Unidad 2

2.4. La sociedad humana en el feudalismo

- Modo de producción feudal

El modo de producción feudal fue uno de los modos de organización de la
producción que existen en la historia el cual predomino durante toda la edad
media. Así, este modo de producción se atribuye a las sociedades medievales, en
el que el poder político estaba descentralizado. Lo que significa que el señor
feudal poseía el poder, estableciendo relaciones de vasallaje con la otra clase
social que eran los campesinos.
Entre algunas de las características que definen a este modo de producción
podemos citar las siguientes:
- Los campesinos tenían que dar parte de la producción al señor feudal
- Gracias al pago, el señor les daba una tierra y les brindaba vivienda
- Se basa en modelos de producción agropecuarios
- Las relaciones solo eran de vasallaje
- El señor feudal brindaba protección al campesino
- La unidad productiva mínima era el feudo

- Agricultura
La vida de los campesinos estaba regida por un calendario agrícola, el cual estaba
en función de las estaciones del año, las cuales marcaban las épocas de siembra
y recolección de los diversos cultivos.
Las técnicas eran rudimentarias y por lo mismo, el rendimiento era bajo. Lo que
explica en gran medida el consumo propio de la agricultura de subsistencia. La
economía feudal se fortaleció por medio del proceso de autoabastecimiento, dado
que en el terreno de cada feudo se podía cultivar la tierra, así como criar ganado,
cazar, y así obtener los recursos naturales que produce la tierra.
El enriquecimiento y el poder de los señores feudales se basaba en la cantidad de
tierras que poseían y los siervos con los que contaban, puesto que, mientras más
tierras, más se producía, y más se beneficiaban.
- Feudos y principados
Luego de la caída del imperio romano, los pueblos que habían sido sojuzgados
fundan los primeros territorios que fue a lo que se llamó feudos y principados. En
este modo de producción, el poder era visto por la posesión de tierras y territorios,
en tal sentido, se generan guerras continuas entre pueblos con el fin de tener el
poder y el mando sobre todas las cosas.
Durante este periodo, se desarrollan alianzas entre principados, y se les brinda
tierras a los nobles. Es en este escenario y durante este tiempo, que surge la
Europa moderna
Decimos entonces que, los feudos y principados fueron tierras que se dividieron
así para que los nobles y eran extensiones de tierra que pertenecían a nadie, pues
de esto se valían algunos humanos para conseguir apropiarse de los terrenos que
no les pertenecían.
Entonces, en esta época, los feudos y principados jugaron un papel muy
importante en lo que fue el modo de producción feudal.
También se le atribuye al acto de defender ideales, posturas o conductas
irrazonables, absurdas o retrógradas; el oscurantismo es una ideología o doctrina
que obtiene su máximo auge en la edad media, que fue el periodo entre el fin de la
era antigua en el siglo V hasta el renacimiento en el siglo XIV
Durante la época medieval se conoce como época de oscurantismo, y como un
periodo sombrío en la historia de las ideas, ya que según varios historiadores, la
iglesia se propuso abolir y suprimir todo tipo de pensamiento e ideología que no le
proporcionaba beneficio alguno y la población europea al verse privado de
cuestionar los dogmas religiosos, adopto esas verdades relevadas, las cuales no
admitían critica, ya que al no reconocerlas serian obligados a recapacitar o serian
perseguidos hasta la muerte. Los clérigos monopolizaban el saber y el trabajo no
debía tener fines de lucro sino la mera supervivencia. En conclusión, fue una
etapa de hambre, miedo y represión.
Con el termino de feudos imperiales se conoce convencionalmente a todos los
territorios sujetos (hasta la invasión napoleónica) y al sacro imperio romano
germánico.
De forma específica el termino es utilizado para definir históricamente una serie de
minúsculos territorios, residuos de antiguos señoríos feudales, que sobrevivieron
hasta el siglo XVIII, diseminados a lo largo de la Liguria, el Piamonte y la Toscana,
en la actual Italia.
El reino carolingio de Italia sentó las bases del feudalismo germánico en particular
modo en las regiones septentrionales, mientras la autoridad papal, después de la
caída de los Hohenstaufen, fue capaz de controlar la Italia meridional y gran parte
de los territorios pontificios que de las Marcas llegaban hasta la Romaña. La
autoridad imperial se debilito con la llegada de los Comunes Libres o ciudades
libres primero y de los señoríos después. Muchos estados italianos continuaban,
sin embargo, manteniendo una relación de vasallaje con el imperio entre los
cuales no se contaban la Republica de Venecia, los Estados papales y los reinos
de Nápoles, Sicilia y Cerdeña. Estos feudos imperiales, formalmente dependientes
del emperador, estuvieron en vigos hasta las aboliciones napoleónicas de julio de
1797. Desde el último decenio del siglo XVII, la corte de Viena había llevado a
cabo una política de relanzamiento de su poder imperial en Italia. Las razones
derivan de un programa habsburguico de naturaleza política, estratégica y
económica: las regiones lombardas, piamontesas y toscanas figuraban entre las
más ricas de todos los territorios imperiales y económicamente estaban bien
predispuestas y por ello eran muy apetecibles para los emperadores, de hecho,
según algunos cronistas de la época, Italia era considerada como las Indias del
Imperio.