituye un elemento de juicio objetivo sobreviniente a la emisión c ;
la resolución de sanción que resulta más favorable a NYRSTAR, y p o r tanto, susceptible de evalúack. n
en esta etapa del procedimiento. En ese sentido, corresponde señalar que habiéndose determinac:
que NYRSTAR se encuentra eximida de responsabilidad p o r los ilícitos administrativos imputadcs
en función a la modificatoria establecida p o r el Decreto Legislativo l\l° 1272, el cual constituye 1 1
elemento de juicio sobreviniente a la imposición de la sanción, de conformidad con el artículo 2C-:
de la Ley N° 27444, ( . . . ) (Resolución N° 054-2017-0S/TASTEM-S2).
"De acuerdo con el articulo 235.3 concordado con el artículo 234.3 de la Ley N° 2 7444, una vez re -
cidido el inicio de un procedimiento sancionador, la entidad notifica el cargo al administrado, e ! : _a
deberá contener, entre otros requisitos, la “ calificación de la infracción" que configuran los hec :
realizados p o r el imputado; ello con la finalidad de que este pueda ejercer debidamente su dew : x
de defensa. En ese sentido, s i bien en la Resolución l\l° 496-2015/lndecopi-JUN, la Comisión i z i
referencia al artículo 234 de la Ley N° 27444, no precisó cuál sería la infracción imputada cont~¡ =
Municipalidad y dónde se encontraría tipificada; p o r lo que, de conformidad con lo establecía: s - e
artículo 10.1 de la Ley N° 27444, corresponde declarar la nulidad parcial de la referida re s o . r m.
en el extremo que inició un procedim iento sancionador a la Municipalidad sin precisar la in frx a » '
imputada y en donde se encontraría tipificada, vulnerando el artículo 235.3 concordado c o r = ar
tículo 234.3 de la Ley N° 2 7 4 4 4 ”. (Resolución N° 0180-2017/SDC-lndecopi).
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