Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Capitulo 14
Construcción de la paz
El cese de las hostilidades en el otoño de 1918 había estado precedido por declaraciones
y trabajos que apuntaban al mundo que habría de forjarse en la paz, la energía de los
aliados se habían concentrado en ganar la guerra no en preparar la paz.
En mayo de 1916, el presidente Wilson propondría por primera vez un plan para crear
una organización mundial amparada en dichos principios (principios de un modelo de
relación social internacional donde esté implicado Estados Unidos), Wilson presentaría
ante una sesión conjunta del Congreso los objetivos de guerra norteamericanos. En los
famosos Catorce Puntos donde se evocaban una serie de principios elementales para
la convivencia internacional: la supresión de las barreras comerciales, la libertad de
los mares, la reducción de armamentos, las virtudes de la diplomacia abierta y, por
supuesto, el principio de autodeterminación de los pueblos.
2
Presidente de Estados Unidos
Imperio otomano, de acuerdo con los objetivos y los compromisos internacionales
asumidos durante la guerra.
En esa línea progresarían los argumentos geopolíticos, los beneficios que podrían
derivarse de la creación de una organización mundial, que bajo la influencia de las
potencias occidentales pudiera preservar la paz internacional a través del equilibrio. esa
sensibilidad realista presidiría las iniciativas británicas en la formulación y creación de
la futura organización internacional y esa lógica orientaría su estrategia de
aproximación a las tesis norteamericanas.
Por otro lado, Francia había sido el país que había hecho un mayor esfuerzo bélico y
había sufrido de forma más devastadora sobre su suelo la guerra, sus objetivos de guerra
y la concepción del sistema internacional de posguerra girarían en torno a la obsesión
por su seguridad y su determinación en evitar por todos los medios el revanchismo
alemán.3 El Gobierno francés creó una comisión encargada de elaborar un proyecto de
pacto para una futura Sociedad de Naciones, que sirviera, efectivamente, para defender
los objetivos de guerra franceses, era más rígido que los propuestos por los
anglosajones. Bajo el imperativo de la seguridad, la nueva organización internacional
debía estar dotada de una autoridad práctica, vigorosa y armada, como premisa a la
eficaz prevención de las guerras y la preservación de la paz.
Italia, la más débil de las grandes potencias aliadas, afrontó las conversaciones de paz
con el ánimo de coronar sus ambiciones territoriales en el Mediterráneo oriental y
África, amparándose en la legitimidad de las promesas asumidas por franceses y
británicos en los Tratados. Por otro lado La revolución bolchevique planteaba, y no
sólo desde la teoría, un modelo de sociedad alternativa al capitalismo desde una lógica
internacionalista, un modelo alternativo cuyas premisas alentaban cambios sustanciales
en las Relaciones Internacionales, en un sentido revolucionario4.
3
La influencia de la opinión y las tesis francesas no fueron comparables al protagonismo anglosajon.
4
en el frente oriental mediante la paz impuesta y firmada unilateralmente con Alemania y sus aliados, el
Tratado de Brest-Litovsk de 3 de marzo de 1918, no dejaría de tener importantes consecuencias en las
Relaciones Internacionales de la posguerra.
El problema de las nacionalidades y las minorías nacionales 5 seria, en última instancia,
otro de los condicionantes esenciales de la paz, la evocación del principio de
autodeterminación y los propios cálculos e intereses de las grandes potencias generaron
durante la guerra una atmósfera proclive a las aspiraciones de las minorías nacionales en
el mundo balcánico y en Europa central y oriental y el despertar de la conciencia de los
pueblos en el ámbito de ultramar.
Los preparativos y las discusiones para establecer la paz se embarcaron en una fase
determinante en el otoño de 1918, a tenor del cese de las hostilidades. La Conferencia
de Paz sería el foro en el que se habilitaría un complejo mecanismo para diseñar el
nuevo sistema internacional, sancionando el nuevo equilibrio resultante de la Guerra del
Catorce. La Conferencia habría de resolver; a su vez, las necesidades inmediatas de
Europa para su reconstrucción, establecer el nuevo mapa político de Europa en lo que
sería la mayor revisión de fronteras desde 1815 y decidir el futuro de las posesiones
territoriales e intereses alemanes en ultramar y el de los territorios del Imperio otomano.
La elección de Paris como sede de la Conferencia de Paz fue problemática, no sólo por
las agitadas y vivas pasiones que la guerra concitaba en la capital francesa, sino también
por sus carencias logísticas. Con la participación final de 32 Estados y unos mil
delegados, la sesión inaugural se abría el 18 de enero, La actividad de la Conferencia se
desenvolvió a través de dos fases: la primera, entre los meses de enero y marzo,
transitó al abrigo del órgano supremo de la Conferencia, el Consejo de los Diez,
constituido por los jefes de gobierno y los ministros de Asuntos Exteriores de las
grandes potencias vencedoras (Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Italia y Japón), y
al que se encomendó la discusión de las bases de la paz y la coordinación de la actividad
de las múltiples comisiones especializadas; y la segunda, desde marzo hasta junio,
orquestada por el Consejo de los Cuatro, compuesto por los dirigentes de las cuatro
potencias occidentales, con el cometido de plantear en exclusiva la elaboración del
Tratado de Paz con Alemania.
Navegaron a corriente de una sintonía anglosajona que se haría sentir antes y durante la
Conferencia, donde imperaron sus concepciones, sus métodos y aun su lengua como
vehículo de expresión; en segundo lugar; un compromiso de mínimos en la tensión entre
la intransigencia francesa y la benevolencia y la flexibilidad británica respecto del
futuro de Alemania; y, por último, el punto de encuentro entre el anhelo francés por
garantizar su seguridad y la aspiración wilsoniana de establecer una Sociedad de
Naciones.
La paz universal no podía edificarse sobre otra base que no fuera la justicia social,
a la cual habría de llegarse mediante la promoción de la cooperación económica,
técnica, cultural y humanitaria.
6
Alemania cedió Posnania y el oeste de Prusia, así como el sur de la Alta Silesia tras la celebración del
plebiscito y la partición resuelta por la Sociedad de Naciones en octubre de 1921 en favor de Polonia, El
Sarre, que en los planes franceses en la Conferencia de Paz se había orientado hacia la anexión de la
zona sur; En el Este, la ciudad de Dantzig, salida natural al mar del valle del Vístula.
administraría Ruanda-Burundi; a la Unión Sudafricana, que tomaría posesión del África
del Suroeste; y a Japón, Australia y Nueva Zelanda.
Wilson y Lloyd George aceptaron la ocupación militar temporal durante 15 años de los
territorios de la orilla izquierda y de Colonia, Koblenz y Mainz como cabezas de puente
en la orilla derecha. Estrechamente vinculado al problema de las garantías aparecían en
el Tratado la cuestión de las reparaciones, las cláusulas financieras, contemplaban a
Alemania como responsable moral de la guerra, en razón de lo cual debía hacer frente a
los daños causados a la población civil de las naciones aliadas y a sus propiedades7.
En el verano de 1919 se iniciaron los trabajos para ajustar las nuevas fronteras del
antiguo imperio de los Habsburgo, los límites del corazón de la monarquía, Austria,
uno de los Estados residuales de la antigua unidad imperial, serían definidos por el
Tratado de Saint-Germain, firmado el 10 de septiembre de 1919, el mismo prohibían
tanto a Austria como a Alemania proceder a la unificación -Aunchluss-, a menos que
fuera autorizada por la Sociedad de Naciones.
La nueva geografía política de los Balcanes devendría del nuevo statu quo impuesto a
Bulgaria y al extinto Imperio otomano, luego rectificado en este último caso por el
nuevo Estado turco. La paz con Bulgaria, se alcanzaría con el Tratado de Neuilly el 27
de noviembre de 1919.
La nueva paz con Turquía, el único fruto de una negociación real con la potencia
vencida, cristalizó en el Tratado de Lausana, rubricado el 23 de julio de 1923. En
los Tratados de Paz, los negociadores, conscientes de la complejidad política y de la
dificultad para el consenso, habían dejado múltiples cuestiones sin resolver; que en
su gran mayoría habrían de ser tratadas en Ginebra, el «taller de la paz.
7
se preveía el pago de 20.000 millones de marcos antes del 1 de enero de 1920 y la creación de una
Comisión de Reparaciones, como órgano competente para discutir y regular la cuestión.
Los problemas de la Sociedad de las Naciones (Flecos de la paz)
Las fisuras y lagunas en el centro del sistema se manifestaron, una de las líneas de
tensión que revelaba la fragilidad del sistema internacional derivaba de una realidad ya
constatada en la propia Conferencia de Paz, las divergencias y el corto vuelo del
consenso alcanzado en París entre las grandes potencias de la coalición vencedora. El
sistema de Versalles fue progresivamente erosionado desde 1921, cuando los Estados
vencedores, empezando por Gran Bretaña y siguiendo por Francia, se alejaron de las
abstracciones wilsonianas y reeditaron el concierto europeo, incorporando al mismo a
Alemania e Italia.