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Autor
Miguel Andrés Hortúa Vanegas
Contrato de Prestación de Servicios No. 2310440-040-2016
Bogotá, D.C
2016
PRÓLOGO
1 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Subsección C, Consejero ponente:
Jaime Orlando Santofimio Gamboa, 03 de agosto de 2016, Radicación Número: 25000-23-26-000-2010-00145-
02(53339): “Ya en anteriores oportunidades se había resaltado que según los artículos 2º, 209 de la Constitución
Política, el Estado tiene como fines esenciales, entre otros, servir a la comunidad, promover la prosperidad general,
garantizar la efectividad de los principios, derechos y deberes consagrados en ella y facilitar la participación de todos
en las decisiones que los afectan”
2 Artículo 2º de la Constitución Política: “Son fines esenciales del Estado: servir a la comunidad, promover la
prosperidad general y garantizar la efectividad de los principios, derechos y deberes consagrados en la Constitución;
facilitar la participación de todos en las decisiones que los afectan y en la vida económica, política, administrativa y
cultural de la Nación; defender la independencia nacional, mantener la integridad territorial y asegurar la convivencia
pacífica y la vigencia de un orden justo.Las autoridades de la República están instituidas para proteger a todas las
personas residentes en Colombia, en su vida, honra, bienes, creencias, y demás derechos y libertades, y para
asegurar el cumplimiento de los deberes sociales del Estado y de los particulares.”
3 Ley 80 de 1993, Art. 3o. DE LOS FINES DE LA CONTRATACIÓN ESTATAL. Los servidores públicos tendrán en
consideración que al celebrar contratos y con la ejecución de los mismos, las entidades buscan el cumplimiento de los
fines estatales, la continua y eficiente prestación de los servicios públicos y la efectividad de los derechos e intereses
de los administrados que colaboran con ellas en la consecución de dichos fines.(…)
Es así que el legislador, en aras de seguir brindando garantías para la
consecución de dichos fines esenciales del Estado, consideró la necesidad de
otorgar facultades y potestades excepcionales4 y de naturaleza sancionatoria, e
incluso conminatoria5, para la salvaguarda de los intereses perseguidos por la
contratación estatal, diseñando un procedimiento expedito, como el contemplado
en el artículo 86 de la Ley 1474, en el cual las entidades sometidas al estatuto
de contratación, con respeto al derecho fundamental al debido proceso, puedan
ejercer de manera oportuna dichas potestades sancionatorias de ser
procedentes y necesarias.
En ese sentido la mencionada Guía se presenta en dos partes, para una mayor
facilidad en la comprensión, ubicación de temas y el uso de la misma, ofreciendo
un contenido conceptual y práctico: La parte primera, eminentemente
conceptual, contendrá las reglas aplicables al procedimiento administrativo
sancionatorio, nociones básicas, requiriéndose del análisis normativo,
jurisprudencial y doctrinal que sobre el particular se ha producido, con lo que se
pretende brindar el fundamento jurídico mínimo necesario para la motivación
legal de las decisiones que se adopten.
CAPITULO I
ASPECTOS PRELIMINARES
POTESTAD SANCIONATORIA
6 Sentencia del 13 de noviembre del 2008 (17009) Consejero Ponente: Enrique Gil Botero.
autoprotección, en cuanto contribuye a preservar el orden jurídico institucional,
mediante la asignación de competencias a la administración que la habilitan para
imponer a sus propios funcionarios y a los particulares el acatamiento, inclusive
por medios punitivos, de una disciplina cuya observancia contribuye
indudablemente a la realización de sus cometidos. (….) La potestad punitiva del
Estado, como se vio antes, engloba el conjunto de competencias asignadas a
los diferentes órganos para imponer sanciones de variada naturaleza jurídica 7
(…)”.
7 Corte Constitucional, Sentencia C-214 de 1994. M.P. Ponente Antonio Barrera Carbonell
8 Véase Eduardo GARCÍA DE ENTERRÍA y Tomás-Ramón FERNÁNDEZ en el primer volumen de su “Curso de
Derecho Administrativo” Ed. Civitas. Madrid 2001. Pags. 490 y ss. En el que esboza doctrinalmente el principio de la
autotutela administrativa y quienes conciben a la Administración: “(…) con un campo de acción distinto a la de los
particulares, en tanto, mientras que para éstos la regla general es la de la heterotutela, es decir, para crear, modificar,
extinguir y realizar situaciones jurídicas sin el consenso de la otra parte necesitan acudir a los órganos
jurisdiccionales, salvo excepción en contrario, para la Administración rige la regla contraria: salvo previsión legal
expresa en contra, ésta crea, modifica, extingue y realiza situaciones jurídicas unilateralmente, por su propia
autoridad, sin necesidad de auxilio judicial”.Es así que, GARCÍA DE ENTERRÍA y FERNÁNDEZ dividen la autotutela
administrativa en declarativa y ejecutiva. “(…) La autotutela declarativa modifica la realidad jurídica de manera
inmediata; le otorga a la Administración un poder de “decir el Derecho” similar al que ostentan los órganos
jurisdiccionales cuando ejercen la jurisdicción. Por su parte, la autotutela ejecutiva permite a la Administración
trasladar esas declaraciones a la realidad fáctica frente a la resistencia de los afectados, es decir (…) verificar si la
misma, considerada en su singularidad, se ajusta o no al derecho material aplicable”
9 Corte Constitucional, Sentencia C-818 de 2005
mantenimiento del orden jurídico como principio fundante en la organización del
Estado.
A su vez la ley 1437 de 2011 11, por la cual se expidió el Código de Procedimiento
Administrativo y de lo Contencioso Administrativo enlista los Principios
especiales que deben ser acatados por todas las autoridades en las actuaciones
y procedimientos que estas adelantasen en desarrollo de sus funciones y en
ejercicio de su poder sancionatorio.
10 Así lo manifestó la Corte Constitucional en Sentencia No. C 818- 2005: “(e)s indiscutible que los principios cumplen
una triple función de fundamento, interpretación e integración del orden jurídico. Se reconoce a los principios como
fundamento, en la medida en que contribuyen a la organización deontológica de las distintas instituciones que dan
soporte a la vida jurídica, esto es, fijan los criterios básicos o pilares estructurales de una determinada situación o
relación social que goza de trascendencia o importancia para el derecho, como ocurre, por ejemplo, con los contratos,
el matrimonio, la responsabilidad o el ejercicio del poder público en sus distintas expresiones.(…) En cuanto a su
función como instrumento para la interpretación, esta Corporación ha dicho que los principios se convierten en guías
hermenéuticas para descifrar el contenido normativo de las reglas jurídicas que al momento de su aplicación resulten
oscuras, dudosas, imprecisas, indeterminadas o aun contradictorias en relación con otras normas de rango superior,
incluyendo dentro de las mismas a los principios de naturaleza constitucional. Finalmente, los principios cumplen una
función de integración, ya que asumen el rol de fuente formal del derecho ante la insuficiencia material de la ley para
regular todas y cada una de las situaciones que se puedan presentar en el devenir social. El ordenamiento jurídico
crea así un mecanismo que le permite a todos los operadores y, en especial, a los jueces, resolver los problemas que
escapan a la previsión humana en el momento de expedir los correspondientes estatutos normativos dirigidos a reglar
su comportamiento, o que se presentan como nuevos, en atención al desarrollo progresivo de la sociedad y a la
exigencia de darle una respuesta jurídica a las múltiples necesidades que en esta se presentan(..)”.
11 Artículo 3°. Principios. Todas las autoridades deberán interpretar y aplicar las disposiciones que regulan las
actuaciones y procedimientos administrativos a la luz de los principios consagrados en la Constitución Política, en la
Parte Primera de este Código y en las leyes especiales. Las actuaciones administrativas se desarrollarán,
especialmente, con arreglo a los principios del debido proceso, igualdad, imparcialidad, buena fe, moralidad,
participación, responsabilidad, transparencia, publicidad, coordinación, eficacia, economía y celeridad.
(…)
contenido en el artículo 17 de la ley 1150 de 2007, así como el procedimiento
previsto actualmente en el artículo 86 de la ley 1474 de 2011, constituyendo el
marco normativo que determina de manera general los parámetros del
procedimiento especial a los que la Administración Pública deberá sujetarse en
el ejercicio de la potestad sancionatoria en materia contractual, y de manera
especial la observancia y garantía al debido proceso, concordancia con el
artículo 29 de la Constitución Nacional, como se explicará a continuación.
12 “Artículo 29. El debido proceso se aplicará a toda clase de actuaciones judiciales y administrativas. Nadie podrá ser
juzgado sino conforme a leyes preexistentes al acto que se le imputa, ante juez o tribunal competente y con
observancia de la plenitud de las formas propias de cada juicio. En materia penal, la ley permisiva o favorable, aun
cuando sea posterior, se aplicará de preferencia a la restrictiva o desfavorable. Toda persona se presume inocente
mientras no se la haya declarado judicialmente culpable. Quien sea sindicado tiene derecho a la defensa y a la
asistencia de un abogado escogido por él, o de oficio, durante la investigación y el juzgamiento; a un debido proceso
público sin dilaciones injustificadas; a presentar pruebas y a controvertir las que se alleguen en su contra; a impugnar
la sentencia condenatoria, y a no ser juzgado dos veces por el mismo hecho. Es nula, de pleno derecho, la prueba
obtenida con violación del debido proceso”.
13 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, C.P. Ruth Stella Correa Palacio.
Sentencia de marzo diecisiete (1e) de dos mil diez (2010). Radicación número: 05001-23-26-000-1992-00117-
01(18394) “(…) Quiere decir lo anterior que, en las voces del artículo 29 de la Constitución Política, por una parte, con
antelación a la adopción de una decisión administrativa en la actividad contractual que pueda resultar perjudicial o
contraria a los intereses del contratista es indispensable observar el debido proceso en las diferentes fases o etapas
de dicha actividad, en especial, desde la formación de la voluntad entre el Estado y los particulares contratistas para la
suscripción del contrato (precontractual) hasta su cumplimiento (ejecución contractual); y por otra parte, es menester
determinar el campo de aplicación de cada uno de los derechos que contempla el debido proceso y su intensidad,
según el caso y la etapa de la actividad contractual de que se trate, pues va de suyo que varios de esos principios
rigen en forma plena y absoluta en algunos eventos, pero en otros lo será en forma matizada, modulada o
proporcional a la finalidad de la etapa y de los supuestos que condicionan la actuación de la Administración (…)”
concebido en su sentido estricto sino que por el contrario, existe cierta amplitud
en su interpretación por cuanto la tipicidad de la conducta sancionable no
deviene únicamente de una norma jurídica sino que también puede tener origen
en el mismo contrato y en su ejecución. Sin embargo, se advierte que debe
mediar primero una autorización, ésta sí de rango legal, para el ejercicio de esta
facultad sancionatoria.
“En todo caso, tampoco cabría decir que como “el contrato es
ley para las partes”, entonces se observa rigurosamente el
artículo 29 al pie de la letra, pues esta expresión no quiere
significar que efectivamente el negocio jurídico sea una Ley, en
sentido formal o material, sino que el contrato vincula, como
norma jurídica que se dictan las partes 14”
14 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, C.P. Enrique Gil Botero. Sentencia de
noviembre trece (13) de dos mil ocho (2008). Radicación número: 68001-23-31-000-1996-02081-01(17009).
15 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, C.P. Enrique Gil Botero. Sentencia de
junio veintitrés (23) de dos mil diez (2010). Radicación número: 25000-23-26-000-1994-00225-01(16367)
16 “Ámbito legal de atribuciones que corresponden a una entidad pública o a una autoridad judicial o administrativa”.
Tomado de: del Diccionario de la Real Academia Española. http://dle.rae.es/
ciertas decisiones contractuales, pues ella tiene la facultad para hacerlo 17.
Aunado lo anterior, al precepto constitucional del artículo 121 de la Constitución
Política, que señala: “Ninguna autoridad del Estado podrá ejercer funciones
distintas de las que le atribuyen la Constitución y la ley”
17 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, C.P. Enrique Gil Botero. Sentencia de
junio veintitrés (23) de dos mil diez (2010). Radicación número: 25000-23-26-000-1994-00225-01(16367)
18 Corte Constitucional. Sentencia No. C 101/1996. M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz en el que se indica la definición
de la ordenación del gasto“(…)El concepto de ordenador del gasto se refiere a la capacidad de ejecución del
presupuesto. Ejecutar el gasto, significa que, a partir del programa de gastos aprobado – limitado por los recursos
aprobados en la ley de presupuesto-, se decide la oportunidad de contratar, comprometer los recursos y ordenar el
gasto, funciones que atañen al ordenador del gasto. (…) En consecuencia, la definición legal que restringe la
autonomía presupuestal a las capacidades de contratación, disposición de los recursos previamente apropiados y
ordenación del gasto, no desconoce el núcleo esencial de la autonomía presupuestal reconocida por la Constitución
(…)”
a derecho para el cumplimiento de los fines propios de la contratación y del
interés general19.
Así también, como se indicó respecto del principio de legalidad, aun cuando la
conducta objeto de reproche y su sanción debe encontrarse concebida
previamente, del mismo modo, puede una cláusula establecer una sanción y un
acuerdo posterior minimizar el efecto de la misma o bien extinguirla, ante lo cual
se deberá aplicar esta última.
19 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, C.P. Enrique Gil Botero. Sentencia de
junio veintitrés (23) de dos mil diez (2010). Radicación número: 25000-23-26-000-1994-00225-01(16367) “(…)
Además, es una verdad irrefutable que la ejecución de los contratos públicos tampoco puede convertirse en un
sucedáneo de la función judicial, en cuanto a la resolución de conflictos que surgen en los negocios; pero esto
tampoco puede justificar la inmediatez atropellante del poder público sobre el ciudadano. No es sencillo precisar lo
que se debe lograr, pero está claro que se tiene que alcanzar un justo medio entre el derecho a las formas propias de
cada juicio –art. 29-, con los principios de economía, celeridad y eficacia –art. 209 CP.-(..)”
20 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Primera, C.P. Enrique Gil Botero. Sentencia de
agosto ocho (08) de dos mil dieciséis (2016). Radicación número: 05001-23-33-000-2013-00701-01
21 Corte Constitucional, Sentencia C-086 de 2016 puntualiza: “(…) La carga de la prueba es un elemento
característico de los sistemas procesales de tendencia dispositiva. Se conoce como principio “onus probandi”, el cual
indica que por regla general corresponde a cada parte acreditar los hechos que invoca, tanto los que sirven de base
para la demanda como los que sustentan las excepciones, de tal manera que deben asumir las consecuencias
negativas en caso de no hacerlo (…)”
del Código General del Proceso, por lo que corresponde a la Entidad conducir
probatoriamente el presunto incumplimiento en el que está incurriendo el
contratista.
6) Respecto al derecho a “no ser juzgado dos veces por el mismo hecho”
es otra garantía que rige en la contratación estatal, es decir, una misma
conducta desplegada por el contratista no puede generar duplicidad de
sanciones contractuales; dos o más multas, o dos o más cláusulas penales, o
dos o más declaraciones de incumplimiento del contrato, o una combinación de
ellas.
22 “Toda decisión judicial debe fundarse en las pruebas regular y oportunamente allegadas al proceso (…)”
23 Corte Constitucional, Sentencia T-011 de 1993
24 En el mismo sentido las Sentencias C-870 de 2002 y C-478 de 2007 de la Corte Constitucional han dejado
establecido que es posible juzgar y sancionar varias veces un mismo comportamiento, sin que ello implique una
violación de la garantía constitucional non bis in ídem, (i) cuando la conducta imputada ofenda distintos bienes
jurídicos que son objeto de protección en diferentes áreas del derecho; (ii) cuando las investigaciones y las sanciones
tengan distintos fundamentos normativos; (iii) cuando los procesos y las sanciones atiendan a distintas finalidades; y
(iv) cuando el proceso y la sanción no presenten identidad de objeto y causa.” En este sentido, se presentará un
desconocimiento del principio non bis in idem cuando concurran los tres elementos definitorios del mismo: identidad
Por lo anterior el derecho fundamental al debido proceso comprende, además de
las garantías enunciadas en el artículo 29 de la Carta; otros principios de orden
constitucional que van más allá del mero cumplimiento de los requisitos
enunciados en la ley procesal, ellos exhortan a la observancia de los demás
derechos que permitan la vigencia y armonía del ordenamiento jurídico.
DE LA BUENA FE
de persona; identidad de causa; e identidad de objeto. Se reitera, sólo cuando estos tres factores coincidan la sanción
estará en contra de los parámetros constitucionales.
25 Sentencia T-209 de 2006, respecto de la buena fe: “(…) por ejemplo, en los contratos administrativos, que es el
objeto de esta tutela, en los que el derecho le confiere a la Administración una posición de potentior personae, que se
manifiesta no sólo en la atribución de las potestades de modificarlo, terminarlo o interpretarlo mediante el ejercicio de
la decisión unilateral y ejecutoria, sino también en otros poderes y privilegios, tales como el de control y dirección, el
de imponer sanciones, etc.”
26 “Las actuaciones de los particulares y de las autoridades públicas deberán ceñirse a los postulados de la buena fe,
la cual se presumirá en todas las gestiones que aquellos adelanten ante éstas.”
27 Corte Constitucional, Sentencia T-818 de 2005
28 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, sentencia del 22 de junio de 2011,
expediente 18836.
29 Tal como lo ha manifestado el Consejo de Estado: “en sede contractual no interesa la convicción o creencia de las
partes de estar actuando conforme a derecho o conforme al contrato, pues tales convencimientos son irrelevantes
porque, habida cuenta de la función social y económica del contrato, lo que en verdad cuenta son todos los actos
reales y efectivos que procuran la cabal realización de estas funciones dentro del ámbito de la legalidad y de la lealtad
y corrección, esto es, ajustados en un todo al ordenamiento jurídico y a lo convenido” Consejo de Estado, Sala de lo
Contencioso Administrativo, Sección Tercera, sentencia del 19 de noviembre de 2012, expediente 2204.
Se deduce entonces que la potestad administrativa sancionatoria se encuentra
sometida a unos principios que también cumplen la función de limitar su
ejercicio. En este sentido, la Corte Constitucional reitera jurisprudencia a través
de la sentencia C – 423 de 2015, en los siguientes términos:
Por otra parte, también existen sanciones que se encuentran contenidas en las
mismas cláusulas contractuales y no en la ley; comúnmente conocidas como la
multa y la cláusula penal y que son permitidas acordarlas o convenirlas en el
marco de la libertad negocial de las partes, sin que su ejercicio tampoco pueda
ser arbitrario.
33 En el ejercicio genérico de ese poder sancionatorio en materia contractual se han identificado varios tipos de
sanciones a saber: (i) pecuniarias, como la efectividad de las cláusulas penales; (ii) rescisorias, que le permiten a la
administración sancionar a su contratista y poner fin al contrato en razón del incumplimiento total y grave de las
obligaciones a cargo de este último, como el decreto de la caducidad del contrato y (iii) coercitivas o compulsorias,
que tienen por objeto que el contrato se pueda cumplir dentro del término y en las condiciones pactadas, como la
imposición de multas. Sentencia del Consejo De Estado, Sala de Consulta y Servicio Civil, Sentencia de 10 de octubre
de 2013, C.P. Álvaro Namen Vargas. Expediente: 11001-03-06-000-2013-00348-00 (2157).
No obstante, como en el marco de la Ley 80 de 1993 34 no se estableció
regulación y/o normatividad expresa respecto al procedimiento para la
imposición multas en forma unilateral, lo que a la postre generó serias
dificultades en la materialización y efectividad de las mismas de manera
unilateral.
Ahora bien, con la expedición del artículo 17 de la Ley 1150 de 2007 se indicó
expresamente que las entidades estatales tendrían la facultad unilateral “para
imponer las multas que hayan sido pactadas con el objeto de conminar al
contratista a cumplir con sus obligaciones (…) Así mismo podrán declarar el
incumplimiento con el propósito de hacer efectiva la cláusula penal pecuniaria
incluida en el contrato” tal precepto recogió expresamente la facultad que no fue
prevista en la ley 80 de 1993. Sin embargo, persistió la falencia legislativa en
tanto a que si bien estableció la posibilidad de aplicar e imponer las sanciones
propias de los contratos privados en los contratos estatales no profundizó sobre
el mecanismo ni advirtió cómo se harían efectivas por parte de la Administración
Pública.
A) MULTA
34 Véase sentencia del Consejo De Estado, Sala Tercera de lo Contencioso Administrativo, Sentencia de 29 de
septiembre de 2009, C.P. Myriam Guerrero de Escobar. Expediente: 25000-23-26-000-2001-01219-01 (24639) “(…)El
tema de la potestad de la Administración para imponer directamente las multas, mediante acto administrativo, no ha
sido pacífico y ha suscitado diversas tesis que en cierta medida han correspondido a la expedición de los Estatutos de
Contratación Administrativa en las diversas épocas, especialmente cuando entró en vigencia la Ley 80 de 1993,
norma en la cual no quedó consignada la competencia de la Administración para imponer unilateralmente multas al
contratista incumplido, como sí lo hacía el Decreto-ley 222 de 1983, momento a partir del cual, a nivel jurisprudencial,
se suscitaron diversos interpretaciones y planteamientos atinentes a la aplicación de las multas por parte de la entidad
pública contratantes, mediante la expedición de un acto administrativo”.
35 Consejo De Estado, Sala Tercera de lo Contencioso Administrativo, Sentencia de 10 de septiembre de 2014, C.P.
Jaime Orlando Santofimio Gamboa. Expediente: 68001-23-15-000-1994-09826-01(28875)
cuando señala: “1. La imposición de multas en los contratos estatales tiene por
objeto apremiar al contratista al cumplimiento de sus obligaciones, mediante la
imposición de una sanción de tipo pecuniario en caso de mora o incumplimiento
parcial. Su imposición unilateral por las entidades estatales se asocia
normalmente a las necesidades de dirección del contrato estatal y de
aseguramiento de los intereses públicos por parte de la Administración. 2. La
obligación que nace de la multa es el pago de una obligación dineraria liquidada
en el respectivo acto. Esta obligación de pagar una suma de dinero es distinta
(adicional) de las obligaciones contractuales propiamente dichas, pues
representa una carga adicional originada en una situación de incumplimiento,
por la que el contratista debe responder. Así, el contratista sigue obligado a
cumplir el contrato, pero además, si es multado, debe pagar al Estado la suma
de dinero correspondiente a la multa. Por tanto, las multas y su cumplimiento no
pueden ser neutras o favorables al contratista, pues conllevan implícita una
consecuencia desfavorable para él, derivada de la situación de incumplimiento
en que se ha puesto. Si no fuera así, la multa no cumpliría su función de
apremio, pues al contratista le podría ser indiferente cumplir o no sus
obligaciones para con la Administración. 3. En ese sentido, las entidades
estatales deben remitir información de las multas y sanciones impuestas a las
Cámaras de Comercio de la respectiva jurisdicción, conforme lo ordena el
artículo 6 de la Ley 1150 de 2007”36
36 Consejo De Estado, Sala de Consulta y Servicio Civil, Sentencia de 29 de noviembre de 2010, C.P.William
Zambrano Cetina. Expediente: 11001-03-06-000-2010-00109-00 (2040)
37 Art. 90 Ley 1474 de 2011
38 Al respecto en materia de contratación estatal “las multas constituyen una sanción pecuniaria que opera como
mecanismo de apremio al contratista, tendiente a constreñirlo al exacto cumplimiento de las prestaciones a su cargo
dentro de los plazos contractualmente pactados. Por esta razón, la multa debe ser impuesta durante la ejecución del
contrato y cuando quiera que se presenten incumplimientos parciales o retrasos en relación con el respectivo
cronograma de ejecución, pues sólo en esta forma cumple su finalidad; de tal manera que si una medida de esta
naturaleza se produce por fuera del plazo contractual, ya resulta perfectamente inane desde el punto de vista del
objetivo que con ella se persigue, cual es la obtención de la correcta y oportuna ejecución del objeto contractual”
Consejo De Estado, Sala Tercera de lo Contencioso Administrativo, Sentencia de 25 de agosto de 2011, C.P. Danilo
Rojas Betancourth. Expediente: 25000-23-26-000-1993-08365-01(14461)
B) CLÁUSULA PENAL PECUNIARIA
C) CADUCIDAD
39 Consejo de Estado. Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, C.P: Jaime Orlando Santofimo
Gamboa, Bogotá D.C., Sentencia del 27 de enero de 2016, Radicación número: 88001-23-31-000-2011-00021-
01(54415) y Sentencia del 19 de mayo de 2014, Radicación número: 11001-03-26-000-2014-00037-00 (50219) C.P:
Jaime Orlando Santofimo Gamboa,
40 Consejo De Estado. Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, C.P: Ramiro Saavedra Becerra,
Bogotá D.C., Sentencia del diecinueve (19) de agosto de dos mil cuatro (2004), Radicación número: 25000-23-26-000-
1990-6904-01 (12342).
41 “…expresión del poder otorgado al Estado en su gestión contractual para los fines que le son propios. Esta Cláusula
le permite a la Administración superar cualquier esquema de igualdad para asumir un rol de dirección del servicio
público, garantizando no solo el cumplimiento del objeto contractual y con este la necesidad que el contrato
desarrollaba, sino también asegurar a futuro la función pública al impedir que un contratista evidentemente inepto
coadyuve, en el futuro inmediato, con la función administrativa.” REYES GARCES, Henry Maurico, “La Cláusula de
Caducidad, sanción o herramienta para la corrección de la gestión contractual del estado”, Editorial Leyer, 2015.
42 Consejo de Estado – Sección Tercera, sentencia de 20 de noviembre de 2008, Exp. 17.031, M.P. Ruth Stella Correa
Palacio “Esta definición representa una importante modificación frente al régimen anterior del Decreto ley 222 de 1983
(arts. 61 a 6520), en el que la caducidad se encontraba establecida por la ocurrencia de varios supuestos establecidos
en causales que no reflejaban la esencia de este instituto, pues, además de proceder por el incumplimiento de las
obligaciones del contratista del que se derivaran consecuencias que hicieran imposible la ejecución del contrato o
causaran perjuicios a la entidad pública contratante (art. 62 - f), podía declararse por la muerte o la incapacidad física
Según la norma en cita, tal declaratoria trae de suyo para el contratista la
pérdida de los derechos que emanan del negocio jurídico que particularmente se
traducen en: (a) dar por terminado el negocio jurídico sin que haya lugar a
indemnización para el contratista; (b) ordenar su liquidación en el estado en que
se encuentre; (c) hacer exigibles garantías por configuración del siniestro del
incumplimiento; (d) hacer efectiva la cláusula penal pecuniaria y (e)
configuración de la inhabilidad para contratar con entidades públicas por el
término de 5 años, contados a partir de la ejecutoria del acto 45.
“…la Sala concluye que las entidades estatales no deben esperar a que
se venza el plazo de ejecución del contrato para comprobar si hubo un
incumplimiento total del mismo y decretar la caducidad; todo lo contrario:
permanente del contratista, o su interdicción judicial, o la disolución de la persona jurídica contratista, o su incapacidad
financiera” (original del fallo que se cita).
43 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Subsección C, Sentencia del 6 de
obligaciones que incide seriamente en la “ejecución del contrato”, de manera que, razonablemente, se infiera que no
se podrá continuar con el objeto contractual y, por tanto, que no se obtendrá el fin requerido con el negocio jurídico
estatal. Sus efectos, como se recuerda, consisten en la terminación del vínculo contractual, sin indemnización alguna
a favor del contratista; la liquidación del contrato; la configuración del siniestro del incumplimiento y, por ende, la
exigibilidad de las garantías; la efectividad de la cláusula penal pecuniaria; la inhabilidad para contratar con entidades
públicas por 5 años, y en general la pérdida de los derechos que emanaban para aquél del contrato. Y, para el
ejercicio de esta facultad la Administración debe analizar la gravedad del incumplimiento y el peligro que representa
para la ejecución del contrato, de modo que puede abstenerse de decretarla y, en cambio, adoptar las medidas de
control e intervención necesarias para superar la situación” Consejo de Estado – Sección Tercera, sentencia de 20 de
noviembre de 2008, M.P. Ruth Stella Correa Palacio, Exp. 17.031.
46 “…la falta de competencia constituye el más grave de los vicios que puede afectar la validez de un acto y, por tal
razón, puede ser declarado de oficio”. Sentencia del Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo,
Sección Tercera, 11 de mayo de 1999, Exp. 10.196 y Sentencia del 15 de abril de 2010, Exp. 18.292, citadas en
Sentencia del 03 de agosto de 2016, exp. 53.339
47 Sentencia de unificación jurisprudencial del Consejo de Estado, Sala Plena de la Sección Tercera, proferida el 12
48 “Así las cosas, teniendo en cuenta los requisitos de procedencia y la finalidad primordial de la figura de la
caducidad contractual, se evidencia que su ejercicio no tiene sentido alguno una vez vencido el plazo de ejecución del
contrato, pues mal podría pretenderse terminar por la vía de la caducidad lo que ya se terminó por la vía de extinción
del plazo, razón, entre otras, por la cual una vez que esto ha acaecido se extingue la competencia de la
administración para declararla.” Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera,
Subsección C, Consejero ponente: Jaime Orlando Santofimio Gamboa, 03 de agosto de 2016, Exp 53.339.
49 ”…la finalidad primordial del ejercicio de la facultad excepcional de la caducidad es que la Administración conjure el
grave incumplimiento en que incurrió el contratista y garantice el cumplimiento del objeto contractual y en últimas la
prestación regular, continua y eficiente de los servicios públicos.” Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso
Administrativo, Sección Tercera, Subsección C, Consejero ponente: Jaime Orlando Santofimio Gamboa, 03 de agosto
de 2016, Exp 53.339.
CAPITULO III
LAS PRUEBAS
CPACA.
55 “Para comprender esta afirmación, debe repararse en el contenido de los artículos 77 y 79 del
Por su parte, el artículo 168 del Código General del Proceso estableció que se
debe rechazar de plano las pruebas legalmente prohibidas o ineficaces, las que
versen sobre hechos notoriamente impertinentes, las inconducentes y las
manifiestamente superfluas o inútiles.
d) Prueba digital
derecho a recurrir la decisión definitiva mediante los recursos administrativos ” Sentencia C-034 de
2014, 29 de enero de 2014, Magistrado Ponente Dra. María Victoria Calle Correa.
56 Con esto se “… permite que el trámite administrativo se adelante de manera ágil, sin que sea
trámite administrativo es además adecuada para lograr esos fines, pues en un procedimiento
que permite al interesado solicitar pruebas durante toda la actuación, sin prever una etapa
preclusiva para el efecto, la eventual presentación de recursos contra cada acto administrativo
que niegue una prueba implica costos temporales, y hace menos ágil la adopción de las
decisiones pertinentes.” Corte Constitucional. Sentencia C-034 de 2014, 29 de enero de 2014,
Magistrado Ponente Dra. María Victoria Calle Correa.
58Corte Constitucional. Sentencia C-034 de 2014, 29 de enero de 2014, Magistrado Ponente Dra. María Victoria Calle
Correa.
dentro de los procesos, como lo reafirmó el legislador del 2011, al expedir los
cuerpos de dos de las más grandes e importantes regulaciones procesales en el
derecho colombiano. En efecto, los artículos 55 y 216 del CPACA; 243, 244 y
247 del Código General del Proceso dan cuenta de la inclusión de las
novedades tecnológicas de cara a las piezas probatorias 59.
PARTE SEGUNDA
PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO SANCIONATORIO
CAPÍTULO I
MARCO NORMATIVO
A. Noción.
La Ley 1474 de 201160 “Por la cual se dictan normas orientadas a fortalecer los
mecanismos de prevención, investigación y sanción de actos de corrupción y la
efectividad del control de la gestión pública”, creo en el ordenamiento jurídico un
procedimiento especial para la imposición de las sanciones a los contratistas, no
sólo las de carácter pecuniario (multa, cláusula penal pecuniaria) que fueron
pactadas en los contratos estatales, sino también todas aquellas que en virtud
del imperio de la ley declaran el incumplimiento contractual del contratista, entre
ellas la caducidad del mismo.
59 Consejo de Estado. Sala de lo Contencioso Administrativo. Sección Quinta. Consejera ponente: Lucy Jeannette
Bermudez. Bogotá, D.C., veinticuatro (24) de noviembre de dos mil dieciséis (2016). Radicación número: 76001-23-
33-000-2015-01577-02
60 Al revisarse la exposición de motivos de este proyecto de ley sobre el asunto objeto de estudio se señaló
puntualmente: “no existe en la actualidad un procedimiento expedito para apremiar o castigar al contratista incumplido.
El Estado debe poder contar con instrumentos efectivos para apremiar el cumplimiento del contrato, como para
sancionar al contratista incumplido y proteger el interés público de los efectos nocivos de los incumplimientos. A pesar
del progreso hecho a ese respecto por la Ley 1150 de 2007, es necesario complementarla a propósito de dotar a la
entidad estatal de un procedimiento expedito para adoptar esas medidas, respetando en todo momento el debido
proceso. Para el efecto se establece un procedimiento administrativo oral, de una audiencia, para que previa citación,
el contratista ejerza su derecho a la defensa, y la entidad adopte la decisión que corresponda en relación con la
imposición de multas, sanciones y declaratorias de incumplimiento (…)”
Siendo congruente de los antecedentes de la norma en cita y su redacción, se
permite deducir que la voluntad del legislador no era otra que avanzar en el
procedimiento legal establecido en el artículo 17 de la ley 1150 de 2011; ello no
obsta para que se reitere que los principios de legalidad y reserva legal son
propios del ejercicio de dicha facultad por lo cual se encuentra desprovista de
cualquier discrecionalidad y/o la autonomía de la voluntad del operador jurídico
para reglamentar la materia.
B. Fundamento Legal.
63 Ibidem. “(…) Artículo 4°. Formas de iniciar las actuaciones administrativas. Las actuaciones administrativas
podrán iniciarse: 1. Por quienes ejerciten el derecho de petición, en interés general. 2. Por quienes ejerciten el
derecho de petición, en interés particular. 3. Por quienes obren en cumplimiento de una obligación o deber legal. 4.
Por las autoridades, oficiosamente”.
64 Articulo 83 Ley 1474 de 2011: “Con el fin de proteger la moralidad administrativa, de prevenir la ocurrencia de actos
de corrupción y de tutelar la transparencia de la actividad contractual, las entidades públicas están obligadas a vigilar
permanentemente la correcta ejecución del objeto contratado a través de un supervisor o un interventor, según
corresponda. La supervisión consistirá en el seguimiento técnico, administrativo, financiero, contable, y jurídico que
sobre el cumplimiento del objeto del contrato, es ejercida por la misma entidad estatal cuando no requieren
conocimientos especializados. Para la supervisión, la Entidad estatal podrá contratar personal de apoyo, a través de
los contratos de prestación de servicios que sean requeridos. La interventoría consistirá en el seguimiento técnico
que sobre el cumplimiento del contrato realice una persona natural o jurídica contratada para tal fin por la Entidad
Estatal, cuando el seguimiento del contrato suponga conocimiento especializado en la materia, o cuando la
complejidad o la extensión del mismo lo justifiquen. No obstante, lo anterior cuando la entidad lo encuentre justificado
y acorde a la naturaleza del contrato principal, podrá contratar el seguimiento administrativo, técnico, financiero,
contable, jurídico del objeto o contrato dentro de la interventoría. Por regla general, no serán concurrentes en
relación con un mismo contrato, las funciones de supervisión e interventoría. Sin embargo, la entidad puede dividir
la vigilancia del contrato principal, caso en el cual en el contrato respectivo de interventoría, se deberán indicar las
actividades técnicas a cargo del interventor y las demás quedarán a cargo de la Entidad a través del supervisor. El
contrato de Interventoría será supervisado directamente por la entidad estatal. Parágrafo 1°. En adición a la
obligación de contar con interventoría, teniendo en cuenta la capacidad de la entidad para asumir o no la respectiva
supervisión en los contratos de obra a que se refiere el artículo 32 de la Ley 80 de 1993, los estudios previos de los
contratos cuyo valor supere la menor cuantía de la entidad, con independencia de la modalidad de selección, se
pronunciarán sobre la necesidad de contar con interventoría”
Por consiguiente, con la evaluación periódica, continúa y objetiva realizada al
contratista se garantizará que la valoración de la ejecución contractual se
encuentre conforme a los términos pactados en el contrato, lo que a su vez
permitirá ponderar el mérito de la ocurrencia de la sanción contractual,
implicando de un lado, impulsar el contrato a ser cumplido y por el otro, la
entidad contratante podrá tener conocimiento en la oportunidad debida de
situaciones que alteren el desarrollo normal del contrato y así direccionará el
contrato poniendo en marcha las medidas preventivas y/o correctivas que estime
convenientes para garantizar la ejecución del mismo; en tanto en él reposa la
materialización de fines públicos que podrían estar siendo vulnerados ante la
inejecución contractual y/o conflictos posteriores por el indebido desarrollo del
objeto contractual.
Requerir de manera estricta al contratista, para que este explique la razones por
las cuales se esta presentando el posible incumplimiento y así constreñirlo al
cumplimiento de la obligación en mora, dándole un plazo perentorio para que le
de cumplimiento al mismo. Así mismo advertirá las posibles consecuencias
jurídicas de su omisión o acción contractual.
La solicitud formal debe contener como mínimo el relato de los hechos, las
obligaciones y/o normas legales presuntamente incumplidas, las pruebas, la
petición de sanción a saber: multa, cláusula penal, declaratoria de
incumplimiento, caducidad, la cual debe ser adecuada y proporcional al estado
del contrato y la tasación de perjuicios. Los hechos y obligaciones
presuntamente incumplidas deben tener un nexo de causalidad y el soporte
probatorio que evidencie que el reproche del posible incumplimiento del
contratista frente al contrato, se encuentra motivado y conforme al
ordenamiento jurídico
2. CITACIÓN A AUDIENCIA
Siendo así a las compañías aseguradoras también les asiste legitimidad para
incoar la acción contractual contra los actos administrativos mediante los cuales
la administración pública declara el siniestro por incumplimiento, como también
contra aquellos proferidos con ocasión de la actividad contractual cuando en
relación con los mismos a la aseguradora le asista un interés directo. En efecto,
así se pronunció, entre otras, en la sentencia cuyos términos se trascriben a
continuación:
“Es por lo anterior que la Sala, fija su posición, por primera vez, en el
sentido de afirmar que la aseguradora, dentro del caso en estudio, es
titular de la acción de controversias contractuales, aun cuando no sea
parte del contrato estatal, como quiera que tiene un interés directo en
el acto administrativo proferido con ocasión de la actividad contractual
72 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Sentencia del 19 de febrero de 2009,
Exp. 24.609.
73 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Consejero ponente: Jaime Orlando
Santofimio Gamboa. Bogotá, D.C. Sentencia del 27 de enero 2016, Exp. 08001-23-31-000-2002-02810-01(45943).
o postcontractual, el cual como ya se dijo, sólo es susceptible de ser
enjuiciado a través de dicha acción toda vez que el artículo 77 de la
ley 80 de 1993 establece la vía procedente para controvertirlo sin
cualificar el sujeto activo de la misma.
Por ende, en virtud la póliza de seguros que se otorgue para amparar contratos
estatales, le asiste a la aseguradora una situación legal y reglamentaria propio
para que sea parte dentro del procedimiento administrativo sancionatorio para
que le asista su derecho de audiencia y defensa.
CAPÍTULO III
DESARROLLO DE LA AUDIENCIA
Participantes
74 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, auto del 18 de julio de 2007,
expediente 33476, C.P. Enrique Gil Botero.
1. Inicio de la audiencia.
5. Suspensión de la audiencia:
7. Decisión:
En este orden de ideas, el artículo 67 de la misma ley, señala que las decisiones
que pongan término a una actuación administrativa se notificarán personalmente
al interesado, a su representante o apoderado, o a la persona debidamente
autorizada por el interesado para notificarse.
actuación, el objeto de la misma y el nombre del peticionario, si lo hubiere, para que pueda constituirse como parte
(…)”
78 El consejo de Estado manifestó en sentencia del veintisiete (27) de marzo de 2008. C.P. Ligia López señaló: “(…) La
notificación de los actos administrativos, como factor esencial del debido proceso, busca proteger el derecho de
defensa, garantizando que las actuaciones administrativas sean conocidas por los administrados, para que enterados
de lo que se ha resuelto en un asunto de su interés, puedan controvertir la actuación a través de los recursos en vía
gubernativa o ante la jurisdicción, según el caso. Los actos sólo son oponibles al afectado, a partir de su real
conocimiento, es decir, desde la diligencia de notificación o, en caso de no ser ésta posible, desde la realización del
hecho que permite suponer que tal conocimiento se produjo”.
79 En armonía con el artículo 202 del CPACA que señala: “Notificación en audiencias y diligencias o en
estrados. Toda decisión que se adopte en audiencia pública o en el transcurso de una diligencia se notificará en
estrados y las partes se considerarán notificadas aunque no hayan concurrido”.
En síntesis, dado que la finalidad de la notificación es que las partes se enteren
de las decisiones que toman en el proceso, lo que ocurre en la audiencia es en
forma directa e inmediata. Luego, no existe duda alguna que quien no concurre a
las audiencias, asume la carga de enterarse de las decisiones que allí se
adopten así como de hacer uso de los recursos de manera oportuna en caso de
existir aún la oportunidad para ello, pues de acuerdo a lo dispuesto en artículo
202 de la Ley 1437 de 2011, la notificación en estrados procede incluso cuando
no asisten las partes.
Para el caso concreto, el literal c del artículo 86 de la ley 1474 de 2011, señala
cláramente que decisión adoptada por entidad, contenida en una resolución
motivada, se entenderá notificada en dicho acto público, correspondiente, a una
notificación personal por estrados.
Ahora bien, sin el lleno de los anteriores requisitos no se tendrá por hecha la
notificación, lo que conducirá a que no se produzcan los efectos legales
contenidos en la respectiva decisión administrativa, a menos que la parte
interesada revele que conoce el acto, consienta la decisión o interponga los
recursos legales.
Ahora bien, tales actos administrativos requieren que gocen de firmeza, es decir,
aquel momento en que las decisiones de la Administración, contenidas en el
acto pueden ejecutarse y devienen ser obligatorias por cuanto se presume su
legalidad. La notificación de la decisión sobre los recursos interpuestos le
otorgan firmeza a los actos administrativos. En firme el acto administrativo, este
será obligatorio cumplimiento siempre y cuando no haya sido objeto de
anulación o suspensión por parte de la jurisdicción administrativa.
El art. 87 del CPACA establece sobre el particular que: “1. Quedan en firme los
actos al día siguiente de su notificación, comunicación o publicación según el
caso si no hubiere sido objeto de recurso algún. 2. Al día siguiente de haberse
resueltos los recursos interpuestos. (…) 4. Desde el día siguiente al de la
notificación de la aceptación del desistimiento de los recursos.